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Instituto bíblico ELIM

Nombre: Helianny Andújar


Asignatura: Desarrollo integral del líder

Resumen capítulo 3
El carácter del líder: Liderar con amor desde
el corazón.

Un líder debe tener el corazón lleno del amor sobrenatural de Dios.


Para tener éxito en el liderazgo, debemos ser capaces de amar.
● El amor no busca lo suyo: cuida, comparte y sirve (1 Corintios 13:5)
El amor no busca lo suyo, no es egoísta. El amor se preocupa por los otros, así como se
preocupa por sí mismo.
Como líderes, debemos reconocer que el egoísmo es la esencia de todo pecado.
En su manifestación extrema, el egoísmo dice: “No se haga tu voluntad, sino la mía”.
Un pastor egoísta sacrifica a las ovejas por sus propios deseos. Un pastor amoroso da
su vida por las ovejas. El amor no es egoísta. Se preocupa, comparte, da y sacrifica. El
amor siempre tiene suficiente para compartir. Comparte su fortaleza al llorar con los que
lloran (Ro 12:15). El amor sobrelleva las cargas de otros (Gá 6:2). Pero las personas
egoístas nunca tienen suficiente. Sus vientres
nunca se llenan y su apetito nunca se sacia.

● El amor no busca lo suyo (1 Corintios 13:5).


La lujuria se apodera de todo lo que puede conseguir, pero el amor no es egoísta. A
continuación, presentamos una prueba breve para ver si usted es una persona mezquina
El liderazgo espiritual es algo que tenemos que administrar momento a momento,
día tras día. Los psicólogos llaman a las personas egoístas *egocéntricas. El interés
de una persona egoísta está en ser servida en vez de servir. Los líderes egoístas
acaparan lo mejor para ellos mismos. Reflejan la actitud de los hijos de Elí, Ofni y
Finees. Dios llamó a estos hombres para que fueran ejemplos piadosos y guiaran a
los israelitas en santidad y justicia. Pero Ofni y Finees eran líderes egoístas. No
estaban preparados para liderar. Recuerde su egoísmo, cómo abusaron de su posición
piadosa y la forma severa en que Dios los trató por servirse a sí mismos en lugar de
a los demás
el llamado a liderar es un llamado a amar por medio del servicio a
otros. Permita que el Espíritu Santo guíe sus pensamientos para que sea un líder que
ama. ¿Cree que los líderes, o incluso los apóstoles, caminan al frente de la fila? ¿Cree
que Dios llama a los líderes a gobernar y reinar como reyes? Esta era la actitud de
Diótrefes. Si usted piensa de esta manera, es muy bueno que esté estudiando este curso.
Recuerde lo que Pablo, el gran apóstol, dijo sobre cómo se debería guiar, amar y servir en (1 Co
4:8-13).
Para liderar con amor, debemos poner las necesidades de otros al mismo nivel
que nuestras propias necesidades. Dios se complace en que nos amemos a nosotros
mismos. Pero debemos practicar el amar a los demás tanto como nos amamos a nosotros
mismos. Y, sobre todo, Él nos llama a amarlo a Él con todo nuestro corazón, nuestra
alma, mente y fuerza. Así que, como líderes espirituales, nuestras prioridades sean amar
a Dios y a los demás, en lugar de enamorarnos de nosotros mismos

● El amor no se irrita y no guarda rencor


Dios ama, perdona y borra los pecados de aquellos que se arrepienten y aceptan
a Jesús como Salvador y Señor. Cuando lleguemos al cielo, ¡nos avergonzaría si
Dios sacara una lista de nuestras faltas y pecados en la tierra! Pero su perdón ha borrado
nuestros pecados ¡para siempre! El amor de Dios lo llevó a enviar a su Hijo a morir
en una cruz por nuestra salvación. Cuando Dios perdona nuestros pecados, ¡Él nunca
vuelve a recordarlos! La memoria de Dios es perfecta. Puede recordar cualquier cosa que
quiera.
Dios nos exige que amemos y perdonemos a otros así como Él nos perdona. Una
ley o un principio de las Escrituras es que Dios nos perdona a nosotros en la misma
medida en que perdonamos a otros. Él les exige a sus hijos que amen a otros así como
Él nos ama. Esta es una ley en la familia de Dios. Piénselo: el amor de Dios no fluye
incondicionalmente.
Ofrezcamos bálsamo en vez de culpabilidad
Las personas no necesitan sentirse mal acerca de sus errores pasados ya perdonados. Y amar a
aquellos a los que lideramos no es una recompensa para ellos, es nuestra obligación.
Jonás fue profeta sin amor. Él no quería que Dios perdonara a los asirios en Nínive.
Más bien, el profeta quería que Dios destruyera a Nínive y a toda su población. Como judío,
Jonás no quería que los gentiles recibieran ninguna misericordia. Él fue hostil con los gentiles a
causa de sus pecados. Ellos adoraban ídolos, no conocían al verdadero
Dios, no tenían a Moisés ni a los profetas. Y eran muy crueles.
La única razón por la que Jonás fue a Nínive después de que la ballena lo escupiera
en la costa, fue para salvar su propia vida y no la de los asirios. Jonás amenazó a los
asirios, aterrándolos para que se arrepintieran. Pero, ¿a cuántos guió a tomar el camino al
cielo? ¡A ninguno en absoluto! Jonás no amaba al pueblo al cual Dios lo llamó a servir.
Aunque Dios quería perdonarlo y salvarlo, Jonás se negaba a eso. Él no perdonaría a los
asirios por sus pecados pasados ni presentes. Es más, Jonás ni siquiera perdonaría a los
asirios por haber nacido gentiles en vez de judíos. Él era prisionero de sus prejuicios y
un profeta sin amor. Si Jonás hubiera abierto su corazón para que fuera lleno del amor de
Dios, la historia sería diferente. El rey y todas las personas de Nínive se arrepintieron. Si
Jonás hubiera permitido que el amor de Dios fluyera a través de él, tal vez los ninivitas
habrían abierto su corazón al único y verdadero Dios. ¿Y quién puede decir a cuántas otras
naciones habría enviado Dios a Jonás si su corazón hubiera tenido espacio para el amor y el
perdón que el único y verdadero Dios desea que reciban todas las naciones dela tierra? Pero
Jonás no guió a los habitantes de Nínive hacia el Dios del cielo. Porque el liderazgo se detiene
donde el amor se detiene.

● El amor no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad


(1 Corintios 13:6; 1 Corintios 5:1-8)
El amor no se regocija en lo injusto, sino que se regocija en lo justo. Pero
Pablo usa la palabra verdad en vez de la palabra justo. Pablo dice que el amor no se
deleita en lo injusto, sino que se goza en la verdad. Como cristianos, siempre debemos
escoger entre la injusticia y la verdad del evangelio. Porque la persona que trata de
deleitarse en la injusticia y en la verdad es una persona dividida. Piénselo. Si un líder o
cualquier seguidor de Cristo se deleitan en la maldad, como en los pecados sexuales, en
el hurto o en la mentira, entonces esta persona seguramente esconde la verdad y miente acerca
de su comportamiento. Los que se deleitan en la maldad no pueden abrazar la
verdad, pues esta expone su hipocresía
Para ser líderes espirituales, debemos amar lo correcto y odiar lo incorrecto

● El amor todo lo soporta: nunca se rinde (1 Corintios 13:7)


El amor de Dios capacita a los líderes a llorar con los que lloran y a regocijarse con los que se
regocijan. El amor nos da las fuerzas para ser como un padre para los nuevos convertidos, para
reprender a los hipócritas y para lidiar fielmente con los reincidentes. El amor de Dios empodera
a los líderes para soportar llevar el peso de centenares de almas en su corazón, así como el
sumo sacerdote llevaba a las tribus de Israel en su pectoral. Liderar en amor hasta puede llevar a
que los líderes parezcan y se sientan viejos, cuando todavía son jóvenes

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