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Trastorno antisocial de la

personalidad
-Su impacto en la sociedad-

Alumno – Serapio Ailén Ayelén


Docente – Toledo Fátima
6°Año Naturales – 2023
Instituto Nicolás Avellaneda
ÍNDICE

Introducción.........................................................................................................1
Justificación.........................................................................................................2
Planteamiento del problema................................................................................3
Objetivos............................................................................................................. 3
Hipótesis..............................................................................................................3
Marco Teórico......................................................................................................4
Encuesta – Tabulación......................................................................................16
Encuesta – Informe...........................................................................................16
Entrevista.......................................................................................................... 22
Conclusión – Informe........................................................................................ 24
Bibliografía........................................................................................................ 25
Agradecimiento................................................................................................. 26
Anexo................................................................................................................ 27
Introducción
La personalidad antisocial es un trastorno que plantea desafíos
significativos tanto para quienes lo padecen como para la sociedad en su
conjunto. Este trastorno se caracteriza por patrones persistentes de
comportamiento que incluyen la indiferencia hacia los derechos de los demás,
la falta de empatía, la manipulación y la tendencia a violar las normas sociales
y legales. En este proyecto, se explorará en profundidad el impacto que el
trastorno de personalidad antisocial tiene en la sociedad, centrándose en sus
causas, manifestaciones, consecuencias y posibles enfoques para abordar este
problema.
El trastorno de personalidad antisocial no solo afecta a los individuos
que lo experimentan, sino que también tiene repercusiones significativas en sus
relaciones personales, en el entorno laboral y, en última instancia, en la
seguridad y el bienestar de la sociedad en su conjunto. A medida que se
profundice en este proyecto, se examinará cómo el trastorno antisocial puede
contribuir a la criminalidad, la victimización de otros y la disrupción de la vida
comunitaria.
Además, se explorarán las diferentes teorías sobre el origen y la
naturaleza de este trastorno, así como las estrategias de diagnóstico y
tratamiento que se utilizan en la actualidad.

1
Justificación
El trastorno de personalidad antisocial es un tema de gran relevancia en
la sociedad actual. Comprender sus características y consecuencias es crucial
para abordar los desafíos que plantea.
Mediante esta investigación, podremos aumentar la conciencia pública
sobre este trastorno, promoviendo la empatía y la comprensión hacia las
personas afectadas. Además, exploraremos como influye en la dinámica social,
la seguridad pública y las relaciones interpersonales. Al analizar su impacto en
la sociedad se busca fomentar estrategias de prevención y tratamiento más
efectivas.
En última instancia, este proyecto busca mejorar la calidad de vida de
las personas afectadas y fortalecer la cohesión y seguridad de nuestra
sociedad en su conjunto. Al unir esfuerzos y conocimientos, se puede avanzar
hacia soluciones más efectivas y sostenibles que aborden tanto las causas
subyacentes como las conciencias en la sociedad. En resumen, esta
investigación representa un gran paso hacia una sociedad más informada,
compasiva y segura en relación con el trastorno de personalidad antisocial.

2
Planteamiento del problema
 ¿Las personas con trastorno antisocial de la personalidad son
estigmatizadas por la desinformación sobre el trastorno en la sociedad?
 ¿Las relaciones interpersonales de las personas con trastorno antisocial
de la personalidad se ven afectadas por su trastorno?

Objetivos
1. Investigar las relaciones entre el trastorno antisocial de la personalidad y
la criminalidad.
2. Examinar el impacto del trastorno antisocial de la personalidad en las
relaciones sociales.
3. Explorar la comorbilidad y trastornos asociados al trastorno antisocial de
la personalidad.
4. Analizar los problemas de la integración social y laborar de las personas
afectadas con trastorno antisocial de la personalidad.
5. Crear conciencia y educación pública sobre el trastorno antisocial de la
personalidad.

Hipótesis
1. Existe una relación entre el trastorno antisocial de la personalidad y la
delincuencia en una comunidad.
2. Los afectados por el trastorno antisocial de la personalidad presentan
dificultades en establecer relaciones interpersonales.
3. Un entorno familiar caracterizado por el abuso, la negligencia y la falta
de límites puede aumentar el riesgo de contraer el trastorno antisocial de
la personalidad.
4. Los afectados por el trastorno antisocial de la personalidad pueden
involucrarse en comportamientos delictivos buscando una estimulación.
5. Las personas con trastorno antisocial de la personalidad son juzgadas,
quedándose sin un tratamiento adecuado, y la sociedad se ve afectada
por esto.

ORGANIGRAMA

Trastorno antisocial Trastornos de la


de la personalidad personalidad

Descripción general

Impulsividad y Estigmatización hacia


búsqueda de los trastornos
sensaciones mentales
Comportamiento Comportamiento
social antisocial y crimen
3
Marco Teórico
Trastornos de personalidad
El psiquiatra Pierre Pichot presenta algunos de los criterios que se
deben tener en cuenta para un trastorno de la personalidad. Los define como
un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento, que se
aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Estando
presente en una, dos o más áreas de las que se mencionan a continuación:
Cognición (por ejemplo, formas de interpretarse a uno mismo, a los demás y a
los acontecimientos).
Afectividad (por ejemplo, la gama, la intensidad, la labilidad y la adecuación de
la respuesta emocional).
Actividad interpersonal
Control de los impulsos.
Autores como Kaplan, Sadok y Grebb, presentan enfoques
complementarios a los que se han mencionado. En este punto, al referenciar
aquellas definiciones y planteamientos que se relacionan de manera directa
con los trastornos de la personalidad como tal.
Cuando estos autores hacen mención a la agrupación que el DSM-IV
(Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) les da a los
trastornos de la personalidad, los cuales se dividen en tres Grupos:
A: la personalidad paranoide, la esquizoide y la esquizotípica.
B: incluyen los trastornos de la personalidad antisocial, borderline, histriónica y
narcisista. Teniendo así en las personas que las padecen comportamientos con
inclinación al dramatismo, a la emotividad y a conductas erráticas.
C: comprende los trastornos de la personalidad por evitación, por dependencia
y el obsesivo-compulsivo. Y una categoría denominada trastorno de la
personalidad no especificado, en la cual las personas suelen ser ansiosas y
temerosas.

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Descripción general
El trastorno de la personalidad antisocial, a veces llamado sociopatía, es
una enfermedad de la salud mental en la cual una persona no demuestra
discernimiento entre el bien y el mal e ignora los derechos y sentimientos de los
demás. Las personas con trastorno de la personalidad antisocial tienden a
hacer enojar o molestar a los demás de forma intencional y manipulan o tratan
a los demás con crueldad o indiferencia. No sienten remordimiento o no se
arrepienten de su comportamiento.
Síntomas
Los síntomas del trastorno de personalidad antisocial incluyen
repetidamente lo siguiente:
 Ignorar qué está bien y qué está mal.
 Decir mentiras para aprovecharse de los demás.
 Ser insensible o no respetar a otras personas.
 Usar el encanto o el ingenio para manipular a otros para beneficio o
placer personal.
 Tener un sentido de superioridad y ser extremadamente obstinado.
 Tener problemas con la ley, incluidas conductas delictivas.
 Ser hostil, agresivo, violento o amenazante con los demás.
 No sentir culpa por herir a otros.
 Hacer cosas peligrosas sin tener en cuenta la seguridad propia ni la
ajena.
 Ser irresponsable y no cumplir con las obligaciones laborales o
financieras.
El trastorno de personalidad antisocial se considera una afección que dura
toda la vida. Pero, en algunas personas, ciertos síntomas (particularmente la
conducta destructiva y delictiva) pueden disminuir con el tiempo. No está claro
si esta disminución es el resultado del efecto que tiene el envejecimiento en la
mente y el cuerpo, de una mayor conciencia de las consecuencias que tiene la
conducta antisocial en la vida o de otros factores.
Además de esta definición existen otras dadas por distintos psicólogos, por
ejemplo:
Garrido (2000), tomando como base los trastornos de la personalidad con
características de una personalidad antisocial, expresa que este término
describe un patrón de conducta caracterizado por la falta de remordimientos y
una ausencia completa de restricciones. Del mismo modo, y basado en la
exposición de Garrido (2003), agrega que se desarrolló, en ese tiempo, el
concepto de “locura moral”. Haciendo referencia a los hombres con
comportamientos y actitudes antisociales. Esta caracterización significaba la
aparición de los principios activos y morales de la mente, en el momento en el
que estos se han depravado o pervertido en gran medida. El poder del
autogobierno se ha perdido o ha resultado muy dañado y el individuo es

5
incapaz, no de razonar a propósito de cualquier asunto que se le proponga,
sino de comportarse con decencia y propiedad en la vida.
Para Vallejo (1980), la personalidad antisocial (trastorno antisocial de la
personalidad) refleja en los pacientes una gran frialdad y una falta de miedo
ante aquellas situaciones en las cuales cualquier otro sujeto con las mismas
características y la misma edad, podría sentir temor o “prudencia” por su
aparente peligro o situación de riesgo.
El mismo autor también menciona que los trastornos de la personalidad
antisocial se manifiestan con mayor acentuación en aquellas personas que
desde la infancia presentan alteraciones y rechazos ante las normas y
reglamentos que se les presenten para la vida cotidiana. De este modo, el
autor argumenta que desde la etapa de la niñez es común notar este tipo de
comportamiento en los pacientes que presentan características de
personalidad antisocial. Además, porque se suman factores relevantes como la
mentira constante, el robo, el exceso de travesuras y conductas agresivas, que
sobresalen una vez que se avanza en la etapa de la niñez.

Patrón familiar
El trastorno antisocial de la personalidad es más frecuente en los
familiares de primer grado de quienes tienen el trastorno que en la población
general. El riesgo de los parientes biológicos de las mujeres con el trastorno
tiende a ser superior al riesgo de los parientes biológicos de los varones con el
trastorno. Los parientes biológicos de las personas con este trastorno también
tienen un mayor riesgo de presentar trastorno de somatización y trastornos
relacionados con sustancias. En una familia que tiene un miembro con un
trastorno antisocial de la personalidad, los varones suelen presentar más
trastorno antisocial de la personalidad y trastornos relacionados con
sustancias, en tanto que las mujeres presentan más a menudo trastornos de
somatización. Sin embargo, en estas familias hay un aumento de la prevalencia
de todos estos trastornos tanto en varones como en mujeres, en comparación
con la población general. Los estudios de adopción indican que tanto los
factores genéticos como los ambientales contribuyen al riesgo para este grupo
de trastornos. Los hijos adoptivos y los biológicos de padres con trastorno
antisocial de la personalidad tienen un riesgo elevado de presentar trastorno
antisocial de la personalidad, trastorno de somatización y trastornos
relacionados con sustancias. Los niños adoptados se parecen a sus padres
biológicos más que a sus padres adoptivos, aunque el entorno de la familia de
adopción influye en el riesgo de presentar un trastorno de la personalidad y la
psicopatología relacionada.

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Diagnóstico
El diagnóstico del Trastorno de Personalidad Antisocial se basa en la
evaluación clínica realizada por profesionales de la salud mental, como
psicólogos o psiquiatras. El diagnóstico se realiza mediante la observación y
análisis de los patrones de comportamiento, pensamiento y emociones de un
individuo a lo largo del tiempo.
Presentan un patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos
de los demás, que se produce desde los 15 años de edad, y que se manifiesta
por tres (o más) de los hechos siguientes:
1. Incumplimiento de las normas sociales respecto a los comportamientos
legales, que se manifiesta por actuaciones repetidas que son motivo de
detención.
2. Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o
estafa para provecho o placer personal.
3. Impulsividad o fracaso para planear con antelación.
4. Irritabilidad y agresividad, que se manifiesta por peleas o
5. Agresiones físicas repetidas.
6. Desatención imprudente de la seguridad propia o de los demás.
7. Irresponsabilidad constante, que se manifiesta por la incapacidad
repetida de mantener un comportamiento laboral
8. Coherente o cumplir con las obligaciones económicas.
9. Ausencia de remordimiento, que se manifiesta con indiferencia o
racionalización del hecho de haber herido, maltratado o robado a
alguien.
El individuo debe tener como mínimo 18 años y evidencias de la presencia
de un trastorno de la conducta con inicio antes de los 15 años.
Este trastorno no se produce exclusivamente en el curso de la
esquizofrenia o de un trastorno bipolar.
Epidemiología
Según una publicación en US national library of medicine y National
institutes of health en el 2015 dice que la prevalencia del trastorno de
personalidad antisocial oscila entre el 1-4% teniendo en cuenta que dicho
diagnóstico es realizado con los criterios de diagnóstico establecidos por el
manual DSM5. Sin embargo, es importante resaltar que se realiza un
diagnóstico completo, Adicionalmente se establece una prevalencia mayor de
TPA en hombres que en mujeres con un riesgo entre 3 a 5 veces más de
padecer TPA, adicionalmente otro estudio menciona que en aproximaciones
epidemiológicas se puede aproximar la prevalencia del TPA desde el 1% hasta
incluso el 18% (28). En Colombia de la población mayor de 18 años
independientemente del género se muestra que el 53.3% tienen 1 o 2 rasgos
de personalidad antisocial, pero el 8,3% de la población general tienen 6 o más

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rasgos. Por ubicación, la región Oriental tiene una prevalencia del 11,1% de 3 a
5 rasgos de personalidad antisocial en la población general, la mayor del país
en contraste con la región Atlántica que solo tiene una prevalencia del 6,0% (5).
El trastorno antisocial “aprendido”
La psicóloga y psicoterapeuta Dolores Mosquera propone en su libro
“Desmontando Corazas” la noción de Trastorno Antisocial Aprendido para
designar aquellos pacientes en los que tras una “coraza” de conducta
antisocial, indiferencia y aparente falta de empatía, se aprecian respuestas
emocionales, malestar y temor a hacer daño a otros.
Se trata de pacientes que cumplen criterios de Trastorno Antisocial de la
Personalidad por las formas, pero no si atendemos a las motivaciones de sus
conductas, ya que sienten que pueden ser dañados por sus propios estados
emocionales, sintiéndose incapaces de adaptarse al mundo social. Las
reacciones emocionales suelen ser percibidas como inmanejables,
encontrándonos con todo un repertorio de emociones reprimidas, ignoradas y
ridiculizadas, siendo el objetivo último de todo su aparatoso comportamiento el
proteger su parte vulnerable y evitar que sea expuesta y dañada.
Citando a la propia escritora: “a medida que profundizamos nos hallamos
con una persona frágil, falta de recursos y habilidades, que nos hará dudar
sobre el diagnóstico de antisocial”

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Comportamiento social
Como los primates y muchos otros animales, el hombre es naturalmente
social. Quiere esto decir que, al menos hasta ahora, se le ha encontrado
siempre formando grupos, en los cuales nunca estaba ausente alguna forma de
sociedad basada en la reproducción sexual a la que, por lo general, se da el
nombre de familia. Por tanto, en este sentido, el hombre es tan naturalmente
social como muchos otros animales.
La personalidad influye en el comportamiento social de manera
interactiva con los factores situacionales. Las diferencias individuales en
extraversión, neuroticismo y psicoticismo son relevantes en la vida cotidiana
debido a que estas dimensiones están estrechamente relacionadas con
factores emocionales y motivacionales. En contraste, las áreas de
funcionamiento cotidiano más cognitivas podrían estar menos influenciadas por
la personalidad.
Las puntuaciones altas en psicoticismo y neuroticismo se asocian con
enfermedades mentales, psicopatía e insatisfacción sexual. Aunque estas
dimensiones llevan riesgos potenciales debido a sus características, también
se reconoce que, en ciertas situaciones, comportamientos como la agresividad
y la hostilidad (asociados al psicoticismo alto) o la inestabilidad emocional
(neuroticismo alto) pueden ser útiles.
La diversidad en la sociedad es muy importante. Esta requiere tanto
individuos que disfruten de la interacción social (extravertidos) como aquellos
que prefieran trabajar de manera independiente (introvertidos). Esta diversidad
en las preferencias de comportamiento y personalidad es fundamental para un
funcionamiento equilibrado en diferentes contextos.

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Impulsividad y búsqueda de sensaciones
Se llama impulsividad a la tendencia a responder rápidamente a los
estímulos, sin reflexionar y cometiendo un alto porcentaje de errores en la
respuesta. En ocasiones se ha considerado la impulsividad como parte de
factores de personalidad tales como la extraversión, el psicoticismo y el
neuroticismo; parece que con este último la relación es más potente que con la
extraversión. Asimismo, se ha señalado que la impulsividad es uno de los
factores explicativos más importantes de la conducta violenta y también de
otras conductas como la hiperactividad, el alcoholismo, el suicidio y la conducta
adictiva.
En el libro "Las bases biológicas de la personalidad" de Eysenck en
1967; sugiere que los individuos introvertidos se caracterizan por tener altos
niveles de actividad o bajos niveles de excitación en la conexión cortico-
reticular. Un concepto fundamental en la concepción de Eysenck sobre la
extraversión es el "nivel de arousal", que se refiere al estado de excitación del
sistema nervioso. Esta noción también se incorpora en la teoría de búsqueda
de sensaciones de Zuckerman.
En términos adaptativos, la supervivencia de las especies depende de la
adquisición de comportamientos que mantienen funciones vitales básicas. El
sistema de recompensa cerebral, centrado en el sistema dopaminérgico
mesocorticolímbico, refuerza conductas útiles y extingue las inútiles o
perjudiciales. Las dimensiones de búsqueda de sensaciones y la extraversión
están relacionadas con este sistema dopaminérgico, que desempeña un papel
clave en la personalidad y las diferencias individuales.
En el Trastorno de Personalidad Antisocial, se ha observado que existe
una disfunción en este sistema, lo que puede contribuir a la falta de respuesta
emocional apropiada, la falta de empatía y la búsqueda constante de
gratificación sin considerar las normas sociales.
En una investigación reseñada en Strelau, y Kaczmarek, Gebhardt
encontró que los sujetos que puntuaban alto en búsqueda de sensaciones
preferían colores calientes (rojo, naranja y amarillo), mientras que los que
puntuaban bajo en búsqueda de sensaciones, preferían los colores fríos (verde
y azul). En la misma investigación, encontraron que los buscadores de
sensaciones preferían un tempo musical más rápido, frente a los que
puntuaban más bajo en búsqueda de sensaciones que preferían un tempo
musical más lento. Ilustra que la búsqueda de sensaciones puede influir en un
amplio rango de actividades, incluso en aquellas que no implican asumir
riesgos, ni representan una conducta antisocial o contra la norma.

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Comportamiento antisocial y crimen
Antes que nada, se debe dar una distinción fundamental entre los
términos "crimen" y "criminalidad". "Crimen" se refiere a actos específicos de
naturaleza delictiva, limitados en tiempo y espacio. "Criminalidad" se refiere a la
tendencia general de una persona a involucrarse en actos criminales a lo largo
de su vida.
Una perspectiva relevante para entender la conducta criminal es cómo
se explora y se aborda. Algunos enfoques se concentran en comprender por
qué ocurren actos delictivos específicos, mientras que otros analizan por qué
ciertos individuos son más propensos a participar en este tipo de
comportamientos.
Otra distinción crucial se da entre las perspectivas "institucionalistas" y
"realistas". La primera se enfoca en el crimen definido legalmente y se centra
en individuos que han sido procesados y condenados por actividades
criminales. En contraste, la perspectiva "realista" amplía el enfoque para incluir
a personas que han cometido delitos, independientemente de si fueron
arrestadas o condenadas. Esta perspectiva busca entender la totalidad de las
actividades delictivas y cómo se relacionan con la conducta criminal en su
conjunto.
Las conductas antisociales no siempre son consideradas delictivas, pero
violan normas sociales y pueden causar daño a otros. Algunos investigadores
prefieren analizar la "conducta antisocial", que abarca desde comportamientos
agresivos hasta acciones disruptivas que no se consideran estrictamente
criminales. Estudiar estas conductas puede ofrecer información sobre los
inicios tempranos de la delincuencia y ayudar en la prevención.
Un tema de gran preocupación en la sociedad moderna es la creciente
incidencia de varias formas de comportamiento antisocial. Se ha centrado
principalmente en las actividades manifiestamente criminales, como los asaltos,
raptos y asesinatos, pero quizá sea más productivo identificar un continuo del
comportamiento antisocial oscilando entre pequeños delitos, como ligeros
robos y conducir una bicicleta sin luz por la noche, en un extremo, y los delitos
criminales mayores, en el otro extremo. Normalmente se ha supuesto que los
factores sociales y culturales (por ejemplo, la privación social, la pobreza y los
hogares separados) juegan un papel principal en generar criminales, y es
indudablemente cierto que hay muchos factores de importancia. Por
consiguiente, sería simplista suponer que la actividad criminal está
determinada exclusivamente o por los factores situacionales o por las
características de personalidad, es más realista suponer que la situación y la
personalidad se combinan interactivamente para dar lugar a la criminalidad.

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Muestra sobre el Trastorno antisocial de la personalidad en prisioneros

En la provincia de Buenos Aires no existe una sistematización de


evaluación que permita realizar estudio de prevalencia en toda la población
carcelaria por lo que resulta razonable recurrir a una muestra. La mejor
muestra no es simple obtenerla, dado que en las unidades carcelarias la
población está seleccionada por diferentes criterios (peligrosidad,
comportamiento, participación en planes laborales o terapéuticos, etc) y la
muestra obtenible de una unidad tendría importante sesgo.
En cambio de focalizar en unidad penitenciaria, se focalizó en la
población que cometió delito en determinada región de la provincia de Buenos
Aires. Específicamente, la población blanco estuvo constituida por varones que,
habiendo cometido delitos en el Departamento Judicial La Plata, fueron
sentenciados a pena con privación de libertad o fueron sometidos a medida de
seguridad con internación. De esta manera se evitó el sesgo de selección por
tipo de unidad. Esta población privada de su libertad es alojada en diversas
instituciones esparcidas en toda la provincia y, además suelen ser trasladadas
de una a la otra, lo que ocasiona complicaciones a la hora de realizar las
evaluaciones. Teniendo en cuenta esas dificultades, se conformó la muestra
con aquellos varones que, estando privados de libertad, ingresan al período de
sus condenas en que son candidatos a liberación bajo alguna forma de
condición, es decir en el período cercano a la salida de la cárcel. Para ello, se
aprovechó que, en ese momento, los prisioneros son derivados para
evaluación.
En síntesis, la muestra se constituyó de manera consecutiva con todos
los privados de libertad en la jurisdicción del Departamento Judicial La Plata en
tanto ingresaban al período de potencial liberación. El período de estudio
comenzó en septiembre de 2001 y se extendió hasta marzo de 2003. El
Juzgado de Ejecución Penal, que comenzó a funcionar al comienzo del
período, tuvo la jurisdicción de todos los penados y personas bajo medidas de
seguridad del Departamento Judicial La Plata.
Durante el período de estudio, 1390 casos ingresaron al Juzgado de
Ejecución Penal, de los cuales 117 debían cumplir condena con privación de su
libertad o medida de seguridad. Los restantes estaban con condena sin
privación de la libertad o con suspensión del juicio a prueba. De los 117 sujetos
privados de libertad, 75 varones estuvieron en condiciones de ser liberados
bajo condiciones y conformaron la muestra.
Los casos fueron evaluados a partir del estudio de los expedientes
penales, entrevistas personales, entrevistas con familiares y, cuando fue
necesario, entrevistas con los profesionales asistentes. Las fuentes de
información fueron variadas, tal como es actualmente recomendado como
estándar por la comunidad científica.
Los hallazgos del estudio permiten configurar un perfil de la población
candidata a liberación bajo condiciones de la siguiente manera:
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 Esta población está finalizando su tercera década de vida y en su amplia
mayoría cumple pena por algún tipo de robo a víctima extraña.
 Tiene escasa escolaridad tanto cualitativamente como cuantitativamente;
tiene fracasos en previa liberación/alta o excarcelación.
 Solicita la liberación bajo condiciones un año y medio antes de cumplir la
condena.
La prevalencia de psicopatía detectada se encuentra entre las menores
informadas en la bibliografía. Es posible que, de alguna manera, la baja
prevalencia se relacione con que el Departamento Judicial La Plata abarca una
región con importante presencia de instituciones universitarias y administrativas
gubernamentales, lo que impone a la población características especiales. Será
valioso, en el futuro contar con mensuras de regiones de mayor criminalidad y
con características demográficas diferentes.
Cabe destacar la alta prevalencia del Trastorno de Personalidad no
Especificado, lo que estaría señalando las peculiaridades de esta población,
especialmente del grupo que, sin tener un síndrome específico completo, tiene
rasgos que ocasionan disfunción interpersonal. Si se aceptara que el
reclutamiento de casos de manera consecutiva permite obtener una muestra
representativa de todos los privados de libertad, especialmente en este caso en
que la mayoría de los privados de libertad del Departamento Judicial La Plata –
elegibles forman parte de la muestra, se podría aseverar con el 99 % de
probabilidad que el resultado refleja la auténtica prevalencia de los trastornos
entre los elegibles. Esta presunción deberá contrastarse con estudios futuros
que contemplen una muestra más abarcativa. La mensura de la prevalencia de
este tipo de trastornos y, especialmente, realizada con instrumentos que
permiten ser precisos en la definición operativa, abre interesante heurística: en
el futuro será útil comparar con estudios que aporten desde otros
departamentos judiciales y otras provincias. Asimismo, estos datos podrán ser
útiles a la hora de planificar el tipo de servicios apropiados para este tipo de
personas y evaluar sus resultados.

13
Las Conductas antisociales en adolescentes como precedente del
trastorno de personalidad antisocial en adultos privados de su libertad

Durante mucho tiempo el menor con conducta antisocial ha sido tema de


discusión e interés de personas y profesionales preocupados por las
afectaciones sociales que se pueden ocasionar como consecuencia de dichas
acciones; es por ello que diversos profesionales tratan de investigar las causas
de su comportamiento con la intensión de identificar las medidas más
pertinentes para brindar atención a las personas con ese tipo de conductas. La
adolescencia es una etapa de cambios internos y externos, necesarios para la
madurez, tanto física como psicológica, en el ser humano.
Los menores que presentan conductas antisociales se sitúan
generalmente entre los 11 y los 18 años, por lo que se debe considerar con
características biopsíquicas de adolescencia y analizar sus conductas y
necesidades de acuerdo con la etapa que están viviendo. Varios autores
exponen que el trastorno antisocial se relaciona y origina con las fallas severas
vividas por el individuo durante etapas tempranas de su vida, comúnmente
provenientes de su familia; el individuo no cubre sus necesidades emocionales,
físicas o psíquicas, y no sabe cómo compensarlas, y en consecuencia alberga
resentimientos y desarrolla expresiones negativas ante su entorno, como las
actividades delictivas o todas las que vayan en contra de la armonía social.
Las conductas antisociales se pueden manifestar en una amplia gama
de actividades como desacato de reglas y expectativas sociales, mentiras,
acciones agresivas, vandalismo, ausentismo escolar, huidas de casa, consumo
de drogas, hurtos, piromanía, etcétera; es decir, son todas las que atentan
contra su entorno, incluyendo a personas y propiedades. Cabe destacar que el
niño o joven empieza a evolucionar sus conductas antisociales, tornándolas
cada vez más gravosas; en este punto es común que el adolescente quede
sujeto a los sistemas de justicia penal, pues se pasa de una conducta antisocial
a una delictiva; las conductas antisociales vinculadas a la etapa adolescente
son el consumo de drogas y otras sustancias adictivas como el alcohol y el
tabaco.
Durante la adolescencia estas prácticas están asociadas al disfrute del
ocio y de las relaciones sociales; los adolescentes están a la búsqueda de la
satisfacción personal, deseos de experimentación, desajustes socioafectivos,
sobre activaciones y cuestiones derivadas de intentos de integración en el
grupo de iguales.
Al hablar de las conductas antisociales es importante destacar que
existen algunos elementos que no se deben pasar por alto, como la edad del
sujeto, el sexo, el contexto donde se desarrollan las acciones, así como la
magnitud y frecuencia de las mismas; respecto a la edad, hay evidencia de que
las actividades antisociales empiezan antes de los 12 años y se prolongan los
actos durante la adolescencia y la madurez, aumentando en frecuencia y
magnitud. considerando la etapa de la adolescencia y este conjunto de
conductas antisociales se identifica este periodo como una etapa de conflicto
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en la que se produce el tránsito de la niñez a la adultez. El contexto mexicano
se caracteriza por tener circunstancias que lo convierten en un entorno
vulnerable en la producción y reproducción de la violencia social.
Estigma hacia los trastornos mentales
En América Latina, se ha determinado que los trastornos mentales son
altamente prevalentes y representan una significativa carga para quienes los
padecen. Dichos individuos usualmente deben lidiar, en la interacción diaria
con otras personas o instituciones, con barreras y obstáculos sociales. Al
respecto, un tipo de interacción social que puede presentar consecuencias
negativas para las personas con trastornos mentales es lo que se ha
denominado “estigmatización” o, simplemente, “estigma”.
Debido a los prejuicios y actos discriminatorios hacia las personas
estigmatizadas, es frecuente que éstas presenten un bajo nivel de autoestima y
una menor calidad de vida, además de una baja adherencia a los tratamientos
y una reducción significativa de sus redes sociales. También se ha observado
que, frecuentemente, dichas personas no pueden acceder a espacios laborales
o educacionales normalizados, ni tampoco pueden establecer relaciones de
amistad o de pareja. Por consiguiente, el estigma se transforma en un
fenómeno contraproducente para lograr la plena inclusión social de los
individuos con algún padecimiento psíquico.
El estigma hacia la enfermedad mental ha sido evaluado por diversos
estudios a lo largo del mundo. En el caso particular de América Latina, la
investigación ha sido escasa. No obstante, algunos estudios desarrollados en
Brasil, Argentina, México y Chile han determinado que las personas perciben a
los pacientes como potencialmente peligrosos, impredecibles, violentos e
incapaces de desarrollar actividades laborales. Se identificó que las
conceptualizaciones como “el miedo al diagnóstico” y “lo que otros pudieran
pensar”, argumentos vinculados directamente con el estigma, fueron las
justificaciones más utilizadas por personas encuestadas para evitar la solicitud
de ayuda al sistema de salud mental.

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Encuesta – Tabulación
Se realizó una encuesta a personas que rondaban entre los 15-25 años, en
su mayoría pertenecientes a Argentina. Revelando resultados de
desinformación y estigma hacia el trastorno antisocial de la personalidad.

Encuesta – Informe

1. La mayoría de los encuestados tienen entre 15 y 25 años.

2. La mayoría de los encuestados están al menos conscientes de la existencia


del TPA. Sin embargo, también es importante considerar que una parte de

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la población encuestada aún no está informada sobre este trastorno en
particular.

3. Mientras que una parte tiene un conocimiento limitado (puntuaciones de 1 a


4), un número considerable también se siente moderadamente familiarizado
(puntuaciones de 5 a 7). La falta de respuestas en los extremos más altos
de la escala sugiere que pocos encuestados se consideran expertos en el
tema.

4. Un porcentaje relativamente pequeño de los encuestados conoce a alguien


diagnosticado con el TAP. La mayoría de los participantes no tienen esta
experiencia directa, lo que puede influir en su nivel de conocimiento y
percepción del trastorno.

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5. Algunos creen que conocen a personas con estos rasgos, otros no lo creen,
y un tercer grupo se encuentra indeciso. La percepción de estos
comportamientos puede estar influenciada por la interpretación personal de
las acciones de las personas en su entorno.

6. Estos resultados muestran una preocupante percepción de la falta de


comprensión de la sociedad sobre el trastorno antisocial de la personalidad.

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7. Este resultado muestra que una proporción significativa de los encuestados
perciben que existe un estigma o prejuicio hacia las personas con
comportamientos asociados al TPA, incluso si no tienen un diagnóstico
formal del trastorno. Esto puede tener implicaciones en la forma en que se
abordan cuestiones relacionadas con la salud mental y el comportamiento
en la sociedad, y destaca la necesidad de una mayor concienciación y
educación sobre estos temas.

8. Este análisis refleja la percepción de los encuestados sobre las diversas


formas en que las relaciones interpersonales de las personas con TAP
pueden verse afectadas. La falta de empatía y comprensión, junto con la
dificultad para mantener relaciones de pareja, se destacan como
preocupaciones significativas.

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9. Se destaca una preocupación significativa sobre la moralidad, ética y la
posible presencia de problemas de salud mental en personas con TPA.
Además, hay preocupaciones sobre su potencial peligroso y falta de
empatía.

10. Este resultado muestra que la mayoría de los encuestados no tienen una
opinión definitiva sobre si se debe informar sobre los trastornos de la
personalidad a través de los medios de comunicación.

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11. La mayoría de los encuestados, un 73.3%, expresaron interés en aprender
más sobre el trastorno antisocial de la personalidad. Esto indica una
disposición a adquirir conocimientos sobre este trastorno y posiblemente
una conciencia de la importancia de comprender mejor los problemas de
salud mental y sus implicaciones en la sociedad.

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Entrevista
Esta es una entrevista realizada al argentino Mauro Luciano Albornoz –
Psicólogo.
1. ¿Cómo fue su experiencia tratando con personas con este trastorno?
Atendí alrededor de 200 pacientes en dos años de ejercicio profesional y
tuve alrededor de 3 casos de este trastorno, en mi experiencia fue complejo
porque implicó posicionarme con un carácter fuerte para poder sostener las
normas del espacio terapéutico que estas personas intentan romper
constantemente, por ejemplo: alteraban el horario de las sesiones, faltaban al
encuentro sin avisar, no respetaban las distancias físicas, querían cambiar de
lugar las cosas del consultorio, cuestionaban mi rol y mi capacidad como
psicólogo, se mostraban cerrados a incorporar nuevas maneras, hablaban en
un tono elevado, antipáticos ante cualquier pedido o sugerencia, hacían
llamados telefónicos a horarios inapropiados, exigían certificados, usaban un
lenguaje vulgar e inapropiado…
2. ¿Qué tan seguro tiene que estar para diagnosticar este trastorno?
Hay que estar muy seguro para diagnosticarlo porque por lo general
estos pacientes tienen muchos conflictos judiciales y por ende hay que elaborar
informes para que sean presentados ante tribunales de manera escrita y oral,
por lo tanto, hay que tener mucha claridad para fundamentarlo y ayudar a la
justicia a tomar las decisiones pertinentes para evitar que esas personas dañen
a su entorno y a sí mismos. También hay que estar seguro porque "categoriza"
a un paciente, que a pesar de su comportamiento es un ser humano, que
según su capacidad de resiliencia puede usar ese diagnóstico para entenderse
más a sí mismo, ponerle un nombre a lo que le pasa y a partir de ahí intentar
dimensionar sus actos, tratar de buscar por qué situaciones traumáticas se
generaron e intentar cambiar.
3. ¿Hubo algún caso que lo marcó?
Si! recuerdo el caso de un paciente que tenía mí misma edad (28 años)
y que había tenido graves conflictos sociales desde su adolescencia, había
estado detenido por robos, venta de drogas y peleas callejeras, además había
tenido varias internaciones en hospitales psiquiátricos por crisis de ansiedad y
sobredosis. En ese momento empezó terapia por pedido judicial, estaba en
detención domiciliaria y solo tenía permiso de salir de su casa para ir al
consultorio. Me marcó porque teníamos la misma edad, pero vidas totalmente
diferentes, desde ese lugar pudimos conectarnos como seres humanos y a
pesar de su comportamiento inicial disruptivo pudo empezar a descubrir que su
comportamiento era tan destructivo en parte por las situaciones traumáticas
que vivió en su infancia con su familia, violencia extrema por parte de su madre
y abandono por parte de su padre.

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4. ¿Cree que las personas con este trastorno puedan vivir como personas
normales?
Mmm es muy difícil porque no tuvieron internalizados desde chicos
límites "normales" sino que tuvieron límites impuestos de manera violenta y
destructiva o bien no tuvieron límites. Es muy difícil incorporar esos límites en
grande, pero como las instituciones judiciales los castigan tanto no les queda
opción de buscar maneras más racionales para vincularse con las personas.
Creo que sí pueden mejorar su conducta con terapia, aprendiendo a controlar
sus impulsos, dimensionado las consecuencias de sus actos, verbalizando sus
dolores, entendiendo de dónde vienen y proyectando un futuro menos
conflictivo. También ayuda la medicación del psiquiatra.
5. ¿Crees que existe cierto tabú en torno a la salud mental?
¡Si! Se sigue pensando que ir al psicólogo es para los locos, sobre todo
en la generación de mayores de 40 años. Los más jóvenes son los que
descubrieron que reprimir los problemas en realidad es prolongarlos y que la
mejor manera de solucionarlos es verbalizando, entendiendo, decidiendo, etc…
6. ¿Y más específicamente en torno a este trastorno? ¿A qué crees que se
debe?
Creo que si es tabú porque identifican la conducta conflictiva de esos
pacientes con "la maldad" y no con lo que origina ese comportamiento, que
generalmente tiene que ver con situaciones familiares extremadamente
dolorosas para un niño sin una estructura saludable. También es tabú porque
les tienen miedo.
7. ¿Puede explicarme cómo podría afectar el trastorno antisocial de la
personalidad a la capacidad de tener una relación amorosa o de pareja?
¡Si! en el caso al que me referí, el paciente llegó por estar condenado
por violencia de género, al no respetar las normas sociales en general tampoco
pueden respetar las normas de un vínculo de pareja, son impulsivos, agresivos
verbal y físicamente, busca imponer su voluntad egoísta, les cuesta dividir
diferencias y empalizar con la pareja.
8. ¿Y en qué les dificulta este trastorno a la hora de conseguir trabajo?
Por lo general tienen antecedentes legales, entonces se reducen sus
oportunidades, además no toleran la autoridad de un jefe, buscan desafiar
constantemente justificando sus faltas de respeto a las normas con su
determinación conflictiva. En uno de los casos el paciente tenía un trabajo que
le permitía justamente ser conflictivo y antisocial, vendía sustancias ilegales y
defendía su postura como si fuera una profesión y oficio.

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Conclusión
El trastorno antisocial de la personalidad (TPA) es un tema de gran
relevancia en la salud mental y la psicología, que no solo afecta a los individuos
que lo padecen, sino que también tiene un impacto significativo en la sociedad
en su conjunto. A lo largo de este proyecto, se exploraron diversas facetas de
este trastorno y su influencia en diferentes aspectos de la vida cotidiana.
Hemos descubierto que el TPA se caracteriza por patrones de
comportamiento persistentes, como la falta de empatía, la manipulación y el
desprecio por las normas sociales. Esto puede llevar a dificultades en la
formación y mantenimiento de relaciones interpersonales, tanto en el ámbito
romántico como en el social, lo que a menudo resulta en aislamiento. Además,
la percepción de que las personas con TPA pueden ser peligrosas y la duda
sobre su moralidad y ética arrojan luz sobre la percepción generalizada que la
sociedad tiene sobre este trastorno.
Es crucial señalar que, según la encuesta, la mayoría de los
encuestados no cree que la sociedad comprenda adecuadamente el TPA, y
perciben un estigma o prejuicio hacia las personas con comportamientos
asociados a este trastorno. Esto subraya la necesidad de una mayor educación
y concienciación pública sobre el TPA y otros trastornos de la personalidad.
En resumen, este proyecto ha destacado la necesidad de abordar el TPA
desde una perspectiva más informada y comprensiva. La concienciación
pública, la educación y la promoción de un diálogo abierto sobre la salud
mental y los trastornos de la personalidad son pasos cruciales para reducir el
estigma, mejorar la comprensión y brindar apoyo a las personas afectadas por
el TPA. Al hacerlo, podemos trabajar juntos para construir una sociedad más
compasiva y empática, donde las personas con TPA puedan recibir el apoyo
que necesitan para una vida más saludable y equilibrada.

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Bibliografía
Trastorno antisocial de la personalidad. Mayo Clinic.
Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. American
Psychiatric Association. 2013.
Patrones de conducta y personalidad antisocial en adolescentes. Estudio
transcultural: el salvador, méxico, y españa. Miguel Ángel Alcázar Córcoles.
2007.
Búsqueda de sensaciones y conducta antisocial. Miguel Ángel Alcázar, Antonio
Verdejo, José Carlos Bouso y Joaquín Ortega. 2015.
Estigma hacia los trastornos mentales: características e intervenciones. Franco
Mascayano Tapia, Walter Lips Castro, Carlos Mena Poblete, Cristóbal
Manchego Soza.
Personalidad antisocial. Factores neurobiológicos del trastorno. Ángela Melissa
Garzón, José Antonio Sánchez González.
Universidad El Bosque - Facultad de Medicina - Programa de Medicina. Angela
Bibiana Delgado Restrepo, Tommy Anderson Medina Galindo, Sharon Dyanne
Ramírez Suárez, Alvaro Arturo Mosquera Torres, Andrea Carolina Urrego
Vásquez. Bogotá D.C 2022
Las Conductas antisociales en adolescentes como precedente del trastorno de
personalidad antisocial en adultos privados de su libertad. J. Jesús Becerra-
Ramírez, Evelin Alejandra Galicia-Gómez.

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Agradecimiento
Quiero agradecer a la profesora, Fátima Toledo, por su guía experta y
por su paciencia. Sus conocimientos y experiencia fueron fundamentales para
orientarme en el camino y brindarme las herramientas necesarias para abordar
este proyecto de manera efectiva. Su dedicación y apoyo hicieron una
diferencia significativa en este aprendizaje. También quiero agradecer a Mauro
Luciano Albornoz por aceptar responder a una corta entrevista.

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Anexo
Estudios en La Plata

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