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¿Cómo puede existir un ser humano mientras es algo tan pequeño que no tiene el más
mínimo aspecto externo de tal?
La realidad no es sólo la que captan nuestros sentidos. Los microscopios electrónicos y los telescopios más
modernos nos ofrecen, sin lugar a dudas, aspectos de la realidad que jamás habríamos podido captar con
nuestros ojos. De manera semejante, la ciencia demuestra rotundamente que el ser humano recién
concebido es el mismo, y no otro, que el que después se convertirá en bebé, en niño, en joven, en adulto y
en anciano. El aspecto que presenta varía según su fase de desarrollo. Y así, en la vida intrauterina primero
es un embrión pre-implantado (hasta la llamada anidación, unos 12-14 días después de la fecundación, en
que cabe la posibilidad de que de un mismo óvulo fecundado surjan gemelos); después es un embrión hasta
que se forman todos sus órganos; luego, mientras éstos van madurando, un feto, hasta formarse el bebé tal
como nace. Y después continúa el mismo proceso de crecimiento y maduración, y más tarde se produce el
inverso de decadencia hasta la muerte.
Por eso no tiene sentido decir que un niño proviene de un feto, sino que él mismo fue antes un feto, del
mismo modo que un adulto no proviene de un niño, sino que antes fue niño, y siempre es el mismo ser
humano, desde el principio. Y tan absurdo sería defender que el hijo recién concebido no es un ser humano
porque no tiene aspecto de niño, como suponer que el niño no es un ser humano porque no tiene el aspecto
externo del adulto.
Admitiendo que existe una nueva vida desde el momento de la fecundación, ¿no podría ser
una vida vegetal o animal, para llegar a ser humana en una fase posterior?
No. Con los actuales conocimientos genéticos, es indudable que cada ser es lo que es desde el momento de
la fecundación. De la unión de gametos vegetales sólo sale un vegetal; de gametos animales no racionales,
por ejemplo un chimpancé, sólo sale otro chimpancé, y de la unión de gametos hum
Jeremias
Al profeta Jeremías le corresponde afrontar una gran cantidad de dificultades puesto que la realidad política de
Israel por esta época fue bastante conflictiva.
En medio de estas circunstancias Dios lo llama a predicar su palabra.
Es Jeremías un ejemplo de fidelidad a Dios en medio de la adversidad, inclusive en momentos en los cuales se ve en
peligro la propia vida.
El Derecho español, al igual que el Derecho Canónico, considera aborto la muerte del feto mediante su
destrucción mientras depende del claustro materno o por su expulsión prematuramente provocada para que
muera, tanto si no es viable como si lo es.
En el lenguaje corriente, aborto es la muerte del feto por su expulsión, natural o provocada, en cualquier
momento de su vida intrauterino.
En ocasiones se actúa sobre embarazos de hijos viables, matándolos en el interior de la madre o procurando
su muerte después de nacer vivos. Esto no es, médicamente hablando, un aborto, y de hecho muchas
legislaciones que se consideran permisivas en la tolerancia del aborto lo prohíben expresamente, porque lo
incluyen en la figura del infanticidio. Pero no ocurre así en otros casos, como por ejemplo en España, donde
el Código Penal no tiene en cuenta la viabilidad del feto para que se dé el delito de aborto, y, en
contrapartida, se puede matar en algunos casos a fetos viables sin recibir ningún castigo penal, al amparo de
la legislación vigente precisamente en materia de aborto. Por eso utilizaremos en estas páginas la definición
de aborto según el lenguaje corriente, de modo que la muerte provocada de un feto viable también será
considerada como aborto.
Jeremías nace hacia el año 650 a.C., en una ciudad judía llamada Anatot (Jr. 1,1) en la Tierra de Benjamín a
unos 6 kilómetros al norte de Jerusalén.
Pertenecía a la casta sacerdotal de la tribu de Benjamín, es por esta razón por la cual tuvo que haber tenido algún tipo
de contacto con la Ciudad central del culto Judío, allí debió haberse instalado para la realización de las celebraciones
litúrgicas.
Aunque Jeremías estuvo vinculado al templo de Jerusalén y vivió en ella, se mantuvo ligado al campo,
preocupándose de situaciones concretas que afectaban a los miembros de la comunidades campesinas tales
como: La sequía (Jer. 14, 4.5), las viñas, entre otras cosas.
Jeremías, en hebreo , significa Yahvé Exhalta.
Es llamado por Dios desde muy joven, él mismo lo manifiesta en los primeros versículos de su libro: «Antes de
haberte formado en el vientre de tu madre, y antes de que nacieras te consagré» (Jer. 1,5). Es la expresión del profeta
que siente cómo Yahvé le ha elegido desde muy temprano.
Yahvé llama a Jeremías para ser profeta ante Judá en medio de turbulencias y dificultades políticas. Su
ministerio fue muy extenso con una duración de unos cuarenta (40) años.
Fue el más grande profeta de su tiempo, supo ser un testigo del amor de Dios hacia el pueblo de Israel, así como
su celo por el verdadero culto a Yahvé en el templo que corría el riesgo de tergiversarse.
Podemos dividir el ministerio de Jeremías en cuatro (04) etapas: la primera va desde el inicio de su vocación (627-626
a.C) y comprende la reforma del Rey Josías (621 a.C), la segunda bajo el reinado de Joaquín (609-597), la tercera
bajo Sedecías (597-586) y la cuarta etapa bajo el reinado de Godolías (586) hasta su muerte.
1)El Profeta Jeremías Durante el Gobierno Josías (627-622)
Esta primera etapa de la vida de Jeremías la encontramos en los capítulos 1-6 y 30-31 de su libro. El profeta predica
sobre la necesidad de una conversión interna. Por esa época la atmósfera religiosa de Judá era muy baja y
Josías era un Rey joven y sin experiencia. Es en el reinado de Josías en donde realiza la reforma del culto que
Jeremías apoya.
Es en este período en donde encontramos la insistencia del profeta en que la alianza es una relación de amor entre
Dios y su pueblo a semejanza de la relación matrimonial.
La subida al trono del Rey Joaquín (Yoyaquin) abre una nueva etapa en la vida de Jeremías, la reforma
propiciada por Josías pronto es olvidada y el pueblo cae en la Idolatría.
El profeta vuelve a denunciar la idolatría y la observancia superficial de los ritos de la alianza.
Joaquín es un rey injusto por los lujos desmedidos de su mandato. Para poder mantener su estilo de vida los
israelitas deben pagar unos impuestos muy elevados.
Los textos que pertenecen a esta etapa son los capítulos 7 al 25. En los cuales Jeremías denuncia a los sacerdotes
del templo como «cueva de ladrones».
Durante esta etapaal profeta le corresponde enfrentar la persecución, también tuvo una crisis de fe descrita en
los poemas líricos del capítulo 11, y 18.
Durante este período tiene lugar la rebelión de Jerusalén contra Babilonia; Jeremías aconseja la sumisión de Israel
a Babilonia como medio para salvar el Reino.
La persecución contra el profeta arrecia y corre riesgo su vida. Se puede ubicar este período en los Capítulos 27 al 29
de su obra.
Esta etapa de su vida la podemos encontrar en los capítulos 39-40, 42-44 de su obra. La invasión del rey
Nabucodonosor, rey de Babilonia, es inminente, por tanto el profeta aconseja que la sumisión es la única
manera de salvar al pueblo.
Es en esta época en la cual el profeta entiende que es humanamente imposible una conversión del corazón a
Dios si Dios mismo no toca el corazón del hombre.
¿Qué profetizó Jeremías?
Jeremías tiene una lista importante de profecías, es un personaje bíblico extremadamente sensible, su preocupación por la
situación política del país y por el decaimiento moral y espiritual del pueblo. Son básicamente sentencias, amenazas y
catástrofes.
Jeremías fue un Profeta judío, autor del Libro Jeremías, del Antiguo Testamento. Fue elegido por Dios para ser profeta
de las naciones de todo el mundo y para predicar el arrepentimiento del Reino de Judá por dejar de lado a Dios y optar
por idolatrar a otros dioses. Les anticipó que si no se arrepentían de sus pecados sufrirían un duro castigo: una nación
enemiga (Babilonia) los vencería y Jerusalén sería destruida. Al mismo tiempo, les llevó un mensaje de esperanza y
salvación, les vaticinó que no todo estaría perdido porque Dios reuniría al Reino de Judá nuevamente. Los judíos,
descreídos y enojados por sus profecías, lo arrestaron y encarcelaron. Algunos estudios le atribuyen también la autoría
de los Libros Lamentaciones y de los Reyes, pero no hay nada que lo avale.
650 a.C.
Nació en la ciudad de Anatoth, perteneciente al Reino de Judea, en el seno de una familia de sacerdotes; su padre fue el
sacerdote Hilcías.
Predicó la palabra de Dios, en el Reino del Sur, o Reino de Judá, a lo largo de unos 40 años.
626 a.C.
En aquella época, la región de Oriente Medio estaba dominada por los asirios.
El imperio babilónico amenazó a los asirios y Egipto salió en apoyo de estos cruzando Palestina. Josías decidió atacar a los
605 a.C.
Joaquín sucede a Josías y se sometió a los designios del rey Babilónico Nabucodonosor.
Tiempo después, Jeremías, criticó la decisión de Joaquín de rebelarse contra la autoridad babilónica.
Fue perseguido por Joaquín, quien al tiempo murió en un enfrentamiento, cuando Babilonia atacó Jerusalén.
Se empeñó en limitar y vencer el avance de la idolatría y de las inmoralidades que emanaron del pueblo judío.
586 a.C.
Fue encarcelado, tras la caída de Jerusalén y la huida a Egipto. Los judíos lo llevaron con ellos, y de acuerdo con el uso y
Se presume que todo el contenido del libro lo escribió él, valiéndose de la asistencia de un escriba, un profesional muy
requerido y respetado por aquellos tiempos, que manejaba a la perfección la escritura hebrea.
Contiene enseñanzas, profecías y consejos que fueron parte de su servicio profético en el Reino de Judá.
Comienza con una introducción; está dividido en tres partes: oráculo contra Judea y Jerusalén (se propone que el pueblo
judío recapacite y mejore su conducta); oráculo de salvación sobre Judea y Jerusalén; oráculo contra las naciones; y finalmente
un apéndice histórico.
Muchos de los habitantes de Jerusalén renegaron de la palabra de Jeremías, siguieron en el camino de pecado, y sucedió lo
anunciado por él: Jerusalén fue destruida y el pueblo llevado cautivo a Babilonia.
En su libro quedó evidenciada la alianza de Dios con el pueblo judío y que la misma demandó un compromiso, en tanto,
Una particularidad del libro, es que presenta datos biográficos del autor y da cuenta de la angustia que atravesó el profeta a
razón de la fuerte oposición con la cual se topó cuando comenzó a predicar, algo bastante curioso para uno de estos libros
proféticos.
Otra cuestión sobre la cual informa el libro es sobre la doctrina de la preordenación: Dios, les otorga a determinadas
personas, responsabilidades y tareas a cumplir en su vida terrenal. En su caso, Dios, lo encomendó como profeta de las naciones, y
por tanto, le atribuyó la fuerza y la fe necesarias para desempeñarse como tal y sin claudicar ante las persecuciones y violencia
que sufriría.
Por otra parte, también reveló el nuevo pacto que Dios suscribiría con el pueblo tras la destrucción.
Asimismo, anticipó que Dios mandaría pescadores y cazadores para juntar a Israel.
Dio cuenta que los servidores de Dios mantuvieron con él un vínculo íntimo y comprometido, y que los actos que emanaban de
Dios lo envió a la nueva tierra prometida para que comprase propiedades que implicaron la reunión de los judíos.
Cuando le informó sobre estas cuestiones, el rey Sedequías las quemó y rompió. Por supuesto, el monarca hizo caso omiso a
Egipto.
585 a.C.
Falleció en Egipto, durante el cautiverio del pueblo judío, a quien decidió acompañar a pesar de estar en contra de las
Post Mortem
La versión final del libro data del siglo II A.C., cuatro siglos después de la existencia de Jeremías.