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versity. She published her ué significaba e implicaba ser “medio africa-
book Feminist Discourse and no”? La cuestión, que había preocupado a
Spanish Cinema: Sight Un- buen número de españoles durante siglos, si
seen (Oxford) in 1999 and is
bien sólo de manera intermitente, adquirió gran ur-
finishing Disorientations:
Spanish Colonialism in Africa
gencia y complejidad a principios del XIX. Por un lado,
and the Cultural Mapping of multitud de figuras intelectuales, artistas y escritores
Identity. Additionally, she is de Estados Unidos y el norte de Europa, como Víctor
part of a colaborative team Hugo, proclamaban la “esencia africana” de Iberia, y
(under the direction of Jo atribuían características estereotípicamente “africa-
Labanyi) dedicated to the nas”—la indolencia, el atraso, y la violencia bárbara—
analisis of an oral history of a los españoles. Por otro lado, al intentar compensar la
cinema and the practive of pérdida de las colonias en las Américas, España se apre-
daily life in the ’40s and ’50s suraba a competir con los nuevos colonialismos euro-
in Spain
peos que se apoderaban de enormes extensiones de tie-
rra en Africa. De manera paradójica, varios pensadores
españoles razonaron que precisamente por su proximi-
dad racial, cultural y geográfica a Africa, los españoles
estarían mejor dotados que nadie para colonizar a los
africanos: el carácter africano de España sólo le facilita-
ría el cumplimiento de su papel europeo imperialista.
Aunque este debate altamente politizado acerca
de la relativa “africanidad” de España queda patente en
muchos textos culturales, se manifestó de manera par-
ticularmente vívida en la pintura orientalista, produci-
da durante las últimas décadas del siglo XIX. Muchos
no hubiera hoja de parra, los genitales fe- nas” o en la “Venus del espejo”/“Venus de
meninos siempre se cubrían de lo que Rokeby”; así, en el cuadro del catalán, el
Peter Brooks en su libro Body Work ha lla- hombre nativo, reflejado en el espejo si-
mado “the ultimate veil: the woman’s sex tuado detrás de la odalisca, forma parte
as unknowable and unrepresentable” esencial de una gran trampa que sirve para
(141). Una de las razones por las cuales inmovilizar al espectador europeo que
la pintura orientalista alcanzó tanto éxi- quisiera apropiarse de los espacios y cuer-
to en el siglo XIX es que proporcionó una pos prohibidos del harén.
nueva justificación del desnudo femeni- Pese a sus rasgos subversivos, las
no, ahora visualizado como esclava de “Odaliscas” de Fortuny continúan cum-
mercado, bañadora turca, u odalisca, aun- pliendo con algunas de las convenciones
que siempre siguiendo las normas acadé- del desnudo orientalista: como la gran
micas; el cuadro orientalista exótico, se- mayoría de los ejemplos de este subgénero,
gún Brooks, “excuses its own display of las “Odaliscas” de Fortuny son obras de
the nude through representation of a estudio, creadas gracias a la colaboración
‘foreign’ (barbaric, deplorable, enticing) de modelos europeas, pero implican que
practice” (136). el artista sí ejerció el privilegio imperialis-
Al comienzo de la década de los 60, ta, que logró acceder a terrenos vedados y
después de su primer viaje a Marruecos, velados. Sin embargo, al intentar sumer-
Fortuny pintó varias “Odaliscas” que se girse en el ambiente marroquí—volvió
podrían caracterizar como notablemente varias veces al norte de Africa, y hasta in-
iconoclastas: efectúa un experimentalismo tentó aprender árabe—Fortuny empezó a
formal e ideológico que funciona para rom- preocuparse por cuestiones de autentici-
per con la inscripción tradicional del ob- dad cultural, y criticó el “orientalismo de
servador masculino/blanco/europeo como sillón” de algunos de sus compatriotas. Al
poseedor de la mujer colonizada, inscrip- poco tiempo, el artista dejó de producir
ción que ha sido analizada detalladamen- odaliscas, y la mujer marroquí casi des-
te por la historiadora de arte Linda Nochlin apareció de su obra pictórica; sólo se vis-
con respecto a la obra de Ingres. En los lumbraba, de vez en cuando, como una
cuadros de Fortuny, en cambio, la odalis- figura completamente tapada en sus esce-
ca simbólicamente vuelve la espalda a ese nas de calle. Y tan pronto como su cre-
público colonizador, y el hombre nativo ciente fama le permitió sostener econó-
retratado se convierte en el objeto de la micamente a su familia, reembolsó a la
mirada anhelante de ella (en la “Odalis- Diputació, liberándose así de sus deberes
ca” reproducida en González López y Martí nacionalistas y colonializantes oficiales.
Ayxelà 182) o de su fantasía apasionada Es por ese entonces que Fortuny,
(reproducida en González López y Martí incitado, irónicamente, por sus colegas
Ayxelà 180).1 En su “Odalisca” más com- franceses Regnault y Clairin, “descubrió”
pleja en términos formales (rep. en el sur de España. Cautivados por Grana-
González López y Martí Ayxelà 189), da, Fortuny y su mujer Cecilia de Madra-
Fortuny juega con la tradición velazqueña zo, hija de una familia de reconocidos
del juego de los espejos y los espacios intra- pintores, trasladaron su hogar al lado de
y extra-textuales, presente en “Las Meni- la Alhambra y hospedaron a docenas de
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arreglados, compone un eco visual lúdica- ba claro no sólo que practicaba la prosti-
mente sutil a la izquierda de la obra, y tución, sino que era una ramera sucia, en-
proyecta una sombra histórica también: ferma y decadente, que para mayor agra-
es la representación de un apreciado ja- vio dirigía una mirada descarada, insolen-
rrón antiguo de cerámica hispano-moris- te, a sus contempladores. La dura tensión
ca, que provenía de la extensa colección de la mano izquierda de la mujer se veía
de artes decorativas de Fortuny,2 una pie- como especialmente chocante, porque
za que prueba la atracción moderna de una parecía burlarse del gesto de pudor que
estética “diferente.” había caracterizado al desnudo femenino
Es en otro cuadro absolutamente clásico desde la edad de Tiziano. Clark
brillante, “Carmen Bastián” (rep. en Gon- observa que Olympia “has no pubic hair,
zález López y Martí Ayxelà 311)—curio- of course; that would have been unthink-
samente, una de las obras menos conoci- able,” pero que “the hand is Olympia’s
das de Fortuny—que la gitana Carmen whole body, disobeying the rules of the
incorpora una amalgama de característi- nude” (136). El propósito de Clark a lo
cas aparentemente irreconciliables: una largo de su estudio es demostrar cómo la
diferencia eternamente exótica, y una pintura francesa de finales del siglo XIX
modernidad europea atrevida, que refle- vincula la modernidad a la marginalidad
jan las fascinantes contradicciones que social (259), y aquí la prostituta es una
atraviesan la formulación de una identi- agente especialmente eficaz de esa moder-
dad nacional española en este momento. nidad, porque su habilidad de desempe-
En este cuadro, Carmen desempeña el ñar papeles y su transgresión de las divi-
papel de la odalisca ultra-moderna. siones de clase amenazan invalidar las acos-
Para entender la radical novedad de tumbradas distinciones sociales (111).
esta obra, es necesario considerar el desa- Según Clark, sólo un crítico de arte
rrollo de ciertas tendencias europeas ar- de la era, Jean Ravenel, parece haber cap-
tísticas de la época, particularmente la tado el significado—la sorprendente mo-
experimentación vanguardista que produjo dernidad—del cuadro de Manet. Ravenal
lo que se ha venido a llamar la “crisis del califica la obra como “une folie d’Espagne
desnudo.” Quizás el cuadro más comen- très folle, qui vaut mille fois mieux que la
tado al respecto es la “Olympia” de Manet, platitude et l’inértie de tant de toiles qui
que se exhibió en el Salón de París de 1865. s’étalent à l’Exposition” (citado en Clark
Hoy día es difícil concebir el tremendo 296 n. 144). Otros también habían seña-
escándalo que provocó este cuadro; dia- lado el “españolismo” del cuadro: por un
riamente, una muchedumbre acudía a lado, la obra de Manet evocaba el único
expresar ruidosamente su desprecio ante desnudo femenino de la tradición occi-
el retrato. Como ha demostrado T.J. Clark dental considerado como igualmente re-
en su estudio pionero The Painting of volucionario, la “Maja desnuda” de Goya;
Modern Life, las reseñas publicadas en el por otro lado, Olympia misma solía ser
momento revelan las obsesiones de ese interpretada como una mujer exótica con
público: Olympia estaba desvestida, no cierto sabor español. Mientras que Sander
desnuda; en vez de elevarse por encima de Gilman ha postulado que la presencia de
la realidad vulgar de lo cotidiano, queda- la criada negra, una figura (estereo)típica
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finales del siglo XX y editados por Robert Pageard Gilman, Sander. Difference and Pathology: Stereo-
et al, en Los Borbones en pelota). Los dibujos, que types of Sexuality, Race and Madness. Ithaca:
quizás circularan entre un público selecto de ar- Cornell UP, 1985.
tistas e intelectuales, fueron producidos pocos González López, Carlos y Montserrat Martí
años antes de que Fortuny pintara su “Carmen Ayxelà. Mariano Fortuny Marsal. Tomo I:
Bastián”; algunas de las poses—por ejemplo la de Biografía. Selección de Color. Barcelona:
Isabel con las faldas levantadas a la espera de una Rafols, 1989.
fila de hombres anónimos—se asemejan a la de la Güell y Mercader, J. “Fortuny: Exposición de sus
modelo gitana. En particular, me interesa con- obras póstumas en París.” La Ilustración Espa-
trastar la imagen alegórica de la reina, estudiada ñola y Americana 10 (1875): 178.
por Lou Charnon-Deutsch (108-26), con la nue- Madrazo, Pedro de. “Fortuny.” La Ilustración Artís-
va figuración femenina (también desnuda y cla- tica 314 (1888); originalmente publicado
ramente sexualizada) de la identidad nacional en El Tiempo 28 nov. 1874.
efectuada por Fortuny. Martin-Márquez, Susan. “‘Here’s Spain Looking
At You’: Shifting Perspectives on North Afri-
Obras citadas can Otherness in Galdós and Fortuny.” Ari-
Brooks, Peter. Body Work: Objects of Desire in Mod- zona Journal of Hispanic Cultural Studies 5
ern Narrative. Cambridge: Harvard UP, 1993. (2001): 1-18.
Castro y Serrano, José de. “Carmen la de Fortuny.” Nochlin, Linda. Women, Art, and Power and Other
Historias vulgares. Tomo I. Madrid: Fortanet, Essays. Boulder: Westview Press, 1988.
1887. 231-66; originalmente publicado en Pageard, Robert, Lee Fontanella y María Dolores
La Ilustración Española y Americana 21 Cabra Loredo, eds. Los Borbones en pelota.
(1875): 354-55, 358-59. Madrid: Compañía Literaria, 1996.
Charnon-Deutsch, Lou. Fictions of the Feminine Pollock, Griselda. Differencing the Canon: Femi-
in the Nineteenth-Century Spanish Press. Uni- nist Desire and the Writing of Art’s Histories.
versity Park: Pennsylvania State UP, 2000. Londres: Routledge, 1999.
Clark, T.J. The Painting of Modern Life: Paris in Quesada, Eduardo, ed. Gitanos. Pinturas y escul-
the Art of Manet and His Followers. Ed. rev. turas españolas 1870-1940. Granada: Funda-
Princeton: Princeton UP, 1984. ción Rodríguez Acosta, 1995.