Está en la página 1de 1

La historia del hombre parece más una historia de las guerras que una historia

del ser humano y su desarrollo. ¿Por qué? Si las guerras son tan terribles… si sólo
traen dolor, muerte, separación familiar..., y, en cambio la paz es el triunfo de la
vida, ese estado de justicia y solidaridad, donde se hace todo lo posible por
construir un mundo mejor.

Sin embargo, la humanidad, no ha evitado la guerra, la confrontación.

En el año 1982 un gobierno de facto en decadencia, que había cometido las más
grandes atrocidades, llevó a cabo una guerra sin destino que sacrificó la vida de
verdaderos héroes que pelearon en condiciones desiguales. Se hizo un uso
imperdonable de una causa justa, profunda, sentida por el pueblo argentino.

Hoy se cumple un aniversario de ese intento de recuperación de las islas


Malvinas, que ocasionó una guerra cruenta entre nuestro país, Argentina, y el país
que las ocupaba ilegalmente, Inglaterra.

Duró 74 días, una guerra más bien breve en términos históricos, pero fueron
suficientes para que murieran 629 hombres, y eso fue solo el comienzo de una
herida que no cierra.

Más de 450 ex combatientes de Malvinas se quitaron la vida tras la guerra.


Algunos no soportaron la indiferencia y la falta de reconocimiento de la sociedad y
de las propias fuerzas a las que pertenecieron, al no brindarles ayuda económica,
médica ni psicológica cuando verdaderamente lo necesitaron.

La Guerra de Malvinas es una historia plagada de desventuras personales,


errores políticos, ignorancia diplomática e improvisación militar.

Sin embargo, la sumatoria de errores y horrores no logran empañar la entrega,


abnegación y valor de quienes entregaron con sacrificio sus vidas, defendiendo la
soberanía territorial argentina.

A ellos; a los miles de jóvenes que fueron llevados a combatir y crecieron a los
tiros en un puñado de semanas; a los que no pudieron regresar; y a los que, aún
hoy, continúan luchando para obtener el reconocimiento que, como nación y como
humanos, les debemos.

Seamos conscientes de que estamos en deuda con cada soldado de nuestra


patria que derramó su sangre en las islas.

Recordemos a estos valientes con respeto y, desde nuestro lugar, rindamos este
homenaje trabajando, estudiando y recordando para que esta Patria crezca
cobijándonos a todos.

Muchas gracias

También podría gustarte