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ERUPCION DEL VOLCAN DEL NAMBROQUE


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INSTITUTO GEOGRÁFICO Y CATASTRAL

GONT11101101011 HL ESTUDIO
DE Ui

ERZION DEL 1101» DEL glIIIMIONE


0 SHII Jilfel (IStR llE Lil PRIll11)
34 DE JUNIO 4 DE AGOSTO DE 1949
POR

EL INGENIERO GEÓGRAFO,

JUAN M. a BONELLI RUBIO

MADRID
TALLERES DEL INSTITUTO GEOGRÁFICO Y CATASTRAL

1950
PRELIMINARES

A las nueve de la mañana del día 24 de junio de 1949 un pastor


que se encontraba en las inmediaciones de la montaña del Duraznero,
en la isla de La Palma, huyó aterrorizado al ver que se agrietaba la
tierra, salía humo de las aberturas y se oían misteriosos ruidos subte-
rráneos. Poco después, hacia las once de aquella misma mañana, se
abría el primer cráter de la montaña del Duraznero que lanzaba al aire
una espesa y copiosa columna de humo que fué vista en toda la isla y
que sembró la intranquilidad, cuando no el pánico, entre sus pacíficos
habitantes. La erupción del volcán de San Juan —si tomamos para su
denominación la fecha (24 de junio, San Juan) en que se inició la fase
visible del fenómeno— o del volcán del Nambroque --si adoptamos
el nombre del principal aparato eruptivo afectado—, había empezado.
Acompañan a esta manifestación de la erupción frecuentes sacudi-
das sísmicas, de escasa intensidad, que van precedidas o simultaneadas
por idénticos ruidos subterráneos a los que aterrorizaron al pastor tes-
tigo de los primeros fenómenos externos, y que provocan asimismo el
pánico de los habitantes de aquellas comarcas más próximas a la zona
volcánica. Ya con anterioridad a la erupción, el día 21 de junio, se sin-
tieron dos intensas sacudidas sísmicas, y los días 22 y 23, inmediatos a
la erupción, otras frecuentes sacudidas de poca intensidad, pero que
habían sembrado la inquietud como lógicamente cabía esperar. Eran
las sacudidas sísmicas premonitorias de la erupción, que no han debido
ser únicas seguramente, y cuyo estudio, caso de haber existido algún
Observatorio sismológico en las inmediaciones capaz de captarlas,
hubieran podido permitir atisbar o entrever algo de lo que se fraguaba
en el interior de la tierra isleña y hasta quizá predecir el lugar probable
de la futura erupción, basada esta predicción en la migración del epi-
centro de las sacudidas sucesivas, de igual manera que lo han conse-
guido los norteamericanos, con formidable éxito científico y práctico,
en las erupciones de la isla de Hawai (1). Desgraciadamente, y aunque
en el programa del Instituto Geográfico y Catastral figura desde hace
largos años la instalación en el archipiélago canario de un Observatorio
sismológico, cuando menos, todavía no ha podido alcanzarse esa an-
siada meta, y se ha perdido con ello una oportunidad preciosa que sólo
Dios sabe cuándo volverá a repetirse.

DIARIO DE LA ERUPCION

Comenzada el día 24 de junio a las once de la mañana, como queda


dicho, continúa el día 25 la actividad del volcán en idéntica forma, arro-
jando lavas fragmentadas, arena calcinada y «lapili». La densa y negra
columna de humo, portadora de estos últimos materiales y que se eleva
a gran altura, es arrastrada por el viento y deja caer una lluvia de ceni-
za sobre diversos lugares de la isla. Las sacudidas sísmicas se repiten
frecuentemente, acompañadas siempre de los característicos ruidos sub-
terráneos. Por el personal de observación enviado por las autoridades
se llega a definir que el volcán presenta tres bocas: una, de cierta im-
portancia, que alcanza una dimensión de 20 metros de diámetro, y otras
dos, más modestas, situadas en dirección Norte de la primera y próxi-
mas a ella. En las inmediaciones el terreno se agrieta abundantemente,
se aprecian algunos deslizamientos y corrimientos y aparecen algunas
emanaciones de gases.
En los días siguientes continúa el fenómeno con características simi-
lares, si bien decrece la actividad volcánica y aumenta la sísmica, prin-
cipalmente en las zonas de Jedey, Las Manchas y Los Charcos, produ-
ciendo desprendimientos de piedras y derrumbándose algunas vivien-
das de gente humilde deficientemente construidas. En la montaña de
Jedey se origina el desplome de un montículo conocido con el nombre
de Los Campanarios.
El día 1. 0 de julio por la tarde, a las dieciocho horas locales, y coin-
cidiendo con una actividad sumamente moderada de la erupción, se
produjo una fuerte sacudida sísmica, sentida en casi toda la isla, que
Fots. 1 y 2.-- La fotografía núm. 1 muestra la columna de humo
y cenizas emitida por la primitiva boca de la montaña del Du-
raznero, y la fotografía núm. 2 la boca abierta el día 6 de julio
de 1949. (Págs. 2 y 3).
Fot. 3.—Muestra la columna de humo emitida por la boca de la loma del
Duraznero, abierta el día 6 de julio.
(Fot. del autor.)
7

dió lugar a nuevas grietas en el terreno y nuevos derrumbamientos de


casas en la zona pleistosista, seguida a las nueve de la mañana del día
siguiente, día 2, por otra de mayor grado todavía, que fue sentida prác-
ticamente en toda la isla y con verdadero espanto en la zona afectada
por las anteriores. Esta sacudida es la mayor de intensidad de todas las
habidas durante la erupción.
Continúa el cráter del Duraznero con su actividad moderada du-
rante los siguientes días hasta el día 6 de julio, en cuya mañana, a las
ocho horas, y cuando el autor de este trabajo se disponía a emprender
la subida al cráter, se vió elevarse violentamente una espesa y gigan-
tesca columna de humo negro que acusaba, al parecer, una reactivación
del proceso eruptivo, pero al llegar a la montaña se pudo observar que
la columna de humo vista procedía de una nueva boca de mayores
proporciones, en la misma loma del Duraznero. Las bocas anteriores
sólo desprendían ligeras columnas de humo blanquecino, o más bien
vapores, que no forman volutas, y tan poco espesos, que se distinguen
perfectamente los objetos a través de ellos. El terreno en las inmedia-
ciones del cráter se hallaba profundamente agrietado y pude observar
durante el tiempo que permanecí junto a él, cómo se ensanchaban las
grietas y se producían deslizamientos, así como los desmoronamientos
de tierras consecuentes con estos fenómenos. En sentido Norte-Sur y
a ambos lados del cráter, como a unos 100 metros de distancia, corren
amplias grietas en aquella dirección; más al Norte, e inclinándose hacia
el Noroeste, las grietas son perfectamente visibles y sumamente impor-
tantes en el Llano del Agua y Hoyo Negro. Estas grietas se prolongan
vertiente abajo de la isla hacia el Llano del Banco, pero su exploración
no pudo ser continuada por el autor.
Transcurren este día y el siguiente con iguales características, lan-
zando el volcán abundantísimos materiales tenues que forman una nube
de un gris oscuro que toma a veces tonalidades rojizas y que, empujada
por el alisio, produce una lluvia de materiales magmáticos finísimos que
cubre toda la región Sur y Sudoeste de la isla, depositando sobre el
suelo una capa de algunos centímetros de espesor. La actividad sísmica
ha desaparecido.
En la madrugada del día 8 se inicia la emisión de las lavas por una
nueva boca abierta a algo más de media ladera, en el lugar denomina-
do Llano del Banco, boca que, según la descripción dada por D. Simón
Benítez, Presidente del Museo Canario y Vulcanólogo notable, en su
8

conferencia de 19 de agosto de 1949, que pudo visitarla, .se presentaba


como una larga y algo sinuosa grieta de un kilómetro de longitud por
100 metros de anchura». Las lavas, en parte por su fluidez y en parte
por la accidentada topografía de la isla, avanzan rápidamente en cascada
por los barrancos de la montaña hasta llegar al llano de Las Manchas,
por donde camina ya más lentamente, aun cuando conserve una velo-
cidad de dos metros por minuto, que pude medir en las cercanías de
la carretera general con bastante exactitud. A las dos de la tarde la co-
rriente de lava cortaba esta carretera y continuaba su ruta hacia el mar
invadiendo el Hoyo del Verdugo, donde se ensancha ampliamente y
aumenta su espesor. El día 10 las lavas se desploman desde el acantila-
do al mar en las cercanías del Puerto de Naos.
Continúa la emisión de las lavas en los días sucesivos, haciéndose
cada vez más flúidas, hasta el extremo de llegar a alcanzar la increíble
casi velocidad de dos metros por segundo (D. Simón Benítez) en su
momento de máxima fluidez. El día 12 se abre una boca gaseosa que
no emite lavas en el Hoyo Negro. Coincidentes con esta apertura se
han sentido dos sacudidas sísmicas importantes.
Prosigue la erupción con varias alternativas de emisión de humos,
etcétera, y períodos de apaciguamiento, aunque persista siempre la sa-
lida de lavas por la boca del Llano del Banco. El día 22 se registran
dos sacudidas sísmicas. El 26 cesa la emisión de lava. La erupción pa-
rece haber terminado. Sin embargo esto es sólo una pausa en la activi-
dad volcánica, pues el día 30 sufre una reactivación, se abre una nueva
boca en el Duraznero y fluye por ella lava muy flúida que corre por la
vertiente oriental de la isla, inmune hasta ahora a la erupción, cruza el
término municipal de Mazo y se detiene antes de llegar al mar. El día 4
de agosto cesa toda manifestación externa de la erupción, sólo persiste
la actividad final en fase de fumarolas.

ANTECEDENTES DE LA ERUPCION

Históricamente se conocen las siguientes erupciones en la isla de


La Palma:
La erupción de Los Llanos, que tuvo lugar en 1585 en la zona de
Fot. 4.—F.n ésta puede verse, al pie de la fotografía anterior, la que se
abrió primitivamente el día 24 de junio, que sólo emite humos blanque-
cinos y vapores. (Pág. 21).
(l-of. del autor.)
Fot. 5.- Se pueden apreciar las grietas abiertas en el terreno a consecuencia de la erup-
ción en las inmediaciones del Cerro de la Paila.

Fot. 6. 01 ietas en el Llano del Agua.


(Fots. del autor.)
9

la isla más inmediata por el lado Sur a la Gran Caldera de Tabu-


riente.
En 1646, poco más de medio siglo más tarde, tuvo lugar la erup-
ción de Tigalate, cuyo cráter se abrió en la misma región de la erupción
actual, un par de kilómetros más al Sur, en la llamada montaña del Ca-
brito. Esta erupción derramó sus lavas por la vertiente oriental de la
isla en contraposición con la fase principal de la emisión del volcán de
San Juan.
Con muy poco intervalo de tiempo, en 1667, tuvo lugar la erupción
de Fuencaliente, la más importante de las cuatro históricas que se re-
gistran.
Por último, después de un intervalo similar, en 1712, se produjo la
erupción del Charco. Desde aquella lejana fecha, la actividad volcánica
de la isla de La Palma pasaba por un período de reposo absoluto.

ANTECEDENTES INMEDIATOS

De haber contado con los registros y las gráficas de un Observato-


rio sismológico situado en el archipiélago canario, es indudable que se
habría contado con datos abundantes y precisos que hubieran sido los
antecedentes inmediatos de la actual erupción, pero como los fenóme-
nos de origen volcánico que se han tenido que desarrollar en el sub-
suelo de la isla con anterioridad a la erupción sólo podían dar lugar a
movimientos sísmicos de débil intensidad y pequeña magnitud, regis-
trables tan sólo en sismógrafos próximos, y como los más inmediatos
se encuentran en la Península, en las inmediaciones del óvalo bético-
rifeño, es evidente que ha escapado a nuestra observación y estudio
toda la actividad formativa y premonitoria de la erupción.
En apoyo de la anterior afirmación y a título de ejemplo, damos a
continuación un registro de datos macrosísmicos publicados por el In-
geniero D. Luis Cadarso, Jefe, a la sazón, del Observatorio sismoló-
gico de Málaga, quien llevado de su celo, había extendido su red de
observadores macrosísmicos hasta aquel lejano archipiélago. La infor-
mación reza así:
— 10 —

Fecha y hora aproximada Localidad Grado Observaciones

El Paso (Isla de la Palma). III Borde S. de la «Caldera


23-VII-1936.-23 h 30'• de Taburiente». No se
Los Llanos (Idem íd.). ... III
han sentido en locali-
24-VII-1936.— 7h Los Llanos (Idem íd.). dades lejanas, lo que
El Paso (Idem íd.). demuestra su carácter
24-VII-1936.-14 h 30'• superficial. Tipo vol-
Los Llanos (Idem íd.). cánico. Se suceden los
24-VII-1936.-15 h 30111• El Paso (Idem íd.). movimientos sensi-
bles hasta la noche
25-VII-1936.— 6h 50". Los Llanos (Idem íd.).
del 25. No tenemos
25-VII-1936.— 7 h 15m. Los Llanos (Idem íd.). noticias de que se ha-
25-VII-1936.— 8h 40. Los Llanos (Idein íd.). yan producido fuma-
rolas.
25-VII-1936.— 9h 55'. Los Llanos (Idem íd.).
25-VII-1936.-12h 05. Los Llanos (Idem íd.).
25-VII-1936.-22h 40'. Los Llanos (Idem íd.).

Fácil es ver, como lo vió el citado Ingeniero, que este período de


actividad sísmica tiene un claro origen volcánico, muestra indudable de
la no extinguida actividad volcánica del archipiélago. Posteriormente,
por la perturbación grave que nuestra Guerra de Liberación produjo en
el Servicio Sismológico, como en tantos otros, no se registran nuevas
noticias, si bien los habitantes de la isla recuerdan la existencia de otras
sacudidas aun cuando no pueden precisar datos. Nunca se lamentará
bastante la falta de un Observatorio sismológico en las Islas Canarias.

LIGERA RESEÑA VULCANOLOGICA DE LA ERUPCION

Puede asegurarse que el actual volcán de San Juan es una reactiva-


ción de un antiguo aparato :eruptivo, cuyas activaciones anteriores han
dejado claras muestras en las inmediaciones de los cráteres actuales.
Para la mejor comprensión de lo que sigue, se adjunta un ligero cro-
quis de la región de montaña donde se encuentra el primitivo cráter del
Duraznero. En él puede verse que las tres primeras bocas vinieron a
abrirse en un collado entre el monte del Duraznero y el cerro de La
Paila, un poco más hacia la ladera de aquél. La cuarta boca fue la que
se abrió el día 6 de julio, que inició el período más intenso de expul-
sión de humos, bombas (Wulstemnaterialen) y arena (Eckigesmateria-
len), premonitorias de la expulsión de las lavas. Posteriormente se abrió
una quinta boca, bastante separada de las anteriores, en dirección Nor-
oeste, en el Harrado Hoyo Negro, monte abajo del cerro de la Barqui-
lla, por la que comenzó a fluir la lava.
El propio monte del Duraznero es un antiguo cráter con su típica
forma de herradura, clásica en los cráteres canarios, que puede clasifi-
carse como tipo «Homate» de construcción reciente (2), y asimismo el
lugar denominado Llano del Agua (que también puede verse en el cro-
quis), es el fondo de otro cráter relleno hoy de materiales de acarreo
procedentes de las paredes que le rodean. Así, pues, la erupción actual
es, como queda dicho, una reactivación de un aparato eruptivo que en
activaciones anteriores dió lugar a la actual constitución y forma del
terreno; reactivación excéntrica, típica también del volcanismo canario.
La erupción que tuve la fortuna de contemplar en su período más
intenso se caracterizó por la expulsión violenta de un humo negro y
denso per la boca núm. 4, acompañada de fuertes explosiones y de lan-
zamiento de bombas y escorias. En las inmediaciones del cráter trepi-
daba fuerte y constantemente el terreno; sentado en el suelo, en el cerro
de La Paila, se podía percibir perfectamente el latir del subsuelo some-
tido a las altas presiones de los gases magmáticos y a la erosión de
esas fuerzas internas en su trabajo de abrirse paso al exterior.
El surtidor era perfectamente vertical; la nube de humo brotaba a
borbotones expandiéndose y girando al elevarse y con el clásico aspec-
to de coliflor o de «pino del Vesubio», de vez en cuando se producen
derrumbamientos en las bocas de los cráteres, y los materiales de la
superficie, refundidos en el interior, salen expulsados después con las
lavas fragmentadas. A simple vista se aprecia el ensanchamiento del
cráter, consecuencia del trabajo de erosión del surtidor y las grietas que
en dirección Norte-Sur corren a banda y banda del volcán; se modifi-
can y amplían sensiblemente dejando escapar ligeras fumarolas. El úni-
co gas que pude percibir, tanto en las inmediaciones del cráter como
en las grietas abiertas en el Llano del Agua, fué el sulfhídrico.
En el croquis se puede ver también las líneas de dirección funda-
mentales de las grietas producidas en el terreno por la apertura de
- 12 -

bocas, por las explosiones y por el trabajo de erosiones de los surtido-


res. La de más a la izquierda, que partía del monte del Duraznero hacia
el Nor-Noroeste y corría a lo largo del cerro del Llano, se prolongaba
vertiente abajo aumentando sensiblemente de proporciones y con nota-
bles deslizamientos del terreno, que alcanzaban la cifra de cuatro y más
metros. (En las fotografías que acompañan este trabajo pueden verse
las grietas y apreciarse su importancia.)
En el Llano del Agua, que como queda dicho anteriormente está
formado por el fondo de un antiguo cráter, el terreno se hallaba sur-
cado por grietas en todas direcciones por causa de ser suelto y move-
dizo, flanqueado por las grietas principales. Al fondo, en la dirección
del cerro de La Paila, se observaban desprendimientos de gases.
La observación de los pinos en aquella zona fué sumamente intere-
sante. Los había secos, a medio secar y verdes todavía, y como los que
estaban secándose lo hacían de la base a la copa, pude deducir las zo-
nas de mayor o menor calor del subsuelo. Fruto de esta observación,
junto con la dirección y tamaño de las grietas principales, apunté la po-
sibilidad de que se abrieran nuevas bocas en la falda de la Barquilla y
en el Llano del Agua. La primera tuvo confirmación dos días después 1
en el Llano del Banco, por donde se inició la emisión de las lavas. La
segunda se abrió el día 12 en el Hoyo Negro, próximo a aquél.
Las lavas que comenzaron a fluir el día 8 eran algo viscosas, de con-
textura muy accidentada que solidificaban rápidamente. En las primeras
horas su velocidad fué grande debido, principalmente, a la accidentada
topografía, alcanzando muy pronto los puntos de la isla de cota infe-
rior, donde el barranco se ensanchaba formando valle y se suaviza la
pendiente del terreno. Ya en esta región, y en el lugar conocido por
Las Manchas, la velocidad media fué de dos metros por minuto. Ya en
esta parte pude observar perfectamente la formación de lavas cordadas.
En días posteriores, las lavas fueron haciéndose cada vez más flúidas
hasta convertir la erupción en un verdadero río de fuego.

ESTUDIO SISMICO DE LA ERUPCION

Hemos elegido para este estudio la sacudida que tuvo lugar a las
nueve de la mañana del día 2 de julio, que fué la más intensa de todas
las registradas en este período de actividad volcánica, y que por serio,
Fots. 7 y 8. Re-
cogen las grietas
producidas en el
Llano del Agua.

(La fotografia 7 es
debida a la amabili-
dad del señor Beni-
tez; la 8 del autor.)
- 13 -

y a falta de las gráficas de un registro sismológico, era la que nos per-


mitía hacer una información macrosísmica de mayores garantías. A
pesar de ello, y aunque se han podido reunir más de un centenar de
tarjetas de información, como las regiones habitadas de la isla están
casi exclusivamente a caballo sobre la carretera principal que, en cor-
nisa, contornea la isla, queda una extensión grande deshabitada, con la
consiguiente laguna en la precisión del trazado de las líneas isosistas,
no obstante lo cual, los resultados son satisfactorios.

BREVE RESEÑA GEOMORFOLOGICA

La isla de La Palma, de origen volcánico como todo el archipiélago,


está formado —según D. Lucas Fernández Navarro—(3) por un zócalo
o base holocristalino dispuesto sobre el Atlántico en un domo alargado
de dirección Norte-Sur, sobre el que se asienta una serie completa de
materiales eruptivos, dividida en dos zonas: una, de materiales más an-
tiguos, ya alterados, al Norte, y otra, de lavas mucho más frescas, al Sur,
que es donde han tenido lugar las erupciones históricas. Todos estos ma-
teriales se apoyan sobre el zócalo sin sedimento intermedio alguno y sólo
se encuentran algunas zonas de terrenos sedimentarios en la región
costera, que han sido consecuencia de un movimiento de regresión
epirogénico que se acusa perfectamente por la pendiente suave de la
que fué zona litoral, hoy emergida, a continuación del violento escarpe
labrado por los trabajos de erosión.
Tanto el cimiento plutónico como la serie petrográfica eruptiva su-
perior están surcados por abundantes líneas de dislocación y ruptura,
que forman fuertes barrancos que se alinean paralelamente en dirección
sensiblemente Este-Oeste, constituida, en la región afectada por la erup-
ción actual, por la serie de barrancos llamados de Las Galeras, de Los
Hombres, de Tamanca y de Las Manchas. Toda esta serie está surcada,
a su vez, en sentido normal, Norte-Sur, por otra línea de fractura que
corre a lo largo del domo de la isla.
La zona más afectada, sísmicamente, se encuentra ahorquillada sobre
el barranco de Los Hombres, en las inmediaciones de Jedey (ver el
mapa unido a este trabajo), donde se han arruinado un buen número
de viviendas, se han resentido otras y se han abierto algunas grietas en
el terreno, si bien de poca importancia y en terrenos más bien sueltos
y movedizos. La dirección principal de estas grietas es siempre normal
a la costa.
Las casas derruidas son todas de deficiente construcción; casas de
familias humildes edificadas con piedra suelta o recibidas con barro y
« pajeros» —nombre que dan en el país a chozas construidas de igual
manera— que sirven de almacenes o de albergue de animales.
En Jedey y en Puerto de Naos existen algunas casas construidas con
bloques de cemento que se han agrietado. Las de Puerto de Naos son
todas de construcción reciente, pues este lugar lleva, o quizás llevaba,
camino de ser un lugar de veraneo por encontrarse allí una de las pocas
playas con que cuenta la isla. Sin embargo, la construcción no es de-
masiado buena, pues se limita a colocar sobre una cimentación ligera
los bloques de cemento sin un solo pilar armado que sirva de apoyo y
sin correa de coronación, apoyando la cubierta simplemente sobre la
serie de bloques. Una casa mejor construida la encontré apoyada parte
sobre roca y parte sobre tierra y arena, y también se había agrietado.
Por último, una casa bien construida y bien cimentada no había sufrido
el menor daño.
En Los Llanos, en El Paso y en Fuencaliente se sintieron perfecta-
mente las sacudidas sin que ocurrieran desperfectos. Unicamente en el
pueblo citado en primer lugar se agrietó alguna casa de tipo similar al
descrito anteriormente del barranco de Los Hombres, así como la Casa-
Cuartel o puesto de la Guardia Civil que visité y que se encontraba ya
antes de los sismos en estado casi ruinoso.
Consecuente con los movimientos sísmicos observados, los agrieta-
mientos producidos y las viviendas destruidas, fueron evacuados los
caseríos y pagos de la comarca de Jedey, cuyos habitantes huyeron es-
pantados al producirse las sacudidas más intensas. En Los Llanos, El
Paso y Puerto Naos los movimientos fueron sentidos por todos sin ex-
cepción. Se movieron cuadros, golpearon puertas y ventanas, oscilaron
las lámparas, se derramó el agua contenida en vasijas y algún reloj de
péndola se paró.
De estos datos y del examen cuidadoso de las tarjetas de informa-
ción macrosísmica recibidas, se han obtenido y trazado las isosistas que
figuran en el mapa, que se refieren, como queda dicho anteriormente,
a la sacudida principal sentida el día 2 de julio. La zona epicentral queda
inmediata a la comarca de Jedey, y el grado que puede asignarse a esta
Fots. 9 y 10. — Estado en que quedaron algunas viviendas de la comarca de Jedey a
consecuencia de las sacudidas sísmicas del día 2 de julio de 1949. (Págs. 2 y 13).
(Fots. del autor.)

Fo. ts. 11 y 12.— En estas fotografías puede verse la lava arrojada por la boca del Llano
del Banco, abierta el día 8 de julio, en el momento de destruir una vivienda rural en
Las Manchas. (Pág. 8.)
(Fots. (le! autor.)
— 15 —

sacudida es el VIII de la escala de Mercalli modificada por Wood y


Neumann.

CALCULO DE LA PROFUNDIDAD H1POCENTRAL

Para el cálculo de la profundidad hipocentral se ha seguido el mé-


todo de Kövesligethy empleando las fórmulas abreviadas de Inglada (7).
Los radios medios de las isosistas son:

Isosista de grado III P 25,25 kilómetros.


íd. IV pi 13,52 »
Idem
Idem íd. V ‘011 8,34 »
Idem íd. VI pIll 4,92 >
íd. VII plv 2,64 »
Idem
Idem íd. VIII pv 0,81 »

Aplicando las fórmulas de Inglada para un primer tanteo de la pro-


fundidad hipocentral, que son:

2 (1,8 p)2
h > 0,52 p; h <0,72 p' y h

resulta:

h > 0,42 kms.; h 1,90 kms. y h = 1,47 kms.

Para obtener una mayor aproximación y una garantía también mayor


en los resultados, hemos aplicado también el método completo agru-
pando las isosistas en las siguientes combinaciones:

Ivin 4„ 41 — liv;

en donde se ha desechado la isosista de grado III por ser la que ofre-


ce menor garantía.
- 16 -

Las fórmulas a emplear son:

a=ßloge; ß=
0,6 - ( log r' - log r) r =j7h 2 - p'2
r' - r Y
r' = h 2 - p2

en donde u es el coeficiente de absorción sísmica y r el radio de la


esfera de propagación correspondiente a cada isosista, h es la profun-
didad hipocentral a ensayar en cado tanteo.
Para el valor de h = 0,42 se obtuvieron los siguientes resultados:

rVIII -- 0 913 - rV - 2,673;


II - rv1 = 4,94; rv = 8,35 y riv = 13,53;

que para las tres combinaciones de isosistas dan:

0,6 - (log 4,94 - log 0,913) . 0,6 - (log 8,35 - log 2,673) .
lo i =
-- 4,94 - 0,913 , P2 - r
8,35 - 2,673
0,6 - (log 13,53 - log 4,94) .
(3 3 = 13,53 - 4,94 ,

o sea
0,120850 Ri - 13 00,049886 - por = 0,00248861
P 2 = 0,058087 P2 - =0,012878 (R2 - ßo) 2 = 0,00016582
3 3 = 0,033955 - 0,037009
i30 =- - 13 0) 1 =- 0,00136967
ß =0,212892 E (R - P O) -= 0,099772 [ ä ]o,42 = 0,00401310
= 0,070964

De igual manera se ensayaron los valores de h = 1,47 y h = 1,9,


que dieron:

h = 1,47:
Po = 0,060485; E (R - (30) -= 0,066159; [A1 1 , 47 = 0,00186817;

Y
h = 1,9:
ßo = 0,046931 (ß - ßo) = 0,086295; [AA] t o 0,00336677;

de los que se desprende que

[ A M0142 > [ 341 147 < [ää11,9


— 17 —

Se ensayaron entonces los valores de h = 1,40, h = 1,50, h = 1,55


y h = 1,60, con los que, procediendo en la misma forma expuesta más
arriba, se llega a
[XX]0,4 1 = 0,00401.
[ 341,40 = 0,00195.
[ M ]1147 = 0,00185.
[AAL,50 = 0,00184.
[AAL ,55 = 0,00176.
[ 11 11,60 = 0,00216.
[ AA L,90 0,00337.

de cuyo examen se desprende fácilmente que puede tomarse como


valor definitivo de la profundidad hipocentral el de h = 1,55 kilómetros,
con un error menor de 0,01 kilómetros, y que coincide muy satisfac-
toriamente con el obtenido en el primer tanteo rápido efectuado; valor
además, pequeño, característico de las profundidades hipocentrales de
los sismos que acompañan a las erupciones volcánicas (4).

CÁLCULO DE M Y E

Obtenida la profundidad hipocentral trataremos ahora de calcular


la magnitud M del sismo definida en principio por C. F. Richter como
el logaritmo de la amplitud máxima del sismograma expresada en mi-
lésimas de milímetro que registraría un sismógrafo de torsión (stan-
dard» de corto período (período propio, 0,8 segundos; amplificación
estática, 2.800; amortiguamiento casi crítico) de un sismo a una distan-
cia epicentral de 100 kilómetros, y ampliada después por Gutenberg
y Richter para los sismos ocurridos en cualquier parte y registrados
por otro tipo de instrumento. Al mismo tiempo que la magnitud M,
podremos obtener la energía E liberada por el sismo; cuyos valores
nos permitirán adquirir un concepto definido de su importancia.
Para ello emplearemos las fórmulas dadas por Gutenberg y Rich-
ter (5) que son:
M= 2,2 + 3,6 log ---h—

log E = 11,1 + 6,4 log R — 3,2 log h ,


— 18 —

en las que R es el radio de la isosista límite de perceptibilidad y h es


la profundidad hipocentral.
Procede, pues, en primer lugar, obtener el radio R, límite de per-
ceptibilidad por la fórmula
R 1,5 (n -- 1,5)rn

que, partiendo de las distintas isosistas, da para R un valor promedio


de 41,8 kilómetros.
Como este valor de R y el ya obtenido anteriormente de h = 1,55
kilómetros, tenemos:

M 2,2 + 3,6 (log 41,7 — log 1,55)

Y
log -- 11,1 + 6,4 log 41,7— 3,2 log 1,55,

que dan:
M = 7 1/4

Y
E= 10 21 ergios;
valor de la energía liberada más bien modesto con relación a la mag-
nitud y de acuerdo con el origen plutónico y no tectónico de la sacu-
dida sísmica estudiada.

CONCLUSIONES

No pretendernos en esta modesta contribución al estudio del vol-


cán de La Palma establecer toda una doctrina plutogénica acerca del
citado volcán, que, por otra parte, será muy difícil de establecer en
ningún caso; pero sí creemos que podemos llegar a determinadas con-
clusiones que permitan explicar con cierta garantía el mecanismo de la
actual erupción,
El origen de la erupción es un misterio para la Ciencia y puede
que lo siga siendo durante mucho tiempo. No sabemos el por qué de
estas manifestaciones de las fuerzas inmensas que se desarrollan en el
interior de nuestro planeta. Según W. Bowie da actividad volcánica
parece encontrarse en áreas de levantamientos recientes, o donde los
levantamientos todavía tienen lugar. Probablemente los volcanes son
- 19 -

meros accidentes en los procesos envueltos en el decrecimiento de la


densidad y el incremento de volumen de los materiales de la corteza».
B. Gutenberg (6), por su parte, admite que «la profundidad de las
raíces de los volcanes es todavía una cuestión muy debatida. Hay una
fuerte correlación entre la línea de los volcanes activos, las líneas de
los sismos de profundidades intermedias (80 a 100 kilómetros) y las
anomalías positivas de la gravedad (exceso de masa a profundidades
entre 60 y 80 kilómetros), así como una correlación entre las líneas de
volcanes recientemente extinguidos y las de sismos originados a pro-
fundidades entre 150 y 250 kilómetros».
Sea cual sea la razón primaria del volcán, lo que resulta indudable
es que su manifestación externa sólo tiene lugar cuando las tensiones
internas en las bolsas magmáticas son capaces de vencer la resistencia
de las capas superiores de la corteza. Llegado este momento, el volcán
entra en actividad y el fenómeno se presenta a la contemplación del
hombre con toda su hermosura y grandeza, pero es lógico que en este
vencimiento de la resistencia de la corteza elija en busca de su salida
las líneas de mínima resistencia, esto es, las de dislocación y fractura,
por cuanto estas líneas vienen a ser lugares geométricos de los puntos
de mínima resistencia, y es lógico también que a lo largo de esas líneas
se vayan situando los cráteres de un mismo aparato eruptivo intermi-
tente en sus diversas y espaciadas activaciones.
De acuerdo con este concepto debe admitirse una línea general de
fractura en la isla de La Palma que corre de Norte a Sur paralelamente
al domo de la isla y situada, probablemente, en el subsuelo al Oeste de
ella, por cuanto las sondas marinas acusan una mayor depresión en la
costa occidental que en la oriental, al igual que en las demás islas del
archipiélago, detalle sumamente interesante que deberá ser tenido en
cuenta cuando se quiera explicar la génesis geológica de las Islas Cana-
rias, cuya presencia al borde del geosinclinal mediterráneo y su falta de
relación geológica o parentesco con la cadena montañosa del Norte de
Africa constituyen todavía un misterio.
Junto con esa línea de dislocación fundamental y normalmente a
ella, existe una serie de menor importancia acusada, asimismo, por la
alineación de cráteres en dirección Este-Oeste que son testigos mudos
de pasadas actividades volcánicas, nacidas todas ellas de un mismo apa-
rato eruptivo moderno que abarca toda la zona Sur de la isla, dejando
la parte Norte, por el contrario, como residuo del antiguo volcanismo
-- 20 —

que dió lugar a la formación de la isla con su poderoso cráter de explo-


sión de la Caldera de Taburiente.
Esta hipótesis de una línea de dislocación desplazada ligeramente
hacia el Oeste, nos lleva a concebir un volcán con su chimenea más
próxima a la vertiente occidental, lo que explicaría por qué la zona
pleistosista de las sacudidas sísmicas sentidas se encuentra en esa mis-
ma región, puesto que estas sacudidas de origen plutónico han de pro-
ducirse durante el desgarre de los estratos superiores al ser vencida su
resistencia por las tensiones internas.
Las sacudidas sentidas pueden clasificarse según dos grupos de sig-
nificación distinta: unas, las menos intensas, más numerosas y frecuen-
tes, son simultáneas y coincidentes con las explosiones propias de la
erupción, y pueden ser explicadas como producidas por los trabajos de
erosión de los gases magmáticos. Otras, las más intensas, son premo-
nitorias de las fases o momentos principales de la erupción.
Esta clasificación está basada en la observación y estudio del si-
guiente cuadro, en el que se han puesto en columnas diferentes las acti-
vidades sísmica y volcánica antes y a lo largo del período eruptivo:

Fecha Sisinicidad Actividad volcánica

Junio. ..21 Sacudida intensa.


22
23 Sacudidas más débiles
24 Se abre la primera boca.
25-30 Idem frecuentes. Nubes de ceniza. Explosiones.

Julio . 1-2 Sacudida intensa. Intensidad moderada.


3-5 Sacudidas débiles. Idem id.
6 Idem íd. Se abre nueva boca. Actividad.
8 Idem íd. Empieza emisión de lava.
9-12 Idem id Continúa emisión.
12 Dos sacudidas. Se abre boca del Hoyo Negro.
13-21 Calma. Continúa la salida de lavas.
22 Dos sacudidas. Idem íd.
23-25 Calma. Idem íd.
26 Idem. Cesa la emisión de lavas.
27-29 Idem. Calma.
30 Idem. Sale lava por la boca del Duraznero.
1-4 Idem. Cesa la erupción. Fumarolas.
- 21 -

Si se examina el cuadro anterior se verá que ha habido sacudidas


intensas los días 21 de junio, 2 de julio y 22 de julio, y que las mani-
festaciones eruptivas importantes han sido los días 24 de junio, 6 de
julio y 26 de julio, en que cesa la emisión por la boca del Llano del
Banco, lo que da una diferencia respectiva de días de tres, cuatro y
cuatro en cada caso. Parece, a primera vista, que no debiera haberse
tenido en cuenta para este cómputo las fechas apuntadas en último lu-
gar, por cuanto más que una manifestación de una actividad, es la cesa-
ción de toda actividad o, al menos, de la emisión principal de lavas.
Sin embargo, se ha tenido en cuenta y tomado en consideración porque
creemos que permite explicar un curioso incidente de esta erupción;
incidente constituido por el cese de la salida de lava por el cráter del
Llano del Banco, y la aparición de esa misma lava cuatro días después
por la boca del Duraznero.
A nuestro parecer, la explicación de este suceso puede ser la si-
guiente: La sacudida sísmica del día 22 ha sido producida por un des-
prendimiento importante de los estratos superiores que ha puesto un
grave obstáculo a la salida de lava por la boca del Llano del Banco.
Ésta busca entonces nueva salida, y asciende monte arriba por la pri-
mitiva—y no cerrada—chimenea del Duraznero, boca que alcanza cua-
tro días después, el 30, y que produce la presencia de las lavas en la
región oriental de la isla. Por eso hemos tenido en consideración esa
sacudida del día 22, y juzgamos interesante hacer notar que, de ser
cierta, esta explicación nos daría una velocidad de ascenso de la lava
(diferencia de cota de la boca del Duraznero a la del Llano del Banco.
Ver mapa.) de unos 100 metros por día. Se acompañan a este trabajo
dos cortes transversales de la isla con objeto de poder apreciar la
accidentada topografía de ella y conseguir una más fácil comprensión
de lo dicho en el párrafo anterior, así como lo concerniente a las líneas
de dislocación y fractura. Si pudieran llevarse a cabo determinados
trabajos de geodesia y nivelación de alta precisión para dar cota a
diversos puntos bien escogidos de la isla, con el fin de estudiar los
movimientos lentos que ahora pueda experimentar el terreno, se llega-
ría a obtener datos de suma utilidad en la interpretación de los fenó-
menos ocurridos y en la propia constitución y formación de la isla.
Queda por determinar la cantidad aproximada de lava arrojada por
el volcán a lo largo de toda su manifestación eruptiva, con objeto de
darnos así una idea de su magnitud e importancia. Para ello hemos pla-
- 22 -

nimetrado las superficies cubiertas por las lavas, clasificándola en tres


porciones diferentes: la zona ganada al mar, la zona occidental, por
donde brotó originariamente la lava, y la oriental, invadida por la fase
final de la erupción. Las planimetrias se han obtenido del levantamiento
topográfico hecho por la Comisión Geográfica Militar, y sus resultados
son los siguientes: zona ganada al mar 800.000 metros cuadrados; zona
occidental 2.500.000 y zona oriental 900.000. A estas zonas se les han
asignado los espesores medios de 50, 5 y 2 metros, respectivamente,
con lo que resultan para cada zona 40, 13 y 1,8 millones de metros
cúbicos, que arrojan un total de 54.800.000 metros cúbicos de lava ex-
pulsada en el total de la erupción; cantidad no excepcional pero si bas-
tante importante. Los palmeños pueden sentirse orgullosos de su volcán.
Madrid 30 de mayo de 1950.
BIBLIOGRAFIA

(1) JAGUAR: Volcanoes declare war.


(2) SCHNEIDER: Vulcanische Erscheinungen der Erde.
(3) FERNÁNDEZ N AVARRO (LUCAS): Datos sobre el volcanismo Canario.
FERNÁNDEZ NAVARRO (LUCAS): Islas Canarias.
(4) INGLADA: Estudio de las erupciones volcánicas por medio de las sacudidas sis-
micas que las acompañan.
(5) GUTEMBERG Y RICHTER: Earthquake, Magnitude, Intensity, Energy and Acce-
leration.
(6) GUTENBERG: The structure of ¡he Earth.
(7) INGLADA: Nuevas fórmulas para abreviar el cálculo de la profundidad aproxi-
mada del foco sísmico por el método de Köveslighety.
H. S. WASHINGTON: The Crust. Of the Eart. (Del libro «Internal constitution of
the Earth»).
Fots. 13, 14 y . 15.—La fotografía núm. 13 ofrece un aspecto de la lava en su avance por el
Valle de las Manchas. La núm. 14 es una vista de la lava en el momento de cortar la carre-
tera general en las cercanías de la ermita de San Nicolás. La núm. 15 muestra al fondo de
la fotografía, como una mancha más clara, el río de lava. (Págs. 3 y 8.)
(Estas dos últimas fotografías son debidas a la amabilidad del Sr. Benítez.)
I6

17

• Fots. 16y 17.—Dos aspectos de la Caldera de Taburiente. Fotografías tomadas desde


las inmediaciones de la Montaña Quemada, en la subida al Refugio Forestal.
Fot. 18.—Otro aspecto del río de lava. (Pág. 8).
(Esta fotografía se debe a la amabilidad del Sr. Beallez.)
Fots. 19 y 20.—La fotografía núm. 19 ofrece una vista de la columna de humo de la boca
del Duraznero tomada desde las cercanías del Birigoyo. La núm. 20 es un aspecto de la
evacuación del valle de las Manchas por sus habitantes ante la invasión de las lavas.
Croquis de la situación de los cráteres y grietas principales del terreno.

A Monte del Duraznero.


B Cerro de la Paila.
C Llano del Agua.
D La Barquilla.
E Cerro del Llano.
F Barranco de Tamanca.
1 2 3 Cráteres abiertos el día 24 de junio.
4 Cráter abierto el día 6 de julio.
5 Cráter abierto el día 8, por donde empezó a fluir la lava.
Las líneas en rojo señalan las grietas más importantes.
CORTE N91

-1600
El Reventón
1400

-1200

Llano de las
-1000
Cuevas
1 \ . c>-
/ •.,>>
800 ./..f>
• CO
C.1> \
. \
.
..
.. \
..si.-.\
\ 0.'

-600 LOS LLAN , El Paso


-400 Las ÁllgUSildS
• 0>

Arg ual
-200
.t03

MA R MAR
l'unUdeKijan /W-b----Tesetineos
Horizontal = lloo.000
Escalas
Vertical = 1:2o.000
CORTE W 2

- 2000
Nambroque

- 1800

-1600

-1400

-1200

- 1000

- 800

-600

-400

-200

MA R MAR

( Horizontal= tioo.000
Escalas',
Vertical = 1:2o.000
20' 15' /0' 5' 14°

EI Bogue
Punta Juan /Aid •

Punta Javiola
Punta Cumplida o

Punla y prois de Sanla Domingo

Proir de Lama grande

Saft Andres
Pullia Izcagua.

Punla Garda

PallIc7SeK/Iti

LA PALMA

40'

Punla Los juinchos

Punld de Juan 6raie


Puerto de Tazacorte

P11/7Ia janado

35'

El 6rajado Panla del Moro

- govue de Mares

CROQUIS DE LA
ISLA DE LA PALMA
28 28°
30' 30'

Los Roques de A figgcl

Punla Resbaladera

o 2 3 4 5 6 7 8 9 io Kms.

Punta de fuencalienle

20' /5' /0' 14.


FE DE ERRATAS

En las fotografías existe un error de paginación que debe salvarse


en la forma siguiente:

Fotografías Dice Debe decir

1y2 (Pág. 2 y 3) (Pág. 6 y 7)


4 (Pág. 21) (Pág. 6)
9 y 10 (Pág. 2 y 13) (Pág. 6 y 14)
13, 14 y 15 (Pág. 3 y 8) (Pág. 7 y 8)

Defecto que esperamos haya subsanado el lector, puesto que van


colocadas entre las páginas correspondientes.
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