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Creadas para vivir

. Romanos 15:13
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a
ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por
el poder del Espíritu Santo
Una hermana de una iglesia a la que yo asistía era conocida por
sus achaques y enfermedades. La llamaban “Doña Dolores”, ya
que siempre la oíamos hablar de todos los males que la
aquejaban. Era anciana, y le quedaban pocos años de vida. Sus
padecimientos le habían restado años de existencia, pero
algunos, por no decir todos, eran producto de su imaginación
(aunque más tarde se hicieron realidad debido al poder de la
mente). Su actitud contribuyo muchísimo a su falta de salud y
bienestar.
Por otro lado, tuve el privilegio de conocer a una mujer que,
enferma de cáncer, era capaz de vivir en medio del dolor; y
proyectaba fuerza y salud a quienes la conocíamos. Mientras
estaba en su lecho de muerte, pedía a diario que le llevaran un
espejo y un cepillo; luego ensayaba su mejor sonrisa y arreglaba
su cabello para recibir a las visitas. Mientras algunas
escuchábamos sus mensajes inspiradores con nuestros ojos
humedecidos por las lágrimas, ella se mantenía erguida,
planificando todos los detalles de su funeral. Lo último que nos
dijo fue: “Estoy lista para ir al encuentro de mi Señor”. Aunque ya
hace algún tiempo que murió, muchas de quienes la conocimos
la recordamos con cariño, y procuramos mostrar la misma actitud
hacia la vida que mostró ella frente a la muerte. Fue una gran
maestra en el arte de saber vivir.
Amiga, no olvides que has sido creada para vivir eternamente, y
que la existencia terrenal es tan solo un compás de espera para
la vida que nos aguarda en el hogar eterno. Haz que tu estancia
en este planeta no se cuente en años, sino mas bien en
plenitud. !Vive, vive plenamente! Valora la vida que Dios te da,
tanto en la salud como en la enfermedad, en los tiempos buenos
y durante la adversidad, entre risas o cuando lleguen las
lágrimas, con la certeza de que no morirás para siempre, pues
Cristo Jesús murió en la cruz para que tu un día despiertes en el
hogar de Dios.
Hoy es un buen día para sembrar vida y para colocar una semilla
de esperanza en los surcos vacíos del corazón de quienes sufren
y lloran. El Señor te dice: “Hoy te doy a elegir entre la vida y la
muerte, entre el bien y el mal. Hoy te ordeno que ames al Señor
tu Dios, que andes en sus caminos, y que cumplas sus
mandamientos, preceptos y leyes. Así vivirás y te multiplicaras, y
el Señor tu Dios te bendecirá” (Deut. 30:15-16).

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