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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA

FACULTAD DE CIENCIAS AGARIAS


ESCUELA PROFESIONAL DE INDUSTRIAS ALIEMTARIAS

TEMA:
EL CAMBIO CLIMATICCO Y SU IMPACTO EN LA SEGURIDAD
ALIMENTARIA
DOCENTE:
ALUMNA: ROJAS HUALTIBAMBA, Irma
CURSO:
CICLO
EL CAMBIO CLIMATICCO Y SU IMPACTO EN LA SEGURIDAD
ALIMENTARIA
I. INTRODUCCIÓN
El cambio climático es sin duda el mayor desafío de nuestro tiempo, afecta todas
las áreas del quehacer de la humanidad y su interconectividad obliga a
considerar, para su abordaje, desde decisiones políticas globales hasta acciones
individuales que puedan marcar la diferencia entre la calidad de vida de una
generación a otra. Enfrentar las consecuencias del cambio climático y trascender
a las soluciones que puedan evitar que se agrave implica necesariamente la toma
de decisiones políticas de amplio alcance, cambios en patrones de consumo
individuales y colectivos, programas y estrategias que promuevan aportes
tecnológicos, innovación y esquemas institucionales que faciliten la atención de
este desafío multicausal y multidimensional.
El cambio climático influye, directa e indirectamente, en múltiples aspectos
relacionados con la seguridad alimentaria, principalmente en el sector agrícola y
ganadero. El sector agrícola constituye la principal fuente de ingresos y de
trabajo para el 70 % de los pobres del mundo que habitan en las zonas rurales.
Por otro lado, el sector ganadero contribuye de forma importante, con un 18 %, a
la emisión de gases de efecto invernadero, además de constituir una de las
principales causas de degradación del suelo y de los recursos hídricos
Los sistemas de producción agrícola y ganadero deben someterse a una reforma
necesaria, principalmente en los países en desarrollo, para cumplir con unos
requerimientos que, de no hacerlo, pueden tener graves consecuencias en sus
poblaciones y en su desarrollo. El desafío está ahora en cómo emprender estas
reformas para adaptarse al cambio climático, contribuir a su mitigación y
alcanzar, al mismo tiempo, la seguridad alimentaria y nutricional y el desarrollo
sostenible de la actividad agropecuaria.
II. OBJETIVOS
 Analizar el impacto del cambio climático sobre la seguridad alimentaria
 Hallar las causas del impacto del cambio climático sobre la seguridad
alimentaria
 Conocer e informar las medidas preventivas para solucionar el problema del
impacto sobre la seguridad alimentaria
III. MARCO TEORICO
III.1. El clima y el sistema climático
El clima se refiere a las condiciones características de la atmósfera en la
superficie más baja de la tierra en un determinado lugar, mientras que el tiempo
se refiere a las fluctuaciones diarias dentro de esas condiciones en el mismo
lugar. Aunque el clima per se se relaciona sólo con los estados variables de la
atmósfera terrestre, las otras partes del sistema terrestre también desempeñan
una función importante en la formación de las condiciones climáticas. La
dinámica del sistema terrestre que genera el clima se llama sistema climático.
Las cinco partes del sistema terrestre son:
la atmósfera (materia gaseosa sobre la superficie de la tierra), hidrosfera (agua
líquida sobre o debajo de la superficie de la tierra) criosfera (nieve y hielo sobre
o debajo de la superficie de la tierra) litosfera (superficie sólida de la tierra, por
ejemplo, rocas, suelo y sedimento) biosfera (las plantas y la vida animal de la
tierra, incluyendo a los seres humanos)
Evolución y consecuencias del cambio climático Según datos del año 2010 del
Banco Mundial, durante el pasado milenio, la oscilación de temperatura media
de la Tierra se mantuvo dentro de un intervalo menor a los 0,7°C; sin embargo,
las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano en los últimos
150 años (período industrial) han provocado un aumento de casi 1°C en la
temperatura del planeta, tendencia que se acrecienta según las proyecciones del
Banco, el cual prevé un intervalo de posibles temperaturas mundiales para este
siglo. Dichas estimaciones revelan que incluso los esfuerzos más ambiciosos de
mitigación pueden dar lugar a un calentamiento de 2°C o más (nivel ya
considerado peligroso) y la mayoría de las estimaciones prevén que una
mitigación menos intensa daría lugar a un calentamiento de 3°C y hasta 5°C
(aunque con menor certeza en cuanto a estos niveles superiores de
calentamiento).

Este calentamiento no se había registrado nunca en la historia de la humanidad y


los efectos físicos resultantes limitarían gravemente el desarrollo humano
sostenible, especialmente en los sectores agrícolas (agricultura, ganadería, pesca
y acuacultura y bosques), los cuales son algunos de los más afectados por ese
tipo de fenómenos extremos.
Un ejemplo de lo anterior fueron los daños y pérdidas en la agricultura y la
ganadería causados por el Huracán Mitch en Centroamérica, los cuales
representaron el 21% de las pérdidas totales en Costa Rica, 39% en El Salvador,
51% en Nicaragua y 68% en Guatemala. Estos países, al igual que todos los que
se encuentran en desarrollo y se hallan en los trópicos y subtropicales, continúan
recibiendo los mayores impactos, debido a su vulnerabilidad. Para ellos la
prioridad es la adaptación y el cambio a nuevos paradigmas productivos; sin
embargo, generalmente son los menos preparados enfrentar estas
transformaciones.
Según datos de la Base Internacional de Datos sobre Desastres (EM-DAT) del
Centro de Investigaciones en Desastres Epidemiológicos (CRED), desde la
década los sesentas, la cantidad de los desastres naturales mantiene un constante
nivel de crecimiento que coincide con el aumento de la temperatura promedio
(1°C) en los últimos 50 años, producto del aumento en la emisión de los gases de
efecto invernadero (GEI).
Como se muestra en la Figura 1, los continentes que presentan el mayor
incremento de personas afectadas por desastres naturales son principalmente
Asia, seguida de lejos por África y América.
Según las estimaciones del Banco Mundial, el cambio climático amenaza al
mundo entero, pero los países en desarrollo son los más vulnerables, ya que
soportarán aproximadamente entre el 75% y el 80% del costo de los daños
provocados por la variación del clima (Banco Mundial 2010).
Las poblaciones y autoridades de América Latina y el Caribe (ALC) conocen
muy bien la devastación ocasionada por inundaciones, huracanes, deslizamientos
de tierra y sequías. En los últimos diez años, las amenazas naturales han dejado
un saldo de más de 45 000 muertos, 40 millones de damnificados y daños que
superan los US$32 000 millones (BID 2002).
Para estos países, el cambio climático representa la amenaza de multiplicar sus
vulnerabilidades, erosionar los progresos conseguidos con tanto esfuerzo y
perjudicar gravemente las perspectivas de desarrollo. Resultará todavía más
difícil alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y garantizar un futuro
seguro y sostenible después del 2015 (Banco Mundial 2010).
III.2. Cambio climático y seguridad alimentaria
Este fenómeno climático plantea retos paradigmáticos en todos los sectores
productivos; sin embargo, para el sector agrícola es impostergable lograr no solo
su sostenibilidad productiva, sino también la seguridad alimentaria, la cual es
vista como el acceso material y económico permanente a suficientes alimentos
inocuos y nutritivos (FAO 2008). Esta aproximación es compartida por el IICA,
que la delimita como “...la existencia de condiciones que posibilitan a los seres
humanos tener acceso físico, económico y de manera socialmente aceptable a
una dieta segura, nutritiva y acorde con sus preferencias culturales, que les
permita satisfacer sus necesidades alimentarias y vivir de una manera productiva
y saludable”. Estas condiciones son cuatro: disponibilidad de alimentos, acceso
de todas las personas a los alimentos, aprovechamiento de los alimentos y
estabilidad en el acceso (Chavarría y Salazar 2008).
Esta aproximación así como sus cuatro condiciones para la seguridad alimentaria
dependen necesariamente de dos aspectos que el cambio climático está
afectando:
a. La disponibilidad de material de alimentos que se limita por las consecuencias
que el cambio climático produce en los cultivos, como inundaciones, sequías,
granizadas, incendios y, en el mejor de los casos, abruptos cambios de
temperatura que afectan la productividad agrícola, lo que disminuye la calidad e
inocuidad de los alimentos.
b. Capacidad económica para adquirir los alimentos, debido a las importantes
pérdidas que genera el cambio climático, especialmente cuando se consideran
los costos en que incurren las familias y empresas para reducir o enfrentar los
efectos que producen los fenómenos naturales asociados al cambio climático, lo
cual no solo limita las posibilidades productivas (infraestructura y tecnología),
sino su consumo por el lógico incremento en los precios de los alimentos.
Perspectivas del cambio climático El cambio climático es un reto para toda la
humanidad, especialmente en momentos en los que se plantean presiones cada
vez más fuertes en la Conferencia de las Partes (COP) que cada vez está más
presionada por alcanzar acuerdos globales y vinculantes que superen el
Protocolo de Kyoto, que fijen límites diferenciados para países desarrollados y
en desarrollo e impulsen los servicios ambientales certificados como una opción
de compensación ambiental.
Esto nos obliga a pensar que el cambio climático es un tema que trasciende lo
nacional y que es irreversible, pero cuyo impacto puede reducirse si logramos
disminuir los gases de efecto invernadero que amenazan con un calentamiento
superior a los 2°C. Para ello, es imprescindible el trabajo conjunto y
consensuado entre gobiernos, empresas, sociedad civil y la ayuda técnica de
organizaciones como el IICA. Para ello, es necesario:
a. Construir acuerdos de participación con los actores involucrados que
incorporen para cada uno metas de cumplimiento.
b. Definir estrategias, sistemas y políticas públicas innovadoras que contribuyan
al cumplimiento de las metas.
c. Impulsar mecanismos institucionales sostenibles para la implementación de
las estrategias y políticas.
d. Diseñar un mecanismo de monitoreo que permita dar seguimiento a las metas
y compromisos adquiridos por cada sector y país.
3.3. Seguridad alimentaria y sistemas alimentarios
La seguridad alimentaria existe cuando todas las personas en todo momento
tienen acceso físico o económico a alimentos nutritivos, inocuos y suficientes
para satisfacer las necesidades dietéticas y de su preferencia para una vida activa
y saludable. Para lograr la seguridad alimentaria, los cuatro componentes en su
totalidad deben ser adecuados. Ellos son: disponibilidad, estabilidad,
accesibilidad y utilización.
Un sistema alimentario es un conjunto de interacciones dinámicas entre los
medios biogeofísicos y humanos y dentro de ellos, que influencian tanto las
actividades como los resultados a lo largo de la cadena alimentaria (producción,
almacenamiento, elaboración, distribución, intercambio, preparación y
consumo).
La seguridad alimentaria es el resultado del funcionamiento del sistema
alimentario a nivel local, nacional y mundial. A menudo depende directa o
indirectamente de los servicios del ecosistema forestal y agrícola, por ejemplo, el
suelo, la conservación de las aguas, la ordenación de las cuencas hidrográficas,
la lucha contra la degradación de la tierra, la protección de las zonas costeras y
de los manglares y la conservación de la biodiversidad.
3.4. Efectos del cambio climático en la seguridad alimentaria
Los cambios significativos en las condiciones climáticas afectarán la seguridad
alimentaria por medio de sus impactos sobre todos los componentes de los
sistemas alimentarios mundial, nacional y local. Los fenómenos climáticos
extremos intensos más frecuentes y más irregulares y las sequías, niveles más
altos de los mares y las irregularidades crecientes en los regímenes de la estación
de lluvias, que ya tienen repercusiones directas sobre la producción de
alimentos, la infraestructura de la distribución alimentaria, la incidencia de las
crisis alimentarias, los bienes y oportunidades para los medios de subsistencia y
la salud humana tanto en las zonas rurales como en las urbanas. Es probable que
los efectos de los cambios graduales en la temperatura y precipitación medias
sean discontinuos, ya sean positivos o negativos. Pueden incluir:
 cambios en la adaptabilidad de la tierra para diferentes tipos de cultivos y
pasturas,
 cambios en la salud y productividad de los bosques,
 cambios en la distribución, productividad y composición comunitaria de
los recursos marinos, cambios en la incidencia y vectores de diferentes
tipos de plagas y enfermedades,
 pérdida de la biodiversidad y del funcionamiento del ecosistema en los
hábitat naturales, cambios en la distribución de agua de buena calidad
para los cultivos, el ganado y la producción pesquera continental,
 pérdida de tierras arables debido a la creciente aridez y a la salinidad
asociada, disminución del agua subterránea y aumento del nivel del mar
 cambios en las oportunidades para los medios de subsistencia
 cambios en los riesgos de la salud migración interna e internacional.
3.5. Cambio climático y seguridad alimentaria
3.6. Cambio climático, producción agrícola y sistemas alimentarios
La agricultura, las actividades forestales y la pesca son todas actividades
sensibles al clima. Por lo cual sus procesos de producción – ya sea para
alimentos, piensos, fibra, bebidas, energía o cultivos industriales o para el
ganado, las aves de corral, los peces o los productos forestales – se verán
afectados por el cambio climático. En general, se prevé que los efectos en las
regiones templadas serán positivos, y aquellos en las regiones tropicales
negativos, aunque existe una fuerte incertidumbre sobre el modo en que los
cambios proyectados se desempeñarán a nivel local. Asimismo, las
repercusiones proyectadas podrían ser modificadas por la adopción de medidas
de gestión del riesgo y de estrategias de adaptación que fortalezcan la capacidad
de intervención y la resistencia.
Los cambios en los modelos de producción agrícola afectarán la seguridad
alimentaria de dos modos:
• Las repercusiones en la producción alimentaria afectarán el suministro de
alimentos a nivel local y mundial. En la esfera mundial, los rendimientos más
altos en las regiones templadas podrían desequilibrar los rendimientos más bajos
de las regiones tropicales. Sin embargo, en muchos países de ingresos bajos que
tienen una capacidad de financiación limitada para el comercio y que se apoyan
mayormente en su propia producción para satisfacer sus necesidades
alimentarias, puede resultar imposible compensar la disminución en el
suministro local sin aumentar su dependencia de la ayuda alimentaria
• Las repercusiones en todas las formas de producción agrícola afectarán los
medios de subsistencia y la capacidad de acceso a los alimentos. Los grupos de
productores menos capaces de abordar la cuestión del cambio climático, tales
como las poblaciones rurales pobres de los países en desarrollo, arriesgan
comprometer su seguridad y bienestar.
Además de la producción agrícola y alimentaria, otros procesos del sistema
alimentario tienen igual importancia con respecto a la seguridad alimentaría, por
ejemplo, la elaboración, la distribución, la adquisición, la preparación y el
consumo. En general, en la actualidad, el funcionamiento del sistema alimentario
depende mucho menos del clima que lo que lo hacía hace cien años. Sin
embargo, hoy existe un aumento del riesgo de daño al transporte por tormentas y
a la infraestructura de la distribución con la consecuente desorganización en las
cadenas de producción alimentaria. Es probable que el cambio climático haga
más difícil el acceso a los alimentos para muchas personas que actualmente son
vulnerables y para muchos consumidores de ingresos bajos ya sea por una
producción propia reducida, por la pérdida de oportunidades de empleo, por el
cambio de modelos de producción en la explotación agrícola y fuera de ella, o un
poder adquisitivo más bajo debido al aumento de los precios de los alimentos en
el mercado. Además, el creciente costo de la energía y la necesidad de reducir el
consumo de los combustibles fósiles han dado lugar a un nuevo cálculo – el de
las “food miles”, es decir, la cantidad total de millas que recorren los alimentos
antes de ser consumidos – que debería mantenerse lo más bajo posible a fin de
reducir las emisiones. La combinación de todos estos factores podría tener como
consecuencia una reversión a la responsabilidad más local con respecto a la
seguridad alimentaria del futuro.
3.7. ¿Quiénes son vulnerables hoy?
Los sistemas de los medios de subsistencia con base agrícola que ya son
vulnerables al cambio climático arriesgan el aumento de las malas cosechas, la
pérdida de ganado y de existencias de peces, el aumento de la escasez de agua y
la destrucción de las capacidades productivas. Incluyen los sistemas agrícolas de
secano en pequeña escala, los sistemas de pastoreo, las comunidades
relacionadas con la pesquería costera y continental y la acuicultura y los
sistemas basados en el uso de recursos forestales. Las poblaciones rurales que
habitan las costas, las zonas de anegamiento y los deltas bajos de ríos, las
montañas, las tierras secas y la zona ártica son quienes más se hallan en riesgo.
Además, las poblaciones urbanas pobres, en particular, las que viven en las
ciudades costeras y los asentamientos en las zonas de anegamiento también
afrontan mayores riesgos. Entre los grupos en riesgo, es probable que las
discriminaciones socioeconómicas ya existentes se agraven aún más causando
un deterioro en el estado nutricional de las mujeres, los niños pequeños y los
ancianos y las personas enfermas o discapacitadas
3.8. Inseguridades del mercado
a. Crecimiento económico
Todos los escenarios de emisiones del IPCC suponen que, para todo el
mundo, las economías continuarán su crecimiento, si bien con tasas
diferentes y algunas veces con diferencias regionales, que dependen del
escenario. Sin embargo, también es posible que el impacto del cambio
climático realmente reduzca el crecimiento económico. Si los mercados
financieros mundiales no son capaces de adaptarse a las altas tasas
continuadas de pérdida a causa de los fenómenos climáticos, y un gran
número de hogares en los países desarrollados y en los países emergentes en
desarrollo experimentan disminuciones no compensadas en el valor de sus
bienes personales y su capacidad de generar ingresos, asimismo, es una
posibilidad la recesión económica mundial y un deterioro en la situación de
la seguridad alimentaria a todos los niveles.
b. Precios de los alimentos
Las proyecciones actuales para 2030 sugieren que la participación de los
alimentos en el gasto promedio de una familia seguirá reduciéndose. Sin
embargo, las tendencias recientes, por lo menos para algunos productos
básicos, parecen indicar lo contrario con los precios de los alimentos que
aumentan con mayor rapidez que los ingresos. Es probable que la creciente
escasez de agua, tierra y combustible ejerzan una presión creciente en los
precios de los alimentos, aun sin el cambio climático. La mayor presión
sobre estos recursos debida al cambio climático, la introducción de las
prácticas de mitigación que tienen el potencial de crear una competencia
sobre el uso de la tierra y la atribución del valor del mercado para los
servicios medioambientales con el fin de mitigar el cambio climático
también tienen el potencial de causar cambios significativos en los precios
relativos para los diferentes productos alimenticios y un aumento general en
el costo de una cesta de alimentos promedio para el consumidor.

c. Suministro y demanda de alimentos


El crecimiento económico continuo implica un continuo incremento en la
demanda de proteína animal en tanto que los ingresos promedios en los
países en desarrollo aumentan y, con ello, la demanda de agua y, en grado
menor, de la tierra para la cría de ganado. El garantizar un adecuado y
estable abastecimiento de proteína requerirá la expansión de la agricultura
intensiva en la que es comercialmente posible una más eficaz gestión del
agua para la agricultura, una mejor gestión de las tierras cultivadas, mejor
manejo del ganado y el uso de nuevas y más eficaces técnicas de energía por
la agroindustria. Al enfrentase con el aumento de precios y una mayor
concienciación de las consecuencias medioambientales de sus opciones en
materia alimentaria, los consumidores pueden modificar sus hábitos de gasto
y de comidas, aunque no es posible en esta etapa determinar la exacta
naturaleza de dichos cambios.
3.9. ¿Quiénes serán vulnerables en el futuro?
Es probable que en el transcurso del tiempo la distribución geográfica del riesgo
y la vulnerabilidad cambien. Los habitantes de las ciudades con ingresos bajos
tanto en los países desarrollados como en los países que están en vías de
desarrollo ya afrontan riesgos por el impacto de los fenómenos climáticos
extremos y por los precios variables de los alimentos. Es posible que los que
carecen de una cobertura de seguros adecuada o de una red de protección de la
seguridad se vuelvan más vulnerables con el tiempo. Algunos tipos de medios de
subsistencia basados en la agricultura pueden beneficiarse de los efectos del
cambio climático, mientras que otros se verán perjudicados. Asimismo, la
situación de los medios de subsistencia de los trabajadores agrícolas cambiará en
tanto que cambien los centros de producción agrícola y todos los asalariados
afronten nuevos riesgos para la salud que podrían ser la causa de la reducción en
su productividad y capacidad de obtener ingresos. Por último, el cambio
climático tendrá sobre las personas efectos diferentes, basados en factores tales
como la propiedad de la tierra, el género, la edad y el estado de salud.
3.10. ¿Cuál es el riesgo del cambio climático?
El riesgo existe cuando hay inseguridad acerca de los resultados futuros a partir
de los procesos actualmente en curso o de acontecimientos futuros. Cuanto más
seguros estamos respecto de un resultado, menor riesgo existe, porque la certeza
nos permite realizar una elección con conocimiento y prepararnos para abordar
las cuestiones de los efectos del cambio climático.
El cambio climático está generando un aumento de la inseguridad acerca de la
temperatura futura y de los regímenes de precipitación, lo cual hace
intrínsecamente más riesgosas las inversiones en la agricultura y en otros medios
de subsistencia que dependen del clima. La capacidad de absorción de riesgos de
las poblaciones más pobres es tal que es probable que ya no sean capaces de
adaptarse a los riesgos que añade el cambio climático. Al mismo tiempo, existe
una mayor certeza de que los fenómenos climáticos extremos van a aumentar en
frecuencia e intensidad y los lugares vulnerables son conocidos. Por ello, hay
una mayor seguridad de que aumentarán las pérdidas de bienes atribuibles a
catástrofes relacionadas con el clima. Si estas pérdidas interesan los bienes
productivos, las posesiones personales y aun la pérdida de vidas, los medios de
subsistencia y el estado de la seguridad alimentaria de millones de personas en
las zonas propensas a catástrofes se verán afectados negativamente.
IV. CONCLUSIONES
V. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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