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Salvador Rodríguez Becerra: El Folklore. Ciencia Del Saber Popular. Historia y Estado Actual en Andalucía
Salvador Rodríguez Becerra: El Folklore. Ciencia Del Saber Popular. Historia y Estado Actual en Andalucía
Historia y estado
actual en Andalucía.
El 3 de noviembre de 1881 hace públicas las bases de la organización "El Folk-lore Español":
La aportación folklórica más importante lo constituyen la ya citada revista "El folklore andaluz",
volumen de 594 páginas y la "Biblioteca de las Tradiciones Populares" (1833-1888) de la que
se publicaron 11 volúmenes en octavo. Ambas publicaciones fueron dirigidas por Machado y
Alvarez y contaron con la ayuda editorial y económica de Alejandro Guichot,
((Manzano Apunta: ¿Por qué tanta desidia en los estudios de folklore en Andalucía? ¿Por qué
existen tan pocos documentos musicales y extensas recopilaciones))
Según Salvador Rodríguez: Andalucía por razones que no se nos escapan, pero que
convendría estudiar con más profundidad, constituyó un verdadero erial. Entre las causas que
pueden explicar este fenómeno, apuntamos: la falta de identificación de la burguesía andaluza
con el pueblo llano, y el fuerte antagonismo de clases que impedía una aproximación, siquiera
a nivel intelectual, a la cultura popular. Sólo la publicación de la ya mencionada, Noticia
histórica del Folk-lore de Alejandro Guichot, será la excepción, y más bien parece una reacción
de protesta por el olvido en que había caído la "Escuela Sevillana" y, en general, el movimiento
folklórico andaluz. Tras la guerra civil desaparece todo interés por los estudios de etnografía y
folklore. Las personas identificadas con esta tarea se exiliaron o fueron reprimidas, las
instituciones suspendidas y cualquier preocupación por el saber del pueblo fue considerado
sospechoso. Esta situación es probablemente más cierta en el caso de Andalucía donde la
cultura popular se identificaba especialmente con los pequeños campesinos y jornaleros sin
tierra, cuya clara alineación con las ideas anarquistas y socialistas les ponía del lado de los
vencidos.
Debemos de hacer del folklore una expresión cada vez más artística y por tanto más refinada,
un arte de nuestro tiempo y de nuestro pueblo, y para ello hay que alcanzar el mejor nivel de
expresión posible, más calidad, sin dirigismos espúreos, bebiendo en las fuentes, ahondando
en su sentido y funciones originales, conociendo el contexto sociocultural donde surgió y se
reelaboró; sin reproducciones miméticas, enseñándolo a todo el que se interese en su
aprendizaje, porque siempre será mejor crear que imitar.