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EN LO PRINCIPAL: Interpone denuncia por infracción de la Ley 21.

020 Sobre
Tenencia Responsable de Mascotas e infracción de la ordenanza N°77 de la
Municipalidad de Santiago.

PRIMER OTROSI: Se tenga por acompañado los documentos.

JUZGADO DE POLICIA LOCAL DE SANTIAGO

María Elisa Reyes Valenzuela, de profesión u oficio Bartender, con domicilio en


Carlos Antunez N°1835, departamento 810, comuna de Providencia, a US.,
RESPETUOSAMENTE DIGO:

Que vengo en interponer denuncia infraccional en contra de Manuel Alejandro Lillo


Lillo, de profesión u oficio Administador, domiciliado en Portugal 38, departamento
103, Santiago, Región Metropolitana, por vulneración e infracción de la Ley 21.020
y Ordenanza N°77 de la Municipalidad de Santiago, fundado en los siguientes
antecedentes de hecho y de derecho que paso a exponer:

Una noche de marzo del año 2020, a eso de las 22 horas me retiraba del lugar
donde trabajaba, ubicado en calle Constitución, comuna de Providencia. Me fui
junto a mi jefe de ese entonces, Daniel Aravena Cabeza, C.I. 16.428.283-K. Nos
encontrábamos caminando cuando nos percatamos que nos seguía perrito negro,
estaba solo en la calle. Este perrito, siguió caminando conmigo hasta mi domicilio
(en aquel tiempo) ubicado en calle Portugal 38, comuna de Santiago. Me
conmovió y decidí que no podía dejarlo en la calle, lo llevé al departamento donde
arrendaba una pieza, le pregunté al dueño del lugar y compañero de casa si
podría pasar la noche ahí; luego acordamos que se quedaría de forma
permanente y lo bautizamos “Guachi”.

Llegué a vivir a ese lugar porque necesitaba urgente un espacio; con el tiempo,
fueron existiendo conflictos, pero que debía dejar pasar porque no contaba con la
estabilidad laboral y financiera para cambiarme de casa, ya que trabajo en el rubro
gastronómico y todo esto ocurrió en período de estallido social y pandemia. Los
conflictos principales eran de higiene, limpieza y mantención del espacio, de los
cuales terminaba haciéndome cargo yo.

Para cumplir con las necesidades veterinarias de Guachi, utilizaba los servicios de
los operativos municipales sobre tenencia responsable. En uno de esos
operativos, no pude asistir por trabajo, así que fue Manuel a mi reemplazo. Le
instalaron el chip y como lo llevó él, entregó sus datos. Pensé que sólo había
quedado su nombre en ese registro, pero al haber sido a través del municipio,
ellos directamente informaron estos datos al Registro Nacional de Mascotas, por
lo tanto, mi perrito, actualmente no está registrado a mi nombre.
En el año 2022 adopté a Charli, nacida de la camada de la perrita de mi mamá
(ella se encuentra registrada a mi nombre). Se mantuvieron los conflictos, hubo
repetidas conversaciones y discusiones al respecto, junto a compromisos que no
se cumplían, pero estando yo ahí tenía que hacerme cargo para entregarles el
espacio adecuado principalmente a mis mascotas, y por supuesto, por mí.

Comenzó a ocurrir una situación sumamente desagradable respecto al agua


disponible para Guachi y Charli. Cuando yo no estaba por encontrarme trabajando
quedaban al cuidado de él y no contaban con agua disponible para tomar, ya que
para evitar que pudiesen orinar dentro del departamento, optaba por simplemente
no ponerles agua durante el día.

Este año conté con la estabilidad necesaria para poder cambiarme, por lo que
informé a Manuel que me iría en diciembre de 2023.

En agosto 2023 estuve de vacaciones fuera de Chile por 9 días y los conflictos
empeoraron, ya que le dejé a mis mascotas a su cuidado, pero al regresar, las
condiciones higiénicas eran peores (obviamente al no estar presente), y ambos
perros se encontraban con problemas gastrointestinales graves; Charli en
especial, además de hacer las deposiciones muy líquidas, estaba decaída,
delgada, y con su pelaje opaco. Al averiguar qué había pasado, me enteré de que
habían comido muchas cosas que encontraron tiradas, y además me encontré con
otro tipo de comida que no era la que están acostumbrados a comer. En ese
entonces además se averió la ducha del único baño existente.

Le avisé que durante todo el mes de octubre iría a quedarme a la casa de mi


pareja en Ñuñoa y que me llevaría a los perros, dejando pagado el arriendo. La
situación ya estaba siendo muy incómoda al llevar tanto tiempo sin ducha
disponible y yo debiendo bañarme en los lugares que me permitieran.

El día domingo 1 de octubre, Manuel fue a la casa de mi pareja en Ñuñoa a


llevarme a las mascotas, ya que las había dejado a su cuidado por un par de días.
Antes de irme, Charli había comenzado con una leve molestia en su colita, pero
cuando él me la fue a dejar, esto había avanzado muy rápido y ella se encontraba
mal; muy incómoda, no podía quedarse tranquila ni descansar por la picazón, y
para evitarlo, le había puesto una mezcla de polvos y pomada regeneradora, con
su colita envuelta en alusa foil para evitar que se lamiera. Dijo que no era nada tan
terrible, que otra perrita que compartía con ella le pasaba lo mismo y era un
hongo, que volvería en dos días más a hacerle una curación. Era muy
preocupante verla así, y al otro día en la mañana fui con ella al veterinario; se le
rapó su colita, tenía una herida muy grande abierta, estuvo con tratamiento dos
semanas de antibióticos, corticoides, y curaciones dos veces al día. Revisando
también a Guachi, venía con mucha alergia en su piel, debido a que él los había
llevado de viaje al sur, sin hacerse cargo de su higiene posterior, teniendo en
conocimiento que tiene piel delicada.
Pasaron los días y no se presentó a hacerle ningún tipo de curación, como
tampoco a visitarlos, ni preguntar sobre cómo se encontraban.

Le informé que finalmente me cambiaría de casa a fines de octubre, su reacción


fue buena; alegrándose por mí, pero ni siquiera me preguntó la dirección donde
me iría. Al hablar de mis perros, me dijo que no había tenido nada de tiempo, que
se encontraba muy ocupado, que ni siquiera había podido escribir para preguntar
cómo estaban.
Había considerado que al cambiarme de casa, podría pasárselos unos días cada
cierto tiempo para que compartieran con él, pero ante todas estas situaciones me
arrepentí y decidí que por el bien de mis mascotas, que no puedo, ya que no
cuenta con tiempo para dedicarles, no les entrega las condiciones básicas de
higiene, y tampoco con alimentación y agua necesaria, viéndose expuestos a
situaciones de las cuales les protejo diariamente.

El día 27 de octubre de 2023 fui a sacar mis cosas del departamento, viendo que
las condiciones no serían las óptimas para mis mascotas, y que al dejar de estar
yo ahí esa sería esa la constante, le dije a él que en esas condiciones yo no le
pasaría a mis perros.

A través de WhatsApp me contactó porque quería ver a los perros, y el día 6 de


noviembre le comuniqué que no se los iba a pasar, reaccionando de muy mala
manera y tomando actitudes amenazantes que se encuentran en otro proceso en
fiscalía.

La conducta descrita en el párrafo anterior, infringe las siguientes disposiciones


legales:

Infracciones de la Ley 21.020 y Ordenanza Municipal

1. Proporcionarles alimento, agua fresca, albergue y buen trato.

No les mantenía agua fresca disponible para evitar que se orinaran dentro del
departamento.

El saco de comida comprado en conjunto debía durar el mes completo, pero esto
no ocurría, porque él entregaba alimento a otras personas. Decía tener potes de
comida en otros lugares.

2. Entregar atención veterinaria preventiva en caso de enfermedades o


accidentes que afecten el bienestar del animal.

Charli se encontraba con una condición grave en su cola que necesitaba atención
profesional y no fue brindada oportunamente, dejando pasar días.
Dentro del departamento se fumaba cigarrillo constantemente con las ventanas
cerradas. A Charli en el veterinario se le hizo una radiografía a los pulmones que
mostraban una mancha, indicando que estaban más delicados y debía estar en un
espacio libre de humo. Habiéndole informado esto, él continuaba con la misma
práctica

3. Mantener la limpieza e higiene del animal y del lugar donde habita.

Guachi se encontraba con una alergia en su piel por no haber sido bañado

después de haber estado expuesto a mucha tierra fuera de Santiago.

El lugar donde habitaba se encuentra en muy malas condiciones de limpieza y

orden, dándoles acceso a muchas cosas que no debiesen estar al alcance de los

perros ya que ellos se los comen, provocándoles malestar estomacal,

decaimiento, deposiciones líquidas y dolores. Entre las cosas que comían había

ropa interior, inhaladores, medicamentos, restos de comida, y otras cosas

identificables que se encontraban a su alcance. En una ocasión, las deposiciones

fueron muy extrañas de color negro, quedando manchas por días que fueron muy

difíciles de limpiar.

POR TANTO, en mérito de lo expuesto,

RUEGO A US: Se sirva tener por interpuesta denuncia por


infracciones a las normas de la tenencia responsable, en contra de don Manuel
Alejandro Lillo Lillo ya individualizado, acogerla a tramitación y solicito que se
realice el traspaso a mi nombre de “Guachi” en el Registro Nacional de Mascotas
de manera urgente.

SEGUNDO OTROSI: A US, pido se sirva tener presente que me valdré de todos
los medios de prueba que me franquea la Ley, para acreditar las acciones
deducidas con esta presentación.

- 1 video.
- 7 fotos.
El VIDEO DEBE IR EN UN PENDRIVE QUE SE VA QUEDAR ALLÁ.
LAS FOTOS DEBEN IR IMPRESAS PARA MOSTRAR COMO MEDIO DE
PRUEBA.

HAY QUE RECORDAR, QUE LA LEY SÍ O SÍ INSISTE QUE SE LLAME O


CONTACTE A LOS FISCALIZADORES COMUNALES PARA INICIAR EL
PROCESO Y DENUNCIA CON ELLOS. AL PARECER ES UN REQUISITO.

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