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Oración Inicial.

Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Ave Maria

Dios te salve, María,


llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Invocacion al Espiritu Santo

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y


enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu
Espíritu y serán creadas todas las cosas. Y renovarás
la faz de la tierra. Dios, que has instruido los
corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo,
haz que, guiados por este mismo Espíritu, gustemos
las cosas santas y gocemos siempre de su divino
consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
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Gestos y posturas en la celebración

Empezar
¿Gestos y posturas en la celebración?

Reverencia
Genuflexión
Gestos y posturas
Inclinaciones de cabeza
Arrodillados No hace falta estar firmes... pero
tampoco apoyados en la pared, ni
sentados en el piso…
Sentados
De pie
Reverencia.

Consiste en ligeras inclinaciones de


cabeza, ante el altar, ante imágenes, al
recibir la Sagrada Comunión, cuando el
acólito inciensa al sacerdote y al pueblo.
Tienen que ser hechas despacio, y sólo con
la cabeza.
Genuflexión

Es un acto de adoración, por lo que sólo se hace


delante de Dios. Se hace sólo ante el Santísimo
Sacramento: se reconoce que está en el Sagrario
por la vela encendida indicando su presencia. El
viernes santo se hace la genuflexión también ante
la cruz, adorando a Cristo que en ella ese día
murió por nuestra salvación. La rodilla derecha
toca el suelo, con el cuerpo erguido, mirando
hacia el sagrario.
Inclinaciones de cabeza.

Señal de respeto y veneración. Se hace ante el altar (que representa a Cristo) y ante
imágenes.
Arrodillados.

Actitud de adoración. Apoyados en las rodillas,


derechos (obviamente sin apoyar el cuerpo en
los talones). En la Misa permanecemos
arrodillados desde la epíclesis hasta después
de la consagración en la Plegaria Eucarística.
Sentados.

Actitud receptiva, para escuchar y


meditar, durante las lecturas. Durante el
ofertorio -hasta el "Orad hermanos para
que este sacrificio...", cuando nos
ponemos de pie- y la acción de gracias.
De pie.

Actitud de respeto y atención.


Derechos, sin apoyarse en los bancos ni
en las paredes. Cuando el sacerdote
entra revestido para la Misa nos
ponemos de pie, como señal de respeto
a Cristo, a quien representa.
Juntar las manos.

Es un gesto que nos lleva a la


concentración para hablar con Dios y
escuchar el interior de nuestros
pensamientos y sentimientos de fe.
Ésta es la postura que todos los que
participan en la liturgia la deberían
tener, sobre todo cuando se va en
procesión.
Los ojos.

Durante la Misa, mira siempre al sitio


donde se desarrolla la acción: la sede
del celebrante, el ambón o el altar.
Cuando el lector está proclamando las
lecturas, tú deberías mirarlo; cuando
platicas con alguien, quieres que esta
persona
Golpearse el pecho.

Es el acto penitencial de reconocer


nuestras culpas. Indica pena y dolor por
las faltas cometidas y humildad frente a
Dios.
Signo de paz.

Es una manera de poner en práctica el


mandato de Dios: Antes de dar una
ofrenda a Dios. hay que reconciliarse
con el hermano. La idea es comulgar en
unión con los demás.
Recibir la comunión en la manos.

Representa una actitud de espera y


acogida, es una actitud de pedir y
recibir con confianza. La postura es:
con las manos bien extendidas, la mano
derecha debajo de la izquierda para que
la hostia se coloque en la izquierda y se
tome con la derecha.
Apariencia General.

• No te veas como si servir en la Misa fuese el peor de los castigos o la cosa


más desagradable.
• No tengas miedo de sonreír mientras ayudas en la Misa.
• En la Biblia, el salmo 42, dice: Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es
mi alegría.
• No te muevas nerviosamente y no te estés moviendo de un lado a otro por
el presbiterio.
• Relájate y siéntete a gusto.
• Acuérdate de escuchar, cantar y orar con los demás fieles que se han
congregado para adorar a Dios.
• Recuerda que servir a Dios y a su pueblo es un ministerio importante y haz
todo lo posible por hacerlo para la gloria de Dios.

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