Está en la página 1de 87

siana

oristo neonzalez
MANUEL GONZALEZ
Obispo de Palencia

El CorazJn de Jesús Sarramen


tado echa de menos en rnucllOs,
mur'hos de sus amigos el trato
frecuente, afectuoso y personal
cun El.
(Pág. 70).
ASI AMA EL
PALPITACIONES DEL
CORAZON DE JESllS
EN EL EVANGELIO
Y EN LA EllCAHISTIA
Fs propiedad.
Queda hecho el dep6sito que
PRÓLOGO
marca la Ley.
El presente librito es sin duda de lo más
fino y exquisito que ha salido de la pluma
del gran Apóstol de la Eucaristía.
Lo dejó terminado antes de morir, aun
que el plan concebido en toda su amplitud
presentaba alojo avizor del apóstol ma
yores y más ambiciosas perspectivas.
El título es verdaderamente sugeridor.
El Sr. Obispo de palencia, antes de Mála
ga, tenía el oído de su alma lleno de las
divinas resonancias del Sagrario.
Como el Discípulo Predilecto, tuvo la
santa osadía de pasarse la vida reclinado
sobre el pecho del Amado. E iba contando,
una a una, en la hora silenciosa del Amor,
las palpitaciones del Corazón de Cristo. Se
las sabía de memoria. Comprendía, con la
larga capacidad visual de los limpios de
corazón, el íntímo significado de aquella
maravillosa curritmia, que produce, den
tro del pecho de Jesús, como en una pre
ciosa caja eufónica, el misterioso compás
de sístoles y diástoles de.l Corazón del
Hombr.e-Dios.
El Sr. Obispo (le Palencia nos cuenta en
este librito lo que él ha sorprendido del
Amor de Cristo en sus atrevidas penetra
ciones en la más íntima recámara del Co
razón Eucarístico de Jesús.
Este libro, que sale a la luz siete años
después de la preciosa muerte de su autor,
es, por decirl0 así, el precipitado de los
exquisitos aromas eucarístico8 con que el
Fundador de las "Marías" perfumó tantas
almas y tantas obras.
Por ello mismo, por ser esencia concen
trada, hay que zeerlodespacio, en la int.i
midad, muy cerca del Corazón de Jesús, a
la luz del Sagrario, hasta que, empapados
en su sabrosa lectura, lleguemos a sentir,
a través de la puertecita dorada del Ta
bernáculo, el divino y misterioso tic-tac
de las palpitaciones del Corazón de Aquel
que, por amar al hombre, llegó al extre
mo de la locura del Amor.
JosÉ M.a GONZÁLEZ, Pbro.
Cuando odjamos un bien es porque no
lo conocemos del todo o nos engañamo~
tomándolo por mal; cuando queremos un
mal, no es porque lo tengamos por mal,
sino que, engañándonos, lo tomamos por
bien. Jesús es verdadero y bueno; más
aún, es la Verdad y el Bien, y se le odia,
¡ASI AMA EL! sin embargo.
¿Por qué?
Porque no se le conoce, o se le conoce
Palpitaciones del Corazón de Jesús muy a medias.
en el Evangelio y-en la Eucaristía En el cielo, en donde es conocido con
una luz más fuerte que la de la razón y
la de la Fe, que es la luz de la gloria, como
es, no en representación ni espejo, no hay
peligro ni libertad de dejar de quererlo
eternamente.
¡Conocer y dar a conocer a Jesús! ¡CO
nocerlo y darlo a conocer todo lo más que En la tierra, mientras más nos acerque
se pueda! He aqui la suprema aspiración mos por el estudio, la oración, la Fe y la
de mi fe de cristiano y de mi celo d.e contemplación a su conocimiento, cierta
Sacerdote, y la que quisiera que fuera la mente, más irresistiblemente lo amaremos.
única aspiración de mi vida. Y no digo Por eso ha podido El decir que la Vida
conocer y amar y darlo a conocer y amar. eterna, o sea, la vida sobrenatural y divi
porque, con que se conozca, basta. na, a la que nos ha elevado por su Gracia
El que conoce con toda evidencia una en la tierra y por el lumen gloriae en el
verdad no puede negarla, no es libre para cielo, no es otra cosa que el conocer al
no admitirla; el que conoce ciertamente Padre y al Hijo, y más simplemente aún:
un bien, tampoco es libre para odiarlo o el conocerlo a El.
quererlo; el bien conocido y reconocido -«Señor, muéstranos al Padre y pos
como tal bien, es necesariamente querido. basta», le dice San Felipe...
-«El que me vé a Mí ve a mi Padre», la palabra con que Jesús llama e invita:
(1) responde Jesús. Esto es; la Vida «iSi alguno tiene sed, venga a Mí y
eterna es conocer a Jesús de todos los beba!» (1).
modos que podamos conocerlo, con me Desde entonces, a partir de esa dulcí
dios naturales y sobrenaturales, desde co sima invitación, el gran sediento de feli
nocerlo por la historia y por la Fe hasta co cidad, el género humano, ha quedado dí
nocerlo y saborearlo por el don de Sa vidido en dos inmensos grupos, el de los
biduría en todo lo que pueda El ser co que van a Jesús a beber y saciarse y el
nocido, en Sí mismo como Dios y como de los que no quieren ir y se retuercen
Hombre, en sus relaciones con su Pa en las torturas de una sed rabiosa...
dre Dios y con su Espíritu Santo Dios, ¡Pobres sedientos y pobres muertos de
en sus obras como Dios y como Hom sed a un paso del torrente de aguas vivas!
bre y, como en frase gráfica de San Pablo Estas paginillas quisieran ser grito y
«omnia in ipso constant», en todo, tanto luz y fuerza que levanten y empujen para
en lo del cielo cuanto en lo de la tierra, que vean y sepan y saboreen a Jesús los
se descubre, se vé y se conoce a Jesús. que no lo conocen o lo conocen mal o a
En ninguna otra ciencia, ni en ningún mediaí!.
otro hecho, ni verdad, ni bien, puede des
cansar el alma y saciar todas sus aspira
ciones como en ver, conocer, saberse y
saborear a Jesús.
iQué bien expresaba esa suprema as
piración del espíritu aquel clamor de los
gentiles que se acercaban al apóstol Fe
lipe en el atrio del Templo: «Queremos
ver a Jesús»! (2), Y ¡qué admirablemen
te bien respondía al ansia de ese clamor
Escribiendo estoy esas palabras y la plu
ma me tiembla entre los dedos; ¿atrevi
miento insensato? ¿osadía sacrílega? ¿pro
Ese, ese es el camino por donde estas fanación del misterio de los misterios de
páginas quieren llevar a los que las lean: Jesús? ¡Entrar en su Corazón, es decir
conocer a Jesús conociendo su Corazón. introducirse en ese divino Laboratorio en
Si de todo hombre puede afirmarse que que se han forjado la Eucaristía y la Igle
es bueno o malo, grande o ruín, según sea sia; sumergirse en el Manantial del que
su corazón, del Hombre-Dios puede ase brotan las lágrimas resucitadoras que
gurarse con más razón y estricta verdad. abren losas de sepulcros y ablandan cora
A todo hombre puede conocerse, cono zones de piedra y los raudales de Sangre
ciendo cómo y a quién ama. A Jesús in que lavan los pecados, redimen los mun
comparablemente mejor. dos y divinizan a los hombres; asomarse
¿Por qué? Porque en la función propia al Horno, y más, al Volcán do ha salido
del corazón, que es el amar, está todo el se y sale el fuego de amor que ha impedido
creto de su venida a la tierra en carne e impedirá que el mundo se muera de
humana, mortal primero y eucarística des frío y de egoísmo, y que ha conseguido
pués, de su vida entre los hombres, de su y seguirá consiguiendo que los hombres
padecer y morir y de su perpetuarse por amen a su Dios como a su Padre y se amen
ellos en la Hostia de su perenne Sacrificio. unos a otros como hermanos, y hasta den
«Majorem hac dilectionem nema ha la vida por su Padre Dios y por sus her
bet»... (1). ¡Nadie ha amado, ni ama, ni manos los hombres, que los enemigos se
amará más que El! perdonen y se abracen y que los huérfa
¡Conocer al Corazón de Jesús! ¡Cuán nos tengan padres y valedores... entrar
tas buenas almas me han pedido un libro en su Corazón, esto es, aproximarse al
que trate de esto solo: qué es el Corazón místico Incensario del que se levantan
de Jesús! blancas e inmensas espirales de alabanzas
y desagravios, que satisfacen a Dios, aro
mas de piedad, humildad, pureza y pa.
ciencia que hacen santos a los hombreil y
desinfectan esta charca inmensa de la tie
rra pecadora!
Todo eso e infinitamente más que eso 3.-Conocer al Corazón de Jesús
es el Corazón de Jesús!
¿Quién puede llegar o enseñar a acer·· por el EYan~elio
carnos? ¿Los Santos? ¿Sus hechos o di
chos? ¿Los teólogos? ¿Los libros de los sa No conozco guía más seguro ni más en
bios? Muchas y muy lindas cosas del Co terado, ni más a nuestro alcance. En cada
razón de Jesús sabemos por esos elemen página, ¿qué digo?, en cada hecho, '.en
tos; es cierto; pero también lo es que ni cada sentencia, en cada partícula y hasta
unos ni otros lo han dicho todo, ni se han en cada signo del Evangelio, palpita el
hecho entender de todos. Corazón de Jesús. En él no hay letra ni
Unos porque cuentan cosas muy subi signo que no suene, huela, sepa a amor.
das a fuerza de místicas, y otros, por fríos Suprimid el sentido de esa palabra en el
sistematizadores o vulgares rutinarios, im Evangelio y lo trocaréis de libro de la Vida,
piden o dificultan el conocimiento íntimo, de la Luz y de la Paz, en fábula de ab
interno, que decía San Ignacio, personal, surdos y quimeras.
irresistiblemente atrayente del Corazón El Evangelio es la conjugación de los
de Jesús como órgano de su Humanidad grandes verbos del corazón: amar y en
y como símbolo de su amor, por parte del tregarse.
pueblo cristiano y, me atrevería a decir, San Pablo, que ha expresado en esas dos
de hartos letrados y allegados. palabras toda la obra redentora de Jesús:
¡Si nos diéramos bien cuenta de lo que «Dilexit me et tradidit semetipsum pro
es el Corazón de Jesús y de lo que en El me» (1) ha definido, del modo que puede
tenemos! ser definido con palabras de la tierra, ese
¿Cómo? ¿En dónde encontrar ese guía? Arca
de Jesús:
de los«Eltesoros
que mede amó Se Corazón
Dios,y al
jEn el Evangelio! entregó
¿Quién, finalmente, te trajo hasta poner
a si mismo por mb. ¡Asi! ¡Sin adverbios en un palo, y estar alli todo de pies a
que limiten, condicionen, califiquen la ac cabeza tan maltratado: las manos encla
ción inmensa de esos aos verbos! vadas, el costado partido, los miembros
«¿Quién -dice el venerable maestro descoyuntados, el cuerpo sangriento, las
Fr. Luis de Granada- te trajo, Sefior, venas agotadas, los labios secos, la len
del cielo a la tierra, sino el amor? gua amargada, y todo, finalmente, despe
¿Quién te bajó del Seno del Padre al dazado?
de la Madre, y te vistió de nuestro barro, ¿Quién pudo hacer tal estrago como
y te hizo participante de nuestras mise éste, sino el amor? ¡Oh, amor grande!
rias, sino el amor? ¡Oh, amor gracioso! ¡Oh, amor tal cual
¿Quién te puso en el establo y te re convenia a las entrañas y a la inmensidad
clinó en el pesebre, y te echó por tierras de Aquel, que es infinitamente bueno y
extrañas, sino el amor? amoroso y todo amor!» (<<Oracióny Me
¿Quién te hizo traer a cuestas el yugo ditación», cap. 22, párr. 4, n. 25).
de nuestra mortalidad por espacio de tan
tos años, sino el amor? Perenne actualidad del
Evangelio
¿Quién te hizo sudar y caminar, velar
y trasnochar buscando las ánimas, sino. el El Evangelio es el relato de una vida
amor? y de una doctrina no sólo de un Jesús
¿Quién ató a Sansón de pies y manos, que pasó, que hizo, que dijo... sino de un
y lo trasquiló y despojó de toda s~ fo.rta Jesús que está viviendo en el Cielo y en
leza, y lo hizo escarnio de sus enemIgos,
los Sagrarios de la tierra, en su cuerpo
sino el amor de Dalila su esposa?
mistico, la Iglesia, y en el alma de los
y ¿quién a Ti, nuestro verdadero San justos.
són, ató y trasquiló, y despojó de tu virtud Es cierto que las personas y los acon
y fortaleza, Y entregó en manos de tus tecimientos, que se mueven en torno del
enemigos, para que te·escarneciesen y es gran Protagonista del Evangelio, pasaron;
cupiesen y burlasen, sino el amor de tu pero los tipos por aquellas personas re
esposa la Iglesia y de cada una de nues presentados y las acciones iguales o pa
tras ánimas?
2
recidas a las que aquellas realizaban per zón de Jesús en la intimidad con sus al
duran en renovada sucesión que constan mas fieles, en sus días y noches sin fin de
temente va reproduciendo en torno del Sagrarios abandonados, en las Misas de
Jesús del Sagrario, de'la Iglesia y de las sus Sacerdotes, de los buenos y de los que
almas, las mismas escenas del Jesús de no lo son, en las persecuciones y exaltacio
Palestina, con sus llamamientos y segui nes de su Iglesia, en su glorificación eter
mientos de apóstoles, sus abandonos, 'co na del Cielo!
bardías y traiciones de amigos, sus cons Grande, interesante, revelador es siem
piraciones de enemigos, sus aclamaciones pre el Evangelio como Doctrina Y como
y sus «crucifige» de turbas, sus atraccio Historia; pero cuando con ojos de fe vtva,
nes de niños, de enfermos, de pecadores, miro sus páginas y las veo moverse, subir
sus intimidades y confidencias de almas y bajar suavemente, como 'Suavement.e
selectas, sus deferencias y blanduras con baja y sube el pecho a impulso del cora··
su Madre y con las madres íntercesoras. zón que guarda adentro, cuando siento que
Ese libro, en suma, escrito ayer, cuenta aquel subir y bajar son la sístole y la diás
con palabra infalible 10que Jesús hizo y tole del Corazón más grande, más genero··
dijo ayer, amándome y entregándose por so más incansable, más inverosímilmente
mí, lo que hace y dice hoy y lo que hará a~ante y dadivoso, el libro ya no es libro,
y dirá mañana y eternamente, conjugando sino un pecho vivo, la palabra escrita es
los mismos verbos: amar y entregarse. una palabra hablada, el ayer es hoy,
Este aspecto del Evangelio me regala el mañana la eternidad, el milagro con
con esta gratísima noticia: Por él yo pue tado es milagro repetido, el mistPrio de
do sentir las palpitaciones del Corazón de la Doctrina no es misterio, sino claridad
Jesús, no ya durante un período de su ac de mediodía, la Fe y la Esperanza casi,
ción o de su vida, sino de todos los perío casi, se van eclipsando, porque por entre
dos y de toda su vida mortal, celestial, letra y letra, renglón y renglón, van sa
eucarísti~a, mística, ,eterna. iQué dulce liendo rayos de un sol, el sol del Amor...
alegría penetra e invade a mi alma al ¡Jesús descubriendo su Corazón y repi
descubrir ese mágico secreto que la pone tiendo: «Yo soy» con palabra de luz y de
en disposición para conocer en cada mo fuego! -
mento qué siente y cómo palpita el Cora La letra escrita dirá: mano que bendice,
mano agujereada, ojos que miran, que llo
ran, que se velan, cabeza herida por es
pinas, pies cansados del caminar, boca
abierta para enseñar, seca de sed, ardien 4.-Los buscadores del Corazón de
te de fiebre...; pero la luz y el fuego que
debajo de las letras salen, van diciendo: Jesús
¡El Corazón de Jesús amando y entregán
dose!... ¡Encuentro en el Evangelio tantos mo
¡Con qué razón y justicia el Evangelio dos de buscar al Corazón de Jesús y tan
de Jesús puede llamarse el Evangelio del distintos fines en los que lo buscan!
La primera clasificación que salta a la
¿Que en
Corazón de aquellas
Jesús! páginas no se nombra
vista es la de 10$«buenos y malos busca
ni una sola vez? dores de Jesús».
Es cierto. Son buenos buscadores los que buscan
Pero también es cierto que así como por a Jesú$ para darle algo que le guste a El
la lanzada del soldado quedó «abierto el u obtener de El algo de provecho propio;
costado» de Jesús y por esa abertura po esto es, lo buscan bien los que lo busc'l.n
día verse y tocarse su Corazón de carne, para bien.
por el espíritu de Fe y mejor, por don del Son malos buscadores los que buscan a
Espíritu Santo, a través de cada palabra Jesús para hacerle daño y, si posible fuera,
,para perderlo; esto es, los que le buscan
del Evangelio de Jesús puede verse y sen
tirse su Corazón, y por tanto, que no hay para mal.
De estos, icuántos descubre el Evange
que escríbir un libro sobre lo que es El,
sino dedicarse a «buscarlo» en el gran li lio! icon cuánta tristeza intercala en la
bro, en el libro eterno de su Evangelio. vida de Jesús, desde su infancia, frases
como estas: «buscaban (los emisarios de
Esa, esa quisiera yo que fuera la ocupa
ción de los ojos y de las inteligencias de Herodes) la vida del Niño» (1), «bus
los cristianos, leer y contemplar el Evan cándolo (los fariseos o sus secuaces) para
gelío «buscando» al Corazón de Jesús sin cogerlo en su palabra, para prender
parar hasta encontrarlo.
lo... para perderlo... para matarlo ...:¡)¡Qué Me explicaré.
misterio de iniquidad y de incomprensión! Veo en el Evangelio a unos buscar la
~jCuánto buscar a Jesús, al siempre bue «mano~ de Jesús, como los que le pedian
nisimo Jesús, para quitarlo de en medio! que la posara sobre sus cabezas o sus ojos
jCon cuánta pena ha tenido que decir o sus dolencias para que los curara; veo a
no
a sus
me malos
hallaréis!:¡) (1).
buscadores: «me bu¡;caréis y otros buscar el «prestigio» de Jesús como
sus paisanos de Nazaret pidiéndole prodi
jCuánto harían sufrír y estarán hacien gios para no ser menos que los de Cafar··
do sufrir al Corazón de Jesús esos malos naum; veo a éstos buscar el «poder» de
buscadores aferrados con obstinado y dia Jesús para recrearse en el e¡;pectáculo de
bólico empeño en buscar sus manos para grandes milagros, como los curiosos que
traspasarlas con clavos, su boca para se le acercaban diciéndole: «queremos
amargarla con hieles, su cabeza para co verte hacer un milagro» (1); veo a aque
ronarIa burlescamente con espinas, su pa llos buscar los «dineros» de Jesús para ro
labra para cogerlo en embustes, su cara bárselos como Judas, pero ia qué pocos
para abofetearla, su Corazón para atra veo buscando su Corazón! isólo su Cora
vesarlo, su nombre para raerlo de sobre la zón!
haz de la tierra! jEl, todo amor, odiado a
muerte, a exterminio! ¡y no una vez en su LOS BUENOS BUSCADORES
vida mortal, sino muchas constantemente Los que buscan sólo su Corazón
en su vida mortal y en la eucarística!
jQué misterio de dolor para El y de dure ¡Qué poquitos son!
za de corazón y ceguera de cabeza de los
hombres! Los que buscan a Jesús más que por )0
que da o promete, por lo bueno que es,
Pero aún entre los mismos buenos bus por lo que se merece ser buscado, es decir,
cadores, jqué pocos del todo buenos y rec por lo que es El, ¡por su Corazón!, ¡en
tos buscadores!, e¡; decir, iqué pocos bus qué escaso número se encuentran en el
cadores de «sólo su Corazón»! Evangelio! Somos los hombres tan indi
gentes en nuestro ser y tan interesados el pan, hasta la mesa; poco,s.los que lle
en nuestro querer!
Pero, aunque en corto número, en el gan con El hasta beber el cal1zde la Pa
sión» (1).
Evangelio se encuentran, para gloria de Es decir, muchos son los seguidores y
Dios y honor del género humano, busca enamorados de las dádivas y regalos de
dores constantes, invariables, enloqueci
dos, si vale decirlo así, de su Corazón. Jesús; pero pocos los de verdad enamora
dos de su Corazón, y menos aún en la hora
Los tres buscadores de su Sacrificio.
del Corazón de Jesús Poned un momento vuestros ojos en la
cima del Calvario en la hora de la cruci
y con más propiedad díría tres tipos úe fixión de Jesús. ¿Qué dá allí Jesús?
buscadores con sus características muy Allí no hay multiplicación de panes ni
marcadas que son: .el grupo de las Marías, peces, ynotullidos,
ciegos no hay canClas
hay curaciones X:U.lagrosas~e
para lll
Juan Evangelista y la Madre de Jesús.
A este grupo no se le conoce en el Evan ños ni consuelos para los que lloran...,
gelio más que una ocupación para su vida allí no hay más que una vida que .se ex
y una sola dirección para sus pasos, sus tingue, unos ojos vidriosos que se CIerran,
miradas y sus anhelos; a saber; buscar
el Corazón de Jesús, pero cada uno a sU unas heridas que manan sangre, una boca
cárdena que se reseca, unos miembros que
modo. se contraen, un amor infinito que se d~s
Dejo para más adelante presentaros el hace en un infinito dolor y, cuando la VIda
modo que cada uno tiene de buscar al
Corazón de Jesús; conténtome ahora con se extingue del todo, queda de cuerpo pre
sente un pecho abierto y un Corazón tras
presentaros un solo cuadro en el que to pasado por la lanza de un soldado.
dos y solamente ellos aparecen absorbi
dos por esa preciosa ocupación. ¿Quién está con Jesús en esa hora?
Responde el Evangelio:
Las horas del Sacrificio

«Muchos son, díce el autor de la Imita


ción, los que siguen a JeSÚshasta partir
Estaban junto a la Cruz María Madre de
Jesús, Juan el Discípulo a quien Jesús
amaba y las Marías (1).
¡Estas son las almas que buscan a Je
sús crucificado! «Sé, dirá poco después un
ángel a una de ellas, que buscáis a Jesús
crucificado;,) (2).
Esas son'las buenas, las óptimas busca
doras de Jesús; las que sólo buscan su
Corazón, para, con El y como El, amar pa
deciendo o gozando, trabajando o descan
sando, muriendo o resucitando",
¡Aquellos ciento cincuenta kilómetros
que separaban a Nazaret de la orilla del
Jordán, las idas y venidas del desierto, sin
más compañía que la pena de dejar su
1.- Los llama y trata como casa, ¿por qué no sentirla?, Y el ansia de
darse a las almas!
discípulos Perdonadme una digresión: En la ma
ñana que escribo estas páginas he con
¡Discípulos de Jesús! Ved aquí una pa sagrado Sacerdote a un joven monje de
labra que no aparece en el Evangelio ni la Trapa; cuando mis dedos han ungido
en la infancia ni en la adolescencia de las palmas de sus manos, han tropezado
Jesús, sino en su vida pública. con dos protuberancias, idos callos del
trabajo del campo con el que comparten
los monjes su oración y sus estudios! Y
me acordé conmovido de las manos en
callecidas de otro joven Sacerdote ¡del
Solo, fué en busca de Juan ;Bautista Sacerdote Jesús, dejando el taller de Na
para ser por él bautizado. zaret en busca del Jordán!
Va solo al desierto en el que moró ayu
nando cuarenta días y cuarenta noches. ¿Cómo podría haber comenzado
Solo va otra vez en busca del Bautista la vída pública?
por la orilla del Jordán, cuando sale del
desierto, para recibir el testimonio de su ¿Cómo y por dónde comenzará Jesús
misión divina. su Obra, su gran Obra de salvar al mundo
y solo, vuelve a pasar al día siguiente por su ejemplo, su palabra, su pasión y
por la misma orilla, sin detenerse a ha su muerte? ¿Se dirigirá a Jerusalén, a su
blar con nadie (1). grandioso Templo, en una de sus Pascuas
iCómo palpitan de amor y de misterio o solemnidades Y ante aquellas muche
estos primeros pasos solitarios de la vida dumbres de judíos que acudían de dentro
pública de Jesús! de Israel y desde toda la tierra haría oír
su palabra y confirmaría con los mila
gros de su poder infinito su misión divi ¿De dónde viene Jesús solo? ¿A dónde
na? ¿Nole hubiera ahorrado tiempo y tra va? ¿Qué busca?
bajo comenzar su vida pública ante aque ¡SU Obra!
llas muchedumbres de cientos de miles de Está comenzando su conquista del mun
hombres que hablaban todas las lenguas, do; pero no al estilo nuestro, sino al suyo,
con la transfiguración con Moisés a su de al que sigue usando en su vida de Hostia
recha y Elías a su izquierda y en las al oculta y callada. ¡Conquistador, no ma
turas el Padre celestial, dando todos tes tando ní asustando, ni deslumbrando ni
timonio de El, y con claridades de sol en coaccionando, sino atrayendo por la hu
su cara y blancura de nieve en sus vesti mildad y el amor!
duras? ¿Quién se hubiera resistido a aque
lla promulgación de la ley nueva y a aque
lla presentación del esperado Mesías?
Ese programa tan fascinador y, al pa
recer humano, tan eficaz, no fué el pro Para eso pasaba Jesús por la orilla del
grama de J~sús. Jordán; buscando de entre los grupos de
penitentes o sencillos discípulos del Bau
tista quien quisiera dejarse atraer por la
humildad de su porte y el amor de su
mirada...
1- í Lo mismo que en el Sagrario! jDías

Su primera aparición la hará en las ri y días, años y años en soledad casi abso
beras casi desiertas del Jordán, entre un luta. esperando quién quiera dejarse
grupo de pescadores y penitentes pidien atraer! ¡Qué traza de conquistador, tan
do al austero Juan Bautista, vestido de distinta y tan opuesta a la usada por los
pieles, que lo bautice, como a uno de tan hombres!
tos y después desaparece para sepultarse y al segundo día Se deciden dos a se
cuarenta días en la soledad del desierto. guirle, Andrés y otro discípulo del Bau
y cuando de él sale, iqué misterio tan tista, muy probablemente Juan. Jesús ha
atrayente encierra ese pasar por la misma sentido sus pasos, ha vuelto el rostro atrás,
ribera dos días consecutivos! los ha mirado y les ha preguntado:
-«¿Qué buscáis?» -«Maestro, ¿dónde vi palpitaciones de un Corazón dispuesto a
ves?» (1). hacer locuras por iluminar a las almas
¿No sentis palpitar en esta pregunta la y cómo haces presentir el misterio dulce,
emoción de una adhesión cariñosa? suave e iluminador de tantas noches y de
Entre los hombres, primero es conocer tantos dias de Sagrario!
se y después amarse; con Jesús buscado ¿Qué ha estado diciendo Jesús aquella
con corazón sencillo, ocurre al revés, noche a Andrés y a Juan?
No lo dice el Evangelio.
icuántas veces se le ama primero y se le
Lo que sabemos es que han salido cono
conoce después!
ciendo quién es Jesús y amándolo con la
El Corazón de Jesús ha debido estre
efusión del celo más activo por buscarle
mecerse de gozo al oirse por fin llamar conocedores y amadores.
Maestro, y encontrar los dos primeros dis Andrés busca y trae a Jesús a su her
cipulos. mano Simón, el que debia de ser cimiento
No se les señala dia ni hora para reci
de sU Iglesia; probablemente Juan trae
birlas; los recibe al punto; itenia tanta a su hermano Santiago. Después, de estos
hambre de enseñar! ¿En dónde? Ni les da cuatro discipulos, sacará Jesús cuatro
las señas de su casa, isu casa!, la primera grandes Apóstoles.
cabaña o cueva abandonada que encon y sabemos también que con ese conoci
trara, iun mesón, si los hubiere en aque miento y amor del Maestro, debieron sa
llos parajes medio desiertos! car un amor fraterno, tan efusivo, tan pal
-«Venid y ved». pitante, tan nuevo, que más tarde, en los
y se estuvieron con El toda aquella no últimos encargos, cuando tenia que sepa
che, porque eran ya las cuatro de la tar rarse de ellos, para ir al Padre, les ha po
de cuando esta invitación se hacia. dido dejar esta consigna: «En esto cono
Misterio de aquella noche entera cerán que sois mis discipulos, si os amáis
de magisterio de Jesús con dos rudos los unos a los otros» (1).
pescador-es, icómo nos haces sentir \las
Si tengo que hacer de maestro algunas
veces por ser Sacerdote, padre de familia,
catequista, o simple consejero, ¿atraigo y «y aconteció en aquellos días (agudi
uno a mi a los que he de enseñar por la zado el odio de los fariseos) que salió (Je
humildad o el amor? sús) al monte a hacer oración, y pasó la
Jesús ni en el Evangelio ni en la Euca noche orando a Dios, y cuando fué de dia
ristia es Maestro de mala cara, de palabra llamó a sí a sus discípulos, a los que El
áspera, ni de corazón duro. quiso, y vinieron a El. Y escogió doce de
Como discípulo que soy de Jesús, a fuer
entre ellos, a los que también llamó após
de cristiano, ¿me lo conocen las gentes toles: para que estuvieran con El y para
en lo bien que trato y quiero a todos mis enviarlos a predicar» (1).
condiscipulos, a todos, a buenos y a malos?
Una de las más espléndidas manifesta
Espíritu Santo, ¡que yo ame así! ciones de la bondad de nuestro Padre Dios
es que, pudiendo hacer todo por sí mis
mo, se digna buscar y admitir la colabo
ración de sus criaturas y por medio' de
ellas repartir sus bienes.
El es la Luz y el Calor indeficientes y
se digna alumbrarnos y calentarnos por
medio del sol; El es la Vida y se digna re
partírnosla por medio de las semillas...
y en el orden sobrenatural Jesús, el Res,.
taurador del Universo, prosigue manifes
tando la bondad de su Corazón a modo de
su Padre: alumbra, calienta, cura, redi
me, vivifica, diviniza a unas almas por me
dio de otras.
cir, a un apóstol le es todo permitido me
He aquí la gran institución del amor nos el estarse quieto; ¡siempre, yendo!
del Corazón de Jesús. Su más rico y abun iO saliendo de Jesús solo, o volviendo
acompañado de almas a Jesús! El apóstol
'dante desbordamiento, después de la Eu es un perpetuo viajante con este solo di
caristía.
El, por sí mismo o por medío de su Es \Vino encargo: ir desde Jesús solo hasta
píritu Santo, ha podido tocar los ojos, los Jesús acompañado. Ello dejó dicho: Yo os
oídos y el corazón de cada uno de los elegí y os puse para que vayáis...
hombres de ayer, de hoy y de mañana, e
iluminarlos y transformarlos; ha podido
y puede continuar aplicando los méritos
y la virtud de su gran Obra, la que El Es: Hablar de Jesús, como Jesús y con
solo comenzó y El solo consumó, de la Re autoridad de Jesús ihstruyendo, alum
dención del género humano; pero ha que brando, atrayendo.
Obrar con la virtud y con el estilo de
rido, se ha dignado querer asociarse cola enfermos,
boradores, no de entre los espíritus angé Jesús, curando resucitando
licos, sino de entre los hombres de carne muertos, consolando afligidos, levantando
y hueso, de barro de Adán. caídos, haciendo andar a los paralíticos,
¡Esos son los apóstolesl ver a los ciegos y oír a los sordos.
Amar por y a lo Jesús, o sea: decir y
¿Qué es un apóstol?
Etimológicamente es un enviado; his hacer todo esto por amor sin esperar
tóricamente, según el Evangelio, las Epís paga ni recompensa, con sacrificio hasta
morir en la cruz del cansancio, del ago
tolas y demás libros inspirados del Nuevo
Testamento y la Historia de la Iglesia, el tamiento, de la ingratitud, del martirio
apóstol es, sí, un enviado de Jesús con de sangre, poco a poco o de una vez.
Un apóstol de Jesús es como un Sa
una sola ocupación: ir, y un solo fin: salir
de Jesús, haciendo de 'Jesú,s, y volver des grario ambulante con la puerta de par en
pués de haber hecho a Jesús en muchas par o con sus paredes tr-ansparentes para
almas, para volver a salir, y así cumplir que así como en los de las iglesias se ve
el euntes del mandato apostólico; es de con los ojos del alma a Jesús a través de
las especies sacramentales, en aquéllos se
vea, se oiga y se sienta a través de las y de modo extraordinario con el aposto
palabras, las obras, el cuerpo y el alma lado, exclamara con la máxima convic
del apóstol. ción repetidas veces en su,s cartas: «No
Un apóstol es el 'Evangelio vivó andan soy digno de ser llamado Apóstol» (1), y
do por nuestras calles y plazas repitiendo que el que había constituído principe de
y renovando su,sescenas de Jesús pasando todos ellos, a la primera insinuación que
sereno y generoso por entre muchedum recibe de Jesús cayera de rodillas ante El
bres hambrientas, fariseos envidiosos, ni exclamando en el tono de la más sentida
ños que aclaman, turbas que vociferan y humildad: «Apártate de mí que soy hom
a veces crucifican... bre pecador»? (2).
Si en el solo nombramiento de apóstol
se ,sienten tan fuertes las palpitaciones
del Corazón de Jesús, preparaos para sen
tirlas más fuertes en la tierna solicitud
Grande, inmensa es la dignax::ión del con que prepara y escoge a los que El
Padre celestial en haber querido valerse quiso para tan encumbrado oficio.
del sol para dar a la tierra y a los mun ¡El Corazón de Jesús formándose sus
dos toda la luz y todo el calor que nece apóstoles!
sitaban; pero es incomparablemente más ¡Qué tema tan interesante!
valiosa y enaltecedora la dignación del
Corazón de Jesús al hacer de un hombre,
al fin y al cabo de barro, Apóstol suyo,
distribuidor de su Luz, de su Calor, de su iEl Corazón de Jesús elaborándose sus
Vida, voz de su boca, mano de su poder, Apóstoles! ¡En su vida mortal y en su
cimiento de su Iglesia, mirada de sus vida eucarística a través de los siglos de
ojos, palpitación de su Corazón, repetidor su Iglesia!
y continuador y hasta ampliador de su Tema tan atrayente y aleccionador
Obra y de sus milagros. como difícil y lleno de misterio. Y para
¿Qué extraño que San Pablo, uno de
los más grandes hombres de la Historia,
honrado por el mjsmo ;resús en· persona
disminuir dificultades, concreto el tema: gradual, dura la veces, frustrada otras,
cómo se formó el Corazón de Jesús, sus difícil siempre!
primeros apóstoles. Para proceder con claridad, distingo dos
Con el Evangelio por guía podemos pe aspectos en la elaboración del apóstol:
netrar en el misterio de ese proceso. Primero, la selección, y segundo, la for
mación propiamente dicha.

Antes, detengamos nuestra atención en


este contraste del Evangelio: Jesús rea
liza sus más grandes milagros en un ins Está patente en el Evangelio esta clasi
tante; en la formación d.e sus apóstoles ficacíón de los que rodean a Jesús: gru
emplea los tres años largos de su vida pos escogidos y masa.
pública, los cuarenta días de su vida de
resucitado en la tierra y la consuma con A partir de los dos primeros discípulos
la venida y la acción del Espíritu Santo. Andrés y Juan que Jesús atrae a su paso
por la orilla del Jordán, aumentaba por
Para curar enfermeda~es inveteradas,
día el número de sus discípulos y segui
incurables, para resucitar muertos, para dores.
alimentar muchedumbres de miles, para ¿Fuero{l todos llamados uno a uno o
atraer y convertir pecadores endurecidos,
con invitación especial?
tiene ordinariamente bastante con una
palabra, una imposición de mano, una mi No lo dice el Evangelio, aunque lo da a
rada, un gesto, el paso de su sombra, ¡un entender. iQué tema tan apropósito para
instante de presencia suya!; para hacer descubrir palpitaciones del Corazón de Je
de un pescador de peces un pescador de sús! ¡SUSmodos y ocasiones de llamar
hombres, icuántos pasos, cuántas instruc en su seguimiento!
ciones, cuántos ejemplos, cuánta pacien Lo que se dice con una abundancia pre
cia, cuánto tiempo! ¡Lo que cuesta un ciosa de pormenores es la gradación, el
apóstol al Corazón de Jesús! ¡Lo que más trámite, por así decirlo, que se ha digna
le cuesta! ¡Qué estudio tan interesante do guardar en la selección de un grupo
seguir a Jesús en esa elaboracíón lenta, de entre la masa de los discípulos. No
consta en el Evangelio el trámite de todo jor a la renuncia consciente de todo y
el grupo; pero sí de sus figuras principales. de ellos mismos que exigia esa vida?
El Santo Evangelio nos descubre expre No lo sabemos.
samente los tres tiempos en los que Jesús
ha ído elaborando la selección de cuatro Segundo tiempo
grandes figuras del apostolado, Pedro, An
drés, Juan y Santiago. El noviciado: Al final del primer año de
vida pública (1), Jesús vuelve a encon
trarse en la orilla del Tiberíades a Pe
dro y a su hermano Andrés; ante la mu
que pudiera llamarse el postulantado: chedumbre que le oprime entra en la
Apenas iniciada la vida pública, Jesús in barca de Pedro y desde ella predica, des
pués le manda internarse en el mar y
vita al primer núcleo apostólico consti
echar las redes, que salen rotas de hen
tuído por cinco y quizás por seis: Pedro,
Juan, probablemente Santiago, Andrés, chidas de pesca y a Pedro y Andrés dueños
de la barca, y a Santiago y Juan, que con
Felipe, y Na.tanael, que es, según todos
la suya vinieron a ayudarles a sacar la
los inúicios, Bartolomé. red, dice: «Venid en pos de mí, y haré que
No siguieron a Jesús de modo perma
nente estos primeros invitados, sino que vosotros seáis pe,scadores de hombres».
transcurridos unos días o unas semanas, Poco de2pués pasa por delante del telo
tornaron a sus quehaceres habituales, y nio del publicano Mateo, y le dice: «Sí
esto no por inconstancia o infidelidad de gueme», y levantándose dejándolo todo,
los seguidores, sino por designio del que le siguió (2).
los llamó.
¿Para excitar más sus deseos y hacerles Tercer tiempo
sentir más el atractivo e interés de la vida
apostólica? ¿Para que en el apartamiento La prolesión: iqué preámbulo tan bello!
de las muchedumbres y en el remanso del ¡Una noche entera de oración solo en el
hogar se dedicaran a una rumía espiri
tual de cuanto en El y en torno de El ha (1) (Le. 5, 1-12).
bían visto y oído? ¿Para disponerlos me (2) (Me. 2, 13-17; Le. 5, 27-32).
de cerca y de lejos, aclamado y persegui
monte! Al amanecer selecciona a doce, a do, abofeteado y escarnecido, glorioso en
los que quiso, y los nombra apóstoles. En el cielo y sacramentado en la tierra, y
tre ellos lo,s repetidamente llamad?s. y darse a conocer no sólo a los ojos y oídos
mirad con qué orden: nombra el prImero de carne, sino a la cabeza, al corazón, y
a Pedro, Y el último a J~das; de entre los hasta al instinto de los que han de ser
doce, seis son tres pareJas de herma~os, sus apóstoles.
Pedro y Andrés, Santiago Y Juan, Sant~a~o Ved, si no, la gradación con que se va
el Menor Y Judas Tadeo; éstos dos ultI dando a conocer a los que preparaba para
mos, primos de Jesús. . . apóstoles; el primer llamamiento a los
Yo veo en esa,srepetidas retIradas e m,.. cinco ,se hace por Jesús sin acompaña
vitaciones la realización del plan de la miento de gentes, sin aureola de milagros,
misericordia de su Corazón de salvar a sin sermones; no más el «Ven», el «Sí
los hombres por medio de otros hombres, gueme». ¡Jesús solo! ¡Primera lección!
y siento en ese proceder una de la~ pal El segundo llamamiento se hace por Je
pitaciones más fuertes del Corazon de sús asediado de muchedumbres hambrien
Jesús; en esa su paciencia de llamar Y tas de verlo, oírlo y estar con El y en plena
despedir para volver a llamar, veo el de flor.escencia de milagros. iJesús by,scado y
signio del Maestro de darse a conocer de seguido! iSegunda lección!
todos los modos a los que más que t?dos El tercer llamamiento, el definitivo, se
los hombres necesitaban conocerlo. SI no hace, es verdad, bajo un cielo de aclama
hay más vida sobrenatural que l~ que da ciones de las gentes y maravillas de pa
el conocimiento amoroso de Je,sus, y dar labras y obras de Jesús; pero sombreado
y difundir ese conocimiento es la obra con nubes de maledicencias, envidias y
esencial del apóstol, nadie debe conocer maquinaciones de fariseos y e,scribas:
más y mejor a Jesús que su apóstol. . ¡Jesús querido, d~scutido y odiado! ¡Ter
Esa es la única asignatura, no escrIta cera lección!
sino viva, de la carrera de apóstol: saber Sin atreverme a afirmar que con esas
se a Jesú,s de todos los modos, Y esa es la tres lecciones los seleccionados se sabían
única que quiere enseñar Jesús: darse a ya a Jesús por entero, si aseguro que te
conocer, solo y acompañado, .present~ y nían bastante para prestar razonable acep
echado de menos, público y prIvado, VIsto
expresan el fin y la intención de aquella
tación al cargo que les ofrecía Y a las re obra. que Jesús habia querido ínmediata-
nuncias y asperezas que éste les imponía. con una noche de oración
mente .preparar con
Sivale una metáfora didáctica moder y medlatamente las repetidas llama
na, diría que los seleccionados para el das de que os hablé antes.
apostolado eran bachilleres de la carrera ¿~ar~ qué, dice el Evangelio, Jesús se
apostólica.Hecha profesión leccIOnoa aquellos doce hombres?
la de vida apostólica, Para dos cosas: 1.a, para que estuvieran
¡cuántas lecciones les quedaban por apr~en con El, y 2.a, para enviarlos a predicar
der para llegar al doctorado! Su fórmula D,espués, consideradasesas palabras, .se
suprema será la afirmación que más tar vera q~e en realidadesas dos cosas no
dehará el Doctor de las gentes, San Pa son mas que una: ir a predicar estando
blo: «Yo'no sé más que a Jesucristo, Y éste con, Jesús, o más breve, ir haciendo de
crucificado!» (1). Jesus.
Eseesel apóstol: el hombre que sabe
y se sabe a Jesucristo, Y no cuenta con
a) ESTAR CON JESÚS
sitio, ni tiempo, ni ganas para saber más.
¿Recordáis la terminación de aquel en
c~ntador diálogo de los dos primeros dis
«y los llamó clpulos con Jesús: -«¿En
Maes~ro?» dónde vives
con
apóstoles para que estuvieran -«Venid y ved». «y fueron ~
El Ypara enviarlos a predicar» (2). es~uvleron con El todo el día» (1).
El doctorado GElfruto de estar aquel día con Jesús?
apostólico
Nos lo presenta el grito que proferian al
Jesús ha nombrado a doce apóst.oles. separarse deJesús y ver a sus hermanos'
«¡Hemos encontrado al Mesías!» jHabía~
¿Para qué? comenzado a conocer a Jesús!
enOs invito a que os detengáis conmigo
la consideración de esas palabras que

(1) (1 Coro 2, 2).


(2) (Le. 6.13; Me. 3.14).
mida, del descanso y de las ocupaciones,
reservando para sí, sin que apenas lo ad
Pues bien, ya no es un día el que va~ a virtieran, lo peor y más duro y arríesgado.
estar con Jesús sus primeros apóstoles, Silla ¿Pero, quién puede describir, ni bosque
muchos días y muchas noches; van a ver al jar lo que son, lo que enseñan, lo que reve
Jesús que ni el vulgo ni las muchedumbres lan, lo que hacen sufrir y gozar y transfor
verán· van a estar con Jesús inttmo, van a marse dos años de intimidad con Jesús, vi
come; en su mesa, a dormir bajo el mismo viendo en el inefable menudeo de los por
techo o sobre el mismo duro suelo, cuando qué, los cómo y los para qué de su decir,
les toque dormir al raso; van a verlo su de su hacer, de su padecer, de su proyectar
doroso, fatigado ya sudar y a fatigars.e ~on y de su entregarse cada día y cada hora a
El del tanto andar, hablar Yser oprImIdo su única aspiración, su sueño, su Obra: sa
por las muchedumbres; van a sorpre~derlo crificarse por la glorificación de su Padre
en sus coloquios con su Padre del CIelo y y la redención de los hombres?
con su Madre de la tierra; lo van a ver
llorar Yvan a llorar con El ante muchas Estar con Jesús íntimo como
lástimas de los cuerpos Yde las almas; se participante
sentirán bañados muchas, muchas veces,
por las miradas bondadosas con que acom Una sencilla observación ayudará a dar
pañaba las explicaciones de lo que no ha mayor relieve a este misterio: Los apósto
bían entendido, los comentarios de l~s éxi les no asistían a esa vida íntima de Jesús
tos favorables o desfavorables del dI~, las como meros e impasibles observadores,
condescendencias Ycariñosas correccIOnes sino como participantes en una verdade
de sus flaquezas, la gratitud con que aco ra comunidad de trabajos y descansos, de
gia sus fidelidades Y generosidades; se da dolores y gozos, de derrotas y triunfos.
rian cuenta de la naturalidad con que de De esa comunidad en el modo de vivir
cía y hacia las cosas sobrenaturales, de la tenía que surgir otra comunidad más ín
serenidad de su tono, delap!tzque exh~ tima y espiritual en el modo de ser...
laba, de las delicadezas con que corre~Ia No eran sólo los ojos de los apóstoles los
sin lastimar, con que les dejaba lo meJor
más cómodo y menos expuesto de la ea· que se ocupaban en ver lo que pasaba en
y torno de Jesús, ni los pies en andar los
4
caminos con El, sino la cabeza en apren en otro aspecto suyo con que se dignó re
derlo, enterarse más de El y admirarlo galar a tres de aquéllos, sus más íntimos.
cada vez más, el corazón en sentir la cer Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan
canía, el fuego y las palpitaciones de y los lleva aparte solos a un monte alto
y, mientras oraba, se transfigura delante
aquel gran Corazón que se asomaba por
aquellas miradas, por aquellas palabras; de ellos y su rostro resplandece como el
por aquellas obras y por todos los poros sol y sus vestiduras tornáronse resplande
de aquella Humanidad y por todas las ma cientes y en extremo blancas como la
nifestaciones de su actividad y era, en nieve.
suma, la vida intelectiva, sensitiva, y ope y al momento, se les aparecieron Moi
rativa de aquellos hombres que se plas sés y Elías en forma gloriosa, hablando
maban en la vida humana y divina de con El (1).
Jesús.
Seguía la elaboración del apóstol: el ¿Por qué se transfigura Jesús?
conocimiento, si vale decirlo así, al me El Papa San León, en su sermón sobre
nudeo de Jesús se iba convirtiendo en
simpatía, compenetración, en amor de Je la Transfiguración, levanta el velo de ese
sús y de todo Jesús, y el amor en imita gran misterio y nos introduce en los se
cretos motivos que tuvo Jesús para abrir
ción interior y exterior, casi en reproduc
aquel espléndido paréntesis en su vida or
ción de Jesús.
dinaria en favor de aquellos tres hombres.
Tres motivos apunta el Santo Padre y
a cual más podero,sos.

1) Para preve1?i.r el escándalo


Jesús, que ha dispuesto darse a conocer de la Cruz y el vilipendio de la
y a amar al mundo por medio de sus Após
Pasión
toles, persiste en su empeño de que estos
lo conozcan de todos los modos que pue
de ser 'Conocido.
Después de ver a Jesús íntimo entre sus
Apóstoles, detengámonos unos momentos
randa y reverenciando a Jesús clavado en cies sacramentales para con ella verte y
una cruz, no nos es fácil darnos cuenta del
hacerte ver, en el escándalo del Sagrario
inmenso descalabro, de la conturbación abandonado o profanado y en el vilipendio
honda que debió recibir la fe de los Após de la Pasión que con lenguas, manos, plu
toles ante el espectáculo de Jesús preso ma y toda suerte de armas te hacen cons
y atado, abofeteado y escupido, condenado tantemente sufrir tus enemigos en tus
a muerte y ejecutado en un patibulo. Sacerdotes, templos, escuelas e institucio
¿El Omnipotente preso? ¿el Justo con
nes! iCuesta tanto ver triunfos en las de
denado?, ¿el Inocente enclavado en Cruz?, rrotas aparentes de Jesús y de su Iglesia
¿el Salvador sin salvación?, ¿el Rey liber
en el mundo!
tador escarnecido por la soldadesca?, ¿el
Esa, esa es la gran obra de la fe del
seguido, aclamado y abrumado por las mu a.póstol: ver y hacer ver, a través de-todas
chedumbres, abandonado? ¿Dios muerto?
¿No es verdad que cada pregunta de las desfiguraciones que el odio y el aban-
dono. amontonan, a Jesús radiante de luz
estas, era bastante para poner en peligro y de gloria.
o quebranto a la fe más inquebrantable?
Tan dura era la prueba, tan inminente II)
el peligro de confusión que aun entre aque F1J,nfiar.la esperallza de la
Iglesia
llos tres mismos privilegiados con la vi
sión de Jesús entre resplandores Yblan
curas y voces de gloria, uno solo, Juan, ha ¡Qué gran favor y qué poderoso aliento
para nuestra esperanza! Estos mis pies
permanecido fiel, inconmovible en la fe
que, andando por caminos de abrojos van
y en la adhesión en la hora del escándalo
dejando huellas de sangre; estas mis' ma
de la Cruz y de la abyección de la Pasión;
~os encallecidas de tanto trabajar, o agu
de los otros dos uno huyó, Santiago; Y
Jereadas por clavos; esta mi frente pun
otro, Pedro, llegó a negarlo... zada con las espinas de una corona; estos
Jesús, Jesús, ¡qué falta nos hace a tus
surcos de mis mejillas de las reciedumbres
apóstoles llenar bien la retina del alma
de los soles y del escozor de las lágrimas
de la visión sobrenatural de la cruz de tu
por ser pies, manos y frente, y mejillas deÍ
gloria que tienes como comprimida bajo cuerpo místico de Jesús, estoy cierto, por
los velos de tu Humanidad y de las espe
.que El me da la certeza, de que un día,
el Apóstol San Pedro: Nosotros oimos tam
que será día eterno sin noche, despedirán
bién esta voz venida del cielo y vimos su
fulgores de sol, y blanca blancura de gloria, estando con El en el monte san
nieve.
iCon qué gozo canta, más que escribe
to» (1).
el Apóstol San Pablo el himno de la clari~ iCon qué plenitud de certeza natural,
dad futura: «Estamos aguardando al Sal histórica, sobrenatural y profética, se for
vador Jesús, Cristo Señor nuestro, que maba el conocimiento de Jesús en el alma
transformará nue¡:;trovil cuerpo, y lo hará de sus Apóstoles!
conforme al suyo glorioso!» (1). De esa suerte el Apóstol por su fe viva
estará tan lleno de la visión de Jesús triun
fante y del gusto anticipado de su pose
III) La contir1'l1ación y eleva
sión por su esperanza, que cuando la fe y
ción de la ciencia del Apóstol.
la esperanza de los demás vacilen o des
mayen al choque de los fracasos, de las
El conocimiento que de su Jesús tenga tentaciones y de los desalientos, verá luz
el Apóstol, debe ser tan inconmovible como en las tinieblas, triunfo en la derrota y po-
ilustrado. Su fe ha de ser la roca en que drá gritar con la misma ingenua alegria
descansen los creyentes y el arsenal en de San Pedro en el Tabor: «iSeñor, qué
que se fortifiquen y reparen. bien se está aquí»! o con el gozo y la fir
¡Qué pródigamente acude Jesús a ese meza de San Pablo: «Nosotros predicamos
robustecimiento y elevación de la fe de a Cristo crucificado, para los judios escán
sus intimos! dalo, para los gentiles insensatez» y «lejos
En aquella excelsitud del monte los de mí gloriarme más que en la Cruz de
Apóstoles oyen hablar y dar testimonio de Cristo...» en el cual está la salud, la
Jesús a su mismo eterno Padre y a Moisés vida y resurrección nuestra (2).
y Elías, la más augu¡:;ta representación de
Eso es ver a Jesús como es y su acción
la Ley y de los Profetas. como El la ve.
¿Qué testimonio le falta a Jesús?
iCon qué seguridad podía decir después
c), Lo QUE DICE Y DA A SUS Após corazón y en sus intenciones el propósito
TOLES JESÚS TRAICIONADO POR UNO de robarle constantemente las limosnas
DE ELLOS ofrecidas por los fieles, de murmurarle y
de venderlo al cabo, por unas monedas,
Otro aspecto de Jesús que debian co a sus encarnizados enemigos! Descubrian
nocer y aprender muy bien los discipulos tan al vivo y en toda su magnanimidad al
de la ~scuela apostólica. Corazón de Jesús y se preparaban tan ap
tamente para saber tratar a los jneludi
bles traidores, encubiertos los unos y des
cubiertos los otros, que sobre ellos y sus
iLa traición! Esa negra sombra, ese ho sucesores habian de caer en la sucesión
rrible espectro habia de perseguir a Je de los siglos! ¡Los falsos hermanos! ¡El
sús, desde su cuna hasta la cruz, y desde ejército de hipócritas explotadores de la
la cruz hasta el último altar y ~l último Sangre de Jesús y de los pueblos!
Sagrario de la tierra...
¿No habia de interesar al aprendiz de
apóstol ver la cara de Jesús cuando era
mordido, dia tras día, hora tras hora por Si la elección de Judas, a sabíendas de
la intención malévola, la palabra hipócri que había de ser traidor, es un gran mis
ta, las obras envenenadas del amigo, del terio del Corazón de Jesús, la pacíencia
íntimo, del apóstol traidor, y aprenderse en padecerlo casi tres años en vida inti
bien la mirada, el gesto, la delicada ad ma, es misterio d~ misterios.
vertencia, la confianza con que lo sobre Quizá levante un poco el velo de ese
llevaba y hasta lo regalaba? misterio el considerar la conducta de Je
¡Qué lección tan transcendental para sús con Judas como la obra maestra, la
un apóstol cont~mplar a Jesús dando de prueba cumbre, el ejemplar más acabado
comer de su pan y de beber de su copa y de la misericordía de su Corazón que que
oyendo y respondiendo y rodeando de de ría grabar en el corazón de sus apóstoles.
licadezas, no una vez, ni un día, sino du Si vale la frase, yo diría que toda la ra
rante las noches y los días de tres años, zón de ser de Judas ~n el colegio apostó
al que sabía de cierto que anidaba en su lico era que el Corazón de Jesús «luciera»
toda su misericordia y todo su respeto a 1.0 Entre los fariseos y Judas: El mis
la libertad humana, y enseñara a sus mo Jesús que trata y desenmascara dura
apóstoles del modo más eficaz a desarro mente a los fariseos, no tiene una palabra
llar su apostolado movidos por ~sas dos dura jamás para tratar a Judas. A aqué
grandes fuerzas directrices. llos llama repetidas veces y en voz alta
hipócritas, sepulcros blanqueados, sober
bios, ladrones, homicidas, sacrílegos, y a
Judas, no.
El fruto de la acción combinada de es Entre los otros apóstoles y Judas:
tas dos fuerzas habria de ser esta gran 2.° Para algunos de sus apóstoles más
regla de acción apostólica: Hacer todo lo fieles tiene palabras de dura corr~cción y
que se puede hacer por las almas, sin que de reproche severo; a Santiago y a Juan
se espere nada de ellas. les dice: «No sabéis lo que pedís» (1); a
«Benefacite... nihil inde sperantes». (1) Felipe: «¿Tánto tiempo con vosotros y aún
Fijáos en el contraste entre el bene no me conocéis?» (2); a Pedro: «Retrocede,
jacite y el nihil sperantes. ¿Hacer por Satanás» (3) y nominalmente le profetiza
las almas? Todo el bien, sin límites ni me sus negaciones (4).
dida. ¿Esperar? Nada. A Judas no consta lo que privadamente
dentes ha producido,
iCuántos triunfos y ytotalmentesorpren-
cuántos desalien le advertiría; pero delante de los otros y
personalmente a él no dice nada.
tos y cálculos humanos ha impedido la y en cambio, ved qué distinciones tan
aplicación de esa regla! delicadas: ¡"o elige para ser uno de los
doce (5), lo encarga de la adminis
tración de las limosnas (6), repetidas
veces anuncia la traición sin señalar
Reflexionemos en estos contrastes que
pone el Evangelio en la conducta de Je
(1) (Mt. 20.22).
sús: (2) (Jn. 14.9).
(3) (Mt. 16, 23).
(4) (Mt. 26, 34).
(5) (Mt. lO, 4).
(6) (Jn. 12, 6).
reflexión y al arrepentimiento: «¿Con un
persona: «Pero entre vosotros hay algu beso entregas al Hijo del Hombre?» (1).
nos que no creen» (1). «¿No soy Yo el que
os escogí a los doce y con todo uno de
vosotros es un díablo?» (2), y, sin indicar ¿Qué más pudo hacer Jesús
la persona conmina el terrible castigo por 'Judas?
que le espera: «Ay del hombre por ¿Qué más ha podido hacer el Corazón
el que el Hijo del Hombre será en
tregado» (3). Inminente de Jesús?
ya la hora
negra de la traición, sube de punto . Un salvador que se ha puesto por norma
hasta lo índecible la delicadeza del Cora mexorable respetar la libertad humana
zón de Jesús en advertir, sín señalar al ¿qué más ha podido hacer? ¿qué más mi~
traidor: «Uno de vosotros que come con lagros de paciencia y delicadezas de mise
ricordia podía derrochar para salvar a
migo me entregará» (4), «y mojan aquel hombre obstinado en ser traidor?
do en vino un pedazo de pan, lo dió a
y.cuenta que sabiendo por anticipado Je
Judas, hijo de Simón Iscaríote» (5) Y sus con su ciencia infinita lo infructuoso
apremíado por su amor hacia aquel pro de su acción misericordiosa sobre Judas
tervo, le lava los píes, como a los demás
y, muy quedo, al oído le dice: «Lo que has pudo ahorrársela; pero como a más d~
de hacer, hazlo pronto» (6) no para salvador era maestro, prefirió dejar pro
al abismo de su pecado, bada hasta la saciedad con su ejemplo a
empujarlo
sino al de su amor; y todavía, en el mo los que constituía salvadores y maestros del
mento mismo de consumarse la traición, mundo la que había de ser la gran regla
se deja besar y tiene para el traidor la de su apostolado, a saber: derrochar mi
palabra dulcísíma de ¡Amigo!, junto con sericordia y paciencia por tratar de sal
una suprema y encarecida ínvitación a la var un alma ¡hasta lo imposible! y ¡sin
esperar nada!

(1) (Jn. 6, 65).


(2) (Jn. 6, 71).
(3) (Me. 14, 21).
(4) (Me. 14, 181.
(5) (Jn. 13, 26).
(6) (Jn. 13, 27).
¿Fué perdida la acción de Jesús durante tres años, ¡qué bien se facilita y
sobrn Judas? entiende dar perdón al enemigo, aunque
no lo pida y siga odiando, el ir a los lobos
¡Qué horror! El mismo dia probable como corderos, el presentar la mejilla al
mente, en el que se hacía la Redención, se que le hirió en la otra, el hacerse pequeño
condenaba un apóstol. para ser grande y todos esos imposibles
Judas no sacó provecho del derroche de humanos de la Ley evangélica!
misericordia del Corazón de Jesús para Judas, y todos los judas que Dios per
con él; pero los apóstoles de entonces Ylos mita en su Iglesia, son ciertamente una
de todas las edades, entre otros muchos mancha negra, muy negra, pero indispen
provechos, han obtenido dos: el de haber sable para que destaque y se pruebe la
sacado el retrato del Corazón de Jesús en grandeza del Corazón de Jesús y del co
su mejor postura Y el gráfico más com razón de sus apóstoles.
pleto de su apostolado. .
Después de esa conducta, icon cuanta
autorídad puede mandar el Maestro a sus
Apóstoles que vayan a predicar el Evan
gelio al mundo entero, a los ignorantes Y Leyendo despacio el Evangelio y obser
a los sabías, a los fáciles de convencer Y vando la vida que lleva Jesús en el Sagra
a los difíciles y obstinados, Y decir a Pe rio, parece que una de las lecciones que
dro que le pregunta cuántas veces ha de con más empeño y frecuencia nos da es
perdonar a su hermano, si por ventura sie la de sus fracasos.
te: «Setenta veces siete» (1), Y puede Ved aquí tres grandes fracasos, al pa
sentar en la parábola 'del trigo y la recer, de Jesús.
cizaña la arriesgada doctrina de máxima 1.0 Fracaso de su vida oculta.
caridad y paciencia de no arrancar la ci~ Se lleva viviendo la mayor parte de su
zaña por respeto al buen trigo. . vida, casi treinta años, en Nazaret, como
Ante el misterio de Jesús sereno, Yhasta buen hijo, buen obrero, buen vecino,
deferente, con su amigo y apóstol traidor, j bueno en todo!, Y en vez de ganarse el
aprecio y la veneración de sus paisanos,
como era natural y justo, cuando se pre .
senta a ellos predicando y con fama de mora la humildad, la misericordia y el amor
hacer milagros, excita su envidia y hasta oculto y callado del Corazón de Jesús.
el siniestro empeño de matarlo arroján Dominadores por el orgullo y la injusti
dolo desde lo alto de un monte. cia vosotros sí que sois los tristes y eter
2.° Fracaso de su vida pública: después no~ fracasados de la vida; por una ·ley his
de tres años largos de milagros, predica tórica inexorable vuestros triunfos de un
ción celestial y ejemplos santos, ¿qué le día se trocarán en fracasos sempiternas.
queda? iSu Madre, un discípulo y unas No lo olvidéis, fracasados de Jesús; con
cuantas mujeres alrededor de la Cruz en fiando en El e imitándolo, ino hay fraca
que lo ajusticiaron! sos ni reales ni definitivos!
3.° Fracaso de su vida eucarística:
años y siglos viviendo en miles de Sagra
rios que nadie o casi nadie visitará, o que
muchos, muchos profanarán de horribles
maneras...
¡Benditos e iluminadores misterios de
Dios!
El fracaso de la Vida oculta, es el triun
fo del amor humilde; el fracaso de la Vida
pública es el triunfo del amor misericor
dioso, y el fracaso' de la Vida eucarística
es el triunfo del amor en perpetuo sacri
ficio.
'Si el mundo no ha saltado ya roto en
miles de pedazos por la soberbia, la fero
cidad y la lujuria de los hombres, y toda
vía hay hogares felices y hombres y mu
jeres que se sacrifican por sus hermanos
y viven como ángeles, se debe a que sobre
la misma tierra y sobre los mismos techos
que los malos y los buenos viven, pasó y
última cena, sois los que habéis perma
necido conmigo en mis tentaciones o
3.-Los llama ami~osy conocedores de pruebas» (1).

todas sus confidencias

¡Qué dos regalos tan grandes, tan mag


Ved por qué grados va haciendo subir níficos, hace el Corazón de Jesús a sus
Jesús a los que prepara para apóstoles su apóstoles; su amistad y el motivo de esa
yos: primero, discípulos; después seguido amistad, a saber, el haberles concedido
res temporales; más tarde compañeros de vivir en intimidad con El; es decir, los
sus peregrinaciones y participantes de su llama amigos, porque antes los hizo sus
modo de vivir. íntimos.
iQué bien se va cumpliendo la palabra ¡Amigos! Y, por consiguiente, iguales
del evangelista de que Jesús preparaba a a Jesús: que es propio de la amistad su
l~s que habia de enviar a predicar, «ha poner o producir' la igualdad. entre los
cIendo que estuviesen viviendo con El» (2). amigos.
j Qué palpitación tan pronunciada, tan
Y antes de mQrir, en la última cena
nos proclama amigos, dándoles precisa~ vehemente del Corazón de Jesús el llamar
mente la razón de que «el siervo no sabe amigos suyos a aquellos hombres! ¡Cuán
,lo que hace su Señor», y ellos, casi a los to ha tenido que bajar El y cuánto ha he
só~osabían
tres años de-lovivir
que vida en públicoEly
hacíaíntima con no cho subir a ellos para establecer entre El
en y ellos la igualdad de amigos!
pnv~do su Señor, sino lo que pensaba y Y ¿por qué amigos? Porque- lo conocen
más y mejor que todos los demás, y por
sentla. «Os he llamado amigos, porque
todo lo que he oído de mi Padre os lo líe que lo aman tanto, que padecen las mis
mas penas y pasan por las mismas pruebas
dado a conocer». 4(Vosotros, les dice en la
que El.
(1) (Jn. 15, 15).
(2) (MC. 3, 14).
Por esa intimidad de conocimiento y de de la noche de la cena! «Vosotros dJréis
amor son elevados al inapreciable honor ,testimonio, porque estáis conmigo desde el
de la amistad con Jesús. principio» (1).
Detengámonos a gozar de esa divina Subrayo el estáis conmigo, para que re
pedagogía de Jesús en la formación de salte la razón y el valor del testimonio que
sus Apóstoles.
habían de dar de El.
Antes que Apóstoles suyos y Maestros Esta es la cadena: apóstoles, en cuanto
del mundo, los quiere amigos ínti.mos. testigos, testigos en cuanto amigos; a.mi
Para eso, y sólo para eso los retiene con
gos en cuanto íntimos... Romped o qmtad
sigo antes de enviarlos a predicar. un~ de los eslabones, y frustraréis la obra
maestra de Jesús, y la acción de su apóstol.
¡Con qué razón y satisfacción podh ex
clamar después el evangelista San Juan
a los fieles: «Lo que fué desde el principio,
Yo,por mi estado y consagración, apóstol lo que oímos, lo que vimos con nuestros
y amigo de Jesús, ¿me doy cuenta del mo ojos y contemplamos y palparon nuestras
tivo por el que se me da tan extraordina manos tocante al Verbo de la vida... esto
rio honor? es lo que os anunciamos» (2).
¿Me entero bien de que llevo con ver iCon qué precisión se revela en esta
dad y con justicia el nombre de am'go carta apostólica al apóstol, al testigo, al
de Jesús, en tanto en cuanto lo conozco amigo, al íntimo de Jesús! ¡Dar testtmo:'
y lo quiero y lo trato con intimidad? nio de Aquél a quien vió, oyó, contemplo,
¿Me persuado de que apostolado de Je
palpó! ¡Es decir, dar testimonio de Jesús
sús sin que le preceda y acompañe trato de todos los modos conocido, sabido y sa-
íntimo de Jesús, es como doctor no docto, boreado!
como soldado sin valor ni armamento, ¿No os parece, hermanos, que el secreto
cuerpo sin alma, como amigo sin amistad? de no pocos fracasos y hasta esterilid.ades,
iCuánta luz para confirmar la debida
está no en la falta de misión, sino en el
respuesta a esas preguntas, dan estas pa
labras que ¡pone San Juan en boca de
Jesús en la hora de los últimos encargos
¿Tiene Jesús derecho a algo más que a
envía?de
vacío amistad íntima con el Jesús que
eso? ¿Tiene derecho a la intimidad de sus
amigos con El? ¿Se "gozará en e¡;a intimi
«Si no tienen espíritu -decía Santa
Teresa de los letrados sin trato con JesÚs-- .. dad? ¿Cumple con el deber de amigo con
sagrado de Jesús el que no aspira a la in
que no salgan de sus celdas, que harán
más daño que provecho (1). timidad con El o no la procura?
Más aún ¿se puede afirmar en rigor que
cumple cdn los Mandamientos de Dios
Lo QUE ORDINARIAMENTE quien se pasa los días y los días sín tener
LE DAN LOS AMIGOS para el Hijo de Dios un solo afecto de su
corazón?
Respondo con palabras y hechos del mis
mo Jesús.
El Corazón de Jesús Sacramentado echa
de menos en muchos, muchos de sus ami
el tratoEl. frecuente, afectuoso y perso
gos con
nal
No hablo
dores, sino de
de amigo¡; en ni
enemigos, general.
de amigos trai El Evangelio manifiesta claramente el
deseo del Corazón de Jesús de que se le
Como son amigos, cumplen con más o dé trato íntimo, afectuo¡;o y personal, no
menos diligencia y exactitud los Manda sólo por sus amigos, sino por todos los
mientos de Dios, de la Iglesia, y de su es fieles.
tado, rezan más o menos distraidamente 1.0 A uno de sus Apóstoles, Juan, per
todos los días y practican obras buenas, mite que recline la cabeza sobre su pe
pero... secamente, rutinariamente, casi cho, y a la mujer pecadora le deja ungir
sin hacer una visita, ni dirigir una mira 'Ybesar sus pies.
da de afecto, ni una palabra, ni una jacu 2.° Aveces llega hasta a aderezar la co
latoria de cariño a Jesús vivo en el Sa mida de los Apóstoles y les reprende que
grario, es decir, sin intimidad con El. aparten a los niños de El y a éstos los aca
ricia y abraza.
3.0 La paciencia y bondad con que res
pondía a las preguntas, a veces extem locutores, en otra gran efusión de fe viva y
poráneas, indelicadas, interesadas de sus de ternura confiada y agradecida.
Apóstoles y de los que le rodeaban.
A su sierva Santa Margarita María y a LO QUE QUITA LA INTIMIDAD
otras muchas almas j se queja tanto el CON EL CORAZON DE JESUS
Corazón de Jesús de lo que le duele esa
sequedad y falta de intimidad de sus ami Pero ¡son tan pocos los íntimos!
gos! 1.0 Laqué?
¿Por faUa de conocimie:nt.o experimen.
4.0 Otro indicio evidente del deseo del
Corazón de Jesús de que se le diera trato talHay
de Jesús.
muchos amigos que, conociendo es
intimo y personal era su costumbre de
peculativamente a Jesús, quizás todo lo
preguntar, no ciertamente para saber,
puesto que lo sabe todo, para poner en si que el Evangelio y la Teología enseñan,
tuación y en dulce necesidad de que se le apenas lo conocen experimenta¡mente.
abrieran y se le entregaran los corazones. Saben cómo debe ser Jesús; pero no cómo
¡Cuántas veces la fórmula que precedía es; saben que es bueno, misericordioso,
a sus grandes milagros era una pregunta! omnipotente, sabio; pero no se han pues
-¿En dónde compraremos pan para que to ni se ponen a probar su bondad, su mi
coman éstos?, pregunta a sus Apóstoles an sericordia, su poder, su sabiduría. De ahí
tes de la multiplicación de los panes y de que crean mucho en El y se fien poco de
los peces. -¿Qué quieres de mí? -¿Qué El; que prediquen, escriban y canten de El
me pides? -¿Crees esto? -¿En dónde lo altas cosas Y apenas se cuiden de meter
habéis puesto? -¿Quieres curarte? -¿Po su recuerdo y sus ejemplos en su vida or
déis beber el cáliz que yo he de beber? dinaria.
-¿Quién dicen los hombres que es el Hijo A estos conocedores de Jesús por fuera
del Hombre? -¿Me amas más que éstos?.. y desconocedores por dentro, icómo pue
Estas y otras innumerables preguntas son de repetirse la queja del Cenáculo: «tanto
en el Evapgelio el principio de un diálogo tempore vobiscum sum, et non cognovistis
que termina por parte del Corazón de Je,. me?» (1). ¡Tánto tiempo entre ellos
sús en una gran efusión de su misericor
dia y de su poder, y por parte de sus inter
sin llegar a ser conocido! ¡Ah! ¡Si añadie
ran a aquellos estudios del Evangelio y de ¡Cuántas veces, después de haber oído
la Teologia el pedir con insistencia al Es sus bellos y cientificos comentarios y de
piritu Santo, enviado para enseñar toda la ver lo poco o nada que consiguen, dan
verdad, el conocimiento experimental, ga~as de exclamar como el mismo ~esús
afectivo y operativo de todo Jesús! ante la incomprensión de sus amIgos:
2.° La falta de conoci.miento. experi «Adhuc et vos sine intellectu estis?»
mental de las palabras y hechos de «¿También vosotros estáis aún con tan poco
Jesús. conocimiento?» (1). ¡No se habían en
Cada palabra y hasta cada particula del terado! ¡Qué pocos amigos entran den
Evangelio y cada acto y rasgo de las es tro de las palabras y de los hechos de
cenas qu"ecuenta, por ser de Jesús Dios y Jesús, por no' ponerse' a saborear paciente
Hombre verdadero, contienen una esencia mente como el que saborea un caramelo,
infinita de virtud y sabiduría para unir los palabr~ por palabra, rasgo por rasgo, pi
hombres más a Dios, hacerlos más buenos diendo y esperando que el Espiritu Santo
y más parecidos al Hombre perfecto, les dé a gustar todo su sabor!
Jesús. 3.° La falta de lógica.
Valga por otra,s muchas la escena de No sé que haya persona más persegui
Emaús. da y maltratada por la falta de lógica que
La palabra de Jesús peregrino pone «cor Jesús, y singularmente de parte de sus
ardens» «corazón abrasado» (1) en los amigos.
discípulos, aún sin reconocerlo, y el solo Los que niegan, los que no creen, esos
ademán de partirles el pan se lo revela faltarán a otras cosas no buscando aJe,..
todo entero. sús, pero no a la lógica. _
Esas palabras yesos hechos, es verdad Fijémonos sólo en la enorme inconse
que se estudian, se contemplan, se expo cuencia del Sagrario abandonado o poco
nen exegéticamente, estéticamenté, críti frecuentado.
camente por muchos; pero ¡se saborean, ¿Cabe mayor falta de lógica que la con
se rumian por tan pocos! ducta de los amigos de Je¡>úspara con su
Eucaristía en sus tres estados de Misa, tentar con ver las puertas de la iglesia
Comunión y Presencia real? cerradas desde que se termina la Misa
Esos tres estados son tres índices excel hasta el ratito de la tarde o hasta el día o
sos de las generosidades del Corazón de el domingo siguiente. ¡Presencia real des
Jesús para con los hombres, y a la par, perdiciada!
tres índices tristísimos de las inconsecuen ¿No os parece que son más consecuentes
cias de los hombres para con El. los enemigos de la Religión, destruyendo
Misa: cumbre y a la par base del culto, templos, que los amigos de Jesús dejándo
ocupación esencial del Sacerdocio, centro los desiertos? •
del Dogma y de la Moral, el gran resor Me explico que un hombre o un pueblo
te y el mayor estímulo de fa ascética y a quien han imbuído el odio a Dios luche
de la mística...; mirad qué adjetivos le desesperada y rabiosamente por hacer des
pone la inconsecuencia de los llamados aparecer y raer" su nombre y su Religión;
amigos de Jesús: Misa no preparada, no lo que no tiene explicación en sana lógi
agradecida, atropelladamente celebrada, no ca es que se crea en Jesús vivo con todo lo
recordada ni deseada durante el día, no que es y vale y se le abandone o apenas
completada con el sacrificio personal pro se le hable.
pio, no tenida en cuenta para que el sa Falta de lógica de los amigos de Jesús,
~rificador y sacrificado de la mañana viva ¡cuánto le haces padecer!
como hostia todo el día, es decir. ¡Misa
desperdiciada! Una gran causa de la falta
Comunión: sin apetito ni paladeo, sin de intimidad con Jesús: La
cooperación enérgica a la acción sacra falta de blandura de cora
mental, sin gran deseo de recibirla y sin zón.
pena de perderla, ¡Comunión desperdi.
cialta!
Presencia real: Jesús con sus ojos, su
La última palabra de Jesús al separar
boca, sus manos, su Corazón abiertos es
perando presencias, palabras, pregun1;:as, se de sus amigos para irse al cielo, fué
peticiones, penas de amigos para dar mu
cho y darse entero y teniéndose que"con
una queja y un reproche contra su falta quien ama, o no es amor o de él tiene po
de fe viva en El y contra la dureza de co cos grados.
razón para con El: «Exprobravit incredu Yo, tierno sin duda con los pequeñue
litatem eorum et duritiam cordis». «Les los, con los débiles, con los que padecen,
dió en rostro con su incredulidad y dure
con los que me quieren, y tal vez hasta
za de corazón.» con exceso, con peligro de mi alma, ¿soy
j Triste testamento, en vfrdad, del Co tierno con el Jesús inmolado, entregado
razón del más bueno y tierno de los sin condiciones y paciente devorador de
amigos! desprecios y abandonos de mi Misa, de
Por eso yo pido a los queridos consagra mis Comuniones y de mi Sagrario? ¿Al que
dos que me lean, se detengan unos minu tantas veces me hace sentir su cariño y
tos a re~ponder a esta pregunta:
su poder misericordioso, me detengo yo
en dec\-rlealguna vez: iqu~ ñueno eres\
¿Cómo trato yo al ¡te quiero! ¿Emprendo esta obra dura, ven
Corazón de Jesús? zo ~sta repugnancia, perdono a este ene
migo, me niego este gusto, no pongo esta
Cierto que, como dice Santa Teresa de mala cara, porque te quiero...?
Jesús, «no está el amor de Dios en tener ¿Me pongo alguna vez en mis luchas y
lágrimas, gustos y ternura en la oración, tentaciones a buscar, no hasta donde pue
sino en servir a Dios con justicia, forta do llegar sin pecado mortal, sino cómo y
leza de ánimo y humildad» (Vida, XI. 13). cuándo debo decirme que no, para mejor
Cierto también que ella se llevó dieciocho cumplir su voluntad y hacer sólo su gus
años buscándolo en la oración en gran to? ¿Hablo, no de boca sólo, sino de cora
sequedad «sin sacar gotica», pero también zón a corazón con el Jesús vivo de mi
es cierto que un amor mudo, que con fre Sagrario y le cuento al menudeo mi día
cuencia no habla con palabra de la boca con sus luchas y desalientos, con sus caí
o con palabra del corazón, tiene por lo das y vacilaciones, con sus penas y ale
menos todas las apariencias de estar dor grías, con sus curiosidades y anhelos, con
mido o muerto, amor que no se complace sus ganas de quererlo y tibiezas en recor
sensible o racionalmente en recordar, mi darlo y en guardar su presencia afectuosa,
rar, agradar, echar de menos a· aquel a y hago todo esto con la ingenuidad, la sen
Ese, ese es el arte supremo del trato
cillez, la certeza de que me mira, me es tierno, íntímo, personal con Jesús; bus
cucha y me responde, como un niño sen,. car tras los velos de la hostia consagrada
tado sobre las rodillas de su madre? sus ojos, su boca y por la mirada de sus
Santa Teresa de Jesús, maestra en este ojos, siempre abiertos para mirarme, y las
soberano arte de tratar a Jesús, decía que palabras de su boca, siempre pronta para
de los que así lo trataban, El «recibía con llamarme y responderme, ayudado prime
gusto hasta los desatinos». ro de la fe viva y después de los dones
¡Enhorabuena, amigos de Jesús, los que que, si somos perseverantes, nos regala
llegáis hasta el desatino con El! ¡Estaba rá el Espíritu Santo, entrar en comunica
tan harto, decía la misma Santa, de gen ción y ponernos en contacto con su Cora
te cuerda! zón hasta meternos dentro de El.
El «Quaerite faciem ejus semper»:
«buscad su cara siempre:l>de los Salmos
es la fórmula y el secreto del trato tierno
¡Cómo tiene razón el Corazón de Jesús y personal con Jesús (1).
para estar dolido y harto de ver tanto
amigo cuerdo que, estudiando libros y es
cribiendo páginas, predicando y ocupados
en ministerios de El, no tienen tiempo ni
ganas de hablar con El! iCuánto más le Los que habéis leído la vida de San Juan
gustaría a El y a ellos les convendría que Bautísta Víanney ¿recordáis la respuesta
le hablaran al modo de David en el Salmo de aquel sencillo labriego que, al terminar
26, 8 y 9, que la Iglesia tan bien traduce su trabajo, se pasaba muy largo rato de
en la melodía del Introito del Domingo in rodillas ante el ~agrario de su Parroquia
fraoctava de la Ascensión: «Tibi dixit cor de Ars con la vista clavada en sus puer
meum: quaesivi vultum tuum; vultum tecitas?
tuum, Domine, requiram; ne avertas fa ¿Qué hacéis tanto tiempo ahí?, le pre
ciem tuam a me». «Mi corazón te dice sin gunta el santo cura.
cesar: yo busco tu cara; sí, yo no dejaré
de buscar tu cara con insistencia, Señor.
No apartes tu cara de mi».
-Lo miro y me mira. leza; es la explosión d~ un corazón que
¡Preciosa traducción del «quaerite fa arde y que no puede contenerse, que ala
ciem ejussemper»! ba a su Dios cantando, ¡ya dijo San Agus
Para hacer Dios, dice Santa Teresa de tín: «Cantare amantis est»! y canta re
Jesús, grandes mercedes a las almas, quie
re sea por manos de la sacratísima huma creándose en las maravillas y bellezas de
nidad de Jesucristo». «La puerta por don El, de su poder, de su sabiduría, de su bon
dad, de su misericordia, y en su exalta
de hemos de entrar, si queremos que el ción le da forma humana y se deleita en
Señor nos muestre grandes secretos, es Je la contemplación de sus ojos, de sus mi
sucristo» (1).
Trato afectuoso con Jesús ¡qué tesoros radas compasivas y conquistadoras, de sus
oídos siempre propicios y abiertos, de su
guardas! boca de miel y de luz, de las trenzas de
sus cabellos, de sus manos y de las ma
LOS SALMOS, MODELO Y PRUEBA DE COMO ravillas de sus obras, y de las huellas de
QUIERE SER TRATADO JESUS sus pies, de su paso por la creación de los
mundos, y vuelve sus ojos a sí niismo y
Los Salmos son, a la vez que la más sigue cantando la gratitud, la confianza,
bella fórmula de la «alabanza» a Dios, una la contrición, el celo, la adoración, el te
«enseñanza» preciosa. David cantando a mor, la alegría, los triunfos y las derrotas,
su Dios, enseña a su pueblo a conocerlo a y tanto 10que canta de Dios como 10que
amarlo, a agradecerle, a desagraviarlo' y canta de sí, icon qué variedad de formas,
a pedirle. grados, matices, y con qué intensidad y
Nada más efusivo, íntimo y personal espontaneidad de afectos!
como la alabanza de los Salmos. No es la Los gritos, anhelos y afectos de los co
alabanza del metro, ni del compás, ni del razones de los hombres, desde los más
cálculo frío, ni del silogismo rígido. Es, grandes y sublimados hasta los más opri
según San Juan Crisóstomo, la satisfac midos y miserables, tienen en los Salmos
ción de una necesidad de nuestra natura de David su fórmula y su expresión.
¡Qué gran modelo, repito, de trato ín
timo, afectuoso y personal con Dios son
los Salmos!
y sube de punto el valor de esta afirma tierra, viviendo con los hombres. iC':lán
ción y de aquel modelo, si se tiene en cuen tas veces nos presentan los Eva~gellstas
ta el carácter cristológico de los Salmos. a Jesús repitiendo Salmos o aludIendo a
loque en «loSSalmos estaba escrito ?e Eb !
Jesús Hombre hablando ¿Será faltar a las leyes de la lógI~a de
con Dios y de Dios ducir de esa afirmación esta obra: aSI.debo
yo cantar, sentir y hab~ar ante el ~esus de
En la mayor parte de los Salmos, si no mi Misa, de mi ComunIón Yde mI Sagra-
en todos, se habla en nombre y represen rio? .
tación de Jesús, o se cuenta por anticipa iAh! ¿Tiene algún pareCid? m~ oraCi?n
do su vida y su obra por medio de la Gra formularia, casi siempre rutmana Y dIS
cia y de la Gloria. traida, monótona, fria, sin los altos y.ba
Pío X, de santa memoria, ha proclama jos de la emoción y de la espontaneIdad
do con emoción: «Es impollible no sentirse con el lenguaje movido, apasIOnado, gra
inflamado de amor ante el pensamiento ciosamente salpicado de resoluciones, en
de que bajo la letra de los Salmos se deja tregas, agradecimientos, preguntas y re~
adivinar la imagen misma de Cristo há puestas, mojado con lágrimas de .contn
bilmente delineada». (Const. Apost. «Divi ción ungido con heroismosde vIrtudes,
no afflatu»). arm~nizado con suspiros de esperanlZa~,
En los Salmos, si el sonido de la letra con gritos de triunfo y con sollozos de su
cuenta la historia del pueblo de Israel, la plica de los Salmos? -
intención del Espíritu Santo, su inspira Este es el trato intimo, afectuoso Yper
dor, cuenta la prehistoria de la Iglesia, de sonal que el Corazón de Jesús ~uiere y
su Cabeza y de sus miembros. En los Sal tiene derecho a esperar de sus amIgos. .
mos, quien canta, quien ora y quien habla, Aquel es el trato, si no de los malos amI
o de quien se habla, es Cristo por boca de gos, de los despegados.
David. 'Qué triste adjetivo para ponerlo a con
Leyendo los Salmos podemos afirmar, ti~uación de éste, infinitamente bello y
sin miedo de duda: así canta Jesús, así sustantivo: ¡Amigo! iAmigo despegado de
siente, allíora, así habla a su Padre en las Jesús!
distintas circunstancias de su vida en la
fuera un poquito más apóstol que el día
anterior.
4.-Les confía su ~ran secreto
Lo que les dá
i Y digo misteri.osa, porque ¿no es un mis
Sigamos con el Evangelio a la vista y terio y grande el contemplar esa le~tit~d
e~corazón pegado a la puerta del Sagra- y graduación en un Maestro de CIenCIa
rIO,presentando la elaborac1ón lenta, gra- infinita y de recursos inagotables par~
dual y sobre todo misteriosa de los Após- llegar a la inteligencia más ruda y domI
toles, tales como los desea y quiere el Co narla, y al corazón más duro y derretirlo?
Iglesia. de Jesús y los necesita la Madre
razón Misterio de respeto a la libertad humana,
de conquista del hombre libre por amor
! y no por poder, y de represión miseric~r
Formación lent~ diosa de la Omnipotencia que con un ftat
en creó el cielo y la tierra, icuánto me ense
Y, digo lenta, porque fué la obra que ñas y cuánto alumbras las oscuridades del
Jesus se ocupó principalmente ensus tres espíritu! . .
años de vida pública y exclusivamente en Sigamos, repito, el sendero mIsterIOSo
sus cuarenta dias de vida gloriosa en la por el que va Jesús formando a sus após
tierra, dejándola al fin y al cabo sin ter toles.
tu
minar,
Santo.
para que la completara su Espíri En él hemos visto a Jesús:
1.0, dándose a conocer y haciéndose de
sear de los que van a ser sus apóstoles.
Gradual 2.0, llamándolos por una temporada Y
Digo gradual, porque llega hastael despidiéndolos.
3.0, llamándolos definitivamente Y nom
a~ombro la delicadeza, el tacto, la pacien-
CIa con que .en la elaboración del apóstol brándolos apóstoles.
va amoldándose a la índole y a las circuns 4.0, haciéndoles vivir con El en gran in
tancias de cada uno para que cada día timidad.
5.°, llamándolo.s amigos y conocedores El relato evangélico autoriza a afirmar-
de todas sus confidencias. lo. ¿cuántas veces al regreso de las excur
6.°, y sobre todo, confiándoles su gran siones por los pueblos y aldeas y de las
secreto. grandes predicaciones de Jesús se oye,
apenas se sientan en la ca.sa que,los hos
pedaba, esta petición de los Apo~toles a
Jesús:
y cuando«Maestro,
no esta
explícanos
petición, la preguntas
parabola'>?,a
El divino Maestro no ha tenido ni ense l~s veces interesadas o indiscretas y ma
ñado dos doctrinas, como los fundadores chaconas: ¿por qué dijiste? ¿cuándo se
de las falsas religiones antiguas, que te realizará lo que has dicho? ¿quién pecó,
nían una para el vulgo y otra para los íni él o sus padres? (1).
ciados o sacerdotes. «Una Fe, un Señor, Una dificultad: era tan distinto, más,
un Bautismol). Con estas palabras ha po era tan contrario lo que Jesús venia a en
dido
el definir la unidad de nuestra Religión señar y hacer vivir de lo que pensaban,
Apóstol San Pablo (1). sentian, hacían, no ya el mundo de la.gen
La misma Fe es la de los Apóstoles y la tilidad, totalmente en tinieblas, y aun el
nuestra. mismo pueblo escogido, Israel, enteramen
te carnal, esclavo de la letra qUe mata:
repleto de prejuicios, desorientado y. casl
paganizado, sino también a~uel mIsmo
Pero ¿quién puede negar que para en grupo escogido de gente sencIlla y natu
ralmente buena y bien intencionada, era
cender aquellas «vera mundi lumina,>, ver
daderas luces del mundo entero, que no tan extraño, repito, el pensar, el querer,
el sentir, el estilo de Jesús a todo es? qu:,
habian de apagarse jamás, habría el Maes
tro de darles, si no doctrina distinta, si puesto a enseñar, no po:- vía. de cIenc~a
más explicada, más fundamentada, más infusa, como hubiera POdIdo,smo po~ v~a
asímilada? ordinaria de magisterio, aún con el mtl

(1) 10, 10; 13, 36; 17, 18; 24, 3; Me. 4, 10'
(Mt.
Le. 8,9; Jn. 9, 2).
mo contacto de los tres años de vida pú no tiene dos doctrinas, sino una; pero
blica parece insuficiente para llevar a cabo ab.ora os digo que para entender, interpre
aquella obra de renovación, restauración, tar, saborear, saber vivir esa doctrina hay
reeducación y aún de creación. que llegar a poseer, más que la letra, el
¡Qué abismos de desemejanza entre el espíritu de esa doctrina.
Sacerdote israelita de una parte y el Sa Esa fué pr~cisamente la casi principal
cerdote cristiano de otra! ¡Qué distancia ocupación de Jesús Maestro en sus tres
tan sin medida ~ntre el fariseo y el es años de vida pública, a saber: dar a su
criba y el Sacerdote de la Antigua ley que pueblo su doctrina en sus palabras y obras
describen los Evangelios y el Apóstol y a sus Apóstoles, a más de su doctrina,
que se ve a Jesús elaborar en el su espíritu.
Evangelio! iEse era el gran secreto de Jesús!
iCómo comprueba estas afirmaciones, ¿En qué consiste?
entre otras, aquella recriminación que sale
de los labios de Jesús contra sus enviados ¿En qué consiste el espiritu
en los primeros ensayos apostólicos que
le pedian fuego que castigara y consumie de Jesús?
ra a los pueblos que habían despreciado
sus predicaciones! «No sabéis a qué espí Como Jesús no rios dejó escrito, como
ritu pertenecéis» (1). ahora se estila, el libro del niño, en el que
iCuánta paciencia debió y debe costarte, está lo que debe saber el discípulo, y el
Jesús mio, meter tu espíritu en los que libro del Maestro en el que consta lo que
llamas y preparas para apóstoles tuyos! debe saber y hacer el maestro para que
¡Cuántas veces los de entonces y los de el discípulo aprenda, ni a viva voz dió a
después y los de ahora te arrancamos la modo de catálogo graduado de verdades,
queja de «Adhuc vos sine intellectu estis»! preceptos o consejos, sino que sencilla
¿Todavía no me entendéis vosotros? (2). mente, como dice el texto sagrado, según
Os decía antes que el Maestro Jesús las necesidades y las circunstancias iban
pidiendo, hacia y enseñaba, no es cosa fá
cil meter en renglones escritos ese espi
ritu de la doctrina de Jesús; a saber: ver
saje del Evangelio deja frío e inmóvil al
dades y enseñanzas en que muestra más oyente, a pesar de que le dá toda clase de
interés o,demás maneras inculcaba, pun pormenores sobre la geografía de los luga
tos de vIsta preferidos, orientaciones u res del Evangelio, las lenguas que habla
orientación única a que tendía, devoción ban sus personajes, las circunstancias to~
que más infundía, resortes que preferen das que rodearon sus hechos o narracio
temente tocaba, ocupaciones que frecuen nes y todo lo que exige una adecuada exé
temente imponía, aspiraciones que fomen gesis! ¿Qué ha faltado a aquel aparato o
taba, premios' y castigos con que sanciona esqueleto científico o literario? El espíritu
ba, y sobre todo sus modos, los modos con que el divino Protagonista hízo o dijo
c?mo hacía, miraba, decía, recibía y sen
aquel pasaje. ¡Los esqueletos no atraen
tIamás
lo esto. Saber
todoasimilado posible, eso
esto y es tener vivirlo
procurar ni <'tanvida!
el es No se olvide que ,elprimer fracaso de los
píritu de Cristo y ser apóstol cabal de
apóstoles se debió a haber ido a predicar
Cristo. sin conocer el espiritu de Cristo. Así lo
¡Qué temas tan interesantes para un aseguró El mismo.
apóstol o aspirante al apostolado!' ¡Qué Evangelio santo y Eucaristía sagrada,
ocupación tan útil, buscar a través de las dadnos a conocer el verdadero espíritu de
páginas del Evangelio y de la Hostia con
Jesus.
sagrada el espiritu de Cristo! ¡El verdadero espíritu apostólico!
Eso es conocer a todo Jesús a Jesús
entero. '
LA DEVOCION AL PADRE, ELE·
Sin espíritu de Crísto, ¡qué' MENTO ESENCIAL DEL ESPIRITU
apostolados más muertos! DE CRISTO

¡Cuántas veces la esterilidad de aposto En ese espíritu que, día tras día, pala
lados brillantes viene del conocímiento bra tras palabra, obra tras obra, se ve a
fraccionado de El! Esto es, conocer erudita Jesús transmitir y formar en sus apósto
y científicamente las palabras y los hechos les, no sólo en los tres breves años de su
sin engarzarlos en el espírítu de Jesús. ' vida pública, sino en los ínterminables de
iCuántas veces la explicación de un pa
su vida eucarística, en ese espíritu, repito,
ocupa a mi entender en primer lugar la
devoción a su eterno Padre.
y al estampar aquí la palabra devoción
aplfCada a Jesús con respecto a su Padre, ¡Destaca y resalta tanto en todas las pa
me siento perplejo, porque ni el sentido labras, acciones y aún gestos de Jesús en
más amplio ni el más estricto de la pala su Evangelio y en el misterio de su silen
bra devoción expresa toda la realidad cio y ocultación perennes en la Eucaristia
que con ella quiero significar.
esta devoción a su Padre!
Esto era aquel mirar antes que a nadie
En qué cons~ste la devoción
a su Padre, aquel hablar de su Padre y de
la voluntad, de la gloria y de la vida de
La devoci6n que, según S. Tomás, es su Padre antes y más que de nadie, aquel
el acto espiritual de la voluntad de entre
garse prontamente al servicio de Dios, y ponerse a sí mismo, su voluntad y su glo
ria y su poder debajo de su Padre, este
que es el acto principal de la virtud de la confesar una y muchas veces que en la
Religión, es amor, es renuncia propia, es tierra no tenía más ocupación, ni más ali
acatamiento, es rendimiento, es piedad mento, ni más camino que hacer la volun
del hijo más bueno al más buen Padre, y tad.de su Padre, ni más madre, ni más her
todo eso sin titubeos ni cavilaciones, sino
manos que los que cumplen la voluntad de
con prontitud, con urgencia, con delicade su Padre, ni más punto de partida que la
za heroica en cada instante. misión de su Padre, ni más término de
La devoción de Jesús a su Padre es todo llegada que volverse al Padre, ni más fin
eso; pero en un grado insuperado por na que darle y buscarle gloria.
die e insuperable, más que con prontitud,
con espontaneidad que no pueden medir Entrando en el mundo, se había profe
tizado de El, dijo: No has querido hostias
se, y no en una hora ni en un tiemp.o de ni oblaciones... aquí vengo (1).
terminado, ni en una clase de aCCIOnes, y ese «aquí vengo» lo repite haciendo
sino en todas las horas y en todos los tiem
pos y en todas las acciones agradables y
desagradables, menudas y grandes...
de toda su vida un andar y subir constan modo de honrar y glorificar a su Padre,
tes hacia el Calvario. ¿Qué más? La pri como nadie ni nada podría gloríficarlo: su
mera palabra que sale de sus labios que Sacrificio perpetuo en honor de su Padre,
registran los Evangelios, testimonio de esa esto es:
devoción y consagración de Jesús al Pa,..
dre son: «¿No sabíais-dice a sus padres Haciéndose su Hostia perpetua
de la tierra-que en las cosas de mi Padre Su devoción no está satisfecha con ofre
es necesario que yo esté?» (1). cerse y sacrificarse una sola vez a ,suPa
La última palabra que de sus labios cár
dre e instituye al pie del Calvario y en la
denos y resecos de moribundo en la Cruz víspera de subir a él un Sacerdocio eter
de su Sacrificio recogen los Evangelistas, no, cuya principal misión y ocupación ha
para su Padre es: «Padre, en tus manos bía de ser ofrecer al Padre celestial el au
encomiendo mí espíritu» (2). gusto Sacrificio de su Hijo en cada hora
y después de resucitado, en los días que de cada uno de los siglos que le queden al
median entre su resurreccíón y ascensión
mundo de vida y en todos los confines de
a los cielos, icon qué dulzura paladea la la tierra. ¡No cabía más perfección ni
próxima, la ínmínente reunión con su Pa belleza en la obediencia y devoción al
dre en aquel suavísimo «Vaya mi Padre Padre!
y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro
Dios!» (3). Haciéndonos sus hostias perpetuas

Cómo palpita en la Eucaristia ¡Grandioso plan, digno de un Dios! El


la devoción de Jesús a su Padre hijo, por naturaleza, de Dios, se hace hom
bre, para hacer por la Gracia, que nos
y como si para llenar ese excelso fin no gana con su Pasión y Muerte, a los hom
fueran bastante su palabra y su acción, bres hijos de Dios, que vean y conozcan a
inventa y practica otro excelentísimo su Padre Dios con luz de su Hijo y amen a
su Padre con el Corazón de su Hijo y le
hablen con la boca y la palabra de su Hijo.
(1)
(2)
(Le. 2, 49).
(Le. 23, 46).
tiaEldeHijo
Diosdepara hecho agradecerle,
Diosalabarlo,Sacerdote y Hos
(3) (Jn. 20, 17). re
7
pararlo e impetrarlo en nombre de los de Jesús, tan llena, tan rebosante de de
hombres como El se merece y para que voción al Padre, de ansias por darlo a co
por medio de un Sacerdocio permanente nocer y amar, y por desagraviarlo de tan
de hombres se multipliquen indefinidamen ta ignorancia, olvido, profanación y ofen
te sobre la tierra, no sólo la oblación real sas, que más parece, según la atinada ob
de su sacrificio, sino los Sacerdotes-hos servación del P. Faber, que vino a predi
tias y los comulgantes-hostias de Dios. car y buscar la gloria y la reparación de
¡El estado de hostia! Esa es la adora su Padre que la salvación de las almas y
ción perfecta, el acto supremo de la Reli que más se presenta como restaurador de
gión, jdevoción completa y perfecta al Pa la gloria del Padre que como Salvador del
dre que está en los cielos! género humano, más victima de repara
¡No puede llegar a más la piedad de un ción de la gloria de su Padre que víctima
hijo ni desear más el amor de un padre! de expiación de los pecados de los hombres.
iQué verdad tan bella y qué belleza tan Cierto, que ama a las almas con amor
verdadera es la obra que realizan en las inefable, que por los pecados del mundo
almas el Bautismo y la Misa! ofrece su Sangre y su vida en expiación,
En el Bautismo muere con Cristo y que cierto y de fe e!>que, «propter nos homines
da sepultado el hijo de ira, el hijo del pe et propter nostram salutem, descendit de
cado y resucita hijo de Dios, hermano ~oelis et incarnatus est»; pero, tan cierto
de Jesús, heredero con El del reino del Pa es también que en ese buscar y amar a los
dre: en la Misa el hijo adoptivo del Padre hombres y sacrificarse por ellos estaba,
Dios ofrece, como Sacerdote, y' se ofrece, como motivo principal, el amor de su Pa
como hostia, con Jesús Sacerdote-Hostia. dre y la reparación de la gloria de su Padre.
Del Bautisterio salimos hijos de Dios, del No conozco luz que arroje más claridad
altar salimos hijos sacrificados, hostias sobre lo!>misterios del Evangelio y de la
ofrecidas al Padre Dio!>. Eucaristía, como la devoción de Jesús a su
Padre.
La gran luz del Evangelio iQué bien se unían los dos motivos, el
y de la Eucaristia amor a su Padre y a los hombres, y los
dos fines, la gloria del Padre y la felicidad
de los hombres, en el fruto de toda la
Obra de Redentor y Maestro de Jesús, la nuestra; al Hijo honrando, glorificando al
multiplicación de los hijos y de las hostias Padre desde el Pesebre de Belén y de13de
de Dios! En el Corazón de Jesús no eran las tablas carcomidas y apolilladas del más
dos cosas: Dios y los hombres, sino una pobre Sagrario, y al Padre complacido has
sola ¡su Padre! ta la locura, si se puede hablar así, de las
locuras de amor a El de su Hijo. ¡Qué
Cómo la devoción de 'Jesús bien se siente reparado!
a su Padre contrarresta los Aterra, es cierto, saber y pensar que aquí,
pecados del mundo allí, má13allá, ahora y antes, y años y siglos
antes y hasta el fin del mundo se blasfema
¿Quién puede contar, ni cantar, ni medir, contra el santo nombre de Dios, se pisotean
ni admirar debidamente la complacencia, sus Mandamientos, se llega hasta el odio
el derretimiento de gozo del Padre celes a Dios,y no poreste o aquel grupo de hom
tial ante la devoción del Hijo en la tierra? bres, sino por miles, por millones de hom
Cuando pienso, y con pena que parte el bres de mujeres, de niños, de niñas, de
corazón, la cantidad y la intensidad de san~s, de enfermos, de ricos, de pobres,
ofensas al Padre Dios, tan bueno y tan ¿quién puede contar el número de los pe
santo, Criador y Conservador, que suben cadores contra Padre Dios?
al cielo cada segundo de los siglos, desde iQué horror!
el primer pecado de Adán y Eva, y desde Pero cuando, después de eSO,se puede
cada punto de la tierra, me pregunto: decir, mirando a una parte de esta tierra
¿Cómo no 13altaen mil pedazos, herida pecadora: Aquí y por estas calles y en
por rayos de la ira de Dios, esta mala y esas plazas y en esas montañas y sobre ese
hedionda covacha de iniquidades que se mar y bajo la sombra de esos árboles se
llama la tierra? ¿Cómo permite que la ha posaron los pies del Hijo de Dios, cayeron
bite esta raza de ingratos, de cabeza dura, gotas de su sudor, de su sangre, se sentó
de corazón agusanado? fatigado, sintió hambre y sed, derramó
¿Sabéis con qué idea, con qué visión lágrimas, curó enfermos, resucitó muertos,
contrarresto y suavizo mis espantos? Una perdonó a pecadores y se le oyó muchas
doble mirada: una al Padre en el cielo y veces exclamar: «Gracias, Padre mío... No
otra al Hijo en la tierra, en esta tierra como yo quiero, sino como Tú... Te glori
fico, Señor de cielo y tierra»... (1), Y más misma tierra, las complacencias del Pa
aún, mirando al mundo entero, se pue dre sobre El desarman su ira sobre los pe
de decir: en medio y en los subur cados y los pecadores?
bios de esa gran ciudad fastuosa y
corrompida y entre las casitas y te Cómo recogían los Apóstoles
chos de paja de la retirada aldea o de la devoción de Jesús a su Padre
la misión entre salvajes, tiene el Hijo de
Dios una casita más veces pobre que rica, Si el Evangelio no cuenta todo lo que
más veces abandonada que acompañada y Jesús dijo e hizo, en expresión de San
desde las cuatro paredes de esas casitas Juan, ni se detiene en admiraciones ni
sigue adorando y agradeciendo, desagra elogiossobre las cosas estupendas que narra
viando e impetrando al Padre que está en en concisión, al poner en labios de Jesús
los cielos, cuando, repito, se ve y se oye CINCUENTAY SEIS VECES el nombre de
y se siente al Hijo de Dios multiplicar en su Padre y DIECIOCHOVECES la voluntad
la tierra los modos y las finezas de la de o el beneplácito de su Padre, ¿cuántas ve
voción a su Padre celestial, no hay que ces hace presumir que diría este augusto
sorprenderse de oir abrirse los cielos para Nombre en su conversación ordinaria y
dejar pasar esta palabra de respuesta del más aún en la intimidad y en las confiden
Padre: «He aquí mi Hijo amado, en quien cias con sus Apóstoles? ¡Cómo dejaría aquel
tengo todas mis complacencias» (2). dulce y majestuo¡;;o «mi Padre que está en
Y, sin que lo oigan nuestros oídos de los cielos» grabado en los oídos y en las al
carne, ¡cuántas veces esas ondas cargadas mas de éstos en los tres años de convi
de miasmas pútridos de pecados e iniqui vencia!
dades serán atravesadas por aquella mis Y no era sólo la repetición del nombre
ma voz! ¡Mí Hijo! ¡mis complacencias! la que inculcaria, como nota dominante
¡Pobres pecadores! ¡qué sería de nos de la devoción de Jesús a su Padre, sino
otros, si no fuera porque viviendo el Hijo el gesto, la inflexión y el tono de la voz
junto a nuestras propias casas, en nuestra con que lo pronunciaba en las variadísi
mas ocasiones en que lo proff'ría.
iCómo podría borrarse de la retina de
aquellos felices confidentes de Jesús la so
lemnidad del gesto con que los enviaba sus minutos una oración o conversación
al mundo a predicar: «Como me envió el no interrumpida con su Padre, aún en me
Padre, Yo os envío»! (1). dio de los hombres y aun tratando con
El aire augusto con que les decía: «Yo ellos? iCómo se darían cuenta sus amígos
y el Padre somos uno» (2). «Nadie del curso de aquella conversación interior
viene al Padre, sino por mí» (3). El con el Padre por la dirección de su mira
acatamiento, confianza y ternura a la da, por el acento de su voz, por las pausas
par con que les enseñaba a orar y de su silencio, por los suspiros de su pecho,
oraba con ellos: «Padre nuestro que está$ por la respiración anhelante, por el color
en los cielos...», la fijeza y claridad de su de sus mejillas y hasta por las lágrímas en
mirada cuando hablaba con su Padre ín que$edesbordarían las ternuras y desagra-
visible en los momentos que precedían a vios de aquel Corazón de Hijo loco por su
los grandes milagros, como en el de la re Padre!
surrección de Lázaro: «Levantando Jesús
los ojos al cielo, dijo: ¡Oh Padre, gracias Cómo acreditan los Apóstoles
te doy porque me has oído... Ya sabía yo la devoción heredada al Padre
.que siempre me oyes... «Lázaro, sal celestial
fuera» (4), Y la terrible serenidad con
que defendía la santidad de la Casa de Jesús va dejando a sus Apóstoles conta
su Padre contra los mercaderes profana giados de la dolencia que toda su vida
dores, y la veneración del Sacerdocío de en la tierra padeció su Corazón de ham
su Padre contra los sacerdotes soberbios bre sin hartura de devoción al Padre ce
e hipócritas. lestial. Buenos síntomas son la delectación
Cierto que el Evangelio siempre nos pre con que San Pedro nombra en sus Epísto
senta a Jesús orando solo, y que en esa las al Padre de nuestro Señor Jesucristo y
dulce ocupación pasaba noches enteras; las veces que San Pablo lo invoca, que
pero ¿no eran el día y la noche y todos apenas hay una página en que no lo nom
bre, y la frecuencia con que el Apóstol San
(1) (Jn. 20, 21). Juan y las otras Epístolas .de los Apóstoles
(2)
(3)
.(Jn. lO,
14,
30).
6).
lo repiten, o a El aluden. Pero el mejor
(Jn.
(4) (Jn. 11, 41-42). y más elocuente .de todos los síntomas de
esa devoción de los Apóstoles al Padre ce traham ad meipsum!» ¡La atracción uni
lestial era su afán, su locura para llegar versal! (1).
a ser hostias del Padre como Jesús. Esa es tambíén la cosecha que tarde o
Eso explica aquel olvido de ellos mismos, temprano recogerán los apóstoles hostias.
aquel no reparar en molestias, peligros y
hasta en ser anatemas por sus hermanos
y aquel ir gozosos a la presencia de los ti
ranos y aceptar con gallardo desprecio
la muerte pro nomine Jesu, ¿para qué?
Para llegar a hacerse hostias vivas, santas
y agradables a Dios (1).
Dos palabras de San Pablo en pleno
apostolado cantan bien a las claras
hasta qué punto habían llegado a iden
tificarse en su alma la devoción al Pa
dre y su ansia de ser hostia y hacer hostias
a cuantos predicaba; se define como após
tol así: «Christo confixus sum cruci ut Deo
vivam» (2). A fin de vivir para Dios,
estoy clavado en la Cruz juntamente con
Cristo.
Ese es el apóstol: un crucificado perpe
tuo con Cristo para gloria del Padre que
está en los cielos. iUna hostia de Dios que
anda y que habla!
A los apóstoles en cruz se les puede pro
fetizar lo que el Maestro profetizaba para
cuando El estuviese crucificado: «Omnia
TERERA PARTE

0M0 AMA A 5.5 ENEMIG05


chas obras buenas os he hecho. ¿Por cuál
de ellas me apredeáis?» (1).
¿Quién puede argüirle de pecado o de
algo mal hecho para odiarlo con razón? (2).
Repitamos con tristeza:
¡Jesús tuvo y tiene muchos enemigos!

Tiembla la pluma entre mis dedos al es j y qué clase de enemigos!


cribir esas dos palabras: enemigos de Je
sús. Suben de punto el asombro y la tristeza
Pero, ¿es posible que el dulce Jesús, el ante la reunión de esas dos palabras:
delicado, el manso, el que pasó su vida mor «enemigos de Jesús», cuando se conside
tal y su vida eucarística sin hacer daño ran las clases de esos enemigos y la clase
alguno, antes haciendo bien, tenga ene de enemistad.
Hay palabras en nuestro vocabulario
migos? En tesis general os digo que a Jes~s le
salían y le salen enemigos precisamente
que, para honor del lenguaje, nunca de de donde la justicia y la.más elemental gra
bieron verse reunidas, como «Sagrario titud exigían que le salieran más acen
abandonado» Y«enemigos de Jesús». ¡Qué drados amigos.
mengua y qué bochorno para la familia Ved, si no, el Evangelio: Jesús, por pro
¡Jesús tuvo y tiene enemigos, quizás más
humana! pia confesión, vino a evangelizar a los po
bres (3), nació y vivió pobre para con
que
Tan
amigos! ...
injusto, tan monstruosamente in su pobreza abrir tesoros inagotables en
la tierra y en el cielo a todos los des
justo es que Jesús tenga enemigos, que graciados, y precisamente eran los pobres
El mismo pudo increpar a un grupo de los que formaban las muchedumbres que
ellos que un día trataban de apedrearle, trataban de apedrearlo y pedían su muer
con estas razonabilí,simas palabras: «Mu
(1) (Jn. 10. 32).
(2)
m (Jn. 8, 46).
(Le. 4, 18).
te ante el Gobernador Pilatos, y pobres ¿plantas vmas y en vez de vino generoso
han sido los que han incendiado sus Sa cosechas hiel y vinagre? ¡Qué triste, qué
grarios, después de pisotear y profanar desconsoladoramente triste es la respuesta
las Hostias Consagradas. a esa pregunta!
Jesús predicó, con autoridad y eficacia Jesús, en su vida mortal como en su
como nadie, el honor de Dios, la venera- vida eucarística, tiene por enemigos a
ción del Templo, la sumisión a los Sacer muchos que si la justicia y la gratitud va
dotes y a los príncipes, y es condenado a len algo entre los hombres, debieran ser
muerte por blasfemo, por enemigo del rendidos y entregados amigos.
Templo y de sus Sacerdotes, por sedicioso A todos, o casi todos, desde los más al
y conspirador y suplantador del César, y tos a los más bajos, puede Jesús repetírles
todavía, a los veinte siglos de vida oculta la amarguísima queja del Salmo 54 ver
y callada en los Sagrarios, el primero que sículos 13 y 14: «En verdad que si me hu
se busca en cada pueblo por los corifeos de biese llenado de maldiciones un enemigo
la religión del odio para destruirla es a.El. mío, hubiéralo sufrido con paciencia; y
Jesús escoge doce hombres para aSOCIar si me hablasen con altanería los que me
los lo más íntimamente a su obra, los hace odian, podría acaso haberme guardado de
apóstoles, los llama amigos, y de est~s ellos. Mas tú, oh, hombre, que aparenta
doce uno le niega y otro lo entrega traI bas ser otro yo, que comías conmigo dul
doramente a sus verdugos, y después, ces manjares, mi guía y mi amigo...»
¿quién puede contar el número de traicio Casi todos los enemigos de Jesús de
nes a Jesús por bocas y manos consagra- ayer y de hoy han comidq el dulce manjar
das? de la Doctrina y de la Eucaristía o de
¡Jesús mío, permíteme que ante ~se es la inft.uencia bienhechora de Jesús, y to
pectáculo tan extraño Ytan repetIdo de dos, como a Dios que es, se lo deben todo.
siembras tuyas de amor a nosotros, se,
guidas de cosechas de odio nuestro a TI,
te pregunte: ¿Qué clase de amor es el
tuyo, qué clase de tierra es la del cora~ón El Evangelio y el Sagrario nos dicen del
humano que siembras trigo y sólo trIgo modo más evidente y rotundo que Jesús
puro y cosechas más cizaña que trigo? es odíado por sus enemigos, no con el odio
8
que se estila entre los hombres, ni aún con Jesús, exdlamaba antes, tiene muchos
la furia con que acometen a su presa las enemigos, y añado ahora: jqué clases de
fieras más hambrientas, sino con un odio enemigos y de enemistad!
que no se parece a ningún otro humano
¿CÓMO AMA Y TRATA JESÚS
y que los supera a todos.
A SUS ENEMIGOS?
Desde el «vino a los suyos» de la prime
ra página del Evangelio de San Juan, « y
Por las reflexiones y cuadros que he de
los suyos no lo recibieran» (1) has
ta el «le dieron a beber vino mezclado con seguir presentando sobre este tema, es de
hiel» (2) en la sed horrible de -su ago interés no olvidar que todos esos enemi
nía y el «uno de los soldados abrió su gos no solamente lo son sin causa alguna,
como dice el Salmo 161: «persecuti sunt
costado con la lanza» (3) después de
me gratis», sino que tienen motivos sobra
muerto, poned, amontonad ingratitudes,
crueldades, desprecios, sañas insaciables dos y razones ineludibles para ser sus ami
refinamientos de maldades de diablo~ gos fieles.
más que de hombres, y habréis tejido la iQué lecciones tan soberanas dá a nues
historia de Je,sús Redentor de los hombres tro corazón egoista el Corazón del Maes
en la tierra; y desde el primer sacrilegio tro Jesús tratando a sus enemigos!
con que Judas sella la institución de la iQue el Espíritu Santo nos las haga
Eucaristía y del Sacerdocio hasta el últi aprender!
mo robo y pisoteo de Sagradas Hostias de Porque, queramos o no, hemos de tener
parte de los rojos de nuestros días, lle enemigos: si hemos sido malos, de entre
nando los siglos que median con monta los perjudicados; si siempre buenos, de
ñas de desprecios, abandonos y sacrilegios entre los mismos beneficiados.
La gratitud es flor más de los jardines
de todas maneras, tendréis hecha la ma
yor parte de la triste historia de Jesús Sa del cielo que de los eriales de esta pobre
cramentado entre los hombres. tierra. -
Leo todas las páginas del Evangelio Y
miro uno por uno los Sagrarios de la tie
(1) (Jo. 1, 11).
(Mt. 27, 34).
rra y saco esta convicción: Jesús en uno
(2)
(3) (Jn. 19, 34). y otros está perennemente practicando el
precepto, quizás más difícil, que nos dejó:
~Amad a vuestros enemigos'> (1).
y digo precepto difícil y el más difícil,
porque ya lo hubiera sido mandarnos no -
odiar, ni hacer daño al enemigo o no que
rer vengarse del enemigo; pero no. nos
ha dejado un precepto negativo, sino muy
positivo: «Amad al enemigo,>,y a fuer de
positivo, incluye dar al enemigo estas tres Ojead el Evangelio y allí veréis repetidí
cosas por las que se manifiesta el amor: simamente que Jesús no niega su palabra
Primero.-Decir palabras buenas al ene a sus enemigos, por muy enemigos suyos
migo. y por muy torcidas intenciones que viera
Segundo.-Hacer obras buenas alene- El que traían. Habla con Fariseos y Sadu
miga; y ceos y con sus emisarios, que sabía El ve~
Tercero.-Dar cosas buenas al enemigo. nian capciosamente a cogerlo en sus pala
bras (1), con jueces inicuos, satélites
degenerados y con traidores, habla con
todos los que se le acercan, por muy
perversas intenciones y muy manchados
de crímenes que vinieran, lo mismo en su
vida mortal que en su vida de Sagrario,
pues aunque en éste no habla con ruido
de palabras, ¡ya se deja entender de los
buenos y de los malos que se le acercan!
Una excepción registra el Santo Evan
gelio en ese proceder de Jesüs de dar su
palabra a todo el que la buscara por ene
migo que fuera, y es el silencio impenetra
ble y hermético en que se encerró delante
del adúltero y sacrílego Herodes y su prosti
tuida corte. ¡Y cómo asombra hasta el enterneci
Silencio, es verdad; pero silencio de Je
sús, que, con su mirada baja y su porte miento esa paciencia de Jesús en respon
digno, dijo, impresionó y pudo hacer más der, y hasta la indignación, la hipocresia
bien a Herodes, a sus cortesanos y a cuan y la obstinación de sus enemigos!
tos en el transcurso de los siglos los imi Unas veces es la licitud del censo al Cé
ten, que el más elocuente discurso. Jesús sar (1), otras la interpretación de los
siempre habla a los enemigos. Mandamientos de Dios (2), ora la san
y les habla: tificación del Sábado o el matrimonio,
ora las tradiciones legales, siempre
cuestiones aparentemente sencillas, inge
nuas, inspiradas en el mayor celo por la
Religión y la Ley y siempre también in
Recordad aquella escena diel tribunal tenciones rebosantes de veneno, deseos
de Caifás; un lacayuelo interrumpe la de capciosos, ansias miserables de coger al
claración que serenamente, atadas sus ma Maestro en contradicciones, en oposición
al César, al culto, al pueblo. j Cuántas y
nos, daba Jesús al juez inicuo, con una es
trepitosa y humillante bofetada en la cara cuántas veces aparece Jesús en las pági
y el apóstrofe adulador de «¿Asirespondes nas del Evangelio. dialogando sobre estas
al Pontifice?» (1). Jesús, sin perder su clases de cue,stiones y con grupos de esa
serenidad ni des.concertarse por el dolor clase de enemigos, sin que se altere el tono
ni por la humillación, se digna dar de su voz, ni relampagueen de ira sus ojos
aquella respuesta que para mi constituye y sin que un gesto de cólera justísima di
una de las principales pruebas de la ver suelva o reduzca a polvo a sus arteros e
dad y santidad de su misión y doctrina: incansables perseguidores!
«Sihe hablado mal, dime en qué, y si bien, ¡Cuántas veces me he detenido admira
¿por qué me hieres?» (2). do, confundido ante esa majestuosa con
descendencia con que el Maestro, va res,.. Ha podido poner muchos y muy duros
pondiendo una y otra vez, como si tratara calificativos a los procederes de los Hero
con interrogadores de bu.ena ley, y con la des, de los Pilatos, de los Caifás, de los Ju
misma majestuosa calma termina ponien das, de los fariseos y de tanto enemigo em
do al descubierto las perversas intenciones boscado o descubierto como lo cercó en su
con soluciones de luz clarisima! vida pública; y, si estaban ausentes, no los
Cierto que no rara vez esos diálogos ter nombraba, y si presentes, llegaba a veces
minan con la fulminación d.eun ¡hipócri al colmo de la mansedumbre.
tas! o de un ¡sepulcros blanqueados!, que,
dichos por aquella boca de verdad y fir
meza y con aquel aire de indignación de
todo un Dios, deberian caer como rayos
sobre aquellas cabezas y sobre aquellas A Pilatos dice, cuando, débil y cobarde,
conciencias; pero es cierto también que lo iba a entregar a las turbas: «El que me
entregó a ti, tiene mayor pecado que
nunca trató de defenderse, con esos rayos, tú» (1).
de ataques personales contra El, sino para
defender las dos cosas que más empeño A Judas, de acuerdo con los enemigos de
la traición, j con qué delicadeza le predice
mostró siempre en defender: su Padre y
los niños y los indefen!!los. lo que trama en sus negras entrañas de
lante de los once, sin que ninguno se die
ra cuenta, y hasta regalándolo con el pe
dazo de pan mojado en la salsa! (2).
y para sus enemigos todos, seductores y
seducidos, en el momento mismo en que
¡Está tan pronta en los labios del ofen
ejecutaban su muerte y saciaban su odio,
dido la palabra agria, zahiriente, mordaz,
despectiva para el ofensor! ¡qué excusa tan amplia, tan inmensamen
temente amorosa de «Padre, perdónalos,
Registrad el Evangelio; fuera de esos porque no saben lo que hacen!oo.» (3).
dos casos de defensa de su Padre o de los
pequeñuelos indefensos, Jesús no se ha
defendido de sus enemigos con palabras (1) (Jn. 19, 11).
(2) (Jn. 13, 28).
que pudieran molestarles. (3) (Le. 23, 34).
fiado su Padre jamás serán ocultadas ní
disimuladas.
Tened, sin embargo, en cuenta que ja y lo que digo de su índisoluble unión con
la verdad, repito con la justicia.
más esa mansedumbre con sus enemigos
fué a costa ni de la verdad ni de la jus El llevará la mansedumbre y la condes
cendencía para 10$procederes y las inten
ticia, sino fruto de su grande e inextin ciones de sus adversarios hasta el lÍJ:p.ite
guible caridad.
La mansedumbre de Jesús para con sus de lo ínverosímil, ¡no se olvíde!, sín rozar
lo más mínimo la esfera de la justicia. Con
más poderosos y acerbos enemigos jamás
fué pusilanimidad y cobardía, ni disimulo la misma serenidad de cara y dulzura de
o diplomacia de prudencia de la carne, ni expresión dará la sentencia suprema de
adulación. salvación o de condenación eternas: «El
Habla siempre, a amigos como a ene que creyere y fuere bautizado, será sal
vo; el que no creyere se condenará» (1).
migos, la verdad. «Si os digo la verdad
¿por qué no me creéis?» (1), dice a una «Venid, benditos de mi Padre...; retroced,
turba de enemigos. malditos, al fuego eterno...» (2).
«Yo a esto he venido al mundo, a dar Con la misma suavidad y dulzura acarí
cia y ofrece el reino de los cielos a los pe
testimonio de la verdad» (2), y a
sus jueces, que le preguntan por su doctri queñuelos que se le acercan o presentan
na, puede decir sin rebozo y con santa ga que dirá a los-que escandalizan que, «más
llardía: «Yo he hablado siempre delante les valiera no haber nacido o que se arro
de todos y nada he dicho ocultamente... jaran al fondo del mar con una piedra de
Preguntad a los que me han oído...» (3). molino al cuello» (3).
El, porque no habrá llegado su hora de
entregarse a la muerte, se esconderá algu
nas veces de sus enemigos, pero su doc
trina, su verdad, la misión que le ha con

(1) (Jn. 8, 46). (1) (Me. 16, 16).


(2) (Jn. 18, 37). (2) {Mt. 25, 34-41).
(3) {Jn. 18, 20-21). (3) (Mt. 18, 6).
",-;u¡
sigue hablando en su vida de Sagrario.
Pues, jqué!, ¿no se parecen este callar y
ocultarse del Sagrario un día y otro día
ante el sacrílego que profana y el ingra
to que olvída y abandona y aquel hablar
con sus enemigos sin turbarse, con pacien El precepto del amor al enemigo no se
cia sin fin, sin de1J,uestosni acusaciones, limita a exigir buenas palabras para él;
antes excusándolos, del Evangelto? Más pide obras. Las obras, ha dicho San Gre
que parecidos, esos dos modos son idénti gario Magno, son la gran demostración del
cos, como palpitaciones de un mismo Co amor.
razón. ¡Con qué piadoso interés insistía el Evan
¡Así amó, así ama a sus enemigos! gelieta San Juan, «el Discípulo a quien
¿y nosotros? ¿Hablamos así a los que amaba Jesús» (1), en esta gran de
nos los han hecho o, sin saber p'or qué mostración del amor! «Hijos míos, no
guardamos antipatías? amemos sólo con la boca y la lengua, sinQ
con obras y verdad» (2). Y ese es
el amor del que tan repetidos y altos ejem
plos nos ha dejado Jesús amando a sus
enemigos.
iLo que ha hecho y hace por ellos!
Comencemos por admirar

LO QUE NO HACE CONTRA SUS ENEMIGOS


PUDmNDO HACERLO

Sin duda habréis leído en el Santo Evan


gelio algunos de esos encuentros difíciles,
violentos, atrozmente injustos y vejatorios, ¡Y cuántas veces, durante la tragedia
rebosantes, de modo más o menos encu roja, después de la visión, lectura o na
bierto, de la más ruin envidia y crueldad rración de algunas de esas tan repetidas
de los enemigos con Jesús; y sin duda, tam escenas, más, propias del infierno que de
bién, heridos vuestros ojos y vuestro co la tierra. de escupir, acuchillar, pisotear
razón del contraste tan vivo entre la aco las Sagradas Formas, el comentario que
metividad tan agresiva y zafia de aquéllos por todos se pone es el de: «iQué lástima
y la paciencia y serenidad de Jesús, os ha no les hubiera venido un castigo ejemplar!»
bréis sentido como impulsados a exclamar: Eso quiere decir que así ama Jesús a sus
«Basta, Señor, de paciencia, y haz sentir enemigos y que así no solemos amar los
a tus enemigos el peso de tu poder y de tu hombres.
indignación!»
¿No habéis sentido ese mismo impulso El Corazón de Jesús, más pro
ante los desmanes y las burlas ominosas penso a esperar que a castigar
de que ha sido víctima en nuestros días la
Hostia pura, santa e inmaculada de nues ¡Cuánto amor supone y encierra ese no
tros Sagrarios? castigar de momento al enemígo, pudién
dolo hacer y hasta pareciendo que sería
más ejemplar y evitaría repeticiones de
esas mismas audacias y hasta el peligro
¿Ante el Jesús vilipendiado del Evange de dudar de su poder y de su existencia!
lio y del Sagrario, no ha sentido y casi for Porque esa ansia natural de venganza y
mulado nuestro corazón y quizás nuestra de castigo justo contra el procaz enemí
boca un anatema de muerte, de aniquila go del dulce Jesús, que se levanta en nues
ción de sus ridículos enemigos? tros corazones, no es mala, antes .es tan
De Clodoveo, rey de los Galos, se cuen justa como natural, y Dios mismo ha im
ta que exclamó, al oir al Obispo de Reim, puesto castigos repentinos en el antiguo
San Remigio, predicar la Pasión y singu Testamento y con menor frecuencia en el
larmente la flagelación: «¡Ah! Si llego nuevo, y ese mismo movimiento de ira
yo a estar allí con mis galos, no queda justa se levanta también, hablando a nues
uno de aquellos vivo;¡). tro modo, en el propio Corazón de Jesús,
que, por ser perfecto, es tan sensible a la medida que el odio a la ofensa sube el
alabanza y al cariño como a la injuria y amor misericordioso al ofensor.
alodio, y por ser justo, lo mismo siente y ese es el cuadro en el que hay que sor
la inclinación a premiar lo ·bueno qUe a prender al Corazón de Jesús para conocer
castigar lo malo. lo bien; los propios Angeles y ¿qué digo?
el mismo Padre celestial se quedan como
Esta postura de Jesús delante de los ene
migos en el momento en que lo están ofen asombrados y enternecidos ante esos triun
diendo, nos permite asomarnos al interior fos silenciosos del amor sobre el odio;
esas victorias del amor, que prefiere espe
de su Corazón y casi, casi sentir en la pal rar a que se arrepientan sus enemigos, so
ma de nuestra mano sus palpitaciones.
bre sus otros atributos de poder y justicia
El Corazón de Jesús en el y sobre el asco natura'l del pecado, que pi
instante en que es ofendido den y reclaman el fulminante aniquila
miento y castigo.
Si de las obras de Jesús se pudiera decir
Detengámonos unos instantes contem másestars.e
plando la cara de Jesús en el sótano de que que ese
diríavalen o menos quieto que el
unas ante otrSts,yo
que le
la casa de Caifás o de la Hostia de Jesús
dentro de un copón profanado; recibe un ofende y zahiere y profana, en el Evange
salivazo, dos, tres, muchos, acompañado lio como en el Sagrario, es una de sus obras
de burlas soeces, blasfemias, o una bofe y acciones más grandes y más bellas y que
más lo retratan y caracterizan, ¡más su
tada o una puñalada, dada por manos y
puñales manchados de sangre... yas! Llegará ciertamente la hora de la
El Corazón rectísimo y justisimo y a la Justicia estricta, inapelable; pero antes,
vez sensibilísimo de Jesús mide y siente y deteniéndole el paso, ¡el amor!
en toda su abyección y malicia la ofensa, ¡A qué examen práctico tan provecho
se yergue con un odio infinito y una in so nos invita ese estarse quieto y callado
el Omnipotente, el Santo, el Justo Jesús,
dignación sin medida contra la ofensa a
su Padre y a El, y se defendería contra mientras lo ofenden y maltratan Yhasta
ella y la castigaría fulminantemente, se desafían!
En la flagelación vendan los sayones sus
cando eternamente aquella boca y aquella
mano, si no fUera porque, en la misma ojos, golpean su frente, coronada de espi
9
nas; abofetean su santísimo rostro y, des él, no por parecerte a tu Jesús y por ser
pués de ofrecerle homenajes como a rey de
cristiano, sino porque no encuentras oca
burlas, se atreven a desafiarle: «Adivina sión propicia para descargar el golpe sobre
quien te hiere» (1). él, sin que te venga a tí otro mayor? ¿Es
En la cruz, clavado ya en ella, se repite tu ansia de venganza tan honda y viva
el desafío: «Si eres el Hijo de Dios, baja que la transmites a tus hijos y parientes
de la Cruz». «Aotros salvó, que se salve El
ahora». «Llama a Elías, a ver si viene y la mantienes, no sólo contra tu enemi
go, sino contra todos los suyos y contra
Elías a salvarlo» (2). todo lo.que de algún modo le pertenezca
o se roce con él?
¡Qué abismo entre tu corazón lleno de
rencores y envidias y ansias de destruc
¿Qué haces tú, pobre alma calumniada, ción!, y el Corazón de Jesús, vacío de prí
sa para castigar y lleno de misericordia y
injustamente perseguida o simplemente paciencia para esperar a los pródigos arre
postergada o menos atendida, qué haces? pentidos! Con qué pincelada tan fina des
O ¿te contentas con que el representante cribió el profeta Isaías, siglos antes de na
de la justicia humana te defienda? ¿Te
cer Jesús, esa falta de prisa por castigar
callas? ¿Te quedas esperando y pidiendo el de su Corazón, cuando dijo: «No quebra
arrepentimiento de tu ofensor y el auxi rá la caña cascada, ni apagará la mecha
lio del que hace suya la causa de los que que humea» (1).
confían en El? O ¿vibras de ira, de rabia,
de sed de venganza o de tomarte la justi
cia por tu mano? ¿Guardas un dia y mu
chos días, como el reptil se oculta en la
madriguera, tu odio y tu venganza para
caer sobre tu enemigo descuidado? ¿Dejas ¿Por qué fué tan lejos en el amor?
de castigar a tu enemigo o de vengarte de Jesús puede aniquilar a todos sus ene
migos y a cada uno en el momento mis~
mo en que le ultrajan, tanto en su vida
mortal, como en su vida eucarística y no Un aspecto muy interesante.
los aniquila. Corazón de Jesús, permitenos entrar en
el «seno de tus delicadezas» para con tus
A la ejemplaridad del castigo repentino
ha preferido y ordinariamente prefiere la enemigos, ¡más que seno, abismo! déjanos
ejemplaridad de su amor sin prisa en cas abismarnos en tu Corazón, cuando te po
tigar al peor y más sañudo de sus ene nes a amar enemigos!
migos. El Evangelio Y la historia de tus Sagra
Ha venido a fundar un pueblo nueyo, un rios apuntan algunas de esas delicadezas,
mundo nuevo, y la piedra que ha escogido ¡pero no lo dicen todo, ni aún la mayor
para cimiento, y el aire y el agua parte!
y el alimento y el alma que lo con Veamos al Corazón de Jesús:
serven y dirijan, ha querido que sea
su «gran mandamiento», su «mandamien Evitando
to nuevo»: «Amaos los unos a los otros a sus enemigos con
como Yo os he amado... amad a vuestros secuencias desastrosas de sus
. enemigos» (1). maldades
Por esto en ese mandamiento, no sólo
enseñado y promulgado, sino vivido y prac Un dia preguntan a Jesús sus discípulos:
ticado hasta lo inverosímil por El, se con «Por qué causa les hablas en parábo
densa toda la doctrina y la vida del Maes las» (1).
tro Jesús. La respuesta que les dá equivale a esto:
Hablo en parábolas para que los sencillos
de corazón, como vosotros, entendáis los
misterios del reino de los cielos, y los so
¡Sigamos aplicando nuestro oído a las berbios no los desprecien Y se endurez
palpitaciones de ese Corazón cuando se can más.
pone a·amar enemigos. ¡Qué delicadeza en ese respeto al so
berbio! ien ese no arrojarios en el preci
pIClOdesusoberbiayeneseesperarloseinstarlesaquepreguntenyseenteren!Jesúsesbuscadomultituddevecespor otro de
aspecto esas delicadezas

Jús~das ante esas irrupcio


los fariseosparacogerlo en sus palabras, Figuráos que es intenciones con
para perderlo,ponerloen evidencia ante nes de odios Y ~epra~onderse yquitarse de
lasAlmodo
turbas ydeapedrearlo.
entenderde nuestro orgullo, tra El, en vez .e estado por quedarse Y
en medio, hubI~se op1 contraste, entre la
sentaría mejor una salida arrogante yre- poner al descu~Ie::~t~s desus enemigos y
tadora de Jesús ante sus enemigos, una maldad de los In llas muchedumbres
mirada que los confundiera, un gesto de su bondad, antet ~~~~o y admiración, le
desprecio soberano, una palabra de senten que, locas de en~I. ué hubiera caído
Pero rod~aban Y segman, (,~stad de denuestos
cia fulminante ... mirad cómo respon
de, no la cara, ni la mirada, ni la boca de sobre ellos? ¿Qué temphubiera desenca-
y golpes mortales no se
Jesús, sino su Corazón: «Pero Jesús, dice denado contra ellos? .
el Evangelio, entendiendo esto se retiró...
y muchos «enfermos» lo siguieron, yato- Pero Jesús no ama aSI'. de Ella mu-
dos ellos los curó previniéndoles fuerte chedumbre
Jesús se va,
conselalleva
qu~ e~u1~:ra
desus adversarios
podido po
mente que no lo descubriesen» (1). Ya la altanena t
Otrasveces larespuesta de Jesús a sus ner. a ra de la vista de ésos,
sañudos perseguidoreses ésta: «Jesús se y, fuera ya del alcan~:rmos quele presen-
escondió y salió del Templo» (2). cura a todos los(~nUéfuerza probativa de
Jesús escondido,Jesúsfugitivo, todo lo tan y «~ar;da~l i~~ción tan fuerte de su
que bajasenhumillacionesante tus ene amor! ¡que PP1bra') 'que no lo des
Corazón es esta paa. I
migossubes en .delicadezas de amor ante
tuPadre celestial y ante las generaciones cubriesen! asiones de la vida de
de almas rectas que .te siguen! ¡Y en cuantas o~como eucarística, se
Jesús, tanto. mort~orazón cuidarmás de
ve a ese mIsmo migas que agravios
evitar males a sus ene

(1) (Mt. 12. 15-16).


injustos
¡Oh!, a.El!
SIac~d Comunión sacrílega, a
(2) (Jn. 8, 59). ~nte los Sagrarios, a cada
cada irreverencIa
torcida intención o afecto depravado de
los que andan cerca de El, respondiera
con un ¡ay! de queja, con hacer sentir un
dolor, a~nque ligero, con una desaparición
momen~anea de sus sagradas especies, con
un ~~StIgOrep.entino, ¡qué confusión, qué
verguenza, que notas de infamia caerían
sobre los atrevidos despreciadores de Jesús!
.Pero Jesús se calla y se esconde y con- Registrando el Evangelio, icuántas veces
ha al celo de sus sacerdotes y amigos que queda el ánimo en suspenso ante la bene
p~eparen su «venganza» contra sus ene volencia y hasta la esplendidez de Jesús
mIgos. ¿Sabéis cómo?, preparándolos para con ciertos personajes que sólo a la repul
convertirlos a El. sión de la historia y al asco eterno tienen
derecho por sus torpes e indignos proce
deres!
Sin detenerme en cada uno de los mu
chos casos allí registrados, cosa harto pro
.lija, presento a vuestra vista este primer
contraste de dignación de Jesús y de indig
nidad de enemigos suyos sin conocerlo.
iHerodes y su corte!

SE HACE ANUNCIAR AL REY


MALO Y A SU CORTE

«Habiendo, pues, nacido Jesús en Belén


de Judá, reinando Herodes, he aquí que
unos magos vinieron del Oriente a Jeru
salén, preguntando: ¿dónde está el nacido
rey de los judios? Porque hemos visto en
Oriente su estrella, y hemos venido con el ¡cuántos sacrilegos se han turbado y se
fin de adorarle. Oyendo esto el rey Hero turban!
des turbóse y con él toda Jerusalén» (1). Jesús no opone más defensa que o su
Aunque nacido en un establo abandona silencio o su palabra: «Soy yo» (1).
do, nace Rey, y, como se estila en las cor
tes reales, se mandan embajadores extra
ordinarios a dar la buena nueva a los re
yes vecinos y amigos... Esos son los ma
gos (¿reyes?), embajadores dignisimos del
Rey recién nacido cerca del rey de Judá, SE HACE ANUNCIAR POR LOS SACERDOTES
Herodes. MALOS
¡Qué dignidad la de Jesús!
¡Qué indignidad la de Herodes y su
corte! «y convocando (el rey Herodes) a todos
los principes de los sacerdotes y a los es
La turbación de los cobardes, de los am cribas del pueblo, les preguntaba en dón
biciosos, de los injustos poseedores de ~o de habia de nacer el Cristo «o Mesias». A
ajeno, de la conciencia manchada... esa lo cual respondieron: «En Belén de Judá;
es la respuesta, la acogida primera que en que asi está escrito por el Profeta» (2).
cuentra Jesús entre sus enemigos, ¡ene Los embajadores de Jesús, siguen, sin
migos de un recién nacido!
pretenderlo, poniendo en evidencia el con
Esta acogida se repetirá muchas veces traste entre la dignación de El para con
en el Evangelio y en la Eucaristia... Ante sus enemigos y la indignidad de éstos
Jesús sencillo e indefenso se turbarán has para con El. ¡Pobres sacerdotes y escribas!
ta caer en tierra los esbirros del Sumo Sa iQué triste historia de infidelid~d~s a
cerdote, cuando vayan a prenderlo en Get esta primera
vuestro página
ministerio sagrada! a Si
comenzáis a aque
eSCrIbIren
semani; se turbará Pilatos ante Jesús ata
das las manos y reo ante su tribunal; ante llos mensajeros que ingenuamente habla
Jesús callado y oculto en su Eucaristia,
ban de la estrella aparecida y confiada la vida anunciando al mundo de. tod~s los
mente preguntaban por el Rey recien na modos por sus ministerios: «AhI :sta J.e
cido, en vez de responderle con la boca y sús este es Jesús, el Salvador esta aqm»,
con vuestro dedo índice: «allí, en Belén», qu~dándose él a la postre sin .Jesús?
hubiéseis respondido con vuestros pies yen- .Cómo atormenta mi alma OIry leer be
do con ellos a adorar al Rey prometido, l1a~ cosas de Jesús, dichas o escritas por
menzado
¡qué historia
a escribir!
tan gloriosa hubiérais co quienes con su vida, no muy conforme a
la de Jesús, hacen recordar aquellas figu-
jCómo os hubiérais ahorrado aquella in ras hieráticas, erguidas, solemn~s,. con el
famante denuncia de Jesús ante el pue- brazo y el índice extendidos dICIendo a
blo: «Dicen y no hacen... haced lo que os los demás: «allí, id, que allí vive y se ado
dicen y no lo que ellos hacen» (1). ra a Jesús» quedándose ello~ en la ~omo
Jesús, sin embargo, hasta el fin de su didad y en el ruido de la cIUdad, sm dar
vida mortal ha dado honor al Sacerdocio un solo paso hacia EL.. !
antiguo: ¡Qué respeto a la palabra de Cai-
fás, Sumo Sacerdote: «conviene que uno
LOS ELOGIA CUANDO SE LO
muera por el pueblo»... El Evangelista
MERECEN EN JUSTICIA
dote
llama(2).
a esto profecía del Sumo Sacer

Sacerdotes del Nuevo Testamento, her Un hecho, que se repite frec~.enteme~


manos míos, cuántas veces al levantar e'1 te en el Santo Evangelio, da ocaSlOna Jesus
tre mis dedos la Hostia de Jesús y presen para poner de manifiesto la grandeza de
tarla a mis fieles en el «he aquí el Cordero su Corazón.
de Dios que quita los pecados del mundo»,
me pregunto con miedo: ¿Después de pre
sentarte tanto y darte tanto a los demás
me quedaré yo sin Tí? ¿No sería lo más
triste y funesto de un Sacerdote pasarse Es frecuente ver en aquellas página~ a
Jesús rodeado de arteros enemigos con m
tención más o menos disimulada de «ten
(1) (Mt. 23. 3).
(2) (Jn. 11, 50-51). tarlo» o «cogerlo en su palabra», Unas ve
ces son los emisarios de los fariseos, sa a enemigos, palpitaciones extraordinarias
duceos o herodianos; son otras veces, los del Corazón de Jesús!
mismos fariseos y maestros de la Ley que,
bajo la apariencia de discipulos o de ad-
miradores suyos oían y preguntaban so La generosidad del Corazón de Jesús
bre los mismos temas expuestos por Jesús
y siempre con la misma torpe intención: Entre otros casos citaré el que describe
tenderle lazos. el evangelista San Lucas (1): «y .~e
y digo que en estas ocasiones destaca levantó un doctor de la Ley y le dIJO
y brilla la nobleza de su corazón de modo por tentarle: Maestro, ¿qué ha~~ pa~a po
singular, porque, conocedor El, como na- seer la vida eterna? Y El le diJo: GEn la
die, de las perversas intenciones que bajo Ley qué hay escrito? ¿Cómo l:,es? y r~s
aquellas apariencias de sumisión abriga pondiendo dijo: Amarás al Senor tu DlOS
ban, pudo una de estas tres cosas: sacar con todo t~ corazón... y a tu prójimo c~m?
al exterior y echar en cara aquellas po- a ti mismo. Y le dijo: Bien has reSpOndlJIo.
dredumbres interiores, poniéndolos en fuga Haz esto y vivirás».
vergonzosa, callarse y de esta suerte qui- ¡Qué contraste entre la noble~a, del
tarles la ocasión de profanar su santa «Bien has respondido» y la capclOsIdad
palabra con falsas y torcidas interpreta del tentador! . .
ciones, o sencillamente hacer casoomi No se dá aún por vencido éste e mSIs~e
so de la presencia y de las preguntas de en su mala intención proponiendo a ~esus
sus detractores. la cuestión tan debatida entre los fans~os,
y aunque las tres medidas hubieran es tan duros de corazón, sobre la extensIón
tado sobradamente justificadas, no las de la palabra prójimo. .
toma Jesús con sus enemigos, sino que, -¿Quién es mi prójimo?, replica el doc
dejándolos estar a su alrededor, oir sus tor de la Ley.
palabras y hacer sus preguntas capcio y Jesús, poniendo ,más patente s~ Co
sas, todavía tiene serenidad no sólo para razón, responde con la tierna parabola
responderles, sino para elogiarles, si algo del buen samaritano.
digno de ello le decían.
¡Cómo se sienten debajo de esos elogios
Aquel VIajero a quien los ladrones des
desairado, alguna vez paréceme encon
pojan y dejan medio muerto en el camino
trarlo en la magnanimidad de su co
es cuidadosamente atendido y cariñosa~
razón que está pagando con los bene
mente curado, no por el sacerdote ni por
ficios de su presencia las cosas bue
el levita que pasan, sino por el samarita
nas que alguna vez han hecho o hacen
no, es decir, por el enemigo de raza; el
odiado para todo judio. El mismo mal in los vecinos malos de sús Sagrarios.
tencionado doctor es obligado por la no Almas tacañas en dar a los enemigos y
en discutir hasta el céntimo lo que les de
bleza de Jesús a confesar que el samari
do
tanofuéporsusuprójimo.
misericordia para con el heri béis ¿se parece vuestro proceder al del
Corazón de Jesús elogiando y pagando lo
bueno de sus enemigos, por muy enemigos
iQué grandeza de corazón!
que sean? No olvidemo¡;: que el.ser malos
Saltando sobre intenciones arteras y so nuestros enemigos no nos autorIza a serIo
bre prejuicios de raza, para la respuesta nosotros.
buena del enemigo, Jesús tiene un elogio,
asi como para la acción buena del enemi DELICADEZAS DE JESUS CON
go, no sólo un elogio sino dos consejos de ENEMIGOS
mismo»
vida: «Haz
(1).eso y vivirás». «Ve y haz tú lo
¡Delicadezas! Y no me retracto de cali
y ¡cuántas veces se ve a Jesús en su ficar con esas palabras muchos rasgos de
Evangelio premiando y elogiando con una Jesús en sus relaciones con sus enemigos.
mirada benévola o con una palabra de Co~ellos, no fué solamente paciente, re
aprobación las cosas buenas de sus ene signado, generoso, magnánimo, sino que
migos! llegó hasta eso, ¡a la delicadeza! y más
y cuando miro a Jesús abandonado en aún, delicadeza con el enemigo no arre
tantos Sagrarios y busco explicaciones a pentido y en el mismo momento de per
aquel amor tan paciente, tan incansable petrar el daño.
mente paciente, y tan injustamente
La gran delicadeza

iCon qué palpitaciones tan pronuncia


das se siente al Corazón de Jesús diciendo,
al recibir el beso con que su apóstolJu- Qué dimenSIOnes
ancho
donde .
ybroatalo teníad aello Cora-largo,
banprofunesapalabra
das lo traicionaba: «jOh amigo, ¿aqué has zón
ay
venido aqui?» (1). Grande, inmenso en lo3de.
&
° yese
su grandeza es Jesús predicando su gesto.
sermón de las bienaventuranzas, descubri
dor de mUndos nuevos de luz y decalor
en cada una de sus parábolas y enseñan_
zas, inefable excusando a sus verdugosen
yel dejaban
mismo instante
morir entre
en que
horribles
lo crucificaban
dolores
la palabra con que Jesúsa halospremia-escogi-
doEsha regalado, rmaneCIha.bUca,mI'do
'madocon El de
Y crueldades, pero ¿cómo lIamarlo, con lostres
qué palabra calificarlo al decir esa pala- dos' que han ~e participand~
bra jamigo!, al hombre más monstruoso sus
años
fos trabaJos,
dedesus
~uintImIdades
vIda ... he
~e .s~~ dolores, dellam~-
«Yallamadodenosusos trmn-
amI
de la historia, al prototipo de la bajezamás
abyecta, de la ingratitud más negra, dela
perversidad más repugnante en el instan- ré
gos»'siervos... sm..o que1 os despedirse e11os
te mismo de perpetrar su crimen? (1), les d~ce a. Amigos!es la pa-
Si Jesús no hubiera dicho nada en su plabra
efusión,
ara deir del
laa monr.dádiva
amor. ..póstumosl1premI
ue siervo,
a..., de la última
Evangelio Sobre el perdón de los enemigos
Y sobre el modo y la medida con queha- más que
bían de ser tratados por sus discípUlos, con ¡Amigos!,.es ma~ ¿stol, porque es todo
esa sola palabra pronunciada enesas cir- discípulo, mas qU~r~doen lamirada m~s
cunstancias, habría dicho lo sUficiente para eso envuelto y s.aude Jesús, en el efluvIO
demostrar estas tres cosas: tierna de los oJos bocaen el calor más
1.&Cual sea su Mandamiento l1U:evo, másperfumado de su e~ la efusión más
síntesis de toda la moral cristiana.
lI.evóEl más
ardiente
caudalosa
ISerinconmovIblenombrado
dede.sussuabrazoSó'n
Coraz
am osude
, predileccIJesús!
en la seguridad
práctica.-
2.& Hasta qué punto lo a la d~g 'ón...
¡Yo creo
(1) (Mt. 26,50).
MANUEL
..•..
GONZÁLEZ

Era '
la
firmar los los
hombres
nombramíentos que apuedan
enalteciendo otros
:.a
la respues.t. Y alabra:venganza«Yadelnode-os
que entre . !

que pueda sushíjos de hombre


yno
de
hombres
suponga
Dios en tanto que
hay ninguno
y favorde amor
firmarla de la tierra,
tanto
confiera misma honor
mano monio
llamaré
amlgola. al?,
soberbla del angel
dulcls.lma
sier~os,
. DlOS! s~n~
¡Como
. ~igOS».
caído. iEl
tritura
a aplasta
der
, Y

como el nombra .Qué respondera JesúS? .


confundien-
de amigo de 'Jesús hecho por el
miento Jesús.
mismo
doy
ciones.
~s Hombre
Es Dios
aniquilando
¿Resp
Y puede
Ondera
,con.
a.lr~~~~~
sD· s? y sus maquina-
ensibilidad10.jada
del sudor
tan fina ,
con el
,rofirieran Días de
nuevo
que
sangre 1espanto
aúndetiene . su pIel opar
'? ay va
dep.mIoque queritmo
:a,,padecer.
hacien-
Hombre?
y una nochellega Judas a Jesús con el ¿Respondera el
aGompañado Elyle
una misma, en-
noche bre-Dios.
enalma másnegraque
dulce con
«su él la delbeso con el con
pan
beso qué
¿aElpalpitar haslablOS en sus
aquellos
había
jbía
al
los
mojado,
ytregar
hipocresía, para
sus
estarásseChasquido
el corazónpodrido a fuerza veces
cómo
gentuza
su
abismos
llamado
cara
cenado
ayMaestro
y
delllega
más
resonandoinfierno!
acerca
maniataryprender
amigo»,
quetantas
encarnizados
y aregalado
y da
hora
de un
eternamente yantes
desacrílego,
abusos
enemigos en
esbirros
leha- y do
labios la pala
Hombre, . su
misericordiabenditos
Responde b'nfimta
el ra
venido
.I la«AmIgO»
aqUI.»
pomen~Ho~
Cor:=tzon o de
de sacrilegiosde finezas de Jesús, con la «iAmlgo.
intención envenenada por la traicióny la de su
.,

.
tu ¿Pero,
¡Amigo!.
amlgo. Jesusesemons.'mIot, °p'uesto
. ruo.t?
todavía? sigue lo.slen~o
tas(, al arrepentm~le~.
'Todavía estaras lSd 'Todavía . inVI
perdonarlo,
consignapara (,
asu palmada,ungrito,
señalar .,? viviendo
mano
Pudo
víctima, otra
escogeruna si se arrepmtlera.
a segUIr. siendo «tu»(,'To am igoaVIa, apodría como
volver
una fieles?
amigo. levantada... ha preferido elbeso de te fueron.
palabra
losTuque iamlgO.
esperanzador, , Y.ladadulce
un serenídadsolemne,
con que la profieres, sí
cuyo e~~ eternamente re
morir de D;uevo,yotCreo que tu muerteentus Sa-
abandono se
sonará en los cielos y en los oídos y en el
corazón de todos los pecadores. ria
grarios, de de
o de ofrIa asco
ta~ eola babade tanto beso
sacrílego...

y pasó aquella noche.


En aquel b.eso,Corazón de Jesús, sentis
te el eco de otros besos casi infinitos, que
seguirían cayendo sacrílegamente sobre tu
cara consagrada... y de esos casi infinitos
besos, ¡muchos, muchos de «amigos» como
lo era Judas! Y no una sola vez como él,
sino muchas, muchas vec.es!
y Tú, diciendo sin cansarte con la mis
ma dulce serenidad de aquella noche, sin
morirte de pena o de espanto; «jAmígo!
¿a qué has venido aquí?, ¿a mi altar?»
Chasquidos de besos de Judas revolo
teando sobre Altares y Sagrarios, decid a
los demonios, que os vomitan, que no con
seguirán apagar las palpitaciones con que
el Corazón de Jesús seguirá diciendo tan
dulce y serenamente como en el Huerto
de Getsemaní; «jAmigo! ¿a qué has ve
nido?»
Jesús, Jesús, perdona este desatino, no
se si de mi cabeza o de mi corazón; Yo sé
que Tú ya no puedes morir; me lo dice
mi Fe; pero, si por un imposible pudieras
Espiritu Santo, que a través del estudio
y de la meditación de la Historia de la
EP1LDGD
PALPITACIONES Iglesia, de la palabra de Dios y singular
mente del Evangelio, descubramos y sin
¿COMO RECOGER Y SENTIR LA tamos las intimidades del Corazón de
DEL CORAZO; Jesús.
DE JESUS? Espiritu Santo, aviva nuestra fe en lo
que fué, pudo e hizo y en lo que es, puede
tirEstas
las palpitaciones
páginas que pretedelcnden.hacer
. y hace el Corazón Sacerdotal de Jesús en
sen el Evangelio y en el Sagrario.
hambrientas
mo
lices
yenA
viva
su
ritmo
ayu
serían
Evangelio
de
darEl
~u
a,si
yque
las
chos,
sedi~~:sd~
cons"
yal
ese1nmuchos
su
9U1eranponer
laEUcar'
repetlClOn
buena
or~z?~
corazones'
de
perenne
Jesús Espiritu Santo, danos el Don de Ciencia
lSla,
t· con el que veamos y sintamos palpitacio
¡qué
al mis-
fe- nes del amor del Corazón de Jesús en to
das las criaturas espirituales y materiales
. que nos rodean.
voluntad Espiritu Santo, danos el Don de Enten
Corazón
y tratar van
a Jesús
diri en
' las in~'lml
er:~ontrar,
ades de ver dimiento que nos abra caminos y descu
su bra relaciones en todos 'los dogmas de
llevarla; al conoc~~~~~stas páginas, osea: nuestra Fe, en todas las verdades revela
sonal e imitación de suo,Corazón.
amor, trato per- das, en toda la vida de la Iglesia y de las
almas con el Corazón de Jesús, Dios y
Hombre.
Espiritu Santo, danos sobre todo el Don
PRIMER MEDIO de Sabiduría para ver, saber, amar y sa
borear de todos los modos que pueda ser
Pedirlo mucho al Espíritu Santo visto, sabido, amado y saboreado el Co
Decir con frecuencia' razón de Jesús.
Espíritu Santo, enséñ~nosdeJe por dentr Madre Inmaculada y Patriarca San José,
basta.
por fuera el Corazón sus. y .esto nosoy los que mejor supieron y saborearon el
Corazón de Jesús en la tierra, dadnos par
te en vuestras intimidades.
Angeles de nuestra guarda y de nue,s II Lo que dice y dá a su Padre:
tros Sagrarios, dadnos a gustar algo de 1.0
Cómo lo alaba; 2.° cómo le dá gra
lo que siente el Corazón Sacerdotal de cias; 3.° cómo lo desagravia; 4.° cómo le
nuestro Jesús ofreciéndose inmolado en pide; 5.° cómo le dá su voluntad;
nuestras Misas, dándose sin reserva a los 6.° cómo le dá su alma; 7.° cómo le dá su
comulgantes buenos y malos, y viviendo cuerpo; 8.° cómo le dá su vida.
oculto y callado en nuestros Sagrarios,
singularmente en los abandonados. COMO AMA AL ESPIRITU SANTO

1 Lo que dice del Espiritu Santo:


1.0 descubre su misión; 2.° revela su ofi
Meditación o un rato de conversación
cio; 3.° lo que nos enseña pedir al Espí
afectuosa cada dia con Jesús Sacralnenta
ritu Santo.
II Lo que dá al Espíritu Santo:
do, tOlnando el telna del Evangelio, y lni el encargo de comp~etar la obra re
1.0
randa su Corazón vivo en el Sagrario a
través de ese lnislno telna. dentora del Sacerdocio; 2.° la distribución
de sus méritos infinitos; 3.° la consuma
ción de la santidad; 4.° la eficacia, fe
ASUNTO GENERAL PARA cundidad y conservación de su Sacerdocio.
TODOS LOS DIAS
COMO AMA A SU MADRE
Cómo ama el Corazón de Jesús en el.
Evangelio y en .el Sagrario. Puede distri 1 Lo que dice a su Madre:
1.0 antes de existir; 2.° en su vida de
buirse así:
la tierra; 3.° en su vida de cielo.
II Lo que dá a su Madre:
1.0 en el primer instante de su ser;
2.° en cada instante de su vida terrenal;
1 Lo que dice de su Padre:
3.° en la eternidad; 4.° lo que nos dá a
1.0 Los misterios que descubre; 2.° el los hombres, a los ángeles y a la Trinidad
camino para ir a su Padre; 3.° Uno con en la tierra y en el cielo por medio de su
El y distinto de El.
Madre.
vida de méritos infinitos, de dolores in
comparables, de virtudes eximias y de amor
I Lo que les dice. inextinguible; 14.0 la gloria eterna;
1.0 Los llama y los trata como discípu 15.0 a su Padre; 16.0 a su Espiritu
lo~; 2.0 como Apóstoles; 3.0 Amígos; Santo.
4. Hermanos; 5.0 hasta Madre suya'
6.0 les descubre la explicación y el secre:
to de sus parábolas; 7.0 sus profecías'
8.0 les pregunta con interés por sus en: 1.0 Lo que promete y dará a los cuer
fermedades, dolores, ansiedades. pos. de 10sJmuertos buenos; 2.0 10 que
U Lo que dice de ellos: promete y dá a las almas de los muertos
. 1.0 Cómo elogia a los santos de la An buenos.
tIgua Ley y a San Juan Bautista; 2.° cómo
alaba las acciones buenas de los gentiles
ndad de Natanael.
d.ebuena fe; 3.0 cómo descubre la since
I Lo que no les dice y pued.e decirles:
IU Lo que dá a los buenos: 1.0 Ordinariamente no dice palabras
1.0 Los mismos bienes que a sus enemi duras contra las personas; 2.0 no condena
gos, pe:o con mayor abundancia y com sino a condición de que no se arrepientan;
¡p~acencIa; 2.0 una condescendencia infi 3." no maldice' a las personas, aunque
mtamente paciente en soportar sus pre maldiga sus obras malas; 4.0 las más ve
guntas extemporáneas, sus intenciones no ces calla ante sus ofensas y ataques;
ces, s~ss~s
rectas, IondIscreciones
~roserías e indelicadezas a ve 5.0 antes de increpar públicamente a sus
y deslealtades, no enemigos, los amonesta privadamente.
pocas, 3. una generosidad inefable en U Lo que no dice de ellos:
d:rlo todo.y darse todo; 4. 0 su doctrina; 1.0 no descubre sus propias faltas a es
5.. ~us.ejemplos aun en los pormenores palda de ellos; 2.0 cuando necesita ha
n:as mtImos; 6.0 su defensa; 7.0 su Gra blar de ellos, jamás exagera ni se apasiona.
cIa; 8.0 su Sacerdocio; 9.0 su Eucaristía' III en
Lo las
que ofensas
les dice: contra su Padre y
10.0 sus Sacramentos; 1l.ü su Iglesia: 1.0
12.0 su Madre por Madre nuestra; 13.0 s~ en los escándalos para las almas y singu
se
larmente para las de los niños, increpa peca
ga sin reservas, y con mayor alegría que
veramente y califica con justicia el por la perseverancia de los noventa y nue-
do; 2.° en las ofensas contra El, suele ve que permanecieron fieles.
conmina
c.ontest~r no con pr9testas ni
ClOnesSInOcon preguntas llenas de bondad
y misericordia, que más expresan deseos
de perdonar que de castigar. Je-
dá:
IV Lo que pudo darles y no les La Para hablar con el Corazón unode
de
en su vida
1.0 no impuso ningún castigo sús vivo en el Sagrario sobre cada
de 3.°
mortal; 2.° no se vengó nadie; no estos temas, búsquese en el que loconfir-
Santo Evan-
levantó guerra ni persecución contra sus gelio la máxima o la escenasentido yen la
Dios,
Apóstoles en ser
enemigos ni permitió que sus y virtud
may con Fe viva por
que guarda, el palabra de
las legiones de ángeles lo defendieran.
V Lo que dá a sus enemigos: léase, medítese, saboréese, aunque por el
1.0 los beneficios comunes naturales pronto nada se vea ni se saque, y el Es
b.eneficios
como el sol, como su
aire, agua, salud,
s?brenaturales
presen
etc., ylo~ píritu Santo premiará nuestra fe y cona-
sus tancia: iveremos Y gustaremos! de
CIa,su predIcación, sus ejemplos y en
pro 2.3. Preguntémonos cad,a tema
mesas;. 2.° a los enemigos .enfermos, en
auxilio cómo ama El:
demomados, necesitados de algún Concédanos
¿Amo yo así? el Espíritu Santo que el fru-
llega. a darles remedios hasta con mila- tode
gros; 3.° a los enemigos pecadores empe cada meditación sea sustituir los
cuando nose
de:nidos, llega a buscarlos y, signos de interrogación de la pregunta por
dejan encontrar, hasta excusas en su fa
los de admiración.
vor alega; 4.° a los enemigos pecadores ¡Y yo!
obstinada
que no lo rechazan positiva y
mente, aunque no le pidan perdón yabso
lución de sus pecados, les da gracias de
c~nversión del a~ma y de salud del cuerpo;
5. a los enemIgos arrepentidos, quele
entre
buscan, dá honores y privilegios, se
INDICE

Conocer a Jesús 8
Conocer a Jesús por su Corazón 12
Conocer al Corazón de Jesús por el
Evangelio 15
Los buscadores
Perenne actualidad del Evangelio
del Corazón de Jesús m
17
Los buenos buscadores 23
2.a PARTE
COMO AMA A SUS AMIGOS
1.0 LLAMA TRATA
Los y COMO DISCÍPULOS 28
Jesús solo 28
En busca de los discípulos 31
2.0 Los NOMBRA APÓSTOLES 35
El apóstol 36
Lo que vale un apóstol 38
La selección del apóstol 41
La formación del apóstol 46
a) Estar con Jesús (Lección de
intimídad con Jesús) 47
b)Jesús transfigurado (Lección
Los males que les evita .
de la Transfiguración) 50
3.° LES DACOSASBUENAS .
e) Lo que dice y dá a sus após
Se hace anunciar al rey malo y a su
toles Jesús traicionado por
corte .
uno de ellos (Lección de la Se hace anunciar
56 por sacerdotes
traición de Jesús) malos
63 .
d) Lección de los fracasos 1m
3.° Los LLAMAAMIGOSY CONOCEDORES.. IlF"":
Los elogia cuando s(} lo méJ'N!én
66 -JustIcIa .
TODASsus CONFIDENCIAS de Jesús
Delicadezas con sus ene
~ mIgos .
Lo que quita la intimidad con el Co
razón de Jesús 73 EPILOGO
Cómo trato yo al Corazón de Jesús. 78 .Cómo recoger y sentir las palpitaciones
Los salmos modelo y prueba de cómo
del Corazón de Jesus. . . 152
¿ ,?
LES
quiere
CONFÍAsu
ser tratado
GRANSECRETO
Jesús 8'2
4.° 86
El gran secreto de Jesús 88
La devoción al Padre elemento esen
cial del espíritu de Cristo 93

3.a PARTE
COMO AMA. A SUS ENEMIGOS
Los enemigos de Jesús 110
1° LES DICECOSASBUENAS 117
a) Sin turbarse 118
b) Con paciencia sin fin 119
c) Sin denuestos ni acusaciones '" 120
d) Excusándolos 121
e) Pero siempre veraz y justo 122
2.° LES HACEOBRASBUENAS 125
Lo que no hace contra sus enemigos 125
JESUS CAIJLADo.-Cartlila p,ara apr:ender a oal1M'.
3.• edición española, en tela, 5 ptas.
"MI JACULATORIADE HOY".--Colección de jacula
torias originales del venerado autor. 2.· edición en

B R A tela, 5 ptas.; en piel colores, 10 ptas.


EL
ROSARIO SACERDOTAL.-Meditaciones para sacer
dotes. En tela, 6 ptas.
del Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. FLORECILLASDE SAGRARIO O EN BUSCADEL ES
CONDIDO.-Temas para meditaciones Y conquistas
(1ealmas. 4.· edición, 2 ptas. Agotado.
D. Manuel {¡onzáJez {¡arcía FLORECILLASDE SAGRARIO.-2.· Serie, 8 ptas.
EL CORAZONDE JESUS AL CORAZONDEL SACER
DOTE.-(Ratos de Sagrario en tiempos de retiro.)

Obispo que fUé de Palencia 5.- edición española, 0,50ptas.


DECENARIOAL ESPIRITU SANTO.-(Por el Evangello
antes de Málaga y Arcipreste de Huelva: 'Y la Liturgia.) 0,40ptas.

NUESTROBARRO.-Avlsos y ejemplos para hacemos


Fundador de la Pía Unión de los Sagrarios-Calvarios 6antos IR pesar de él. 3.· edición, en rústica, 6 ptas.
ARTEy LITURGIA.-Estudlo del arte y la liturgia en
sus mutuas relaciones. 2.· edición, en 'rústica, 3 ptas.
XXV LECCIONESDE COSAS PASADASY POR PA
SAR.-RecopUaclón de Pastorales sobre la guerm es
pañola. En rústica, 2,50:ptas.
EL
nOTALES
DECRECIMIENTODE
y SUS CAUSAS.-Folleto,
LAS VOCACIONESSACER-
0,25 ptas.
Meditaciones y lecturas espirituales
MI COMUNIONDE MARIA.-Para enseñar mOdos y ASI AMAEL.-Palpltaciones del Corazón de Jesús en
el
despertar ganas de preI1arer, agradecer y digerir bien Evangelio y en la EucarIStía. 10 ptas.
en
la Comunión, 7.- edicIón ,tela 6 ptas
QUE HACE Y QUE DICE EL C~RAZON'DE JESUS
EN EL SAGRARIO.-Viaje al Pal's de 1~",8 dIvinas•
EN
ELOREMOS
sorpresas.
EVANGELIOELSAGRARIO "s.en tela 6 PUa
6.- edición españolaCOMO

SE ORABA EN "AUNQUETODOS... YO NO".-Razón de ser Y orlge


3.di ió.-Desvanece tOdopretexto para no orar. nes de la Obra. Libro de la lealtad al Señor más des
. ecn, en tela, 10 ptas.
lealmente servido. 6.- edición, en TÚStlca,4 ptas.
CARTILLADEL CATEQUISTACABAL.-2.· edición, en
MANUALDE LAS MARíAS.-14." edición, 4 ptás.
rústica, 2 ptas.
MANUALDE LOS DISCIPULOSDE SAN JUAN.-3." edi
dición, 4 ptas.
REGLAMENTO.-Organización y espíritu. 9.- edición,
en rústica, 3 pta.'!!.
VIAJE DE
EL ABANDONODE LOS SAGRARIOS ACOMlPANA EL MEJOR MARIAS QUE HA VISTO ES
DOS.-4." edición, en tela, 8 ptas.; en Imitación, PA:&A.-1 pta.
6 ptas.: en rústica. 4 ptas. TEATRO INFANTIL "RE-IN-E".-::-1.-Serie, 3 ptas. Iil
HOJAS DE PROPAGANDAEUCARISTICA y ~ODE -
TIA CRISTIANA.-Más de treinta clases V'anadas.
Precios por millar desde 50 ptas. en adelante.
LO QUE PUEDE UN CURA HOY.-Respuesta a esta
pregunta: ¿A qué trabajar tanto si se consigue tan
poco? Traducido a varios idiomas. 7." edición espa
f1ola, en rústica, 4 ptas.
APOSTOLADOSMENUDOS (1.- Y 2.- selie). RecetaS
para ser apóstoles p'erennes a poca costa. 3.- edición,
en rústica, 2,50 ptas. cad11serie.
GRANITOS DE SAL (1.- y 2." serie). Aperitivos para
las 'almas inapetentes. 5.- edición, en rústica, 2,50
pesetas cada serie.
TODOS CATEQUISTAS.~Folleto 0,40 ptas.

LA GRACIAEN LA EDUCACION.-Arte de educar con


gracia. 2.- edición. ~n rústica, 4 ptas.
SEMBRANDOGRANITOS DE MOSTAZA.-Los nill,os
revelando su alma y los modos de cultivarla. 3.- edi
ción, en rústica, 10 ptas.
PARTIENDOEL PAN A LOS PEQUEt'lUELOS.-Modo~
de llevar los nill.os al conoc1miento, amor e imita
ción del Corazón de Jesús que vive en el Sagrario
6.' edición, en rústica, lO pta.'!!.
Cuántas veces la esterilidad de
apostulados brillantes viene del
conocimiento fraccionado de El
Esto es, conocer erudita y cien
tíficamente las palabras y los
hechos, sin engarzarlos en el
espíritu de Jesús.
(Pág92)
Ubispo
Manuel
tionzález

Precio: 10 pesetas

También podría gustarte