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FILOSOFÍA Y PRÁCTICA DE ENFERMERÍA

Ideas claves de la Unidad 2

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Índice

2.1 El quehacer de la enfermería y su necesidad filosófica ………………………………………. 3


2.2 Antropología del cuidado enfermero ………………………………………………………… 4
2.3 Desarrollo epistemológico de enfermería ……………………………………………………. 6
2.4 Corrientes filosóficas que sustentan el cuidado de enfermería ………………………………. 7
2.5 Metaparadigmas de enfermería ………………………………………………………………. 13
2.6 El cuidado ……………………………………………………………………………………. 15
2.7 Proceso de enfermería ………………………………………………………………………… 17
2.8 Tecnologías del cuidado ……………………………………………………………………… 21

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2.1 El quehacer de la enfermería y su necesidad filosófica


Quien hace la actividad de filosofar en la sociedad es un testigo de la dignidad suprema del pensamiento.
El que hace filosofía apunta a lo que es eterno en el hombre, a lo que estimula el conocimiento puro y
desinteresado, por el conocimiento de aquellas cuestiones fundamentales acerca de la naturaleza de las
cosas y de la naturaleza de la mente, del hombre mismo y de Dios, que son superiores e independientes
de todo lo que se hace, produce o crea, porque se piensa antes de actuar y nada puede limitar el alcance
del pensamiento.
De esta manera, las enfermeras se preguntan sobre la existencia y sobre el quehacer ya que ellas mismas
lo han profesionalizado. Conocer más acerca de esto ayuda a reflexionar sobre la realidad y ofrecer un
mejor servicio profesional.
¿Por qué es importante la filosofía en el ejercicio profesional?
La filosofía es una necesidad para los seres humanos que permite tener una concepción del universo, y
menciona lo suprema de aquellas cosas que no tienen que ver con los medios sino con los fines. En la
práctica profesional es de vital importancia porque comprende el sistema de creencias de la enfermera
profesional e incluye la búsqueda de conocimientos y tiene una función social muy especial: discutir los
fundamentos de toda decisión.
En la parte operativa, la filosofía es el arte de formar, inventar o fabricar conceptos. La filosofía entonces
ofrece el camino para cuestionar lo que ya se tiene conceptualizado o el conocimiento que se considera
normal". Sin embargo, no es suficiente que la respuesta contenga el planteamiento de ese concepto, sino
se debe determinar el momento, ocasión o circunstancia, los paisajes, las personalidades, las condiciones
y las incógnitas en o de ese planteamiento.
Entonces la filosofía permite inventar, construir o reconstruir dichos conceptos a las propias
circunstancias. Lo más importante es que ofrece el camino para filosofar acerca de estas cuestiones
proponiendo verdades provisionales y revisando el conocimiento existente. Una verdad es válida hasta
que surge o nace otra con mejores argumentos.
De tal forma, la profesión, exige un ejercicio filosófico donde las decisiones practicas dependan de la
posición que se asume al respecto de aquellas interrogantes sobre la esencia de enfermería: su ser, su saber
y su hacer. Esa es la razón por la que los sistemas filosóficos que no están dirigidos a ningún uso o
aplicación práctica, tienen un impacto tan grande en la historia humana.
¿Existe una filosofía en el ejercicio profesional?
La filosofía es de vital importancia para la práctica profesional pues comprende el Sistema de creencias
acerca de que es la enfermería, como realiza su trabajo la enfermera profesional y las razones para hacerlo,
incluye también la búsqueda del conocimiento acerca de la disciplina. Este sistema de creencias determina
la forma de actuar, aunque la mayoría de las veces se realiza de manera inconsciente, por eso es muy

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importante comprender los elementos de la filosofía con el objeto de elaborar una filosofía personal acerca
de la enfermería.

2.2 Antropología del cuidado enfermero


Antropología: Es una disciplina de las Ciencias Sociales que se encarga de estudiar la realidad del ser
humano desde un enfoque holístico en el que todo determina el comportamiento de las partes, es decir,
análisis del contexto cultural y social. También analiza el origen, el desarrollo como especie social y los
cambios de su conducta, o sea, de su evolución a través del tiempo.
Salud: Aunque existen muchas definiciones, solo citaremos la de la OMS de 1947 que dice “estado de
completo bienestar físico, mental y social y no simplemente ausencia de enfermedad o invalidez”. Por lo
que podemos plantear, que en un sentido holístico no solo estamos tratando de un estado de salud sino la
evitación de la enfermedad y la muerte, es decir las prácticas, costumbres y valores que serán diferentes
según las sociedades y culturas, pero que describen las capacidades de adaptación de cada una de ellas.
Antropología de la salud: Estudio, conocimiento y comprensión del ser humano desde el ámbito de la
salud, la enfermedad, el bienestar y el dolor (físico, psíquico y social) en su contexto socio-cultural en el
tiempo y el espacio. Es una rama de la Antropología Social y Cultural que estudia los sistemas médicos y
las dimensiones culturales de la enfermedad.
Enfermería: Es una profesión que se dedica fundamentalmente al cuidado de la salud. Según Virginia
Henderson, la función de la enfermería es atender al individuo en la ejecución de aquellas actividades que
contribuyen a su salud o recuperación (o una muerte pacífica) …, actividades que él realizaría si tuviera
la fuerza, voluntad o conocimientos necesarios, de tal forma que le ayude a ganar su independencia lo
antes posible. Por tanto, la Enfermería no deja de ser una disciplina dualista en tanto que por una parte es
una Ciencia de la Salud, pero a la vez también lo es de lo humano, lo holístico, lo probabilístico, en

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definitiva, de lo cultural, podemos entonces considerar que también se nutre de la Antropología desde esta
perspectiva.
Antropología del cuidado
Todo comportamiento humano está revestido de una significación que va más allá de la propia persona.
Sabemos que el estudio de la cultura proporciona las claves a esos comportamientos, tan diferentes y
variados como culturas existentes. La cultura puede definirse como: "aquel conjunto complejo que
comprende el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera
otras aptitudes y hábitos que el hombre adquiere como miembro de la sociedad". 1
La cultura juega un papel fundamental en el proceso salud-enfermedad y en el nacimiento de la cultura de
los cuidados. Cada cultura delimita o construye un conjunto peculiar de respuestas al proceso salud
enfermedad que otorgan la condición de enfermo, incorporando a su vez en las personas, interpretaciones
y actitudes que inducen a vivir la enfermedad de una determinada manera. 2 Existe un relativismo cultural
inherente en todas las concepciones de salud y de enfermedad. 3
Las actividades del cuidar o del mantenimiento de la vida y estados de salud- enfermedad no pueden ser
separadas en una categoría aparte. Cuidar es un fenómeno social y cultural, una ciencia social y humana
que necesita preparación, conocimientos, investigación y sobre todo experiencia de trabajo de campo. 4-6
La utilización de la Antropología y de su método para abordar e ilustrar situaciones de cuidados, permite
captar como se estructura una situación sociocultural y extraer lazos de significación que deben
descodificarse para que los cuidados sean apropiados. Recurrir a los conocimientos antropológicos
permiten hallar la dimensión simbólica de los cuidados, y conseguir así orientar el proyecto de cuidados. 7
La sociedad evoluciona y con ella deben hacerlo los cuidados de enfermería. Hoy más que nunca, el
paciente ha de participar en su propio cuidado tomando decisiones que afectan a su persona. Esta nueva
perspectiva del cuidado implica un abordaje holístico, donde el entendimiento de los valores y
percepciones del paciente sobre su salud son imprescindibles. Por tanto, la labor de los profesionales
sanitarios debe ser sensible a la diversidad cultural de las poblaciones a las que presta sus servicios, y
aplicar sus conocimientos científicos adaptados a esa pluralidad. 2,8 Es fundamental preparar a nuestros
profesionales sanitarios en el desarrollo de capacidades que permitan ser receptivos a esa diversidad y
proceder, desde una perspectiva holística, a la prestación de cuidados. 9,10 La disciplina de Enfermería en
España, se encuentra en un momento en el que los fundamentos históricos y antropológicos de Enfermería
pueden contribuir a la clarificación teórica y conceptual de la misma, a la adopción y construcción de
modelos, a la búsqueda de respuestas a los problemas que se plantean y a la formulación de nuevos
problemas y cuestiones que permitan clarificar las situaciones de cuidados; esto nos aproximara a las
personas para poder captar cual son sus necesidades reales de cuidados.
La Antropología y la Enfermería tienen nexos comunes en su objeto de estudio y campo de actuación,
permitiendo la unión de ambas áreas de conocimientos. 11 Diversos autores abogan por la creación de un

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espacio común a sendas disciplinas, es lo que se define como la Antropología de los Cuidados. Las bases
metodológicas y científicas de la Antropología de los Cuidados nos facilitarían respuestas y herramientas
para abordar los problemas socio-culturales en el ámbito de la atención sanitaria. 1
2.3 Desarrollo epistemológico de enfermería

Para reflexionar sobre el desarrollo epistemológico de Enfermería, se hace necesario partir de la revisión
de la definición de epistemología. Ésta es la rama de la filosofía que considera la historia del conocimiento.
Suscita y responde preguntas relacionadas con el origen, la naturaleza, los métodos y las limitaciones del
desarrollo del conocimiento y describe los diversos criterios con los cuales éste se acepta. Por esta razón
los aspectos epistemológicos contribuyen a aumentar la conciencia sobre la complejidad y diversidad de
las perspectivas, enfoques y teorías en los progresos, la verdad y sus métodos.
En el caso de Enfermería, el primer momento del desarrollo del conocimiento fue intuitivo; la experiencia
frente al manejo de situaciones marchó fundamentada en el ensayo y error. Los conocimientos fueron
transmitidos de una generación a otra mediante el lenguaje oral, convirtiéndose el cuidado en una vocación
de ayuda y de servicio en la que se logra acumular una experiencia empírica y un quehacer que no se
diferenciaba de otros oficios.
Posteriormente se siente la necesidad de buscar un fundamento teórico acorde con el desarrollo de otros
conocimientos para prestar el cuidado.
Este proceso evolutivo conduce a que se establezcan programas de formación estructurados que permitan
una mejor fundamentación de las bases teóricas que enriquezcan la práctica de cuidado. Se establecen
planes de estudio orientados hacia las ciencias básicas como biología, anatomía, fisiología, microbiología;
estás eran ciencias ya desarrolladas. Así se da comienzo a un período de consolidación del conocimiento;
éste se caracteriza porque la experiencia acumulada y el nuevo conocimiento forman una alianza que
genera nuevas necesidades en el campo de la ética y de lo jurídico y así se conforman organizaciones que
respaldan el ejercicio de la profesión.
En esta evolución del conocimiento de enfermería se reconocen dos paradigmas: el empirista y el
interpretativo. Ellos representan visiones del desarrollo del conocimiento y de la realidad opuesta.
El empirismo se basa en supuestos de que lo que se conoce se puede verificar por los sentidos. La
suposición ontológica del empirismo es que hay una realidad que está afuera en algún lugar y que se puede
validar por los sentidos. En este paradigma el conocimiento se desarrolla por observación del mundo

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natural para verificar y justificar las teorías que describen, predicen y prescriben. 4 En enfermería este
paradigma es útil porque facilita que se compruebe y valide la relación de las teorías y si esto resulta
válido éstas se pueden usar para explicar, predecir y prescribir principios que son esenciales e importantes
para la práctica clínica.3
Por otro lado, está el paradigma interpretativo; se puede afirmar que éste evolucionó debido a que muchas
enfermeras se formaron en disciplinas como filosofía, sociología y antropología y por esta razón vieron
el mundo desde otros puntos de vista. Este paradigma se caracteriza por supuestos ontológicos de que la
realidad es compleja, holística y dependiente del contexto. El enfoque de la investigación está sobre las
experiencias humanas; se hace énfasis en la subjetividad y no en la objetividad únicamente. Teniendo en
cuenta que la realidad y la experiencia humana son variables, se valoran las múltiples formas de descubrir
el conocimiento derivado de la experiencia humana. Estos métodos interpretativos comprenden la
fenomenología, la hermenéutica, la teoría fundamentada, la etnografía y otros. 4
Como en la evolución de cualquier ciencia, también en Enfermería, la filosofía ayuda a ver lo que no se
había visto antes ya que aclara los conceptos, porque sistematiza la forma de pensar apoyándose en
elementos como el sentido común, la lógica, la prueba o la ética.
Es así como el primer avance importante en lo conceptual de Enfermería, ha sido establecer, jerarquizar
y definir los diferentes elementos que la integran. Dentro de la estructura se parte de elementos de mayor
abstracción como lo es el Metaparadigma, para pasar al modelo conceptual en enfermería.
2.4 Corrientes filosóficas que sustentan el cuidado de enfermería.
Humanismo: El término humanista a mediados del siglo XV, se utiliza para señalar a quienes enseñaban
y cultivaban la gramática, la retórica, la poesía, la historia y la filosofía moral. Humanitas significaba lo
que los griegos habían expresado en términos de paideia, es decir, educación y formación del hombre.
Considerando a estas disciplinas como las más idóneas para “hacer que el hombre sea aquello que debe
ser, de acuerdo a su naturaleza espiritual específica”.
De acuerdo a esto lo que el humanismo quería destruir fueron las grandes sistematizaciones lógico-
teológicas, una filosofía que subordinaba todos los problemas y todas las investigaciones al problema
teológico, filosofía que el humanismo considera como vana, inútil y carente de sentido histórico. Es
precisamente este sentido histórico el que permite al humanismo valorar la cultura antigua en su auténtica
dimensión: pensamiento de hombres, en una cultura determinada, resultado de sus experiencias y no como
oráculos de la naturaleza o de Dios, revelados a los filósofos griegos, sino como productos humanos. El
descubrimiento de lo antiguo permitió a los humanistas el descubrimiento del hombre, adquiriendo el
sentido de su propia individualidad y originalidad, el sentido de la creación humana, de la obra terrena y
de la responsabilidad, que los llevó a actuar libremente en la vida pública de su tiempo, a la exaltación de
la vida civil y de las problemáticas afines a ella, más allá del oficio literario y del claustro universitario.

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La concepción de humanismo que el mundo occidental heredó del Renacimiento europeo fue la de
humanitas, entendida como la acción libre y creativa del ser humano que, al transformar la naturaleza y
crear el mundo de la cultura, logra la transformación en el sujeto. Abriendo múltiples posibilidades de
desarrollo, convirtiéndolo en un proyecto inacabado, en un individuo único e irrepetible, el cual, mediante
su actividad libre e inteligente, se da a si mismo una forma de ser.
Podemos considerar el humanismo, más que una corriente del pensamiento, como una forma de ver la
realidad, una perspectiva que considera a la dignidad humana como criterio último de valoraciones y
normas y como el horizonte al que deben orientarse las acciones.
El humanismo médico
El término humanista es añadido muy frecuentemente al término médico, en una moda tanto imprecisa
como intuitiva. La idea del humanismo renacentista en el ámbito médico se resume en lo expresado a
fines del siglo XIX por José Letamendi “el que sólo sabe de medicina, ni medicina sabe”, “el médico que
a la vez no es filósofo, no es ni siquiera médico”, ideas que a muchos hace considerar que el médico
humanista es aquel que cultiva las artes, la pintura, la literatura, “que cultiva las ciencias que enriquecen
el espíritu”, pero el humanismo es más que sólo cultivar estas artes, como hemos visto, y si bien es
importante para el médico conocer esas disciplinas, no es esencial para su profesión.
La idea del humanismo médico se encuentra ya expresada en el juramento y en otros libros del Corpus
Hipocrático, durante estos últimos años, gran parte de los profesionales de la medicina, han perdido la
imagen humanista que los identificó durante milenios, por lo que hoy son considerados como simples
técnicos, ávidos de reconocimiento económico y profesional, adheridos al modelo racional cientificista y
divorciados de la sensibilidad humana.
Pero, la ciencia no es la causante de tal reduccionismo materialista sino algunos científicos que sólo
quieren saber de ciencia. Hoy creo que todos estamos de acuerdo en que el hombre no es una máquina ni
la enfermedad una simple descompostura; también, en que la medicina no es una ciencia, sino que, como
lo aclara Edmund Pellegrino (1990): “...es la más científica de las artes, la más artística de las
humanidades, la más humanista de las ciencias.” Lo que le confiere un status epistemológico propio y
diferente a las demás disciplinas. El acto médico es un ejercicio de humanismo, entendido también como
humanitarismo.
Que se basa en una insustituible relación de confianza mutua entre el médico y su paciente, cuyas
dimensiones humanas y de espiritualidad deben ser individualmente consideradas y atendidas. El
humanismo, dentro del ámbito médico, nutre y se nutre de principios y normas que constituyen el dominio
de la ética médica. En los últimos tiempos, la bioética ha adquirido gran interés, quizá como respuesta a
la preocupación, cada vez mayor, que ocasionan los cambios debidos al auge de la medicina institucional
y a la creciente aplicación de innovaciones tecnológicas en el campo de la salud, situaciones ambas que

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tienden a despersonalizar la práctica médica y que constituyen lo que se ha dado a denominar la


deshumanización de la medicina.
Consideramos que la dimensión humana es más amplia e integradora y no es posible fragmentarla,
compartimos las categorías establecidas por Rogers (2000):
1. El respeto de los puntos de vista del paciente y la consideración de cada una de sus opiniones en la toma
de decisiones respecto a su salud.
2. El atender el bienestar psicológico del paciente.
3. Recordar que el paciente es único e individual.
4. Tratar al paciente en su contexto familiar y ambiente social y físico.
5. Poseer buenas cualidades de comunicación y para escuchar.
6. Proporcionar confidencialidad y confianza.
7. Demostrar calidez y compasión, y
8. Ser empático.
Estas categorías son compatibles con los rasgos de una atención humanizada expresados por Gafo (1993):
Reconocimiento de la dignidad intrínseca de todo enfermo, unicidad del paciente, globalidad del paciente,
el respeto a la libertad, la participación de los pacientes, el igualitarismo y el equilibrio en la relación
empatía-afecto. Y también son coincidentes con lo planteado como derechos del enfermo y los pacientes
(el derecho a la vida, a la salud, a la autonomía, a la información, a la verdad, confidencialidad, a la
intimidad, a la libertad y al trato digno) que se han incorporado a diversos marcos legales en el mundo e
Hispanoamérica.
Fenomenología: Las realidades cuya naturaleza y estructura solo pueden ser captadas desde el marco de
referencia interno del sujeto que las vive y experimenta, exigen ser estudiadas mediante el método
fenomenológico, el cual nació y se desarrolló para estudiar estas realidades como son en sí, permitiendo
se manifiesten por sí mismas sin construir su estructura desde fuera, sino respetándola en su totalidad.
Etimológicamente considerada, la fenomenología es el estudio o la ciencia del fenómeno, es decir de lo
que aparece en la conciencia, de lo dado.
´Su objeto de estudio, es la forma como los hombres comunes de una sociedad construyen y reconstruyen
el mundo de la vida diaria a través del conocimiento y la interacción, y especialmente como proceden para
producir y experimentar la vida diaria. Van Manen define a la fenomenología como el estudio de la
experiencia vital, del mundo de la vida, de la cotidianidad, la explicación de los fenómenos dados a la
conciencia, el estudio de las esencias, la descripción de los significados vividos, el estudio científico-
humano de los fenómenos, la práctica atenta de las meditaciones, la exploración del significado del ser
humano y el pensar sobre la experiencia originaria.
La fenomenología ofrece un punto de vista alterno y diferente del positivista acerca de la objetividad y
los métodos apropiados para el estudio de la conducta humana, básicamente sostiene que los científicos

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sociales no pueden comprender esta conducta sin entender el marco interno de referencia desde el cual los
sujetos interpretan sus pensamientos, sentimientos y acciones. La fenomenología se caracteriza por
centrarse en la experiencia personal, en lugar de aproximarse al estudio de hechos desde perspectivas
grupales o interaccionales y se basa en cuatro conceptos claves: la temporalidad (el tiempo vivido), la
espacialidad (el espacio vivido), la corporalidad (el cuerpo vivido) y la relacionalidad o comunalidad (la
relación humana vivida).
La fenomenología está interesada en entender los fenómenos en sus propios términos, y para lograrlo, se
deben descubrir y entender los significados, hábitos y prácticas del ser humano, y está fundamentada en
cinco supuestos filosóficos sobre la persona o ser humano:
• Los seres humanos tienen mundo.
• La persona como un ser para quien las cosas tienen significado.
• La persona es un ser interpretativo.
• La persona como corporalidad.
• La persona como un ser temporal.
Existencialismo: Desde la perspectiva existencialista cada ser humano es un proyecto en construcción, y
por ello jamás puede ser entendido como acabado o concluso. Es también una realidad flexible y abierta
a la experiencia, que alberga dentro de sí misma el potencial de vivir y sentir un rango virtualmente infinito
de emociones e ideas. No es tampoco un ser aislado, sino que cobra su sentido a medida que se sumerge
en un lienzo de relaciones sociales en el que puede trazar las pinceladas que dibujan su subjetividad. El
existencialismo no orienta su foco tan solo al ser humano como realidad biopsicosocial, sino que lo
contempla en la intersección de las siguientes dimensiones: umwelt (que implica al cuerpo y sus
necesidades básicas), mitwelt (conexiones con los demás imbricadas en el marco de la cultura y la
sociedad), eigenwelt (identidad de uno mismo en la relación que se construye con el propio self y con los
afectos o pensamientos que le dan su forma) y überwelt (creencias espirituales/trascendentales sobre la
vida y su propósito).
Características del pensamiento existencialista.
La excesiva importancia dada a la razón, a raíz del planteamiento cartesiano, pienso luego existo,
desemboca en el idealismo hegeliano que considera a la idea como la base para el conocimiento de la
realidad porque para él la idea es la realidad efectiva. El pensamiento existencialista surge a finales del
siglo XIX como una reacción frente al idealismo hegeliano y se desarrolla con fuerza en el siglo XX donde
plantea la preeminencia de la existencia sobre la esencia, es decir, que el ser humano primero existe y
luego piensa.
La filosofía moderna fundamentó sus reflexiones en la razón y la metafísica, entendiendo al hombre como
un sujeto que puede percibir el mundo objetivo, sin tomar en cuenta que la conciencia humana y la manera
de entender el mundo es histórica y cultural, es decir, están condicionadas al momento y el lugar donde

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se desarrolla la vida del hombre. El pensamiento existencialista, al contrario, toma conciencia de que el
ser humano está inmerso en el mundo y que primero debe partir de lo es para proyectarse hacia lo que
quiere ser, en otras palabras, hacer filosofía es buscar el fundamento a la existencia, cuestionarse sobre el
sentido de la vida. Actualmente se reconoce en el pensamiento existencialista tres escuelas: la perspectiva
cristiana (Kierkegaard, Marcel), la agnóstica (Heidegger, Camus) y la postura atea (Sartre).

Personalismo: La filosofía personalista surge en Europa históricamente en la primera mitad del siglo XX
(periodo entre guerras), con el objetivo de ofrecer una alternativa al individualismo y al colectivismo:

• Frente al individualismo que exalta a un individuo meramente autónomo, remarca el deber de la


solidaridad del hombre con sus semejantes y con la sociedad.
• Frente al colectivismo, que supedita la persona a valores abstractos como la raza o la revolución,
remarca el valor absoluto de cada persona concreta e individual.
El personalismo pues, se constituye como lo contrario al colectivismo, donde el sujeto se convierte en
número, y como lo contrario al individualismo, que nos vuelve incapaces de comunicarnos entre nosotros
mismos como entidades inexorablemente relacionadas entre sí.
La característica definitoria de toda filosofía personalista es que el concepto de persona constituye el
elemento central de la antropología y el resto de las dimensiones humanas se establecen en dependencia
del concepto de persona.
Partiendo de esa base, imprescindible en cualquier filosofía personalista, se pueden señalar, además, las
siguientes características:

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• Inequívoca distinción entre cosas y personas, además de la necesidad de tratar a éstas últimas con
categorías filosóficas propias.
La persona es esencialmente distinta de los animales y de las cosas e incluso en aquellas dimensiones en
las que pueden parecer más similares, como las físicas o sensibles, difieren profundamente. Por eso,
necesita unas categorías filosóficas propias y exclusivas.
• Carácter autónomo, originario y estructural de la afectividad.
El personalismo estima que la afectividad es una estructura esencial, originaria y autónoma de las
personas y que, al menos en algunos aspectos, posee una dimensión espiritual.
• Relevancia de la libertad y el amor.
Aunque la inteligencia es una realidad fundamental en la vida del hombre, para el personalismo no es la
potencia fundamental; por encima del conocimiento están los valores morales y religiosos o, en términos
de potencias, la libertad y el corazón, de quien dependen las decisiones morales y la capacidad de amar.
• Corporeidad. Sexualidad. El hombre como varón y mujer.
Otro elemento característico del personalismo es la tematización de la corporeidad humana. Su
consideración global de la persona y su acercamiento fenomenológico al cuerpo humano le permite
descubrir la riqueza de matices y la importancia que tienen todos los aspectos corporales.
La doctrina personalista es la que afirma el primado de la persona humana, sobre las necesidades
materiales y sobre los mecanismos colectivos que la sostienen.3 Contra el individualismo, propio de una
sociedad despersonalizada se reivindica a la persona, como ser concreto (no subjetivo) y por ello
relacional y comunicativo, es decir, comunitario. La persona debe ser comprendida desde un punto de
vista relacional, puesto que se realiza en medio de una coexistencia.
Esto deja al hombre abierto a experiencias y a la trascendencia, experiencias que no están disponibles al
individuo aislado.
La persona no puede existir sin la comunidad y la comunidad no puede ser concebida sin la persona.
Persona significa mucho más que “hombre”, e incluso llega a simbolizar una moral que supera la noción
de “individuo”. El concepto de “hombre” es utilizado en las ciencias sociales y humanidades para
expresar a un ser que pertenece a la especie Homo sapiens, como se le denomina más recientemente. En
los libros clásicos de filosofía, antropología, sociología y otras disciplinas, se utiliza la palabra hombre
sin distinciones de género, edad ni ninguna otra condición cambiante, tal como se expresa en la lengua
alemana (mensch) o en inglés (man).
El concepto de persona en enfermería
Por el momento interesa sustentar el cuidado enfermero como un proceso con su método, teorías y
modelos dirigidos a la persona. En el año de 1995, la enfermera norteamericana Jaqueline Fawcett publicó
la importancia de definir el modelo conceptual que rige la enfermería de finales del siglo XX, anticipando
los cambios del XXI, que ya estamos viviendo. En su famoso artículo, la autora estableció que “el

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fenómeno de interés para la enfermería está representado por cuatro conceptos principales: persona,
ambiente, salud y enfermería. Persona se refiere al receptor de enfermería”, del cuidado enfermero,
concretamente, en cualquiera de sus ambientes y estilos de vida: solitario, en familia, comunidad, o
inmerso en otros grupos.7 Atendiendo a esta tesis, quien ejerce el cuidado a su paciente establece una
relación profesional, que es en su base una relación interpersonal, una comunicación y forma parte de una
comunidad.
Desglosando la manera como se hace objetivo el cuidado enfermero personalista, se podrían enlistar una
gran cantidad de actos y actitudes, todos los cuales desembocan en un hecho sanitario de calidad,
terapéutico, que trata de llegar a resultados benéficos y de proteger de los daños al paciente. Este último
argumento se ha erigido como uno de los cuatro grandes principios fundamentales de enfermería, que los
modernos libros de texto tienen un tanto olvidados.
Nadie conoce mejor que el profesional de enfermería al ser humano enfermo, la persona doliente en
situación de vulnerabilidad biológica y total. Dirigirse y tratar a una persona así, con dignidad, es el obrar
conforme a principios éticos referidos a la naturaleza de nuestros actos. Hay actos que dignifican al ser
humano, entre ellos están todos los que benefician como el cuidar, mientras que hay otros que lo
convierten en un ser indigno, como es instrumentalizar a los demás.
2.5 Metaparadigmas de enfermería

Los conceptos del Metaparadigma de enfermería surgen con base en la búsqueda de aspectos comunes en
la práctica, de los cuales se han identificado cuatro constructos: la persona, la salud, la sociedad/ambiente
o contexto y la enfermería.6
La persona es vista como sujeto de adaptación o receptor del cuidado de enfermería. La familia, el
colectivo, grupos o comunidades engloban el concepto de persona. El ambiente representa el escenario

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donde crece, interactúa y desarrolla la persona y en el que se reconocen los componentes sociales,
culturales, espirituales, físicos y psicológicos. Por último, la salud es considerada como la representación
de la calidad de vida, como la finalidad de la acción de enfermería y como un proceso dinámico.
Estos conceptos centrales del metapardigma suministran una lógica y unos mecanismos para que la
disciplina se organice; pero a juicio de algunos teóricos aunque estos conceptos especifican cuatro
fenómenos de importancia para enfermería, también son centrales para otras disciplinas. Ya que son muy
amplios, abarcan mucho y que son muy abstractos y por esta razón le dan un valor más relevante en este
desarrollo a los modelos conceptuales. Sin embargo, a pesar de ello hay una aceptación general de los
académicos sobre la propuesta del Metaparadigma para la enfermería, en gran parte porque la perspectiva
en la filosofía de la ciencia tiene el status de logro disciplinar al tener un paradigma.3,8
No obstante, sobre los conceptos paradigmáticos, han surgido nuevas propuestas como fue la de hace
veintidós años cuando los líderes en la conferencia Wingspread de 1989, patrocinada conjuntamente por
la Academia Americana de Enfermería y por la Sigma Theta Tau, concluyeron que el cuidado debe ser
parte del Metaparadigma de enfermería reemplazando allí el término "enfermería" que plantea Fawcett en
su tetralogía de conceptos. Para Newman por ejemplo, el paradigma central de enfermería es el "cuidado"
de la experiencia de la salud humana. Otros han propuesto reemplazar persona por cliente, enfermería por
cuidado, eliminar el concepto de enfermería, excluir el concepto de salud, contener las transiciones y el
proceso, incluir el sistema y roles sociales o modificarlo por completo reemplazándolo por cuidado
humano, salud y contexto cultural ambiental.
Estas propuestas de cambio en los conceptos metaparadigmáticos apoyan el avance de la enfermería e
invitan a la reflexión sobre su verdadera esencia, pero son rebatidas por no cumplir con los elementos
esenciales de:
1. Identificar un campo propio para la disciplina,
2. Comprender sus fenómenos de interés de manera detallada,
3. Ser neutral
4. Ser internacional en alcance a la sustancia.
Fawcett propone la función del Metaparadigma a través del planteamiento de cuatro requerimientos:
1. Identificar un dominio que se diferencie del de otras disciplinas. Según ella esto sucede cuando los
conceptos y proposiciones representan una perspectiva única para la indagación y la práctica.
2. Encapsular todos los fenómenos de interés de la disciplina de una forma parsimoniosa. Requisito que
se cumple si los conceptos y proposiciones son globales.
3. Proponer un aspecto neutral. Los conceptos no reflejan una perspectiva filosófica predeterminada.
4. Ser internacional en sustancia y amplitud. Esto se logra solo si los conceptos y proposiciones no reflejan
propuestas nacionales, étnicas o tienen orientaciones valorativas o culturales.

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Función del metaparadigma


El metaparadigma constituye así, un elemento importante de la dimensión filosófica de la disciplina, cuya
naturaleza se justifica específicamente como base de construcción de su conocimiento (epistemología)
estableciendo así los límites de formación académica, ejercicio profesional, docencia e investigación, con
lo cual le confiere a esta disciplina del cuidado especificidad, dominio, autonomía e identidad.
Cabe señalar que dichos conceptos responden a diferentes definiciones según la ideología y el enfoque
disciplinar de los teóricos de la enfermería que los definen, lo cual es aceptable, dado el carácter subjetivo
de los mismos; sin embargo, el que exista esta diversidad de enfoques conceptuales del metaparadigma,
evidencia una pluralidad ideológica necesaria para el avance y desarrollo profesional, pues aporta
diferentes significados que se traducen en diversas formas de explicar, entender y direccionar el fenómeno
de cuidado, y por lo tanto, el ejercicio profesional.
2.6 El cuidado
El término cuidado ha estado presente en el campo de la enfermería desde sus inicios; Florencia
Nightingale hace mención de él, utilizándolo para representar la ayuda que se prestaba a las personas para
vivir o sobrevivir en sus ambientes físicos o naturales en relación con la limpieza, el aire no contaminado,
el reposo, la buena alimentación y el ejercicio (Meleis, 1985). Según Colliere (1996) “cuidar es ante todo,
un acto de vida, en el sentido de que cuidar representa una infinita variedad de actividades dirigidas a
conservar la vida y permitir que ésta continúe y se reproduzca”. El cuidado que se ofrece no es homogéneo,
depende de las condiciones de los sujetos, de los recursos con que cuentan y de los conocimientos que
poseen para que la enfermera determine el tipo y características de los cuidados. La misma autora,
establece la diferenciación de la naturaleza de los cuidados de acuerdo con las funciones de la vida, estos
son:
• Care: cuidados de costumbre y habituales, relacionados con las funciones de conservación, de
continuidad de la vida, representan todos los cuidados permanentes y cotidianos que tienen como única

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función mantener la vida, reaprovisionándola de energía, en forma de alimentos o de agua, calor, luz o
naturaleza afectiva o psicosocial.
• Cure: cuidados de curación, relacionados con la necesidad de curar todo aquello que interfiere con la
vida, eliminar los obstáculos, limitar la enfermedad, asistir en la estabilización de los procesos
degenerativos, viendo a la persona como un ente integrado, con un estilo de vida propio determinado por
su grupo, su cultura y su entorno.
Leininger (1978), establece también una clasificación y diferenciación entre lo que son los cuidados
genéricos, los profesionales, y los profesionales enfermeros, conceptuándolos de la siguiente manera:
Los cuidados genéricos son aquellos actos de asistencia, soporte o facilitación ofrecidos a individuos o
grupos con necesidades evidentes y se orientan al mejoramiento y el desarrollo de la condición humana.
Los cuidados profesionales son las acciones, conductas, técnicas, procesos o patrones aprendidos
cognitiva y culturalmente que permiten (o ayudan) a un individuo, familia o comunidad a mantener o
desarrollar condiciones saludables de vida.
Los cuidados profesionales enfermeros son todas aquellas formas humanísticas y científicas, aprendidas
en forma cognitiva, de ayudar o capacitar a individuos, familias o comunidades para recibir servicios
personalizados a través de modalidades culturalmente determinadas, técnicas y procesos orientados al
mantenimiento y desarrollo de condiciones favorables de vida y muerte.
Esta diferenciación permite entender que los cuidados profesionales enfermeros son actividades
claramente distintas, complejas, diversas, intencionadas, sistematizadas, reflexionadas y anticipadas,
características que no poseen los otros dos tipos de cuidado.
El cuidado como objeto de estudio
El cuidado ocupa un lugar central y fundamental en el discurso de la enfermería. Desde el punto de vista
disciplinar, el cuidado es el objeto de conocimiento de la enfermería y criterio fundamental para
distinguirla del campo de la salud. La literatura indica que el término cuidado ha venido usándose de
manera creciente desde el decenio 1960-69 hasta nuestros días. Al revisar la literatura es evidente que la
mayoría de ideas y fundamentos para articular y sistematizar de forma conceptual la noción de cuidado,
se han extraído del campo de la filosofía y psicología existencial, humanista y personalista.
La enfermería es un cuerpo de conocimientos teóricos y prácticos que se caracteriza por poseer un objeto
de estudio o de conocimiento, que le permite delimitar un campo de estudio que lo define o caracteriza,
de tal forma que quienes conforman la comunidad científica compartan ese mismo objeto de estudio y un
lenguaje común; es así que en la actualidad es universalmente aceptado que el cuidado es el objeto de
estudio de enfermería.
El acto de salvaguardar la integridad física del individuo es el resultado de la naturaleza misma del ser
humano, con esto podemos decir que cuidar es un acto inherente en el individuo. El cuidado como objeto

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Recursos de
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de estudio logra una relevancia muy significativa en la sociedad, pues es la misma sociedad la que
demanda y justifica la existencia de este.
La enfermería como disciplina que es, debe tener una amplia visión preestablecida relacionada con el
cuidado profesional, debiendo reconocer a otros profesionales y al gremio como seres activos y
trascendentes, considerando a la persona como un ser holístico, implementando la investigación con un
abordaje cualitativo y cuantitativo capaz de retroalimentar la práctica de enfermería basada en el cuidado.
El acto de cuidado es un arte y ciencia que puede transformarse en reflexivo, deliberado y autónomo, a
través de la disciplina enfermera que integre su práctica como sólo es posible descifrar la complejidad del
cuidado humano. Cuidado holístico
El holismo forma parte de la corriente filosófica humanista; etimológicamente holismo viene de griego
holos, que significa totalidad. Esta surge como una necesidad de explicar el fenómeno salud-enfermedad
en el hombre de una forma diferente a la biologicista y la biopsicosocial, ya que, debido al avance de la
disciplina de enfermería y las necesidades externadas por la persona de cuidado, las corrientes
mencionadas han sido superadas. El ubicar al holismo como una corriente que considera a la persona
como una totalidad integral e interactiva donde existe un dinamismo determinante entre sus esferas
psicológica, biológica, sociocultural y espiritual, requiere de un cuidado o forma de cuidar
correspondiente a dicha concepción, por lo que la enfermería actual requiere proporcionar su cuidado en
la misma dimensión. El cuidado holístico forma parte de un nuevo paradigma de la ciencia de enfermería,
el cual atiende las necesidades de la persona bajo un contexto de totalidad comprensiva y cooperativa
donde se promueva el humanismo y con ello la salud y calidad de vida de la persona en su integralidad
contextual. “Hablar de cuidado holístico es reconocer que las experiencias de vida del ser humano son
punto de partida para explicar sus comportamientos como seres humanos individuales, aceptando su
dimensión subjetiva e intersubjetiva, su experiencia, creatividad y desarrollo. El cuidado holístico se
centra en la ayuda a la persona, la familia y los grupos para hacer frente a los cambios y a las crisis de una
manera adaptativa, recursos y experiencias como un elemento de crecimiento a beneficio de su salud. El
cuidado holístico es además promotor de salud, ya que concibe a la persona capaz de construir una nueva
estructura mental que le permita tomar decisiones en pro de la satisfacción de sus necesidades sin poner
en riesgo su bienestar futuro; asimismo es un enfoque de crecimiento y sanación integral, en lo individual
y colectivo, facilitando el desarrollo del potencial vital y creativo más profundo de la persona cuidada y
de quien brinda este cuidado”.
2.7 Proceso de enfermería
Desde el punto de vista etimológico, la palabra método deriva de las raíces griegas meta y odon. Meta es
una proposición que da idea de movimiento, y odon significa camino. En ese sentido la palabra método
quiere decir “camino hacia algo”, es decir, “esfuerzo para alcanzar un fin o realizar una búsqueda”. De
ahí que método puede definirse como el “camino hacia un fin determinado, mediante una serie de pasos

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fijados de antemano, de forma reflexiva y consciente” (Fernández, et.al., 1997). Actualmente el proceso
de enfermería es conceptualizado por Alfaro (2005:4) “como una forma dinámica y sistematizada de
brindar cuidados enfermeros. Eje de todos los abordajes enfermeros, el proceso promueve unos cuidados
humanísticos, centrados en unos objetivos (resultados) y eficaces. También impulsa a las enfermeras a
examinar continuamente lo que hacen y a plantearse como pueden mejorarlos”.
Por lo anterior, el proceso de enfermería en la actualidad hace que se adapte a cada circunstancia específica
del individuo, familia y comunidad, y se sustenta en un marco teórico que le da una amplia base de
conocimientos tanto de la disciplina como aquellas que le son afines; también favorece el pensamiento
crítico, sólidas habilidades interpersonales y técnicas, y sobretodo la capacidad para cuidar y el deseo de
hacerlo.
Perspectiva histórica
Kozier (1993), plantea específicamente la evolución de las etapas del proceso enfermero. En 1953 Fry
propuso que la enfermería podría ser más creativa mediante la formulación de diagnósticos de enfermería
y un plan de cuidados individualizado para favorecer una práctica más independiente y no estar guiada a
una práctica sujeta a las indicaciones médicas. No apoyaron su propuesta en aquel tiempo, hasta muchos
años después, como a continuación se describe.

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Características
El proceso de enfermería tiene cualidades esenciales que lo caracterizan y es fundamental que se
consideren durante la enseñanza y la aplicación de éste, lo cual le dan un carácter propio a éste método de
cuidado:
• Sistemático: cada una de las etapas con fines didácticos se separan para su comprensión, pero en la
implementación cada una de ellas se interrelaciona para el logro del objetivo del proceso de enfermería.
• Dinámico: el ser humano por naturaleza puede cambiar, en un instante, en lo emocional, físico y social,
por tal motivo cada etapa se adecuará a las necesidades de la persona, familia o comunidad.
• Interactivo: es fundamental durante la implementación de la metodología del cuidado, donde el
profesional de enfermería se relaciona con la persona, la familia y la comunidad, lo cual es esencial para
la individualización de los cuidados.
• Flexible: los escenarios de práctica del profesional de enfermería en la actualidad se centran en cuatro
ámbitos: el asistencial, el educativo, el administrativo y el de investigación, y el proceso de enfermería se
puede adaptar a cada uno de ellos, siempre y cuando se den cuidados al individuo, familia y/o comunidad.
Asimismo, es fundamental también considerar otro aspecto que le da flexibilidad a la metodología, que
sus etapas se pueden dar de manera consecutiva y concurrente (Iyer, 1997), es decir, que puede la
enfermera (o) utilizar más de una etapa a la vez.
• Sustentarse teóricamente: por las características propias del proceso de enfermería y sus etapas, tiene
la cualidad de adaptarse con base en un modelo teórico de la enfermería. Con base en lo anterior y
coincidiendo con Potter y Perry (2002), también engloba tres características fundamentales el proceso y
las centran en el propósito, organización y creatividad. El propósito es la finalidad, se centra en
diagnósticar y tratar las respuestas humanas ante la salud y la enfermedad.
Etapas

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Actualmente, las etapas del proceso de enfermería son cinco, las cuales con fines didácticos se separan
para revisar su definición y fases, indispensables para su aplicación, pero en la realidad de los cuidados
de enfermería no tienen límites. Se sabe que se inicia con la valoración, pero paralelamente se está
diagnosticando, planificando, ejecutando, evaluando, y cada una de ellas se sobrepone por que la persona
como ser humano es cambiante dependiendo del entorno y las relaciones interpersonales que tenga con la
familia, amigos y equipo de salud.
Valoración: La valoración, primera etapa del proceso, debe ser organizada y sistematizada para la
recopilación de información sobre la situación de salud de la persona y su entorno mediante diversas
fuentes. Se considera un paso muy importante porque todas las decisiones e intervenciones enfermeras se
basa en la información obtenida de esta etapa.
Diagnóstico de enfermería: Enunciado de un juicio clínico sobre las reacciones a los problemas de salud
reales y potenciales, a los procesos vitales de una persona, de una familia o de una colectividad. Los
diagnósticos enfermeros sirven de base para pasar a la etapa de planeación.
El juicio clínico es el acto del intelecto de emitir una apreciación, una opinión, de llegar a una conclusión
a partir de un conjunto de signos y síntomas en referencia al estado de salud de una persona. La etiqueta
diagnóstica proporciona un nombre al diagnóstico; es decir, es un término o frase que representa un patrón
de claves relacionadas que puede incluir modificadores.
Planeación: La elaboración de estrategias diseñadas para reforzar, evitar, reducir o corregir las respuestas
de la persona.
Ejecución: Es considerada la cuarta etapa del proceso de enfermería, que comienza una vez que se han
elaborado los planes de cuidados “…y está enfocada al inicio de aquellas intervenciones de enfermería
que ayudan al paciente a conseguir los objetivos deseados”.
Etapa en la que se pone en práctica el plan de cuidados elaborado. “Realizar las intervenciones enfermeras
significa estar preparada, ejecutar las intervenciones, determinar la respuesta y hacer los cambios
necesarios”
Evaluación: Es considerada una etapa que con fines didácticos se revisa como la quinta, pero en la
práctica está presente en todo el proceso, ya que pretende determinar el logro de los objetivos, las
interferencias y obstáculos para la realización del plan de cuidados que evitaron el logro de los propósitos.
La evaluación es compleja, se inicia en el momento que el profesional de enfermería interacciona con la
persona, la familia o la comunidad. La evaluación mide la respuesta de la persona a las acciones
enfermeras con los resultados esperados establecidos durante la planificación.
La evaluación crítica (evaluación cuidadosa, deliberada y detallada de diversos aspectos de los cuidados
de la persona) es la clave para la excelencia en la provisión de los cuidados. Puede marcar la diferencia
entre las prácticas de cuidados predestinadas a repetir los errores y prácticas de cuidados seguras,

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eficientes y en constante mejora. También la evaluación proporciona retroalimentación necesaria para


valorar la satisfacción del individuo y maximizar el valor de la provisión de cuidados.
2.8 Tecnologías del cuidado
A partir de Nightingale, grandes han sido los alcances de las teorías y modelos que han logrado permear
su desarrollo (del cuidado), aplicación y su socialización en la profesión, la cual influye de manera
determinante en la toma de decisiones y guía para las acciones que se realizan en la práctica. En ese
sentido, también cada disciplina se desarrolla y alcanza madurez a través de tres dimensiones:
1) Teórica-explicativa, que permite la producción de conocimientos, hipótesis, teorías, principios,
postulados.
2) Tecnológico-instrumental, que hace posible la producción, perfeccionamiento y ajustes de uso de los
procedimientos, instrumentos y equipos de diversa complejidad y función, tarea que implica transferencia
de los avances tecnológicos de la ciencia.
3) Técnico-práctica, en donde se concreta la intervención profesional y adquiere valor de congruencia el
conocimiento y las tecnologías, práctica desde la cual se formula el saber y la efectividad de los medios,
recursos y tecnicismos de la disciplina.
Por tal motivo se pretende, a través de la propuesta de enseñanza, vincular la técnica con la tecnología y
ésta a su vez con el marco teórico-metodológico de la disciplina, con la finalidad de que los alumnos
vislumbren que los cuidados no son igual a procedimientos o acciones aisladas de un contexto, sino que
“aprendan a comprender al ser humano en interacción con su entorno, en relación con sus necesidades de
salud, exista o no la enfermedad y a diferenciar la participación de las enfermeras como profesionales
independientes en la satisfacción de las necesidades”.
Las tecnologías según Colliere, se entienden como un arte y un conocimiento de los instrumentos, es decir,
todo lo que muestra su elaboración, su creación, la justificación de su utilización apropiada y de la manera
de servirse de ella. Los cuidados de enfermería han recurrido a tecnologías diversas como las del
mantenimiento de la vida, luego se han integrado las de curación, que son cada vez más complejas, y por
último las de información.
Tecnologías para el mantenimiento o conservación de la vida: Son todas las tecnologías y los
instrumentos que sirven para garantizar el mantenimiento de la vida diaria, pero también tienen como
objetivo paliar un daño funcional y permitir la realización de la actividad que está obstaculizada. Su uso
requiere por parte de los cuidadores un estudio de los hábitos de vida de la persona referentes al aseo, el
tipo de alimentación, el significado de la ropa o la forma de movilizarse, la organización del espacio dentro
de la habitación o la vivienda, entre otros. La gran mayoría de los instrumentos utilizados, compensan las
deficiencias de la motricidad y postura, asegurando la recuperación de la autonomía necesaria para atender
las obligaciones cotidianas de la alimentación, aseo, vestido, eliminación, desplazamiento y otros.

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Tecnologías de curación: Estas tecnologías incluyen los instrumentos, desde los más sencillos hasta las
máquinas más completas y complejas, planteando el difícil problema del límite de su utilización y de su
finalidad efectiva. Basadas esencialmente en las técnicas, es decir, en el modo de empleo de los
instrumentos de curación, en el saber utilizar el aprendizaje de enfermería, se ha omitido en muchas
ocasiones el conocimiento exacto, el análisis y la reflexión sobre su utilización, así como los límites de su
uso. La falta de estos tres últimos elementos en la utilización de los instrumentos de esta tecnología, no
se justifica y puede comprometer la vida de la persona.
Tecnologías de información: Actualmente este tipo de tecnologías se reúnen alrededor de dos tipos de
instrumentos principales: los que constituyen las historias de enfermería o de acción sanitaria, y los que
contribuyen a la gestión del servicio de enfermería. Debe recordarse que muchos de estos instrumentos,
por haber sido pensados en función de la organización de las tareas administrativas al sentido de los
cuidados, se muestran poco significativos y han interferido considerablemente con los cuidados de
enfermería y con la acción sanitaria social. Recordando también que la historia de enfermería es el
instrumento fundamental de coherencia y de continuidad de los cuidados y la expresión escrita de la
evolución del proceso de la prestación de cuidados. Recoge las bases de un proyecto de cuidados
establecidos, a partir de un tipo de problemas de carácter físico, psíquico o afectivo que se planea para un
paciente con base a su enfermedad y las deficiencias que ésta produce, así como la naturaleza de los
cuidados, que pueden incluir no sólo los cuidados de curación, sino también incluir los cuidados para el
mantenimiento de la vida. En la práctica real, estos cuidados siempre se hacen en paralelo para prevenir
secuelas o la muerte del paciente.

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