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La antigua isla de La Española, actualmente isla de Santo Domingo, había sido colonizada por los
españoles, que, poco interesados en ella, cedieron a finales del siglo XVII la mitad occidental de
la isla (el actual Haití) a los franceses. Los movimientos independentistas, iniciados con el siglo
XIX, habían sufrido numerosos vaivenes. En 1821, cuando Duarte era todavía un niño, José
Núñez de Cáceres proclamó la independencia de la mitad oriental de la isla (actual República
Dominicana). Pero el nuevo estado fue ocupado y sometido un año después por Jean-Pierre
Boyer, presidente de Haití, que había alcanzado la independencia de Francia muchos años antes.
La Trinitaria.
A diferencia, pues, de otros libertadores, Juan Pablo Duarte no había de luchar contra una
metrópoli europea para lograr la independencia de la antigua parte española de la isla, sino contra
la dominación haitiana. Fue en el seno de la clase media urbana donde los planteamientos de
Duarte encontraron mayor eco. Pero, por aquel entonces, casi toda la aristocracia y demás grupos
dirigentes se hallaban conformes con el régimen haitiano, razón por la cual fue imposible obtener,
en los primeros años, su cooperación.
A medida que iba ensanchándose el movimiento, Duarte comprendió que se hacía imprescindible
crear una organización que, siguiendo el modelo de las sociedades europeas de los Carbonarios,
asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Así surgió la sociedad La Trinitaria (1838),
cuyo objeto era liberar al país del dominio de Haití. El lema de esta sociedad fue "Dios, Patria y
Libertad". Luego surgió la sociedad La Filantrópica, que realizó una importante labor de
propaganda mediante la representación de piezas teatrales.
La Primera República.
Pese a ello, las ideas independentistas de Duarte habían calado y siguieron ganando adeptos, y el
27 de febrero de 1844 sus seguidores declararon la independencia del país. Bajo el liderazgo de
Francisco del Rosario Sánchez, y tras capitular las guarniciones haitianas en la capital y otras
ciudades, la causa independentista triunfó; los haitianos fueron expulsados a la antigua parte
francesa de la isla y se configuraron las fronteras actuales entre Haití y la República Dominicana.
El 14 de marzo de 1844, Juan Pablo Duarte fue recibido por el nuevo gobierno provisional (la
Junta Central Gubernativa) como un héroe nacional y nombrado general del ejército. El triunfo
del movimiento independentista impulsó al nuevo presidente haitiano Charles Hérard (1843-
1844) a invadir la recién creada República Dominicana con un ejército dividido en dos cuerpos,
de los cuales uno penetró por el norte y otro por el sur. Correspondió a Pedro Santana enfrentarse
a este último y lograr una resonante victoria en Azua, el 19 de marzo.
Así las cosas, la Junta Central Gubernativa ordenó a Duarte que se dirigiera a Baní, con una
fuerza militar organizada por Pedro Alejandrino Pina, a fin de llegar a un acuerdo con Pedro
Santana sobre la estrategia a seguir contra Haití. Al no ser posible este acuerdo, Duarte requirió de
la Junta la necesaria autoridad para actuar por su cuenta. Pero la Junta estaba dominada por
Tomás Bobadilla, representante junto con Santana del sector denominado colonialista, que
consideraba inviable una república independiente y era partidario de someterse a una metrópoli
europea.
La Junta respondió ordenando a Juan Pablo Duarte que regresara con sus tropas a la capital: el
desacuerdo entre el sector colonialista conservador y el duartismo liberal e independentista se
hizo evidente, y acabó con el triunfo del primero. Pedro Santana fue nombrado primer presidente
de la República Dominicana (1844-1848) y eliminó la facción rival declarando traidores y
enviando al destierro a Juan Pablo Duarte y a sus más significados seguidores, entre ellos
Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Mella.
Tras un primer exilio en Hamburgo, Juan Pablo Duarte partió a la isla caribeña de Saint Thomas;
luego siguió rumbo a Venezuela, país en el que estuvo doce años. Poco se sabe de la vida de Juan
Pablo Duarte durante este período. Es muy probable que no tuviera noticias del decreto de
amnistía que, en favor de él y de sus compañeros, había promulgado a principios de septiembre de
1848 el gobierno de Manuel Jimenes (1848-1849), sucesor de Santana.
Pedro Santana ejerció otras dos veces la presidencia: entre 1853 y 1856 y entre 1858 y 1861. Al
final de este último mandato, el presidente Santana decidió anexionar el país a España, poniendo
fin a la Primera República Dominicana. Pretendía con ello acabar con la amenaza haitiana y
perpetuase en el poder, pues aceptó a cambio el cargo de primer gobernador de la Provincia
española de Santo Domingo.
Estalló entonces la llamada Guerra de Restauración (1863-1865) entre los partidarios de mantener
la anexión a España y los independentistas, cuyo objetivo era restaurar la República y que
tuvieron en Gregorio Luperón su más capacitado líder militar. Juan Pablo Duarte regresó a su
patria el 25 de marzo de 1864 y fue encargado de recorrer América del Sur en busca de ayuda
para la causa independentista.
En noviembre se hallaba ya en Venezuela, donde recibiría las noticias del triunfo del gobierno
restaurador y del nacimiento de la Segunda República Dominicana. Pero, tras varios presidentes
efímeros, el general José María Cabral se hizo cargo del nuevo gobierno, y Juan Pablo Duarte fue
nuevamente condenado al ostracismo, esta vez por sus propios partidarios, que no supieron
reconocer su aportación a la causa independentista. Enfermo de cuerpo y alma, su vida se fue
apagando en su retiro forzoso de Caracas, donde falleció el 15 de julio de 1876.