Está en la página 1de 6

ana

ª
5 Sem

« A causa de su inmenso amor »


con Isabel de la trinidad

Vivir de la Divina Misericordia con los Santos del Carmen

Evangilio (Jn 8, 1-10)


Por su parte, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el
templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba .Los escribas y los fariseos
le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: «Maestro,
esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear
a las adúlteras; tú, ¿qué dices?». Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se
incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».E inclinándose
otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por
los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante. Jesús se
incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó: «Ninguno, Señor». Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no
peques más»

1. A la escucha del Evangelio


JESÚS VIENE A PONER LA MISERICORDIA EN EL CENTRO DE NUESTRAS VIDAS

Encontramos este pasaje del Evangelio de Juan en medio de las controversias entre
Jesús y los Escribas y Fariseos en Jerusalén, con reminiscencias sorprendentemente
lucanas. Si la historia de la agonía está ausente en el Evangelio de Juan, aflora a través de
estos versículos. Se menciona el Monte de los Olivos y Jesús que está literalmente postrado
en el suelo. El combate tiene lugar tanto entre sus adversarios y Jesús, como también en
Jesús mismo.

«Todo el pueblo» viene a Cristo para escucharlo. Esto implica que ya nadie acude a los Fariseos y
Escribas: ¡Jesús se convierte en una amenaza para ellos! Si, están realmente contra él. En
vez de venir a hablar con Jesús expresando su malestar por haber perdido su privilegio, optan por

1 Retraite Carême 2022 - Vivre de la Miséricorde divine avec les saints du Carmel
© Copyright 2022, carmes-paris.org. Tous droits réservés.
la confrontación; y, para sentirse fuertes (por lo que debían sentirse débiles, un hecho que les costaba
aceptar en su relación con Jesús), traen consigo una pobre mujer, muchos adeptos Fariseos y Escribas
y Moisés y su Ley. ! Nada menos ! Cuando acusamos a alguien, queremos sentirnos fuertes,
cuando en realidad somos débiles y entonces tomamos los medios necesarios...

Jesús lo sabe muy bien y rechaza el combate frontal: ¡Se arrodilla en tierra! y escribe a ras de suelo
otra ley. ¡Todos caminamos por el mismo suelo! Jesús también camina con todos nosotros y a nuestro
nivel para acompañarnos. Quiere que todos se sientan unidos en el nivel más simple y más profundo:
su ley es la fraternidad. ¡Pero necesitamos tiempo para alcanzar ese nivel! Jesús, todavía a ras de
suelo -en el lugar de los cimientos- expresa entonces, aplicándola a la situación, la ley de su corazón:
esta ley que viene a escribir en nuestros corazones a cambio sólo de nuestro consentimiento.

“El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.” He aquí una palabra que no juzga a nadie!”
¡Él los hace volver a sus corazones y frente al pecado de la mujer, a cuestionarse a sí mismos! Solo a
partir de la verdad sobre uno mismo en la presencia de Jesús, puede abrirse un cami-
no nuevo.

Jesús continúa escribiendo mientras está inclinado en el suelo, como si escribiera en el corazón de to-
dos los presentes. Sólo la palabra de Jesús puede revelarnos nuestro pecado y capacitar-
nos para consentir en soltar las estrategias ordinarias del ‘ hombre viejo’ en nosotros:
autoacusaciones pero también acusaciones de otros, sentimientos de culpa y culpa de otros, o incluso
la autojustificación y la negación de nuestra parte de responsabilidad...

OTRA LEY

Jesús debe escribir profundamente en nosotros otra ley, la del perdón y la misericordia. Esta ley con-
siste en reconocer nuestras faltas y volvernos a Él para admitir nuestra incapacidad radical para hacer
el bien con nuestras propias fuerzas. Nuestras faltas y las de los demás son una invitación a aceptar
esta impotencia para confiar verdaderamente en Cristo y en su gracia. Estamos invitados a asumir
nuestra pobreza para cultivar constantemente nuestra ofrenda a la misericordia. De este modo, ex-
perimentaremos cómo todo el bien que hacemos viene de Dios y que el mal que cometemos nos
invita a crecer en confianza para recibir la sanación de Jesús. Todo bien reconocido en
nosotros mismos y en los demás, nos invita a la acción de gracias. Todo mal, al reconocimiento de
nuestra radical debilidad para contar progresivamente sólo con Dios.

“Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante”. La mujer está tan aterroriza-
da, encerrada en su culpa y por el juicio de los Escribas y Fariseos, que todavía se siente presa de
miradas acusadoras. Podemos sentirnos así dentro de nosotros mismos. La presencia de Jesús es
nuestra liberación. ¡Estamos invitados a escucharlo hablarnos! ¡Viene a ayudarnos a salir de este
encierro! Sin juicio de su parte: nos ayuda a retomar la palabra pero también el camino de nuestra
vida más libremente. Subraya la condena pero para apartarnos, para desidentificarnos de ella y de
su poder mortífero. Entonces podemos responder con la mujer, «¡Ninguno, Señor!» ¡ La angustia
se ha desvanecido ante la presencia de Jesús! Así acogido, Él puede abrir un camino de

2 Retraite Carême 2022 - Vivre de la Miséricorde divine avec les saints du Carmel
© Copyright 2022, carmes-paris.org. Tous droits réservés.
vida nueva. El pecado es pasado, relegado al pasado, superado y la vida, la verdadera apunta hacia
delante con Jesús!

2. Santa Isabel de la Trinidad, cantora del amor de Dios


ECOS DE SU CORRESPONDENCIA

Isabel de la Trinidad (1880-1906) rara vez utiliza la palabra misericordia porque la sus-
tituye por la palabra amor que para ella es en verdad la manifestación de la Misericordia
Divina. Ella nos invita constantemente a acoger en nosotros a Jesús Misericordioso para
ofrecerle todo, pase lo que pase. De nosotros depende ser perseverantes en esta entrega de noso-
tros mismos en todas las ocasiones:

Por nosotros mismos no somos más que nada y pecado, pero Él, Él es el solo Santo, y Él habi-
ta en nosotros con el objeto de salvarnos, para purificarnos, para transformarnos en Él. ¿Se
acuerda de este hermoso reto del Apóstol: “¿Quién me apartará de la caridad de Cristo? “¡Ay!
Es que había sondeado el Corazón de su Maestro, sabía qué tesoros de misericordia estaban
encerrados en él, y en el impulso de su confianza exclamaba: ‘Me glorío en mis debilidades,
porque cuando soy débil la fuerza de Jesús Cristo habita en mí’. (Carta 252)
Es muy consolador pensar que Aquel que debe juzgarnos vive en nosotros para salvarnos en
todo el tiempo de nuestras miserias y para perdonarlas. (Carta 238)

La carta 337 constituye su testamento espiritual en el que Isabel no cesa de invitarnos a confiar en el
amor misericordioso. Se trata en realidad de un tratado espiritual de unas pocas páginas muy densas
dirigidas unos días antes de su muerte a su priora.

Aunque nada hubiera hecho para atraer esta gracia sino lo que hace la criatura: obras de
pecados y miserias... Todo lo hará en usted. (…) En los momentos en que sólo sienta abatimien-
to, cansancio, todavía se complacerá si usted es fiel en creer que Él todavía obra, que la ama
todavía mucho, y aún más: porque su amor es gratuito y así Él quiere magnificarse en usted.

Amar a Dios, para Isabel, es por lo tanto, creer que nos ama a pesar de todo lo que podamos oponer;
creer “sin temor a que ningún obstáculo lo obstaculice”:

Él hará todo en usted, irá hasta el final: porque cuando un alma es amada por Él en esta me-
dida, en esta forma, amada con un amor inmutable y creador, con un amor libre que se trans-
forma a Su voluntad, ¡Oh! ¡Hasta dónde llega esta alma! (Carta 337)

3 Retraite Carême 2022 - Vivre de la Miséricorde divine avec les saints du Carmel
© Copyright 2022, carmes-paris.org. Tous droits réservés.
En una carta a su madre, en junio de 1906, escribe: «Oh, ya ves, hay una frase de San Pablo que es
como un resumen de mi vida y que podría escribirse en cada uno de sus instantes: ‘a causa de su
inmenso amor ’ (Ef. 2,4)” ( C.280). Este inmenso amor, aceptado, llama como en reconocimiento de
una confianza ilimitada.

OH DIOS MÍO, TRINIDAD A QUIEN ADORO


Para invitarnos a confiar en la misericordia, podemos finalmente orar con uno de sus más famosos
textos espirituales: ¡Oh Dios mío, Trinidad a quien adoro! Su riqueza requeriría una meditación mu-
cho más extensa. Aquí, insistiremos en los pasajes donde quiere acompañarnos en nuestra ofrenda
de misericordia:

“¡Oh Dios mío, Trinidad a quien adoro! Ayúdame a olvidarme totalmente de mí, para instalar-
me en Ti, inmóvil y serena, como sí mi alma estuviera ya en la eternidad. Que nada pueda tur-
bar mi paz, ni hacerme salir de Ti, mi Dios inmutable, sino que cada momento me sumerja más
adentro en la profundidad de tu Misterio. Pacifica mi alma, haz en ella tu cielo, tu morada más
querida y el lugar de tu descanso. Que nunca te deje solo allí, sino que esté por entero allí con-
tigo, bien alerta en mi fe, en total adoración y completamente entregada a tu Acción creadora.

Desde el comienzo de su oración, Isabel marca la pauta: se trata sobre todo de contar con Dios. Co-
mienza con una petición para expresar su deseo de ser mucho más dependiente de Dios en todas las
cosas. ¡Ayúdame, Pacifica! Estas son las súplicas insistentes de Isabel. ¿Confiamos lo suficiente en la
misericordia divina para que Dios nos atraiga a sí mismo y en Él? ¿Estamos convencidos de que
sólo Él nos da la verdadera paz interior?

¡Oh mi Cristo amado, crucificado por amor! Quisiera ser una esposa para vuestro Corazón;
quisiera cubriros de gloria; quisiera amaros... hasta morir de amor. Pero conozco mi impoten-
cia, y os pido que me «revistáis de Vos mismo», que identifiquéis mi alma con todos los senti-
mientos de vuestra alma, que me sumerjáis en Vos, que me invadáis, que ocupéis Vos mi lugar,
para que mi vida no sea más que una irradiación de vuestra Vida. Venid a mí como Adorador,
como Reparador y como Salvador.

La profundización de su conciencia del amor de Dios por ella es el corazón de su deseo. Cuanto más
se ofrece a este amor y desea acogerlo, más se despierta su deseo de amar. ¡Y eso, pase lo que pase! Su
impotencia se convierte en la invitación por excelencia a vivificar el deseo de sacarlo todo del corazón
de Jesús. La conciencia de nuestras caídas nos invita a invocar aún más la misericordia
de Jesús: ¡Ven a nosotros, Jesús Misericordioso!

«Oh Verbo Eterno, Palabra de mi Dios, quiero pasar mi vida escuchándoos ,Quiero ponerme
en completa disposición de ser enseñada para aprenderlo todo de Vos. Luego, a través de todas
las noches, de todos los vacíos, de todas las impotencias, quiero tener siempre fi ja mi vista en Vos
y permanecer bajo vuestra gran luz. ¡Oh amado Astro mío, fascinadme para que no pueda ya
salir de vuestro resplandor.

4 Retraite Carême 2022 - Vivre de la Miséricorde divine avec les saints du Carmel
© Copyright 2022, carmes-paris.org. Tous droits réservés.
Isabel comprende que Jesús la invita sobre todo a cultivar y fortalecer su deseo de recibir todo de Él
en todas las circunstancias, incluso en los momentos más difíciles. Lo importante es, pues, partir de
lo que estamos viviendo para pedirle a Jesús que nos acerque aún más a Él.

¡Oh Fuego devorador, Espíritu de Amor! ¡Venid sobre mí ! Que en mi alma se realice una como
encarnación del Verbo: que yo sea para El una humanidad suplementaria en la que El renueva
todo su Misterio.

Dirigiéndose al Espíritu Santo, sólo le pide una cosa: que él actúe como quiera en ella. Está segura de
que sólo hace una cosa: hacernos vivir en una comunión más profunda con Cristo. Ningún aconte-
cimiento, ningún estado interior impide que el Espíritu Santo actúe. Simplemente esta-
mos invitados a ofrecernos a su acción con perseverancia.

Y vos, oh Padre, inclinaos hacia vuestra pobrecita criatura.«cubridla con vuestra sombra y no
veáis en ella sino al Amado en quien habéis puesto todas vuestras complacencias.

¡Decisivamente, Isabel insiste! Dirigiéndose de ahora en adelante al Padre, persiste en pedir lo que el
Padre quiere darle, y esto sin límites, y en cualquier circunstancia: ¡la vida de su Hijo en ella!

Oh mis Tres, mi Todo, mi Bienaventuranza, Soledad Infinita, Inmensidad en la que me pierdo,


me entrego a Vos como una presa, sepultaos en mí para que yo me sepulte en Vos, hasta que
vaya a contemplar en vuestra luz el abismo de vuestras grandezas.

¡Así culmina su ofrenda! ¡Optamos también nosotros por ofrecernos con ella a la Misericordia de
Dios!

P. Denis-Marie Ghesquières (convento de París)

5 Retraite Carême 2022 - Vivre de la Miséricorde divine avec les saints du Carmel
© Copyright 2022, carmes-paris.org. Tous droits réservés.
Rezar cada día de la semana con Isabel de la Trinidad

Lunes 4 de abril: Más allá del juicio


« Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie;y, si juzgo yo,
mi juicio es legítimo, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado,
el Padre. » (Jn 8,14)
« Es muy consolador pensar que Aquel que debe juzgarnos vive en nosotros
para salvarnos en todo el tiempo de nuestras miserias y para perdonarlas. » (C 238)
Pido al Señor que no juzgue a los demás, sino que los mire con los ojos de Jesús.
« Jésus et la femme adultère » - Titien

Martes 5 de abril: Renunciar al desánimo


« Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un mástil. Cuando una ser-
piente mordía a alguno, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida »
(Número 21.9)

« Por lo que hace a la moral, no se deje nunca abatir por el pensamiento de sus mi-
serias. El gran San Pablo dice: “Donde el pecado abunda, la gracia sobreabunda.”.
(…) No es mirando esta miseria como seremos purificados, sino mirando a Aquel
que es todo pureza y santidad. » (C 249)
No me desanimo por mis debilidades. En lugar de estancarme en ellas, mantengo mis ojos fijos en Jesús.

Miércoles 6 de abril: La fuente de la humildad


« Si permanecéis en mi Palabra, seréis verdaderamente discípulos míos; conoceréis
la verdad, y la verdad os hará libres. » (Jn 8,31)
« El Señor, en su clemencia, ha querido dar la vuelta a nuestros pecados contra ellos
mismos y para nuestro bien; ha encontrado el medio para hacérnoslos útiles, de
convertirlos en nuestras manos en instrumentos de salvación. » (El cielo en la fe 35)
¿ Dónde estoy respecto a la Verdad ? (En mis acciones, mis palabras, mis actitudes)

Jueves 7 de abril: Frente a la muerte


« En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre. » (Jn 8,51)
« Es rico en Misericordia, nuestro Dios, a causa de su inmenso amor.
Así, pues que no tema esa hora por la que todos debemos pasar.
La muerte... es el sueño del niño que se duerme sobre el corazón de su madre. » (C 224)
Pienso en mi propia muerte, en cómo me gustaría vivirla. Rezo por los moribundos.

Viernes 8 de abril: Luchar con el Señor


« El Señor está conmigo como un gran guerrero; ante Él, mis perseguidores caerán.
No pueden derrotarme. Fracasarán y serán humillados; nunca se olvidarán su
derrota y deshonra. » (Jeremías 20,13)
« Si su naturaleza es un sujeto de combate, un campo de batalla, oh, no se desani-
me, no se entristezca. Yo diría de buen grado: Ame su miseria, pues sobre ella ejerce
Dios su misericordia.» (C 324)
Pido al Señor que aumente mi fe en su victoria ya ganada. En mis combates más
durao, me entrego a Aquel que lucha conmigo.

Sábado 9 de abril: El abismo de la Misericordia


« Jesús iba a morir por la nación; y no solo por la nación, sino también para reu-
nir a los hijos de Dios dispersos. » (Jn 11,51)
« Un abismo llama a otro abismo’. Es ahí (…) donde el abismo de nuestra nada,
de nuestra miseria, se encontrará cara a cara con el Abismo de la Misericordia,
de la inmensidad del todo de Dios. » (El cielo en la fe 4)
Dar mi vida por los demás: Realizo una acción concreta, que me costará quizás, hacia uno de mis seres queridos.

Retraite Carême 2022 - Vivre de la Miséricorde divine avec les saints du Carmel
6
© Copyright 2022, carmes-paris.org. Tous droits réservés.

También podría gustarte