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Las mascarillas caseras y naturales son fáciles de elaborar y contienen numerosos


nutrientes imprescindibles para la regeneración celular de tu piel

La mayoría de las mascarillas industriales son prácticas y cómodas de utilizar puesto


que, como ya vienen preparadas, no hemos de perder el tiempo en elaborarlas. Sin
embargo, esta practicidad tiene un precio: el alto contenido de sustancias químicas,
aditivos y conservantes que penetran en nuestro organismo a través de los poros de la
piel.

En cambio, las mascarillas caseras hechas con productos naturales no contienen


sustancias tóxicas y, aunque en principio pueda darnos pereza elaborarlas, lo cierto es
que apenas nos llevará unos minutos y nos aseguraremos de proporcionar a la piel unos
nutrientes personalizados y acordes a nuestras necesidades específicas. Estas mascarillas
tienen, además, la ventaja de resultar mucho más económicas, puesto que se trata de
productos de cocina que trabajamos habitualmente y, por tanto, nos resultan muy
familiares.

Cómo elaborar mascarillas caseras naturales


Normalmente las prepararemos en la cocina, como si estuviésemos cocinando una
comida sabrosísima con la que nutrir nuestro organismo, pero en este caso, la invitada
de honor es nuestra piel.

Los utensilios que vamos a utilizar son cucharas, tenedores para machacar, cuencos y en
algunas ocasiones la batidora nos puede ser de utilidad. Algunos de los ingredientes
que necesitaremos normalmente son:

o Miel (y otros productos de apicultura)


o Arcilla
o Frutas
o Verduras
o Huevo
o Sal

o Leche
o Cereales en polvo (molidos)
o Agua depurada
o Infusiones de hierbas
o Aceites vegetales
o Aceites esenciales

Por supuesto, te animamos a que no te limites a nuestras propuestas e investigues por


tu cuenta con otros ingredientes que se te vayan ocurriendo. La mayor parte de los
productos naturales son fuente de salud y oligoelementos imprescindibles para mantener
una piel impecable.

Cómo aplicar una mascarilla casera natural


A la hora de aplicar cualquier tipo de mascarilla, es importante seguir unos pasos
previos y posteriores para que el efecto sea más eficaz. A continuación te explicamos
qué pasos debes dar a la hora de aplicar correctamente una mascarilla:

1. Elabora la mascarilla y colócala a mano en el cuarto de baño.


2. Retira los restos de suciedad que puedas llevar en la piel. Tanto el
maquillaje como los restos de polución se depositan en los poros
obstruyéndolos y permitiendo la infección de virus y bacterias.
Desmaquilla el rostro con aceite vegetal de almendras dulces o con una
leche limpiadora natural.
3. Aplica un hidrolato en forma de difusor por todo el rostro para tonificar.
4. Extiende la mascarilla con un pincel o con las manos. Recuerda que, si
has elaborado una mascarilla de frutas líquida, puedes utilizar el truco de
la gasa. Humedece el rostro con agua o hidrolato y extiende una gasa por
toda la cara. La humedad del hidrolato hará que se quede adherida al
rostro. Aplica la mascarilla encima de la gasa. De esta forma la pequeña
red retendrá el líquido para que no se escurra y al mismo tiempo los
nutrientes pasarán hasta tu piel.
5. Deja actuar durante al menos 20 minutos.
6. Retira la gasa en caso de haberla utilizado. En caso contrario, humedece
primero el rostro y después retira con una esponjilla y agua abundante.
7. Tonifica de nuevo con un hidrolato.
8. Aplica tu producto hidratante/nutritivo

Mascarillas caseras naturales


Dependiendo del tipo de piel, afección o finalidad con la que vayamos a utilizar una
mascarilla, elegiremos un tipo de ingredientes u otros. A continuación te hacemos
algunas propuestas con las que puedes empezar a experimentar. Pero no tengas miedo
de probar cosas nuevas. La despensa natural está ahí para que puedas utilizarla de
distintas maneras, obteniendo siempre resultados saludables. Si no dispones de alguno
de los ingredientes que te vamos a sugerir, óbvialo y utiliza los que sí tengas.

o Mascarilla natural para pieles secas

Ingredientes: un plátano, aceite vegetal de aguacate, un yogurt natural


ecológico, aceite esencial de lavanda, hidrolato de rosas y una gasa
esterilizada.

Tritura el plátano con un tenedor y mézclalo con una cucharada sopera


de aceite vegetal de aguacate y el yogurt natural. Añade dos gotas de
aceite esencial de lavanda y remueve hasta que consigas una textura
homogénea y cremosa. Desmaquilla, aplica hidrolato de rosas y extiende
la gasa por el rostro. Aplica con un pincel o con la mano la mascarilla
elaborada, deja actuar durante veinte minutos y retira la gasa. Lava con
agua abundante y aplica tu producto de hidratación/nutrición. Puedes
usar nuestras recetas para elaborar tu propio tratamiento de
hidratación/nutrición.
o Mascarilla natural para pieles grasas o acnéicas

Ingredientes: dos fresas, miel, infusión de tomillo, aceite vegetal de


jojoba, aceite esencial de limón, hidrolato de rosas y una gasa
esterilizada.

Hierve durante cinco minutos un poco de tomillo y separa tres


cucharadas soperas. Añade a este líquido una cucharada sopera de miel
hasta que se disuelva por completo. Tritura las fresas con un tenedor o
con la batidora y añádelo a la mezcla anterior junto con una cucharada
sopera de aceite vegetal de jojoba y dos gotas de aceite esencial de
limón. Remueve y tritura hasta que consigas una pasta homogénea y
cremosa. Desmaquilla, humedece el rostro con el hidrolato y extiende la
gasa por el rostro. Aplica la mascarilla encima de la gasa con un pincel o
con los dedos, deja actuar durante veinte minutos al menos y retira la
gasa, aclarando después con agua abundante. Aplica tu producto de
hidratación/nutrición habitual (consulta nuestras propuestas).

o Mascarilla natural para pieles sensibles

Ingredientes: arcilla blanca, agua de mar, un aguacate (si no se tiene


alergias), hidrolato de rosas, aceite vegetal de caléndula y aceite esencial
de manzanilla.

Tritura el aguacate con un tenedor o con la batidora y mézclalo con una


cucharada sopera de arcilla blanca y otra de aceite vegetal de caléndula.
Añade tres gotas de aceite esencial de manzanilla y agua de mar hasta
que consigas una pasta homogénea y cremosa. Desmaquilla y aplica
hidrolato de rosas. Luego extiende directamente sobre la piel la
mascarilla que has elaborado y deja actuar durante al menos veinte
minutos. Humedece la mascarilla de nuevo con las manos y retira
suavemente con una esponjilla. Hidrata y nutre con tu producto habitual.

o Mascarilla natural astringente

Ingredientes:
El jugo de un limón, arcilla verde, una manzana, hidrolato de rosas,
aceite vegetal de jojoba y aceite esencial de tomillo.

Introduce media manzana en el el tarro de la batidora y añade el jugo de


un limón. Bátelo, coloca la mezcla en un cuenco y añade una cucharada
de aceite vegetal de jojoba y una gota de aceite esencial de tomillo.
Remueve hasta conseguir una textura homogénea y cremosa.
Desmaquilla, tonifica con el hidrolato y aplica la mascarilla directamente
sobre la piel, dejándola actuar durante al menos veinte minutos y
humedeciéndola de nuevo antes de retirar con una esponjilla. Aclara con
agua abundante y aplica tu producto de nutrición diario.

o Mascarilla natural regeneradora para pieles con marcas


Ingredientes: un huevo, arcilla blanca, aceite vegetal de rosa mosqueta,
aceite esencial de lavanda e hidrolato de rosas.

Bate el huevo manualmente y añade una cucharada sopera de arcilla


blanca, otra de aceite vegetal de rosa mosqueta y dos gotas de aceite
esencial de lavanda. Usa agua para modificar el espesor de la mascarilla
teniendo en cuenta que la arcilla espesa y el agua diluye. Remueve bien
hasta que consigas una textura homogénea. Desmaquilla y tonifica con
hidrolato de rosas. Luego aplica la mascarilla directamente sobre la piel
dejándola actuar durante quince minutos y humedece antes de retirarla
con una esponjilla. Hidrata con tu producto habitual.

o Mascarilla natural rejuvenecedora

Ingredientes: el zumo de una naranja, arcilla blanca, aceite vegetal de


argán, hidrolato de rosas y aceite esencial de incienso.

Mezcla una cucharada sopera de arcilla con el zumo de una naranja y


añade una cucharada de aceite vegetal de argán y dos gotas de aceite
esencial de incienso. Remueve bien hasta que consigas una textura
homogénea. Desmaquilla, tonifica con hidrolato de rosas y aplica la
mascarilla directamente sobre la piel, dejándola actuar durante veinte
minutos y humedeciendo antes de retirar con una esponjilla. Aclara con
agua abundante y aplica tu producto diario de hidratación/nutrición,
aumentando su eficacia con un automasaje.

Estas son solo algunas sugerencias que te proponemos, pero como siempre, te
invitamos a explorar nuevas posibilidades y a que nos las cuentes publicando tus
experiencias.

La cosmética natural tiene importantes ventajas con respecto a la cosmética


industrial. En Vida Naturalia te animamos a descubrir algunas de esa increíbles
ventajas que te inclinarán a favor de la elaboración de tus propios tratamientos de
la cosmética natural.

Cada vez son más las personas que se sienten atraídas por la cosmética natural. En
algunos casos, porque determinados problemas de piel e intolerancia a las sustancias
químicas nos obligan a buscar opciones más saludables. En otros casos, porque nuestra
conciencia y sensibilidad exigen un compromiso con el medio ambiente, la ecología, el
consumo responsable y sistemas de mercado más solidarios y justos. Pero en cualquier
caso, ambos caminos confluyen y, sea cual sea el motivo por el que nos adentremos en
el conocimiento de los ingredientes naturales y sus posibilidades, acabaremos
agradeciendo los beneficios de la cosmética natural tanto en nuestra salud como en
nuestro entorno natural.

Por tanto, sea por una causa u otra, damos la bienvenida a cualquiera que quiera
iniciarse en el apasionante mundo de la cosmética natural. En este reportaje
repasaremos algunas de las ventajas que este tipo de consumo representa con respecto al
uso de productos industriales en la piel y el organismo.

Adiós a las sustancias químicas tóxicas


La mayor parte de la población desconoce por completo que los productos de cosmética
industrial son una de las principales fuentes de exposición a infinidad de sustancias
químicas muy tóxicas para el organismo. Son muchos los estudios científicos que
relacionan algunas de estas sustancias con todo tipo de enfermedades autoinmunes,
alergias o, incluso, cáncer. Entra en nuestra sección sustancias tóxicas para descubrir
cuáles son las más peligrosas y los estudios que existen al respecto.

Pero cuando hablamos de cosméticos, no nos referimos exclusivamente a las cremas


hidratantes y nutritivas, sino a todo tipo de productos de higiene que utilizamos
habitualmente todos los días y que también utilizan nuestros hijos e hijas. Entre ellos
podemos mencionar dentífricos, geles, champús, cremas, aceites, suavizantes y un sinfín
de productos cuya publicidad nos incita a consumir y necesitar, pero que incluyen
componentes que jamás analizamos en la etiqueta.

Es cierto que preocuparnos por las muchas sustancias tóxicas que nos rodean es
desagradable y a veces difícil de solventar. Sin embargo, ser conscientes de ello es el
primer paso para buscar alternativas más saludables.

En el caso de la cosmética, esta problemática tiene fácil solución: la cosmética natural.


Experimentar con productos naturales como los aceites vegetales, los aceites esenciales,
las arcillas u otros ingredientes que, aunque menos prácticos, son muy efectivos, como
la fruta, la miel, la sal, etc… es una práctica apasionante que seguro despertará tu interés
porque notarás cambios evidentes desde el primer momento.

Cosmética Natural, igual de práctica pero más


saludable
Tendemos a relacionar la cosmética natural con mascarillas caseras a base de huevo y
yogurt, y aunque estos elementos constituyen fabulosas opciones para nutrir y regenerar
la piel, lo cierto es que si valoramos la comodidad y facilidad de uso no son
comparables con los productos de cosmética a los que estamos habituados. No es lo
mismo aplicar sobre la piel una crema blanca que huele a limpio que una mascarilla de
plátano triturado.

Sin embargo, es importante saber que existe una alternativa a la cosmética industrial,
igualmente cómoda, y mucho más eficaz y saludable a largo plazo. Se trata de sustituir
las cremas industriales por mezclas de aceites vegetales y esenciales. Consulta nuestra
sección de aromaterapia y aceites vegetales para ver las características de estos aceites y
visita nuestras recetas caseras para disponer de un punto de partida con el que empezar a
elaborar tus propios productos naturales. No pienses que elaborarlos es complicado. No
te llevará más de tres minutos y podrás comprobar los resultados en muy poco tiempo.

El mayor impedimento con el que nos podemos encontrar a la hora de hacer este cambio
ecológico es variar las costumbres. Cambiar hábitos requiere un esfuerzo inicial, pero
te aseguramos que en cuanto empieces, nunca dejarás de utilizar la cosmética natural.
Compruébalo y cuéntanoslo publicando tus experiencias.

Cosmética Natural, mayor eficacia a largo plazo


Es posible que un producto industrial obre “milagros” inmediatos en la piel, sobre
todo cuando se trata de afecciones específicas. Sin embargo, cuando echamos un vistazo
a la etiqueta y comprobamos cuáles son los componentes con los que está fabricado el
producto, merece la pena replantearnos las ventajas que puede tener ese parche
momentáneo comparadas con los efectos que puede provocar en nuestro organismo a
largo plazo.

Cuando utilizamos ingredientes naturales, la respuesta ante determinadas afecciones


puede no ser (aunque muchas veces lo es) tan rápida a corto plazo, pero nos estamos
asegurando de introducir en nuestro organismo elementos similares a nuestra
composición celular.

La mayor parte de los productos naturales están compuestos de ácidos grasos muy
similares al sebo humano, de nutrientes imprescindibles para la correcta regeneración
celular de la piel, y de oligoelementos y/o nutrientes que contribuyen a retrasar el
envejecimiento y a fortalecer nuestro sistema inmunológico.

Los motivos económicos


Si tenemos en cuenta los ingredientes fundamentales necesarios para elaborar nuestra
propia cosmética natural, podremos calcular el coste de esta alternativa sana y ecológica
y compararlo con el de la cosmética industrial.

 Los aceites esenciales son relativamente económicos (la mayoría de ellos te


costarán entre 12 y 30 euros). Según las características de tu piel, con tener los
más imprescindibles, es suficiente. De hecho, puedes empezar utilizando
simplemente lavanda. Además estos aceites duran hasta cuatro años y las dosis
que se utilizan son mínimas.
 Los aceites vegetales son un auténtico tesoro para la piel, y el precio medio de
un aceite vegetal de calidad ronda entre los 9 y los 18 euros (50ml).
 Un kilo de arcilla puede costar alrededor de 6 euros, y tendrás arcilla para un año
por lo menos.

Evidentemente, no podemos negar que resulta mucho más económico consumir una
crema hidratante de dos euros que una mezcla de aceites vegetales y esenciales, pero te
puedes hacer una idea de los componentes que lleva la crema que cuesta dos euros. Si
no lo sabes, te los vamos a decir. Con toda probabilidad, el componente mayoritario
será parafina, un hidrocarburo derivado del petroleo sumamente oclusivo para la piel.

Pero si comparamos con las cremas de cierto prestigio que encontramos en la industria
cosmética, la alternativa de la cosmética natural resulta en realidad más económica,
sobre todo teniendo en cuenta las cantidades y la caducidad. Así que si consumes
normalmente este tipo de productos cosméticos, te aseguramos que la opción natural te
saldrá mucho más económica que la industrial.
Comercio Justo
Si te preocupas de localizar productos ecológicos de calidad, te estás asegurando de
promover un tipo de comercio justo con las trabajadoras, los trabajadores y el medio
ambiente. Casi todos los comercios, cooperativas o mercadillos ecológicos siguen unas
pautas de producción y mercado muy concretas con las que están comprometidos:

1. Favorecer el mercado de cercanía, evitando el envenenamiento del


planeta a través del transporte innecesario de productos originarios de
zonas lejanas.
2. Utilizar tratamientos agrícolas y pesticidas naturales que no contaminen
el suelo ni el organismo de quienes vayan a consumir los productos.
3. Tratar de evitar intermediarios innecesarios.
4. Potenciar el pequeño comercio frente a las grandes corporaciones de
manera que la riqueza se reparta entre mayor número de personas, en
lugar de favorecer la acumulación de grandes capitales en pocas manos.
5. Establecer un sistema de precios justos, tanto para quien compra como
para quien produce o fabrica el producto, de manera que sea sostenible
con una materia prima de calidad.
6. Desechar los cultivos transgénicos que envenenan el planeta y las
especies.

Como ves, las ventajas sociales y medioambientales que supone el consumo de


productos ecológicos en la cosmética natural tampoco son nada despreciables.

Conclusión
Si eres de esas personas que todavía no ha probado la cosmética natural, te invitamos a
que vivas una nueva experiencia elaborando tus propios productos y utilizando
sustancias naturales y ecológicas que tu piel y tu organismo en general agradecerán con
el paso del tiempo.

No creas que por ser natural es menos efectivo. Compruébalo personalmente y disfruta
de esta nueva aventura cosmética.

Los aceites vegetales para cosmética natural son los auténticos sustitutos naturales
de las cremas industriales

Puede que nunca te hayas planteado sustituir tu crema blanca perfumada por un aceite
vegetal. Pero lo cierto es que los aceites vegetales hidratan y nutren en profundidad y,
además, no contienen ningún ingrediente tóxico para el organismo. Por lo tanto, se trata
de una excelente alternativa natural para sustituir nuestro producto habitual de
cosmética industrial por una opción nutritiva, ecológica y eficaz.

Los aceites vegetales son sustancias extraídas de los frutos oleaginosos de algunas
plantas. Son ricos en vitaminas, minerales y ácidos grasos poliinsaturados que suponen
un extraordinario aporte de nutrientes en la piel.
Los aceites vegetales
Los aceites vegetales han sido utilizados a lo largo de la historia de la humanidad no
solo por su aporte nutricional en la dieta, sino también por sus propiedades cosméticas
para mantener la piel en buen estado y prevenir su envejecimiento prematuro, gracias
a sus cualidades excepcionales para hidratar, nutrir y regenerar la piel.

Al contrario que los aceites esenciales que requieren ciertas precauciones de uso, los
aceites vegetales son seguros a no ser que se tenga alergia al fruto de la planta de la cual
se extrae.

El único inconveniente al utilizar aceites vegetales como producto de cosmética es la


falta de costumbre, nada más. Si acostumbramos a utilizar cremas industriales que
tienen cierta textura y cierto olor, puede resultar extraño aplicar sobre la piel un aceite
que normalmente no huele a nada o, como mucho, huele ligeramente al fruto de la
planta. Hay personas que dicen sentirse molestas con su textura untuosa en la piel, sin
embargo, casi todos los aceites se absorben con rapidez y esa sensación extraña tiene
más que ver con esa falta de costumbre que con una incomodidad real.

Las ventajas de utilizar los aceites vegetales como productos de hidratación y nutrición
son muchas, y te aseguramos que no hace falta mucho tiempo para observar resultados
evidentes. Se trata de sustancias ricas en nutrientes imprescindibles para la piel y la
regeneración celular.

Si todavía no te has convencido de sus ventajas, te contamos a continuación por qué se


trata de una opción digna de tener en cuenta.

El problema de las cremas industriales


En el último siglo, han salido al mercado miles y miles de sustancias químicas creadas
en laboratorios cuyo impacto en la salud a largo plazo no ha sido probado en la gran
mayoría de ellas. Cada vez son más las personas expertas en el tema que se muestran
preocupadas y señalan a estas sustancias tóxicas que nos rodean como causantes del
vertiginoso aumento de alergias y enfermedades relacionadas con la piel. Y también
son cada vez más numerosos los estudios científicos que relacionan ciertos
componentes, como los ftalatos, los parabenes o los PEG, con enfermedades
autoinmunes, degenerativas o incluso cáncer.

Los productos de cosmética son una de las principales exposiciones que sufrimos a este
tipo de sustancias, a través de cremas, champús, geles, dentífricos, etc. Los organismos
reguladores permiten su inclusión en estos productos porque, aunque las reconocen
como sustancias tóxicas, consideran que se trata de dosis “seguras”. Pero nadie mide la
dosis a la que nos exponemos diariamente como resultado de la suma de tóxicos
presentes en los distintos productos que utilizamos cada día, ni la dosis que nuestro
cuerpo acumula por su exposición continuada a una determinada sustancia tóxica a lo
largo del tiempo, ni el efecto conjunto de varios de esos componentes en un mismo
producto.
Te aconsejamos que mires las etiquetas de todos tus productos de cosmética e higiene.
Si te interesa, puedes echar un vistazo a nuestra sección de sustancias tóxicas en la
cosmética industrial para que conozcas los efectos de algunas de esos elementos y sepas
distinguirlos la próxima vez que vayas al supermercado.

Quizá no esté probado científicamente ni haya grandes campañas de publicidad detrás,


pero la experiencia de cientos de años ha demostrado el uso seguro y eficaz de los
aceites vegetales para elaborar cosmética natural y, ante la duda de que algo nos esté
perjudicando, mejor optar por una alternativa sobre la que nadie duda.

Los aceites vegetales más utilizados en cosmética


A continuación revisaremos algunos de los aceites vegetales más utilizados, aunque
también puedes disfrutar de las propiedades de otros aceites como el de oliva, de
avellana, de zanahoria, de borraja, etc. Todos los aceites vegetales, al igual que los
esenciales tienen distintas propiedades que resultan más beneficiosas en unos casos que
en otros. Nuestro consejo es que experimentes, que investigues el efecto que llevan a
cabo en tu piel y tu organismo, ya que las plantas no actúan de igual manera en todas
las personas. Echa un vistazo a nuestras recetas para distintos tipos de piel.

Tener la valentía de cambiar de costumbres e investigar hasta dar con los aceites que
más te convienen te llevará cierto tiempo, pero sin duda valdrá la pena y notarás su
efecto de manera inmediata sobre la piel y el conjunto de tu cuerpo.

o Aceite Vegetal de Aguacate

El aceite de aguacate es muy rico en ácidos grasos beneficiosos para


mantener la piel hidratada. Por eso se recomienda especialmente en
pieles secas y envejecidas. Se trata de un aceite muy suave con una gran
capacidad de hidratación y regeneración, no solo en la piel sino también
en cuidados capilares. Es, además, protector solar. Ten en cuenta que
ningún aceite vegetal inhibe completamente los rayos U-VA y U-VB, y
que la mejor forma de evitar problemas en ponerse a la sombra cuando la
piel se enrojece y no tomar el sol en las horas centrales del día,
especialmente en verano. Puedes consultar nuestro tratamiento con
aguacate para regenerar la piel después de una exposición excesiva a los
rayos solares.

o Aceite Vegetal de Almendras dulces

El aceite vegetal de almendras dulces tarda en penetrar a las capas


profundas de la piel, por lo que se suele utilizar para dar masajes
manteniendo la piel oleosa durante bastante tiempo. Es un aceite muy
adecuado para el cuidado de la piel de bebés, niñas, niños y
embarazadas, ya que, al igual que las almendras, su aceite es rico en
micronutrientes imprescindibles para la piel y el organismo en su
conjunto. Otro de los usos que podemos hacer del aceite de almendras es
como desmaquillante para pieles secas, pues tiene una gran capacidad
para arrastrar impurezas de la piel. Recuerda no utilizarlo en caso de
tener alergia o intolerancia a las almendras.

o Aceite Vegetal de Argán

El aceite de argán es rico en ácidos grasos poliinsaturados y en vitamina


E. Ha sido ampliamente utilizado por algunas civilizaciones como
tratamiento cosmético de belleza, ya que previene el envejecimiento
celular y es un poderoso antioxidante muy beneficioso para rostro,
cuerpo, cabello y uñas. No se trata de un aceite barato, pero sus muchas
propiedades compensan su elevado precio. Es un aceite que penetra
fácilmente y su rápida absorción está indicada en pieles grasas o
acnéicas, y en personas a las que les desagrada la textura grasa de los
aceites.

o Aceite Vegetal de Caléndula

Para pieles sensibles y atópicas o con cualquier tipo de afección, el


aceite de caléndula es uno de los imprescindibles. Se trata de un aceite
suave y ligero con gran capacidad antiinflamatoria que alivia el escozor y
el picor y proporciona un importante nivel de hidratación a las capas
profundas de la piel. También suele emplearse con frecuencia en
ungüentos y cremas de arcilla para el eritema del pañal, o bien
directamente aplicado sobre la piel sin nada más. Cuando se combina con
aceite esencial de lavanda o manzanilla, su poder antiinflamatorio y
regenerador aumenta considerablemente.

o Aceite Vegetal de Germen de trigo

El germen de trigo es, según nuestra experiencia, un aceite


imprescindible en cualquier despensa natural de cosmética. Sus muchas
vitaminas, minerales y otros micronutrientes convierten a este aceite en
un poderoso antioxidante. Si vas a elaborar tus propias mezclas de
aceites con fines cosméticos o higiénicos, el aceite de germen de trigo no
debe faltar en ningún producto, pues sus muchos
micronutrientes antioxidantes conservarán la mezcla en buen estado
durante más tiempo. Este aceite está especialmente indicado en pieles
secas o envejecidas gracias a su gran poder de hidratación que mantiene
un óptimo equilibrio hídrico.

o Aceite Vegetal de Jojoba

El aceite de jojoba es el equivalente al germen de trigo para pieles


grasas o acnéicas. Tiene unas propiedades similares al germen de trigo,
es antioxidante y conservante, y también hidrata y nutre la piel en
profundidad. Puesto que tiene un poder de penetración mayor que otros
aceites y no deja sensación untuosa en la piel, resulta muy apropiado
para pieles grasas con tendencia al sudor. Además ayuda a eliminar al
exterior el exceso de grasa y la suciedad de los poros, por lo que también
puedes utilizarlo como eficaz desmaquillante si tienes la piel grasa o
acnéica.

o Aceite Vegetal de Rosa Mosqueta

El aceite de rosa mosqueta es uno de los aceites con más propiedades, o


al menos uno sobre el cual existen más referencias científicas que
prueban su eficacia. Fundamentalmente se trata de un aceite regenerador:
corrige y previene la aparición de arrugas, cicatriza los tejidos regulando
las diferencias de pigmentación en la piel, regenera las heridas y
quemaduras y posee unos ácidos grasos poliinsaturados muy
beneficiosos para las reacciones enzimáticas y los procesos químicos del
organismo en su conjunto, y por lo tanto, también de la piel. Es un aceite
altamente recomendado para todo tipo de pieles.

o Aceite Vegetal de Sésamo

Al igual que las semillas de sésamo contienen nutrientes indispensables


muy recomendables en la dieta, también el aceite vegetal de sésamo
contiene vitaminas, minerales y aćidos grasos muy beneficiosos para la
piel. Tiene propiedades desintoxicantes y por eso se recomienda en casos
de piel acnéica para depurar las capas profundas y sacar al exterior los
residuos que el organismo elimina a través de los poros. Al igual que el
aceite de aguacate, también filtra los rayos ultravioleta parcialmente. Ten
la precaución de no tomar el sol en exceso y buscar la sombra siempre
que tu piel lo requiera.

Como ves, los aceites vegetales son una extraordinaria alternativa a las sustancias
tóxicas y proporcionan a tu piel los nutrientes necesarios para mantenerla en un estado
vital y saludable.

La despensa natural nos ofrece magníficos nutrientes con los que hidratar y
regenerar la piel, para mantenerla en un estado saludable y libre de sustancias
tóxicas

Los mejores productos naturales para la piel son los aceites vegetales, los aceites
esenciales y las arcillas. Estos ingredientes funcionan como auténticos sustitutos
naturales de los productos de cosmética industrial, pero existen otros elementos de los
que podemos echar mano de vez en cuando. Estos otros productos naturales no son tan
prácticos como los aceites y las arcillas, ya que muchos de ellos tienen una textura que
no a todo el mundo resulta agradable. Sin embargo vale la pena experimentar con ellos
y comprobar sus fabulosas propiedades y los efectos beneficiosos que crean en la
salud de nuestra piel.

Vamos a detenernos en cada uno de estos ingredientes naturales que puedes utilizar y
que te servirán para elaborar tu propia cosmética natural:
Aceites vegetales y aceites esenciales
Los aceites vegetales son las sustancias más hidratantes y nutritivas que existen para la
piel, mientras que los aceites esenciales son sustancias mucho más complejas con
determinadas aplicaciones terapéuticas. Nuestro consejo es que sustituyas cualquier
crema industrial que utilices para el cuerpo y el rostro por una mezcla de aceites
vegetales y esenciales completamente personalizada a tu tipo de piel. Elaborarla es lo
más sencillo del mundo. Consulta nuestros remedios caseros y las secciones de
aromaterapia y aceites vegetales para tener un mayor conocimiento y empezar a
disfrutar de sus muchas virtudes.

Arcillas
La arcilla proviene de la descomposición de rocas que tienen miles de años. Se trata de
una sustancia rebosante de propiedades terapéuticas que, por supuesto, tiene muchas
aplicaciones en cosmética gracias a los beneficios que proporciona a la piel.

Una de las características más llamativas de la arcilla es su impresionante capacidad


para absorber sustancias tóxicas. Cuando se tiene una piel sucia o comedónica, no hay
mejor mascarilla que la de arcilla verde:

o Utilizando un bol y una cuchara de madera, mezcla una cucharada


grande de arcilla verde con agua hasta que consigas una consistencia
cremosa. Deja secar durante 15 minutos. Humedece el rostro de nuevo y
retira con agua abundante. Tonifica con un hidrolato y aplica una mezcla
de aceites vegetales y esenciales para hidratar y nutrir.

Al mismo tiempo, las pieles secas o envejecidas pueden beneficiarse de la arcilla


blanca, ya que se trata de uno de los elementos naturales con mayor capacidad para
tensar la piel.

o Empleando utensilios de madera, mezcla una cucharada grande de arcilla


blanca con agua hasta que consigas una textura que te agrade. Aplícala
por el rostro y deja secar durante 15 minutos. Humedece de nuevo y
retira con una esponjilla y agua abundante. Tonifica con un hidrolato y
aplica una mezcla de aceites que hayas elaborado para hidratar y nutrir la
piel.

Además, la arcilla desinfecta, nutre en profundidad con muchos minerales, favorece la


descongestión de zonas inflamadas y es un gran analgésico. Visita nuestra sección de
arcilla para aprender más cosas sobre esta extraordinaria sustancia natural.

Sal del Himalaya


Nos referiremos a la sal del Himaya porque contiene algunas propiedades minerales
adicionales con respecto a otras sales, pero de hecho podrías utilizar sal marina o sal
común.
La sal del Himalaya contiene numerosos oligoelementos con capacidad para nutrir y
regenerar la piel. Una de las aplicaciones más útiles y prácticas la encontramos a la hora
de realizar exfoliaciones.

El procedimiento es muy sencillo. El único ingrediente que necesitarás, además de la


sal, es aceite vegetal de almendras dulces (o cualquier otro aceite vegetal que te guste).
Sigue los pasos siguientes para realizar una exfoliación, teniendo en cuenta que no es
aconsejable realizar más de una cada veinte días, o si se tiene la piel sensible más de una
vez al mes.

1. Llena el hueco de la mano con el aceite vegetal de almendras dulces y


añade un puñadito de sal. Remueve con ambas manos para que se
distribuya la sal de manera regular.
2. Extiéndelo por la cara y efectúa suaves círculos con los dedos índice y
corazón para eliminar las células muertas por las distintas partes del
rostro, procurando hacerlo de manera homogénea.
3. Cuando hayas terminado lava la cara con agua abundante y aplica
hidrolato de rosas en forma de difusor.

La sal es uno de los ingredientes que no debe faltar en la despensa de cosmética natural,
y la exfoliación es una de sus aplicaciones más beneficiosas. También podemos
incorporarla a los baños, especialmente si sufrimos algún tipo de alteración en la piel
(como en el caso de dermatitis, por ejemplo), ya que el agua de mar y la sal alivian los
síntomas considerablemente.

La Miel
La miel contiene numerosas vitaminas, enzimas, minerales y ácidos orgánicos que la
convierten en un excelente tratamiento de hidratación/nutrición en todo tipo de pieles.

Gracias a sus propiedades antibióticas y antisépticas, la miel -aplicada como


mascarilla de manera regular- es un magnífico tratamiento en pieles grasas o acnéicas.
Pero al mismo tiempo, su extraordinaria capacidad para regenerar aportando nutrientes
imprescindibles también la hace ideal para pieles secas o envejecidas.

El único inconveniente en el uso de la miel es la textura pegajosa que tiene, ya que


resulta difícil de aplicar y, sobre todo, de retirar de manera cómoda. Por eso, una de las
formas más efectivas y prácticas de beneficiarnos de sus propiedades es mezclándola
con otros ingredientes que faciliten su aplicación.

A continuación te proponemos una mascarilla con base de miel tanto para pieles
grasas como para pieles secas. Para esta mascarilla necesitarás los siguientes
elementos: un cuenco de madera, una cuchara de madera, arcilla verde y aceite vegetal
de rosa mosqueta.

Sigue los siguientes pasos:

1. Añade una cucharada de arcilla verde al cuenco


2. Añade una cucharada de miel al cuenco
3. Añade una cucharadita de aceite vegetal de Rosa Mosqueta
4. Añade agua tibia y remueve hasta que todos los ingredientes se hayan
mezclado.
5. Deja actuar durante veinte minutos y luego humedece la piel y retira con
una esponjilla y agua abundante.

Y recordamos que esta mascarilla sirve tanto para pieles grasas como para pieles secas,
ya que su principal efecto es hidratar, nutrir y regenerar el tejido.

El Huevo
El huevo es un alimento rico en grasas, proteínas, vitaminas y minerales y supone un
efectivo tratamiento para estimular el crecimiento celular de la piel y nutrirla en
profundidad. Por ello también es uno de los elementos naturales de los que podemos
echar mano para elaborar mascarillas restauradoras.

Al igual que con la miel, el huevo resulta muy poco práctico a la hora de aplicarlo.
Sobre todo cuando se trata de retirarlo del rostro, ya que en cuanto se seca resulta
dificilísimo separarlo de la piel y normalmente suelen quedar abundantes restos. Pero al
mismo tiempo una mascarilla de huevo batido es una excelente opción para nutrir la
piel. Si decides probarlo, recuerda humedecer la piel abundantemente antes de tratar de
retirarlo, y después aprovisiónate de una buena dosis de paciencia para ir eliminándolo
poco a poco sin dañar la piel.

Otra opción es, al igual que la miel, combinarlo con otros productos que faciliten su
aplicación. La mascarilla que te proponemos a continuación requiere los siguientes
ingredientes y elementos: un cuenco de madera, una cuchara de madera, arcilla blanca,
aceite vegetal de germen de trigo y aceite esencial de lavanda. Para elaborarla, sigue los
pasos que te indicamos a continuación:

1. Añade una cucharada de arcilla blanca al cuenco


2. Añade un huevo batido al cuenco
3. Añade una cucharadita de aceite vegetal de germen de trigo
4. Añade otra cucharadita de aceite esencial de Lavanda
5. Remueve hasta que todos los ingredientes se hayan mezclado.
6. Deja actuar durante veinte minutos y luego humedece la piel y retira con
una esponjilla y agua abundante.

Esta mascarilla aportará una gran cantidad de nutrientes imprescindibles para la salud de
tu piel.

Algas
Las algas son un ingrediente depurativo que se utiliza con frecuencia en tratamientos
anticelulíticos, o cualquier otra afección que tenga que ver con la retención de
productos de deshecho dentro del organismo.

Las algas son ricas en minerales y otros oligoelementos, pero sobre todo son ricas en
yodo. El yodo estimula la glándula tiroides de manera que estimula el metabolismo.
Por eso están completamente desaconsejadas en casos de hipertiroidismo (tanto
ingeridas como aplicadas de forma externa).

Las algas introducidas de manera general en la dieta, adelgazan y depuran el organismo,


además de aportar nutrientes muy necesarios para una correcta protección
inmunológica.

A continuación, te proponemos una mascarilla de algas anticelulítica. Necesitarás los


siguientes ingredientes y utensilios: un cuenco de madera, una cuchara de madera, algas
en polvo y aceites esenciales de geranio y menta. Para elaborarla, sigue los pasos que te
indicamos a continuación:

1. Añade tres cucharadas de algas en polvo al cuenco


2. Añade agua hasta que consigas una textura cremosa que puedas aplicar
3. Añade dos gotas de aceite esencial de geranio y dos gotas de aceite
esencial de menta
4. Remueve hasta que se mezclen bien todos los ingredientes
5. Aplica en la zona del cuerpo donde tengas celulitis
6. Cubre la zona donde la has aplicado con una toalla o trapo que puedas
ensuciar
7. Deja actuar durante veinte o treinta minutos y retira dentro de la ducha.

Esta mascarilla te ayudará a remover las sustancias de deshecho que se acumulan en la


zona problemática y favorecerá el drenaje linfático y circulatorio, aliviando los
síntomas.
Además de estos ingredientes imprescindibles, tampoco debes olvidar:

o Las frutas

Existen frutas con propiedades cosméticas muy beneficiosas para la piel


y el organismo. Consulta nuestra sección de frutoterapia.

o Las harinas de cereales y legumbres

Moliendo copos de avena, garbanzos, cebada u otro cereal o legumbre,


dispondrás de un excelente exfoliante natural rebosante de propiedades
nutricionales.

o El yogurt

El yogurt natural es un buen hidratante y nutritivo. El problema es que es


difícil encontrar yogures naturales que no lleven aditivos y sustancias
químicas conservantes.

o Los barros

Al igual que las algas, los barros contienen numerosos minerales que
reparan y nutren la piel. Tienen capacidad antinnflamatoria y ayudan en
el drenaje de las capas profundas de la piel eliminando toxinas.
o Productos de apicultura

Todos los productos fabricados por las abejas (propóleo, cera, jalea real)
son sustancias extremadamente ricas en micronutrientes para la piel. No
olvides incorporar de vez en cuando alguno de ellos en tus mascarillas
favoritas.

Combinar los distintos elementos que nos proporciona la naturaleza es apasionante. Por
eso te recomendamos que no te limites a nuestras propuestas y que, por el contrario,
explores nuevas fórmulas personalizadas. Nos encantaría que te animes a compartir
tus descubrimientos con nosotras publicando tu experiencia.

Según los distintos tipos de piel o afecciones podemos elaborar mezclas de aceites
vegetales y esenciales completamente personalizadas

Los aceites vegetales y los aceites esenciales son extraordinarias sustancias que nos
pueden servir como herramientas a la hora de elaborar productos de cosmética e higiene
completamente personalizados, ya sea para tratar diferentes afecciones de la piel o
simplemente para hidratar y nutrir en profundidad.

A continuación te mostramos algunas fórmulas básicas según diferentes necesidades


para que puedas empezar a familiarizarte con estas sustancias y te inicies en el
apasionante mundo de la alquimia casera elaborando tus propios productos.

Receta para pieles secas o envejecidas


Para esta receta vamos a utilizar las propiedades antioxidantes y regeneradoras de los
aceites esenciales de lavanda e incienso y los muchos nutrientes de los aceites vegetales
de germen de trigo y argán.

Los ingredientes que necesitas:

o Un recipiente de 50ml de vidrio opaco (que no sea transparente) para


evitar que el contenido reciba luz
o Aceite vegetal de germen de trigo
o Aceite vegetal de argán
o Aceite esencial de lavanda
o Aceite esencial de incienso

Cuando tengas todos estos elementos, sigue las siguientes instrucciones:

1. Abre el recipiente de vidrio


2. Añade aceite vegetal de germen de trigo hasta la mitad
3. Añade aceite vegetal de argán hasta llenarlo casi por completo
4. Añade 15 gotas de aceite esencial de lavanda
5. Añade 10 gotas de aceite esencial de incienso
6. Cierra el recipiente y agítalo suavemente para que se mezclen bien todos
los ingredientes

Ya tienes preparado tu propio producto natural antiarrugas que te ayudará a


mantener a raya los radicales libres y a que tus células se regeneren con mayor eficacia.
Además mantendrá tu piel hidratada y nutrida en profundidad.

Para una mejor aplicación, humedece previamente la parte del cuerpo donde vayas a
aplicar la mezcla de aceites, con agua o con hidrolato de lavanda.

Receta para pieles grasas y acnéicas


Las pieles grasas y acnéicas necesitan mantenerse hidratadas al igual que todas, pero al
mismo tiempo requieren un equilibrio óptimo de sebo o grasa. Por eso, vamos a
utilizar los aceites esenciales de geranio y árbol del té y los aceites vegetales de jojoba y
de sésamo.

Ingredientes que necesitas:

o Un recipiente de 50ml de vidrio opaco (que no sea transparente) para


evitar que el contenido reciba luz
o Aceite vegetal de jojoba
o Aceite vegetal de sésamo
o Aceite esencial de geranio
o Aceite esencial de árbol del té

Cuando tengas todos estos elementos, sigue las siguientes instrucciones:

1. Abre el recipiente de vidrio


2. Añade aceite vegetal de jojoba hasta la mitad
3. Añade aceite vegetal de sésamo hasta llenarlo casi por completo
4. Añade 15 gotas de aceite esencial de árbol del té
5. Añade 10 gotas de aceite esencial de geranio
6. Cierra el recipiente y agítalo suavemente para que se mezclen bien todos
los ingredientes

Este producto natural para pieles grasas y acnéicas personalizado te ayudará a


equilibrar el sebo en la piel, a depurar los elementos tóxicos y a desinfectar y secar más
rápidamente los granitos o posibles erupciones.

Para una mejor aplicación, humedece previamente la parte del cuerpo donde vayas a
aplicar la mezcla de aceites, con agua o con hidrolato de rosas.

Receta para pieles sensibles


El gran incremento de afecciones de la piel y alergias que la población viene sufriendo
en el último siglo se debe, entre otras causas, a las muchas sustancias tóxicas que nos
rodean, frente a las cuales nuestro sistema inmunológico se confunde y nuestro
organismo se rebela. Por eso, aunque este tipo de cosmética natural beneficia a todo el
mundo, resulta particularmente ventajoso para las pieles sensibles gracias a la inocuidad
de sus componentes y a su naturaleza ecológica.

En este caso utilizaremos algunos de los aceites vegetales y esenciales más seguros,
suaves y regeneradores que existen.

Ingredientes que necesitas:

o Un recipiente de 50ml de vidrio opaco (que no sea transparente) para


evitar que el contenido reciba luz
o Aceite vegetal de caléndula
o Aceite esencial de lavanda
o aceite esencial de manzanilla

Cuando tengas todos estos elementos, sigue las siguientes instrucciones:

1. Abre el recipiente de vidrio


2. Añade aceite vegetal de caléndula hasta llenarlo casi completamente
3. Añade 15 gotas de aceite esencial de lavanda
4. Añade 10 gotas de aceite esencial de manzanilla
5. Cierra el recipiente y agítalo suavemente para que se mezclen bien todos
los ingredientes

Este producto natural para pieles sensibles te ayudará a calmar la piel y la


mantendrá desinflamada, hidratándola y nutriéndola al mismo tiempo.

Para una mejor aplicación, humedece previamente la parte del cuerpo donde vayas a
aplicar la mezcla de aceites, con agua o con hidrolato de manzanilla.

Receta para bebés y niños


Los niños son especialmente sensibles a las sustancias tóxicas y puesto que se
encuentran en plena etapa de desarrollo, cuantos más nutrientes naturales
incorporemos a su rutina diaria en los distintos ámbitos, más fortaleceremos sus
sistema inmunológico de manera global.

A continuación te mostramos como elaborar una crema hidratante y nutritiva para


después del baño o para aplicar después del sol completamente natural.

Ingredientes que necesitas:

o Un recipiente de 50ml de vidrio opaco (que no sea transparente) para


evitar que el contenido reciba luz
o Aceite vegetal de almendras dulces
o Aceite vegetal de caléndula
o Aceite esencial de lavanda
o aceite esencial de manzanilla

Cuando tengas todos estos elementos, sigue las siguientes instrucciones:


1. Abre el recipiente de vidrio
2. Añade aceite vegetal de almendras hasta la mitad
3. Añade aceite vegetal de caléndula hasta llenarlo casi por completo
4. Añade 5 gotas de aceite esencial de lavanda
5. Añade 5 gotas de aceite esencial de manzanilla
6. Cierra el recipiente y agítalo suavemente para que se mezclen bien todos
los ingredientes

Ya tienes preparada tu mezcla de hidratación/nutrición Baby completamente


natural y rebosante de propiedades.

Para una mejor aplicación, humedece previamente la parte del cuerpo donde vayas a
aplicar la mezcla de aceites, con agua o con hidrolato de lavanda.

Recuerda que el mundo de la aromaterapia es tremendamente versátil y, además, una de


las cosas más gratificantes es experimentar el efecto de los distintos aceites en cada
persona. Cada planta es única, al igual que las personas, y la mejor manera de
aprovechar sus beneficios es experimentar, explorar sus efectos en nuestro caso
particular e investigar hasta dar con las mezclas que más nos satisfagan. ¡Esperamos que
disfrutes con tus nuevos tratamientos naturales!

El aceite de Rosa Mosqueta ha sido objeto de numerosos estudios científicos que


avalan la extraordinaria capacidad de este aceite vegetal para regenerar la piel

La Rosa Mosqueta es un arbusto de la familia de las rosáceas que crece en Europa y en


la Cordillera de los Ándes, sobre todo en Chile y Argentina.

Las propiedades del aceite de Rosa Mosqueta son extraordinarias cuando se trata de
restaurar los tejidos dañados o prevenir el envejecimiento prematuro de la piel, ya que
entre sus muchas propiedades, destaca la capacidad que tiene para estimular la
producción de colágeno y elastina, indispensables para mantener una piel tersa y en
buen estado.

El aceite de Rosa Mosqueta contiene, además, ácidos grasos poliinsaturados, como


ácido linoléico (Omega 6), ácido linolénico (Omega 3), nutrientes indispensables en los
procesos bioquímicos del organismo, especialmente en los que afectan a la regeneración
celular de los tejidos. Además es rico en vitaminas A y C y contiene potentes
antioxidantes como carotenoides y flavonoides.

Vamos a repasar a continuación algunas de las muchas utilidades del aceite de Rosa
Mosqueta.

Rosa Mosqueta para regenerar la piel


Son muchos los estudios científicos (entre otros los de la Universidad de Munich en
Alemania, el Instituto Nacional de Cáncer en EEUU o la Universidad de Kingston en
Inglaterra) que demuestran el altísimo potencial del aceite de Rosa Mosqueta para
regenerar la piel en casos de envejecimiento, estrías, cicatrices o manchas. Pero
quizá, el que suscitó mayor interés fue un estudio realizado en la Facultad de Química y
Farmacología de la Universidad de Concepción (Chile), en el que que se demostró el
poderoso efecto regenerador de este aceite en pacientes con cicatrices, arrugas o
envejecimiento prematuro o desigualdad en el color y tono de la piel. Estos son los
principales usos que podemos dar al aceite de rosa mosqueta en el tratamiento de la piel:

 Prevención de arrugas

El aceite de rosa mosqueta resulta extraordinariamente eficaz cuando se trata de


restaurar tejidos en general, es decir, está recomendado para eliminar arrugas
superficiales y, sobre todo, para prevenir el envejecimiento prematuro
proporcionando a la piel nutrientes imprescindibles y muy antioxidantes.

 Restauración de cicatrices

También está recomendado el aceite de rosa mosqueta para cicatrizar heridas.


De hecho, en las consultas médicas y hospitales se recomienda el uso de este
aceite para regenerar cicatrices post-operatorias o quemaduras producidas por la
radioterapia.

 Corrección de manchas

El aceite de rosa mosqueta mejora e iguala la textura de la piel corrigiendo


algunas manchas o problemas de pigmentación desigual.

 Prevención de cáncer de piel

El uso regular de aceite de rosa mosqueta estimula la producción de melanina y,


además, su efecto anti-radicales libres neutraliza los efectos perjudiciales de los
rayos solares. Por otra parte, al ser un gran regenerador, el aceite de Rosa
Mosqueta alivia las quemaduras producidas por el sol.

 Hidratación y nutrición

Al contener gran cantidad de micronutrientes antioxidantes, vitaminas y ácidos


grasos, el aceite de rosa mosqueta resulta un excelente alimento para pieles de
todo tipo, hidratando y nutriendo en profundidad.

Rosa Mosqueta para la salud general


Además de sus propiedades regeneradoras en la piel, el aceite de rosa mosqueta también
está recomendado para:

 Mejorar la circulación
Desde niveles expertos se asegura que la rosa mosqueta tomada en forma de
infusión mejora en general el sistema circulatorio, disminuyendo la presión
arterial, bajando los niveles de colesterol y favoreciendo de manera global la
mejoría en caso de enfermedades cardíacas.

 Mejorar la artritis

El aceite de rosa mosqueta, aplicado de forma externa, y mucho mejor si va


acompañado de un buen masaje que favorezca la absorción del mismo, está
recomendado en caso de artritis ya que alivia los dolores y evita la ingesta de
analgésicos o antiinflamatorios cuando no es necesario.

 Prevenir la diabetes

La American Journal Physiology publicó un estudio en 2011 que revelaba el


efecto de la rosa mosqueta a la hora de regular los niveles de azúcar en sangre y
por lo tanto, de prevenir la diabetes. Si quieres saber más, visita nuestro artículo
sobre la diabetes.

 Fortalecer el sistema inmunológico

La rosa mosqueta utilizada en forma de infusión favorece en general los


procesos enzimáticos y refuerza el sistema inmunitario gracias a sus múltiples
vitaminas, antioxidantes y ácidos grasos. Además, estas infusiones están
recomendadas en caso de infecciones urinarias, úlceras y procesos inflamatorios
en general.

Recetas para utilizar Rosa Mosqueta como


regenerador de la piel
Una forma muy sencilla de aprovechar sus propiedades es utilizar aceite de rosa
mosqueta como sustituto de cualquier crema industrial ya sea para hidratar y nutrir la
piel como para aliviar una quemadura o regenerar una cicatriz. Antes de aplicarlo es
conveniente humedecer la piel con agua o con un hidrolato y después extender el aceite
como si fuese una crema.

También podemos utilizar este maravilloso aceite vegetal combinándolo con otras
sustancias naturales para potenciar el efecto terapéutico. A continuación te mostramos
algunas recetas básicas:

Receta para prevenir arrugas

Te proponemos a continuación una receta para potenciar la regeneración celular de tu


piel previniendo las arrugas y corrigiendo las más superficiales. Utilizaremos como base
el aceite de rosa mosqueta y aprovecharemos las muchas propiedades de los aceites
esenciales de lavanda y de incienso. Utilízalo una vez al día, y deja que la piel respire
por la noche.

- Necesitas los siguientes ingredientes naturales:


 Un recipiente de vidrio opaco de 50 ml.
 Aceite vegetal de rosa mosqueta
 Aceite esencial de incienso
 Aceite esencial de lavanda

- A continuación, sigue los siguientes pasos:

 Abre el recipiente y llénalo de aceite vegetal de rosa mosqueta


 Añade 15 gotas de aceite esencial de incienso
 Añade 10 gotas de aceite esencial de lavanda
 Cierra el recipiente y remueve ligeramente para que se mezclen
todos los componentes

Receta para regenerar el tejido dañado (cicatriz, herida, acné,


quemadura)

Con esta mezcla de aceites vegetales antioxidantes y aceite esencial de lavanda podrás
elaborar una receta para regenerar la piel con mayor rapidez y a igualar el tono y
textura de manera natural. Utilízalo por la mañana y por la noche en al zona afectada
y enriquécelo con un suave masaje para favorecer la absorción de nutrientes en la piel.

- Elementos que necesitas:

 Un recipiente de vidrio opaco de 50 ml.


 Aceite vegetal de rosa mosqueta
 Aceite vegetal de germen de trigo
 Oleato de hipérico
 Aceite esencial de lavanda

- A continuación, sigue los siguientes pasos:

 Abre el recipiente
 Llena 1/3 de aceite vegetal de rosa mosqueta
 Llena 1/3 de aceite vegetal de germen de trigo
 Llena 1/3 de oleato de hipérico
 Añade 25 gotas de aceite esencial de lavanda
 Cierra el recipiente y remueve ligeramente para que se mezclen
todos los componentes

Receta para mejorar la circulación y desinflamar

En esta receta te proponemos una mezcla de aceites con arcilla blanca que te
proporcionará un alivio inmediato en caso de inflamación o congestión circulatoria de
una zona.

- Elementos que necesitas:

 Un recipiente de madera y una cuchara grande de madera para


remover
 Aceite vegetal de rosa mosqueta
 Aceite esencial de menta
 Arcilla blanca

- A continuación, sigue los siguientes pasos:

 Añade al recipiente de madera una cucharada (o las que necesites


dependiendo de la extensión de la zona donde vayas a aplicarlo)
de arcilla blanca
 Añade agua hasta que consigas una textura de crema bastante
espesa
 Añade una cucharada sopera de rosa mosqueta por cada
cucharada de arcilla que hayas empleado
 Añade 2 gotas de menta por cada cucharada de arcilla que hayas
empleado
 Remueve hasta que consigas una textura homogénea
 Aplica en la zona inflamada y deja reposar durante al menos 45
min. Retira con agua abundante.

Te aconsejamos que, al margen de nuestras sugerencias, experimentes con distintos


ingredientes o aceites vegetales y esenciales hasta que descubras las fórmulas que mejor
se adaptan a tus necesidades. Sin duda, el aceite de rosa mosqueta es uno de los que vale
la pena tener a mano en cualquier hogar por su gran versatilidad.

Dependiendo de su composición química, cada uno de los diferentes tipos de arcilla


nos pueden servir para diversas aplicaciones cosméticas y terapéuticas

Propiedades de la arcilla
Una de las principales características de la arcilla es su extraordinaria capacidad para
drenar impurezas en la piel y agentes parasitarios. La arcilla también aporta nutrientes
que favorecen la restauración y cicatrización de los tejidos y además posee un poderoso
efecto analgésico (calma el dolor) y antiinflamatorio. Por todo ello, las aplicaciones de
arcilla en la piel resultan muy beneficiosas para todo tipo de afecciones.

La arcilla está compuesta por una serie de minerales que provienen de la


descomposición de las rocas. Dependiendo del tipo y la cantidad de esos minerales que
contengan, los distintos tipos de arcillas presentan distintos colores y poseen
determinadas características que las harán más idóneas para unas aplicaciones que para
otras.

Pero no es necesario disponer de todas ellas para beneficiarnos de sus propiedades


puesto que, en mayor o menor grado, todas tienen características similares. Muchas
veces se trata más de un asunto publicitario que de otra cosa. Lo cierto es que para
empezar a manipular y experimentar los efectos de la arcilla, con tener un solo tipo en
nuestro botiquín casero es más que suficiente.
No obstante, te explicamos a continuación pequeños matices que las diferencian. En
todos los casos es necesario tener en cuenta algunas consideraciones importantes a la
hora de trabajar con la arcilla.

La Arcilla Blanca o Caolín


La principal aplicación de la arcilla blanca (también llamada caolín) es en el tratamiento
de pieles secas o envejecidas. Cuando la utilizamos en forma de mascarilla proporciona
un efecto tensor inmediato, dejando la piel tersa, fresca y rejuvenecida, con efectos
evidentes. Descongestiona y limpia las capas profundas de la piel y ello permite una
mejor regeneración de los tejidos.

Este tipo de arcilla genera frío y descongestiona el sistema linfático y sanguíneo, por lo
que el uso continuado de emplastes de arcilla blanca mejora el edema, la celulitis y las
piernas cansadas.

Puesto que el caolín es un tipo de arcilla extremadamente pura, sus propiedades también
resultan muy beneficiosas en pieles sensibles. Se trata de un compuesto suave que
calma el dolor y baja la inflamación de cualquier alteración de la piel además de
regenerar el tejido dañado. Tanto si se trata de psoriasis, eccema, quemadura o herida, la
arcilla blanca es un bálsamo calmante que proporciona un alivio inmediato.

Además, la arcilla blanca es un estupendo sustituto a las pastas dentífricas


convencionales que contienen ciertos elementos químicos nada recomendables. Casi
todas las cremas dentífricas que encontramos en las tiendas de productos ecológicos
están hechas con arcilla blanca, así que puedes utilizarla directamente como dentífrico
natural y casero para niños.

Arcilla verde
La propiedad más llamativa de la arcilla verde es su efecto antibacteriano y
desintoxicante.

La arcilla verde es la más popular en los tratamientos de belleza o productos elaborados


a partir de arcilla. Esto se debe a que es ligeramente más eficaz que otras arcillas a la
hora de arrastrar impurezas, desinfectar y equilibrar los niveles de grasa en las pieles
acnéicas, pero en realidad, todas las arcillas tienen esta propiedad.

Si tenemos una piel grasa, es decir, de poro abierto y con tendencia a la suciedad, el
sudor y la aparición de granitos, la arcilla verde es una opción muy adecuada. Este
tratamiento en pieles grasas se puede reforzar añadiendo a la mascarilla una rodaja de
pepino, lo que ayudará a depurar la piel y a regular los niveles de grasa.

Al igual que la arcilla blanca, también podemos utilizarla para descongestionar una zona
inflamada o cargada de impurezas (edema, celulitis, mala circulación, dolor muscular
agudo). Aplicando cualquiera de las dos en forma de emplaste sobre la zona que
queramos tratar (durante al menos media hora) conseguiremos reducir el dolor y la
inflamación y aliviar la dolencia.
Tanto la arcilla blanca como la verde también se utilizan con frecuencia para depurar el
organismo en su interior. Para ello, es aconsejable visitar a un especialista naturópata
que nos prescriba las dosis más recomendables según nuestro trastorno particular, ya
que, dependiendo de si estamos o no tomando medicamentos, el uso interno de la arcilla
podría modificar su efecto.

Arcilla Roja
Existen muchas páginas en internet que hablan de la arcilla roja como tratamiento para
pieles sensibles, acnéicas o problemas de celulitis. Nosotras lo desaconsejamos
encarecidamente.

Según nuestra experiencia, la arcilla roja, al contrario que la blanca o la verde,


proporciona calor a la zona en la que se aplica. Por esta razón la desaconsejamos en
zonas sensibles con tendencia a la irritación, el escozor o la inflamación.

Una de las utilidades más destacables de este tipo de arcilla es en tratamientos para
lesiones musculares crónicas (nunca en fase aguda) que no estén en proceso
inflamatorio.

Al igual que un masaje, y muy especialmente si mezclamos la arcilla con un aceite


esencial como la canela o uno vegetal como el hipérico, nos dará calor en la zona y
aumentará el riego sanguíneo estimulando el oxígeno en el músculo y favoreciendo así
su recuperación. Si elaboras esta crema, ten la precaución al utilizarla de colocar un
trapito sobre la zona donde la hayas aplicado, ya que si no, es muy probable que
ensucies la ropa que lleves puesta debido al rojo intenso de esta arcilla y del aceite
vegetal de hipérico.

También podemos utilizarla en caso de pieles desvitalizadas, blanquecinas, o con


poco riego sanguíneo. Aplicando esta mascarilla y realizando, una vez retirada, un
pequeño masaje sobre el rostro, conseguiremos revitalizarlo haciendo que circule mayor
cantidad de sangre y oxígeno, nutriendo así nuestras células.

Dónde comprar arcillas


En cualquier tienda de productos ecológicos y naturales es fácil encontrar cualquiera
de estos tres tipos de arcilla.

Es importante tener en cuenta que la arcilla más pura es la que viene en forma de
polvo, y no de crema ya elaborada. Este tipo de productos ya elaborados son más
sencillos y prácticos en su uso pero tienen dos inconvenientes.

El primero es que, con gran probabilidad, esa arcilla en forma de crema incluya
elementos químicos que son necesarios para emulsionar los distintos ingredientes.

Por otra parte, las cremas a base de arcilla tienen una caducidad limitada, mientras que
la arcilla en polvo no. Si la guardamos en un lugar fresco, seco y oscuro, y utilizamos
siempre elementos de madera o vidrio para mezclarla, nos puede durar rebosante de
propiedades para siempre.
Para aplicar la arcilla en polvo tan solo hay que mezclarla con agua hasta conseguir la
textura deseada. Además, empleando esta variación podemos añadir otros elementos
como aceites vegetales y esenciales, miel, harinas, etc. De esta forma conseguiremos
productos completamente personalizados.

La arcilla es uno de esos ingredientes que no debe faltar en casa por sus
aplicaciones en la cosmética familiar y como remedio casero para múltiples
afecciones

¿Cuáles son las principales propiedades de la arcilla?


A lo largo de la historia de la humanidad las propiedades terapéuticas de la arcilla no
han pasado desapercibidas por las principales civilizaciones alrededor de todo el mundo.

Sin embargo, precisamente por tratarse de un elemento natural, barato y accesible, las
grandes corporaciones han ido inventando otros productos sintéticos con similares
características para patentarlos y buscar así el beneficio económico. De manera que
poco a poco, este tesoro ha ido quedando relegado a un absoluto desconocimiento por
parte del público general.

Entre sus muchas propiedades podemos destacar su capacidad para desintoxicar, para
estimular el sistema inmunológico, para regenerar los tejidos y cicatrizar, para calmar el
dolor, para remineralizar y revitalizar las células y, más concretamente en cosmética,
para nutrir, hidratar, refrescar y desinfectar la piel, entre otras muchas cosas.

Junto con los aceites vegetales y los aceites esenciales, la arcilla es uno de los elementos
estrella para proporcionar salud a nuestra piel y aportar energía vital a nuestro
organismo.

Pero sobre todo, la arcilla es una sustancia viva con una capacidad extraordinaria de
absorción de agentes parasitarios. Además aporta nutrientes imprescindibles que
favorecen la restauración de los tejidos gracias a los múltiples minerales que la
componen.

¿Para qué puedo utilizar la arcilla?


Existen diferentes tipos de arcillas que se utilizan con distintas finalidades. Más
adelante veremos en qué consisten exactamente esas diferencias. De momento, vamos a
centrarnos en las aplicaciones de las que podemos beneficiarnos utilizando arcilla en la
piel.

Mascarilla rejuvenecedora

La arcilla blanca obra auténticas delicias en las pieles secas y envejecidas. Ejerce un
efecto lifting bastante impactante y deja la piel tersa, nutrida y fresca. Utiliza una
cucharada sopera de arcilla en polvo y mézclala con agua hasta conseguir una textura
consistente. Aplícala en la piel y déjala secar. Para retirarla, humedece la zona en
abundancia y utiliza una esponjilla. Una vez retirada, aplica un aceite vegetal para
hidratar. El frío que proporciona descongestiona los canales linfáticos y depura las
capas profundas de la piel.

A las propiedades de la arcilla blanca, puedes añadirle las de los diferentes aceites
esenciales, aceites vegetales, frutas o verduras. El resultado será una mascarilla especial,
enriquecida y diseñada para rejuvenecer la piel. Un ejemplo es esta receta casera
antiarrugas con arcilla que te proponemos.

Mascarilla antiacné

La arcilla verde es particularmente eficaz para depurar las impurezas de las pieles
grasas y acnéicas. Mezcla una cucharada sopera de arcilla en polvo con agua hasta que
consigas una consistencia en forma de crema y aplícala en el rostro durante unos
minutos hasta que se seque. Retírala humedeciendo primero la piel de nuevo. Después
de retirarla, hidrata la piel con un aceite vegetal. Puedes utilizar alguna de nuestras
recetas caseras naturales antiacné.

Crema para el eritema del pañal

Una de las soluciones más naturales y efectivas para aliviar los escozores del culito
producidos por el pañal es la crema elaborada con arcilla blanca o verde y aceite
vegetal. Utiliza un frasco de vidrio y mezcla arcilla con aceite vegetal de caléndula
hasta que consigas una consistencia cremosa. Así de sencillo. Con el paso de los días el
peso de la arcilla hará que se deposite en el fondo. Si esto ocurre, simplemente
remuévela de nuevo. Si quieres saber más sobre este tema, lee nuestro artículo sobre la
dermatitis del pañal.

Emplaste anticelulítico

La arcilla blanca proporciona frío, lo cual descongestiona las zonas cargadas de


impurezas con tendencia a la hinchazón, celulitis o mala circulación. Mezcla tres o
cuatro cucharadas soperas (según la extensión de la zona a tratar) con agua hasta que
consigas una consistencia cremosa. Aplica la mezcla en la zona deseada y añade dos
gotas de aceite esencial de geranio, dos gotas de aceite esencial de ciprés y dos gotas de
aceite esencial de menta. Luego cubre la zona con una toalla y deja secar. Una vez
retirada la arcilla con agua abundante, aplica un aceite vegetal para hidratar. También
puedes consultar otras recetas naturales anticelulitis.

Peeling para pieles sensibles

Si tienes una de esas pieles extremadamente sensibles que sufren incluso con una leve
exfoliación, la arcilla verde es una de las opciones a tener en cuenta para realizar un
peeling sin miedo a reacciones adversas. Mezcla una cucharada pequeña de arcilla verde
con unas gotas de aceite vegetal (caléndula si es posible, aunque también puedes usar el
aceite de oliva virgen que utilices para cocinar) hasta conseguir una consistencia
bastante espesa. Aplícalo realizando pequeños círculos en la piel para exfoliar las capas
más superficiales y estimular la regeneración celular. Lava la piel con agua abundante e
hidrata con el mismo aceite vegetal que hayas utilizado.
Crema para dolores musculares y articulaciones

Si sufrimos habitualmente dolores musculares por contracturas, esfuerzos excesivos,


tendinitis, etc, lo primero que debemos hacer en ponernos en manos de una o un
especialista y seguir sus indicaciones.

Además y como complemento, también podemos echar mano de algunos remedios


tradicionales que nos servirán para mejorar el estado general de la afección.

La arcilla roja proporciona calor y aumenta el riego sanguíneo. Por lo que uno de
los remedios que te proponemos para los dolores musculares consiste en mezclar, en un
recipiente de vidrio, arcilla roja con aceite de hipérico hasta conseguir una consistencia
cremosa y añadir después unas gotas de aceite esencial de manzanilla. Si con el paso de
los días la arcilla se deposita en el fondo, simplemente remueve de nuevo.

El aceite de hipérico es regenerador y se ha utilizado tradicionalmente en casos de


sobrecarga muscular y el aceite esencial de manzanilla es un poderoso antiinflamatorio.

Ungüento para regenerar heridas

Una de las principales propiedades de la arcilla es su capacidad para regenerar y


cicatrizar los tejidos.

Cuando se trata de heridas o quemaduras leves, la arcilla es un elemento muy útil con el
que debemos contar en nuestro botiquín casero natural.

Si vas a utilizar la arcilla con esta finalidad, lo mejor es que prepares una mezcla en el
momento en que quieras aplicarla. Para ello mezcla arcilla verde con agua hasta
conseguir una consistencia cremosa y añade unas gotas de aceite esencial de lavanda y
de árbol del té y aplícala directamente sobre la zona herida o quemada. Todos estos
elementos contribuirán a refrescar, desinflamar, desinfectar y regenerar la zona dañada.

¿Qué tipo de arcilla debo comprar?


La mayor parte de las mascarillas de arcillas cosméticas disponibles en el mercado (o al
menos las que más repercusión mediática tienen) son arcillas en forma de crema. Estas
arcillas están adulteradas con otros ingredientes que nada tienen que ver con su efecto
terapéutico.

Es cierto que de esta manera resultan más cómodas de utilizar, pero debido a los
procesos de fabricación, es posible que no contengan los elementos biológicos más
esenciales.

Por lo tanto, te aconsejamos que utilices arcilla pura en polvo.

Cada vez que la quieras utilizar tendrás que mezclarla con agua hasta elaborar una
pasta, pero lo bueno es que de esta manera también podrás incorporar otros ingredientes
naturales y elaborar mezclas completamente personalizadas.
Además ahorrarás dinero, puesto que las arcillas en forma de crema tienen una
caducidad reducida, y el polvo de arcilla no. De hecho, si la conservamos siguiendo
unas indicaciones básicas podremos utilizarla rebosante de propiedades por los siglos de
los siglos.

Composición de la Arcilla
La arcilla es una combinación de minerales acumulados gracias a la erosión de ciertas
rocas hace millones de años.

Está compuesta fundamentalmente por silicatos en forma de láminas y por eso tiene una
capacidad tan extraordinaria para absorber. Tanto ingerida como aplicada de forma
externa, la arcilla aporta minerales como hierro, sílice, magnesio, calcio, sodio, potasio,
y un largo etcétera.

La composición básica de los diferentes tipos de arcilla es muy similar, sin embargo,
la mayor presencia de un mineral en concreto o su estado evolutivo hace que se
presenten diferentes colores con determinadas aplicaciones.

Todas ellas se encuentran fácilmente en cualquier herbolario o tienda de productos


ecológicos.

El aguacate es una de las frutas más hidratantes y nutritivas que podemos


encontrar en la despensa natural

El rey de los ácidos grasos


El aguacate no sólo es una de las mejores frutas para hidratar la piel. También es la que
más ácidos grasos contiene y los ácidos grasos insaturados son muy beneficiosos para el
organismo, al contrario que los ácidos grasos saturados. Por eso, y ante todo, el aguacate
es un gran aliado del corazón y del sistema circulatorio, además de para la cosmética
natural.

Efectivamente, esos mismos ácidos grasos son los causantes de que el aguacate sea
una fruta estupenda para la cosmética natural, por su capacidad para hidratar la
piel. El aguacate está especialmente indicado en piel seca y envejecida, porque estimula
la formación de colágeno y ayuda a restaurar los tejidos. Después de una buena sesión
de aguacate sobre la piel (cuarenta minutos al menos), ésta recuperará su brillo
nutriendo e hidratando las capas más profundas.

El aguacate: Fuente de vitaminas y minerales


El aguacate es muy rico en vitaminas E y D, que ayudan a regenerar el tejido de la piel,
el cabello y las uñas. Y el aguacate también es rico en minerales, como potasio, cobre,
magnesio y calcio. Todo este grupo de oligoelementos indispensables para el correcto
desarrollo celular hacen del aguacate un estupendo sustituto de los productos de
cosmética industrial a la hora de hidratar la piel, especialmente cuando se trata de pieles
muy sensibles con poca tolerancia a las sustancias químicas.
Así, el aguacate ayuda en casos de problemas del corazón, dermatitis, eccema y
diabetes, entre otras muchas cosas. También, el aguacate ayuda a la asimilación de
calcio, favorece la digestión, aumenta el nivel de concentración mental y ayuda muy
especialmente a las mujeres embarazadas por su alto contenido en ácido fólico.

Aguacate, un gran aliado de las pieles secas


Hay muchos motivos por los que una persona puede sufrir sequedad en la piel o
envejecimiento prematuro. Una de ellas es la genética. Pero también los hábitos de vida
influyen en el estado de nuestra piel y nuestro organismo en general.

La mejor manera de hidratar nuestro cuerpo de manera global (no solo la piel) es
consumiendo gran cantidad de vegetales y verduras, puesto que todos ellos poseen
abundante agua pura y beneficiosa para nuestro cuerpo.

Debemos conocer los ingredientes de cualquier cosmético que aplicamos en nuestra


piel. Muchos de los cosméticos convencionales contienen parafina, un derivado del
petroleo muy oclusivo que hidrata la piel de manera automática, pero que a largo plazo
tapona los poros impidiendo la transpiración y generando mayor sequedad.

En cambio, el aguacate (tanto la fruta como el aceite vegetal de la semilla de aguacate)


es una opción completamente natural que no solo regulará la hidratación de la piel de
manera inmediata, sino que estimulará la formación colágeno, potenciando así un
equilibrio interno que permanezca en el tiempo.

Tanto el aguacate, como el aceite vegetal de aguacate, contienen ácidos grasos muy
beneficiosos para el organismo en su conjunto y, muy particularmente, para las pieles
envejecidas o ajadas. También, el aguacate se utiliza frecuentemente en tratamientos
para cabello seco o castigado.

Cómo aplicar el aguacate en la piel


La mejor forma de beneficiarnos de las propiedades del aguacate para hidratar la piel es
triturándolo y combinándolo con otros ingredientes naturales, como arcilla, aceites
esenciales, aceites vegetales, miel, etc. Otra forma más sencilla y práctica es utilizar el
aceite vegetal de aguacate como si fuese una crema.

Sin embargo, ambas experiencias son diferentes. Para la mascarilla de aguacate se


emplea la pulpa de la fruta, mientras que el aceite vegetal, sin embargo, se extrae de la
semilla. Todo el fruto en su conjunto contiene características similares, pero ambos
procedimientos tienen sus propias ventajas y ambas merecen la pena.

Para qué usar el aguacate en la piel


o Mascarilla de aguacate para hidratar la piel seca o
envejecida
Tritura un aguacate y mézclalo con una cucharadita de miel y un poco de
agua templada para que se disuelva cómodamente. Cuando hayas
conseguido una textura que te agrade, añade una gota de aceite esencial
de incienso, otra de aceite esencial de geranio y tres gotas de aceite
esencial de lavanda. Remueve bien y aplícalo sobre el rostro. Déjalo
actuar durante al menos media hora, humedece la piel y retira con una
esponjilla. Para terminar, puedes hidratar la piel con aceite vegetal de
aguacate.

o Mascarilla de aguacate para hidratar el cabello castigado

Tritura un aguacate y mézclalo con una cucharadita de arcilla blanca y un


poco de agua para que se disuelva cómodamente. Remueve hasta que
consigas la textura deseada incrementando la cantidad de agua o arcilla y
añade una gota de aceite esencial de ciprés, otra gota de aceite esencial
de mirra y tres gotas de aceite esencial de lavanda. Aplícalo en el cabello
a modo de mascarilla y déjalo actuar al menos media hora. Luego lava el
pelo y aclara con agua abundante.

o Mascarilla de aguacate para hidratar la piel sensible

Tritura un aguacate y mézclalo con una cucharadita de arcilla verde y un


poco de agua para disolverlo bien. Remueve hasta que quede una textura
de crema y añade dos gotas de aceite esencial de manzanilla y dos gotas
de aceite esencial de lavanda. Aplícala sobre el rostro y déjala actuar al
menos media hora. Humedece la piel y retira con una esponjilla. Por
último, hidrata con aceite vegetal de aguacate.

o Mascarilla de aguacate para hidratar y regenerar después


del sol

Tritura un aguacate y un plátano y mézclalos con una cucharadita de


arcilla blanca y un poco de gua hasta que se disuelva bien. Si vas a
utilizarlo en todo el cuerpo, añade más cantidad de cada ingrediente.
Remueve hasta que consigas una textura tipo crema y añade una gota de
aceite esencial de árbol del té, una gota de aceite esencial de geranio y
tres gotas de aceite esencial de lavanda. Aplícalo en la piel y déjalo
actuar al menos media hora. Humedece la piel y retira con una esponja.
Al terminar, hidrata con aceite vegetal de aguacate.

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esenciales/

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