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Diplomado Estética, feminismo y crítica

Pontificia Universidad Católica


Prof. Karen Glavic
María José Flores Godoy.

Corporalidades femeninasen Abyecta (2003) de Eli Neira

A partir de la lectura de Abyecta (2003) de la poeta, performer y periodista chilena Eli Neira,
plantearemos en primer lugar, el vínculo de este texto con la contracultura y cómo opera el
cuerpo femenino a partir de este concepto. A su vez, abordaremos la idea del “monstruo
feminista” a partir de una lectura problematizada desde lo biopolítico. De esta manera, daremos
cuenta de la potencia feminista presente en Abyecta (2003) de Eli Neira, quien representa
corporalidades femeninas abyectas en sus poemas, lo cual trataremos más adelante.
Para empezar, a modo de antecedente es relevante mencionar que quien acuña el término de
contracultura, es el autor estadounidense Theodore Roszak en su libro El nacimiento de una
contracultura. Reflexiones sobre la sociedad tecnocrática y su oposición juvenil (1970), quien
señala que la contracultura atañe a una estricta minoría de jóvenes y a un puñado de sus mentores
adultos (10). De modo que la contracultura se relacionará con aquellos valores, formas sociales y
tendencias que son opuestas a lo establecido por una sociedad.
Surge así, el término de contracultura para hacer referencia a lo underground, lo cual también
podemos extrapolar a autores como Mijaíl Bajtín, específicamente, a su texto La cultura popular
en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de François Rabelais(1987), donde se afirma
que “[se trata de] la necesidad de lo „bajo‟ material y corporal que a la vez materializa y alivia,
liberando las cosas de la seriedad falaz” (339).De modo que el mundo bajo se vincula a lo
visceral, a lo under, a lo corporal. Es así como en este ensayo crítico relacionaremos lo
contracultural con lo bajo, lo cual se conjuga con el término “abyecto” que es definido como
“algo despreciable, vil en extremo” por la RAE.
Con todo, la corporalidad femenina en el poemario de Eli Neira es abyecta, en tanto se
representan cuerpos que están lejos de los cánones de belleza y del comportamiento femenino
que determina la sociedad, lo cual convierte a la mujer en algo despreciable y vil en extremo. De
modo que la figura femenina en Abyecta (2003) es disruptiva, pues es cercana a lo contracultural
y al mundo bajo, a lo under; se trata pues de una corporalidad que se construye en torno a un
lenguaje crudo y coloquial, que a veces llega a ser soez según lo convencional. Un ejemplo de
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ello, lo vemos en la siguiente estrofa: “Es verdad que quisiera que una verga monumental y
pétrea/ más grande y dura que la tuya/ me partiera en dos” (Neira 2003, 14). Como tal, podemos
observar la presencia de lo grotesco en Abyecta (2003) de Eli Neira, de manera que hay una
degradación del discurso y cuerpo masculino, que a través del humor vislumbra críticas que
pueden ser leídas desde el feminismo.
Mijaíl Bajtín se refiere a la degradación de la siguiente forma:
“la degradación de lo sublime no tiene un carácter formal o relativo. Lo «alto» y lo
«bajo» poseen allí un sentido completa y rigurosamente topográfico. Lo «alto» es
el cielo; lo «bajo» es la tierra; la tierra es el principio de absorción (la tumba y el
vientre), y a la vez de nacimiento y resurrección (el seno materno)” (1987, 25).
En otras palabras, Bajtín nos dirá que rebajar es aproximar a la tierra, lo cual significa entrar en
comunión con la vida de la parte inferior del cuerpo, el vientre y los órganos genitales.
Asimismo, diremos que tiene un valor regenerador, en tanto se enaltece y se resignifica lo bajo.
Tomando en cuenta lo anterior, diremos que en Abyecta (2003) de Eli Neirase hace referencia a
lo bajo y se le eleva al ponerlo en un primer plano. De esta forma, la voz poética hace referencia
al pene, al semen, al sexo, a las tetas, etc., como elementos corporales que configuran la vida. La
diferencia va a radicar en que lo corporal masculino es resignificado de tal manera, que dentro del
mundo poético que es femenino pierde su característica poderosa de elemento patriarcal. Tal y
como lo podemos ver en los siguientes versos: “A veces/el pene/se apena/y cuando eso
sucede/asoma cabizbajo/por encina de la ropa/su cabeza humedecida/de tanta tristeza” (Neira
2003, 23). Es así como el poemario se articula a partir de la risa carnavalesca, la cual es alegre,
llena de alborozo y a su vez, burlona, sarcástica, niega y afirma, amortaja y resucita a la vez
(Bajtín 1987, 17).
Siguiendo con lo anterior, en el poemario de Eli Neira es posible leer no solo una degradación de
lo patriarcal, sino que también hay una carnavalización, donde funciona el mundo al revés como
ejercicio político que deconstruye la figura masculina. Por ejemplo en el poema “Canción
pseudo-maso-ero-maso” se afirma lo siguiente: “Esta noche mi amor/voy a ser tu hombre/voy a
atacarte con la ferocidad de una cobra alzada en mortal/danza/Esta noche/te amarraré a la cama
mi princesita de leche” (Neira 2003, 26). En este mundo poético aparece la figura femenina
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vinculada a una transformación masculina, como una especie de antiheroína que va a hacer
justicia a través del castigo del hombre a través del acto sexual. Léase:
“METERÉ MI DEDO SODOMITA POR TU CULO DE VIRGEN
CASTA. LO METE-/RÉ HASTA EL FONDO, SIN CONTEMPLACIÓN
NI VASELINA, CON UÑAS, ANI-/LLOS Y TODO. HARÉ
CIRCULITOS CON ÉL AHÍ DENTRO. TALADRARÉ COMO/UN
ENANITO VIOLADOR MIENTRAS TE RETUERCES DE
DOLOOOOOOOOR” (Neira 2003, 27).
En el poema“Canción pseudo-maso-ero-maso”, vemos que la mujer no se configura a sí misma
desde el rol de la víctima, sino que saliéndose de todo canon de comportamiento, actúa de forma
contracultural, que se ve potenciado con lo under, con la idea del mundo al revés, pues es la
mujer quien ejerce sobre el hombre los poderes que este ejerce a través del patriarcado fuera del
mundo poético.
Ahora bien, es a partir de esta corporalidad femenina que se caracteriza por romper con los
cánones de belleza que llegamos a la figura del “monstruo feminista”. De acuerdo a Antonio
Negri, el concepto de eugenesia se relaciona con lo bonito, lo bello y a su vez, lo bueno y
aceptado por la sociedad. En sus palabras, “el monstruo político se trata de un sujeto excluido. El
monstruo comprende que debe resistir a la ideología dominante y si puede rebelarse, será mucho
más monstruoso a medida que tome y desarrolle esta conciencia “(2007, 101-102). Por lo tanto,
el monstruo político va a ir contra la eugenesia. En el caso de Abyecta (2003), no solo podemos
leer a Eli Neira como un monstruo político, sino también a su mundo poético que es monstruoso.
Nosotros preferiremos hablar de “monstruo feminista”, la cual se caracteriza por desafiar lo
hegemónico patriarcal. En este sentido, si bien la mujer se representa desde una abyección, el
texto lo hace de modo estratégico, pues la mujer no reconoce la ideología dominante patriarcal y
la deconstruye a partir de la risa carnavalesca y la crítica. De manera que se evidencia una
resistencia, una potencia feminista.
En palabras de Verónica Gago, "La potencia feminista se refiere, sin dudas, a una teoría
alternativa del poder. Potencia feminista significa reivindicar la indeterminación de lo que se
puede, de lo que podemos" (2019, 13). Se trata así, de desplazar aquellos límites que nos hicieron
creer y obedecer, por lo que se produce un "contrapoder”. De esta manera, la "…potencia
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feminista es potencia del cuerpo como cuerpo siempre individual y colectivo: es decir,
singularizado" (Gago 2019, 14). Como tal, la potencia feminista se expande al cuerpo gracias a la
lucha de mujeres, feministas y disidencias sexuales que actualizan esa noción de potencia.
Como vemos, lo corporal será muy importante al momento de hablar de potencia feminista y
también al momento de situarla en Abyecta (2003) de Eli Neira, donde lo principal será la
representación de las corporalidades femeninas y se trata de un cuerpo colectivo. En palabras de
Verónica Gago:
"El cuerpo se revela así como composición de afectos, recursos y
posibilidades que no son 'individuales', sino que se singularizan porque
pasan por el cuerpo de cada quien en la medida que cada cuerpo nunca es
sólo 'uno', sino siempre con otr*s, y con otras fuerzas también no-
humanas" (2019, 97).
El cuerpo es territorio, es cartografía de lo invisibilizado que a través de lo colectivo adquiere una
potencia feminista mayor. Es así como la monstruosidad presente en el poemario Abyecta (2003)
se constituye en una potencia que viene dada desde lo animal también, es decir, de alguna manera
se reivindica la noción de lo animal como algo irracional, visión que comparten autoras como
Simone de Beauvoir por ejemplo.
Gabriel Giorgi en su libro llamado Formas comunes. Animalidad, cultura, biopolítica(2014)
aborda cómo el devenir animal desafía al poder hegemónico que durante años se ha dedicado a
desplazar la noción de animal y separarla conceptualmente de lo humano, caracterizándolo como
lo irracional, lo carente de lenguaje, lo bárbaro, etc. En este sentido, al leer lo femenino como lo
animal le entregamos una nueva potencia en relación a aquello que las acallaba, a saber, el
patriarcado.
Según lo anterior, en Abyecta (2003) tenemos los siguientes versos: “Agotado el espectro de
sonidos humanos croamos, balamos/ladramos, piamos, gruñimos y compramos” (Neira 2003,
13). De esta forma, a lo largo del poemario, lo animal es reivindicado, lo cual también es un
ejercicio carnavalesco y del mundo al revés. En ejemplos como este: “Ahora nos dicen
perra/ellos/los fornicadores” (Neira 2003, 10). En casos como estos, el insulto también es
deconstruido y se ejerce una resistencia en torno a él. Se trata de “la perra” que ahora ejerce
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poder en este mundo poético femenino, que se ve potenciado con la idea del “monstruo
feminista”.
Cabe señalar que de acuerdo a Nelly Richard en su texto “Intersectando Latinoamérica con el
latinoamericanismo: discurso académico y crítica cultural” (1998), el feminismo presente en
Abyecta (2003) de Eli Neira, se trata de un feminismo latinoamericano que se ubica desde la
periferia y no desde lo metropolitano. En términos de Sonia Álvarez se trataría de un feminismo
de fronteras, un feminismo en movimiento. De hecho, Eli Neira en su texto “Chúpame la
periferia. Algunas reflexiones post X Encuentro Hemisférico de Performances Ex Céntrico,
Soberanías & Disidencias” (2016) se referirá a ella misma del siguiente modo:
“El Hemisférico llega y se topa con una disidencia, lo bastante madura,al
menos políticamente hablando, que no puede sino reaccionar y canalizar de
alguna manera todo el fuego guardado en el cuerpo (social). Ignorar que la
exclusión en general pero muy por sobre todo en la educación, ha sido la
herida por la que este cuerpo- pais ha sangrado los últimos 15 años, seria
francamente estúpido de nuestra parte y casi inconcebible”. (Neira 2016, 2-
3).
Es así como Eli Neira elabora un discurso antihegemónico a lo largo de su obra, pero si
analizamos Abyecta (2003) vemos cómo el margen adquiere una voz; vemos cómo la mujer como
representación de la periferia se contrapone a un discurso metropolitano, patriarcal, masculino. Se
trata de un mundo poético donde la mujer puede abortarpor ejemplo:
“Porque cual madre desnaturalizada abandono al engendro/maldito y
chillón en medio del bosque no queriendo saber/ nada de él. Y luego
vuelvo a casa, sucia, extenuada, y a las/ gentes les parezco sospechosa/No
me hablan, mejor para mí porque sólo quiero descansar” (Neira 2003, 16).
En esta cita podemos ver cómo la mujer pese a los dictámenes sociales, se atreve a desobedecer
la norma patriarcal y se convierte en disruptiva al no ser la típica madre, sino que se caracteriza
por ser “desnaturalizada”, una madre que abandona a su hijo a quien despectivamente llama
“engendro”.
Nelly Richard en su texto “Intersectando Latinoamérica con el latinoamericanismo: discurso
académico y crítica cultural” (1998), afirmará que “Esta proliferación de márgenes ha creado
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múltiples interruptores y discontinuidades en la superficie de representación del poder cultural,


que accidentaron (fragmentación, disgregación) la imagen del Centro ya no concebible como
absoluto punto de dominio y control homogéneos” (186). De manera que el margen logra generar
un contrapoder que fragmenta y disgrega lo metropolitano, que deja de ser concebido como un
todo. Eli Neira desde su lugar periférico se refiere al centro de este modo en su texto “Chúpame
la periferia. Algunas reflexiones post X Encuentro Hemisférico de Performances Ex Céntrico,
Soberanías & Disidencias” (2016):
“El día en que „el norte‟ (o quiénes representen “el norte”) deje de
hablarnos de arriba hacia abajo y se tome la molestia de mirarnos de
manera horizontal, al menos estando en nuestro territorio, sin
infantilizarnos, sin colonizarnos y sin querer apropiarse de todo. El día que
el norte sea capaz de relacionarse con su „periferia‟, sin robar (nos)
comenzará el diálogo verdadero y sólo entonces podremos hablar de un
encuentro hemisférico. Entre tanto sólo habrá choques, más o menos
fuertes. Mas o menos divertidos, mas o menos patéticos” (Neira 2016, 3).
Esta cita es un ejemplo de cómo la poeta Eli Neira desde su periferia hace referencia a lo
metropolitano, lo cual se evidencia con una crítica que no es sutil: el centro es privilegiado y
desde esa condición en la que se mantiene será muy difícil generar un diálogo con la periferia,
sobre todo si lo que busca es más poder. Por este motivo, figuras como Eli Neira se tornan en un
“monstruo feminista”, puesto que desafían al centro, lo desestabilizan, juega con sus discursos de
poder y los resignifica. Tal y como se logra en el mundo poético creado en Abyecta (2003).
Para finalizar, como hemos observado, en Abyecta (2003) se construye un feminismo de
fronteras, como diría Sonia Álvarez, un feminismo que proviene de la periferia, un feminismo
latinoamericano en este caso. Hay un activismo en la poesía de Eli Neira que podemos observar
al momento de representar como abyectas a las corporalidades femeninas, lo cual a través de la
potencia que las caracteriza, ya sea por su animalidad o abyección, se transforma en este
“monstruo feminista”. Se trata de una poesía que transforma y resignifica los típicos conceptos de
la eugenesia y los degrada a través de una risa carnavalesca.
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Bibliografía
Álvarez, Sonia E. 2019. “Feminismo en movimiento, feminismos en protesta”. En Revista punto
de género. 73-102.
Bajtín, Mijaíl. 1987. La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de
François Rabelais. Buenos Aires: Alianza editorial.
De Beauvoir, Simone. 1949. El segundo sexo.Valencia: Cátedra.
Gago, Verónica. 2019. La potencia feminista o el deseo de cambiarlo todo. Madrid: traficantes de
sueños.
Giorgi, Gabriel. 2014. Formas comunes. Animalidad, cultura, biopolítica. Buenos Aires: eterna
cadencia.
Negri, Antonio. 2007. “El monstruo político. Vida desnuda y potencia”. En Ensayos sobre
biopolítica. Excesos de vida. Buenos Aires: Paidós.
Neira, Elizabeth. 2016. “Chúpame la periferia. Algunas reflexiones post X Encuentro
Hemisférico de Performances Ex Céntrico, Soberanías & Disidencias”. En Biblioteca
fragmentada: https://www.bibliotecafragmentada.org/chupame-la-periferia/ (Consultado el 23
mayo 2022).
---. 2003. Abyecta. Santiago: Camareta cartonera.
Richard, Nelly. 1998. “Intersectando Latinoamérica con el latinoamericanismo: discurso
académico y crítica cultural”. En Teorías sin disciplina (latinoamericanismo, poscolonialidad y
globalización en debate). http://ensayo.rom.uga.edu/critica/teoria/castro/(Consultado el 23 mayo
2022).
Roszak, Theodore. 1970. El nacimiento de una contracultura. Reflexiones sobre la sociedad
tecnocrática y su oposición juvenil. Barcelona: Editorial Kairós.

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