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ar/435823-cuando-la-violacion-de-la-intimidad-no-se-castiga
“Lo primero que sentís es vergüenza. Y no dormís más porque no sabés hasta qué
punto una persona te puede dañar o puede mandarle a cualquier persona esas
imágenes en las que estás expuestas. Y pensás: para qué voy a denunciar si no van
a hacer nada. Las víctimas no tenemos confianza ni esperanza en la justicia”, dice
Camila Segli. Es tucumana, tiene 20 años y estudia Derecho. Como Malen, la
candidata a alcaldesa y Ane, la operaria de una fábrica, protagonistas de la exitosa
serie española “Intimidad” (Netflix), Camila Seglien 2017 --cuando tenía apenas 16
años-- y nuevamente en 2020, fue víctima de la difusión no consentida de material
íntimo. Fotos de ella desnuda se difundieron en Facebook y le fueron llegando luego
por redes sociales a ella, a su madre, a su padre, a su novio, a sus amigos. Aunque
dudó qué hacer, aterrada de hasta dónde podía escalar la agresión, finalmente hizo
una denuncia en la Fiscalía Especializada en Delitos Complejos de
Tucumán: primero la causa se caratuló como distribución de pornografía infantil
y después como extorsión, yterminó cerrada sin identificar al culpable. Es lo que
le pasa a la mayoría de las mujeres que sufren en el país esta forma de violencia de
género digital: el agresor suele gozar de impunidad.El problema es que a diferencia
de España, donde transcurre la serie “Intimidad”,en Argentina todavía no es un
delito, aunque en la última década se han presentado más de una veintena de
proyectos de reformas legales en el Congreso.Ninguno prosperó.
La serie española
“En Argentina tenemos tristemente un caso como el que muestra la serie “Intimidad”,
de una joven que se suicidó por sufrir este delito”, recuerda Camila. Se refiere a Belén
San Román: era policía del Comando de Patrullas Rurales de Bragado, provincia de
Buenos Aires. El 30 de noviembre de 2020 con su arma reglamentaria decidió quitarse
la vida: tenía 26 años, era madre de dos niños. Su ex novio, Tobías Villarruel, había
viralizado un video y fotos íntimas suyas para extorsionarla, hostigarla, amenazarla.
Nunca recibió una pena por lo que hizo.
“En este tipo de delitos el agresor nunca se cansa. Lo puede hacer de manera muy
impune porque no hay castigo”, dice Camila.
“Hay que dar la discusión sobre si la penalización es la única salida dado que el daño
ya está hecho cuando se viraliza material íntimo. Por eso desde la Defensoría del
Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires estamos trabajando en pos de establecer un
canal prioritario para lograr la baja de contenidos y en este sentido la
responsabilidad de las empresas, como Twitter, Instagram y Facebook es muy
importante”, advierte la abogada especializada en Protección de Datos del organismo
porteño María Julia Giorgelli. Ese canal prioritario existe en España por ley.
Los casos que se denuncian en la Ciudad son investigados por fiscalía especializada
en Delitos Informáticos a cargo de Daniela Dupuy. Como Giorgelli también Dupuy
considera que debería tipificarse como un delito.
--Es difícil. Porque entre la obtención de la prueba y que se eleva la causa a juicio, las
causas muchas veces prescriben. Tuvimos una contra quien tiene un blog donde sube
fotos de colas de mujeres que saca en la calle. Intentamos la baja del blog, que es un
producto de Google, y las imágenes no se bajan. Hicimos una denuncia por acoso
sexual callejero y la causa se archivó. Lamentablemente hay una idea de que lo virtual
no daña tanto. Una reforma legal es importante pero la Justicia no es la respuesta
ideal. Hay muchos problemas respecto de la obtención de la prueba porque las
empresas tienen jurisdicción extranjera. La prueba en el entorno digital es sumamente
volátil. Y sobre todo porque lo que las mujeres quieren es que los contenidos se bajen,
es decir, que esa imagen no se viralice permanentemente porque quedan exhaustas
–señalaGiorgelli.
Uno de los proyectos que impulsan las víctimas tipifica como delito y castiga la
obtención, la extorsión y la difusión no consentida de material íntimo y/o de desnudez,
y/o de material que retrata violencia sexual, y/o prácticas de porndeepfake --cuando
se le pone el rostro generalmente de alguna famosa a imágenes de pornografía-- con
una adecuada perspectiva de género. “Todas estas prácticas dañosas constituyen
distintas formas de violencia de género digital”, dice la abogada Florencia Zerda.
El proyecto lleva el nombre de Belén San Román, la joven que se suicidó en Bragado:
su padre fue invitado a participar este lunes en la presentación. El texto tiene como
base un proyecto que llegó a obtener media sanción en el Senado, aunque incluye
algunas modificaciones basadas en otras iniciativasya debatidas en la Comisión de
Legislación Penal de Diputados, y toma en cuenta el derecho comparado mexicano y
español y el Código Contravencional de la CABA.
--Hace diez años se presentan proyectos sobre el tema ¿Por qué hay tanta
resistencia para legislar sobre violencia de género digital en Argentina? –le
preguntó este diario a la abogada Zerda, de la ONG Género y TIC.
--El resguardo de las imágenes es fundamental. Las chicas muchas veces lo que
piden es que se denuncie la cuenta porque desde ahí la están acosando. La persona
o se da de baja sola o Instagram termina cerrando la cuenta. Lo que pasa es que
cuando querés hacer la denuncia, si la cuenta está cerrada ya no podemos rastrearla.
La captura de pantalla de la cuenta sirve pero no me va a servir si no puedo rastrear
a la persona. Lo importante, si quieren denunciar --porque muchas veces no quieren
hacerlo-- es tratar de resguardar la conversación o que esa cuenta que está
agrediendo siga vigente porque si no la investigación judicial se ve frustrada --
explicaZerda.
Camila Seglicuenta que estuvo haciendo dos años terapia por trastornos de ansiedad
luego de sufrir la difusión no consentida de fotos íntimas en redes sociales. “Borré mis
redes sociales por el acoso virtual. Una empieza a asustarse por muchísimas cosas.
Hasta el día de hoy salgo con miedo a la calle. Lo virtual es real. Daña totalmente la
integridad de la persona. No queremos que esto siga sucediendo ni que cueste la vida
de nadie”, dice.
Las historias que refleja en la ficción la serie “Intimidad” están basadas en lo que
vivieron dos mujeres reales: Olvido Hormigo, una concejal española del PSOE del
pueblo Los Yébenes, en Toledo, que se vio obligada a renunciar después de la
viralización de un video erótico en 2012 y Verónica, una empleada de la fábrica
IVECO, ubicada en el nordeste de Madrid, de 32 años, que se terminó suicidando el
15 de mayo de 2019.
De acuerdo con los fundamentos del proyecto de Ley Belén, algunos de los que ya
cuentan con una legislación que castiga esta conducta son Australia, Filipinas, Japón,
Nueva Zelanda, Canadá, Reino Unido, Alemania, España, Puerto Rico, Sudáfrica,
Brasil, México, Italia, Uruguay, Nicaragua, Brasil, República Dominicana Francia,
Escocia, Alemania, Malta, Irlanda, Eslovenia, en la mayoría de los estados de EE.UU.
ya existen leyes, además de que se han presentado propuestas para obtener una ley
federal.En cuanto a la situación regional, el proyecto señala en los fundamentos, que
Brasil criminaliza el registro y almacenamiento no autorizado de la intimidad sexual,
el montaje en fotos, videos y audios que incluyan a una persona en escenas íntimas
y tipificó los crímenes de importunidad sexual y de divulgación de imágenes de
violencia sexual.Chile criminaliza al que en lugares públicos o de libre acceso público
capte, grabe, filme o fotografíe imágenes, videos o cualquier registro audiovisual de
los genitales u otra parte íntima del cuerpo de otra persona con fines de significación
sexual y sin su consentimiento, así como al que difunda dichas imágenes, videos o
registro audiovisual.
• denuncias@fiscalia.gob.ar