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Cuento de un dulce y un reloj

Había una vez en una pequeña tienda de antigüedades un reloj muy especial. Este reloj tenía una
esfera de cristal tallado y un tic-tac constante que llenaba la tienda con un sonido reconfortante.
Pero lo que lo hacía realmente especial era su capacidad de detener el tiempo por un breve
momento cada día.

El reloj se llamaba Tick, y vivía en una repisa junto a una caja de dulces. Frente a él, se encontraba
un dulce llamado Toffee. Toffee era una golosina dorada y deliciosa que había estado en la tienda
durante mucho tiempo. A pesar de su aspecto apetitoso, Toffee tenía un corazón amable y siempre
cuidaba de sus amigos en la tienda.

Un día, mientras Tick y Toffee charlaban, Toffee expresó su deseo de conocer el mundo más allá de
la tienda. Soñaba con ver el sol brillar en el cielo y sentir la brisa acariciar su envoltura dorada. Pero
sabía que nunca podría abandonar la tienda, ya que su deber era alegrar los días de los clientes
con su dulzura.

Tick, con su capacidad de detener el tiempo, sintió compasión por su amigo Toffee. Decidió hacer
algo especial por él. Cada día, al mediodía, cuando el reloj marcaba las doce en punto, Tick detenía
el tiempo durante un minuto. Durante ese minuto, Toffee tenía la oportunidad de vivir sus sueños
y explorar el mundo exterior.

Toffee se emocionaba cada vez que Tick detenía el tiempo. Salía corriendo de la tienda y se
aventuraba por los alrededores. Veía mariposas danzantes, flores brillantes y se deleitaba con el
calor del sol en su envoltura dorada. Aunque solo tenía un minuto, cada segundo era precioso y
lleno de alegría.

Después de su breve aventura, Toffee regresaba a la tienda con una sonrisa en su rostro. Le
contaba a Tick sobre sus experiencias emocionantes y cómo se sentía agradecido por la
oportunidad de conocer el mundo exterior, aunque fuera por tan poco tiempo.

El tiempo siguió pasando, y Tick y Toffee continuaron siendo amigos inseparables. Juntos,
compartieron momentos especiales y enseñaron al resto de la tienda sobre la importancia de
cuidar y apoyarse mutuamente. A pesar de las limitaciones de su mundo, encontraron una forma
mágica de hacer realidad los sueños de Toffee y disfrutaron de su amistad única por siempre.

Y así, en la pequeña tienda de antigüedades, el reloj y el dulce demostraron que la verdadera


amistad puede hacer que los sueños se hagan realidad, incluso cuando el tiempo parece estar en
su contra.

FIN.

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