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Materia y energía

Te explicamos qué son la materia y la energía, las características de cada


una y cómo fueron estudiadas. Además, la relación entre ambas.

Todo a nuestro alrededor está hecho de materia y posee cierta cantidad de energía.
¿Qué son la materia y la energía?
Nuestro universo entero está compuesto por materia y energía, en sus numerosas
formas, presentaciones y capacidades. De hecho, las dos disciplinas básicas con las
que intentamos comprender las leyes fundamentales que lo rigen, la física y
la química, se ocupan de las relaciones entre estos dos elementos: la sustancia que
compone las cosas y su capacidad de transferir calor o realizar un trabajo.

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Desde un punto de vista intuitivo, comprendemos la materia como aquello que
podemos tocar, que es concreto y ocupa un lugar en el universo. En cambio, no
puede tocarse la energía, que sólo se percibe en sus distintas
manifestaciones: calor, luz, movimiento, etc. Las cosas a nuestro alrededor poseen
a la vez una masa propia y una cantidad variable de energía, dependiendo en gran
medida del estado en que se encuentran.

Se trata de dos conceptos fundamentales, estrechamente vinculados entre sí, entre


los cuales existen determinadas equivalencias. Por ejemplo, es posible transformar
masa en energía, cosa que ocurre cotidianamente en el interior de las estrellas, a
través de reacciones nucleares intensas, o en el interior de nuestros
propios organismos, cuando descomponemos los alimentos que ingerimos y
extraemos de ellos energía química para mantenernos vivos.

Puede servirte: Termodinámica

Materia

La materia es lo que constituye los seres vivos, los objetos, el aire y más.
La materia se define como aquello que se extiende en una determinada región del
espacio-tiempo, que posee una cantidad determinada de energía y que está sujeto
a cambios en el tiempo. Su nombre proviene del latín mater, “madre”, dado que se
trata de la sustancia matriz de las cosas, o sea, de aquello que las origina o que las
compone.

En general la física atribuye a la materia tres rasgos o propiedades fundamentales:


 Posee una masa determinada, que se evidencia en un peso,
un volumen y unas dimensiones cuantificables.
 Ocupa un lugar en el espacio, que no puede ser ocupado al mismo
tiempo por otro cuerpo.
 Perdura en el tiempo, aunque no necesariamente de la misma forma: el
hielo es ciertamente materia, y no deja de serlo cuando se derrita o cuando
el agua que lo compone se evapore. Estos cambios en su estado
físico (o estado de agregación de la materia) dependen de la cantidad de
energía que posea.

El estudio de la materia data de la antigüedad clásica, y ocupó a muchos pensadores


y filósofos a lo largo de la historia. De hecho, fueron los antiguos griegos quienes
formularon por vez primera la teoría atomista, es decir, quienes pensaron que la
materia podría estar compuesta por partículas minúsculas e indivisibles de distinto
tipo.

Esta idea se rescató mucho más adelante, en el auge racionalista del siglo XVII, y
fue fundamental en el campo de estudio de la química, heredera a su vez de
la alquimia medieval.

Según los modelos de estudio de la física actual, apenas alrededor del 5% del
universo apreciable está compuesto por materia ordinaria, mientras que la
llamada “materia oscura” cuyo funcionamiento aún se desconoce, ocupa un 23%.
Esta última se supone que es una forma de materia no-másica, o sea, desprovista de
masa, cuya presencia sólo puede intuirse por el modo en que afectan los astros y la
energía a su alrededor.

Más en: Materia

Energía
La energía sólo puede percibirse a través de sus manifestaciones.
En física, la energía se define como la capacidad para realizar un trabajo, es
decir, para obrar, surgir o poner en movimiento. Absolutamente todos
los cuerpos poseen una cantidad de energía determinada, relacionada con su estado
de reposo, movimiento o vibración, por ejemplo, pero que se manifiesta de formas
muy diferentes.

Así, es posible hablar de muchos tipos de energía: energía calórica, energía


química, energía cinética, energía eléctrica, energía potencial, energía interna, etc.

La palabra energía proviene del griego enérgeia, “actividad”, término que apareció
por vez primera en los escritos de Aristóteles (384-322 a. C.) en el siglo IV a. C., y
retomado por los naturalistas modernos y del Medioevo tardío.

Se le han dado muchos otros nombres a lo largo de la historia, como “fuerza viva”
(vis viva), “potencia” o incluso “espíritu”, dependiendo del contexto. Esto se debe en
gran medida a que el estudio de los distintos tipos de energía tuvo su origen por
separado, conforme se iban descubriendo más y más formas de energía presentes en
el universo.

La energía se puede percibir, generalmente, en sus diversas manifestaciones, dado


que en abstracto no se trata de algo perceptible. En cambio, el calor, la luz, el
movimiento o la actividad pueden percibirse a simple vista, y sus efectos sobre la
materia pueden ser estudiados sin dificultad. Así, la energía vendría a ser una
magnitud física, que podemos medir en sus distintas apariciones.

También debemos considerar que la cantidad de energía en los sistema tiende a ser
constante, de modo que no puede crearse ni destruirse, únicamente
transformarse. De hecho se halla en continua transformación todo el tiempo: la
energía química almacenada en los alimentos se convierte en energía mecánica
cuando nos movemos, o en energía eléctrica en nuestro sistema nervioso.

Asimismo, la energía eléctrica del enchufe se convierte en energía lumínica cuando


encendemos la lámpara, o en energía calórica gracias al calentador de agua.

Más en: Energía

Materia y energía
Las relaciones entre materia y energía son objeto de estudio de los físicos desde hace
siglos. Sabemos que un cambio en los niveles energéticos de la materia inciden
en su forma y su estado de agregación, cosa que comprobamos desde que
aprendimos al fundir los metales.

Posteriormente, el conocimiento de la química nos otorgó un entendimiento mucho


mayor de cómo transformar la materia: ya no cambiar la configuración de sus
partículas, sino romper los nexos entre los átomos y obtener sustancias diferentes.

De hecho, el mayor logro de la humanidad en ese sentido ha sido el descubrimiento


de la energía atómica y su manipulación con fines pacíficos, o sea, en la
construcción de plantas energéticas en las que se fusionan átomos pesados para
generar grandes cantidades de energía calórica.

Todo ello fue posible gracias a las teorías de Albert Einstein (1879-1955) y otros
físicos de importancia, y en especial de su fórmula de la equivalencia entre masa y
energía (E = mc2), conocida como la Teoría de la relatividad.

Origen de la materia
Te explicamos todo sobre el origen de la materia, las teorías actualmente
aceptadas y su proceso hasta la formación de la vida.
El Big Bang establece que el universo se formó a causa de una gran explosión.
¿Cuál es el origen de la materia?
Para explicar cuál es el origen de la materia hace falta remontarse a las teorías
actualmente aceptadas respecto al origen del universo, pues dadas las leyes de
la física, la cantidad de materia y energía en el universo ha de ser constante.

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Esta teoría sobre el origen de lo que existe es la del llamado “Big Bang” (La
Gran Explosión), y explica que el universo fue originalmente una partícula
hiperconcentrada que contenía toda la energía y la materia que conocemos muy
densamente acumulada.

Este punto era de por sí tremendamente inestable y hace 13.798 millones de años se
produjo en él una gigantesca explosión que liberó una cantidad enorme
de calor (que se estima en 1032 °C) y que inició el proceso se expansión y, por lo
tanto, de enfriamiento del universo.

A medida que la temperatura disminuía, empezaron a formarse los distintos


elementos conocidos, a raíz de las partículas subatómicas que
conocemos: protones, neutrones y electrones, que empezaron a combinarse para
construir átomos.

Se estima que los primeros aparecieran alrededor de los 3 minutos 20 segundos


de transcurrida la explosión, cuando la temperatura del universo había descendido
hasta los 1000 millones de grados centígrados.

Inicialmente, los únicos elementos creados fueron el hidrógeno y el helio, los más
simples conocidos, en gigantescas nubes de gas suspendidas en el vacío.
Los átomos empezaron a atraerse entre sí debido a la gravedad de su propia masa
y se fueron formando nubes cada vez más densas de
gas cuyo peso y presión interna empezó a ascender al punto tal que sus núcleos
atómicos empezaron a fusionarse, liberando gigantescas cantidades de energía,
como ocurrió con las bombas atómicas o en el interior de los reactores nucleares,
pero a mucha mayor escala. Así nacieron las primeras estrellas.

En el interior de las estrellas se produjo (y aún se produce) una reacción nuclear


masiva que emite mucha luz y mucho calor, y que al fusionar los núcleos atómicos
de los elementos que las constituyeron, da origen a nuevos elementos más
complejos.

Estas estrellas eran masivas (entre 3 y 16 veces el tamaño de Sol), por lo que su
gravedad descomunal era la suficiente para forzar a los núcleos atómicos, cada vez
mayores (y por lo tanto con mayor carga eléctrica), a fusionarse a pesar de las
fuerzas de repulsión que los alejan, generando más y más energía y calor.

Esa misma gravedad es la que impide que las estrellas se disipen en su propia
explosión, manteniendo junto el material generado en una gran bola de fuego
espacial.

Así nacieron el oxígeno, el nitrógeno o el carbono y, posteriormente, elementos


todavía más pesados. Eventualmente eran tantos que se empezaron a organizar por
capas, los más densos hundiéndose hacia el interior de la estrella, dando origen
todavía a más elementos complejos, hasta casi alcanzar el total de los elementos
conocidos.

Eventualmente estas estrellas originarias cumplieron su ciclo de vida y estallaron


en grandes supernovas, tras quemar todo su combustible o alcanzar niveles de
materia que interrumpieron el ciclo de reacciones nucleares.
Entonces los elementos encerrados en su interior se esparcieron a toda velocidad por
el universo, con una fuerza tal que en el trayecto muchos sufrieron cambios y
combinaciones, dando lugar así a los elementos más pesados y finales de la tabla
periódica.

Estos distintos elementos, desperdigados por el espacio, empezarían eventualmente


a juntarse y a enfriarse, combinándose entre sí para formar ya no nuevos átomos,
sino moléculas y sustancias químicas complejas.

Dichos cúmulos de materia compleja más adelante serían planetas, asteroides y


todos los cuerpos astrales que conocemos, incluido el planeta Tierra y también
nuevos soles, jóvenes, como el nuestro.

Dicha materia es, también, la que en el interior de nuestro planeta se combinaría


en sustancias cada vez más complejas y eventualmente en cadenas
de moléculas que darían inicio a la vida misma.

Energía nuclear
Te explicamos qué es la energía nuclear y cómo se obtiene. Además, para
qué sirve, ventajas, desventajas y algunos ejemplos.

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La energía atómica es dentro de todo segura, bastante eficiente y versátil.
¿Qué es la energía nuclear?
La energía nuclear o energía atómica es la resultante de las reacciones que
ocurren en los núcleos atómicos o entre ellos, es decir, es la energía liberada en las
reacciones nucleares. Estas reacciones pueden ocurrir de manera espontánea o
artificial.

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Las reacciones nucleares son procesos de combinación o fragmentación de los
núcleos de los átomos y partículas subatómicas. Los núcleos atómicos pueden
combinarse o fragmentarse, de manera que liberan o absorben grandes cantidades
de energía en el proceso. Cuando los núcleos se fragmentan, el proceso se conoce
como fisión nuclear, y cuando se combinan se denomina fusión nuclear.
La fisión nuclear ocurre cuando un núcleo atómico pesado es fragmentado en varios
núcleos de menor peso, pudiendo también producir neutrones libres, fotones y
fragmentos del núcleo. La fusión nuclear ocurre cuando varios núcleos atómicos con
cargas similares se combinan para formar un nuevo núcleo de mayor peso. Estas
reacciones ocurren en los núcleos de los átomos de ciertos isótopos de elementos
químicos como el uranio (U) o el hidrógeno (H).

La gran cantidad de energía involucrada en las reacciones nucleares se debe


fundamentalmente a que parte de la masa de las partículas que reaccionan se
convierte en energía de manera directa. Este proceso fue argumentado por el
físico alemán Albert Einstein mediante el planteo de su ecuación:

E = mc²

Donde:

 E: energía
 m: masa
 c: velocidad de la luz

Como se puede ver, la ecuación planteada por Einstein relaciona la masa y la


energía.

La energía liberada en las reacciones nucleares puede ser empleada para la


generación de electricidad en las centrales termonucleares, en medicina nuclear, en
la industria, en la minería, en la arqueología y en muchas otras aplicaciones.

Su principal utilización está en la generación de energía eléctrica, donde la energía


nuclear se usa para calentar grandes volúmenes de agua o para generar gases,
cuya energía calórica se utiliza luego para mover grandes turbinas que producen
electricidad.

El uso controlado de la energía nuclear se emplea con fines benéficos. Es una fuente
de energía muy importante pero también, lamentablemente, se usa con fines
bélicos para la producción de armas nucleares de destrucción masiva.

Ver también: Energías alternativas

¿Cómo se obtiene la energía nuclear?


Las reacciones nucleares subproducen átomos sumamente inestables.
La energía nuclear se obtiene como resultado de la reacción nuclear en determinados
núcleos atómicos de ciertos elementos químicos. Algunos de los procesos para
obtener energía nuclear más importantes son la fisión del isótopo uranio-235 (235U)
del elemento uranio (U) y la fusión de los isótopos deuterio-tritio (2H-3H) del
elemento hidrógeno (H), aunque también se puede obtener energía nuclear de
reacciones nucleares en los isótopos torio-232 (232Th), plutonio-239 (239Pu), estroncio-
90 (90Sr) o polonio-210 (210Po).

La fisión del uranio-235 (235U) es una reacción exotérmica, es decir, libera mucha
energía. La energía liberada calienta el medio en que se encuentra ocurriendo la
reacción, que podría ser agua, por ejemplo.

Para que ocurra la fisión, el isótopo 235U es bombardeado


con neutrones libres (aunque también puede ser bombardeado con protones, otros
núcleos o rayos gamma) cuya velocidad es muy controlada. De esta forma, un
neutrón libre puede ser absorbido por el núcleo, lo que provoca su desestabilización
y fragmentación, y genera otros núcleos más pequeños, neutrones libres, otras
partículas subatómicas y grandes cantidades de energía. Es importante controlar la
velocidad de los neutrones porque si es muy alta podrían simplemente chocar contra
el núcleo o atravesarlo, y no serían absorbidos para producir la fisión.
La fisión nuclear genera neutrones libres y otras partículas.
Las partículas generadas como resultado de la fisión de un núcleo, pueden a su vez
ser absorbidas por otros núcleos vecinos, que serán fisionados también, y las
partículas que se generen producto de esta otra fisión, podrán, otra vez, ser
absorbidas por otros núcleos, y así sucesivamente, produciendo lo que se conoce
como: Reacción en cadena.

Las reacciones nucleares en cadena controladas tienen muchas aplicaciones con


fines benéficos, como se mencionó anteriormente. Sin embargo, cuando la reacción
en cadena es descontrolada, continúa hasta que no quede más material para fisionar,
lo que ocurre en un corto tiempo. Este proceso descontrolado es el principio del
funcionamiento de las bombas atómicas arrojadas por Estados Unidos sobre Japón
en la Segunda Guerra Mundial.

Por otra parte, la fusión del par deuterio-tritio (2H-3H) es el proceso de fusión
nuclear más simple que existe. Para que ocurra esta fusión es necesario lograr que
se acerquen dos protones (uno proveniente del 2H y otro del 3H) de manera que las
fuerzas de interacción nuclear fuerte (fuerzas que unen a los nucleones, es decir, a
los protones y neutrones, y que deben superar a la fuerza de repulsión entre
protones, pues poseen la misma carga) superen a las fuerzas de interacción
electrostáticas, pues los protones tienen carga positiva, por lo que tienden a
repelerse. Para lograrlo, se aplican determinadas presiones y descompresiones, así
como temperaturas muy específicas. Este proceso de fusión produce un núcleo
de 4He, un neutrón y gran cantidad de energía.

Las reacciones nucleares producen átomos inestables.


La fusión nuclear es un proceso que ocurre espontáneamente en las estrellas, por
ejemplo, el Sol, pero que también se ha logrado generar artificialmente.

De forma general, las reacciones nucleares producen átomos inestables, que para
estabilizarse emiten el exceso de energía al medio ambiente durante un tiempo
determinado. A esta energía emitida se le llama radiación ionizante, que tiene
energía suficiente para ionizar la materia que esté a su alrededor, razón por la que es
una radiación extremadamente peligros para todas las formas de vida.

Ver también: Elemento químico

¿Para qué sirve la energía nuclear?


Los usos pacíficos de la energía nuclear son numerosos, no solo para la generación
de electricidad (lo cual es ya de una importancia enorme en el mundo industrializado
de hoy) sino además para la producción de energía calórica aprovechable y
reconducible, o de energía mecánica, e incluso de formas de radiación ionizante
aprovechable para esterilizar material médico o quirúrgico. También se usa para
propulsar vehículos, como los submarinos atómicos.

Ventajas de la energía nuclear


Las ventajas de la energía nuclear son:

 Poco contaminante. Siempre y cuando no haya accidentes y se disponga


de manera adecuada de los residuos radiactivos, las centrales nucleares
contaminan menos el ambiente que la quema de combustibles fósiles.
 Segura. Siempre y cuando se cumplan los requisitos de seguridad, la
energía nuclear puede ser confiable, constante y limpia.
 Eficiente. Las cantidades de energía liberadas mediante este tipo de
reacciones nucleares son masivas, en comparación con la cantidad
de materia prima que demandan.
 Versátil. La aplicación de la radiación y otras formas de energía nuclear
en diversas áreas del saber humano, como la medicina, son importantes.

Desventajas de la energía nuclear

La energía nuclear es peligrosa para la población civil e incluso la vida animal.


Las desventajas de la energía nuclear son:
 Riesgosa. En casos de accidentes, como el ocurrido con el reactor nuclear
de Chernóbil en la antigua Unión Soviética, la población civil e incluso la
vida animal corren un alto peligro de contaminación radiactiva.
 Desecho. Los subproductos radiactivos de las centrales nucleares son de
difícil manejo y algunos tienen una vida media (tiempo que tarda un
átomo radiactivo en desintegrarse) muy prolongada.
 Costosa. La creación de centrales nucleares y el uso de
esta tecnología suele ser muy costosa.

Características de la energía nuclear


A grandes rasgos, la energía nuclear es potente, eficaz, un verdadero logro del
dominio humano sobre la física. Sin embargo, es también una tecnología riesgosa:
luego de ver los desastres ocasionados por las bombas atómicas de Hiroshima y
Nagasaki, o del accidente de Chernóbil en la URSS, se sabe que este tipo de
tecnología representa un verdadero peligro para la vida en el planeta tal y como la
conocemos.

Ejemplos de energía nuclear


Un ejemplo pacífico del uso de esta energía lo constituye cualquier central nuclear
de electricidad, como la de Ikata, en Japón. Un ejemplo de su uso bélico fue el
bombardeo de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945 durante la
Segunda Guerra Mundial.

Fuente: https://concepto.de/energia-nuclear/#ixzz8FBke3nPL

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