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4. LA eatsTamoLocls Ds Gaston 4.1, La ciencia no tiene la filosofia que se merece Gaston Bachelard naci6 en Bar-sur-Aube, Francia meridional, en 1884. A bos 28 afios s¢ doctors en matemética; a los 36 cn filosoiia; movil- zado por el ejéscito en agosto de 1984, fue Ecenciado en 1919. Entre 1919 y 1928 ensefia fisica y clencias naturales en el Collage de Bar-sur-Aube, En 1928 s¢ le encarga un curso complementario de filosoffa en la universidad de Dijon, donde enseiia hasta 1940, aiio en el que sucede a Abel Rey en la Sorbona, en la cétedra de historia y de ja de la clencia. Alli ensefia hasta 1954. Muere en Paris ea 1962. Las obras e| as de Bachelard (E! pluralismo coherente de la uulmica moderna, 1932; Las intuiciones atomistas; ensayo de clasificacion, 933; BI ere, cientifico, 1934; La dialéctica de la duraci6n, 1936; La formacién esptritu cientifico: contribucién a un psicoandlisis def conocimiento objetivo, 1938; La filosofia del no, 1940) aparecen en un perfodo en el que la filosoffa de la ciencia (pensamos precisamente en el neopositivismo vienés o incluso en el operacionismo norteamericano) sc presenta por un lado como una concepcién antimetafisica y, por el otro, como esencialmente ahist6rica. Es cierto que Bachelard proseguirfa su trabajo de epistemdlogo ¢ historiador de la ciencia después de la segunda guerra mundial (El racionalismo aplicado, 1949; La actividad racionalista de la fisica contempordnea, 1951; El materialismo racional, 1953). Sin embargo, puede afirmarse que en aquellos anos, al no haberse difundido ‘el pensamiento de Popper y de su escuela, la filosofia cicntffica 4a que estaba vinculada con la ciencia y pretendfa dar razén de ella~ continuaba siendo cl neopositivismo. La epistemologla de Bachelard (seguida mas adelante, de un modo diverso, por Canguilhem, Foucault y Althusser), debido a la época en que surgid y se desarrolldé, representa el pensamiento cargado de novedades de un filésofo solitario (aunque no aislado) que, en el seno de la tradicién francesa de reflexién sobre la ciencia (Meyerson, Poincaré, Duhem), su- pera Ia filosofla «oficial» de la ciencia de su tiempo (el neopositivismo) y ropone —como escribié Althusser- un «no-positivismo radical y deli- rado», Una vez dicho esto, hay que sefialar de inmediato que (dejando a un lado en este lugar los estudios que Bachelard dedicé a la actividad de la fantasia, la réverie: Psicoandlisis del fuego, 1938; La poética del espacio, 1957; La poética de la «réverie», 1960) los rasgos de fondo del pensamien- to de Bachelard pueden reducirse a los cuatro siguientes: 1) el filésofo debe ser contempordneo de la ciencia de su: propia época; 2) tanto el empirismo de tradicién baconiana como e! racionalismo idealista son inca- paces de explicar la real y efectiva practica cientifica; 3) la ciencia es un acontecimiento esencialmente hist6rico; 4) fa cicncia posee un «inelucta- ble caracter social». En El materialismo racional Bachelard constata con amargura que «la ciencia no tiene la filosofia que se merece». La filosofia siempre va retra- sada con respecto a los cambios en el saber cientifico. A la «filosofia de los filésofos» Bachelard trata de oponer «la filosofia producida por la cien- EScaneado con Lamscani Filosofia de a pencim psc blip neil allt eed tog ‘unidad, la clausura y la inmovilidad, mientras que los rasgos distintivos de la «filosofia cieatificae (0 filosofia creada por la ciencia) son la falta de una unidad o de un centro, la apertura y Ia histaricldad. En La flosofia de! no Bachelard sostienc: «Pediremos Sarason que rompan. eae ambicién de hallar un solo punto }, para juzgar una tan amplia y tan mudable, cone fisica.»/ Para Bachelard, la filosofia de fas cienclas es una filosofia de carécter ivo, distribuida: «kabria que fundar una filosofia de! detalle epistem » una filosofia “diferencial” ra contraponer a la filosofia “integrul"| de los filésofos. Esta filosofia pe i n tegral serfa la encargada de medit ¢l devenir de un pensamiento.» Este tip einai ciferenil cael arene ara ee ne a ome fias consideran sus principios como intangit ‘40s verdades prime- iced algo total y adguirids, Todas las demas filovoties se vanaglorian de su clausura». 4.2. La ciencia es la que insiruye a la razén En El racionalismo aplicado Bachelard afirma que «la epistemologia debe ser tan mévil como la ciencia». Sin embargo, como resulta obvio, Para que exista una filosofia dispersiva, distribuida, abierta, diferencial y mévil, es preciso entrar dentro de las practicas cientificas y no limitarse a juzgarlas desde fuera. Es necesario que cl fildsofo tenga confianza en el Cientifico, que sea él mismo cientifico (savant) antes que philosophe. En opinién de Bachelard, existen pocos pensamientos ite mas variados que lel pensamiento cientifico. «La funcin de la filosofia de la Ciencia consiste en registrar tal variedad y mostrar cu4nto aprenderian los filésofos si quisieran meditar sobre el pensamiento cientifico contemporé- neo.» Los neopositivistas iban en busca de un Principio rigido (el principio de verificacin) que dividiese nitidamente la ciencia y la no-ciencia, mien- tras que Bachelard no acepta un criterio a priori que se jacte de captar la esencia de la cientificidad, No es la n filoséfica la que cnsefia a la ciencia, sino que es «la ciencia la que instruye a la razén». Por consi- guiente, leemos en La filosofta del no, la razén debe obedecer a la cien- cia, a la ciencia m4s evolucionada, a la ciencia que evoluciona [...], La aritmética no se fundamenta en la raz6n, Es la doctrina de la raz6n la que se fundamenta sobre la aritmética elemental, Antes de saber contar, yono sabia en absoluto qué era la razén, En general, el espiritu debe acomodar- se a las condiciones del saber td La razén, una vez mas, debe obedecer ala ciencia, La geometria, la fisica, la aritmética son ciencias; la doctrina tradicional de una raz6n absoluta ¢ inmutable no es mas que una filosofia. Es una filosofla cuya hora ya ha pasado». Por lo tanto, escribe nuestro autor en El nuevo espiritu cieniifico, «cl espiritu posee una estructura variable puesto que el conocimiento tiene una historias. Y si el conoci- miento tiene una historia, entonces el instrumento privilegiado para las investigaciones de filosofia de la ciencia no es coma en el caso de los Neopositivistas— la l6gica, sino la historia de la ciencia, concebida como identificacién de las fases efectivamente atravesadas por ¢] desarrollo del saber cientifico, | i TAMAKI FPL iN MAN WM i ) nt Hit PU | leScaneaao con toon insensata 0 indiferente para la cloncia. Bachelard escribe: «El i puede cambiar de metafisica; no puede ignorar Ia metafisica.» Ysi es cierto que «un poco de metafisica nos aleja de la naturaleza, mucha meta- fisica nos acerca a ella». Esto nos indica que Bachelard no abriga prejui- cios antifiloséficos antimetafisicos en nombre de la ciencia. Se opone a la filosofia que no sea contempordnea de la clencia; se burla de los-filéso- fos que «picnsan antes de estudiar y en cuya eda relatividad de; nera en relativismo, la hipdtesis en suposicién y el axioma en primerae, Estos iui yorativos sobre la «flosofia de los filésofos» de la decidida tad de Bachelard «de dar a Ia filosofia la opcién de transformarse en contemporanea de la clencia», como ha escri- to Canguilhem. 4,3, Las «rupturas epistemoldgicas» Ni el empirismo tradicional ni el racionalismo idealista estan en condi- Giones =a criterio de Bachelard— de dar cuenta de la efectiva i Cientifica. En el ejercicio de la investigacién cientifica y en la historia de la ciencia no se encuentra el absoluto constituido por el dato inmediato, del que habla cl empirismo, y Bachelard tampoco acepta el prejuicio raciona- lista, no menos grave, que prentende «imponer al cientifico un marco a priori en el que s¢ halle lo que hay de esencial en la funci6n cientificar. Bachelard proclama: «Raz6n absoluta y realidad absoluta son dos concep- tos filoséficamente intitiles.» Segan Bachelard, no podemos considerar la ciencia con independencia de su devenir. Lo «real cientifico» no es inmediato ni primario: «tiene necesidad de recibir un valor convencional. Necesita integrarse en un sistema tedrico, Aqui, como en todas partes, la objetivacién domina a la objetividad». Por lo tanto, el dato cientifico siempre cs algo relacionado con sistemas tedricos. El cientffico nunea| parte de la pura iencia. A este propésito, en La formacién del esptritu cientifico Bachelard escri- be: «Se conoce contra un conocimiento anterior, destruyendo conoci- mientos mal hechos, supcrando aquello que en el interior del espiritu mismo obstaculiza la capiritualizacion (,.). La nocion de partir desde cero para fundar y acrecentar el propio patrimonio cultural es algo caracteristi- ¢o de las culturas de simple yuxtaposicién, en las cuales Un hecho conoci- do es de inmediato una riqueza, Sin embargo, ante el misterio de lo real e) alma no puede volverse ingenua por decreto, Resulta imposible anular de un solo trazo todos los conocimientos habituales, Ante lo real, lo que se cree con claridad ofusca aquello que se deberia saber, Cuando se presenta ante la cultura cientifica, ¢! espiritu nunca es joven, Al contrario, es muy. viejo, porque tiene la edad de sus prejuicios, Tener acceso a la ciencia quiere decir, desde ¢) punto de vista espiritual, rejuvenecer, quiere decir aceptar una|brusca mutacién que debe contradecir a un pasado. » Hl a iin ila Ht NNN ANH Estas sucesivas contradicciones del pasado, en opinién de Bachelard, son auténticas repturas (coupures) eptstemoligicas, que en cada caso la negactén de algo fundamental (supuestos, ins Centra- Jes, métodos) h patie ed ptedrind durante la fase precedente, Tanto la teorfa de ta dad como la teorfa de tos cuantos, al poner en discusi6n los conceptos de espacio, tiempo y causalidad, representan nota- bles confirmaciones de la noci6n de ruptura epistemoldgica. La historia de la clencia avanza a través de sucesivas rupturas epistemolégicas. Sin embargo, también hay ruptura entre saber comdn y conocimiento cientffi- co, sostiene Bachelard en spas 2 muchos otros, entre los cuales se cuenta Popper. «E! conocimiento vulgar tiene siempre més Tespoesias ie preguntas. Tiene respuestas para .» En cambio, él espiritu ico «nos prohibe tener opiniones sobre cuestiones qué no comprendamos, sobre cuestiones que no sepamos formular claramente. Antes que nada, ¢s preciso saber plantear los problemas». Para un espirit ci ico, toda teoria es Ia respuesta a una pregunta. E! sentido y la construccién del problema son las caracteristicas primordiales del espiritu cientifico: el co- nocimiento vulgar esta formado por respucstas, mientras que cl conoci- miento cientifico vive agitado por los problemas, «El “yo" cientifico es programa de experiencias, el “no-yo” cientifico —en cambio- es problema- tica ya constituida.» 4.4. No hay verdad si no se rectifica el error Més adn, a diferencia de las rutinas incorregibles de la experiencia comin, el conocimiento cientifico avanza mediante sucesivas rectificacio- nes de las teorias precedentes: «Una verdad y6lo cobra pleno sentido al final de una polémica, No existe una verdad primera. Sélo hay primeros errores.» Para avanzar, es preciso tener Ia valentia de equivocarse, Psico- légicamente, «no hay verdad sin error rectificado». Mas alla del senti- miento psicol6gico, empero, Bachelard afirma en El nuevo espiritu cienti- fico que «cl espiritu cientifico es esencialmente una rectificacién del saber, ‘una ampliacién de los csquemas del conocimiento. Este juzga su pasado hist6rico, condendndolo, Su estructura es la conciencia de sus hist6ricos errores. Desde el punto de vista cientifico, lo verdadero es pensado ¢n cuanto rectificacién histérica de un largo error, y la experiencia, como tectificacion de la ilusién comGn y primitiva». Una verdad sobre el tras- fondo de un error: tal es la forma del pensamiento cientifico cuyo método «es un método que busca el riesgo [...]. La duda se encuentra ante el método y no detras, como en Descartes, Este es el motivo por el cual puedo afirmar sin grandilocuencia -sefiala Bachelard- que el pensamiento cientifico es un, pensamiento comprometido, Pone continuamente en jue- go su organizacion misma, Mis todavia: paraddjicamente, pareceria que el espiritu cient{fico viva con la extrafia esperanza de que el mismo méto- do tropiece en un jaque mate decisivo, Y ello|se explica porque un jaque Mate tiene como consecuencia el nuevo hecho y la idea nuevas. Las hipd- tesis cientificas pueden’ verse sometidas a un jaque mate; cl espfritu no }, e8 aguel que se convicrte en «impermeable ante los ie a ¢$ lalraz6n por la cual las rutinas se i i ll Winey IAL A | ch m Escaneado con vamScani ! incorregibles, mientras quo las ideas vagas siempre son verifica- | Noesy eataea res por ¢s anticientifica la actitud de aquel que siempre halla la primera manera de verificar su propia teorfa, en vez\de mostrar su error y en consecuencla rectificarla, j Por lo tanto, existe ma ruptura ae Sparse. el conocimiento cientffico. No es sorpre! te, pucs, se a las pretensions ya balprdeticn dé lal oN Sips eicn csetfica) Di ches pretcanicnla y dicha practica se fundamentan cn Ia incomprensién de la ruptura conemoltes ‘existente entre la experiencia comdn y la ‘expe- riencia cientifica («cada oe nueva nace a pesar de la experiencia inmediatae), y sus respectivos ania del conocimlento coman es genérico, y e! del conocimiento clentifico, especializado). Por otra parte, ta ruptura cpistemoldgica entre conocimiento cientifico y conocimiento vulgar plantea serios problemas en la dialéctica de las Ciencias, cuya espe- ranza implica nociones y conceptos que no pueden remitirse a los tos y a las noctones esponténeas ¢ intuitivas de la experiencia comdn. Al contrario, las nociones y los conceptos de la clencia son tales en la medida en que se opongan a los del conocimiento vulgar. El conocimiento cientifi- co no es algo inmediato: todo dato cientifico y toda idea cientifica son el resultado de un largo trabajo (de construccién y de rectificacin) racional. En la ciencia «nada aparece por su cuenta, Nada hay dado. Todo es construido», afirma Bachelard en La formacién del esptritu cienttfico. 4.5. El eobstdculo epistemolégico» El conocimiento cientifico avanza mediante sucesivas rupturas episte- molégicas; de este modo se va ximando a la veiad. «No hemos encontrado ninguna solucién posible al problema de la 1, que No sea ir descartando gradualmente los errores, cada vez mas finos.» Sin embar- 80, 1 progreso de la ciencia, esta continua rectificacién de los errores Previos y en especial aquellas rectificaciones que constituyen auténticos Coupures, no son pasos que se puedan dar con fatilidad; debido a su choque con lo que Bachelard llama «obstéculos episiriuohoggcnss. «Cuan- do se buscan las condiciones psicoldgicas del rogreso cientifico, pronto se Nega a la conviccién de que el problema del conocimiento cientifico hay que plantearlo en términos de obstéculos. Y no se trata de tomar en consideracién obsticulos externos como por ejemplo la complejidad y la fugacidad de los fenémenos, ni de culpar a la debilidad de los sentidos y del espiritu humano: las lentitudes y las disfunciones aparecen, por una especie de necesidad funcional, en el interior del mismo acto cognoscitivo. Es aqul donde mostraremos las causas del estancamiento ¢ incluso del retroceso, es aqui donde descubriremos aquellas causas de inercia que Mamaremos obstéculos epistemoldgicos, Bl conocimiento de lo real es una luz que siempre proyecta sombras hacia algiin lugar.» Podemos afirmar que el obstéculo epistemoldgico es una idea que prohibe y luca otras ideas: hAbitos intelectuales Solidificados, la inercia que obliga al estancn- miento de las culturas, teorfas cientificas ensefiadas como a Tucson dog- mas, los dogmas idcoldgicos que dominan las diferentes ciencias, he aqui algunos de los obsticulos epistemoldgicos, El primer obstaculo que hay 885 Ah Escaneado con va Wi acai ny {| mScani Filosofia de la ciencia superar inién: «La opinién, por principio, siempre se equivo~ ata san ploten mal; nO Bone cine conichecr- Sep Pios objetoe reyn su utiided, se impide a sf miama coao- certos, No se puede fondamentar nada sobre la opinién: antes que nada hay .» Otro obstéculo es In falta de un genuino sentido de los , sentido que #¢ pierde cuando Ia investigacién queda parafiza- da.en el Interior de} caparazén de fos conocimientos que se dan por senta- dos y ya no se problematizan. Mediante ¢! uso, las ideas se valorizan indebidamente, dice Bachelard, Y esto constituye un factor de inercia -en ei més estricto sentido del término- para el espfritu. Llega a darse el caso de que una idea dominante polarice a un espirita en su totalidad. «Cierto epistemolégo irreverente, hace una veintena de aitos, afirmaba grandes hombres son dtiles a ta clencla durante fa primera mit desu vida y nocivos Cope ry yepre oe el aera dificiles de suprimir son primera, |a arrende coloearse mnds alld de Ia cridea; el que puede ealificarse de obs- thculo realista, consistente en la seduccién ejercida por la nocién de subs- tancia, y cl obstdculo animista («La palabra “vida” es una palabra magica. Es una palabra valorizada»). Ante las realidades representadas por los obstéculos epistemolégicos, Bachelard propone un «psicoandlisis del co- nocimiento objetivo», que s¢ proponga identificar y anular aquellos obs- téculos que bloquean el desarrollo del espiritu cientifico. Una catarsis de esta clase se hace necesaria cuando queremos posibilitar el avance de la ciencia, puesto que siempre se conoce contra un conocimiento anterior. 4.6, Ciencia ¢ historia de la ciencia Todo esto nos muestra asimismo la funcién de la negacién cn el inte~ tior de nuestra actividad cognoscitiva y en el interior de la filosofia misma, que cn opinion de Bachelard~ ha de configurarse como una «filosofia de! no», decidida a rechazar las pretensiones de los viejos sistemas, que aspi- ran @ presentarse como concepciones absolutas y totalizantes de la reali- dad, y # imponer principios intocables a la ciencia. La tesis de Bachelard sosticne que le evolucién del conocimiento no tiene fin y que ta filosofia debe ser instruida por Ja ciencia. Esto quizds turbe al filisofo, «pero ea preciso Hegar @ una conclusion de este tipo si queremos definir la fia conocimiento Gentifico como una “filosofta abierta”, como la concien- cit de un espiritu que se fundamente trabajando sobre lo ignorado, bus cando en lo real aquello que contradice conocimientos anteriores, Antes de cualquier otra cosa, hay que tomar conciencia del hecho de que la Nueva experiencia dice “no” 4 la experiencia vieja, 0 seria del todo eviden- be que no se trata de una experiencia nueva. Sin ¢ , €8te nO jamas ¢3 definitivo Pare UO espirity que sabe entrar ea Una (elacida dialéctica con SUS propios principios, constituir en sf mismo nuevas clases de evidencia, a SU propio Patrimonio de explicaciones sin conceder ningdn Privilegio @ lo que seria un patrimonio de explicaciones naturales que Sitven para explicarlo todo». No existe una razda por encima y en él exterior de la practica cientifica y de la historia de ta ciencia. La ciencia encuentra sus fundamentos en la historia, Y esta historia, fruto de un 886 Escaneado con VamScani 887 Escaneado con VamScani

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