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CUENTERÍA EL MELAO
Danna (narrador 1): Hoy les vamos a contar, la historia de un pueblo muy
particular.
Julián (narrador 2): Donde unas plagas de ratas, acabaría con todo este lugar.
Charith (narrador 3): Y todo por la culpa del rey quien era un holgazán.
Danna (narrador 1): Esta historia sucedió hace mucho, mucho, pero muchísimo
tiempo atrás.
Julián (narrador 2): Cuando los mensajes no se mandaban por chat, si no por una
paloma mensajera que volaba sin cesar.
Charith (narrador 3): Todo comenzó en una plaza de mercado singular, cuando los
mercaderes se dieron cuenta que algo muy grave cambiaría la historia de su hogar.
Charith (florista): Las flores del Melao, las más dulces en su olor, cómpreme una
rosa, se lo agradezco de corazón.
Samara (dulcera 1): El manjar blsnco, el cortao y el melao, para que no mire pa
otro lado.
Julian (narrador 2): El pueblo se encontraba muy triste por la plaga de ratas así
que decidieron exigirle al rey que estaba desaparecido una desratización urgente
para poder vivir en paz.
ESCENA 2
Danna: Yo le escribí el otro día. “Venga al barrio y vealas/ son peores que la peste,
nadie duerme o come en paz”. Han pasado 15 días desde que la recibió/ y mi carta
diría yo, se perdió. Yo muy poca soy, ¿quien va a escucharme, a mí, sí sola voy?.
Kevin o Leidy: Pues si somos cien, nos va a escuchar, si gritamos todos, ¡HUELGA
GENERAL!
Meliza: Pero oigan, no culpen a nuestro soberano, él es solo una víctima más de las
ratas que invaden nuestro pueblo, solo Dios puede salvarnos.
Danna: ¡Ay señora!, no lo defienda por favor, él es el único culpable de todo lo que
nos está ocurriendo.
Samara: Que su majestad el rey de la cara y diga de una vez, cómo va a sacar a las
ratas de nuestro pueblo.
ESCENA 3
Charith (narrador 3): Luego de un mes de paro del pueblo, escuchan a lo lejos
cómo la corte del rey se acerca, al fin una pequeña esperanza para el pueblo…
Pero no todo es lo que aparenta, el rey no dará la cara.
Emiliano: Señor ministro, llevamos mucho tiempo diciendo que no podemos vivir ni
trabajar en paz por culpa de las ratas, ¡exigimos hablar con el rey!
Sebastián: ¿Ratas? pero si las ratas no son un problema del rey, es un problema
de cada quien es su casa.
Charith: Desde que a la mujercita del rey le dió por acabar con los gatos para hacer
vestidos de piel, las ratas han invadido las calles, las casas, los mercados y los
parques. Claramente es un problema público.
Samara: Es verdad, ¡las ratas y los ratones andan por todo el pueblo como si fuera
su casa! se me comieron los dulces y hasta la falda.
Emiliano: Hace poco el rey cobró un nuevo impuesto, entonces que haga algo con
el dinero.
Sebastián: Queridos amigos, hijitos míos, el rey no está, yo hablaré con él, pero no
les prometo nada, recuerden que cuando nuestro rey subió al trono, prometió que
haría todo por este pueblo, pero en ese momento no había ratas, así que no es
problema de él sino de sus antecesores. Por el momento hemos traído piñas para
que se endulcen.
Danna: ¡No nos echamos perfume, pero somos aseados, sin embargo, las ratas
andan por todos lados.
Samara: En la cocina, ¡se meten en las ollas y se comen nuestra comida!
Samara: Todo se lo comen, las cosechas, las alacenas, la ropa, los zapatos, si
seguimos así no faltará nada para que muerdan a nuestros hijos y abuelos.
Kevin o Leidy: ¡De aquí no nos moveremos hasta que el rey aparezca!
Ministro: El rey ya viene, no demora. pero nos envió este señor que nos venderá
otra solución.
Extraño señor: Yo, puedo fabricar ratoneras, con doble trampa, una de hierro y otra
de pólvora. Anticipo que son un poco caras, pero no se preocupen, ustedes son un
pueblo tan hermoso y atormentado por tantas ratas y ratones, yo diría que con
doscientos millones de monedas de oro está bien.
Meliza: A mi me parece muy buena idea, que trabajen desde ya, en la fabricación
de las trampas.
Emiliano: Pero yo espero que esas trampas las pongan gratis, para eso pagamos
nuestros impuestos, ¡y no son muy baratos que digamos!
Meliza: ¿No habéis pensado que por vuestros pecados es que la plaga ha crecido?
yo os digo, si no sois humildes ante vuestras autoridades, la autoridad del cielo será
aún más terrible con vosotros. Arrepentíos, arrodillaos, y orad, orad, para que las
ratas de la envidia, del odio y del caos, se alejen de vuestro lado. ¡ALELUYA!
Danna: Madre, con todo respeto, necesitamos una solución más práctica.
Todo el pueblo se asusta y teme por sus vidas, creando un bullicio que solo
una persona logra detener.
Escena 4
SE OYE UNA MÚSICA QUE ACABA CON LOS GRITOS DE PÁNICO DE LOS
HABITANTES DEL MELAO.
Julian (flautista): Si una plaga de ratas, quieren destruir / deben llamar al flautista
de Hamelin, las ratas me llevaré, me llevaré / y tan solo cobraré 500 monedas de
oro. (el pueblo empieza a murmurar en aprobación al flautista).
Sebastián: ¿Y este de donde salió con ínfulas de redentor?. sepa señor que en el
reino ya no hay dinero.
Leidy: Le sale más barato señor ministro, mucho menos de un cuarto de lo que
cobra ese extraño señor (le tapan la boca para no terminar el insulto).
Sebastián: ¡Ha! ¡Es verdad, pues bien, que vaya el flautista y toque su instrumentito
y todo queda resuelto! Eso sí, el reino le pagará, pero, solo la mitad de lo que pide y
en monedas de plata una vez haya terminado su trabajo.
Julian: Por ese dinero lo puedo hacer, pero, con una condición… que el rey se
comprometa a limpiar las calles del pueblo de tanta basura, recuperen la plaza
pública y la estatua de nuestro libertador (Kataplum) Esa es mi condición
ESCENA 5
Charith: Apenas nos estamos recuperando… usted sabe… la pandemia y todo eso.
Samara: Mire, yo le estoy preparando una torta de piña, la que tanto le gustan.
ESCENA 7
Todos: Que viva el rey… larga vida al rey. (voces comentan de la llegada del rey)
Ministro: Pueblo El Melao, su rey… no está, pero, les manda a decir muchas
gracias por las fiestas, que su mayor placer es verlos felices a ustedes. Por esa
razón, les envía piñas para que se endulcen. (Todos celebran).
ESCENA 8