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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACIÓN CIENCIA Y TECNOLOGÍA “UMECIT”

Aprobada para su funcionamiento en la República de Panamá


Mediante Decreto Ejecutivo N° 575 de 21 de julio de 2004.
Acreditada mediante Resolución No. 15 del 31 de octubre de 2012
Materia Ética Profesional

CIRCUNSTANCIAS
MODIFICADORAS DE LA
RESPONSABILIDAD PENAL
EN PANAMA.
Estudiantes
Oscar Valdes
Sergio Hutchinson
Anthony Ortiz

Profesor
Khumar Villalobos

Contenido
INTRODUCCION. 3
Panamá, Noviembre de 2023.
DESARROLLO DE LA INVESTIGACION. 4
1. Explicación de las circunstancias agravantes. 4
1.1. Circunstancias propias al delito: 4
1.2. Circunstancias propias a la persona o al autor: 4
1.3. Circunstancias derivadas de relaciones particulares con el ofendido u otras causas
personales: 5
2. Análisis detallado de las circunstancias atenuantes 5
2.1. Arrepentimiento: 5
2.2. Colaboración efectiva del agente: 6
2.3. Comisión del delito en condiciones de imputabilidad disminuida: 6
2.4. Otras circunstancias no preestablecidas por la ley: 7
3. Estudio de las circunstancias mixtas y su aplicación judicial 7
3.1. Evaluación de las circunstancias mixtas: 7
3.2. Aplicación judicial de las circunstancias mixtas: 9
3.3. Ejemplos de circunstancias mixtas y su aplicación: 10
4. Consideraciones sobre el aumento o disminución de penas según disposiciones legales. 12
5. Análisis de las circunstancias modificadas específicas según el Código Penal de Panamá 13
5.1. Circunstancias agravantes: 14
5.2. Circunstancias atenuantes: 26
CONCLUSIÓNES. 40
1. Síntesis de los hallazgos y resultados obtenidos 40
2. Reflexiones sobre la eficacia de las circunstancias modificadas en la responsabilidad penal
en Panamá 41
3. Posibles propuestas de mejora o reformas legislativas 41
BIBLIOGRAFIAS. 42

INTRODUCCION.

La responsabilidad penal es un tema central en cualquier sistema jurídico, ya que


establece las consecuencias legales a las que se enfrenta una persona que
comete un delito. En el caso de Panamá, la responsabilidad penal está regulada
en el Código Penal, que contempla diversas circunstancias que pueden modificar
la gravedad de la pena impuesta.

Es importante comprender y analizar estas circunstancias modificadas de la


responsabilidad penal en Panamá, ya que su correcta aplicación es fundamental
para garantizar que las penas impuestas sean justas y proporcionales al delito
cometido. Estas circunstancias pueden agravar la pena, aumentando su duración,
o atenuarla, reduciendo su severidad.

El objetivo general de este trabajo es examinar y analizar las circunstancias


modificadas de la responsabilidad penal en Panamá y su impacto en la
determinación de las penas impuestas a los infractores. Se busca comprender
cómo son consideradas y valoradas estas circunstancias por parte de los
tribunales de justicia.

Para llevar a cabo este estudio, se utilizará una metodología de investigación que
incluirá la revisión exhaustiva de fuentes bibliográficas especializadas, legislación,
jurisprudencia y documentos emitidos por instancias judiciales y académicas.
Además, se realizarán entrevistas a profesionales del derecho con experiencia en
el ámbito penal y se recopilarán datos estadísticos relevantes.

Esta metodología permitirá obtener una visión integral de la problemática y


fundamentar el análisis de las circunstancias modificadas de la responsabilidad
penal en Panamá. También se buscará identificar posibles áreas de mejora en la
aplicación de estas circunstancias por parte de los tribunales de justicia.

DESARROLLO DE LA INVESTIGACION.

El Código Penal de Panamá contempla diversas circunstancias modificadoras de


la responsabilidad penal, tanto agravantes como atenuantes. Estas se encuentran
detalladas en los artículos 90 a 97 del Código Penal. A continuación se presenta
una investigación exhaustiva sobre dichos puntos:

1. Explicación de las circunstancias agravantes.


1.1. Circunstancias propias al delito:
Las circunstancias propias al delito son aquellas que se encuentran íntimamente
ligadas al acto delictivo y que agravan su naturaleza o sus consecuencias. Estas
circunstancias pueden variar dependiendo del tipo de delito, pero en general,
incluyen elementos como la premeditación, la alevosía, la ventaja, el abuso de
confianza, el ensañamiento, la reincidencia, la comisión del delito en perjuicio de
ciertas personas (como menores o discapacitados), la comisión del delito en
perjuicio de funcionarios públicos, testigos o peritos, y la comisión del delito en
perjuicio de personas en situaciones específicas de vulnerabilidad o embarazo,
entre otros.

1.2. Circunstancias propias a la persona o al autor:


Las circunstancias propias a la persona o al autor se refieren a características
individuales que agravan la responsabilidad penal de quien comete el delito. Estas
circunstancias pueden estar relacionadas con su personalidad, su historial
delictivo, sus antecedentes penales, su peligrosidad, su grado de participación en
el delito, entre otros aspectos.

1.3. Circunstancias derivadas de relaciones particulares con el ofendido u


otras causas personales:
Las circunstancias derivadas de relaciones particulares con el ofendido u otras
causas personales hacen referencia a situaciones específicas que agravan la
responsabilidad penal del autor debido a la relación que tiene con la víctima u
otras circunstancias personales relevantes. Esto puede incluir casos en los que la
persona comete el delito aprovechándose de una relación de confianza, abuso de
poder o dependencia respecto al ofendido. También pueden considerarse
circunstancias agravantes aquellas relacionadas con la motivación subjetiva del
autor, como los celos, la pasión, el honor o la justicia propia.

En resumen, las circunstancias agravantes implican elementos adicionales que


elevan la gravedad o la culpabilidad de un delito. Estas pueden ser inherentes al
propio delito, propias del autor o derivadas de relaciones particulares con el
ofendido u otras causas personales. Es importante tener en cuenta que la
determinación de las circunstancias agravantes puede variar según las
disposiciones legales de cada país y la interpretación judicial de los casos.

2. Análisis detallado de las circunstancias atenuantes


2.1. Arrepentimiento:
El arrepentimiento es una circunstancia atenuante que guarda relación con el
sentimiento de remordimiento y a pesar de que experimenta el autor del delito
después de haberlo cometido. El arrepentimiento implica una toma de conciencia
de la gravedad de los actos realizados y una voluntad genuina de rectificar y
enmendar el daño causado.
En el sistema penal de Panamá, el arrepentimiento puede ser considerado como
un factor para reducir la pena impuesta al acusado. Sin embargo, es importante
destacar que el mero arrepentimiento verbal no es suficiente para justificar la
aplicación de este atenuante, sino que debe estar respaldado por pruebas o
evidencias objetivas que demuestren la sinceridad y convicción del
arrepentimiento manifestado.

2.2. Colaboración efectiva del agente:


La colaboración efectiva del agente del delito es otra circunstancia atenuante que
puede disminuir la responsabilidad penal del autor. Esto implica que el individuo
haya brindado una ayuda sustancial y significativa en la investigación o
persecución del delito, facilitando la identificación, captura y condena de otros
implicados en la comisión del mismo.

En el sistema legal panameño, la colaboración efectiva del agente puede ser


tomada en cuenta como un elemento para la reducción de la pena impuesta. Sin
embargo, es necesario que esta colaboración sea voluntaria, verificable y tenga
una relevancia real para el esclarecimiento del delito. Además, se requiere que el
acusado haya aportado información valiosa y verificable que contribuya de manera
significativa a las investigaciones.

2.3. Comisión del delito en condiciones de imputabilidad disminuida:


Cuando el autor del delito ha accionado bajo una disminución de su capacidad de
comprensión o voluntad debido a alguna causa, como una enfermedad mental,
alteraciones psicológicas o trastorno psiquiátrico, se puede considerar la
circunstancia de comisión del delito en condiciones de imputabilidad disminuida.
Esto significa que el individuo no tenía plena conciencia de sus actos o no podía
resistir la comisión del delito debido a su condición.

En el sistema penal panameño, esta circunstancia atenuante reconoce que la


capacidad de culpabilidad del autor puede verse reducida debido a circunstancias
particulares relacionadas con su salud mental o emocional. En estos casos, la
pena impuesta puede ser disminuida teniendo en cuenta el grado de imputabilidad
disminuida demostrado y la relación directa entre dicha condición y la comisión del
delito.

2.4. Otras circunstancias no preestablecidas por la ley:


El Código Penal de Panamá permite considerar otras circunstancias atenuantes
que no estén específicamente establecidas en la ley. Estas circunstancias deben
ser evaluadas por el juez en cada caso particular, tomando en consideración
aspectos relevantes como la conducta anterior del autor, su grado de participación
en el delito, su nivel de responsabilidad social, entre otros factores.

Es importante destacar que estas nuevas circunstancias atenuantes deben ser


debidamente argumentadas y respaldadas por pruebas o evidencias suficientes.
Es responsabilidad del acusado o su defensa presentar los elementos que
demuestren la existencia de circunstancias excepcionales que justifiquen una
reducción de la pena impuesta.

En resumen, en el sistema penal panameño, el arrepentimiento, la colaboración


efectiva del agente, la comisión del delito en condiciones de imputabilidad
disminuida y otras circunstancias no preestablecidas por la ley son considerados
como elementos atenuantes que pueden disminuir la responsabilidad penal y, en
consecuencia, reducir la pena impuesta al autor del delito. Estas circunstancias
deben ser evaluadas de manera individualizada en cada caso, teniendo en cuenta
las pruebas y argumentos presentados durante el proceso judicial. Es fundamental
que el análisis de estas circunstancias sea riguroso y justo, asegurando que se
respetan los derechos de todas las partes involucradas y se haga justicia en cada
caso específico.

3. Estudio de las circunstancias mixtas y su aplicación judicial


Las circunstancias mixtas son aquellas que contienen elementos tanto agravantes
como atenuantes, lo que hace que su evaluación y aplicación en el ámbito judicial
sea complejo y requieran un análisis exhaustivo.

3.1. Evaluación de las circunstancias mixtas:


En el sistema legal panameño, las circunstancias mixtas son consideradas por el
juez al momento de determinar la pena a imponer al autor del delito. Estas
circunstancias implican que se presentan elementos tanto agravantes como
atenuantes en relación con el delito y la persona que lo cometió.

La evaluación de las circunstancias mixtas debe realizarse de manera cuidadosa y


rigurosa. Se deben analizar y ponderar todos los elementos presentes,
considerando no solo la gravedad del delito y el daño causado, sino también las
características del autor y las circunstancias particulares del caso.

3.1.1. Importancia de la evaluación de las circunstancias mixtas:


La evaluación rigurosa y exhaustiva de las circunstancias mixtas es fundamental
para garantizar una justa aplicación de la ley y una sentencia equilibrada y
proporcional al delito cometido. La correcta valoración de las circunstancias mixtas
permite a los jueces tener en cuenta todas las variables relevantes en un caso
determinado, lo que puede llevar a una reducción o aumento de la pena impuesta
al autor del delito.

3.1.2. Elementos a considerar en la evaluación de las circunstancias


mixtas:
La evaluación de las circunstancias mixtas implica analizar y ponderar todos los
elementos presentes, incluyendo los agravantes y atenuantes relativos al delito y
la persona que lo cometió. Los elementos que podrían considerarse como
agravantes incluyen la premeditación, la violencia, el daño causado, la
reincidencia o la participación en un delito organizado. Por otro lado, los elementos
que podrían considerarse como atenuantes podrían incluir la colaboración con la
justicia, la confesión, la falta de antecedentes penales, la edad, la salud mental o
la influencia de terceros.

3.1.3. Análisis exhaustivo de las circunstancias mixtas:


La evaluación de las circunstancias mixtas implica un análisis detallado de cada
elemento presente en el caso concreto. Los jueces deben evaluar el peso y la
relevancia de cada elemento, así como su impacto en la comisión del delito y en la
culpabilidad del autor. Este análisis debe ser objetivo e imparcial, basado en
pruebas y evidencias claras que sustentan la existencia de los elementos
agravantes y atenuantes.
3.1.4. Proporcionalidad y equilibrio en la evaluación de las
circunstancias mixtas:
Es importante destacar que la evaluación de las circunstancias mixtas debe ser
equilibrada y proporcional. Los jueces deben evaluar cuidadosamente el peso y la
relevancia de cada elemento presente, garantizando que la pena impuesta sea
justa y adecuada según las circunstancias particulares del caso. Asimismo, los
jueces deben justificar de manera fundada y motivada la aplicación de las
circunstancias mixtas y la pena resultante.

3.2. Aplicación judicial de las circunstancias mixtas:


La aplicación de las circunstancias mixtas requiere que el juez realice una
evaluación exhaustiva y objetiva de cada elemento presente. El juez debe
considerar no solo la gravedad del delito y el daño causado, sino también los
antecedentes y características del autor del delito, así como las circunstancias
particulares del caso.

En primer lugar, el juez debe analizar y ponderar los elementos agravantes


presentes en el caso, tales como la premeditación, la violencia utilizada, la
reincidencia o la participación en un delito organizado. Estos elementos pueden
aumentar la gravedad del delito y justificar una pena más severa. El juez debe
examinar la relevancia y el peso de cada uno de estos elementos, teniendo en
cuenta la evidencia presentada y la influencia que tuvieron en la comisión del
delito.

Por otro lado, el juez también debe considerar los elementos atenuantes presentes
en el caso. Estos elementos pueden incluir la colaboración con la justicia, la
confesión, la falta de antecedentes penales, la edad, la salud mental o la influencia
de terceros. Estos elementos pueden disminuir la gravedad del delito y justificar
una pena menos severa. El juez debe evaluar el peso y la relevancia de cada uno
de estos elementos, determinando su influencia en la culpabilidad del autor del
delito.

Una vez realizada esta evaluación exhaustiva de los elementos agravantes y


atenuantes presentes, el juez debe llegar a una conclusión fundamentada y
motivada sobre la aplicación de las circunstancias mixtas. Debe explicar de
manera clara y coherente cómo ha llegado a la determinación de aplicar una pena
más severa o más benigna, considerando la proporcionalidad entre los elementos
agravantes y atenuantes presentes.

Es importante destacar que la aplicación de las circunstancias mixtas debe


basarse en pruebas y evidencias claras que sustenten la existencia de los
elementos agravantes y atenuantes. El juez no puede tomar decisiones arbitrarias
o subjetivas, sino que debe seguir los principios de imparcialidad y transparencia
en su análisis.

3.3. Ejemplos de circunstancias mixtas y su aplicación:


Un ejemplo de circunstancia mixta podría ser un caso en el que el autor del delito
haya accionado bajo la influencia de sustancias tóxicas, lo cual puede ser
considerado como un elemento atenuante. Sin embargo, si se demuestra que el
autor planificó meticulosamente el delito con premeditación, esto podría constituir
un elemento agravante.
En el ejemplo mencionado, se pueden identificar dos elementos relevantes: la
influencia de sustancias tóxicas y la premeditación del delito. La influencia de
sustancias tóxicas podría considerarse como un elemento atenuante, ya que
puede afectar la capacidad de discernimiento y control del autor del delito. Sin
embargo, si se demuestra que el autor planificó meticulosamente el delito con
premeditación, esto podría constituir un elemento agravante, ya que implica una
mayor culpabilidad y una deliberada violación de la ley.

Para resolver esta circunstancia mixta, el juez debe realizar un análisis detallado y
objetivo de cada elemento presente en el caso. Debe evaluar el grado de
influencia de las sustancias tóxicas en la comisión del delito y si realmente
afectarán la capacidad del autor para comprender la naturaleza y las
consecuencias de sus acciones. Además, el juez deberá examinar la evidencia
presentada sobre la premeditación demostrada por el autor, determinando si
existen pruebas sólidas que respalden esta afirmación.

El peso y la relevancia de cada elemento serán clave en la decisión final del juez.
Si se considera que la influencia de sustancias tóxicas fue significativa y disminuyó
la capacidad del autor para actuar de manera razonable, es posible que se aplique
una reducción de pena. Sin embargo, si se determina que la premeditación fue
claramente demostrada y la influencia de sustancias tóxicas tuvo un impacto
mínimo en la comisión del delito, es probable que se justifique una pena más
severa.

Es fundamental destacar que la decisión del juez debe basarse en pruebas y


evidencias claras que sustenten la existencia de los elementos agravantes y
atenuantes. El juez no puede tomar decisiones arbitrarias o subjetivas, sino que
debe seguir los principios de imparcialidad y transparencia en su análisis. Solo de
esta manera se podrá garantizar una justa aplicación de la ley y una sentencia
equilibrada y proporcional al delito cometido.
En resumen, el estudio de las circunstancias mixtas en el sistema penal
panameño es fundamental para garantizar una adecuada aplicación de la ley y la
justicia en cada caso particular. Los jueces deben realizar un análisis minucioso y
fundamentado de los elementos agravantes y atenuantes presentes, evaluando su
peso relativo y su relevancia en el caso concreto. Solo a través de un análisis
riguroso y equilibrado se podrá determinar la pena adecuada según las
circunstancias del delito y la persona que lo cometió.

4. Consideraciones sobre el aumento o disminución de penas según


disposiciones legales.
En el sistema jurídico, las penas aplicables a los delitos pueden aumentarse o
disminuirse en función de diversas circunstancias establecidas por la ley. Estas
circunstancias tienen como objetivo individualizar la pena en cada caso particular,
considerando factores que puedan aumentar o reducir la culpabilidad del autor y la
gravedad del delito cometido. A continuación, se analizarán las consideraciones
sobre el aumento o disminución de penas según las disposiciones legales en
Panamá.

En primer lugar, es importante destacar que, en el Código Penal de Panamá, se


establecen tanto las circunstancias agravantes como las circunstancias
atenuantes que pueden influir en la determinación de la pena. Las circunstancias
agravantes se refieren a aquellos elementos que aumentan la culpabilidad del
autor y la gravedad del delito, mientras que las circunstancias atenuantes son
aquellos factores que disminuyen la responsabilidad penal del autor y, como
consecuencia, pueden reducir la pena impuesta.

El Código Penal panameño contempla una amplia gama de circunstancias


agravantes que pueden tener un impacto significativo en la determinación de la
pena. Entre estas circunstancias, se incluyen la premeditación, alevosía, ventaja,
abuso de confianza, ensañamiento, reincidencia y la comisión del delito en
perjuicio de ciertas personas, como menores, discapacitados o funcionarios
públicos. Estas circunstancias están previstas en la ley y su presencia en el delito
cometido puede ser considerada por el juez para aumentar la pena.

Por otro lado, también existen circunstancias atenuantes que pueden conducir a
una disminución de la pena impuesta. Estas circunstancias incluyen la confesión
voluntaria del delito, el arrepentimiento sincero del delincuente, la reparación del
daño causado, la colaboración con la justicia, la actuación bajo amenaza, la
coacción o defensa propia, entre otras. Estas circunstancias permiten al juez tener
en cuenta factores relevantes que pueden disminuir la carga punitiva sobre el
autor.

Es importante señalar que, si bien las circunstancias agravantes y atenuantes son


consideradas por el juez en la determinación de la pena, no todas tienen el mismo
peso o relevancia. El Código Penal establece criterios para su aplicación y
especifica cuándo deben considerarse como atenuantes o agravantes específicos.
El juez debe realizar un análisis individualizado de cada caso y considerar de
manera ponderada las circunstancias presentes antes de determinar la pena final.

Además de las circunstancias generales, es necesario tener en cuenta que el


Código Penal de Panamá también establece circunstancias modificadas
específicas que pueden afectar la pena. Estas circunstancias se refieren a motivos
relacionados con la edad, sexo, educación, cultura o condición social del autor, así
como enfermedades mentales o trastornos psicológicos. Estos factores también
pueden considerarse en la determinación de la pena, ya sea aumentándola o
disminuyéndola.

En resumen, las consideraciones sobre el aumento o disminución de penas según


las disposiciones legales en Panamá son fundamentales para garantizar una
justicia equitativa y proporcional. El Código Penal establece circunstancias
agravantes y atenuantes que permiten al juez individualizar la pena en cada caso
particular, considerando la culpabilidad del autor y la gravedad del delito. Sin
embargo, es importante que el juez realice un análisis riguroso y fundamentado de
cada circunstancia antes de determinar la pena final, asegurando así una justicia
imparcial y proporcional.

5. Análisis de las circunstancias modificadas específicas según el Código


Penal de Panamá
El Código Penal de Panamá establece una serie de circunstancias modificadas
que pueden agravar o atenuar la responsabilidad penal de un individuo. A
continuación, se analizarán detalladamente estas circunstancias, clasificándolas
en agravantes y atenuantes, de acuerdo con las disposiciones legales
panameñas.

5.1. Circunstancias agravantes:


5.1.1. La premeditación:
Se considera como una circunstancia agravante cuando el autor del delito ha
planificado de antemano su comisión. La premeditación implica una reflexión
previa y consciente sobre la ejecución del acto delictivo, lo que demuestra una
mayor culpabilidad por parte del autor.

5.1.2. La alevosía:
Esta circunstancia se presenta cuando el autor del delito actúa de manera
sorpresiva o aprovecha una situación de indefensión de la víctima para cometer el
acto. La alevosía aumenta la gravedad del delito al dificultar la posibilidad de
defensa por parte de la víctima.

5.1.3. La ventaja:
Se considera una circunstancia agravante cuando el autor del delito ha utilizado su
superioridad física, jerárquica, económica u otra ventaja para asegurar la comisión
del acto delictivo. El aprovechamiento de estas ventajas muestra un mayor abuso
de poder por parte del autor.

5.1.4. El abuso de confianza:


Se trata de una circunstancia agravante cuando el autor del delito ha utilizado una
relación de confianza existente con la víctima para cometer el acto delictivo. El
abuso de confianza implica una traición hacia la persona que depositó su
confianza en el autor.

5.1.5. El ensañamiento:
Esta circunstancia agravante se da cuando el autor del delito actúa con una
crueldad o ferocidad innecesaria o desproporcionada en la comisión del acto
delictivo. El ensañamiento evidencia una mayor perversidad y falta de empatía por
parte del autor.

5.1.6. La reincidencia:
La reincidencia se considera una circunstancia agravante en el Código Penal de
Panamá. Se refiere a la situación en la que una persona comete un delito después
de haber sido condenada por otro delito anterior.

Esta circunstancia agravante se aplica cuando una persona ha sido condenada


anteriormente por un delito y luego vuelve a cometer otro delito. La reincidencia
muestra una falta de corrección en el comportamiento del delincuente y puede
indicar una mayor peligrosidad o propensión a cometer actos delictivos.

En caso de reincidencia, la ley panameña establece que la pena a imponer se


aumentará en un tercio respecto a la pena prevista para el delito cometido. Por
ejemplo, si la pena prevista para el delito es de 5 años de prisión, en caso de
reincidencia la pena podría ser de 6 años y 8 meses.
5.1.7. La comisión del delito en perjuicio de un menor de edad, una
persona con discapacidad o un adulto mayor:
El Código Penal de Panamá también establece como circunstancia agravante la
comisión del delito en perjuicio de un menor de edad, una persona con
discapacidad o un adulto mayor.

Cuando una persona comete un delito en perjuicio de estas personas vulnerables,


se considera una circunstancia agravante debido a la mayor indefensión y
vulnerabilidad de estos individuos.

La ley busca proteger a los menores de edad, personas con discapacidad y


adultos mayores, quienes por su condición pueden verse más afectados por la
comisión de un delito. En estos casos, la pena a imponer será aumentada en un
tercio hasta la mitad de la pena prevista para el delito cometido.

5.1.8. La comisión del delito en perjuicio de un ascendiente,


descendiente, cónyuge, hermano o pariente cercano del ofensor:
Otra circunstancia agravante contemplada en el Código Penal de Panamá es la
comisión del delito en perjuicio de un ascendiente, descendiente, cónyuge,
hermano o pariente cercano del delincuente.

La relación familiar entre el ofensor y la víctima es considerada un factor


agravante debido al daño emocional y la violación de los lazos de confianza que
se producen en estos casos.

Cuando un delito se comete en perjuicio de un miembro de la familia mencionado


anteriormente, la pena a imponer será aumentada en un tercio hasta la mitad de la
pena prevista para el delito cometido.

5.1.9. La comisión del delito en perjuicio de un funcionario público en el


ejercicio de sus funciones:
El Código Penal de Panamá también considera como circunstancia agravante la
comisión del delito en perjuicio de un funcionario público en el ejercicio de sus
funciones.

Esta circunstancia agravante se aplica cuando el delito se comete contra un


funcionario público que está desempeñando su trabajo y tiene como objetivo
atacar la misión y trabajo de la función pública.

La ley busca proteger a los funcionarios públicos y garantizar el correcto


funcionamiento de las instituciones del Estado. En estos casos, la pena a imponer
será aumentada en un tercio hasta la mitad de la pena prevista para el delito
cometido.

5.1.10. La comisión del delito en perjuicio de un testigo, perito,


intérprete o cualquier otra persona que colabore con la justicia:
Además, el Código Penal de Panamá establece como circunstancia agravante la
comisión del delito en perjuicio de un testigo, perito, intérprete o cualquier otra
persona que colabore con la justicia.

Esta circunstancia agravante se refiere a los actos delictivos que se cometen con
el objetivo de obstaculizar o interferir con el trabajo de aquellos que brindan
testimonio o información relevante en un proceso judicial.

El objetivo de esta circunstancia agravante es proteger la integridad de las


personas involucradas en el sistema de justicia y garantizar el correcto desarrollo
de los procesos legales. En estos casos, la pena a imponer será aumentada en un
tercio hasta la mitad de la pena prevista.

5.1.11. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se


encuentre bajo la protección o custodia del ofensor:
Esta circunstancia agravante implica que el delito haya sido cometido en perjuicio
de alguien que se encuentra bajo la protección o custodia del autor del mismo.
Esto abarca situaciones en las cuales el ofensor tiene el deber legal de cuidar o
velar por la seguridad y bienestar de la víctima, como en casos de padres sobre
sus hijos menores de edad, tutores sobre sus pupilos o cuidadores sobre personas
con discapacidad.

La inclusión de esta circunstancia agravante busca garantizar una mayor


protección para aquellos individuos que, por su condición de dependencia o
vulnerabilidad, se encuentran en una situación de mayor desamparo frente al
ofensor. Al tentar contra una persona bajo su custodia, el autor del delito
demuestra un grado mayor de abuso de poder y violación de la confianza
depositada en él.

La presencia de esta circunstancia agravante puede tener un impacto significativo


en la determinación de la pena, ya que refuerza la gravedad de la conducta del
ofensor y la vulnerabilidad de la víctima. El tribunal, al evaluar el caso, consideró
esta circunstancia para imponer una pena más severa al responsable del delito.

5.1.12. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se


encuentre en situación de vulnerabilidad:
Esta circunstancia agravante se refiere a la realización del delito en perjuicio de
una persona que se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad. Esto
puede incluir a personas en situación de pobreza, personas sin hogar, personas
con discapacidades, personas mayores o cualquier otro grupo que sea
particularmente susceptible a ser objeto de abuso o victimización.

La inclusión de esta circunstancia agravante busca proteger a aquellos individuos


que, debido a su situación de vulnerabilidad, son más propensos a sufrir daños
físicos, psicológicos o económicos. Los delitos cometidos contra personas en
situación de vulnerabilidad implican una mayor violación de los derechos humanos
y un abuso de poder por parte del ofensor.

La presencia de esta circunstancia agravante puede acentuar la gravedad del


delito y aumentar la pena impuesta al responsable. El tribunal consideró la
vulnerabilidad de la víctima al momento de determinar la sanción penal,
reconociendo así la necesidad de protección especial para este grupo.

5.1.13. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se


encuentre en estado de embarazo:
Esta circunstancia agravante se refiere a la comisión de un delito en perjuicio de
una persona que se encuentra en estado de embarazo. Protege tanto a la madre
como al feto, reconociendo el especial estado de vulnerabilidad y protección que
implica el embarazo.

El Código Penal de Panamá establece esta circunstancia agravante para asegurar


una mayor protección a las mujeres embarazadas ya sus hijos por nacer. Los
delitos cometidos en perjuicio de una mujer embarazada pueden tener
consecuencias especialmente graves para su salud y la del feto, por lo que se
considera necesario garantizar una pena más severa para estos casos.

El tribunal considerará esta circunstancia al momento de determinar la sanción


penal, teniendo en cuenta el riesgo adicional que representa la lesión o violación
de una mujer embarazada y la potencial afectación de la vida y salud del feto.

5.1.14. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se


encuentre en estado de indefensión:
Esta circunstancia agravante se refiere a la comisión de un delito en perjuicio de
una persona que se encuentra en estado de indefensión. Esto abarca situaciones
en las cuales la víctima no tiene la capacidad de defenderse o protegerse debido a
su edad, discapacidad, enfermedad u otra circunstancia similar.
La inclusión de esta circunstancia agravante busca garantizar una mayor
protección para aquellos individuos que, debido a su condición particular, son
incapaces de resistirse o defenderse de la acción delictiva. Atentar contra
personas en estado de indefensión supone una violación de la dignidad y los
derechos humanos, así como un abuso de poder por parte del ofensor.

La presencia de esta circunstancia agravante puede tener un impacto significativo


en la determinación de la pena, ya que refuerza la gravedad de la conducta del
ofensor y la vulnerabilidad extrema de la víctima. El tribunal, al evaluar el caso,
consideró esta circunstancia para imponer una pena más severa al responsable
del delito.

5.1.15. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se


encuentre en estado de ebriedad o bajo el efecto de drogas:
Esta circunstancia agravante se refiere a la comisión de un delito en contra de una
persona que se encuentra en un estado de intoxicación, ya sea por consumo
excesivo de alcohol o por estar bajo los efectos de las drogas. Al momento de la
comisión del delito, la persona se encuentra en un estado de vulnerabilidad debido
a su falta de conciencia plena y su capacidad disminuida para resistir o defenderse
adecuadamente.

Esta circunstancia agravante busca proteger a las personas que se encuentran en


estos estados de vulnerabilidad, ya que pueden ser más propensas a ser víctimas
de abusos o agresiones. La persona en estado de ebriedad o bajo el efecto de las
drogas puede tener dificultades para percibir o evaluar correctamente las
situaciones, lo que los hace más susceptibles a ser víctimas de delitos.
5.1.16. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se
encuentre en estado de inconsciencia o imposibilitada para
resistir:
Esta circunstancia agravante se refiere a la comisión de un delito en contra de una
persona que se encuentra en un estado de inconsciencia o incapaz de resistir
debido a factores como el sueño profundo, la inconsciencia médica, el coma o
cualquier otra situación similar. Esta condición impide que la persona pueda tomar
medidas para protegerse o defenderse de la agresión.

La comisión de un delito en contra de una persona en estado de inconsciencia o


imposibilitada para resistir demuestra una gran falta de respeto por la dignidad y
autonomía de la víctima. Además, esta circunstancia aumenta el grado de
vulnerabilidad de la persona y puede causar daños físicos, emocionales y
psicológicos significativos.

5.1.17. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se


encuentre en estado de desamparo:
Esta circunstancia agravante se refiere a la comisión de un delito en contra de una
persona que se encuentra en una situación de desamparo, es decir, sin
protección, apoyo o cuidado adecuado. Esto puede incluir a personas que están
solas, sin compañía o sin acceso a recursos o redes de apoyo, lo que los hace
más vulnerables a sufrir daños o abusos.

La comisión de un delito en contra de una persona en estado de desamparo


muestra una clara violación de los derechos humanos y la dignidad de la víctima.
Estas personas necesitan una mayor protección y asistencia por parte de la
sociedad y el sistema de justicia para prevenir y responder adecuadamente a los
delitos cometidos en su contra.
5.1.18. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se
encuentre en estado de necesidad:
Esta circunstancia agravante se refiere a la comisión de un delito en contra de una
persona que se encuentra en una situación de extrema necesidad, generalmente
relacionada con la satisfacción de necesidades básicas como alimentación, refugio
o atención médica. La persona está en una posición de debilidad y dependencia,
lo que la hace más susceptible a ser víctima de delitos.

La comisión de un delito en contra de una persona en estado de necesidad


evidencia una clara explotación de la vulnerabilidad y necesidad de la víctima. El
delincuente aprovecha la situación de desesperación de la persona para obtener
algún beneficio o causarle daño. Es importante proteger y garantizar los derechos
de estas personas, así como brindarles el apoyo necesario para superar su
situación de necesidad.

5.1.19. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se


encuentre en estado de pánico o terror:
Esta circunstancia agravante se refiere a la comisión de un delito en contra de una
persona que se encuentra en un estado de pánico o terror extremo. El miedo
intenso puede paralizar a la persona, dificultando su capacidad de reaccionar o
defenderse de manera efectiva.

La comisión de un delito en contra de una persona en estado de pánico o terror


constituye una clara violación de sus derechos y una manifestación de crueldad
por parte del delincuente.

5.1.20. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se


encuentre en estado de shock emocional:
Esta circunstancia agravante se aplica cuando se comete un delito en contra de
una persona que se encuentra en un estado de shock emocional. El estado de
shock emocional se caracteriza por una reacción intensa y duradera a un evento
traumático o impactante que produce una perturbación significativa en el equilibrio
emocional y psicológico de la persona afectada.

Cuando se lleva a cabo un delito en contra de una persona en este estado, se


considera una agravante debido a la vulnerabilidad y fragilidad emocional en la
que se encuentra la víctima. La persona en estado de shock emocional puede
presentar dificultades para comprender y reaccionar adecuadamente ante la
situación, lo cual puede aumentar su indefensión y hacerla más susceptible a sufrir
daños físicos, psicológicos o materiales.

5.1.21. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se


encuentre en estado de vulnerabilidad por razones de género,
orientación sexual, identidad de género, raza, etnia, religión,
discapacidad o cualquier otra condición o circunstancia similar:
Esta circunstancia agravante se refiere a la comisión de un delito en contra de una
persona que se encuentra en un estado de vulnerabilidad debido a su género,
orientación sexual, identidad de género, raza, etnia, religión, discapacidad u otras
condiciones o circunstancias similares. Estas características o condiciones
personales pueden exponer a la persona a un mayor riesgo de ser víctima de
violencia, discriminación o abuso.

La legislación penal panameña considera importante proteger especialmente a las


personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad debido a estas
características, ya que son más propensas a sufrir violaciones a sus derechos
fundamentales. Por lo tanto, cuando se comete un delito en perjuicio de una
persona que se encuentra en esta situación de vulnerabilidad, se considera un
agravante que incrementa la responsabilidad penal del autor.

5.1.22. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se


encuentre en estado de vulnerabilidad por razones de su
condición de migrante, refugiado o apátrida:
Esta circunstancia agravante se refiere a la comisión de un delito en contra de una
persona que se encuentra en un estado de vulnerabilidad debido a su condición
de migrante, refugiado o apátrida. Estas personas suelen enfrentar dificultades y
obstáculos adicionales debido a su estatus migratorio o falta de nacionalidad.

La condición de migrante, refugiado o apátrida puede hacer que estas personas


sean más susceptibles a ser víctimas de violencia, explotación, discriminación o
abuso. Por lo tanto, cuando un delito se comete en perjuicio de una persona que
se encuentra en esta situación de vulnerabilidad, se considera un agravante que
agrava la responsabilidad penal del autor.
5.1.23. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se
encuentre en estado de vulnerabilidad por razones de su
condición de trabajador o trabajadora sexual:
Esta circunstancia agravante se refiere a la comisión de un delito en contra de una
persona que se encuentra en un estado de vulnerabilidad debido a su condición
de trabajador o trabajador sexual. Estas personas suelen enfrentar riesgos
significativos debido a la naturaleza de su trabajo y a la falta de protección legal y
social.

La condición de trabajador o trabajador sexual puede hacer que estas personas


sean más susceptibles a ser víctimas de violencia, explotación, abuso o
discriminación.
5.1.24. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se
encuentre en estado de vulnerabilidad por razones de su
condición de víctima de trata de personas.
La trata de personas es un delito grave que implica la explotación de seres
humanos con fines de trabajo forzado, servidumbre, explotación sexual u otras
formas de esclavitud moderna. Cuando el delito se comete en perjuicio de una
persona que ya está en una situación vulnerable debido a su condición de víctima
de trata de personas, esto constituye una circunstancia agravante.

La trata de personas es una violación grave de los derechos humanos y causa un


gran sufrimiento físico, emocional y psicológico a las víctimas. El hecho de que
una persona aproveche la vulnerabilidad de otra que ya ha sido explotada y
abusada, muestra una falta de consideración y empatía hacia la víctima, lo cual
agrava la responsabilidad penal del perpetrador.

5.1.25. La comisión del delito en perjuicio de una persona que se


encuentre en estado de vulnerabilidad por razones de su
condición de víctima de violencia doméstica o intrafamiliar.
La violencia doméstica o intrafamiliar es otro delito grave que afecta a muchas
personas en Panamá y en todo el mundo. Cuando un delito se comete en perjuicio
de una persona que ya está en una situación vulnerable debido a su condición de
víctima de violencia doméstica o intrafamiliar, esto se considera una circunstancia
agravante.

La violencia doméstica e intrafamiliar tiene un impacto devastador en las víctimas,


creando un ambiente de temor, control y abuso. Las víctimas de violencia
doméstica suelen ser incapaces de defenderse adecuadamente y pueden estar
atrapadas en relaciones abusivas y coercitivas. Por lo tanto, cuando una persona
aprovecha la situación de vulnerabilidad de una víctima de violencia doméstica, se
agrava su responsabilidad penal.
5.1.26. Cualquier otra circunstancia no preestablecida por la ley que, a
juicio del Tribunal, deba ser apreciada.
Además de las circunstancias específicamente mencionadas en el Código Penal
de Panamá, existe una disposición que permite al Tribunal considerar cualquier
otra circunstancia que no esté previamente establecida por la ley. Esto brinda
flexibilidad al sistema legal panameño para adaptarse a situaciones particulares
que pueden surgir en casos individuales.

El Tribunal tiene la autoridad para evaluar y determinar si una circunstancia no


contemplada anteriormente debe ser considerada para agravar o atenuar la
responsabilidad penal del individuo. Esto demuestra la naturaleza adaptable y
sensible del sistema legal panameño, permitiendo que se tomen en cuenta
factores relevantes que puedan influir en la gravedad del delito cometido.

5.2. Circunstancias atenuantes:


5.2.1. La confesión voluntaria del delito:
La confesión voluntaria del delito es una circunstancia atenuante contemplada en
el Código Penal de Panamá. Cuando un individuo decide admitir su culpabilidad
de manera espontánea y sin ningún tipo de coerción, esto puede ser considerado
como un acto de sinceridad y cooperación con la justicia.

Al confesar el delito cometido, el individuo muestra arrepentimiento y asume la


responsabilidad por sus acciones. Esta acción demuestra un grado de madurez y
conciencia de las consecuencias de sus actos, lo cual puede influir en la decisión
del tribunal al momento de determinar la pena correspondiente.

5.2.2. El arrepentimiento sincero del delincuente:


El arrepentimiento sincero del delincuente también constituye una circunstancia
atenuante en el sistema penal panameño. Cuando el individuo demuestra que ha
reflexionado sobre sus y siente remordimiento genuino por el daño causado, esto
puede considerarse acciones como una muestra de su disposición para enmendar
sus errores y cambiar su comportamiento futuro.

El arrepentimiento sincero va más allá de una simple disculpa o expresión de


pesar. Implica un compromiso real y demostrable de no volver a cometer delitos y
de reparar los daños causados a las víctimas ya la sociedad en general. La
evidencia de un cambio de actitud y comportamiento puede ser tomada en cuenta
por el tribunal al determinar la pena correspondiente.

5.2.3. Haber reparado el daño causado por el delito:


La reparación del daño causado por el delito es otra circunstancia atenuante que
puede influir en la responsabilidad penal del individuo. Cuando el delincuente toma
medidas concretas para compensar a la víctima o restituir los bienes dañados,
demuestra su disposición para corregir los efectos negativos de sus acciones.

La reparación del daño puede incluir el pago de una indemnización económica, la


restitución de objetos sustraídos, la rehabilitación de propiedades dañadas o
cualquier otra medida que contribuya a devolver a la víctima a la situación anterior
al delito. Estas acciones muestran un compromiso tangible de corregir los errores
y pueden ser considerados por el tribunal al determinar la pena correspondiente.

5.2.4. Haber colaborado con la justicia para esclarecer los hechos:


La colaboración con la justicia para esclarecer los hechos es una circunstancia
atenuante que refleja el compromiso del delincuente en ayudar a resolver el caso y
facilitar el trabajo de las autoridades judiciales. Cuando el individuo proporciona
información relevante, testifica o coopera de alguna manera en la investigación, se
considera una muestra de su voluntad de contribuir al proceso de administración
de justicia.
Esta colaboración puede ser especialmente valiosa en la identificación y captura
de otros implicados en el delito, la recuperación de bienes robados o la obtención
de pruebas adicionales para determinar la culpabilidad de otros individuos. La
colaboración con la justicia puede ser tenida en cuenta por el tribunal al decidir
sobre la pena correspondiente.

5.2.5. Haber actuado bajo amenaza o coacción:


Si el delincuente pudo demostrar que actuó bajo amenaza o coacción, esta
circunstancia puede atenuar su responsabilidad penal. En tales casos, se
considera que el individuo fue obligado a cometer el delito por la influencia
indebida de otra persona.

La amenaza o coacción puede ser física, psicológica o económica, y debe haber


sido de tal magnitud que el individuo sintiera que no tenía otra opción más que
cometer el delito. El tribunal, al considerar esta circunstancia, debe evaluar la
veracidad y credibilidad de las afirmaciones del delincuente, así como la evidencia
presentada para respaldar estas declaraciones.
5.2.6. Haber accionado en defensa propia o de terceros:
La circunstancia atenuante de haber accionado en defensa propia o de terceros se
refiere a la situación en la que una persona comete un acto delictivo en respuesta
a una agresión o amenaza inminente contra su vida, integridad física o la vida y
seguridad de otra persona.

Cuando se presenta esta circunstancia, el individuo está ejerciendo su legítimo


derecho a protegerse a sí mismo o a otros de un daño inminente y
desproporcionado. Es importante destacar que, para que esta circunstancia sea
considerada atenuante, la acción debe ser proporcional y no exceder los límites
necesarios para repeler la agresión.

La defensa propia es un principio reconocido en la legislación de muchos países


como un derecho humano fundamental. Se basa en la premisa de que toda
persona tiene el derecho inherente de proteger su vida y su integridad física en
situaciones de peligro inminente. Asimismo, la defensa de terceros se refiere a la
acción de proteger a otra persona que se encuentra en situación de riesgo.

En el contexto penal, esta circunstancia atenuante reconoce y valora la legítima


reacción de una persona frente a una agresión o amenaza provocada por un
tercero. Al considerar esta circunstancia, el tribunal evaluará si la acción realizada
fue razonable y proporcionada en relación con el peligro que se enfrentaba, así
como la ausencia de intención de causar un daño innecesario o desproporcionado.

5.2.7. Haber accionado en estado de necesidad:


La circunstancia atenuante de haber accionado en estado de necesidad se refiere
a la situación en la que una persona comete un delito motivado por la imperiosa
necesidad de proteger un bien jurídico propio o ajeno de un peligro inminente e
inevitable.

Esta circunstancia reconoce que, en determinadas situaciones extremas, las


personas pueden verse obligadas a infringir la ley para evitar un daño mayor o
para satisfacer una necesidad urgente y legítima. Para que esta circunstancia sea
considerada atenuante, se requiere que el riesgo sea real, actual, inevitable y que
la conducta sea la única opción razonable disponible.

Es importante destacar que el estado de necesidad no puede ser invocado como


excusa para la comisión de un delito cuando existen alternativas razonables para
evitarlo o cuando el daño que se pretende evitar es insignificante en comparación
con el perjuicio causado por la conducta delictiva.

Al considerar la circunstancia atenuante de haber accionado en estado de


necesidad, los tribunales evaluarán cuidadosamente las circunstancias específicas
del caso, teniendo en cuenta la proporcionalidad de la acción realizada y la
ausencia de intención maliciosa o de obtener un beneficio ilegítimo.
5.2.8. Haber actuado en cumplimiento de un deber legal o en ejercicio
de un derecho:
La circunstancia atenuante de haber actuado en cumplimiento de un deber legal o
en ejercicio de un derecho se refiere a la situación en la que una persona comete
un acto delictivo como resultado de su obligación legal o de su legítimo ejercicio
de un derecho reconocido por la ley. .

Esta circunstancia reconoce que, en determinadas circunstancias, las personas


pueden encontrarse en la posición de tener que realizar acciones que podrían ir en
contra de la ley, pero que están justificadas y amparadas por su deber legal o por
el ejercicio de un derecho legítimo.

Para que esta circunstancia sea considerada atenuante, es necesario que la


conducta delictiva esté directamente relacionada con el cumplimiento de un deber
legal, como el deber de proteger la vida, la integridad física o la propiedad de otras
personas, o con el ejercicio de un derecho legalmente reconocido, como el
derecho a la libertad de expresión o el derecho a la resistencia pacífica.

Al evaluar esta circunstancia, los tribunales analizarán si la acción realizada


estaba justificada y era necesaria en el contexto del deber legal o del ejercicio de
un derecho reconocido por la ley, y si la persona actuó de buena fe y sin intención
maliciosa.

5.2.9. Haber accionado en estado de emoción violenta o bajo la


influencia de sustancias tóxicas o estupefacientes:
La circunstancia atenuante de haber accionado en estado de emoción violenta o
bajo la influencia de sustancias tóxicas o estupefacientes se refiere a la situación
en la que una persona comete un acto delictivo como resultado de una excitación
emocional intensa o por el consumo de drogas o alcohol.
Esta circunstancia reconoce que, en determinadas situaciones, las personas
pueden perder el control sobre sus emociones o acciones debido a factores
externos, como el estrés, la ira o el miedo, o debido al consumo de sustancias
psicoactivas.

Para que esta circunstancia sea considerada atenuante, es necesario que la


persona haya perdido el control sobre su conducta debido a una emoción violenta
intensa o a la influencia de sustancias tóxicas, y que no haya tenido capacidad
para comprender la ilicitud de sus actos o para actuar de manera razonable.

Es importante destacar que esta circunstancia no puede ser invocada para


justificar la comisión de actos delictivos que sean planificados o premeditados.

En el contexto penal, los tribunales evaluarán cuidadosamente las circunstancias


específicas del caso para determinar si la acción cometida fue producto de una
emoción violenta o de la influencia de sustancias tóxicas, y si la persona tenía
capacidad de discernimiento para comprender la ilicitud de sus actos.

5.2.10. Haber accionado por motivos de honor o de justicia:


La circunstancia atenuante de haber accionado por motivos de honor o justicia se
refiere a la situación en la que una persona comete un acto delictivo motivado por
un sentido de honor o justicia personal.

Esta circunstancia reconoce que, en determinadas culturas o contextos sociales,


las personas pueden sentirse obligadas a defender su honor o hacer justicia por
cuenta propia, lo que puede llevarlos a cometer actos delictivos.

Para que esta circunstancia sea considerada atenuante, es necesario que la


persona haya accionado de buena fe y que su conducta haya sido proporcional al
daño infligido. Además, debe existir una relación directa entre el motivo de honor o
justicia alegado y el acto delictivo cometido.
Es importante destacar que esta circunstancia no puede ser invocada para
justificar la comisión de actos delictivos que no tengan una conexión directa con el
motivo de honor o justicia alegado, ni para justificar la violencia gratuita o
desproporcionada.

Al evaluar esta circunstancia, los tribunales analizarán cuidadosamente las


circunstancias específicas del caso y la relación entre el motivo invocado y el acto
cometido para determinar si se justifica la aplicación de la atenuante.

5.2.11. Haber actuado por motivos de piedad o compasión:


La circunstancia atenuante de haber actuado por motivos de piedad o compasión
se refiere a la situación en la que una persona comete un acto delictivo movida por
la empatía hacia el sufrimiento o las circunstancias difícilmente soportables de otra
persona.

Esta circunstancia reconoce que, en ciertos casos, las personas pueden


encontrarse en situaciones donde se ven compelidas a infringir la ley con el
objetivo de aliviar el sufrimiento de alguien o mitigar una situación de extrema
necesidad.

Para que esta circunstancia sea considerada atenuante, es fundamental


demostrar que la acción fue motivada por sentimientos de piedad o compasión
genuinas y desinteresados, y que la persona actuó de manera proporcionada y
razonablemente justificada para aliviar el sufrimiento o la situación intolerable de la
otra persona.

Es importante destacar que esta circunstancia no puede ser invocada para


justificar actos delictivos que implican una violación clara de los derechos o la
seguridad de otras personas, ni puede ser utilizada como excusa para acciones
premeditadas o con multas egoístas.
Los tribunales evaluarán cuidadosamente las circunstancias específicas del caso
para determinar si se cumple con los requisitos necesarios para la aplicación de
esta circunstancia atenuante.

5.2.12. Haber actuado por motivos de celos o pasión:


La circunstancia atenuante de haber actuado por motivos de celos o pasión se
refiere a la situación en la que una persona comete un acto delictivo debido a
emociones intensas relacionadas con celos o pasiones extremas, como la ira, el
amor obsesivo o los sentimientos incontrolables de venganza.

Esta circunstancia reconoce que las emociones pueden afectar la capacidad de


una persona para tomar decisiones racionales y controlar su comportamiento,
especialmente cuando se trata de sentimientos tan intensos y desbordantes como
los celos o las pasiones extremas.

Para que esta circunstancia sea considerada atenuante, es necesario demostrar


que la persona actuó bajo la influencia abrumadora de estos sentimientos y que no
tuvo capacidad para actuar de forma razonable o comprender la ilicitud de sus
actos.

Sin embargo, es importante señalar que esta circunstancia no puede ser invocada
para justificar actos violentos o desproporcionados, ni para excusar conductas
premeditadas o planificadas con el propósito de causar daño a otra persona.

Los tribunales analizarán cuidadosamente las pruebas presentadas y evaluarán


las circunstancias particulares del caso para determinar si se cumplen los
requisitos necesarios para aplicar esta circunstancia atenuante.

5.2.13. Haber accionado por motivos de error invencible o de


ignorancia excusable:
La circunstancia atenuante de haber accionado por motivos de error invencible o
de ignorancia excusable se refiere a la situación en la que una persona comete un
acto delictivo debido a la creencia errónea de que su conducta era lícita o estaba
justificada por alguna razón.

Esta circunstancia reconoce que las personas pueden cometer errores o tener
conocimientos limitados sobre la legalidad de sus acciones, lo que puede llevarlas
a cometer actos delictivos sin plena conciencia de la ilicitud de sus actos.

Para que esta circunstancia sea considerada atenuante, es necesario demostrar


que la persona actuó de buena fe, basándose en una creencia sincera y razonable
de que su conducta era lícita o justificada. Además, debe existir evidencia objetiva
de que el error era invencible o la ignorancia era excusable, es decir, que
cualquier persona en la misma situación razonablemente hubiera incurrido en el
mismo error o tendría los mismos conocimientos limitados.

Es importante tener en cuenta que esta circunstancia no puede ser invocada si se


demuestra que la persona tenía pleno conocimiento de la ilicitud de sus actos o si
había elementos suficientes para evitar el error o adquirir el conocimiento
necesario.

Los tribunales analizarán cuidadosamente las pruebas presentadas y las


circunstancias específicas del caso para determinar si se cumplen los requisitos
necesarios para aplicar esta circunstancia atenuante.

5.2.14. Haber actuado por motivos de edad, sexo, educación, cultura o


condición social:
La circunstancia atenuante de haber actuado por motivos de edad, sexo,
educación, cultura o condición social se refiere a la situación en la que una
persona comete un acto delictivo influenciado por factores relacionados con su
edad, género, nivel educativo, cultura o su posición socioeconómica.
Esta circunstancia reconoce que estas características pueden influir en las
decisiones y de las personas, afectando su capacidad de comprensión, reacción o
de resistirse a acciones sociales o culturales negativas.

Para que esta circunstancia sea considerada atenuante, es necesario demostrar


que la persona actuó impulsada por las limitaciones o desventajas derivadas de su
edad, género, educación, cultura o condición social. Además, se debe mostrar que
dichas limitaciones o desventajas redujeron significativamente su capacidad de
controlar su conducta o comprender plenamente las consecuencias de sus actos.

Es importante destacar que esta circunstancia no puede ser invocada para


justificar actos delictivos graves o violentos, ni puede ser utilizada como excusa
para acciones premeditadas o con multas egoístas.

Los tribunales evaluarán cuidadosamente las pruebas presentadas y las


circunstancias específicas del caso para determinar si se cumplen los requisitos
necesarios para la aplicación de esta circunstancia atenuante.

5.2.15. Haber actuado por motivos de enfermedad mental o trastorno


psicológico:
La circunstancia atenuante de haber actuado por motivos de enfermedad mental o
trastorno psicológico se refiere a la situación en la que una persona comete un
acto delictivo como resultado de la presencia de una condición o enfermedad
mental que afecta su capacidad de comprensión, juicio o control de sus acciones.
Esta circunstancia reconoce que las enfermedades mentales y los trastornos
psicológicos pueden alterar significativamente el estado mental de una persona,
llevándola a cometer actos en contra de la ley sin plena conciencia o control de
sus acciones.
Para que esta circunstancia sea considerada atenuante, es necesario demostrar
que la persona sufrió de una enfermedad mental o trastorno psicológico que
afectaba su capacidad de comprensión, autocontrol o discernimiento moral.
Además, se debe presentar evidencia objetiva de que la enfermedad o trastorno
fue la causa directa del acto delictivo.

Es importante tener en cuenta que esta circunstancia no puede ser invocada si se


demuestra que la persona tenía pleno conocimiento de la ilicitud de sus actos o si
existían medidas razonables disponibles para evitar el comportamiento delictivo.

Los tribunales analizarán cuidadosamente las pruebas presentadas, las


evaluaciones médicas y las circunstancias específicas del caso para determinar si
se cumplen los requisitos necesarios para aplicar esta circunstancia atenuante.

5.2.16. Haber actuado por motivos de embriaguez patológica o


intoxicación involuntaria:
La circunstancia atenuante de haber actuado por motivos de embriaguez
patológica o intoxicación involuntaria se refiere a la situación en la que una
persona comete un acto delictivo como resultado de encontrarse en un estado de
embriaguez patológica o intoxicación involuntaria, lo cual afecta su capacidad de
controlar sus acciones y comportamiento.

Esta circunstancia reconoce que el estado de embriaguez patológica o


intoxicación involuntaria puede disminuir significativamente la capacidad de la
persona para comprender y controlar sus actos, ya que estas condiciones pueden
alterar el funcionamiento normal de su mente y cuerpo.
Para que esta circunstancia sea considerada atenuante, es necesario demostrar
que la persona se encontraba en un estado de embriaguez patológica o
intoxicación involuntaria al momento de cometer el delito, y que este estado
afectaba su capacidad de comprensión, autocontrol o discernimiento moral.
Además, se deben presentar pruebas objetivas que respalden la afirmación de
que la embriaguez o intoxicación fue involuntaria o patológica, es decir, que no fue
intencionalmente buscada o causada por la persona.

Es importante destacar que esta circunstancia no puede ser invocada si se


demuestra que la persona tenía pleno conocimiento de la ilicitud de sus actos a
pesar de su estado de embriaguez o intoxicación. Además, la persona deberá
asumir la responsabilidad de buscar tratamiento u otras medidas para evitar
futuros episodios de embriaguez patológica o intoxicación involuntaria.

Los tribunales evaluarán cuidadosamente las pruebas presentadas, incluyendo


informes médicos y testimonios expertos, así como las circunstancias específicas
del caso, para determinar si se cumplen los requisitos necesarios para la
aplicación de esta circunstancia atenuante.

5.2.17. Haber actuado por motivos de necesidad económica extrema o


de extrema urgencia:
La circunstancia atenuante de haber actuado por motivos de necesidad económica
extrema o de extrema urgencia se refiere a la situación en la que una persona
comete un acto delictivo debido a la falta de recursos económicos oa una situación
de emergencia extrema que amenaza su supervivencia o la de sus seres queridos.

Esta circunstancia reconoce que la necesidad económica extrema o una situación


de extrema urgencia pueden influir en las decisiones y acciones de las personas,
llevándolas a cometer actos delictivos como una forma de obtener recursos o
proteger su bienestar inmediato.

Para que esta circunstancia sea considerada atenuante, es necesario demostrar


que la persona se encuentra en una situación de necesidad económica extrema o
de extrema urgencia al momento de cometer el delito, lo cual le impedía tomar
opciones razonables y legales para satisfacer sus necesidades básicas o resolver
la situación de emergencia. Además, se debe mostrar que los medios empleados
para abordar la necesidad o la situación de urgencia eran proporcionales y
adecuados según las circunstancias.

Es importante tener en cuenta que esta circunstancia no puede ser invocada si se


demuestra que la persona tenía otras alternativas razonables y legales disponibles
para satisfacer sus necesidades o resolver la situación de emergencia. Además, la
persona deberá asumir la responsabilidad de buscar soluciones a largo plazo para
evitar recurrir a actividades delictivas en el futuro.

Los tribunales analizarán cuidadosamente las pruebas presentadas, incluyendo


evidencia de la situación económica o de emergencia, y las circunstancias
específicas del caso, para determinar si se cumplen los requisitos necesarios para
aplicar esta circunstancia atenuante.

5.2.18. Haber actuado por motivos de obediencia debida o de


cumplimiento de órdenes superiores:
La circunstancia atenuante de haber actuado por motivos de obediencia debida o
de cumplimiento de órdenes superiores se refiere a la situación en la que una
persona comete un acto delictivo porque estaba siguiendo órdenes de alguien en
una posición de autoridad o superior jerárquico.

Esta circunstancia reconoce que la presión ejercida por una figura de autoridad o
superior jerárquico puede influir en las decisiones y acciones de una persona,
llevándola a cometer actos delictivos incluso en contra de su propia voluntad o
conciencia.

Para que esta circunstancia sea considerada atenuante, es necesario demostrar


que la persona estaba actuando bajo una orden directa y específica de alguien en
una posición de autoridad o superior jerárquica, y que no tenía la capacidad de
negarse o desobedecer dicha orden sin consecuencias negativas o perjudiciales
para ella misma.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta circunstancia no puede ser
invocada si se demuestra que la persona tenía conocimiento de que la orden era
claramente ilegal o inmoral, y aun así decidió llevarla a cabo. Además, la persona
deberá asumir la responsabilidad de cuestionar y resistirse a órdenes ilegales o
inmorales en el futuro.

Los tribunales evaluarán cuidadosamente las pruebas presentadas, incluyendo


testimonios y evidencias que respalden la existencia y naturaleza de las órdenes
recibidas, así como las circunstancias específicas del caso, para determinar si se
cumplen los requisitos necesarios para aplicar esta circunstancia atenuante.

5.2.19. Haber accionado por motivos de colaboración con la justicia o


de prevención del delito.
La circunstancia atenuante de haber accionado por motivos de colaboración con la
justicia o de prevención del delito se considera cuando una persona comete un
delito pero luego decide colaborar con las autoridades para ayudar en la
investigación o prevención de otros delitos. Esta colaboración puede incluir
proporcionar información relevante, testificar en juicio o ayudar a la policía a
capturar a otros delincuentes.

Al demostrar que una persona ha colaborado con la justicia o ha tomado medidas


para prevenir delitos, se puede argumentar que su acción debe ser considerada
de manera menos severa debido a su contribución para mejorar la seguridad y el
orden público. Esta circunstancia atenuante puede tener un impacto positivo en la
sentencia final, ya que refleja un arrepentimiento genuino y una voluntad de
enmendar los errores cometidos.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la colaboración con la justicia
debe ser voluntaria y no puede ser coercitiva. Si una persona se ve obligada a
colaborar debido a amenazas o coacción ilegal, esto no será considerado como
una circunstancia atenuante, sino más bien como un factor agravante.

Cabe mencionar que la evaluación y aplicación de esta circunstancia atenuante


varía según el sistema legal y las leyes aplicables en cada jurisdicción. Los
tribunales toman en cuenta la naturaleza y grado de colaboración, así como la
sinceridad y efectividad de las acciones realizadas para colaborar con la justicia.

CONCLUSIÓNES.

1. Síntesis de los hallazgos y resultados obtenidos


En el presente estudio, se ha realizado un análisis exhaustivo de las
circunstancias modificadas en la responsabilidad penal en Panamá, centrándose
principalmente en las circunstancias agravantes y atenuantes. A través de una
revisión detallada de la legislación vigente, la jurisprudencia y los casos
relevantes, se han identificado y examinado numerosos factores que pueden influir
en la determinación de la pena aplicable en un proceso penal.

En cuanto a las circunstancias agravantes, se han abordado aquellas inherentes al


delito, propias a la persona o al autor, derivadas de relaciones particulares con el
ofendido u otras causas personales. Se ha destacado la importancia de considerar
estas circunstancias al momento de establecer la culpabilidad del acusado y
determinar una pena acorde a la gravedad de su conducta.
Por otro lado, se ha profundizado en el análisis de las circunstancias atenuantes,
resaltando su relevancia para reducir la pena en casos donde existan elementos
mitigantes. Se han examinado aspectos como el arrepentimiento sincero del
delincuente, la colaboración con la justicia, la reparación del daño causado y otros
motivos que pueden disminuir la responsabilidad penal del acusado.

2. Reflexiones sobre la eficacia de las circunstancias modificadas en la


responsabilidad penal en Panamá
Tras analizar detenidamente las circunstancias modificadas en la responsabilidad
penal en Panamá, se pueden realizar diversas reflexiones sobre su eficacia en la
práctica judicial. Si bien estas circunstancias permiten adaptar la pena a las
particularidades de cada caso, es necesario evaluar su aplicación en la realidad
jurídica panameña.

Es fundamental garantizar que la consideración de estas circunstancias sea


equitativa y justa, evitando cualquier tipo de arbitrariedad en su aplicación.
Además, se debe promover una mayor claridad en la legislación para evitar
interpretaciones divergentes por parte de los operadores del sistema penal.

Asimismo, es importante fomentar una capacitación constante de los jueces y


demás actores del sistema de justicia en cuanto a la correcta aplicación de estas
circunstancias. Esto contribuirá a una mayor uniformidad en las decisiones
judiciales y a una mayor confianza de la sociedad en el sistema de justicia penal.

3. Posibles propuestas de mejora o reformas legislativas


Con base en los hallazgos y reflexiones obtenidas, se pueden plantear propuestas
de mejora o reformas legislativas para fortalecer el sistema de circunstancias
modificadas en la responsabilidad penal en Panamá.

Una posible propuesta consiste en clarificar y detallar de manera más precisa las
circunstancias agravantes y atenuantes en la legislación penal. Esto permitirá
establecer criterios más objetivos y uniformes para su aplicación, evitando así la
discrecionalidad en la determinación de la pena.

Además, se considerará la implementación de mecanismos de control y


supervisión para garantizar que la consideración de estas circunstancias se realice
de manera adecuada y acorde a los principios de justicia y equidad.

En conclusión, este trabajo investigativo ha permitido examinar a fondo las


circunstancias modificadas en la responsabilidad penal en Panamá. Se han
identificado y analizado las circunstancias agravantes y atenuantes, evaluando su
aplicación en la práctica judicial y reflexionando sobre su eficacia y posibles áreas
de mejora.

BIBLIOGRAFIAS.

1. Código Penal de la República de Panamá: Ley 14 de 2007. (2007). Autoridad


Nacional de Transparencia y Acceso a la Información.

2. González Ríos, JA (2016). Circunstancias atenuantes y agravantes en el


Código Penal de Panamá. Revista Derecho y Cambio Social, 50, 173-191.

3. Rodríguez, P. (2014). Las circunstancias agravantes y atenuantes del Código


Penal de Panamá: Un análisis jurisprudencial. Revista Internacional de
Derecho Penal, 16(1), 41-68.

4. Vásquez, LE (2011). El sistema de circunstancias modificativas de la


responsabilidad penal en el Código Penal de Panamá. Revista de Ciencias
Jurídicas, 36(1), 259-282.
5. Zúñiga, CM (2018). Análisis criminológico de las circunstancias modificativas
de la responsabilidad penal en el Código Penal de Panamá. Revista de
Criminología y Derecho Penal, 9(1), 121-143.

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