Las galletas navideñas de Don Manuel

Había una vez en un pequeño pueblo cubierto de nieve, donde cada casa
brillaba con luces festivas. En la víspera de Navidad, un anciano llamado Don
Manuel, conocido por su espíritu generoso, decidió hacer algo especial para
alegrar los corazones de los niños del pueblo.
Don Manuel pasó todo el día horneando galletas en su acogedora cocina. Con
cuidado, creó figuras de renos, árboles de Navidad y estrellas muy bonitas.
Mientras el aroma dulce invadía su hogar, Don Manuel empezó a repartir las
galletas por todo el pueblo.
A medida que caminaba por las calles, dejaba pequeñas bolsas de galletas en
las puertas de cada casa. Los niños, al descubrir el regalo sorpresa, se
llenaban de felicidad. Pero Don Manuel además de eso; en la plaza del pueblo,
organizó un pequeño espectáculo con canciones navideñas y luces brillantes.
La noticia de la generosidad de Don Manuel se extendió rápidamente, y pronto,
otros residentes se unieron a la celebración. Juntos, crearon un ambiente
bonito y lleno de alegría que envolvía el pueblo entero.
Mientras las risas y las melodías resonaban, Don Manuel recordó lo importante
que era compartir la felicidad con los demás durante la temporada navideña. El
pequeño pueblo, gracias a la amabilidad de Don Manuel, experimentó una
Navidad inolvidable, llena de galletas, risas y, sobre todo, el espíritu generoso
que hace que esta época del año sea tan especial.