Está en la página 1de 3

Impactos de la inflación 2023 en Promigas Perú

Ricardo Rodríguez Mantilla

El economista Oswaldo Molina, durante una entrevista acontecida el pasado 11 de


agosto de 2022, dijo que los millennials peruanos no conocen la inflación. Es
evidentemente una figura literaria, pero también es una verdad.

Al hablar de inflación en el Perú es necesario recordar el descomunal crecimiento que


experimentó este indicador a finales de la década de los 80, producto de una deficiente
gestión por parte de los organismos estatales que, lejos de resolver el problema,
parecían empeorarlo con cada decisión más desacertada que la otra. El Perú, a pesar
de todo, sobrevivió y durante la década siguiente tomó acciones que facilitaron la
autonomía del Banco Central de Reserva, entre otros cambios que fortalecieron las
políticas fiscales y monetarias, permitiendo que la inflación pueda ser controlada con
mayor sensatez e independencia, con lo cual se cerró el siglo XX con una tasa de
inflación de 3.7%. La historia es un compendio de errores que se deben evitar.

Las proyecciones de inflación para el cierre del año 2023 están alrededor del 4% y
aunque están por encima de la meta explícita de inflación del BCRP, es un porcentaje
controlado teniendo en consideración todos los eventos desfavorables para la
economía que han rondado el mundo en estos últimos años: una pandemia, guerras y
fenómenos climatológicos, porque la economía no funciona en un vacío (Parodi, 2022,
p. 46).

Dicho esto, podemos aproximar un enfoque de los impactos que este crecimiento
inflacionario tendrá sobre uno de los principales motores de la economía peruana: el
sector privado. Puntualmente, nos ocuparemos de reflexionar sobre la actividad
económica de Promigas Perú S.A.

Promigas es una compañía de capitales colombianos que opera como concesionaria de


la distribución y transporte de gas natural para el norte del país. Las reservas de gas
natural fueron descubiertas en la provincia de La Convención, Cusco, durante la década
de los 80; sin embargo, tuvieron que transcurrir décadas para que su explotación y
consumo interno sea una realidad. Desde 2017 este recurso natural es transportado vía
terrestre en estado líquido usando cisternas criogénicas desde el sur de Lima hasta las
estaciones de distrito en la concesión norte, donde se regasifica y se inyecta en las
tuberías para abastecer a más de 200 mil familias y más de 60 industrias.

Debido a que la operación de Promigas constituye un monopolio natural, sus precios


de venta y algunos de sus costos están regulados por el estado. Las tarifas de gas
natural se actualizan anualmente mediante una fórmula que se se mueve en función
de cuatro variables:

a. IPE: Índice de precios para gomas y productos plásticos.


b. IAC: Índice de precios de ductos de acero y tuberías.
c. IPM: Índice de precios al por mayor.
d. PPI: Índice de precios de bienes finales sin incluir alimentos y energía.

Aquí se evidencia, entonces, el primer impacto que la inflación tiene sobre la operación
de esta compañía, ya que el crecimiento de la inflación es directamente proporcional al
incremento tarifario de este servicio. Esto eleva los ingresos pero a la vez genera
consecuencias en la competitividad que se hacen más relevantes entre los clientes de
grandes volúmenes (agroindustrias, pesqueras, grifos, ladrilleras y siderúrgicas). Si bien
es cierto, Promigas tiene exclusivo control en la red de distribución de gas natural,
existen otras empresas independientes que pueden comercializar este recurso
transportándolo desde otras fuentes de suministro con otros precios hasta las mismas
industrias. Incluso se presentan casos en los que la matriz energética de los clientes se
abastece de otros combustibles menos costosos pero con peligrosos impactos
ambientales. He aquí donde se implementan estrategias comerciales para hacer más
atractivo el consumo de este recurso.

El mayor precio de venta se ve compensado con mayores costos. Y no solo hablamos


del costo de suministro que se ve afectado directamente por la inflación, sino también
el costo de transporte. La concesión norte, a diferencia de la concesión de Lima
(Cálidda), al encontrarse 500 Km al norte de la fuente de suministro, incurre en costos
por contratar una flota de tractos que cargan las cisternas criogénicas y recorren ida y
vuelta el litoral norte para llevar el gas hasta las estaciones de regasificación. Este costo
adicional también se encuentra sujeto contractualmente a actualizaciones por el
crecimiento inflacionario.

Hasta este punto podríamos asegurar que la inflación hace crecer los ingresos y costos
del negocio regulado, con lo cual el margen bruto de la operación no se vería
comprometido; sin embargo, recordemos que el incremento de precios afecta a la
canasta básica familiar, complicando los recaudos de las facturas emitidas para las más
de 200 mil familias que utilizan este servicio. En ese sentido, el potencial crecimiento
desmesurado de un índice como la inflación sí tendría afectaciones en la cartera de
clientes residenciales, obligando a la compañía a provisionar pérdidas por probables
cuentas por cobrar irrecuperables.

Por otro lado, el crecimiento de los precios para los clientes industriales podría
desincentivar el uso de esta fuente energética limpia y renovable ya que – como se
mencionó líneas arriba – existen combustibles sustitutos que son menos costosos pero
repercuten en impacto negativo al medio ambiente. Lamentablemente, la fiscalización
ambiental en el país actúa con ciertas deficiencias y se ha dejado notar en recientes
casos que no serán menester de esta reflexión.

La compañía tiene sus operaciones apalancadas con una porción de deudas bancarias
que toma de entidades financieras nacionales e internacionales. En el caso de los
créditos que tiene contratados con bancos nacionales importa la tasa de interés de
referencia interbancaria, pues con las fluctuaciones de esta tasa también se moverán
las tasas de crédito que tome Promigas, generando mayor o menor gasto financiero, lo
cual interfiere en las ganancias contables del período y los flujos de caja. Recordemos
que la tasa de interés de referencia es una herramienta de la política monetaria con la
que el BCRP puede controlar las presiones inflacionarias.

En conclusión, Promigas es un aliado estratégico del estado peruano para su proyecto


de masificación de gas natural y se requiere de un crecimiento inflacionario controlado
para que la operación y el éxito de este mega proyecto sea consistente y sostenible. Es
necesario un acompañamiento de las políticas fiscales, monetarias y ambientales del
gobierno con la empresa privada para actualizar la matriz energética del país a fuentes
renovables y limpias si queremos mejorar la calidad de vida y trasladar los indicadores
de crecimiento económico en el bienestar social de todos los ciudadanos.

Referencias bibliográficas

Parodi, C. Perú 2011 – 2022: Economía, política y sociedad (2022). Universidad del
Pacífico.

También podría gustarte