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Las fuentes de energía limpia, obtenidas de fuentes naturales y caracterizadas por ser

inagotables o renovables, abarcan diversas formas como la energía solar, eólica, hidráulica,
geotérmica, mareomotriz, undimotriz, biomasa y biogás. A pesar de que la energía nuclear es
no contaminante, su exclusión de las energías limpias se basa en la preocupación de ciertos
sectores sobre el manejo ambientalmente perjudicial de los desechos nucleares.

Energía solar

La energía solar se basa en la radiación solar que llega a la superficie terrestre desde el Sol.
Esta radiación no es constante en toda la Tierra ni a lo largo del año, variando según la latitud.
En el ecuador, la radiación es constante durante todo el año, pero alejándonos hacia el norte o
el sur, experimentamos variaciones estacionales. En el hemisferio norte, hay menos radiación
cerca del solsticio de invierno y más cerca del solsticio de verano. En el hemisferio sur, la
situación es inversa. La meteorología diaria, como días nublados, afecta la radiación, al igual
que la claridad atmosférica; zonas con contaminación pueden recibir menos radiación que
áreas con atmósfera clara, como en una región montañosa.

Energía eólica

Otro tipo de fuente renovable es el viento: aprovechamos la velocidad de las grandes


corrientes de aire. El viento depende, a nivel macroscópico, de las corrientes de aire globales y
de los cambios de temperatura anuales de la Tierra. Además, también depende de la orografía
del terreno: en las líneas de cresta montañosas es mayor que en las vertientes de las
montañas.

En las zonas de costa se da un efecto de brisa marina. Esto se debe a que la radiación solar
hace aumentar la temperatura de la tierra, durante el dia, y al atardecer hay una diferencia de
temperatura entre la superficie terrestre y el mar, por lo que las masas de aire de sobre la
tierra se calientan y suben, y así entra aire del mar. Durante la noche, en cambio, la tierra se
enfría más que el mar, que mantiene una temperatura mucho más constante, así que a
primera hora de la mañana pasa al revés, las masas de aire que hay encima del mar suben
cuando se calientan y las masas de aire de la zona de la tierra se desplazan hacia el mar. Hay
otro factor que afecta al viento: los grandes accidentes geográficos, como, por ejemplo, en el
caso de la península Ibérica, el valle del rio Ebro, donde el viento es abundante.

La energía de la Tierra

La energía térmica de la Tierra, que es lo que se conoce como energía geotérmica.


Directamente, en zonas termales, encontramos fuentes de agua caliente. En las zonas en que
no hay aguas termales también es posible aprovechar la temperatura del terreno, puesto que
esta es constante a lo largo del año a una profundidad aproximada de dos metros, y
equivalente, en término medio, a la temperatura media anual del lugar.

La energía del agua

El movimiento del agua, ya sea en los descensos de los ríos o en las oscilaciones de las olas del
mar, también se puede aprovechar para extraer energía. En los ríos, lo más interesante son los
desniveles, es decir, lo que aprovechamos es la energía del agua cuando baja de un punto alto
a un punto bajo. Cuando el agua no tiene desnivel aprovechamos el paso de su caudal, aunque
sea lento; así podemos extraer la energía que contienen grandes masas de agua. Una última
opción, es aprovechar las oscilaciones de la superficie del mar, las olas y las mareas, y también
los movimientos de las corrientes oceánicas.
La energía de la materia orgánica

La materia orgánica también puede ser una fuente de energía renovable. De hecho, el
consumo de leña en una chimenea es un aprovechamiento de energía renovable. En este
sentido es importe te remarcar que la leña, o biomasa, será renovable mientras la consumimos
a un ritmo que permita su recuperación. Si en un año talamos más leña de un bosque que la
que crece, el consumo ya no será renovable, porque estaremos sobreexplotando el recurso y
se acabará agotando. Si en cambio lo consumimos a un ritmo adecuado, nos aseguramos de
que siempre existirá el recurso y podremos afirmar que se trata de una fuente renovable. Otra
fuente pueden ser los residuos orgánicos de cocina. Estos residuos pueden generar gas
(denominado biogás) que se puede quemar y obtener así energía. También se pueden
transformar ciertos cultivos (aceites de soja, de palma, etc.) en biocombustibles, que pueden
sustituir el petróleo en los vehículos. Este tipo de aprovechamiento puede causar problemas
ambientales o sociales en las zonas donde se cultivan, puesto que ciertas zonas que tendrían
que servir para cultivar alimentos para la población de la zona o que tienen un valor ecológico
notable (como por ejemplo la selva primaria) se destruyen para hacer cultivos energéticos y
exportarlos (Dovi, et. al,2009).

Perspectiva

De acuerdo a la ONU para evitar los impactos más negativos del cambio climático, es necesario
reducir las emisiones a casi la mitad en 2030 y alcanzar el cero neto en el año 2050. Sin
embargo, los combustibles fósiles dan cuenta todavía de más del 80 % de la producción de
energía en todo el mundo, aunque las fuentes de energía más limpias cada vez ganan más
fuerza. Cerca del 29 % de la electricidad proviene actualmente de fuentes de energía
renovables.

Actualmente, las energías renovables suponen, en realidad, la opción más asequible en la


mayor parte del mundo. Los precios en tecnología para las energías renovables disminuyen
con rapidez. El coste de la electricidad proveniente de la energía solar cayó alrededor del 85 %
entre los años 2010 y 2020. Los costes relacionados con la energía eólica con ubicaciones en
tierra y en alta mar bajaron cerca de un 56 % y un 48 %, respectivamente.

Esta caída de los precios hace que las energías renovables sean más atractivas en cualquier
lugar, incluso en los países con rentas medias o bajas, de donde procederá principalmente la
demanda adicional de esta nueva electricidad. Con unos costes a la baja, existe una
oportunidad real de que, en los próximos años, la mayor parte del suministro energético
provenga de fuentes con bajas emisiones de carbono.

En 2030, la electricidad más económica con su origen en fuentes renovables podría aportar el
65 % de todo el suministro de energía eléctrica a escala mundial. Y para el año 2050, podría
llegarse a descarbonizar el 90 % del sector energético, lo que supondría un recorte masivo de
las emisiones de carbono y ayudaría a mitigar los efectos del cambio climático.

Aunque la energía solar y la energía eólica suponen un gasto elevado en 2022 y 2023 en
comparación con los niveles anteriores a la pandemia debido a una subida general de los
costes en el transporte y los bienes de consumo, su competitividad mejora sin lugar a dudas
gracias a unas subidas más definidas en los precios del gas y el carbón, tal como declara la
Agencia Internacional de Energía (o IEA, por sus siglas en inglés).
En este contexto, la transición hacia una economía basada en energías verdes es capaz de
generar una demanda significativa de nuevos avances. Entre otras cosas, se necesitará fabricar
paneles solares y turbinas eólicas, instalar y mantener sistemas funcionales, o investigar y
desarrollar tecnologías innovadoras. Todo ello es un reto muy complejo, pero a su vez,
contribuirá con la creación de empleos en múltiples sectores, y estimulará las economías de
nuestras comunidades.

Inconvenientes

Europa han categorizado las barreras para el impulso de la energía limpias. Los autores
establecen cuatro dimensiones en su análisis: económica, política, sociotécnica y de gestión, e
incluyen en estas, una serie de factores específicos que han limitado su desarrollo y que se
resumen a continuación (Reinoso, 2023)

Económicas

 Percepción de que los costos de los sistemas de energía limpia y su mantenimiento son
altos en relación con los sistemas convencionales
 Falta de voluntad de bancos para financiar proyectos de energía renovable.
 Falta de fondos internacionales para el desarrollo de proyectos de energía renovable.
 Inestabilidad política que resulta una situación poco atractiva para inversionistas
 Bajos ingresos de la población para adquirir sistemas de energía renovable.

Políticas

 Subvenciones a los combustibles fósiles


 Estructuras regulatorias rígidas con excesivos procesos burocráticos
 Políticas insuficientes o inefectivas y esquemas de subsidios inconsistentes que
desalientan a los inversores
 Falta de regulación en las tarifas de ERNC (entre esto la falta de institucionalización de
tarifas de alimentación -FIT-)
 Falta de coordinación de políticas energéticas
 Favorecimiento de unas fuentes de generación energéticas sobre otras
 Falta de participación de distintos actor res en la planificación energética y falta de
estrategia política de innovación

Sociotécnicas

 Escepticismo sobre de la calidad de sistemas elaborados en Asia particularmente en


China
 Falta de educación energética y escaso conocimiento en la población
 Percepciones sobre la complejidad de los sistemas de energía renovable. (bajo
almacenamiento y capacidad de energía)
 Preocupaciones sobre su funcionamiento de los sistemas de energía limpia en épocas
críticas, así como requerimientos de espacios grandes para su colocación
 Poco interés del sector privado en el mercado fotovoltaico, eólico, etc.

De gestión

 Inadecuada estrategia de negocio en el mercado, así como los mecanismos de


financiamiento, de mantenimiento y de asistencia técnica de los sistemas instalados
(sobre todo en lugares remotos)

Por otro lado, Olivera et. al (2022) menciona que las energías limpias también producen
problemas cuya relevancia no es insignificante, la biomasa genera deforestaciones y pérdida
de algunas especies, demandas en el territorio. Las presas hidráulicas generan impactos
ecológicos en la biodiversidad de agua dulce, emisiones de metano y desplazamiento de
poblaciones. La energía fósil, a lo largo de los siglos ha sido vital para el crecimiento
exponencial de la economía global. El uso de este tipo de energía sustituyó el trabajo animal y
humano. Las energías limpias se ven limitadas por su flujo, lo que las hace económicas, pero
con menor productividad y reserva que las alimentadas con reservas, como los combustibles
fósiles. La producción de energías renovables requiere de una enorme cantidad de minerales,
lo que implica extracciones abismales de litio, cobalto y níquel. Esta demanda también
generará conflictos de desigualdad en puntos de extracción y emisiones de GEI, comercio y
transporte al trasladar las materias primas, ensamblar y comercializar las energías. La
configuración de poder en el sistema energético posee zonas que considera “centros” y
“periferias”, resultado del extractivismo o colonialismo climático. Los minerales para
desarrollar estos proyectos se encuentran en Baotou, Mongolia, China, Chile, Bolivia y Congo;
la extracción de estos minerales ha afectado el ambiente y la salud de las poblaciones
aledañas, creando zonas de sacrificio. La minería requiere de grandes cantidades de territorio
para la generación de energías renovables, generando pérdida de biodiversidad,
contaminación del agua y devastación del paisaje. Aunado a esto, la violencia utilizada para
desplazar a las comunidades es otro de los problemas importantes. El uso de la tierra para
producir energía solar o eólica compite con la producción de alimentos, desatando más
conflictos de interés

Dovì, VG, Friedler, F., Huisingh, D. y Klemeš, JJ (2009). Energía más limpia para un futuro
sostenible. Revista de Producción Más Limpia , 17 (10), 889-895.
Afonso, J. (2023). La adopción de energías renovables, clave en la transición energética.
Recuperado de https://elperiodicodelaenergia.com/la-adopcion-de-energias-renovables-clave-
en-la-transicion-energetica/
Reinoso Recalde, G. P. (2023). Obstáculos a la transición energética en Ecuador: el caso de la
generación eléctrica a partir de fuentes fotovoltaicas (Master's thesis, Quito, EC: Universidad
Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador).
Olivera, Beatriz, Carlos Tornel y Aleida Azamar [2022], Minerales críticos para la transición
energética. Conflictos y alternativas hacia una transformación socioecológica. Capítulo 4,
CDMX, Engenera, Fundación Heinrich Böll y UAM-

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