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Félix María Serafín Sánchez de Samania nació el 12 de octubre de 1745 en La Villa de

Laguardia, hijo de Félix Ignacio Sánchez de Samaniego y Munibe, y de Juana María Teresa
Zabala y Arteaga. Perteneciente a una familia noble y rica, tras los primeros estudios fue
enviado a cursar derecho a la Universidad de Valladolid, donde permaneció dos años sin
llegar a concluir la carrera. En un viaje de placer a Francia se entusiasmó con los
enciclopedistas, y se quedó mucho tiempo en tierra francesa; allí se le contagió la
inclinación a la crítica mordaz contra la política y la religión tan grata a los hombres del
siglo, y cierto espíritu libertino y escéptico que le indujo a burlarse de los privilegios y a
rechazar, incluso, un alto empleo en la corte que le ofreció el conde de Floridablanca. A
su regreso a España contrajo matrimonio y se estableció primeramente en Vergara,
donde participó en la Sociedad Patriótica Vascongada, tendente a la difusión de la
cultura en los medios populares, y de la cual llegó a ser presidente. En 1781 se publicaron
en Valencia los cinco primeros libros con el título de Fábulas en verso castellano, y en
1784 apareció en Madrid la versión definitiva, titulada Fábulas morales y formada por
nueve libros con 157 fábulas. De estilo bastante sencillo y métrica variada, muchas
fábulas destacan por su espontaneidad y gracia. La publicación de las fábulas de Tomás
de Iriarte un año después que las suyas, con un prólogo en el que afirmaba que eran "las
primeras fábulas originales en lengua castellana", irritó a Samaniego y desató una
rivalidad entre ambos escritores que duraría toda su vida. Samaniego publicó
anónimamente el folleto satírico Observaciones sobre las fábulas literarias originales de
D. Tomás de Iriarte y, poco después, una parodia del poema La música, también de
Iriarte, que tituló Coplas para tocarse al violín a guisa de tonadilla. Siguieron numerosos
libelos, contestados con la misma violencia por Iriarte. Sin embargo, cierto espíritu
volteriano confería a los ataques de Samaniego una crueldad mayor. En 1783 Samaniego
fue comisionado por la provincia de Álava para que de una manera directa gestionara
los problemas provinciales en la Corte, aunque también tramitó otros asuntos
regionales y de la Vascongada. Participó en las polémicas teatrales de la época
defendiendo el teatro neoclásico y la ideología ilustrada. En Bilbao, Félix María
Samaniego volvió a llevar las riendas de su hacienda, bastante olvidada, y a frecuentar
las antiguas amistades. En 1792 decidió llevar una vida más tranquila y se retiró a su villa
natal, Laguardia. Dos sucesos rompieron su tranquilidad: por un lado, la invasión
francesa del año 1793 que dejó malparadas sus posesiones guipuzcoanas; por otro,
algunas poesías satíricas y licenciosas le valieron el principio de un proceso inquisitorial
en 1793. El tribunal de Logroño llegó incluso a decretar la detención del autor.
Samaniego evitó peores consecuencias gracias a la influencia de sus amistades en los
altos niveles. Finalmente, a los 55 años murió el 11 de agosto de 1801 en Laguardia,
España

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