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TEXTO

CUENTERÍA EL MELAO

ESCENA 1: RATAS POR TODOS LADOS.

Danna (narrador 1): Hoy les vamos a contar, la historia de un pueblo muy
particular.

Julián (narrador 2): Donde unas plagas de ratas, acabaría con todo este lugar.

Charith (narrador 3): Y todo por la culpa del rey quien era un holgazán.

Danna (narrador 1): Esta historia sucedió hace mucho, mucho, pero muchísimo
tiempo atrás.

Julián (narrador 2): Cuando los mensajes no se mandaban por chat, si no por una
paloma mensajera que volaba sin cesar.

Charith (narrador 3): Todo comenzó en una plaza de mercado singular, cuando los
mercaderes se dieron cuenta que algo muy grave cambiaría la historia de su hogar.

Quesero: El queso, cuajada, costeño y campesino fresco y muy rico.

Charith (florista): Las flores del Melao, las más dulces en su olor, cómpreme una
rosa, se lo agradezco de corazón.

Emiliano (carpintero): Madera tallada, puertas y ventanas, decore su casa del


patio a la sala.

Danna (zapatera): Zapatos de charol hechos a su medida, ¡sean la envidia de todas


sus amigas!

Kevin o Leidy (sastre): Le manejo la tela y el retazo de a metro, dos o tres


¡después de que me compre, cinco metros va a querer!

Samara (dulcera 1): El manjar blsnco, el cortao y el melao, para que no mire pa
otro lado.

Dulcera 2: La panocha… Tengo la panocha caliente, ¡llévela fresquita que hay


mucho cliente!
LOS MERCADERES HACEN ALGARABÍA EN LA PLAZA DE MERCADO
OFRECIENDO SUS PRODUCTOS

Sebastian (comprador): GRITA Aaaaaaaaa

Mercaderes en coro: ¿Qué pasó?

Sebastián (comprador): Una rata

EL PUEBLO LE RESTA IMPORTANCIA Y NO HACE CASO

Sebastián (comprador): GRITA Aaaaaaa

Mercaderes en coro: ¿Qué pasó?

Sebastián (comprador): Otra rata.

Mercaderes en coro: ¿Donde?

Sebastián (comprador): Allá (señala un lugar en el escenario).

LOS MERCADERES PERSIGUEN LA RATA CON INTENCIÓN DE MATARLA

Sebastián (comprador): Yo aquí no vuelvo a comprar (sale de la plaza indignado).

EL PUEBLO RECOGE SUS COSAS Y SE VA TRISTE

Julian (narrador 2): El pueblo se encontraba muy triste por la plaga de ratas así
que decidieron exigirle al rey que estaba desaparecido una desratización urgente
para poder vivir en paz.

ESCENA 2

Danna: Es verdad, las ratas se están tomando nuestro pueblo.

Kevin o Leidy: Esta mañana me levanté con un presentimiento muy extraño,


(interrumpen los mercaderes preguntando con curiosidad cual es el
presentimiento), es que algo muy grave va a pasar en este pueblo.

Meliza (monja): Esto es castigo divino por ser un pueblo de pecadores,


¡arrepiéntanse ahora antes de rendirle cuentas a nuestro señor!
Charith: Esto no puede seguir así, tenemos que hablar con el rey, que nos dé una
solución.

Danna: Yo le escribí el otro día. “Venga al barrio y vealas/ son peores que la peste,
nadie duerme o come en paz”. Han pasado 15 días desde que la recibió/ y mi carta
diría yo, se perdió. Yo muy poca soy, ¿quien va a escucharme, a mí, sí sola voy?.

Julián: Yo le dije, / es preciso intervenir y hacerlo con urgencia, ya no nos dejan


vivir / le pedí con vehemencia, su pronta eliminación / respondió con impaciencia, es
una exageración / tú, igual que yo, quien va a escucharnos, si solo somos dos.

Kevin o Leidy: Pues si somos cien, nos va a escuchar, si gritamos todos, ¡HUELGA
GENERAL!

Todo el pueblo: ¡Huelga general… Huelga general… Huelga general!

Emiliano: Vecinos, reafirmamos nuestro compromiso de no movernos de la plaza


hasta que el alcalde realice acciones contundentes de desratización en el pueblo.

Meliza: Pero oigan, no culpen a nuestro soberano, él es solo una víctima más de las
ratas que invaden nuestro pueblo, solo Dios puede salvarnos.

Danna: ¡Ay señora!, no lo defienda por favor, él es el único culpable de todo lo que
nos está ocurriendo.

Todo el pueblo (con cacerolas): ¡Huelga general… huelga general… huelga


general!

Samara: Que su majestad el rey de la cara y diga de una vez, cómo va a sacar a las
ratas de nuestro pueblo.

Todos: Que salga, que de la cara… que salga… que de la cara.

ESCENA 3

Charith (narrador 3): Luego de un mes de paro del pueblo, escuchan a lo lejos
cómo la corte del rey se acerca, al fin una pequeña esperanza para el pueblo…
Pero no todo es lo que aparenta, el rey no dará la cara.

SE ESCUCHA UNA MARCHA COMO DE UN EJÉRCITO DE SOLDADOS.


TROMPETAS LLEGA EL MINISTRO DEL REY
Sebastián (ministro): Silencio, silencio, aquí estoy yo, no entiendo tanta bulla,
¿que desean?

Emiliano: Señor ministro, llevamos mucho tiempo diciendo que no podemos vivir ni
trabajar en paz por culpa de las ratas, ¡exigimos hablar con el rey!

Sebastián: ¿Ratas? pero si las ratas no son un problema del rey, es un problema
de cada quien es su casa.

Charith: Desde que a la mujercita del rey le dió por acabar con los gatos para hacer
vestidos de piel, las ratas han invadido las calles, las casas, los mercados y los
parques. Claramente es un problema público.

Samara: Es verdad, ¡las ratas y los ratones andan por todo el pueblo como si fuera
su casa! se me comieron los dulces y hasta la falda.

Emiliano: Hace poco el rey cobró un nuevo impuesto, entonces que haga algo con
el dinero.

PERSONA 1: El pueblo del melao inundado de ratas está.


PUEBLO: El pueblo del melado inundado de ratas está X2
MINISTRO: ¿Qué es?
PERSONA 2: ¿Quién va?
PUEBLO: Ya empiezan a desfilar.
PERSONA 1: Miren ya.
PERSONA 3: Qué saltos dan.
MINISTRO: ¿Qué es?
PERSONA 2: ¿Quién va?
PUEBLO: Las ratas llegan ya.
MUJERES: Que terror, a mí me da.
PERSONA 3: Qué voy a hacer.
MINISTRO: Yo no lo sé.
PUEBLO: Vámonos de este lugar.
MINISTRO: ¿Qué es?
PERSONA 2: ¿Quién va?
PUEBLO: Empiezan a desfilar.
PERSONA 3: Miren ya qué saltos dan.
MINISTRO: ¿Qué es?
PERSONA 3: ¿Quién va?
MUJERES: ¡Ay qué horror!
MINISTRO: Déjame en paz.
PUEBLO: Vámonos de este lugar.
MINISTRO: ¿Qué es?
PERSONA 2: ¿Quién va?
PERSONA 3: ¿Qué voy a hacer?
MINISTRO: Yo no lo sé.
PUEBLO: Vámonos de este lugar.
MINISTRO: No
PUEBLO: Vámonos de este lugar
MINISTRO: No.
PUEBLO: Vámonos de este lugar.
PERSONA 1: El pueblo del melado inundado de ratas
PUEBLO: El pueblo del melado inundado de ratas X3

Sebastián: Queridos amigos, hijitos míos, el rey no está, yo hablaré con él, pero no
les prometo nada, recuerden que cuando nuestro rey subió al trono, prometió que
haría todo por este pueblo, pero en ese momento no había ratas, así que no es
problema de él sino de sus antecesores. Por el momento hemos traído piñas para
que se endulcen.

Pueblo: No queremos piñas… no queremos discursos… ¡Queremos hechos!

El ministro habla con la monja en código (sonidos de paloma mensajera)


acerca de la decisión del rey.

Sebastián: Un momento, me informan que el rey ya pensó y decretó. Ha enviado a


este señor, el conoce y sabe de venenos contra toda clase de bichos… Señor, por
favor, hable que todos quieren escucharlo…

Kevin o Leidy (Extraño señor): Hay un veneno potente que, si lo usamos en el


presente, en el futuro no se verá de una rata ni la cola ni los dientes. pero hay que
traerlo del extranjero, eso hace que el veneno cueste un poco más de dinero (el
pueblo empieza murmurar y no les parece la idea). Pero como la cosa es
urgente, será necesario que el reino el bolsillo me tiente… me parece que con cien
millones de monedas de oro para empezar es suficiente, pero ojo, ese es el precio
inicial, aunque podría variar, ya saben… el largo viaje, los viáticos, el veneno es
caro, mis honorarios. Les estoy dando un precio muy razonable para un trabajo tan
complejo como este. (la monja saca una bolsa de dinero de su hábito y se la
entrega al ministro, el cual se la pasa al extraño señor).

Kevin o Leidy: No nos salgan ahora con esas mañas.

Danna: ¡No nos echamos perfume, pero somos aseados, sin embargo, las ratas
andan por todos lados.
Samara: En la cocina, ¡se meten en las ollas y se comen nuestra comida!

Emiliano: En las camas, las calles y los andenes.

Charith: Tan grave es, ¡que se comen el jabón de los baños!

Samara: Todo se lo comen, las cosechas, las alacenas, la ropa, los zapatos, si
seguimos así no faltará nada para que muerdan a nuestros hijos y abuelos.

Danna: No queremos insultos ni falsas promesas, queremos acciones.

Kevin o Leidy: ¡De aquí no nos moveremos hasta que el rey aparezca!

LA MONJA Y EL MINISTRO VUELVEN A INTERACTUAR EN CÓDIGO

Ministro: El rey ya viene, no demora. pero nos envió este señor que nos venderá
otra solución.

Es el mismo extraño señor con un cambio abrupto y evidente de máscara.

Extraño señor: Yo, puedo fabricar ratoneras, con doble trampa, una de hierro y otra
de pólvora. Anticipo que son un poco caras, pero no se preocupen, ustedes son un
pueblo tan hermoso y atormentado por tantas ratas y ratones, yo diría que con
doscientos millones de monedas de oro está bien.

Meliza: A mi me parece muy buena idea, que trabajen desde ya, en la fabricación
de las trampas.

Emiliano: Pero yo espero que esas trampas las pongan gratis, para eso pagamos
nuestros impuestos, ¡y no son muy baratos que digamos!

Meliza: ¿No habéis pensado que por vuestros pecados es que la plaga ha crecido?
yo os digo, si no sois humildes ante vuestras autoridades, la autoridad del cielo será
aún más terrible con vosotros. Arrepentíos, arrodillaos, y orad, orad, para que las
ratas de la envidia, del odio y del caos, se alejen de vuestro lado. ¡ALELUYA!

Danna: Madre, con todo respeto, necesitamos una solución más práctica.

Charith: ¡Aaaaaaaaaa… mi niño… lo mordieron las ratas y ya no respira! (Grita


desesperada)

Emiliano: ¡Las ratas han invadido la escuela y el hospital!


Samara: Que no se te olvide el restaurante, está infestado. ¡Ay, mi pobre
restaurante!

Emiliano: Son muchas y vienen para acá. ¡No tardan en llegar!

Todo el pueblo se asusta y teme por sus vidas, creando un bullicio que solo
una persona logra detener.

Escena 4

SE OYE UNA MÚSICA QUE ACABA CON LOS GRITOS DE PÁNICO DE LOS
HABITANTES DEL MELAO.

Julian (flautista): Si una plaga de ratas, quieren destruir / deben llamar al flautista
de Hamelin, las ratas me llevaré, me llevaré / y tan solo cobraré 500 monedas de
oro. (el pueblo empieza a murmurar en aprobación al flautista).

Sebastián: ¿Y este de donde salió con ínfulas de redentor?. sepa señor que en el
reino ya no hay dinero.

Leidy: Le sale más barato señor ministro, mucho menos de un cuarto de lo que
cobra ese extraño señor (le tapan la boca para no terminar el insulto).

Sebastián: Lo consultaré con el rey.

La monja se acerca al ministro para hablar de nuevo pero la detienen en seco.

Todos: ¡No diga eso, el rey nunca está!

Sebastián: ¡Ha! ¡Es verdad, pues bien, que vaya el flautista y toque su instrumentito
y todo queda resuelto! Eso sí, el reino le pagará, pero, solo la mitad de lo que pide y
en monedas de plata una vez haya terminado su trabajo.

Julian: Por ese dinero lo puedo hacer, pero, con una condición… que el rey se
comprometa a limpiar las calles del pueblo de tanta basura, recuperen la plaza
pública y la estatua de nuestro libertador (Kataplum) Esa es mi condición

ESCENA 5

TODOS CELEBRAN Y SE DISPERSA LA MANIFESTACIÓN. QUEDA SOLO EL


FLAUTISTA QUIEN TOCA UNA MELODÍA, INMEDIATAMENTE SALEN RATAS
DE TODOS LOS TAMAÑOS Y COLORES POR TODOS LADOS.
ESCENA 6

EL MINISTRO PONE EL PUEBLO A CELEBRAR Y TODOS OLVIDAN AL


FLAUTISTA.

Julián: Pueblo el Melao,, yo les he cumplido, pero su rey no aparece y el ministro se


niega a pagarme, ¿tal vez ustedes puedan ayudarme?

Danna: Y nosotros… ¿como?

Emiliano: Ahora no podemos.

Charith: Apenas nos estamos recuperando… usted sabe… la pandemia y todo eso.

Samara: Hoy no hay… vuelva otro día, tal vez se le resuelva.

Julián: Pero si yo les ayude, eso no es justo.

Meliza: Estamos muy ocupados preparando las fiestas patronales, ¡ES EL


CUMPLEAÑOS DEL REY!

Samara: Mire, yo le estoy preparando una torta de piña, la que tanto le gustan.

ESCENA 7

SE ESCUCHA UNA MARCHA COMO DE UN EJÉRCITO DE SOLDADOS.


TROMPETAS, LLEGA EL MINISTRO

Todos: Que viva el rey… larga vida al rey. (voces comentan de la llegada del rey)

Ministro: Pueblo El Melao, su rey… no está, pero, les manda a decir muchas
gracias por las fiestas, que su mayor placer es verlos felices a ustedes. Por esa
razón, les envía piñas para que se endulcen. (Todos celebran).

ESCENA 8

EN MEDIO DE LA CELEBRACIÓN, EL FLAUTISTA MOLESTO, DEVUELVE LAS


RATAS AL PUEBLO Y MULTIPLICADAS.

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