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El documento argumenta que las escuelas deben desempeñar un papel en la protección de los derechos de los niños y adolescentes. Las escuelas son un ámbito privilegiado para prevenir y detectar situaciones de violencia y vulneración de derechos. Los directores y docentes deben estar capacitados y comprometidos con construir vínculos significativos con los estudiantes para intervenir de manera efectiva. Se aspira a fortalecer la labor de directivos y docentes brindando herramientas que los ayuden a construir escuelas
El documento argumenta que las escuelas deben desempeñar un papel en la protección de los derechos de los niños y adolescentes. Las escuelas son un ámbito privilegiado para prevenir y detectar situaciones de violencia y vulneración de derechos. Los directores y docentes deben estar capacitados y comprometidos con construir vínculos significativos con los estudiantes para intervenir de manera efectiva. Se aspira a fortalecer la labor de directivos y docentes brindando herramientas que los ayuden a construir escuelas
El documento argumenta que las escuelas deben desempeñar un papel en la protección de los derechos de los niños y adolescentes. Las escuelas son un ámbito privilegiado para prevenir y detectar situaciones de violencia y vulneración de derechos. Los directores y docentes deben estar capacitados y comprometidos con construir vínculos significativos con los estudiantes para intervenir de manera efectiva. Se aspira a fortalecer la labor de directivos y docentes brindando herramientas que los ayuden a construir escuelas
sumarse al conjunto de instituciones publicas que trabajan para desnaturalizar cualquier signo de violencia contra niños, niñas y adolescentes. La escuela es un ámbito privilegiado para la prevención y detección de este tipo de problemáticas en la búsqueda de la restauración de los derechos vulnerados. Rol directivo y docente en la promoción y protección de derechos
Asumir esta responsabilidad requiere
contar con adultos capacitados, comprometidos y preocupados por construir un vinculo significativo que posibilite una intervención escolar efectiva y valiosa. Aspiramos a fortalecer la tarea de los y las directivos y docentes brindando instrumentos que los acompañen en el desafío de construir una escuela promotora de derechos. Una escuela donde se les enseñe acerca de sus derechos, se brinde oportunidades de ejercerlos, donde encuentren adultos significativos y en quienes poder confiar. Estas situaciones impactan y nos interpelan como personas y como actores educativos, quizás este en cada uno de nosotros plantearnos si podemos evitar que estos hechos sucedan. Y es necesario reconocer que contamos con una herramienta de protección que podemos trabajar todos los días en las aulas y en las escuelas: Educar en el desarrollo de una sexualidad integral. Y esto será posible cada vez que les enseñemos a respetar el propio cuerpo y el de los demás, cada vez que les informemos sobre cuales son sus derechos y ayudemos a que se cumplan, cada vez que demos una respuesta adecuada ante una pregunta genuina, cada vez que colaboremos en fortalecer la autoestima , cada vez que demostremos que sus palabras valen, cada vez que enseñemos herramientas de autoprotección. En este sentido la escuela puede aportar y mucho.