Está en la página 1de 1

Los Mercados

Hay que tranquilizar a los mercados


ya no detener la infamia de una guerra
con la sangre seca y el humo empañando las pupilas
mientras los discursos quedan
para rellenar notas de prensa.

Hay que tranquilizar a los mercados


ya no impedir a toda costa
que las fauces del hambre consuman
el sueño de un niño
porque el río que cruzaba el pueblo
ahora riega pozos de arsénico
y el pan que antes brotaba de la tierra
hoy es ruido de cadenas y disparos.

Hay que tranquilizar a los mercados


ya no liberar a las mujeres rehenes de su propia casa
o reducidas al atasco del tiempo
y usadas como moneda de cambio
en ritos arcaicos o salones de coctel.

Hay que tranquilizar a los mercados


ya no salvar lo que queda de la selva
o dejar de sembrar hormigón
para cosechar desiertos.

Hay que tranquilizar a los mercados


y hacer como que aquí no pasa nada
para que el dinero siga su curso
y los pedidos a tiempo
y los locales abiertos
y los vuelos sin retraso
y la comida caliente.
© John Alejandro Benito G.

También podría gustarte