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Aquel que todo lo ha visto hasta los confines del mundo,

aquel que todo lo ha vivido para enseñarlo todo

propagará parte de su experiencia para el bien de cada uno.

La epopeya de Gilmamesh, Tablilla I, Columna I.

Ángel Soto García


Sistemas de escritura
UNED

Bibliotecas y archivos en Mesopotamia. Los escribas.

I. INTRODUCCIÓN: la escritura

Han sido varios los métodos de registro o de comunicación que se han empleado a
lo largo de los tiempos por nuestra civilización: pictogramas, palabras-signo, signos
silábicos y alfabetos. En las sociedades más primitivas se han empleado una fórmula de
pictografías para dejar impresos, de uno u otro modo, los pensamientos. No por ello
dejan estos de ser complejos. No podemos menospreciar el entendimiento de las
sociedades cazadoras y recolectoras que dejaron dichas pictografías. Bien es cierto que
los demás métodos se han desarrollado en sociedades más complejas y, por ende, con
más necesidades comunicativas, tanto en el tiempo como en el espacio. Sea como
fuere, la pictografía no posee referencias lingüísticas, según la mayoría de los estudios.
Se pinta un acontecimiento o se transmite un mensaje mediante una serie de dibujos o
grabados (petroglifos).

No es menos cierto que la pictografía ha evolucionado desde su estado más


primitivo para dar como resultado la verdadera escritura mediante selección y
organización. Sin embargo, hay quien sostiene que las palabras-signo subsiguientes
aparecen de modo independiente, sin desarrollo de los pictogramas. Un ejemplo del
uso de las dos la encontramos en la Paleta de Narmer (c. 3000 a.c.). Lo importante en
cuanto a los primeros pasos de la escritura se fundamentan en estos logogramas, los
cuales ya pueden expresar, si bien de manera incipiente, abstracciones conceptuales
de los di ujos a te io es. No ha u a i idad e ela ió a dó de se o igi a o po
vez primera: “u e , Chi a, Egipto,… Posi le e te la apa i ió fuese ás o e os
simultánea: no hay razón para pensar que unas civilizaciones tuviesen menos
capacidad de abstracción escrita que otras.

El siguiente paso es decisivo para la conceptualización propia de la escritura.


Esta es la incorporación de elementos del lenguaje hablado: se pasa de la idea-
concepto a las relaciones gramaticales. Enorme y decisivo fue el cambio de la
utilización de los logogramas como representantes de una palabra concreta al uso de
los mismos como representación de una sílaba del lenguaje propio. Y por último al
lenguaje alfabético, representación sistemática de los sonidos de una lengua.

Nos encontramos, pues, que en el paso del concepto a la escritura se reconoce


en los vínculos de las técnicas figurativas para fijar información de nuestros
antepasados. Esta combinación de ideas y palabras no requiere un conocimiento de la
gramática de la lengua ya que el sentido general puede ser extraído de las propias
imágenes: nos encontramos ante el vínculo de signos gráficos y elementos lingüísticos.

Así, hemos pasado por los sucintamente por los estamentos categóricos de
nuestro camino desde el concepto hasta la escritura. La técnica figurativa, como
hemos dicho anteriormente, muy difícilmente puede clasificarse como escritura
propiamente dicha; aunque, sin lugar a dudas, su representación no era meramente, o
i si uie a, a tísti a, tal o o las e os desde uest o pu to de ista de ho es
i ilizados . Nos e o t a ía os a te u a uest a de itualiza io es a ias, po e de
el reflejo de las mismas. Estamos pues ante una primera etapa de la plasmación de los
pensamientos en imágenes. Encontramos muestras desde la Edad de Piedra hasta,
casi, nuestros días, en tribus aisladas.

Gran importancia en la historia de la escritura tuvieron las transacciones


comerciales de los pueblos más desarrollados. Las dudas o litigios que podían aparecer
eran resueltos mediante la fijación de dichas transacciones. No deja de ser sino un
proceso mediante el que se guarda en la memoria individual los procesos sociales:
cordones, bulas, etc. Sin lugar a dudas éste fue el principio por el que se construyen los
archivos y las bibliotecas de palacios y templos. La fijación en el tiempo, por ende la
memoria, de las transacciones comerciales. Téngase en cuenta que sólo un 10% de los
textos escritos que aparecen en la Mesopotamia antigua son de índole literaria.
Piénsese en el inmenso grado de control administrativo en UruK III, en donde la
contabilidad era exhaustiva en todos los conceptos que atañen o dan valor a la materia
objeto de dicha contabilización. Por ejemplo, para cada oveja de un rebaño se
registraba el año, quién era el pastor, quién la ordeñaba, etc. Lo veremos
posteriormente.

Decíamos que estos signos, que en estadios anteriores eran representaciones


de cantidades y objetos, pasaron a representar palabras concretas de una lengua dada.
Según los datos arqueológicos, este paso se daría en Uruk en torno al 3300 a.c.

Vemos, entonces como el proceso se desarrolla de la siguiente manera:

- Hay una primera transición entre los signos que representan objetos a la
lectura de tales signos como palabras, y
- La lectura de estos logogramas como entidades fónicas sin significado
semántico alguno.

II. Logogramas, pictogramas e ideogramas

Cuando tenemos delante un texto no hacemos sino que asociar formas lingüísticas
a contenidos. Estas formas se traducen gráficamente mediante símbolos más o menos
convencionales.

Hay que tener en cuenta


que los símbolos figurativos
son la base para la creación de los antiguos sistemas de escritura. Ahora bien, esto no
quiere decir que, en todos los lugares y en todas las épocas, el surgimiento de la
escritura deba de estar vinculado con dichos símbolos. Incluso en las etapas más
incipientes hay signos abstractos que posiblemente no hayan tenido su paridad con
ningún pictograma de época anterior. Para llegar a dichas representaciones el hombre
ha tenido que echar mano de técnicas figurativas y técnicas simbólicas que asocien
conceptos y signos abstractos.

La cuestión de asociación entre lengua y escritura se ha resuelto de forma


diferente según las distintas civilizaciones. Las dos alternativas básicas son:

Orientación hacia el contenido por lo expresado por la lengua.

Escritura de los sonidos independientemente del significado.

La segunda de ellas es la escritura fonológica. En la llamada logografía


(pensamiento + escribir) el signo gráfico se corresponde con una palabra. Si bien en
ella la imagen está fijada con la lengua, puede haber alternativas de símbolos
diferentes para la palabra concreta. El estadio evolutivo precedente sería aquel en el
que el signo gráfico y la palabra se hayan fijado. Si este símbolo imita de forma directa
la cosa designada estamos hablando de pictografía, sus representantes son los
pictogramas; si esta relación directa, imagen-concepto, no existe, hablamos de
ideografía, serán pues sus representantes los
ideogramas.

De lo dicho anteriormente hay que apuntar


dos matices fundamentales:

Los sistemas fonográficos no operan,


fundamentalmente, con palabras sino que lo
hacen con unidades de primera articulación,
sean estos lexemas o morfemas.

Hoy en día el término ideograma se entiende diluido dentro del concepto de


logograma ya que, como hemos señalado, estos no representaban, en la mayoría de
sus casos, de forma directa los contenidos independientemente de su forma
lingüística.

III. Los precedentes en Mesopotamia: los primeros sistemas


contables.

La invención de la escritura, según los últimos estudios, tiene lugar en el Próximo


Oriente con la finalidad de registrar las actividades de transacción económica en
palacios y templos, fundamentalmente. Vemos como la evolución en las sociedades
obliga a llevar la contabilidad de cultivos y ganado, principalmente. Por lo tanto, estos
códigos no reflejarían palabras de una determinada lengua, sino acciones y sucesos.

Los primeros métodos usados en Mesopotamia corresponde con las bulas: bolas de
arcilla con improntas de sellos cilíndricos que contienen en su interior fichas. Estas
serán las designaciones de los numerales y objetos pertinentes para llevar la
contabilidad oportuna (recibos, entregas, notas o inventarios). Con asiduidad, las bulas
llevan en su exterior las formas y número de fichas.

El paso de estas bulas a las tablillas tiene lugar, posiblemente, cuando se


empieza a constatar la información sellada en el exterior de las mismas, reduciendo así
tamaño y peso. Serán los escribas o grabadores de las tablillas fueron los primeros
es ito es de di has i iliza io es a ue ade ás de deja la i p o ta de los
numerales pertinentes, empezaron a representar más o menos esquemáticamente los
objetos y bienes contabilizados. Nos encontramos ante procesos extralingüísticos y no
palabras, dado que estos podían ser leídos aunque no se hablase la lengua concreta de
la civilización pertinente. Bien es cierto que estos pictogramas, ya no naturalistas en su
representación, estarían tipificados para la lectura común.

Estas tablillas consistían en arcilla húmeda, materia prima fácilmente


disponible, que era rayada con un palo puntiagudo o una caña. La arcilla podía
modelarse apropiadamente para escribir mientras esta estaba húmeda, dejándola
secarse al sol. Las cañas, con punta roma o plana, dejaban una marca más ancha en el
astil, llegando así a formarse las típicas impresiones con forma de cuña que dio el
nombre a la escritura concreta: cuneiforme. Desarrollamos el tema posteriormente.

Hasta hace poco tiempo, se creía que la invención de la escritura correspondía


al sur de Irak, c. 3000 a.C., posiblemente en Uruk. Es incierto que estos fuesen
sumerios. Hoy, las tablillas inscritas con numeración, con o sin relación de los objetos
contabilizados, e improntas de sellos se han encontrado también en Irak, Susa, Irán,
en el norte de Siria, etc., la mayoría datadas a finales del cuarto milenio. Por todo esto,
se está considerando que la invención de la escritura fue un proceso gradual, realizado
en una amplia zona, más que como producto de los sumerios. Sea como fuere, el 85%
de las tablillas primitivas de Uruk son económicas y están relacionadas con ingresos y
gasto de alimentos, ganado y tejido en los templos. Estas listas léxicas es el primer
sistema reconocible de escritura por todo escriba. En ellas, nos encontramos con
signos, verticales y horizontales, fácilmente reconocibles, buey o espiga, por ejemplo;
y otros que no lo son tanto y que todavía hoy en día está sin descifrar. Estos signos
gráficos reflejan de forma figurativa el contenido de las palabras, pero no designan ni
los sonidos ni los términos gramaticales de la lengua. El siguiente problema para
descifrar estas tablillas reside en la ordenación de dichos signos en filas y columnas, en
reverso y anverso, sin unidad de sentido aparente. Será, por lo tanto, un orden
interpretativo. A su vez, estos mismos signos o símbolos gráficos podían tener varios
sig ifi ados, es el aso, po eje plo, de ju o eg esa . Algu as e p esio es se
es i ía , ta ié , o sig os o puestos: ho e + o taña = es la o . Nos
encontramos ante la escritura de palabras y números que será la forma incipiente de la
escritura posterior, tal y como entendemos el término en nuestros días.

Destacar, también, que en su origen los numerales sumerios no eran adjetivos sino
susta ti os ue desig a a g upos de a tidades, pa eja , te a , do e a . Los
símbolos figurativos que han aparecido en la arcilla mostrarían la vinculación entre
antiguos conceptos numéricos y el modo de contar mediante muesca.
IV. El cuneiforme sumerio y su adaptación al acadio.

En Mesopotamia podemos observar en sus fases esenciales el relevo de la vieja


escritura de ideas y palabras (antigua pictografía) y su evolución hacia la escritura
fonética (cuneiforme sumeria y acadia).

Los textos sumerios son en su mayoría logográficos, esto quiere decir que utilizan
un signo o un grupo de ellos para cada término o concepto, sin elementos gramaticales
añadidos. El problema fundamental de este tipo de escritura está en que no podemos
indicar ideas, posiblemente fundamentales para la civilización de la época, como, por
ejemplo, si los animales de la transacción están vivos o muertos; si los ha comprado el
templo o los ha vendido, etc. Estas y otras situaciones ambiguas, sin duda, facilitaron el
hecho de que los escribas inventaran una forma de reflejar ya no referentes o ideas
concretas, sino el habla. Había que expresar abstracciones. El primer paso fue la
utilización de sílabas (etapa silábica) conocida por un grupo de textos de Ur (c. 2800
a.C.) Será en esos textos donde encontremos la primera utilización de elementos
fonéticos y gramaticales.

Encontramos en esta lengua y esta escritura el uso de varios signos para la


representación de un mismo sonido: homofonía; también un mismo signo tendrá
distintos valores fonéticos: polifonía. Esto, sin duda, resultará un escollo, no insalvable,
para la transcripción de estas lenguas antiguas. Son muchos los ejemplos que podemos
presentar, pero resumiremos este aspecto de la lengua viendo como el signo para
buey, que era gu, correspondía al signo utilizado para designar la palabra hilo; así
tenemos dos formas posibles de escribir un mismo sonido. La polifonía la
ejemplificamos con la palabra para boca, Ka, utilizado también para la idea de gritar,
que también se expresa con el signo Gu; así el signo Ka se corresponde con los dos
valores, ka y gu.

Hay que destacar que el cuneiforme fue usado también para escribir el idioma
acadio, al sur de Mesopotamia. Este idioma se describe como flexiva, en contraste a la
sumeria, aglutinante en donde cada idea se expresa por una sílaba invariable.
Modificada o no por complementos que expresan un contenido distinto al expresado
por el signo convencional. Serán estos una suerte de prefijos y sufijos encargados de
dar valores de pluralidad, posesión, complementaciones adverbiales, negaciones, etc.

Otras formulas de complementación fonética consistían en la adición de ciertos signos


que señalaban las distintas categorías, por ejemplo de objetos (piedra, na; cobre,
urudu; las ciudades, ki, etc.)

El gran problema con el que se tropiezan los escribas con el idioma acadio fue
que ningún signo cuneiforme del sumerio podría tener el significado de una palabra
acadia. La solución fue escribir fonéticamente la palabra acadia. Al asumir y adaptar el
silabario sumerio, los acadios le añadieron más valores, incrementando así las
homofonías y polifonías.

El sumerio cae en desuso como lengua hablada hacia el XVIII a.C. para dejar paso al
acadio, si bien continuó a usarse para las inscripciones monumentales o como
recopilación de las palabras y textos de esa antigua escritura ya en desuso.

V. Tablillas

La mayoría de los textos sumerios fueron escritos sobre arcilla. No en vano la arcilla
de buena calidad para ese propósito se encontraba muy a mano en Mesopotamia. Una
de las primeras labores a aprender de un buen escriba estaba en la fabricación de su
material. Si bien parece ser que no era tan fácil, los escribas mesopotámicos
produjeron ejemplares excelentes y de tamaño diferente, llegando a los 30 cm de lado.
Este tamaño de las tablillas de Ur III provocó la característica típica de las mismas: su
parte trasera era cóncava. Su función era la de no
estropear la escritura de la parte plana de la
misma por la presión al escribir.

La mayoría de las tablillas se dejaban secar


una vez escritas. Este secado permitía su
durabilidad en el tiempo. Algunas de ellas se han
descubierto horneadas. Posiblemente sea fruto de la intención de permanencia. Una
vez cocidas su color varía según la temperatura a la que ha sido sometida.

Normalmente estas tablillas son cuadradas o rectangulares. Como veremos


posteriormente algunas de ellas son redondas, casi siempre serán tablillas con función
escolar del periodo de Ur III. Si estas eran preparadas con fines mágicos, se elaboraban
con una pequeña orejeta perforada en el extremo. Su misión era la concatenación en
forma de collar. Fuera de estas formas más comunes, existen, también, conos,
cilindros y prismas.

El utensilio de escritura principal era la caña, común en las marismas del Próximo
Oriente. Se recortaban en forma de punta redondeada, aguda, plana o biselada, según
el estilo de escritura esperada.

Los textos cuneiformes estaban divididas, normalmente, por unidades gramaticales


o de sentido, dentro e recuadros rectangulares o por separación por rayas. Estas rayas
no solamente marcarían líneas horizontales sino, también, verticales o columnas de
texto. Una tablilla con varias columnas se escribía empezando de la izquierda del
frente, o anverso, pasando a la derecha; a continuación se volteaba en vertical,
escribiendo de derecha a izquierda.

Se han encontrado tablillas con líneas ornamentales en el borde exterior, pero son
escasas. También algunas de ellas p ese ta aguje os de dispa os , posi le e te
para una mejor cocción.

Es importante destacar que alguna de estas tablas también presenta distintas


marcas a las realizadas por el estilo. Así, encontramos sellos de los escribas, planos o
cilíndricos. Éstos podían estar elaborados en piedra, hueso o concha y los diferentes
dibujos identificaban a sus propietarios, atestiguando la transacción o la autorización.
Los testigos también dejarían su impronta con la uña pulgar. Resulta curioso que en el
babilonio antiguo también se usara, para la misma función, el dobladillo de los
vestidos, pero son escasos los documentos encontrados.

A lo largo de las distintas épocas también era una práctica común el uso de sobres
para la guardia y custodia de documentos importantes, como podían ser los escritos de
á ito ad i ist ati o, e tas he e ias,… Estos podía o te e desde el si ple
nombre del destinatario hasta la transcripción entera o en parte de la tablilla y el sello
del supervisor local. Estos sellos o bien se hacían rodar por el ancho del sobre o se
dejaba un espacio para tal fin.

VI. Los escribas sumerios

El escriba, como cualquier otro artesano, tenía que realizar un aprendizaje de lo


que supondría sería su propio trabajo. Este aprendizaje le daba el derecho a llamarse a
si mismo dubsar. Lo que sabemos de las escuelas Babilónicas lo encontramos en unos
escritos literarios del periodo babilónico antiguo. Muchas de ellas custodiadas en la
biblioteca de Asurbanipal. La casa de las tablillas, es decir, las escuelas, estaba formada
por un maestro, auxiliado o no, y los estudiantes, que normalmente se disponían para
el oficio desde una edad temprana. Parece que la instrucción inicial recaía en un
he a o a o , u estudia te de ás edad.

La vieja escuela sumeria, conocida como é.dub.ba.a, que, probablemente, en sus


comienzos, había constituido una dependencia del Templo, se transformó, al correr del
tiempo, en una institución seglar, y hasta su programa adquirió un carácter en gran
parte laico.

La primera lección a la que se enfrentaba cada estudiante era la elaboración de sus


utensilios: tablilla y estilo. La base de la escuela en esta época será la copia y la
repetición de lo escrito por el profesor escriba. Los estadios de la educación pasarían
por: repetición de las cuñas; escritura de un solo signo; escritura del silabario; escritura
de tres signos cambiando las vocales; aprehensión de nombres propios, importante
para los documentos administrativos; introducción al vocabulario sumerio (Lista HAR-
RA); listas avanzadas de signos con lectura diversa; matemáticas; proverbios; y textos
literarios.

Te ts su h as “ hoolda s K a e a d Edu a D Ci il p o ide itt i sights i to


the life and times of learner scribes. So in Schooldays we encounter the memorable passage
that tells of the boy who can do no right. Everything he does attracts punishment by one or
other of the school staff. Falling foul of every regulation, he laments,

lú ká.na.ke4 a.na.·e.àm gá.da nu.me.a íb.ta.è e.·e in.túd.dè.en

lú dugla¿tan.na.ke4 a.na.·e.àm gá.da nu.me.a x ·u ba.e.ti e.·e in.túd.dè.en

lú eme.gi7.ra.ke4 eme.uri bí.in.dug4 e.·e in.túd.dè.en

um.mi.a.mu ·u.zu nu.sa6.sa6 e.·e in.túd.dè.en

Schooldays 38–411

Los textos escolares se dividían en: prismas, con sus cuatro caras escritas con
vocabulario diverso; la tablilla plana que se escribía, como hemos dicho anteriormente,
en anverso y reverso, girada en el eje horizontal; tablilla de gran formato para hacer
te tos ás ele ados, listas, te tos lite a ios,…; ta lilla lenticular, redonda, típica de las
tablillas escolares.

2
VII. Archivos y Bibliotecas

Como ya hemos indicado anteriormente, las necesidades administrativas de los


palacios y templos obliga al registro y la catalogación de los documentos económicos y
administrativos. Entre ellos, encontramos listas de personas y objetos, advertencias,
ceremonias, salarios, correspondencia, etc. Tenemos ejemplos de grandes archivos en
Mari, Ugarit y Alalakh. Los archivos de Kanish y del tratante de esclavos Balmu-nam-
khe, de Larsa, así como los de la familia de Murashu y Egibi, Nippur y Babilonia
respectivamente, son testimonio de la muestra del grado de control sobre el comercio
de la época y del registro que del mismo se llevaba.

Si bien es cierto que toda excavación que se acometa en cualquier ciudad del
babilónico antiguo es fácil encontrar varias tablillas que posiblemente pertenezcan a
las bibliotecas privadas de cada casa, no es menos cierto que las grandes colecciones

1
In search of the é .dub.ba. a: the ancient Mesopotamian school in literature and reality, A. R. George:
this article develops an idea presented in brief to the conference on the Fifth Millennium of the
Invention of Writing at Baghdad in March 2001.
2
Para las bibliotecas y archivos: (Klíma, 2007); (Sanmartín & Serrano, 1998); (J.T.Hooker, 1990)
pertenecían al estado o al templo. Serán estas las que conserven el mayor número de
tablillas tanto de tipo administrativo como literarias. Como veremos, en el caso de
Asurbanipal, llega a ser una obsesión el poseer cuantas más mejor. Fruto, esto, de las
ansias de conocimiento o de control del poder, incluso cultural. Hay que tener en
cuenta que este enviaba a sus oficiales a distintos lugares con el sólo cumplimiento de
buscar las tablillas privadas en casas y archivos con el fin afán del coleccionismo.

La creación de bibliotecas en Mesopotamia


dependía de las instituciones de enseñanza
de los templos y palacios. En ellas se
reunían los textos sumerios;
posteriormente, la traducción de estos
textos al acadio.

Tenemos buenos ejemplos de lo que eran las bibliotecas mesopotámicas en los


archivos de Ebla y de Mari. Estas fueron cuidadosamente excavadas y registradas. Las
bibliotecas, tal y como sucede ahora, necesitaban de un sistema de registro que
permitiese encontrar las tablillas sin mucha complicación. Para esta labor, las
inscripciones en el lomo de las mismas juegan un papel fundamental. Se sabe que se
seguían criterios de clasificación y colocación de las mismas, aunque en algunos casos
se siguiera un orden clásico según el grado de consideración del texto. Sea como fuere,
los funcionarios encargados de las tablillas, de su calidad y de su humedad, las
colocaban generalmente por temas, habiendo una homogeneidad en dicha colocación.
Este venía a ser un sistema bastante productivo para su localización. Estas se repartían
por estanterías de manera que quedasen con el borde grabado hacia el exterior. En
Ebla se ha encontrado la biblioteca esparcida por el suelo según fueron cayendo las
estanterías. También se suponen que se colocaban paralelas a la pared; situando las
más importantes en primera línea. Las más pesadas se amontonarían en el suelo. Se
han encontrado ejemplos de estas tablillas con textos referidos al comercio de metales
preciosos. Se han encontrado, asimismo, jarros y cestos etiquetados en donde se
suponen que no solamente se almacenaban sino que se transportaban de un sitio a
otro. Se supone que el almacenamiento en cestas se debe a que la biblioteca no podría
asumir un gasto mayor en estanterías. Asimismo, era común la conservación en urnas
o recipientes de arcilla, cerrados herméticamente. Se catalogaban con la estampación
de un sello cilíndrico o con etiquetas similares a las vistas en las cestas.

Un recurso utilizado en la babilonia antigua era el de hacer resúmenes de varios


contratos en una única tablilla, pudiendo llegar a las 7000 líneas en total. Sin duda era
una buena manera de ahorrar arcilla y espacio.

Un sistema importante y muy común para la localización de los textos en los


archivos y las bibliotecas era además del colofón —inscripción al final de la tablilla que
contenía el nombre del impresor, la fecha (que venía descrita por un evento
importante ocurrido), el lugar, etc. —, la anotación del título de la serie, generalmente
la primera frase del texto a la que pertenecía la tablilla, y el número que suponía
dentro de la misma. Son importantes los catálogos de las bibliotecas de Nippur y de Ur.

En las cestas, también eran las etiquetas las encargadas de la catalogación de


las tablillas que se encontraban en ellas. Así, se describía el contenido, de qué fecha a
qué fecha iban, número de tablillas, etc.

Las bibliotecas de textos literarios estaban formadas en su mayoría por copias de


presagios, observaciones anuales de estrellas, migraciones de aves, etc. También había
listas léxicas, oraciones y encantamientos, además de literatura épica.

Ejemplificaremos lo comentado hasta el momento en tres conocidas y


estudiadas bibliotecas:

El ARCHIVO DE EBLA

Ebla es una ciudad antigua localizada en el norte de Siria, a unos 55 km al


sureste de Alepo. Fue una importante ciudad-estado en dos periodos, primero en
el 3000 a. C. y especialmente entre los años 2400 y 2250 a.C., cuando se conocen de
ella diversos reyes, varias bibliotecas e importantes documentos epigráficos.

En 1964, arqueólogos italianos de la Universidad de Roma La Sapienza, dirigidos


por Paolo Matthiae comenzaron a excavar en Tell Mardikh. En la década de los años 70
del pasado siglo el equipo descubrió un palacio de aproximadamente del 2500–
2000 a. C. Sobre 20.000 bien preservadas tablillas cuneiformes fueron descubiertas en
las ruinas. Las tablillas estaban escritas en un dialecto semítico llamado desde
entonces 'eblaíta', además del sumerio, manifestando las estrechas relaciones de Ebla
con el sur de Mesopotamia, donde fue desarrollada la escritura. Una lista de
vocabulario fue hallada con las
tabillas, permitiendo traducirlo.

La biblioteca, situada al oeste


del ala administrativa, perteneciente
al antiguo palacio real eblaíta,
consistía en un archivo de
provisiones y tributos, casos legales y
diplomáticos, itinerarios, contactos
comerciales, menciones a las
iudades a a eas,… ade ás de un scriptorium con textos copiados por aprendices.
Las tablillas, desde los 5 hasta los 45 cm., fueron originalmente almacenadas en
estantes, sostenidos por postes también de maderas hundidos en el piso, pero cayeron
al suelo cuando el palacio fue destruido. La ubicación donde las tabillas fueron
descubiertas permitió a los excavadores reconstruir su posición original en los estantes
según el tema. Cuando el personal del palacio las requería, las tablillas les eran
llevadas a los usuarios en tableros de maderas. Una pared de estos archivos servía
como biblioteca para uso de referencia por parte de los que trabajaban en el registro
del comercio: en la pared norte de la sala más grande había una colección de
diccionarios y silabarios que usaban los escribas para redactar las versiones definitivas
de los textos literarios.

Los eblaitas eran unos maestros haciendo listas interminables de palabras,


objetos, nombres de lugares, etc. Sus compilaciones llegaron más allá de lo léxico; así,
compilaron gramáticas de su pueblo y de pueblos vecinos.

Hasta cierto punto la biblioteca del palacio de Ebla era una biblioteca escuela:
Servía de academia para la capacitación de los escribas. Los académicos de Ebla
estudiaron y extendieron el conocimiento de los sumerios. Los escribas y académicos
de Mari y de las ciudades de Mesopotamia que visitaban Ebla llevaban textos de su
tierra natal y regresaban con textos de Ebla.

La e ista “ ie tifi A e i a publica un artículo datado en septiembre de


1977 con los descubrimientos hechos en Ebla. Como ejemplo, destaca la enumeración
en la tableta nº 1860 de las cinco ciudades de la llanura: si-da-mu (Sodoma), e-ma-ra
(Gomorra), ad-ma (Adma), si-ba-i-um (Tseboim), be-la (Tsoar). El rey de Gomorra
mencionado en la tableta, Birsha, será el mismo que aparece en el Génesis (14:2) en
tiempo de Abraham.

LA BIBLIOECA DE ASURBANIPAL

Cuando los dioses crearon a los hombres,

les asignaron la muerte,

reservándose la inmortalidad para ellos solos.

Tú, más bien, llénate la panza,

permanece alegre día y noche,

haz fiesta todos los días,

danza y diviértete día y noche,

atavíate con ropas limpias, lávate,

báñate, mira tiernamente a tu pequeño que te tiende la mano

y haz feliz a tu mujer, apretada contra ti.


3
Pues esta es la única perspectiva de los hombres

Tres soberanos han sido reconocidos en la historia mesopotámica como


cultivadores de las letras: el rey de Ur-Sulgi, en la
primera mitad del siglo XXI; el rey de d´isin Lipit-
Estar, en la segunda mitad del XX; y, el que nos
atañe, el rey de Asiria, Asurbanipal.

Fue la última biblioteca creada en


Mesopotamia por los asirios, bajo el reinado de

3
De La Epopeya de Gilgamesh.
Asurbanipal (¿669 -631?). Descubierta por los ingleses a mediados del siglo XIX, en las
ruinas del palacio real, contiene unos 30.000 fragmentos de tablillas. Entre las tablillas
se encontró el famoso Poema de Gilga esh , considerado la obra poética más
antigua. Está integrada por múltiples tablillas de arcilla halladas en Mesopotamia y en
sitos arqueológicos de Siria, Palestina y Turquía. Esta obra cumbre de la literatura
universal reunió, a través de los siglos, la sabiduría mesopotámica desde sus inicios en
el 3000 a. C. El texto narra la creación del hombre a partir del barro, a imagen y
semejanza de la diosa madre. Ofrece la primera reflexión escrita sobre la búsqueda de
la felicidad y del sentido de la vida.

Al parecer lo que más interesaba a los escribas se relacionaba con lo


sobrenatural: predecir el futuro, evitar el mal, aplacar la ira de los dioses, exorcizar
demonios. Los fenómenos meteorológicos y astronómicos despertaban preguntas en
los astrólogos del reino; en la biblioteca del palacio se conservan cientos de
observaciones. Versiones cuidadosamente compiladas registran encantamientos,
himnos y oraciones. Menos del cinco por ciento de las tablillas del Ninive contenían lo
que podríamos llamar material literario o histórico. Había algunas listas de reyes y
crónicas, pero solo eran enumeraciones de gobernadores y acontecimientos carentes
de contextos geográficos, social o económico.

Arshubanipal no fue solamente un soberano con hambre de conquista, sino


ue ta ié u o de los de a o ultu a: do i a a el su e io, las ate áti as,… La
biblioteca que pretendía conseguir debería de tener todos los escritos, los más
importantes, al menos, de la literatura mesopotámica. Su interés era por los originales,
en todo caso, al menos una copia.

Se ha encontrado un documento, a este respecto, con instrucciones propias


ue di e: Yo e e ue t o ie , espe o ue ta ié tú te e ue t es ie . E
cuanto recibas esta carta, toma contigo a Shumma, a su hermano Bel-etir, a Appla y a
los hombres sabios de la ciudad de Borsippa y busca todas las tablillas que se
encuentren en sus casas, así como aquellas que hayan sido llevadas al templo de
Ezida…Bus a las aliosas tablillas que se encuentran en sus archivos y de las que no
existe ninguna copia en Asiria y envíamelas. He informado ya a los vigilantes del
templo y a Borsippa. Nadie debe negarte las tablillas. Si encuentras tablillas sobre las
que no te he escrito pero que consideres de valor para la biblioteca de palacio, cógelas
ta ié e ía elas .

Se han encontrado unas 10000 tablillas, si bien se supone que esta es una
cantidad reducida después de los ataques y saqueos que habría sufrido la ciudad de
Nínive a lo largo del tiempo. Algunos estudiosos la consideran, por esto, la mayor
biblioteca conocida del oriente antiguo.

BIBLIOTECA DE LAGASH

La ciudad de Lagash fue fundada por los sumerios hace más de 6.000 años. Se
han encontrado textos en los archivos del templo consagrado al dios E-Ninnu.
Estaríamos hablando de unas 3.000 tabillas de arcilla con inscripciones que guardan
registros de negocios, revelan detalles de la administración del antiguo templo, los
tipos de propiedades, el método de repartir tierras, contratos comerciales, industriales
y empresariales.

Parece ser que los archivos de Lagash se custodiaban en pequeñas


habitaciones que se comunicaban entre sí sin puertas, quedando, de este modo,
incomunicadas con el exterior.

Una pieza importante que se ha encontrado en


Lagash es la Estela de los buitres, serie de
grabados conmemorativos de la victoria del
rey Eannatum de Lagash sobre Umma, a finales
del período Dinástico Arcaico. La estela debe su nombre a ciertos fragmentos en los
que se puede ver cómo los soldados de Lagash desfilan en formación sobre un suelo
plagado de cadáveres, a los que acuden perros y los buitres.
VIII. Los textos hallados4

Parece ser que en una primera etapa, hasta aproximadamente el 2600 a.C., los
sumerios gozaron de una literatura oral, y sólo a partir de esa fecha comenzó a ser
puestas por escrito. La lengua de los textos podía ser sumeria, acadia o bien se usaban
las dos indistintamente. Los escritos lograron en general una alta calidad literaria, si
bien se considera que los mejores textos pertenecen a la etapa postsumeria, es decir,
algunos siglos después de desparecer la civilización sumerio-acadia.

Sería difícil, en un trabajo como el que nos atañe, hablar de todos los textos o
intentar abarcar todos los intereses que nuestros antepasados deseaban conservar por
escrito. Si bien es cierto que ya hemos hecho anteriormente una pequeña relación de
los motivos y los resultados de dichas grabaciones, pasamos a ver alguna que nos
resulta de interés tanto filológico, por cuanto nos cuentan los textos, como lingüístico,
diacrónica y sincrónicamente.

‘esulta i po ta te, ta ié pa a los histo iado es, a ueólogos, a t opólogos,…el


uso de ciertos vocablos, además de la existencia o no de estos para referirse a los
sucesos de la vida cotidiana. Como hemos mencionado cuando nos hemos referido a la
datación de las tablillas, la civilización sumeria utilizó recursos diversos para manejar
su cronología. Téngase en cuenta que tanto en sumerio como en acadio no existen
pala as pa a la te po alidad, o o tie po , pasado , p ese te , futu o ,… de
aquí que fuesen los acontecimientos impregnados en la memoria colectiva los que
servirían como nexo cronológico. “ea o o fue e, ese pasado o sig ifi ado po u
signo concreto contó con una gran importancia ideológica como garante del presente.
Así se refleja en muchos de los escritos encontrados, en los cuales todo lo ocurrido en
el pasado y su reflejo en el futuro es obra de un dios, derivado de su voluntad.
Contamos con textos y géneros literarios producidos por esta ideología: presagios
históricos, maldiciones, pseudoprofecías y pseudobiografías. Son numerosos los textos
de donde se extraen predicciones nefastas a partir del examen de las vísceras de
ciertos animales, comúnmente de las ovejas. Estos presagios se vinculaban a algún
hecho ya acaecido, normalmente a un rey o un alto mandatario:

4
Fue te pa a los te tos hallados : (Sanmartín & Serrano, 1998)
Si hay dos entradas de la vena umbilical y tres riñones, y a la derecha de la vesícula hay
dos endiduras que se van metiendo hacia dentro: es un presagio del rey de Apisal, a
quien tomó preso el rey Naram-Sin a través de una brecha. Si hay tres entradas de la
vena umbilical: los dioses del país reclamarán en palacio. Variante: presagio del rey
Ibbisin. Perdición (Sanmartín & Serrano, 1998, pág. 18)

Lo mismo ocurría cuando se quería entender el presente mediante los hechos


o u idos e el pasado. “i e a e esa io se fo za a su i te p eta ió . La Maldi ió de
Akkad , po eje plo, e e o a la dest u ió de la iudad a a os de los i aso es.
Esta desgracia se achacaría a un supuesto sacrilegio cometido por el rey acadio Naram-
Sim. El poema falsificaba la verdad histórica con el fin de distanciarse de los acadios.
Esta es un buen ejemplo de las pseudoprofecías que podemos encontrar en los textos
de la época.

Recordamos lo mencionado anteriormente en cuanto a la datación cotidiana de


la vida social y económica. Las transacciones comerciales, que dieron lugar a las
primeras escrituras, debían de ser fechadas con exactitud. La venta de un campo, la
compra de un esclavo, etc. Su función era la de garantizar el periodo de validez del
acto o su relación con otros actos legales anteriores o que ocurrirían con posterioridad.
Durante la primera mitad del tercer milenio a.C. se recurrió a la sucesión numérica de
los años de reinado de un soberano. En sustitución a este sistema muchas veces
equívoco se emplearon dos métodos: los nombres de año y los años epónimos —con
nombre de personajes importantes—. Los escribas de la corte serían los encargados de
tener al día el di io a io de años , así, po eje plo, te e os:

Año : A a sue a o e zó a ei a

Año : El ei A a sue a a asó la iudad de A il

Año 3: El rei Amarsuena hizo el trono del dios Enlil-de-la-aleg ía […] (Sanmartín &
Serrano, 1998)
Como podemos observar será un acontecimiento importante el que marque la
datación anual, si bien, cuando en un año no ocurría nada destacable se mencionaba el
nombre del año anterior como referencia. En los documentos se anotaba el nombre
del año completo, o abreviado ligeramente, para asegurar la datación.

Fuera de estos textos y apuntes cronográficos que merecen un estudio


considerable por todos los datos que ofrecen a los historiadores de estas antiguas
civilizaciones, las excavaciones ue se ha ido ealiza do a lo la go del tie po i situ
nos han desvelado textos de una valía inconmensurable desde el punto de vista
también filológico. Nos referimos a las inscripciones reales, documentos emanados de
la voluntad del rey para la preservación de su memoria individual: inscripciones
conmemorativas, en donde se celebraba la actuación del rey; etiquetas; inscripciones
votivas, o textos grabados sobre objetos ofrecidos a la divinidad; cartas al dios,
pidiendo favores etc. Además de estas, la literatura, en palabras mayúsculas, que nos
ha llegado de la civilización de Summer es considerable. Nos encontramos, pues, con
o as ue pod ía os o side a di ididas e dos g a des lo ues: épi as , itos
epopeyas; lí i as p o e ios . Enco t a os e t e ot as u has: El ito del
dilu io ; Des e so de I a a al u do i fe io ; El sueño de Du uzi ; Gilga esh
Agga de Kish ; Disputa e t e el e a o el i ie o ; Hi o de a o a “husi , et . 5

Para exaltación y honor a los dioses se concibieron numerosos himnos, entre


entre ellos destaca uno escrito por la hija de Sargón, Enkheduanna, dedicado a la diosa
Inanna. Importante también es el que cuenta la erección del templo de Eninnu, en el
que su autor anónimo ensalza las virtudes de Gudea de Lagash. Otro género, aunque
menor en número, es el ensayo histórico, género en el que cabe encuadrar a la Estela
de los buitres y el prisma que contine la Lista real sumeria.

Las llamadas Instrucciones de Shuruppak es una de las más antiguas obras


literarias que se conocen, es u o de los ue se de o i a te tos de sa idu ía
sume ios . Se trata de un género de literatura común en el Próximo Oriente Antiguo
que trata de enseñar temas morales, inculcar virtudes y preservar los altos valores de

5
Para una consulta de la antología sumeria: (Pérez García, 2011)
la comunidad. La más antigua copia conocida de las Instrucciones de Shuruppak es la
tablilla de Abu Salabikh, hallada en este yacimiento cercanoa Nippur en Mesopotamia
sur, en el actual Iraq, una pequeña ciudad-estado sumeria del III milenio a.C. excavada
por la expedición americana del Oriental Institute de Chicago en 1963 y 1965, y otra
por una expedición británica de la British School de Arqueología en Iraq (1975–89).

El texto comienza así: E a uellos días, e u o e to u a tiguo, e


aquella remota os u idad, e a uellos a tiguos tie pos.

Las elegías sumerias narran las penalidades sufridas por este pueblo. Las más
conocidas son Elegía por la destrucción de Lagash, Elegía por la destrucción de Ur y
Lamento por Sumer y Ur. Los poemas de amor estaban dedicados tanto
a dioses (Martu, Dumuzi, Inana) como a reyes (Shu-sin). De gran calidad, trataban del
matrimonio sagrado, una ceremonia que se repetía al comienzo de cada año.
Por último, hay que citar una literatura de corte didáctico, en la que abundan los
proverbios, los argumentos o las instrucciones. En este apartado hay que destacar
obras como El hombre y su dios, el Almanaque del agricultor o las Instrucciones de
Shurupak. 6

Queremos traer aquí alguna de las reflexiones que se están haciendo sobre el
tema, sobre todo cuando se trata de grandes expertos en la Mesopotamia antigua,
como es el caso de Michalowski7. Al parecer, contrariamente a lo supuesto, los
escribas ni formarían una clase especial ni un grupo poco numeroso. Según el experto,
no existirían escribas como hoy en día lo entendemos. Sería comerciantes,
mercaderes, etc., que sabían escribir (sobre todo contratos y cuentas). Esto no supone,
en cambio, que estuviesen versados en literatura. Resulta, entonces, que el hecho de
que la literatura sumeria sea escasa en comparación se debe a que esta no habría
tenido ninguna función práctica, lo que lleva a que bien pocos serían capaces de
redactar complejos textos literarios. Este dominio solo estaba al alcance de unas pocas
casas nobles, y servía para demostrar la pertenencia a una élite. Por lo tanto, la
sociedad mesopotámica no habría sido una sociedad letrada. La poca importancia de la

6
En http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/7590.htm
7
En http://tochoocho.blogspot.com.es/2011/11/los-sumerios-unas-figuras-literarias.html
literatura escrita habría sido debida a que los textos referentes al pasado y a los dioses
habrían pertenecido a la tradición oral. La escritura no habría servido para conocer el
pasado, sino para negociar con los problemas del presente (y del futuro). El pasado era
plenamente conocido; no necesitaba ser puesto por escrito. Solo a partir de la primera
mitad del segundo milenio a.C., tras profundas revueltas en Babilonia, el conocimiento
de este legado se habría estado perdiendo, apareciendo entonces la necesidad
de escribirlo, lo que corresponde bien con los descubrimientos arqueológicos. La
literatura sumerio-acadia aparece en época relativamente tardía, mucho más tarde
que la invención de la escritura: casi dos mil más tarde.
Bibliografía consultada:

Haarmann, H. (2001). Historia Universal de la Escritura. Madrrid: Gredos.

J.T.Hooker. (1990). Reading the past. California: University of California Press.

Klass R. Veenhof et alii. . (1986). Cuneiform archives and libraries, 30 Rencontre


Assyriologyque Internationale. Instanbul: Klass R. Veenhof.

Klíma, J. (2007). Sociedad y cultura en la antigua Mesopotamia. Madrid: Ediciones


Akal.

Pérez García, J. M. (2011). Literatura sumeria. Antología de textos épicos y líricos.


Eunoé.

Sanmartín, J., & Serrano, J. M. (1998). Historia antigua del Próximo Oriente. Madrid:
Akal.

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