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Ser mujer en México es uno de los retos más grandes, por no decir una sentencia.
Hay tantos frentes por los que su cuerpo, sus derechos y su vida pueden ser
violentados, que no resulta increíble leer que “el 70.1 % de las mujeres mayores
de 15 años ha experimentado, al menos, una situación de violencia a lo largo de la
vida”. Dentro de esta cifra, es preciso destacar un tipo de violencia que ha ido en
incremento durante los últimos años: el ciberacoso.
Como muchos otros tipos de violencia, este es más frecuente en mujeres, ya que,
del total de usuarios de internet en el país durante el 2021, "el 22.8 % fueron
mujeres víctimas de ciberacoso". Traduciendo este porcentaje, 9 millones de
mujeres mayores de 12 años han sufrido este tipo de acoso; las adolescentes y
jóvenes son el sector más vulnerable. Sin embargo, entre tantas cifras
alarmantes, existe un pequeño rayo de luz: la Ley Olimpia.
Coral luchó por 3 años contra su depresión y contra las limitantes legales que se
encontró para responsabilizar a su agresor. Así, tras una larga lucha, en 2018
logró la aprobación de la ley que llevaría su nombre "Ley Olimpia", la cual castiga
el acoso digital y tipifica como delito contra la intimidad sexual grabar, tomar fotos
o difundir imágenes o mensajes de contenido sexual sin consentimiento.
La Ley Olimpia, pese a su nombre, no es una ley como tal, sino un "conjunto de
reformas legislativas que reconocen y sancionen los delitos que violan la intimidad
sexual de las personas a través de medios digitales".
Para hacer efectiva la Ley Olimpia, el primer paso es entender cuáles son esas
acciones que violentan nuestra intimidad y así, saber a qué podemos llamar
violencia digital. Las conductas que atentan contra la intimidad sexual son:
Video grabar.
Audio grabar.
Fotografiar.
Elaborar videos reales o simulados de contenido sexual íntimo.
Exponer.
Distribuir.
Difundir.
Exhibir.
Reproducir.
Transmitir.
Comercializar.
Ofertar.
Intercambiar.
Compartir imágenes, audios o videos de contenido sexual íntimo de una
persona.
Si alguna de las acciones anteriores te suena familiar o has pasado lo mismo por
lo que pasó Coral, el siguiente paso es denunciar, sin este paso, lamentablemente,
las cifras continuarán subiendo. Basta decir que, de acuerdo con el MESECVI, el
65% de las mujeres no denuncian la violencia digital y quien intento denunciarla no
obtuvo ninguna respuesta.
Hoy día, existen estados en los que la pena por cometer este delito alcanza hasta
los 8 años de prisión y, tras un largo recorrido y un profundo esfuerzo, en 29
estados de la República Mexicana han implementado la Ley Olimpia. Además, en
varios casos, el estado considera un agravante que el agresor esté o haya estado
vinculado emocionalmente con la víctima.
Cabe resaltar que el estado con mayor número de casos es Zacatecas, en donde
el promedio de edad de las agredidas ronda los 18 y 29 años. Por otro lado, el
55% de los agresores cibernéticos son hombres.
No es tu culpa. No eres tú
Es cierto que, muchas veces, tú has accedido a la grabación de material visual o
auditivo. Es verdad que la confianza en tu pareja o vínculo afectivo puede
motivarnos a realizar acciones como el sexting. La sexualidad es diversa y cada
persona es libre de realizar lo que considere placentero; sin embargo, el
consentimiento para la realización del material, en caso de que exista, no significa
que se acceda a la difusión sin permiso.