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04 - Eleonora Lamm
04 - Eleonora Lamm
Facultad de Derecho
Universidad de Buenos Aires perspectivas feministas en
debates actuales de los derechos
generoyderechouba generoyDerechoU generoyderechouba
Bibliografía obligatoria
Lamm, Eleonora (2018). “Gestación por sustitución y género: repensando el feminismo”. En García
Manrique, Ricardo (coord.). El cuerpo diseminado: estatuto, uso y disposición de los biomateriales
humanos. Editorial Aranzandi / Civitas / Thompson Reuters. Barcelona, pp. 191 – 220.
Lamm, Eleonora (2021). “Gestación por sustitución como deconstrucción de la ‘maternidad’ que
sostiene al patriarcado. Más argumentos desde los feminismos”. En Revista de Derecho de Familia
N.º 89, mayo; pp. 139 t ss.
FEMINISMO.
ELEONORA LAMM1
RESUMEN:
INDICE:
1. Introducción 3
1
Doctora en Derecho y Bioética. Subdirectora de Derechos Humanos de la Suprema
Corte de Justicia de Mendoza. elelamm@gmail.com
1
a) Desmitificación del romanticismo de la gestación 12
b) Desacralización de lo natural. 13
3. La necesidad de regulación 25
5. Biliografia 35
2
1. Introducción
2
Conozco el debate que existe en torno a esta clasificación, no obstante, la mayoría de
las legislaciones contemplan a la GS como una especie de TRHA y asi lo ha dispuesto
también la OMS que incluye dentro de los procedimientos de TRHA a la GS,
estableciendo: “las técnicas de reproducción humana asistida son todos los
tratamientos o procedimientos que incluyen la manipulación tanto de ovocitos como de
espermatozoides o embriones humanos para el establecimiento de un embarazo. Esto
incluye, pero no está limitado sólo a, la fecundación in vitro y la transferencia de
embriones, la transferencia intratubárica de gametos, la transferencia intratubárica de
zigotos, la transferencia intratubárica de embriones, la criopreservación de ovocitos y
embriones, la donación de ovocitos y embriones, y el útero subrogado”. Glosario de
terminología en Técnicas de Reproducción Asistida (TRA). Versión revisada y
preparada por el International Committee for Monitoring Assisted Reproductive
Technology (ICMART) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), disponible en
http://www.who.int/reproductivehealth/ publications/infertility/art_terminology2/es/.).
3
y se crea sólo a través de la exclusión de alguna parte del grupo al que al mismo
tiempo intenta representar".
3
Las posturas de los movimientos feministas son también dispares ante las TRHA.
Algunas feministas y pensadores critican estas técnicas por su falta de naturalidad, se
apunta a la medicalización del cuerpo de la mujer que éstas implican, sobretodo porque
casi siempre la que debe “poner el cuerpo” es ella y algunos de estos tratamientos
resultan bastante invasivos (aun cuando el problema de fertilidad sea masculino). Véase
SOMMER, S. De la cigüeña a la probeta. Editorial Planeta, Buenos Aires, 1994, pp.
45-50. Un segundo tipo de argumento, apunta a la continuidad del rol reproductor de la
mujer, en definitiva, la búsqueda de un hijo puede leerse como la antítesis del logro de la
liberación femenina. Véase CALLAHAN, J., “Feminism and reproductive
technologies”, The Journal of Clinical Ethics, 1994, pp. 5(1). Se argumenta que este
tipo de tecnología incentiva la maternidad de manera artificial y casi sin límites.
OLIVEIRA, F. “As novas tecnologías reprodutivas conceptivas a service da
materializacao de desejos sexistas, racistas o eugenicos?”, Bioética, vol 9, N 2, 2001, pp.
99-112. CORREA M., “Ética y reproducao asistida: a medicalicao du desejo de filhos”
Bioética, vol 9, N 2, 2001, pp. 71-82. Otras pensadoras feministas retoman algunas de
las críticas de la denominada segunda ola del feminismo norteamericano y entienden
que “el deseo de acceder a la reproducción asistida es producto de una nueva forma de
manipulación ideológica de las mujeres.” SOMMER, S., “Mujeres y reproducción: las
nuevas tecnologías” Debate Feminista, 4: 8, 1993, pp 76-85. Una tercera línea
argumental crítica plantea, con aires kantianos, una comodificación de la mujer (por
ejemplo, ante la posibilidad de la venta de óvulos). Por otro lado, hay quienes por el
contrario, miran estas técnicas desde una perspectiva más positiva: consideran que estas
tecnologías permiten “liberar” a la mujer de una maternidad temprana y les brindan la
opción de formarse, desarrollarse intelectual y laboralmente y ejercer su autonomía y
libre elección de tener un hijo dentro de un rango de mayor tiempo y de mayor
semejanza a la posibilidad reproductiva del varón. GARGALLO, F., “Nuevas técnicas
reproductivas: el debate de las italianas”, Debate Feminista, 4: 8, 1993, pp. 86-100.
Véase LUNA, F. “Las paradojas de la reproducción asistida y el género. Dejando de lado
4
por sustitución contribuye a la libertad de las mujeres o, por el contrario, la viola
restringe o elimina.
Como señala Fanlo Cortes, no obstante las críticas que pudieran surgir de
determinados sectores feministas a la GS, la preocupación más difundida no
parece ser la de condenar moralmente dicha práctica, sino que, más bien, se
concentra en el modo en que, a nivel institucional, la GS es regulada (o no
regulada) o como debería serlo: esto también con base en la razonable idea
según la cual, dado que tal práctica existe desde hace siglos, la misma debe ser
necesariamente disciplinada a nivel nacional y supranacional, teniendo en
consideración los diferentes intereses en juego (del niño o de la niña, de los
padres o madres de intención y, obviamente, los intereses, muchas veces
desatendidos, de la persona gestante). (FANLO CORTÉS, 2017: 29 a 52)
Dicho esto, desarrollaré entonces los argumentos que exigen una urgente
regulación.
5
Gestar un niño es una función biológica de la que no necesariamente
deriva que la mujer deba criarlo. Una de las características y de los postulados
del feminismo es que "la biología no debe ser el destino". La igualdad de trato
entre los sexos requiere que las decisiones acerca de los varones y las mujeres se
realicen por motivos distintos a las supuestas diferencias biológicas.
6
La literatura reciente explora el género y el sexo, como continuos
conceptuales.4
4
WEEKS J.: The Languages of Sexuality. Routledge. Abigdon, OXON, 2011, pp. 71
5
LITARDO, E.: “Habemus Corpus: El acto de juzgar los cuerpos (tod*s).” Derecho de
familia, N 1. 2012, pp. 147.
7
implícito en el empleo de términos tales como "sexo" o "diferencia sexual".6
Rechazando la idea de "determinismo biológico", que se verá luego, dichas
corrientes de pensamiento plantean que la cultura marca a los sexos con el
género y el género marca la percepción de todo lo demás: lo social, lo político,
lo religioso, lo cotidiano.7
7
Conf. LAMAS, M. W.: “Diferencias de sexo, género y diferencia sexual.” Cuicuilco,
enero-abril, vol. 7, n° 018, Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH),
Distrito Federal, México, 2000. en:
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/351/35101807.pdf
8
Se critica a la idea esencialista de que las identidades de género son inmutables y
encuentran su arraigo en la naturaleza, en el cuerpo o en una heterosexualidad normativa
y obligatoria ("heteronormatividad"). BUTLER, J.: El género en disputa. El feminismo y la
subversión de la identidad, Paidós Ibérica, Madrid, 2007.
8
interna e individual del género tal como cada persona la siente profundamente, la
cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento,
incluyendo la vivencia personal del cuerpo (que podría involucrar la
modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios médicos,
quirúrgicos o de otra índole, siempre que la misma sea libremente escogida) y
otras expresiones de género, incluyendo la vestimenta, el modo de hablar y los
modales”
9
En términos de Judith Butler, podría decirse que “un discurso restrictivo de género que
insista en el binario del hombre y la mujer como la forma exclusiva para entender el
campo del género performa una operación reguladora de poder que naturaliza el caso
hegemónico y reduce la posibilidad de pensar en su alteración” BUTLER, J.: Deshacer el
género, Paidós, Barcelona, 2006, pp. 70/71.
9
de la regla: madre es quien da a luz y con esto el quiebre con una lógica
heteropatriarcal de siglos de antigüedad.
10
El Parlamento Europeo pidió a la Comisión Europea y a la OMS que retiren los
trastornos de identidad de género de la lista de enfermedades mentales y del
comportamiento; pide a la Comisión que redoble sus esfuerzos para acabar con la
medicalización de las identidades trans; anima a los Estados a garantizar procedimientos
de reconocimiento de género rápidos, accesibles y transparentes que respeten el derecho
a la autodeterminación. Resolución del Parlamento Europeo, de 12 -3 2015, sobre el
Informe anual sobre los DDHH y la democracia en el mundo (2013) y la política de la
UE al respecto.
Véase la reciente Opinión Consultiva número 24 de la Corte IDH. Opinión Consultiva
oc-24/17 de 24 de noviembre de 2017 solicitada por la República de Costa Rica:
Identidad de género, e igualdad y no discriminación a parejas del mismo sexo.
11
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos sostuvo los Estados
deberían "facilitar el reconocimiento legal del género preferido de las personas trans y
establecer arreglos para permitir que se emitan los documentos de identidad pertinentes
reflejando el género y nombre preferidos, sin infringir otros derechos humanos". Report
of the High Commissioner for Human Rights on sexual orientation and gender identity
(A/HRC/19/41), para. 84(h). En particular, esta Oficina sostuvo que el proceso para el
reconocimiento legal de género debe: a) basarse en la autodeterminación; b) permitir el
reconocimiento de identidades no binarias; c) ser un proceso administrativo simple; d)
otorgar a los niños acceso al reconocimiento de su identidad de género, y; e) no requerir
que los solicitantes presenten certificación médica, se sometan a cirugía o se divorcien.
United Nations, OHCHR, “Living Free and Equal: what States are doing to tackle
violence and discrimination against lesbian, gay, bisexual, transgender and intersex
people” (HR/PUB/16/3), 2016, pp. 95
10
embarazados.12 Algo similar sucede en España donde la ley tampoco exige
operaciones de reasignación sexual.
Toda esta ruptura con la lógica permite afianzar que las mujeres no
estamos “naturalmente” dedicadas o preparadas para el trabajo de cuidado.13 La
12
Este derecho a formar una familia puede ser realizado, en primer lugar, a través de la
adopción. En Argentina el primer precedente tuvo lugar en Córdoba. (OCHOA, MARIA
BELEN – ADOPCIÓN PLENA-expte. N. 499744", J.1A INST.C.C.FAM.2A-SEC.3 -
RIO CUARTO. 18-12-2014) Se otorgó la adopción plena de dos niños de 11 y 9 años a
una mujer trans. Los niños están con ella desde 2006 (uno 1 año y el otro 3) habiéndole
sido conferida la guarda definitiva desde 2009. En segundo lugar, se puede acceder al
derecho a formar una familia por procreación “natural”. Este es el caso de Karen y
Alexis que se casaron el 29 de noviembre de 2013. Ambos cambiaron su DNI conforme
la LIDG, pero ninguno se sometió a operación. Así fue como Alexis dio a luz Génesis
Angelina. O el caso de Diane Rodríguez y Fernando Machado en Ecuador o más
recientemente el caso de Trystan Reese y Biff Chaplow. En tercer lugar, este derecho a
formar una familia se puede acceder a través de técnicas de reproducción humana
asistida (TRHA). Este es el caso, por ejemplo, de Thomas Beatie quien se inseminó con
semen anónimo para tener a cada uno de sus 3 hijos, por el ser un hombre trans casado
con una mujer cis que había padecido una histerectomía. Beatie sostuvo: “querer tener
hijos biológicos no es un deseo femenino o masculino, es un deseo humano”. De allí la
importancia de que las leyes, siguiendo el ejemplo de Murcia (Ley 8/2016, de 27 de
mayo, de igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e
intersexuales, y de políticas públicas contra la discriminación por orientación sexual e
identidad de género en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia) y Madrid (Ley
2/2016, de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de
Madrid), comprendan estas opciones y la cobertura por parte del sistema de salud de la
crioconservación de gametos o tejidos de aquellas personas que accedan a las
intervenciones quirúrgicas y hormonales. Así lo prevén los Principios de Yogyakarta
+10 que prevén la obligación estatal de: “Permitir el acceso a métodos para preservar la
fertilidad, como la preservación de gametos y tejidos para cualquier persona sin
discriminación por motivos de orientación sexual, identidad de género, expresión de
género o características sexuales, incluso antes del tratamiento hormonal o cirugías”
13
La injusta distribución de las responsabilidades de cuidado se vincula con la
naturalización de la capacidad de las mujeres para cuidar. Como bien lo explican Corina
Rodríguez Enríquez y Laura Pautassi en su trabajo publicado por el Equipo
Latinoamericano de Justicia y Género, así como en tantos otros aspectos de las
relaciones de género, en este campo se construyó una idea social a partir de las
características biológicas de los sexos (que son también una construcción social). En
particular, esto sucede cuando se considera que la capacidad “biológica” “exclusiva” de
las mujeres de parir y amamantar las dota de capacidades superiores para otros aspectos
del cuidado (como higienizar a los niños y niñas, preparar la comida, limpiar la casa,
organizar las diversas actividades de cuidado necesarias en un hogar). Lejos de ser una
11
ecuación, gestar- parir- cuidar se rompe en la GS y provoca que el cuidado esté
en otras manos, diferentes a quien ha dado a luz, y esto no puede ser más que un
beneficio para las mujeres. Un avance en la democratización del trabajo de
cuidado tan reclamado desde el feminismo. (BATTHYÁNY, KARINA. (2004)
ESQUIVEL, V. (2011) ESQUIVEL, V., FAUR, E. Y E. JELIN (2012) ELA
(2012) PAUTASSI L. Y ZIBECCHI, C. (2010) PAUTASSI, L. (2007)
RODRÍGUEZ ENRÍQUEZ, C. (2007))
capacidad “natural”, se trata de una construcción social sustentada por las relaciones
patriarcales de género, que se sostiene en valoraciones culturales reproducidas por
diversos mecanismos como la educación, los contenidos de las publicidades y otras
piezas de comunicación, la tradición, las prácticas domésticas cotidianas, las religiones,
las instituciones. Corina Rodríguez Enríquez y Laura Pautassi. La organización social
del cuidado de niños y niñas: elementos para la construcción de una agenda de cuidados
en Argentina. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Equipo Latinoamericano de
Justicia y Género- ELA, 2014
12
Entiendo que ha llegado el momento de desmitificar el romanticismo que
rodea la gestación.
b) Desacralización de lo natural.
13
Parte de las construcciones sociales respecto del embarazo se basan en lo
“natural” que a su vez, en muchas concepciones, se funda en lo sagrado. Ni
natural ni sagrado. No porque no sea un proceso biológico, que lo es, sino
porque no lo es completamente dado que tiene intervención médica. El
argumento de lo “natural” es infinitamente utilizado, en muchos ámbitos (ej. en
el matrimonio entre personas del mismo sexo, en materia de identidad de género,
en materia de cuidado, etc.) para impedir cambios. De allí que llamarlo natural
importa entenderlo como inmodificable, permanente, inquebrantable. Adjetivos
incompatibles con cualquier mirada progresista que quiera ampliar derechos, en
especial cuando ello también implica el goce del progreso científico.
En este punto, cabe abordar otro marco ético de los límites: que son las
motivaciones para actuar como gestante, ¿es más válida una GS de una pareja
heterosexual que no puede concebir que la de una mujer sola que no puede
permitirse dejar su trabajo -o cuyo trabajo depende de su estado físico, como
puede ser una actriz o modelo- y que contrata a otra para que lo haga por ella?
Más aún si la relación contractual de unos y otra son la misma ¿qué se nos activa
ahí para reprobar lo segundo frente a lo primero? Pensando en la percepción
diferencial del deseo/derecho de unos y otra igual salen algunos fantasmas
respecto a la imagen de maternidad (y familia) que tenemos, sacralizada y
naturalizada, pero seguro salen también algunas condiciones del mercado
respecto a las mujeres, que hay que seguir cuestionando y denunciando, amén de
la tiranía cultural sobre el físico femenino.14
https://elsaltodiario.com/vidas-precarias/bioeconomias-reproductivas-trabajo-derechos-y
-otros-vinculos-posibles
14
propia de nuestra sociedad actual y avalada por instrumentos y tribunales
internacionales de derechos humanos.15
15
Así, por ejemplo, la Corte IDH en el caso Atala Riffo y niñas c. Chile sostuvo: La
Corte constata que en la Convención Americana no se encuentra determinado un
concepto cerrado de familia, ni mucho menos se protege sólo un modelo “tradicional”
de la misma. Al respecto, el Tribunal reitera que el concepto de vida familiar no está
reducido únicamente al matrimonio y debe abarcar otros lazos familiares de hecho
donde las partes tienen vida en común por fuera del matrimonio
16
Así lo contempla la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
que, en su art. VI establece que “toda persona tiene el derecho a construir una familia,
elemento fundamental de la sociedad y a recibir protección para ella”. También lo
recepta el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos al disponer en su art. 23
(punto 2) que “Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio
y a fundar una familia si tienen edad para ello”; el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales en su Artículo 10 prevé: Los Estados Partes en el
presente Pacto reconocen que: 1. Se debe conceder a la familia, que es el elemento
natural y fundamental de la sociedad, la más amplia protección y asistencia posibles,
especialmente para su constitución y mientras sea responsable del cuidado y la
educación de los hijos a su cargo. El matrimonio debe contraerse con el libre
consentimiento de los futuros cónyuges; y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en su art. 17 -segundo párrafo- que reconoce también “el derecho del hombre
15
técnica es la única hoy disponible para que dos varones puedan tener un hijo
genéticamente propio de al menos uno de ellos.
16
También en contextos heterosexuales, la GS se presenta como la única
alternativa de tener un hijo genéticamente propio.17
17
En muchos casos de GS de parejas heterosexuales las mujeres son intersex, siendo
relevante destacar a las personas intersex como usuarias de GS, en tanto les permite
ejercer sus derechos reproductivos y a formar una familia.
Se denomina personas intersex a aquellas que nacen con un cuerpo que varía respecto de
los “promedios” corporales femenino y masculino. Ahora bien, la intersexualidad no
siempre se visualiza en el acto del nacimiento. Algunas personas descubren su
intersexualidad recién en la pubertad; otras cuando siendo adultas infértiles consultan al
médico; a veces, este dato lo revela la autopsia, habiendo sido una circunstancia
desconocida durante la vida del sujeto. Las principales variaciones pueden ser a nivel
cromosómico, gonadal y/o anatómicas lo cual incluye: características primarias: órganos
reproductores y los genitales; o Características secundarias como la masa muscular, la
distribución del vello, pechos y / o estatura. La diferencia con las personas trans es que
mientras las personas trans es una cuestión de identidad, las personas intersex es una
cuestión de biología o anatomía. Las personas Intersex tienen las mismas opciones y
rangos de identidad de género (y orientación sexual) que las personas que no son
Intersex. Es necesario destacar, como sostiene Cabral, que “La intersexualidad no es
una enfermedad, sino una condición de no conformidad física con criterios
culturalmente definidos de normalidad corporal, criterios que establecen un mínimo
posible para el largo de un pene culturalmente admisible, la máxima extensión de un
clítoris culturalmente aceptable. Porque dejando de lado aquellos componentes
específicos que pueden tener consecuencias comprobables en el bienestar físico de las
personas intersex, el abordaje contemporáneo de la intersexualidad, la identificación y
eliminación de la ambigüedad y de la diferencia están basados en supuestos que carecen
de una base médica real. Se trata más bien de juicios valorativos acerca de lo que son y
deben ser las mujeres, los hombres, y su sexualidad.” CABRAL, M, “Pensar la
intersexualidad, hoy.” En:
https://programaddssrr.files.wordpress.com/2013/05/pensar-la-intersexualidad-hoy.pdf.
Véase también. CABRAL M. (2014) “Derecho a la igualdad: Tercera posición en
materia de género. Corte Suprema, Australia, NSW Registrar of Births, Deaths and
Marriages v. Norrie, 2 de abril de 2014.” Revista Derechos Humanos. Año III, N° 8.
Ediciones Infojus, Diciembre de 2014, pp. 199
17
ha sucedido, y como incluso plantea el tercer párrafo del artículo 10 de la ley
española sobre TRHA.
18
INFORME DEL COMITÉ DE BIOÉTICA DE ESPAÑA SOBRE LOS ASPECTOS ÉTICOS Y JURÍDICOS DE LA
MATERNIDAD SUBROGADA. 16 de Mayo de 2017.
18
alumbramiento posterior"19. Es decir, “madre es querer ser madre y si ese deseo
o querer no existe, resulta injusto imponer a la persona gestante la maternidad, la
que en los hechos no se hará efectiva” (LAMM 2011: 111).
19
referido al “cuerpo masculino”. Básicamente, como el pensamiento feminista ha
resaltado, de ese poder femenino (i.e., poder generativo) dependen muchos de
los dispositivos patriarcales de control sobre la sexualidad y, en general, la vida
de las mujeres. (FANLO CORTÉS, 2017: 29 - 52)
20
incentivos de dinero, la expectativa social de auto sacrificio o ambos. (O'BRIEN,
S. (1986: 127) ALLEN, A. L. (1990: 139-149). Asimismo, rechazan la gestación
por sustitución por entender que supone una cosificación del cuerpo de la mujer.
(FERNANDEZ RUIZ-GALVEZ, E. (2002: 171).
21
control ni limitadas por los roles que cualquiera pretenda imponer) sin
autonomía, ni libertad, ni independencia20
Como mujer y feminista no puedo partir de que las mujeres son incapaces
de consentir, pero si en algún supuesto existe vulneración de su voluntad,
entonces necesitamos un marco legal para evitar estas situaciones y proteger
efectivamente sus derechos.
20
http://www.eldiario.es/tribunaabierta/Gestacion-subrogada-reflexiones-mujer-socialista_
6_655194497.html
21
http://www.pikaramagazine.com/2017/07/cuerpo-a-tierra-que-vienen-los-nuestros-el-fe
minismo-ante-el-reto-de-la-discrepancia/
22
2. 7 La visibilización del esfuerzo femenino.
22
http://www.pikaramagazine.com/2017/07/cuerpo-a-tierra-que-vienen-los-nuestros-el-fe
minismo-ante-el-reto-de-la-discrepancia/
23
altruista sin haber enfrentado cómo ésta está funcionando en la donación de
óvulos corre el riesgo de generar nichos laborales precarizados y no reconocidos
como tales.23
23
En España, tomando como referencia la Organización Nacional de Trasplantes, se
propone un modelo gestionado desde lo público, y absolutamente altruista. Se
argumenta que se puede organizar un modelo público, altruista y garantista, que evite
con certeza la mercantilización del cuerpo de las mujeres, partiendo de que no existe un
mercado de órganos ni nadie pide la prohibición de la donación de órganos para evitar la
mercantilización del cuerpo.
http://www.eldiario.es/pikara/sociales-ligados-debate-gestacion-subrogada_6_668843127.
html
24
compensar el servicio que proveen, aunque se deben establecer medidas para
prevenir la explotación y asegurar el consentimiento informado de las personas
gestantes. 24
24
GIRE. Grupo de información en reproducción elegida. Gestación subrogada en
México. Resultados de una mala regulación. http://gestacion-subrogada.gire.org.mx/#/
25
https://elsaltodiario.com/vidas-precarias/bioeconomias-reproductivas-trabajo-derechos-y
-otros-vinculos-posibles
25
fundamentales, como es el de formar una familia. ¿Puede identificarse entonces
como feminista una posición que no respeta esa autodeterminación? Con lo que
nos ha costado todo esto a las feministas.
3. La necesidad de regulación
http://www.pikaramagazine.com/2017/07/cuerpo-a-tierra-que-vienen-los-nuestros-el-fe
minismo-ante-el-reto-de-la-discrepancia/
27
http://www.pikaramagazine.com/2017/07/cuerpo-a-tierra-que-vienen-los-nuestros-el-fe
minismo-ante-el-reto-de-la-discrepancia/
26
adopción, las falsedades de identidad, etc.), que en su mayoría podrían ser
evitados de existir una regulación legal que los contemple y resuelva.
28
Se trata de una pareja australiana que acude a una mujer tailandesa para que geste
quedando embarazada de mellizos: un niño, Gammy, y una niña, Pipah. En el transcurso
del embarazo advierten que el varón tiene Síndrome de Down, por lo que la pareja sólo
quiso hacerse cargo de la niña. Por este motivo, ella pide que se le otorgue la custodia de
la niña, ya que además de haber dejado abandonado a Gammy, el padre comitente había
estado preso por abuso sexual a personas menores de edad. Los jueces australianos al
fallar contemplan que Pipah ya había establecido un vínculo con sus progenitores
australianos y que alejarla de ellos significaría causarle un daño irreparable, por lo que
deciden que se quede con ellos para resguardar su interés superior, debiendo ser
visitados regularmente y sin aviso alguno, por autoridades estatales para vigilar el
cuidado y la situación de la niña, debido a los antecedentes de su padre.
Tan controversial fue el fallo que en febrero de 2015, el Parlamento tailandés aprobó una
ley mediante la cual se prohíbe a las parejas extranjeras contratar servicios comerciales
de GS llevados a cabo por mujeres tailandesas. Agrega que en el caso de las parejas
integradas por nacionales o en las que al menos uno de ellos lo sea, se permite la
práctica siempre y cuando la comitente tenga la edad de 25 años. Además, prevé una
pena de hasta 10 años de prisión para quienes violen la ley.
27
Es preciso dotar de una norma que legalice la práctica de la gestación por
sustitución para además desestigmatizar estos nacimientos, sacarlos de la
clandestinidad y así evitar las violaciones de derechos que implican y derivan de
cuestionar un nacimiento por la forma en que se ha producido este, su
concepción y gestación, y en el que además la persona nacida no ha tenido
ninguna participación. (CALVO CARAVACA, A, CARRASCOSA
GONZÁLEZ, J. (2015: 45-113))
Uno de los aspectos más cruciales, desde una perspectiva feminista, tiene
que ver con la regulación jurídica del caso en que la gestante, después de haber
estipulado el contrato con los padres o madres intencionales, cambia de parecer
y expresa la voluntad de interrumpir el embarazo. En efecto, es evidente que
afrontar estos casos desde el punto de vista tradicional del incumplimiento
contractual es discutible desde una perspectiva feminista, aunque se trate de una
solución prevista en algunos ordenamientos jurídicos donde la GS es lícita. Para
una introducción a las principales soluciones jurídicas que, ya desde los años
1990, han sido propuestas desde una perspectiva feminista (solo en parte
adoptadas en algunos ordenamientos jurídicos). (TONG, R. (1995: 55-79))
28
Por eso es que entiendo que la GS que funciona es aquella que se funda
en un vínculo de confianza, y si este no existe, esto no convierte a la gestante en
“un útero”. Es siempre y ante todo una persona a quien no se le puede demandar
ningún comportamiento especifico, que implique un abuso legal o una mayor
demanda en comparación con el que se pueda reclamar a cualquier persona que
atraviesa por un proceso de gestación.
29
Dicho esto, si bien una de las principales preocupaciones que se han
expresado desde posturas feministas con respecto a la GS son estas condiciones
de desigualdad en las que las mujeres gestantes pueden acordar y el efecto que
esto puede tener en su capacidad de decidir participar en los acuerdos de GS y,
en efecto, los contextos económicos y sociales en los que suele llevarse a cabo
este ejercicio no deben desconocerse, lo cierto es que es precisamente por ello
que la regulación cobra relevancia. La prohibición o no regulación de la GS no
es sólo una medida comúnmente basada en estereotipos de género y prejuicios
acerca de la maternidad, la gestación y la capacidad de las mujeres para tomar
decisiones, sino que además es una medida inadecuada para proteger a las partes
de los abusos más comunes.29
29
GIRE. Grupo de información en reproducción elegida. Gestación subrogada en
México. Resultados de una mala regulación. http://gestacion-subrogada.gire.org.mx/#/
30
3. 4Doctrina internacional de los derechos humanos
Mención aparte merece el caso contra Italia, resuelto por la Gran Sala
(Paradiso and Campanelli v. Italy [25358/12] del 24 de enero de 2017) por las
dificultades que la especial situación plantea y sus consecuencias.
(KEMELMAJER DE CARLUCCI, A., HERRERA, M., LAMM, E., DE LA
TORRE, N. (2017)) En este caso se esboza si debían prevalecer los derechos de
una pareja que había viajado al extranjero para tener un hijo con la ayuda de otra
persona sin que se hubiese acreditado vínculo genético alguno con el niño y sin
haber dado razones del abandono del procedimiento de adopción. ¿Puede abrirse
la puerta grande, de un tribunal internacional de derechos humanos, para que
toda persona se vaya al extranjero a tener un hijo? La respuesta a estos
interrogantes demuestran que el problema no gira en torno a la aceptación o no
31
de la gestación por sustitución, sino a la forma en la que se desarrollaron los
hechos.
32
seres humanos en las relaciones exteriores de la Unión (2015/2340(INI)) recoge
33
Asociación Oriental. Por lo tanto, el Parlamento europeo condena
exclusivamente las malas prácticas en materia de GS que, de darse, tienen lugar,
como ya se ha dicho, en países con regulaciones deficientes, o incluso sin
30
regulación alguna, y con una situación socio-económica complicada.
34
federal y en todos los Estados, de conformidad con el Protocolo facultativo, en
particular la venta de niños con fines de adopción ilegal de conformidad con el
artículo 3, párrafos 1 a) ii) y 5 del Protocolo, incluidas cuestiones como la
maternidad subrogada y los pagos antes del nacimiento y la definición de lo que
cabe considerar "gastos razonables"”.32 Nuevamente entonces, el comité pone el
eje en la regulación.
32
Comité de los Derechos del Niño, Observaciones finales sobre el segundo informe
periódico de los Estados Unidos de América presentado de conformidad con el artículo
12 del Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la
venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía,
aprobadas por el Comité en su 62º período de sesiones (14 de enero a 1 de febrero de
2013), p. 9.
33
CRC/C/ISR/CO/2-4
35
Las posturas feministas hoy se presentan como las más irreconciliables,
por lo que en este trabajo procuré brindar argumentos para reflexionar sobre todo
lo que está en juego, dado que no se trata solo de permitir la GS con todas sus
consecuencias, sino en avanzar o retroceder en el reconocimiento de derechos,
libertades, autonomías y cuerpos.
5. Biliografia
36
CALVO CARAVACA, A, CARRASCOSA GONZÁLEZ, J. (2015), “Gestación
por sustitución y derecho internacional privado. Más allá del tribunal supremo y
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Entre las familias, el Estado y el mercado. Buenos Aires: IDES – UNFPA-
UNICEF
37
-(2015) Gestación por sustitución, voluntad procreacional y
heterobiologicidad, RDF 2015-V-133
38
- (2016) “Una vez más sobre gestación por sustitución, porque sin marco
legal se siguen sumando violaciones a derechos humanos.” Revista de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca, Ars Iuris
Salmanticensis. Vol. 4 num 1.
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pp. 205-232.
MACKLIN, RUTH, (1994) Surrogates and other mothers: the debates over
assisted reproduction. Philadelphia: Temple University Press.
39
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superación de la pobreza infantil. Programas de transferencias condicionadas en
Argentina y el papel de las organizaciones sociales y comunitarias”. CEPAL.
Serie Políticas Sociales 159. Santiago de Chile;
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40
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& Policy, Vol. 19, 2005, pp. 77-128
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for a unified legal focus”, en Callahan, J. (ed.), Reproduction, Ethics, and the
Law: Feminist Perspectives, Indiana University Press, Bloomington, 1995,
55-79.
41
La gestación por sustitución como deconstrucción de la “maternidad”
que sostiene al patriarcado. Más argumentos desde los feminismos.1
Trabajo publicado en la Revista de Derecho de Familia num. 89, mayo de
2019. Pp. 139 y ss.
Eleonora Lamm2
1
Los primeros argumentos dentro de esta línea los expuse en Gestación por sustitución y
género: repensando el feminismo. En «El cuerpo diseminado: estatuto, uso y disposición de
los biomateriales humanos» dirigido por Ricardo García Manrique. Editorial
Aranzadi/Civitas. 2018.
2
Doctora en Derecho y Bioética. Subdirectora de Derechos Humanos de la Suprema Corte de
Justicia de Mendoza. elelamm@gmail.com
1. Introducción
3
Para profundizar véase de mi autoría: Argumentos para la necesaria regulación de la
gestación por sustitución. Gac Sanit 2017;31:539-40 - Vol. 31 Núm.6; “Gestación por
sustitución. Ni maternidad subrogada ni alquiler de vientres”. Universitat de Barcelona,
Publicacions i Edicions, 2013; Gestación por sustitución. La importancia de las sentencias del
Tribunal Europeo de derechos humanos y su impacto. Ars Iuris Salmanticensis TRIBUNA
DE ACTUALIDAD Vol. 2, 43-50 Diciembre 2014 eISSN: 2340-5155: Gestación por
sustitución en España y el mundo. Una realidad que exige legalidad. Revista de
Responsabilidad Médica. Setiembre 2015; Una vez más sobre gestación por sustitución,
porque sin marco legal se siguen sumando violaciones a derechos humanos. Revista de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca, Ars Iuris Salmanticensis Vol. 4, núm. 1
(2016); «Gestación por sustitución. Realidad y Derecho». InDret. Revista para el Análisis del
Derecho, 2012, vol. 3: 1-49; en coautoría con Rubaja, N. Parámetros jurisprudenciales en los
casos de gestación por sustitución internacional. Los lineamientos del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos y sus repercusiones en el contexto global. Rev Bio y Der. 2016; 37; en
coautoría con Kemelmajer de Carlucci, A., Herrera, M., de la Torre, N. “La gestación por
sustitución en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. A propósito del caso "Paradiso y
Campanelli c. Italia"”. LA LEY 13/03/2017, 13/03/2017, 6. AR/DOC/610/2017; en coautoría
con Kemelmajer de Carlucci, A.; Herrera, M. 2012: «Regulación de la gestación por
sustitución». La Ley, 2012-E: 960, «Gestación por sustitución en Argentina. Inscripción
judicial del niño conforme a la regla de la voluntad procreacional». La Ley, 2013-D: 195;
BEAUMONT P, TRIMMINGS K. (2017) Recent jurisprudence of the European Court of
Human Rights in the area of cross-border surrogacy: is there still a need for global regulation
of surrogacy? En: http://www.abdn.ac.uk/law/documents/CPIL_2016-4.pdf; FARNÓS
AMORÓS E. (2013) Surrogacy arrangements in a global world: the case of Spain.
International Family Law. 2013;1:68-72.; GIL DOMÍNGUEZ, ANDRÉS, (2015) “La
Gestación por Sustitución como derecho fundamental y derecho humano”, en DFyP 2015
–diciembre-, 237; y del mismo autor (2015) Gestación por sustitución, voluntad
procreacional y heterobiologicidad, RDF 2015-V-133; GOLOMBOK S, BLAKE L, CASEY
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jurisprudencial en parejas del mismo sexo”, en Derecho de Familia. Revista Interdisciplinaria
de Doctrina y Jurisprudencia, 2017-I, Abeledo Perrot, febrero de 2017. DE LORENZI,
Mariana, “Gestación por sustitución: cuando la realidad supera la alegalidad”, en Derecho de
Familia. Revista Interdisciplinaria de Doctrina y Jurisprudencia, nro. 2017-II, Abeledo Perrot,
Buenos Aires, 2017. FAMÁ, María Victoria, “La gestación por sustitución en la Argentina:
otro fallo que demuestra la necesidad de legislar”, DFyP 2015 (diciembre), 07/12/2015, 197.
AR/DOC/3996/2015. FAMÁ, María Victoria, “Maternidad subrogada. Exégesis del derecho
vigente y aportes para una futura regulación” LA LEY 21/06/2011, 1, LA LEY 2011-C, 1204.
GIL DOMINGUEZ, Andrés, “Gestación por sustitución, voluntad procreacional y
heterobiologicidad”, Abeledo Perrot, RDF 2015-V-133 | ABELEDO PERROT Nº:
AP/DOC/789/2015. GIL DOMÍNGUEZ, Andrés, “La gestación por sustitución como
derecho fundamental y derecho humano”, en DFyP 2015 (diciembre), 07/12/2015, 237.
GONZÁLEZ, Andrea - MELÓN, Pablo - NOTRICA, Federico, “La gestación por sustitución
como una realidad que no puede ser silenciada”, 4/02/2016, MJ-DOC-7570-AR | MJD7570,
entre muchos otros.
El intercambio entre los distintos feminismos4 resulta para mi hoy el tema
crucial. Despejados al menos básicamente los otros aspectos, o, mejor dicho,
habiendo quedado claro en la jurisprudencia5 y en la doctrina argentina que lo que
4
Se parte entonces de que el feminismo no es expresión de una posición univoca: la esfera de
las elecciones reproductivas que involucran a las mujeres, y en las que queda comprendida la
GS, es y, sobre todo, ha sido terreno de inquietudes coincidentes, pero también terreno de un
enfrentamiento entre orientaciones a menudo muy lejanas. FANLO CORTÉS, I., 2017:
Derechos reproductivos y libertad de las mujeres, Revista de Derecho Privado, No 32,
enero-junio, pp.29-52.
5
Véase Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Laboral Gualeguaychú, “B., M. A.
c. F. C., C. R.”, 14/04/2010, cita La Ley online: AR/JUR/75333/2010. Juzgado de Familia de
Gualeguay, “B. M. A. c/ F. C. C. R. | ordinario”, 19/11/2013. Cita Microjuris online
MJ-JU-M-83567-AR | MJJ83567. Juzgado nacional en lo Civil N° 86, “N.N. o DGMB s/
inscripción de nacimiento'”, 18/06/2013, cita Microjuris: MJ-DOC-6401-AR | MJD6401.
Tribunal de Familia N° 7 de Rosario, "F.M. L y otra s/autorización judicial", 2/12/2014, Cita
online AR/JUR/90178/2014. Juzgado Nacional en lo Civil N° 102, 18/05/2015, “C., F. A. y
otro c/ R. S., M. L. s/impugnación de maternidad”, en ABELEDO PERROT Nº:
AR/JUR/12711/2015. Juz. Nac. Civ. N° 83, “NN O, s/inscripción de nacimiento”,
30/06/2015, en
http://colectivoderechofamilia.com/categoria/jurisprudencia/jurisprudencia-nacional/,
compulsado el 7/2/2017. Juzgado de Familia N° 1 de Mendoza, "A. V. O., A. C. G. Y J. J. F",
29/7/2015, Cita online
http://colectivoderechofamilia.com/wp-content/uploads/2015/07/FA.-PCIAL.-PRIMER-JUZ.
-FLIA.-MENDOZA.Gestaci%C3%B3n-por-sustituci%C3%B3n.pdf. Compulsada el día
7/02/2017. Juzgado de Familia N° 1 de Mendoza, “C.M. E. Y J. R. M. POR INSCRIP.
NACIMIENTO.”, 15/12/2015, en
http://colectivoderechofamilia.com/fa-pcial-juz-flia-no1-mendoza-gestacion-por-sustitucion/
Compulsada el 7/02/2017. Juzgado de Familia N° 9 de San Carlos De Bariloche. 29 -12-
2015. “Dato Reservado. Expte. Nro. 10178 14.” Infojus: NV13851.
http://www.infojus.gob.ar/maternidad-subrogada-autorizan-transferencia-embrion-vientre-sub
rogado-nv13851-2015-12-29/123456789-0abc-158-31ti-lpssedadevon. Compulsada el
22/03/2016. Juzgado Familia nro. 7, Lomas de Zamora, “H. M. Y OTRO/A S/MEDIDAS
PRECAUTORIAS (art.232 del CPCC)”, 30/12/2015, en Microjuris online,
MJ-JU-M-97208-AR. Tribunal Colegiado de Familia N° 5 de Rosario, “S G G. y OTROS S/
FILIACION”, 27/05/2016,
http://maestrosdelderecho.com.ar/jurisprudencia-gestacion-por-sustitucion/, compulsado el
8/02/2017. Juzgado Nacional Civil Nro. 7, “A. R., C y otros c/ C., M. J. s/impugnación de
filiación”, 23/05/2016, Inédito. Juzgado Unipersonal de Familia N° 2 de Moreno, “S. P., B. B.
c/S. P., R. F. s/materia a categorizar”, 4/07/2016, inédito. Juzgado Nacional en lo Civil N° 8,
“B., B. M. y otro c/ G., Y. A. s/impugnación de filiación”, 20/09/2016,
http://www.colectivoderechofamilia.com/fa-nac-juz-nac-civ-no-8-trha-gestacion-por-sustituci
on/, compulsado el día 8/02/2017. Juzgado de Familia N°3 de Gral. San Martín, 22/08/2016,
“M., I. M. y otro s/autorización judicial, inédito. Juzgado de Familia Nº 12 de Lomas de
Zamora, “G. M., C y otro c/ W. B., A. V s/rectificación de partida”, 3/10/2016, inédito.
Juzgado Familia N° 7, Lomas de Zamora, “B. J. D. y otros s/materia a categorizar”,
30/11/2016, Inédito. Juzgado Nacional en lo Civil N° 81, “S., I. N. y otro c/A., C. L.
s/Impugnación de Filiación”, 14/06/2017, Inédito. Juzgado de Familia N° 5 de Viedma,
"RESERVADO S/ AUTORIZACION JUDICIAL (f)", 7/07/2017, Inédito. Juzgado de
Familia N° 1 de Mendoza, “M.M.C y M.G.J. y R.F.N. por medidas autosatisfactivas”,
6/09/2017, inédito. Juzgado Nacional en lo Civil N° 4, “S. T., V. s/inscripción de
nacimiento”, 20/10/2017, inédito. Tribunal Colegiado N° 7 de Rosario, “H., M.E. Y OTROS
S/ VENIAS Y DISPENSAS”, 5/12/2017, Inédito. Juzgado de Familia N° 1 de Mendoza, “S.
M. S.; T. C. J.; B. P. V. por medidas autosatisfactivas”, 15/02/2018, Inédito. Juzgado de
Familia N° 6 de San Isidro, “S., M. J. y otro s/autorización judicial”, Inédito. Juzgado de
Familia y Menores Nº 2 de la Segunda Circunscripción de San Luis, “V., L. J. y otros
s/autorización judicial (familia)”, 5/03/2018, inédito. Cámara Nac. De Apel. En lo Civil, Sala
H, “S. T., V. s/inscripción de nacimiento”, 15/03/2018, inédito. Juzgado de Familia de Maipú,
Mendoza, “A.G., O.C.E. Y A. M. D. P/ Autorización”, 4/04/2018, inédito. Juzgado de
Familia de Córdoba, “A., P. A. Y OTRO –medidas urgentes”, 21/05/2018, inédito. Juzgado
cuenta es la voluntad procreacional y con ello facilitado el acceso a la GS y su
determinación filial, hoy los planteos más complejos y necesarios de reflexión son
realizados desde los feminismos que ponen en tela de juicio lo que verdaderamente
está en juego cuando se recurre a la GS: el respeto por la autonomía, la libertad, y la
dignidad de los cuerpos.
En este sentido, cada vez resulta más explícito y claro que cuando se está
defendiendo la admisión y regulación de la GS por parte del ordenamiento jurídico,
las resistencias que esta posibilidad despierta tienen que ver con los roles y
estereotipos de género que durante siglos se han ido construyendo en nuestra
sociedad, y que el derecho también ha perpetuado y contribuido a configurar.6
El derecho, aunque se presupone neutral y objetivo, ha demostrado tener un
claro sesgo de género. Las leyes son patriarcales cuando hablan de protección, sobre
todo en relación a la función reproductiva de las mujeres y personas gestantes, para
responder a las preocupaciones masculinas de control de esta capacidad
reproductiva.7
El derecho constituye una tecnología del género, ya que participa en la
construcción de lo que significa ser varón y mujer en nuestra sociedad, y refuerza
legalmente lo que una sociedad ha construido culturalmente sobre lo que debe ser una
“buena mujer”, una “buena madre”,8 y de esta manera también reproduce y fomenta
el binarismo por ser binario en sus construcciones y lógicas.
La GS contribuye a desmantelar estas construcciones no solo en cuanto a que
rompe con el binario y sus derivaciones “clásicas”, en tanto el derecho se construyó
sobre la base de que quien daba a luz era la madre que había quedado embarazada por
el padre y nada de esto sucede en un caso de GS; sino también y especialmente
porque modifica radicalmente el rol y las asunciones hechas respecto de la
maternidad, hasta el punto de que en muchos supuestos incluso la elimina: aunque
una mujer geste y dé a luz, igualmente puede no haber madre, sino, por ejemplo, dos
padres, o un solo padre.
Considerar lícita y admisible la gestación por sustitución, implica contradecir
la existencia del famoso “instinto maternal” atribuido como inherente en todas las
2. La GS y la “eliminación” de la maternidad
Enríquez, C. (2007b) Empleo femenino, economía del cuidado y políticas públicas. Algunas
consideraciones desde la experiencia argentina”. En: M. A. Carbonero Raimundí y S. Levín
(comps) Entre familia y trabajo. Relaciones, conflictos y políticas de género en Europa y
América Latina. Rosario: Editorial Homo Sapiens. 2007; Rodríguez Enríquez, Corina. El
trabajo de cuidado no remunerado en Argentina: un análisis desde la evidencia del Módulo de
Trabajo no Remunerado. Documentos de Trabajo “Políticas públicas y derecho al cuidado” 2.
ELA – Equipo Latinoamericano de Justicia y Género; Rodríguez Enríquez, C. Empleo
femenino, economía del cuidado y políticas públicas. Algunas consideraciones desde la
experiencia argentina”. En: M. A. Carbonero Raimundí y S. Levín (comps) Entre familia y
trabajo. Relaciones, conflictos y políticas de género en Europa y América Latina. Rosario:
Editorial Homo Sapiens. 2007
12
Sandra FERNÁNDEZ GARCÍA; Elena HERNÁNDEZ CORROCHANO; Nancy Anne
KONVALINKA; Raúl SÁNCHEZ MOLINA. La gestación subrogada bajo prismas
diferentes. Cuatro corrientes de análisis para un mismo tema. Antropología Experimental, 18.
exto 21: 319-335. 2018
la reproducción en el “rol” autodefinido y autopercibido, en especial, cuando este
acceso se produce gracias al avance de las tecnologías reproductivas.
La pregunta que se presenta es cómo encasillamos o cómo cuadramos o
situamos esas experiencias ante la división binaria en dos únicas supuestas y posibles
parentalidades.
Así, por ejemplo, podemos encontrar el caso de dos varones cis, que para
acceder al derecho a formar una familia deben acudir a una persona que aporte sus
óvulos y, otra o no – porque también puede ser la misma - que actúe como gestante,
quien, no obstante parir, no es madre. Aquí por más aporte biológico que haga esta
persona que gesta, no tendrá vínculo jurídico, así como tampoco lo tendrá quien dona.
Ninguna de las dos será madre. Aquí habrá dos padres y alguno de ellos lo será sin
aportar material genético.
Además, por las reglas propias de la filiación derivada de las TRHA, la
genética de la persona donante es irrelevante legalmente, mientras que la falta de
genética del padre cis que no aporta semen también lo es.
También puede suceder que una mujer cis de a luz, quedando embarazada con
el esperma de una mujer trans, quien también es madre, aunque aporte semen. Está
claro entonces que la maternidad no siempre está entonces asociada a gestar, dar a luz
o aportar óvulos. Una madre puede también aportar semen.
En este supuesto, se sucederían – o deberían sucederse - las mismas
consecuencias jurídicas si las mujeres recurren a donante de óvulo o semen. Es decir,
si la mujer cis queda embarazada con esperma de donante, la mujer trans igualmente
sería madre, al igual que si la mujer cis queda embarazada con óvulo donado. Aunque
pareciera resaltarse algo obvio, la voluntad procreacional prevalece ante el aporte de
material genético, cualquiera sea la identidad de la persona.
En similar sentido, podemos encontrar el caso de un varón trans en pareja con
un varón cis. El varón trans da a luz quedando embarazado con el semen aportado por
el varón cis. Ambos son padre, aunque uno de ellos aporte óvulos y de a luz. Aquí
gestar y dar a luz, con o sin óvulos propios, es sinónimo de paternidad, no de
maternidad.
Como en el supuesto anterior, se sucederían – o deberían sucederse – las
mismas consecuencias jurídicas si recurren a donante de óvulo o semen. Es decir, si el
varón trans queda embarazado con óvulos donados igual será padre, así como
también será padre el varón cis aunque se aporte semen de un donante.
También podemos encontrar el supuesto de una mujer trans en pareja con un
varón cis. Deben recurrir a una persona que geste y a otra – o no - que aporte óvulos.
En este supuesto tanto quien aparece como madre como quien es padre pueden
aportar semen. Otra vez, en esta división binaria de supuestas y posibles
parentalidades, una madre puede aportar semen.
En similar sentido, en una pareja conformada por una mujer trans y un varón
trans. Hay una madre que aporta semen, un padre que aporta óvulos y da a luz.
Como en los supuestos anteriores, se sucederían – o deberían sucederse – las
mismas consecuencias jurídicas si recurren a donante de óvulo o semen. Es decir, si el
varón trans queda embarazado con óvulos donados igual será padre, así como
también será madre la mujer trans aunque se aporte semen de un donante.
También puede suceder que se trate de una pareja conformada por un varón
trans y una mujer cis. En este caso, amb*s pueden gestar y aportar óvulos. Por lo que
puede que el padre geste y dé a luz con óvulos propios o de madre y esperma
donante; o puede que la mujer cis geste y de a luz – con óvulos propios o del padre –
y con esperma de donante.
A todos estos casos se suman los de más de una persona ejerciendo estos
13
roles. Como se puede presentar en todos estos casos si quien gesta no es sólo
gestante. O si quien aporta semen u óvulos no es solo donante… o si simplemente
alguien más desea cumplir un rol de cuidado con consecuencias jurídicas y así lo
manifiesta aunque no aporte biología ni genética.
13
Véase LOTZ, Mianna. The Two-parent limitation in ART parentage law: old-fashioned law
for new-fashioned families. In D. CUTAS and S. Chan (eds) Families: Beyond the Nuclear
Ideal. Bloomsbury Academic. London; New York: Bloomsbury; 2012. LAMM, E., "Familias
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juego", Diario DPI Suplemento Derecho Civil, Bioética y Derechos Humanos, no 11, 2016.
https://dpicuantico.com/sitio/wp-content/uploads/2016/05/lamm.pdf; HERRERA, M y
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hay dos sin tres, pero tres son multitud. El imperativo real de la pluriparentalidad”, RDF
2017-79-227 Cita Online: AP/DOC/251/2017; Giménez, Ana, “La desbiologización de la
parentalidad: filiación socioafectiva y la posibilidad de la multiparentalidad por el Tribunal
Federal brasileño” DFyP 2017 (octubre) Cita Online: AR/DOC/2365/2017; Herrera, Marisa,
“Socioafectividad e infancia ¿De lo clásico a lo extravagante?” en Fernández Silvia (dir.),
Tratado de derechos de niñas, niños y adolescentes, Albeledo Perrot, CABA, 2015, Tomo I,
pp. 971- 1012; Herrera, Marisa, “La noción de socioafectividad como elemento "rupturista"
del derecho de familia contemporáneo”, RDF 66-75 Cita online: AP/DOC/1066/2014; Lamm,
Eleonora y Rodríguez Iturburu, Mariana, “Familias multiparentales” en Kemelmajer de
Carlucci, Aída, Herrera, Marisa Y Lloveras, Nora (dirs.), Tratado de Derecho de Familia:
actualización doctrinal y jurisprudencial, Santa Fe, (Rubinzal Culzoni), 2016, Tomo VA,
pp.808-820; Peralta, María Luisa, “Filiaciones múltiples y familias multiparentales: la
necesidad de revisar el peso de lo biológico en el concepto de identidad”, Thomson Reuters
Cita Online: AP/DOC/57/2015; y Silva, Sabrina Anabel, "La triple filiación instalada en el
escenario jurídico. Sobre cómo interpretar sus efectos jurídicos en el campo de la
responsabilidad parental", En Letra, Derecho Civil y Comercial, año I, nro. 2, 2016, ps.
108-135.
Si a esto además le sumamos otros avances como la donación de ADN
mitocondrial, que incluso hoy podría, como técnica, requerirse por dos mujeres cis
cuando ambas quieren aportar sus genes14 (aunque de quien aporta la mitocondria sea
ínfimo)15, o los progresos en materia de gametos artificiales16, entonces no siempre
detrás del nacimiento de una persona hay semen y óvulos. 17 Dicho de otra manera, no
siempre hay técnicamente unión de un óvulo con un espermatozoide.
O los avances en materia de trasplante de útero que sostienen que en un
periodo breve una mujer trans18 podrá gestar y dar a luz.19
La cuestión que se plantea es si puede reclamarse un derecho a gestar bajo el
paraguas de la libertad reproductiva, y en qué medida ese derecho, si existe,
comprende no solo a mujeres cis, sino también a personas trans o no binarias. 20
Incluso aunque todavía se presentan algunos problemas médicos relacionados
con el trasplante uterino respecto de cuerpos que no son “cis-femeninos”, que
incluyen la creación de una adecuada vascularización uterina, la necesidad de un
reemplazo hormonal adecuado para la implantación y el embarazo, asi como la
colocación del útero en una pelvis no ginecoide, lo cierto es que el trasplante de útero
puede un día ser lo suficientemente seguro como para permitir gestar a todos los
individuos, cis o trans, de forma de restaurar, realinear, ampliar y mejorar la función
reproductiva. 21
14
Cavaliere G, Palacios-González C. Lesbian motherhood and mitochondrial replacement
techniques: reproductive freedom and genetic kinship. J Med Ethics. 2018;0:1–8.
15
https://www.bioedge.org/bioethics/should-lesbian-couples-have-access-to-mitochondrial-repl
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16
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systematic review of biological progress towards clinical application. Hum Reprod Update.
2015 May-Jun;21(3):285-96. doi: 10.1093/humupd/dmv001. Epub 2015 Jan 21.; Anna
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http://nuffieldbioethics.org/wp-content/uploads/Background-paper-2016-Artificial-gametes.pdf;
Moreno I, Míguez-Forjan JM, Simón C. Artificial gametes from stem cells. Clinical and
Experimental Reproductive Medicine. 2015;42(2):33-44. doi:10.5653/cerm.2015.42.2.33.
17
Zhi-Kun Li, Le-Yun Wang, Li-Bin Wang, Wei Li, Qi Zhou, Bao-Yang Hu. “Generation of
Bimaternal and Bipaternal Mice from Hypomethylated Haploid ESCs with Imprinting Region
Deletions.” 2018, Cell Stem Cell 23, 1–12 November 1, 2018
18
Amel Alghrani. “Uterus transplantation in and beyond cisgender women: revisiting
procreative liberty in light of emerging reproductive technologies.” Journal of Law and the
Biosciences, 301–328
19
LERNER, Théo et al . What are the Possibilities of Uterine Transplantation in Transgender
Patients? Rev. Bras. Ginecol. Obstet., Rio de Janeiro , v. 39, n. 10, p. 521-522, Nov. 2017;
https://www.independent.co.uk/life-style/men-pregnant-womb-transplant-dr-richard-paulson-t
ransgender-a8037201.html
20
Amel Alghrani. “Uterus transplantation in and beyond cisgender women: revisiting
procreative liberty in light of emerging reproductive technologies.” Journal of Law and the
Biosciences, 301–328
21
LERNER, Théo et al. What are the Possibilities of Uterine Transplantation in Transgender
Patients? Rev. Bras. Ginecol. Obstet., Rio de Janeiro, v. 39, n. 10, p. 521-522, Nov. 2017.
Por lo tanto, las mujeres trans pueden buscar un trasplante de útero como una
forma de expresar o experimentar el embarazo y el parto.
En similar sentido, recientemente se dio a conocer un estudio22 según la cual
una mujer trans ha podido amamantar.23 Este avance implica potenciar los
estereotipos de género o desbiologizarlos? Se trata de un claro supuesto en el que la
unión de ciencia e identidad facilita que toda persona pueda vivenciar las
experiencias personales del cuerpo y acceder a los mismos derechos, incluidos l*s
niñ*s que nacen de esas personas. Acaso amamantar es cosa de mujeres? Lo cierto es
que la misma técnica podría perfectamente ser usada para que hoy cualquier varón cis
también amamante si lo desea.
En definitiva, por un lado nuestro derecho y nuestra cultura permiten y
habilitan maternidades y paternidades y en esas construcciones nos vemos limitad*s a
encasillar las parentalidades y experiencias, no obstante todo lo dicho nos lleva a
cuestionarnos qué es en definitva ser madre? Si ya no pasa por gestar, ni por parir, ni
por cuidar, ni por aportar óvulos, e incluso puede que ésta no exista aunque alguien
realice todo lo descripto previamente.
En otras palabras, si para nuestra legislación el “rol” que en definitiva se
asume es una cuestión de identidad, si no importa el sexo, ni el aporte biológico o
genético en la definición del rol, entonces ¿importa ya ese rol? ¿Qué lo define? Se
trata obviamente y hoy más que nunca de construcciones políticas fundadas en bases
culturales. O entonces ¿por qué subsiste si ya no tiene sustento? ¿Será que solo
culturalmente subsiste? Afortunadamente toda construcción cultural es posible
deconstruirla, mucho más si además se han caído los cimientos que “naturalmente” la
sostenían.
Los términos y roles de Madre y padre vienen o son consecuencia de
relaciones sexuales entre personas hetero; hoy las relaciones no son necesariamente
heterosexuales, ni de dos, ni las personas tiene hij*s solo a través del sexo.
La GS es una muestra evidente y cada vez más frecuente que aquello que
entendíamos por maternidad ya no existe, y la caída de estos cimientos asustan y por
ende generan resistencia porque son los que principalmente sostienen la cultura
patriarcal.
La maternidad “clásica” siempre estuvo al servicio del patriarcado. Hace
tiempo que venimos deconstruyéndola; la GS colabora en esas rupturas en pos de la
libertad y la autonomía de las mujeres y personas gestantes.
22
Reisman T, Goldstein Z. Case Report: Induced Lactation in a Transgender
Woman. Transgender Health. 2018;3(1):24-26. doi:10.1089/trgh.2017.0044. disponible en:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5779241/pdf/trgh.2017.0044.pdf
23
https://elpais.com/elpais/2018/02/14/mamas_papas/1518609621_040681.html
De allí la necesidad mas fuerte de regular la GS como un ejercicio de la
autonomía reproductiva, con todos los efectos y aspectos pertinentes.
27
Igareda González, Noelia. La gestación por sustitución: género, derecho y autonomía
reproductiva. En “El cuerpo diseminado. Estatuto, uso y disposición de los biomateriales
humanos”, García Manrique (coord.) Aranzadi, 2018.
28
Farnós, E. (2010): “Inscripción en España de la filiación derivada del acceso a la
maternidad subrogada en California. Cuestiones que platea la Resolución de la DGRN de 18
de febrero de 2009”, InDret. Revista para el Análisis del Derecho, Barcelona, enero 2010, pp.
1-25.
29
Tabet, P. (2005). “Las manos, los instrumentos, las armas”, en C. Ochy, J. Falquet (Eds.), El
patriarcado al desnudo: tres feministas materialistas. Buenos Aires: Brecha Lésbica. 57-129.
https://julesfalquet.files.wordpress.com/2010/05/el-patriarcado-al-desnudo-tres-feminis-
tas-materialistas2.pdf
30
Sandra FERNÁNDEZ GARCÍA; Elena HERNÁNDEZ CORROCHANO; Nancy Anne
KONVALINKA; Raúl SÁNCHEZ MOLINA. La gestación subrogada bajo prismas
diferentes. Cuatro corrientes de análisis para un mismo tema. Antropología Experimental, 18.
exto 21: 319-335. 2018
La percepción que tenemos todos los sujetos, incluida la comunidad médica,
sobre la gestación, sigue siendo biologicista y por lo tanto reticente a hablar de salario
o de trabajo en el acto de gestar. Aunque las TRHA hayan externalizado
determinadas fases de la reproducción humana, entre ellas de la fecundación y la
gestación, esto no ha tenido como consecuencia dejar de ver al hecho procreativo
como acto íntimo y doméstico yuxtapuesto al ámbito público y a las relaciones de
31
mercado.
31
Moore, H. (1991). Antropología y feminismo. Madrid: Editorial Cátedra.Sandra
FERNÁNDEZ GARCÍA; Elena HERNÁNDEZ CORROCHANO; Nancy Anne
KONVALINKA; Raúl SÁNCHEZ MOLINA. LA GESTACIÓN SUBROGADA BAJO
PRISMAS DIFERENTES. Cuatro corrientes de análisis para un mismo tema. Antropología
Experimental, 18. exto 21: 319-335. 2018
32
Sophie Lewis (2018): International Solidarity in reproductive justice: surrogacy and
gender-inclusive polymaternalism, Gender, Place & Culture, DOI:
10.1080/0966369X.2018.1425286
33
Principios rectores de la Organización Mundial de la Salud sobre trasplante de células,
tejidos y órganos humanos, de 1991 (revisado en 2010). Su principio nº 5 establece que “Las
células, tejidos y órganos deberán ser objeto de donación a título exclusivamente gratuito, sin
ningún pago monetario u otra recompensa de valor monetario. Deberá prohibirse la compra, o
la oferta de compra (…). La prohibición de vender o comprar células, tejidos y órganos no
impide reembolsar los gastos razonables y verificables en que pudiera incurrir el donante,
tales como la pérdida de ingresos o el pago de los costos de obtención, procesamiento,
conservación y suministro de células, tejidos u órganos para trasplante.”
34
Art. 21: “El cuerpo humano y sus partes, como tales, no deberán ser objeto de lucro.”
prohibición coincide con el antiguo principio romano de que el cuerpo está fuera del
comercio (res extra commercium), que también reproduce nuestro código civil y
comercial en los artículos 17 y 51.
Para Navarro Michel lo que está prohibido no es cualquier acto sobre el
cuerpo o sus partes, sino específicamente la venta, es decir, la obtención de una
prestación a cambio del objeto, pero sí cabe realizar una donación. Así se admiten la
donación de órganos, células, gametos, tejidos, sangre. En esta prohibición, para esta
autora, estaría incluida la capacidad de gestar.35
Igareda por su parte entiende que no se trata de “alquilar el útero”, algo que
resulta contrario al principio de que el cuerpo y sus partes constituyen algo fuera del
comercio de los hombres, “res extra commercium”36. Las partes del cuerpo están
fuera del comercio jurídico (res extra commercium) y mucho menos pueden ser
objetos de una transacción lucrativa. Así queda también establecido en el Convenio
Europeo sobre los Derechos Humanos y Biomedicina (art. 21) y en la Declaración de
UNESCO sobre genoma humano (artículo 4). En cambio, sostiene la autora y yo
comparto, que no se está considerando que la persona gestante está ejerciendo su
autonomía reproductiva, y por lo tanto, decidiendo libre y racionalmente sobre si
quiere o no gestar, para quién, y para qué (sin ser este ejercicio de la autonomía
reproductiva “per se” una vulneración de su dignidad o de la dignidad de la persona
recién nacida). 37
Es interesante pensar, por ejemplo, otras formas sumamente íntimas de trabajo
corporal que de alguna manera pueden implicar comercialización, como la práctica de
donar esperma u óvulos, que legalmente se “compensa”. En Mendoza, que constituye
el territorio que mejor conozco por intervenir en los casos que aquí se plantean, las
mujeres que se ofrecen a actuar como gestantes en muchas ocasiones han sido
previamente donantes de óvulos y realizan ambas acciones con la misma motivación;
lo que necesariamente nos lleva al mismo punto de partida: el problema no es el
riesgo ni lo íntimo de lo que se hace, tampoco la supuesta afectación de la dignidad.
El problema es lo que representa en términos de cuestionamiento de patriarcado.
35
Navarro Michel, Mónica. La gestación por sustitución, ¿debe ser regulada? Y, en su caso,
¿cómo? En “El cuerpo diseminado. Estatuto, uso y disposición de los biomateriales
humanos”, Garcia Manrique (coord.) Aranzadi, 2018.
36
En esta línea, una de las principales críticas a la gestación por sustitución es que abre la
puerta a la mercantilización de los cuerpos. Parece que sólo preocupa la mercantilización de
los úteros, porque en sociedades donde se han globalizado los cuidados y la explotación de
las cuidadoras, no hay informes de comités de bioética sobre esta mercantilización de las
personas.
37
Igareda González, Noelia. La gestación por sustitución: género, derecho y autonomía
reproductiva. En “El cuerpo diseminado. Estatuto, uso y disposición de los biomateriales
humanos”, Garcia Manrique (coord.) Aranzadi, 2018.
Se argumenta que gestar y dar a luz a un* niñ* y su cuidado postparto son un
acto “sagrado”, una forma de trabajo profundamente afectivo que es “ensuciado” por
la comercialización. El trabajo afectivo, en gran parte invisible pero no menos intenso
en cuanto a su producción y manejo de emociones en y entre otr*s (nutrir, consolar, la
escucha, la preocupación, la protección), históricamente ha sido entendido como un
trabajo sumamente feminizado y por lo general no recompensado. Sin embargo, en un
mundo en el cual la producción industrial en gran parte ha sido desplazada por una
economía de servicio, la comercialización de toda forma de trabajo de cuidado, se ha
vuelto moneda corriente.
Una mirada sobre nuestras propias prácticas sociales revela que muchas
personas no tienen ningún remordimiento ni reparo en comercializar otras formas de
trabajo corporal. Rutinariamente pagamos a otras personas para realizar un trabajo de
cuidado sumamente íntimo y personal para nuestros familiares adult*s mayores, o
para nuestr*s niñ*s incluso bebés. 38
Cuestionémonos entonces hasta qué punto las prohibiciones funcionan como
un paternalismo ético que presume una sacralidad o una especialidad en el gestar que
carece de objetivismo y cientificidad.
Repensar la GS como trabajo reproductivo puede significar una mejora en las
condiciones en las que quisiéramos que toda persona desarrolle la práctica, no solo
porque sacaría de la clandestinidad lo que efectivamente sucede, sino porque
reivindicaría lo que se hace, valorándolo en este y otros ámbitos.
38
Bronwyn Parry (2018) Surrogate labour: exceptional for whom?, Economy and Society,
47:2, 214-233, DOI: 10.1080/03085147.2018.1487180
legales y sociales constituye el objetivo clave, que requerirá el uso de
conceptualizaciones flexibles de la dinámica moral y ética en tales prácticas.
Partes: S. M. D. y otros c/ A. S. S. s/ filiación
Sala/Juzgado: I
Fecha: 28-ago-2020
La gestante por sustitución debe ser desplazada del estado de madre y, al mismo
tiempo, debe emplazarse como madre a la progenitora procreacional, al haber la
primera manifestado su conformidad con dicho emplazamiento.
Sumario:
3.-La redacción del art. 562 del CCivCom. como fue aprobado y pese a los términos de
la Ley 26.862 no ampara todos los supuestos, sino que aparece incompleta, y de allí
que no sea ni siquiera necesario declarar la inconstitucionalidad de dicha norma para
tratar un supuesto de gestación por sustitución, pues dicha situación no se encuentra
contemplada en la norma.
5.-Si bien el art. 562 del CCivCom. norma estableció como regla que los nacidos por
TRHA son hijos de ‘quien dio a luz’, no lo es menos que el dispositivo no prohíbe de
manera expresa ni consagra la nulidad de ninguna índole de los convenios de
maternidad subrogada, amén de que no cierra las puertas a la impugnación de la
maternidad, a la vez que erige a la voluntad procreacional en la clave de esa fuente de
filiación (voto del Dr. Rodríguez).
7.-La única manera de respetar la clara finalidad del codificador al erigir en relación a
los nacidos por THRA a la voluntad procreacional como la piedra de toque de la
determinación de la filiación (art. 575, CCivCom.), es circunscribir el modo de
atribución de la maternidad que el precepto prescribe al supuesto señalado, cuando la
madre que da a luz es también quien expresó de la manera legalmente indicada
aquélla voluntad y sólo en dicha hipótesis, el adagio que indica ‘el parto sigue al
vientre’, que importa suponer que el hecho objetivo del parto (debidamente probado)
presume la maternidad, halla justificación en las razones históricas ya explicadas y da
sentido a todos los dispositivos involucrados (voto del Dr. Rodríguez).
Fallo:
Practicado el sorteo resultó que la votación debía hacerse en el orden siguiente: Dra.
Paola M»A» Guisado y Dr. Juan Pablo Rodríguez.
Contra la misma se alza únicamente el Sr. Agente Fiscal quien dictaminó a fs. 120/126,
el que fue contestado en forma conjunta por las partes a fs. 126/141 y por la Defensora
Publica Tutora a fs. 149/53. A fs. 145/43 obra el dictamen de la Sra. Defensora de
Menores de Cámara, pese a que no es parte apelante en el caso.
De esta forma el Fiscal de cámara continúa diciendo que sobre tales bases afirmó que
la circunstancia de que la demandada no posea ningún nexo genético con la niña no
era suficiente para impugnar su emplazamiento materno sino que debía analizarse la
voluntad procreacional, y en razón de que ese elemento volitivo no está ni nunca
estuvo presente en la mujer gestante, según lo manifestado en el consentimiento
informado, resultaba procedente la acción de impugnación de su maternidad por
carecer de voluntad procreacional respecto de la niña.
Sobre estos lineamientos el representante del ministerio público fiscal expresa que sus
agravios se centran en el apartamiento por parte de la sentencia de las normas en
materia filiatoria que rigen el caso de autos. Pues considera que prescindió lisa y
llanamente de aplicar las normas en cuestión sin que las partes hubieran planteado su
inconstitucionalidad y sin que aquella hubiera formulado una declamación con tal
contenido.
Por otro lado se queja de que en la sentencia se haya omitido dar tratamiento a las
objeciones que introdujo la fiscal de grado.
Alude a que el legislador excluyó a la gestación por sustitución como práctica admitida
dando una solución legal para la determinación de la filiación resultante a través del
artículo 562 del Código Civil y Comercial al determinar la filiación materna por el parto
que obedece a una misma regla tanto en el ámbito de la filiación por naturaleza como
en el de la que es fruto de la TRHA.
Por ello, entiende que a partir de lo expuesto la solución adecuada del casoconsiste en
aplicar la norma legal tal como la concibió el legislador.
Para ello alude a los fundamentos que esbozara la fiscal de grado al referir que el
derecho positivo previó expresamente la regla aplicable para todos los casos en que se
utilicen técnicas de reproducción humana asistida y esa regla es que el vínculo filiatorio
se genera con la mujer que dio a luz al niño. Y ello se aplica con prescindencia de si la
mujer gestante tiene o no vinculo genético con el menor y de si ha existido o no
voluntad procreacional por parte de la misma.
Sobre la base de dicha regla legal y la sentada por el art. 558 del Código Civil y
Comercial en cuanto a que sólo pueden existir dos vínculos filiatorios, el único modo
de admitir las pretensiones objeto de este proceso es prescindir de aplicar la referida
norma de orden público. Por ello considera que la decisión adoptada al dejar de aplicar
la solución prevista por el legislador para el caso y admitir la posibilidad de impugnar la
maternidad de la mujer gestante sobre la base de la acreditación de la inexistencia de
voluntad procreacional sin que medie planteo ni declaración de inconstitucionalidad de
las normas, resulta arbitraria.
Entre otros argumentos expresa que la voluntad procreacional sirve para ser causa
ocurrente o exclusiva del vínculo jurídico entre el otro progenitor y el niño concebido
por técnicas de reproducción asistida, es decir que dicha voluntad no sirve para
determinar la maternidad dado que esta se determina por el vientre más allá de todo
consentimiento, en otras palabras, dice, la voluntad procreacional rige en el ámbito en
donde no rige el vientre, como una nueva norma jurídica de enlazar al niño con sus
progenitores de deseo.
Nada más alejado de la realidad en este sentido, pues no encuentro en absoluto que
una sentencia que reconozca derechos en base a los hechos plasmados en un caso en
particular pueda convertirse en una pieza contraria a derecho, menos aún si esa
disposición legal puede no contener los presupuestos fácticos del mundo real.
De allí que a mi entender en un contexto como el que nos ocupa sería tan absurdo
obligar el emplazamiento de una persona como madre de un niño con quien no tiene
vinculación biológica alguna solo por el hecho físico del haber dado a luz cuando
manifiesta expresamente que pretende ese desplazamiento, como negarle a ese niño
el derecho de quedar emplazado como hijo de la persona que ha manifestado desde su
comienzo la voluntad procreacional de convertirse en su madre.
Forzar una situación real por una disposición legal que, en definitiva, no contempla una
circunstancia real so pretexto de que ella fue la voluntad del legislador, parece una
actitud desprovista de los elementos necesarios que conllevan a una solución justa y
adecuada a cada caso.
De allí que, más allá de compartir o no los fundamentos éticos o morales que el
ministerio trae a colación acerca de la gestación por sustitución, no se trata en el caso
de evaluar dicha circunstancia que ya está consumada sino que analizar la legitimidad
del planteo que se hace en relación al emplazamiento/desplazamiento de la
maternidad en el caso.
Insisto que el legislador no haya contemplado aún -y digo aún porque en los últimos
tiempos se ha avanzado para generar un escenario de un nuevo debate ante la realidad
sobre el tema-, no significa que no puedan evaluarse en cada caso concreto la
viabilidad del reclamo que se formula. Y ello no convierte en arbitraria la solución que
se adopte en la medida que encuentre fundamento lógico.Y ello puede hacerse sin que
necesariamente deba declararse la inconstitucionalidad de una norma, pues son quizás
aquellos fundamentos especiales y concurrentes del caso que permite apartarse de la
misma sin lesionar su condición normativa.
No comparto tampoco que el legislador haya entendido que el interés superior del
niño esté dado por el cumplimiento de la norma que dispuso en la sanción del nuevo
Código Civil y Comercial, pues existen numerosas normas incorporadas y con rango
constitucional que permitirían sostener que el interés superior del niño pueda
considerarse cumplido a raíz de otras disposiciones legales.
Es que el interés superior del niño también supone identificar jurídicamente a las
personas responsables de su educación, satisfacer sus necesidades y garantizar su
bienestar, así como la posibilidad de que el niño crezca y se desarrolle en un entorno
estable. De allí que en la mirada, efectuada la imposibilidad general y absoluta de
obtener el reconocimiento de la relación entre un niño nacido por medio de la
gestación por sustitución y la madre comitente, aparece incomprensible con el interés
superior del niño que exige como mínimo que cada situación sea examinada a la vista
de las circunstancias particulares del asunto.
En razón de ello no comparto que el interés superior del niño sea únicamente la
aplicación lisa y llana de una norma por considerar que fue lo que el legislador
entendió, por el contrario la situación justifica y amerita un análisis integral y particular
de la cuestión.
Aludidas las cuestiones más trascendentales del dictamen del Fiscal de Cámara, y
siguiendo los lineamientos expuestos, no puedo soslayar que de la audiencia celebrada
en el pasado 5 de agosto con las autoridades del Tribunal, las partes y los
representantes de los ministerios públicos, he podido advertir con claridad y sin
ninguna duda cuales han sido las intenciones de los involucrados. Tanto por parte de la
actora que ha expuesto las razones de su reclamo, quien además ha dado expresa
cuenta de que se cumple acabadamente con el conocimiento por parte de la menor de
la situación en que fue gestada, como así también por parte de la demandada quien ha
dado sus propias razones para coincidir en el presente reclamo. Razones por demás
valederas que deben ser claramente atendidas.
Tal conocimiento real de la situación me permitió clarificar que sin lugar a dudas la
decisión adoptada en la anterior instancia se adecua a la realidad del caso, lo que
invalida cualquier calificación de arbitrariedad.
Por otro lado la decisión de que se trata acompaña varios antecedentes sobre la
cuestión que han arribado a la misma conclusión aunque no se fundaran de igual
manera.
Así la sala H de esta Cámara tuvo oportunidad de expresarse (conf. S.T.V. s/ inscripción
de nacimiento, del 15/03/2018) al respecto en el sentido que la utilización de las TRHA
ha ensanchado considerablemente la generación de nuevos núcleos familiares, tanto
tradicionales como no tradicionales (conf. Kemelmajer de Carlucci, Marisa Herrera,
Eleonora Lamm «Ampliando el campo de derecho filial en el derecho argentino, Texto y
contenido de las técnicas de reproducción humana asistida», Revista de Derecho
Privado año 1 nro 1, Ediciones Infojus).
Ahora bien, así como se consagra que la voluntad procreacional es la que determina la
filiación habida de estas técnicas, del mismo art 562 en los términos en que ha
quedado redactado prevé que los niños nacidos por estas técnicas también son hijos
de quien dio a luz. De ahí que se discuta si la gestación por sustitución se encuentra
admitida en nuestro ordenamiento.Pero es en este sentido en donde entiendo que no
necesariamente el legislador al establecer la redacción del artículo mencionado haya
previsto que los niños habidos de una gestación por sustitución hayan sido incluidos, si
en definitiva como el ministerio dice es una práctica no permitida.
De allí que al considerar que no puede afirmarse tal cuestión, estaríamos frente a una
situación no reglada por el Código, lo que habilita a interpretar los hechos de manera
tal que puedan quedar amparados por otras normativas a las que ya he aludido y que
tienen como dije raigambre constitucional (art. 75 inc. 22 de la CN).
Es así que entonces si tenemos en cuenta que la ley 26862 sobre Acceso integral a los
procedimientos y técnicas médicas regula la cobertura de las técnicas de reproducción
humana asistida y que éstas no podrán introducir requisitos o limitaciones que
implique la exclusión debido a la orientación sexual, a mi criterio el art.562 no regula
todas las situaciones que podrían llegar a darse a través de estas técnicas. Y la
gestación por sustitución claramente podría entenderse que no se encuentra en
consecuencia alcanzada por la misma, sea que se trate de parejas heterosexuales que
deben recurrir a esta técnica o incluso de parejas del mismo sexo.
En este lineamiento la redacción del art. 562 como fue aprobado y pese a los términos
de la ley 26862 mencionados, no resulta amparar todos los supuestos, sino que
aparece incompleta. De allí que no sea ni siquiera necesario como ya he dicho declarar
la inconstitucionalidad de dicha norma pues considero que la situación que nos
convoca no se encuentra contemplada en la misma, lo que me lleva en razón de las
circunstancias ya apuntadas a considerar la viabilidad del reclamo por encontrar
acreditados los extremos fácticos necesarios que me convencen de la necesariedad de
admitir el desplazamiento y posterior emplazamiento de la maternidad tal como fue
expresamente solicitado.
En razón de lo expuesto es que los agravios no serán admitidos, y por ello propongo
confirmar la elocuente decisión adoptada por la colega de la primera instancia de
acuerdo a los presupuestos de hecho del presente caso, con costas por su orden de
conformidad con la naturaleza de la cuestión debatida (art. 68 2 da parte del ritual).
El Dr.Rodríguez dijo:
El caso sometido a revisión tiene su génesis en esta última alternativa, a partir del
acuerdo entre los padres comitentes y la mujer gestante, luego instrumentado en el
consentimiento previo libre e informado protocolizado, entre los actores, que
manifestaron su voluntad procreacional, y la demandada, por el cual la SSA se
comprometió a ser mujer gestante en virtud del material genético aportado por el
accionante SC para la realización del tratamiento, lo que acreditan mediante estudio de
ADN realizado en la Fundación Favaloro (ver fs. 14/18). Allí se advierte a la Sra. Amarillo
sobre los principales riesgos físicos y psicológicos de este procedimiento (fs. 19/36).
Cabe aclarar, que en el esquema de la filiación por TRHA esta práctica era la única
posibilidad con la que contaba la pareja comitente para cumplir con su deseo de
aumentar el número de hijos, habida cuenta de la impoisbilidad de concebir y gestar
de la actora.Fecundación «in Vitro» con útero portador por FIV/ICSI con donación de
óvulos, fue el tratamiento considerado más adecuado.
Producto del empleo de dicha técnica, que como dije involucró el material genético del
nombrado actor y una ovodonación anónima, la niña ha nacido en esta ciudad de
Buenos Aires el 7 de diciembre de 2016, y figura inscripta como hija de SC y SSA.
II. La sentencia y los agravios De acuerdo a como finalmente quedó trabada la litis, dos
cuestiones debió decidir la colega de grado, la acción de impugnación de la maternidad
contra la Sra. SSA, por un lado, y la acción de filiación a los fines de emplazar a la aquí
demandante S como madre de la niña A, por el otro.
Abundó en otra parte, que ese elemento volitivo no está ni nunca estuvo presente en
SSA. Destacó que así lo ha manifestado al suscribir el consentimiento informado, en su
presentación en estos actuados y al ser citada ante la Defensora Pública Tutora.
Tampoco ha asumido los cuidados de la niña A ni ha disputado la filiación pretendida
por la Sra. S. Precisó al respecto que cualquiera sea la noción de voluntad procesional a
la que adhiramos, SSA ha manifestado expresamente carecer de ella, tanto por sus
actos procesales, como en su manifestación ante los profesionales del Centro Halitus,
como en sus acciones respecto de la niña Consideró que no le incumbía expedirse
sobre la legalidad de la técnica o su regulación, y por ello se limitó a determinar la
filiación de la niña en base a la normativa imperante. No obstante señalar que en la
normativa específica que regula la materia -la ley 26.862- se recepta la técnica a la que
ha sido sometida la Sra.SSA en su faz médica y jurídica, aún cuando no establezca una
previsión específica respecto de la filiación de la niña nacida gracias a la referida
intervención médica.
Es por ello que concluyó que el emplazamiento materno -que es lo que se discute en
los actuados- se decide por los principios establecidos en el Código Civil y Comercial,
sin que sea necesario tachar de inconstitucionalidad norma alguna para desplazar a la
encartada de su vínculo materno-filial con AC.
Añade, en esa línea, pero ya ubicado en el ámbito del derecho positivo actual, que el
legislador, de modo coherente con la decisión de excluir a la gestación por sustitución
como práctica admitida, dio una solución legal para la determinación de la filiación
resultante a través del art. 562 del CCyC: determinar la filiación materna por el parto,
que obedece a una misma regla tanto en el ámbito de la filiación por naturaleza como
en el de la que es fruto de las TRHA.
Apunta que el legislador, en tal sentido, y sin entrar aquí a juzgar el acierto de la
decisión plasmada en la norma, estableció como regla de orden público que la
maternidad se determina por el parto -«la mujer que dio a luz»-, y lo hizo con pleno
conocimiento -como surge del debate parlamentario al que ya se ha mencionado- de la
existencia, dentro de los TRHA, de la práctica de la gestación por sustitución.
Por lo tanto, concluye que es indudable que, a través del art. 562 del CCyC, el
Honorable Congreso de la Nación dio una respuesta en cuanto al modo de determinar
la maternidad en cualquier tipo de práctica que involucre las TRHA.
Sobre la base de dicha regla legal, y a la sentada por el art.558 del CCyC, en cuanto a
que sólo pueden existir dos vínculos filiatorios, el único modo de admitir las
pretensiones objeto de este proceso es prescindir de aplicar la referida norma de
orden público.
Desliza otros argumentos que giran en torno de la misma idea, vinculada a los límites
que el ordenamiento jurídico le coloca a la voluntad procreacional, da nociones
precisas del orden público y alega que del razonamiento volcado en la sentencia surge
que no se hace cargo de que el artículo 562 del CCyC estableció que, en lo que hace a
la filiación por maternidad en TRHA, el vínculo se determina por el parto, con
prescindencia del nexo genético que tenga la madre con el niño, y de la ausencia de
voluntad procreacional que pueda haber mediado de parte de la gestante.
Explica que al optar por ese criterio, el legislador efectuó una razonable ponderación
del vínculo que se genera entre el niño y la madre gestante.El cual, lejos de asentarse
en una ficción, es una regla que responde a un dato objetivo, que el legislador
consideró de relevancia suficiente para determinar la filiación del menor.
Objeta que en la sentencia anida la idea, que el interés superior de la niña reside en
contar con una identidad o filiación que la vincule con quien manifestó, a través de los
consentimientos informados que precedieron a la TRHA, su voluntad y deseo de ser
madre, y asumió luego del nacimiento las responsabilidades parentales
correspondientes. Esto porque considera que tal afirmación no refleja más que una
opinión personal, sin sustento en el ordenamiento jurídico.
Refuta que la definición de lo que, en el caso, mejor atiende al interés superior del
niño, debe efectuarse a partir de los valores y principios que surgen de las normas
jurídicas. Mirado de esa forma y desde la perspectiva que el legislador no admitió por
el momento la práctica de la gestación por sustitución, aquél se preserva manteniendo
la regla de que es hijo de la madre que lo gestó, y brindándole -para casos como el de
autos-, la posibilidad de tener un vínculo filiatorio -a través de la adopción por
integración- con quien, como sucede con la actora, reclama ser emplazada como
madre.
Se queja porque entiende que la sentencia omitió ponderar que la solución legal
resuelve adecuadamente los intereses en juego, pues a la par de dotar a la menor de
un emplazamiento inmediato, que asegura la integridad de todos los elementos de su
identidad (conf. art. 7, 8 y 9 de la Convención de los Derechos del Niño y art. 11, ley
26.061), preserva el derecho de los actores involucrados en el caso.
Entre nosotros, posee raigambre constitucional (art. 75, inc. 22) y, a su vez, como es
sabido y ya se lo señalara, se encuentra reconocido en la Convención de los Derechos
del Niño y reproducido por Ley 23.849 en nuestro país, siendo que en su art.3
establece que, en todas las medidas concernientes a los niños que tomen las
instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se
atenderá será el interés superior del niño.
Por su parte, la Ley 26.061 establece, en su art. 3, qué ha de entenderse por el «Interés
Superior del Niño, Niña y Adolescente», mediante una definición de su esencia y
alcances: » la máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías
reconocidos en esta ley», debiéndose respetar: a. Su condición de sujeto de derecho;
b. El derecho de las niñas, niños y adolescentes a ser oídos y que su opinión sea tenida
en cuenta; c. El respeto al pleno desarrollo personal de sus derechos en su medio
familiar, social y cultural; d. Su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y
demás condiciones personales; e. El equilibrio entre los derechos y garantías de las
niñas, niños y adolescentes y las exigencias del bien común; f. Su centro de vida. Se
entiende por «centro de vida» el lugar donde las niñas, niños y adolescentes hubiesen
transcurrido en condiciones legítimas la mayor parte de su existencia.
En la sección dedicada a los objetivos, apartado 12, se señala: «El objetivo principal de
la presente Observación General es mejorar la comprensión y observancia del derecho
del niño a que su interés superior sea evaluado y constituye una consideración
primordial o, en algunos casos, la consideración primordial (véase el párrafo 38 infra).
El propósito general es promover un verdadero cambio de actitud que favorezca el
pleno respeto de los niños como titulares de derechos. En concreto, ello repercute en
los siguientes aspectos: a) La elaboración de todas medidas de aplicación adoptadas
por los gobiernos; b) Las decisiones individuales tomadas por autoridades judiciales o
administrativas o por entidades públicas a través de sus agentes que afectan a uno o
varios niños en concreto».
En relación al caso que toca examinar, en una primera aproximación, puede sostenerse
que la perspectiva de género se refiere a la metodología y los mecanismos que
permiten identificar situaciones de discriminación, desigualdad y exclusión de las
mujeres, que se pretendan justificar con base en las diferencias biológicas entre
aquellas y hombres, así como las acciones que deben arbitrarse para crear las
condiciones de cambio que permitan avanzar en la construcción de la igualdad de
género.
En un contexto aún más amplio, se puede afirmar que el Poder judicial no es ajeno a la
obligación de promover la igualdad real de trato y de oportunidades, y sobre esa base,
extender la acción promotora a toda persona que se encuentre en una situación de
vulnerabilidad o que sea sujeto de tutela, al goce pleno y ejercicio de los derechos
reconocidos por la Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre
derechos humanos, en un todo de acuerdo con lo que le ordena, aunque a otro poder
del estado, el inc. 23, del art. 75 de la Constitución Nacional, que debe interpretarse en
conjunto con el inciso anterior y con la parte dogmática de su texto.
El citado dispositivo de la cúspide de la pirámide jurídica, alude a los niños, las mujeres,
los ancianos y las personas discapacitadas. Y es incontrovertible, como se lo ha
señalado, que donde quiera que haya o pueda haber una necesidad, una diferencia,
una minusvalía, allí hay que reforzar la promoción de la igualdad real y de los derechos
humanos (conf. Bidart Campos, Germán J.: «Manual, de la Constitución Reformada», t.
III, p. 125/69.
Un caso de extrema delicadeza humana como el que es objeto de análisis, dadas las
consecuencias que apareja, las personas que lo protagonizan y las múltiples aristas que
contiene, exige un análisis con perspectiva de género, a fin de corregir las eventuales
desigualdades o desajustes que se puedan derivar de interpretaciones de los textos
legales que prescindan de aquella mirada, lo que incluye como mecanismo apto para
neutralizarlas, entre otros, las directrices y el marco valorativo que aporta el bloque de
constitucionalidad (art. 75, in 22 de la Constitución Nacional), que desde luego
comprende a la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer. (Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Ratificada
por Ley Nº 23.179 del año 1985 y arts.1 y 2 del Titulo Preliminar, del Código Civil y
Comercial de la Nación).
Explicado ello, antes de ingresar al análisis del texto legal en cuestión, para un más
adecuado tratamiento de los agravios, entiendo necesario referirme primero a una
triple distinción que deviene imprescindible realizar: las fuentes de la filiación, la
determinación o atribución de estados de familia y las técnicas o prácticas de
reproducción humana asistida en sí mismas consideradas. Se trata de figuras que se
interrelacionan, pero que tienen distintos efectos y se regulan por diferentes normas.
En lo que hace a las primeras, el nuevo Cód. Civ. y Com. de la Nación, ha incorporado
una tercera fuente de la filiación, al contemplar en el art. 558 la filiación mediante
técnicas de reproducción humana asistida (TRHA), a la par de la filiación por naturaleza
y de la filiación por adopción, ya conocidas en nuestro medio. De acuerdo con dicho
precepto, las tres fuentes mencionadas se encuentran en igualdad de condiciones y
efectos, con el límite de dos vínculos filiales.
En lo que hace a la maternidad, que es lo que interesa en el caso, vale recordar que el
art. 242 del ordenamiento anterior, luego de la ley 23.264 contemplaba un mecanismo
objetivo de determinación, mediante la acreditación del hecho del parto y la identidad
del recién nacido. Aun -la norma lo aclaraba de manera expresa-, cuando no mediara
reconocimiento expreso.
En lo que respecta a las Técnicas de Reproducción Humana Asistida (TRHA), han sido
definidas como el conjunto de métodos o técnicas médicas que, a través de la unión de
gametos – extracción quirúrgica de los óvulos del ovario de la mujer y su combinación
con el esperma- conducen a facilitar o sustituir a los procesos biológicos naturales que
se desarrollan durante la procreación humana.Se trata de técnicas que permiten la
procreación de un ser humano sin necesidad de la previa unión sexual entre un
hombre y una mujer (Aída Kemelmajer de Carlucci, Marisa Herrera, Eleonora Lamm
«La reproducción médicamente asistida. Mérito, oportunidad y conveniencia de su
regulación», LA LEY, 08/08/2011, p. 1; Delia Iñigo, lea Levy, Adriana Wagmaister,
«Reproducción humana asistida», Enciclopedia de derecho de familia, TIII, Editorial
Universidad, Buenos Aires, 1994 p. 551, entre otros).
El Sr. Fiscal de Cámara se agravia porque considera que admitir, como lo hace el
decisorio en crisis, la posibilidad de impugnar la maternidad de la mujer gestante sobre
la base de la acreditación de la «inexistencia de voluntad procreacional», sin que medie
planteo ni declaración de inconstitucionalidad de las normas involucradas, con
particular referencia al citado art. 562 del Nuevo ordenamiento, que es el que rige el
caso, resulta arbitraria. Para el resto de la argumentación que alimenta las quejas
relativas al tema, me remito al resumen efectuado en el punto II, en honor a la
brevedad.
Los jueces sólo pueden apelar a ese recurso, cuando la incompatibilidad con la
Constitución sea inconciliable, o sea, cuando no exista la posibilidad de una solución
adecuada del juicio por otras razones distintas que las constitucionales comprendidas
en la causa, y la norma no resulte susceptible de interpretación alguna que guarde
armonía con la Ley Fundamental y los Tratados Internacionales (art. 75, inc. 22 de la
Constitución Nacional).
Resumidas ut-supra las figuras que integran el menú que es dable ofrecer para la
solución del recurso sometido a revisión, para deparar idóneo tratamiento al agravio,
resulta conveniente realizar ab initio, un breve repaso del recorrido inmediato anterior
que tuvo el dispositivo que menciona el dictamen hasta adquirir su actual fisonomía,
tal como luce en el ordenamiento vigente.
De acuerdo con ello, el primer hito está constituido por el art. 562 del Anteproyecto de
reforma del Código Civil y Comercial de la Nación, que como es sabio, reglaba este
tema en los siguientes términos: «Gestación por sustitución.El consentimiento previo,
informado y libre de todas las partes intervinientes en el proceso de gestación por
sustitución debe ajustarse a lo previsto por este Código y la ley especial. La filiación
queda establecida entre el niño nacido y el o los comitentes mediante la prueba del
nacimiento, la identidad del o los comitentes y el consentimiento debidamente
homologado por autoridad judicial. El juez debe homologar sólo si, además de los
requisitos que prevea la ley especial, se acredita que: a) se ha tenido en miras el interés
superior del niño que pueda nacer; b) la gestante tiene plena capacidad, buena salud
física y psíquica; c) al menos uno de los comitentes ha aportado sus gametos; d) el o los
comitentes poseen imposibilidad de concebir o de llevar un embarazo a término; e) la
gestante no ha aportado sus gametos; f) la gestante no ha recibido retribución; g) la
gestante no se ha sometido a un proceso de gestación por sustitución más de DOS
veces; h) la gestante ha dado a luz, al menos, UN hijo propio. Los centros de salud no
pueden proceder a la transferencia embrionaria en la gestante sin la autorización
judicial. Si se carece de autorización judicial previa, la filiación se determina por las
reglas de la filiación por naturaleza».
Arribado a este punto, el art. 562 del Código Civil y Comercial de la Nación prescribe:
«Volunad procreacional.Los nacidos por las técnicas de reproducción humana asistida
son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la mujer que también ha prestado su
consentimiento previo, informado y libre en los términos de los artículos 560 y 561,
debidamente inscripto en el Registro del Estado
Civil y Capacidad de las Personas, con independencia de quien haya aportado los
gametos».
Si bien es verdad, como se señala en las quejas, que la norma estableció como regla
que los nacidos por TRHA son hijos de «quien dio a luz», no lo es menos que el
dispositivo no prohíbe de manera expresa ni consagra la nulidad de ninguna índole de
los convenios de maternidad subrogada. Amén de que no cierra las puertas a la
impugnación de la maternidad, a la vez que erige a la voluntad procreacional en la
clave de esa fuente de filiación.
Difiero por ello con lo que se interpreta en las quejas, en punto a que con el citado art.
562 del Código Civil y Comercial de la Nación, conjugado con el límite impuesto por +el
art. 558, última parte, el Honorable Congreso de la Nación dio una respuesta en cuanto
al modo de determinar la maternidad en cualquier tipo de práctica que involucre los
TRHA. Esto, porque en su ámbito de vigencia espacial no está comprendido el
procedimiento médico que se cuestiona.Esta interpretación del precepto, permite
compatibilizar el título «voluntad procreacional», con el contenido de la norma. Es
decir, para la maternidad que determina, esta se para en la hipótesis en que la mujer
que «dio a luz», es «también» -para utilizar la terminología que emplea el dispositivo-
En esta línea, Gil Domínguez explica con relación a la gestación por sustitución: «Si bien
existe un vacío legal, esto no se traduce en un vacío constitucional-convencional. En
primer lugar, porque la legalidad como principio estructural del Estado constitucional y
convencional de derecho argentino establece que «ningún habitante de la Nación será
obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe» (art. 19
CN) [Gil Domínguez, «La gestante no es madre. Reflexiones sobre la gestación por
sustitución y el discurso jurídico», Diario DPI Suplemento Civil, Bioética y Derechos
Humanos N° 30 – 11/07/2017].
En virtud de ello, considero que los arts. 558, 560, 561, 562, 569, 570 y 575 del Código
Civil y Comercial de la Nación y concordantes, interpretados de buena fe, con sujeción
a criterios de razonabilidad y justicia, bajo el paraguas del bloque de
constitucionalidad, de acuerdo con el contenido valorativo que aportan los tratados de
derechos humanos y en forma armónica con todo el ordenamiento jurídico (arts. 1 y 2
del Título Preliminar del citado ordenamiento), avalan la solución propiciada. Ello,
porque la única manera de respetar la clara finalidad del codificador al erigir en este
tercer tipo filial a la voluntad procrecional como la piedra de toque de la determinación
de la filiación (art. 575 citado), es circunscribir el modo de atribución de la maternidad
que el precepto prescribe al supuesto señalado, cuando la madre que da a luz es
también quien expresó de la manera legalmente indicada aquélla voluntad.Sólo en
dicha hipótesis, el citado adagio romano que indica «partus sequitum ventrem» (el
parto sigue al vientre), que importa suponer que el hecho objetivo del parto
(debidamente probado) presume la maternidad, halla justificación en las razones
históricas ya explicadas, y da sentido a todos los dispositivos involucrados. Además de
guardar coherencia con la citada Ley Nacional N° 26.862, especial sobre la materia, en
cuanto garantiza el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-
asistenciales de reproducción médicamente asistida (sancionada el 5 de junio de 2013)
y con los arts. 1º y 2º de la ley N° 26.529 de los Derechos del paciente, en cuanto les
confiere a ellos ese importante margen de libertad, al abrirle la puerta la delicada
temática que disciplina, al principio de la autonomía de la voluntad, pilar en materia de
contratos (arts. 958 y 959 el Código Civil y Comercial de la Nación).
Si por las razones antedichas, se descarta la aplicación del mencionado art. 562 a la
técnica o práctica médica a la que se acudiera en la especie, considero que bajo el
marco constitucional – convencional, que desde luego incluye el art. 19 de la
Constitución Nacional, esta última ley y los arts. 558, 566 y 575 del ordenamiento civil
y comercial y normas concordantes, dan suficiente sustento jurídico a lo decidido en la
sentencia de la anterior instancia en este caso en concreto. Como es obvio, sin que
para ello fuera menester la declaración de inconstitucionalidad, porque en el
pronunciamiento recurrido no se ha prescindido de aplicar la norma que rige el caso,
ya que por lo dicho, el citado art. 562 en lo que hace a la determinación de la
maternidad, no aplica en este supuesto, que encuentra en las otras normas positivas
identificadas sobrado basamento en la voluntad procreacional.Por tanto, concluyo que
los agravios sobre este tema central, deben ser rechazados, tal como se lo propone en
el primer voto.
Juzgado ello, vale resaltar que en nuestro país, diversos pronunciamientos se han
inclinado a favor de la voluntad procreacional de los comitentes al momento de
determinar el vínculo jurídico respecto de los niños nacidos mediante el método de
gestación por sustitución (JCivil N° 86, «N. N. o D. G., M. B. M. s/ inscripción de
nacimiento, 18/06/2013, JCivil N° 8, «Barrios, Beatriz M»A» y otro c. González, Yanina
Alicia s/ impugnación de la filiación», 20/09/2016; JFamilia N° 1 Mendoza, «C. M. E. y J.
R. M. s/ inscripción nacimiento», 15/12/2015; Familia N° 7 Lomas de Zamora,
30/12/2015, «H. M. y otro s/ medidas precautorias art. 232 del Cód. Proc. Civ. y Com.
de la Nación «; Juzgado de Familia N° 2 de Moreno ya citado, del 04/07/2016, Tribunal
Colegiado de Familia Nro. 7 de Rosario: «H., M. E. y otros s/ Venias y dispensas» ,
05/12/2017, Cita Online: AR/JUR/105404/2017 entre otros).
La misma postura fue la que triunfó al respecto en las XXV Jornadas Nacionales de
Derecho Civil, realizadas en Bahía Blanca en el año 2015, cuando en la comisión 6
sobre Familia: «Identidad y filiación» integrada por Marisa Herrera (UBA), Guillermina
Zabalza (UNdel Centro de la Provincia de Bs. As), Paula Fredes (UN de Río Negro), María
Teresa Vega (UN de Catamarca), Ana Peracca (UN de Catamarca), Natalia de la Torre
(UP), Federico Notrica (UP), Carolina Duprat (UNS), Adriana Krasnow (UNR), Ana María
Chechile (UN de La Plata), Mariel Molina de Juan (Universidad Nacional Champagnat),
Silvina Basso (Uces), Victoria Schiro (UN del Centro de la Provincia de Buenos Aires) y
Patricio Curti (UP), se concluyó por unanimidad que «aún sin ley, al no estar prohibida,
se entiende que la gestación por sustitución está permitida».
Frente a esta opinión, que defiendo, francamente mayoritaria, se alza otro sector de la
doctrina y de la jurisprudencia, en la que el Sr. Fiscal de Cámara sustenta sus quejas, qu
e le da al artículo 562 un alcance distinto. Se basa en que el punto de partida de toda
filiación es el vientre de la madre. Es decir, que la voluntad procreacional no sirve para
determinar la maternidad, puesto que ella se determina por el vientre, más allá de
todo consentimiento.En otras palabras, para esta postura, la voluntad procreacional
rige en el ámbito en donde no rige el vientre, como una nueva forma de enlazar al niño
con sus progenitores de deseo. Coherente con ello, quienes militan en estas filas,
entienden que la norma toma posición contra la explotación derivada de los contratos
de maternidad subrogada (ver Alterini, Jorge H.: «Código Civil y Comercial,
Comentado», t. III, p. 497. Para otros autores que objetan el instituto ver Laferriere,
Jorge N. – VIAR, Ludmila, «¿Es inevitable la gestación por sustitución? Reflexiones a
partir de una sentencia judicial», Revista de Derecho de Familia y de las Personas, 10,
año VII, Ed. La Ley, Buenos Aires, noviembre de 2015, ps. 220 y ss.; Sambrizzi, Eduardo
A., «La voluntad procreacional como fuente de filiación», Revista Temas de Derecho de
Familia, Sucesiones y Bioética, Ed. Erreius, Buenos Aires, mayo de 2017, p. 307;
Marrama, Silvia, «La dignidad de la madre subrogada frente a la omnímoda voluntad
procreacional de los comitentes de la gestación solidaria. Análisis del proyecto de ley
5700-D-2016», DFyP, 7, año IX, Ed. La Ley, Buenos Aires, agosto de 2017, ps. 226 y ss).
En este sentido, difiero con la fiscalía en que esta solución interpretativa guarde
coherencia con lo que el ordenamiento sustancial dispone en el art. 17. Lo que esta
norma hace, es crear una categoría de objetos de derecho, el cuerpo humano y sus
partes, que no tienen un valor económico, sino afectivo, terapéutico, científico,
humanitario o social. De esa manera conjura la posibilidad de que el cuerpo, y muy
especialmente sus partes, puedan ser calificadas como cosas, expuestas a la
especulacion pecuniaria, y de esa manera patentadas y transferidas. Sólo admite actos
de disposición por su titular siempre que se respete alguno de esos valores y según lo
dispongan las leyes espciales.
Ello así, cuando como ocurre en el caso, una disposición jurídica admite más de una
interpretación, debe prevalecer la que satisfaga de manera más efectiva aquél interés.
Y en este sentido, ninguna duda abrigo que la solución que mejor lo resguarda en el
caso en concreto, si la cuestión se analiza desde lo procesal, es la confirmación de lo
decidido en la anterior instancia que da una solución defintiva al asunto. Esto, porque
lo que propone el Representante del Ministerio Público Fiscal, que en el mejor de los
casos culminaría con una adopción plena por integración, no está comprendido en el
objeto de las pretensiones esgrimidas. De modo que obliga transitar un largo proceso,
que va en dirección contraria a los principios de celeridad y economía procesal, así
como al de concentración de los actos (art. 34, inc. 5º del Código Procesal), además de
la inseguridad jurídica en la que quedarían sumidas «A» y su mamá durante todo ese
período, con aptitud para
tornar irrazonable el plazo para el reconocimiento de sus derechos, que nadie discute,
por parte del órgano jurisdiccional (art. 8 y 25 de la Convención Americana Sobre
Derechos Humanos, Pacto de San José de Costa Rica). Es indudable que en ese
recorrido que se propone sufre afectación el derecho fundamental, de carácter
convencional – constitucional, a la tutela judicial efectiva, que comprende la
prerrogativa a tener un juicio sin dilaciones indebidas y al efectivo cumplimiento de la
sentencia que se dicte, de acuerdo a lo que con claridad establecen los citados
dispositivos de la CADH.
Constituría una quimera limitar los alcances de tan noble instituto al acceso a la
justiciar, y librar al albur el resto del trámite.Por ello, con inudable acierto se ha
explicado que la tutela judicial efectiva comprende no solo el derecho a ser oído y a
rendir pruebas, sino también a que se dicte una sentencia dentro de un plazo
razonable por un juez independiente y a que esa sentencia sea cumplida (ver Ríos, Juan
Pablo – Nicolino, Marcela: «La tutela judicial efectiva en el derecho de familia», La Ley,
el 24/07/2020. Cita Online: AR DOC 4236/2019).
En tal orden, es indubitable que la realidad vital torna imprescindible la definición del
asunto ahora, sin más dilaciones, si se aprecia el tiempo transcurrido y la etapa que
atraviesa la niña, que va a cumplir cuatro años y conforme lo informara su mamá en la
audiencia mencionada en el primer voto, comenzó el jardín, y de acuerdo a lo que
narrara, enterados de su situación, «A» ya experimentó en carne propia el escarnio por
los comentarios de sus compañeritos, que aunque vertidos desde la inocencia
connatural a las criaturas de esa corta edad, no escapan a la crueldad apta para
provocar dolor. Esto último prueba que fuera de lo coyuntural que apareja el
aislamiento social y obligatorio motivado en la pandemia que afecta al planeta, vienen
los tiempos en que la interacción con sus pares será frecuente, circunstancia que
robustece la exigencia de consagrar una solución que le brinde seguridad para
favorecer su desarrollo holístico.Se potencia así la necesidad de consolidar
definitivamente su derecho a la identidad, dada la beneficiosa repercusión que habrá
de tener en la vida social y de relación de la pequeña.
Para medir el interés superior del niño desde el prisma del derecho sustancial en
general, y en lo que respecta al derecho a la identidad en particular, es primero
necesario sintetizar las diferencias que se advierten sobre el punto entre lo que se
decidiera en la sentencia, con la postura que se sostiene en las quejas. En la primera, el
derecho a la identidad de la niña analizado desde su superior interés, se considera
violentado en el esquema propuesto por el Sr. Fiscal de primera instancia, y base
fundamental para justificar la decisión a la que se arriba. Se lo interpreta en un sentido
amplio, que no se limita a considerar el aspecto físico o biológico de la persona» sino
que «comprende también el bagaje espiritual, intelectual, político, profesional, etc. a
través del cual el individuo se proyecta socialmente al exteriorizar de alguna manera
estos aspectos
propios de su personalidad» (Famá, María Victoria, «La Filiación», Ed. Abeledo Perrot,
Buenos Aires, 2009, pág.44 y ss). Con una visión reduccionista, la postura que se
combate en el dictamen es emplazada en el esquema de una mera opinión personal, a
la par que se señala que a diferencia de lo decidido por la Magistrada la satisfacción de
aquél interés debe efectuarse a partir de los valores y principios que surgen de las
normas jurídicas. Y desde esa perspectiva, como reputa que el legislador no admitió
por el momento la práctica de la gestación por sustitución, tal interés del niño se
preserva manteniendo la regla de que es hijo de la madre que lo gestó, y brindándole
-para casos como el de autos-, la posibilidad de tener un vínculo filiatorio -a través de
la adopción por integración- con quien, como sucede con l a actora, reclama ser
emplazada como madre. De forma tal que, lo que considera es la solución legal,
resuelve adecuadamente los intereses en juego, pues a la vez que dota a la menor de
un emplazamiento inmediato, que asegura la integridad de todos los elementos de su
identidad (conf. art. 7, 8 y 9 de la Convención de los Derechos del Niño y art. 11, ley
26.061), preserva el derecho de los actores involucrados en el caso.
Para dar respuesta a esta disputa, vale recordar que siguiendo a Fernández Sessarego,
la identidad personal puede ser definida como el conjunto de atributos y características
que permiten individualizar a una persona en la sociedad. Identidad personal es todo
aquello que hace que cada cual sea uno mismo y no otro. Este plexo de características
de personalidad de cada cual se proyecta hacia el mundo exterior, se fenomenaliza y
permite a los demás conocer a la persona, a cierta persona, en su mismisidad (ver
Fernández Sessarego, Carlos: «Derecho a la identidad personal», Astrea, Bs. As., 1992,
p. 113).
Este y otros autores, desde hace ya mucho tiempo, han distinguido en el derecho a la
identidad una faz dinámica y otra estática.La primera comprendería relaciones sociales
que la persona va generando a lo largo de su vida, incluyendo su historia personal, su
biografía existencial, su estructura social y cultural, entre ellas, la socioafectividad; en
tanto que la segunda responde a la concepción restrictiva de identificación y se
establece, como regla, sobre los datos físicos de una persona, como ser, los genes (ver
Herrera, Marisa: «Manual de derecho de familia», Abeledo-Perrot, Bs. As., 2015, p.
403).
En torno a ello, cabe señalar que mientras algunos autores de fuste, como De Cupis
ubican la filiación materna o paterna en la identidad, otro importante sector, por
considerarlos propios de un orden familiar parental, lo emplaza en el estado de familia,
considerado uno de los atributos de la personalidad, noción abstracta que no
corresponde a una determinada relación familiar y que comprende los elementos
comunes a todas. Lo que subyace aquí es el derecho a lograr la concreta posición o
cualidad de la persona en el seno de la familia que le pertenece (Ver Cifuentes:
«Derechos personalísimos», con cita del nombrado autor italiano y de Zannoni y otros
autores que sostienen la otra postura).
De acuerdo con lo que llevo expuesto, es claro que la mencionada disputa debe
decidirse en favor de la tesis defendida en la sentencia apelada, porque la posición
esgrimida en los agravios, sin perjuicio del respeto que merecen esa y todas las ideas
que fundadamente desde una u otra orilla se expiden sobre el punto, carece de
sustento fáctico – jurídico en el caso en concreto, porque conduce a lesionar el derecho
a la identidad de «A» en ambos aspectos, tanto en el estático -o el derecho a la filiación
según la postura que se acepte- como en el dinámico.Ello, porque se le impide acceder
al emplazamiento fundado en el elemento volitivo, columna vertebral de la filiación
por TRHA, y de ese manera se la obliga a mantenerse en una situación irreal desde lo
jurídico, que al unísono la priva de su verdadero vínculo filial con MDS, que es quien
dejó expresada desde un principio su voluntad procreasional a través del mencionado
consentimiento previo, libre e informado, además de asumir la responsabilidad
parental desde el nacimiento, y se la constriñe a prolongar hasta la adopción por
integración que se propone como alternativa, un vínculo jurídico falso con SSA, que ha
manifestado siempre que carece de aquélla voluntad, ya que sólo intervino como
mujer gestante, y sin otra fuente de filiación que justifique el actual emplazamiento.
Se ha señalado en esta línea, con contundencia, «La respuesta más conveniente e
igualitaria, respetuosa de la identidad y, consecuentemente del mejor interés de los
niños, es que desde su
Analizada esta importante cuestión con una visión de género como la que se desarrolla
en el punto III-b), es dable recordar que el matrimonio para concretar su explicado
sueño acudió a la tercera vía de filiación citada, representada por las TRHA, donde la
voluntad procreacional tiene el supremo rol ya explicado, con total independencia de
quien aporte el material genético.Sin embargo, no obstante que ambos la expresaron
de acuerdo a lo que prescribe el ordenamiento jurídico, sólo SC vio satisfecho desde el
vamos su derecho al vínculo filial con su hija, mientras que MD todavía lucha por
conseguirlo. Levantado todo anclaje que recaiga sobre arcaicos patrones de conducta,
estereotipos o prejuicios, emerge prístina una desigualdad, que de rondón afecta el
proyecto de vida en común que los actores comparten y el puntual derecho a la familia
que en definitiva quieren formar, y que en la medida que el ordenamiento legal,
convencional – constitucional lo permita, tal como efectivamente ocurre en el caso,
debe ser desterrada de manera implacable, y sin más demoras, a fin de restablecer el
equilibrio y la igualdad lesionados.
Por su parte, el abandono previsto en el art. 700, inc. b), del Código Civil y Comercial de
la Nación, que provoca la extinción de la responsabilidad parental, a diferencia de la
que opera de pleno derecho y por causales objetivas que no guardan relación con
reproche o imputación a la progenitora o progenitor o a ambos, en este supuesto
requiere de declaración judicial -sentencia- pertinente, previa valoración de la
inconveniencia para la hija del mantenimiento de la responsabilidad parental en cabeza
formalmente en este caso de SSA.
La causal exige el abandono del hijo/a, como consecuencia del cual quede en «total
estado de desprotección». Consiste en la abdicación total, injustificada y voluntaria de
los deberes derivados de la responsabilidad parental. Se requiere el
De todo cuanto llevo expuesto se colige, que la negativa suerte de los agravios no
variaría, si en lugar de seguir la interpretación del art 562 y del resto de la normative
que defiendo en este voto para definir la cuestión, se considerara que el precepto
sujeto a análisis admite dos interpretación, la que sostiene el Sr.Fiscal de
Cámara y la que suscribo, y la solución se adoptara por comparación, porque por lejos,
la que ofrece la sentencia cuestionada resulta la más beneficiosa, tanto desde el
prisma del aludido interés superior de la niña, como de los derechos de la madre
comitente y la sustituta. Ello, además de lo que se señala en el apartado siguiente. e) El
caso bajo el influjo de la OC del TEDH del 10/04/2019 y otros precedentes.
Dos años más tarde, el 21/07/2016, el TEDH decidió en los casos «Foulon y Bouvet
contra Francia» en similar sentido, luego de valorar que ante la negativa del país de
transcribir el acta de nacimiento de los niños nacidos en la India producto de esta
técnica de gestación por sustitución, se había violado el derecho al respeto de la vida
privada de los niños implicados. En similar sentido se pronunció en el caso Affaire
Laborie contra Francia resuelto el 19/01/2017 respecto de un niño nacido en Ucrania
(Kemelmajer de Carlucci, Aída – Herrera, Marisa – Lamm, Eleonora – De la Torre,
Natalia, «La gestación por sustitución en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. A
propósito del caso «Paradiso y Campanelli c. Italia», LA LEY, 13/03/2017, 13/03/2017,
6, Cita Online AR/DOC/610/2017).
Esta opinión no se halla contradicha por lo resuelto por la alta instancia europea en el
caso «Paradiso-Campanelli vs. Italia» como pretende imponerlo cierto sector de
opinión. Ello, porque como se lo ha señalado, no puede tomarse como precedente en
materia de gestación por sustitución porque el voto mayoritario se limitó a analizar si
debían o no prevalecer los derechos de una pareja que, sin aportar material genético
alguno y violando normas nacionales, había viajado al extranjero para tener un hijo con
la ayuda de otra persona; el problema no giró en torno a la aceptación o no de aquélla
práctica médica, sino a la forma en la que el proceso se desarrolló. Por lo demás, al
momento de la decisión por el TEDH, el niño nacido en Rusia ya había sido adoptado
por otra familia italiana, por lo que el interés superior del niño estaba plenamente
asegurado (Kemelmajer de Carlucci, Aída: «La gestación por sustitución y la opinión
consultativa del Tribunal Europeo de Derechos Humanos emitida el 10/04/2019,
Publicado en:SJA 04/09/2019 , 39, JA 2019-III, con cita de Ver KLEINER, Caroline,
«Surrogate motherhood in France; the need for a change. Consideration of French
Private International Law», Kansay University Review of Law and Politics, 38, March
2017).
1. El derecho del niño al respeto de su vida privada en el sentido del art. 8º del
Convenio exige que la legislación nacional prevea la posibilidad de reconocer una
relación jurídica paterno- filial con la madre comitente, designada en el certificado de
nacimiento legalmente establecido en el extranjero como «madre legítima».
2. El derecho del niño al respeto de su vida privada en el sentido del art. 8º del
Convenio no exige que dicho reconocimiento adopte la forma de inscripción en el
registro de nacimientos, matrimonios y defunciones de los datos de la partida de
nacimiento legalmente establecida en el extranjero; pueden utilizarse otros medios,
como la adopción del niño por la madre comitente, siempre que el procedimiento
establecido por la legislación nacional garantice que pueda ser aplicado con prontitud y
eficacia, de conformidad con el interés superior del niño.
Como lo destaca la doctrina, el TEDH remarca que el Est ado debe crear un mecanismo
para establecer vínculos jurídicos con la madre de intención que no aportó los óvulos
porque, el interés superior del niño supone identificar jurídicamente, sin dilaciones y
eficazmente, a las personas responsables del cuidado, educación, crianza, etc.O sea, el
margen de discrecionalidad del Estado se reduce a optar entre diversas vías, pero no
puede negar ese vínculo, especialmente, si la relación legalmente establecida en el
extranjero se ha convertido en una realidad práctica. O sea, la Corte impone a los
Estados reconocer esta maternidad (En Alemania, la Corte Federal ha ratificado la
obligación del estado alemán de inscribir esas partidas. Ver SCHUSTER, Alexander, «La
Corte federale tedesca si esprime ancora in materia di
GPA», http://www.articolo29.it/2019/13045/). Más aún, ese margen de
discrecionalidad para la elección de la vía no es absoluto; está condicionado a que la
incertidumbre sobre la relación jurídica con la madre comitente sea lo más breve
posible»; en suma, el mecanismo de determinación debe ser eficaz (Kemelmajer de
Carlucci, Aída: «último trabajo citado).
Luego, con apoyo en el Dictamen del TEDH, el Pleno de la Corte de Casación francesa 4
octubre 2019 (nº recurso 10- 19.053), en el aludido caso, ha considerado que no
procede la anulación de la inscripción de nacimiento realizada en el Registro Civil
francés en base a la certificación extranjera, en la que figuraba como madre legal la
madre de intención (mujer del padre legal y biológico), que no era la madre biológica
de las dos niñas nacidas en California mediante gestación subrogada.El argumento ha
sido que, por las peculiaridades del señalado litigio, en particular referencia a las
circunstancias de tiempo, no existían otras vías que permitiesen reconocer la filiación
materna en condiciones que no supusiesen una injerencia desproporcionada en el
derecho al respeto a la vida privada de las menores.
Lo dicho corrobora que también con sujeción a estos lineamientos, la solución que se
propone en la sentencia apelada debe ser preferida a la que delinea el Representante
del Ministerio Público Fiscal.
En el caso en particular, no obstante lo que contara la mamá acerca del orgullo con que
«A» exhibiera a sus hermanos su rol protagónico en la audiencia celebrada el 5 de
Agosto por este Colegiado, con las partes y los representantes de los ministerios
públicos fiscal y de la defensa, lo cierto es que mas allá del costado humorístico y la
ternura que despierta tal ocurrencia, no es más que un rasgo anecdótico, que deja
traslucir el efectivo acatamiento de los progenitores del mandato de explicarle a la niña
la forma en que fue gestada y concebida que contiene la sentencia apelada, y en todo
caso de un adecuado manejo de esa vicisitud procesal en el seno de la familia, pero la
incertidumbre de todos ellos no se agota en ese trámite. Ya han transitado un largo
camino, y por todo lo dicho, por los diversos derechos mencionados a lo largo de la
presente, susceptibles de ser afectados, considero que el definitivo reconocimiento de
sus derechos que apareja la confirmación de la sentencia apelada, implica acatar el
mandato de afianzar la justicia que baja del preámbulo mismo de la Constitución
Nacional en este caso en concreto.En particular, si se aprecia que la gestación por
sustitución era la única manera de la madre comitente de alcanzar su sueño, compartio
por su cónyuge, de aumentar su familia a traves del uso de las TRHA, dada su
imposibilidad de concebir y gestar.
A modo de colofón de todo lo que llevo expuesto, por el realismo que necesariamente
debe impregnar a toda decisión jurisdiccional que se precie de tal, en razón de que
participa de esas características, y resulta, en lo pertinente, adaptable a las
circunstancias que rodean el presente, me quedo con lo que expresaron Kemelmajer
de Carlucci, Lamm y Herrera, a propósito del comentario al primer fallo habido en la
materia en la jurisprudencia nacional, en orden a que «el niño -en este caso la niña- no
estaría en este mundo de no haberse recurrido a la gestación por sustitución por parte
de una o dos personas que desearon fervientemente su existencia; tanto lo quisieron,
que no pudiendo hacerlo por otro método recurrieron a uno que implica dificultades
de todo tipo (legales, económicas, fácticas, etc.), concluyendo que regular de manera
positiva la gestación por sustitución es la respuesta legal que mejor satisface el interés
superior del niño. A priori, ese interés exige contar con un marco legal que brinde
seguridad jurídica al niño y, de este modo, lo proteja. Examinado a posteriori del
nacimiento, es en su interés superior que las personas que realmente quisieron asumir
el papel de padres puedan serlo [Kemelmajer de Carlucci, Aída Lamm, Eleonora
Herrera, Marisa; «Gestación por sustitución en Argentina. Inscripción judicial del niño
conforme a la regla de la voluntad procreacional», LA LEY, 11/07/2013, 3, comentario al
fallo del Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Civil N° 86, 2013-06-18, «N.N.o DGMB
M s/ inscripción de nacimiento].
SECRETARIA
La doctora Patricia E. Castro no interviene por hallarse en uso de licencia (art. 23 del
Régimen de Licencias).
JUECES DE CÁMARA
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
55012/2017
#30284034#270965848#20201019145543139
III. En cuanto a la alegada arbitrariedad se refiere, es
preciso recordar que el recurso extraordinario es procedente contra las
sentencias que interpretan arbitrariamente los elementos probatorios
producidos en el juicio u omiten la consideración de los agravios
referidos a la falta de pruebas de una determinada relación jurídica, lo
que no sucede en la especie si se advierte que la decisión cuestionada
se encuentra debidamente fundada. Cierto es que el apelante puede no
estar de acuerdo con la valoración realizada, pero ello no es
subsanable por vía del remedio federal ni admite por sí solo la tacha
de arbitrariedad. En definitiva, la sentencia dictada cuenta con
fundamentos suficientes que bastan para sostenerla como acto
jurisdiccional, lo que obsta a la tacha de arbitrariedad (Fallos:
274:462; 278:135; 300:200; 313:83).
Tampoco considera este colegiado que exista en el caso
cuestión federal en sentido estricto en los términos previstos por el
artículo 14 de la ley 48. La temática resuelta gira en torno a la
interpretación de una norma de derecho común –artículo 562 del
Código Civil y Comercial– y el recurrente no explica ni funda
adecuadamente la relación directa e inmediata entre las normas
́
constitucionales invocadas y lo decidido, tal como lo exige el articulo
15 de la referida ley para la procedencia del recurso extraordinario.
Por lo demás, en apoyo a lo hasta aquí expuesto, importa
mencionar que el señor Procurador General de la Nación se ha
expedido recientemente en el mismo sentido postulado por esta sala
en el presente caso (“S.T.,V. s. inscripción de nacimiento”, del 27 de
agosto de 2020). Dijo en su dictamen que la declaración de
inconstitucionalidad resulta innecesaria para la resolución de este tipo
́
de conflictos, debido a que una mirada sistematica sobre nuestro
ordenamiento jurídico revela que, si bien la gestacioń por subrogacioń
no ha sido regulada auń por el legislador nacional, tampoco ha sido
prohibida.
#30284034#270965848#20201019145543139
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#30284034#270965848#20201019145543139
PAOLA MA. GUISADO – JUAN PABLO RODRÍGUEZ – PATRICIA E. CASTRO
JUECES DE CÁMARA
#30284034#270965848#20201019145543139
CIV 14153/2017/CS1
“S.T., V. s/ inscripción de nacimiento” Aires s/ apelación
S u p r e m a C o r t e:
–I–
La Sala H de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil
confirmó la sentencia de la instancia anterior y, en consecuencia, declaró la
inconstitucionalidad del artículo 562 del Código Civil y Comercial de la Nación y
dispuso la inscripción del niño V., nacido el 10 de enero de 2017 y concebido
mediante ovodonación anónima por gestación por sustitución, como hijo de H. T. y
de C. A. S. (fs. 176/191 y 272/285).
El tribunal precisó que el artículo 558 del Código Civil y
Comercial incorporó una tercera fuente de filiación –además de la filiación por
naturaleza y por adopción plena– mediante técnicas de reproducción humana
asistida. Adujo que, por imperio de dicha normativa, la filiación por estas técnicas
se encuentra en igualdad de condiciones y efectos que la filiación por naturaleza o
por adopción, con el límite de dos vínculos filiales.
Agregó que el reconocimiento legal de las técnicas de
reproducción humana asistida condujo a la generación de nuevos núcleos familiares
en tanto dichas técnicas habilitan –en caso de imposibilidad biológica– el acceso a
la maternidad y/o a la paternidad para parejas heterosexuales y homosexuales, y
también para personas sin pareja. En ese contexto, la cámara resaltó que la
determinación de la filiación por técnicas de reproducción humana asistida se
asienta en la llamada voluntad procreacional, con total independencia del aporte
del material genético.
En esta línea, concluyó que el artículo 562 del Código Civil y
Comercial coloca a la voluntad procreacional como el pilar sobre el cual se edifica el
régimen jurídico en materia filial, en el marco de las técnicas de reproducción
humana asistida, reconociendo que la identidad no sólo surge del lazo biológico, sino
que hay otros modos y otros lazos como el volitivo.
1
Por otra parte, el tribunal sostuvo que la gestación por
sustitución no se encuentra prohibida, y que, en función del principio de legalidad
que consagra el artículo 19 de la Constitución Nacional, corresponde admitir la
acción promovida, donde la gestante, tanto con anterioridad como con posterioridad
al nacimiento de V., manifestó su voluntad de no tener un vínculo jurídico con el
niño, reconociendo a los actores como sus padres.
En este sentido, agregó que diversos órganos de derechos
humanos creados por tratados –entre ellos, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos– han indicado que no existe
un modelo único de familia que deba ser protegido. En particular, mencionó que la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso “Atala Riffo y niñas c.
Chile” del año 2012, interpretando el artículo 17 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (CADH) expresó que el concepto de familia no está reducido
únicamente al matrimonio y debe abarcar otros lazos familiares de hecho donde las
partes tienen vida en común por fuera del matrimonio.
Además, puntualizó que la utilización de las técnicas de
reproducción humana asistida involucra el ejercicio del derecho a la identidad que
está detrás de todo el derecho filial, el derecho a formar una familia y el derecho a
gozar de los beneficios del progreso científico, tal como lo dispone el artículo 14.1.b.
del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador)
y lo reconoce la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso “Artavia
Murillo y otros c. Costa Rica”. Al respecto, hizo referencia a una serie de casos del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos −entre los más relevantes, citó los
precedentes “Mennenson” y “Labasse” (2014), “Foulon y Bouvet” (2016) y “Affaire
Laborie” (2017)− donde se concluyó que las sentencias francesas que excluían o
negaban por completo una relación jurídica de filiación entre los hijos nacidos como
2
CIV 14153/2017/CS1
“S.T., V. s/ inscripción de nacimiento” Aires s/ apelación
resultado de un acuerdo de gestación por sustitución legítimo bajo las normas del
Estado en que se realizó, desconociendo a quienes figuraban según esa legislación
como padres, sobrepasaron el amplio margen de apreciación de los Estados y que,
en consecuencia, se había socavado la identidad de los niños dentro de la sociedad
francesa.
Planteó que, en casos como el presente, como criterio
primordial de valoración, debe tenerse esencialmente en cuenta el interés superior
del niño, principio que apunta a dos finalidades básicas: constituirse en pauta de
decisión de un conflicto de intereses y en criterio para la intervención institucional
destinada a proteger al niño. Sobre tales bases, ponderó que los actores se
encuentran imposibilitados de concebir naturalmente, que no existe controversia
entre ellos y la gestante, y que ésta última ha brindado su consentimiento libre e
informado, tal como surge de las constancias de la causa (acta notarial de fs. 3/7),
luego ratificado en audiencia llevada a cabo en presencia de la jueza actuante.
En función de todo lo expuesto, confirmó la sentencia apelada.
–II–
Contra ese pronunciamiento, la Defensora Pública de Menores
e Incapaces ante los Tribunales Nacionales de Segunda Instancia en lo Civil,
Comercial y del Trabajo, en representación del niño y el Fiscal General ante las
Cámaras en lo Civil y Comercial Federal y en lo Contencioso Administrativo Federal
de la Capital Federal interpusieron recurso extraordinario federal (fs. 288/295 y
310/328, respectivamente), que contestados por la parte actora (fs. 297/308 y
330/340), fueron concedidos por la Cámara (fs. 342). Posteriormente, la Defensora
General de la Nación desistió el recurso interpuesto por la defensora pública de la
instancia anterior (fs. 346/361).
El fiscal sostiene que media cuestión federal pues se ha puesto
en tela de juicio la constitucionalidad de una ley del Congreso y la decisión ha sido
3
contraria a su validez (art. 14, inciso 1, de la ley 48). Expone, además, que la
cuestión afecta los intereses generales de la comunidad, excediendo el particular de
las partes, por lo que se configura el supuesto de gravedad institucional que habilita
la vía del recurso extraordinario y autoriza a prescindir de eventuales obstáculos de
índole formal.
Funda su legitimación para actuar en lo dispuesto por el
artículo 120 de la Constitución Nacional, que le asigna la función de promover la
actuación de la justicia en defensa de la legalidad y de los intereses generales de la
sociedad, y en la Ley 27.148 Orgánica del Ministerio Público Fiscal, que en su
artículo 2, al regular las funciones de defensa de la Constitución y los intereses
generales de la sociedad, atribuye al Ministerio Público la facultad de intervenir,
según las circunstancias e importancia del asunto, en los casos presentados en
cualquier tribunal federal del país, siempre que en ellos “se cuestione la vigencia de
la Constitución” o se trate, entre otros supuestos, de “conflictos en los que se
encuentre afectado el interés general de la sociedad o una política pública
trascendente”. Señala que, complementariamente, el artículo 31 de la ley 27.148
contempla las funciones de los fiscales y los fiscales generales con competencia en
materia no penal, enumerando entre ellas la de “peticionar en las causas en trámite
donde esté involucrada la defensa de la legalidad y de los intereses generales de la
sociedad, en especial, en los conflictos en lo que se encuentren afectadas normas de
orden público y leyes no disponibles por los particulares”.
En cuanto al fondo del asunto, considera que la sentencia es
autocontradictoria, pues, por un lado, postula que existe un vacío normativo
respecto de la gestación por sustitución, y, por otro, descalifica el artículo 562 del
código vigente. En este sentido, el fiscal opina que no existe un vacío legislativo
sobre el punto, sino que se trata de una práctica no admitida por el ordenamiento,
4
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“S.T., V. s/ inscripción de nacimiento” Aires s/ apelación
5
−III−
En atención a las consideraciones que expondré, y advirtiendo
la complejidad de las cuestiones abordadas en este proceso, estimo que corresponde
mantener el recurso extraordinario interpuesto por el Fiscal General con el alcance
aquí indicado.
Preliminarmente, cabe precisar las circunstancias que
definen la controversia.
Se trata de una demanda por filiación de un niño nacido por
la técnica de gestación por sustitución solidaria −es decir, sin que medie retribución
económica−, por parte de dos hombres, uno de los cuales aportó los gametos, que
han expresado debidamente la voluntad procreacional de concebirlo y son quienes
efectivamente ejercen el rol de padres y asumieron las tareas de crianza y cuidado.
La mujer gestante no aportó material genético, tiene tres hijos propios, ha indicado
su voluntad de no ser reconocida como madre y acuerda plenamente con la petición
de filiación. Adicionalmente, la voluntad de las partes, tanto de la pareja como de
la mujer gestante, ha quedado debidamente exteriorizada a través del
consentimiento libre, previo e informado expresado de acuerdo con las previsiones
del Código Civil y Comercial de la Nación. Esa voluntad resultó, a su vez, ratificada
a lo largo del proceso judicial, con posterioridad al nacimiento del niño, según surge
de las constancias de la causa (escritura pública de fs. 3, que instrumenta el
Protocolo de Consentimiento Previo, Libre e Informado para el Desarrollo de un
Procedimiento de Gestación por Sustitución; escrito de inicio agregado a fs. 43/58, y
acta de audiencia de fs. 148, convocada por la jueza de primera instancia y celebrada
en presencia del Defensor de Menores, donde la mujer gestante ratifica su voluntad
de no mantener vínculo jurídico con el niño y reconoce la voluntad procreacional de
los señores S. y T.). Por su parte, la Defensora General de la Nación, a quien la ley
6
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“S.T., V. s/ inscripción de nacimiento” Aires s/ apelación
7
importar el desconocimiento de los efectos de una norma dictada por un poder de
jerarquía igualmente suprema, constituye un remedio de última ratio que debe
evitarse de ser posible mediante una interpretación del texto legal en juego
compatible con la Ley Fundamental, pues siempre debe estarse a favor de la validez
de las normas y cuando exista la posibilidad de una solución adecuada del litigio,
por otras razones que las constitucionales comprendidas en la causa, corresponde
prescindir de estas últimas para su resolución (CSJN, FCB 52020002/2012/CS1-
CA1, “Bernardes, Jorge Alberto c/ ENA - Ministerio de Defensa s/ amparo por mora
de la administración y Fallos: 335:2333, “Rodríguez Pereyra”, y sus citas, entre
muchos otros).
En el caso esa declaración de inconstitucionalidad resulta
innecesaria para la resolución del conflicto. Una mirada sistemática sobre nuestro
ordenamiento jurídico revela que, si bien la gestación por subrogación no ha sido
regulada aún por el legislador nacional, tampoco ha sido prohibida.
En tal sentido, corresponde precisar que el Código Civil y
Comercial de la Nación reconoce tres fuentes del vínculo jurídico de filiación: la
naturaleza –mediante el hecho biológico de la procreación−; la adopción y las
técnicas de reproducción asistida, que vincula a los niños nacidos mediante esos
procedimientos con los padres que manifestaron su voluntad procreacional (arts.
558, 560, 561 y 562 de ese cuerpo legal).
De los términos literales de las normas que integran el
capítulo II “Reglas generales relativas a la filiación por técnicas de reproducción
asistida”, del Título V “Filiación”, del Libro Segundo “Relaciones de Familia”, que
regula la filiación de los niños y niñas nacidos a partir de las técnicas de
reproducción humana asistida, no se desprende una prohibición de ese
procedimiento, ni tampoco se hace mención a su ilicitud o a la nulidad de los
acuerdos dirigidos a su realización.
8
CIV 14153/2017/CS1
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define como de reproducción médicamente asistida, los cuales incluyen: a la
inducción de ovulación; la estimulación ovárica controlada; el desencadenamiento
de la ovulación; las técnicas de reproducción asistida (TRA); y la inseminación
intrauterina, intracervical o intravaginal, con gametos del cónyuge, pareja
conviviente o no, o de un donante, según los criterios que establezca la autoridad de
aplicación”.
Según el glosario de la Organización Mundial de la Salud la
gestación por subrogación se encuentra incluida dentro de las técnicas de
reproducción asistida (TRA). En efecto, el glosario menciona expresamente
comprendidos en tales técnicas “todos los tratamientos o procedimientos que
incluyen la manipulación tanto de ovocitos como de espermatozoides o embriones
humanos para el establecimiento de un embarazo, lo cual incluye, pero no está
limitado sólo a, la fecundación in vitro y a la transferencia de embriones, la
transferencia intratubárica de gametos, la transferencia intratubárica de zigotos,
la transferencia intratubárica de embriones, la criopreservación de ovocitos y
embriones, la donación de ovocitos y embriones, y el “útero subrogado” (cf. glosario
publicado en www.who.int/reproductivehealth/publications/infertility/).
En suma, en el ordenamiento jurídico argentino la gestación
por subrogación es una práctica no prohibida por la ley pero que hasta el momento
carece de una reglamentación específica.
En estas condiciones, de acuerdo con el principio de reserva
estipulado en el artículo 19 in fine de la Constitución Nacional que prescribe que
“ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni
privado de lo que ella no prohíbe”, debe entenderse que el procedimiento de
gestación por sustitución se encuentra permitido (Fallos 335:197, “F.A.L.”,
considerandos 20 y 21).
10
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Escribanos de la provincia de Buenos Aires c/ PEN s/ Sumarísimo”, sentencia 4 de
septiembre de 2018, considerando 7).
Por su parte, el referido principio de reserva de ley es
concordante con el principio de legalidad en materia de restricciones al goce y
ejercicio de los derechos y libertades. La Corte Interamericana de Derechos
Humanos, interpretando el artículo 30 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, manifestó que la protección de los derechos humanos requiere que los
actos estatales que los afecten no queden al arbitrio del poder público, sino que estén
rodeados de un conjunto de garantías enderezadas a asegurar que no se vulneren
los atributos inviolables de la persona. Entre ellas, exige que las limitaciones se
establezcan por una ley formal (OC-6/86, “La expresión ‘leyes’ en el artículo 30 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos”, párr. 22 y 23).
En particular, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al
interpretar el artículo 8 del Convenio Europeo, respecto de la existencia de una ley
como base para restringir los derechos a la vida privada y a la identidad, en el marco
de un conflicto relativo al alcance de disposiciones sobre técnicas reproductivas,
determinó que el requisito de legalidad también se refiere a la calidad de la ley en
cuestión, en el sentido de que ésta debe ser accesible a la persona involucrada y
predecibles los efectos de su aplicación. En orden a satisfacer el criterio de
previsibilidad, la ley debe estipular con suficiente precisión las condiciones en las
que una medida será aplicable, para permitir que la persona concernida −si fuera
el caso, con asesoramiento apropiado− regule su conducta de manera acorde (casos
“Mennenson c. Francia”, sentencia del 26 de junio de 2014, párr. 57; “Labassee c.
Francia”, sentencia del 26 de junio de 2014 y los allí citados, “Rotaru c. Romania
[GC]”, n° 28341/95, párr. 55, ECHR 2000-V, “Sabanchiyeva y otros c. Russia”, n°
38450/05, párr. 124, ECHR 2013).
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el temperamento que mejor satisface su interés superior y los derechos en juego es
la inscripción registral como hijo de ambos demandantes.
En relación con ello, la Convención sobre los Derechos del
Niño contiene diversas normas aplicables a las circunstancias del caso que protegen
con amplitud el derecho a la identidad que comprende la determinación de los
vínculos jurídicos familiares. Establece la obligación del Estado de respetar el
derecho del niño a su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones
familiares de conformidad con la ley, sin injerencias arbitrarias (art. 8.1). Además,
estipula que cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de los elementos
de su identidad o de todos ellos, los Estados Parte deberán prestar la asistencia y
protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad (art.8.2.).
También prevé que los niños deben ser inscriptos inmediatamente después de su
nacimiento y que tendrán derecho desde que nacen a un nombre, a adquirir una
nacionalidad y en la medida de lo posible a conocer a sus padres y a ser cuidados
por ellos (art. 7, inc. 1).
En esta línea, la Corte Interamericana de Derechos Humanos
ha entendido que “el derecho a la identidad está íntimamente ligado a la persona
en su individualidad específica y vida privada, ambas sustentadas en una
experiencia histórica y biológica, así como en la forma en que se relaciona con los
demás, a través del desarrollo de vínculos en el plano familiar y social” (OC-24/17,
párr. 91, y caso “Contreras y otros c. El Salvador”, párr. 113).
Refiere que, a fin de proteger ese derecho, el Estado y la
sociedad deben respetar y garantizar la individualidad de cada una de las personas,
así como el derecho a ser tratado de conformidad con los aspectos esenciales de su
personalidad (OC-24/17, párr. 91 cit.). Un aspecto básico de la personalidad de cada
individuo es el vínculo legal con los progenitores. En este sentido, el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos determinó que “el derecho a la identidad forma
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parte del derecho a la vida privada e implica que toda persona debe tener la
posibilidad de establecer los aspectos sustantivos de su propia identidad, incluyendo
la relación legal paterno filial” (casos “Mennesson c. Francia”, sentencia del 26 de
junio de 2014, párr. 96; “Labasse c. Francia”, sentencia del 26 de junio de 2014, párr.
75 ; “Foulon y Bouvet c. Francia”, sentencia del 26 de julio de 2016, párr. 55 y 58, y
“Affaire Laborie c. Francia”, sentencia del 19 de enero de 2017, párr. 29 y 32).
Desde esta perspectiva, el rechazo de la acción aquí deducida
conduciría a registrar vínculos filiales que no se corresponden con la realidad, tanto
por instituir a la mujer gestante como madre ─a pesar de que nunca tuvo ni la
intención ni el deseo de serlo, y así lo expresó desde el primer momento─, como por
desconocer la condición de padre de quien manifestó el propósito de asumir esa
paternidad desde la concepción del niño. De este modo, se tergiversaría la
información esencial relativa a los vínculos jurídicos familiares que definen la
identidad de la persona nacida a través de ese procedimiento.
Para más, el rechazo del emplazamiento filial solicitado
implicaría forzar a la mujer gestante a asumir la maternidad y la consiguiente
responsabilidad parental, pese a que no hizo aporte genético alguno y a que carece
de la voluntad de ser madre, vulnerando su autonomía personal. Con ello, se haría
prevalecer el hecho de la gestación por encima de la voluntad negativa de la mujer
gestante, expresada de manera indubitable a lo largo del proceso judicial.
Cabe puntualizar que la atribución del vínculo materno filial
no resulta desplazada por la adopción de integración. Aun en el caso de que el niño
fuera adoptado por el padre que no aportó los gametos −a través de la figura de la
adopción de integración y en forma plena−, no se extinguirían las responsabilidades
parentales que le corresponden a la mujer gestante si se le atribuye la condición de
madre. Por un lado, el artículo 699 del código de fondo que determina los supuestos
de extinción de responsabilidad parental, en su inciso e., establece que la extinción
15
no se produce cuando se adopta el hijo del cónyuge o del conviviente. Por otro lado,
el artículo 700 no incorpora ningún supuesto por el cual se pudiera privar a la mujer
gestante de su responsabilidad parental. En particular, su inciso b no resulta
aplicable a este caso en tanto la mujer gestante no ha abandonado a un hijo propio
dejándolo en estado de desprotección, sino que precisamente se niega a aceptar la
condición de madre.
Por lo demás, estimo que en modo alguno puede asimilarse el
emplazamiento filial a favor del peticionario que no aportó gametos por medio de
las técnicas de reproducción humana asistida, con el reconocimiento de su
paternidad por la vía de la adopción de integración prevista en los artículos 619 y
620 del Código Civil y Comercial, y regulada específicamente en los artículos 630 a
633. Ello por cuanto esta figura no otorga igual certeza y amplitud respecto de los
derechos y deberes parentales. Por un lado, queda a criterio del juez que interviene
en el proceso decidir si otorgará la adopción de forma plena o simple, según las
circunstancias de cada caso, cuando sólo la filiación por adopción plena surte iguales
efectos que la filiación por naturaleza o por técnicas de reproducción humana
asistida (cfr. artículo 558 del Código Civil y Comercial de la Nación). Por otro lado,
el artículo 633 del mismo régimen estipula que la adopción de integración es
revocable por las mismas causales previstas para la adopción simple, se haya
otorgado con carácter de plena o simple.
En suma, por todo lo dicho entiendo que la inscripción de
copaternidad decidida por la sentencia impugnada no transgrede ninguna
prohibición legal, y es la solución que mejor concilia los derechos fundamentales de
las partes y el interés superior del niño, su vida privada y su identidad.
Corresponde señalar que esta postura no implica desconocer
la complejidad ética del asunto, ni tampoco las potestades regulatorias que al
respecto le corresponde ejercer al Congreso de la Nación. En efecto, la definición
16
CIV 14153/2017/CS1
“S.T., V. s/ inscripción de nacimiento” Aires s/ apelación
del marco jurídico que rige esta técnica reproductiva y de los derechos en juego,
reviste trascendencia institucional e interés público, lo cual se advierte al constatar
la creciente judicialización de casos relativos a la temática, habiendo identificado
este Ministerio Público Fiscal, en un relevamiento preliminar, más de cincuenta
sentencias que han abordado la cuestión con criterios disímiles. En este delicado
escenario, en aras de brindar una respuesta adecuada del sistema de justicia, se
decide sostener el recurso extraordinario en los términos expuestos, con el propósito
de que la Corte Suprema se expida sobre los puntos constitucionales involucrados
en el caso. Además, se solicita al tribunal que si lo estima conveniente, exhorte al
Congreso de la Nación para que analice la adopción de una legislación sobre esta
materia (doctrina de Fallos: 329: 3089, “Badaro”, 331:2691, “García Méndez”, entre
otros).
−V−
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CAMARA CIVIL - SALA K
33409/2017
F., R. R. Y OTRO c/ G. P., M. A. s/IMPUGNACION DE FILIACION
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Refirieron que M., quien trabaja desde igual año para ellos, les
ofreció “motus propio” de manera libre, altruista y desinteresada gestar en su vientre el
hijo de ellos lo que felizmente aceptaran concurriendo al Instituto Médico Halitus en
donde se llevó adelante un proceso de útero portador.
Ello se logró con el material genético masculino que aportaran
ambos y mediante ovodonación.
Nacida la niña el 17/10/2016 se pudo constatar, con el ADN
realizado en la Fundación Favaloro, el vínculo biológico con R. F., quien concurrió
junto con la gestante a realizar la inscripción en el Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas con la finalidad de que la niña tuviera su partida y su DNI.,
hasta tanto D. pudiera alcanzar judicialmente su condición de progenitor.
Así la niña fue inscripta en el citado organismo consignándose,
como madre, a M. A. G. P. y como padre a R. R. F. Exponen, también, que tal ADN
excluyó el vínculo biológico de H. con M. A. y con D. R.
Remarcaron que aquélla no tuvo voluntad procreativa sino la de
ser una mujer portadora, quedando ello plasmado en los consentimientos informados
que, previa y libremente, fueran celebrados ante escribano público.
Contrariamente, los accionantes alegan ser sus progenitores en
mérito a haber exteriorizado en aquél su “voluntad procreacional” habiendo asumido la
responsabilidad parental desde el nacimiento de H.
Sostienen, a su juicio, que como consecuencia de lo narrado debe
admitirse el desplazamiento del estado de madre de la subrogante y otorgarse una
nueva partida en la que conste la realidad biológica de la menor de edad con los datos
de los actores como padres.
Que a fs. 86, la Defensoría Publica Tutoría n° 1 se notificó de lo
actuado en el expediente, aceptando su titular el cargo de tutor de la menor de edad.
En tal calidad, solicitó se reencause la acción quedando promovida
la demanda de impugnación de filiación contra M. A. G. P. y promoviendo demanda de
filiación contra el Sr. D. H. R. con fuente filial en las TRHA. A fs. 95 se amplió la
demanda impugnándose la paternidad por reconocimiento que hiciera R. R. F. por
tratarse de una regla de filiación por naturaleza y no por THRA.
Celebrada en la sede de la Defensoría Pública Tutoría 1 una
audiencia a la que concurrieran las partes con sus respectivas letradas, la Sra. G. P.
informó que es de estado civil soltera y que nunca estuvo casada. Se dijo, asimismo,
en aquella oportunidad que tanto la gestante como los comitentes (F.-R.) accedieron
oportunamente, en forma voluntaria, a la práctica médica de la cual se desprende su
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tratamiento que ha recibido la gestación por sustitución a nivel nacional en los
proyectos legislativos se debe dar respuestas y no ignorar la realidad social,
particularmente en parejas de personas homosexuales; 3°) que en virtud del principio
del interés superior del menor de edad la respuesta más justa era reconocer el vínculo
filial generado entre el niño y quienes quieren ser padres con fundamento en que la
fuente de la filiación es la “voluntad procreacional” (cfr. art. 588 CCCN) y 4°) que la
gestación por sustitución es la posibilidad que tiene una pareja integrada por dos
varones de concebir un hijo en forma conjunta y de que esta tenga relación genética
con la pareja o con uno de ellos al menos agregando la sentencia que ello “claramente
es preferido a la filiación por adopción”.
Contra dicho pronunciamiento se agravia el Ministerio Público
Fiscal en la inteligencia que se aparta de las normas filiatorias que rigen el caso sin
que la sentencia hubiese declarado su inconstitucionalidad. Sostiene que al haber el
legislador suprimido la figura de gestación por sustitución no puede concluirse que
exista un vacío legal que autorice a considerarla permitida. Expresa que ello guarda
coherencia con el texto del art. 562 CCCN cuya regla es que el vínculo filiatorio se
genere con la mujer que dio a luz al niño y, asimismo, con el art. 558 del citado código,
en cuanto únicamente pueden existir dos vínculos filiatorios.
Refiere que el ordenamiento jurídico permite resolver la cuestión
extinguiendo la responsabilidad parental de la madre gestante (cfr. art. 700 del CCCN)
concediendo su adopción plena a quien manifiesta expresamente su voluntad
procreacional. Así la adopción de integración que contempla el art. 630 del CCCN
establece un vínculo filiatorio pleno equiparado al padre biológico.
Argumentó que la decisión de grado carece del debido fundamento
legal e implica un apartamiento del derecho aplicable, por otro lado, indisponible para
las partes. Solicitó se deje sin efecto el pronunciamiento recurrido.
En responde a dicho dictamen la demandada G. P. cuestiona,
según sus términos, la falta de especificidad en la materia del apelante para recurrir lo
merituado por el “a-quo”.
Alega que el otrora principio rector “mater semper serta est” ha
sido superado receptando las nuevas formas que adopta la sociedad, la cultura y el
derecho. Que la interpretación de la legislación interna no puede contradecir los
argumentos del marco normativo internacional en materia de derechos humanos y de
organismos de su contralor. Que la ley debe interpretarse tomando en cuenta las
nuevas condiciones y necesidades de la sociedad; y que la decisión no afecta el orden
público por cuanto la gestación por sustitución no se encuentra prohibida.
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respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que persiga un resultado
sustancialmente análogo al prohibido por una norma imperativa, se considera otorgado
en fraude a la ley. En ese caso, el acto debe someterse a la norma imperativa que se
trata de eludir.
Establece el art. 558 del CCCN que la filiación puede tener lugar
por naturaleza, mediante técnicas de reproducción humana asistida, o por adopción.
La filiación por adopción plena, por naturaleza o por técnicas de reproducción humana
asistida -matrimonial y extramatrimonial- surten los mismos efectos, conforme a las
disposiciones de este Código. Ninguna persona puede tener más de dos vínculos
filiales, cualquiera sea la naturaleza de la filiación.
Por su parte, el art. 562 establece que los nacidos por las
mencionadas técnicas de reproducción humana asistida son hijos de quien dio a luz y
del hombre o de la mujer que también ha prestado su consentimiento previo, informado
y libre en los términos de los artículos 560 y 561, debidamente inscripto en el Registro
del Estado Civil y Capacidad de las Personas, con independencia de quién haya
aportado los gametos.
De igual modo, el art. 588 del CCCN explicita que en los supuestos
de determinación de la maternidad de conformidad con lo dispuesto en el artículo 565,
el vínculo filial puede ser impugnado por no ser la mujer la madre del hijo que pasa por
suyo. Esta acción de impugnación puede ser interpuesta por el hijo, la madre, el o la
cónyuge y todo tercero que invoque un interés legítimo. La acción caduca si transcurre
un año desde la inscripción del nacimiento o desde que se conoció la sustitución o
incertidumbre sobre la identidad del hijo. Este último puede iniciar la acción en
cualquier tiempo. En los supuestos de filiación por técnicas de reproducción humana
asistida la falta de vínculo genético no puede invocarse para impugnar la maternidad,
si ha mediado consentimiento previo, informado y libre.
Ahora bien, en una primera aproximación al tema surge del análisis
derivado del ensamble teleológico de las normas en cuestión que el punto de partida
de toda filiación es el vientre de la madre al atribuir maternidad en el art. 562 a los
“hijos de quien da a luz” y del hombre o de la mujer que también ha prestado su
consentimiento previo, informado y libre.
Cabe aquí tomar en cuenta que el artículo no habla de mujer, en
concordancia con la ley 26.743 de Identidad de Género, atento a que como esta norma
no exige operación de reasignación sexual para el cambio registral de nombre y sexo,
eventualmente podría, en tal contexto, presentarse un hombre embarazado que haya
acudido al TRHA.
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viabilidad de la acción judicial. En este sentido, la gestación por sustitución encierra
dilemas éticos y jurídicos de gran envergadura que ameritarían un debate más
profundo de carácter interdisciplinario. En este contexto de incertidumbre y cuasi
silencio legal en el Derecho Comparado, se propone de manera precautoria eliminar la
gestación por sustitución del Proyecto de reforma”.
De manera que, en función de lo expuesto, la intención del
legislador fue clara, al excluir la gestación por sustitución del proyecto de reforma.
Por ende, no existe vacío legislativo que justifique resolver el caso
en función de lo normado por el art. 19 de la CN.
Es que, de darse tal inteligencia, las partes que prestan
consentimiento acordarían tanto sobre la voluntad procreacional como respecto al
procedimiento de determinación de la filiación y el modo de entrega del niño de una
persona a quien no se estima como la madre a los progenitores que serían los padres
por el sólo acuerdo de las partes ante la inexistencia de prohibición alguna, lo que no
se puede avalar.
Los términos en que se encuentra redactado el art. 562
actualmente imponen concluir que la figura no está admitida, guardando ello
coherencia con los términos que emergen del art. 17° del CCCN que prohíbe contratos
gratuitos u onerosos sobre el propio cuerpo.
Dicha situación no es menor si se toma en cuenta que el orden
público que regula la materia proyecta sus efectos sobre la normativa en trato.
Adviértase que el legislador no sólo descartó la gestación por
sustitución del anteproyecto, sino que, además, fue cuidadoso en aclarar cómo se
determina la maternidad, por medio de una norma que es de fuerza imperativa y no
disponible por la voluntad de los particulares (Jáuregui, Rodolfo “La gestación por
sustitución y la laguna del Código Civil y Comercial de la Nación. Un fallo que explora
una solución posible”, LL Litoral 2016 -agosto- 8/8/20156, 3).
Es decir que la voluntad procreacional no sirve para determinar la
maternidad dado que la misma se determina por el útero, más allá de todo
consentimiento. En otras palabras, la voluntad procreacional rige en el ámbito donde
no rige el vientre, como una nueva forma jurídica de enlazar al niño con sus
progenitores de deseo. (Código Civil y Comercial comentado Tratado exegético-
Director General - Alterini Horacio H., t° III, arts. 401 a 723- pág. 497 – Directora Baset
Ursula, ED.LL).
Téngase, además, en cuenta que el art. 565 del CCCN dispone,
como principio general que, en la filiación por naturaleza, la maternidad se establece
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con la prueba del nacimiento y la identidad del nacido; es decir, prevé un sistema de
determinación legal y objetivo de la maternidad.
Cabe remarcar, también, que el proyecto del artículo 562 del
código citado, establecía, además, de un procedimiento determinado para la gestación
por sustitución que, si se carecía de autorización judicial previa, la filiación se
determinaría por las reglas de la filiación por naturaleza.
Sin embargo, en el caso, de accederse a la pretensión se
naturalizaría este tipo de procedimiento flexibilizando indebidamente los
requerimientos que deben exigirse de acuerdo al espíritu y marco normativo que regula
la cuestión.
Ello así no puede obviarse que el art. 558 del CCCN además de
establecer los tipos de filiación, aclara que ninguna persona puede tener más de dos
vínculos filiales cualquiera sea la naturaleza de aquélla.
En definitiva, en el actual régimen jurídico cabe considerar a la
gestante, en el supuesto de marras, como madre de la menor con independencia del
aporte que pudiere haber hecho, o no, de material genético y de su intención de
ejercer, o no, el rol materno. De allí que, mientras el legislador no autorice otra
consecuencia jurídica, no corresponde apartarse de la ley la cual atribuye en la
especie la maternidad por el parto con prescindencia del nexo genético que tenga la
madre con la niña y la ausencia de voluntad procreacional que pueda haber mediado
de parte de la gestante. Es decir, pudiendo existir dos vínculos filiatorios el único modo
de admitir la pretensión sería contrariar el orden público lo que no resulta admisible.
Además, encontrándose en juego el derecho a la identidad del
menor frente al derecho de los mayores a formar una familia con hijos no biológicos,
borrando de sus antecedentes a la donante anónima del gameto femenino y la
gestante, consideramos que debe otorgarse primacía al primero, pues de lo contrario
el vínculo biológico con el progenitor que no da a luz como el de la mujer gestante
sería irrelevante en oportunidad de tener que establecerse la filiación.
No escapa al suscripto que la cuestión en trato exige un adecuado
tratamiento legislativo hasta ahora no concretado. Tampoco que el control de
constitucionalidad no incluye el examen de la conveniencia o acierto del criterio
adoptado por el legislador en el ámbito estricto de sus atribuciones, sino que debe
limitarse al examen de la compatibilidad que las normas impugnadas observen con las
disposiciones de la Ley Fundamental, consideradas éstas como un conjunto armónico,
un todo coherente dentro del cual cada parte ha de interpretarse a la luz de todas las
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demás, evitando que la inteligencia de alguna de ellas altere el equilibrio del conjunto
(CSJN,Fallos: 312:122), lo que no se advierte en la oportunidad.
Por lo demás, el ordenamiento legal da la solución puntual al caso
contemplando en los arts. 630 y concords. del CCCN un proceso con debida
intervención y contralor judicial otorgante de vínculo filiatorio pleno, al cual podrá
acceder quien así lo estime.
En otro aspecto, disponiendo el art. 559 del CCCN que el Registro
del Estado Civil y Capacidad de las Personas solo debe expedir certificados de
nacimiento que sean redactados en forma tal que de ellos no resulte si la persona ha
nacido, o no, durante el matrimonio, por técnicas de reproducción humana asistida, o
ha sido adoptada, a sus términos cabe estarse el planteo articulado contra el Sr. R. R.
F.
En su mérito, corresponde admitir los agravios expresados por el
Sr. Fiscal de Cámara, a los que adhiere la Sra. Defensora de Menores de Cámara,
rechazando las acciones promovidas, con costas por su orden atento las
particularidades del caso y forma como se decide la cuestión (cfr. arts. 68, 69 y 161 del
CPCC).
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IV- Tampoco coincido con el impugnante en cuanto a que el
legislador suprimió la figura de la gestación por sustitución y que por ello no pudiera
considerarse admitida.
El art. 558 del CCCN prevé que la filiación puede ser por
naturaleza, por las Técnica de Reproducción Humana Asistida -en adelante
designadas como TRHA- o por adopción, las cuales originan vínculos con iguales
efectos. Cuando éstos nacen de la naturaleza, al igual que cuando es por adopción,
más allá del derecho positivo propio de cada alternativa, no hay mayores
controversias, en tanto, cuando es por naturaleza, hay una coincidencia biológica entre
quienes aportaron los gametos y quien dio a luz. En cuanto a la adopción, se trata de
una persona con la cual no existe lazo genético ni biológico (conf. arts. 602, 603 y
sigts., CCCN).
Las mayores discrepancias se presentan cuando el nacimiento es
el descenlace de la concepción provocada con ayuda de los adelantos científicos, lo
que el Código Civil y Comercial de la Nación también contempla. El art. 562 del mismo
ordenamiento establece que los nacidos por las TRHA son hijos de quien dio a luz y de
quien también ha prestado su consentimiento previo, informado y libre en los términos
de los artículos 560 y 561, debidamente inscripto en el Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas, con independencia de quién haya aportado los gametos.
Justamente, definir al vínculo por haber dado a luz, está abordando la posibilidad que
quien proporcionó su gameto no sea la persona gestante, lo que es el caso de la
gestación por sustitución. Tal lectura descarta que la ley no contemple esta posibilidad,
como opina el apelante.
En forma coordinada, el art. 588 del CCCN señala que, en los
supuestos de filiación por TRHA, la falta de vínculo genético no puede invocarse para
impugnar la maternidad, si ha mediado consentimiento previo, informado y libre. Se
pretende reafirmar que ese hijo o hija es de quien dio a luz.
Como se aprecia de esta norma y en lo que considero oportuno
centrarme, el artículo no descarta ni prohíbe la gestación por sustitución, sino que la
autoriza, aunque con los límites o modalidades citadas, específicamente, que el niño o
niña nacidos sean hijos de quien dio a luz y, además, del hombre o de la mujer que ha
dado su consentimiento previo. Por ello, no existe la prohibición que haya un cuerpo
gestante, sino que se constriñe a determinar que el hijo nacido será de quien dio a luz,
más allá que no haya coincidencia genética.
En este mismo sentido, en las “XXV Jornadas Nacionales de
Derecho Civil”, por unanimidad, se afirmó que “Aun sin ley, al no estar prohibida, se
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en beneficio de los derechos individuales. Es por ello que se lo puede definir como un
conjunto de técnicas jurídicas que tiene por finalidad el reconocimiento, protección y
garantía de los derechos fundamentales (Giorgio Pino, “El constitucionalismo de los
derechos”, Editorial Zela, Perú, 2018, pág. 30 y sigts.).
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la primera consulta fue el 22 de enero de 2015 y la primera vez que asistió la señora
G. P., fue el 24 de febrero de igual año (fs. 45/50). Es decir que antes de llevar
adelante el procedimiento de fertilización todos habían recibido asesoramiento y
suscripto el instrumento público referido.
También surge del expediente que la señora G. P. tiene otra hija,
nacida el 28 de junio de 1995 (fs. 19/20 y fs. 57/79, esp. fs. 70, punto 89), al igual que
cuenta con plena capacidad, buena salud física y psíquica (fs. 45/50 y fs. 57/59).
Asimismo, luego de nacida la niña, se realizó un estudio de ADN, en el “Primer Centro
Argentino de Inmunogenética -PRICAI”, de la Fundación Favaloro que informó que la
madre gestante y el señor D. H. R. quedaban excluidos de un vínculo biológico con la
niña H. M. F., a diferencia del señor F. (fs. 51/55). Por ende, quedó acreditado que la
madre gestante no fue quien donó el óvulo y que uno de los comitentes aportó sus
gametos. También en ese documento firmado se dejó aclarado que los comitentes
poseen imposibilidad de concebir o de llevar un embarazo a término y que la gestante
no ha recibido retribución (fs. 57/79, esp. fs. 69, punto 77).
De tal manera, los hechos que encuadran el litigio permiten
observar que los recaudos previstos en el Anteproyecto están cumplidos, al igual que
con los artículos 560 y 561 del CCCN.
́ por sustitucion"
VI- Como se ha definido, la "gestacion ́ se concreta
por una de las TRHA, por la cual una persona, acuerda con otra o con una pareja
́ para que luego de nacido tenga vinculos
-comitentes-, gestar un embrion ́ ́
juridicos de
́ con estos ultimos
filiacion ́ ́ “Tecnicas
(cfr. Notrica, Federico; Curti, Patricio Jesus, ́ de
́ Humana Asistida”, Marisa Herrera, directora, Santa Fe, 2018, Rubinzal
Reproduccion
Culzoni, Tomo II, págs. 14 y 15). Como se aprecia, es esencial que el cuerpo gestante
no haya aportado sus gametos. De tal manera, existen tres conceptos que aparecen
disgregados en el origen de la relación filial, como son la identidad biológica, la
genética y la voluntad procreacional. Así como en la gestación por naturaleza lo innato
y definitorio es el vínculo biológico, en las THRA lo relevante es la voluntad
procreacional (ver Cám. Nac. Civ., Sala I, in re: “S., M.D. y otros c. A., S. S. s/
Filiación”, sent. del 28-VIII-2020, Cita Online: AR/JUR/35471/2020). Ese ánimo,
expresado en el Consentimiento Informado, es lo que exterioriza el deseo de la
persona de ser padre o madre o también de no serlo, en caso de quien sólo aporta su
cuerpo para la gestación. No es más que una de las formas que la ley prevé de
expresión de la conformidad, luego de recibir una información adecuada y precisa
sobre los alcances y efectos de su decisión -contemplada también por el art. 59 del
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CCCN y por la ley 26.529, modificada por la ley 26.742-. Se asegura, de tal manera,
que quien intervenga en la práctica lo haga con el pleno conocimiento de sus
consecuencias y alcances.
Cuando una persona opta por tener un hijo por las TRHA plasma
su deseo de ser padre o madre, por un procedimiento médico que se lo permitirá, más
allá que haya aportado los gametos o que sea quien lo da a luz. Si bien el art. 562 se
titula “voluntad procreacional”, ésta, en verdad, aun cuando no distingue, sólo la admite
con respecto al progenitor que no da a luz, pues quien así lo hizo sólo por esta
circunstancia será uno de los dos progenitores, más allá que haya deseado ser padre
o madre del niño o niña o haya aportado o no su gameto. En el caso de gestación por
subrogación, la persona gestante, sin vínculo genético con el niño o niña, será
progenitor por determinación de la ley, sólo por el hecho de haberlo alumbrado. Se
impone, de tal manera, un criterio biológico que borra la historia de la gestación y de
las voluntades que intervinieron en su concreción. Detenerse sólo en el parto para
definir a uno de los progenitores es recortar al proceso que llevó a que la intención de
dos o tres personas, según pueda acontecer, haya culminado en el nacimiento de un
ser humano.
Definir que sólo por gestar es madre, es limitar el concepto de la
palabra y de los alcances que la misma realidad social y la propia ciencia brinda a ese
término. Aquella primer idea citada la acota a una noción médica que olvida la
incidencia de los adelantos técnicos que permiten que un cuerpo gestante porte a un
niño o niña de otras personas, al igual que da la espalda a las múltiples realidades
sociales, las cuales admiten que ese sea un rol que se asuma y ejerza desde la
socioafectividad, por ejemplo, como ocurre en la adopción.
Convenir que sólo el vientre es lo que convierte en progenitora a
una persona, conlleva a que se le otorgue ese título a quien pueda no desearlo ni tener
vínculo genético con la persona nacida, quien no desee ejercer su rol paternal,
desplazando a quien sí lo persigue y que sólo podría concretar esa voluntad con
intervención de la ciencia, pues su propia naturaleza se lo impide. Esta realidad es lo
que impone flexibilizar la mirada, en pos del respeto a los derechos humanos de los
adultos y de los niños nacidos por este técnica.
Por otro lado, determinar, como lo hace la ley, que es madre quien
da a luz un hijo es desconocer la verdad, pues si no hubiera habido un aporte genético
de una tercera persona, de gametos masculinos y femeninos, esa gestación no se
hubiera originado y esa persona no hubiera nacido. También cabría preguntarse si un
hecho de la naturaleza, como es el nacimiento de una persona, puede ser definido
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jurídicamente por una afirmación de la ley para darle una connotación jurídica que la
propia persona gestante no tuvo la intención.
Así, ya sea que se trate de parejas heterosexuales que no pueden
gestar a su propio hijo o parejas del mismo sexo que deben recibir un gameto que
pueda combinarse con uno del de ellos y que el hijo crezca en un cuerpo gestante, se
enfrentan a la circunstancia que la ley predetermina que quien da a luz sea uno de los
progenitores. Ello coloca en desventaja a la pareja de hombres frente a la de una de
dos mujeres cuando una de ellas es quien da a luz y la otra quien aportó su gameto
-necesario para que haya gestación por subrogación-, además del insustituible gameto
masculino aportado por un donante. Así, en el caso de parejas conformadas por dos
mujeres, incluso antes de la sanción del CCCN, en el decreto 1006/2012 se preveía la
inscripción del nacimiento de los hijos nacidos de una unión de dos mujeres. La Ciudad
Autónoma de Buenos Aires también lo admitió por resolución 38/SSJ/2012, lo que
implica una desigualdad frente a la voluntad procreacional de dos progenitores
hombres. Como ha dicho la jurisprudencia, si no existen razones de orden público que
impidan reconocer la filiación en el caso de parejas conformadas por dos mujeres,
cabe inferir que tampoco las hay cuando se trate de uniones de hombres. El interés
superior del niño debe primar en cualquiera de los casos y, a la luz de ese principio, no
hay motivos para distinguir sobre la base del género de los cónyuges (Cámara Apel.
Contenciosoadministrativo y Tributario de la CABA, Sala I, in re “Defensor del Pueblo
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y otros c. GCBA y otros s/ amparo – otros”,
sent. del 4-VIII-2017; cita online: AR/JUR/56141/2017, voto del doctor Carlos Balbín).
Por ello, lo definitorio en las TRHA es la existencia de una voluntad
procreacional de los dos progenitores -más allá que ninguno de ellos haya sido quien
dio a luz-. Ya no rige en esta fuente de filiación el vientre o los gametos, recaudos
indispensables para un nacimiento por naturaleza, sin embargo, podrán no contar con
ello otras personas que deseen ser padre o madre y que los lleve a recurrir a las
TRHA. Todas las disyuntivas que presentan estas nuevas alternativas que la ciencia
ofrece, encuentran un obstáculo cultural más que jurídico o técnico.
Tampoco es un argumento que el art. 558 del CCCN establezca
que una persona no puede tener más de dos vínculos filiales, pues en este caso se
pretende tener dos, el quid reside en cuáles. Por ello, esa disposición no es dirimente
en este caso.
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la gestación por sustitución específicamente, concretan la posibilidad de formar una
familia y coloca en una situación de paridad a todas las personas. La misma Corte
́ Americana de Derechos Humanos alcanza
Interamericana recordó que la Convencion
̃ vs.
y reconoce a todas las clases de familia (Corte IDH, Caso “Atala Riffo y Ninas
́
Chile”, sent. del 24-II-12, parrafos 142 y 145), lo que se vincula con el pleno ejercicio
́ alguna (art. 1.1,
de la libertad de elección sobre la forma de vida, sin discriminacion
Convención citada).
Nuestra misma Constitución nacional (arts. 16, 75 incs. 22 y 23,
entre otros), como la Carta de las Naciones Unidas, la Carta de la Organización de los
Estados Americanos (art. 3 “l”), la Declaración Universal de Derechos Humanos (art.
2), la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre (art. 2), entre otros,
han resaltado el principio de igualdad entre las personas. Incluso, esos tratados
internacionales, como otros de igual contenido que nuestro país ha suscripto, han
creado obligaciones para los Estados hacia las personas que se encuentran en su
jurisdicción y que de no acatarse pueden ser evaluadas como conductas
discriminatorias individuales (ver Susana Albanese, “Eliminación de la discriminación”,
Capítulo V de “Derecho Constitucional”, Editorial Universidad, Buenos Aires, 2004,
pág. 129 y sigts.).
Así, si las personas solo pueden concretar su deseo de formar una
familia gracias a los avances médicos, estos deben estar disponibles. La misma Corte
Interamericana de Derechos Humanos consideró que la imposibilidad de las personas
a acceder a los adelantos científicos a ese fin vulneran los derechos a la vida privada y
́ con la autonomia
familiar y el derecho a la integridad en relacion ́ personal, el derecho a
́
decidir si tener hijos biologicos a traveś de una tecnica
́ de reproduccioń asistida, la
́
salud sexual, el derecho a gozar de los beneficios del progreso cientifico ́
y tecnologico,
así como el principio de no discriminacion
́ (“Artavia Murillo y Otros Vs. Costa Rica.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas”, sent. del 28-XI-2012).
Todos tienen el derecho humano a contar con la posibilidad de
acceder a los adelantos técnicos, sin distinciones de ningún orden, por ejemplo, en lo
que se refiere a la elección sexual (CorteIDH in re “Atala Riffo vs. Chile”).
Los principios de Yogyakarta, referidos a la aplicación de la
legislación internacional de derechos humanos con relación a la orientación sexual y la
identidad de género, con el objeto de establecer estándares básicos, para evitar los
abusos y dar protección a los derechos humanos de las personas lesbianas, gays,
bisexuales y transexuales (LGTB), prevé el derecho a formar una familia, con
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niña. Decir que es hija de ella por haberla dado a luz es imponer la letra de la ley por
sobre la realidad. Además, la adopción se procura con respecto al hijo biológico ajeno
cuando, en este caso, el señor R. es quien ha tenido la voluntad procreacional, junto
con el señor F.
A lo dicho agrego que aprecio absolutamente relevante el tiempo
que llevará tramitar la adopción para que -en caso de contar con una decisión
favorable- la niña sea hija del señor R. Esta salida es adaptar la vida de las personas,
en especial de la niña, a la letra de la ley y no poner la ley como forma de reglar la vida
de las personas, con las menores restricciones posibles a su voluntad. Ello no quita, lo
que expreso a mayor abundamiento que, por el principio de la flexibilidad de las
formas, el Juez de la instancia pueda considerar reconducir ese proceso por el de la
adopción -vía que propone el voto que antecede-.
De tal manera, encuentro que la adopción no respeta al superior
interés de la niña, quien vería postergada la definición de su identidad jurídica a la
finalización del proceso pertinente, para llegar -luego- a tener el vínculo filial también
con el señor R. Tal forma de proceder vulnera el superior interés de la niña, quien, en
el presente y desde que nació está conviviendo con el matrimonio de los señores F. y
R. y recibe el trato de hija. La solución que se propone en el recurso implicaría
postergar la definición de su identidad, uno de los derechos humanos esenciales de
toda persona.
Como se ha dicho en numerosos precedentes, el debido proceso
legal en juicios en los cuales participan niños, niñas y adolescentes reviste un valor
especial. El Juez es garante de la efectividad de los derechos de la infancia (arts. 14,
16, 18, 75 incs. 19, 22 y 23, 3.1 y 12.2 de la Convención sobre los Derechos del Niño,
1, 8, 19 y 25 de la Convención Americana, 2 in fine y 27 de la ley 26.061; 27, decreto
415/2006, 59, C.C.; 103, C.C.C.N.; Corte I.D.H., Opinión Consultiva nº 17/02,
Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño, Serie A, nº 17 del 28 de agosto de
2002, párrafo 102; voto del señor Juez doctor de Lázzari en Ac. 96.178, sent. del 5-XI-
2008; P. 118.953, sent. del 11-X-2012, C 117577, sent. del 18-XI-2015, entre otros).
El definir cuanto antes quiénes son los padres de una persona es
un mandato convencional y constitucional. La misma Corte Interamericana señaló que
“…la Convención sobre los Derechos del Niño, en su artículo 8.1, señala que `los
Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su
identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de
conformidad con la ley sin injerencias ilícitas. El Tribunal ha reconocido el derecho a la
identidad, que puede ser conceptualizado, en general, como el conjunto de atributos y
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Cumplidos los requisitos que la misma disposición establece, se puede inscribir
preventivamente el nacimiento. Se procura dar una solución, en vista al resultado de la
acción colectiva, de la situación de los niños nacidos por esta práctica, como
consecuencia del pronunciamiento emitido por la sala I, de la Cámara de Apelaciones
en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
en la causa "Defensor del Pueblo de la CABA y otros c. GCBA y otros s/ amparo"
(expte. A1861/2017) con fecha 4 de agosto de 2017.
En ese precedente, a los fines de no postegar indebidamente la
inscripción de un nacimiento el amparo colectivo articulado por el Defensor del Pueblo
y la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), se hizo
lugar a la medida cautelar, se ordenó al Registro del Estado Civil y Capacidad de las
Personas de la Capital Federal (en adelante RECCP) inscribir provisionalmente a los
niños nacidos a través de la denominada gestación por sustitución, a favor de los
comitentes con voluntad procreacional, sin emplazar como progenitora a la gestante
que expresó previamente no tener aquella voluntad. La sentencia dispuso también la
incorporación de los datos de la gestante en el legajo base a fin de respetar el derecho
de identidad de los niños pertenecientes a dicho colectivo.
En definitiva, las dilaciones en el cumplimiento de estos derechos
inciden en la vida de los niños provocando una incertidumbre en cuanto a su propia
historia que debiera evitarse. Todos los niños y niñas tienen el derecho a crecer en la
mayor armonía y tranquilidad, en una situación de estabilidad emocional y también
jurídica. Ese es el único sentido con el cual la ley debe interpretarse en respeto de ese
interés superior.
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arts. 68, 69 y 161 del CPCC). Regístrese de conformidad con lo establecido con el art.
1 de la ley 26.856, art. 1 de su Decreto Reglamentario 894/2013, y arts. 1, 2 y Anexo
de la Acordada 24/13 de la CSJN; a tal fin, notifíquese por Secretaría a las partes, al
Sr. Fiscal de Cámara y a la Sra. Defensora de Cámara. Oportunamente, devuélvase a
la instancia de grado. Se deja constancia que la difusión de la presente resolución se
encuentra sometida a lo dispuesto por el artículo 164, segundo párrafo del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación y artículo 64 del Reglamento para la Justicia
Nacional. En caso de su publicación, quien la efectúe, asumirá la responsabilidad por
la difusión de su contenido. Fdo. OSVALDO O. ALVAREZ - SILVIA PATRICIA
BERMEJO - OSCAR J. AMEAL - JULIO M. A. RAMOS VARDÉ (Sec)
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C., V. D. y otros vs. Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires
(OBSBA) s. Amparo - Salud - Medicamentos y tratamientos
Juzg. Cont. Adm. y Tributario Nº 6, Ciudad Autónoma de Buenos Aires;
24/06/2021; Rubinzal Online; RC J 3579/21
Sumarios de la sentencia
Prestaciones - Técnicas de reproducción humana médicamente asistida -
Gestación o maternidad por sustitución - Medida cautelar - Procedencia -
Caso Artavia Murillo vs. Costa Rica - Atala Riffo y niñas
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Texto completo de la sentencia
La irrupción de la familia y la degradación de la figura del padre teorizadas por
Freud mediante las historias de Edipo y de Hamlet, marcaron el inicio del
proceso de emancipación de las mujeres.
A ellas les siguieron otras minorías: niños y homosexuales. Alguna vez se temió
que el acceso de la igualdad de derechos en materia de prácticas sexuales
tendría por consecuencia la disolución de la familia. No ha sido así. Las antiguas
minorías sólo quieren integrarse a la norma. Curiosamente, es lo que ahora
causa temor... Elisabeth Roudinesco.[1]
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
I.
Vistos y Considerando:
1. El 15/04/2021 V. D. C. y W. C. P. se presentan, con el patrocinio de las
abogadas Flavia Jaquelina Massenzio y Patricia Adriana Salas, e interponen
acción de amparo contra la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires (ObSBA).
Peticionan que se ordene a ésta que les otorgue la cobertura integral de la
técnica de reproducción asistida de alta complejidad FIV[2] , con ovodonación
proveniente de banco y de gametos masculinos aportados por el actor V, con
transferencia embrionaria al cuerpo de E. S. R. A., como gestante solidaria.
Solicitan que la demandada les cubra la totalidad del tratamiento, a saber:
estudios, medicación, terapias de apoyo -en caso de ser requeridas- extracción,
criopreservación y todo lo necesario para lograr el embarazo y nacimiento.
Asimismo, requieren el reintegro de los gastos en medicamentos en los que
hubiesen incurrido para el inicio del tratamiento.
1.1. Indican que ambos se encuentran afiliados a la obra social demandada.
Historian que están en pareja desde el año 2000, que en el 2015 se casaron y
que a partir del 2017 comenzaron a buscar diversas formas para ampliar su
familia y concretar el deseo de ser padres.
Cuentan que recabaron información y que obtuvieron asesoramiento sobre la
posibilidad de llevar a cabo una gestación solidaria. A tal fin E., una amiga muy
cercana, les ofreció "prestarles" su vientre para que pudieran cumplir su anhelo.
Ello, previa conversación "... con su esposo y sus hijos" y que "... todos estaban
de acuerdo en que asumiera el rol de gestante".
Frente a esta situación, se presentaron en el Centro Especializado en
Reproducción (CER), que es prestador de la demandada; allí les comunicaron
que para iniciar las consultas pertinentes y obtener la cobertura del tratamiento
debían solicitar la apertura de una carpeta ante la ObSBA.
Por ello, iniciaron el procedimiento administrativo correspondiente y obtuvieron
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como única respuesta de la demandada un correo electrónico del 05/01/2021 en
el cual les anunció que su "... petición excede el marco de cobertura ObSBA".
Posteriormente, el 18/01/2021 presentaron una nota por mesa de entradas a fin
de requerir nuevamente la cobertura y ante la falta de respuesta el 02/03/2021
formalizaron el reclamo vía carta documento. Ello, a fin de que se cumpla con la
prestación que la normativa prevé en tanto a la fecha no obra "... autorización
alguna que [les] garantice el acceso a la técnica de reproducción asistida de
gestación solidaria".
Refieren que esta situación les ha generado mucha angustia y frustración por no
poder concretar su proyecto de vida y de familia.
1.2. Señalan que al ser una pareja conformada por dos hombres no pueden
concebir por los métodos tradicionales o alternativos. Por lo cual este
procedimiento -gestación solidaria- es "... el único medio por el cual podría[n]
concretar [su] deseo de conformar una familia aportando gametos masculinos
propios".
Esgrimen que se encuentran desamparados toda vez que los derechos a la
reproducción "... se les garantizan a todas aquellas personas o parejas que no
adolecen de la imposibilidad de concebir en los términos que [ellos] padecen".
Aclaran que no cuentan con los recursos económicos para acceder a esta
técnica.
Manifiestan que cada año que pasa se traduce en un año menos como padres a
la vez que aumenta la edad de E., con todo el riesgo que ello implica. Alegan
que asimismo, estos impedimentos afectan su salud psíquica y emocional.
1.3. Afirman que la ley nacional n° 26.862 garantiza el acceso integral a los
procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción asistida y es
obligatoria para todos los prestadores de servicios de salud -tanto públicos como
privados- y que se encuentra en plena vigencia en todo el territorio nacional.
Expresan que pese a que el Código Civil y Comercial de la Nación no regula
específicamente la gestación solidaria, sí establece claramente las pautas para
determinar la filiación a través de las técnicas de reproducción asistida.
Arguyen que la negativa de la demandada a garantizar la cobertura contradice
los principios de igualdad garantizados en la Constitución Nacional y tratados
internacionales. Ello así, entienden que de versar el presente caso sobre hechos
similares y la pareja fuese heterosexual la demandada garantizaría la cobertura
de las diferentes técnicas de reproducción asistida.
Concluyen que el derecho a la salud reproductiva va de la mano con el ejercicio
de la autonomía personal y la consecuente planificación familiar "... que desea[n]
fuertemente integrar".
1.4. Solicitan como medida cautelar se ordene a la demandada otorgarles la
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cobertura integral de la técnica de reproducción asistida de alta complejidad FIV,
con ovodonación proveniente de banco y de gametos masculinos aportados por
el actor V, con transferencia embrionaria en el cuerpo de E. S. R. A. - gestante
solidaria-. En caso de no resultar exitoso y de ser necesario, requieren se lleven
a cabo tres tratamientos correspondientes por año. Ofrecen prueba, fundan en
derecho y citan jurisprudencia que consideran aplicable al caso.
2. El 16/04/2021, en uso de las facultades conferidas por el inciso 2º del artículo
29 del CCAyT, el juzgado ordena librar oficio a la Obra Social de la Ciudad de
Buenos Aires a fin de que: a) remita copia digital de todos los antecedentes
relacionados a las técnicas de reproducción asistidas de alta complejidad FIV,
con ovodonación y transferencia embrionaria como las requeridas por los
actores. Con inclusión de las peticiones efectuadas en torno a la cobertura,
historia clínica, autorizaciones médicas de los tratamientos referidos, su trámite y
respuesta brindada; b) explicite las razones por los cuales le ha informado a los
actores que "... la presente petición excede el marco de cobertura de ObSBA" y
por qué dicha petición a su entender no estaría cubierta de acuerdo al plan de
fertilización asistida; y c) acompañe copia digital de la Disposición n° 267/2015 y
de toda otra norma interna referida a la cobertura de tratamientos de fertilización
asistida.
3. El 30/04/2021[3] la ObSBA acompaña normativa referida a esta cuestión.
Manifiesta que al momento en que los demandantes efectuaron la petición en la
Obra Social la disposición que se encontraba vigente no contemplaba la
ovodonación. Posteriormente hubo una modificación mediante la cual se amplió
el Programa de Fertilidad. Precisa que la Disposición nº 54/ObSBA/21 incluye la
ovodonación, la criopreservación y la transferencia embrionaria.
Explica que todos los tratamientos de fertilidad previstos por la ObSBA se
efectúan a través de su prestador CER y que les brinda cobertura integral al
universo de afiliados.
No obstante ello, refiere que la opción terapéutica requerida por los peticionarios
en autos, no se encuentra regulada en la Argentina. Ni la Ley n° 26862 ni el
Código Civil y Comercial mencionan la gestación por sustitución o solidaria como
un tratamiento de reproducción humana asistida.
Refiere que en el caso en cuestión aparece una tercera persona -ajena a los
actores- que es quien habría de gestar.
Enfatiza que en la demanda no se brinda mucha información acerca de la mujer
gestante ni tampoco su consentimiento, capacidad civil, acreditaciones psíquicas
ni físicas. Alega que tal circunstancia "... reflejaría que los actores no han dado a
los trámites efectuados una perspectiva de género que atienda a las
particularidades de la mujer gestante" y que sin su conformidad "... podría
4 / 30
considerarse violentada la dignidad de la mujer y sus derechos humanos más
fundamentales".
Finalmente, recuerda que "... si bien la gestación solidaria estaría permitida en
nuestro país al no hallarse expresamente prohibida" desde el punto médico, la
falta de regulación podría causar un estado de inseguridad jurídica para los
pacientes que se sometan a dicho tratamiento.
4. El 27/05/2021 los actores contestan el traslado conferido.
Sostienen que la prestación requerida se encuentra prevista en la ley n° 26862 y
su decreto reglamentario por lo que resulta indiferente el hecho que la ObSBA la
regule internamente.
Afirman que la Técnica de Reproducción Asistida por Gestación
Solidaria es una Técnica de Alta Complejidad incluída en el Programa Médico
Obligatorio (PMO). Destacan que el legislador utiliza una redacción abierta y que
de la norma "... no surge que determinados tratamientos están tutelados y otros
NO".
En cuanto a la gestante solidaria, refieren que la ObSBA parece desconocer la
presunción de capacidad de las personas que rige en todos los ámbitos.
Indican que hasta tanto no se garantice la cobertura del tratamiento se torna
improcedente el pedido de intervención de la señora R. A. dado que son los aquí
actores los que tienen la voluntad procreacional. No obstante, refieren que podrá
ser citada en el momento oportuno.
5. El 28/05/2021 el tribunal dispone que se anoticie a la señora E. S. R. A. de lo
requerido por los amparistas en esta causa y que exprese su parecer concreto
en el planteo que la involucraría. Ello, en el marco del debido cuidado
respetuoso de los derechos en juego para todas las personas implicadas en la
petición actora; incluida quien habría de gestar durante nueve meses.
6. El 11/06/2021[4] la señora R. A. se presenta en autos y se notifica de lo
requerido por el tribunal.
Expone que previa conversación con su concubino y sus 3 hijos se ofreció para
ser la gestante en el tratamiento requerido por los actores.
Manifiesta que está "... totalmente informada de las presentes actuaciones" y
expresa su conformidad para someterse "... en forma totalmente solidaria" al
procedimiento previsto "... a los fines de poder llevar a término el embarazo y
posterior parto del hijo/a de los actores".
7. El 15/06/2021 se pasan los autos a resolver la pretensión cautelar introducida.
II
8. Requisitos de procedencia de las medidas cautelares
Sabido es que el objeto de las mismas "no depende de un conocimiento
exhaustivo y profundo de la materia controvertida en el proceso principal"[5]. Y
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que "más que a hacer justicia contribuye a garantizar el eficaz funcionamiento de
la justicia"[6] (resaltado añadido).
Por su parte, la ley de amparo local nº 2.145 ha recogido expresamente en su
artículo 14 cuatro requisitos de admisibilidad de las medidas cautelares.
Es con tal mirada, entonces, que se abordará seguidamente si se configuran en
autos los extremos procesales requeridos, tanto por la doctrina procesal como
por la normativa vigente para la procedencia de la petición cautelar.
9. Tratamiento de la medida cautelar solicitada
Corresponde entonces analizar si los requisitos precedentes confluyen en esta
petición cautelar. Ello, de acuerdo al sustento que brinden los dichos de los
actores, la documentación aportada y el bloque de legalidad constitucional y
legal que ampare a la petición, dentro del marco discursivo del derecho que
defina los contornos de aquel.
A
Verosimilitud en el derecho
Este recaudo procesal constituye una posibilidad de existencia del derecho
sustancial invocado por la parte y debe reunir cierta apariencia de buen derecho.
Su comprobación debe presentarse de forma tal que sea factible avizorar a
través del sustento reunido que en el proceso principal pueda declararse la
certeza de ese derecho. A estos fines, no se trata de exigir una prueba plena y
concluyente, en tanto la misma será materia de la discusión principal del
proceso.
Empero, es necesario como mínimo cierta acreditación[7] , la cual será materia
del relevamiento que se hará a continuación.
1. Acreditaciones de la causa que historian la conducta de las partes y delinean
su sustento fáctico
1.1. Los actores están unidos en una relación de pareja desde hace 21 años y
contrajeron matrimonio el 17/12/2015. Ambos se hallan afiliados a la ObSBA -W.
C. desde el 04/07/2008 bajo el n° xxxxxx y V. D. desde el 25/04/2014 bajo el n°
xxxxx- (ver copias de acta de matrimonio y de los carnets de afiliación adjuntas a
la actuación nº 596.064/2021).
Esta ACREDITACION del acta de matrimonio amerita una primera mención
especial. Luce asentado en aquélla que V. y W. "declaran tomarse por MARIDO
y MUJER". Aunque huelgan los comentarios al respecto, la conducta desplegada
por el Registro Civil de las Personas de Ramos Mejía al unir en matrimonio a los
amparistas -a más de 5 años de sancionada la ley de matrimonio igualitario-
expresan con elocuencia la connotación del sesgo de la funcionaria interviniente,
a través del signo que esas palabras representan.
1.2. E. S. R. A. -gestante solidaria- tiene 35 años (ver DNI adjunto a la actuación
6 / 30
nº 659.403/2021, hoja 9).
Está "... totalmente informada de las presentes actuaciones" y prestó su expresa
conformidad para someterse "...en forma totalmente solidaria" al procedimiento
requerido por los amparistas. Tiene 3 hijos: A. A. C. R. (DNI xxxxx) Y. A. C. R.
(DNI xxxxx) y N. C. C. (DNI xxxx). Refiere que conversó con ellos y con su
concubino C. J. C. (DNI xxxxx) previo a ofrecerse como gestante
(manifestaciones vertidas en la actuación nº 1.087.776/2021).
1.3. El 05/01/2021 W. C. solicitó la apertura de la carpeta por fertilidad en el
Centro Especializado en Reproducción CER "... para realizar todo el tratamiento
correspondiente a ovodonación, fecundación in vitro e implantación de Blastocito
en el útero de una amiga... que nos [lo] ofrece en forma desinteresada... para la
gestación" (correo enviado al Área de Servicios Periféricos de la ObSBA, adjunto
a la Actuación nº 596.064/2021).
1.4. El 08/01/2021 la ObSBA contesta que "... la presente petición excede el
marco de cobertura de ObSBA" (correo enviado desde el Área de Legales,
adjunto a la Actuación nº 596.064/2021).
1.5. El 18/01/2021 los actores presentan una nota dirigida al Director Médico de
la ObSBA en la que refieren que"... por imperio de la Ley 26862 y su Decreto
Reglamentario Nº 956/2013 [la] obra social prestadora se encuentra legalmente
obligada a brindar cobertura al 100 % del tratamiento de reproducción humana
asistida de gestación solidaria, en razón de que el mismo se encuentra
contemplado en el P.M.O.[8]. Ello, implica la cobertura integral al 100 % de los
costos de medicación, estudios, diagnósticos, terapias, el tratamiento de
reproducción humana asistida conocido como gestación solidaria, FIV con
donación, con gametos propios, o transferir en el cuerpo de una persona
gestante" (nota n° 593.264 adjunta a la Actuación nº 596.064/2021).
Finalmente, ante la falta de respuesta, el 1°/03/2021 W. C. envía carta
documento a la demandada a fin de requerir una vez más la cobertura médica
del tratamiento referido (CD adjunta a la Actuación nº 596.064/2021).
1.6. Tal como surge del relato de hechos -punto 3 del mismo- una vez iniciada la
demanda, y ante el pedido de informe requerido por el juzgado a la ObSBA, el
30/04/2021 ésta acompaña normativa actualizada en torno a la pretensión
amparista consistente en la Disposición nº 54/ObSBA/21, dictada con
posterioridad al reclamo extrajudicial de los actores. Mediante la misma se
reconoce la inclusión en los tratamientos para gestación, a la ovodonación, la
criopreservación y la transferencia embrionaria.
Finalmente, recuerda que "... si bien la gestación solidaria estaría permitida en
nuestro país al no hallarse expresamente prohibida" desde el punto médico, la
falta de regulación podría causar un estado de inseguridad jurídica para los
7 / 30
pacientes que se sometan a dicho tratamiento.
2. A través de estas acreditaciones puede resumirse el conflicto que los
amparistas traen ante esta magistrada en una respuesta a su anhelo vital de
procrear.
Ello, tras dos décadas de una relación afectiva, consolidada formalmente a
través del matrimonio celebrado en año 2015. Ante la imposibilidad física para tal
logro -lo cual sería una obviedad innecesaria de explicitar al ser ambos del
mismo sexo- una amiga de la pareja, E. S. R. A., con fecha 11 de junio pasado
ha expresado en autos su conformidad como gestante en forma desinteresada
en las condiciones reseñadas más arriba en el punto 1.2.
Así las cosas, luego de los reclamos e intimaciones a la demandada a partir de
enero de este año -acreditados a tenor de la reseña precedente- ante la negativa
inicial de aquélla y sus silencios posteriores, la pareja se presenta ante la
justicia.
La dilucidación de la petición habrá de dirimirse a través del análisis del bloque
de legalidad constitucional y legal que cobija la cuestión más que a través de la
necesidad de actividad probatoria en torno a una cuestión fáctica -la que ya ha
sido deslindada en el comienzo de este apartado-.
3. Previo a adentrarse en la petición cautelar para que la OSBA les cubra
integralmente en su carácter de afiliados los tratamientos de reproducción
humana asistida (TRHA) es menester efectuar ciertas precisiones.
Primeramente, se arrimarán las premisas epistemológicas que darán sustento a
esta decisión. Y a continuación el alcance terminológico de la referida técnica
gestacional artificial en que aquél se inserta.
3.1 Nuevas estructuras de pensamiento y de costumbres perfilan otra plasticidad
desde el siglo pasado en las relaciones humanas y en su sexualidad, que10
irradia hacia nuevas subjetividades e identidades. Desde Freud en adelante, si el
discurso del derecho -moldeado por quienes lo aplican, lo categorizan o lo
interpretan- pretendiera ignorarlas, más temprano que tarde emergerían con la
fuerza de aquello que se intenta ocultar o reprimir.
Es que aquél reconoce en su urdimbre un entretejido de fenómenos sociales de
diverso cariz y entidad, en tanto se halla imbricado en la cultura y en el quehacer
de cada tiempo por el cual es atravesado. Este discurso es recorrido por
reclamos y vicisitudes que se suscitan hoy, aquí y ahora, que lo arañan y
transforman de consuno con el devenir y las necesarias transformaciones que no
casualmente se presentan ante éste.
En certeras y bellas palabras de la Dra. Alicia Ruiz, magistrada del Tribunal
Superior de Justicia de esta ciudad, se refleja cual síntesis el sustrato de este
caso: ".... su trama [de este discurso] es la de un relato peculiar que constituye
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realidades y sujetos, que legitima o deslegitima pedazos del mundo... Como hay
historia en el derecho, el derecho moderno lleva las marcas del tiempo en que
surgió y también metaboliza, modificándolas, las herencias recibidas..."[9]
(resaltado no es del original).
Esto describe con precisión porqué casos como el aquí presente, interpelan a
quien debe prestar una solución a los reclamos judiciales con una visión que
contemple los cambios sociales -como las nuevas composiciones familiares- de
la mano de lo que el actual Código Civil y Comercial de la Nación (CCyCN) -Ley
26994- exige a partir de sus dos primeros artículos[10].
3.2. Estas técnicas gestacionales se han tornado realidad gracias al avance de
la ciencia y de la biotecnología, en especial. De suerte de posibilitar la gestación
en un vientre extraño al material genético que habrá de formar el embrión.
Las transformaciones sociales y culturales que los avances científicos
posibilitaron erige al estudio de esta cuestión como expresión del derecho aquí
llamado a decidir sobre el punto.
Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los
interesados se refieren a ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre
que no sean contrarios a derecho.
Artículo 2: Interpretación. La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus
palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de
los tratados sobre derechos humanos, los principios y los valores jurídicos, de
modo coherente con todo el ordenamiento.
Despejada esta aclaración precedente para la comprensión de los textos y
contexto que enmarcarán esta decisión, puede describirse la técnica aquí
requerida denominada GESTACIÓN SUSTITUTIVA a partir del glosario de
terminología en THRA que incluye la OMS, que se transcriben al pie[11].
En términos análogos los párrafos 1 y 2 del artículo 2 del decreto n°
956/PEN/2013[12] , reglamentario de la ley n° nacional n° 26862 de
Reproducción Medicamente Asistida[13] (en adelante, LRMA), la incluyen dentro
de las técnicas de alta complejidad, en que la unión del óvulo y espermatozoide
tiene lugar por fuera del sistema reproductor femenino.
En síntesis, la GESTACIÓN SUSTITUTIVA es una TRHA a través de la cual una
mujer -gestante- conviene con otra persona, o como en el caso a decisión con
una pareja, gestar un embrión, sin voluntad procreacional alguna, por lo cual
carecerá de vínculo legal alguno con la persona por nacer, ya que no es
considerada su madre[14]. Vale decir que los progenitores (padres de intención
-o comitentes en una jerga más contractual- en este caso los actores) serán
reconocidos por la ley como los padres legales[15]. En función del vínculo de
amistad que une a la pareja actora con la gestante, y el ofrecimiento
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desinteresado de ésta, torna la gestación sustitutiva en solidaria, exenta de
carácter lucrativo.
3.3. Ahora bien, el caso de autos cumple con los requisitos que el propio
anteproyecto del CCyCN[16] pautaba para el reconocimiento de la GS[17]. Para
una visión reduccionista podría colegirse que, al no haberse recogido en el texto
definitivo del CCyCN hoy vigente, de tal omisión se derivaría una falta de
reconocimiento normativo al respecto.
Sin embargo, no escapa a cualquier mirada centrada en la observación de la
realidad que los silencios, lo excluido, lo no dicho, aquello de lo que no se habla
puede ser mucho más revelador del sentido de un discurso que lo que está
manifestado expresamente, escrito o destacado.
Por otro lado, amén de lo que la ley expresa, el derecho se construye con la
interacción de lo que la magistratura interpreta cada vez que la aplica, lo que
argumentan quienes abogan por sus clientes, lo que la doctrina razona y critica y
cada uno de esos espacios convergen desde su propia observación de la
realidad. Tal como más profundamente lo desarrolla la doctrina desde una
filosofía crítica, el derecho en tanto discurso elude pero también alude[18].
El caso a decisión es un claro exponente de ello. El pretendido silencio, al omitir
incluir lo propuesto en el anteproyecto del CCyCN sobre este tema, no se
advertiría como equivalente a su prohibición. Tal silente proceder legislativo es
colmado de sentido en virtud del elenco de derechos que amparan la cuestión a
su resguardo. Y secundado bajo el mandato de armonización interpretativa "de
modo coherente con todo el ordenamiento", que la legislación de fondo ha
erigido desde el Título Preliminar, (cap. 1) Derecho.
3.4. Por lo cual, la presente habrá de ceñirse al mandato de aquélla en su
artículo 2, al sancionar que la ley debe ser interpretada a tenor de sus palabras,
sus finalidades, leyes análogas, los tratados sobre derechos humanos, los
principios y los valores jurídicos de modo coherente con todo el ordenamiento.
Desde ya se aclara que la coherencia jurídica -a diferencia de la consistencia- en
términos de Neil MacCormik excede una ausencia de contradicciones; importa la
evaluación de las reglas, sea a la luz de sus razones subyacentes, sea a la luz
de los principios superiores del sistema jurídico[19]. Razón por la cual la
pretensión a dilucidar seguirá la senda demarcada por las antedichas directrices
legislativas a observar.
4. Universo de derechos implicados en la pretensión en análisis Análisis de la
petición de acceso al tratamiento requerido a través de esta medida cautelar.
El mismo se efectuará a partir y dentro del contexto y al abrigo de la siguiente
panoplia de derechos reconocidos convencional, constitucional y legalmente.
Del cuadro existencial hasta aquí descripto y acreditado, lo que acapara la
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atención en una primera aproximación al tema, es la sanción legislativa -muchas
veces posterior al reconocimiento judicial de los derechos- que acompaña la
implicancia de las innovaciones científicas que los tornan factible en la realidad.
Éstas irrumpen con fuerza en las necesidades vitales de la sociedad, de suerte
que obligan al reconocimiento estatal de las mismas. Para no remontarse más
lejos en el tiempo, quedan a la vista en esa dirección la ley del matrimonio
igualitario y la de fertilización asistida como ejemplos culturales normativos
relacionados con el caso a resolución.
4.1. En conjunción con lo antedicho se inclina todo el acervo introducido en el
artículo 558 del CCyCN[20], en torno al DERECHO AL RECONOCIMIENTO DE
LA FILIACION, y la tríada de FUENTES FILIATORIAS que aquél reconoce.
Tanto la ya consagrada e incluida en el código veleziano respecto de la filiación
natural, luego por adopción y la que ahora se incorpora producto de las
TRHA[21].
4.2. Todo este abanico de concepciones expresadas al comienzo de este punto,
arrastran un cambio de paradigma con la legislación del siglo pasado.
Concepciones cuya comprensión no es acompasada al mismo ritmo por la
sociedad toda ni siquiera por quienes deben asumir en sus funciones estatales el
cumplimiento riguroso de las leyes. Ejemplo de esto es la leyenda asentada en
el acta de matrimonio -performativamente declara a los actores marido y mujer-
lo que refleja sin ambages la reticencia a los cambios sociales y legislativos por
la funcionaria interviniente. Lo que denota a las claras que la fuerza de lo
instituido es capaz de llegar al extremo de omitir la identidad de los actores.
4.3. La incorporación legislativa deóntica a que se alude en los dos subpuntos
precedentes se consuma en el orden nacional primeramente con el derecho al
matrimonio igualitario (ley nacional 26618[22]) que admite tanto el matrimonio o
la unión civil entre personas del mismo sexo y el derecho a la utilización de las
técnicas de fertilización asistida (ley nacional n° 26.862[23]).
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en su Observación
General nº 14 contempla la inclusión de la libertad sexual y genética, al igual que
la existencia de un sistema de salud que brinde iguales oportunidades para
acceder y disfrutar del más alto nivel posible de salud (párrafo 8)[24].
En el orden local, la Constitución de la Ciudad reconoce a los derechos
reproductivos y sexuales como derechos humanos básicos (artículos 21 y 37).
Por su parte, ley básica de salud n° 153 garantiza el pleno ejercicio de los
derechos reproductivos, lo que incluye el acceso a la información, educación,
métodos y prestaciones que los garanticen (artículos 4 inciso n, 12 inciso v, 14
inciso u y 48 inciso k).
Los derechos apuntados precedentemente introducen la consideración de los
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siguientes a incluir en la cuestión bajo análisis
4.4. Planificación familiar y salud integral y reproductiva
Se ha definido a esta última como un estado general de bienestar físico, mental
y social, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo, sus
funciones y procesos. La misma entraña la capacidad de disfrutar de una vida
sexual sin riesgos.
Va de la mano de la libertad de procrear, que implica la de decidir hacerlo o no
hacerlo, cuándo y con qué frecuencia, en los términos plasmados por la LEY
NACIONAL n° 25673[25] que creó el Programa de Salud Sexual y Procreación
responsable. Éste tiene como objetivo que la población en general, sin
discriminación alguna acceda al nivel más elevado de salud sexual y procreación
responsable. Ello a los fines de que la población pueda ejercer dichos derechos
a través de decisiones libres (artículos 2 y 3).
El DERECHO A PROCREAR se incardina en el DERECHO A FUNDAR UNA
FAMILIA. Y se conforma dentro del DERECHO al disfrute más alto posible de la
SALUD INTEGRAL.
Ésta última, en tanto en el caso a decisión puede describírsela como La
"capacidad de la persona como sujeto histórico-social y de su comunidad de
detectar, identificar y resolver en forma solidaria los distintos factores que limiten
su potencialidad vital" (énfasis añadido).
Cobra peso en este punto las palabras de CIDH en el precedente Artavia Murillo
c. Costa Rica en su interpretación del artículo 7 de la CADH al expresar que éste
"incluye un concepto de libertad en un sentido extenso como la capacidad de
hacer y no hacer todo lo que esté lícitamente permitido (...) constituye el derecho
de toda persona de organizar, con arreglo a la ley, su vida individual y social
conforme a sus propias opciones y convicciones[26].
Esta constelación de derechos plasmada en la comunidad Internacional[27],
forma parte del bloque de convencionalidad recogida por nuestra Constitución
Nacional de consuno con el art. 75, inc. 22.
Ello, amén de la consideración en la Constitución local que otorga prioridad al
derecho a la salud integral y pauta el gasto público en salud como una inversión
social prioritaria (artículo 20) y la ley básica de salud n° 153[28].
En este contexto es atinente mencionar que dentro del denominado derecho
constitucional de familia[29], el derecho a la salud reproductiva comprende tres
contenidos distintos pero complementarios, al decir de Andrés Gil Domínguez,
información, prevención y planificación.
Esta última responde a una profunda convicción de ser o no ser madre/padre, lo
cual "forma parte de un proyecto de vida porque modifica sustancialmente
cualquier autobiografía... supone la concreción consciente, voluntaria y
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plenamente deseada de un acto que modifica esencialmente y para siempre la
biografía de las personas[30].
En el orden internacional la OMS también ha definido a la planificación familiar
como "un modo de pensar y vivir adoptado voluntariamente por individuos y
parejas, que se basa en conocimientos, actitudes y decisiones tomadas con
sentido de responsabilidad, con el objeto de promover la salud y el bienestar de
la familia y contribuir así en forma eficaz al desarrollo del país". Agrega que ello
va aunado a que todas las personas tengan el derecho a acceder fácilmente a la
información, educación y servicios vinculados a su salud y comportamiento
reproductivo.
4.5. Lo apuntado precedentemente se conjuga a la par con el DERECHO A LA
AUTONOMIA PERSONAL, del que dimana el DERECHO A LA ELECCION DEL
PLAN DE VIDA.
El primero, como parte de una tríada de la práctica deliberativa se imbrica en
determinados principios morales, que Nino ha enmarcado en: a) el de la
autonomía personal, o sea la libre elección individual de planes de vida y la
adopción de ideales de excelencia humana[31] -proscriptos de la interferencia
del Estado en el ejercicio de los mismos-, b) el de la inviolabilidad de la persona
y c) el de la dignidad.
Sendos derechos son corolarios del principio de reserva consagrado en el
artículo 19 de la Constitución Nacional, puesto de resalto por la propia
demandada en su presentación del 30/04/2021, al reconocer ella misma la no
prohibición de esta técnica.
Allí se desenvuelve la protección del principio de autonomía de las personas que
la bioética resguarda, en su DERECHO A ELEGIR SU PLAN DE VIDA. En este
caso, al trazar los amparistas su biografía a través de la búsqueda de
descendencia, la cual sólo pueden ver alcanzada a través de la cobertura que
aquellos requieren. También en este punto resuenan las palabras del fallo antes
citado Artavia Murillo, al recordar que la autonomía de la voluntad, la autonomía
reproductiva y el acceso de los servicios de salud reproductivos se circunscriben
dentro de la vida privada[32].
El Procurador Fiscal ante la CSJN Dr. Víctor Abramovich, en su dictamen en el
recurso extraordinario[33], precisamente sostiene que no hay regla de
proscripción de la técnica de gestación por sustitución; "por el contrario, en
nuestro marco constitucional, tal como expondré seguidamente, una postura de
esa naturaleza debió ser formulada en la legislación de forma expresa y directa...
Es una práctica no prohibida por la ley pero que hasta el momento carece de
una reglamentación específica. Por lo cual, en atención al principio de reserva
del artículo 19 in fine de la CN "debe entenderse que el procedimiento de
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gestación por sustitución se encuentra permitido (Fallos 335:197, "F.A.L.",
considerandos 20 y 21)". Y concluye, con citas de jurisprudencia de la Corte
norteamericana que "las decisiones relativas a la procreación configuran
cuestiones centrales de la esfera privada familiar relacionadas con la autonomía
de una persona, pues involucran las elecciones más íntimas y personales que
puede hacer en su vida (cfr. Corte Suprema de Estados Unidos, "Lawrence et al.
c. Texas", sentencia del 26 de junio de 2003, 539 U.S. 558, 573-74)".
Por ello, en tanto no se halle expresamente prohibida -lo cual la demandada
reconoce expresamente como se relevara en las acreditaciones- y no provoque
lesión en los derechos de terceras personas, la justicia debe velar por el
resguardo y protección de los derechos aquí concernidos.
Siglos atrás ya el propio J. Stuart Mill lo dejó estampado, en la cultura
occidental[34] al menos, en referencia al principio de no ocasionar daño, que
nuestra propia jurisprudencia siempre tiene en cuenta al resguardo del derecho
de daños.
De este principio, en términos de Mill se sigue que la moralidad convencional no
debe limitar la libertad de las personas en sus conductas cuando éstas no dañen
a otros; en otras palabras, el estado no puede obligar al cumplimiento de un
conjunto de valores a quienes no los compartan en tanto atañe a sus vidas
privadas.
4.6. La tríada aludida por Nino se cierra con otro resguardo que enmarca esta
protección a la pretensión cautelar que es el DERECHO A LA DIGNIDAD DE
LAS PERSONAS. A través de éste se preservan las diferencias y se respetan
las convicciones que cada individualidad talla en el DERECHO A SU PROPIA
IDENTIDAD.
De modo que la piedra de toque en que puede resumirse el resguardo de la
DIGNIDAD puede lograrse a través de la ley que contemple el anverso y reverso
de estos dos derechos, que para ello deberá garantizar: EL DERECHO A SER
IGUALES cuando la diferencia nos hace inferiores, y EL DERECHO A SER
DIFERENTES cuando la igualdad ponga en peligro la identidad[35]. Tal
concepción es superadora de la inveterada doctrina y jurisprudencia de tratar
igual a las personas en iguales condiciones; para avanzar contemporáneamente
a paliar las desigualdades estructurales y avistar la realidad con esta
interconexión de estos derechos entre sí.
4.7. En otro orden de ideas, la existencia de un DERECHO A UNA MEJOR
CALIDAD DE VIDA presta su impronta a esta cuestión a abordar. La misma fluye
de los artículos 41 de la Constitución Nacional y 18 y 20 de la Constitución local.
Este derecho pertenece a los denominados de tercera generación, o dentro del
esquema tradicional, una garantía de los derechos a la vida y a la salud, y otorga
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protección a los requirentes para exigir la aplicación de nuevas tecnologías o
noveles tratamientos.
4.8. Esto último como derivación del DERECHO A GOZAR DE LOS
BENEFICIOS DEL PROGRESO CIENTÍFICO Y SU APLICACIÓN.
En este sentido, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU[36] insta a los
estados partes -entre otras acciones-, en lo que aquí interesa, a garantizar el
acceso de todas las personas sin discriminación a los beneficios de la ciencia y
sus aplicaciones, incluido el conocimiento científico[37].
Por su parte en el orden convencional se hace eco de este derecho tanto la
Declaración Americana en su art. XIII[38] , como el PIDESC en su artículo 15,
apartado 1, inciso b)[39].
4.9. Desgranado que ha sido en los puntos precedentes el universo de derechos
que integran el bloque de constitucionalidad y de legalidad, en conjunción con la
directriz de interpretación pautada en el artículo 2 CCyCN, ello echa luz sobre
las violaciones a los derechos humanos que podría traer aparejada una
denegatoria de la pretensión cautelar. Ello sobre la base de que éstos son
preexistentes al estado, por lo cual no dependen de su reconocimiento ni son
concesiones suyas.
4.9.1. En alusión a la ya referida función paradojal del derecho, la doctrina tiene
expresado que cuando aquél "promete la igualdad ocultando la efectiva
desigualdad, instala además un lugar para el reclamo para la igualdad"[40].
En este fragmento de la realidad en punto al DERECHO A LA IGUALDAD Y A
LA NO DISCRIMINACIÓN que cobije esta pretensión, se centrará la
argumentación en torno a estos derechos-presupuestos que comulguen con una
convivencia social en paz.
4.9.2. Los conceptos van mutando, son deconstruidos y resignificados de la
mano de las cosmovisiones que se van internalizando en la sociedad. El derecho
-como elemento que generalmente propende al mantenimiento del statu quo- va
incorporándolas en su seno, las más de las veces a la zaga de transformaciones
científicas y culturales.
A ello no escapa una concepción en torno a la igualdad, de la mano de la no
discriminación. El artículo 16 de la CN mantiene incólume su textualidad desde
su sanción; sin embargo, nos habla y convoca de manera muy diferente desde
1853 hasta el presente, en tanto la evolución de la sociedad -con todo lo que ella
envuelve y desenvuelve- nos va transformando. La mayor parte de las luchas
pueden ser leídas y atravesadas desde el punto de vista de sus fricciones con
este derecho a la igualdad. Y ello acontece porque contiene la clave de bóveda
que define qué clase de sociedad es la que nos expresa. Delinea cuál es el norte
que el pacto de socialidad que nos hemos dado señala, a tono con los valores
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que permean el ethos bajo el cual aspiramos a desarrollarnos en convivencia.
4.9.3. La igualdad al igual que la libertad son presupuestos convivenciales y
sostén que posibilitan la existencia de los restantes derechos. ¿Cómo poder
solventar la equidad, la justicia social, la misma justicia, sin estos dos atlantes de
todo el sistema de convivencia y de respeto de los restantes derechos? Hanna
Arendt[41], por ejemplo, en su reflexión sobre la igualdad política de los
atenienses refiere el compromiso de éstos en resguardar la igualdad -con
exclusión en ese entonces de esclavos que en su concepción no eran sujetos de
derecho, como tampoco lo eran las mujeres- no porque se creyesen realmente
iguales sino porque dicho compromiso hacía posible adoptar una forma de
comunidad política como la que tenían.
Así pues, ¿Cómo suponer la inteligibilidad racional de una norma como el
artículo 562 CCyCN que admite la co-maternidad -en tanto la madre que dio a
luz lo integre con el consentimiento previo de la otra mujer con voluntad
procreacional- sin salvedad igualitaria para el supuesto de la co-paternidad?
Ello sería un palpable exponente de la consagración de una discriminación
indirecta. Ello así, en tanto una norma que pudiera aparentar ser neutra,
conduciría en su aplicación al perjuicio de otras personas[42].
Sin embargo, la coherencia del texto analizada sistémicamente queda amparada
-bloque de convencionalidad ya reseñado aparte- bajo la fuerza interpretativa y
de aplicación de las normas emanada del artículo 402 del CCyCN: "Ninguna
norma puede ser interpretada ni aplicada en el sentido de limitar, restringir,
excluir o suprimir la igualdad de derechos y obligaciones de los integrantes del
matrimonio, y los efectos que éste produce, sea constituído por dos personas de
distinto o igual sexo".
Razón por la cual, fácil es advertir que negar los beneficios que la cobertura de
esta técnica gestacional solicitada representaría ante este anhelo de ser padres
y procrear para V. y W.; se erigiría en una afrenta a la no discriminación en virtud
del sexo. Con un claro quiebre al derecho de igualdad en razón del mismo.
4.9.4. Otro tanto podría predicarse de acuerdo al artículo 599 CCyCN[43] que
pauta quiénes que pueden ser adoptantes. Así, en tal télesis los actores, en
tanto matrimonio podrían adoptar -con la advertencia precedentemente
desarrollada contenida en el art. 402 CCyCN del capítulo intitulado Principios de
Libertad e Igualdad referido al Matrimonio-. En ese marco concluye dicho
artículo: "sea éste constituido por dos personas de distinto o igual sexo". Huelga
aclarar la palmaria incongruencia que revestiría una decisión denegatoria de
esta pretensión cautelar. ¿Pero sin embargo la legislación de fondo sí les
reconoce a dos personas del mismo sexo el derecho a adoptar y consiguiente
filiación por adopción?
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Este trato dispar sería tanto como adunar la interpretación de que la legislación
de fondo autoriza a los actores a adoptar, más rechazara la segunda fuente de
filiación incluida en el artículo 558 del CCyCN por las técnicas de reproducción
humana asistida (TRHA).
Todo adoptante debe ser por lo menos dieciséis años mayor que el adoptado,
excepto cuando el cónyuge o conviviente adopta al hijo del otro cónyuge o
conviviente.
En caso de muerte del o de los adoptantes u otra causa de extinción de la
adopción, se puede otorgar una nueva adopción sobre la persona menor de
edad.
Lo cual sería fulminado a partir del Sistema Universal de Protección de Derechos
Humanos, que el 22 de diciembre de 2008 desde la Asamblea General de las
Naciones Unidas se adoptara la "Declaración sobre derechos humanos,
orientación sexual e identidad de género". La misma reafirma el "principio de no
discriminación que exige que los derechos humanos se apliquen por igual a
todos los seres humanos, independientemente de su orientación sexual o
identidad de género"170 Desde la jurisprudencia internacional en el fallo de la
CIDH "Atala Riffo y niñas vs. Chile"[44] sentó magistralmente "... que la noción
de igualdad se desprende directamente de la unidad de naturaleza del género
humano y es inseparable de la dignidad esencial de la persona, frente a la cual
es incompatible toda situación que, por considerar superior a un determinado
grupo, conduzca a tratarlo con privilegio; o que, a la inversa, por considerarlo
inferior, lo trate con hostilidad o de cualquier forma lo discrimine del goce de
derechos que sí se reconocen a quienes no se consideran incursos en tal
situación... El principio fundamental de igualdad y no discriminación ha ingresado
en el dominio del jus cogens. Sobre él descansa el andamiaje jurídico del orden
público nacional e internacional y permean todo el ordenamiento jurídico".
Todo ello coincidente con las opiniones consultivas de identidad de género e
igualdad y no discriminación a parejas del mismo sexo y los derechos derivados
de un vínculo entre parejas del mismo sexo (con interpretación y alcance de los
artículos 1.1, 3, 7, 11.2, 13, 17, 18 y 24, en relación con el artículo 1 de la
CADH)[45].
4.10. Discriminación que se extiende a la conculcación del DERECHO a LA
VOLUNTAD PROCREACIONAL, definida décadas atrás como algo tan
elemental como el "deseo o intención de crear una nueva vida"[46].
Ya en este siglo XXI, a través de las TRHA se escinde la sexualidad como
presupuesto ineludible para la reproducción humana[47]. Y cual giro copernicano
la filiación ya no es atravesada por el elemento genético o biológico sino por el
volitivo, como apunta Lamm: "Se está ante nuevas realidades que importan una
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'desbiologización y/o desgenetización de la filiación y en cuya virtud el concepto
de filiación ganó nuevos contornos comenzándose a hablar de 'parentalidad
voluntaria' o 'voluntad procreacional"[48] (énfasis añadido).
Finalmente, Gil Domínguez lo resume sentidamente en que "más allá de que un
Código Civil lo desarrolle o no de manera general, los titulares lo podrán ejercer
plenamente, aunque para ello deban transitar el sendero de la jurisdicción
constitucional particular en busca de poder gozar del amor filial y del linaje"[49].
Bajo estos cuatro acápites queda cumplimentado el deber de fundamentación de
la verosimilitud en que reposa esta decisión cautelar- exigido a través del art. 3
del CCyCN ante el deber de resolver de esta magistrada- a partir de las
acreditaciones aportadas, derechos concernidos en el caso a resolver, y su
amparo bajo el bloque de legalidad convencional, constitucional y legal en él
anidado.
5. En torno a la obligación de la obra social de cubrir la TRHA requerida por los
actores, ésta deberá asumir las obligaciones zanjadas en el orden nacional a
través de la sanción de la LEY NACIONAL n° 26.862[50] (en adelante, LRMA) y
su decreto reglamentario, específicamente.
5.1. Aquélla garantiza el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-
asistenciales de reproducción para la concepción de un embarazo, incluidas las
técnicas de baja y alta complejidad, que comprendan o no la donación de
gametos o embriones (artículos 1 y 2).
Este derecho le asiste a toda persona mayor de edad que -de conformidad con
lo previsto en la ley nº 26.529[51] haya explicitado su consentimiento
informado[52].
Esta ley obliga claramente a todos los agentes que brinden servicios médicos
asistenciales, independientemente de la figura jurídica que posean, a incorporar
como prestaciones obligatorias la cobertura integral de los tratamientos de
LRMA (artículo 8), los cuales, se hallan incluidos dentro del Programa Médico
Obligatorio (PMO).
5.2. A su vez, el DECRETO REGLAMENTARIO n° 956/PEN/2013[53] prevé
expresamente, en sus considerandos, que la cobertura de estos tratamientos de
fertilidad DEBE SER BRINDADA por las obras sociales.
Por su parte, mediante la resolución n° 1-E/2017[54] el Ministerio de Salud de la
Nación -como autoridad de aplicación de dicha normativa- precisa los
procedimientos y prácticas médicas que se encuentran incluidos en los
tratamientos de RMA[55], entre ellos la ovodonación.
5.3. Ahora bien, la ObSBA través de la disposición nº 267/2015[56] aprobó su
propio Programa de Cobertura de Fertilidad. Esta norma excluía de cobertura a
la ovodonación y la donación de semen, entre otras.
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Luego, lo modificó a través de disposición n° 54/2021 (adjunta a la Actuación n°
717.898/2021). La cual amplía la cobertura que brinda la entidad. Así, ha
incorporado expresamente los tratamientos o técnicas de ovodonación, y
subsidiariamente y de manera complementaria, las técnicas de criopreservación
y transferencia de embriones (con medicación).
En síntesis, en virtud de las consideraciones expuestas y de conformidad con las
constancias de la causa, puede concluirse que el recaudo de verosimilitud en el
derecho se halla suficientemente acreditado.
B. Peligro en la demora
La exigencia de este requisito responde a la necesidad de demostrar que lo que
se intenta es impedir que el derecho bajo reclamo pierda su virtualidad o eficacia
previo al pronunciamiento de la sentencia definitiva.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha expresado en tal sentido que es
necesaria "una apreciación atenta de la realidad comprometida, con el objeto de
establecer cabalmente si las secuelas que lleguen a producir los hechos que se
pretenden evitar pueden restar eficacia al reconocimiento del derecho en juego,
operado por una posterior sentencia"[57].
Cobra realidad en este contexto el certero principio formulado por la doctrina
según el cual la necesidad del proceso para obtener la razón no puede
convertirse en un daño para quien la tiene[58].
Así, los derechos reproductivos en juego merecen una solución urgente, puesto
que el paso del tiempo sin tener acceso a las TRHA afecta la tasa de éxito de los
mismos[59]. Amén de implicar una degradación en el campo psicofísico de la
pareja.
De acuerdo a las constancias de autos, el tiempo transcurrido desde que la
pareja amparista emprendió la búsqueda de su proyecto familiar revisten entidad
suficiente para que se torne necesaria la adopción de medidas dentro del bloque
de legalidad, constitucional y convencional aquí reseñados.
Por lo cual, se tiene por configurado el peligro en la demora.
C. Interés público
En punto al mismo, se estima que nada afecta más al mismo que la posible
conculcación de derechos de raigambre constitucional como los enunciados. Por
lo tanto, el otorgamiento de la medida cautelar peticionada no se advierte como
un escollo frente a aquél, sino más bien, su salvaguarda.
D. Contracautela
Finalmente, en relación a la contracautela exigida por la normativa de aplicación,
en virtud de los derechos que se intentan proteger y de la situación fáctica
sumariamente acreditada en el presente proceso, se entiende que resulta
suficiente la caución juratoria prestada por los actores en el escrito de inicio.
19 / 30
Por las razones expuestas, se consideran reunidos en estos obrados -con la
precariedad que caracteriza el marco cognoscitivo que ofrece el dictado de la
pretensión cautelar- los requisitos que hacen a la procedencia de la medida
solicitada.
III
CONSIDERACIONES FINALES
Esta decisión cautelar es fruto del cumplimiento del bloque de legalidad
constitucional, el cambio de época que representaron los tratados de derechos
humanos y su constitucionalización en nuestro país a partir de 1994, así como
las directrices para la interpretación de la ley establecidas en el artículo 2 del
CCyCN a partir del año 2015. La misma se incardina dentro de un derecho del
siglo XXI, ineluctablemente reflejado y aplicado por quienes nos hallamos
investidas de la responsabilidad de acompasar dichas perspectivas jurídicas, al
servicio de quienes demandan de los tribunales una respuesta que ponga fin a la
conflictividad que encierra cada petición ante los mismos.
Como ya se dijera más arriba, el derecho conforma una práctica social en la que
jueces y juezas -con el sayo o mandato que las legitima- justifican su función en
tanto hacedoras de paz, en la bella pero no menos certera imagen brindada por
un doctrinario español. Cada vez que resuelven conflictos entre partes legitiman
un discurso que inevitablemente es productor de sentidos. Enrique Marí ya
explicitaba en sus clases que tal discurso jurídico no es una operación deductiva
al descubrimiento de significados ya presentes en la ley; tampoco una creación
judicial fruto de una voluntad individual instaurada por el poder del estado. Pero
necesariamente esa decisión judicial refleja la tensión de los discursos en
pugna[60].
En un sentido sociológico de la cuestión decidida, ésta refleja lo que la
antropóloga Mary Douglas acuñara en la expresión "ansiedades culturales". Ella
explica al respecto que las personas al dar sentido a sus vidas y entorno van
plasmando categorías o patrones. De suerte tal que si una realidad no encaja en
su patrón automáticamente pasa a ser considerada como una "anomalía
cultural". Ello entroniza una agitación por la incomprensión de una nueva
realidad que esta profesional describe como tales "ansiedades culturales"[61].
Dentro de esta descripción se engarza la temática aquí a decisión. La justicia no
se limita ni se circunscribe a bucear en el universo de normas o leyes vigentes
sino que se sumerge además en la vastedad que conforma la realidad del
tiempo e instante en que debe tomar una decisión en un caso concreto, bajo el
amparo y desde el vórtice de la regla de reconocimiento -por decirlo inclusive en
términos hartianos lejanos a este decisorio-. No contempla la realidad cual
pinceladas de ficción... aunque el discurso jurídico esté plagado de ficciones.
20 / 30
Una al azar; que el derecho se reputa conocido por todas las personas. Al
menos en el tema aquí controvertido parece que ello no podría predicarse con tal
vocación de unanimidad.
En tanto se imparta justicia desde esta función, recae la obligación de arrimar
una solución que resuelva un conflicto entre partes con razonabilidad, con
empatía hacia sus congéneres -aun cuando su resultado fuera adverso a sus
peticiones- haciendo frente a los retos jurídicos traídos por ante la justicia, lo cual
no escapa a una labor introspectiva. De aquélla se espera una respuesta
comprometida con la realidad, a la par que con las necesidades de quienes
acuden en demanda de justicia. Con su decisión debe remover aquellas
ansiedades culturales en el caso puntual sometido a su decisión, y como se
delineara inicialmente desde el epígrafe -en palabras de la psicoanalista y
escritora francesa- a la vez que se persigue integrar a los peticionarios a la
norma.
En definitiva, en los términos de cierta jurisprudencia descriptiva de la justicia
como resguardo de anhelos vitales[62].
Por todo lo expuesto, se RESUELVE:
1) Hacer lugar a la medida cautelar solicitada por los actores. En consecuencia,
ordenar a la ObSBA que brinde a los amparistas la cobertura integral de la
técnica de reproducción asistida de alta complejidad FIV, con ovodonación
proveniente de banco y gametos masculinos aportados por V. D. C., la
criopreservación de embriones, la transferencia embrionaria en el cuerpo de E.
S. R. A. -gestante solidaria-; lo cual deberá repetirse en caso de no obtenerse el
embarazo, hasta tres (3) veces por año. Todo ello bajo cumplimiento y respeto
con lo normado en la ley nacional n° 26862 y su decreto reglamentario n°
956/2013.
La demandada deberá acreditar la autorización respectiva al centro médico en
cuestión en el plazo de cinco (5) días.
2) Tener por prestada la caución juratoria con lo manifestado en la hoja 31 del
escrito de inicio.
Notifíquese a los actores y a la ObSBA.
Regístrese.
IV. En atención al contenido del escrito de inicio, a lo que resulta de las
constancias documentales acompañadas y a lo dispuesto en el artículo 10 de la
ley nº 2145, se corre traslado de la demanda, de la documental acompañada y
de Actuación nº 1.087.776/2021 a la ObSBA, a los efectos de comparecer,
contestarla y ofrecer prueba en el plazo de diez (10) días.
Notifíquese a la ObSBA conjuntamente con el punto I.
(iv)Patricia Graciela López Vergara.
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Notas:
[1] ROUDINESCO, Elisabeth, La familia en desorden, 4ta reimpresión Fondo de
Cultura Económica. 2010, p. 11.
[2] La Fecundación In Vitro (FIV) es una de las técnicas más utilizadas en
Reproducción Asistida. Consiste en fecundar el ovocito con el espermatozoide
en el laboratorio y, posteriormente, transferir el embrión o los embriones
resultantes al útero de la gestante.
[3] De acuerdo a lo reglado en el artículo 108 del CCAyT, las presentaciones
electrónicas ingresada en el sistema informático en horario inhábil se computan
presentadas en el día y hora hábil siguiente.
[4] De acuerdo a lo reglado en el artículo 108 del CCAyT, las presentaciones
electrónicas ingresada en el sistema informático en horario inhábil se computan
presentadas en el día y hora hábil siguiente.
[5] CSJN, Fallos: 314:711, "Estado Nacional (Ministerio de Economía y Obras y
Servicios Públicos) c/ Provincia de Río Negro s/ su solicitud de medidas
cautelares", sentencia del 24/07/1991.
[6] CALAMANDREI, Piero, Introducción al estudio sistemático de las
providencias cautelares, Traducción Española, Bibliográfica Argentina, Buenos
Aires, 1945, págs. 43 y siguientes.
[7] PALACIO, Lino Enrique, Derecho Procesal Civil, tomo VIII, editorial Abeledo-
Perrot, pág. 33, nº 1223.
[8] Ley nacional nº 26.862. Artículo 8: Cobertura. El sector público de salud, las
obras sociales enmarcadas en las leyes 23.660 y 23.661, la Obra Social del
Poder Judicial de la Nación, la Dirección de Ayuda Social para el Personal del
Congreso de la Nación, las entidades de medicina prepaga y las entidades que
brinden atención al personal de las universidades, así como también todos
aquellos agentes que brinden servicios médico-asistenciales a sus afiliados
independientemente de la figura jurídica que posean, incorporarán como
prestaciones obligatorias y a brindar a sus afiliados o beneficiarios, la cobertura
integral e interdisciplinaria del abordaje, el diagnóstico, los medicamentos y las
terapias de apoyo y los procedimientos y las técnicas que la Organización
Mundial de la Salud define como de reproducción médicamente asistida, los
cuales incluyen: a la inducción de ovulación; la estimulación ovárica controlada;
el desencadenamiento de la ovulación; las técnicas de reproducción asistida
(TRA); y la inseminación intrauterina, intracervical o intravaginal, con gametos
del cónyuge, pareja conviviente o no, o de un donante, según los criterios que
establezca la autoridad de aplicación. Quedan incluidos en el Programa Médico
Obligatorio (PMO) estos procedimientos, así como los de diagnóstico,
medicamentos y terapias de apoyo, con los criterios y modalidades de cobertura
22 / 30
que establezca la autoridad de aplicación, la cual no podrá introducir requisitos o
limitaciones que impliquen la exclusión debido a la orientación sexual o el estado
civil de los destinatarios. También quedan comprendidos en la cobertura prevista
en este artículo, los servicios de guarda de gametos o tejidos reproductivos,
según la mejor tecnología disponible y habilitada a tal fin por la autoridad de
aplicación, para aquellas personas, incluso menores de dieciocho (18) años que,
aun no queriendo llevar adelante la inmediata consecución de un embarazo, por
problemas de salud o por tratamientos médicos o intervenciones quirúrgicas
puedan ver comprometidas su capacidad de procrear en el futuro.
[9] RUIZ, Alicia E. C., Cuestiones acerca de Mujeres y Derecho. APORTES
PARA LA REFLEXIÓN. p. 116.
[10] CCyCN. Artículo 1°: Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige
deben ser resueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la
Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos en los que la
República sea parte. A tal efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de la norma.
[11] Versión revisada y preparada por el International Committee for Monitoring
Assisted Reproductive Technology (ICMART) y la Organización Mundial de la
Salud (OMS),
htpp://www.who.int/reproductivehealth/publications/infertility/art_terminology2/e/):
"técnicas de reproducción humana asistida son todos los tratamientos o
procedimientos que incluyen la manipulación tanto de ovocitos como de
espermatozoides o embriones humanos para el establecimiento de un
embarazo. Esto incluye, pero no está limitado sólo a la fecundación in vitro y la
transferencia de embriones, la transferencia intratubárica de gametos, la
transferencia intratubárica de zigotos, la transferencia intratubárica de
embriones, la criopreservación de ovocitos y embriones, la donación de ovocitos
y embriones, y el útero subrogado "(Glosario de terminología en Técnicas de
Reproducción Asistida (TRA).
[12] Publicada en el BORA n° 32685 del 23/07/2013.Texto consolidado
conforme el Digesto Jurídico Argentino. Resulta útil reseñar que dicha
reglamentación ha postulado una DEFINICIÓN Y CARACTERIZACIÓN DE LAS
TÉCNICAS de RMA. Las cuales son identificadas como "todos los tratamientos o
procedimientos para la consecución de un embarazo. Se consideran técnicas de
baja complejidad a aquellas que tienen por objeto la unión entre óvulo y
espermatozoide en el interior del sistema reproductor femenino, lograda a través
de la inducción de ovulación, estimulación ovárica controlada,
desencadenamiento de la ovulación e inseminación intrauterina, intracervical o
intravaginal, con semen de la pareja o donante". A su vez "Se entiende por
técnicas de alta complejidad a aquellas donde la unión entre óvulo y
23 / 30
espermatozoide tiene lugar por fuera del sistema reproductor femenino,
incluyendo a la fecundación in vitro; la inyección intracitoplasmática de
espermatozoide; la criopreservación de ovocitos y embriones; la donación de
ovocitos y embriones y la vitrificación de tejidos reproductivos" (párrafos 1 y 2 del
artículo 2).
[13] Sancionada el 05/06/2013 y publicada en el BORA n° 32667 del
26/06/2013. Texto consolidado conforme el Digesto Jurídico Argentino.
[14] Técnicas de Reproducción Humana Asistida, Santa Fe, 2018, Rubinzal
Culzoni, Tomo II, ps. 14- 15; Herrera Marisa (Dir.).
[15] GIL DOMINGUEZ, Andrés, "La gestante no es madre. Reflexiones sobre la
gestación por sustitución y el discurso jurídico", DPI Suplemento Civil, Bioética y
Derechos Humanos n° 30, del 11/07/2017.
[16] Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación: Artículo 562.-
Gestación por sustitución. El consentimiento previo, informado y libre de todas
las partes intervinientes en el proceso de gestación por sustitución debe
ajustarse a lo previsto por este Código y la ley especial. La filiación queda
establecida entre el niño nacido y el o los comitentes mediante la prueba del
nacimiento, la identidad del o los comitentes y el consentimiento debidamente
homologado por autoridad judicial. El juez debe homologar sólo si, además de
los requisitos que prevea la ley especial, se acredita que: a) se ha tenido en
miras el interés superior del niño que pueda nacer; b) la gestante tiene plena
capacidad, buena salud física y psíquica; c) al menos uno de los comitentes ha
aportado sus gametos; d) el o los comitentes poseen imposibilidad de concebir o
de llevar un embarazo a término; e) la gestante no ha aportado sus gametos; f)
la gestante no ha recibido retribución; g) la gestante no se ha sometido a un
proceso de gestación por sustitución más de DOS (2) veces; h) la gestante ha
dado a luz, al menos, UN (1) hijo propio. Los centros de salud no pueden
proceder a la transferencia embrionaria en la gestante sin la autorización judicial.
Si se carece de autorización judicial previa, la filiación se determina por las
reglas de la filiación por naturaleza. Ver http://www.saij.gob.ar/proyecto-codigo-
civil-comercial-nacion-mensaje-poder-ejecutivo-nacional 884-2012-ministerio-just
icia-derechos-humanos-nacion-ld00003-2012-08/123456789-0abc-defg-
gh3-0000dlsorbil#
[17] Al menos uno de los comitentes aporte su material genético, que uno o
ambos comitentes sean incapaces de concebir o llevar a término un embarazo,
que la gestante no aporte sus óvulos, que tenga un hijo previo propio y que no
se sometiera previamente a esta práctica más de dos veces.
[18] CÁRCOVA Carlos María, La opacidad del derecho, Astrea, 2019.
[19] Coherence in Legal Justificaction, Oxford University Press, 1978. p. 238.
24 / 30
[20] CCyCN. Artículo 558: "la filiación puede tener lugar por naturaleza, por
técnicas de reproducción humana asistida o por adopción" (primer párrafo).
[21] HERRERA, Marisa y otras., Derecho Filial, perspectiva contemporánea de
las tres fuentes filiales, L. L., 2018, CABA. p. 537.
[22] Sancionada el 15/07/2010 y publicada el 22/07/2010 en el BORA nº 31.949.
[23] Sancionada el 05/06/2013 y publicada el 26/06/2013 en el BORA nº 32.667.
[24] Observación General nº 14 (2000). El derecho al disfrute del más alto nivel
posible de salud (artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales). Párrafo 8. El derecho a la salud no debe entenderse
como un derecho a estar sano. El derecho a la salud entraña libertades y
derechos. Entre las libertades figura el derecho a controlar su salud y su cuerpo,
con inclusión de la libertad sexual y genésica, y el derecho a no padecer
injerencias, como el derecho a no ser sometido a torturas ni a tratamientos y
experimentos médicos no consensuales. En cambio, entre los derechos figura el
relativo a un sistema de protección de la salud que brinde a las personas
oportunidades iguales para disfrutar del más alto nivel posible de salud. Ver
https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2001/1451.pdf.
[25] Sancionada el 30/10/2002 y publicada en el BORA n° 30032 del
22/11/2002.Texto consolidado conforme el Digesto Jurídico Argentino.
[26] Artavia Murillo y otros (fecundación in vitro) vs. Costa Rica" del 28.11.2012:
"La Corte ha resaltado el concepto de libertad y la posibilidad de todo ser
humano de autodeterminarse y escoger libremente las opciones y circunstancias
que le dan sentido a su existencia, conforme a sus propias opciones y
convicciones..." , párr. 142 en adelante.
[27] En este sentido, la Declaración Universal de los Derechos Humanos estipula
en su artículo 16.1 que "Los hombres y las mujeres... tienen derecho, sin
restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión...a fundar una
familia", mientras que el artículo 25.1 indica que "Toda persona tiene derecho a
un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el
bienestar, y en especial ... la asistencia médica y los servicios sociales
necesarios". En misma línea, el artículo VI de la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre expresa que "Toda persona tiene derecho a
constituir familia, elemento fundamental de la sociedad, y a recibir protección
para ella" , y en su artículo XI que "Toda persona tiene derecho a que su salud
sea preservada por medidas sanitarias y sociales, relativas...a la asistencia
médica, correspondientes al nivel que permitan los recursos públicos y los de la
comunidad". A su turno el artículo 10 del Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales "Protocolo de San Salvador" pregona que "Toda persona
25 / 30
tiene derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel de
bienestar físico, mental y social...Con el fin de hacer efectivo el derecho a la
salud los Estados Partes se comprometen a reconocer a la salud como un bien
público y particularmente adoptar las siguientes medidas para garantizar este
derecho". Por su parte, el artículo 10.1 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales entiende que debe concederse a la familia
como elemento natural y fundamental de la sociedad "la más amplia protección y
asistencia posibles, especialmente para su constitución", en su artículo 12.1
expresa que "Los Estados Partes en el presente pacto reconocen el derecho de
toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental" y en
el artículo 15.1, apartado b)garantiza a las personas a gozar de "los beneficios
del progreso científico y de sus aplicaciones" y encomienda a los Estados a
crear "condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos
en caso de enfermedad". Finalmente el artículo 24. 2, apartado f) de la
Convención de los Derechos de los Niños expresa que los Estados deben
"Desarrollar la atención sanitaria preventiva, la orientación a los padres y la
educación y servicios en materia de planificación de la familia".
[28] Sancionada el 25/02/1999 y publicada en el BOCBA n° 703 del 28/05/1999.
Texto consolidado conforme el Digesto Jurídico de la Ciudad.
[29] Frase acuñada por Andrés Gil Domínguez en su libro homónimo, ed. Ediar,
tomo 1, año 2006.
[30] Gil Domínguez, Andrés, Fama, María Victoria y Herrera, Marisa, Derecho
constitucional de familia, Ediar, 2006, tomo 1, pág. 593.
[31] NINO, Carlos S., Ética y Derechos Humanos, 2ª ed. p. 232/3.
[32] p. 143 del fallo.
[33] CIV 14153/2017/CS1, "S.T., V. s/ inscripción de nacimiento", proveniente de
la Sala H Civil que declaró la inconstitucionalidad del artículo 562 del Código
Civil y Comercial de la Nación y dispuso la inscripción del niño V., nacido el 10
de enero de 2017 y concebido mediante ovodonación anónima por gestación por
sustitución de dos hombres y una mujer gestante.
[34] MILL J. S. Sobre la libertad, prólogo de Isaiah Berlin, trad. por Pablo de
Azcárate, Madrid, Alianza Editorial, 1970, p. 66 y 69. En este ensayo explica:
"Este principio consiste en afirmar que el único fin por el cual es justificable que
la humanidad, individual o colectivamente, se entrometa en la libertad de acción
de uno cualquiera de sus miembros es la propia protección. Que la única
finalidad por la cual el poder puede, con pleno derecho, ser ejercido sobre un
miembro de una comunidad civilizada contra su voluntad, es evitar que
perjudique a los demás. Su propio bien, físico o moral no es justificación
suficiente. Nadie puede ser obligado justificadamente a realizar o no realizar
26 / 30
determinados actos, porque eso fuera lo mejor para él, porque le haría feliz,
porque, en opinión de los demás, hacerlo sería más acertado o más justo. Estas
son buenas razones para discutir, razonar y persuadirle, pero no para obligarle o
causarle algún perjuicio si obra de manera diferente. Para justificar esto sería
preciso pensar que la conducta de la que se trata de disuadirle produciría un
perjuicio a algún otro".
[35] Ejes para delinear un pensamiento crítico latinoamericano. Revista
Derechos en Acción n° 14, 2019.
[36] https://undocs.org/es/A/HRC/20/26 donde puede consultarse el informe.
[37] Asimismo refiere a las oportunidades para todas de contribuir a la actividad
científica y la libertad indispensable para la investigación científica; la
participación de individualidades y comunidades en la adopción de decisiones y
el derecho conexo a la información; y por último al fomento de un entorno
favorable a la conservación, desarrollo y difusión de la ciencia y la tecnología.
[38] Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Artículo
XVIII: "Toda persona tiene el derecho de... disfrutar de los beneficios que
resulten de los progresos intelectuales y especialmente de los descubrimientos
científicos."
[39] Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Artículo
15: "Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda
persona a:1... b) Gozar de los beneficios del progreso científico y de sus
aplicaciones...".
[40] CARCOVA, Carlos M. Las teorías jurídicas postpositivistas. p 123, Ed Lexis
nexis.
[41] Arendt, H. (1990). On Revolution. Londres: Penguin Books.
[42] Aída Kemelmajer de Carlucci, Marisa Herrera, Nora Lloveras. Tratado de
Derecho de Familia, según el Código Civil y Comercial de 2014, Tomo I,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2014, cap. 1 p. 104).
[43] CCyCN. Artículo 599: Personas que pueden ser adoptantes. El niño, niña o
adolescente puede ser adoptado por un matrimonio, por ambos integrantes de
una unión convivencial o por una única persona.
[44] fallo CIDH. Atala Riffo y niñas vs. Chile, 24/02/2012, párr. 79,).
[45] Opinión Consultiva 4/84 del 19 de enero de 1984; OC 24/17 del 2017.
[46] Díaz de Guijarro, Enrique, "La voluntad y la responsabilidad procreacionales
como fundamento de la determinación jurídica de la filiación", en JA 1965-III-21.
[47] De la Torre y otras. Técnicas de Reproducción Humana Asistida, dirección
Marisa Herrera (ob. Cit) Tomo I, Rubinzal, Santa Fe 2018, p. 485-486.
[48] Lamm, Eleonora, "La importancia de la voluntad procreacional en la nueva
categoría de filiación derivada de las técnicas de reproducción asistida", en
27 / 30
Revista de Bioética y Derecho n° 24, enero 2012, Barcelona, p. 76-91.
[49] Gil Domínguez, Andrés, "La voluntad procreacional como derecho y orden
simbólico", 2015, ed. Ediar, p. 36.
[50] Sancionada el 05/06/2013 y publicada en el BORA n° 32667 del
26/06/2013. Texto consolidado conforme el Digesto Jurídico Argentino.
[51] (derechos del paciente en su relación con los profesionales e Instituciones
de Salud).
[52] Artículo 5 "Definición. Entiéndese por consentimiento informado la
declaración de voluntad suficiente efectuada por el paciente, o por sus
representantes legales, en su caso, emitida luego de recibir, por parte del
profesional interviniente, información clara, precisa y adecuada con respecto a:
a) Su estado de salud; b) El procedimiento propuesto, con especificación de los
objetivos perseguidos; c) Los beneficios esperados del procedimiento; d) Los
riesgos, molestias y efectos adversos previsibles; e) La especificación de los
procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y perjuicios en relación con
el procedimiento propuesto; f) Las consecuencias previsibles de la no realización
del procedimiento propuesto o de los alternativos especificados; g) El derecho
que le asiste en caso de padecer una enfermedad irreversible, incurable, o
cuando se encuentre en estadio terminal, o haya sufrido lesiones que lo
coloquen en igual situación, en cuanto al rechazo de procedimientos quirúrgicos,
de hidratación, alimentación, de reanimación artificial o al retiro de medidas de
soporte vital, cuando sean extraordinarios o desproporcionados en relación con
las perspectivas de mejoría, o que produzcan sufrimiento desmesurado, también
del derecho de rechazar procedimientos de hidratación y alimentación cuando
los mismos produzcan como único efecto la prolongación en el tiempo de ese
estadio terminal irreversible e incurable; h) El derecho a recibir cuidados
paliativos integrales en el proceso de atención de su enfermedad o
padecimiento".
[53] Publicada en el BORA n° 32685 del 23/07/2013.Texto consolidado
conforme el Digesto Jurídico Argentino. Asimismo se establece la obligatoriedad
de su cobertura para "los Agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud
enmarcados en las Leyes Nº 23.660 y Nº 23.661, las Entidades de Medicina
Prepaga (Ley Nº 26.682), el Instituto Nacional de Servicios Sociales para
Jubilados y Pensionados (Ley Nº 19032), la Obra Social del Poder Judicial de la
Nación, la Dirección de Ayuda Social para el Personal del Congreso de la
Nación, el Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas, las Obras Sociales
Universitarias (Ley Nº 24.741), y todos aquellos agentes que brinden servicios
médico asistenciales independientemente de la forma jurídica que posean" (1°
párrafo del artículo 8, destacado agregado). Por otro lado, determina la cantidad
28 / 30
de tratamientos que se brindaran anualmente por afiliado. En este sentido se
especifica que "una persona podrá acceder a un máximo de CUATRO (4)
tratamientos anuales con técnicas de reproducción médicamente asistida de
baja complejidad, y hasta TRES (3) tratamientos de reproducción médicamente
asistida con técnicas de alta complejidad, con intervalos mínimos de TRES (3)
meses entre cada uno de ellos" (3° párrafo del artículo 8). Y se reafirma la
inclusión de dichos procedimientos en el PMO (5° párrafo del artículo 8). A su
vez, puntualmente se contempla que si en la técnica de reproducción se
requieren gametos o embriones donados, estos deberán provenir
exclusivamente de los bancos debidamente inscriptos en el Registro Federal de
Establecimientos de Salud (ReFES) de la Dirección Nacional de Regulación
Sanitaria y Calidad en Servicios de Salud, dependiente del Ministerio de Justicia
de la Nación. Y se prevé que la donación de gametos y/o embriones deberá
estar incluida en cada procedimiento (párrafo 7 y 9 del artículo 8, destacado
agregado).
[54] Publicada en el BORA n° 33537 del 04/01/2017.
[55] La resolución n° 1-E/2017 del Ministerio de Salud de la Nación establece,
en el marco del tratamiento que requieren los actores, esto es, RMA de alta
complejidad con técnica de fecundación in vitro-FIV con ovocitos donados, que
las prácticas incluidas son: (i) una estimulación endometrial receptora; (ii) una
estimulación ovárica controlada de la donante; (iii) una aspiraciónovocitaria bajo
control ecográfico de la donante; (iv) un procedimiento de esperma mediante
Swin up o Percoll; (v) una inseminación de los ovocitos donados; (vi) un cultivo in
vitro hasta blastocito; y (vii) hasta tres transferencias de embriones, en fresco o
criopreservados (punto C del Anexo I). Asimismo, es menester señalar que dicho
Ministerio también dictó la resolución n° 1.044/2018 en la cual fijó límites etarios
en torno al acceso de los tratamientos de RMA. Así, estableció que todo
tratamiento se realizará a mujer de hasta 44 y 51 años de edad, según sea con
óvulos propios o donados respectivamente, al momento de acceder a dicho
tratamiento (artículos 1 y 2).
[56] Emitida en virtud de las facultades reglamentarias que le reconoce el
artículo 10 de la ley de creación de la ObSBA n° 472.
[57] CSJN, Fallos: 319:1277, "Milano Daniel Roque c/ Estado Nacional
(Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación)", sentencia del
11/07/1996.
[58] Principio expresado por Chiovenda y Calamandrei y recogido por la Corte de
las Comunidades Europeas in re "Factortame", citado por García Enterría,
Eduardo, La batalla por las medidas cautelares, Madrid, Civitas, 1992, pp. 179 y
ss.
29 / 30
[59] Consideraciones expuestas en la ya citada Resolución n° 1044/2018 del
Ministerio de Salud de la Nación.
[60] MARÍ, Enrique Eduardo, Papeles de filosofía, Biblos, 1993. Moi, Pierre
Riviere..., p. 289.
[61] Referenciado a través de TEMAN, E. "The social construction of surrogacy
research: An anthropological critique of the psychosocial scholarship on
surrogate motherhood", en Social Science & Medicine, n°. 67, 2008, p. 1005/10.
[62] Ver Juzgado de Familia del Depto. Judicial de Gral. San Martin n° 4,
"Chamorro Horacio D s/ determinación de capacidad", expediente n° 72.551,
sentencia del 17/02/2021.
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Sumarios de la sentencia
Gestación o maternidad por sustitución - Autorización - Procedencia - Art.
562, Código Civil y Comercial - Inconstitucionalidad - Derecho a la
identidad
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En el marco de un proceso en que se concede la autorización para realizar la
gestación por sustitución formulado por un matrimonio para que, con sus
gametos, la sobrina de la solicitante sea la gestante del niño o niña que llegare a
nacer mediante la práctica mencionada, se intima a los presentantes a prestar el
consentimiento previo, informado y libre por ante el Centro de Salud donde se
realizará la práctica, haciéndose saber que el consentimiento es libremente
revocable mientras no se haya producido la concepción en la persona o la
implantación del embrión. Asimismo, se intima a los padres intencionales a
informar en el caso de producirse el nacimiento de un niño o niña, sobre su
origen gestacional, cuando adquiera la edad y grado de madurez suficiente. Por
último, se intima a la gestante a informar a su hija menor de edad, cuando
adquiera la edad y madurez suficiente, sobre la práctica autorizada.
2 / 18
Gestación o maternidad por sustitución - Técnicas de reproducción
humana médicamente asistida - Caso Artavia Murillo vs. Costa Rica
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CCCN, toda vez que la misma no reconoce la maternidad de la mujer que
expresó su voluntad procreacional sino a quien dio a luz al niño /a, constituyendo
ello una barrera para ejercer sus derechos humanos y fundamentales de
jerarquía constitucional, como el derecho a procrear, a la autonomía personal e
intimidad (art. 7.1 de CADH), a que se respete la vida privada y familiar (art. 11
CADH), a la no discriminación (art. 24 CADH), a la integridad personal (art. 5.1
CADH), a fundar una familia (art. 17 CADH), a gozar los beneficios del progreso
científico, a la salud sexual y reproductiva, a la no discriminación de la mujer por
carecer de capacidad gestacional pero no genética como en este caso y no se le
reconozca la maternidad pese al vínculo biológico.
En este contexto, señalan que en el año 2010, con motivo de un episodio de
peritonitis, la someterse a una histerectomía -intervención quirúrgica que
consiste en la extirpación total del útero- lo que derivó en su imposibilidad de
gestar por sí misma. Con posterioridad, y el ... contraen matrimonio, y atento a
su ferviente deseo de convertirse en padres, realizan diversas consultas médicas
a estos efectos, obteniendo en el año 2018 un diagnóstico que les brinda esta
posibilidad recurriendo a técnicas de reproducción asistida -fecundación in vitro-
con material genético propio mediante gestación por sustitución, ya que la
capacidad reproductiva de -producción de óvulos-, no se había visto afectada
por la intervención quirúrgica arriba referenciada. Ello así, indican que en ese
momento en un gesto de altruismo desinteresado, se ofrece como "gestante".
Es en este marco, y como consecuencia del vacío legal existente sobre el tema,
es que la Clínica de Reproducción Asistida (SARESA), solicita una autorización
judicial previa a los fines de formalizar la práctica médica referenciada y
determinar, en el caso que se produzca el embarazo, la filiación del niño/a por
nacer. Fundan su derecho y acompañan la siguiente documentación: copia
certificada del acta de matrimonio de los 03); copia certificada del D.N.I. de los
actores (fs. 04/06); historia clínica de T. C. (fs. 07/08); copia certificada del
seguro de vida de la 09); informe psicológico de la Sra. 11/16 cuyo original obra
reservado en Secretaría a fs. 51); informes psicológicos de los 17/28 cuyo
original obra reservado en Secretaría a fs. 51); estudios médicos practicados en
la persona de 29/43).
II.- Que previo acreditación del vínculo entre las Sras. a fs. 57/59, a fs. 65 se
imprime trámite a la acción y a fs. 65 vta. toma intervención el Sr. Fiscal C. C. del
T. y Cont. Adm. N° 1.
A fs. 77 obra acta de audiencia celebrada por ante este Juzgado en fecha
26/12/2019, a la que comparecen el matrimonio.
A fs. 86 y 87 obra pericia psiquiátrica de fecha 03/01/2020, practicada por el
Servicio Médico del Poder Judicial en las personas de los respectivamente.
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A fs. 88/91 obra informe socio-ambiental de fecha 06/01/2020, practicado en el
domicilio donde convive el matrimonio de autos. A fs. 95/98 obra pericia
psicológica de fecha 14/01/2020, practicada por el Servicio de Psicología del
Poder Judicial en las personas de la Gutiérrez.
A fs. 102/104 obra dictamen del Sr. Fiscal C. C. del T. y Cont. Adm N° 1, Dr.
Rodrigo Erazo Schmidt, quien se pronuncia por el acogimiento del pedido de
autorización para realizar la gestación por sustitución, debiendo otorgarse el
consentimiento formal, libre e informado por ante el Centro de Fertilización
Humana Asistida de acuerdo a lo dispuesto por los arts. 560 y 561 del CCC. En
cuanto al planteo de inconstitucionalidad del art. 562 del CCN, el Sr. Fiscal Civil
Nº 11, Dra. Erazo Schmidt, dijo "del contexto normativo vigente se advierte que
la GS ha quedado excluida y, en consecuencia, el art. 562 del CCC sólo
regularía la filiación derivada de TRHA, no aplicándose en la especie. Por lo
tanto, no resulta necesario declarar su inconstitucionalidad sino su inaplicabilidad
al caso concreto... debe ordenarse que, en caso que se produzca el nacimiento
como resultado de la práctica médica en cuestión, el Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas inscriba al /la niño/a como hijo de los señores
Ello, sin perjuicio del derecho del niño/a eventualmente nacido/a a conocer sus
orígenes (cf. art. 7 y 8 de la Convención de los derechos del Niño)".
A fs. 107 se llaman Autos para Sentencia, providencia que se encuentra firme y
consentida.
CONSIDERANDO:
I.- Que de la compulsa de estas actuaciones tenemos que los solicitan
autorización para subrogación de vientre y se proceda una vez nacido el niño/a a
la inscripción inmediata de su nacimiento como hijo de quienes han tenido la
voluntad de procrear y asumir el rol de padres, y no como hijo de quien prestará
su vientre. Asimismo, piden se declare la inconstitucionalidad del art. 562 del
CCCN toda vez que atribuye la maternidad del niño/a que nace a través de la
técnica de reproducción humana asistida a la mujer que da a luz, y no a quien
expresó su voluntad procreacional y que en el caso que nos ocupa, también ha
aportado su material genético.
En virtud de lo expuesto, me expediré en primer lugar sobre el pedido de
autorización para realizar la gestación subrogada y luego sobre el pedido de
declaración de inconstitucionalidad e inscripción de nacimiento.
a) Gestación Subrogada: Es menester tener presente que la gestación por
subrogación es una especie dentro de las Técnicas de Reproducción Humana
Asistida (TRHA) ( cf. art. 2 de la ley de Reproducción Médicamente Asistida
26862 y su decreto reglamentario 956/13), habiéndose definido a esás como el
conjunto de métodos o técnicas médicas que, a través de la unión de gametos
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-extracción quirúrgica de los óvulos del ovario de la mujer y su combinación con
el esperma del hombre-, conducen a facilitar o sustituir a los procesos biológicos
naturales que se desarrollan durante la procreación humana (cf. Aída
Kemelmajer de Carlucci, Marisa Herrera, Eleonora Lamm " La reproducción
médicamente asitida. Mérito, oportunidad y convivencia de su regulación", LL
8/8/2011, pág. l; Delia Iñogo, Lea Levy, Adriana Wagmaister "reproducción
humana asistida", Enciclopedia del Derecho de Familia", Tomo III, Ed.
Universidad, Bs. As., 1994, pág. 551).
Así, nuestro Código Civil Comercial de la Nación, a contemplado a las técnicas
de reproducción humana asistidas como una de la fuentes de filiación, siendo
que el art. 558 establece: "La filiación puede tener lugar por naturaleza,
mediante técnicas de reproducción humana asistida, o por adopción. La filiación
por adopción plena, por naturaleza o por técnicas de reproducción humana
asistida, matrimonial y extramatrimonial, surten los mismos efectos, conforme a
las disposiciones de este Código. Ninguna persona puede tener más de dos
vínculos filiales, cualquiera sea la naturaleza de la filiación".
En efecto, la incorporación de estas técnicas en la legislación vigente ha
implicado el reconocimiento del derecho a la vida privada y a formar una familia
(cf. arts. 14 bis, art. 11, 17 CADH, y 75 inc. 22 de la CN), a la integridad personal
(art. 5.1 CADH), a la vez ha otorgado virtualidad al principio de igualdad y no
discriminación de todas las formas familiares, posibilitando que un universo
cierto de personas puedan disfrutar del amor parental sobre la base de la
"Voluntad Procreacional" (cf. Gil Domínguez Andrés "La Voluntad Procreacional
como Derecho y orden simbólico" Editar, 2014, pág. 41) y a la libertad personal
(art. 16 CN, art. 7.1 y 24 CADH), habiéndose incluso expedido la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el caso "Artavia Murillo y otros c/
Costa Rica", del 28/11/2012, en cuanto a que la prohibición absoluta de acceder
a las técnicas de reproducción humana asistida viola los derechos humanos
consagrados en la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH) y
otros instrumentos internacionales. Reconoce que la familia es el elemento
natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la
sociedad y el estado. De ahí que se sostenga que la utilización de éstas técnicas
de reproducción humana asistida también involucra derechos humanos, además
del derecho a la identidad que está detrás de todo el derecho filial, cualquiera
sea su fuente, también como ya lo dijera, el derecho a formar una familia y a
gozar de los beneficios del progreso científico (cf. CNCivil, Sala H, 15/03/2018,
LL 14/9/2018, con nota de Julio Gómez; L. L. 2018-E, 106); AR/JUR/5414/2018).
Es por ello, que el Estado debe garantizar en igualdad de condiciones, el acceso
a todos los medios científicos y tecnológicos tendientes a facilitar y favorecer la
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procreación, removiendo cualquier obstáculo que impida el principal objetivo por
el que se recurre a la justicia, que es el ser padres, caso contrario, implicaría una
flagrante violación a los principios de no discriminación, de realidad, igualdad y
de tutela judicial efectiva en total inobservancia a lo consagrado por el catálogo
de derechos humanos.
Es decir, estas técnicas permiten concretar el deseo de ser padres tanto a
parejas, matrimonios y uniones convivenciales del mismo o distinto sexo, como
también de personas solas desde que importa un medio legal para lograrlo sin
distinguir entre las causales de infertilidad médica o de una dificultad estructural.
Siendo además que las mismas incluyen el empleo de técnicas de baja y alta
complejidad que incluyen o no donación de gametos y/o embriones, esto es de
material genético propio o de terceros.
En la filiación por TRHA, la "voluntad procreacional" es el factor determinante
para la determinación de la filiación y se concreta a través del consentimiento
previo, informado y libre (art. 560 del CCCN). Admiten dos configuraciones, por
un lado la utilización de material genético de las personas que se sujetan a la
técnica, y expresan su voluntad procreacional (se la llama "homologas"); y por el
otro, la implementación de material genético de tercero o terceras personas,
ajenas a la pareja o al protagonista de la técnica, que ha o han expresado su
voluntad procreacional (se las llama "heterólogas"), ello sin descartar cuando en
las técnicas se combina con material genético propio y el de terceros ( cf.
Bonzano María de los A., "Filiación", en LLoveras Nora (Dir.) "Manual de
Derecho de las familias" Ed. Mediterránea., Córdoba, 2016, pág. 461).
A su vez la maternidad subrogada presenta dos modalidades;
1) la tradicional: cuando la madre subrogada es la madre genética, sus óvulos se
fecundan con los del padre comitente o de un donante, y como es la propia
gestante quien aporta los gametos, es suficiente la inseminación artificial; y 2) la
gestacional: la madre subrogada no aporta material genético, lo aporta la madre
comitente, pero si ésta tampoco puede aportar su material genético, lo aporta
una donante. Esta maternidad disocia la maternidad genética y gestacional, la
fecundación en laboratorio debe ser realizada por una técnica más compleja o
sofisticada, es la llamada "fecundación in vitro", seguida de la transferencia del
embrión o embriones al útero de la madre subrogada, - ésta última es la
situación planteada en autos- ( cf. Faraoni Fabián-Squizzato Susana "Maternidad
Subrogada: Cuando el nacido no es hijo de quien dio a luz" nota al fallo "A.M.T. y
otro s/ Homologación", Juzg. Familia Ira Nominación de Córdoba, 6/8/2018, cita
digital IUSJU031477E, cita Temas de Derecho de familia Sucesiones y Bioética,
Colección Compendio Jurídico, Erreruis, Buenos Aires, octubre 2018, pág. 744).
Cabe concluir entonces que, la gestación por sustitución es una TRHA de alta
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complejidad, y no deriva del encuentro sexual de una pareja -hombre y mujer-,
sino del elemento volitivo, traducido en la voluntad procreacional de quien o
quienes tienen la libre y plena convicción de ser padres y/o madres. Es por ello,
y como ya lo dijera, la voluntad procreacional es un factor determinante de la
filiación en las TRHA y puede ser expresada por quien o quienes han aportado
gametos o material genético o no por haber recurrido a la donación de terceros
(cf. Faraoni - Squizzato "Maternidad Subrogada: "Cuando el nacido no es hijo de
quien dio a luz", cita en Temas de Derecho de Familia Sucesiones y Bioética,
Ed. Errerius, Octubre 2018, Bs. As., pág. 743/746).
Por otra parte, es menester tener presente que la "gestación por sustitución",
"maternidad subrogada", "vientre de alquiler", "maternidad intervenida",
"maternidad disociada", "gestación por contrato", "madres sustituía" o "madre de
alquiler", evidencia el compromiso de una mujer, llamada "gestante" a través del
cual ésta acepta someterse a técnicas de reproducción asistida para llevar a
cabo la gestación a favor de otra persona o pareja comitente, llamados él o los
"subrogantes" a quien o a quienes se compromete a entregar el niño o niños que
pudieran nacer, sin que se produzca vínculo de filiación alguno con la mujer
gestante, sino con él o los subrogantes (cf. Scotii, Luciana "El reconocimiento
extraterritorial de la maternidad subrogada: una realidad colmada de
interrogantes sin respuestas", www.derecho.uba.ar/publicaciones/pensar-
derecho/revistas/1. pdf; TSJ, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 4/11/2015,
autos "MCK y otros s/ Información Sumaria" Recuso de inconstitucionalidad;
Rubinzal Online; 11927/2015; RC J 1032/16).
Esta figura, -la gestación por sustitución- fue suprimida en el anteproyecto del
Código Civil y Comercial que entrara en vigencia el 1 de agosto de 2015, que
prescribía lo siguiente: "Gestación por sustitución: El consentimiento previo,
informado y libre de todas las partes intervinientes en el proceso de gestación
por sustitución debe ajustarse a lo previsto por este Código y la ley especial. La
filiación queda establecida entre el niño nacido y el o los comitentes mediante la
prueba del nacimiento, la identidad del o los comitentes y el consentimiento
debidamente homologado por autoridad judicial. El juez debe homologar solo si,
además de los requisitos que prevea la ley especial, se acredita que: a) se ha
tenido en miras el interés superior del niño que pueda nacer; b) la gestante tiene
plena capacidad, buena salud física y psíquica; c) al menos uno de los
comitentes ha aportado sus gametos; d) el o los comitentes poseen imposibilidad
para concebir o de llevar a cabo un embarazo a término; e)la gestante no ha
aportado los gametos; f) la gestante no ha recibido retribución; g) la gestante no
se ha sometido a un proceso de gestación por sustitución más de dos veces; h)
la gestante ha dado a luz al menos a un hijo propio. Los centros de salud no
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pueden proceder a la transferencia embrionaria en la gestante sin autorización
judicial. Si se carece de autorización previa, la filiación se determina por las
reglas de la filiación por naturaleza", sancionándose en su reemplazo el art. 562
del CCCN que mantiene el antiguo principio romano que dice "mater sempre
certa est", que determina el vínculo materno con la prueba objetiva del
nacimiento y la identidad del recién nacido, es decir, madre es quien da a luz al
niño/a, y dice: "Voluntad procreacional. Los nacidos por las técnicas de
reproducción humana asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la
mujer que también ha prestado su consentimiento previo, informado y libre en
los términos de los artículos 560 y 561, debidamente inscripto en el Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas, con independencia de quién haya
aportado los gametos".
Que atento a ello, la maternidad subrogada, que no se encuentra legislada,
viene a romper con el citado principio romano en cuanto prevé que la maternidad
queda determinada en el parto con la mujer que da a luz, principio que hace
crisis con la posibilidad científica de que otra mujer extraña a la autora genética
lleve a cabo la gestación y el parto.
Pero el citado el art. 562, establece también en cuanto a los nacidos por técnica
de reproducción humana asistida, el privilegio del concepto de "voluntad
procreacional" y prescribe como regla general que son hijos de quien dio a luz y
del hombre o mujer que ha prestado su consentimiento previo, informado y libre
para someterse al uso de técnicas, con independencia de quien haya aportado
los gametos. Esta normativa no hace distinción entre las distintas técnicas de
reproducción asistida, como la subrogación de vientre, y lo cierto es que en este
caso, la atribución de maternidad, en el que la persona que dio a luz no es la
mujer que ha prestado la voluntad de procrear y asumir el rol de madre, merece
una solución legal específica y diferente, que se encuentra ausente en el
ordenamiento jurídico.
Por lo tanto, ante el vacío legal, resulta indispensable la intervención judicial para
determinar quién es la madre del nacido, para luego realizar la inscripción en el
Registro correspondiente; la paternidad, en principio, no ofrecería mayores
inconvenientes.
Ello así porque la gestación por sustitución no se encuentra reglada en nuestro
ordenamiento jurídico pero tampoco se encuentra prohibida, por lo tanto en
conformidad con lo prescripto por el art. 19 del la Constitución Nacional (CN),
principio de legalidad que establece "lo que no está prohibido está permitido",
corresponde que los órganos judiciales se expidan sobre ésta práctica y merituar
si se dan las condiciones necesarias que garanticen los derechos humanos
involucrados con la práctica pretendida. Que de la prueba producida en autos
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tenemos: a fs. 3, acta a fs. 58 certificado de nacimiento de... y a fs. 59, acta de
nacimiento de... por lo que tengo por acreditado el vínculo matrimonial de la...
invocado entre quien se propone como gestante, como así también el vínculo
(sobrina -tía paterna respectivamente). Es decir, tengo probado el vínculo
familiar existente entre las partes.
Luego, a fs. 77 obra audiencia celebrada por ante la Suscripta y en presencia del
Sr. Fiscal, Schmidt. En dicha oportunidad, el matrimonio referenciado ratifica los
términos de su presentación.
Por su parte, la... -con el apoyo, de su pareja,....] manifiesta su total conformidad
para llevar adelante la gestación del futuro hijo de sus tíos, destacando que no
existe ningún tipo de contraprestación por ello. Por su parte, la... médica tratante,
indica que desde hace aproximadamente siete meses, las parejas referenciadas
se encuentran realizando tratamiento psicológico en relación a la subrogación de
vientre. Agrega que se encuentra en óptimas condiciones para llevar un
embarazo, y que en caso de formalizarse la práctica médica, se le transferiría un
solo embrión. Finalmente, y en caso de que efectivamente se produzca el
nacimiento, el matrimonio comitente asume el compromiso de hacer saber al
niño/a el origen de su gestación, y por otro, informar a el tratamiento al cual se
someterá y que la criatura gestada por subrogación es hijo/a de sus....?
A fs. 86 /87 se incorpora informe médico psiquiátrico practicado al compuesta
por que da cuenta de la inexistencia de patologías que comprometa la práctica
que pretenden realizar.
A fs. 88/91 se agrega informe socio ambiental practicado en el domicilio de del
que surge que los actores conforman una pareja unida y sólida, basada en una
unión legal y religiosa, logrando estabilidad y buena relación en los nueve años
de vida en común. La pareja inicia una relación sentimental en el año 2008,
contrayendo matrimonio civil en el año 2011 y religioso tres años después.
Ambos poseen instrucción universitaria, de profesión Licenciados en Enfermería,
y actualmente se encuentran cursando la especialidad. Dice que trasciende en el
proyecto familiar de la pareja la decisión de convertirse en padres. Ello así,
atento a la imposibilidad de la Sra. de llevar a delante la gestación de un hijo,
como consecuencia de la intervención quirúrgica a la que debió someterse con
motivo de una peritonitis y que luego por complicaciones terminaran
extrayéndole el útero. Refiere que en el año 2018 toman conocimiento que una
pareja, había sido autorizada judicialmente en el país para realizar la gestación
por sustitución. Es a partir de allí, y previo asesoramiento legal, que se acercan a
la Clínica de Reproducción Asistida SARESA, donde ratifican la posibilidad de
esta práctica. Surge que ante la negativa de la Obra Social de reconocer el
tratamiento de fecundación in Vitro solicitado, interpusieron una acción de
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amparo con sentencia favorable. Ambos son beneficiarios de la cobertura
médico asistencial de la Obra Social I.P.S y del Co-Seguro Integral. Concluye la
profesional interviniente. Lic. Graciela Suyo, del Servicio Social del Poder
Judicial, que el matrimonio entrevistado? posee una estructura familiar
organizada, con muestras de afectividad, priorizando la comunicación en la
dinámica de la relación conyugal, además de la complementariedad en los roles
y toma de decisiones. Denota vínculos de apego y afecto, de sensibilidad hacia
los demás, entablando relaciones positivas en el entorno familiar y fuera de él.
Cuenta con una amplia red de contención, por parte de la familia de ambos y
amigos, quienes los apoyan ante la idea de adoptar un niño/a o concebirlo
mediante la gestación por sustitución. Demuestran estar informados respecto al
proceso que conlleva la adopción y el método que origina las presentes
actuaciones.
Por último, obra a fs. 95/98 informe psicológico practicado por la surge que éstos
han recibido la información necesaria para llevar adelante la gestación por
sustitución, que es una decisión tomada a conciencia, con apoyo familiar y
profesional, como así también que están en condiciones psicoemocionales e
intelectuales para asumir la decisión que la práctica supone, es decir, no se
observan indicadores negativos que obstaculice la autorización pretendida,
pericia ésta que corrobora lo plasmado en las pericias privadas realizadas por
las agregadas a fs., 11/28 cuyos originales obran reservados a fs.51 y que en
este acto tengo a la vista, de los que se desprende: de la pericia psicológica
realizada a (Gestante) ,ver fs. 11/16, da cuenta que Romina vive desde hace 6...
Toda su familia -pareja, padre, hermanos, abuelos- sabe del tratamiento de su
tía y de su deseo de ayudarla, por lo que cuenta con una red de apoyo
consolidada para transitar el proceso. Refiere la misma, que el embarazo de su
hija resultó una linda experiencia, y que la decisión de ayudar a su tía a ser
madre la hace sentir muy bien. Refiere que para ella ser madre es "lo más lindo
del mundo", por lo que el gran afecto que siente por su tía, sumado a su
imposibilidad de ser madre, la lleva a tomar la decisión de querer gestar a su
hijo, considerando a la gestación por sustitución una buena alternativa. Se
imagina teniendo un buen vínculo con su "primito". Considera que no va a tener
dificultades al momento de entregar al niño, ya que tiene muy en claro el
procedimiento, destacando la alegría que le genera poder llevarlo adelante y
manifestando el anhelo de que el mismo resulte exitoso. Asimismo, se describe
como una persona alegre y no conflictiva. Señala que no toma ninguna
medicación y que nunca tuvo uso problemático de drogas ni consumo de
alcohol. En cuanto a su historia médica y reproductiva, señala que tuvo dos
embarazos no planificados, el primero a los 18 años, que terminó en un aborto
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espontáneo generado por motocicleta, y el segundo fue el de su hij... Agrega que
en ninguno de sus dos embarazos tuvo dificultades, que el parto de su hija fue
natural, y que amamantó a la niña hasta los dos años. Agrega no tener problema
de amamantar al bebé en caso que su tía así lo necesite, contemplando la
posibilidad de sacarse leche para que su tía le de mamadera.
A modo de conclusión, se destaca que al momento de la evaluación, la joven se
presenta presuntiva y situacional, sin presentar indicador psicopatológico que le
impida conocer y comprender las particularidades del proceso de gestación por
sustitución. Refiere que entiende los riesgos, duración e implicancias del vínculo
jurídico de filiación, derechos y obligaciones. Finalmente, y dadas las
características del proceso, se indica la necesidad de acompañamiento
psicológico hasta el logro del embarazo, durante el mismo y después del
nacimiento (puerperio), con el fin de aliviar el impacto emocional, beneficiar la
calidad de vida, favorecer el desapego con el niño por nacer, definir roles y
funciones y preservar los vínculos entre los intervinientes.
A fs. 17/20 obra el informe psicológico dice que la familia de... se encuentra
conformada por sus padres y tres hermanos varones, quienes están en pareja y
tienen hijos. La relación familiar es muy buena y con vínculos estrechos. Dentro
de sus 13 sobrinos, se encuentra su ahijada (propuesta gestante), hija de su
hermano mayor. Agrega que se percibe como una persona solidaria y que ante
situaciones de conflicto, recurre al diálogo para su resolución. Señala no tomar
ninguna medicación y nunca haber tenido un uso problemático de drogas ni de
consumo de alcohol. De las entrevistas mantenidas, se percibe una apropiada
ubicación temporo-espacial, estabilidad en la conducta, adecuado criterio de
realidad y capacidad de discriminación. Se destaca que la joven se encuentra
informada sobre las características del proceso de gestación por sustitución, sus
posibles resultados y sobre las particularidades de los aspectos médicos,
psicológicos y legales. Se infiere su capacidad para tomar decisiones libres y
voluntarias. No se evidencian altos niveles de angustia ni ansiedad. Tampoco
presenta temores o fantasías que pudieran obstaculizar el proceso de gestación
por sustitución. Se agrega que al momento de la evaluación, Estela no presenta
cuadros psicopatológicos ni se encuentra atravesando por ningún duelo.
Posteriormente, a fs. 21/23 rola el informe psicológico de y da cuenta que la
familia de se encuentra conformada por sus padres y su hermana menor (28
años). Refiere que la relación familiar es muy buena y fluida. Al momento de la
evalución, menciona no tomar ninguna medicación y nunca haber tenido un uso
problemático de drogas ni de consumo de alcohol. Se percibe lúcido en tiempo y
espacio. Se observa estabilidad en la conducta, criterio y juicio acorde con lo
esperado. Se agrega que durante el proceso no se evidencian perturbaciones en
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la concentración, memoria ni en la atención. Tampoco se observaron
alteraciones coanitivas ni sensoperceptivas. De las entrevistas mantenidas, se
muestra como una persona reservada y respetuosa en el trato, con recursos
para afrontar y percibir adecuadamente la realidad. Muestra niveles adecuados
de ansiedad, tolerancia a la frustración y capacidad de manejo. Tampoco se
evidencian temores o fantasías que pudieran obstaculizar el proceso de
gestación por sustitución. Se agrega que al momento de la evaluación, no
presenta cuadros psicopatológicos ni se encuentra atravesando por ningún
duelo. Se destaca que y particularidades del proceso de gestación por
sustitución. Señala comprender las particularidades médicas, psicológicas y
legales, por lo que se infiere que es capaz de tomar decisiones de manera libre y
voluntaria.
Por último, a fs. 24/27 se incorpora una valoración de la pareja y surge: Que
encuentran juntos hace 11 años, se casaron por civil en el año 2011 y por Iglesia
en el año 2014. Se trata de una pareja consolidada, con capacidad para pensar
y reflexionar sobre aspectos y situaciones a enfrentar, destacándose el diálogo
entre ambos y el compañerismo. Durante la evaluación no se presentan
discordias maritales graves ni factores ambientales que pudieren obstaculizar el
proceso de gestación por sustitución. En cuanto a las motivaciones para llevar
adelante el proceso de gestación por sustitución, refieren que es la posibilidad
de ser padres biológicos, un camino que los lleva al fin deseado de formar una
familia. Menciona que ambos cuentan con el apoyo y entusiasmo de sus familias
y amigos, además del apoyo de la pareja y suegra el proceso. Al momento de la
evaluación, se destaca que la pareja comprende la naturaleza del acto a realizar,
conociendo sus derechos, obligaciones y riesgos médicos y legales y que dadas
las características del proceso, se indica la necesidad de acompañamiento
psicológico a la pareja hasta el logro del embarazo, durante el mismo y después
del nacimiento; ello, con el fin de aliviar el impacto emocional, beneficiar la
calidad de vida, favorecer la conformación del vínculo materno/paterno filial,
definir roles y funciones y preservar los vínculos entre los intervinientes y el niño
por nacer.
Que en virtud de toda la prueba detallada puedo tener por acreditado, que las
partes intervinientes en el proceso de gestación por subrogación, el matrimonio
se encuentran debidamente informados de la práctica, comprenden los alcances
e implicancias de la misma. La quien será la gestante, ha probado el vínculo que
la une con sus tíos, expresando el afecto que siente por ellos y su conformidad a
gestar el hijo de los mismos, no existiendo ningún tipo de contraprestación a
cambio de esto, contando todos con el apoyo familiar y de amigos.
A su vez, no se observa ningún obstáculo físico, conforme lo informara la médica
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tratante en la audiencia de fs. 77, ni psicológico o psiquiátrico que merezca ser
tenido en cuenta y que aconsejen el rechazo de la autorización pretendida, lo
que permite concluir que la decisión que han adoptado las partes es libre,
pensada y a conciencia, es decir, no es una decisión tomada a la ligera sino que
fue madurada en el tiempo, y que las partes han recibido una información clara
de la práctica a realizar y cuentan con ayuda psicológica, ayuda ésta que
también recibirán durante el embarazo y con posterioridad al nacimiento del
niño/a, es decir, reciben actualmente ayuda psicológica los tres, y la tendrán
durante el embarazo y el puerperio.
Así también las partes intervinientes se han comprometido en hacerle saber a
sus hijos, en la etapa de vida oportuna, el origen gestacional del niño/a que
pudiera nacer mediante esta técnica de TRHA, en razón de la cual exista
persona en gestación, la eficacia de esta decisión judicial radica justamente en
dejar esclarecidos preventivamente no solo los derechos, y el alcance de los
mismos, respecto de cada una de las partes que participarán del procedimiento
que aquí se autoriza, sino también del/a niño/a que habrá de nacer en su
consecuencia, evitándose la eventual vulneración que una falta de
pronunciamiento en orden a la determinación de su filiación pudiera provocarse.
Una actitud abstencionista sobre esta cuestión importaría una clara denegación
de justicia para quienes reclaman la verdad jurídica de la filiación, desde el
mismo inicio de la práctica médica y hasta el momento del parto inclusive, y se
ajuste a la realidad biológica y volitiva de sus progenitores y, por lo tanto, así
sean registrados ( cf. cita on line voz "autorización judicial de gestación por
sustitución", fallo del Juzgado en lo Civil en Familia y Sucesiones I, del centro
Judicial Capital de la provincia de Tucumán de fecha 26 de septiembre de 2018,
autos "P.A.M. Y otros s/ Autorización Judicial"), por lo que me expediré sobre
este punto por considerar que lo que aquí resuelva tiene en miras lo
contemplado en el principio que rige en las cuestiones de familia, que es "la
tutela judicial efectiva".
Reiteradamente se ha dicho que las normas son susceptibles de
cuestionamiento constitucional cuando resultan irrazonables, es decir, cuando
los medios que arbitran no se adecúan a los fines cuya realización procuran o
cuando consagran una manifiesta inequidad, y el principio de razonabilidad debe
cuidar especialmente que las normas legales mantengan coherencia con las
reglas constitucionales durante el lapso que dure su vigencia en el tiempo, de
suerte que su aplicación no resulte contradictoria con lo establecido en la Ley
Fundamental (CSJN , Fallos 307.906; 243.504; 243:470; 299:428; 310:2845;
315:142 y 2804; 319:2151 y 2215). De allí que el interesado debe demostrar en
la declaración de inconstitucional de una norma, de qué manera ésta contraía la
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Constitución Nacional, causándole de este modo gravamen y debe probar
además, que ello ocurre en el caso concreto (cf. CSJN, Fallos 310:211;
314:495).
Como ya lo señalara, el art. 562 del CCCN dice "... los nacidos por la TRHA son
hijos de quien da a luz y del hombre o de la mujer que también ha prestado su
consentimiento previo, informado y libre", por lo tanto adopta una postura
desfavorable respecto a la gestación por sustitución, al desconocer el elemento
volitivo como factor determinante de la maternidad en la progenitora intencional,
reconociendo como tal a la mujer gestante.
Al respecto, cabe reiterar que la gestación por sustitución es una THRA (técnica
de reproducción humana asistida) de alta complejidad (cf. art. 2 de la Ley
26862), y a su vez la TRHA es una de las tres fuentes de filiación reconocida en
nuestro ordenamiento positivo, conjuntamente con la filiación por naturaleza y la
adopción (art. 558 del CCCN). Así también que la "Voluntad Procreacional" es el
eje central en el que se edifica la filiación de los niños/as que nacen mediante las
técnicas de reproducción médicamente asistida (art. 562 del CCCN), con
independencia de quien o quienes hayan aportado el material genético y lo
verdaderamente importante para crear vínculo de filiación en estos casos, es la
voluntad de quien o quienes decidieron procrear (cf. Guzmán Avalos, Aníbal y
Valdéz Martínez María del C. "Voluntad procreacional". Instituto Internacional de
Sociología de Oñati-Revista Oñati Socio-Legal Serie- N°l, España, 2017, vol. 7,
pag. 77; Morán de Vicenzi, Claudia "La Voluntad Procreacional como criterio de
determinación de la filiación en la fecundación artificial", Universidad de Piura,
revista de Derecho N°5, Lima, 2004, vol.5, pag. 57/91), por lo tanto el elemento
volitivo expresado en el consentimiento previo, informado y libre, es el que
determina la filiación, por lo que definitivamente rige el principio de la autonomía
de la voluntad y no la del puro dato genético, para dar nacimiento al vínculo filial
( cf. Vittori, Valeria "Cuando una verdad no alcanza. Aportes a un abordaje
interdisciplinario en materia de filiación" Revista de Derecho de Familia y de las
Personas, año V, N°5, junio 2013, pag. 59).
Que la citada normativa cuestionada en su parte pertinente, conculca derechos
humanos fundamentales reconocidos en nuestra Constitución y en instrumentos
internacionales incorporados en nuestra Carta Magna conforme el art. 75 inc. 22,
que detallara en el apartado I-a) tercer párrafo de los considerandos del presente
fallo.
Como es sabido, cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como
la Convención Americana, sus jueces están sometidos a ella y los obliga a velar
para que el efecto de la Convención no se vea mermado o anulado por la
aplicación de leyes contrarias a sus disposiciones, objeto y fin. En otras
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palabras, el Poder Judicial debe ejercer no sólo un control de constitucionalidad
sino también de convencionalidad, ex officio, entre las normas internas y la
Convención Americana.
Que en virtud de ello, el citado art. 562 en su apartado cuestionado, conculca
entre otros derechos, el derecho a la identidad del niño/a que vaya a nacer por la
técnica autorizada, previsto por el art. 7 de la CDN (Convención sobre los
Derechos del Niño), en cuanto expresa " el niño será inscripto inmediatamente
después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a
adquirir una nacionalidad y en la medida de los posible a conocer a sus padres y
ser cuidado por ellos" siendo que en autos, el matrimonio ha expresado su
voluntad procreacional para ser padres del niño/a que vaya a nacer a través de
la técnica de gestación por sustitución como lo autoriza el art. 562 del CCCN,
sumado que además, ellos han aportado el material genético propio,
encontrándose al momento de la presente tres embriones crioconservados (ver
fs. 70), es decir, su identidad no solo estaría dada por el elemento volitivo que
autoriza la ley sino también por el biológico. En este sentido, el art. 11 de la Ley
26061 (ley de orden público) exige que la identidad del menor se ajuste a su
realidad biológica y familiar, de lo contrario se verían conculcados los otros
derechos de igual jerarquía como son el derecho a tener padres, a ser criados
por ellos, a crecer y desarrollarse en su familia de origen, además de todos los
derechos que por añadidura le corresponden. Por lo tanto, de procederse como
prescribe el art. 562, esto es de inscribir al menor por nacer como hijo de quien
da a luz, no teniendo la gestante voluntad procreacional y no habiendo además
aportado material genético propio, atentaría contra el derecho de identidad del
niño/a que llegara a nacer.
Asimismo, la norma en cuestión vulnera el derecho a formar una familia,
garantizada en el art. 17 de la CADH (Convención Americana de Derechos
Humanos), a gozar de los beneficios del progreso científico y su aplicación,
como lo dispone el art. 14.1.b del Protocolo de San Salvador y como lo reconoce
la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el nombrado caso "Artavia
Murillo y otros contra Costa Rica, del 28/11/2012; también se vulnera el derecho
de igualdad ante la ley de los progenitores (art. 16 CN), de poder ser padres en
igualdad de condiciones que otros, inclusive hay personas con voluntad
procreacional que pueden llevar a cabo la gestación por sustitución en otros
países que lo permiten (Rusia, EEUU-California, India), debido a que cuentan
con recursos económicos suficientes para llevarlo a cabo, a diferencia en
nuestro país que cuenta con un vacío legal, el derecho a la salud, toda vez que
al tener un impedimento físico para gestar, dicha deficiencia puede tener un
impacto negativo sobre el desarrollo del individuo, frustándolo y debilitando su
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personalidad. El derecho a la salud se encuentra en nuestra Carta Magna (CN)
de manera dispersa (arts. 14 bis, 41, 42, 75 inc 18 y 19), y principalmente el
Interés Superior del Niño que pudiera nacer, toda vez que le impediría contar
inmediatamente después de su nacimiento, con el reconocimiento paterno y
materno, conforme lo establece el art.7 de la CDN.
Por lo que entiendo, que lo dispuesto por el art. 562 del CCCN en donde dice:
"... los nacidos por la TRHA son hijos de quien da a luz y del hombre o de la
mujer que también ha prestado su consentimiento previo, informado y libre...." ,
no contempla la situación dada en autos, en cuanto a que la gestante no ha
prestado su voluntad procreacional ni aportado material genético propio, por lo
que mal se pude dar cumplimiento con este imperativo legal, de inscribir al
niño/a que pudiera nacer por gestación por sustitución como hijo de quien presta
su vientre para gestar un hijo de otro, y con ello además, se conculca derechos
humanos fundamentales de los progenitores intencionales y en el caso, también
biológicos, como la del niño/a que pudiera nacer.
Se advierte que el Código de fondo reconoce como fuente de filiación a las
TRHA y considera la voluntad procreacional como fuente para la determinación
de la filiación, a su vez prescribe una norma "genérica", el art. 562 que incluye
todas las TRHA, sin distinguir la técnica que se vaya a emplear, estableciendo
que los niños/as nacidos por estas técnicas son hijos de quien da a luz, que para
el caso traído a resolver resulta inaplicable.
Que atento a ello, me aparto del dictamen del Sr. Fiscal en cuanto a que no es
necesario la declaración de inconstitucionalidad de la norma atacada, ello por
cuanto, reitero, el art. 562 incluye a "todas las técnicas de reproducción humana
asistidas", las de baja complejidad y las de alta complejidad, y no siempre la
gestante otorga la voluntad procreacional para ser madre, por lo tanto no
siempre ésta será la madre del nacido mediante la TRHA, como sería el caso de
autos o el de una pareja o matrimonio de hombres, esta norma es "genérica" e
incluye a todas las TRHA, y no podemos distinguir cual técnica está
comprendida o no en la misma, porque donde la ley no distingue, no
corresponde distinguir, en este sentido se dijo "Cuando el texto de una norma es
claro y contundente, debe ser aplicada en el sentido que indican sus propios
términos, sin que sea dable al juez hacer distinciones que no dimanan de ella"
(cf. Sala Civil y Comercial Expediente B37/08 Auto interlocutorio N° 273
10/08/2011), Bogao Parravinici Juan Manuel C/ Postai Humberto Nicolás - S/
Ejecutivo - Cuerpo de Ejecución de Sentencia - Recurso de Casación TSJ
Córdoba), es decir, la norma debe cumplirse como surge de su redacción,
resultando inconstitucional al caso traído a estudio, considerando que los caso
de gestación por sustitución merecen una expresa regulación especial.
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Por lo que reitero, considero corresponde declarar la inconstitucionalidad del art.
562 en su parte que dice "los nacidos por la TRHA son hijos de quien da a
luz..."para la situación planteada en autos.
Por lo que entiendo corresponde se proceda a inscribir al niño/a que pudiera
nacer mediante la gestación por sustitución aquí ordenada, como hijo de quienes
quieren ser sus padres y han aportado su material genético, y por responder al
interés superior del niño/a que pudiera nacer, premisa insoslayable bajo la cual
se debe interpretar, integrar y aplicar la normativa de la niñez, y por contemplar
además los derechos humanos de los comitentes (padres intencionales).
En cuanto a las costas del presente procedimiento, se imponen por su orden..
Por ello, RESUELVO:
I.- HACER LUGAR al pedido de autorización para realizar la gestación por
sustitución solicitada por los ....
II.- INTIMAR a prestar el consentimiento previo, informado y libre por ante el
Centro de Salud donde se realizara la práctica. Hacer saber que el
consentimiento es libremente revocable mientras no se haya producido la
concepción en la persona o la implantación del embrión.
III.- DECLARAR LA INCONSTITUCIONALIDAD del art. 562 del CCCN en su
parte que dice: "los nacidos por la TRHA son hijos de quien da a luz...", por lo
motivos dados en los considerandos. En consecuencia, ORDENAR en el caso
de que nazca el niño/a por la técnica de gestación por sustitución aquí
autorizada, a inscribir al mismo por ante el Registro de Estado Civil y Capacidad
de las Personas, como hijo de los Sres. .... 32.400.499 y no como hijo de la
gestante, Sra. R. N. T.. DNI 38.212.748.
IV.- DETERMINAR que el niño/a que llegare a nacer, carecerá de vínculo filial
con la gestante, T... DNI 38.212.748.
V.- INTIMAR a los padres intencionales a informar en el caso de producirse el
nacimiento de un niño/a, sobre su origen gestacional, cuando adquiera la edad y
grado de madurez suficiente. INTIMAR a la informar a su hija menor de edad,
cuando adquiera edad y madurez suficiente, sobre la práctica aquí autorizada.
VI.- IMPONER las costas por su orden.
VII.- MANDAR, se copie, registre, notifique a las partes personalmente o por
cédula, al Centro de Salud y al Registro de Estado Civil y Capacidad de las
Personas, mediante oficio de estilo.
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ANTECEDENTES DE HECHO
1
JURISPRUDENCIA
2
JURISPRUDENCIA
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Antecedentes del caso
1.- D. Luis Miguel presentó una demanda en la que ejercitó la acción de determinación legal de filiación
materna de doña Aurelia por posesión de estado respecto del menor Pedro Enrique , nacido en Tabasco,
Méjico, mediante gestación subrogada. Tras su nacimiento, Pedro Enrique viajó a España con su madre, la
hija del demandante, y desde entonces ha residido bajo su tutela y cuidado en el domicilio familiar en Madrid,
en donde había convivido también el demandante durante los dos años anteriores a la demanda.
En la demanda se alegaba que D.ª Aurelia venía ejerciendo de modo real y efectivo como madre de Pedro
Enrique desde su nacimiento, cuidándolo y atendiéndolo en todo, de acuerdo con sus necesidades presentes;
se hallaba en situación de atenderlas en las futuras, dadas sus circunstancias personales y económicas; y tenía
la consideración de madre legal para la legislación mexicana, país cuya nacionalidad ostenta Pedro Enrique
, al no habérsele concedido la española.
En la fundamentación jurídica de la demanda se citaban los artículos 131 del Código Civil en cuanto a la
legitimación para interponer la demanda, el artículo 10 de la Ley 14/2016, de 26 de mayo, sobre técnicas de
reproducción humana asistida (que entiende que no es aplicable a los nacionales españoles que lleven a cabo
técnicas de reproducción asistida en estados en los cuales estas sean legales), la jurisprudencia del Tribunal
Supremo en relación con la posesión de estado y el interés superior del menor, y el artículo 154 del Código Civil.
El demandante terminaba solicitando que se dictara sentencia en la que se declarara que D.ª Aurelia , hija
del demandante, es la madre del menor Pedro Enrique ; se ordenara la inscripción de dicha declaración en
el Registro Civil correspondiente, respetando los apellidos que le fueron impuestos al menor al nacer; y se
condenara a D.ª Aurelia a estar y pasar por dicha declaración con las obligaciones dimanantes de la condición
de madre.
3
JURISPRUDENCIA
2.- Con la demanda, entre otros documentos, se aportaba el contrato suscrito entre la comitente y la madre
gestante, que contenía, entre otras, estas estipulaciones (suprimida la utilización de mayúsculas en todo el
texto):
«Capítulo II.- Cláusulas
» Primera.- La gestante sustituta, gestará al niño resultante bajo todos los términos de este acuerdo, la
denominación "niño" se referirá a todos los niños(as) nacidos bajo los términos de este acuerdo.
» Segunda.- La gestante sustituta renuncia a todos los derechos y reclamaciones sobre el niño nacido y acepta
entregar la custodia física del niño inmediatamente después del parto sin ninguna interferencia a la futura
madre. [...]
» Cuarta.- La transferencia de los embriones no es una donación de embriones a la gestante sustituta y deciden
que la custodia y decisiones de todos los embriones u otro material genético creado es propiedad de la futura
madre [...]
» Procedimiento. - [...]
» Quinta.- [...] D.- El niño nacerá en el estado de Tabasco bajo las leyes de este estado e inmediatamente
después del parto la gestante sustituta entregará a la futura madre todos los derechos y custodias legales.
La gestante sustituta deberá colaborar en todo momento con la futura madre para realizar todas las acciones
y procedimientos elegidos por la futura madre para confirmarlo como la madre legal del niño, incluyendo sin
limitación acciones judiciales, administrativas, permitir a la futura madre aparecer en el acto de fe del hospital,
y cualquier otra acción civil. [...]
» Sexta.- Representación y coadyuvancia.
» A.- Las partes convienen que para efectos de coadyuvar de la mejor manera en la realización del objeto de este
contrato, la futura madre se apoyará de una persona física o jurídica colectiva, quien será en todo momento
el enlace entre los contratantes y estará al pendiente de los trámites y gestiones necesarias sin perjuicio de
la comunicación que de manera directa las partes tendrán permanentemente hasta que concluya el presente
contrato. En este sentido, desde este momento se establece que será la sociedad mercantil denominada
"México Subrogacy" S. de R.L. de C.V., a través del señor Juan Pablo . [...]
» Octava.- A.- La gestante sustituta no tendrá, ni tratará de tener relación con el niño, incluyendo sin limitación:
la relación padre-hijo, información de su crianza o intentar tener información de su localización.
» B.- La gestante sustituta renuncia a todos sus derechos como la madre legal del niño y ayudará en todos los
actos legales necesarios para declarar a la futura madre como madre legal del niño.
» C.- La gestante sustituta declara y acepta que no es la madre legal, natural, jurídica o biológica del niño. [...]
» Décima.- Evaluaciones Físicas y Psicológicas. [...]
» A.- La gestante sustituta se someterá a exámenes médicos, análisis de sangre y otras pruebas psicológicas
según lo determine la futura madre, antes de cualquier procedimiento de FIV (fertilización in vitro) para que el
médico determine si la gestante sustituta es apta para este procedimiento. [...]
» E.- La gestante sustituta, mediante la firma del presente contrato, renuncia a todos los derechos de
confidencialidad médica y psicológica, permitiendo a los especialistas que la evaluarán, compartir dichos
resultados con la futura madre.
» Décima Primera.- Procedimiento de fertilización in vitro.
» Es la intención de las partes y por lo tanto se obligan:
» A.- Llevar a cabo tantas transferencias embrionarias sean necesarias, a la misma gestante sustituta, hasta
terminar con todos los embriones salvo que el médico especialista determine que la gestante sustituta no está
apta para continuar con más intentos.
» B.- Llevar a cabo hasta las transferencias de 3 (tres) embriones por cada ciclo de reproducción asistida.
» C.- No existirá la posibilidad de reducción embrionaria.
» D.- La gestante sustituta se compromete y obliga a seguir todas las instrucciones del médico de fecundación
in vitro hasta ser derivado con su obstetra, la gestante sustituta comprende que deberá tomar medicamentos
para el ciclo de transferencia de embriones por vía oral, por inyección o intravaginal en horarios específicos
durante periodos prolongados de tiempo según las instrucciones del médico de fecundación in vitro.
4
JURISPRUDENCIA
» E.- La gestante sustituta se deberá presentar a todas las pruebas médicas determinadas por el médico de
fecundación in vitro incluyendo sin limitación: ultrasonidos y pruebas frecuentes de sangre. [...]
» G. La gestante sustituta deberá permanecer 3 (tres) días en cama después de la transferencia de embriones.
» Decima Tercera.- Conducta durante el tiempo del acuerdo y el embarazo.
» A.- Durante el embarazo y una vez en tratamiento con el médico obstetra, seleccionado por la futura madre,
la gestante sustituta deberá informar semanalmente a la futura madre, a través de la persona coadyuvante,
sobre toda la información, pruebas, resultados médicos, ecografías y citas médicas relativas al embarazo.
» B.- Las instrucciones médicas y recomendaciones dadas por el médico tratante a la gestante sustituta
durante la vigencia del presente acuerdo, pueden incluir pero no están limitados a: mantener una
dieta consistentemente nutricional, procedimientos de ultrasonidos frecuentes, prolongada abstinencia
de relaciones sexuales, abstenerse de tatuajes, perforaciones en el cuerpo y efectos o cirugía estética,
interrupción del ejercicio vigoroso, la prohibición de la auto administración de medicamentos por vía oral o
por inyección.
» C.- Durante el embarazo la gestante sustituta no fumará tabaco o hierbas ilegales, no tomara ninguna bebida
que contenga alcohol incluyendo el vino, bebidas energéticas, no tomará ninguna bebida que contenga cafeína,
no tomará drogas ilegales, no se expondrá a humos de tabaco, no tomará libremente hierbas o medicamentos
naturales sin el consentimiento del médico tratante.
» D- La gestante sustituta está de acuerdo en: no comer carne o pescado crudo, no deberá exponerse a
excrementos de animales y no se someterá a esfuerzos físicos.
» E.- La gestante sustituta está de acuerdo a someterse a pruebas al azar sin aviso previo de detección de
drogas, alcohol o tabaco según la petición de la futura madre o por recomendación del médico tratante.
» F.- La gestante sustituta según las instrucciones médicas se abstendrá de participar en cualquier actividad,
ocupación o empleo alguno que pueda afectar negativamente al embarazo, incluyendo sin limitación levantar
objetos pesados, radiografías no esenciales exposición a sustancias químicas nocivas, deportes o actividades
peligrosas.
» G.- La gestante sustituta no podrá salir de México durante la vigencia del presente acuerdo, además a partir
de la confirmación del embarazo de gestación no podrá salir de la ciudad donde reside, ni realizar un cambio
de domicilio, salvo que tenga un permiso por escrito de la futura madre en caso de suma urgencia para un
viaje a otra ciudad el cual en ningún caso podrá dilatarse más de 4 (cuatro) días. También deberá informar a
la futura madre la dirección de hospedaje e itinerario de su viaje.
» H.- A partir de la semana 30 (treinta) de gestación la gestante sustituta no podrá alejarse a más de 50
(cincuenta) millas del hospital elegido para el nacimiento del niño, salvo que sus actividades habituales les
obliguen a ello y previa autorización de la futura madre, a través de la persona coadyuvante en tal virtud la
gestante sustituta se compromete a cambiar su domicilio a la ciudad de DIRECCION000 Tabasco en el sexto
mes de gestación, donde se quedará hasta el parto, siendo la futura madre quien cubrirá los gastos que esto
genere, a través de la persona coadyuvante.
» I.- La gestante sustituta acepta que la futura madre o un representante que la sociedad mercantil "México
Subrogacy" S. de R.L. de C.V. designe, esté presente en todas las citas médicas relacionadas con el embarazo,
así también autoriza a la futura madre para hablar directamente con el médico tratante cuestiones relacionadas
con la salud del feto.
» J.- La gestante sustituta acepta someterse a pruebas de diagnóstico prenatal y pruebas de diagnóstico
amniocentesis, muestras la vellosidad crónica, ultrasonido de alta resolución para las pruebas de paternidad
o para determinar la salud del feto cuando lo solicite el médico tratante o la futura madre.
» Décima Cuarta.- Emergencia médica o soporte de vida: [...]
» B.- En caso que la gestante sustituta sufriera cualquier enfermedad o lesión potencialmente mortal (como por
ejemplo muerte cerebral) la futura madre tiene el derecho a mantenerla con vida con un soporte vital médico,
con el objetivo de salvar al feto hasta que el médico tratante determine que está listo para el nacimiento.
La firma de este acuerdo es la autorización de la gestante sustituta para permitir esas acciones médicas de
soporte de vida por parte de la futura madre, los gastos médicos derivados de dicho soporte serán asumidos
por la futura madre. [...]
» Décima Sexta.- Entrega del niño.
5
JURISPRUDENCIA
» A.- A menos que una emergencia médica obligue a lo contrario, la gestante sustituta se compromete a dar
a luz al niño en el hospital seleccionado por la futura madre que deberá cumplir con los requisitos mínimos
de atención y emergencia prenatal y de prematuros.
» B.- La gestante sustituta se compromete a informar de manera inmediata a la sociedad mercantil "México
Subrogacy" S. de R.L. de C.V. y a la futura madre, cuando entre en trabajo de parto. A falta de estos, se
contactará con el tutor designado en este contrato.
» C.- La futura madre puede estar presente en el momento del nacimiento del niño, salvo que el médico tratante
determine que no puede ser posible. La gestante sustituta firmará todas las autorizaciones en el hospital para
permitir a la futura madre estar presente en el nacimiento del niño.
» D.- La gestante sustituta está de acuerdo en someterse a una cesárea para el nacimiento del niño, salvo que
el médico tratante recomiende que sea un parto vaginal.
» E.- La entrega del niño a la futura madre será inmediatamente después del parto, la gestante sustituta
autorizará al hospital a colocar al menor el nombre y apellidos de la futura madre, a que la futura madre pueda
poner el nombre de pila del niño y a que el hospital entregue al niño a la futura madre al momento de darle
el alta médica.
» F.- La futura madre será responsable del niño que nazca por virtud de este contrato, ya sea sano o no. La
gestante sustituta renuncia al derecho a tomar decisiones médicas por el niño después del nacimiento.
» G.- La futura madre será la madre legal de cualquier niño nacido bajo este acuerdo, ya sea que el niño tenga
deficiencias físicas, psíquicas, neurológicas o cualquier otra deficiencia. [...]
» Décima Octava.- Interrupción del embarazo
A.- La futura madre no podrá cancelar el embarazo, excepto para preservar la vida de la gestante sustituta.
B - La futura madre y la gestante sustituta están de acuerdo en no seleccionar el número de fetos en el caso
de un embarazo múltiple.
C.- La gestante sustituta está de acuerdo en que sólo se someterá a un aborto cuando un médico tratante o
un especialista determine con un certificado por escrito que la vida o salud de la gestante está en peligro. La
gestante sustituta se compromete a informar a la futura madre antes de un aborto.
» Décima Novena.- Renuncia y adopción.
» A.- La gestante sustituta, firmará el acuerdo de custodia física del niño a la futura madre inmediatamente
después del parto. Asimismo, cooperará en todos los procedimientos para la filiación y registro civil del niño
por la futura madre si llegase a ser necesario.
» B.- La gestante sustituta, entregará al niño a la futura madre inmediatamente después del parto.
» C.- La gestante sustituta nunca reclamará el derecho como madre sobre el niño nacido por virtud de este
contrato, durante y después de la gestación, y renuncia a cualquier tipo de contacto en el futuro con el niño o
la futura madre, salvo que la partes acuerden por escrito lo contrario. [...]
» Vigésimo Primera.- Contacto después del nacimiento.
» A.- El niño nacido bajo este procedimiento estará bajo el cuidado de la futura madre desde su nacimiento
en adelante.
» B.- Después de que la futura madre se lleve al niño fuera del hospital, la gestante sustituta estará de acuerdo
en no tratar de ver o ponerse en contacto con el niño ni con la futura madre. [...]
» Vigésimo Tercera.- Compensación, reembolso, seguros y otros costos.
» A. Compensación a la gestante sustituta.
» 1.- En el caso de un embarazo múltiple, la futura madre se compromete a compensar a la gestante sustituta
con una suma de US$ 6.000,00 (seis mil dólares) pagaderos en 6 (seis) cuotas de igual valor, a razón de
US$ 1.000,00 (mil dólares) por mes, empezando a partir del tercer mes de confirmado el embarazo y así
consecutivamente hasta el parto.
» 2.- La futura madre pagará todos los honorarios del procedimiento de fertilización in vitro.
» 3.- En caso de que la gestante sustituta se someta a 2 (dos) ciclos o más de fertilización in vitro y ésta no
llegase a quedar embarazada, no habrá compensación.
» Vigésimo Cuarta.- Interrupción del embarazo.
6
JURISPRUDENCIA
» 1.- Si la gestante sustituta, por causas ajenas a la suya o recomendado por el médico que la atienda, se
somete necesariamente a un aborto para salvar su vida, la futura madre se compromete a pagar todos los
gastos médicos derivados del aborto. [...]
» Vigésima Octava. Honorarios de abogado.
» La futura madre es responsable de los honorarios de los abogados, para revisar el presente contrato. [...]
» Trigésima Segunda.- Asunción de riesgos durante el proceso. [...]
» B.- La gestante sustituta reconoce haberse informado médicamente y psicológicamente de todos los riesgos
derivados al proceso de antes, durante y después de la entrega del niño, incluido, pero no limitando, la muerte,
la pérdida de un órgano reproductor, depresión, problemas de fertilidad en el futuro, etc. La gestante sustituta
libera a la futura madre de cualquier responsabilidad civil o penal que deriven de estos riesgos asociados al
proceso de gestación sustituta y acepta que la futura madre sólo se hará cargo de los pagos determinados
en el presente acuerdo. [...]».
3.- D.ª Aurelia presentó un escrito de contestación en el que reconocía como ciertos los hechos de la demanda
promovida por su padre sobre la declaración de la filiación del menor Pedro Enrique , manifestaba que no se
oponía a la declaración de maternidad y solicitaba que se inscribiera dicha declaración y se hicieran constar
como apellidos del menor Pedro Enrique que le fueron impuestos al nacer.
4.- El Ministerio Fiscal, al contestar la demanda, solicitó que se dictase sentencia «de conformidad con lo
probado y acreditado en autos».
5.- La sentencia del Juzgado de Primera Instancia desestimó la demanda. Los argumentos de la sentencia
fueron, en síntesis, que no puede utilizarse el principio de la consideración primordial del interés superior del
menor para contrariar la ley, sino para aplicarla y colmar sus lagunas, y que el artículo 10 de la Ley sobre
Técnicas de Reproducción Humana Asistida (en lo sucesivo, LTRHA) impide el reconocimiento de la filiación
que se pretendía por el demandante, ya que determina que la filiación de los hijos nacidos por gestación por
sustitución será la determinada por el parto (en este caso la mujer gestante), y será nulo de pleno derecho
el contrato por el que se convenga la gestación. En el fallo de la demanda se añadía al pronunciamiento de
desestimación de la demanda:
«Doña Aurelia podrá instar ante la Dirección General de la Familia y el Menor de la Comunidad de Madrid la
tramitación de expediente de guarda o acogimiento familiar previo a la adopción del menor Pedro Enrique y,
declarada la filiación por adopción, inscribir al menor en el Registro Civil con los apellidos que fueron impuestos
al menor al nacer, tal como interesa como petición subsiguiente».
6.- El demandante, D. Luis Miguel , interpuso un recurso de apelación en el que alegó que, en el presente
supuesto, conforme a la jurisprudencia de esta Sala y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (en lo
sucesivo, TEDH) cabe realizar una interpretación amplia de los apartados 2 y 3 del artículo 10 LTRHA. Invocó
la posesión de estado como título de atribución de la maternidad sin necesidad de que exista una relación
biológica, así como que, dado que en el presente caso no puede acudirse a la adopción como remedio
alternativo, ha de estimarse la demanda en virtud del interés superior del menor, pues lo contrario causa un
grave perjuicio al niño, que carece de DNI y de NIE, y se le priva de los efectos derivados de la filiación.
D.ª Aurelia se adhirió al recurso de apelación de D. Luis Miguel , y alegó que había efectuado un reconocimiento
expreso de su maternidad ante las autoridades mexicanas y con las debidas garantías, y que siendo el menor
ciudadano mejicano (ya que nació allí y tiene pasaporte mejicano) deben aplicarse las normas contenidas en
los arts. 9.1 y 9.4 del Código Civil, por lo que su filiación ha de venir determinada por la que su ley personal
determina, es decir, la maternidad de la demandada.
El Ministerio Fiscal se opuso al recurso interpuesto. Alegó que el artículo 10 LTRHA integra el orden público
internacional español. Y que la demandada se desplazó a Méjico únicamente para concertar el contrato
de gestación por sustitución y la consiguiente gestación, parto y entrega del menor por estar prohibido en
España, y pretender el reconocimiento de la filiación conforme a la legislación mejicana supone una «huida»
del ordenamiento jurídico español. Argumentó también que no puede acudirse al principio del interés superior
del menor para estimar la demanda pues tal principio debe emplearse para interpretar y aplicar la ley y colmar
sus lagunas, pero no para contrariarla, lo que también supondría un perjuicio para el menor.
7.- El tribunal de apelación estimó sustancialmente el recurso de apelación, revocó la sentencia apelada, y
estimó sustancialmente la demanda, sin efectuar imposición de costas.
La sentencia de la Audiencia Provincial declaró que D.ª Aurelia , que tiene un trabajo estable y bien remunerado,
satisface las necesidades educativas y de atención médica del menor Pedro Enrique , que se encuentra
7
JURISPRUDENCIA
matriculado en centro educativo en el correspondiente ciclo de educación infantil, y considera a D.ª Aurelia
como madre y al Sr. Luis Miguel y esposa como abuelos, quienes a su vez consideran al niño como hijo
y nieto, respectivamente. Y razonó que, no siendo viables en este supuesto las soluciones consistentes en
acudir a la figura jurídica de la adopción (por la diferencia de edad existente entre la demandada y el menor, art.
175.1 del Código Civil), ni existiendo padre biológico identificado (al ser el material genético proveniente de
donante desconocido) que permita instar la correspondiente acción de filiación respecto del mismo, no siendo
tampoco posible acudir a la vía del acogimiento familiar ni a la del art. 176.2 del Código Civil y porque sería
abocar al menor a lo que el TEDH considera «una incertidumbre inquietante», ha de protegerse el interés del
menor reconociendo la filiación respecto de la demandada.
La Audiencia Provincial entendió acreditado que concurre en el presente supuesto un comportamiento de la
demandada congruente con los deberes de madre, manifestado mediante actos continuados y reiterados, lo
que entiende que es exigido por la jurisprudencia para poder valorar la posesión de estado de la relación de
filiación, teniendo en cuenta el superior interés del menor. Concluye que el menor Pedro Enrique evoluciona
en el proceso de formación de su personalidad concibiendo a la demandada como su madre y al demandante
y su esposa como abuelos, siendo conforme a las exigencias del art. 8 del Convenio para la Protección de los
Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (en lo sucesivo, CEDH) el no mudar la naturaleza del
modelo familiar en el que vive.
Por tal razón, en el fallo acordó «declarar que doña Aurelia es la madre del menor Pedro Enrique
nacido el NUM000 de 2015 en México ordenando la inscripción de dicha declaración en el Registro Civil
correspondiente respetando los apellidos que al menor le impusieron al nacer y constan en la documentación
registral extranjera, condenándola a estar y pasar por dicha declaración con las obligaciones dimanantes de
la condición de madre.
8.- El Ministerio Fiscal ha interpuesto un recurso de casación contra esta sentencia, que basa en un motivo
y ha sido admitido.
SEGUNDO.- Formulación del recurso
1.- El único motivo del recurso de casación, en su encabezamiento, denuncia la infracción del último inciso
del artículo 131 del Código Civil en relación con el art. 10 de la Ley 14/2006, de 26 de mayo, de técnicas de
reproducción humana asistida (LTRHA).
2.- En el desarrollo del motivo, el Ministerio Fiscal, alega que la sentencia recurrida, cuyos fundamentos
fácticos no cuestiona, determina una filiación materna respecto de una persona que no es la madre biológica
y que concertó un contrato de gestación por sustitución, sin aportar material genético propio y en contra del
artículo 10 LTRHA y del art. 131 del Código Civil, pues el apartado segundo de este último precepto legal excluye
de la declaración de la filiación manifestada por la constante posesión de estado el supuesto en que la filiación
que se reclame contradiga otra legalmente determinada, en este caso por el apartado segundo del artículo 10
LTRHA. Al hacerlo, la sentencia se opone a la doctrina jurisprudencial del Tribunal Supremo en relación con
la determinación de la filiación de los menores nacidos tras la celebración de un contrato de gestación por
sustitución a favor de los padres intencionales establecida en la sentencia de pleno 835/2013, de 6 de febrero
de 2014. El Ministerio Fiscal rechaza la aplicación del principio de respeto del interés superior del menor en los
términos en los que lo hace la Audiencia Provincial. Invoca los bienes jurídicos tomados en consideración por
la sentencia de esta sala 835/2013, de 6 de febrero de 2014, a saber, el respeto a la dignidad e integridad moral
de mujer gestante y la salvaguarda de los intereses legítimos del menor en los términos previstos en nuestro
ordenamiento jurídico. Alega que con la solución adoptada por la Audiencia, se impediría la investigación de
la paternidad y el derecho del menor a conocer su identidad biológica. Y por último, alega la posibilidad del
acogimiento del menor por la madre de intención, así como que las limitaciones a la adopción por razón de
edad son superables.
3.- La parte recurrida, al oponerse al recurso, alega que la previsión del art. 10 LTRHA es aplicable a la gestación
por sustitución que se lleva a cabo en España, pero no en el extranjero. Que aunque no proceda reconocer
efectos a la certificación del Registro Civil ni a la sentencia extranjeros, sí que ha de reconocerse la filiación
por posesión de estado. Y que la sentencia 835/2013, de 6 de febrero de 2014 y el auto posterior dictado en
el incidente de nulidad de actuaciones, reconocen que ha de protegerse la familia de facto.
4.- El recurso de casación debe estimarse por las razones que se exponen a continuación.
TERCERO.- La gestación por sustitución comercial vulnera gravemente los derechos fundamentales reconocidos
en la Constitución y en los convenios internacionales sobre derechos humanos
1.- En nuestra anterior sentencia de pleno 835/2013, de 6 de febrero, y en el posterior auto de 2 de febrero
de 2015 que desestimó la solicitud de nulidad de dicha sentencia, sostuvimos que la pretensión de reconocer
8
JURISPRUDENCIA
la filiación determinada por una autoridad extranjera como consecuencia de un contrato de gestación por
sustitución era contraria (manifiestamente contraria, podemos precisar) al orden público español.
2.- Esta contrariedad manifiesta deriva no solamente de que el art. 10 de la Ley de Técnicas de Reproducción
Humana Asistida establezca la nulidad de pleno derecho de estos contratos y que la filiación materna
del niño nacido por gestación por sustitución será determinada por el parto. Deriva también de que el
contrato de gestación por sustitución vulnera gravemente los derechos fundamentales reconocidos en nuestra
Constitución y en los convenios internacionales sobre derechos humanos en los que España es parte.
3.- El artículo 35 de la Convención sobre los Derechos del Niño, en el que España es parte, se establece:
«Los Estados partes tomarán todas las medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean
necesarias para impedir el secuestro, la venta o la trata de niños para cualquier fin o en cualquier forma».
4.- La prohibición de la venta de niños aparece enunciada en el artículo 1 del Protocolo Facultativo de la
Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de
niños en la pornografía, firmada y ratificada por España. En el artículo 2 a) del Protocolo Facultativo se define
la venta de niños como «todo acto o transacción en virtud del cual un niño es transferido por una persona o
grupo de personas a otra a cambio de remuneración o de cualquier otra retribución».
5.- Como pone de relieve el Informe de la Relatora Especial sobre la venta y la explotación sexual de niños,
incluidos la prostitución infantil, la utilización de niños en la pornografía y demás material que muestre abusos
sexuales de niños, Asamblea General de la ONU, 15 de enero de 2018, la expresión «para cualquier fin o en
cualquier forma» que emplea el citado art. 35 de la Convención supone que la gestación por sustitución no
supone una excepción a la prohibición de venta de niños establecida en dicha norma. Y que la gestación
por sustitución comercial entra de lleno en la definición de «venta de niños» del artículo 2 a) del Protocolo
Facultativo cuando concurren los tres elementos exigidos en dicha definición: a) «remuneración o cualquier
otra retribución»; b) el traslado del niño (de la mujer que lo ha gestado y parido a los comitentes); y c) el
intercambio de "a)" por "b)" (pago por la entrega del niño). La entrega a que se obliga la madre gestante no tiene
que ser necesariamente actual (esto es, de un niño ya nacido), puede ser futura, como ocurre en el contrato
de gestación por sustitución. Resulta gravemente lesivo para la dignidad e integridad moral del niño (y puede
también serlo para su integridad física habida cuenta de la falta de control de la idoneidad de los comitentes)
que se le considere como objeto de un contrato, y atenta también a su derecho a conocer su origen biológico.
6.- Las vulneraciones de los derechos de la madre gestante y del niño fruto de la gestación por sustitución que
se describen en dicho informe de la Relatora Especial de la ONU concurren en el caso objeto de este recurso. El
contrato de gestación por sustitución suscrito en el caso objeto del recurso tiene las características comunes
a estos contratos, expuestas tanto en dicho Informe de la Relatora Especial como en el Informe del Comité
de Bioética de España sobre los Aspectos Éticos y Jurídicos de la Maternidad Subrogada de 2017, así como
en otros informes encargados por instituciones públicas y en la mayoría de la literatura científica existente
sobre esta cuestión.
7.- Tanto la madre gestante como el niño a gestar son tratados como meros objetos, no como personas
dotadas de la dignidad propia de su condición de seres humanos y de los derechos fundamentales inherentes
a esa dignidad. La madre gestante se obliga desde el principio a entregar al niño que va a gestar y renuncia
antes del parto, incluso antes de la concepción, a cualquier derecho derivado de su maternidad. Se obliga a
someterse a tratamientos médicos que ponen en riesgo su salud y que entrañan riesgos adicionales a las
gestaciones resultantes de una relación sexual («tantas transferencias embrionarias como sean necesarias»,
«llevar a cabo hasta las transferencias de 3 (tres) embriones por cada ciclo de reproducción asistida», «tomar
medicamentos para el ciclo de transferencia de embriones por vía oral, por inyección o intravaginal en horarios
específicos durante periodos prolongados de tiempo»). La madre gestante renuncia a su derecho a la intimidad
y confidencialidad médica («la gestante sustituta, mediante la firma del presente contrato, renuncia a todos los
derechos de confidencialidad médica y psicológica, permitiendo a los especialistas que la evaluarán, compartir
dichos resultados con la futura madre», «la gestante sustituta acepta que la futura madre o un representante
que la sociedad mercantil "México Subrogacy" S. de R.L. de C.V. designe, esté presente en todas las citas
médicas relacionadas con el embarazo», «la futura madre puede estar presente en el momento del nacimiento
del niño»). Se regulan por contrato cuestiones como la interrupción del embarazo o la reducción embrionaria,
cómo será el parto (por cesárea, «salvo que el médico tratante recomiende que sea un parto vaginal»), qué
puede comer o beber la gestante, se fijan sus hábitos de vida, se le prohíben las relaciones sexuales, se
le restringe la libertad de movimiento y de residencia, de modo más intenso según avanza el embarazo,
prohibiéndole salir de la ciudad donde reside o cambiar de domicilio salvo autorización expresa de la futura
madre, hasta recluirla en una concreta localidad distinta de la de su residencia en la última fase del embarazo.
La madre gestante se obliga «a someterse a pruebas al azar sin aviso previo de detección de drogas, alcohol
9
JURISPRUDENCIA
o tabaco según la petición de la futura madre». Y, finalmente, se atribuye a la comitente la decisión sobre si la
madre gestante debe seguir o no con vida en caso de que sufriera alguna enfermedad o lesión potencialmente
mortal.
8.- No es preciso un gran esfuerzo de imaginación para hacerse una cabal idea de la situación económica
y social de vulnerabilidad en la que se encuentra una mujer que acepta someterse a ese trato inhumano y
degradante que vulnera sus más elementales derechos a la intimidad, a la integridad física y moral, a ser tratada
como una persona libre y autónoma dotada de la dignidad propia de todo ser humano. Y, como ocurre en estos
casos, aparece en el contrato la agencia intermediadora cuyo negocio lo constituye este tipo de prácticas
vulneradoras de los derechos fundamentales.
9.- En definitiva, el futuro niño, al que se priva del derecho a conocer sus orígenes, se «cosifica» pues se le
concibe como el objeto del contrato, que la gestante se obliga a entregar a la comitente. Para que el contrato
llegue a buen término, se imponen a la gestante unas limitaciones de su autonomía personal y de su integridad
física y moral incompatibles con la dignidad de todo ser humano.
10.- Se entiende así que en el apartado 115 de la Resolución del Parlamento Europeo, de 17 de diciembre de
2015, sobre el Informe anual sobre los derechos humanos y la democracia en el mundo (2014) y la política de
la Unión Europea al respecto, se declarara:
«[La Unión Europea] Condena la práctica de la gestación por sustitución, que es contraria a la dignidad humana
de la mujer, ya que su cuerpo y sus funciones reproductivas se utilizan como una materia prima; estima que
debe prohibirse esta práctica, que implica la explotación de las funciones reproductivas y la utilización del
cuerpo con fines financieros o de otro tipo, en particular en el caso de las mujeres vulnerables en los países
en desarrollo, y pide que se examine con carácter de urgencia en el marco de los instrumentos de derechos
humanos».
11.- Además, como expresan tanto el Informe de la Relatora Especial como del Comité de Bioética de
España, la lógica perversa de un mercado que tenga por objeto la gestación subrogada de niños favorece
que estos contratos se celebren y ejecuten cada vez con más frecuencia en aquellos Estados en los que se
otorgan mayores prerrogativas a los comitentes y, correlativamente, se acentúe la vulneración de la autonomía
personal, la integridad física y moral y, en definitiva, la dignidad de la mujer gestante. En este sentido, el Informe
de la Relatora Especial de la ONU sobre la venta y la explotación sexual de niños, incluidos la prostitución
infantil, la utilización de niños en la pornografía y demás material que muestre abusos sexuales de niños a que
se ha hecho referencia, afirma sobre esta cuestión:
«La exigencia de que las órdenes nacionales de patria potestad se reconozcan a escala mundial sin
restricciones debidas y haciendo caso omiso de las preocupaciones relativas a los derechos humanos plantea
el riesgo conexo de que una minoría de jurisdicciones con enfoques permisivos en materia de gestación por
sustitución de carácter comercial y con regulaciones que no protegen los derechos de las partes vulnerables
frente a la explotación normalicen a escala mundial prácticas que violan los derechos humanos».
12.- Lo expuesto confirma lo que declaramos en nuestra sentencia 835/2013, de 6 de febrero de 2014: los
contratos de gestación por sustitución vulneran los derechos fundamentales, tanto de la mujer gestante como
del niño gestado, y son por tanto manifiestamente contrarios a nuestro orden público. No se trata solamente
de que el art. 8 del CEDH no garantice el derecho de fundar una familia ni el derecho de adoptar, pues el derecho
al respeto de la vida familiar no protege el simple deseo de fundar una familia ( sentencia de 24 de enero de
2017, caso Paradiso y Campanelli , apartado 141). Es que, como concluye el Informe del Comité de Bioética
de España de 2017, el deseo de una persona de tener un hijo, por muy noble que sea, no puede realizarse a
costa de los derechos de otras personas. Un contrato de gestación por sustitución como el que es objeto de
este recurso entraña una explotación de la mujer y un daño a los intereses superiores del menor y, por tanto,
no puede aceptarse por principio.
CUARTO.- La protección del interés superior del menor nacido por gestación por sustitución
1.- En el litigio que dio lugar a la citada sentencia 835/2013, la cuestión litigiosa consistía en el reconocimiento
de un acto de una autoridad extranjera, concretamente la inscripción de la filiación en el Registro Civil de
California. Por tanto, la cuestión de Derecho internacional privado no consistía en la determinación de la
ley nacional aplicable sino en la aplicación de la excepción de orden público al reconocimiento del acto de
una autoridad extranjera, excepción que consideramos aplicable por ser incompatible con nuestro sistema
de derechos fundamentales la determinación de la filiación del niño como hijo de los comitentes con base
en el contrato de gestación subrogada y en los actos de autoridades extranjeras que reconocían la filiación
resultante de tal contrato, pues se vulneraban gravemente los derechos fundamentales tanto del menor como
de la madre gestante.
10
JURISPRUDENCIA
2.- En el litigio que ha dado lugar al presente recurso, la cuestión se plantea desde otro punto de vista, pues lo
que se pretende no es el reconocimiento de un acto de autoridad extranjero, sino la determinación de la filiación
del menor conforme a la ley española, concretamente el art. 131 del Código Civil. Aunque la parte recurrida
alega que no es aplicable cierta normativa española (en concreto, el art. 10 LTRHA) al haber nacido el niño
en un Estado en el que se reconoce la posibilidad de determinar la filiación de la madre comitente en caso de
gestación por sustitución, hemos de recordar que conforme al art. 9.4 del Código Civil, dada la naturaleza de
la acción ejercitada, la normativa aplicable para resolver la pretensión formulada es la del Estado donde el hijo
tenga la residencia habitual, España, no la del Estado en que haya nacido. Por otra parte, no puede aceptarse
que se pretenda la aplicación del Derecho español en lo que interesa a la demandante y que no se aplique en
lo que no conviene a su pretensión.
3.- Pese a lo expuesto en el fundamento de derecho anterior respecto de la vulneración de los derechos
fundamentales de la gestante y del niño que suponen los contratos de gestación por sustitución como el
concertado en este caso, la realidad es más compleja.
4.- Como se ha expuesto, la legislación española declara nulo de pleno derecho el contrato de gestación por
sustitución y atribuye la titularidad de la relación de filiación materna a la madre gestante, sin que en la reforma
de la Ley de Técnicas de Reproducción Humana Asistida llevada a cabo por la Ley 19/2015, de 13 de julio,
promulgada con posterioridad a nuestra sentencia de pleno 835/2013, esta previsión legal fuera modificada.
Conductas vinculadas con este tipo de contratos, en las que, mediando compensación económica, se entregue
a otra persona un hijo o cualquier menor, pueden quedar encuadradas en el art. 221.1 del Código Penal cuando
se hayan eludido los procedimientos legales aplicables de guarda, acogimiento o adopción. Asimismo, el
art. 26.2 de la Ley 54/2007, de 28 de diciembre, de Adopción Internacional, exige para la validez en España
de las adopciones constituidas por autoridades extranjeras en defecto de normas internacionales, que «la
adopción no vulnere el orden público». Y tras la modificación introducida por la Ley 26/2015, de 28 de julio,
establece que «[a] estos efectos se considerará que vulneran el orden público español aquellas adopciones
en cuya constitución no se ha respetado el interés superior del menor, en particular cuando se ha prescindido
de los consentimientos y audiencias necesarios, o cuando se constate que no fueron informados y libres o se
obtuvieron mediante pago o compensación» (énfasis en cursiva añadido).
5.- Además de lo expuesto sobre los instrumentos internacionales que prohíben la venta de niños suscritos
por España, conforme al art. 3 del citado Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño
relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía, los Estados
firmantes deben tipificar como delito la actuación consistente en «[i]nducir indebidamente, en calidad de
intermediario, a alguien a que preste su consentimiento para la adopción de un niño en violación de los
instrumentos jurídicos internacionales aplicables en materia de adopción», «tanto si se han cometido dentro
como fuera de sus fronteras». España también es parte en la Convención de la ONU sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, de 18 de diciembre de 1979, que en su art. 6 conmina a
los Estados parte a adoptar las medidas precisas para suprimir todas las formas de trata de mujeres, en la
que puede incluirse la situación que para la mujer gestante resulta de un contrato de gestación por sustitución
comercial.
6.- Estas previsiones de las leyes y convenios internacionales contrastan radicalmente con lo que sucede en
la práctica. Las agencias que intermedian en la gestación por sustitución actúan sin ninguna traba en nuestro
país, hacen publicidad de su actividad (basta con usar como términos de búsqueda «gestación subrogada»
u otros similares en un buscador de Internet para encontrar una amplia oferta de estas agencias dirigida al
público español) pese a que el art. 3.1 de la Ley General de Publicidad considera ilícita «la publicidad que atente
contra la dignidad de la persona o vulnere los valores y derechos reconocidos en la Constitución Española».
Estas agencias han organizado en España «ferias» presenciales de gestación subrogada en las que publicitan
y promueven sus «servicios». Con frecuencia se publican noticias sobre personas famosas que anuncian la
traída a España de un «hijo» fruto de una gestación por sustitución, sin que las administraciones competentes
para la protección del menor adopten iniciativa alguna para hacer efectiva esa protección, siquiera sea para
comprobar la idoneidad de los comitentes. El Informe del Comité de Bioética pone de relieve la incoherencia
que supone el contraste entre esta regulación legal y que en la práctica no existan obstáculos a reconocer el
resultado de una gestación por sustitución comercial en la que se han vulnerado los más elementales derechos
fundamentales de la madre gestante y del niño, si ha tenido lugar en el extranjero.
7.- La consecuencia de lo expuesto es que el niño nacido en el extranjero fruto de una gestación por sustitución,
pese a las normas legales y convencionales a que se ha hecho referencia, entra sin problemas en España y
acaba integrado en un determinado núcleo familiar durante un tiempo prolongado.
8.- En nuestra anterior sentencia 835/2013, afirmamos que si tal núcleo familiar existe actualmente, si el menor
tienen relaciones familiares de facto con quien pretende el reconocimiento de la relación paterno o materno-
11
JURISPRUDENCIA
filial en su favor, la solución que haya de buscarse tanto por el comitente como por las autoridades públicas que
intervengan, habría de partir de este dato y permitir el desarrollo y la protección de estos vínculos, de acuerdo
con la jurisprudencia de este Tribunal y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ha reconocido la
existencia de una vida familiar de facto incluso en ausencia de lazos biológicos o de un lazo jurídicamente
reconocido, siempre que existan determinados lazos personales afectivos y los mismos tengan una duración
relevante ( sentencia del TEDH de 24 de enero de 2017, Gran Sala, caso Paradiso y Campanelli, apartados 140
y 151 y siguientes, y de 18 de mayo de 2021, caso Valdís Fjölnisdóttir y otros contra Islandia, apartado 62). Así
lo exige el interés superior del menor (en los términos en que es reconocido por el art. 2 de la Ley Orgánica
1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del menor, modificada por la Ley Orgánica 8/2015, de 22 de
julio) y su derecho a la vida privada reconocido en el art. 8 CEDH, que de acuerdo con la jurisprudencia del
TEDH incluye el derecho a la identidad, dentro de la cual tiene gran importancia la determinación de su filiación
y su integración en un determinado núcleo familiar.
9.- En nuestro ordenamiento jurídico, el reconocimiento de esa relación puede realizarse, respecto del padre
biológico, mediante el ejercicio de la acción de reclamación de paternidad, conforme prevé el art. 10.3 LTRHA.
10.- Cuando quien solicita el reconocimiento de la relación de filiación es la madre comitente, la vía por la
que debe obtenerse la determinación de la filiación es la de la adopción. El Dictamen del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos de 10 de abril de 2019 acepta como uno de los mecanismos para satisfacer el interés
superior del menor en estos casos «la adopción por parte de la madre comitente [...] en la medida en que el
procedimiento establecido por la legislación nacional garantice que puedan aplicarse con prontitud y eficacia,
de conformidad con el interés superior del niño».
11.- El «estudio de circunstancias socio-familiares» o «las valoraciones sobre la idoneidad para la cobertura
de las necesidades de todo orden del menor» (en definitiva, la idoneidad del adoptante o de los adoptantes
para asumir la condición de progenitor respecto del menor adoptado) no deben ser consideradas como un
obstáculo para la satisfacción del interés superior del menor objeto de la adopción, sino como actuaciones
encaminadas a su satisfacción.
12.- En el presente caso, las pruebas ya aportadas y valoradas en este procedimiento pueden contribuir a
cumplir el requisito de prontitud en la acreditación de dicha idoneidad (material, afectiva, etc.), junto con la
aplicación, en su caso, de la previsión contenida en el art. 176.2.3.º del Código Civil.
13.- La cuestión de la diferencia de edad entre el menor y la madre comitente no se revela como un obstáculo
excesivo, habida cuenta de que la diferencia máxima de 45 años entre adoptante y adoptado prevista en la
normativa reguladora de la adopción no tiene un carácter absoluto ( art. 176.2.3.º en relación al 237, ambos
del Código Civil), tanto más cuando los hechos fijados por la Audiencia Provincial revelan la integración del
menor en el núcleo familiar y los cuidados de que es objeto desde hace varios años.
14.- Esta solución satisface el interés superior del menor, valorado in concreto, como exige el citado Dictamen
del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero a la vez intenta salvaguardar los derechos fundamentales
que el citado tribunal también ha considerado dignos de protección, como son los derechos de las madres
gestantes y de los niños en general (sentencias de 24 de enero de 2017, Gran Sala, caso Paradiso y Campanelli,
apartados 197, 202 y 203, y de 18 de mayo de 2021, caso Valdís Fjölnisdóttir y otros contra Islandia, apartado
65), que resultarían gravemente lesionados si se potenciara la práctica de la gestación subrogada comercial
porque se facilitara la actuación de las agencias de intermediación en la gestación por sustitución, en caso
de que estas pudieran asegurar a sus potenciales clientes el reconocimiento casi automático en España de la
filiación resultante del contrato de gestación subrogada, pese a la vulneración de los derechos de las madres
gestantes y de los propios niños, tratados como simples mercancías y sin siquiera comprobarse la idoneidad
de los comitentes para ser reconocidos como titulares de la patria potestad del menor nacido de este tipo
de gestaciones.
QUINTO.- Costas
No procede hacer expresa imposición de las costas del recurso de casación que ha sido estimado, y procede
condenar al apelante al pago de las costas del recurso de apelación, que resulta desestimado, de conformidad
con los artículos 394 y 398, ambos de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
FALLO
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad que le confiere la Constitución, esta sala ha decidido
12
JURISPRUDENCIA
1.º- Estimar el recurso de casación interpuesto por el Ministerio Fiscal contra la sentencia de 1 de diciembre de
2020, dictada por la Sección Vigesimosegunda de la Audiencia Provincial de Madrid, en el recurso de apelación
núm. 1274/2019.
2.º- Casar la expresada sentencia y, en su lugar, acordamos desestimar el recurso de apelación interpuesto
por D. Luis Miguel contra la sentencia 21/2019, de 19 de febrero del Juzgado de Primera Instancia núm. 77
de Madrid.
3.º- No imponer las costas del recurso de casación y condenar al apelante al pago de las costas del recurso
de apelación.
Líbrese a la mencionada Audiencia la certificación correspondiente con devolución de los autos y rollo de
apelación remitidos.
Notifíquese esta resolución a las partes e insértese en la colección legislativa.
Así se acuerda y firma.
13
‰7T#M\&Ar@nŠ
SENT. DEFINITIVA:
HON. REGISTRO:
R E S U L T A:
C O N S I D E R A N D O:
I.- Liminarmente cabe precisar qué debemos entender cuando nos referimos a
"gestación por sustitución". La misma se trata de una técnica de reproducción
asistida por medio de la cual una persona, denominada gestante, acuerda con otra, o
con una pareja, denominada comitente/s, gestar un embrión con el objetivo de que la
‰7T#M\&Ar@nŠ
II.- Sabido es que una máxima del derecho argentino y principio estructural
del Estado constitucional y convencional es "ningún habitante de la Nación será
obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe" (art. 19
de la Constitución Nacional). Sin embargo, la modificación introducida en el art. 562
del CCCN por la Comisión Bicameral no puede ser soslayada a la hora de analizar el
presente caso. Pues si bien la práctica de la gestación por sustitución no se encuentra
prohibida en nuestro ordenamiento jurídico positivo interno, lo cierto es que
‰7T#M\&Ar@nŠ
de su deseo.-
b. En consonancia con ello es dable destacar el rol predominante que presenta
la voluntad procreacional en materia de técnicas de reproducción humana asistida.-
El concepto de “voluntad procreacional” no es nuevo, ya a mediados de los
´60 Díaz de Guijarro la mencionaba entre los distintos elementos de la procreación,
definiéndola como “el deseo o intención de crear una nueva vida” (Diaz de Guijarro
Enrique, "La voluntad y la responsabilidad procreacionales como fundamento de la
determinación jurídica de la filiación", en JA 1965-III-21). Postulaba por ese
entonces, la teoría de la llamada voluntad procreacional como herramienta de
inteligibilidad jurídica por medio de la cual se procuraba dar cuenta de la nueva
realidad filiatoria que introducen las técnicas de fertilización asistida al establecer,
con base en ellas, la separación entre la reproducción humana y la sexualidad
(HERRERA, DE LA TORRE, SALITURI AMEZCUA, RODRIGUEZ, VITTOLA
en Herrera Marisa (dir.), Técnicas de Reproducción Humana Asistida, Tomo I,
Rubinzal, Santa Fe 2018, p. 485-486) .
Lamm subraya con elocuencia que “se está ante nuevas realidades que
importan una ‘desbiologización y/o desgenetización de la filiación’, y en cuya virtud
el concepto de filiación ganó nuevos contornos comenzándose a hablar de
‘parentalidad voluntaria’ o ‘voluntad procreacional’ (…) Las TRHA han provocado
una nueva vuelta a la verdad voluntaria en la que la filiación ya no se determina por
el elemento genético o biológico, sino por el volitivo” (Lamm, Eleonora, “La
importancia de la voluntad procreacional en la nueva categoría de filiación derivada
de las técnicas de reproducción asistida”, en Revista de Bioética y Derecho N° 24,
enero 2012, Observatori de Bioètica i Dret, Barcelona, p. 76-91).-
Por su parte, Andrés Gil Domínguez destaca que se trata de un derecho
humano contemplado en la regla de reconocimiento, así sostiene que “la voluntad
procreacional es un derecho fundamental y un derecho humano cuya garantía para
muchas personas heterosexuales, gays, lesbianas, travestis y transexuales se traduce
en el acceso integral a las técnicas de reproducción humana asistida (...) Este derecho
surge directa y operativamente de la regla de reconocimiento constitucional y
‰7T#M\&Ar@nŠ
nacimiento o cualquier otra condición social, y que tengan por objeto o por resultado
anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad,
de los derechos humanos y libertades fundamentales de todas las personas (Naciones
Unidas, Comité de Derechos Humanos, OG N° 18, No discriminación, 10 de
noviembre de 1989, CCPR/C/37 párr. 6).
La segunda cuestión, en sentido abstracto, versa sobre la falta de regulación
específica en torno a la gestación por sustitución. Ello genera desigualdad y atenta
contra el principio de igualdad y no discriminación contemplado expresamente en
nuestra Constitución Nacional (art. 16), toda vez que, si bien no está prohibida, su
falta de inclusión obliga a estas personas a afrontar enormes gastos para poder
concretar su deseo de fundar una familia. Y muchas de ellas quedan afuera por no
contar con recursos económicos suficientes.
De manera que se puede advertir en casos como el de autos, las graves
complicaciones que genera la falta de legislación especial que regule esta
práctica, donde no sólo existe un problema con la cobertura (ley 26.682) sino,
además, con la erogación que deben ineludiblemente realizar ante la justicia debido a
la autorización judicial que requieren.
d. Como se hizo mención, otro derecho involucrado es el derecho a gozar de
los beneficios del progreso científico y tecnológico como derecho humano y
central en el ámbito de las TRHA.
La Asamblea General de las Naciones Unidas en su Declaración sobre la
utilización del progreso científico y tecnológico en el interés de la paz y el beneficio
de la humanidad ha dicho: "Los Estados deben adoptar las medidas necesarias para
que la utilización de los logros de la ciencia y la tecnología contribuya a la
realización más plena posible de los derechos humanos y las libertades
fundamentales sin discriminación alguna por motivos de raza, sexo, idioma o
creencias religiosas" (Res. 3384 del 10-11-75).
En igual sentido, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales en su art. 15 inciso b) sostiene: "Los Estados Partes en el presente Pacto
reconocen el derecho de toda persona a [...] b) gozar de los beneficios del progreso
‰7T#M\&Ar@nŠ
para estos casos y ayuda a la formación de una hermenéutica adecuada que propicia
el resguardo de los derechos involucrados, puntualmente de la gestante, es la
redacción del art. 562 en el Proyecto de Reforma.
De esta manera, conforme las constancias de autos podemos destacar que I.
(gestante) resulta ser hermana de la requirente, sometiéndose a la realización de esta
práctica por propia voluntad y de modo desinteresado con el objeto de poder
ayudarla a concretar su derecho humano a fundar una familia. Asimismo, no resulta
óbice destacar que ya ha cursado otros embarazos con anterioridad y cuenta con tres
hijos: J., P. e I.
A ello se suma que los aportantes del material genético son los propios
comitentes y que la gestante no es aportante de gametos.
Por su parte, en el informe interdisciplinario de fecha 16 de diciembre de
2019 se concluye lo siguiente: "...se desprende una clara y consensuada decisión
sobre el proyecto de gestación por sustitución, así como aptitud psíquica, y
capacidad de la gestante para concretarlo..." y, en el caso de J., "...se muestra
dispuesta a acompañar a su hermana durante la gestación y solventar los gastos
económicos que conlleven los controles médicos".
De este modo, no se evidencian vulneraciones de derechos fundamentales que
impidan al Suscripto acogerse favorablemente a la autorización pretendida,
correspondiendo autorizar la transferencia embrionaria con material genético
de los comitentes en el útero de la aquí gestante, adelantando que el NN que
nazca producto de esta técnica deberá ser inscripto inmediatamente en el
Registro respetando la voluntad procreacional exteriorizada por los comitentes
a través del consentimiento informado .
F A L L O:
‰7T#M\&Ar@nŠ
REFERENCIAS:
Funcionario Firmante: 27/04/2020 12:47:44 - CERDA Mauro Javier
(mauro.cerda@pjba.gov.ar) -
‰7T#M\&Ar@nŠ
235203456006338232
D AT O S N O T I F I C A C I O N E L E C T R O N I C A
Usuario conectado: FLEICHER DIEGO URIEL
Organismo: JUZGADO DE FAMILIA Nº 5 - LA PLATA
Carátula: CHICO CESAR MAXIMILIANO Y OTROS S/ HOMOLOGACION DE CONVENIO
Número de causa: LP-33177-2020
Tipo de notificación: CEDULA
Destinatarios: FLEICHER DIEGO URIEL
Fecha Notificación: 11 feb 2021
Alta o Disponibilidad: 11/2/2021 11:43:36
Firmado y Notificado
SAGULA Marcelo Adrian. 11/02/2021 11:43:34 --- Certificado Correcto.
por:
Firmado por: SAGULA Marcelo Adrian. 11/02/2021 11:42:53 --- Certificado Correcto.
Firma Digital: Verificación de firma digital: Firma válida
TEXTO DE LA NOTIFICACION ELECTRONICA
F
PODER JUDICIAL PROVINCIA
DE BUENOS AIRES
CEDULA DE NOTIFICACION
URGENTE NORMAL X
COPIAS: NO
INDIVIDUALIZACION DE LOS ESCRITOS O DOCUMENTOS CUYA COPIA SE
ACOMPAÑA: ---
EXIMICION DE COPIAS: ---
NOTIFICO a Ud. que en el expediente arriba indicado que tramita por ante este órgano
jurisdiccional se ha resuelto: "La Plata, 11 de febrero de 2021 .-
---Y VISTOS: Estos autos caratulados "Chico Cesar Maximiliano y otros s/
Homologación de convenio", en trámite por ante el Juzgado de Familia n° 5 del
Departamento Judicial La Plata, a mi cargo, traídos a despacho para dictar sentencia de
mérito, de los cuales;
---RESULTA: 1) Que con fecha 17 de septiembre de 2020, se presentan César
Maximiliano Chico, Sandra Beatriz Martínez y Sonia Elizabeth Molson, solicitando la
homologación del acuerdo de GESTACION POR SUSTITUCION celebrado entre ellos
-COMITENTES y GESTANTE-, previa declaración de inconstitucionalidad e
inconvencionalidad del artículo 562 del Código Civil y Comercial de la Nación (CCCN)
, requiriendo que se declare la filiación del niño que nazca de dicha práctica como hijo
de los COMITENTES -con voluntad procreacional-, con expresa exclusión de la
GESTANTE –sin voluntad procreacional–.
Sintetizan su historia refiriendo que César tiene 43 años, es Médico Pediatra y que
Sandra, por su parte tiene 54 años y se desempeña como enfermera, siendo pareja desde
el año 2009, habiendo contraido matrimonio en el año 2016. Expresan que siempre
tuvieron intenciones de llevar adelante un proyecto parental común. Agregan que
Sandra tuvo un matrimonio anterior del cual tuvo dos hijos, hoy mayores de edad. Uno
de ellos, -que a la fecha tiene22 años- vive con Cesar y Sandra.
Señalan haber estado inscriptos como aspirantes a una adopción pero diversas
circunstancias determinaron que no pudieran acceder dicha posibilidad y, que la
infertilidad de la pareja proviene de factor ovárico (falla ovárica) y factor uterino
(anexohisterectomia total en el año 2008) y que a fin de posibilitar la procreación, la
prescripción médica es realizar una gestación por sustitución con ovodonación y semen
homólogo, es decir semen aportado por César. En cuanto a quien sería la persona
gestante, se expresa que Sonia (de 49 años) se ofreció libremente y en forma altruista a
serlo, habiéndose conocido por intermedio de Jésica, una amiga en común. Las tres,
Sonia, Jésica y Sandra colaboran en la Mutual 10 de Junio de la localidad de Berisso, de
la cual Jesica es Presidente.
Narran que Sonia tiene 3 hijos, todos mayores de edad, y no tuvo complicaciones en los
embarazos. Cuenta con la salud física y psíquica adecuada para llevar adelante la
gestación y que hoy vive con su hija Natasha, la pareja de su hija, y con su nieta -de un
año y medio de edad-. Que mo ha realizado con anterioridad ningún tratamiento de
fertilidad en calidad de gestante, y no aportará sus gametos para esta gestación. Trabaja
de empleada Administrativa en la Municipalidad de Berisso, y su familia, sus amigas y
jefes del trabajo, están enterados de esta decisión, y todos la apoyan.
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Cuentan en primera persona los protagonistas de esta historia con emoción, detalle y
ternura, el anhelo de la pareja, las minuciosas circunstancias que precedieron al acuerdo
y circunstancias que rodearon el tramo de sus vidas que los ha colocado en este crucial
instante.
Finalmente, expresan conocer en detalle el procedimiento médico necesario, el alcance
de la práctica y su conformidad con ello, solicitando la homologación del acuerdo de
Gestación Por Sustitución que se adjunta autorizando la TRHA, previa declaración de
inconstitucionalidad e inconvencionalidad solicitada, y la determinación de la filiación
del niño que nazca de dicha práctica a favor de los comitentes, con exclusión de la
gestante.
C O N S I D E R A N D O:
I.- En primer término creo oportuno señalar que existen a la fecha diversos
pronunciamientos y opiniones doctrinarias que han arrojado luz sobre la temática
propuesta en el presente proceso. Al cabo pues de dicho recorrido jurisprudencial y
doctrinario, podría establecerse -adelantando el sentido que este pronunciamiento
conllevará-, un cierto consenso en cuanto a la viabilidad de la pretensión traída a
juzgamiento. Ocurre que, como en tantas otras oportunidades en que, para quienes como
yo hemos transitado ya algún tiempo en la función y hemos sido llamados a decidir en
supuestos de similares contornos, la vida, autonomía, sueños y decisiones de las
personas se ven ensombrecidas por obstáculos normativos o injerencias que obstruyen
el efectivo ejercicio de derechos de raigambre constitucional-convencional. Mas,
conforme lo ha sostenido Gabriela Yuba, la falta de regulación legal de la gestación por
sustitución ha sorteado a través de la numerosa y coherente actividad jurisdiccional, los
obstáculos en la realización, reconocimiento y garantía de los derechos humanos de las
partes involucradas ("Gestación por sustitución: una deuda pendiente desde el diálogo
de fuentes", nota al fallo Juzg. Fam. 8 LP, DJE y ot. s/ autorización judicial, del 27-4-20,
Erreius, octubre 2020).
Ya adentrándome en lo central, conforme lo normado por el artículo 562 del Digesto
Civil: "Los nacidos por las técnicas de reproducción humana asistida son hijos de quien
dio a luz y del hombre o de la mujer que también ha prestado su consentimiento previo,
informado y libre en los términos de los artículos 560 y 561, debidamente inscripto en
el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, con independencia de quién
haya aportado los gametos". De tal forma, conforme fuera planteado por mi distinguido
Colega, el Dr. Mauro Cerda en los autos cuyo comentario fuera citado precentemente
(exp 80155/19), aunque la norma no imposibilite la realización de la práctica aquí
solicitada de manera directa, sí impide la materialización de sus consecuencias positivas
en respeto de la voluntad procreacional y el amor filial exteriorizado a través del
consentimiento informado. Pues, en la praxis, no existe manera de eludir su aplicación,
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filiación se determina por las reglas de la filiación por naturaleza (v. Código Civil y
Comercial de la Nación, Proyecto del Poder Ejecutivo Nacional redactado por la
Comisión de Reformas designada por Decreto Presidencial 191/2011, 2012, Abeledo
Perrot, pags. 492 y sigts.).
Frente a la claridad conceptual de los fundamentos, el cuidado y preciso texto que
originalmente se había redactado para la norma en cuestión y el avizoramiento que ya
entonces la Comisión efectuó en cuanto a los problemas que la prohibición o vacío
generarían, no es posible comprender a nueva años de aquello, la ausencia de una
corrección legislativa a semejante despropósito. El artículo 562 finalmente plasmado,
cuya supuesta finalidad explicitada fue desalentar el "comercio de vientres", sólo ha
generado que accedan a la gestación por sustitución quienes poseen una posición
económica muy holgada, impidiendo una efectiva regulación y contralor de las
prácticas, erigiéndose como un valladar inaceptable para casos como el que origina el
presente pronunciamiento.
En el voto en disidencia emitido por la Dra. Bermejo en la causa 33409/17 (F.R.R y otro
c/ G.P.M.A. s/ impugnación de filiación, Cám. Nac. Civil Sala K, del 28/10/20) la
misma ha expresado entre muchos otros, diversos conceptos que quisiera resaltar
subrayando alguna de sus líneas: “Lo definitorio en las TRHA es la existencia de una
voluntad procreacional de los dos progenitores -más allá que ninguno de ellos haya
sido quien dio a luz-. Ya no rige en esta fuente de filiación el vientre o los gametos,
recaudos indispensables para un nacimiento por naturaleza, sin embargo, podrán no
contar con ello otras personas que deseen ser padre o madre y que los lleve a recurrir a
las TRHA. Todas las disyuntivas que presentan estas nuevas alternativas que la ciencia
ofrece, encuentran un obstáculo cultural más que jurídico o técnico.”
“La reforma del texto del Anteproyecto no obliga a negar a la gestación por
sustitución, sino que sólo se puede afirmar que su reglamentación se suprimió en la
versión sancionada... La interpretación constitucional lleva a igual respuesta. El
artículo 19 de la Carta Magna prevé que nadie puede ser obligado a hacer lo que la ley
no obliga. Así, al no estar prohibido, su falta de regulación no coarta su práctica,
justamente para asegurar la libertad que destaca su mismo preámbulo.”
“Determinar, como lo hace la ley, que es madre quien da a luz un hijo es desconocer la
verdad, pues si no hubiera habido un aporte genético de una tercera persona, de
gametos masculinos y femeninos, esa gestación no se hubiera originado y esa persona
no hubiera nacido...". De tan claros razonamientos y más allá del análisis estrictamente
jurídico, concluyo cabalmente en cuanto a la resistencia ideológica - cultural que
impulsara la modificación al original texto de la norma. Por otra parte, del examen del
artículo 562 en debate he de concluir ineludiblemente en que el mismo contraría
principios y derechos consagrados en nuestro ordenamiento legal como lo son el
principio de realidad y solidaridad familiar, el derecho a la libertad en la elección del
proyecto de vida familiar y protección de esa familia , el derecho a gozar del desarrollo
de la ciencia y el derecho a la identidad entre otros (v. Comentario a un fallo...."
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sus letrados Dres. Fleicher y Ruscio. Mas, rápidamente la espontaneidad y soltura fue
ganando terreno, aflorando con claridad lo genuino del deseo de la pareja, así como la
generosidad y conciencia de Sonia. La buena relación existente entre los tres y el
acompañamiento que sus afectos han mostrado hacia ellos. Frente a ello, con más fuerza
aún diviso al actual artículo 562 en su actual redacción como una norma que ya no se
sostiene. La autonomía de la voluntad en las relaciones personales de familia está
íntimamente ligada al principio de reserva que consagra el artículo 19 de la Constitución
Nacional y se ve contenido en palabras de Carlos Nino por el derecho general de
libertad, expresando que siendo valiosa la libre elección individual de planes de vida y
la adopción de ideales de excelencia humana, el Estado y los demás individuos no
deben interferir en esa elección o adopción, limitándose a diseñar instituciones que
faciliten la persecución individual de esos planes de vida (A. Gil Dominguez,
"Neoconstitucionalismo...", pag. 81).
No dudo que en poco tiempo se impondrá una reforma legislativa al respecto, tal como
sucedió con la interrupción legal del embarazo, el matrimonio igualitario, la
flexibilización de los requisitos para inscribirse como aspirantes a una adopción, o bien,
más atrás en el tiempo, la eliminación de las causales subjetivas para el divorcio o bien
la agilización de su tramitación. Al igual que en estos temas los reparos y discusiones
provienen de razones culturales más que jurídicas, de un criterio que conlleva la
negación u ocultamiento de la problemática mas que a su tratamiento y reglamentación
clara, al servicio del ejercicio de derechos fundamentales de las personas. Normas que
imponen desigualdad por razones de sexo y/o económicas. Normas injustas,
inconstitucionales e indignantes, en una sociedad que ha alcanzado la posibilidad
científica para la realización de la técnica y que por otro lado impide que ello sea guiado
por la voluntad procreacional, en tanto quienes poseen la posibilidad económica de
efectuarla en el exterior lo hacen con libertad y reconocimiento jurídico y social y sin
siquiera un mínimo control adecuado tendiente a impedir prácticas no deseadas que la
negación no impide.
La fuerza de la realidad mueve el eje de las discusiones y los fallos jurisprudenciales
han marcado el rumbo al colocar sobre el escenario, de manera elocuente, los conflictos
que tienen las personas cuando se trata de formar una familia y lograr el hijo/a que tanto
se desea (Federico Notrica en Gestación por sutitución y soluciones de fondo frente al
vacío legal, RCCyC 2019, 5-12-19, 9). Con idéntica dirección se ha referido que los
tiempos actuales exigen de los operadores de la justicia una mirada crítica y
deconstructiva de las normas de nuestro ordenamiento interno, que permitan arribar a
interpretaciones que compatibilicen con las directrices que marca tanto la Constitución
como los Tratados Internacionales brindando soluciones adecuadas a cada caso concreto
(Leonardo Vitola en Conflictos de competencia en casos de gestación por sustitución, en
RCCyC , 5-12-19, 44). Por ello, como derivación de las consideraciones vertidas,
jurisprudencia y doctrina citada
F A L L O:
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1) Declarar la inconstitucionalidad, en el caso en concreto, del art. 562 del Código Civil
Comercial de la Nación.
2) Autorizar la práctica gestación por sustitución, la que se llevará a cabo con óvulos
donados (Ovodonació) y sémen homólogo proveniente del Sr. César Chicco,
transfiriéndose e implantándose -la cantidad que los profesionales tratantes aconsejen-
al útero de Sonia E. Molson, conforme es solicitado en la demanda.
3°) Hacer saber a los comitentes que durante la duración del embarazo deberán
acompañar emocional y espiritualmente a la gestante, como así también asistirla
económicamente en cuanto a los gastos médicos que devengue el proceso.
4°) Adelantar a los efectores de salud intervinientes como así también al Registro de las
Personas que la documentación del/los niño/s o niña/s que potencialmente puedan nacer
producto de esta técnica deberá ser coincidente con la voluntad procreacional expresada
por los comitentes a través del consentimiento informado (arts. 560, 561 CCCN). A
cuyo fin, ofíciese .-
5°) Imponer las costas en el orden causado (art. 73 del CPCC) .
6°) Regular los honorarios, por el mérito y complejidad de la labor desarrollada por los
letrados actuantes y la participación de cada uno de ellos en el marco del proceso,
conformie al siguiente detalle: , Dr.. Diego Uriel Fleicher (Tº 54 Fº 326 CALP), en la
suma de 30 Jus Darián Horacio Fleicher (T° 49 F° 456 del CALP), en la suma de 25 jus
y Diego Hernán Ruscio (T° LV, F° 380 del CALP) en la suma de 25 jus. (dejándose
aclarado que en la actualidad 1 JUS equivale a $ 2180 cfr. Ac. 3992/2020), cantidad a la
que se le adicionará el aporte de ley (arts. 1, 9 ap. I inc. e), 10, 15, 16, 17, 54 y 57 ley
14.967).
REGISTRESE. NOTIFIQUESE por Secretaría. OFÍCIESE.- Fdo (digitalmente
arts 288 CCCN y 3 de ley 25.506): Dr. Hugo Adrián Rondina, Juez. ".-
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entiendo que deben primar el interés superior del niño respecto al derecho
a la identidad, a la protección de las relaciones familiares, y a la
consolidación de la familia y la voluntad procreacional, todo ello plasmado
en la demanda que diera inicio a las presentes, además de que asumieron
desde su nacimiento la responsabilidad parental como una respuesta
encaminada a promover el interés superior del niño.- En consecuencia es
que entiendo que al momento de resolver V.S. deberá impugnar la
maternidad de María Gabriela Acevedo, y ordenar se inscriba el niño
Santiago Joaquín Amado como hijo de Paola Yanina Artin.- Asimismo
imponer a los progenitores la obligación de hacerle saber a su hijo la
manera en que fue concebido y gestado...".-
Y CONSIDERANDO:
Es sabido que uno de los principios básicos sobre los que se sustenta
la filiación derivada de las TRHA , es sin duda, al papel secundario que
ocupa en este tipo de filiación, el dato genético. En efecto, el actual art. 562
del CCyC deja sentado que la voluntad procreacional es lo que se valora
para determinar el vínculo filial, con toda persona que preste el debido
consentimiento con los requisitos previstos por el propio CCyC, sin importar
el estado civil de la persona que se somete a las TRHA. Así es, se estipula
que, los nacidos por técnicas de reproducción humana asistida son hijos de
quien dio a luz, y también del hombre o de la mujer que prestó el
correspondiente consentimiento previo, informado y libre en el modo previsto
por los arts.560 y 561 del CCyC, siempre que se encuentre debidamente
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"sustitución" especifica que se gesta para otro, y por otro, que no puede
hacerlo. La palabra "subrogada", en cambio, por su significado se asocia
con aquellos supuestos en que la gestante aporta ambas cosas: gestación y
material genético (ver Lamm, Eleonora, Gestación y sustitución .Realidad y
Derecho.Consejo nacional de Investigaciones Cientifícas y Técnicas
Argentina. In Dret Revista para el análiis del derecho.www.indret.com,
Barcelona 2012).-
quien aparece como madre en el certificado del niño Santiago, cuya filiación
se pretende modificar.-
En el mismo sentido el art. 562 , bajo la ley 26.618, sólo aplica para
parejas homosexuales femeninas, dejando fuera de su ámbito de aplicación
a las parejas homosexuales masculina, que la voluntad permite crear vínculo
filial con el hombre o la mujer de quien ha alumbrado al hijo, dando
respuesta a una sola situación posible ya que parte de la premisa de la
existencia de relación de maternidad con la mujer de la que nació el hijo.-
El art. 42 de la misma ley establece una norma que opera como llave
de interpretación de los principios establecidos en las restantes normas
nacionales, de lo dicho se desprende que la voluntad procreacional solo
habilitaría la relación filial respecto dos hombres, en el caso de someterse a
una gestación por sustitución (ver Gonzalez Magaña, Ignacio, art. 562 en
‰8k"s*&!FƒSŠ
Los Derechos humanos que pretende proteger la ley 26.682, son los
mismos que consagró la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el
caso "Artavia Murillo, y otros (FIV) vs. Costa Rica", derecho de acceder a la
TRHA para intentar procrear, ya sea como derecho autónomo o como un
derecho derivado de la libertad de intimidad, derecho a formar una familia, el
derecho a gozar de los progresos científicos y tecnológicos, que encuentra
en el Estado y en los demás particulares un claro sujeto pasivo al cual se le
atribuyen los deberes de atención y prestación.-
ante mi:
REFERENCIAS:
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247502831006013899
JUDGMENT
STRASBOURG
24 March 2022
This judgment will become final in the circumstances set out in Article 44 § 2 of the
Convention. It may be subject to editorial revision.
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
INTRODUCTION
1. The application concerns complaints under Articles 8 and 14 of the
Convention relating to proceedings between the applicant and her
ex-partner, and proceedings against relevant administrative decisions,
concerning parental rights in respect of a child born by way of gestational
surrogacy.
1 THE FACTS
2. The applicant was born in 1962 and lives in Oslo. She was
represented before the Court by Mr K.S.S. Andresen, a lawyer practising in
Oslo.
1
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
5. The applicant moved in with E.B. in 2002. After a while, they wanted
to have a child and their attempts at conceiving naturally did not succeed,
nor did several attempts at in vitro fertilisation or egg donation. In 2010 they
were in contact with a company based in the United States of America with
a view to trying to become parents through surrogacy. A first attempt with a
potential surrogate mother did not succeed.
6. The relationship between the applicant and E.B. gradually
deteriorated and in September 2012, E.B. moved out. The two nonetheless
remained in contact about the surrogacy process in the United States and the
applicant contacted a US-based law group with a view to making a new
attempt at completing a pregnancy with the help of a surrogate mother. In
that connection, the applicant and E.B. signed agreements regulating their
relationship with the clinic and the biological mother. They also retained
legal assistance from another US-based law group, the International Fertility
Law Group (IFLG).
7. By early 2013 the relationship between the applicant and E.B. was
definitely over. E.B. bought a new flat and started a relationship with a
different partner. The applicant and E.B. still continued their surrogacy
cooperation, and another attempt was carried out in March 2013 but was
unsuccessful.
8. In May 2013 E.B. had a new blood sample taken in connection with
another planned attempt, and thereafter he signed an informed consent form
for frozen embryo transfer, dated 28 June 2013.
9. On 21 July 2013 a fertilised donor egg was successfully transferred to
a surrogate mother and the parties subsequently received confirmation of the
pregnancy in August 2013.
10. The applicant and E.B. instructed the IFLG to make sure that the
applicant was recognised as the child’s legal mother in the United States.
This resulted in the lodging of an application before the District Court of
Bexar County, Texas, which gave a ruling on 10 January 2014. The ruling,
which became final and enforceable in Texas, recognised the surrogacy
agreement as lawful under Texan law, and stated that the applicant was
deemed to be the legal mother under Texan law.
11. The child (“X”) was born on 19 March 2014 in the United States.
E.B.’s sperm had been implanted in an egg donated by an unknown woman.
Another American woman gave birth to the child. The applicant was
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A.M. v. NORWAY JUDGMENT
registered as X’s mother on the birth certificate, in line with the ruling from
the District Court of Bexar County.
12. The applicant and E.B. each rented a flat in the USA following the
birth. X stayed with the applicant while E.B. visited daily. No information
has been provided as to on what basis X travelled and entered into Norway.
Upon their entry there, X stayed with the applicant while E.B. visited daily.
13. On 14 May 2014 the Norwegian Labour and Welfare Administration
accepted E.B.’s acknowledgment of paternity of X pursuant to section 7 of
the Children Act (see paragraph 94 below). There is no information
provided to indicate that changes have been made to the US birth certificate
(see paragraph 11 above).
14. On 16 May 2014 the applicant and E.B., having been unable to agree
on how to organise daily care and contact in respect of X, signed an
agreement which stated that they had a shared responsibility for caring for
and raising X, but that they disagreed on where he was to live until a shared
arrangement (50/50) could be established and that they would seek advice
from a third party to clarify and reach an agreement on this issue.
15. During the subsequent period, X was moved between the applicant
and E.B. every day so that he was with each of them for an equal amount of
time. This arrangement continued after he started kindergarten in 2015.
16. In a letter of 27 May 2014 the Tax Directorate (Skattedirektoratet)
stated that, in accordance with an agreement on parental responsibilities in
respect of X entered into by the woman who had given birth to him and by
E.B., the latter had been registered as having sole parental responsibilities. It
was further emphasised that, whereas the birth certificate listed the applicant
as X’s mother, section 2 of the Children Act (see paragraph 94 below)
provided that the woman who had given birth to a child was to be regarded
as the mother, and accordingly the applicant could not be registered in the
National Population Register as X’s mother in the absence of a valid
adoption of him. It was stated that until any such adoption, K.J. would be
registered as mother.
17. On 6 June 2014 E.B.’s mother sent a notification of concern about X
(bekymringsmelding) to the child welfare services, which subsequently held
several meetings with the applicant and E.B.
18. E.B.’s new partner became pregnant around the end of 2014 or the
start of 2015. During that same period, the applicant and E.B. were advised
by the child welfare services that the twenty-four-hour-cycle arrangement
(see paragraph 15 above) was not in X’s best interests. The applicant and
E.B. nevertheless continued the arrangement, and it appears from the record
of a meeting with the child welfare services on 28 April 2015 that the child
welfare services expressed a sceptical attitude about the arrangement. They
raised the question of whether the arrangement was intended to continue
until X began to show signs of not tolerating it, which could take the form
of an attachment disorder. They moreover said that the arrangement had to
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A.M. v. NORWAY JUDGMENT
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A.M. v. NORWAY JUDGMENT
25. On 26 August 2015 the applicant applied to the Offices for Children,
Youth and Family Affairs (Barne-, ungdoms- og familieetaten) for
recognition of her maternity of X or, in the alternative, adoption. On
7 September 2015 the Offices for Children, Youth and Family Affairs sent
the applicant a letter with information about the relevant rules and indicated
that those rules did not allow her application to be granted. On 23
September 2015 the applicant replied that she upheld her application and
argued that the provisions of domestic law ran counter to the Convention
and the United Nations Convention on the Rights of the Child (UNCRC).
26. On 1 October 2015 the Offices for Children, Youth and Family
Affairs decided on the applicant’s application of 26 August 2015 (see
paragraph 25 above). The application was dismissed. The temporary
Surrogacy Act of 2013 (see paragraph 97 below) did not apply in the
applicant’s case, since the time-limit for filing applications had lapsed. Nor
did the provisions of the Adoption Act apply. A stepparent-adoption under
section 5b of the Adoption Act could in any event not be carried out as child
already had two parents, namely E.B., the biological father, and the woman
who had given birth to X (see paragraph 95 below). The applicant had not
applied for a normal adoption under Article 7 of the Adoption Act, which
would entail that E.B. would lose his parenthood.
27. In a decision of 27 November 2015, on an appeal by the applicant,
the Directorate for Children, Youth and Family Affairs (Barne-, ungdoms-
og familiedirektoratet) found that the applicant’s application submitted to
the Offices for Children, Youth and Family Affairs on 26 August 2015 (see
paragraph 25 above) could not be approved and thus upheld the decision. It
stated, among other things, that pursuant to section 7 of the Adoption Act
(see paragraph 95 below), it was a condition for adoption that the persons
with parental responsibilities in respect of the child in question consented to
the adoption, and in the instant case, E.B. had not consented. In response to
submissions filed by the applicant, the Directorate also stated that it did not
find that the requirement of parental consent for adoption was in
contravention of fundamental human rights or that the decision entailed
unfair discrimination against the applicant.
III. REQUEST FOR INTERIM MEASURE AGAINST E.B.
28. On 26 August 2015, the applicant had also applied to the Asker and
Bærum District Court (tingrett) for an interim decision granting her rights to
contact with X.
29. On 22 September 2015 the Asker and Bærum District Court
dismissed the applicant’s application for an interim decision granting her
contact rights in respect of X. The applicant appealed against that decision
5
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
but her appeal was dismissed by the Borgarting High Court (lagmannsrett)
on 14 December 2015. A further appeal by the applicant to the Supreme
Court (Høyesterett) was dismissed on 7 March 2016.
IV. THE DOMESTIC PROCEEDINGS
30. On 25 April 2016 the applicant applied to the Oslo City Court
(tingrett) for a judgment declaring that E.B. and the Norwegian government
were obliged to recognise her as X’s mother. In so far as the application was
directed at the Government, she also argued that the decision given by the
Directorate for Children, Youth and Family Affairs on 27 November 2015
(see paragraph 27 above) was invalid. In so far as the application was
directed at E.B., she argued in the alternative that she had a right to contact
with X.
31. In a judgment of 8 November 2016, delivered after a hearing over
three days at which seven witnesses, in addition to the applicant and E.B.,
gave evidence, the Oslo City Court stated at the outset that surrogacy was
an arrangement whereby a woman gave birth to a child for another person
or persons. In the case before it, a surrogate mother in the United States had
become pregnant after sperm donated by E.B. had been used to fertilise an
egg from an anonymous egg donor by means of in vitro fertilisation, and the
embryo had then been implanted in the surrogate mother’s uterus. In such
cases, the party that had no genetic or biological connection to the child was
often referred to as the intended or social parent.
32. The Oslo City Court further stated that the type of surrogacy at issue
in the case before it was illegal in Norway. It was nonetheless a fact that
some Norwegian nationals travelled to other countries to have a child
through surrogacy, as E.B. and the applicant had done. The fact that
surrogacy was not legal in Norway did not according to the City Court deny
the child and the social parent the possibility of achieving a safe legal
framework for their relationship. However, it was clear that complicated
legal and practical issues could arise in some cases, for example concerning
the establishment and transfer of parentage, parental responsibility,
citizenship, issuing of passports and immigration. The fact that at least two
countries’ legal systems were involved could give rise to conflict between
the legal rules of different countries, which further complicated the matter.
If a conflict arose between the biological parent and the intended parent
before the intended parent’s legal relationship with the child had been
established, the conflict became even more complex.
33. The Oslo City Court went on to note that, in the case before it, E.B.
and the applicant had completed a surrogacy process in the United States
despite the fact that their relationship had ended by the time the embryo was
implanted in the surrogate mother. The relationship between them had been
6
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
strained throughout the pregnancy, and when X was born, they had failed to
agree on how they were to resolve the fact that they did not live together
and were no longer a couple. After X was born, they had not managed to
agree on where his permanent home should be, or on the scope of the access
arrangement.
34. The principal issue in the case before the Oslo City Court was
whether the applicant had a legal right to be recognised by the Norwegian
State and E.B. as X’s legal mother, in the same way as if she had been his
biological mother. The outcome of this assessment would be of great
importance to X. Reference was made to the second and third paragraphs of
Article 104 of the Constitution (see paragraph 93 below), which was said to
be in accordance with Norway’s international obligations under the United
Nations Convention on the Rights of the Child and the Convention. The
City Court thus stated it had taken that provision into account as an
overriding consideration in all aspects of its case processing, and that it
followed from the City Court’s concluding remarks how it had taken the
child’s best interests into consideration in its concrete assessment of the key
disputed issues in the particular case before it.
35. The Oslo City Court also noted that the case concerned matters of
legal parentage status, and that public considerations applied. It had
therefore based its decision on the fact that the dispute concerned a case
where public considerations limited the parties’ rights of disposition
pursuant to the Dispute Act. That meant that the City Court had a special
responsibility for elucidating the case and that it was only bound by the
parties’ procedural actions insofar as they were compatible with public
considerations. The City Court also remarked that the applicant’s claim in
the case raised both procedural and substantive questions, which it would
discuss both in relation to the State and in relation to E.B.
1. Whether the applicant was entitled to be recognised as X’s mother
36. Starting with the questions that arose in relation to the Children Act
and the Adoption Act, the Oslo City Court stated that E.B. was X’s
biological and legal father and had the sole parental responsibility for him.
This was not disputed.
37. Section 2 of the Children Act (see paragraph 94 below) stated that,
under Norwegian law, the woman who had given birth to a child was
regarded as that child’s mother. This was the American surrogate mother
K.J. The applicant had no genetic or biological relationship with X and in
principle no legal relationship with him under Norwegian law.
38. There was no legal authority in the Children Act for a social mother
in a surrogacy relationship to have legal maternity transferred from the
biological mother to herself. The applicant’s desire to become X’s parent
could, in principle and under prevailing law only be achieved through
adoption, which was probably the most common procedure in cases where
7
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
the biological parent and the social parent lived together and wished to raise
the child together. Where no such agreement existed, permission for
adoption could not be granted. The Oslo City Court referred at this point to
section 7 of the Adoption Act (see paragraph 95 below).
39. Given that E.B. did not consent to adoption, the applicant could not
adopt X, and, in the Oslo City Court’s view, the general provision on
consent set out in section 7 of the Adoption Act was not in contravention of
overriding rules concerning the best interests of the child. It stated that,
normally, it was seldom in the child’s best interests to let a person adopt the
child against the will of the person with parental responsibility. This had
also been discussed in a report on a proposed new act relating to adoption,
where it was stated that the requirement of consent would be maintained,
along with other conditions for adoption, including that the parties have a
shared wish to raise the child together. It was also a fundamental condition
for all adoptions that the adoption would serve the best interests of the child.
The City Court considered that the rules that applied at the time and that
were also proposed in the said report, were normally in the best interests of
the child and not in violation of the Constitution or any international
conventions by which Norway was bound. The requirement of consent for
adoption could also be found in the legislation of most European countries.
In conclusion thus far, the City Court could not see that the outcome under
prevailing law or the proposals set out in the said report were in
contravention of the best interests of the child in the specific dispute before
it.
40. Turning to the temporary Surrogacy Act (see paragraphs 97-97
below), the applicant had argued before the City Court that that act, or the
considerations on which it had been based, had vested her with a legal right
to have the maternity in respect of X transferred to her. The Government
and E.B. had contested that argument.
41. Initially on that point, the City Court referred to how the temporary
Surrogacy Act, for a limited period, had allowed social parents the
possibility of, on certain terms, establishing legal parentage on a par with
the biological parent, so that the child no longer had any legal relationship
with the surrogate mother.
42. What had occasioned the temporary Surrogacy Act had partly been
that some couples who had had a child with the help of a surrogate abroad
had received incorrect or incomplete information from Norwegian
authorities, and partly that some couples had not familiarised themselves
properly with the applicable legislation. With the help of the temporary
Surrogacy Act, children born into an unclear legal position had received
legal recognition and regulation of the relationship between the social parent
and the child.
43. The Oslo City Court went on to state that the temporary Surrogacy
Act had not provided for a legal right to be recognised as a legal parent. The
8
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
9
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
stated it considered that the application of the law in the decision had been
correct, and it referred to its preceding discussions.
2. The City Court’s assessment of the question of discrimination
48. Furthermore, the applicant had had argued that the decision
constituted unfair discrimination. The Oslo City Court found that that
argument clearly could not succeed either. As far as the City Court could
see, the application had been treated in the same way as other applications
for adoption. The fact that the outcome of the applicant’s case differed from
cases considered under the temporary Surrogacy Act was in the City Court’s
assessment obviously based on reasonable considerations. It was not
unreasonable of the public administration to apply prevailing law. The City
Court could not see any other reasons to deem the decision invalid, and
referred in that context to the discussion below about the best interests of
the child.
49. The Oslo City Court went on to state that in the introduction to its
judgment, it had referred to the general significance of taking the best
interests of the child into consideration when making decisions that concern
children. In its concluding part, the City Court would comment on the
significance of taking the child’s best interests into consideration in the
particular case before it.
50. In the Oslo City Court’s view, the rules that governed the application
of the law in the case before it, which were primarily section 2 of the
Children Act (see paragraph 94 below), the provisions of the Adoption Act
(see paragraph 95 below) and the Dispute Act (see paragraph 100 below),
were not in themselves inconsistent with provisions with higher rank
concerning the best interests of the child. The question was then whether the
outcome that followed from prevailing law had to yield because the best
interests of the child in the case before it indicated a different result. In the
City Court’s view, this was not the situation at hand.
51. In that connection the Oslo City Court first stated that the best
interests of the child was not an objective entity, and frequently not
unambiguous. It was often based on more or less uncertain ideas about
future development based on a past that was a matter of dispute. The parties
typically had quite diverging views of what would serve the best interests of
the child in a specific case, and there could be good child welfare arguments
for different results. This was often the case in parental disputes concerning
living and access arrangements, and it was then up to the courts to balance
conflicting considerations against each other. In cases of such nature, the
outcome was often the result of a specific assessment. It could not be ruled
out that the best interests of the child was a decisive argument in cases that
had a bearing on the relationship between parents and children. When, for
example, a child had a long-standing attachment to the social parent, the
child’s right to a family life, and the best interests of the child, could be the
10
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
decisive factor. This had been the issue in the Court’s cases of Mennesson v.
France (no. 65192/11, ECHR 2014 (extracts)) and Labassee v. France (no.
65941/11, 26 June 2014). In other respects, the judgments adopted in those
cases were not relevant to the case before the City Court because they
differed on significant points. The Oslo City Court also stated that a
previous judgment from a Norwegian court (a judgment from the Gulating
High Court given on 2 March 2009 in an unrelated case) differed from the
case now before it on significant points, and was also not suited to provide
guidance of importance to the application of the law in the case before it.
The Court observes that the Borgarting High Court on appeal later gave a
more detailed explanation as to why also that court considered that that
previous judgment from the Gulating High Court could not provide
guidance to the applicant’s case, including that it had been a matter of a
couple married and living together when the child was born; the judgment
had not been followed up in later cases, and legislation had since been
enacted (see paragraph 71 below).
52. The Oslo City Court went on to state that X was too young to form
an informed opinion about what constituted his best interests. In the case
before it, the City Court had been guided by the view that the outcome
should contribute to reducing the risk that the choices E.B. and the applicant
had already made on X’s behalf would cause him harm in the future. The
City Court’s point of departure in that assessment was X’s situation at the
time of its judgment.
53. In that connection, it noted that the situation from shortly after X
was born and up until August 2015 had entailed daily moves between E.B.’s
and the applicant’s home. The level of conflict had been constant, and rising
during the period, which did not make for a good care situation. The Oslo
City Court endorsed the child welfare service’s assessments on this point.
54. Furthermore, the Oslo City Court stated that, regardless of what the
applicant and others could think about E.B.’s choice to cut off contact
between the applicant and X in August 2015, it seemed as though X had
been living in a safe, adequate environment since then, with E.B. as his
father, H. as his stepmother, and with his half-sibling and other family
members.
55. It seemed clear to the Oslo City Court that the applicant, considered
in isolation, had everything necessary to offer X a good and safe
relationship, and it was also clear to it that it could be difficult for X to find
out that the applicant was his intended mother. In the City Court’s view,
those were not sufficient grounds for taking the risk of going back to a
situation characterised by conflict between E.B. and the applicant. There
was good reason to assume that such an outcome would lead to a higher risk
of role confusion and a conflict of loyalty for X as he would grow up.
11
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
56. Following an overall assessment, the Oslo City Court could not see
that considerations of X’s best interests indicated a different result than what
followed from prevailing law.
3. The applicant’s claim for contact rights
57. As to the applicant’s alternative claim that she be given contact
rights even in the event that she was not recognised as X’s mother, the Oslo
City Court noted that granting such rights would require a formal legal
basis, as a decision to that effect would interfere with the rights belonging to
X as well as X’s father. There were no provisions in domestic law that gave
a legal basis to grant contact rights to a person in the applicant’s position.
While one could imagine situations where such a right could be established
because it would be necessary to protect a child’s best interests, for example
where a break-up happened after such a long time that the child’s
attachment indicated that continued contact was necessary, the instant case
was not of that type.
B. The proceedings before the High Court
58. The applicant appealed against the City Court’s judgment. It reads in
the appeal that the applicant agreed with the City Court that were she
acknowledged as X’s mother, which was her principal claim, she would also
thereby gain a right to contact. In addition, she lodged a separate claim that
the courts declare that she held contact rights. Furthermore, she upheld the
claim that she would have a right to contact regardless of the question of
recognition as mother.
59. The Borgarting High Court held a hearing over three days, at which
six witnesses, in addition to the applicant and E.B., gave evidence. In its
judgment of 12 October 2017, the High Court dismissed the appeal.
1. Whether the applicant was entitled to be recognised as X’s mother
60. The Borgarting High Court stated at the outset that the case
concerned the question of whether the applicant was entitled to be
recognised as the mother of a child who was the result of an embryo created
using sperm from E.B. and an egg donated by an unknown woman, which
had then been implanted in the surrogate mother K.J. in accordance with a
surrogacy agreement between K.J. and her husband J.J., and the applicant
and E.B.
61. Furthermore, the Borgarting High Court remarked that egg donation
and the use of a surrogate mother was illegal in Norway. This was evident
from the first paragraph of section 2-15 of the Biotechnology Act (see
paragraph 96 below). The second paragraph of section 2 of the Children Act
(see paragraph 94 below) clarified and supplemented the prohibition in the
Biotechnology Act. This meant that domestic surrogacy agreements were
12
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
invalid. In the case before the High Court, the child had been born to a
surrogate mother in the United States based on a surrogacy agreement that
the applicant and E.B. had entered into there.
62. The Borgarting High Court noted that it followed directly from the
first paragraph of section 2 of the Children Act (see paragraph 94 below)
who the mother of a child was. That provision was based on a purely
biological principle and gave decisive weight to the fact that the woman had
given birth to the child. Reference was on this point made to a doctrinal
work in which it was stated that the first paragraph of section 2 applied to
all cases where the question of maternity was determined pursuant to
Norwegian law. As regarded cases where the child was a result of assisted
reproduction abroad using eggs from another woman, it had been stated in
the said work that it was still the woman who had given birth to the child
who was the child’s legal mother. The High Court further stated that the
second paragraph of section 2 maintained the provision set out in the first
paragraph concerning who was the child’s legal mother and in the doctrinal
work it had been stated that that paragraph entailed that the other woman
(i.e. the donor) could not make a claim for the child pursuant to the
agreement. As to the case before it, the Borgarting High Court stated that it
had been surrogate mother K.J. who had given birth to X and she was
therefore registered as the child’s mother pursuant to the first paragraph of
section 2 of the Children Act.
63. The Borgarting High Court went on to note that, pursuant to section
3 of the Children Act (see paragraph 94 below), the man to whom the
mother was married at the time of the child’s birth was to be regarded as the
father of the child. According to the applicable law it was therefore K.J.’s
husband, J.J., who was X’s father. However, section 7 of the Children Act
contained provisions on the possibility of contesting paternity if another
man declared paternity to the child. In the case before it, E.B.’s declaration
of paternity had been approved by K.J. and J.J., and following a DNA
analysis the Norwegian authorities had recognised E.B. as X’s father with
sole parental responsibility.
64. Under Norwegian law, maternity could also be established by
granting an official permission for adoption (an adoption order). Adoption
required in accordance with section 7 of the Adoption Act (see paragraph 95
below) the consent of the parent who had parental responsibility for the
child. Section 5b of the Adoption Act, which concerned
stepparent-adoption, also set out the condition that the person with parental
responsibility for the child had to consent to adoption.
65. Furthermore, pursuant to the third paragraph of section 5b of the
Adoption Act, a stepparent could, subject to the consent of his or her former
spouse or cohabitant, adopt former stepchildren following a divorce or
breakdown of the relationship with the child’s parent (see paragraph 95
below). That provision only applied when parentage had been established
13
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
for one of the parents only, which meant that it was applicable in cases
where the child had been conceived using sperm from an unknown donor.
The provision did not apply in cases where the child had been born to a
surrogate mother abroad and lived with his or her legal father. In such cases,
parentage had already been established for both of the child’s parents – the
legal father and the surrogate mother.
66. The Borgarting High Court noted that in a Norwegian Official
Report ((NOU) 2014: 9) on a proposed new act relating to adoption, a
committee (the Adoption Act Committee) had proposed to expand the right
to adopt stepchildren following the breakdown of a relationship to include
cases where two parents had established parentage of the child. In the
committee’s opinion, the arguments in favour of expanding the right to
stepparent-adoption were also relevant in cases concerning adoption after
surrogacy. The committee had therefore proposed to give the intended
parent the same possibility as a stepparent to adopt a child following a
breakdown of the relationship with the child’s biological parent. It had been
proposed to include a separate provision on stepchild adoption in order to
regulate the conditions for adoption in these cases.
67. The committee’s proposal had been rejected, however. In that
context, the Borgarting High Court referred to statements by the Ministry of
Children and Equality to the effect that the proposal had raised conflicting
considerations that had to be weighed against each other. The Ministry had
taken note that, through its proposal, the Adoption Act Committee had
waned to highlight the distinction from normal stepparent-adoption and set
more narrow conditions for the use of stepparent-adoption following
assisted reproduction. The Ministry considered that a separate provision on
adoption could lead to greater predictability in such cases. Important
considerations spoke against introducing such a provision, however. The use
of surrogacy raised difficult questions, both ethical and legal ones.
Enshrining such a provision in law could according to the Ministry send
unfortunate signals and be perceived as legitimising surrogacy and forms of
assisted reproduction that were prohibited in Norway. The Ministry had also
noted that the Hague Conference on Private International Law was
preparing rules for private international law and the legal status of children
with connections to more than one state, including children born through
international surrogacy. Norway was a member of the Hague Conference,
and introducing legislation in the field before this work had been concluded
would therefore in the Ministry’s assessment be unfortunate. In an
evaluation of the Biotechnology Act of May 2015, the Norwegian
Biotechnology Advisory Board had recommended a prohibition against
commercial surrogacy. Moreover, the Ministry of Health and Care Services
was working on a white paper evaluating the Biotechnology Act. For those
reasons the Ministry of Children and Equality had decided not to pursue the
14
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
15
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
case before the Borgarting High Court. In particular, the Borgarting High
Court referred to the fact that the parties that had appeared before the
Gulating High Court had been married and living together when the child in
that case was born. Both had been parties to proceedings in the United
States, which had led to the adoption of a judgment there. Moreover, the
judgment by the Gulating High Court had not been followed up in later
cases. Parliament had also made new decisions about the matters subsequent
to that judgment and new legislation had since been enacted.
72. Before the Borgarting High Court the applicant had invoked in
particular that her status as mother in the United States had to be recognised
in Norway under provisions with higher rank than the Dispute Act, the
Children Act and the Adoption Act. Refusing recognition of the United
States court decision would according to the applicant be in contravention
of the United Nations Convention on the Rights of the Child, the
Convention and the Constitution. In her opinion, those sources of law had to
be given independent significance in the application of Norwegian national
law. She had argued that neither the Dispute Act, the Children Act nor the
Adoption Act could be interpreted to mean that Norwegian legal provisions
prevented recognition of the United States court decision. Moreover, she
had maintained that the best interests of the child were the fundamental
point of departure under the Convention on the Rights of the Child, the
Constitution and the Children Act.
73. The Borgarting High Court found in response that none of the
international conventions to which the applicant had referred provided an
independent basis for her claim for maternity. In the High Court’s view, the
application of the law in the case before it – which was based on the
provisions of the Children Act and the Adoption Act – was not in
contravention of the Constitution, the Convention or the Convention on the
Rights of the Child. The High Court agreed with the Government that the
said conventions could not be a factor in the interpretation when applying
the provisions of Norwegian law. As had been argued by the Government,
the Norwegian rules were unequivocal and not in contravention of
conventions by which Norway was bound.
74. In the case before the Borgarting High Court, the question was
whether the applicant should be recognised as a parent, and she had
specified herself that this was a question concerning the best interests of the
child at a general level. In the High Court’s view, the country’s legislative
authority was competent to adopt rules for this.
75. The Borgarting High Court stated in that connection that the
Children Act was based on the best interests of the child and pointed to its
section 48 (see paragraph 94 below). Referring to a doctrinal work, the High
Court noted, inter alia, that section 48 was the manifestation of a value that
would have a bearing on the application of the law over and above Chapter
7 of the Children Act. The High Court further noted that the Adoption Act
16
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
was also based on the best interests of the child and referred to its section 2
(see paragraph 95 below), which, as had been pointed out in doctrine, had to
be understood on the basis of Article 21 of the United Nations Convention
on the Rights of the Child.
76. In the Borgarting High Court’s view, the fundamental consideration
relating to the best interests of the child was adequately safeguarded through
the relevant provisions of Norwegian law. The applicant had argued that it
was also in the child’s best interests to have two parents from birth on, and
that having the intended mother as X’s legal and actual mother was the best
thing for him. She had maintained that it was a fundamental part of a child’s
identity to know who the intended mother was in surrogacy cases and made
reference to Article 8 of the United Nations Convention on the Rights of the
Child.
77. In response, the Borgarting High Court remarked that, in surrogacy
cases the child had two biological parents from birth on, namely the
surrogate mother and the legal father. The child’s biological parents were
known, and the child’s right to know its biological origin and identity was
therefore safeguarded. As the High Court had already explained earlier in its
judgment, the legislature had considered and explicitly decided against
parentage for the intended parent in surrogacy cases. In the High Court’s
view, this was not in contravention of the child’s best interests.
78. Nor did the Borgarting High Court find that the right to respect for
private and family life pursuant to Article 8 of the Convention and
Article 102 of the Constitution had been violated. The Convention did not
give intended parents an independent basis for establishing parentage or
family life. The Court’s judgments pronounced on 26 June 2014 in the cases
of Mennesson and Labassee, both cited above, had concerned a different
situation than that which was before the High Court. In the case of
Mennesson, the Court had concluded that there had been no violation of the
right to family life or the intended parents’ right to private life. The only
right violated had been the child’s right to respect for private life. The
intended parents in that case had been married when the surrogacy
agreement was entered into and when the US court decision that recognised
them as parents was pronounced. They were still married when the Court
pronounced judgment in the case – 14 years later. The facts of that case
were thus in the High Court’s view in any event different from those in the
situation before it.
79. The Borgarting High Court stated, furthermore, that under any
circumstances, there could not be any doubt that any interference with the
applicant’s right to private and family life pursued a legitimate aim. Legal
authority for the interference was provided by section 2 of the Children Act
and section 13 of the Adoption Act (see paragraphs 94 and 95 below) and
the measure was proportionate.
17
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
80. Moreover, the Borgarting High Court agreed with the State that the
applicant could not invoke X’s rights under the Convention. X had a
biological and legal father who safeguarded his rights through his paternity
and parental responsibility. It was thus E.B. who was in a position to invoke
X’s rights under the Convention. Reference was made to section 16 of the
Guardianship Act, the Dispute Act and the Convention.
81. In the Borgarting High Court’s view, a decision from the German
Supreme Court, to which the applicant had made reference, could not be
given weight in the case before it. It was a matter of a decision from another
country and which concerned a case in which the parties had still lived
together when the surrogacy agreement had been entered into.
82. Based on the above, the Borgarting High Court concluded that
neither the State nor E.B. was obliged to recognise the applicant as X’s
mother.
83. The Borgarting High Court went on to note that the applicant’s
application for adoption and transfer of maternity had received a final
rejection with the Directorate for Children, Youth and Family Affairs’s
decision of 27 November 2015 (see paragraph 27 above). The applicant had
submitted a claim for a judgment stating that that decision was invalid, as
she had argued that it had been based on an incorrect understanding of the
law. The High Court disagreed with her. It found that the decision had been
based on a correct application of the law. It referred to its understanding of
the law previously stated in the judgement and to section 7 of the Adoption
Act (see paragraph 95 below). The High Court stated that that provision
with regard to adoption set out an unconditional requirement for consent
from the person with parental responsibility for the child. In the High
Court’s view, that requirement for parental consent could not be deemed to
be in contravention of the child’s best interests. It was stated in that contest
that Article 21 of the United Nations Convention on the Rights of the Child
also contained rules concerning consent in connection with adoption. In the
case before it, E.B. had the parental responsibility, and he had not consented
to adoption.
84. On the basis of the above, the Borgarting High Court concluded that
the Directorate for Children, Youth and Family Affairs’s decision of
27 November 2015 (see paragraph 27 above) was valid.
2. The High Court’s assessment of the question of discrimination
85. Nor could the Borgarting High Court see any grounds for the
applicant’s claim that she had been the victim of unfair discrimination by
the public administration. The decision showed that the public
administration had relied on prevailing law. As regarded the temporary
Surrogacy Act of 2013 (see paragraphs 97-97 below), the Offices for
Children, Youth and Family Affairs had not had any authority to consider
applications submitted after the statutory deadline. As had been pointed out
18
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
by the Government before the High Court, the applicant’s situation could
not under any circumstances be compared with the special situation that had
formed the basis for Parliament, through the temporary Surrogacy Act,
providing for the possibility of considering applications for transfer of
parentage for a small group of children in Norway who had been born to a
surrogate mother abroad.
3. The applicant’s claim for contact rights
86. The applicant had lodged an alternative claim that she – regardless
of whether she was recognised as X’s mother in Norway – had a right to
contact with the child as a consequence of her American motherhood and
the mother-child relationship between them. She had referred to the United
Nations Convention on the Rights of the Child, particularly its Articles 3
and 8, Article 8 of the Convention, Articles 102 and 104 of the Constitution
and the principle in section 45 of the Children Act (see paragraphs 93 and
94 below).
87. The Borgarting High Court did not find basis for applying the
principle reflected in section 45 of the Children Act to the case before it. On
the contrary, it agreed with the Government that the applicant’s claim for
contact was in contradiction to that provision. Section 45 concerned contact
rights for others than the child’s parents. As had been noted in doctrine, the
Children Act was reluctant to opening for such rights; it was only possible
in two situations, where a parent had either died or been refused contact
rights. In such situations, grandparents could be granted contact rights
instead. The legislature had on several occasions considered whether the
group of persons who could be granted contact rights should be expanded,
but had not found grounds for doing so.
88. In the Borgarting High Court’s view, neither the United Nations
Convention on the Rights of the Child nor Articles 102 and 104 of the
Constitution could lead to another result (see paragraph 93 below). In the
High Court’s assessment, general considerations about the child’s best
interests could not establish contact arrangements where it did not have any
basis in the law. As had been pointed out by the Government before the
High Court, a claim for contact for other persons than those mentioned in
section 45 of the Children Act had to be voluntary or based on agreement
with the persons having the parental responsibility for the child.
89. The Borgarting High Court stated that it was not aware of any
judgments of the Court that granted contact rights in respect of children
born via surrogacy. The Court’s judgment in Paradiso and Campanelli,
cited above, indicated, as the Government had argued, that the Court had
been reluctant to give intended parents rights to children born via surrogacy.
90. The applicant’s alternative claim concerning contact could therefore
not succeed, either.
19
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
20
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
The woman to whom the mother is married at the time of the child’s birth, when the
child was conceived by means of assisted fertilisation provided by an approved health
service and with the woman’s consent to the fertilisation, shall be regarded as the
co-mother of the child. In assisted fertilisation provided by an approved health service
outside Norway, the identity of the sperm donor must be known.
If the spouses were separated by licence or judgment at the time of the birth, the first
and second paragraphs shall not apply.
If the mother is a widow, her late spouse shall be regarded as the father or co-mother
if it is possible that the mother may have conceived prior to the death of the spouse.”
Section 7. Contestation of paternity pursuant to sections 3 and 4 if another man
declares paternity
“Paternity pursuant to section 3 or section 4 may be contested if another man
declares paternity pursuant to section 4, provided that the declaration is accepted in
writing by the mother and the person who has been regarded as the father. However,
such a declaration is only valid if the Norwegian Labour and Welfare Administration
finds that it is proven by a DNA analysis that the man declaring paternity is the father
of the child. If a child has reached the age of 18, paternity may not be contested
pursuant to this section without the consent of the child.”
Section 45. Right of access for persons other than the parents
“When one or both of the parents are deceased, relatives of the child or other
persons who are close to the child may request the court to determine whether they
shall have right of access to the child, and the extent of such access.
In cases concerning right of access between the parents, a parent who has been
denied access may request that the decision-making body (court) determine whether
his or her parents shall have access to the child and the extent of such access. Access
for grandparents may only be determined on condition that the person who is denied
access is not allowed to be with the child.
The provisions of chapter 7 apply also to these cases. The parties are not required to
have attended mediation before bringing the action.”
Section 48. The best interests of the child
“Decisions on parental responsibility, international relocation, custody and access,
and procedure in such matters, shall first and foremost have regard for the best
interests of the child.
...”
95. Section 2, the third paragraph of section 5b, the first paragraph of
section 7, and section 13 of the Adoption Act of 28 February 1986
(adopsjonsloven), as in force at the relevant time, read as follows:
Section 2
“An adoption order shall only be given when it may be assumed that adoption is in
the child’s best interests. It is, moreover, required that the person who applies for
adoption either wishes to bring up the child or has brought up the child, or there are
other particular grounds for the adoption.”
Section 5b
“A divorced spouse or registered partner may, with the consent of the former spouse
or registered partner, adopt the latter’s child. This only applies where one parental
21
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
relationship has been established with the child, and the parent concerned is divorced
from the person who is applying for adoption. A corresponding right applies to
cohabitants when the cohabitation relationship has been dissolved.”
Section 7
“A child under 18 years of age may not be adopted without consent from the person
or persons holding the parental responsibilities. If either of them has disappeared or
suffers from mental disorders or mental impairment, consent from the appointed
guardian is required.”
Section 13
“On adoption, the adopted child and his or her heirs of the body shall have the same
legal status as if the adopted child had been the adoptive parents’ biological child,
unless otherwise provided by section 14 or another statute. At the same time, the
child’s legal relationship to his or her original family shall cease, unless otherwise
provided by special statute.
If a spouse or cohabitant has adopted a child of the other spouse or cohabitant, the
said child shall have the same legal status in relation to both spouses or cohabitants as
if he or she were their joint child. The same applies to children adopted pursuant to
section 5 b, second, third and fourth paragraphs.”
96. The first paragraph of section 2-15 of the Biotechnology Act of
15 December 2003 (bioteknologiloven) read at the time of the facts of the
instant case as follows:
§ 2-15. Use and implantation of embryos
“Embryos may only be used for implantation into the woman from whom the
oocytes originate. ...”
97. On 30 March 2002 the Ministry of Children and Equality instituted a
public consultation on a proposal to adopt a temporary act relating to
surrogacy arrangements that had been carried out abroad. In the subsequent
preparatory work on what became the temporary Surrogacy Act (Bill no. 47
(2012-2013)) it was stated, among other things, that during assessments of
how to deal with the fact that some Norwegians effectuated surrogacy
agreements abroad, it had been discovered that registrations of parenthood
had been erroneously made in the National Population Register. It was also
emphasised that a broader assessment of the questions that surrogacy abroad
gave rise to was underway and that the temporary solutions proposed should
not make create a precedent with regard to that work.
98. A temporary Surrogacy Act on the transfer of parenthood for
children in Norway born to a surrogate mother abroad (surrogatiloven) was
then passed on 8 March 2013 with effect until 31 December 2015. Pursuant
to the Act, current and former partners of the legal father who had entered
into a surrogacy agreement with the surrogate mother together with the
father could apply for parenthood. It was stated in the Act that the applicant
had to provide documentary evidence that the child’s father and the
applicant had a shared wish to bring up the child together and the
applications had to be lodged by 1 January 2014 at the latest.
22
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
23
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
enforced pursuant to Article 61 of the Lugano Convention 2007 do not have legal
effect and executory force in the Kingdom.
(2) Final and enforceable rulings on civil claims rendered by a foreign court shall be
final and enforceable in Norway if jurisdiction has been agreed pursuant to Section
4-6 for a specific action or for actions that arise out of a particular legal circumstance.
(3) Rulings referred to in subsections (1) and (2) shall not be recognised if such
recognition would be contrary to mandatory laws or be offensive to the legal order.”
THE LAW
I. ALLEGED VIOLATION OF ARTICLE 8 OF THE CONVENTION
101. The applicant complained that the domestic authorities’ not having
granted her contact rights in respect of X or recognised her as X’s mother
either by acknowledging the birth certificate issued in the United States or
by approving her requests for parenthood had amounted to a violation of her
right to respect for her private and family life as provided in Article 8 of the
Convention, which reads as follows:
“1. Everyone has the right to respect for his private and family life, his home and
his correspondence.
2. There shall be no interference by a public authority with the exercise of this right
except such as is in accordance with the law and is necessary in a democratic society
in the interests of national security, public safety or the economic well-being of the
country, for the prevention of disorder or crime, for the protection of health or morals,
or for the protection of the rights and freedoms of others.”
A. Admissibility
1. Non-exhaustion
102. The Government in their observations submitted that the applicant
had not exhausted domestic remedies with regard to her request to be given
a right to contact with X, an issue which she had raised before the City
Court and the High Court but had not included in her appeal to the Supreme
Court.
103. The applicant responded that she had not specifically pursued her
request to be given a right to contact with X as it had only formed part of
her application to be recognised as X’s mother.
104. The Court notes that the question of the applicant’s right to contact
with X was the object of a separate application before the two first levels of
domestic court (see paragraphs 30, 57, 58 and 86-90 above). As no claim
relating to contact was included in the applicant’s appeal to the Supreme
Court (see paragraph 91 above), her complaint lodged with the Court under
Article 8 of the Convention must be declared inadmissible for
non-exhaustion in so far as it must be construed as a complaint that the
24
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
authorities did not enable her to have continued contact with X regardless of
the issue of her recognition as X’s mother.
105. It follows that the complaint under Article 8 of the Convention in
so far as it concerns the above must be rejected pursuant to Article 35 §§ 1
and 4 of the Convention for non-exhaustion of domestic remedies.
2. Applicability ratione materiae
(a) The parties’ submissions
106. The Government submitted that there had not been any de facto
family life between the applicant and X. They pointed out that the applicant
and X had spent approximately eight months together, similar to the
applicants in Paradiso and Campanelli v. Italy ([GC], no. 25358/12, §§
142-58, 24 January 2017), where the Court had concluded that no family
life had been at issue. Moreover, unlike the applicants in Paradiso and
Campanelli, the applicant in the present case had not thought that she was
X’s biological mother; she had not lived with X’s biological father; she had
not developed any “parental project” vis-à-vis X; and there had been no
uncertainty about her legal ties to X – the applicant had chosen to engage in
conduct contrary to Norwegian law and to settle in Norway. In so far as
there were no biological ties and in the light of the fact that the applicant, X
and E.B. had never lived together, nor had the applicant and E.B. had any
intention to live together or raise X together, the Government also asserted
that no private life had been at issue.
107. The applicant maintained that Article 8 of the Convention was
applicable in her case.
(b) The Court’s assessment
108. The Court observes that both during the weeks in the United States
following X’s birth on 19 March 2014 and in the time following their return
to Norway, X stayed with the applicant while E.B. visited daily (see
paragraph 12 above). From mid-May 2014 X stayed half of the time with
the applicant and half of the time with E.B. (see paragraphs 15 and 18
above), until E.B. cut off contact between the applicant and X on 14 August
2015 (see paragraph 24 above). To the Court it is apparent that the applicant
acted as a mother for X during this time, with the intention that she would
continue to do so in the future. The Court also presumes that the applicant
and X must have forged close emotional bonds during the time they spent
together until E.B. stopped their contact, at which time X was 17 months
old.
109. At the same time the Court notes that the surrogacy project was
legally precarious with regard to what would be the applicant’s formal
position vis-à-vis X in Norway. What is to be examined by the Court in the
instant case is the respondent State’s lack of a recognition of the applicant’s
25
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
parenthood, including that the applicant could not adopt X since his father,
E.B., did not consent: the Court is not called to examine the fact that contact
was cut off between the applicant and X, which was a decision that had
been made by E.B., or the fact that the authorities did not, at the applicant’s
request, re-establish contact following E.B.’s decision, a matter which the
applicant did not pursue before the Supreme Court (see paragraph 104
above). That is so even though the applicant’s claim relating to legal
recognition of her status as X’s mother was lodged in that context and
would, had it been successful, enabled her to claim contact, as the applicant
had also stated in her appeal to the Borgarting High Court (see paragraph 58
above).
110. It is accordingly the lack of legal recognition of the applicant as X’s
mother as such which is principally at issue before the Court. In this respect,
the Court notes that in its case-law relating to gestational surrogacy, it has
generally approached the rights under Article 8 of the Convention of
children born out of surrogacy arrangements from the perspective of the
“private life” limb of that article (see, for example, D v. France, no.
11288/18, § 41, 16 July 2020) as well as finding that the legal position of
the intended parents will, depending on the facts of a given case, principally
concern matters relating to “private life” (see, mutatis mutandis, Paradiso
and Campanelli, cited above, § 163). Moreover, the Court bears in mind
that it has held that there is no valid reason to understand the concept of
“private life” as excluding the emotional bonds created and developed
between an adult and a child in situations other than the classic situations of
kinship (see Paradiso and Campanelli, cited above, § 161). Proceeding on
the basis that the case concerns “private” rather than “family” life thus does
not entail that the Court will not take into account the actual bonds that had
been created between the applicant and X.
111. On the basis of the above, the Court concludes that Article 8 of the
Convention is applicable ratione materiae on the grounds that the matters
complained of related to the applicant’s “private life”. There is no need to
examine whether the “family life”-limb could also be engaged.
3. The Court’s conclusion on admissibility
112. The Court has found above that the complaint under Article 8 of the
Convention in so far as it concerns the applicant not having been given any
right to contact with X is inadmissible due to non-exhaustion (see
paragraphs 102-105). Moreover, it has found that the facts fall within the
material scope of Article 8 of the Convention on the grounds that the
applicant’s private life was at issue. Furthermore, the Court notes that this
complaint is neither manifestly ill-founded nor inadmissible on any other
remaining ground listed in Article 35 of the Convention. In so far as it
concerns the fact that the applicant was not recognised as X’s mother by the
domestic authorities, it must therefore be declared admissible.
26
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
B. Merits
27
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
best interests of the child always had to be accorded the primacy required by
the UNCRC, and in particular by Article 3 of that instrument as elucidated
in General Comment no. 14 (2013). The Court had to take this approach
under Article 53 of the Convention. They further submitted that, if it was
accepted that the recognition of the legal parentage of the intended parents
in surrogacy cases was analogous to cases of adoption, then the appropriate
UNCRC standard (Article 21) was paramountcy.
2. The Court’s assessment
(a) Interference
119. The Court observes at the outset that the complaint under Article 8
of the Convention is formally limited to the allegation that there has been an
interference with the applicant’s rights – as opposed to X’s own rights under
the same provision (see, in contrast, for example Mennesson, cited above).
120. Furthermore, the Court reiterates that it has in its case-law
generally considered that not enabling a legal recognition of parenthood for
intended parents to surrogacy agreements amounts to “interference” with
the intended parent’s right to respect for his or her private life and that cases
such as the present are accordingly to be examined from the perspective of a
negative rather than a positive obligation (see, similarly, Mennesson, cited
above, §§ 48-49). It proceeds on the same basis in the instant case and
reiterates that the applicable principles regarding justification under Article
8 § 2 of the Convention are in any case broadly similar for both analytical
approaches (see, for example, S.H. and Others v. Austria [GC], no.
57813/00, §§ 87-88, ECHR 2011).
121. The Court emphasises that the foregoing does not mean that it does
not form a relevant point to it that the authorities did not act to remove X
from the applicant, but had effectively been called upon to take decisions
that in the circumstances of the case were linked to a dispute between the
applicant and E.B. following E.B.’s decision to keep X and stop his contact
with the applicant. The Court considers however that those aspects form
part of the proportionality assessment.
(b) Lawfulness and legitimate aim
122. An interference with an applicant’s right to respect for his or her
private life will be in breach of Article 8 of the Convention unless it can be
justified under paragraph 2 of that provision as being “in accordance with
the law”, pursuing one or more of the legitimate aims listed therein and
being “necessary in a democratic society” in order to achieve the aim or
aims concerned.
123. The Court does not find that it can be called into question that the
domestic proceedings, ending with the Supreme Court’s decision to refuse
the applicant leave to appeal against the Borgarting High Court’s judgment
28
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
(see paragraph 92 above), and the substantive decisions taken therein had a
basis in the Children Act, the Adoption Act and the Dispute Act (see
paragraphs 94, 95 and 100 above) and were in accordance with the law. It
takes note that the parties are in agreement on that point.
124. Furthermore, the Court finds that the proceedings pursued the
legitimate aims of protecting “the rights of others”, in particular X, and
preventing “disorder or crime” in accordance with the second paragraph of
Article 8 of the Convention. The Court observes that the lack of recognition
of parenthood on the basis of the surrogacy agreement was linked to the
prohibition against surrogacy in Norway to which there was also criminal
liability attached, though not for the persons availing themselves of
surrogacy services (see paragraph 99 above). The Court also notes in this
respect that it has previously held that it regards as legitimate under Article
8 § 2 the domestic authorities’ wish to reaffirm the State’s exclusive
competence to recognise a legal parent-child relationship with a view to
protecting children (see Paradiso and Campanelli, cited above, § 177). It
notes that neither party has argued otherwise on this point, either.
125. The remaining question is whether the proceedings and the
decisions adopted therein were “necessary in a democratic society” under
the second paragraph of Article 8 of the Convention.
(c) Necessary in a democratic society
126. The Court refers to the general considerations stated in Mennesson
(cited above, §§ 75-86) and Labassee (cited above, §§ 55-65). It also refers
to the principles set out in Paradiso and Campanelli (cited above, §§
179-84) and in its Advisory opinion concerning the recognition in domestic
law of a legal parent-child relationship between a child born through a
gestational surrogacy arrangement abroad and the intended mother ([GC],
request no. P16-2018-001, French Court of Cassation, 10 April 2019),
though it emphasises that the latter did not deal with the issue of intended
parents’ rights (see § 30 of the opinion).
127. As to the facts, the Court first reiterates that, in contrast to what was
the topic of the advisory opinion cited in the preceding paragraph, the
application in the instant case does not relate to any rights of the child, X,
under Article 8 of the Convention: the Court is called upon to examine
solely the complaints raised by the applicant on her own behalf (see,
similarly, Paradiso and Campanelli, cited above, § 135, and in contrast also
Mennesson, cited above, §§ 96-102, and Labassee, cited above, §§ 75-81).
128. Moreover, the Court reiterates, as it considers it important for its
assessment of the proportionality, that the question of contact rights for the
applicant in respect of X is not to be examined on the merits (see paragraphs
102-105 above). It is accordingly only the questions relating to the legal
recognition of parenthood, including that the applicant could not adopt X
without E.B.’s consent, that are to be considered, not the fact that no
29
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
30
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
consent from those that have the parental responsibilities in respect of the
child, which in domestic law was a requirement for adoption under section 7
of the Adoption Act as well as for stepparent-adoption under section 5b (see
paragraph 95 above).
133. The fact remains that the actual situation for the applicant in the
instant case was particularly harsh since E.B. had prevented her from
maintaining her relationship with X and essentially put an end to the
applicant’s parental project in respect of the child after first having been a
party to the surrogacy agreement forming the basis for that project together
with her; the Court finds it however difficult to attribute this consequence to
the authorities. It was not an intervention by the respondent State that had
brought to an end the applicant’s relationship with X (see, mutatis mutandis,
Valdís Fjölnisdóttir and Others v. Iceland, no. 71552/17, §§ 71 and 76,
18 May 2021) and the Court observes that the Borgarting High Court
carried out a closer examination of whether any rights belonging to the
applicant under the Convention required that the domestic legislation not be
applied to the particular circumstances of the applicant’s case. In that
context it examined relevant case-law from the Court (see paragraph 78
above) and whether the child’s best interests indicated a different solution
from what would follow from applying the Children Act and the Adoption
Act on their terms. It concluded that X’s best interests did not require that
the applicant’s claims should be granted (see, inter alia, paragraphs 77 and
83 above) and the Court has as such no basis for setting that assessment
aside.
134. In addition, the Court takes note that the case, while it was clearly
the applicant that had been put in a difficult situation, nonetheless required
an examination of the interests of all the parties involved, and to some
degree also a balancing of conflicting interests. That balancing exercise was,
in the Court’s assessment, also meticulously carried out by the Borgarting
High Court and the Court finds that the outcome must be considered to fall
within the margin of appreciation afforded to domestic authorities in cases
such as the present (see paragraph 131 above).
135. On the basis of the above, the Court finds that there has been no
violation of Article 8 of the Convention.
II. ALLEGED VIOLATION OF ARTICLE 14 OF THE CONVENTION
TAKEN IN CONJUNCTION WITH ARTICLE 8
136. The applicant complained that the domestic authorities’ not having
recognised her as X’s mother had entailed discrimination contrary to Article
14 of the Convention taken in conjunction with Article 8. Article 14 reads
as follows:
“The enjoyment of the rights and freedoms set forth in [the] Convention shall be
secured without discrimination on any ground such as sex, race, colour, language,
31
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
A. Admissibility
137. The Government submitted that the case fell outside the ambit of
Article 14 of the Convention in so far as they considered that neither private
nor family life were at issue.
138. The applicant submitted that Article 14 of the Convention was
applicable.
139. The Court has concluded above that there was an interference with
the applicant’s right to respect for her private life as guaranteed by Article 8
of the Convention (see paragraphs 108-111 and 119-121 above), and it
follows that her complaint lodged under Article 14 does not fall outside the
ambit of that provision either. Furthermore, the Court notes that this
complaint is neither manifestly ill-founded nor inadmissible on any other
grounds listed in Article 35 of the Convention. It must therefore be declared
admissible.
B. Merits
32
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
been adjudicated by the Gulating High Court in 2009 had not been
comparable to that of the applicant. They emphasised that in the judgment
from the Gulating High Court, that court had decided to recognise, on the
basis of section 19-16 of the Dispute Act, a judgment from the United States
on the basis that the parties before the Gulating High Court had had an
agreement that the matter was to be decided by the US court in accordance
with section 4-6 of the Dispute Act, as the Gulating High Court had
considered that the US judgment did not run counter to the ordre public.
However, the Gulating High Court had not taken into account that the case
had concerned the legal status of a child under the Children Act, and that the
parties’ had only had limited possibilities to take procedural decisions
binding on the courts, as set out in section 11-4 of the Dispute Act. The
State had not been a party to that case, unlike what had been the situation in
the proceedings in the applicant’s case, where that matter had been
examined and it had been concluded that a valid agreement to have the
matter decided by the court in Texas could not have been entered into.
142. The AIRE Centre, third-party intervener, drew attention to Article 3
of the UNCRC, and submitted that discrimination against the child on the
grounds of legal/social parentage fell under the “other status” category in
that provision.
2. The Court’s assessment
143. The general principles relevant to the Court’s assessment of the
applicant’s complaint under Article 14 of the Convention in conjunction
with Article 8 are set out in, among other authorities, Biao v. Denmark
([GC], no. 38590/10, §§ 88-90, 24 May 2016).
144. The Court notes that the applicant’s principal argument relates to
the domestic legislation. However, her argument is not that the rules
provided therein made discriminatory distinctions, but that she was in the
same position as those who had benefited from the temporary Surrogacy
Act at the time when it had applied (see paragraph 97-97 above).
145. In that context, the Court observes that, regardless of whether
persons who had benefited from the temporary Surrogacy Act could in
principle be appropriate comparators in the light of the fact that the deadline
for lodging an application under that Act had lapsed by the time X was
born, the Borgarting High Court examined the counterfactual situation that
the applicant’s case had fallen within the temporal scope of the temporary
Act and concluded that she would not, in any event, have met the
substantive criteria set therein (see paragraph 69 above). The Court has no
basis for calling that conclusion, which relies on an interpretation of the
domestic law, into question. The Court notes that the applicant has not
argued that the substantive criteria in the temporary Act were in themselves
discriminatory.
33
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
2. Holds, by six votes to one, that there has been no violation of Article 8
of the Convention;
1. Holds, by six votes to one, that there has been no violation of Article 14
of the Convention taken in conjunction with Article 8.
34
A.M. v. NORWAY JUDGMENT
S.O.L.
V.S.
35
A.M. v. NORWAY JUDGMENT – SEPARATE OPINIONS
3. The facts of the case are outlined in the majority judgment and I will
not revisit them in detail. The applicant and her former partner, E.B., had
tried unsuccessfully to have a child during their ten-year relationship. Their
first attempt, when still a couple in 2010, to have a child via surrogacy
failed. They continued their efforts even after the relationship had ended and
E.B. had embarked on a new relationship with another woman with whom
he would later father a child naturally.
4. X., who was born in the U.S. on 19th March 2014, spent the first
months of his life in the care of the applicant and E.B. They then agreed to
share the responsibility of caring for and raising him, albeit in their now
separate homes. The couple were unable to reach further agreement on the
terms of the shared parental arrangement, X. was effectively shuttled from
one household to the other on a daily basis and the levels of conflict
between the former couple rose to an extent that child welfare services
became involved, at the request of the paternal grandmother. In August
2015, E.B., now the father of a second child born that same month to his
new partner, unilaterally cut off contact between X. and the applicant.
5. By that time, aged only 17 months, X. had had:
- one biological father (E.B.), whose name featured on the U.S. birth
certificate and who was recognised as his father under Texan law; whose
name also featured in the Norwegian Population Register; whose paternity
had been acknowledged, following a DNA test, pursuant to section 7 of the
Children Act and who enjoyed sole parental responsibility under Norwegian
law for X.;
- one genetic mother (the anonymous donor of the egg);
- one gestational surrogate mother (K.J.), registered as X.’s mother in the
Norwegian Population Register on the basis of section 2 of the Children Act
on the grounds that she had given birth to the child;
- a first “social” mother (the applicant), based on the fact that she cared
for and raised X. since birth, albeit on the basis of the arrangements outlined
above, but who also featured as X.’s legal mother under Texan law and in
36
A.M. v. NORWAY JUDGMENT – SEPARATE OPINIONS
his U.S. birth certificate following a successful application by E.B. and the
applicant to the District Court in Texas;
- one “legal” father (J.J.), the husband of the surrogate mother K.J., who,
by virtue of section 3 of the Children Act, as the man to whom the mother
of the child (within the meaning of section 2) was married at the time of the
child’s birth, was X.’s legal father (until at least the recognition of the
paternity of the biological father, E.B.);
- a second “social” mother (H.), who, as E.B.’s partner and the biological
mother of his second child, born in August 2015, had presumably also cared
for X. when the latter was staying with his biological father and who
presumably assumed the role of his maternal carer when contact was cut off
between X. and the applicant that same month.
6. Setting out the legal and social consequences for X. of the world into
which he was born and raised in the first two years of his life puts into
context the challenges facing the applicant. She sought to assert what she
considered to be her rights albeit the legal ties between the applicant and X.
were uncertain from the outset. This outline also highlights the difficulties
facing the Norwegian courts and competent authorities, for which X.’s best
interests had to remain of paramount importance.
2. Non-exhaustion and the contact rights complaint
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A.M. v. NORWAY JUDGMENT – SEPARATE OPINIONS
applicant did not pursue this issue before the Supreme Court. As a result,
the Chamber judgment rejected unanimously, for non-exhaustion, her claim
in relation to contact rights (see §§ 102 – 105 of the Chamber judgment).
10. The Chamber had no other choice in this regard. Had the applicant
pursued the contact rights issue, the Chamber would have had to engage
with what is probably one of the most difficult aspects of a case such as this
case from the perspective of the respondent State, namely the possible legal
response when a biological parent unilaterally cuts off all access between a
child and a person with whom he sought to “co-parent” the child and who
cared for and raised the child since birth (see further below).
3. Legal recognition of maternity and non-consensual adoption by the
intended parent
38
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A.M. v. NORWAY JUDGMENT – SEPARATE OPINIONS
from the existing case-law that the “living instrument” responds better and
more progressively to cases in which the rights of children are involved
rather than simply the rights of legally unrecognised parents, whether
intended, non-biological parents or even genetic mothers (see D. v. France,
cited above). The price the defeated parent pays is very heavy. Few would
question, however, the need to maintain the rights of children centre stage; a
need about which there is clear national, European and international
consensus (see, among other authorities, Neulinger and Shuruk v.
Switzerland [GC], no. 41615/07, § 135, ECHR 2010). That being said, as
the child-parent relationship is a two-way street, refusal of recognition of
the intended parent clearly has consequences for the rights, interests and
social reality of the child as Judge Jelić explains in her dissenting opinion.
16. Secondly, in the cases just cited the “family” or parental units
involved remained stable units, such that the intended parent seeking legal
recognition of the child-parent relationship was supported by the legally
recognised biological parent and could be accommodated somehow within
the possibilities for legal recognition provided in existing domestic legal
frameworks, not least adoption procedures. However, the applicant asserted
her right to adopt X. despite the absence of consent by the other, biological
parent. For the Court to endorse the existence of such a unilateral right to
adopt under Article 8 would fly in the face of well-established case-law
protecting parents and children from non-consensual or unilateral adoption
procedures which break de facto and de jure child-parent bonds (see, for
example, on the need for consent in adoption proceedings, Keegan v.
Ireland, no 16969/90, 26 May 2004).
17. The development sought by the applicant would also entirely ignore
two basic principles which inform all Strasbourg cases involving children:
- the broad consensus, already mentioned above, which in all decisions
concerning children their best interests are of paramount importance, and
- the fact that national authorities have the benefit of direct contact with
all the persons concerned and that the Court’s task is not to substitute
itself for the domestic authorities in the exercise of their responsibilities
for the regulation of the care of children and the rights of parents,
whether biological or intended.
18. The Court’s task is thus to review under the Convention the
decisions taken by those authorities in the exercise of their power of
appreciation. The Chamber reproduced the domestic decisions in detail for
the purpose of the latter review and ultimately concluded that given the
particular facts and the legal assessment of the domestic courts, Convention
standards had been observed.
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A.M. v. NORWAY JUDGMENT – SEPARATE OPINIONS
19. The applicant has spent seven years seeking legal recognition of and
contact with X. The extent of her struggle is a testament to her commitment
to him. It will hopefully be of some solace that, in the view of the Oslo City
Court, considered in isolation, “she had everything necessary to offer X. a
good and safe relationship” (see § 55 of the Chamber judgment). There is
no doubt about the legal precarity of the surrogacy project at the origins of
her case, but the applicant might also derive some solace from the fact that
her legal struggle does serve to highlight certain problems in domestic law
and gaps in the existing case-law of this Court.
20. Firstly, the existence or non-existence of “family life” is essentially a
question of fact. It depends upon the existence of close personal ties. The
notion of “family” in Article 8 concerns marriage-based relationships but
also other de facto “family ties”, including between same-sex couples,
where the parties are living together outside marriage or where other factors
demonstrate that a relationship has sufficient constancy (see Paradiso and
Campanelli v. Italy, cited above, § 140; Oliari and Others v. Italy,
nos. 18766/11 and 36030/11, § 130, 21 July 2015, and C.E. and others
v. France, no 29775/18 and no 29693/19, § 49, delivered on the same day as
the present judgment). The Court has consistently held that States must
provide themselves with an “adequate and sufficient legal arsenal” to ensure
respect for the positive obligations to which they are subject under Article 8
(Soares de Melo v. Portugal, no. 72850/14, § 92, 16 February 2016).
However, it does not appear from the material before the Court that
Norwegian law provided a basis for the protection of the de facto
relationship between the non-biological parent and the child in
circumstances where the biological parent had decided to exercise a veto
despite previously embarking on a common parenthood project. According
to the City Court, there was no legal basis in Norwegian law to grant rights
to a person in the applicant’s position. It did envisage scenarios in which
such a right would have to be established to protect the child’s best interests
if, for example, a break-up occurred after such a long time that the
attachment between the child and the non-biological parent was such that
contact could not be terminated (§ 57 of the Chamber judgment). However,
firstly, at least on the basis of the elements of national law before the Court,
it is difficult to see from whence such a legal basis might come (compare
the provisions of the French Civil Code at issue in Honner v. France, no
19511/16, §§ 50-51 and C. and E. and others v. France, cited above, §§ 93
and 105, both of which concerned post-separation legal arrangements
between a child and a non-biological “social” parent). Secondly, the
reasoning of the domestic courts just outlined emphasises that the
probability of legal protection of the relationship with a child for the
non-biological parent will to a large extent be determined by the moment
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A.M. v. NORWAY JUDGMENT – SEPARATE OPINIONS
when the biological parent seeks to end that relationship. The difficulties for
the State in handling “private” disputes of this nature are clear; however, so
too is the existence of positive obligations. In both Mennesson and the
Advisory Opinion which followed it, the Court expressed concern that the
absence of legal protection for the relationship between a child and the
intended mother rendered fragile the maintenance of the child’s relationship
with the latter in cases where the parents separated or the biological parent
(in that case the father) died (see the Advisory opinion, cited above, § 40).
This is precisely what we see here, although the factual constellation is
unusual. Thus, the inadmissibility for reasons of non-exhaustion of the
applicant’s contact rights complaint should not blind us to the possible
existence of a legal lacuna in the respondent State which may merit further
attention.
21. Secondly, in relation to both the possible absence of a legal basis for
contact rights (see the preceding paragraph) and the absence of a possibility
to recognise some form of legal relationship between the child and an
intended, non-biological parent, separated from the biological parent of the
child, a case such as this could also be assessed from the perspective of the
positive obligations of the State. It is clear from the terms of the Temporary
Surrogacy Act and from the travaux préparatoires leading to its adoption
(see §§ 97-98 of the Chamber judgment) that the Norwegian legislature was
concerned about the social and legal consequences for children born as a
result of surrogacy arrangements entered into abroad and about “erroneous”
registrations in the National Population Register as parenthood projects such
as the applicant’s advanced against the background of a regulatory grey
zone at domestic level. This problem is far from unique to Norway. Had the
applicant and her former partner been successful at their first surrogacy
attempt in 2010 they would have fallen ratione temporis within the scope of
that Act. As regards the substantive condition for a successful application
thereunder – “a shared wish to bring the child up together” – the
interpretation by the domestic courts in the applicant’s case could point to a
possible disconnect between the law and social reality in a modern
European state in the 21st century in which “families” come in all shapes
and sizes (see §§ 45 and 69 of the Chamber judgment) and raises questions
regarding the State’s margin of appreciation.
22. Finally, surrogacy cases such as the present also raise issues under
Article 8, combined with Article 14 (see C. and E. v. France, cited above,
and D. v. France, cited above, §§ 85-89 and the separate opinion attached).
The applicant’s complaint pursuant to the latter provision was quite simply
underdeveloped and unsubstantiated (see §§ 145-146 of the Chamber
judgment) and for this reason it was rejected. The Court has not yet properly
tackled the legal difficulties raised by surrogacy cases from the perspective
of these provisions of the Convention combined.
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25. The Court reiterates its findings in Mennesson v France that the
respondent State has a margin of appreciation as regards the legal
recognition of the parent-child relationship in cases of surrogacy owing to
the lack of consensus on this matter amongst the member States of the
Council of Europe (see paragraph 131). In its subsequent Advisory Opinion,
however, the Court explained that “where a particularly important facet of
an individual’s identity was at stake, such as when the legal parent-child
relationship was concerned, the margin allowed to the State was normally
restricted. It inferred from this that the margin of appreciation afforded to
the respondent State needed to be reduced” (Advisory Opinion
P16-2018-001, paragraph 44). I would thus submit that, where the best
interests of a child are involved in the assessment of the domestic courts, the
margin of appreciation afforded to the authorities must be reduced in order
to allow for the primordial protection of the child’s interests.
26. With regard to the present case, the respondent State was afforded a
broad margin of appreciation (see paragraph 131). However, given the
Court’s findings in its Advisory Opinion, a narrow or restricted margin of
appreciation should be applicable, requiring the respondent State to strike a
balance between the competing interests, whilst emphasising the primordial
importance of X’s best interests. Furthermore, I believe that there are other
criteria playing an essential role in this assessment, such as the joint intent
of the (prospective) parents in having and raising the child, the inability of
the intended mother to procreate by natural means, and the circumstances
leading up to the pregnancy and birth of the child.
27. The Norwegian authorities failed to take these aspects into
consideration. Instead they applied a rigid law automatically designating the
birth mother as the legal mother of the child. The application of such an
inflexible legislation is not practicable in sensitive areas subject to diverging
circumstances. Rather, the authorities should be able to apply an
individualised approach and adapt the determination of motherhood to the
applicant’s individual situation, so as to take account of the diverging
interests in each case.
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A.M. v. NORWAY JUDGMENT – SEPARATE OPINIONS
28. Whereas neither the judgment nor my opinion may qualify the
Norwegian ban on surrogacy as appropriate or not, it is also important to
reiterate that its purpose is to protect women from exploitation and
eradicating child trafficking. No doubt these are valid interests which are
protected by the respondent State, but nonetheless the authorities should
have regard to the absence of any indication of misuse of surrogacy
involving exploitation in the present case. It is thus questionable whether
the general ban on surrogacy may serve as a legitimate ground to refuse the
applicant recognition as the legal mother of the child.
29. Consequently, the review-based process as undertaken by the Court
correctly found that the Norwegian authorities had acted within the
boundaries of law applicable at the time. However, those overly restrictive
laws had ruled out any favourable outcome for the applicant to benefit from
a, as the authorities could not consider crucial aspects affecting her
situation, such as the fact that the applicant was biologically unable to
procreate, that E.B. and she had tried to initiate a pregnancy on multiple
occasions, that they had been in a long-term relationship before their
separation, that they were both the intended parents of the child, and that
they had agreed to raise the child together (as further elaborated below).
2. Categorisation of the applicant’s claim under the family life aspect
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ongoing conflict between the applicant and E.B. as endured by the child
(paragraph 55).
36. I disagree with this interpretation by the domestic authorities. Every
child has the right to know his identity, which includes “discover[ing] the
truth concerning important aspects of one’s personal identity, such as the
identity of one’s parents” (see Odièvre v. France [GC], no. 42326/98, § 29,
ECHR 2003-III). Such a right must not be confined to the biological parents
but should be broadened to include intended parents who were supposed to
be the mother or father of the child right from the beginning of the
surrogacy proceedings. Moreover, the courts failed to award sufficient
weight to the ensuing consequences should the child, at a later stage, find
out that he had an intended mother who raised him for the first year and five
months of his life, and whom he was unable to get to know. Such
revelations could not only deeply impact his relationship with his father and
stepmother, but may also cause severe emotional damage. Accordingly, I
cannot agree with the courts’ reasoning that prohibiting the applicant from
having any relationship with X was in the latter’s best interests.
37. Furthermore, the domestic courts failed to note the lack of any ties
between X and his recognised biological mother, that is to say the American
surrogate mother. She has always lived in the United States and was only
involved in the child’s life in so far as she was pregnant and gave birth to
him. After birth the child was handed over to his intended family, the
applicant and E.B., and there is no evidence of any contact between X and
the birth mother since his day of birth. In that regard, I cannot see the
benefits, inter alia in terms of protecting the best interests of the child, of
recognising the non-existent relationship between the surrogate mother and
X, rather than the relationship between the latter and the applicant.
38. Finally, it is clear that the passage of time in this case does not play
in the applicant’s favour. Even though it is clear to me that it was in her and
the child’s best interests to recognise her as the legal mother, she has had no
contact with him since August 2015 (6½ years). At the time of writing, the
child, who is almost 8 years old, is unlikely to remember the applicant and
perceives only his stepmother as his mother. It is thus in his best interests at
the present time to strengthen that bond, rather than introducing the
applicant as his mother and thereby confusing the still young child and
causing possible emotional distress. Such a situation is particularly unfair to
the applicant and should not count as a reason for finding no violation of
Article 8 of the Convention.
c) Raising the child together
39. I cannot support the majority’s acceptance of the domestic
interpretation of “raising a child together”. This issue is twofold, as the
courts, on the one hand, adopted an erroneous definition of the concept and,
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on the other hand, failed to take into account the agreement between the
applicant and E.B. on sharing parental responsibility for the child.
40. The Borgarting High Court, in its assessment, took an incorrect
stance as concerns the interpretation of “raising a child together” by arguing
that the Temporary Surrogacy Act was not applicable in the present
situation (see paragraph 69). The notion of “raising a child together” in the
authorities’ understanding is remote from the reality of family life and
family constellations in the 21st century. A multitude of couples raise their
children together while not living together, ranging from separated or
divorced couples to families whose parents commute or simply decide to
live apart while maintaining their romantic relationship. Under such
circumstances, and provided both parents are involved, they are still
regarded as raising their children together. There is thus no evidence that the
concept of raising a child together implies the existence of a shared family
home. Disregarding the temporal limitation of the temporary Surrogacy Act,
the court wrongly assumed that the act was not applicable to the applicant
given her living arrangements with E.B.
41. The Court further failed to take account of the agreement on shared
parental responsibilities between the applicant and E.B. The domestic
authorities merely assessed whether the couple was still together and held
that, because they were not, they “had a shared wish of raising the child
separately, not together” (see paragraph 45). I cannot reach the same
conclusion on this point. The fact that the couple was separated by the time
the child was conceived should imply that they meant to raise the child
together rather than ruling it out. This was acknowledged by both E.B. and
the applicant, who had agreed to share responsibility for X, and they spent
an equal amount of time with the child (see paragraphs 14-15). This “raising
the child together” notion was particularly noticeable because X was handed
over to the other parent every day so as to comply with the 50/50
arrangement between them.
42. I therefore conclude on this point that the courts failed to infer
relevant facts from the practice between the parents and their explicit
agreement. This resulted in turning a blind eye to the de facto family
situation and the wrongful application of an overly simplistic and outdated
definition to the fact of a couple raising their child together.
4. Discriminatory conduct
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power to decide over the applicant becoming the mother of a child who was
intended to be hers, when she had been unable to procreate biologically. In
addition to denying the applicant motherhood, E.B. has the further authority
to designate his current partner as the adoptive mother of X.
45. Such an imbalance of power not only leads to one person being able
to make life-changing decisions over another person, it can also create a
situation where this power can be misused in order to abuse an intended
parent. In a situation of conflict, as in the present case, the recognised parent
is given the sole ability to retaliate against a rebelling intended parent,
stripping her of any rights of contact with their child.
46. Awarding such large powers to one person is not only discriminatory
against the parent who was biologically unable to procreate, it also acts
contrary to the intended purpose of surrogacy and the interest of the child.
As described above, any child born out of surrogacy should have the ability
to get to know his intended parent(s) – the failure of the Norwegian legal
system to recognise the importance of this aspect leads to a situation
unfairly penalising individuals biologically unable to procreate.
47. Secondly, the Court failed to recognise that the refusal by the
domestic authorities to apply the 2009 case-law of the Gulating High Court
had been tainted by discrimination between the applicant and E.B., based on
differing marital status. The authorities held that the 2009 case was not
applicable in the present instance, notably because the applicant and E.B.
had not been married and living together when the child was born. The
cases were therefore not comparable (see paragraph 71).
48. However, the Court has found on several occasions that the
difference of treatment on the grounds of birth within or out of wedlock
could only be made if very weighty reasons existed (see Sahin v. Germany
[GC], no. 30943/96, ECHR 2003-VIII; Mazurek v. France, no. 34406/97,
ECHR 2000-II; and Camp and Bourimi v. the Netherlands, no. 28369/95,
ECHR 2000-X). Such reasons were not adduced in the present case, as the
existence of wedlock between the applicant and E.B. is not indicative of
their ability to raise the child together. In that regard, the courts unfairly
discriminated against the applicant by refusing to apply older case-law on
the grounds that she was not married to the father of X.
49. Finally, it is important to note that the Court is gradually recognising
the rights of the LGBTQ community. In that regard, the Court has found
violations of Article 14 in conjunction with Article 8 of the Convention
where a partner in an unmarried same-sex couple was not allowed to adopt
the child of her girlfriend without severing their legal ties (X and Others v.
Austria [GC], no. 19010/07, ECHR 2013), where a homosexual man was
prevented from having parental authority over his daughter on account of
his sexual orientation (Salgueiro da Silva Mouta v. Portugal, no. 33290/96,
ECHR 1999-IX) or where a lesbian woman was prevented from adopting a
child (E.B. v. France [GC], no. 43546/02, 22 January 2008). These cases
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51. It is for the above reasons that I cannot agree with the view of the
majority in finding no violation of Article 8 of the Convention or of
Article 14 read in conjunction with Article 8. In my opinion, both, the
domestic authorities and the Court, in their assessment, failed to take
relevant practical factors into consideration, in a manner that would have
tipped the balance of interests in the applicant’s favour. I therefore conclude
that the failure to recognise the applicant as X’s lawful mother (also
restricting her visiting rights) was not proportionate under the circumstances
of the case, and that the consequent sole authority of E.B. resulted in unfair
and discriminatory treatment of the applicant.
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