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· ¡Conoce todos los endulzantes naturales y saludables que tenemos para ti!
La leche de almendras es una excelente opción para veganos, vegetarianos o personas alérgicas a
la lactosa, sin sacrificar consistencia pero sin el sabor a leche bovina, y además con un saludable
contenido de fibra, potasio y proteína, entre otros valores nutricionales.
También se combina perfecto con frutos como moras, frambuesas, zarzamoras, y frutas como
mango, durazno o manzana, en preparaciones como licuados o smoothies y una pizca de canela.
· 4 tazas de agua.
· Endulzante natural líquido de tu preferencia (opcional).
Paso 1: Coloca las almendras crudas en la licuadora (sin el agua en que las dejaste remojando),
agrega las 4 tazas de agua fresca y mezcla por 1 ó 2 minutos, hasta que las almendras queden
completamente molidas. Si lo deseas, puedes añadir tus frutos favoritos para personalizar su
sabor.
Paso 2: Para separar la pulpa fibrosa de las almendras (y los frutos), vierte la mezcla en una nut
milk bag (es decir, en una bolsilla de tela que permita el paso de la leche, pero que no deje que
pedacitos de la pulpa se cuelen) sobre un tazón y exprime de manera que comprimas la pulpa
hasta la última gota.
Paso 3: Una vez que hayas extraído toda la leche de almendras de tu mezcla, agrega algún
endulzante natural líquido, como miel, y colócala en un contenedor de sellado fácil en tu
refrigerador. Consume la leche de almendras durante 2 a 3 días, pues sólo dura fresca por ese
periodo de tiempo antes de echarse a perder.
¡Comienza a disfrutar las ventajas de hacer tu propia leche de almendra!