Como agua para chocolate

Como agua para chocolate (1989) es la primera novela de la

escritora mexicana Laura Esquivel. Cuenta con una adaptación
cinematográfica de 1992, que se posiciona como una de las diez
películas en idioma extranjero más populares en Estados Unidos.
En ese mismo año, la novela se traduce al inglés y se convierte en
un éxito de ventas.

La novela cuenta la historia de Tita, una muchacha incapaz de

casarse con el amor de su vida por decisión de su madre. Así,
utiliza la cocina y las recetas de su familia como un espacio
personal que le permite experimentar nuevas y apasionantes
emociones.

La publicación del texto se da en un momento de

revalorización y difusión de autoras latinoamericanas en todo el
continente. Así, a lo largo de la década del 80, se pone en primer
plano la existencia de otras voces autorales que solían estar
marginadas y discriminadas por la arrolladora predominancia de
autores masculinos. De esta manera, Laura Esquivel constituye una
de las representantes más destacadas de la época, junto a Isabel
Allende y Ángeles Mastretta.

La novela pertenece al género literario del realismo mágico.

Este estilo, definido por el escritor cubano Alejo Carpentier en 1949,
incorpora lo fantástico, lo mítico y lo sobrenatural en un escenario y
una trama realista. De esta manera, acciones inexplicables o
sorprendentes se incorporan en la cotidianeidad de los personajes,
sin que sea cuestionado por ellos. Según el autor, el realismo
mágico exhibe la delicada y contradictoria fusión entre los mitos de
los pueblos originarios en América Latina y la presencia de la
cultura europea a partir de la colonización.

En un principio, la crítica literaria menosprecia la escritura de

Laura Esquivel ya que la entiende como simplista e infantil, como
una mera copia de recursos ya existentes. Más allá de esta
percepción, la obra establece una polémica porque incorpora
géneros y temáticas que no suelen ser considerados como
literarios. En este sentido, el subtítulo de Como agua para
chocolate, novela de entregas mensuales con recetas, amores y
remedios caseros, funciona como un indicador del contenido de la
novela y también de la pluralidad de discursos incorporados en ella,
provenientes de un origen popular como las recetas de cocina y las
historias de amor. De esta manera, la novela está organizada en
doce capítulos con los nombres de los meses del año. Cada uno de
ellos comienza con la explicación de cómo se prepara una
determinada receta por parte de la voz narrativa, que conecta el
plato con el evento central de la historia.