Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Planificacion Didactica Con Psicologia E
Planificacion Didactica Con Psicologia E
En este contexto, el profesor requiere elaborar un diagnóstico del grupo escolar con el
que se relacionará no sólo profesionalmente (Pakman, 1995). Aquí recomendamos
considerar la cohesión y adaptabilidad familiares, la crisis de adolescencia y las
matrices de aprendizaje.
1
y el aula son los espacios donde el niño inicia el pasaje adolescente (Ubieto). Este puede
ser “normal”, “anormal” o conflictivo, requiriéndose entonces la intervención
normativa, generalmente caótica en la escuela secundaria por la multiplicidad de adultos
con autoridad (profesores, prefectos, padres, directivos).
2
Entre ambos extremos, se encuentran los alumnos pasivos y activos. Los primeros no
logran integrar esquemas cognitivos (aprendizajes) por sí mismos, en tanto que los
segundos sí los integran pero con conocimientos no curriculares. Dependiendo la
situación, la conducta de estos alumnos puede ser conflictiva en el aula.
Definir las características psíquicas del alumno resulta más importante que
“diagnosticar” sus conocimientos previos al curso, porque están condicionados por
aquéllas. Aunque resulta necesario aplicar pruebas estandarizadas (Lane, 2010), la
observación cotidiana y la entrevista son útiles al profesor para ubicar al alumno. Y así
realizar una planificación didáctica eficaz.
Planificación didáctica.
Rafael Porlán y Ana Rivero (1998) han mostrado que los conocimientos declarativos del
profesor son sustituidos en el aula por creencias y rutinas docentes que difícilmente se
modifican. Esta es una de las razones por las que la planificación no es más que un
requisito administrativo con escasa trascendencia en la enseñanza. En efecto, la
docencia es principalmente pragmática, basada en el ensayo y error para encontrar
rutinas que permitan al profesor su supervivencia laboral. Y cuando las interioriza, se
transforman en su “estilo” docente (Modelo Didáctico Personal). Cabe destacar que la
gestión escolar y las presiones sociales favorecen este proceso de rutinización, como
mecanismo de defensa ante el estrés y el riesgo del “burn out”. Muchas secundarias son,
en conceptos de Remedi (2004), instituciones “sufrientes”.
Con estas estrategias se diseñan las secuencias didácticas para lograr los “aprendizajes
esperados”, pues no se logran con la simple recepción de información o la repetición
mecánica de procedimientos. La progresión de los aprendizajes generalmente implica
un “cambio conceptual” (Pozo, 2002) para superar el sentido común, las creencias y
representaciones de los alumnos. En este sentido, el cambio de actitudes y percepciones
constituye la primera de las dimensiones del aprendizaje de Robert Marzano. Las
siguientes son la adquisición del nuevo conocimiento, su profundización, la resolución
de problemas y la formación de habilidades. De acuerdo a este modelo en espiral, se
requieren cinco tipos de secuencias didácticas: inductivas, informativas y
procedimentales, prácticas e integradoras.
3
Teniendo ya las estrategias y el tipo de secuencias didácticas, establecemos el nivel de
dominio de los aprendizajes esperados de acuerdo a cada matriz de aprendizaje escolar:
conocimiento declarativo (novatos) y aplicación guiada o autónoma (expertos). Así
pueden establecerse los criterios e instrumentos de evaluación.
Gestión
Max van Manem ha sido el primero en destacar el “tacto y tono” pedagógicos que
requiere el profesor. En principio, necesita organizar al grupo de acuerdo al tipo de
alumno. Y luego resolver los problemas emergentes debidos a las situaciones cotidianas
o a las condiciones del alumno. En este sentido, la realización de las secuencias
planificadas es terapéutica y permite conformar una “comunidad de aprendizaje” o
4
“grupo operativo” (Pichón Rivière). En caso contrario, ocurre la didactogenia y el
vínculo se patologiza (Bohoslavsky) (Ávila y García de la Hoz, 1995).
Estas estrategias han funcionado en los grupos de secundaria donde practican nuestros
estudiantes normalistas, después de romper con los estereotipos sobre la disciplina y el
“control de grupo” habituales en las escuelas. Pero no siempre logran un dominio de
ellas, debido a sus propias características –destacando su inteligencia emocional.
La práctica reflexiva.
Comentarios finales.
5
Referencias.
Ávila Espada, Alejandro y García de la Hoz, Antonio (1995). De las concepciones del
grupo terapéutico a sus aplicaciones psicosociales. En Delgado, J. M. y J. Gutiérrez
(Coords.). Métodos y técnicas de investigación en ciencias sociales. Madrid: Síntesis.
Lane, Kathleen Lynne, Oakes, Wendy and Menzies, Holly (2010). Systematic
Screenings to Prevent the Development of Learning and Behavior Problems:
Considerations for Practitioners, Researchers, and Policy Makers. Journal of Disability
Policy Studies 21(3).
Marzano, Robert et al. (2000). What works in classroom instruction. EUA: McRel.
Mora, Gerardo y Rosa Ortiz Paz (2012). Estrategias de control grupal en la escuela
secundaria. México: ENSM. Ponencia.
Patten, Kathryn (2004). Neuropedagogy: Imagining the learning brain as emotive mind.
Paper Presented at IERG Conference. Vancouver, B.C.
6
Porlán, Rafael y Ana Rivero (1998). El conocimiento de los profesores. Sevilla: Díada.
Ruiz Martín del Campo, Emma (2001). Adolescencia femenina y ritual. La celebración
de las quinceañeras en algunas comunidades de México. Espiral, VII, 20.
Velázquez Reyes, Luz María (2010). Adolescentes en tiempos oscuros. Violencia social
on line en estudiantes de secundaria. México: Eikon.