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Uruguay se caracteriza por ciertas realidades que atraviesan los distintos periodos, esas

permanencias demuestran que la estructura económica fue cambiando en apariencia,


pero no en sus características nucleares. La "nueva nación" no es la completa
renovación de la vieja, sino que una construcción sobre esos cimientos. El primer
periodo identificable es la "edad del cuero" (1700-1860), durante ella se cazaba el
ganado, aprovechando el cuero y desperdiciando toda la carne. Dentro de este periodo
se encuentra la "edad del tasajo" (1830-1860): Para solventar las pérdidas se crean los
saladeros en 1781, pero estos aumentan verdaderamente con el orden político que trajo
la creación de la República en 1830. Para 1862 los productos saladeros comprendían un
41,3% de nuestras exportaciones y siguió creciendo en años venideros. De manera que
la carne salada había igualado, pero no desplazado al cuero. El cuero representa la vieja
nación: economía extensiva, desorganización, derroche y caudillismo. Esta época se
podría considerar acabada con el Militarismo (1876-1886), la nueva nación es de una
economía racional y capitalista, signada por el orden político. Durante este periodo se
creaba un proyecto de estado moderno y se eliminaba la figura del caudillo, la
Asociación Rural (1871) y los gobiernos militares servían a los intereses de los
hacendados que buscaban la estabilidad del país. En 1862 y 1885 hubo crisis internas
por sobreproducción de ganado a raíz del tope impuesto en la demanda de tasajo en
Brasil y Cuba. En esa situación el estanciero decide revivir la "edad del cuero",
demostrando la incapacidad para cambiar radicalmente lo que había sido la estructura
económica del país. Se reduce la mano de obra por las innovaciones tecnológicas, lo que
lleva a la precarización del proletariado. Por esta misma razón es que aumenta el robo
del ganado, ahora siendo el modo de vida de miles de personas que vivían en los
"pueblos de ratas". Buscando la solución a las pérdidas generadas por la devaluación de
la carne es que inicia la "edad de la lana" (1860-1900). Aquí gana importancia la
explotación del ovino merino por una variedad factores. La primera de ellas era
inversión inicial, siendo que era poca, volviéndose la salvación de la clase media rural,
incluso peones pudieron ganar con este rubro al compartir con el hacendado. Por otro
lado, la escasez del producto en Europa y la Guerra de Secesión en los Estado Unidos
potenció la demanda. Es en este momento que podemos decir que se acaba realmente la
extensa "edad del cuero" y sucede una verdadera modernización, entendiendo por esto
la introducción de formas económicas capitalistas en el medio rural. En 1862 las
exportaciones eran de un 10,6% de lana, 11,5% de tasajo y 35,6% de cuero. Hacia 1872
las exportaciones eran de un 24,4% de lana, 31,4% de tasajo y 35,6% de cuero. Ya en
1884 la lana marcaría 27,2, superando el 26% del cuero, marcando el fin de una era.
Durante ese periodo de modernización se da un estancamiento (1886 y 1894), allí no
hubo aumento de la productividad porque Uruguay había alcanzado el límite de su
medio. Habrían de modificar este y al ganado mismo, pero no se hizo y se termina en un
estancamiento. Para la suerte de los hacendados en 1895 al 1914 la economía mundial
sale a flote, aumentado la demanda de materias primas y alimentos. Naturalmente,
Uruguay se beneficia de ello, pero no necesariamente toda la población, lo que lleva al
periodo de las guerras civiles en 1897 y 1904. El pobrerío rural tuvo la oportunidad de
sobrevivir al luchar, ello le proporcionaba un salario y más importante aún, comida. Los
trabajadores eran distintos a los de otras sociedades: no había una organización ni
tampoco un pasado mítico al que apelar, desprovistos de una consciencia de sí,
encontraron en la Revolución un sustento. Se había creado un sistema en el que el grupo
dominado no podía oponerse, los reclamos nacían en Montevideo y no en las zonas
rurales. Fue así que se gesta un Uruguay estanco y conservador: se dio la creación de
una clase alta progresista y una media, pero la antigua clase arcaizante no decae.

Otra observación importante es la que concierne a como Uruguay durante todo este
periodo estudiado se relacionó con el mercado mundial: pese a todos los cambios que
ocurrieron en el país, lo que determino su papel fueron las tendencias marcadas por los
países dominantes. Podríamos decir que el Uruguay del S XIX es afectado y no
determinado por el mercado mundial porque se acomodó a este, pero su estructura
económica precede a este y se modifica, como también ayudó la diversificación del
rubro ganadero, ampliando nuestras posibilidades de oferta en el mercado. En un inicio,
nuestros productos tienen salida a centros esclavistas en Cuba y Brasil, pero el tope
puesto a la producción nos hace abandonar el tasajo. Luego nos ubicamos en la "edad de
la lana", esta no se establece por iniciativa de los hacendados, sino por una necesidad
existente en Europa. Alrededor de 1913 la carne congelada supera al agonizante
mercado del tasajo, lo que nos vincula con el mercado de países industrializados, más
que con el de América. Y aún más que ello, por esa misma época los frigoríficos se
convierten en nuestra principal exportación. Para mantenerse como un buen vendedor
Uruguay tuvo que invertir: alambrados, telégrafos, ferrocarriles y armas, todo lo cual lo
iba volviendo más dependiente de los países centrales, contrariamente a lo que nos
imaginaríamos de un país desarrollándose. Sufrimos con el resto del mercado en 1886-
1894 no por equivocaciones y nos repusimos desde 1895 hasta 1914 no por haber una
innovación o política propia, sino que todo sucedió por la demanda del resto. De ello
concluimos que a lo largo de tan extenso periodo no fuimos decisivos en nuestro
mercado, la agencia estuvo en los países centrales, en sus intereses, decaídas y ascensos.

Los autores desplazan el foco de los hechos y los individuos para ver las estructuras que
condicionan a estos, pero al tener este enfoque macro pierden el foco en ciertos grupos
marginados, como por ejemplo los niños. Es claro que los infantes no tuvieron una
influencia directa sobre los procesos económicos uruguayos, pero cabe preguntarse,
¿Cómo estos los afectaron a ellos? ¿Cuál era su situación? Podemos saber cuál era su
rol en esta sociedad, no se basaba en su actualidad, sino en su futuro, eran prospectos de
ciudadanos o de madres en el caso de las niñas. Mucha de la vida de estos sujetos fue
determinada por las preferencias de los hacendados, quienes no gustaban de las familias
de sus trabajadores, siendo esta una de las razones para el crecimiento de los
nacimientos ilegítimos: de 19,8% en 1891 a 26,30% en 1902. Aunque esto solo
importaba cuando sobrevivían, teniendo unas 123 a 98 por cada mil en muertes
infantiles alrededor de finales del siglo XIX. Aquí es que aparecen organismos (ya sea
estatales o religiosos) para garantizar el amaestramiento de estos niños, para conseguir
ciudadanos que respondan a las exigencias de una sociedad moderna. La infancia era
entendida como la etapa preparatoria que ocurría en la escuela y en el hogar, mientras
que todo lo demás se presentan como experiencias perniciosas, de ahí que aparezcan
estos establecimientos para corregir la situación de esos abandonados. Para ello se les
educaba en la religión (entendiéndose por esto la moral), en el saber y en las practicas
higiénicas, ilustrativo de este pensar es lo escrito por la Junta de la Hermandad de
Caridad, “… desarrollar las ideas de religión y virtud innatas en nuestras almas, y
[...]sembrar en sus tiernos corazones las fructíferas semillas de la civilización”
(“Reglamento Interno”, 1826, p. 403). Con el objetivo de cumplir esa transformación se
permitía la violencia, pero debía ser administrada con criterio, sin excederse en los
castigos, los cuales eran ya privados y no ejemplares. Con todo lo expuesto podemos
concluir que los infantes se constituyeron como un grupo vulnerado, subyugado a un
control de distintas organizaciones que tenían por deber educarlo, convirtiéndose en un
proyecto más que en un sujeto concreto.
Películas de 8, 9 y 10

1- Persona (Bergman,1966)

2-End of Evangelion (Hideaki Anno,1997)

3- Ikiru (Kurosawa,1951)

4- Winter Light (Bergman,1963)

5- Taxi Driver (Scorcese,1977)

6-Perfect Blue (Satoshi Kon,1998)

7-Solaris (Tarkovski,1972)

8-Cries and Whispers (Bergman,1972)

9- Ritual (Hideaki Anno,2000)

10-Mononoke (Miyazaki,1997)

11-Ordet (Dreyer,1948)

12-Godfather (Coppola,1972)

13-Patlabor 2 (Oshii,1993)

14-Ghost in the shell (Oshii,1995)

15-Red Shoes (Powell,1948)

16-Cabiria (Fellini,1957)

17-Silence (Bergman,1963)

18-Seventh Seal (Bergman,1957)

19-La Strada (Fellini,1954)

20-Love and Pop (Hideaki Anno,1998)

21-Tokyo Story (Ozu,1951)

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