Está en la página 1de 10

JURISPRUDENCIA

Roj: STSJ ICAN 3195/2015 - ECLI:ES:TSJICAN:2015:3195


Id Cendoj: 35016310012015100010
Órgano: Tribunal Superior de Justicia. Sala de lo Civil y Penal
Sede: Palmas de Gran Canaria (Las)
Sección: 1
Fecha: 03/11/2015
Nº de Recurso: 15/2015
Nº de Resolución: 8/2015
Procedimiento: Recursos Ley Jurado
Ponente: CARLA MARIA DEL ROSARIO BELLINI DOMINGUEZ
Tipo de Resolución: Sentencia

Resoluciones del caso: SAP, Santa Cruz de Tenerife, Sección 6ª, 09-06-2015 (rec. 7/2015),
STSJ ICAN 3195/2015

?
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA. SALA DE LO PENAL
C./ Plaza San Agustín nº 6
Las Palmas de Gran Canaria
Teléfono: 928 32 50 07
Fax.: 928 32 50 37
Procedimiento: Recursos Ley Jurado
Nº Procedimiento: 0000015/2015
NIG: 3501631220150000028
Resolución:Sentencia 000008/2015
Proc. origen: Tribunal del jurado Nº proc. origen: 0000007/2015
Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife
Intervención: Interviniente: Procurador:
Apelado Virginia IRENE SANCHEZ PASTRANA
Apelado Benita IRENE SANCHEZ PASTRANA
Apelado MINISTERIO FISCAL
Apelado ASOCIACIÓN LAXSHMI IRENE SANCHEZ PASTRANA
Apelante Abilio MARGARITA DEL ROSARIO MARTIN RODRIGUEZ
SENTENCIA
Presidente:
Excmo. Sr. D. Antonio Doreste Armas.
Magistradas:
Ilma. Sra. Dª Margarita Varona Faus.
Ilma. Sra. Dª Carla Bellini Domínguez.

1
JURISPRUDENCIA

En Las Palmas de Gran Canaria, a 3 de noviembre de 2015.


Visto el Recurso de la Ley del Jurado nº 15/2015 de esta Sala, correspondiente al procedimiento de la Ley
Orgánica del Tribunal del Jurado nº 1654/2013 del Juzgado de Instrucción nº 2 de Arona, en el que por la
Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife al Rollo nº 7/2015 se dictó sentencia de
fecha 9 de junio de 2015 , actuando como Magistrado Presidente el Ilmo. Sr. D. José Luis González González,
cuyo fallo es del tenor literal siguiente:
"Que debo condenar y condeno a Abilio como autor penal y civilmente responsable de TRES delitos de
asesinato ya definidos, concurriendo en su persona la circunstancia agravante de su responsabilidad criminal
de parentesco y las atenuantes de confesión de los hechos y la analógica de alteración psíquica de carácter
leve, a las penas, por cada uno de ellos de VEINTITRÉS AÑOS DE PRISIÓN, inhabilitación absoluta durante el
tiempo de la condena y al pago de todas las costas procesales.
Igualmente se le imponen las penas accesorias de la prohibición de residir en la isla de Tenerife por ser éste
el lugar de residencia de las perjudicadas ( Virginia y Benita ) y demás familiares de las víctimas, y la
prohibición de acercarse a menos de 500 metros de cualquiera de ellas, en cualquier lugar o situación en la
que se hallasen o a su domicilio y también la de comunicarse con las mismas por cualquier medio durante el
tiempo de cumplimiento de las penas privativas de libertad impuestas y durante otros cinco años más tras la
extinción definitiva de dichas penas de prisión.
Asimismo, Abilio deberá indemnizar a Benita en la suma de CIENTO SESENTA MIL Euros (160.000 €) por
la muerte de sus padres y a Virginia en la misma cantidad y en otros 110.000 por la muerte de su hijo, en
total DOSCIENTOS SETENTA MIL Euros (270.000 €), debiendo igualmente abonar el interés legal por dichas
sumas devengado.
También deberá abonarles, con las cantidades que se determinen en ejecución de sentencia, por los
tratamientos médicos y/o psicológicos/psiquiátricos y forenses que hubieran precisado o precisen por estos
hechos debido al estrés postraumático que el fallecimiento de sus familiares les ha producido, con expresa
aplicación de lo dispuesto en el art. 576 de la L.E.Criminal .
Abónese al acusado para el cumplimiento de la pena impuesta el tiempo del que ha estado privado de libertad
por esta causa preventivamente.
Notifíquese esta resolución a las partes, haciéndoles saber que no es firme y que contra la misma cabe recurso
de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma
de Canarias, a interponer en la forma prevista en la LECrim, dentro de los diez días siguientes a la última
notificación.
Así por esta mi Sentencia, de la que se unirá certificación al Rollo, lo pronuncio, mando y firmo.".

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO. El Juzgado de Instrucción nº 2 de Arona instruyó procedimiento de la Ley Orgánica del Tribunal del
Jurado con el nº 1654/2013 por presuntos delitos de asesinato, y acordó remitir las actuaciones a la Audiencia
Provincial de Santa Cruz de Tenerife. Turnado el asunto a la Sección Sexta de dicho Tribunal y registrado el
Rollo nº 7/2015, se dictó sentencia de fecha 9 de junio de 2015 , cuyos Hechos Probados tienen el siguiente
contenido:
A).- Con relación a la muerte de D. Alberto :
1º).- Sobre las 20,00 horas del día 13 de marzo de 2013, Abilio , mayor de edad y natural de Cabo Verde,
guiado por el ánimo de acabar con la vida de su suegro, D. Alberto , para así hacer daño a su esposa, Virginia
, con la que se hallaba casada desde el 4 de Enero de 2005 y tenía un hijo en común de cuatro años de edad -
Eulalio -, al constar como nacido el día NUM000 de 2008, puesto que ella le había manifestado su intención de
poner fin a su relación conyugal habido los numerosos problemas entre ambos existentes, cuando su suegro
se hallaba en la NUM001 planta de su casa, sita en la C/ en el nº NUM002 , de la C/ DIRECCION000 , del
BARRIO000 , del municipio de Guia de Isora, en compañía de su esposa, Dña. Debora , y su nieto Eulalio , y
donde también vivía Abilio en compañía de su mujer, e, igualmente la otra hija de D. Alberto , Benita , con
un cuchillo de cocina de 18 cm de hoja, 10 de mango y 4 de ancho de hoja, le asestó en un primer momento
tres cuchilladas en la parte posterior del cuello, lo que motivó que cayera al suelo, donde le propinó otras cinco
en la base anterior, cuchilladas todas ellas que le seccionaron los anillos traqueales, arteria carótida izquierda,
vena yugular, que le causaron la muerte por un shock hemorrágico.

2
JURISPRUDENCIA

2º).- Abilio acuchilló a su suegro - Alberto - en un primer momento por la espalda de manera sorpresiva e
inesperada para éste hasta tal punto que lo hizo en unas condiciones que aseguraban su muerte sin peligro
alguno para su integridad física que pudiese provenir de una reacción defensiva por aquèl
3º).- El acusado, después de propinar las primeras cuchilladas a su suegro - Alberto -, siguió acuchillándolo
estando éste vivo con el único propósito de aumentar de manera deliberada e inhumana su sufrimiento antes
de que muriese.
B).- Con relación a la muerte de Dña. Debora :
1º).- Con posterioridad a acabar con la vida de su suegro, Abilio , lejos de deponer su actitud, se dirigió a la
azotea de la casa, en la que se hallaba su suegra -Dña. Debora - en compañía de su nieto Eulalio , donde,
igualmente impulsado por el propósito acabar con su vida, le asestó veinte cuchilladas por diversas partes de
su cuerpo (una en el cuero cabelludo, seis en la zona anterior izquierda de la cara y cuello, tres en la cara antero
superior del hombro izquierdo, cinco en la zona superior de ambos hombros y cinco en la región posterior
superior de la espalda), con una profundidad entre 30 y 40 mm, que le produjeron la muerte por hemorragia
masiva tanto interna como externa .
2º).- Cuando el acusado acuchillo a su suegra - Debora - lo hizo de manera súbita e inesperada hasta tal punto
que lo hizo en unas condiciones que aseguraban su muerte sin peligro alguno para su integridad física que
pudiese provenir de una reacción defensiva por parte de ella.
3º).- El acusado, después de propinar las primeras cuchilladas a su suegra - Debora -, siguió acuchillándola
estando ésta viva con el único propósito de aumentar de manera deliberada e inhumana su sufrimiento antes
de que muriese.
C).- Con relación a la muerte del menor Eulalio .
1º).- Acto seguido a poner fin a la vida de su suegra - Debora -, Abilio fue a donde se hallaba su hijo Eulalio
, que se había escondido en la cocina existente en la azotea al ver lo que su padre había hecho con su abuela,
donde, igualmente movido por idéntica intención de acabar son su vida, tras tirar al menor al suelo, poniéndose
encima de él, y no sin este intentar defenderse, le asestó otras cuarenta cuchilladas repartidas por la cara, cuero
cabelludo, cuello, tórax, abdomen y su espalda que también le produjeron la muerte por shock hemorrágico.
2º).- Entre el acusado y su hijo Eulalio había tal diferencia de edad, complexión física y del modo en el que
lo mató (en el suelo y poniéndose encima de él) lo hizo en unas condiciones que aseguraban su muerte sin
peligro alguno para su integridad física que pudiese provenir de una reacción defensiva por parte del menor.
3º).- El acusado, después de propinar las primeras cuchilladas a su hijo - Eulalio -, siguió acuchillándolo
estando este vivo con el único propósito de aumentar de manera deliberada e inhumana su sufrimiento antes
de que muriese.
D).- Cuando Abilio acuchilló a su suegro - Alberto -, a su suegra- Debora - y a su hijo - Eulalio - padecía una
alteración psíquica que disminuía ligeramente sus facultades de comprender y/o querer (facultades intelecto-
volitivas), hasta tal punto que llegó a entender en la mayor parte la ilicitud de su proceder.
E).- Cuando Abilio acuchilló a su suegro - Alberto -, a su suegra- Debora - y a su hijo - Alberto - tenía
ligeramente mermadas sus facultades de comprender y querer (facultades intelecto- volitivas) por el consumo
de bebidas alcohólicas que hicieron que no fuese consciente del todo de la ilicitud de su proceder, ingesta que
hizo a pesar que era conocedor de que si bebía se volvía violento y agresivo para con otras personas.
F).- Una vez que Abilio perpetró los hechos salió a la calle comentando a los vecinos que se encontraban
en las inmediaciones de la puerta de acceso a su casa, y a la que habían acudido al oír los gritos que de ella
provenían y antes de saber lo que había ocurrido, " me los cargue a todos, llamen a la policía si quieren, ya
no hay problemas, los mate".
Además a la anterior declaración de hechos probados debe añadirse que:
G).- Virginia y Benita , hijas de D. Alberto y Dña. Debora (fallecidos), y la primera también madre del menor
Eulalio , a consecuencia de estos hechos sufrieron y sufren un estado de estrés postraumático que requirió
y sigue requiriendo un tratamiento médico psicológico.
SEGUNDO. Contra la referida sentencia se interpuso en tiempo y forma recurso de apelación por la
representación procesal del condenado, D. Abilio . Dicho recurso fue impugnado por la representación de la
Acusación Particular y de la Acción Popular.
TERCERO. Dentro del plazo legal se personaron en el presente recurso los intervinientes siguientes:

3
JURISPRUDENCIA

En concepto de apelante:
D. Abilio , condenado, representado por la procuradora Dª Margarita Martín Rodríguez, bajo la dirección letrada
de D. Manuel Quintero Quintero.
En concepto de apelados:
El Ministerio Fiscal.
Acusación Particular, Dª Virginia y Dª Benita , representadas por la procuradora Dª Irene Pastrana Sánchez,
bajo la dirección letrada de D. Agustín González Juan.
Acción Popular, Asociación Laxshmi, representada por la procuradora Dª Irene Pastrana Sánchez, bajo la
dirección letrada de D. Diego Costa Machado.
CUARTO. El 25 de septiembre de 2015 tuvieron entrada en esta Sala las presentes actuaciones, dictándose
diligencia de ordenación por la Sra. Letrada de la Administración de Justicia ordenando registrar y formar el
correspondiente rollo, teniendo por personados y partes en el recurso a los intervinientes reseñados en el
antecedente tercero, señalando el día 22 de octubre de 2015 para la celebración de la vista de apelación, y
reseñando asimismo la composición de la Sala para el conocimiento y resolución del recurso.
QUINTO. En el día y hora señalados tuvo lugar la vista de apelación, celebrada con asistencia de todas las
partes personadas y con el resultado obrante en la correspondiente acta.
SEXTO. Ha sido ponente de la sentencia la Ilma. Sra. Dª Carla Bellini Domínguez, quien expresa el parecer
unánime de la Sala.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO. Por la representación procesal de Abilio ha sido interpuesto recurso de apelación contra la
sentencia de fecha 9 de junio de 2015, dictada por la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz
de Tenerife en el Procedimiento de la Ley Orgánica del Tribunal del Jurado nº 7/2015, procedente del Juzgado
de Instrucción nº 2 de Arona, procedimiento Tribunal del Jurado nº 1654/2013.
El referido recurso de apelación se fundamenta en los siguientes motivos: 1º Al amparo del artículo 846 bis c),
apartado a) de la LECriminal , de quebrantamiento de normas y garantías procesales causantes de indefensión,
al introducir en el plenario la lectura de la declaración en sede judicial de doña Virginia , contraviniendo lo
dispuesto en el art. 46.5 de la ley orgánica 5/1995 de 22 de mayo del Tribunal del Jurado . 2º En base al
artículo 846 bis c) de la LECriminal , y en aplicación analógica de los artículos 850 y 851 de la L.E.Crim ., al
considerar el Tribunal del Jurado en su veredicto la atenuante analógica de alteración psíquica de carácter
leve, cuando de la prueba practicada se desprende que dicha alteración psíquica tenía carácter moderado,
no razonando en su veredicto ni posteriormente en la sentencia los razonamientos de esa minoración. 3º
Al amparo del artículo 846 bis c), apartado b) de la LECriminal , al incurrir la sentencia en infracción en la
determinación de la pena, imponiendo al acusado 23 años de privación de libertad por cada delito pese a la
existencia de circunstancias atenuantes, una de las cuales debería ser aplicada como muy cualificada, así
como la inaplicación en la sentencia de la circunstancia atenuante de embriaguez admitida por el Jurado,
alegando además el recurrente que tal excepción no fue probada en el plenario.
SEGUNDO. El primero de los motivos alegados por el recurrente, con fundamento en el artículo 846 bis c),
apartado a) de la LECriminal , de quebrantamiento de normas y garantías procesales causantes de indefensión,
hace referencia al acuerdo tomado por el Magistrado Presidente del Tribunal del Jurado de introducir en el
plenario la lectura de la declaración en sede judicial de doña Virginia , contraviniendo, en su opinión, lo
dispuesto en el art. 46.5 de la Ley Orgánica 5/1995, de 22 de mayo, del Tribunal del Jurado .
Al folio 287 de las actuaciones, consta la certificación médica realizada por el Médico especialista en
Psiquiatría del Hospital de Nuestra Señora de La Candelaria, en el cual queda constancia de la imposibilidad
de la testigo doña Virginia de acudir al juicio, debido a un trastorno de adaptación reagudizado. A la vista de
tal cerficación acreditatitva, relativa a la imposibilidad de acudir al plenario debido al padecimiento psíquico
que sufría y continúa sufriendo a día de hoy como consecuencia de los luctuosos hechos ocurridos a tres
miembros de su familia directa, lo cual le impidió acudir a juicio a testificar (folio 305 de las actuaciones),
es por lo que fue solicitada por parte del Ministerio Fiscal la lectura íntegra de las declaraciones prestadas
por la Sra. Dª Virginia en sede judicial y con todas las garantías (folio 371), a lo cual accedió el Magistrado
Presidente, habiendo formulado la parte recurrente su protesta.
El fundamento que sustenta tal motivo de recurso lo encuentra el apelante en el contenido del artículo 46 de
la LOTJ .

4
JURISPRUDENCIA

Sin embargo esta Sala discrepa de tal afirmación y, por lo tanto, desestima este motivo de recurso, pues
a tenor de la doctrina existente al respecto en el caso de testigos, coacusados o peritos que hayan
prestado declaración ante el juez de instrucción y que posteriormente no puedan comparecer en el juicio
oral por fallecimiento de los mismos, ignorado paradero, grave enfermedad u otras circunstancias que no
hagan factible su comparecencia, pese a la dicción literal del artículo 46.5.2 LOTJ , estimamos que dichas
declaraciones o informes podrán tener plena eficacia probatoria ante el Tribunal del Jurado si se realizaron con
las debidas garantías, cumpliendo los requisitos legalmente exigidos y se procede a la lectura de las mismas en
el Plenario, en aplicación supletoria del artículo 730 LECrim , ya que de este modo se puede argumentar sobre
su contenido, defendiendo o impugnando el mismo según reiterada doctrina recogida en las SSTS 986/1993,
de 5 de mayo [RJ 1993 , 3838 ] y 628/1995, de 4 de mayo [RJ 1995,3558].
En estos casos, dada la imposibilidad de reproducción de dicha prueba hay que acudir a este mecanismo, a
pesar de la falta de inmediación que comporta. No hay, por otra parte, ningún precepto que prohíba la aplicación
de lo dispuesto en el artículo 730 LECrim con carácter subsidiario sino al contrario ( arts. 24.2 y 42.1 LOTJ ), por
lo que puede entenderse que dicho precepto completaría el régimen de práctica de la prueba ante el Tribunal
Popular. Al fin y al cabo, lo que contiene el artículo 46 LOTJ son especialidades y en tanto las mismas no
concurran o contengan lagunas, como es este caso, hay que acudir a la supletoriedad de la LECrim.
La práctica ha venido confirmando este criterio, permitiendo la aplicación del citado artículo 730 LECrim . en
casos como el que hoy nos ocupa, pues quedó constancia de que la testigo doña Virginia se encontraba
ingresada en el Hospital Clínico de la Candelaria en el momento en el cual se estaba llevando a cabo el
juicio oral, lo cual fue debidamente acreditado al momento de ser llamada a declarar en calidad de testigo,
conteniendo la certificación aportada el motivo impeditivo, imposibilidad, por otro lado, harto comprensible
dadas las dramáticas circunstancias sufridas por la citada testigo.
En consecuencia, no se admite el presente motivo de recurso.
TERCERO. La segunda causa alegada por la representación del condenado en su escrito de recurso se
fundamenta en el artículo 846 bis c) de la LECriminal , y en aplicación analógica de los artículos 850 y 851 de
la L.E.Crim ., al considerar el Tribunal del Jurado en su veredicto la atenuante analógica de alteración psíquica
de carácter leve, cuando de la prueba practicada se desprende, a su entender, que dicha alteración psíquica
tenía carácter moderado, no razonándose en el veredicto ni posteriormente en la sentencia los motivos de esa
minoración.
El recurrente sostiene que la discrepancia que formula respecto a los hechos declarados como probados por
el Jurado en cuanto a la alteración psíquica que sufre su representado, la cual es calificada como leve en la
sentencia y como moderada por el Tribunal Popular son, desde su punto de vista, erróneos, pues el Tribunal
Popular no recogió debidamente la calificación efectuada en el informe proporcionado por los Psiquiatras
Forenses Dres. Alfredo y Belinda , ya que éstos calificaban el comportamiento del condenado como alteración
moderada y el Jurado la califica de leve, lo cual no se razona en el veredicto, como tampoco en la sentencia
se motiva el grado aplicado.
Pues bien, el Jurado fue sometido a diversas preguntas por parte del Magistrado Presidente que se referían a
este hecho. Así, y concretamente en el acta de entrega del escrito conteniendo el objeto del veredicto, se les
pregunta en la 10ª, 11ª y 12ª sobre este particular:
Pregunta 10ª.- Si el jurado considera acreditado que: cuando Abilio acuchilló a su suegro - Alberto -, a
su suegra- Virginia - y a su hijo - Eulalio - padecía una alteración psíquica que anulaba por completo sus
facultades de comprender y/o querer (facultades intelecto-volitivas), hasta tal punto que no llegó a entender
la ilicitud de su proceder.
Pregunta 11ª .- Para el caso de contestar negativamente la pregunta anterior, si el jurado considera acreditado
que cuando Abilio acuchilló a su suegro - Alberto -, a su suegra- Debora - y a su hijo - Eulalio - padecía una
alteración psíquica que disminuía considerable y ostensiblemente sus facultades de comprender y/o querer
(facultades intelecto-volitivas) pero sin anulárselas del todo de tal manera que llegó a entender en parte la
ilicitud de su proceder.
Pregunta 12ª.- Para el caso de contestar negativamente las preguntas 10 y 11, si el jurado considera acreditado
que cuando Abilio acuchilló a su suegro - Alberto -, a su suegra- Debora - y a su hijo - Eulalio - padecía una
alteración psíquica que disminuía ligeramente sus facultades de comprender y/o querer (facultades intelecto-
volitivas), hasta tal punto que llegó a entender en la mayor parte la ilicitud de su proceder.
Respuestas del Jurado:
A la pregunta 10ª: no probado por unanimidad

5
JURISPRUDENCIA

A la pregunta 11ª: no probado por unanimidad


A la pregunta 12ª: probado por mayoría de ocho votos.
Los motivos que el Jurado expone para entender que la alteración psíquica padecida por Abilio era de carácter
leve, hasta el punto de llegar a entender en la mayor parte la ilicitud de su proceder se recogen en el acta de
votación (folio 433), cuando manifiestan que: "Consideramos que concurre la atenuante de alteración psíquica
leve y la atenuante de embriaguez en base a los informes proporcionados por los psiquiatras forenses D.
Alfredo y Dª Belinda en los que se afirma que, a la hora de realizar al acusado la primera entrevista, este
presentaba "un estado de inestabilidad emocional con disminución de las inhibiciones, alteración del juicio
crítico, deterioro de la memoria y comprensión. Dado el grado de alcoholemia y las caracterísiticas individuales
del informado señaladas, debemos pensar que dichas alteraciones psíquicas lo eran en grado significativo" ,
así que la alteración psíquica afectó ligeramente al acusado. Además consideramos probada la atenuante
de embriaguez en base a que, previamente a la realización de los hechos, el acusado consumió bebidas
alcohólicas, tal como se constata en las pruebas de alcoholemia realizadas, horas después, por la Policía
Local y en el hospital, siendo la afectación leve ya que ningún testigo afirmó que le detectaran síntomas de
embriaguez. Consideramos probado que el acusado era conocedor de que si bebía se volvía violento y agresivo
en base a que, en su declaración, dijo que el médico le había aconsejado que no bebiera porque le afectaba a la
cabeza; en base a la declaración de su cuñada Benita cuando afirmó que el acusado se volvía violento cuando
bebía y en la declaración de su mujer Virginia , leída en la sala, cuando hacía la misma afirmación, además
de que el?? acusado cogió una vez el coche de su suegro estando borracho y lo había estrellado, constando
igualmente en el informe del perito criminólogo D. Cosme al firmar que, en su opinión, el acusado bebió a
propósito para infundirse valor y poder cometer homicidios."
Consideramos probada la atenuante de confesión en base a la declaración de la vecina Eufrasia cuando dice
que, nada más cometidos los hechos, el acusado le dijo: " me los cargué a todos, llamen a la policía si quieren,
ya no hay problemas, los maté".
Resulta evidente a tenor del contenido de las preguntas efectuadas al Jurado, así como la respuesta que este
da a ellas que, habiéndosele expuesto el abanico de posibilidades que el Código Penal abarca para medir el
grado de responsabilidad que el condenado tuvo en el momento de la realización de los hechos, contesta
que tal responsabilidad era leve, fundamentándolo de forma clara y precisa. Así lo entendió y así lo expresó
sabiendo que, dado el caracter de inmediatez que tiene esta prueba y la razonabilidad y fundamentación de
ella, nada puede serle objetado.
Por otro lado el Magistrado Presidente, con base en la decisión tomada a este respecto por el Jurado, recogió
en la sentencia la atenuante analógica de alteración psíquica de carácter leve. Concretamente al folio 17 de
la sentencia expone y razona, por haber sido así declarado probado por el Jurado, que cuando el Sr. Abilio
perpetró los hechos delictivos tenía alteradas sus facultades intelecto volitivas por la ingesta previa de bebidas
alcohólicas. Basó tal afirmación en lo declarado por los médicos forenses psiquiatras, Dres. Alfredo y Belinda
. También al folio 16 de la resolución recurrida, el Magistrado Presidente recoge que esta alteración psíquica,
tal y como el Jurado había declarado probado, provenía, según los Forenses que depusieron en el acto del
Juicio Oral, de la situación personal y familiar en la que se hallaba el condenado -en paro y dependiente de sus
suegros-, a los que aun así asesinó. El hecho de la inminente separación matrimonial es igualmente recogido
como motivo de la alteracion sufrida, motivo por el cual los peritos entendieron que existía una patología leve,
recogiendo también en la resolución que, a tenor del informe realizado al recurrente en la primera entrevista
llevada a cabo con los citados profesionales, éstos advirtieron "un estado de inestabilidad emocional con
disminución de inhibiciones, alteración del juicio crítico, deterioro de la memoria y comprensión".
De lo expuesto y recogido en los párrafos anteriores resulta obvio que tanto el Jurado como el Magistrado
Presidente fundamentaron el motivo por el cual entendieron que el condenado padecía solo una leve alteración.
Prueba igualmente de ello, y así lo recogen tanto el Jurado como el Magistrado Presidente, porque fue
respuesta unánime de varios testigos, entre los que se encontraban vecinos y miembros de la Policía, que
cuando el condenado salió de la casa sus palabras fueron: "Me los cargué a todos, llamen a la policía, ya no hay
más problemas, los maté". Tal serenidad en las afirmaciones efectuadas a los pocos momentos de realizar
este espantoso crimen demuestran que el condenado fue total y absolutamente consciente de lo que había
hecho: "los maté". No se aprecia en su conducta duda, no hay confusión, tampoco hay arrepentimiento, ni hay
desesperación. Solo una escalofriante y tristísima realidad que reconoce fríamente ante todos.
Tal actitud acredita un conocimiento pleno del terrible crimen que había llevado a cabo.
En consecuencia, no cabe hablar de valoración inexacta de la alteración cuando ha sido el Jurado, con
fundamento en los testigos y peritos que declararon durante las sesiones de juicio oral, los que declararon

6
JURISPRUDENCIA

probado la existencia de tal alteración y el grado de la misma, por lo que no procede, en consecuencia, la
admisión de tal motivo de recurso y, por ello, el motivo ha de ser desestimado.
?CUARTO. El último de los motivos alegados por la defensa del condenado, se ampara en el artículo 846 bis c),
apartado b) de la LECriminal , al incurrir la sentencia en infracción en la determinación de la pena, imponiendo
al acusado 23 años de privación de libertad por cada delito, pese a la existencia de circunstancias atenuantes,
una de las cuales debería ser aplicada como muy cualificada, así como la inaplicación en la sentencia de
la circunstancia atenuante de embriaguez admitida por el Jurado, alegando además el recurrente que tal
excepción no fue probada en el plenario.
Esta Sala ha de discrepar de las pretensiones de la parte respecto a la pena y a la inaplicación de la atenuante
de embriaguez.
Respecto a la primera, es decir, a la pretensión de rebajar la pena al entender que la alteración psíquica de su
representado alcanza el grado de muy cualificado, ha sido ya respondida en el apartado anterior, por lo que
volvemos a reproducir lo argumentado respecto de ella.
La STS de 19/7/2011 afirma que "el trastorno mental transitorio afectante de modo hondo y notorio
a la imputabilidad, supone una perturbación de intensidad psíquica idéntica a la enajenación, si bien
diferenciándose por su temporal incidencia. Viene estimandose que dicho trastorno, con fuerza para fundar
la eximente, supone, ..... una reacción vivencial anormal, tan enérgica y avasalladora para la mente del
sujeto, que le priva de toda capacidad de raciocinio, eliminando y anulando su potencia decisoria, sus libres
determinaciones volitivas, siempre ante el choque psíquico originado por un agente exterior, cualquiera que
sea su naturaleza...".
El Jurado entendió, fundamentó y razonó que la alteración era leve, el Magistrado Presidente motivó en la
sentencia recurrida tal afirmación y no cabe la modificación interesada pues no ha sido declarado probado que
la alteración del condenado fuera de tal intensidad que hubiera de ser considerada como muy cualificada. Así,
consta en la sentencia recurrida y en el acta de votación del objeto del veredicto que testigos que declararon
en el acto del Juicio Oral manifestaron que, cuando el condenado salió a la calle después de haber asesinado a
tres personas inocentes, se limitó a decir: "Me los cargué a todos, llamen a la policía, ya no hay más problemas,
los maté". Es decir: fue plenamente consciente de su actuación. Su esposa, en la declaración llevada a cabo
ante el Juzgado de Instrucción y que consta unida a las actuaciones por los motivos ya expuestos, igualmente
declaró que el martes habían discutido porque ella le había puesto de manifiesto su intención de separarse,
motivo que le llevó a tomar la decisión de acabar con las personas que mas quería: sus padres y su hijo: "Te
voy a dar donde más te duela". La decisión del condenado de acabar con la vida de tres personas fue tomada
a conciencia y, una vez que hubo acabado con ellas, reconoció sin duda alguna su acción. Ello demuestra la
capacidad de raciocinio del recurrente, muy lejos de la eliminación y anulación de la capacidad decisoria y sí
muy cerca de un acto pensado y meditado.
Con respecto a la segunda de las afirmaciones, relativa a la inaplicación de la atenuante de embriaguez, el
Jurado fue igualmente claro y tajante respecto de ella. Así, declaró probada la existencia de cierta embriaguez
como también declaró probado que el condenado era consciente del daño que le producía la bebida.
La actio libera in causa presupone bien que el autor haya causado su propio estado de incapacidad con el fin
de cometer el delito y preparar de esta forma una posible atenuación o exención de su culpabilidad, bien que
no hubiese previsto la violencia de su conducta en el momento anterior a la situación de ausencia o atenuación
de su culpabilidad, cuando debiera haberla previsto. La STS núm. 631/2004 de 13 de mayo es explícita al
respecto cuando declara que "tales previsiones, relativas a las actio libera in causa, excluyen la aplicación de la
eximente en aquellos casos en los que el autor se ha colocado voluntariamente en una situación de ausencia
de capacidad de culpabilidad mediante la ingesta de determinadas sustancias, con la finalidad de cometer
el hecho en el estado resultante, siendo suficiente para ello el dolo eventual ( STS núm. 854/1996, de 16 de
noviembre ), o incluso culposamente si es posible sancionar como imprudente los hechos comprendidos en
el concreto tipo delictivo. De lo anterior se deduce que es necesario en estos casos que el Juez instructor
en la investigación, las acusaciones en su momento y el Tribunal en la sentencia, se preocupen de acreditar
y reflejar, no solo si la ingesta es o no voluntaria sino especialmente si existen antecedentes que obliguen a
pensar que el autor se situó en ese estado con la finalidad de cometer los hechos o si, al menos, tenía razones
para conocer su reacción en un determinado sentido tras el consumo de tales sustancias y, a pesar de ello,
las consumió".
Dos son las cuestiones sobre las que se pronuncia la sentencia transcrita. La primera es en relación con las
conductas que se incardinan en el concepto de la actio libera in causa y la segunda lo es en relación con los
presupuestos o requisitos probatorios de la conducta del autor a efectos de que puedan tenerse en cuenta
aquellas conductas.

7
JURISPRUDENCIA

Respecto a la primera de ellas, y reiterando lo ya dicho, resulta claro que la actio libera in causa presupone
que el autor haya causado su propio estado de incapacidad o, dicho de otra manera, que la causa del delito,
en todo caso, debe haber sido puesta por el autor por una decisión libre, es decir, adoptada con capacidad de
culpabilidad, o que, en su caso y en su modalidad imprudente, el autor sea conocedor de su agresividad y del
efecto que determinadas sustancias pueden producir sobre ella, y a pesar de ello consuma dichas sustancias
consciente del peligro que crea con su conducta. Así pues, la eximente del art. 20.2 del Código Penal (o en
este caso de la atenuante analógica solicitada) no será de apreciar cuando ha sido buscada de propósito para
cometer el delito o la comisión del delito haya sido previsible. En este caso, tal y como se recoge en la sentencia
recurrida, quedó acreditado que el recurrente dio positivo en la prueba de alcoholemia que, con un aparato de
aire espirado, se le realizó sobre las 21,30 horas en dependencias policiales cuando fue detenido, al arrojar
un resultado de 0,67 miligramos de alcohol por litro de aire espirado (1,34 c.c. en sangre) y posteriormente
en la de sangre que, previa autorización judicial, se le extrajo en dependencias de "Hospiten Sur", a donde fue
trasladado por estar herido, de 1,13 cc en sangre.
El Jurado declaró probado las preguntas que se recogen a continuación:
13º).- Si el jurado considera probado que el día en el que ocurrieron los hechos, pero con anterioridad a ellos, el
acusado estuvo ingiriendo bebidas alcohólicas, sin que se pudiese precisar la cantidad, lo que motivó que en
dependencias policiales, una vez detenido, en la prueba de alcoholemia que con una aparato de aire espirado
se le realizó sobre las 21,30 horas arrojase un resultado positivo de 0,67 miligramos de alcohol por litro de aire
espirado ( 1,34 c.c. en sangre) y, posteriormente en la analitica de sangre, y que previa autorización judicial se
le había extraído horas mas tarde cuando se hallaba en dependencias de Hospiten Sur a donde fue trasladado
por estar herido diese un resultado positivo de 1,13 cc en sangre).
16ª).- Para el caso de contestar NEGATIVAMENTE las preguntas 14ª y 15ª, pero afirmativamente la pregunta
nº 13ª (que había bebido), el jurado considera acreditado que cuando Abilio acuchilló a su suegro - Alberto
-, a su suegra- Debora - y a su hijo - Eulalio - tenía ligeramente mermadas sus facultades de comprender y
querer (facultades intelecto- volitivas) por el consumo de esas bebidas alcohólicas que hicieron que no fuese
consciente del todo de la ilicitud de su proceder.
17ª).- Para el caso de contestar AFIRMATIVAMENTE la pregunta 13ª (que tomó bebidas alcohólicas ) o bien
la 14º, 15ª o 16ª, el jurado considera probado que el acusado era conocedor de que si bebía se volvía violento
y agresivo para con otras personas y a pesar de ello optó por hacerlo.
Del contenido de las preguntas objeto del veredicto que el Jurado declaró como probadas, consta acreditado
no solo la existencia de la toma de alcohol, sino también que lo hizo con la intención de poder llevar a cabo
los luctuosos hechos cometidos. También la sentencia recurrida y, más concretamente la motivación de tales
hechos recogidos en ella, fundamentan esta situación de ingesta de alcohol del recurrente como situación
consciente por parte del autor de los hechos.
Asimismo quedó acreditado y declaró probado el Jurado que el condenado sabía que si bebía se volvía violento
y agresivo con otras personas, a pesar de lo cual optó por hacerlo ("actio libera in causa"), apoyándose para
llegar a esa conclusión en lo narrado en esos términos en el acto del juicio por una de las hijas de los fallecidos
y a su vez cuñada suya ( Benita ), en lo exteriorizado por su esposa en el juzgado de instrucción ( Virginia
), y a cuya declaración se procedió a dar lectura en el plenario al amparo del artículo 730 de la LECrim . al
no haber podido declarar en él por hallarse ingresada en la unidad de psiquiatría del Hospital Nuestra Señora
de La Candelaria debido a la situación psíquica en la que se encuentra a raiz de la muerte de sus padres e
hijo según la documental aportada, y en la propia exposición del acusado al admitir que el médico le había
aconsejado que no bebiese porque le afectaba a la cabeza.
Ello da lugar a que las dos cuestiones sobre las que se pronuncia la sentencia recurrida, es decir, la primera
relativa a la relación de la conducta sobre la que se incardina el concepto de actio libera in causa, y la segunda
relativa a los presupuestos o requisitos probatorios de la conducta del autor a los efectos de tenerla por
probada, se hayan producido, pues ha sido acreditada la ingesta de alcohol al igual que ha sido el propio
condenado quien ha causado su propio estado de incapacidad, ingiriendo alcohol antes de la comisión de
los horrendos hechos, pues él mismo, en una decisión libre, bebió. Así se desprende de su propia declaración
en el plenario: "Que deja de beber desde el 2008"; "Que no bebía desde el día que le llevaron en abulancia y
además se había enterado de que Virginia estaba embarazada. Que el médico le dijo que no bebiera porque
le afectaba a la cabeza"; "Que ese día dejó el coche, se bajó para abajo donde hay un bar. Que recuerda tomar
cafe y coñac pero empezó a descontrolarse". La testigo Benita declara que: "Que su familia sabía que Abilio
no podía beber alcohol porque se lo dijo, al principio a su padre y no le sentaba bien... que normalmente Abilio
se sentía superior y cuando bebía se volvía agresivo". La testigo Virginia declaró en sede judical que "hacía
tiempo que no bebía pero que empezó a beber"; "que el martes por la noche volvieron a discutir y eso para el

8
JURISPRUDENCIA

detenido fue lo último, que la declarante le dijo que ya no lo quería y que era lo último y el martes desde por la
mañama se fue a beber y la declarante se fue a trabajar y cuando llegó vio todo el dispositivo. Que siempre el
declarante le decía "te voy a dar donde más te duele". Que cuando bebía se volvía loco" ; Que cree que esto lo
hizo y lo llevaba planeando desde que le dijo al detenido que no lo quería, que se fue al bar para beber y hacer
lo que hizo"; "Que cuando bebía se volvía un demonio". Finalmente y a preguntas de SSª expuso la declarante
que "cree que esto lo hizo y lo llevaba planeando desde que le dijo al detenido que no lo quería, que se fue al
bar para beber y hacer lo que hizo".
Quedó plasmada en la sentencia recurrida la plena acreditación de la excepción, pues, como nos muestra la
jurisprudencia, no basta una mera suposición para que determinada conducta pueda integrarse dentro de la
doctrina de la actio libera in causa. Y, en este caso, la acreditación ha sido plena pues en el plenario quedó
constancia de ello a través de testigos y de la propia confesión del condenado. Otros testigos, además de la
hermana de la esposa y esta, pudieron apreciar que, si bien se había producido cierta ingesta de alcohol por
parte del agresor, esta no fue desmesurada, pues los testigos declararon verle en estado tal que podía caminar,
expresarse, razonar y estaba coherente.
Todas estas declaraciones son las que el Jurado tuvo en cuenta y así quedaron recogidas en el acta de la
votación y en la motivación de la sentencia dictada por el Magistrado Presidente, las cuales demuestran la
decisión adoptada por el autor de los hechos, conocedor de su agresividad y del efecto que determinadas
sustancias le producían. Conocimiento que había sido diagnosticado por un facultativo como reconoció el
condenado en el plenario. A pesar de ello bebió consciente del peligro que podía crear su conducta. Así pues, la
eximente del art. 20.2 del Código Penal (o la atenuante analógica) no será de apreciar cuando ha sido buscada
de propósito para cometer el delito o la comisión del delito haya sido previsible.
Asimismo hay que tener en cuenta y ello se indica ex abundantia que, si bien no cabe duda de la virtualidad del
alcohol para influir en la capacidad de quienes lo consumen inmoderadamente, no es suficiente con acreditar
su consumo para que se entienda disminuida la imputabilidad (por todas, STSJC 15/2009 de 15 de jun. FD3).
En el actual sistema de nuestro CP, todas las circunstancias modificativas asociadas al consumo de alcohol
se fundan exclusivamente en la afectación de las capacidades del sujeto, por lo que "no es suficiente con
determinar la causa que las origina, sino que es preciso además especificar los efectos producidos en el caso
concreto" ( STS, Sala 2.ª, 1414/2005 de 5 dic . FJ6). El recurrente no ha podido probar más de lo ya acreditado
y que consta en el objeto del veredicto y en la sentencia recurrida, y es el grado de alcohol en sangre, derivada
de los diferentes análisis a los que fue sometido, y que dado que la ingesta de alcohol no afecta igual a todas
las personas, tal y como cientificamente se ha comprobado (DSM-IV, manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales), ni tampoco lo hace por igual a la misma persona en todas las ocasiones, dependiendo
de la tolerancia a los mismos ( SSTS, Sala 2.ª, 683/2007 de 17 de jul . FJ5 y 753/2008 de 19 de nov. FJ6),
motivo por el cual los propios testigos manifestaron en el juicio oral que el condenado aparentemente no
estaba borracho y se hacía comprender.
Ello significa, en consecuencia, que aun constando el grado de alcohol en sangre que tenía el condenado en
el momento en que le fueron hechos los análisis correspondientes, no fue apreciado por las personas que
estuvieron cerca de él tras producirse los tres asesinatos que este estuviera en estado de embriaguez, pues,
como sostiene la doctrina, los efectos del alcohol no se manifiestan para todas las personas de la misma
forma ni afectan a todas por igual.
Por último, y en cuanto a la aplicación de la doctrina actio libera in causa, entiende el recurrente que esta no
fue probada en el plenario, considerándola una mera conjetura, ya que solo se fundamenta en la declaración
ante el Juzgado de Instrucción.
Discrepa esta Sala de tal argumento, pues no solo aparece en la declaración que cita el recurrente, sino tambien
en la declaración de la esposa y de la hermana y en la declaración del propio condenado durante el plenario,
tal y como se ha recogido en párrafos anteriores de este mismo apartado: "Que deja de beber desde el 2008";
"Que no bebía desde el día que le llevaron en abulancia y además se había enterado de que Virginia estaba
embarazada. Que el médico le dijo que no bebiera porque le afectaba a la cabeza"; "Que ese día dejó el coche,
se bajo para abajo donde hay un bar. Que recuerda tomar cafe y coñac pero empezó a descontrolarse". La
testigo Benita declara: "Que su familia sabía que Abilio no podía beber alcohol porque se lo dijo, al principo a
su padre y no le sentaba bien... que normalmente Abilio se sentía superior y cuando bebía se volvía agresivo".
La testigo Virginia declaró en sede judical que "hacía tiempo que no bebía pero que empezó a beber"; "que el
martes por la noche volvieron a discutir y eso para el detenido fue lo útlimo, que la declarante le dijo que ya no
lo quería y que era lo último y el martes desde por la mañama se fue a beber y la declarante se fue a trabajar y
cuando llegó vio todo el dispositivo. Que siempre el declarante le decía "te voy a dar donde más te duele". Que
cuando bebía se volvía loco" ; Que cree que esto lo hizo y lo llevaba planeando desde que le dijo al detenido
que no lo quería, que se fue al bar para beber y hacer lo que hizo"; "Que cuando bebía se volvía un demonio".

9
JURISPRUDENCIA

Finalmente y a preguntas de SSª expuso la declarante que "cree que esto lo hizo y lo llevaba planeando desde
que le dijo al detenido que no lo quería, que se fue al bar para beber y hacer lo que hizo".
También y como consecuencia de estas declaraciones fue por lo que se realizó al Jurado a este respecto una
pregunta concreta que contestó afirmativamente, es decir, declarándola como probada: 17ª).- Para el caso de
contestar AFIRMATIVAMENTE la pregunta 13ª (que tomó bebidas alcohólicas ) o bien la 14º, 15ª o 16ª, el
jurado considera probado que el acusado era conocedor de que si bebía se volvía violento y agresivo para con
otras personas y a pesar de ello optó por hacerlo. A ello el Jurado contestó que Consideramos probado que
el acusado era conocedor de que si bebía se volvía violento y agresivo en base a que en su declaración dijo
que el médico le había aconsejado que no bebiera porque le afectaba a la cabeza; en base a la declaración de
su cuñada Benita cuando afirmó que el acusado se volvía violento cuando bebía y en la declaración de su
mujer Virginia , leída en la sala, cuando hacía la misma afirmación, además de que el acusado cogió una vez
el coche de su suegro estando borracho y lo había estrellado, constando igualmente en el informe del perito
criminólogo D. Cosme al afirmar que, en su opinión, el acusado bebió a propósito para infundirse valor y poder
cometer homicidios.
?En consecuencia, no ha existido extralimitación por parte del Magistrado Presidente al introducir esta doctrina
en las presentes actuaciones, toda vez que desde la Instrucción ya se había planteado tal excepción, la cual
fue posteriormente y en el plenario validada por el Tribunal Popular, motivándola más tarde el Magistrado
Presidente en la sentencia recurrida.
Por todo ello, al no apreciarse la modificación interesada por el recurrente en cuanto a las circunstancias
atenuantes, tampoco procede la modificación de la pena.
QUINTO. No obstante la desestimación del recurso, no se aprecian motivos para la imposición de las costas
de esta alzada.
Vistos los preceptos citados y demás de general aplicación.

LA SALA DE LO PENAL DEL TSJ DE CANARIAS ACUERDA:


La desestimación del recurso de apelación interpuesto por la representación procesal de D. Abilio contra
la sentencia de fecha 9 de junio de 2015, dictada por la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa
Cruz de Tenerife en el procedimiento de la Ley Orgánica del Tribunal del Jurado nº 7/2015, procedente del
Juzgado de Instrucción nº 2 de Arona, la cual confirmamos en todos sus apartados. No se efectúa especial
pronunciamiento respecto de las costas causadas en esta apelación.
Notifíquese la presente resolución al Ministerio Fiscal y a las demás partes, haciéndoles saber que contra la
misma cabe recurso de casación, el cual se anunciará en el plazo de cinco días ante esta Sala y se formalizará
ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo.
Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.

10

También podría gustarte