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En el contexto de una creciente influencia de las grandes empresas tecnológicas, los gobiernos enfrentan el desafío de regular y gestionar los efectos del cambio tecnológico en la sociedad y la economía. La inteligencia artificial y la automatización plantean preguntas sobre el futuro del empleo, y la pandemia de COVID-19 ha acelerado la necesidad de adaptación tecnológica. A pesar de los beneficios de la tecnología, existen riesgos sociales y económicos, especialmente para las
Descripción original:
trabajo escrito para la universidad
Título original
LOS GOBIERNOS Y LA INFLUENCIA DE LAS GRANDES EMPRESAS TECNOLÓGICAS EN LA ERA DIGITAL - VARIABLE
En el contexto de una creciente influencia de las grandes empresas tecnológicas, los gobiernos enfrentan el desafío de regular y gestionar los efectos del cambio tecnológico en la sociedad y la economía. La inteligencia artificial y la automatización plantean preguntas sobre el futuro del empleo, y la pandemia de COVID-19 ha acelerado la necesidad de adaptación tecnológica. A pesar de los beneficios de la tecnología, existen riesgos sociales y económicos, especialmente para las
En el contexto de una creciente influencia de las grandes empresas tecnológicas, los gobiernos enfrentan el desafío de regular y gestionar los efectos del cambio tecnológico en la sociedad y la economía. La inteligencia artificial y la automatización plantean preguntas sobre el futuro del empleo, y la pandemia de COVID-19 ha acelerado la necesidad de adaptación tecnológica. A pesar de los beneficios de la tecnología, existen riesgos sociales y económicos, especialmente para las
LOS GOBIERNOS Y LA INFLUENCIA DE LAS GRANDES EMPRESAS
TECNOLÓGICAS EN LA ERA DIGITAL
La tecnología no existe de forma aislada; Afecta la forma en que nos relacionamos
entre nosotros, la salud de las economías y la estabilidad de los gobiernos. Uno de los desafíos más importantes relacionados con la tecnología es el efecto de la inteligencia artificial en los mercados laborales: un estudio publicado por la Brookings Institución en 2019 estimó que aproximadamente uno de cada cuatro trabajos en los EE. UU. era "altamente vulnerable" a la automatización. Es probable que la COVID-19 acelere esta tendencia, ya que los lugares de trabajo buscan formas de hacer más con menos contacto humano (y, a menudo, con menos humanos). Las disrupciones económicas relacionadas con la tecnología tienen posibles impactos sociales. Algunos pueden ser positivos: la IA puede ayudar a detectar fraudes financieros, por ejemplo, diagnosticar enfermedades o mejorar la productividad agrícola. Pero el cambio tecnológico también puede dejar atrás a las personas más vulnerables. Los gobiernos se enfrentan a la difícil tarea de decidir cuál es la mejor manera de aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías sin agravar la dislocación social y la exclusión. Deben aceptar las ganancias de eficiencia que resultan de la tecnología, pero hacerlo con una regulación inteligente y adaptativa. El "principio de precaución" debe utilizarse en todos los casos: no esperar hasta que se comprueben los efectos nocivos, antes de promulgar una regulación para proteger a la sociedad de posibles desventajas. Los gobiernos tienen un papel importante que desempeñar para mantener al público al tanto de los cambios tecnológicos que probablemente les afectarán más. La tecnología se ha convertido en un componente importante de las relaciones internacionales, por ejemplo; el conflicto comercial entre Estados Unidos y China se debe en parte a los esfuerzos por controlar el acceso a la innovación más avanzada. Las valoraciones de mercado y el alcance de las empresas tecnológicas más grandes de EE. UU., incluidas Apple, Facebook y Tesla, se han disparado, lo que les ha dado una gran influencia y les ayuda a rivalizar con los gobiernos en términos de influencia global. Apple, por ejemplo, superó a todo el índice alemán DAX en términos de valor, mientras que Tesla, que produce menos de medio millón de coches al año (frente a los 10 millones de Toyota) se convirtió en el fabricante de automóviles más valioso del mundo a mediados de 2020. La pandemia de COVID-19 no ha hecho más que aumentar el tamaño y la influencia de las grandes empresas tecnológicas, lo que ha suscitado dudas sobre si adoptarán prácticas de responsabilidad corporativa acordes. La evidencia hasta ahora es mixta. Algunos esfuerzos, como la contribución de Microsoft a la vivienda asequible en el área de Seattle, han recibido elogios. Pero algunos críticos argumentan que estos esfuerzos palidecen en comparación con los ingresos de las empresas, y pueden ser poco más que una fachada.
RESUMEN
En el contexto de una creciente influencia de las grandes empresas tecnológicas,
los gobiernos enfrentan el desafío de regular y gestionar los efectos del cambio tecnológico en la sociedad y la economía. La inteligencia artificial y la automatización plantean preguntas sobre el futuro del empleo, y la pandemia de COVID-19 ha acelerado la necesidad de adaptación tecnológica. A pesar de los beneficios de la tecnología, existen riesgos sociales y económicos, especialmente para las personas más vulnerables. Los gobiernos deben asumir un papel importante en la protección de la sociedad mediante regulaciones inteligentes y adaptativas, al tiempo que mantienen al público informado sobre los cambios tecnológicos y equilibran la influencia de las grandes empresas tecnológicas en el ámbito global.