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Max Aub. Escritos sobre el exilio.

Edición, selección y presentación de Manuel

Aznar Soler. Biblioteca del Exilio. Renacimiento:Sevilla, 2008. pp. 379.1

Esta nueva entrega de la imprescindible Biblitoteca del Exilio recurre una

vez más a Max Aub para ir llevando a cabo su cometido de poner en circulación

para el público general las obras capitales de la literatura española producida en

el exilio republicano. La repetición está justificada, siendo Max Aub una estrella

indiscutible entre ese corpus además de uno de los autores más extraordinarios

de la literatura producida en español en cualquier parte. Se trata en este caso de

recoger una antología de sus escritos que tratan el tema del exilio. Es ya lugar

común entre los conocedores de la cultura del exilio republicano afirmar que, de

entre todos sus ilustres representantes, Aub fue quién más y mejor trató este

tema. Pero nunca hasta la publicación de este libro, fruto de la sabia recopilación

del editor y seleccionador, además de responsable de la presentación, Manuel

Aznar Soler, se había hecho la verdad de esta afirmación tan incontestablemente

patente y asequible al lector. Además del placer que la inteligencia y calidad

literaria y humana de Aub siempre deparan al lector, esta antología proporciona

un compendio excelente de las mejores y más significativas páginas de Aub

sobre el exilio.

1
Publicado en El correo de Euclides, 3, 2008, pp. 233-235.
Aznar Soler ha recogido, en dieciocho textos diferentes, algunos

completos, otros extractados, los anclajes principales que conforman la

producción de este gran autor sobre el tema, incluyendo muestras de su poesía,

de su narrativa, de su teatro y de sus textos autobiográficos. Y es así, a través del

crisol que va reproduciendo en la lectura la diversidad de temas, tonos y géneros

que Aub adoptó para hablar del tema del exilio, como quien lee puede,

realmente y con conocimiento de causa, encontrar sentido a ese lugar común del

“más y mejor”. La diversidad de géneros recogidos permite comprobar el

dominio formal que Aub tiene sobre las formas del cuento y el teatro breve,

dominio formal que le lleva a aventurarse a todo tipo de transgresiones, formales

y temáticas. Así, sus Diarios, donde amalgama rasgos de todos los géneros al

servicio de una reproducción personalísima, directa y amarga, de su entorno. Y

así también su discurso “El Teatro Español…” donde Aub, con osadía

conmovedora, se atreve a inventar, engañando al despistado y al ignorante, una

historia floreciente de la cultura española para un país soñado en el que nunca

hubo una guerra civil. Haciendo aún más rica y entretenida esta antología, a la

diversidad de géneros y la actitud transgresora y lúdica con ellos se une una

pluralidad de tonos que da idea de la riqueza de matices asociables a la

experiencia del exilio. Del amargo, y a veces trágico de los fragmentos de los

Diarios (incluida La gallina ciega), y las obras teatrales “Tránsito” y La vuelta, 1964
hasta el irónico de “De los beneficios de las guerras civiles”, y el humorístico del

cuento “La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco” sin olvidar el

sarcástico de “Proclamación de la Tercera República española”, y pasando por el

(falsamente) solemne de “El teatro español sacado a luz de las tinieblas de

nuestro tiempo”.

Los textos están ordenados siguiendo un criterio cronológico, lo cual nos

permite ver cómo Aub fue enriqueciendo e introduciendo matices a su reflexión

sobre el exilio. A medida que fueron pasando los años y fue haciéndose más

irreversible su estatus exiliado, lejos de menguar o aislarse en una nostalgia sin

redención por la tierra y el tiempo perdidos, la literatura de Aub fue

convirtiendo su creciente pesimismo en una herramienta productiva, en una

posición siempre crítica y siempre relevante a su presente, incluido

especialmente el español. Y en este proceso de auto-exigencia continua, ayudado

por la perspectiva crítica del margen exílico que Edward Said ha reconocido

como óptima, fue capaz de producir páginas de una originalidad y agudeza

crítica que son imprescindibles, no solo para la literatura exiliada que antologa la

Biblioteca del Exilio, sino para toda la historia de la literatura en español del siglo

XX.

No faltan, para empezar, los ingredientes temáticos comunes a mucha

literatura de este exilio. La nostalgia desgarrada de los poemas escritos en el


campo de concentración de Djelfa con los que se abre el volumen, nos introduce

a un Aub que comparte con otros muchos la escritura del dolor provocado por la

expulsión forzada del país que ha hecho suyo. Conocida también con respecto a

los refugiados republicanos es la actitud de decepción y amargura de este

colectivo por el rol a que la vida en el exilio de México ha obligado a sus

miembros, tal y como se ficcionaliza en el caso del cuento “La Merced.”

Esperable es de igual modo en la literatura de este género el homenaje a los

exiliados que encontramos en los cuentos “Homenaje a Lázaro Valdés” y “El

Testamento.” Finalmente, y dentro de los temas recurrentes en la literatura del

exilio republicano y también revisitados por Aub está la denuncia de los horrores

de la guerra y el franquismo, casi siempre conectados a la necesidad de que se

conserve memoria de ellos para vengarlos, por mucho que en una España

dominada por la Historia de los vencedores esa posibilidad no puede por menos

que verse como irrealizable. Diversas manifestaciones de ello tenemos en los

cuentos “El baile,” “El remate” y “Homenaje a Lázaro Valdés.”

Pero a medida que nos adentramos en el volumen van asomando temas

menos habituales. La critica a los exiliados y sus miserias cotidianas, por ejemplo.

Algunos de éstos son divertimentos de crítica antropológico-cultural que nos

hablan de las dificultades de adaptación al medio mexicano e intransigencia de

los refugiados, como “De cómo Julián Calvo se arruinó por segunda vez”,
“Entierro de un gran editor” o incluso en cierto sentido “La verdadera historia

de la muerte de Francisco Franco.” Pero en otros casos, como “Reverte de

Huelva” y, sobre todo, el extraordinario “Librada” se trata de articular complejas

críticas y reflexiones sobre las diferencias políticas irreconciliables entre facciones

de exiliados, la ética de la política (sobre todo con respecto al comunismo) y la

posibilidad de actuar políticamente sobre España desde el exilio.

El grado mayor de sofisticación y originalidad temática y formal lo

encontramos en aquellos textos en que Aub textualiza su rebelión contra la

Historia, es decir, contra esa narración dominante del devenir colectivo que ha

expulsado de su seno a quienes más justamente merecían un sitio de honor en

ella. Para contrarrestarla, el autor se inventa historias alternativas de cómo

podrían ser o haber sido las cosas. Dos ejemplos espléndidos de este enmarañar

las fronteras entre ficción y realidad tan característico de Aub los tenemos en “La

verdadera historia de la muerte de Francisco Franco,” que concluye con Franco

asesinado y la República restaurada, y en “El teatro español sacado a la luz de las

tinieblas de nuestro tiempo,” ya mencionado.

Finalmente, tenemos aquellos textos en los que Aub constata y diagnostica

las consecuencias para España de la pérdida y el olvido del exilio, es decir, del

olvido de su pasado republicano y defensor de la ética demócrata, representados

centralmente en la antología por la obra teatral La vuelta, 1964, y por extractos de


sus diarios, el que escribe a raíz de su visita a España de 1969, La gallina ciega, y

las entradas más tardías de sus diarios de todo el exilio. Producidos por el shock,

imaginado o real, de la vuelta, estos escritos ponen un espejo inusitado delante

de la España tardofranquista cuyo alcance va más allá de la relación,

(¿imposible?) de las generaciones crecidas en el franquismo con las exiliadas. A

mi entender, son además agudas interpretaciones de las profundas

transformaciones conseguidas por el franquismo sobre la construcción del país y

sus ciudadanos que iluminan, no solo este periodo, sino el curso de la entonces

próxima Transición, haciendo su lectura altamente relevante a nuestro

conocimiento de aquellos periodos.

El libro se abre con el desgarro de la primera ausencia de España vivida en

Djelfa en 1944 y se cierra con el autor hundido en la amargura de constatar la

imposibilidad de que su querido país recupere memoria de sí, de lo mejor de sí

en forma de sus exiliados. “No hay nada que hacer, nada” (379), sentencia Aub

en la última entrada de los Diarios que se recoge en el volumen, fechada el 11 de

junio de 1972 y muy cercana a su muerte el 22 de julio del mismo año. Y sin

embargo, esa última entrada me parece que ha sido cuidadosamente escogida

por el editor para mantener una pequeña puerta abierta a la esperanza (y que

aparece también al final del cuento “El remate”). Se trata de una ilusión que el

mismo Aub no podía compartir pero que nosotros, desde la ventaja que nos
proporciona la atalaya de los treinta y siete años transcurridos desde su escritura,

podemos apreciar. Si la penúltima frase del libro es la que un poco más arriba

citábamos, la última concede “Dejar al aleatorio futuro el que se restablezca algo

cercano a la verdad que nadie sabe cómo fue.” (379). Pues bien, no podemos

dejar de reconocer que, desde que eso escribiera Aub, en lo que para él fue

aleatorio futuro y para nosotros es la España democrática, se han dado pasos

para restablecer esa verdad, o esa versión de ella que el autor defendió y que el

régimen escamoteó a los españoles que vivieron bajo Franco. El debate sobre la

memoria histórica del pasado reciente y la necesidad de reivindicarla está vivo

en la España actual. También lo está la revisión de la Transición y de los términos

desmemoriados en que transcurrió, tan semejantes y directamente derivados de

los que Aub constató en su viaje a España de unos pocos años antes. En esta

España de hoy, la memoria crítica, inteligente, rigurosa y compleja de la que

siempre hizo gala Aub, tanto por su contenido como por su forma, ve reconocida

su actualidad y relevancia. La obra de Aub ha conseguido, con el esfuerzo de

lectores, amigos, críticos y de algunas instituciones, ser reconocida en el canon

cultural español. Este volumen oportunamente editado, cuidadosamente

seleccionado y presentado por uno de los mejores conocedores de la obra de Aub,

es una contribución más que pone al alcance del lector de hoy algunas claves de
un pensamiento que es ejemplar para comprender, valorar y sentir como propio

y actual ese periodo, aún en disputa, del pasado español.

Mari Paz Balibrea

Birkbeck, University of London

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