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La Contabilidad como Arte

Resumen
Las conexiones entre el arte y la contabilidad son evidentes: se relacionan a través de la armonía,

simetría y búsqueda de la esencia fundamental de la realidad. La contabilidad, como el arte, busca

representar la realidad de manera estética y precisa, expresando la belleza a través de la correcta

coordinación de partes en relación con el todo. La contabilidad refleja este principio en la

elaboración de informes financieros precisos y estéticamente agradables, mientras que la ciencia

y el arte se entrelazan en la percepción objetiva y comprensión de la naturaleza de los elementos.

La analogía con Niels Bohr, comparándolo con un artista que utiliza un pincel para expresar sus

ideas, destaca la importancia de la percepción precisa en la contabilidad, al igual que en la creación

artística. Diferentes escuelas de contabilidad reflejan corrientes artísticas: la escuela francesa,

liderada por Dumarchet, marcó la transición de la contabilidad hacia un enfoque más económico

y macroeconómico, ampliando su alcance a la economía nacional. La escuela alemana, similar al

arte de Mondrian, enfatizaba la forma ideal y la objetividad en la contabilidad, mientras que la

escuela angloamericana, emergida en las décadas de 1920 y 1930, buscaba convertir la

contabilidad en un instrumento de control, sacrificando precisión por eficiencia.

Introducción
La contabilidad refleja similitudes con el arte: la armonía y simetría son clave. La

disposición estética de elementos caóticos en el arte se relaciona con la simetría contable,


expresada en el principio de partida doble y la creación de balances para transformar desorden en

orden. Esta conexión entre la estética y elementos matemáticos define la belleza contable en la

elaboración de informes financieros precisos y estéticamente agradables.

Diversas corrientes contables se comparan con movimientos artísticos: la escuela italiana

refleja el mundo real, la francesa amplía su alcance a la economía política, la alemana prioriza la

forma ideal y la objetividad, mientras que la angloamericana enfoca el control.

Análisis
Desde una perspectiva artística, la contabilidad tiene como propósito la supervisión de las

actividades de aquellos involucrados en las empresas. Estos individuos se agrupan en cuatro

categorías: propietarios, administradores, agentes y corresponsales. Buscan lograr una

armonización que requiere precisión y destreza, considerando las Normas Internacionales de

información Financiera NIIF, para consecuentemente presentar los estados financieros; para unos

autores la Contabilidad no es considerada como una ciencia. Por ejemplo, para (Fowler Newton,

1992) “La Contabilidad es una disciplina técnica que a partir del procesamiento de datos sobre la

composición y evolución del patrimonio de un ente, los bienes de propiedad de terceros en su

poder produce información para la toma de decisiones” (pág. 7), asimismo El Instituto Americano

de Contadores Públicos Colegiados (AICPA) ofrece otra definición, describiendo la contabilidad

como “el arte de registrar, clasificar y resumir de manera sustancial las operaciones y eventos de

índole financiera, interpretando sus resultados en términos monetarios”.

Para entender por qué la contabilidad se considera arte, es crucial examinar las distintas

corrientes en este campo. Como señala (Solokov, 2011):

Varias escuelas de contabilidad reflejan la realidad de la misma manera que lo hacen las

distintas escuelas de arte: la escuela italiana refleja el mundo real como Rafael lo hizo, la
francesa como Toulouse-Lautrec, la alemana como Mondrian, y la angloamericana como

Picasso. (pág. 638)

Escuela Francesa
Desde el siglo XVII hasta el XIX, la escuela francesa de contabilidad ganó influencia. En

esta escuela, se produjo una transición de la interpretación de un contador-abogado a un contador-

economista. Dumarchet, autor del escudo de armas de los contadores, en el tema de la contabilidad,

proclamó los átomos de valor. (Montesinos, 1978) Introdujo:

La escuela francesa de los siglos XVII y XVIII va elaborando progresivamente una teoría

de la contabilidad entendida como ciencia de las cuentas (contismo), apartándose

progresivamente de las preocupaciones patrimoniales que siempre habían caracterizado

las actividades contables, desde muchos siglos antes de la conformación del Método de

Partida Doble.

Dumarchet desarrolló su nueva forma integral de contabilidad. Esta forma fue de gran importancia

e influencia en las condiciones de uso de la contabilidad en tarjetas y en el diseño de un formulario

de revista-pedido. En el comercio, se adoptó el procedimiento contable para mercancías según los

principios de valoración potencial.

La escuela francesa identificó los ingresos con las ganancias. Sin ingresos, no hay

ganancias. Los derechos y obligaciones de las personas responsables no son el tema de un

contador, eso es asunto de un asesor legal. Sin embargo, la escuela francesa amplió el alcance de

la contabilidad a los límites de la economía política. Los métodos contables comenzaron a usarse

para contabilizar toda la economía nacional, lo que se denominó macro contabilidad. Los

representantes de la escuela francesa estaban convencidos de que, no tenían en cuenta papel, ni

información, ni relaciones, sino dinero, objetos y valores mismos.


El talentoso psicólogo y brillante retratista Toulouse-Lautrec intentó mostrar a las personas

tal como son, sin imágenes ideales, en su trabajo diario. Enfocó sus pinturas en una amplia variedad

de personas. Eran amigos y conocidos, artistas de circo, cabaret, jinetes, habituales de bares

parisinos, prostitutas, simplemente personas aleatorias. No importaba cuánto tiempo Toulouse-

Lautrec hubiera conocido a la persona que estaba pintando: le bastaban unos momentos para

capturar firmemente en su memoria una imagen viva, una impresión emocional, la dinámica del

momento, y luego recrearlos en papel o lienzo. En sus obras, no perseguía un parecido directo con

el original y buscaba transmitir no tanto lo externo como la profunda esencia interior de lo que

quería retratar.

La fealdad en las pinturas de Lautrec no es una moralización condenatoria ni una burla, él

logró retratar a las personas sacando a relucir su fealdad y al mismo tiempo lo hizo con amor por

ellas: es bastante obvio que no odia a sus modelos. Por supuesto, en muchos aspectos, sus puntos

de vista fueron moldeados por su trauma, que lo obligó a construir un puente entre él y el mundo

de una manera especial. Pero incluso la escuela de contabilidad francesa rechazó las imágenes

ideales, llamando a una reflexión de la vida real de la situación.

Escuela Alemana
Esta escuela marcó una visión única al tratar la contabilidad como un arte estructurado. Se

basaba en métodos de deducción en lugar de inducción, destacando la importancia de la forma

ideal en la contabilidad. Esto se reflejaba en la simplificación y formalización de los

procedimientos contables, eliminando lo innecesario para seguir modelos matemáticos precisos.

Mondrian, conocido por sus obras de arte abstracto, simplificó las formas a líneas

horizontales y verticales con colores básicos. Buscaba expresar la esencia fundamental de la

realidad a través de la armonía universal. Su enfoque se asemejaba al de la escuela alemana en la


búsqueda de una representación pura y objetiva de las leyes fundamentales que rigen el universo.

Tanto en la contabilidad como en el arte de, se buscaba capturar la armonía y la universalidad de

principios subyacentes. En la contabilidad, esto se traducía en la simplificación estructural y el

enfoque en modelos matemáticos, mientras que en el arte de Mondrian se reflejaba en la

simplificación de formas y colores para expresar la esencia pura.

La escuela alemana abogaba por la máxima objetividad en sus respectivos campos, la

escuela alemana buscaba la objetividad a través de la formalización y la eliminación de lo

superfluo en la contabilidad.

Escuela Anglo-Americana:
Sin embargo, el formalismo de la escuela alemana no era adecuado para todos los

contadores. En las décadas del 20 y 30 del siglo pasado, surgió el comienzo de la escuela Anglo-

Americana. Su principal tarea era convertir la contabilidad en un instrumento de control, para

lograrlo, se presentaron ideas innovadoras: los indicadores naturales son mejores que el dinero;

contabilidad de costos estándar en centros de responsabilidad; contabilidad de gestión prioritaria;

el uso del conductismo en la práctica contable.

Con la evolución del cubismo, un movimiento artístico liderado por Picasso. Se buscan

cambios radicales y abordan nuevas formas de representación, el cubismo descompone y

transforma la representación tradicional de objetos; se destaca cómo la contabilidad, al adoptar

enfoques como la contabilidad de costos estándar y la gestión por centros de responsabilidad,

sacrificó precisión por eficiencia. De manera similar, Picasso desafiaba la precisión al representar

objetos según su imaginación y no según la realidad visual.

Tanto en la contabilidad como en el cubismo, se promueve una innovación audaz y un

cambio radical en la forma de ver y representar las cosas. Se resalta la influencia del cubismo en
el arte contemporáneo, al igual que la influencia persistente de la escuela angloamericana en el

mundo de la contabilidad; se establece un paralelismo entre el desarrollo de las escuelas contables

y el movimiento artístico del cubismo, sugiriendo que ambos se nutren de la influencia mutua y

evolucionan en paralelo en respuesta a las condiciones económicas y sociales de su tiempo.

Unificando Conceptos
La armonía en el arte, vinculada con la simetría, se ejemplifica mediante la metáfora del

caleidoscopio, mostrando cómo la disposición estética de elementos caóticos refleja la percepción

de la belleza. Este concepto se entrelaza con la simetría inherente en la contabilidad, expresada en

el principio de partida doble y en la creación del balance, como un método para transformar el

desorden en orden.

La definición contable de la belleza, como la correcta coordinación de partes entre sí y con

el todo, establece una conexión entre la estética y elementos fundamentales como la

estructura matemática, la simetría y la armonía. Estos principios se aplican también a la

contabilidad, donde la proporción y coordinación de elementos se reflejan en la elaboración

de informes financieros precisos y estéticamente agradables. (Kiz, 2020)

La afinidad entre la ciencia y el arte se subraya al resaltar que ambas disciplinas se centran

en la percepción objetiva y en la consideración de la naturaleza de los elementos. La analogía con

Niels Bohr, quien, al emplear la teoría cuántica, se asemeja a un artista que utiliza un pincel para

expresar sus ideas, destaca la importancia de la percepción precisa y la comprensión de la

naturaleza de los elementos financieros en la contabilidad, similar al proceso creativo del arte.
Conclusión
La contabilidad, vista como un arte, revela una intersección entre la precisión matemática

y la expresión estética. Al igual que distintos movimientos artísticos reflejan enfoques variados,

las corrientes contables exhiben visiones únicas. La similitud entre la armonía en el arte y la

simetría en la contabilidad subraya la importancia de la estructura y la proporción en la creación

de informes financieros precisos y visualmente atractivos. Esta interconexión entre ciencia y arte,

evidente en la percepción objetiva y la comprensión de elementos, revela la contabilidad como un

campo que, al igual que el arte, busca capturar la esencia escondida detrás de la estructura aparente.

Bibliografía
Fowler Newton, E. (1992). Contabilidad Básica. Buenos Aires: Macchi.

Kiz, V. (2020). The art of accounting. Obtenido de Academy.edu:


https://www.academia.edu/43982211/The_art_of_accounting

Montesinos, V. (1978). Formación histórica, corrientes doctrinales y programas de investigación de la


contabilidad. Revista Técnica Contable.

Solokov, V. Y. (2011). Accounting is a fun science. Digest of Articles, 638.

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