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FORO DE ANÁLISIS:

En el contexto de la emergencia sanitaria causada por la pandemia de COVID-19, el gobierno


peruano implementó medidas para agilizar la adquisición de bienes y servicios necesarios para
hacer frente a la crisis, una de estas medidas fue la contratación directa, un proceso que
permite a las entidades estatales adquirir bienes, servicios u obras sin necesidad de realizar un
proceso de selección competitivo. Sin embargo, el uso de contrataciones directas ha generado
controversia debido a posibles irregularidades y falta de transparencia en el proceso. El marco
legal que regula las contrataciones públicas en el Perú está establecido en la Ley de
Contrataciones del Estado y su reglamento, estas normativas contemplan la posibilidad de
realizar contrataciones directas en situaciones de emergencia o cuando exista una única fuente
proveedora, durante el período de emergencia por la pandemia, se invocó esta excepción para
agilizar la adquisición de insumos médicos, equipos de protección personal y otros bienes
necesarios para combatir la propagación del virus.

Las contrataciones directas pueden ofrecer ciertas ventajas en situaciones específicas, por
ejemplo, en casos de emergencia o urgencia, este método puede agilizar el proceso de
adquisición de bienes o servicios necesarios. Además, en situaciones donde existe un
proveedor único capaz de satisfacer los requisitos del comprador, las contrataciones directas
pueden ser la opción más eficiente. A pesar de las posibles ventajas, las contrataciones directas
también presentan desventajas significativas. Una preocupación común es la falta de
competencia, lo que puede resultar en precios inflados y una calidad inferior en comparación
con los productos o servicios disponibles a través de un proceso competitivo, la falta de
transparencia es otra preocupación importante, la ausencia de competencia abierta puede
plantear interrogantes sobre la imparcialidad del proceso y aumentar el riesgo de corrupción.
Esto es especialmente relevante en el sector público, donde la transparencia y la equidad son
fundamentales para garantizar el uso adecuado de los fondos públicos.

Además, las contrataciones directas pueden limitar las oportunidades para nuevos
proveedores o empresas más pequeñas que podrían ofrecer soluciones innovadoras o
competitivas. Esto podría tener un impacto negativo en la diversidad y la innovación en el
mercado, esto no solo afecta negativamente la eficiencia y eficacia del gasto público, sino que
también mina la integridad del sistema gubernamental en su conjunto.

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