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Erika López

TEXTO ARGUMENTATIVO
Para introducir el texto, comenzaré con una pequeña introducción sobre el canon de
belleza actual que, desde mi punto de vista, no tiene muchas diferencias con el
canon de belleza del arcipreste, pero podemos observar pequeñas diferencias. En la
actualidad está muy normalizado que una mujer “ideal” tiene que ser bajita, de una
medida de más o menos de 1’60 m para que los hombres se sientan grandes e
imponentes al lado de esa chica, lo cual les viene bien para demostrar su hombría.
Este canon es parecido al del arcipreste, pero, por otro lado, no visualizamos lo
mismo con la nariz que, como bien dice el Libro de Buen Amor, tiene que tener la
nariz afilada, en cambio, en la sociedad actual se ha normalizado que la única nariz
“bonita” es pequeña y respingada con tal de que el perfil se vea de una forma
bonita. También tiene que ser delgada y con largas piernas y vientre plano, cintura
pequeña y grandes, pero firmes pechos, las típicas medidas 90-60-90. Si nos
centramos en la cara, se busca una apariencia juvenil sin arrugas, ojos grandes,
labios carnosos, piel bronceada y melena larga. Podemos mirar que la diferencia
con el arcipreste es que su canon de belleza era que tenía que tener la piel blanca,
a diferencia del actual. Estos estándares actuales que acabo de nombrar de la
actualidad, la mayoría de ellos nos los han inculcado desde las redes sociales,
exactamente Instagram y TikTok, donde se nos muestra una imagen perfecta y a la
vez irreal de aquella persona en donde, a nuestros ojos, solo les llega una imagen
de perfección. Mi conclusión es que, el canon actual es el que impera actualmente,
podemos ver que no tiene muchas diferencias con el arcipreste, pero como he
explicado anteriormente, hay pequeñas diferencias.

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