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Material para La Exposición
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El dolor de oído es una afección que puede aparecer en cualquier parte del oído, ya sea interno, medio o
externo.
La aparición del dolor no está necesariamente relacionada con alguna enfermedad o infección específica,
razón por la cual no se deben hacer suposiciones en un primer momento sin que un especialista lo valore.
La intensidad del dolor de oído puede variar desde muy leve a muy intenso, dependiendo principalmente del
factor causante. Existen enfermedades no relacionadas directamente con el oído pero que, al alcanzar un punto
álgido, afectan a este órgano y causan el dolor.
Ya que el dolor de oído se puede originar por condiciones y enfermedades sin relación directa al órgano,
existen una amplia cantidad de potenciales causas. Sin embargo, debemos comenzar con una enfermedad del
oído que siempre causa malestar: la otitis.
La otitis es una inflamación que, dependiendo de su tipo, se puede dar en el oído medio o externo. Las causas
detrás de dicha inflamación pueden ser un resfriado común que se ha desarrollado hasta infectar los tejidos del
oído, bacterias u hongos cuando existe una higiene pésima y heridas infringidas con bastoncillos de algodón u
objetos punzantes.
Además de la otitis, encontramos que el dolor de oído también puede ser causado por:
En la mayoría de los casos, el dolor de oídos es un síntoma útil para detectar una serie de enfermedades. Sin
embargo, sin la asistencia de un otorrino especialista, es casi imposible hacer un diagnóstico adecuado, debido
al gran abanico de posibilidades que existen. Sin la asistencia de un otorrino especialista, es casi imposible
hacer un diagnóstico adecuado, debido al gran abanico de posibilidades que existen.
El correcto diagnóstico del dolor de oído resulta fundamental para poder tratar la enfermedad origen a tiempo.
Cuando aparecen los primeros síntomas y éstos persisten durante varias horas, es momento de visitar al
otorrino.
El dolor de oído puede aparecer desde un primer momento de forma intensa y punzante, en otras ocasiones
empieza como una ligera molestia que puede desaparecer por la causa que lo originó o volverse cada vez más
intenso. A un dolor de oído común y severo se pueden unir al poco tiempo mareos, pérdida significativa de la
audición (hipoacusia), ruidos extraños (acúfenos) y/o secreción de fluidos.
Una vez en la consulta, el otorrinolaringólogo, se lleva a cabo una anamnesis completa. Posteriormente, el
profesional interroga al paciente sobre las características de este dolor, entre las que destacan la intensidad y la
región estimada. A través de una otoscopia, el médico examina el pabellón auricular, el conducto auditivo
externo y el tímpano. La finalidad de este examen es verificar visualmente el estado del oído y saber si existen
indicios claros sobre el origen del dolor.
Pruebas diagnósticas adicionales pueden ser las pruebas de audición, de la función de la Trompa de Eustaquio,
radiografía de la articulación temporomandibular, nasofaringoscopia y hematología completa.
En cuanto a los tratamientos más apropiados para el dolor de oído, estos siempre dependerán de la causa
diagnosticada. Ya que no se debe solo aliviar el dolor sino curar la enfermedad causante, en este caso es muy
difícil definir un tratamiento estandarizado.
Cuando el médico determina que el dolor de oído tiene como origen una inflamación del pabellón auricular, se
puede tratar con pomadas antiinflamatorias y antibióticos, este último recurso exclusivamente cuando se trate
de una infección.
Cuando se trate de un dolor de oído por inflamación del oído medio, lo que se recomienda con mayor
frecuencia es una combinación bajo observación de analgésicos y antiinflamatorios, incluyendo antibióticos
cuando exista infección. Si se trata de un dolor de oído por inflamación del conducto auricular, las gotas
antiinflamatorias junto con antibióticos conllevan, en general, importantes mejoras.
Las afecciones que destaquen por su nivel de complejidad requerirán una intervención directa y más
exhaustiva por parte del médico. Dependiendo cual sea el caso, el doctor podría verse obligado a abrir el
tímpano para la extracción de fluidos, como la pus. La obstrucción por cerumen, por ejemplo, también
requeriría una eliminación manual por parte del médico, usando instrumentos especiales para ello.
Una lesión severa de tímpano, sería una de las secuelas más graves que podemos encontrar, requeriría una
operación reconstructiva en caso de que los tejidos no cicatricen por sí solos después de unas pocas semanas.
Todo padre y madre sabe que el dolor de oído en niños es mucho más común que en personas adultas. Las
razones de esto son varias. Para empezar, los niños poseen trompas de Eustaquio mucho más cortas y rectas,
por lo que la inflamación o infección de las vías respiratorias altas afectan al oído más fácilmente. Cuando
estas trompas se bloquean con mucosa o se inflaman, los líquidos inflamatorios no encuentran manera de salir
del oído. Por esta acumulación y un sistema inmunológico menos eficiente en niños, las infecciones en ellos
están a la orden del día y son más frecuente que en los adultos.
Asimismo, existen bacterias que llegan el organismo del niño a través de la nariz y la boca , produciendo
infecciones crónicas en las adenoides, oído medio y Trompas de Eustaquio.
Realmente resulta difícil evitar que un niño sufra, en algún momento de su temprano desarrollo, de
infecciones de oído que consecuentemente generen dolor de garganta y oído. Esto se debe a que sus sistemas
inmunológicos no son aún lo suficientemente capaces para hacer frente a estas infecciones.
Medidas preventivas
Con una lista tan larga de potenciales causas, el dolor de oído es difícil de evitar simplemente siguiendo una
serie de recomendaciones. Sin embargo, existen prácticas que cuidan de la salud del oído y, como
consecuencia natural, evitan las inflamaciones, lesiones e infecciones.
Existen prácticas que cuidan de la salud del oído y, como consecuencia natural, evitan las inflamaciones,
lesiones e infecciones.
No usar bastoncillos de algodón para la higiene del oído, pues son objetos que suelen causar lesiones.
Después de cada baño, secar el pabellón auricular sutilmente con una toalla.
Evitar los baños en aguas aparentemente contaminadas, ya sea en playas o ríos sucios o en piscinas con
mantenimiento deficiente.
Tratar las alergias existentes con asistencia del médico.
En el caso de los niños, evitar en la medida de lo posible que estos estén cerca de personas fumadoras, ya que
este es un factor potencial para las inflamaciones de la mucosa de la nariz e indirectamente del oído a
temprana edad.
Incidimos en que acuda a su médico ante cualquier dolor de oído, ya sea leve, moderado y por supuesto
intenso con el fin de que pueda ser diagnosticado de forma precisa y recibir el tratamiento adecuado que
origina ese dolor.
El dolor de oídos puede ser debilitante, pero no siempre se necesitan antibióticos. Los lineamientos de
prescripción para la infección de oídos han cambiado en los últimos cinco años. Es posible que a tu hijo ni
siquiera le receten antibióticos.
No todas las infecciones de oído son bacterianas y no todas necesitan medicamento con receta. De hecho,
puedes encontrar todo el alivio que necesitas en casa, con tratamientos como:
Aquí te presentamos 11 remedios caseros y tratamientos de venta libre para el dolor de oídos.
1. Analgésicos de venta libre
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda analgésicos de venta libre como el ibuprofeno y el
paracetamol para controlar el dolor asociado con una infección de oídos aguda llamada otitis media aguda.
Estos medicamentos son seguros para utilizarlos con o sin antibióticos, pero asegúrate de seguir las
indicaciones de la etiqueta acerca de la dosis. Estos medicamentos también pueden ayudar a bajar la fiebre.
Habla con tu médico sobre la dosis adecuada para niños. Existen versiones de analgésicos de venta libre para
niños y para bebés. No es seguro para los niños menores de 16 años tomar aspirina.
Las personas utilizan con frecuencia bolsas de hielo o compresas tibias, como almohadillas térmicas o
compresas húmedas, para aliviar el dolor. Se puede hacer lo mismo para el dolor de oído. Este método es
seguro tanto para niños como para adultos.
Coloca la bolsa de hielo o la compresa tibia sobre el oído y alterna entre tibio y frío cada 10 minutos. Si
prefieres una sola temperatura, ya sea fría o tibia, puedes utilizar una sola compresa.
3. Aceite de oliva
El uso del aceite de oliva para el dolor de oído es un remedio popular. No existe evidencia científica sólida
que pruebe que las gotas de aceite de oliva en el canal auditivo alivien el dolor de oído. Pero colocar unas
pocas gotas tibias del aceite en el oído es seguro y podría ser moderadamente efectivo, de acuerdo con la
AAP.
Es una buena idea conversar primero acerca de este método con tu médico, especialmente para niños.
Utilizando un termómetro, asegúrate de que el aceite no esté más caliente que tu temperatura corporal. Esto
ayudará a evitar quemaduras en el tímpano.
4. Gotas naturopáticas
Las gotas naturopáticas están hechas con extractos de hierbas. Se pueden encontrar en línea y en algunas
farmacias. Un estudio reciente encontró que las gotas que contienen extractos de hierbas con base de aceite de
oliva pueden ser tan efectivas o incluso mejores que las gotas para los oídos de venta libre tradicionales.
5. Tratamiento quiropráctico
Si vas a una cita con un quiropráctico para realizarte un ajuste, notarás que tu cita puede aliviar el dolor de
oído tanto como tu dolor de espalda.
Un estudio realizado en 1996 que involucró a 46 niños menores de 5 años participantes, encontró que el 93%
de ellos mostró mejoras después de los ajustes quiroprácticos. De estos niños, 43% se sintió mejor después de
solo una o dos sesiones.
La Clínica Mayo advierte que no se han hecho estudios clínicos a largo plazo que asocien el tratamiento
quiropráctico con la reducción del dolor de oído.
Algunas posiciones para dormir empeorarán las infecciones de oído, mientras otras ayudan a aliviarlas.
Duerme con el oído afectado levantado en lugar de presionarlo contra la almohada. Esto puede ayudar a
drenar mejor, si es necesario.
También puedes dormir con la cabeza elevada utilizando almohadas extras. Esto puede ayudar a que los oídos
drenen más rápidamente.
Algunos dolores de oído son causados por la presión en el canal auditivo. Se pueden hacer ciertos ejercicios
para el cuello para aliviar esta presión. Los ejercicios de rotación de cuello son particularmente beneficiosos.
Sigue estos pasos para realizar los ejercicios de rotación de cuello.
8. Jengibre
El jengibre tiene propiedades antiinflamatorias naturales que pueden ayudar a calmar el dolor de oído. Aplica
jugo de jengibre o aceite calentado con jengibre (tibio) alrededor de la parte externa del canal. No lo pongas
directamente dentro del oído.
9. Ajo
El ajo tiene propiedades antibióticas y analgésicas. Remoja ajo machacado macerado durante varios minutos
en aceite de sésamo o ajonjolí tibio. Cuela el ajo y aplica el aceite en el canal auditivo.
El agua oxigenada se ha utilizado como remedio natural para el dolor de oído por muchos años. Para utilizar
este tratamiento, coloca varias gotas de agua oxigenada en el oído afectado. Déjala reposar dentro del oído
durante varios minutos antes de drenarla en el lavabo. Enjuaga tu oído con agua limpia y destilada.
11. Distractores
Si es un niño el que padece de dolor de oído, haz lo que puedas para tenerlo cómodo, distrayéndolo del dolor.
Si tu hijo está en la etapa de dentición, dale juguetes para morder para refrescar su encía.
Este método también funciona con adultos. Consiéntete con un buen libro o con tu película favorita para
distraerte del dolor.
Causas
Existen muchas causas posibles para el dolor de oído. Las causas posibles que son relativamente comunes
incluyen:
caries
infecciones de los senos nasales
cera en los oídos
amigdalitis
rechinar los dientes
La infección de oído más común es la otitis media aguda (OMA), o infección del oído medio.
Se caracteriza por una inflamación e infección en algunas partes del oído medio. El dolor asociado con la
otitis media aguda es causado por el líquido atrapado detrás del tímpano. Los síntomas pueden incluir:
fiebre baja
dolor dentro del oído
pérdida auditiva leve
malestar general
Los bebés y los niños pueden estar inquietos, irritables y tirarse de las orejas.
Los mejores remedios caseros para el dolor de oído dependen de la causa. Si la causa es una caries, es posible
que tu dolor de oídos no mejore hasta que veas al dentista. Sin embargo, si es una infección de oído, utilizar
un remedio natural puede hacer que la enfermedad sea más llevadera mientras tu cuerpo combate la infección.
Muchas infecciones de oído se curan por sí mismas en un período de una a dos semanas, y los síntomas
empiezan a mejorar después de unos días. Asegúrate de consultar con el pediatra si tu hijo tiene dolor de oído,
especialmente si tiene menos de 2 años de edad. Tu médico puede guiarte acerca de si debes probar remedios
caseros antes de considerar los antibióticos.
Conclusión
Aunque no existe mucha evidencia de tratamientos alternativos para el dolor de oídos, muchos remedios
caseros pueden calmar el dolor.
No es necesario utilizar antibióticos Los últimos lineamientos de la AAP, sugieren que los médicos deben
enfocarse en el control del dolor, no en los antibióticos para tratar las infecciones de oídos. Esto se debe a que
estas infecciones con frecuencia desaparecen por sí mismas, y el uso excesivo de antibióticos puede provocar
infecciones resistentes a los antibióticos.
El dolor de oídos usualmente ocurre en niños, pero puede presentarse también en adultos. Un dolor de oídos
puede afectar uno o ambos oídos, pero la mayor parte del tiempo es solo en un oído. Puede ser constante o
aparecer y desaparecer; el dolor puede ser palpitante, agudo o con ardor.
Si tienes una infección de oído, puede presentarse fiebre y pérdida temporal de la audición. Los niños
pequeños que tienen infecciones de oído tienden a estar incómodos e irritables. También pueden halar o frotar
sus orejas.
El dolor de oído puede desarrollarse a partir de las infecciones o lesiones en los oídos. Los síntomas en los
adultos incluyen:
dolor de oído
dificultad auditiva
secreción de líquido del oído
dolor de oído
audición disminuida o dificultad para responder a los sonidos
fiebre
sensación de que el oído está lleno
dificultad para dormir
halar o frotar el oído
llorar o estar irritado más de lo usual
dolor de cabeza
pérdida de apetito
pérdida del equilibrio
Las lesiones, las infecciones, la irritación en el oído, o el dolor referido pueden causar dolor de oído. El dolor
referido es el dolor que se siente en cualquier lugar que no sea el sitio con infección o lesionado. Por ejemplo,
el dolor que se origina en la mandíbula o dientes se puede sentir en el oído. Las causas de los dolores de oídos
pueden incluir:
Infecciones de oído
Las infecciones de oído son una causa común de los dolores de oído. Las infecciones de oído pueden
presentarse en el oído externo, medio o interno.
La infección del oído externo puede ser causada por nadar, usar audífonos o auriculares que dañan la piel en el
interior del conducto auditivo, o poner algodón o los dedos en el conducto auditivo.
La piel en el conducto auditivo que se raspa o irrita puede causar la infección. El agua ablanda la piel en el
conducto auditivo, el cual puede crear un área fértil para las bacterias.
La infección en el oído medio puede ser causada por infecciones que provienen de una infección en el tracto
respiratorio. La acumulación de líquidos detrás de los tímpanos causada por estas infecciones puede generar
bacterias.
La laberintitis es un trastorno del oído interno que algunas veces es causada por infecciones virales o
bacterianas debido a enfermedades respiratorias.
Hay muchas cosas que puedes hacer en casa para reducir el dolor de oído. Prueba estas opciones para aliviar
el dolor de oído:
Si tienes una infección de oído, tu médico recetará antibióticos orales o gotas para los oídos. En algunos
casos, recetará ambos.
No dejes de tomar el medicamento una vez que mejoren tus síntomas. Es importante que termines tu receta
completa para asegurarte de que la infección desaparecerá por completo.
Si la acumulación de cerumen causa tu dolor de oído, te pueden recetar gotas para los oídos para ablandar el
cerumen. Pueden hacer que el cerumen salga por sí solo. Tu médico también puede lavar el cerumen con un
proceso llamado lavado de oído, o puede usar un succionador para retirar el cerumen.
Tu médico tratará la ATM, infección de los senos nasales y otras causas del dolor de oído para mejorar la
molestia.
Cuándo ir al médico
Si tú o tu hijo tienen fiebre persistente de 104 ºF (40 ºC) o más, busca atención médica. Para un menor, busca
ayuda médica de inmediato por una fiebre superior a los 101 ºF (38 ºC).
También debes buscar atención médica inmediata si sientes dolor grave que se detiene repentinamente. Esto
podría ser una señal de una ruptura del tímpano.
También deberías estar atento a otros síntomas. Si cualquiera de los siguientes síntomas aparece, haz una cita
con tu médico:
También deberías hacer una cita con tu médico si un dolor de oído empeora o no mejora entre 24 a 48 horas.
Algunos tipos de dolor de oído se pueden evitar. Prueba estas medidas preventivas:
Una infección del oído (a veces llamada otitis media aguda) es una infección del oído medio, el espacio lleno
de aire detrás del tímpano que contiene los pequeños huesos vibratorios del oído. Los niños tienen más
probabilidades de tener infección de los oídos que los adultos.
Debido a que las infecciones del oído suelen desaparecer por sí solas, el tratamiento puede comenzar con el
control del dolor y la supervisión del problema. Algunas veces, se usan antibióticos para eliminar la infección.
Algunas personas son propensas a tener varias infecciones de oído. Esto puede causar problemas de audición
y otras complicaciones graves.
Síntomas
Niños
Adultos
Dolor de oído
Secreción de líquido del oído
Dificultad para oír
Los signos y síntomas de una infección del oído pueden indicar varias afecciones. Es importante obtener un
diagnóstico preciso y oportuno, así como el tratamiento adecuado. Llama al médico de tu hijo en los
siguientes casos:
Causas
Una infección de oído está causada por una bacteria o un virus en el oído medio. Esta infección a menudo es
el resultado de otra enfermedad —resfriado, gripe o alergia— que causa congestión e hinchazón de los
conductos nasales, la garganta y las trompas de Eustaquio.
Las trompas de Eustaquio son un par de tubos estrechos que van desde el oído medio hasta la parte superior
trasera de la garganta, detrás de los conductos nasales. El extremo de las trompas en la garganta se abre y se
cierra para lo siguiente:
Las trompas de Eustaquio inflamadas pueden bloquearse y hacer que se acumulen líquidos en el oído medio.
Este líquido puede infectarse y causar los síntomas de una infección del oído.
En los niños, las trompas de Eustaquio son más estrechas y horizontales, por lo que son más difíciles de
drenar y más propensas a obstruirse.
Función de las adenoides
Las adenoides son dos pequeñas almohadillas de tejidos en la parte posterior de la nariz que se cree que tienen
incidencia en la actividad del sistema inmunitario.
Debido a que las adenoides están cerca de la abertura de las trompas de Eustaquio, la inflamación de las
adenoides puede bloquear las trompas. Esto puede provocar una infección del oído medio. La inflamación e
irritación de las adenoides es más probable que incidan en las infecciones de oído en los niños porque los
niños tienen adenoides relativamente más grandes en comparación con los adultos.
Afecciones relacionadas
Entre las afecciones del oído medio que podrían estar relacionadas con una otitis o generar problemas en el
oído medio se incluyen las siguientes:
Otitis media con efusión, o hinchazón y acumulación de líquido (efusión) en el oído medio sin infección
bacteriana o viral. Esto puede suceder porque la acumulación de líquidos persiste incluso después de que
mejora la infección en el oído. También puede suceder debido a una disfunción o bloqueo no infeccioso de las
trompas de Eustaquio.
La otitis media con efusión crónica ocurre cuando el líquido permanece en el oído medio y vuelve
continuamente sin infección bacteriana o viral. Esto hace que los niños sean susceptibles a padecer nuevas
infecciones del oído y podría afectar la audición.
Otitis media supurativa crónica, una infección del oído que no desaparece con los tratamientos habituales.
Esto puede ocasionar un agujero en el tímpano:
Factores de riesgo
Algunos de los factores de riesgo para las infecciones del oído son:
La edad. Los niños entre las edades de 6 meses y 2 años son más susceptibles a las infecciones de oído debido
al tamaño y la forma de sus trompas de Eustaquio y porque su sistema inmunitario aún está en desarrollo.
Cuidado infantil en grupo. Los niños cuidados en grupo tienen más probabilidades de contraer resfríos e
infecciones de oído que los niños que permanecen en casa. Los niños en entornos grupales están expuestos a
más infecciones, como el resfrío común.
Alimentación del lactante. Los lactantes que beben del biberón, especialmente cuando están acostados,
tienden a tener más infecciones de oído que los bebés que son amamantados.
Factores estacionales. Las infecciones de oído son más comunes durante el otoño y el invierno. Las personas
con alergias estacionales pueden tener un mayor riesgo de padecer infecciones de oído cuando los recuentos
de polen son altos.
Mala calidad del aire. La exposición al humo de tabaco o a altos niveles de contaminación del aire puede
aumentar el riesgo de padecer infecciones de oído.
Herencia indígena de Alaska. Las infecciones de oído son más comunes entre los indígenas de Alaska.
Hendidura del paladar. Las diferencias en la estructura ósea y los músculos de los niños con hendidura del
paladar pueden dificultar el drenaje de la trompa de Eustaquio.
Complicaciones
La mayoría de las infecciones de oído no causan complicaciones a largo plazo. Las infecciones de oído que se
producen una y otra vez pueden llevar a complicaciones graves:
Deterioro de la audición. La pérdida de audición leve que aparece y desaparece es bastante común con una
infección de oído, pero generalmente mejora una vez que la infección desaparece. Las infecciones de oído que
se producen una y otra vez, o el líquido en el oído medio, pueden llevar a una pérdida de la audición cada vez
más significativa. Si hay algún daño permanente en el tímpano u otras estructuras del oído medio, puede
haber pérdida permanente de la audición.
Retrasos en el habla o en el desarrollo. Si la audición se ve afectada de manera temporal o permanente en
lactantes y niños pequeños, estos pueden experimentar retrasos en el habla, en las habilidades sociales y en el
desarrollo.
Propagación de la infección. Las infecciones no tratadas o que no responden bien al tratamiento pueden
propagarse a los tejidos cercanos. La infección del mastoideo, la protuberancia ósea detrás de la oreja, se
conoce como mastoiditis. Esta infección puede resultar en daño al hueso y la formación de quistes llenos de
pus. En raras ocasiones, las infecciones graves del oído medio se propagan a otros tejidos del cráneo, incluso el
cerebro o las membranas que lo rodean (meningitis).
Desgarro del tímpano. La mayoría de los desgarros del tímpano sanan dentro de las 72 horas. En algunos
casos, se necesita una reparación quirúrgica.
Prevención
Los siguientes consejos pueden ayudarte a reducir el riesgo de tener infecciones en el oído:
Prevenir resfriados comunes y otras enfermedades. Enseña a tus hijos a lavarse las manos con frecuencia y a
conciencia, y a no compartir los utensilios para comer y beber. Enseña a tus hijos a toser o estornudar en el
codo. Si es posible, limita el tiempo que tu hijo pasa en centros de cuidado grupales. Puede servir un lugar de
atención infantil con menos niños. Trata de no llevar a tu hijo a la guardería o la escuela cuando esté enfermo.
Evita el humo de segunda mano. Asegúrate de que nadie fume en tu hogar. Cuando estés lejos de casa,
permanece en ambientes libres de humo.
Amamanta a tu bebé. De ser posible, dale de mamar a tu bebé durante al menos seis meses. La leche materna
contiene anticuerpos que pueden proteger al bebé de las infecciones en el oído.
Si alimentas a tu bebé con biberón, sostenlo en posición vertical. No le des el biberón cuando está acostado.
No pongas biberones en la cuna junto al bebé.
Habla con tu médico acerca de las vacunas. Pregunta al médico cuáles vacunas son apropiadas para tu hijo. Las
vacunas estacionales contra la gripe, el neumococo y otras bacterias pueden prevenir las infecciones en el
oído.
Tiene tres grandes virtudes: desinflama las mucosas, es bactericida y estimula las defensas del organismo.
Por eso es adecuada en otitis infecciosas (por bacterias, resfriados...).
Se prepara en decocción de una cucharada sopera de la raíz, para tomar de 1 a 3 veces al día, o en extracto
seco de 1.000 mg diarios.
Jengibre
Sus principios activos (gingeroles) tienen un gran efecto antiinflamatorio, analgésico y descongestionante, y
facilitan la expulsión de la mucosidad atrapada en el oído.
Perilla
Actúa reduciendo los niveles de histamina, que aumentan la inflamación y la producción de mucosidad en el
oído.
Se recomienda en decocción de las hojas (una cucharada sopera) de 1 a 3 veces al día, o en extracto de 250 a
750 mg diarios.
Cúrcuma
Por sus virtudes depurativas, también protege de los alérgenos que agravan la otitis.
La dosis aconsejada es de 350 a 1.000 mg de extracto de curcumina al día.
Se debe evitar en caso de piedras biliares.
Fumaria
Es una planta con virtudes antihistamínicas y depurativas, que mejora los síntomas de las otitis alérgicas.
Se emplea en decocción (1 cuchara sopera rasa), añadiendo un poco de miel y el zumo de 1/2 limón, de 2 a 3
veces al día.
Remedio casero
"Gotas" para la otitis: este preparado es desinfectante, antiinflamatorio y ayuda a calmar el dolor.
Ingredientes: 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen. 1 cucharada sopera de la mezcla de manzanilla y
tomillo.
Preparación: Cuece a fuego lento los ingredientes 5 minutos. Deja reposar otros 5 y filtra. Aplica 3 gotas en el
oído 2 veces al día.
1. Sello de oro
Tiene tres grandes virtudes: desinflama las mucosas, es bactericida y estimula las defensas del organismo.
Por eso es adecuada en otitis infecciosas (por bacterias, resfriados...). Se prepara en decocción de una
cucharada sopera de la raíz, para tomar de 1 a 3 veces al día, o en extracto seco de 1.000 mg diarios.
2. Jengibre
Sus principios activos (gingeroles) tienen un gran efecto antiinflamatorio, analgésico y descongestionante,
y facilitan la expulsión de la mucosidad atrapada en el oído. Se utiliza en decocción de 1⁄2 cm de su
rizoma por vaso de agua. Añádele el zumo de 1⁄2 limón. Tómalo 3 veces al día tras las comidas.
3. Perilla
Resulta muy eficaz cuando las otitis son de origen alérgico. Actúa reduciendo los niveles de histamina, que
aumentan la inflamación y la producción de mucosidad en el oído. Se recomienda en decocción de las hojas
(una cucharada sopera) de 1 a 3 veces al día, o en extracto de 250 a 750 mg diarios.
4. Cúrcuma
5. Fumaria
Es una planta con virtudes antihistamínicas y depurativas, que mejora los síntomas de las otitis
alérgicas. Se emplea en decocción (1 cuchara sopera rasa), añadiendo un poco de miel y el zumo de 1/2 limón,
de 2 a 3 veces al día.
6. Manzanilla y tomillo