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DISCURSO - MALVINAS

El 2 de abril de 1982, tropas argentinas que integraban la operación


Rosario, invadieron las Islas Malvinas en un intento de restablecer los derechos
soberanos de nuestro país sobre las Islas.
Esta decisión de recuperar las Islas Malvinas por la fuerza y enfrentarse a
una de las potencias mundiales como Inglaterra fue un grave error de los
militares en el poder.
Desconociendo el contexto mundial e ignorando las propias capacidades,
se inició un conflicto que pronto nos llevó a estar enfrentados no sólo con
Inglaterra, sino también con Estados Unidos y toda su poderío.

Y es aquí donde este acto cobra su real sentido, porque hoy no


recordamos una guerra improvisada. No recordamos a los generales en el
poder. Hoy, rendimos el homenaje a los hombres que en defensa de nuestra
patria fueron a las islas.
Jóvenes, casi adolescentes, sin equipamiento, sin preparación, pero con
el fuego sagrado de ser argentinos y el deber de defender a la Patria.
Pilotos de aviones sin la última tecnología, pero con la audacia suficiente
para volar a centímetros de las olas y atacar a los barcos ingleses.
Puerto Argentino, Monte Longdon, Monte Harriet, son nombres de
batallas que deben figurar junto a San Lorenzo, Suipacha, Tucumán, Maipú,
Curupaití, y tantos otros lugares en los que la sangre de hombres argentinos
fue derramada en defensa del honor nacional.
Pero la valentía y el coraje no son suficientes frente a los avances
técnicos.
Sabido es que la guerra no es el camino para encontrar soluciones. Que
la violencia solo atrae más violencia.
Sólo el diálogo en paz abrirá las puertas de muchos entendimientos. En la
disputa por Malvinas, en nuestro trabajo y en nuestro hogar, que siempre reine
la paz.

La Guerra de Malvinas es una historia triste, pero impregnada de


patriotismo. Fueron 74 días de conflicto que finalizó con la rendición de las
tropas argentinas.

Hoy Malvinas sigue siendo una deuda. Para con la Patria, porque es un
pedazo de suelo argentino que está bajo otra bandera. Es una deuda para con
nuestros veteranos, que siguen esperando un trato más humanitario.
Y Malvinas es un dolor que se repite más de 600 veces. Porque más de
600 hombres dejaron su vida en el sur de la patria.
Gracias a Dios, están los que volvieron, los que viven entre nosotros y
son héroes que no deben ser olvidados.

Para los primeros, nuestra oración elevada al Altísimo.


Para los veteranos de Malvinas, nuestro respeto, nuestra admiración y el
agradecimiento de todo un pueblo por el patriotismo demostrado.

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