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Korruptia

Versión libre de

La visita de la vieja Dama

de

Friedrich Dürrenmatt

Adaptada por Juan Torralba


(febrero de 2015)
Readaptada por Cecilia Ares
Para el IES Valverde de Lucerna
(Febrero de 2019)

www.lenguaparatontos.es

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Personajes
ACTO I
Juana María (Dama)
Florian (Marido ) Escena 1
Ignacio Cruz______ Periodista. Luego Médica, Constructor, Pintora,
Petra Cruz (Mujer) Maestra, Ignacio, etc.
Rosalía Cruz (Hija y Maestra)
Patricia (Alcaldesa) Oscuro. Crece un poco la luz. Están en la plaza del pueblo
Médica (OFF) los vecinos reunidos en torno a la vieja radio de la tienda de
Constructor (OFF): Ignacio.
Cura
Policía IGNACIO: Corred, corred, que ya
Pintora (OFF) empieza
Barman (OFF)
Periodista (OFF) Ignacio resintoniza la radio hasta que da con la emisora
correcta. Se escucha al PRESENTADOR.

PRESENTADOR: conectamos en directo con nuestra


reportera Alba. Hola Alba, cuéntanos ¿dónde te encuentras
hoy?

PERIODISTA: ¡Hola, hola! Buenos días a todos. Hoy, el


equipo de “Imposible pero cierto” nos hemos trasladado a la
pintoresca localidad de Korruptia. Korruptia, sí, parece nombre
de empresa, pero así se llama este… pueblo. Y sé preguntarán,
¿por qué? ¿Qué va a pasar hoy aquí? ¿Qué ha pasado?

(Pausa)

PERIODISTA: Aquí tenemos a una amable paisana ¿Tiene


usted un minuto para hablar con “Imposible pero cierto”?

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CONSTRUCTOR: Infraestructuras.
MÉDICA: ¿La radio? PERIODISTA: Obsoletas.
PERIODISTA: Sí, señora. Toda España la está escuchando. PINTORA: (Interviniendo de golpe) Talento humano.
MÉDICA: ¡Oh! PERIODISTA: ¡Wao! Esto se anima. ¡Otra korruptiana!
PERIODISTA: ¿Es usted de aquí, de Korruptia? MÉDICA: Sí, PINTORA: A mucha honra.
señora. PERIODISTA: ¿Y está usted contenta con su vida aquí?
PERIODISTA: Ajá, y ¿cómo les llaman a ustedes? PINTORA: No sé a qué se refiere.
¿Corruptos? (Se ríe de su chiste malo.)
MÉDICA: (Con risa forzada) Jajajá, nada de eso. Somos Aparecen por otro lado la MAESTRA y el BARMAN.
Korruptianos. PERIODISTA: ¿Tiene usted trabajo?
PERIODISTA: Muy bien, señora corruptiana. Díganos, ¿qué PINTORA: Soy pintora.
clase de pueblo es este? PERIODISTA: Pero… ¿trabaja?
MÉDICA: Uno como cualquier otro. PINTORA: Ahora mismo, no.
PERIODISTA: ¿Cómo cualquier otro? No sé yo. Tienen PERIODISTA: (Al Constructor) ¿Y usted?
ustedes el índice de paro más alto de toda la Comunidad CONSTRUCTOR: Yo no soy pintor.
Autónoma. PERIODISTA: Muy bien. ¿Y qué es? C
MÉDICA: Sí, eso es cierto. ONSTRUCTOR: ¿Soy constructor?
PERIODISTA: Y una deuda récord por habitante. PERIODISTA: ¡Wao! Un constructor corrupt… iano.
MÉDICA: También. ¿Y construye?
PERIODISTA: Cuando hace pocos años eran ustedes una CONSTRUCTOR: Ahora mismo, no.
ciudad pujante. PERIODISTA: Vaya, (a la MÉDICA) ¿y usted?
MÉDICA: mmm…. MÉDICA: Yo soy médica.
CONSTRUCTOR: (Interviniendo por sorpresa) Perdón PERIODISTA: ¡Buenó! Pues seguro que usted sí trabaja.
por la intromisión, pero… ¡Podemos volver a serlo! MÉDICA: A todas horas.
PERIODISTA: ¡Oh, otro amable corrupteño! PERIODISTA: ¿Pero cobra?
CONSTRUCTOR: Korruptiano. MÉDICA: Ahora mismo, no.
PERIODISTA: Eso. MAESTRA: (Interviniendo de golpe) Pero todo eso va a
CONSTRUCTOR: Tenemos industrias cambiar.
PERIODISTA: Cerradas.
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PERIODISTA: ¡Oh! ¿Y usted es…? PINTORA: ¿Para qué tantos?
MAESTRA: La maestra. PERIODISTA: ¿Uno?
PERIODISTA: ¡La maestra! Han venido todas las fuerzas vivas
de la ciudad, ¿eh? Silencio
BARMAN: Falto yo.
PERIODISTA: ¿Qué es…? BARMAN: ¡Una!
BARMAN: El dueño del bar. PERIODISTA: Queridos radiooyentes, esto es magnífico.
PERIODISTA: ¡Hombre! ¡El más importante! Korruptia, ciudad que no hace mucho presumía de prosperidad,
MAESTRA: Le decía que todo esto puede cambiar. de calidad de vida, ¡de renta per cápita!... es hoy un poblacho
PERIODISTA: Ah, ¿sí? ¿Y cómo? arruinado. (Protestas de los corruptianos). Un lugar donde la
MAESTRA: También hay personajes ilustres en este pueblo. gente no tiene dónde caerse muerta. Si vieran como van
PERIODISTA: ¿Más que ustedes? vestidos, desnudos, descalzos, sucios… da pena verlos.
MÉDICA: Mucho más. ¿Cuánto tiempo llevan sin comer un filete?
PERIODISTA: (Con intriga) ¿Se refiere a… inversores? KORRUPTIANOS: (En tumulto, relamiéndose) ¡Mmm…!
CONSTRUCTOR: Justamente. ¡Oh…! ¡Un filete!
PERIODISTA: ¿Y dónde están? Nos gustaría conocer su opinión. PERIODISTA: Una merluza fresca…
PINTORA: No están aquí. KORRUPTIANOS: ¡Merluza! ¡Por dios! ¡Que se calle!
PERIODISTA: Vaya. PERIODISTA: Pues todo eso va a cambiar. Así es. Este
BARMAN: Pero llegarán. pueblo espera la salvación. Y la salvación… va a venir. Sí, va a
PERIODISTA: ¿Cuándo? venir de la mano de… (Murmullos) ¡Juana María de Castro
CONSTRUCTOR: Pronto. Guzmán Arrieta y Fonseca!
PERIODISTA: ¿Y son muchos? KORRUPTIANOS: (En tumulto) ¿Cómo lo sabe? ¿Quién se
MÉDICA: Suficientes. lo ha dicho? ¡No es posible!
PERIODISTA: ¿Diez? PERIODISTA: Alias, la Juani.
MAESTRA: No se pase. CONSTRUCTOR: Esa información está por confirmar.
PERIODISTA: ¿Cinco? PERIODISTA: Esa información, caballeros, “Imposible pero
CONSTRUCTOR: Lo que importa es la calidad, no la cantidad. cierto” la sabe de buena tinta. ¿Es o no verdad que Doña Juana
PERIODISTA: ¿Tres? María nació en este pueblo?

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KORRUPTIANOS: (Contestarán en adelante en tumulto) Escena 2
Verdad, sí, así es. En casa de Ignacio.
PERIODISTA: ¿Es o no verdad que partió de aquí pobre Mujer, Hija. Ignacio. Luego Juana María
como una rata?
KORRUPTIANOS: Sí, bueno, es cierto… Entran la MADRE y la HIJA. Mientras hablan, colocan una mesa
PERIODISTA: ¿Es o no verdad que en pocos años, gracias y tres sillas. Ponen el mantel, platos y cubiertos. Traen una
a sucesivos matrimonios de mucha conveniencia se ha sopera llena.
convertido en la mujer más rica de España?
KORRUPTIANOS: (Con decisión) Eso sí, verdad, es HIJA: Está todo el pueblo revolucionado.
verdad, sí señor… MADRE: No me extraña.
PERIODISTA: ¿Y es o no verdad que se espera su visita aquí, HIJA: Dicen que se le caen los millones de los bolsillos.
en este pueblo, para el próximo viernes?
MADRE: Ya será menos. Nadie regala nada.
Entra la ALCALDESA medio corriendo, agitada. En cuanto HIJA: Este mes sale en la portada de todas las revistas.
la ven entrar, se apaga la radio. MADRE: Bah, bodas de ricos. Todas una farsa.
HIJA: ¿Y qué se le ha perdido aquí?
ALCALDESA: ¡No puede ser! ¡No puede ser! MADRE: Ya ves, caprichos de millonaria.
PETRA: ¿Qué sucede señora Alcaldesa? Cálmese. HIJA: Pero ella nació aquí, ¿no?
ALCALDESA: (Agitada) Que a Doña Juana María se la
MADRE: Hace treinta años que no pisa.
esperaba para el viernes (pausa para tomar aire).
KORRUPTIANOS: ¡Oh! ¡No! ¿Ya no viene? HIJA: (Tras una pausa) ¿Y por qué se fue?
ALCALDESA: No. ¡Es que ya ha llegado! (Más exaltada MADRE: Porque le dio la gana.
aun) HIJA: Dicen otra cosa…
KORRUPTIANOS: ¡Qué! ¡Cómo! ¡Cuándo! MADRE: (Intentando disimular) Muchas tonterías dicen.
ALCALDESA: Ahora mismo. En el tren de las 11. HIJA: Que se fue por culpa de un hombre.
PERIODISTA: ¡Ahí va! MADRE: Qué cosas.
ALCALDESA: ¡Y tengo que avisar a la Alcaldesa para el
HIJA: Un hombre que la dejó por otra.
discurso y el recibimiento! ¡Vamos! ¡Dispersos! ¡Tenemos
que preparar el discurso y el recibimiento! ¡Moveos, MADRE: Pues bien que se estará arrepintiendo.
venga! HIJA: Mamá, no te hagas la tonta.
MADRE: Calla, que ahí viene tu padre
Se apagan las luces.

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Entra IGNACIO, jovial. Como todos, va pobremente vestido. HIJA: No… que ¿Por qué viene?
IGNACIO: Ni idea. (A la MADRE) Mi amor, ¿hay postre? (La
IGNACIO: Mmm… ¿Qué tenemos hoy? MADRE niega) ¿Café? (La MADRE le mira perpleja) Bueno,
HIJA: Lo de todos los días, papá. pues mejor. Así la digestión es más sencilla.
IGNACIO: ¡Sopa! Qué rica. HIJA: Dicen que a ver un hombre.
HIJA: De boniatos. IGNACIO: ¿Pero no se acaba de casar?
IGNACIO: Muy nutritiva. HIJA: Eso es lo raro.
IGNACIO: Las mujeres…, o sea, algunas mujeres son muy raras.
Se sientan a comer.
HIJA: (Levantándose) Me voy. Aquí no se puede entender una
MADRE: Y qué, ¿alguna novedad en la tienda? con nadie.
IGNACIO: (Sirviéndose sopa y comiéndosela) ¿Eh? No, lo de IGNACIO: ¿No ayudas a tu madre?
siempre… Cuatro gatos. La gente lo está pasando muy mal. MADRE: Déjala. Tiene que ir a la fábrica.
HIJA: La gente no para de hablar de lo mismo. IGNACIO: ¿Están cogiendo gente?
IGNACIO: Ah, sí. ¿Y de qué hablan? MADRE: Eso dicen.
MADRE: Rosalía… (La mira desafiante para que se calle) IGNACIO: Pues ve, ve, princesa. A ver si hay suerte.
HIJA: De doña Juana María de Castro Guzmán HIJA: (Saliendo) Eso, a ver si hay más suerte, porque Maestra de
IGNACIO: ¡Oh! ¿Y qué dicen? un colegio sin niños...
HIJA: Qué se ha casado.
IGNACIO: Enhorabuena. Pausa en que la MADRE recoge los platos e IGNACIO mira al
HIJA: Y qué en su luna de miel… viene aquí, ¡a Korruptia! techo.
IGNACIO: Es un pueblo hermoso.
HIJA: Es un pueblo asqueroso. IGNACIO: ¿Qué le pasa?
IGNACIO: (A la madre) Cariño, la sopa está deliciosa. ¿Hay MADRE: Se hace preguntas.
más? IGNACIO: Pues como todos.
HIJA: Ni gota, papá. Ya lo sabes. MADRE: (Sentándose y enfrentándolo) Ignacio, ¿a qué viene esa
IGNACIO: Mejor. Lo bueno, si breve… señora aquí?
HIJA: ¿Y tú que piensas? IGNACIO: ¿Y yo que sé?
IGNACIO: ¿Yo? Que me voy a echar una siestecita. MADRE: Yo sí lo sé.

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IGNACIO: Tonterías. comía de mi mano.
MADRE: Ignacio, viene a verte. MADRE: Sería hace treinta años.
IGNACIO: Ya estamos. IGNACIO: Pero si era bruta, fea, de lo más vulgar.
MADRE: Viene a pedir cuentas JUANA MARÍA: (Entrando) Gracias por tales piropos.
IGNACIO: Pero, ¿cuentas de qué?
MADRE: No lo sé. Se sentirá despechada. La MADRE e IGNACIO miran de dónde viene la voz. Encuentran
IGNACIO: ¿Por qué? ¿Porque te preferí a ti? a la JUANA MARÍA y tardan unos segundos en reconocerla. Por
MADRE: Quizá fin se levantan de un brinco y no saben cómo reaccionar.
IGNACIO: ¡Pero si eso fue hace treinta años!
MADRE: ¿Y? MADRE: ¡Señora!
IGNACIO: Nadie guarda el odio tanto tiempo. IGNACIO: ¡Juana María!
MADRE: Tú no conoces a una mujer enamorada. MADRE: Bienvenida a nuestra humilde casa.
IGNACIO: ¿Cómo que no? Te conozco a ti. IGNACIO: ¿Como llegas así, sin avisar?
MADRE: Ignacio, tengo miedo.
IGNACIO: Anda, anda. ¿De la Juani? JUANA MARÍA avanza sin dignarse a contestar. Mira a su
MADRE: De Doña Juana María. alrededor con incredulidad y superioridad.
IGNACIO: Para el caso…
MADRE: Una mujer rica. JUANA MARÍA: Así que aquí es donde vives (tocando los
IGNACIO: La Juani. muebles con cara de asco).
IGNACIO: Tu casa, Juana.
Juana María ha entrado, silenciosamente, por un lado. Va JUANA MARÍA: ¿Mi casa? Ja, estás soñando. (Mira a la
vestida con galas ricas y algo horteras. La pareja no la ve. MADRE, que seguía paralizada, a la cara. Habla incrédula) Es
increíble. ¿Esta es tu mujer? (Con desdén)
MADRE: Es una mujer poderosa. MADRE: Petra, para servirla.
IGNACIO: ¡Ná! Una chica del montón que pegó un buen IGNACIO: Eeeh… Me han dicho que tú también te has casado.
braguetazo. JUANA MARÍA: Ayer ¿Te enteraste?
MADRE: Una mujer herida en su orgullo. IGNACIO: Todo el mundo se enteró, Juana. Por las revistas.
IGNACIO: ¿Orgullo la Juani? No sabes de lo que hablas. Pero si MADRE: Estaba usted muy guapa.

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JUANA MARÍA: (Se acerca a la sopa y la huele) Mmm… JUANA MARÍA: Hola, Ignacio.
Boniatos. IGNACIO: Has cambiado mucho.
IGNACIO: ¿Has comido? JUANA MARÍA: Tú también.
MADRE: (Abriéndole una silla) Siéntese usted. IGNACIO: Estás más fresca, más alta, más hermosa.
JUANA MARÍA: Yo no como boniatos desde hace… treinta JUANA MARÍA: Tú más feo, más fofo y más viejo.
años. IGNACIO: Lo sé. Son treinta años.
IGNACIO: Nosotros tampoco. Pero fíjate, hoy, por cambiar… JUANA MARÍA: Treinta años…
IGNACIO: ¿A qué has venido?
Hay un silencio largo en el que JUANA MARÍA e IGNACIO se JUANA MARÍA: ¿No lo sabes?
miran a los ojos. Él, interrogante. Ella divertida. IGNACIO: Bueno…, lo que se dice por ahí.
JUANA MARÍA: ¿Y qué se dice?
MADRE: Bueno, yo os dejo. Seguro que tendrá…, que IGNACIO: Que no te has olvidado de nosotros.
tendréis…, que tendrán muchas cosas de que hablar. JUANA MARÍA: No me he olvidado.
IGNACIO: Que eres una mujer generosa y nos vas a ayudar.
Ninguno responde nada ni se mueve. JUANA MARÍA: Soy una mujer generosa.
IGNACIO: Qué bien, porque el pueblo lo está pasando muy mal.
MADRE: En fin, (recogiendo lo que queda de la mesa y Pero… te esperábamos el viernes.
desapareciendo) bienvenida a su casa. A su pueblo. (Sale) JUANA MARÍA: Quería verte.
IGNACIO: ¿A mí?
JUANA MARÍA: (Se le acerca, seductora) Quería saber qué
Escena 3 había sido de ti.
En casa de Ignacio IGNACIO: (Nervioso) Poca cosa, ya ves.
Ignacio y Juana María. Luego Mayordomo y Marido. JUANA MARÍA: (Más cerca) Quería sentir el sonido de tu voz.
IGNACIO: Anda.
Quedan los dos manteniendo la mirada. El mantendrá una JUANA MARÍA: (Muy cerca) Tu olor.
actitud algo nerviosa. Ella segura y divertida con la situación. IGNACIO: Ah…

IGNACIO: Hola, Juana.

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Hay un momento de suspense en el que él parece abandonarse a JUANA MARÍA: ¿Y el ataúd?
la belleza y sofisticación de la mujer. Acerca su boca para IGNACIO: ¿Has traído un ataúd?
besarla. JUANA MARÍA: Claro. Nunca se sabe.
FLORIAN: Cosita, (mirando alrededor) este capricho tuyo… me
IGNACIO: Juana, yo… lo tienes que explicar. Pudiendo estar en Venecia, en París…
JUANA MARÍA: (Separándose) Y presentarte a mi marido. JUANA MARÍA: Florian…
IGNACIO: (Recomponiéndose) ¡A tu mari…! FLORIAN: Dime, mi amor.
JUANA MARÍA: ¡Florian! JUANA MARÍA: Cierra el pico.
FLORIAN: Sí, mi amor. Ejem…, te espera el recibimiento
Entra FLORIAN, el marido. Va elegantementevestido. oficial.
JUANA MARÍA: ¿La Alcaldesa?
FLORIAN: ¿He oído que me llamas, princesa? FLORIAN: Todo el pueblo.
JUANA MARÍA: (Enigmática) El pueblo de Korruptia…
IGNACIO hace una reverencia IGNACIO: Bueno… pues… mejor no les hagamos esperar,
¿no les parece?
IGNACIO: Es para mí un placer, señor. JUANA MARÍA: (Cogiéndole de la camisa) Yo he esperado
FLORIAN: (Sin mirar siquiera a Ignacio) Mi amor, aún no sé treinta años.
qué estamos haciendo aquí. Todo esto es feísimo. IGNACIO: Pues también es verdad… Que esperen.
IGNACIO: Es cierto. JUANA MARÍA: (Acercando su cara) Mmm… ese olor… (Lo
JUANA MARÍA: Aquí nací yo. suelta con desprecio) Veamos ese recibimiento.
FLORIAN: Una rosa en un estercolero…
JUANA MARÍA: Está mi equipaje instalado en el hotel. Van saliendo.
FLORIAN: ¿Hotel? Si parece un pesebre. Pero sí, están
las sesenta maletas. FLORIAN: Oh, sí. Terminemos con esto.
IGNACIO: (Para sí) ¡Sesenta maletas! JUANA MARÍA: ¿Florian?
FLORIAN: Y los quince baúles FLORIAN: ¿Sí, tesoro?
JUANA MARÍA: ¿Y el tigre? JUANA MARÍA: ¿Te he dicho que no te aguanto?
IGNACIO: ¿Qué tigre? ¿Has traído un tigre? FLORIAN: Sí, tesoro.
FLORIAN: El tigre también. Ha comido y ahora duerme.
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Escena 4
En la plaza del pueblo. Todos.
Entran el CURA y la ALCALDESA. La alcaldesa anima con las manos a que siga con entusiasmo.

ALCALDESA: Esta no es forma de trabajar. KORRUPTIANOS: ¡Vivan los novios! ¡Vivan!


CURA: Paciencia, Patricia, paciencia.
ALCALDESA: Como si un discurso se improvisara así. (Chasquea LA alcaldesa, mirando al lugar donde se espera a Juana
los dedos) María, pide más pasión.
CURA: Todo sea por el bien de la comunidad.
ALCALDESA: ¿Está la gente preparada? KORRUPTIANOS: ¡Juana! ¡Juana! ¡Juana!
CURA: Sí, todo el mundo.
ALCALDESA: ¿Las pancartas? De pronto se hace un silencio.
CURA: También.
ALCALDESA: ¿Los fuegos artificiales? CURA: (En susurros) ¡Ahí llega, ahí llega!
CURA: Todo. ALCALDESA: (Tras un silencio tenso): ¡Juana María de
ALCALDESA: (Tras una pausa) Nos jugamos mucho, padre. Castro Guzmán Arrieta y Fonseca!
CURA: Lo vas a hacer muy bien. Y tranquila, yo la conozco
desde niña. Era rebelde, pero tenía buen corazón. Todos los corruptianos rompen en aplausos. La Alcaldesa
ALCALDESA: Eso espero. Qué entren todos. también, y pedirá al público que aplauda. Entra Juana María
del brazo de su marido, solemnemente pero sonriendo. Suena
La Alcaldesa se sitúa frente al cajón con micrófono para los música de banda y fuegos artificiales. Les preparan dos
discursos. El cura da dos palmas y empieza a salir gente del asientos y después de saludar con la cabeza y dar múltiples
pueblo. Se van poniendo a un lado. Comentan en voz baja que gracias se sientan. Los aplausos se acallan.
la Dama ya ha llegado, que qué sorpresa, etc.
ALCALDESA: Querida doña Juana, estimado don Florian, es
KORRUPTIANOS: ¡Viva doña Juana María! ¡Viva! para mí un honor y un orgullo ser la primera en darles la
bienvenida a esta que siempre ha sido su casa: Korruptia.

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Aplausos ALCALDESA: Y como sabemos del talante generoso y del
amor que usted, doña Juana María, profesa a su ciudad natal,
ALCALDESA: Parece que fue ayer cuando la vimos a usted nos gustaría ahora oír algunas palabras suyas de apoyo a
partir en aquel tren hacia el futuro. Aquella niña frágil, inquieta, Korruptia, que, sentimos decirlo, está pasando por unos
con infinitas ganas de vivir se fue y nos dejó un gran vacío. momentos muy difíciles.
Todos y cada uno de los corruptianos sentimos su pérdida
entonces y por eso mismo todos nos hemos sentido orgullosos de Aplausos entre los que se oye algún ¡Que hable!, ¡que hable!
su trayectoria. Doña Juana por fin se levanta majestuosa. Se crea un silencio
expectante. Se acerca al cajón para hablar.
Aplausos.
JUANA MARÍA: Queridos Korruptianos…
ALCALDESA: Aquí hemos celebrado con emoción cada uno
de sus matrimonios. (Los dos novios se miran con arrobo) Algarabía de aplausos y vivas.
Aquí hemos brindado con champán por cada uno de sus
éxitos empresariales, de sus conquistas en los mercados, JUANA MARÍA: Gracias, gracias. Debo decir en primer
hemos bailado sobre las cenizas de su competencia. lugar que estoy muy emocionada por este gesto tan bonito.

Aplausos. ALCALDESA: Es justo decir que ha sido a iniciativa de


Ignacio Cruz, por quien sabemos que guarda antiguos afectos.
ALCALDESA: Y por eso mismo, hemos decidido por
unanimidad… (silencio tenso) nombrarla “Hija Predilecta de IGNACIO sale de la multitud a empujones y saluda cohibido.
Nuestra Ciudad”, “Korruptiana de Honor”
JUANA MARÍA: (Mirando a IGNACIO) Antiguos, sí. (Al
Aplausos y Vítores. La Alcaldesa se acerca con una banda público) Queridos Korruptianos, no penséis que porque haya
honorífica. Juana María se incorpora y se deja colgar la vivido lejos de aquí, porque hayan pasado treinta años desde
banda. la última vez que me visteis, os he olvidado. He seguido muy
de cerca la triste evolución de esta ciudad, que era próspera y
rica, y ahora se ha convertido en un vertedero por el que sus

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ciudadanos caminan como fantasmas en harapos, flacos y JUANA MARÍA: Quinientos millones para la ciudad y
enfermos. quinientos millones para repartir entre sus ciudadanos.
KORRUPTIANOS: ¡Viva doña Juana!¡Viva! ¡Viva la cosa
Murmullos de asentimiento. más bonita de España! ¡Vivan sus millones! ¡Vivan!
ALCALDESA: Señora doña Juana María, déjeme que sea yo
JUANA MARÍA: El nombre de Korruptia va unido a mí, es quien le preste la pluma con la que firmar este hermoso gesto.
parte de mí, me debo a él y por lo tanto no puedo tolerar este (Le da un boli bic)
lamentable estado de las cosas. Ya que el destino ha puesto JUANA MARÍA: (Tomándolo) Gracias, gracias. No es para
en mis manos el éxito, el dinero y el poder… quiero tanto. Para mí es un placer. (Se acerca al cheque y va a firmar
compartirlo con mis conciudadanos. en medio de un silencio expectante. En el último momento se
detiene) Eeeh…
KORRUPTIANOS: ¡Viva doña Juana!¡Viva! ALCALDESA: ¿Sí?
JUANA MARÍA: (Chascando los dedos) Florian. JUANA MARÍA: Una cosa…
ALCALDESA: ¿Una cosa?
Florian sale y en seguida entra portando un cheque de JUANA MARÍA: Una tontería sin importancia.
enormes dimensiones donde se deja leer la cantidad de ALCALDESA: Lo que usted quiera.
1.000.000.000.
JUANA MARÍA vuelve al cajón del micrófono.
JUANA MARÍA: Para reabrir sus fábricas, para limpiar sus
calles, para acondicionar su hospital, para recuperar su JUANA MARÍA: Pueblo de Korruptia. Creo que a cambio de
escuela, para, en definitiva, traer de nuevo el progreso y el esta… modesta aportación, me siento legitimada a pedir algo
bienestar, quiero hacer entrega al pueblo de Korruptia de este a cambio.
cheque por valor de… ¡mil millones! KORRUPTIANOS: (En tumulto) Claro, sí, por supuesto, lo
que sea, pida por esa boquita…
Todos estallan en vivas, en abrazos, caen de rodillas, JUANA MARÍA: A cambio de mil millones pido… ¡justicia!
lloran… La Alcaldesa toma las manos de Juana María y se
arrodilla.

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mendigar y al final sí…
Silencio. Los corruptianos murmuran intrigados ALCALDESA: ¡Qué!
JUANA MARÍA: ¡Prostituirme!
ALCALDESA: ¿Justicia? No faltaba más KORRUPTIANOS: (En tumulto) ¡No! ¡Oh! ¡Eso es terrible!
JUANA MARÍA: Hace treinta años, sí, yo me fui de aquí, pero ¡Qué horror!
todos sabéis muy bien cómo. Yo era entonces una chiquilla, JUANA MARÍA: Por fortuna, uno de mis amantes me dejó
apenas una niña pero ya había conocido el amor… en herencia su pequeño imperio empresarial, que yo pronto
KORRUPTIANOS: (Enternecidos) Oh… convertí en gigantesco gracias a otros matrimonios y otros
JUANA MARÍA: La más bella historia de amor. Él era un golpes de suerte.
hombre fuerte, valiente, sensible. Éramos almas gemelas, el CURA: ¡Cuándo has sufrido, mi pobre niña!
mundo se nos hacía pequeño, queríamos viajar, conocer, JUANA MARÍA: Y eso me permite estar hoy aquí,
conquistar… entregando al pueblo de Korruptia mil millones a cambio de
KORRUPTIANOS: (Enternecidos) Oh… ¡Justicia!
JUANA MARÍA: Él daba su vida por mí y yo le entregué mi KORRUPTIANOS : (En tumulto) Muy bien, tiene razón, está en
alma y mi… cuerpo. su derecho, sí.
CURA: Hummm… (Se escandaliza) ALCALDESA: (Cauta) ¿Y exactamente… a qué llama usted
JUANA MARÍA: Fruto de esa… entrega, concebí un niño. “justicia”?
KORRUPTIANOS: ¡Ooooh! JUANA MARÍA: (Al público) Firmaré ese cheque (Blande el
JUANA MARÍA: Y cuando lo supo, sí, ese hombre sensible, bolígrafo) cuando un ciudadano de Korruptia, cualquiera…,
fuerte, valiente… me abandonó. ¡asesine a (señalándolo) Ignacio Cruz!
KORRUPTIANOS: (Indignados) ¡Ooooh! IGNACIO: ¡Qué!
ALCALDESA: Eso es una injusticia, ¡es imperdonable! KORRUPTIANOS: ¡Oh! Un asesinato. Pero esto es terrible.
IGNACIO: Bueno… pero eso debió de pasar hace muchos CURA: Querida niña, todos sabemos que has sufrido mucho,
años… pero tú tienes buen corazón. Sabes perdonar.
JUANA MARÍA: Imperdonable, sí. Ese hombre me dejó por JUANA MARÍA: Quinientos millones para el pueblo y
otra mujer más honrada, con más dinero y menos… menos quinientos para repartir entre todos los corruptianos.
embarazada. Y yo tuve que huir de este pueblo. Pasé hambre y ALCALDESA: A ver, a ver, que no me entero. Deduzco que fue
pasé frío. Pasé miedo y pasé vergüenza. Tuve que robar comida, Ignacio Cruz el hombre que la abandonó en ese estado…

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JUANA MARÍA: Deduce bien. maridito. Un esperpento.
ALCALDESA: Ignacio, debería darte vergüenza. IGNACIO: MAYORDOMO: ¿La señora querrá la escopeta?
Dios mío, pero si han pasado treinta años. JUANA MARÍA: ¿Y Está engrasada y cargada.
qué? JUANA MARÍA: No va a hacer falta, Mauricio. MARIDO: Lo
IGNACIO: Éramos unos chiquillos… que sea. Solo espero que termine pronto. JUANA MARÍA: Falta
todo el segundo acto.
El cura habla al oído de la ALCALDESA. MARIDO: Todo por mil cochinos millones.
MAYORDOMO: Si me permite la señora, con menos de la mitad
ALCALDESA: Señora Juana María, lo que hizo este hombre es habría bastado.
horrible. Dan ganas de encerrarlo diez años en un calabozo. Sin JUANA MARÍA: Era por redondear.
duda merece usted una indemnización y una condena pública.
IGNACIO: (Conciliador) ¿No estamos exagerando un poquito? Se deshace el círculo y se acercan a la dama el CURA y la
ALCALDESA: Pero un asesinato es un asesinato. Yo, como ALCALDESA.
Alcaldesa de la ciudad de Korruptia, no puedo autorizar eso.
JUANA MARÍA: No hay problema. Florian, recoge el cheque.
Nos vamos.
ALCALDESA: Un momento, un momento. Usted no puede
hablar en serio.
JUANA MARÍA: Completamente.
ALCALDESA: Pero no puede irse así. Déjenos deliberar unos
momentos.
JUANA MARÍA: Deliberen.

Todos los corruptianos en círculo, detrás, deliberan. En primer


plano quedan la dama, su marido y su mayordomo.

MARIDO: Cosita, estas escenas de drama naturalista me aburren


mortalmente.
JUANA MARÍA: Es un vodeville, mi querido e ignorante
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CURA: Ejem… JUANA MARÍA: Cuelga ahí ese cheque. Que se vea bien.
JUANA MARÍA: (Mirándose las uñas) ¿Han tomado su
decisión?. MARIDO lo cuelga alto y bien visible. Ahí quedará hasta el
ALCALDESA: No ha sido difícil.
final.
JUANA MARÍA: Ustedes dirán.
ALCALDESA: Bien. Usted sabe las dificultades por las que
atraviesa nuestra ciudad…, CURA: Juana María, entiendo tu dolor. Pero esta ciudad ha
CURA: …el sufrimiento que padecen sus habitantes…, dado un gran ejemplo. Estoy orgulloso de ellos.
ALCALDESA: Para nosotros ese dinero es esencial. No se JUANA MARÍA: Padre cura, no se preocupe. (Le da dos
gastará en caprichos, servirá para poner en marcha la golpecitos amistosos en el hombro) Sabré esperar.
industria…,
CURA: …crear puestos de trabajo…,
Se van.
ALCALDESA: aliviar a las familias…
JUANA MARÍA: Ajá…
ALCALDESA: Sin embargo, somos un pueblo civilizado.
CURA: Y virtuoso. Y temeroso de Dios.
ALCALDESA: No podemos consentir en colaborar en un
crimen.
CURA: Que sería pecado mortal.
JUANA MARÍA: Ajá.
ALCALDESA: Señora Juana María de Harztenburg, por
unanimidad el pueblo de Korruptia ha decidido… ¡renunciar a
su dinero! Queda a salvo así nuestro honor y nuestro nombre.
CURA: Y nuestra salvación.

Hay un silencio tenso.

CURA: Korruptianos, podéis ir en paz.

Salen todos. Solo quedan el CURA y la DAMA, con el


MAYORDOMO y el MARIDO.

15
CURA: Estos no. Hoy quiero rubio.
ACTO II IGNACIO: ¿Rubio?
CURA: Americano.
Escena 5 IGNACIO: (Tras una pausa, le alcanza otro paquete) ¿Cómo
En la tienda de Ignacio este?
Ignacio, su mujer, Cura, Alcaldesa, Rosalía… CURA: Justo. (Oliendo con deleite) Mmm… Qué rico.
IGNACIO: ¿Es su cumpleaños?
Tras un mostrador, Ignacio y su mujer despachan. La CURA: Como si lo fuera.
tienda es un colmado antiguo que sirve también de café, de IGNACIO: Bueno, bueno. Son 14.40.
lugar de encuentro. CURA: Muy bien. Lo anotas en mi cuenta. Y me pones un café
con leche. Y me dejas el periódico.
IGNACIO: Hay que pedir más boniatos. IGNACIO: ¿En su cuenta? ¿En qué cuenta?
PETRA: (Apuntando) Boniatos. CURA: No me digas que ahora no te fías de mí.
IGNACIO: Cebollas. IGNACIO: Eeeh… no es que no me fíe, pero nunca…
PETRA: Cebollas. CURA: Todo cambia, Cruz. Todo cambia.
IGNACIO: ¿Azúcar?
PETRA: Hay. Se sienta en una mesita y extiende el periódico. La mujer le
IGNACIO: ¿Cerveza? acerca un café.
PETRA: Quedan seis cajas abajo.
IGNACIO: ¿Seis cajas? Vaya, parece que hace años que no se PETRA: Su café.
celebra nada en este pueblo. CONSTRUCTOR: Muchas gracias.
PETRA: Y su periódico.
Entra el constructor resueltamente. CONSTRUCTOR: Muy amable.

CURA: Buenos Días, Cruz. Entran juntas la ALCALDESA. Algo ha cambiado en su aspecto.
IGNACIO: Buenos días, Padre. Tiene ropas nuevas.
CURA: Quería tabaco.
IGNACIO: Cómo no. (Le alcanza un paquete) Sus ALCALDESA: Buenos días, Ignacio.
cigarrillos.
16
IGNACIO: ¡Buenos días, vecina! PETRA: Va.
PETRA: Buenos días. IGNACIO: Es mucha carga, ¿podrá con todo?
IGNACIO: ¿Qué pasa hoy aquí? La encuentro muy guapa. ALCALDESA: Estás loco. Que lo acerque luego tu hija a casa.
IGNACIO: Pero…
ALCALDESA: Y muy contentas. Las cosas por fin en este
ALCALDESA: Ya le daré una buena propina.
pueblo.
IGNACIO: Pues en total son…
IGNACIO: ¡Usted ha ido de compras!
ALCALDESA: El total lo apuntas en la cuenta. Y la propina de tu
ALCALDESA: (Girándose con coquetería) ¿Se nota?
hija también.
PETRA: Esa camisa es de seda.
IGNACIO: Y dale con la cuenta. ¿Pero de qué cuenta hablan?
ALCALDESA: Auténtica. La otra me da alergia.
ALCALDESA: Ignacio, no te vas a poner pesado ahora ¿no?
PETRA: ¿Y esos zapatos?
Después de lo de ayer.
ALCALDESA: Piel de cabra.
IGNACIO: Señorita, ¿cómo dice eso? Yo estoy muy agradecido
IGNACIO: ¡Piel de cabra! Si es carísima.
al pueblo entero de Korruptia por su gesto.
ALCALDESA: Tonterías.
ALCALDESA: Ya me parecía. (Pausa, cambiando de tema)
IGNACIO: ¿Le ha tocado la lotería?
Entonces, el chocolate calentito.
ALCALDESA: La vida dura cuatro días, Ignacio. No vamos a
IGNACIO: No faltaba más. Petra.
pasarla llorando.
PETRA: Va.
IGNACIO: Me parece bien. ¿Y deseaba algo?
ALCALDESA: Y a la cuenta.
ALCALDESA: Apunta. Una libra de café. Dos de mantequilla.
IGNACIO: Pues a la cuenta irá. (Enfadado)
Lentejas, arroz, garbanzos…Azúcar, un kilo de chuletas, lomo
adobado… Huevos, mermelada de naranja, salmón…
Tras un rato… Llega Rosalia, su hija, con ropa nueva.
IGNACIO: ¿Salmón?
ALCALDESA: Salmón.
IGNACIO: (Sale del mostrador) Tu también has estado de
IGNACIO: ¿Ahumado? compras, ¿no?
ALCALDESA: Ahumado. Y chocolate.
IGNACIO: ¿Para llevar? (Desconcertado)
ALCALDESA: Para llevar, seis tabletas. Y para tomar aquí, una
taza.
IGNACIO: Petra.
17
PETRA: Ignacio… compráis también flores? Coronas de flores. Las vendo baratas.
IGNACIO: (Tocando la chaqueta de su hija) ¿Esta rebequita es Os las apunto en la cuenta.
nueva?
ROSALÍA: Alpaca inglesa. Se sienta abatido en una de las mesas.
IGNACIO: ¿Y desde cuándo tienes ahorros para gastarte en ropa
nueva? PETRA: Ignacio…
ROSALÍA: Me gusta ir elegante a las entrevistas para la fabrica. IGNACIO: Ya lo has visto, Petra. Tengo los días contados.
ALCALDESA: Como a todos. PETRA: ¿No estás exagerando?
IGNACIO: (Acercandose a la Alcaldesa) Seda natural, piel de IGNACIO: Son muchos millones. Nadie vale tanto…
cabra, alpaca inglesa… ¿¡Pero es que creéis que no sé lo que PETRA: Los Korruptianos ya hablaron. Debes estar agradecido.
pasa aquí!? IGNACIO: Lo estaba…
ALCALDESA: Pero ¿qué le pasa?
ROSALÍA: ¿Qué te pasa papá? Estás exagerando las cosas por un
IGNACIO: ¡Tabáco, salmón, chocolate…!
CURA: (Levantándose) Vámonos. Ignacio está muy raro hoy. par de pedidos y de ropa.
ALCALDESA: Encima que le animamos el negocio… PETRA: Nada hija. Tu padre, que se cansa y ha perdido la
IGNACIO: Sé muy bien el negocio que os traéis entre manos. costumbre de despachar en la tienda…
¡Yo sé qué negocio es ese! IGNACIO: ¿Te vas?
CURA: Tranquilo, Ignacio. Aquí no pasa nada. Estamos ROSALÍA: Sí.
tomando un café.
IGNACIO: ¿A la fábrica?
IGNACIO: ¡Aquí pasa que estáis cobrando ya la recompensa!
¡La recompensa por mi muerte! ROSALÍA: Sí, a la entrevista.
ALCALDESA: Vámonos, a mí esto no me lo dicen a la cara. IGNACIO: Muy bien, hija. Ve.
IGNACIO: No os hagáis los tontos. Si yo os comprendo. Mil ROSALÍA: Adiós, papá.
millones son muchos millones… IGNACIO: Ten cuidado
PETRA: Estás paranoico, Ignacio. ROSALÍA: Adiós, mamá.
IGNACIO: ¿A cuánto tocáis? Ya habéis hecho cálculos, ¿no? PETRA: Adiós.
fuera de aquí.
Se va. Ellos quedan mirando por dónde se ha ido.
Ya han salido todos.
IGNACIO: Iba muy guapa.
IGNACIO: (A gritos, hacia donde todos han salido) ¿Por qué no PETRA: Es muy guapa.
18
IGNACIO: Esa blusa… ¿también es nueva? (Sospechando) FLORIAN: Yo diría que han pasado tres mil.
PETRA: Puede ser. JUANA MARÍA: (Deteniéndose frente al público) Y… ¿cómo va
todo?
Se miran acallando la horrible idea que les ha cruzado la mente. FLORIAN: Todo va según lo habías previsto cielo.
JUANA MARÍA: ¿Ya ha caído la presa?
IGNACIO: (Levantándose) Anda, vamos. FLORIAN: Aún no.
PETRA: Vamos. JUANA MARÍA: No importa. Es hermosa la espera.
FLORIAN: Hermosamente aburrida.
Se van. JUANA MARÍA: ¿Qué cuentan en el pueblo?
FLORIAN: Esta mañana se oían gritos.
JUANA MARÍA: Sí, siempre anuncian la tempestad.
Escena 7 FLORIAN: Discutían por dinero, por el precio de las flores.
Por el pueblo JUANA MARÍA: ¿De las flores?
Juana María, Florian. FLORIAN: De las coronas de flores. Qué vulgar. Dinero y
flores deberían ser incompatibles.
Entra JUANA MARÍA. El MARIDO sostiene una sombrillita con JUANA MARÍA: Me gustan las flores. Una flor cortada por el
que la protege. tallo… parece viva, nos perfuma con su aroma, se mantiene
erguida… pero tiene las horas contadas. Es un muerto viviente.
JUANA MARÍA: La Iglesia, la escuela, la plaza… Está todo FLORIAN: Tesoro, por tu boca habla la poesía.
igual. JUANA MARÍA: ¿Y la otra fiera? ¿Cómo va?
FLORIAN: Igual, sí. Igual que si les hubiera caído una bomba FLORIAN: (Mirando el reloj) A estas alturas ya se debe haber
nuclear. escapado. Es un soberbio ejemplar de Bengala.
JUANA MARÍA: El aire, la luz… ¿quién diría que han pasado JUANA MARÍA: Es un gatito amaestrado.
treinta años? FLORIAN: De doscientos kilos.

19
JUANA MARÍA: Pero vegetariano. Que no corra la voz… FLORIAN: No hay problema.
POLICÍA: La señora es una santa.
Entra un policía angustiado. JUANA MARÍA: Es lo mínimo.
POLICÍA: Gracias. ¡Pero ahora vayan, vayan! No pierdan
POLICÍA: ¡Señora, señora! tiempo. Yo voy a buscar a la Alcaldesa.
FLORIAN: (Sin ningún sobresalto) ¿Qué pasa, agente? JUANA MARÍA: Vaya, vaya usted, señor agente.
POLICÍA: ¡Corra, señora! ¡Está usted en peligro!
JUANA MARÍA: ¡No me asuste! Se va y todos quedan mirando por donde se ha ido.
POLICÍA: ¡El tigre de su señora!
FLORIAN: (Con falsa angustia) ¡Sandokán! FLORIAN: Cosita, vegetariano o no, deberíamos ir al hotel,
POLICÍA: ¡Ese! ¡Se ha escapado! ¿no crees?
JUANA MARÍA: ¡Oh, no! ¡Cómo es posible! JUANA MARÍA: Sí, necesito un baño caliente… Con sales de
POLICÍA: No lo sé. Lo han visto trotando por la plaza. vainilla, leche de burra y pétalos de flor. De flor… color sangre.
FLORIAN: Pues tendrá hambre. FLORIAN: Como desees.
POLICÍA: ¡Ay, Dios! Voy corriendo a avisar a la
Alcaldesa. Salen todos.
FLORIAN: ¡Es una bestia asesina!
POLICÍA: Me lo imagino.
FLORIAN: ¡Es un monstruo sanguinario! Escena 8
POLICÍA: ¡Oh, Dios mío! En la tienda de Ignacio. Ignacio y Alcaldesa
JUANA MARÍA: ¿Qué van a hacer? Entra Ignacio y mientras habla va retirando las mesas de su
POLICÍA: Lo primero, deben esconderse todos en sus tienda.
casas. Usted también señora.
JUANA MARÍA: ¿Y después? IGNACIO: Mil millones, no es justo. No lo es. ¿Qué le he hecho
POLICÍA: Tendremos que salir a cazarlo. yo, a ver? ¿Qué me casé con otra? Bueno, y qué. El mundo está
FLORIAN: ¡Pobre Sandokán! lleno de hombres guapos. Anda que le costó cambiar de novio.
JUANA MARÍA: ¡Qué valientes! ¿Tienen armas? ¿Qué se quedó embarazada? Bueno, y qué. Niños hay muchos en
POLICÍA: Pocas. el mundo. Y madres felices. ¿Qué se tuvo que meter a prostituta?
JUANA MARÍA: Yo les dejo. Florian, encárgate.
20
Bueno y qué. Todas las profesiones son dignas. IGNACIO: ¡Con nada, Alcaldesa! Todos “apúntamelo en la cuenta,
Ignacio” (con rintintin)
Entra la Alcaldesa. ALCALDESA: ¿Y tú se lo has dado?
IGNACIO: Los he mandado a todos al carajo.
ALCALDESA: Hola, Ignacio. ALCALDESA: Ignacio, hay que cuidar el negocio…
IGNACIO: Hola, Alcaldesa. IGNACIO: Querían que les fiara y aquí no se fía ni a mi
ALCALDESA: ¿Ahora hablas solo? madre, que en paz descanse. (Se persigna)
IGNACIO: Solo cuando estoy solo. ALCALDESA: Los corruptianos son honrados. Te lo
ALCALDESA: Muy bien. Yo venía a… devolverán.
IGNACIO: Alcaldesa, siéntese un momento. IGNACIO: Ya lo creo. ¿Y sabe de dónde van a sacar el
ALCALDESA: Tengo prisa, Ignacio. dinero?
IGNACIO: Será solo un momento. ALCALDESA: ¿Del sudor de su frente?
ALCALDESA: (Sentándose) ¿Qué es lo que pasa…? Si es por lo IGNACIO: De ¡mi! asesinato. (Se señala)
de antes… ALCALDESA: (Levantándose) Ignacio.
IGNACIO: Usted sabe bien lo que pasa. IGNACIO: ¡Alcaldesa!
ALCALDESA: (Ignorante) ¿El qué? ALCALDESA: ¡Cómo dices eso!
IGNACIO: Esta mañana mi tienda parecía un bazar turco. IGNACIO: Porque es la verdad.
ALCALDESA: ¿Y eso? ALCALDESA: ¡Nos estás insultando!
IGNACIO: No cabía toda la gente que quería entrar. IGNACIO: Ojalá.
ALCALDESA: Mejor para el negocio. ALCALDESA: ¡El pueblo de Korruptia ya ha
IGNACIO: Todos a comprar como locos. deliberado sobre el asunto y ha dado ejemplo de una
ALCALDESA: ¿Y dónde está el problema? honestidad heroica!
IGNACIO: Pues que era cosas que hace años que en Korruptia no IGNACIO: Corbatas de seda, zapatos caros, ¡alpaca
tenemos… Whisky de importación, chocolates, cigarros puros, inglesa! Todos visten como príncipes
salmón, vinos caros… ALCALDESA: Estás viendo visiones. En este pueblo
ALCALDESA: (Contenta) Ah, la prosperidad vuelve a Korruptia. no hay asesinos.
IGNACIO: ¡Prosperidad, un cuerno! Sabe con qué han pagado IGNACIO: (Abatido) Pero todos esperan que alguno
ALCALDESA: Eso no es cosa mía. tome la decisión.

21
ALCALDESA: Tonterías. Oye, y… hablando de ALCALDESA: Corre que puede haber una desgracia.
asesinos… (Saca una pistola) IGNACIO: (Mostrando un paquete) Toma, balas.
IGNACIO: ¡Patricia! ALCALDESA: (Las coge, pero Ignacio no las suelta)
ALCALDESA: Qué pasa. IGNACIO: ¡Qué es eso! Gracias…
ALCALDESA: (Mirándola) Un pistola. IGNACIO: Son 18.50.
IGNACIO: Ya lo veo. ¿De dónde la ha sacado? ALCALDESA: (Forcejeando) ¿18.50? Muy bien.
ALCALDESA: Me la ha dado doña Juana María. (Ignacio suelta la caja) Apúntalo en mi cuenta.
IGNACIO: ¡Oh, no! Lo sabía… IGNACIO: ¿Por qué me lo estaba imaginando?
ALCALDESA: No es lo que piensas. ALCALDESA: Mejor en mi cuenta no, en la del
IGNACIO: (De rodillas, trágico) Vienes a ejecutarme. Ayuntamiento.
ALCALDESA: Levanta, Ignacio. Que es por el tigre. IGNACIO: Ajá, el Ayuntamiento
IGNACIO: Dispare, pronto. Me arrepiento de mis ALCALDESA: Adiós, Ignacio.
pecados.
ALCALDESA: ¿Pero eres tonto? Que se ha escapado Se va la Alcaldesa.
el tigre de doña Juana.
IGNACIO: ¿Qué tigre? IGNACIO: Adiós… Alcaldesa,,,
ALCALDESA: El que traía en una jaula.
IGNACIO: La tía rara… ¿Y ahora qué?
ALCALDESA: Hay que darle caza.
IGNACIO: Pues ¿a qué esperas? Ve de una vez.
ALCALDESA: Necesito balas.
IGNACIO: ¿Balas?
ALCALDESA: Balas, sí, balas. Vengo a que me
vendas balas. ¿Tienes?
IGNACIO: Claro que tengo.
ALCALDESA: Pues dame una caja.
IGNACIO: (Se levanta despacio y va hacia el
mostrador) Conque balas…

22
Escena 9 detalles. La vida nunca dura lo suficiente.
En la iglesia. IGNACIO: Juana, tienes que dejar ya está broma.
Juana, Ignacio. JUANA MARÍA: ¿Qué broma?
IGNACIO: Vale. Ya te has reído de nosotros. Tenías ganas de
El Marido convierte la tienda de Ignacio en una iglesia. venganza y mírame, ya te has vengado. Lo has conseguido. Estoy
Colocan un reclinatorio en el centro de la escena de cara al desesperado. Me lo merezco, Juana. Por eso te pido perdón. Fui
público. Cuando todo está listo, ayuda a entrar a Juana
un miserable. Pero ahora, por favor, deja ya esta broma. El pueblo
María. Queda de rodillas en actitud orante. Suena música
gregoriana muy, muy de fondo. se la está tomando en serio.
Entra Ignacio. Va buscando al cura. JUANA MARÍA: (Mirando alrededor) Me gustan las pinturas de
esta iglesia. Son oscuras, llenas de piedad. Mira esa, el martirio
IGNACIO: ¿Padre? ¡Padre! (Sorprendido) ¡Juana! de San Blas. Lo colgaron de unos garfios a un madero hasta que
JUANA MARÍA: Ignacio. se desangró.
IGNACIO: Perdona, no quería molestar. IGNACIO: Muy bonito.
JUANA MARÍA: Tranquilo. JUANA MARÍA: Y el de Santos Quirce. Le serraron el cuerpo en
IGNACIO: Venía a buscar al… ¿Y tú? ¿Rezabas? dos mitades. Como seguía vivo, ¡lo quemaron en una olla!
JUANA MARÍA: No, me estaba echando una siestecita. IGNACIO: Ay que ver…
IGNACIO: Ya. ¿Has visto al padre? JUANA MARÍA: Y ese, mi preferido. Ignacio de Antioquía.
JUANA MARÍA: Ignacio, ven un poco a mi lado. Tenemos que IGNACIO: Juana…
hablar. JUANA MARÍA: Lo devoró un tigre en el coliseo romano.
IGNACIO: Juana, yo… IGNACIO: No me hace gracia.
JUANA MARÍA: Venga, arrodíllate. Es cómodo. JUANA MARÍA: Solo quedaron los huesos.
IGNACIO: (Arrodillándose con esfuerzo) Juana, que ya no IGNACIO: ¿Qué quieres que haga, Juana? ¿Qué puedo hacer para
somos unos críos. expiar mi culpa?
JUANA MARÍA: Qué viejo estás, Ignacio. JUANA MARÍA: (Alto) Florian.
IGNACIO: Ay… FLORIAN: (Saliendo) Aquí, mi amor.
JUANA MARÍA: Escucha el silencio… JUANA MARÍA: Ayúdame que nos vamos.
IGNACIO: (Tras una pausa) Muy bonito. FLORIAN: ¿Me necesitas?
JUANA MARÍA: Vivimos demasiado rápido. Se nos escapan los JUANA MARÍA: No. Pero me gusta que obedezcas. Vámonos a

23
casa. IGNACIO: ¿Ha estado escuchando lo que hablábamos Juana
FLORIAN: (Ilusionado) ¿A qué casa, a la de la Costa Azul? María y yo?
JUANA MARÍA: Al hotel, chimpancé. CURA: Os he visto hablar. No quería interrumpir.
FLORIAN: Lo que tú digas, pimpollito. IGNACIO: ¿Qué le parece todo esto?
CURA: No tienes nada de qué preocuparte. La conozco. Es
Ayuda a incorporarse a Juana María y se van yendo. incapaz de hacer daño a nadie.
IGNACIO: Pues no estoy de acuerdo.
IGNACIO: Juana, te vas a arrepentir de esto. Juana, no te tengo CURA: Hazme caso.
miedo. IGNACIO: Precisamente venía a buscarle para que hablara con
JUANA MARÍA: Lo que ves es ya un pollo sin cabeza. ella.
FLORIAN: Por favor, qué asco. CURA: ¿De qué?
JUANA MARÍA: Al hotel, ya. IGNACIO: De qué va a ser, de esa maldita sentencia de muerte
que me ha impuesto.
Se van. CURA: Ya lo he hecho, Ignacio, ya lo he hecho.
IGNACIO: ¡Ah, sí! Y qué han hablado.
Escena 11 CURA: Me ha asegurado que ella no va a mover un músculo
En la iglesia. contra ti. Aún te quiere.
Ignacio y el cura. IGNACIO: ¿Me quiere? Me quiere ver muerto y enterrado.
¡Si hasta se ha traído un ataúd!
IGNACIO: (Imitando con burla) Es un pollo sin cabeza… CURA: El dinero hace a la gente excéntrica, pero no hay que
¡Bruja! exagerar, Ignacio.
CURA: (Entrando) ¿Ahora hablas solo, Ignacio? IGNACIO: Padre, a Juana no le hace falta mover un dedo. El
IGNACIO: (Abatido) Hola, padre. Llega usted tarde. pueblo lo hará por ella.
CURA: ¿Tarde? Si no me he movido de aquí. CURA: Yo creo que ella, en el fondo, es buena.
IGNACIO: ¿Dónde estaba? IGNACIO: ¿Buena? Buena zorra es lo que está hecha…
CURA: En mi confesionario, rezando. CURA: Ignacio, que estás en la casa del señor.
IGNACIO: (Sospechando) ¿Rezando por quién, padre?
CURA: Rezando, Ignacio. No lo quieras saber todo. Suenan campanas profundas, llamando a misa.

24
CURA: En fin, es hora de trabajar. (Levantándose) Va a empezar Sale el cura. Al cabo de unos segundos, por el lado contrario, sale
el oficio. también Ignacio, despacio y abatido.
IGNACIO: (Con un dedo levantado hacia arriba en actitud de
duda) ¿Esas campanas…? Escena 12
CURA: ¿Sí? Camino de la estación.
IGNACIO: (Asustándose) Padre, ¡suenan dos! ¿Son nuevas? Ignacio, Barman, Constructor, Maestra, Médica, Pintora y
CURA: Eeeh… Sí. La otra estaba muy vieja. Policía.
IGNACIO: (Con horror creciente) Esa sotana, ¡también es
nueva! Y la iglesia… ¡qué limpia está! ¡Pero si hay hasta Suena, lejano, el inconfundible silbido de un tren. Sale Ignacio.
calefacción! Va con abrigo, sombrero y una maleta de cartón. Atraviesa
CURA: (Confesando) ¡Ignacio, huye! despacio el escenario. Cuando ya casi va a desaparecer por el
IGNACIO: ¡Qué! otro lado, se detiene. Mira al público y se acerca al centro del
CURA: ¡Ya me has oído! ¡Si no te vas inmediatamente del escenario. Se quita el sombrero.
pueblo puede ocurrir una desgracia!
IGNACIO: ¡Pero, padre! IGNACIO: (Al público) Adiós, pueblo de Korruptia. Adiós para
CURA: ¡Va a ocurrir una desgracia! siempre. Habéis tomado vuestra decisión, ¿verdad? Pues bien, yo
IGNACIO: ¿Usted también, padre? también he tomado la mía. Me voy. Cogeré ese tren hacia
CURA: El ser humano es débil, Ignacio. ¡La tentación es muy ninguna parte, pero al menos no tendré que temer por mi vida.
fuerte! (Empujándole) Debes huir. Venga, no pierdas tiempo. Aquí nací, aquí me crié y aquí pensaba terminar mis días, pero…
IGNACIO: Padre… no tan pronto. Lo siento, no quiero ser sacrificado por unos
CURA: (Yéndose) Ignacio, vete. Corres peligro. No digas que no cochinos millones. Por miles, cientos de miles de millones, qué
te he advertido. más da. Un hombre vale más que todo eso. Sobre todo, si ese
IGNACIO: (Solemne) Gracias, padre. No se preocupe. hombre es uno mismo. Pueblo de Korruptia. Hasta nunca.
CURA: Adiós, Ignacio.
IGNACIO: Adiós, padre. Se pone el sombrero, coge su maleta y despacio se dirige hacia la
CURA: Lo siento. salida. Sale.
IGNACIO: Adiós. Fuera del escenario se oye una conversación.

25
BARMAN: (Afable) ¡Ignacio! ¿Te vas? IGNACIO: A donde me da la gana, principalmente.
IGNACIO: Ya lo ves, me voy. POLICÍA: Sin despedirte ¿Así, sin más?
BARMAN: Pero, hombre, ¿a dónde? IGNACIO: Así sin más. ¿No puedo, o qué?
POLICÍA: Claro que sí, este es un país libre.
IGNACIO: A la estación.
BARMAN: Si quieres coger ese tren, nadie te lo impide.
BARMAN: Pero espera un momento, cómo te vas a ir sin
despedirte. Sale corriendo hacia un lateral. El policía le corta el paso. Ignacio
IGNACIO: Déjame ir. arremete contra él intentando pasar, pero sale rebotado.

Sale de nuevo al escenario, asustado. Se va por el otro lado. POLICÍA: ¿De qué huyes, Ignacio?¿Qué has hecho?
IGNACIO: ¡Quiero coger ese tren! Sale en dos minutos. ¡No
MAESTRA: ¡Ignacio! ¿Dónde vas con maleta? puedo perderlo!
IGNACIO: A coger un tren que me está esperando.
PINTORA: ¿Y a qué hora sale? Vuelve a intentar pasar y vuelve a impedírselo.
IGNACIO: En cinco minutos.
MÉDICA: Pero a la estación se va por el otro lado Se escucha un silbido y el inconfundible arranque de una
IGNACIO: Tienes razón. máquina de vapor. Suena fuerte al principio y poco a poco se va
perdiendo.
Camina resuelto hacia la otra salida.
IGNACIO: (Abatido) ¡Mi tren! ¡Se escapa mi tren!
BARMAN: ¿De verdad quieres irte? POLICÍA: (Mirando en la dirección en que debía de haber salido
IGNACIO: ¿Qué pasa? ¿No me vais a dejar pasar? Ignacio) Allá va, sí.
CONSTRUCTOR: ¿Nosotros? ¿Quién ha dicho eso? POLICÍA: Hasta la semana que viene ya no hay otro.
BARMAN: Nadie te lo impide, Ignacio. IGNACIO: (Abatido) Miserables…
CONSTRUCTOR: Pero yo creo que no es una decisión
inteligente. Se queda solo Ignacio de rodillas en el centro del escenario.

Sale el policía por otro lado. Lo lleva al centro del escenario. CONSTRUCTOR: Bueno, Ignacio, me alegro de que hayas sido
sensato.
MÉDICA: Claro que sí. Aquí se te quiere, Ignacio. PINTORA:
POLICÍA: ¿Qué pasa aquí?
Como aquí, en ningún sitio.
IGNACIO: Aquí, que no me dejan pasar. POLICÍA: Bueno, señores, dispersen, que nos son horas de andar
POLICÍA: ¿A dónde vas con maleta, Ignacio? por la calle.
26
Escena 13 PETRA: Lo conozco. No sabrá decir que no.
Casa de Ignacio ROSALÍA: Es muy bueno papá…
Ignacio, Petra y Rosalía. IGNACIO: (Gritando) ¡Pero qué pasa aquí!
PETRA: Venga, listo. Vamos, que enseguida empezará a entrar la
Se ha quedado solo Ignacio, con su maleta, su abrigo y su gente.
sombrero. Entran su mujer y su hija. Visten ambas mucho ROSALÍA: Me da miedo esa señora, mamá.
mejor que al principio. Toda la escena actuarán como si PETRA: A mí también, pero hay que ser valientes. (Mirando la
Ignacio no estuviera presente. Van colocando sillas alrededor sala) ¿Listo?
de la escena, formando lo que será el Consejo Popular de la ROSALÍA: Listo.
siguiente escena. PETRA: Pues hala, vamos.

PETRA: Hay que dejar todo preparado para el Consejo. Salen.


ROSALÍA: Estoy muy nerviosa, mamá.
IGNACIO: Hola, Petra. Escena 14
PETRA: No te preocupes, todo va a salir bien. Casa de Ignacio
IGNACIO: ¿Rosalía? ¿Qué hacéis? Alcaldesa y Juana María
ROSALÍA: ¿Por qué tiene que ser en nuestra casa? Casi no hay
sitio. Entran del brazo Juana María y la Alcaldesa. Quedan en el
PETRA: Lo ha decidido la Alcaldesa. Dice que así es más centro mirando al público.
simbólico.
IGNACIO: ¿Hola? ¿Nadie me ve o qué? JUANA MARÍA: Querida Patricia, reconozco que estoy pasando
ROSALÍA: ¿Y papá? unos días entrañables aquí.
PETRA: ¿Qué le pasa? ALCALDESA: Este es tu sitio, Juana. No tienes que irte. Aquí se
IGNACIO: Eso, ¿qué me pasa? te quiere.
ROSALÍA: ¿Qué va a decir? JUANA MARÍA: Ojalá pudiera quedarme. Soy esclava de mi
PETRA: Tu padre es un hombre civilizado. Hará lo que le pida fortuna. Me pertenece casi todo lo que me rodea, menos el
el Consejo. tiempo.
ROSALÍA: ¿Y si pide demasiado?

27
ALCALDESA: Me lo imagino. De todas formas, antes de ALCALDESA: Cincuenta. ¡Cien!
marchar… JUANA MARÍA: ¿Qué tal mil millones?
JUANA MARÍA: Queda poco, ya queda poco. ALCALDESA: Ja, ja, ja… Qué graciosa…
ALCALDESA: Pero no te irás sin... JUANA MARÍA: Mil millones de euros, mil millones de
JUANA MARÍA: ¿Sin lo mío? latigazos.
ALCALDESA: Todos confiamos en tu generosidad. ALCALDESA: Juana María, ahora en serio. Este pueblo está
JUANA MARÍA: Y yo confío en la vuestra. sufriendo mucho. Vive en la miseria.
ALCALDESA: Pero ese, como llamarlo… capricho… JUANA MARÍA: Lo sé.
JUANA MARÍA: ¿Te refieres a Ignacio Cruz? ALCALDESA: Antes tenía fábricas, granjas, comercios…
ALCALDESA: Justo, justo… ¿No hay nada que hacer? JUANA MARÍA: Lo sé.
JUANA MARÍA: ¿Hacer? Un tiro, un navajazo…, un ALCALDESA: Y en unos años, todo se ha hundido. Es como si
empujoncito al río… nos hubiera caído una maldición.
ALCALDESA: Ya, ya… No creas que no comprendemos tu JUANA MARÍA: No vas mal encaminada.
rencor, Juana. Lo que hizo Ignacio es imperdonable. ALCALDESA: ¿A qué te refieres?
JUANA MARÍA: Estoy de acuerdo. JUANA MARÍA: ¿Ves la fábrica?
ALCALDESA: No tiene nombre, merece un duro castigo. ALCALDESA: La ex fábrica.
JUANA MARÍA: Sí, uno muy concreto. (Gesto de segarse el JUANA MARÍA: Yo la compré.
gaznate) ALCALDESA: ¿Tú? ¿La compraste?
ALCALDESA: Pero no te bastaría con… no sé… unos años en JUANA MARÍA: La compré y la cerré.
la cárcel. ALCALDESA: Pero ¿por qué? Rendía buenos beneficios.
JUANA MARÍA: La cárcel os ha quedado muy bonita. La he JUANA MARÍA: La serrería, la papelera, el matadero…
visto. Demasiado cómoda. ALCALDESA: No puede ser.
ALCALDESA: ¡Trabajos forzados! Una temporada a pico y JUANA MARÍA: El mercado, la academia, la bodega… El
pala. pueblo entero. Todo lo que ves es mío.
JUANA MARÍA: ¿Qué trabajos? Si aquí no hay trabajo para ALCALDESA: ¿Todo es tuyo?
nadie. JUANA MARÍA: Desde la escuela al Ayuntamiento. Con todo
ALCALDESA: Latigazos. ¿Qué tal diez latigazos? me hice y todo lo cerré.
JUANA MARÍA: ¿Diez? ALCALDESA: No es posible.

28
JUANA MARÍA: La maldición que os persigue tiene un Escena 16
nombre: Juana María. Yo.
Casa de Ignacio
ALCALDESA: Pero, ¿por qué?
Alcaldesa, Policía, Constructor, Barman,
JUANA MARÍA: Ya sabes por qué. Y ya sabes también como
Maestra, Médica, Pintora, Madre, Hija, Cura
salir de esta ruina.
ALCALDESA: Juana, no te conozco. En el centro ha quedado la Alcaldesa mirando al público. En
JUANA MARÍA: Ahora. Ahora me estás conociendo. Ahora me silencio y poco a poco, de uno en uno, entra el resto del
vais a conocer todos. (Cruel y altiva) pueblo, cada uno ocupando una silla sin orden determinado.
ALCALDESA: Es muy cruel lo que nos pides. Entrarán el Constructor, la Pintora, La Maestra, la Mujer, la
JUANA MARÍA: Solo pido lo que es justo. Hija, el Barman, la Médico, el Médico, el Cura y el último el
ALCALDESA: No es justicia, Juana. Es venganza. Policía, que portará una urna. La coloca en la mesa ante la
JUANA MARÍA: Sí. Una venganza justa. que está la Alcaldesa y queda de pie al otro lado de la mesa.
ALCALDESA: (Tras una larga pausa) Bien, entonces haré que Hay un momento de silencio religioso.
entre el Consejo.
JUANA MARÍA: ¡Florian! ALCALDESA: (Siempre al público) Bien, todos sabéis por qué
estáis aquí convocados. Juana María de Castro, nuestra hija
Entra el Marido empuñando la sombrilla. predilecta, ha hecho un ofrecimiento generoso. Está dispuesta a
devolver a la ciudad de Korruptia la prosperidad y la alegría
FLORIAN: ¿Qué quiere ahora mi bombón? que un destino aciago le arrebató hace tiempo. Como somos un
JUANA MARÍA: Que me lleves un poquito fuera. Estos señores pueblo civilizado y democrático, he dejado en vuestras manos,
tienen que hablar. en vuestros voto secreto, la decisión de aceptar la oferta de
doña Juana María o de rechazarla. Antes de proceder al
Florian se lleva a Juana María fuera. escrutinio, ¿algo que alegar?
MUJER: Es duro ser pobre. Cada día, cada hora con la misma
angustia. Pero, ¿para qué quiero yo millones si no los puedo
compartir con el hombre con el que me casé? No me pidáis lo
que no puedo dar.
HIJA: No hay riqueza mayor que un padre que te quiere. Nunca
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me fue tan fácil decidir mi voto. Escena 17
CURA: Dios quiso que nos amáramos, no que nos Casa de Ignacio
asesináramos los unos a los otros. Hágase su voluntad. Alcaldesa, policía e Ignacio.
ALCALDESA: Yo quiero lo mejor para mi ciudad. Pero una Entra doña Juana andando sola. Se coloca junto a la
ciudad no son sus calles ni sus plazas, son sus habitantes. Alcaldesa.
Procedamos ahora al recuento.
ALCALDESA: Bueno, pues parece que ya se ha solucionado
Abren la urna y van sacando los sobres. De cada uno todo.
extraerán una tarjeta roja. Las colocan juntas y las cuentan en JUANA MARÍA: Sabía que esta ciudad no me decepcionaría.
silencio. ALCALDESA: Por supuesto que no, somos gente de palabra.
POLICÍA: Perdón.
ALCALDESA: Bien, estimados ciudadanos, celebrada la ALCALDESA: Que pase, que pase.
votación y realizado el escrutinio, paso a informar del
resultado. El pueblo de Korruptia ha decidido… ¡por Entra Ignacio. Tiene un aire un poco zombi, como el que ha
unanimidad!... ¡¡¡Aceptar la generosa oferta de doña Juana dejado de luchar, pero aún le queda algo de ironía.
María de Castro!!!

IGNACIO: ¿Molesto?
El pueblo estalla en una explosión de júbilo. Unos se abrazan
ALCALDESA: Al contrario, al contrario.
con otros, gritan ¡Viva Juana! También la alcaldesa se
abrazará al Cura IGNACIO: Solo venía a despedirme.
ALCALDESA: Muy bien, Ignacio.
TODOS:¡Viva Ignacio! ¡Viva! ¡Y viva doña Juana! ¡Viva! IGNACIO: Gracias por todo.
ALCALDESA: Somos nosotros los que te damos las gracias.
IGNACIO: Ya. Bueno…
Salen todos menos la Alcaldesa.
ALCALDESA: ¿Algo más?
IGNACIO: No, solo decirle a Juana…
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ALCALDESA: Ignacio, deja estar las cosas. ALCALDESA: Tengo la sensación de haber vivido esto ya.
IGNACIO: …que siento mucho todo lo que pasó, que tenía ¿Firmas?
motivos para estar disgustada… JUANA MARÍA: Un momentito…
ALCALDESA: Bien, Ignacio. Ya lo has dicho.
IGNACIO: …pero que no me arrepiento de nada. Se oye una detonación inequívoca de pistola. Luego otras dos.
ALCALDESA: Agente…

JUANA MARÍA: ¿Florian?


El policía carga ostensiblemente el arma que lleva.

Sale Florian.
IGNACIO: Ya me voy, ya.
ALCALDESA: Buen viaje. FLORIAN: ¿Mi amor?
IGNACIO: Adiós, Juana JUANA MARÍA: ¿Todo en orden?
MAURICIO: Todo en orden.
Juana no se ha dignado a mirarle en toda la escena ni lo hace JUANA MARÍA: Perfecto pues. (Firmando) Espero que
ahora. Korruptia vuelva a ser próspera, alegre y sana. (Devolviendo el
bolígrafo) Su maldición queda conjurada.
IGNACIO: Adiós. ALCALDESA: (Inclinando la cabeza servilmente) Gracias.
JUANA MARÍA: ¿Mi equipaje?
Sale Ignacio acompañado del policía. FLORIAN: Preparado
JUANA MARÍA: ¿Sandokán?
ALCALDESA: Bueno… creo que ha llegado el momento. FLORIAN: En su jaula.
JUANA MARÍA: ¿El ataúd?
Se acerca al cheque y se lo acerca a Juana María. Le entrega FLORIAN: Cargado, cerrado y sellado.
un boli. JUANA MARÍA: Pues, hala. Nos vamos.

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FLORIAN: El tren espera en la estación.
JUANA MARÍA: Adiós, Patricia. Espero no verte nunca más.
ALCALDESA: Adiós, Juana María. Ha sido un placer.
JUANA MARÍA: (Al público) Adiós, pueblo de Korruptia.
Que tengas el destino que te mereces. Vámonos.

Salen. Queda sola la Alcaldesa mirando por donde se han ido.


Al cabo hace un gesto para que entren todos los ciudadanos
de Korruptia, con música bailable. Todos bailan como locos
de alegría.

Se cierra el

TELÓN

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