Son fuentes de energía limpias, inagotables y crecientemente competitivas. Se diferencian
de los combustibles fósiles principalmente en su diversidad, abundancia y potencial de aprovechamiento en cualquier parte del planeta, pero sobre todo en que no producen gases de efecto invernadero –causantes del cambio climático- ni emisiones contaminantes. Además, sus costes evolucionan a la baja de forma sostenida, mientras que la tendencia general de costes de los combustibles fósiles es la opuesta, al margen de su volatilidad coyuntural. El crecimiento de las energías limpias es imparable, como queda reflejado en las estadísticas aportadas en 2015 por la Agencia Internacional de la Energía (AIE): representan cerca de la mitad de la nueva capacidad de generación eléctrica instalada en 2014, toda vez que se han constituido en la segunda fuente global de electricidad, sólo superada por el carbón. De acuerdo a la AIE, la demanda mundial de electricidson fuentes de energía limpias, inagotables y crecientemente competitivas. Se diferencian de los combustibles fósiles principalmente en su diversidad, abundancia y potencial de aprovechamiento en cualquier parte del planeta, pero sobre todo en que no producen gases de efecto invernadero – causantes del cambio climático- ni emisiones contaminantes. Además, sus costes evolucionan a la baja de forma sostenida, mientras que la tendencia general de costes de los combustibles fósiles es la opuesta, al margen de su volatilidad coyuntural. El crecimiento de las energías limpias es imparable, como queda reflejado en las estadísticas aportadas en 2015 por la Agencia Internacional de la Energía (AIE): representan cerca de la mitad de la nueva capacidad de generación eléctrica instalada en 2014, toda vez que se han constituido en la segunda fuente global de electricidad, sólo superada por el carbón. De acuerdo a la AIE, la demanda mundial de electricidad aumentará un 70% hasta 2040,- elevando su participación en el uso de energía final del 18% al 24% en el mismo periodo- espoleada principalmente por regiones emergentes (India, China, África, Oriente Medio y el sureste asiático). ad aumentará un 70% hasta 2040,-elevando su participación en el uso de energía final del 18% al 24% en el mismo periodo- espoleada principalmente por regiones emergentes (India, China, África, Oriente Medio y el sureste asiático). El desarrollo de las energías limpias es imprescindible para combatir el cambio climático y limitar sus efectos más devastadores. El 2014 fue el año más cálido desde que existen registros. La Tierra ha sufrido un calentamiento de 0,85ºC de media desde finales del siglo XIX, apunta National Geographic en su número especial del Cambio Climático de noviembre de 2015. En paralelo, unos 1.100 millones de habitantes, el 17% de la población mundial, no disponen de acceso a la electricidad. Igualmente, 2.700 millones de personas –el 38% de la población global- utilizan biomasa tradicional para cocinar, calentarse o iluminar sus viviendas con grave riesgo para su salud. Por eso, uno de los objetivos establecidos por Naciones Unidas es lograr el acceso universal a la electricidad en 2030, una ambiciosa meta si se considera que, según las estimaciones de la AIE, todavía habrá en esa fecha 800 millones de personas sin acceso al suministro eléctrico, de seguir la tendencia actual. Las energías renovables han recibido un importante respaldo de la comunidad internacional con el ‘Acuerdo de París’ suscrito en la Cumbre Mundial del Clima celebrada en diciembre de 2015 en la capital francesa. El acuerdo, que entrará en vigor en 2020, establece por primera vez en la historia un objetivo global vinculante, por el que los casi 200 países firmantes se comprometen a reducir sus emisiones de forma que el aumento de la temperatura media del planeta a final del presente siglo quede “muy por debajo” de los dos grados, -el límite por encima del cual el cambio climático tiene efectos más catastróficos- e incluso a intentar dejarlo en 1,5 grados. La transición hacia un sistema energético basado en tecnologías renovables tendrá asimismo efectos económicos muy positivos. Según IRENA (Agencia Internacional de Energías Renovables), duplicar la cuota de energías renovables en el mix energético mundial hasta alcanzar el 36% en 2030 supondría un crecimiento adicional a nivel global del 1,1% ese año (equivalente a 1,3 billones de dólares), un incremento del bienestar del 3,7% y el aumento del empleo en el sector hasta más de 24 millones de personas, frente a los 9,2 millones actuales. VENTAJAS PRINCIPALES DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES: Son el socio imprescindible contra el cambio climático: las renovables no emiten gases de efecto invernadero en los procesos de generación de energía, lo que las revela como la solución limpia y más viable frente a la degradación medioambiental. Son inagotables: al contrario que las fuentes tradicionales de energía como el carbón, el gas, el petróleo o la energía nuclear, cuyas reservas son finitas, las energías limpias cuentan con la misma disponibilidad que el sol donde tienen su origen y se adaptan a los ciclos naturales (por eso las denominamos renovables). Por ello son un elemento esencial de un sistema energético sostenible que permita el desarrollo presente sin poner en riesgo el de las futuras generaciones. Reducen la dependencia energética: la naturaleza autóctona de las fuentes limpias implica una ventaja diferencial para las economías locales y un acicate para la independencia energética. La necesidad de importar combustibles fósiles produce una supeditación a la coyuntura económica y política del país proveedor que puede comprometer la seguridad del suministro energético. En cualquier parte del Planeta hay algún tipo de recurso renovable –viento, sol, agua, materia orgánica- susceptible de aprovecharlo para producir energía de forma sostenible. Crecientemente competitivas: Las principales tecnologías renovables –como la eólica y la solar fotovoltaica- están reduciendo drásticamente sus costes, de forma que ya son plenamente competitivas con las convencionales en un número creciente de emplazamientos. Las economías de escala y la innovación están ya consiguiendo que las energías renovables lleguen a ser la solución más sostenible, no sólo ambiental sino también económicamente, para mover el mundo. Horizonte político favorable: las decisiones acordadas en la COP21 han aportado un torrente de luz al futuro de las energías renovables. La comunidad internacional ha entendido la obligación de robustecer la transición hacia una economía baja en carbono por el futuro sostenible del planeta. El clima de consenso internacional en favor de la descarbonización de la economía constituye un marco muy favorable para el impulso de las tecnologías energéticas limpias. La energía limpia es un sistema de producción de energía con exclusión de cualquier contaminación o la gestión mediante la que nos deshacemos de todos los residuos peligrosos para nuestro planeta. Las energías limpias son, entonces, aquellas que no generan residuos. La energía limpia es, entonces, una energía en pleno desarrollo en vista de nuestra preocupación actual por la preservación del medio ambiente y por la crisis de energías agotables como el gas o el petróleo. Hay que diferenciar la energía limpia de las fuentes de energía renovables: la recuperación de esta energía no implica, forzosamente, la eliminación de los residuos. La energía limpia utiliza fuentes naturales tales como el viento y el agua. La fuentes de energía limpia más comúnmente utilizadas son la energía geotérmica, que utiliza el calor interno de nuestro planeta, la energía eólica, la energía hidroeléctrica y la energía solar, frecuentemente utilizada para calentadores solares de agua. Un tema importante es la inmensa preocupación que se está produciendo por los altos costes sociales, ya que se van haciendo cada vez más elevados, así como los costes medioambientales asociados a la energía convencional, a la energía nuclear y a los combustibles fósiles. Sin ninguna duda, esta preocupación de todas las naciones beneficia a las energías limpias y puras. Además, si bien existen energías limpias puede ser que éstas no sean energías renovables. El gas natural, si bien no produce una enorme contaminación, puede ser un ejemplo válido ya que, aunque, mínimamente, algo contamina. Pero, para cerrar el círculo podemos decir, entonces, que sí existen las energías limpias y que son, además de aquellas que no generan residuos, un sinónimo de fuentes energéticas que respetan el medio ambiente. De cara a los cambios climáticos y al calentamiento global que se han venido gestando desde el inicio de la Revolución Industrial (s. XVII), se impone la necesidad urgente de un sistema de obtención de energía eficiente, pero sostenible y que no acabe con el planeta en el proceso. Nuestro mundo cada día requiere más y más energía, pero los combustibles fósiles y la energía nuclear representan una amenaza más que una solución, dadas sus consecuencias en la salud humana y en el balance climático del mundo. Allí es cuando las energías limpias se hacen tremendamente necesarias. Ejemplos de energías renovables: Energía eólica. Es aquella generada por la acción de la fuerza del viento sobre las aspas de molinos especiales, que activados de esta manera hacen girar engranajes y una dinamo, generando así corriente eléctrica. Posee la desventaja de requerir de extensos campos de molinos para generar una carga relativamente pequeña de corriente, afeando así el paisaje y en ocasiones generando ruidos molestos. Energía geotérmica. Se obtiene aprovechando el calor del subsuelo de la superficie terrestre, en donde la presión y la temperatura son elevadas, para hacer hervir agua y potenciar mediante el vapor las turbinas de un generador, o reconducir el calor del gas para darle otros usos. Tiene la desventaja de requerir de yacimientos termales o de géiseres, es decir, un mínimo de actividad volcánica, y en ocasiones se ha vinculado la actividad geotérmica con microsismos. Energía hidroeléctrica. Se basa en la conversión de la energía potencial gravitatoria de grandes masas de agua en movimiento, como ríos o caídas naturales (saltos, cascadas, cataratas, etc.), a través de un sistema de turbinas movilizadas por el líquido a su paso. Es una fuente segura y constante de energía a un precio relativamente barato, aunque en la instalación de las plantas se precisa de un gran esfuerzo y se afecta considerablemente a la fauna acuática. Energía mareomotriz. Como su nombre indica, sacan provecho al movimiento de las mareas oceánicas, a aprovechando el desnivel producido por la subida en las masas de agua, de manera remotamente semejante a la hidroeléctrica. Requieren sin embargo de diferencias sustanciales en el nivel de la marea, que no se dan en todas partes. Energía undimotriz. Proviene del movimiento de las olas marinas, fruto del viento. Se realiza mediante instalaciones costeras que canalizan la energía contenida en las ondas marinas de superficie. Ayudan a potenciar el autoconsumo El uso de las energías renovables contribuye a que las casas sean mucho más autosuficientes en su consumo eléctrico. En un futuro no muy lejano, todos los edificios construidos deberán tener sus propias placas solares, calderas de biomasa o puntos de recarga para el coche eléctrico en su garaje comunitario; el autoconsumo eléctrico es mucho más fácil de alcanzar de lo que imaginamos. Son energías beneficiosas para el medio ambiente Estamos constantemente luchando contra el cambio climático y buscando nuevas vías para cuidar nuestro entorno y hacerlo más sostenible. Un paso importantísimo es el uso de las energías renovables o alternativas a las energías tradicionales. Éstas dañan el medioambiente a través de los residuos que generan y que procedes de la producción de ellas mismas. Son recursos naturales gratuitos e inagotables Las energías renovables proceden de recursos naturales de acceso gratuito e inagotables. Siempre tendremos agua, viento o sol con los que producir energía limpia. En cambio, la energía generada a partir de combustibles fósiles (carbón, petróleo o gas) dispone de unos recursos limitados y son contaminantes con el medioambiente. Las energías renovables pueden llegar a lugares aislados Las energías renovables como generan energía a través de fuentes naturales se pueden encontrar en cualquier sitio del mundo; con lo cual, cualquier rincón del mundo puede generar su propia energía y ser autosuficiente. El uso de las energías renovables es un plus para lograr la independencia energética De todos es sabido que España no es un país donde abunden combustibles fósiles como el carbón o el petróleo y sus derivados, gas; pero sí que es muy rico en recursos naturales necesarios para generar energía limpia que ayuden a disminuir las emisiones de CO2 y el cambio climático. Ante este paradigma, ahora más que nunca debemos utilizar las energías renovables para aumentar nuestra independencia energética, y no tener que comprarla a otros países que encima son energías sucias que contaminan.