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MINISTERIAL
Guillermina Sanchez
GS
DEFINICION DE ETICA CRISTIANA
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b). Pablo declara:
“No erréis; las malas
conversaciones
corrompen las
buenas costumbres”
(1 Cor. 15:53).
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Según dicen los expertos en conducta,
todo el que critica a otro
desmedidamente, está proyectando los
defectos, fallos y trastornos de conductas
que el propio criticón esconde dentro y
detrás de su carácter y su personalidad.
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La persona criticona, se convierte en una amenaza
en contra de la paz y la buena armonía en el círculo
social en que se desenvuelve. Ese tipo de persona,
militando dentro del liderazgo cristiano, no
solamente tendrá frecuentes choques dentro del cuerpo
que milita, sino que fácilmente con sus críticas, riega el
veneno mortal que destruye la unidad, la confianza y la
armonía dentro de los demás líderes y personas que le
rodean y terminan fomentando división.
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La o el prudente, las faltas, fallas o deslices de sus compañeros
(as), estando en presencia de otras personas, los disimula, los
pasa por alto, los esquiva; evita siempre divulgarlos ante quienes
nada tienen que ver con tales asuntos; pero siempre buscará la
oportunidad para conversar con quienes están en falta; y con
amor, con respeto y profundo deseo de ayudar al (la) faltante, lo
(a) aconseja, lo (a) orienta y lo (a) ayuda a corregir sus defectos.
Esto es prudencia; esto es ética y moral cristiana; son altos
niveles de buenas relaciones humanas.
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Prudencia es el aprecio y valorización de las demás
personas, por encima de cualquier defecto; así lo describe el
sabio Salomón, cuando dice: “El que carece de
entendimiento menosprecia a su prójimo; más el hombre
prudente calla” (Prov. 11:12).
En conclusión, debemos conservar la prudencia por encima de
cualquier injuria:
Salomón declara: “…el que no hace caso a la injuria es
prudente”. (Prov. 12:16). Entonces, ante quienes nos injurian,
nos ultrajan y nos maltratan en el ejercicio correcto de nuestro
liderazgo, mantengamos la prudencia a través de nuestro
silencio.
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PRACTICAR LA PRUDENCIA
Identifica el problema
1. Pedir consejo.
No se es menos valioso por acudir a otras personas, al
contrario.
2. Estudiar los asuntos antes de decidir.
Implica dedicar tiempo y poner la cabeza.
3. Preguntar a la persona adecuada:
un experto, una persona dispuesta a ser asertiva con uno
de tal forma que me diga lo contrario de lo que yo opino.
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4. Tener paciencia.
Algunos temas necesitan tiempo para
resolverse. Algunos necesitan mucho tiempo.
5. Reflexionar acerca de la bondad o
maldad de un asunto.
El Espíritu Santo me guiara a toda verdad, el
me ayudara a discernir, y yo tomo la decisión
correcta.
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6.Conocerse.
¿Soy impulsivo y tiendo a precipitarme? ¿Soy
perezoso y tiendo a procrastinar, a dejar las
cosas para otro día? ¿Tengo flojera?
7. Ser recio en el callar.
Si lo que vas a decir de una persona no es
positivo, no lo digas: habla solo si es un deber
de justicia y para que se conozca la verdad.
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8. Ser asertivo en el hablar.
No saber hacerlo nos trae angustia,
y problemas.
9. Adquirir experiencia.
valorar la de los demás. La
experiencia es un grado
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Decoroso
1 TIMOTEO 3:2
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“Digno, respetable,
decente, honesto,
pudoroso, puro,
circunspecto”.
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En el trato hacia las demás
personas, es la forma delicada, fina,
táctica, juiciosa, decente, prudente y
gentil de relacionarse, evitando
choques, roces y ofensas que
puedan afectar la amistad y las
buenas relaciones con quienes
interactuamos.
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Decoro, en lo que al aspecto
conversacional consciente, es el uso
delicado, juicioso, moderado y pulcro
de nuestras palabras, cuando nos
dirigimos a los demás, sea para
comunicar una idea, corregir alguna
falta, expresar algún desacuerdo,
reclamar el cumplimiento de algún
deber, o exigir algún derecho.
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SOBRIO
1 TIMOTEO 3:2
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La palabra “sobriedad viene de la voz griega
“νηφαλιος (nifalios), que significa moderado,
juicioso, que tiene dominio propio”.
El Diccionario Antillana de Sinónimos, emplea
varias palabras como sinónimas de sobriedad;
dentro de ellas, estamos escogiendo las
siguientes: “Moderación, comedimiento,
templanza, seriedad, sencillez, calma,
lucidez…”.
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SOBRIEDAD DE MENTE
ROMANOS 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a
cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto
concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí
con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a
cada uno.
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El apóstol Pablo clasifica la ira
como una de las obras de la carne
(Gal. 5:20). La persona cuando
actúa con ira, está reflejando en
su persona un carácter inmaduro
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Hablando sobre los daños que pueden causarle a la
obra de Dios los líderes iracundos, Sergio A. Ramos,
en su libro sobre “Relaciones Humanas”, procura
explicar y comentar a Tito 1:7, diciendo: “El apóstol
incluye, “No iracundo”, -gr. plektes, que significa
golpeador, violento, camorrero, reñidor, colérico. El
iracundo es un maniático habitual a la furia. Estalla
en ira, indómito como un lobo dando rienda a su
rabia. La inadecuada expresión del enojo es
antesala de la violencia”.
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La ira es una pasión desenfrenada del
alma humana, esto es, cuando todavía la
psiquis está dominada por la naturaleza
del viejo hombre; por lo tanto, todo(a)
líder cristiano(a), con la ayuda del poder
del Espíritu Santo, debe tomar dominio y
control de la ira, y no permitir que ésta, ni
lo (la) domine, y lo (la) controle.
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NO SOBERBIO
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La soberbia es uno de los graves trastornos de la
personalidad que más afectan las relaciones
interpersonales de las personas que pretenden
ejercer el liderazgo.
En cualquier diccionario de sinonimia, que
tratemos de buscar los sinónimos de “soberbia”,
nos van a aparecer las siguientes palabras:
“Altivez, orgullo, altanería, arrogancia, vanidad,
altanería, petulancia, presunción, etc.
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“Escarnecedor es el
nombre del soberbio y
presuntuoso, que obra en la
insolencia de su
presunción” (Prov. 21:24).
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Proverbios 16:18-19 nos dice que, "Antes
del quebrantamiento es la soberbia, y
antes de la caída la altivez de espíritu.
Mejor es humillar el espíritu con los
humildes, que repartir despojos con los
soberbios." Satanás fue echado del cielo
por su orgullo (Isaías 14:12-15).
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GRACIAS
GS
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