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Los factores de combustible, comburente y calor se representan a menudo con un triángulo: el triángulo del
fuego. La supresión de uno de los lados del triángulo, un factor, hace imposible que se produzca un
incendio, e incluso extingue alguno que esté en curso.
Combustible
Cualquier sustancia capaz de arder en presencia de una energía de activación; es decir, cualquier
sustancia capaz de combinarse con un comburente en una reacción rápida y exotérmica. El grado de
in amabilidad de los combustibles condiciona la fuente de in amación para que ocurra un incendio.
Las sustancias in amables y las fácilmente in amables pueden llegar a in amarse en el aire a
temperatura ambiente sin necesidad de una fuente de in amación o tras un breve contacto con una
de ellas.
Comburente
Aunque un comburente es cualquier agente oxidante capaz de oxidar un combustible, este término se
suele aplicar a mezclas de gases en las que el oxígeno esté en proporción su ciente para que se inicie
y desarrolle la combustión, ya que el oxígeno (O2) es el oxidante más común y es el comburente más
usual en fuegos e incendios. Por otro lado, algunos compuestos tales como la nitrocelulosa, al
contener en su composición ambos agentes, oxidante y reductor, pueden sufrir combustión sin más
aporte externo que la energía de activación. Para que se desarrolle la combustión habitualmente es
necesaria la presencia de una proporción mínima de oxígeno en el ambiente (por debajo del 15%
generalmente el fuego se apaga). Esta proporción mínima se determina por medio del ensayo del
índice crítico de oxígeno.
Para que un fuego se inicie es necesario que los reactivos (comburente y combustible) se encuentren
en condiciones favorables en las que pueda producirse la reacción. La energía de activación aportada
por los focos de ignición tiene diversos orígenes. Es importante tener en cuenta que la energía mínima
necesaria para que la reacción se inicie se denomina energía de activación y es proporcionada por las
fuentes de ignición, que pueden ser llamas abiertas, super cies calientes, chispas eléctricas, brasas
(cigarrillos), etc.
La reacción de combustión, genera productos de combustión (humos, gases, residuos sólidos) y mucho
más calor del que había inicialmente. Cuando este calor se reinvierte en promover el desarrollo de nuevas
reacciones químicas en cadena el proceso de combustión se vuelve incontrolable, y si no se elimina alguno
de los tres factores que determinan la posibilidad del incendio este no se extingue.
El origen de los incendios se puede clasi car según el tipo de energía de activación:
Origen químico: Cualquier reacción exotérmica provoca calor, lo que puede originar un incendio.
Origen mecánico: Los choques o roces entre metales generan calor y chispas, que pueden aportar la energía
necesaria para iniciar un incendio.
Origen eléctrico: El paso de una corriente eléctrica provoca calor, lo que es usualmente la causa de numerosos
incendios.
Origen natural o atmosférico: Como por ejemplo los incendios causados por rayos.
La posibilidad de estas reacciones en cadena constituye un cuarto factor que permite el fenómeno de la
progresión espontánea del incendio y su propagación en el espacio y tiempo. Así se forma el llamado
tetraedro del fuego (es un tetraedro y no un cuadrado ya que de esta manera se expresa la relación
inherente de cada lado con los demás).
Las acciones capaces de impedir las reacciones en cadena son e caces para limitar la propagación del
incendio y facilitar su extinción.
Tipos de incendios
Los incendios pueden clasi carse en función de multitud de parámetros:
Fuegos Clase A
Son fuegos de combustibles comunes, tales como madera, papel,
géneros, cauchos y diversos plásticos.
Fuegos Clase B
Son fuegos en líquidos in amables, aceites, grasas, alquitranes,
pinturas a base de aceite, lacas y gases in amables.
Fuegos Clase C
Son fuegos que involucran equipo eléctrico energizado, donde es
importante la no conductividad eléctrica del agente de extinción
(cuando el equipo eléctrico es desenergizado se puede utilizar con
seguridad extintores de Clase A y B).
Fuegos Clase D
Son fuegos en metales combustibles, tales como magnesio, titanio,
zirconio, sodio, litio y potasio, que al arder alcanzan temperaturas
muy elevadas (2.700° a 3.300° C)
Existen otras clasi caciones internacionales para los distintos tipos de fuego, una importante de conocer es
la que plantea la norma europea, donde la clasi cación considera Clase C para fuegos de gases, como
acetileno, butano, metano, etc. Además, incorpora una Clase F, para fuegos derivados de la utilización de
ingredientes para cocinar (aceites y grasas vegetales o animales) en los aparatos de cocina. No considera
fuegos de origen eléctrico (antigua clase E para la norma europea), planteando que la electricidad no es un
combustible, si esta no existiera (o se hubiera cortado la alimentación eléctrica), el combustible de niría la
clase de fuego, generalmente pasa a ser de Clase A.
Foco plano
Cuando el incendio se mani esta sobre el plano horizontal con predominio dimensional sobre el
vértice y la disposición del producto que arde no queda oculta a la observación directa del incendio
desde cualquier punto. Pueden ser incendios de combustibles líquidos, charcas o sólidos dispersos y
próximos.
Foco vertical
Cuando el incendio se mani esta en varios planos horizontales o inclinados y verticales, o cuando
varias zonas en combustión quedan ocultas a la observación. Por ejemplo: pacas de paja (bloques de
faja), apilamientos, etc.
Foco alimentado
Esta transmisión se entiende como el paso de calor de los cuerpos más calientes a los de menor
temperatura con el n de estabilizar el sistema energético y conseguir un equilibrio.
La magnitud de la transferencia térmica es, por lo tanto, la cantidad de calor por unidad de tiempo.
Incendios Estructurales
Se entiende por incendio estructural aquel que se produce en una estructura creada por el hombre: casa,
edi cios, locales comerciales, entre otros.
La gran mayoría de los incendios estructurales son provocados por el hombre, ya sea por negligencias
descuidos en el uso de fuego, por fallas, o falta de mantención, de los sistemas eléctricos o de gas. Entre
las principales causas de estos incendios se encuentran los accidentes domésticos, fallas eléctricas,
manipulación inadecuada de líquidos in amables, fugas de gases combustibles, acumulación de basura,
uso de velas, artefactos de calefacción en mal estado, entre otros.
Incendios Forestales
Un incendio forestal es un fuego que, cualquiera sea su origen y con peligro o daño a las personas, la
propiedad o el ambiente, se propaga sin control en terrenos rurales, a través de vegetación leñosa,
arbustiva o herbácea, viva o muerta. Es decir, es un fuego injusti cado y descontrolado en el cual los
combustibles son vegetales y que, en su propagación, puede destruir todo lo que encuentre a su paso.
El origen de los incendios forestales, recae en la acción humana. El 99,7% de los incendios se inician ya sea
por descuidos o negligencias en la manipulación de fuentes de calor, por prácticas agrícolas y por
intencionalidad (con motivaciones de distinto tipo, incluso la delictiva).
Sin embargo, en ciertas áreas del mundo, los rayos también han ocasionado incendios, contribuyendo al
desarrollo de algunas formaciones vegetales, eliminando especies ya sobremaduras, estimulando la
semillación, abriendo espacios y creando condiciones para la regeneración natural.
Pero lamentablemente este no es el caso de Chile, en donde toda la vegetación es sensible al fuego y en la
que el daño no solo es producto de su quema y destrucción, sino que además, afecta al suelo, a la fauna, al
aire, al ciclo del agua y, en general, al entorno del ser humano y a las propias personas.
Estos daños, tanto económicos como ambientales y sociales, provienen de los 6.000 a 7.000 incendios
forestales que se inician en Chile cuando las condiciones ambientales (carencia de lluvias, mayor
temperatura del aire, los ujos de viento sur y las condiciones climáticas que se dan desde la primavera de
un año hasta el otoño del siguiente) favorecen la ignición de la vegetación combustible a causa de una
fuente de calor aportada por el ser humano.
Al igual que en otras áreas del mundo, unos pocos incendios de magnitud en Chile concentran los recursos
de combate, concitan la preocupación nacional y, en conjunto, representan el 60% de la super cie afectada
en el país. Su número es de solo un 0,6 a 0,9% del total, pero su impacto es signi cativo.
En Chile operan dos sistemas de protección contra incendios forestales claramente de nidos. Uno está
constituido por la acción del sector forestal privado, donde grandes empresas forestales, como Forestal
Arauco S.A, Forestal Mininco, MASISA, Bosques Cautín, protegen con sus propios recursos más de un millón
y medio de hectáreas de plantaciones forestales, principalmente desde la Región del Maule a la de la
Araucanía.
El segundo corresponde a la acción del Estado que se centra en la Corporación Nacional Forestal (CONAF).
La CONAF, en su calidad de servicio forestal nacional y entre sus variadas acciones, gestiona un Programa
de Manejo del Fuego para la protección contra incendios forestales en el resto del país, tanto para
resguardar al Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Estado (SNASPE), como para contribuir a la
protección de terrenos rurales privados de medianos y pequeños propietarios y para proteger la integridad
de las personas y sus bienes en áreas de interfaz urbano forestal, es decir en terrenos donde las viviendas
tienen un entorno cubierto con vegetación combustible.
La plani cación de los recursos destinados a la detección, ataque, control y extinción de los incendios
forestales se realiza sobre la base territorial administrativa geopolítica, en que se desarrollan planes de
protección contra incendios a nivel comunal en función de tres parámetros:
Componentes de riesgo.
Peligro.
Daño potencial.
En Chile es la CONAF quien está encargada de la plani cación de las actividades de prevención, uso del
fuego, combate y control de incendios forestales en terrenos públicos, parques nacionales, reservas
nacionales, propiedades de pequeños y medianos propietarios y en las zonas denominadas de interfase.
Todo esto se realiza por medio del Departamento de Protección contra Incendios Forestales (DEPRIF) quién
coordina y gestiona los recursos a través de sus distintas áreas.
Incendios de Interfase
Los incendios de interfase pueden ocurrir en los lugares donde las construcciones y los combustibles
forestales (vegetación) se unen en un límite bien de nido. También los incendios se pueden generar en la
intermix, donde los combustibles forestales y las construcciones se entremezclan sin claridad ni límite
de nido.
Por lo general, los incendios en la interfase forestal/urbana provocan enormes daños, dando lugar a
grandes pérdidas económicas y tienen graves repercusiones sociales. Incluso en muchas ocasiones
implican altos costos de extinción, pérdida de los recursos forestales adyacentes y provocan un aumento de
inseguridad en la población.
El impacto sobre los residentes puede incluir trauma emocional, la pérdida o daños a viviendas y elementos
irremplazables, e incluso la muerte o graves lesiones. Los costos nancieros incluyen la pérdida o daños de
infraestructura, interrupción de negocios, y costo en la recuperación del medio ambiente, así como el
control directo del fuego y gastos de evacuación.
El fuego en la interfase también puede propagarse rápidamente a través de los terrenos agrícolas. Las
condiciones de sequía, vientos fuertes, y la acumulación de combustibles ligeros (pasto o rastrojos
agrícolas) pueden sentar las bases para destructivos incendios de interfase en áreas situadas lejos de los
bosques propiamente tales.
Además, ponen en situación de riesgo de pérdida a las construcciones y equipos, cultivos, alimentos, suelo,
ganado e infraestructura agrícola (cercas, puentes, alcantarillas, sistemas de riego y líneas eléctricas).
Con esto concluimos este artículo. Ahora puedes continuar tu aprendizaje con el contenido nal que
corresponde a los riesgos sanitarios.
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2023