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Gremios y corporaciones laborales.

Debates historiográficos y estado de la cuestión


CRAFTS GUILDS AND LABOURS CORPORATIONS. HISTORIC DEBATES AND STATUS OF THE ISSUE

Ricardo Hernández García


Universidad de Valladolid
José Damián González Arce
Universidad de Murcia

1. Introducción o hispanistas ha sido prácticamente nula. Esto es, el fenómeno


del retorno gremial no ha despertado el interés entre de la
historiografía hispana. Algo que es preciso corregir, y no por
una cuestión de moda o de actualidad, o por pretender situar
a los investigadores españoles a la altura de otras escuelas
Con ocasión de la convocatoria del XI Congreso Internacional nacionales, sino simplemente porque creemos que los diferentes
de la Asociación Española de Historia Económica, celebrado en ejemplos de los corporativismos castellano, catalán, valenciano
Madrid entre el 4 y el 5 de septiembre de 2014, los coordinadores o aragonés resultan fundamentales para culminar ese esfuerzo
de este número de la revista Áreas creímos conveniente plantear analítico que en el ámbito europeo se ha emprendido para mejor
al comité científico la posibilidad de organizar una sesión bajo comprender el papel jugado por el gremialismo en la economía,
el título: Gremios y corporaciones laborales en la transición del sociedad y política de la Europa feudal, así como en la transición
feudalismo al capitalismo. Siglos XIII-XIX. Parte de las aportaciones al capitalismo. De forma que pensamos que una manera de
que allí fueron presentadas, así como los intercambios de impulsar la investigación a nivel peninsular, de crear un revulsivo
opiniones y conclusiones a que dieron lugar, son hoy recogidos entre los expertos en este tema de investigación y de atraer a
en este número 34 de la citada revista. nuevos historiadores, era la de proponer la citada sesión.
Todo ello constituye una contribución inicial de la Con dos objetivos: de un lado reunir a los actuales los
historiografía hispana a un debate de gran actualidad científica estudiosos para su conocimiento personal e intercambio de
que en las últimas décadas se desarrolla entre los historiadores de experiencias investigadoras; de otro, debatir sobre aspectos
la Europa medieval y moderna y que es conocido como retorno conceptuales y metodológicos y sobre el estado de la cuestión,
gremial. Este tema de investigación ha llamado poderosamente en el ámbito nacional e internacional, para así orientar por dónde
la atención de significados medievalistas y modernistas de casi podrían ir los futuros trabajos, tan necesarios para dar a conocer
todos los países occidentales, que se han ocupado del fenómeno el corporativismo hispano e integrarlo en el contexto de las líneas
con estudios de caso a nivel local en sus respectivos territorios, de investigación que se desarrollan en otros países.
así como mediante trabajos de síntesis y análisis comparativos Conseguidos en grado muy satisfactorio ambos propósitos,
entre distintos modelos regionales. En esta extensa e intensa creímos conveniente reunir en una publicación las principales
actividad investigadora la presencia de historiadores españoles aportaciones de la mencionada sesión para su difusión. Para ello,

Ricardo Hernández García


Profesor Titular del Departamento de Fundamentos del Análisis Económico e Historia e Instituciones Económicas
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Valladolid, Avda. Valle Esgueva, 6, España
Teléfono: 983423354, E-mail: rhgarcia@eco.uva.es

José Damián González Arce


Profesor Titular del Departamento de Economía Aplicada, Área de Historia e Instituciones Económicas
Facultad de Economía y Empresa, Universidad de Murcia, Campus de Espinardo, 30100 Murcia, España
Teléfono: 868888752, E-mail: josedam@um.es

AREAS
Revista Internacional de Ciencias Sociales, 34/ 2015
Gremios y corporaciones laborales en la transición del feudalismo al capitalismo.
Siglos XIII-XIX
(pp. 7-18) 7
aprovechamos la amable oferta del equipo editorial de la revista mundo grecorromano, en Bizancio, en el Islam o regiones de Asia
Áreas. Revista Internacional de Ciencias Sociales, encabezado o África, así como otras relativas a los orígenes y antecedentes
por su director Miguel Ángel Pérez de Perceval Verde, en la que del corporativismo medieval europeo, han sido motivo de
nos invitaban a que recogiésemos en uno de sus monográficos controversia y han generado extensos y dilatados debates
dichos trabajos, lo que ha dado lugar al presente volumen. científicos. Conviene repasar algunos de ellos que antecedieron
En él se contienen, en forma de artículos, cinco de las nueve al más actual sobre el papel desempeñado por los gremios en la
comunicaciones inicialmente previstas, más uno que no fue transición del feudalismo al capitalismo.
presentado en el Congreso, así como la presente introducción.
Estos cinco artículos son, por orden de aparición, los de G. Navarro
Espinach, J. D. González Arce y R. Hernández García, J. A. Nieto
Sánchez y J. C. Zofío Llorente, B. Moreno Claverías y J. J. Romero
Marín. A ellos se ha añadido una contribución de última hora, la de 2.1. De los orígenes a las cuestiones conceptuales
À. Solà y Y. Yamamishi que, si bien no llegó a tiempo de participar
en la sesión, hemos considerado de interés para completar la
visión de conjunto que se quería conseguir del gremialismo
hispano en este monográfico. Además, en la mencionada
reunión, inicialmente estaba prevista la participación de un gran Desde finales del siglo XIX y durante buena parte del XX la
experto del corporativismo medieval castellano, el profesor J. principal polémica que ocupó a los investigadores del fenómeno
M. Monsalvo Antón, que se iba a ocupar de dar una visión de gremial fue el de su origen. Sin entrar ahora en el que fue paralelo
conjunto del mismo, con una comunicación titulada: “Artesanado al mismo, el de si se podía hablar de gremios o corporaciones
urbano, cofradías de oficio y poderes públicos: los límites de las laborales en el mundo clásico, en especial si era posible considerar
corporaciones castellanas medievales en el contexto de la Europa como tales a las asociaciones aparecidas en Roma entre los
gremial”, quien, lamentablemente, no pudo concurrir por motivos siglos II y IV antes y después de Cristo, diferentes historiadores
personales. Tampoco fue posible contar con otro significado se enzarzaron en discusiones como la continuidad, o solución
estudioso, M. García Fernández, que pensaba contribuir con de continuidad, entre dichas formaciones y las de la Europa
“Gremios y pleitos. Claves sociales y laborales (ss. XVI-XVIII)”. Por medieval, así como otros posibles antecedentes e influencias
contra, sí estuvieron presentes M. J. Deyá Bauzá, con “Legislación, para un sistema de producción como el gremial del que, debido
gremios y familia: un estudio comparativo entre la Corona de a su dilatada extensión espacio-temporal, se puede concluir
Castilla y la Corona de Aragón”, y J. A. Mateos Royo, con “Política que tuvo múltiples formas y características y que, debido a este
pública y proteccionismo corporativo: instituciones regionales y carácter poliédrico, no se puede encorsetar bajo una definición
gremios textiles en Aragón durante el siglo XVII”, pero finalmente simplista, unos inicios comunes, una estructura idéntica y única
declinaron aparecer en este volumen. Por último, se dio la ni un mismo grado de desarrollo para todos los casos.
participación fuera de programa de un doctorando ocupado en Hoy está más claro que los productores urbanos de los ámbitos
este tema de investigación en la Universidad de Barcelona, B. J. industrial y de los servicios, e incluso algunos rurales del sector
von Brisen, con “To avoid the detriments which commerce is agropecuario, sobre todo ganaderos, ciertos mineros e incluso
suffering: Monopolistic privileges of the maritime cargo service algún hortelano, pudieron asociarse en estructuras más o menos
guilds of Barcelona (c. 1760-1840)”. organizadas con las que defender sus intereses económicos.
Explicada la génesis del presente número de la revista Áreas, Hablamos principalmente de productores independientes,
así como de la sesión del Congreso de la Asociación Española no de asalariados que estaban agrupados en otro tipo de
Historia Económica, del que ha derivado, el presente artículo organizaciones, por tanto propietarios de sus negocios en los
introductorio tiene además por cometido, los dos siguientes que trabajaban ellos mismos de forma autónoma, con alguna
propósitos: situar el debate historiográfico sobre el retorno mano de obra o, a veces, con un mayor número de asalariados.
gremial en el contexto de otros debates similares habidos en Tales asociaciones proliferaron en la Europa occidental entre los
los últimos dos siglos; y sintetizar las principales aportaciones y siglos XI y XIX, si bien también pudo haberlas en el mundo clásico
conclusiones a las que se pudo llegar la mencionada sesión del grecolatino o en otros continentes y civilizaciones, aspecto que
antedicho XI Congreso de la AEHE. aquí no vamos a tratar. Su principal característica era la de unir
a los practicantes de una misma profesión en un determinado
ámbito territorial, generalmente en una ciudad y sin que su área
de acción superarse casi nunca el entorno urbano más inmediato.
Su objetivo primordial era promover los intereses, sobre todo
2. Los debates historiográficos sobre el gremialismo europeo económicos, de los asociados, como fomentar la producción,
obtener mayores ingresos, defenderse de la injerencia de
los poderes políticos –señoriales, municipales o reales, que
entorpecían la actividad productora con monopolios y regalías,
o con una excesiva tributación sobre el trabajo, el comercio o
A lo largo de los últimos 200 años los historiadores han la fabricación de manufacturas–, así como, en algunos casos,
intentado dilucidar varias cuestiones relativas al fenómeno luchar con otras asociaciones similares dentro y fuera de la misma
gremial, algunas de ellas como el caso de su existencia en el localidad; de forma que una de las finalidades de este tipo de

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organizaciones era controlar, e incluso en ocasiones monopolizar, reconocidas legamente, de los sus órganos de gobierno.
el mercado local en el ámbito de su especialidad laboral. Aspecto Si no está claro qué define una estructura organizativa, no es
en el que solo algunas llegaron a tener un éxito completo, gracias posible trazar con precisión cuáles son límites y competencias,
a lo que establecieron oligopolios legales respaldados por por lo que no resulta tampoco fácil ponerse de acuerdo en las
ordenanzas municipales, e incluso por privilegios señoriales y cuestiones conceptuales y terminológicas, o de sus antecedentes
reales, en sus respectivas poblaciones, y en ciertos casos también e influencias, de ahí los debates historiográficos tan prolongados
en su entorno rural, de manera que solo sus miembros de pleno en el tiempo y tan cortos en conclusiones clarificadoras que
derecho podían ejercer la profesión en cuestión o la actividad ha habido en torno al fenómeno gremial en los últimos siglos.
productiva que se habían arrogado en exclusiva. Para afianzar Superados los cuales, por fin los historiadores se han podido
esta situación de control del mercando, estas formaciones se centrar en otros aspectos menos estériles como el papel jugado
dotaron, a veces a sí mismas de hecho, otras mediante pactos por estas asociaciones en la economía y sociedad feudal y su
con los gobernantes, y por tanto de derecho, o simplemente protagonismo en los cambios que favorecieron la Revolución
por la compra de tales capacidades a las autoridades, de la Industrial y la llegada del capitalismo, o retorno gremial, que
potestad necesaria para legislar sobre su ámbito de actuación veremos en el apartado siguiente.
económico y laboral, juzgar las querellas relativas al mismo y aún Antes repasemos los hitos de las controversias arriba
realizar tareas policiales en él. Estos poderes extraordinarios las apuntadas.
dotaron de la capacidad coercitiva para imponer y definir, según Para Italia, Dopsch (1982: 456-457), Weber (1974), Wolff y
sus intereses, los diferentes aspectos relativos su oficio, como Mauro (1964: 159) y Renard (1980: 308) se muestran partidarios
quiénes podían desempeñar la profesión, con qué requisitos y de una posible continuidad desde el mundo antiguo, debida
condiciones se realizaría su entrada en la asociación; los precios, a la pervivencia en la Europa mediterránea de la vida urbana,
la calidad, cantidad y los mercados de venta de la producción; los en contra de lo que opinan otros autores (Heers, 1968a: 96;
salarios, formación y condiciones laborales de la mano de obra; Ellul, 1999: 225). En este caso, además de la tradición romana
las técnicas, métodos, herramientas, materias primas y medios de hay que añadir la bizantina, y aunque la herencia clásica se
producción, etc. dejase sentir en todos los territorios luego ocupados por los
Tal capacidad e influencia económica sirvieron a los gremios germanos, ésta hubo de ser mayor en dicha zona, donde se
más poderosos para alcanzar relevancia política en el seno de sus documentan corporaciones laborales entre los lombardos; así
respectivas ciudades, done obtuvieron puestos en sus órganos de como en Francia, donde según Gregorio de Tours las industrias
gobierno, e incluso a algunos se les confiaron tareas defensivas se hallaban organizadas por magisterios o cargos; y en España,
y participación en las batallas, bien directamente o través de la donde, se citan los collegia para el reino visigodo. Asociaciones
financiación de tropas, armas o barcos de guerra. Para completar todavía formadas por libre iniciativa y aún no sometidas al
su ámbito de actuación, tales corporaciones se ocuparon control señorial. Sin embargo, sería conveniente matizar dicha
también de labores mutualistas y religiosas, de manera que continuidad, la cual habría sido menos formalmente intensa, no
procuraron la atención de los cuerpos de los asociados en caso de excluiría cambios y transformaciones, y consistiría más que en una
pobreza, enfermedad o muerte, con el sufragio de hospitales y de supervivencia de las instituciones sin solución de continuidad, en
entierros; así como de sus almas, de forma colectiva con liturgias el mantenimiento de la capacidad urbana de engendrar ciertas
y limosnas organizadas por las anexas cofradías, o de forma estructuras sociales y ciertos modos de gestión del poder. Lo que
individual, con misas de difuntos o de aniversario celebradas en nos permitiría hablar para los tiempos bizantinos y lombardos de
recuerdo de los fallecidos y sus familiares. Por último, la buena la existencia de grupos cohesionados de personas que ejercían la
imagen de tales formaciones y su aceptación y valoración social misma actividad; así como de ciertos elementos de continuidad
se consiguió mediante su participación activa, tanto presencial entre estas corporaciones altomedievales y la etapa comunal, si
como financiera, en las fiestas urbanas, procesiones del Corpus bien el proceso evolutivo no puede ser reconstruido en detalle
Christi, santos locales, entradas y funerales regios…; o en su (Greci, 1993: 77-78; 1988: 97-98).
contribución, tanto en mano de obra como en materiales y Otro probable origen de los gremios medievales, en parte
dinero, a la construcción y mantenimiento de obras públicas, también influido por el mundo antiguo, es la teoría de la libre y
como murallas, catedrales, iglesias, monasterios… Mientras que voluntaria unión entre menestrales, que se pondría en relación
la sociabilidad interna se logró gracias a la periódica realización con algunas asociaciones del último helenismo y con aquellos
de reuniones de sus respectivos cabildos que, además de por otros artesanos libres que propagaron el cristianismo (Weber,
misas y otros actos litúrgicos, solían estar amenizadas por 1974: 127-128). De manera que parte del corporativismo europeo
comidas, refrigerios y otras actividades convivenciales con las que habría provenido de hermandades y cofradías de primitivo
dar cohesión al grupo. carácter religioso y asistencial, como los primitivos colegios
Como no todas las formaciones laborales europeas lograron romanos, que evolucionaron, como éstos, hacia asociaciones
tales capacidades corporativas a lo largo de los casi nueve siglos en laborales, sobre todo en el caso de Francia (Heers, 1968a: 85-86,
los que estuvieron vigentes, sino que hubo grandes disparidades 96-97; 1968b; 267; Riera i Melis, 1993: 94 y ss.). Incluso para Italia,
a lo largo del tiempo y entre las distintas regiones, no se puede algunos autores, sobre todo historiadores católicos, que entre
hablar de un mismo tipo de corporación o gremio para unas los siglos XIX y XX hicieron una lectura ideal de la ética medieval,
asociaciones que apenas pasaron de defender algunos intereses frente al egoísmo del liberalismo y lo obtuso del materialismo,
grupales o enterrar a sus muertos, frente a otras que lograron sin constancia documental, vieron en esta teoría el origen de los
gobernar ciudades o al menos formar parte, como instituciones gremios, antes que su continuidad a partir de las corporaciones

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del bajo Imperio. Sobre todo por la existencia de fraternidades de derecho curtense (Dopsch, 1982: 438 y ss.), que se sitúa en la
carácter asistencial al margen de las corporaciones laborales o de base de la propia estructura del modo de producción feudal.
disposiciones mutualistas entre sus ordenanzas. Por el contrario, Según la misma, a partir de los artesanos que trabajaban en las
estas confraternidades habrían sido más bien una fase de un cortes manoriales se originaron los primeros gremios europeos
proceso de evolución gremial de asunción de competencias, en la alta Edad Media. El señor territorial, aparte de los siervos
de manera que en su etapa madura las corporaciones campesinos que laboraban en su reserva y los mansos, disponía
experimentaron manifestaciones solidarias y religiosas (Greci, de artesanos que instalados en su corte cubrían las necesidades
1993: 81-82); como ocurriera por ejemplo en el caso de los gremios propias de ésta: edificación, vestido, alimentación, armamento
murcianos, que sólo tras alcanzar la madurez formaron cofradías y, en parte, objetos suntuarios, más bien procedentes del escaso
con fines mutualistas y religiosos a ellos anexas (González Arce, intercambio comercial de la época. La posterior reaparición de
2000). En este sentido, se ha apuntado (Monsalvo Antón, 2002: los mercados urbanos y de la economía monetaria, involucró a
145), que tanto las zünfte, o gremios artesanales alemanes, las la nobleza en el juego del nuevo sistema económico, por lo que
gilden mercantiles, los métiers franceses o las arti italianas, no pronto vio como una oportunidad de aumentar la variedad de sus
parecen presentar una identificación con las confraternitas tan rentas dominicales con la implantación de gravámenes sobre la
acusada como en Castilla. actividad comercial. Asimismo, progresivamente, se prefirió hacer
Para el caso del origen de los gremios en los territorios del artesanado dependiente, o siervos personales, trabajadores
flamencos parece ajustarse bien esta teoría de la libre y espontánea libres de lazos de dependencia pero todavía económicamente
unión de los artesanos con fines mutualistas, junto con las tesis de sometidos al señor, lo que redundó en el aumento de sus
Pirenne (1981; 1970: 133) sobre la formación de núcleos urbanos beneficios. De este modo, el artesano pasó de las cortes a las
y mercados por parte de siervos fugitivos, que hicieron de los nuevas ciudades fundadas a partir de privilegios señoriales, reales
gremios asociaciones defensivas frente al poder señorial; aunque o imperiales; las cuales fueron utilizadas por los fundadores como
estas organizaciones voluntarias no contarían con ningún título una fuente de apropiación de rentas exigibles a los menestrales
jurídico que les permitiera prohibir el ejercicio de la industria y comerciantes allí instalados, supeditados al mismo en función
fuera de su seno. Dicho gremialismo hubo de estar asimismo del derecho curtense. La organización gremial se impuso, por
influido por las guildas comerciales, luego transformadas en tanto, como una exigencia dominical y una forma de asegurar
uniones más amplias llamadas hansas. Las cuales habrían surgido el abastecimiento de los señores, satisfacer sus necesidades
en Flandes durante el siglo XI, bajo acepciones diversas tales políticas y militares o de garantizar las exacciones fiscales
como hermandad o caridad, con el cometido de asegurar las exigidas a los productores. Finalmente, gracias al crecimiento
mejores condiciones posibles de seguridad y regularidad para la económico de los gremios, y de las propias ciudades, la nobleza
importación de lana (Laurent, 1935: 36). La guilda está vinculada terrateniente acabó por ser expropiada de sus derechos y ambos
a una de las costumbres germanas, el convivum, los convites y ganaron en independencia. Nell (1984: 78) explica el paso de
festines donde surgirían lazos de fraternidad; otros ven su origen los gynacea señoriales a las ciudades en términos económicos,
en las ideas cristianas de caridad y fraternidad; los hay también para lo que apunta que fue el desarrollo de nuevas técnicas el
que las relacionan con las corporaciones romanas adaptadas que redujo los costes de producción urbanos e hizo inviables los
al norte; o, incluso, con las tradiciones paganas; mientras que talleres señoriales, de modo que se superó la economía natural
el término parece derivar del verbo geldan, que significa pagar y surgieron las economías de escala. Frente a los talleres de las
o reembolsar, y vendría a ser el derecho o tasa de entrada que cortes señoriales, otra fuente de inspiración para la aparición
debían abonar los afiliados, lo que da idea de una solidaridad de las primeras corporaciones artesanales europeas pudieron
pecuniaria entre los asociados, pero a la vez mística y convivencial, ser ciertas asociaciones de artesanos, organizadas económica y
unida a los sacrificios, banquetes y festines. Hasta el siglo X las jurídicamente, existentes durante el siglo XI en ciertas abadías
únicas guildas existentes eran asociaciones de defensa mutua (Ellul, 1999: 225).
de carácter religioso. Posteriormente, en torno al siglo XI, habrían Para Weber (1974: 134-138) esta teoría en su conjunto es
surgido las guildas de mercaderes, con la finalidad de asegurar a inadmisible, pues estima que no se puede confundir el poder
sus miembros la seguridad de sus personas y sus bienes, hasta territorial con el jurisdiccional. Se muestra más partidario de que
llegar a la formación de la Hansa, con estatutos bastante similares la aportación efectuada por el sistema curtense fuese la de formar
a los de las primeras de carácter socio-religioso y sin ninguno artesanos individuales, separados de la familia, del linaje o de la
profesional, en las que los artesanos solamente eran admitidos tribu –como no lo estarían ni en la India, ni en China, ni en Rusia–;
tras un año de haber abandonado su oficio y pagar una tasa de los cuales, una vez libres y exonerados de la dependencia servil,
ingreso. Más tarde, a partir de finales del siglo XI y comienzos del se instalaron en ciudades en las que estuvieron en condiciones
XII, surgieron asociaciones especializadas por oficios, craftgilds en de formar gremios. Aunque este autor no se muestre partidario
Inglaterra, que sirvieron a los menestrales, en un principio, como de la participación del señor territorial en la instalación urbana
sociedades de protección y asistencia mutua, de donde pasaron del artesanado, sí se pronuncia a favor de que las formaciones
a convertirse en instrumentos de reglamentación del trabajo y gremiales conformadas por los productores hubieron de
en verdaderas corporaciones profesionales, tanto en dicho país contar, por fuerza, con el beneplácito del mismo. De este
como en el norte de Alemania o en Francia (Martin Saint-Leon, modo, los gremios europeos debieron obtener una concesión
1947: 56-68, 78 y ss.; Coornaert, 1948: 30-31, 44-55). del gobernante territorial para su formación y adquisición de
Junto a las anteriores, otra de las teorías que podría explicar derechos, ya que solo él poseía el poder coactivo necesario
la aparición de los gremios medievales es la aportada por el para el desarrollo corporativo y el de su condición privilegiada.

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Aún más, los señores de las ciudades se reservaron desde el quienes, organizados corporativamente consiguieron reducir
principio varios derechos frente a los gremios: prestaciones y suprimir estas cargas. Aquí estarían por tanto los inicios del
militares (tributos), posibilidad de nombrar a las autoridades corporativismo languedociano, como fenómeno asociativo
gremiales, y la de intervenir en la actividad industrial, con fines espontáneo, libre y antiseñorial, ajeno por tanto al origen
militares, policiales o de abastecimiento. Los gremios, por su curtense. En este origen, y en el caso de Montpellier, estuvo
parte, rescatarían estas facultades a través de revoluciones o también implicada la organización defensiva de la ciudad, a partir
de indemnizaciones; de modo que las demandas corporativas de la cual surgirían las corporaciones de oficios; del mismo modo
se encaminaron a conseguir el nombramiento de sus propios que éstas se vieron involucradas en la elección de los cónsules
órganos de gobierno, la redacción de la normativa según la que o en la recaudación de impuestos. De manera que para esta
se regían, la forzosa agremiación, la exoneración de las cargas autora, los gremios, en origen, fueron por tanto asociaciones
señoriales, el monopolio gremial y la fijación de los precios. Si bien espontáneas surgidas del contacto vecinal y de la solidaridad
Wolf y Mauro (1964: 159) nos avisan de que esta teoría careció a laboral. Tal y como también destacan Fossier (1970: 180-182) y
partir de los años 60 de partidarios, no por ello adolece de falta de Renard (1980: 40), que llega a plantearse ¿cómo hombres que
pruebas que la avalen. se codean sin cesar, que tenían cantidad de intereses idénticos,
En sus inicios, el estudio del corporativismo laboral en el habrían escapado a la idea y al deseo de asociarse?
mundo romano clásico estuvo relacionado con esta teoría Otra propuesta sobre la evolución del corporativismo
curtense, enfrentada a aquella otra que veía dicho origen en europeo apunta su origen en el siglo XI, bajo la forma de
formas libres y espontáneas de asociación (Cracco Rugginni, asociaciones libres de artesanos ubicados en ciudades, creadas
1971: 59; Greci, 1993: 77 y ss.). En Italia, la identificación de las para responder a las asociaciones comerciales o para defenderse
corporaciones con el mundo feudal fue de tal magnitud que se de los señores. Dichas sociedades carecerían de carácter público
dieron algunos casos dignos de ser mencionados. Así los gremios, y jurídico, se trataría pues de simples solidaridades de hecho, a
a veces considerados como fenómenos típicamente burgueses, las que los artesanos eran libres de adherirse o no. Sin embargo,
recibían en determinados lugares el nombre de paratico, casi los señores procuraron dominar y reglamentar la producción
copiando la curia de los pares y sustituyendo también ellos el artesanal, a la vez que buscaban la percepción de tasas y
esquema de juramento feudal por el sacramentum societatis; derechos, gracias al poder de coerción que poseían sobre los
mientras que al aprendiz empleado por el maestro se le hacían artesanos de los señoríos y de las ciudades; mientras que, por
advertencias que evocaban las que se dirigían a los vasallos (Fasoli, su parte los magistrados urbanos procuraron controlar la buena
1984: 224). Este paraticum se ha relacionado por otra parte en calidad de las mercancías producidas por los menestrales bajo
ciertas agrupaciones artesanales con el objetivo de hacer frente a su jurisdicción. Como resultado de ello, a lo largo del siglo XII
exigencias fiscales episcopales (Greci, 1993: 80). De percibir estos los artesanos fueron agrupados por la autoridad señorial o
obispos estas exacciones en nombre de la autoridad imperial municipal con la finalidad de poder ser dirigidos, de manera que
o por delegación del señor territorial, estaríamos ante una solamente los integrantes de la formación pudiesen ejercer el
reminiscencia del derecho curtense; o, por el contrario, podría oficio. Como resultado de ello, estas formaciones bajo control se
tratarse de tasas cobradas a asociaciones voluntarias que habrían confundirán hacia finales del siglo XII con aquellas otras que por
adoptado la forma de cofradías con fines mutualistas. Para ciertas entonces todavía permanecían libres, por lo que aparecieron así
ciudades del norte de Italia se documentan gremios sujetos en dos tipos de agrupaciones: por una parte las de tipo defensivo,
sus orígenes y hasta en plena edad comunal al conde, vizconde en beneficio de los intereses de los artesanos; y de otro lado, las
u obispo; a otros les fue prohibido reunirse libremente por el sometidas a la autoridad municipal que defendía los intereses de
poder señorial; mientras que en ciertos casos se comprueba los consumidores y aseguraba la buena calidad de las mercancías
el traspaso de la autoridad condal a la comunal en materia (Ellul, 1999: 225-226).
corporativa; sin que falten tampoco ejemplos de adquisición Estas controversias historiográficas europeas tuvieron cierta
por las corporaciones o por las ciudades de las atribuciones influencia en el caso hispano, pero aquí el debate tuvo un perfil
señoriales en materia corporativa, o la simple usurpación (Greci, propio tras que en los años 50 del siglo XX surgiesen algunas
1988: 97-102). En Francia y territorios del Sacro Imperio, con un teorías que negaban el desarrollo, e incluso la existencia, del
feudalismo arquetípico, el origen de los gremios estaría todavía corporativismo castellano medieval (Vicens y Nadal, 1971: 239
más estrechamente relacionado con esta teoría del derecho y ss.; Martín, 1983: 75 y ss.). La explicación que justificaba esa
curtense. Aunque no todos los autores opinan lo mismo (Martin supuesta diferenciación de Castilla, e incluso también Aragón
Saint-Leon, 1947: 72-74). y Valencia, con el resto de Europa occidental se buscó en el
Arbaret (1981: 611-616) se muestra también partidaria de que subdesarrollo económico y social que implicó para tales reinos
los gremios son inherentes a la sociedad feudal, afirmando que su la existencia de al-Ándalus, amenaza que obligó a mantener
origen surgió del seno de la propia organización feudal. De manera una constante actividad bélica. Por este motivo, la aparición
que aparecieron con las primeras instituciones urbanas y existió de su sistema gremial se habría dado ya a partir de un estado
una influencia recíproca entre oficios y consulados, al mismo avanzado, cuando las fórmulas del mismo llevaban largo
tiempo que la estructuración y jerarquización del sistema urbano tiempo de experimentación en el resto del continente. Cabría
generó la organización de los oficios y viceversa. Fue durante el preguntarse entonces si España habría llegado tarde a las dos
siglo XII cuando los señores feudales meridionales se interesaron grandes revoluciones que jalonaron el crecimiento económico
por el fenómeno del renacimiento artesanal, exigiendo censos y de Europa, la revolución gremial y la revolución industrial. Sin
rentas a los artesanos asentados en las ciudades de su jurisdicción, embargo, como las desacertadas teorías del subdesarrollo

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gremial español ya han sido superadas, si bien crearon escuela y por lo que al estar reunidos en un mismo zoco resultaba más
estuvieron vigentes hasta hace relativamente poco tiempo, hoy fácil su vigilancia; además su organización interna hacía a todos
día solo cabe pensar, en la línea de lo que estamos apuntando, mutuamente responsables, a efectos económicos y fiscales, ante
que el gremialismo castellano medieval, como también los la autoridad urbana. Estas agrupaciones no se realizarían con
otros peninsulares, solamente constituyeron un caso más, con propósitos de autodefensa, sino que venían sobreimpuestas
características propias, entre los diversos que se registraron en por el poder político, motivo por el cual no se podría hablar de
toda Europa. Comparados con los más desarrollados flamencos gremios. No acaban aquí las contradicciones al respecto, para Airé
o italianos, no habrían alcanzado su nivel de competencias (1982: 246; 1992: 175) tanto los artesanos, como los comerciantes,
políticas y de gobierno urbano, o tal capacidad de control de la vendían directamente a sus clientes el producto de su trabajo, en
actividad productiva, salvo puede que algunas corporaciones otras tantas categorías (sinf) de oficios, a los que no se puede
barcelonesas y valencianas, pero su potestad legislativa, ejecutiva denominar gremios, al carecer de la rigidez de las organizaciones
y judicial, así como sus labores mutualistas, religiosas y festivas, del occidente cristiano o del oriente musulmán.
en muchos casos respaldadas en iniciativas reales, hicieron a los Los amines, árif o alamines musulmanes, como artesanos
gremios hispanos perfectamente homologables al resto de las designados por el poder local y delegados suyos, fueron las
corporaciones europeas coetáneas (González Arce, 1991a y 2008). autoridades laborales y judiciales dentro del gremio, similares
Al margen de la ausencia de gremios en la España medieval, a por tanto a los veedores, alcaldes, jurados, cónsules, prebostes y
excepción del caso catalán que nunca fue incluido en esta teoría, otros de los gremios cristianos. Se trató de hombres buenos cuya
otro debate historiográfico castizo fue el de su origen a partir del potestad era reconocida por todos los miembros de la profesión,
legado islámico, que a su vez enlaza con otra querella de más mientras que una de sus funciones era representarlos ante los
amplio espectro en torno a si hubo gremios, o si se puede hablar gobernantes y el almotacén (Airé, 1982: 246; Peláez Portales,
de gremios, para el mundo musulmán clásico. 2000: 406-407; Nieto Cumplido, 1984: 99; González Palencia,
En los tres mundos que durante la Edad Media confluyen en 1945: 205). Cuando las ciudades de al-Ándalus pasaron a poder
las riberas del Mediterráneo, el bizantino, el cristiano occidental de los reinos cristianos, en algunas de ellas se mantuvieron estos
y el musulmán, vemos aparecer el régimen corporativo como alamines, prueba de la evidente herencia musulmana de su
forma de organización del trabajo artesanal. El cual ha sido corporativismo. Y lo hicieron tanto como autoridades gremiales,
descrito como el trazo característico y esencial de la economía encargadas de controlar y representar a la corporación, como
urbana (Renard, 1980: 40). Viejas son ya las primeras teorías funcionarios municipales, bajo la autoridad del almotacén –el
que situaban al mundo islámico como el antecedente del cual igualmente fue a su vez un funcionario de los concejos
gremialismo hispano, sobre todo para el caso de Castilla. Incluso castellanos de evidente origen musulmán–; también reunieron
se ha apuntado que esta influencia no sólo estaría en el origen labores de inspección y control en el mercado.
del mismo, sino incluso en el del europeo occidental, gracias a la Así, por ejemplo, Toledo conservó su organización económica
difusión del corporativismo musulmán desde la España cristiana anterior a la conquista cristiana y se convirtió en un modelo para
por al resto de Europa, a través del Camino de Santiago (Seco otras muchas ciudades castellanas en los siglos XII y XIII, que
de Lucena Paredes, 1942; García García, 1951). Sin embargo, sirvió para familiarizar a los cristianos con el sistema urbano que
poco es todavía lo que se sabe sobre dicho corporativismo y su se iban a encontrar en Andalucía y Murcia. Es de destacar en este
funcionamiento en el Islán clásico (Manzzoli-Guintard, 2000: 80). sentido la organización de los oficios artesanales y mercantiles,
Paralelo al debate sobre la existencia, origen y formación de bajo la vigilancia de alamines designados por las autoridades
los gremios en el Occidente europeo se dio el de la presencia, municipales para controlar calidades y precios, o para impedir
o no, de corporaciones profesionales en el mundo islámico. En litigios internos; lo que podemos considerar como la raíz islámica
este caso, en buena parte también motivado por el concepto del gremialismo castellano, o una de las varias influencias que
que se tuviese sobre lo que es un gremio. Para algunos autores, éste tuvo (Ladero Quesada, 1984: 85; Pastor de Togneri, 1992:
en el Islam clásico existieron corporaciones semejantes a las 214). Otro caso más evidente es el de Sevilla, donde, si bien era
de la Europa medieval; otros aprecian ciertas similitudes, pero sabido que una vez que Alfonso X conquistó la plaza había dado
consideran imposible la herencia musulmana del corporativismo a ciertos oficios unos alcaldes, con el objeto de que los vigilasen,
europeo (Cahen, 1970; García Sanjuán, 1997: 203-214). este hecho se consideró que no bastaba para catalogarlos
Según Pastor de Togneri (1985: 47), los maestros de los oficios como corporaciones gremiales (Vicens y Nadal, 1971: 240). No
se reunían con frecuencia en asociaciones libres, generalmente obstante, posteriores investigaciones han venido a documentar
por breves plazos, a fin de incrementar su producción, lo que que ya durante el siglo XIII existieron en la ciudad asociaciones
daba lugar a un cuadro bien diferente al de las corporaciones artesanales con un amplio grado de competencias y autonomía
medievales de la Europa occidental; sin que ello impida hablar de para organizar sus respectivas profesiones. Así, entre las primeras
gremios para estas organizaciones, dotadas de libertad, dada la ordenanzas conocidas, vigentes en el reinado de Alfonso X
movilidad y la capacidad de traslación de un país a otro por parte (González Arce, 1989: 106 y ss.), se establece que en cada mester
del artesanado musulmán. Para Chalmeta, (1973: 195), estas se pusiesen dos hombres buenos, de los más conocedores del
asociaciones laborales, más que a los intereses de los trabajadores, oficio, de prestigio y de entre los más diestros, cuya misión era
atendían a los de la autoridad, por lo que se caracterizaban por juzgar todas las querellas de cuanto ellos conociesen o les fuese
su falta de libertad y movilidad. Según dicho autor, el zabazoque, informado por otros, relativas a falsedad en las ventas o en los
o almotacén, pretendía tratar con un reducido número de obrajes; los cuales debían ser llamados tanto alcaldes como
productores, que unirían a su escasez una dispersión casi nula, alamines, y debía haberlos en todos los oficios productivos así

AREAS 34 12
como en los comerciales. Eran nombrados por el alcalde mayor, y la producción centralizada, se debió a la ventaja que les
de quien dependían, tal y como los alamines musulmanes eran proporcionaba el aprendizaje institucionalizado en la trasmisión
designados y estaban supeditados al cadí, que como el alcalde de los conocimientos técnicos.
mayor de la ciudad cristiana en la musulmana era la máxima Esta interpretación revisionista encontró su réplica en S.
autoridad judicial. A dichos alamines, junto a los alcaldes mayores, Ogilvie (2004), que arguyó que tradicionalmente los historiadores
correspondió además justipreciar los artículos vendidos por los habían estado divididos sobre la cuestión. Unos opinaban que
gremios a los que pertenecían (González Arce, 1991b: 175-176; los gremios ejercieron costosos monopolios, mientras que otros
García Sanjuán, 1997: 231-233). argumentaron que fueron beneficiosos. Más recientemente,
algunos –refiriéndose, entre otros, a Epstein– habían afirmado
que una institución tan generalizada y de larga vida debía de
haber sido una solución eficaz a los problemas económicos.
Su contribución a este debate consistió en un estudio de caso
2.2. El retorno gremial sobre la región de Württemberg entre los siglos XVI y XIX,
excepcionalmente bien documentada, que podía servir de
ejemplo para el tipo de corporaciones especialmente longevas;
lo que lo convertía en un modelo más adecuado para el análisis
de los gremios europeos del período que no los ejemplos
Se ha dado en llamar retorno gremial a la corriente británico u holandés, utilizados por Epstein, a los que considera
de pensamiento histórico que pretende rehabilitar a las excepcionales, porque se debilitaron tempranamente y debieron
corporaciones laborales y sacarlas del ostracismo a las que las adaptarse antes a los nuevos tiempos. Además, la autora rebatió
condenaron los escritos de Adam Smith a finales del siglo XVIII, en las supuestas ventajas de las corporaciones, que los partidarios de
los que las consideró como instituciones retrógradas y contrarias la teoría de la rehabilitación resumían en que su generalización
a la libertad de mercado, por lo que lastraban el desarrollo se debió a que contaron con mecanismos institucionales
económico. Ideas que, debido a la importancia del autor, eficientes que beneficiaron a la economía: caso, en primer lugar,
hicieron que se formara una imagen peyorativa de los gremios, de su capacidad para resolver asimetrías de información entre
primero entre la burguesía liberal decimonónica y luego entre productores, comerciantes y consumidores relativas a la calidad
las distintas escuelas historiográficas, según la cual habrían sido del producto, lo que aumentó el volumen de intercambio; que
contrarios al sino de los tiempos, al oponerse a los cambios que sirvieron, en segundo lugar, para superar las imperfecciones
llevaron a la Revolución Industrial y por retrasar la implantación de los mercados de mano de obra cualificada, lo que mejoró
del capitalismo; de manera que acabaron por ser prohibidos a lo la productividad; porque, en tercer lugar, eran instituciones
largo del siglo XIX en casi todos los países occidentales. eficaces para solucionar las imperfecciones de los mercados de
Contra estas opiniones sostenidas prácticamente sin innovación tecnológica, creando incentivos para nuevos inventos
contestación desde que fueron formuladas, se inició una corriente y la difusión de las innovaciones; y, por último, que constituyeron
revisionista en los años 90 del siglo XX. Que, curiosamente, en redes que generaban beneficios sociales por el mantenimiento
parte comenzó en España, en Madrid, en 1998, en el marco del de normas compartidas, castigando a los violadores de estas
Decimosegundo Congreso Internacional de Historia Económica, normas. Contra todo ello, Ogilvie sostuvo que tales argumentos
donde se celebró una sesión similar a la que aquí prologamos no habían sido probados mediante rigurosos estudios empíricos.
titulada: Gremios economía y sociedad. Uno de los organizadores De modo que para evaluar modelos teóricos que declaraban que
de dicha sesión fue S. R. Epstein, quien ese mismo año (1998) dio las corporaciones eran instituciones eficientes o beneficiosas
a conocer un trabajo con el que se inició el debate historiográfico se debía examinar lo que hicieron en la vida real. Algo que no
sobre el papel desempeñado por las corporaciones laborales se podía realizar a nivel europeo a partir de estudios generales,
europeas en la industria precapitalista y en la transición al sino mediante ejemplos concretos y el manejo de fuentes; como
capitalismo. el caso de la industria lanera de Württemberg, que ella analizó
El autor sostuvo que los gremios medievales fueron vehículos a nivel microeconómico y que podía servir de ejemplo para lo
para la invención y trasmisión de las innovaciones tecnológicas a ocurrido en otras regiones.
través del aprendizaje y de las migraciones de la mano de obra, Contestando a la primera supuesta ventaja, Ogilvie afirmó
mientras que su desaparición fue decretada por los Estados que el gremio pudo haber sido una institución eficiente para
nacionales y no se debió a su falta de adaptación. En contra de garantizar un estándar de calidad más que un alto nivel de la
la opinión generalizada, dicho artículo sostenía que el objetivo misma. Sin embargo, al hacerlo, y ofrecer una alta calidad podía
principal de las corporaciones, lejos de oponerse a los cambios alejarse de la demanda del mercado, cuando éste reclamaba
tecnológicos, fue impartir una formación adecuada mediante el productos de gama inferior pero también más baratos. Del
aprendizaje. De esta manera, dicho historiador argumentó que, mismo modo que una sola entidad monopolística estaría
si bien la difusión tecnológica de las actividades artesanales menos interesada en emprender estudios de mercado para dar
fue en gran medida involuntaria e inevitable, por otra parte, los una respuesta flexible a los cambios en la demanda y ofrecer la
oligopolios gremiales de producción, de efectos esencialmente combinación de calidad precio deseados por los consumidores.
negativos, no fueron ni universales, ni permanentes, ni se Las estrictas normativas técnicas de la industria de Württemberg
aplicaron fácilmente. Finalmente, expuso que la larga pervivencia no sirvieron para aumentar la calidad de sus textiles, mientras
de los gremios, frente a sus competidores, la protoindustria que otras regiones que carecieron de esa rígida reglamentación

13
gremial exportaron paños de gran calidad. En cuanto a la gran influencia del mismo en el debate sobre el papel económico
segunda ventaja, pone en cuestión la necesidad que la industria de los gremios. Además, en la introducción de la obra, los editores
precapitalista tenía de mano de obra cualificada; de manera que proporcionan un marco general para los casos recogidos en
la exigencia de formación fue utilizada más bien como una forma dicho volumen, esbozando una serie de características comunes
de restringir la entrada en los gremios y evitar la emancipación de de la producción antes de la Revolución Industrial.
la mano de obra. Por lo que respecta a la tercera ventaja, está por Finalmente, la contrarréplica de Ogilvie no se hizo esperar,
demostrar que los monopolios hayan alentado las innovaciones, pues apareció en el mismo número de The Economic History
al poder contar con mayores beneficios que permitieran financiar Review de 2008 que contenía la antedicha réplica de Epstein. En
una mayor investigación; mientras que, por el contrario, algunos ella, y en su más reciente libro Institutions and European Trade:
oficios no agremiados se colocaron a la cabeza de la innovación. Merchant Guilds, 1000-1800, aparecido en 2011, persiste, con
En cuanto a la última, a veces la información generada por nuevos ejemplos relativos al ámbito mercantil de los consulados
las redes sociales sirvió para fines nocivos, como espionaje y marítimos y de las compañías comerciales, en rebatir la corriente
denuncias; al tiempo que dichas redes también se mostraron revisionista.
capaces de influir en el gobierno político en forma de grupos de El debate entre los partidarios de la rehabilitación de los
presión, pero esta influencia no siempre fue beneficiosa para la gremios y sus contrarios ha animado a otros historiadores a
actividad económica general. volver su mirada sobre unas instituciones cuyo papel en la
La réplica de Epstein llegó en 2008. En ella divide en dos a economía, sociedad y sistemas políticos preindustriales está
los historiadores que han abordado el estudio de los gremios. todavía por terminar de definir. Y no solo a nivel europeo, como
Los influidos por las opiniones peyorativas de A. Robert se puso de manifiesto en la Conferencia organizada por la
Turgot y Adam Stimth, recalcadas por la aceptación que las Universidad de Utrech en 2006, bajo el título: The Return of the
corporaciones tuvieron entre los regímenes fascistas; para los Guilds, donde varios autores hicieron aportaciones sobre Asia, el
cuales constituyeron instituciones negativas para el desarrollo imperio otomano y Egipto, además de tratar diferentes ejemplos
económico, lo que las llevó a su desaparición. Mientras que en la europeos.
década de los 80 del siglo XX la historiografía habría comenzado a
revisar esa consideración caduca, buscando las razones del éxito
de unas instituciones excepcionalmente longevas. En su nuevo
trabajo, publicado tras su muerte, el autor vuelve a insistir en las
ventajas de los gremios como formaciones que respondieron a 3. Principales conclusiones de la sesión del XI Congreso de la
las asimetrías de información de un mercado con altos costes de AEHE
transacción como el preindustrial. Al tiempo que descalifica la
obra de Ogilvie, al considerarla centrada en un ejemplo puntual,
frente a lo que él califica una visión mayoritaria de los nuevos
expertos en el tema.
Ese mismo año 2008 este autor, junto con M. Prak, reunieron El tema y título que elegimos para la sesión del Congreso de
en una obra colectiva titulada Guilds, Innovation and the Madrid de septiembre de 2014, por su carácter genérico y amplio,
European Economy, 1400-1800, que fue editada por el segundo permitían una gran libertad de enfoque a los participantes, ya
tras el óbito del primero, a un buen número de esos nuevos que posibilitaban una interpretación abierta del fenómeno
expertos. Cuyos trabajos siguieron la línea de la rehabilitación gremial. La intención de este proceder fue la de averiguar en
gremial aplicada a casos concretos de distintas partes de Europa qué situación se encontraban las actuales investigaciones sobre
y en diferentes momentos históricos. Con ellos pretendieron ir gremios y corporaciones laborales en la España de las épocas
más allá del discurso de la flexibilidad y capacidad de adaptación medieval y moderna. De este modo, se las podría ubicar dentro
de las corporaciones, pues su objetivo era situar la economía en del más amplio debate que se está desarrollando en el ámbito
el centro del debate sobre los gremios. Para ello se plantearon europeo.
preguntas sobre su impacto económico, como si de hecho A la vista de los resultados cosechados, los autores de esta
tenían como objetivo la captación de rentas para los maestros introducción, y organizadores de dicha sesión, llegamos a la
propietarios, tal y como los describió Adam Smith; o si realmente conclusión de que en ella no procedía efectuar un análisis detallado
fueron obstáculos para las innovaciones. De lo que surgen y exhaustivo del fenómeno gremial en la historiografía española.
afirmaciones tales como que los gremios ayudaron a reducir los Varias razones nos animaron a tomar esta determinación: en
costes de transacción en al menos tres aspectos distintos del primer lugar, que ya había varias obras que, en conjunto, habían
proceso industrial. En primer lugar, mediante la creación de un abordado dicho trabajo, como son las de González Arce (2000 y
entorno estable, lo que alentó a los artesanos para invertir en la 2009) y Zofío Llorente (2005) para la época medieval y moderna
formación de la generación sucesora. En segundo lugar, mediante respectivamente; y, en segundo lugar, porque la mayor parte de
la coordinación de los procesos de producción. Y, finalmente, en la ésos y otros trabajos aparecen citados en la bibliografía específica
fase de comercialización, a través de la reducción de las asimetrías de cada artículo de los presentes en este número de la revista
de información entre productores y clientes. Aspectos sobre los Áreas.
que se extienden algunas de las aportaciones del libro. Mientras Si volvemos a la génesis de la citada sesión, queda por decir
que otras tratan sobre diferentes ejemplos de detalle en ciertas que, con el propósito de centrar el debate, además de partir de
industrias locales, con especial atención al caso británico, dada la las premisas señaladas por S. R. Epstein y S. Ogilvie, en la circular

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en la que se orientaba a los participantes se plantearon una serie suministros o a la subida de precios, trató de establecer formas de
de cuestiones que marcaban las líneas que debían haber sido control o, en su defecto, lazos de unión con los dirigentes de tales
tratadas por los diferentes trabajos. Los interrogantes planteados grupos laborales.
eran más o menos los mismos que los abordados desde hace Ya fuese de forma paulatina y por la vía de los hechos
años por los participantes en el debate del retorno gremial. En consumados, y gracias a un mayor y mejor ejercicio de la autoridad
resumen, dichas preguntas fueron: por parte de los gobiernos locales, o bien de modo expeditivo,
vía legislación y acciones punitivas, los municipios, en ocasiones
a) ¿Favorecieron o entorpecieron los gremios el desarrollo con la ayuda de la monarquía, consiguieron desde la segunda
económico? mitad del siglo XV, y con mayor claridad desde el reinado de los
Reyes Católicos, hacerse con el control de estas asociaciones,
b) ¿Fueron los gremios instituciones que aceleraron el proceso en especial en el reino de Castilla. Lo que no fue óbice para
industrializador? que desde bien temprano los gremios disfrutasen en el ámbito
laboral y productivo de cierta autonomía y libertad de acción,
c) ¿Podemos considerar a los gremios como formaciones sobre todo en aquellos aspectos menos conflictivos y que menos
beneficiosas para la economía y la sociedad por el hecho de colisionaban con el interés general o el de la clase dirigente.
perpetuarse en el tiempo?, ¿o perduraron porque no hubo Mientras que en el ámbito interno tendieron a organizarse como
alternativas? instituciones democráticas, al menos en apariencia, en las que los
integrantes del oficio se juntaban en régimen de igualdad. Sin
d) ¿Alcanzaron los gremios españoles el mismo poder político embargo, no es menos cierto que, de manera gradual, algunas
que sus homólogos europeos?, ¿cuál fue su relación con el corporaciones evolucionaron hacia formas de organización
poder? jerarquizada y terminaron por ser dominadas por los integrantes
con mayor poder económico. En buena medida, fue una
e) ¿Fue homogénea la actuación de los gremios en España o evolución natural ya que los miembros dotados de mayor capital
hubo disparidades territoriales, cronológicas y sectoriales? eran los que tenían bajo su dependencia a un mayor número de
trabajadores.
Planteados estos asuntos, más bien generales, los En otros casos, en especial en la Corona de Aragón, donde los
investigadores se encargaron de aportar sus puntos de vista sobre gremios alcanzaron una mayor autonomía, los poderes locales
el fenómeno gremial hispano a partir de sus investigaciones en optaron por incorporar a los dirigentes gremiales a puestos de
curso, muchas de ellas en sintonía con las de otros expertos del responsabilidad en el ámbito municipal. Creada esta unión, la
ámbito internacional implicados en el debate del retorno gremial. salvaguarda de los intereses de la población quedaba asegurada,
Tal y como se pudo comprobar previamente a la celebración y por otro lado, la flexibilidad política-legislativa del gremio frente
de la sesión con la lectura de sus textos, puestos a disposición al poder político sellaba el pacto, en teoría, beneficioso para
de los participantes en la página web del Congreso. Gracias a ambas partes. En esta línea es como debemos interpretar las
ello, más allá del contenido de las comunicaciones, el posterior frecuentes infracciones de la normativa en que incurrían algunos
coloquio fue sumamente enriquecedor, ya que contó no solo con poderosos fabricantes. Evidentemente, esto solo podía suceder,
la clarificadora intervención de sus autores, sino que también y no siempre, claro está, en localidades en las que su actividad
participaron en él otros muchos historiadores interesados en el productiva estuviese muy por encima de la media e implicase a
tema, algunos de los cuales intervendrían en el turno de tarde en una gran cantidad de trabajadores y familiares dependientes.
otra sesión sobre artesanado en el mundo preindustrial. En definitiva, el desarrollo de los gremios buscó el respaldo
Aquí vamos a resumir las principales líneas argumentales del del poder político, de la misma manera que el poder político
debate sin individualizar o personalizar los comentarios, con el trataba de asegurar el orden establecido en las ciudades.
afán de resultar más eficientes.
b) La segunda conclusión que se pudo obtener del debate, a
a) La primera línea argumental de las intervenciones, la vista de los diferentes casos expuestos, y gracias a la aportación
y probablemente la que más discusiones generó, fue la de de otros investigadores que no presentaron comunicaciones, es
los nexos existentes entre los gremios y el control público. que existieron grandes diferencias entre lo acaecido en el reino de
Probablemente éste sea el tema crucial y del que se derivan los Castilla y en el de Aragón, en la línea de lo dicho más arriba. Aun
restantes, puesto que las acciones unilaterales e independientes cuando podamos afirmar que los trazos gruesos fueron similares,
de las corporaciones rápidamente tendieron a ser coartadas o sobre todo desde el momento en el que la legislación afectaba
controladas por las autoridades políticas, principalmente locales por igual a ambos territorios –es decir, la parte final de la existencia
aunque, en la mayoría de los casos, amparadas por el poder regio. de los gremios–, lo cierto es que la suma del análisis de casos
Hay que tener presente que el desarrollo de determinadas concretos en uno y otro territorio revelan notables diferencias.
actividades económicas en una localidad tenía ciertas Entre ellas, y muy relacionado con lo anteriormente dicho, está
consecuencias, caso, por ejemplo, de que gran cantidad de gente el diferente acercamiento al poder político en los dos reinos.
dependía de las decisiones que se tomasen en el seno de los Mientras que en el caso de Castilla, la injerencia los gobernantes
oficios, agremiados o no, por lo que el poder político, en aras de sobre los gremios fue cada vez mayor a partir de finales del siglo
mantener la paz social y prevenir las probables alteraciones del XV y comienzos del XVI, hasta casi anular su independencia,
orden público, debidas, entre otras causas, a la posible falta de en el ámbito de la Corona de Aragón los estudios demuestran

15
una realidad muy diferente. En este caso, lo que se percibe Este es el caso sin lugar a dudas de la industria textil lanera. En
es un salto cualitativo de las elites gremiales hacia la política, muchas ocasiones equiparamos el hablar de gremios con hablar
fundamentalmente municipal. Una de las posibles explicaciones de la actividad textil lanera, cuando es más que evidente que, aun
que se ofrecieron en el debate fue que, en Aragón, los artesanos siendo ésta una de las actividades manufactureras más relevantes,
con mayor poder económico controlaron también la distribución no era la única, y sobre todo, no era igual de importante en todas
comercial, es decir, la exportación. Mientras, en Castilla, se las poblaciones.
optó fundamentalmente, aunque hay casos significativos que Ahondando en esta idea, y de la mano de esos estudios
son la excepción a esta regla, como los de algunos artesanos ejemplares dedicados a los gremios textiles –los mayoritarios–,
segovianos, por dividir las funciones y potenciar la exportación no caemos en la cuenta de que además dichos trabajos, por
frente a la producción. lo general, versaban sobre las ciudades que albergaban las
Por tanto, la implicación en la política municipal por parte de principales fábricas, como por ejemplo Cuenca para los siglos XV-
los gremios en Aragón ha de entenderse en la línea de defensa de XVI o, sobre todo, Segovia, para los siglos XVI-XVIII. De esta manera,
unos intereses comunes para todo el grupo, principalmente para algunas de las conclusiones a las que llegaron los autores de tales
los exportadores, pero también para los productores. obras –P. Iradiel Murugarren y A. García Sanz, respectivamente–
han sido indebidamente generalizadas y aplicadas al resto de
c) El tercer elemento destacado en el debate fue el de localidades.
analizar si era preciso efectuar más estudios de casos particulares Probablemente éste haya sido un error que debemos asumir
y concretos, o si por el contrario ello no nos llevaría a ningún todos los investigadores que nos hemos acercado al tema de
sitio y lo verdaderamente relevante eran las conclusiones de los gremios, y en concreto a los del textil, ya que hemos tratado
síntesis y de conjunto. Probablemente, esta discusión fue la que de destacar las semejanzas que con arreglo a estos icónicos
dividió más a los asistentes a la sesión. Por un lado, aquellos que paradigmas encontrábamos en nuestros casos particulares de
defendían proseguir los análisis empíricos particulares lo hacían estudio. Probablemente mayores frutos se hubiesen obtenido de
para enriquecer nuestro conocimiento, pues entendían que si haber puesto más empeño en destacar las diferencias respecto
bien cuando poco a poco se puedan descubrir rasgos comunes a los citados modelos señeros. En esta línea hay que interpretar
en la acción de los diferentes gremios y localidades analizadas, también la idea del retorno gremial, y prueba de ello son varios de
lo que impera son las particularidades, las singularidades. los artículos que se presentan en este número; es decir, aquéllos
Solamente con la suma de más ejemplos concretos podremos sobre otro tipo de gremios que no necesariamente tenían que ser
llegar a un grado de comprensión integral del fenómeno gremial. los más populares o multitudinarios en una localidad, como, por
Por el contrario, los partidarios de las obras de conjunto ejemplo, los estudiados en la villa de Madrid.
entienden que las singularidades entorpecen esa comprensión
global del fenómeno gremial. Para ellos, lo único relevante serían e) Por último, hubo otro tema que suscitó notable
las consideraciones de tipo general. Es más, la consecución de controversia entre los asistentes al debate, que fue el referente a la
este objetivo sería la clave para poder situar en el mismo plano marginación que en los trabajos relativos a los gremios españoles
de investigación el estudio de las corporaciones gremiales en se había hecho de todas aquellas actividades que formalmente
España con los del resto de Europa. no estaban agremiadas. En este punto, tal vez es en el que se
A la luz de las razones y argumentos expuestos por unos y muestre más a las claras el dominio casi asfixiante de los estudios
otros, y sin ánimo de querer cerrar la polémica, sí parece evidente relacionados con la actividad textil –sobre todo la lanera–; y,
que ambas posturas buscan un mismo objetivo, conocer más a dentro de ésta, la atención prestada a las diferentes disputas
fondo a los gremios. Es evidente que ambas tesis son válidas y, existentes entre los gremios de tejedores y fabricantes por el
seguramente, complementarias. Hay que esforzarse por derivar control de las fábricas, tanto en los momentos iniciales del siglo
los trabajos sobre los gremios españoles a esa doble vía, la del XVI, como en los estertores del siglo XVIII, ya en los prolegómenos
análisis de caso –cuantos más mejor–, sin descuidar un intento del fin del Antiguo Régimen.
de incorporar esas particularidades a la línea de estudio global El asunto no es baladí, y sería importante afrontarlo de manera
de los gremios en España con la intención de engarzarlos en el decidida para ampliar nuestro conocimiento. Tal vez el hecho de
contexto europeo. no estar constituidos formalmente en gremios ha propiciado que
se relegue estas actividades en nuestra agenda investigadora. En
d) Al hilo de la discusión sobre el tema anterior, surgió otro el debate surgió el tema alentado por investigadores especialistas
debate no menos interesante acerca de la representatividad o en el estudio de la siderurgia vasca en la época preindustrial. En
no de los casos de estudio locales efectuados hasta la fecha. En su exposición, reclamaron mayor atención hacia este tipo de
concreto, la controversia vino de las diversas intervenciones que actividades no agremiadas, por ser, en numerosas localidades, las
elevaban a la categoría de ordinario y normal lo acontecido con que congregaban a mayor número de trabajadores, y suponían la
los gremios textiles de la ciudad de Segovia durante la época principal actividad económica.
Moderna. Aun cuando el ejemplo propuesto suscitó alguna polémica,
El problema reside en que en muchas ocasiones no ya que sí existieron cofradías de oficio relacionadas con la
somos conscientes de que los estudios con los que contamos minería y el trabajo del hierro (García Fernández, 1997), lo que
normalmente tienen una peculiaridad, y es que son de actividades demuestra que aún queda mucho por hacer en este terreno de
muy importantes en esa localidad, hecho que puede desenfocar la investigación. En este caso concreto, aunque sería extensible
nuestro análisis al extrapolar las conclusiones al resto de lugares. a otros ámbitos, deberíamos hacer mayor hincapié en tratar de

AREAS 34 16
solventar el problema nominalista existente, ése que nos hace
ser excesivamente restrictivos a la hora de determinar, de manera
formal, la existencia o no de un gremio. Probablemente haya que
evolucionar hacia una mayor flexibilidad terminológica para poder
dar cabida a los oficios que no estaban constituidos formalmente
como gremios, pero que indudablemente englobaban a los
operarios de una actividad concreta. Además, debemos recordar
que en la Edad Media la terminología era muy ambigua y
polisémica, de forma que hubo cofradías de oficio que podemos
considerar como gremios, mientras que otras fueron simples
asociaciones socio-religiosas compuestas por trabajadores de un
mismo oficio o mester. En todo caso, no debemos renunciar a la
utilización del vocablo gremio para referirnos a las corporaciones
laborales en el mundo medieval, pues, si bien su origen se data
a finales del siglo XV, cuando apareció en el ámbito eclesiástico,
ya a comienzos del XVI era utilizado para denominar a ciertas
agrupaciones toledanas de artesanos del sector textil. Mientras
que la palabra corporación, preferida por muchos autores que
quieren reservar el término gremio para las instituciones de la
Edad Moderna, no hizo su aparición hasta el siglo XVIII. Además,
el español y el catalán, por influencia de éste, son prácticamente
las únicas lenguas europeas que cuentan con una voz específica
para denominar a las asociaciones profesionales del Antiguo
Régimen, empleada ya por los contemporáneos. Así, frente al
gremio o gremi españoles los franceses deben recurrir hoy al
empleo de corp de métier, los italianos a arte o los ingleses a craft
guild, todos ellas no específicas o más genéricas y ambiguas;
mientras que gilde, guilde o guild hacen referencia a formaciones
principalmente de carácter mercantil.
En la misma línea, aun cuando no se suele mencionar,
este aperturismo nominativo o terminológico nos permitiría
prestar atención, por ejemplo, a actividades desarrolladas
prioritariamente por mujeres, de las que, al no estar constituidas
como gremios, apenas conocemos nada referente a su
organización, si es que existía, ni de su posible capacidad de
negociación, si es que alguna vez llegaron a tenerla. Tal vez el
camino adecuado sea el de estudiar tanto la organización del
trabajo, como el marco de las relaciones laborales para poder
comprender cómo funcionaban, antes que tratar de poner
etiquetas restrictivas sobre si tal o cual actividad formaba gremio
o cofradía de oficio.

17
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AREAS 34 18
Corporaciones de oficios y desarrollo económico en la Corona de Aragón, 1350-1550
Germán Navarro Espinach
Universidad de Zaragoza

CRAFT GUILDS AND ECONOMIC DEVELOPMENT IN THE CROWN


OF ARAGON, 1350-1550

Resumen Abstract

La historia de la Corona de Aragón durante los siglos XIV-XVI The Crown of Aragon during 14th-16th centuries underwent
vive una fuerte renovación de estudios sobre desarrollo eco- a significant renewal of studies concerning economic devel-
nómico y cambio institucional. Las corporaciones de oficios es- opment and institutional change. Craft guilds are beginning
tán comenzando a ser vistas como instituciones muy flexibles to be seen as highly flexible institutions depending on the
según los diver-sos sectores de producción, las áreas geográfi- diverse sectors of production, the geographical areas and his-
cas y la coyuntura histórica. La investigación sobre la industria torical time. The research about textile industry in cities, but
textil en las ciudades, pero también en numerosas áreas rura- also in numerous rural areas, has shown a lot of confraternities
les, ha identi-ficado abundantes cofradías y oficios. Uno de los and craft guilds. One of the most important examples is the
ejemplos más importantes es el Arte de la Seda de Valencia, Silk Art of Valencia, which has been studied based on a pros-
estudiado a partir de metodología prosopográfica usando opographic methodology using in turn further available docu-
numerosas fuentes documentales: corporativas, municipales, mentary information such as: municipal, notarial, privileges,
notariales, privilegios, ordenanzas, empresas, negocios. ordinances, enterprise and business sources.

Palabras clave Keywords

Corporaciones de oficios, industria textil, Corona de Aragón, Craft guilds, textil industry, Crown of Aragon, medieval econ-
economía medieval, Arte de la Seda omy, Art of Silk

Código JEL: L60, N00, N010, N043 JEL codes: L60, N00, N010, N043

Fecha de recepción del original: 29 de septiembre de 2014; versión definitiva: 13 de marzo de 2015

Germán Navarro Espinach, Departamento de Historia Medieval, Ciencias y Técnicas Historiográficas y Estudios Árabes e Islámicos
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Zaragoza
C/. Pedro Cerbuna 12, 50009 Zaragoza (España)
E-mail: gnavarro@unizar.es

AREAS
Revista Internacional de Ciencias Sociales, 34/ 2015
Gremios y corporaciones laborales en la transición del feudalismo al capitalismo. Siglos
XIII-XIX
(pp. 21-31) 21
Corporaciones de oficios y desarrollo económico en la Corona de Aragón, 1350-1550
Germán Navarro Espinach
Universidad de Zaragoza

1. Los gremios en la economía. Un debate a debate1 cencias particulares, sino a la aceptación o rechazo del modelo
en su conjunto (Iradiel, 1995: 134). Los trabajos del autor sobre
las industrias textiles de Sicilia y Lombardía aparecieron publi-
En la transición del feudalismo al capitalismo los gremios cados también por esas fechas de fines de los ochenta e inicios
favorecieron el desarrollo económico y la industrialización de los noventa, insistiendo siempre en conjugar estructura ins-
(Epstein, 1998; Epstein y Prak, eds., 2008), aunque algunos titucional y desarrollo manufacturero (Epstein, 1989 y 1993).
autores defienden lo contrario (Ogilvie, 2004, 2008 y 2011). El medievalismo en la Corona de Aragón no mostró opo-
Los modelos de análisis no deberían ser tan rígidos. Su mejor sición a la obra de Epstein sino más bien al contrario. De nue-
objetivo es estimular las investigaciones, no enfrentarlas hasta vo en Valencia en 2009 se tradujo al español uno de sus libros
extremos irreconciliables . Pero lo cierto es que detrás de ese más importantes, Freedom and Growth (Epstein, 2000), donde
debate se esconde una tendencia historiográfica de mayores se planteaba que la creación de estados territoriales en Euro-
dimensiones que impulsa la New Institutional Economics con- pa era una precondición para el desarrollo de los mercados y,
cediendo un protagonismo central a las instituciones europeas con ellos, para el crecimiento económico. Propuesta dinámica,
en el nacimiento de la economía occidental (North, 1971, 1990 atenta al análisis de larga duración, que conecta el estudio de
y 2005; North y Thomas, 1973; Epstein, 2000; Munro, 2009). la sociedad y de las estructuras económicas regionales con los
Las causas que explican la supuesta “ausencia regional” de cambios institucionales, es decir, lo económico-social con las
la Península Ibérica en esta discusión son anteriores al inicio formas de poder (Epstein, 2003). Al día de hoy, es latente la
del debate sobre los gremios en ámbito académico anglo- influencia de las teorías de Epstein en estudios recientes del
sajón. Los principales estudios de Epstein habían tenido mu- Grupo Consolidado de Investigación CEMA de la Universi-
cha resonancia en el medievalismo mediterráneo. An Island dad de Zaragoza (Laliena y Lafuente, coords., 2012; Navarro,
for Itself, su tesis doctoral sobre Sicilia en la baja Edad Media 2014c) pero, sobre todo, en destacados medievalistas de la
(Epstein, 1992), fue objeto de debate en la Revista d’Història Universidad de Valencia (Iradiel, 2011: 226). Sin ir más lejos, la
Medieval de Valencia con la intervención del propio autor. Semana de Estudios Medievales de Estella de 2014, dedicada
Desde un principio quedaba claro que para Epstein las formas al tema de los estados y los mercados financieros en la Europa
y los ritmos del desarrollo económico estaban determinados occidental de los siglos XIII-XVI, cuenta con una ponencia en
por el tipo de instituciones dominantes en cada sociedad, ob- recuerdo de Epstein, cuyo autor, Antoni Furió, escribió hace
servando por ejemplo los mercados bajo el prisma clave de las cinco años el prólogo a la traducción española de Freedom
normas y las leyes. Su argumentación respondía a un entrama- and Growth destacando cómo Epstein reivindicaba a contra-
do teórico tan sólido y riguroso que no dejaba opción a reti- corriente la función económica positiva de los gremios frente
a la historiografía tradicional (Furió, 2009: 10-11).
Entrar o no en este debate de la historia gremial clásica
1 El presente artículo resume mi intervención en la sesión 5ª del 11º Congreso Inter-
con la nueva historia económica en España es también un
nacional de la Asociación Española de Historia Económica (Madrid, 11-12 septiembre
2014) titulada Gremios y corporaciones laborales en la transición del feudalismo al
problema de contextos de investigación y no sólo de tenden-
capitalismo. Siglos XIII-XIX, coordinada por José Damián González Arce y Ricardo cias historiográficas. Los estudios sobre industria y artesanado
Hernández García, a quienes agradezco el haberme invitado a participar en la mis- en Castilla que realizó Paulino Iradiel hace bastantes años se
ma. Por añadidura, este texto se incluye en el proyecto de investigación Identidades
urbanas Corona de Aragón-Italia: redes económicas, estructuras institucionales, fun- preocupaban más por el debate de la protoindustrialización y
ciones políticas (siglos XIV-XV), financiado por el Ministerio de Economía y Compe- la transición al capitalismo que por el de la rehabilitación o no
titividad para 2012-2014 (ref. HAR2011-28861), cuyo director es el profesor Paulino de los gremios, dejando claro siempre el predominio que tuvo
Iradiel de la Universidad de Valencia. De igual forma, se enmarca en los estudios so-
bre industria, comercio y finanzas que venimos desarrollando actualmente dentro el trabajo libre frente al sistema corporativo (Iradiel, 1974, 1983
del Grupo Consolidado de Investigación CEMA (Centro de Estudios Medievales de y 1984). De hecho, el poder gremial en Castilla muestra un es-
Aragón) de la Universidad de Zaragoza.

AREAS 34 22
cenario de debilidad en la Edad Media, subyugado por los po- Desde la perspectiva del materialismo histórico se ha criti-
deres públicos (Monsalvo, 2002). Tal vez la hegemonía de las cado con acierto que las transformaciones de las relaciones de
fuentes normativas tardías en ámbito castellano pueda haber producción hayan de tener como prerrequisito una metamor-
sido la causa de que algunos autores concedan a los gremios fosis institucional (Astarita, 2005). Sin quitarle mérito a la obra
mayor protagonismo en el análisis, decantándose incluso por de Epstein, que lo tiene y mucho entre otras cosas por generar
refrendar la postura de Ogilvie (Gonzalez, 2009: 116-117). debate, también en ámbito italiano se ha evidenciado el ex-
El fenómeno corporativo también era de escasa incidencia ceso de ciertas afirmaciones suyas como que las instituciones
en los territorios de la Corona de Aragón, recluido a las princi- urbanas fueron un impedimento para el desarrollo económico
pales poblaciones donde abundaban el trabajo independien- de alguna región, con alusión directa a esa especie de caniba-
te y la libre empresa. Por ello se comprenderá que en ese con- lismo de Florencia sobre la Toscana que asfixió según Epstein
texto consideremos la controversia pro-gremial o anti-gremial el crecimiento de la región. Algo que muestra cómo la “óptica
como un asunto muy secundario, poco significativo para anali- teleológica” del determinismo institucional puede acabar prio-
zar las grandes tendencias de la evolución económica regional rizando ideas preconcebidas sobre la observación prudente y
de estas tierras, un falso debate, si se prefiere un debate en contrastada de la realidad (Tognetti, 2014: 324-325 y 328).
falso que nace más de la reacción de la historiografía tradi-
cional que de las propuestas de la nueva historia económica
(Navarro, 2014a: 306-307). Tanto es así que puede convertirse
en un callejón sin salida que distraiga la atención sobre pro- 2. Corporativismo y poderes públicos en la Corona de Aragón.
blemas que son mucho más importantes como la evolución
del trabajo urbano, las industrias rurales, la consolidación de
los mercados de mano de obra, la creación de empresas, el di- No es adecuado hablar de asociaciones profesionales in-
vorcio constante entre normas y realidad, la acción política y dependientes en la Corona de Aragón con poderes propios
la conflictividad social dentro del artesanado o, por supuesto, para el período anterior a la Peste Negra de 1348-1350. De ahí
el nexo entre corporaciones y poderes públicos (municipios el año de arranque del título del presente artículo. Incluso a
y monarquía). En este debate no interesa para nada rehabili- partir de entonces ningún oficio, ni siquiera los más prestigio-
tar a los gremios en el sentido de finales del siglo XIX, cuan- sos como los pelaires dentro del artesanado textil, conseguiría
do se reivindicaba con nostalgia el espíritu corporativo frente organizarse de forma espontánea, sin interferencias de los po-
al movimiento obrero y desde éste, al contrario, se tachaban deres públicos. La conquista de la autonomía organizativa fue
de entidades clasistas y retrógradas. Todavía menos hay que tanto más lenta y compleja cuanto mayor era el impacto social
resucitar el ideario que circuló décadas después durante la de la actividad. Las corporaciones catalanas antes de 1350,
dictadura de Franco, cuando las corporaciones se ensalzaban por ejemplo, son instituciones ambiguas, difíciles de analizar,
como la mejor fórmula para el disciplinamiento político de los al ser el resultado tanto del afán de los poderes públicos por
trabajadores. Tampoco se debería caer en los presupuestos de garantizar los derechos de los consumidores y controlar al
una historiografía tradicional que simplemente sigue lo que artesanado como de la actitud reivindicativa de este mismo
las ordenanzas gremiales dicen al pie de la letra sin pensar qué grupo social (Riera, 1993 y 2005). Con todo, incluso en el siglo
pudo suceder en la realidad, si se cumplieron o no. Hay que XV seguirá habiendo sectores artesanales en las ciudades ca-
comparar unas corporaciones con otras, unas poblaciones con talanas completamente al margen del sistema corporativo. Es
otras, evitar análisis estáticos de larga duración para estas mi- el caso, por ejemplo, del negocio sedero en Barcelona que ha
croinstituciones, pues se quedan a menudo descontextualiza- sido estudiado recientemente por una tesis doctoral. Hasta las
das por no contemplar los cambios de época que les tocó vivir primeras ordenanzas de oficios sederos como los tejedores de
(Casado, 2004). parches (1505) o los tejedores de terciopelos (1547) no hubo
Admitir la revalorización de las corporaciones de oficio corporaciones en ese sector en la capital catalana, aunque
como instituciones promotoras del desarrollo económico en la se ha podido identificar a través de los protocolos notariales
línea de lo que planteó Epstein no significa nada más ni nada unos 432 trabajadores en la sedería de la ciudad concentrados
menos que eso, rehabilitarlas en su función transformadora de en la segunda mitad del siglo XV, de los cuales unos cuarenta
la sociedad, viejos debates ideológicos aparte. Ahora bien, que eran extranjeros. Dos centenares de contratos de aprendiza-
sea fundamental estudiar el desarrollo económico en relación je y varias compañías y sociedades sederas ilustran un sector
con los cambios institucionales en cada contexto histórico no manufacturero urbano protagonizado por el trabajo indepen-
significa que aceptemos de salida el determinismo institu- diente y la libre empresa sin ordenanzas gremiales hasta épo-
cionalista sobre la economía que plantea la New Institutional ca moderna (Stojak, 2013).
Economics. El verbo determinar me parece excesivo, prefiero La abundancia de fuentes heterogéneas y de amplia crono-
hablar de condicionar. Ya lo he puesto de manifiesto con ante- logía en la Corona de Aragón como son documentos munici-
rioridad cuando he analizado la política del desarrollo textil en pales, privado-notariales, fiscales o reales, permite experimen-
la Corona de Aragón. La acción de las instituciones condicionó tar un mayor contraste entre norma y práctica y no depender
la evolución económica de la Europa preindustrial pero no la tanto de lo que dicen las ordenanzas gremiales. Sea como fue-
protagonizó hasta el punto de determinarla. La realidad eco- re, el resultado es que las investigaciones sobre la España me-
nómica y social debió ser mucho más dinámica e incontrolable dieval en su conjunto son casi unánimes a la hora de certificar
de lo que se cree (Navarro, 2014a: 288-289 y 308). el escaso corporativismo y la menor gremialización en sentido

23
estricto, con una incidencia reducida de los aspectos clásicos asambleas. Sólo las autoridades municipales dictan estatutos
del monopolio económico del artesanado, por no hablar tam- para el control de la producción. En realidad, los artesanos más
bién de una escasa estratificación vertical y el predominio del ricos lograron el acceso directo a los cargos principales del
trabajo libre no sujeto a más reglas que la capacitación perso- municipio, de manera que actuaban a través del mismísimo
nal en el oficio (Iradiel, 1999: 655-656; Navarro 2012). Nada que gobierno local para defender sus intereses (Iradiel, Igual, Nava-
ver con el peso que tuvieron las corporaciones en la Italia cen- rro y Aparici, 1995: 140 y 152-156). En Vila-real, población cer-
tro-septentrional donde existe una larga tradición de estudios, cana a la anterior, se conoce una cofradía de tejedores desde
con más de sesenta años de antigüedad, que ofrece hoy día, 1395 pero la verdadera esfera de acción del artesanado estaba
sin lugar a dudas, los mejores modelos interpretativos a seguir también en el gobierno municipal (Aparici, 1996). De idéntica
para el debate que nos ocupa. Pasar por alto sus aportaciones manera en Segorbe, ciudad interior del norte valenciano, el ar-
puede poner en evidencia la falta de miras de la historiografía tesanado empresario accedía directamente a las magistraturas
española en el presente y en el futuro (Pini, 1986; Greci, 1988; urbanas para influir en la medida de lo posible en la promulga-
Occhipinti, 1990; Franceschi, 1993; Franceschi y Molà, 2012; ción de estatutos, a la par que los veedores municipales de los
Bezzina, 2013; Tognetti, 2014). oficios textiles vigilaban la calidad de la producción, sin que
El proceso de creación de las primeras asociaciones de existiera un sistema corporativo al estilo de las grandes pobla-
oficios en la Corona de Aragón comienza a partir de 1200 y ciones de la Corona de Aragón (Aparici, 2000).
alcanza su mayor relieve cien años después al ritmo del pri- Con eso y con todo, en esos núcleos más destacados de
mer desarrollo industrial en las principales poblaciones. En la Corona, el corporativismo no era la antítesis de la libre em-
Valencia en época de Jaime I estuvieron prohibidas las cofra- presa. Por ejemplo, en la industria lanera mallorquina del siglo
días por temor a su capacidad subversiva frente al poder mu- XV parte de los artesanos trabajaban por cuenta ajena para
nicipal. Con todo, se autorizaron algunas en tiempos de Pedro mercaderes. Las ordenanzas gremiales no protegían exclusiva-
III (Iradiel, 1993; Navarro, 2004a y 2014a). Posteriormente, la mente a los maestros agremiados que trabajaban por cuenta
potencia política que alcanzaron en determinados territorios propia. Preservaban también los intereses de esos mercaderes
como el reino de Aragón se pone de relieve en las cortes de empresarios del sector. Más aún, los artesanos hilaban y tejían
Daroca de 1311 cuando el rey Jaime II prohibió la constitución para señores de los paños que no estaban necesariamente
de corporaciones y cofradías de oficios. Prohibirlas era el único agremiados. La posesión de un taller no era privilegio exclusi-
modo de impedir la actividad política creciente de los grupos vo de los maestros gremiales en el reino de Mallorca. Mercade-
de artesanos en el mundo urbano (Sesma, 2007). Pero las fuen- res y artesanos empresarios imponían sus criterios y mediante
tes que hablan de aquellos tiempos todavía no son suficiente- las ordenanzas aceptadas por los poderes públicos regulaban
mente abundantes y heterogéneas. De hecho, para estudiar la la actividad manufacturera con medidas proteccionistas no
importancia de los oficios dentro de la industria textil valen- exentas de contradicciones frente a las prácticas especulativas
ciana durante la primera mitad del siglo XIV sólo se dispone que dominaban el negocio lanero (Deyá, 1997: 27-29).
de documentación emanada de las autoridades municipales. En Zaragoza, las primeras ordenanzas conocidas del oficio
Esto hace difícil evaluar la cronología del movimiento corpo- de los pelaires, el más importante de la ciudad, se fechan en
rativo en esos años, el nivel de participación del artesanado 1449 aunque citan unos estatutos más antiguos, sin que sepa-
urbano o la propia estructura interna de estas microinstitucio- mos a ciencia cierta cuándo se fundó la corporación. Lo cierto
nes. Se desconoce cómo eran sus asambleas, quién aprobaba es que en esas ordenanzas se alude como en Mallorca y otras
los estatutos o qué grado de intervencionismo tenía el poder muchas partes a la figura del “señor del trapo”, es decir, a la
municipal en la organización de los oficios (Bordes, 2006: 123- persona que vende o hace vender “a barata” los tejidos, encar-
156). Las referencias documentales comienzan a abundar a gando a domicilio a varios artesanos el hilado de la lana o la
partir del último cuarto del siglo XIV especialmente para el confección de los paños (Falcón, 1997: doc. 32). Al respecto, las
oficio de pelaires, el de mayor peso en la industria valenciana ordenanzas de la cofradía de bajadores de paños de 1458 pro-
de esos momentos (Navarro, 2000a: 72-88). Otro dato coinci- hibían a pelaires y mercaderes (los señores de los paños) que
de con esa cronología. El setenta por ciento de los privilegios falsificaran trapos ni obrajes de lana suyos ni ajenos de dentro
emitidos por la monarquía aragonesa sobre las actividades o de fuera del reino de Aragón, ya que la producción local es-
industriales se concentra entre 1291 y 1410, destacando sólo taba en decadencia por la gran cantidad de tejidos foráneos y
a partir de 1380 la idea de promover y proteger el desarrollo extranjeros que entraban en la ciudad. De hecho, proponían
manufacturero para la utilidad pública de los reinos (Navarro, identificarlos mediante una señal de Zaragoza para saber bien
2004a: 205 y 2014a: 297-298). los que habían sido confeccionados en la ciudad. Tampoco
La historiografía especializada confirma la baja incidencia pelaire ni tintorero alguno podía tener telares ni tejer por su
del sistema corporativo incluso en ciudades y villas menores. cuenta si no había obtenido antes la licencia del oficio de teje-
Por ejemplo, las primeras noticias acerca de la existencia de dores, de manera que quienes no cumpliesen con este precep-
cofradías de oficios en Castelló de la Plana se refieren a las de to deberían desmontar sus telares o correrían el riesgo de que
zapateros y pelaires (1387) o sastres (1398). Tales corporacio- los veedores entrasen en sus casas y los derrocasen. Se decía
nes en esta villa rural, casi ciudad, funcionaban esencialmen- que ciertos tejedores trabajaban escondidos en algunos luga-
te a través de sus propios veedores municipales, ayudando res por encargo de mercaderes y judíos (Falcón, 1997: docs.
al almotacén a garantizar la calidad de las manufacturas en 140, 143, 159, 161, 167, 179 y 202). Respecto a estos últimos,
el mercado. No se conocen ordenanzas propias ni actas de en 1459, el rey, conocedor del derecho de las autoridades mu-

AREAS 34 24
nicipales zaragozanas para regular los oficios relacionados con calidad de los productos les determinó a que algunas fueran
la industria textil, prohibió hacer ordenanzas contra los tejedo- restauradas poco tiempo después, especialmente las más im-
res judíos de la misma y mucho menos impedirles el ejercicio portantes de la ciudad de Zaragoza, como la de los pelaires
de su oficio (Falcón, 1997: doc. 181). en 1532. Pero la libre empresa y el crecimiento económico de
La corporación de pelaires de Zaragoza disminuyó en nú- esos años llevó a los gremios a perder paulatinamente buena
mero de agremiados entre 1460 y 1466 por culpa de la mala parte de su poder e influencia, hasta tal punto que en 1575 el
calidad de las piezas confeccionadas. En esos años se come- municipio zaragozano publicó un estatuto en el que defendía
tía gran fraude en el comercio de trapos. Se vendían tejidos la importancia de las corporaciones de oficios para la ciudad,
clandestinos procedentes tanto de fuera del reino como de porque aseguraban en la medida de lo posible que el trabajo
los barrios, aldeas, lugares y términos de la ciudad, donde se de los artesanos fuera de calidad y, sin duda también, porque
trabajaba por encargo de muchos mercaderes, tenderos y eran la espina dorsal de las milicias urbanas en caso de necesi-
otras personas que incumplían los estatutos. El problema se dad. De todos modos, el proceso de oligarquización en la Za-
agravó con el conflicto entre los oficios de tejedores y pelaires ragoza del siglo XVI acabó por cerrar el acceso del artesanado
por mutua intromisión en competencias técnicas. En 1492 el más bienestante a los cargos municipales, acaparados por los
rey prohibía a los tejedores tener perchas de pelaires y a éstos linajes del patriciado local (Desportes, 1999: 246-255)
tener telares en sus casas (Falcón, 1997: docs. 245-246 y 255- Hubo sectores artesanales que por principio fueron ajenos
256). Otras ordenanzas de 1494 descubren que los mayorales en todas partes a regulaciones corporativas, como es el caso
del oficio de los pelaires eran doce personas. Su nombramien- de la construcción edilicia que muestra la hegemonía del sala-
to lo efectuaban directamente los seis mayordomos más an- rio como remuneración habitual (Navarro, 2005), con la emer-
tiguos que seleccionaban a seis nuevos, tres de la tierra (de gencia del empresario especialista, el artista-artesano que re-
dentro del muro de la ciudad) y otros tres extranjeros (de fuera cibe el reconocimiento oficial de su prestigio profesional por
del muro). Esos seis nuevos mayorales elegían después a otras parte de los poderes públicos (Yarza y Fité, eds., 1999). Hubo
seis personas más, a saber, dos mayordomos nuevos, dos con- extensos territorios plagados de villas y casi ciudades con un
sejeros y dos veedores repartidos al cincuenta por ciento entre desarrollo económico regional potente, protagonizados por la
los de fuera y los de dentro. La acción política de la cofradía industria rural a domicilio fuera del alcance de las corporacio-
pretendía ir más allá de los muros de la ciudad para extender nes ((Navarro, 2013 y 2014a). A la vista de todos esos datos,
su influencia sobre el artesanado rural disperso que trabajaba no tiene sentido la idea del sistema corporativo como un fe-
clandestinamente en el término (Falcón, 1997: doc. 250). nómeno exclusivamente urbano en oposición a la industria
Las actas municipales de Zaragoza, conservadas desde rural siempre al margen de las corporaciones de oficios. Esa
1439 en adelante, permiten recopilar los nombres de los vee- dicotomia está ya superada desde hace tiempo (Casado, 2004:
dores o mayordomos que representaban a los oficios textiles 313). En el mundo rural existieron también corporaciones y co-
ante el concejo. Cuestión clave para lograr un primer esbozo fradías como se ha visto. Por otro lado, si estudiamos determi-
del círculo de individuos que formaban las elites politicas del nado tipo de fuente como son los protocolos notariales la di-
artesanado lanero zaragozano. De un censo prosopográfico ferencia entre mundo rural y mundo urbano es impracticable
provisional con 234 artesanos del sector sólo unas cincuenta (Iradiel, 2011: 232). Algunos ejemplos significativos pueden
personas, el 21 por ciento del colectivo, ocuparon esos pues- ilustrarlo a continuación.
tos ante el concejo en el siglo XV. De algunos de esos veedores A partir de una fuente no corporativa, como son los pro-
municipales se poseen datos biográficos interesantes. En cier- tocolos notariales, se ha elaborado también un estudio pro-
tas ocasiones hasta aparecen individuos bajo la denominación sopográfico interesante para la villa valenciana de Alzira, cuya
simultánea de pelaires y escuderos, lo que subraya la esfera población estaría en torno a los 3.000 habitantes. Se trata de
de ciudadanía honrada en la que se veían envueltos, con un una base de datos con 556 artesanos entre 1370 y 1420 que
nivel de fortuna y prestigio social que les integraba dentro del pueden suponer dos o tres generaciones consecutivas. La pri-
mundo de mercaderes y notarios, aunque no fuesen la más mera noticia sobre la presencia de una cofradía de oficio se re-
alta burguesía de la ciudad (Navarro, 2008: 684-686). fiere a los carpinteros en 1377. Sin embargo, el artesanado más
Es curioso cómo las autoridades municipales de Zaragoza poderoso participaba del poder municipal ocupando cargos,
mantuvieron una actitud hostil frente a los gremios a princi- no precisaba de un movimiento corporativo para representar-
pios del siglo XVI. En las cortes de Monzón de 1512 sus procu- se y actuar políticamente. Se confirma también en Alzira como
radores llevaban instrucciones para solicitar la revocación de hemos visto en otras poblaciones valencianas que la adscrip-
todos los privilegios de las cofradías de oficios por los daños ción del artesanado a cofradías y corporaciones fue muy limi-
que causaban a la ciudad. En las cortes que se iban a celebrar tada, sin que se hayan documentado otras reglamentaciones
en Calatayud en 1515 se reiteraba la solicitud haciendo cons- que no sean las del municipio. Incluso el mercado de mano
tar que las ordenanzas de las cofradías de oficios impedían la de obra era libre y la estratificación del artesanado procedía
importación y venta de mercancías. El municipio se vio obli- de sus condiciones socioeconómicas no de jerarquización gre-
gado a promulgar un estatuto en 1527 para dejar sin efecto mial alguna (Martínez, 2012).
el control monopolista del mercado y conceder libertad al co- Gracias también a los protocolos notariales y con un vo-
mercio importador. Un año después, todas las universidades lumen de documentación mucho más grande, en los centros
del reino de Aragón consiguieron finalmente la supresión de textiles de las montañas del sur del reino de Valencia, a falta
las corporaciones de oficios. Sin embargo, el descenso en la de un marco y unas fuentes corporativas inexistentes, se ha

25
podido identificar un auténtico distrito industrial en La Vall la producción y de la demanda en el desarrollo económico (Ira-
d’Albaida y El Comtat durante el siglo XV. Los estatutos muni- diel, 2011: 247). Además, los resultados obtenidos se pudieron
cipales desde finales del siglo XIV favorecieron el desarrollo de enlazar con la investigación puesta en marcha para los siglos
las actividades textiles porque eran consideradas a todas luces XVI-XVIII. Eso que supuso admitir que los cambios de época
como un factor de riqueza fundamental para la región (Llibrer, ofrecen a veces la oportunidad de comparar resultados en la
2007 y 2014). En ese contexto histórico la multiplicación de larga duración con otros autores especialistas (Franch, 2012).
pequeñas unidades de producción de tipo familiar fue latente Si con unas ordenanzas se construye a veces la historia de
cobrando protagonismo el empresariado rural y el predomi- un gremio sin recurrir a otras fuentes, la tentación de hacerlo
nio del trabajo libre. Epstein diría que se hizo necesaria una sólo con los fondos de un archivo gremial es mayor. Pero la
mínima libertad en esas tierras para poder obtener acceso a falta de miras es la misma. La documentación emanada de la
las redes de distribución regional y atraer mano de obra con institución refleja una perspectiva internalista de los procesos
cierto nivel de cualificación en beneficio del desarrollo econó- acontecidos en ella. Sea una sola ordenanza, sea un archivo
mico regional (Epstein, 2009). entero, la meta del historiador debe ser el mayor contraste po-
sible de fuentes heterogéneas. Y en este caso lo hubo pero con
una cronología acotada a 1450-1525: archivo gremial, orde-
3. La historia particular de un gremio muy documentado nanzas y privilegios, actas municipales, protocolos notariales,
fuentes fiscales. La necesidad de contrastar fuentes es obliga-
toria para ofrecer resultados más completos sobre la vida de
Varias cuestiones son también importantes a la hora de una corporación dentro y fuera de ella, como porción de la so-
debatir la función económica que tuvieron los gremios en Es- ciedad civil que es. Eso la debe convertir además en un objeto
paña antes de 1550. Se trata de una fecha simbólica que señala de estudio transdisciplinar, es decir, un punto de confluencia
la necesidad de prolongar los estudios sobre finales de la Edad de varias ciencias que ya no se preocupen por sus fronteras
Media hasta el horizonte de mediados del siglo XVI, rompien- porque el objeto de estudio es la prioridad. Eso ya no es mul-
do los límites académicos convencionales entre la historia me- tidisciplinariedad que reconoce competencias de unas y otras
dieval y la historia moderna. Con esa premisa pregunto: ¿Se ciencias en un tema. Ni tampoco es interdisciplinariedad que
ha podido estudiar en profundidad algún gremio en concreto? ensaya colaboraciones entre ciencias pero siempre salvaguar-
¿Se ha utilizado para ello fuentes heterogéneas más allá de las dando terrenos propios de cada una.
ordenanzas? ¿Es posible dejar de hablar de las “corporaciones En este ejemplo que nos ocupa la metodología se ha vol-
de oficios o gremios” en general para entrar de lleno a conocer cado en la elaboración de una base de datos prosopográfica
un ejemplo significativo? Al menos en la Corona de Aragón la que permitiese reconstruir trayectorias personales y familiares,
respuesta es afirmativa. En efecto, es posible dejar de sobre- mecanismos de movilidad y de promoción socioeconómica,
volar el bosque para aterrizar, poner los pies en tierra y acer- creación de negocios y estructuras empresariales, contrata-
carse a visitar en su interior un gran árbol. Dejemos pues los ción laboral, compraventa de productos, etc. La prosopografía
prismáticos para observar un poco a través del microscopio la ha permitido una reconstrucción sociológica de esta institu-
historia particular del Art de Velluters o gremio de tejedores de ción corporativa que traduce una serie de comportamientos
terciopelos de seda de Valencia, fundado en 1477. Una corpo- dignos de explicación y comparación. Circunstancia que se ve
ración de oficio tardomedieval que fue el embrión del futuro favorecida por el hecho de que el arte de la seda tiene una
Colegio del Arte Mayor de la Seda de Valencia, creado en 1686 proyección internacional enorme, pues mantuvo durante si-
por privilegio del rey Carlos II de España. Su archivo gremial es glos una situación de preeminencia en las economías italiana
uno de los más importantes de Europa y cuenta con fondos y española. Las posibilidades de historia comparada son evi-
documentales ininterrumpidamente desde el siglo XV hasta el dentes entre el caso valenciano y los de Génova (Massa, 1970),
siglo XIX (Aleixandre, 1987). Venecia (Molà, 2000), Florencia (Tognetti, 2002) o Barcelona
No quepa duda de que vamos a realizar un ejercicio de his- (Stojak, 2013), por citar sólo algunos de los estudios existentes
toria de las instituciones pero con una formulación bastante para el Mediterráneo medieval (Navarro, 2004b).
diferente de lo que ha venido siendo esa disciplina tradicio- Una institución cualquiera, un gremio como el que nos
nalmente. Para empezar, el punto de partida de la investiga- ocupa ahora, no es un ente abstracto. Es un colectivo de per-
ción no ha sido la historia de los orígenes de este gremio como sonas que a su vez son parte integrante de la sociedad. En ese
entidad, sino la historia de la industria sedera en la Valencia sentido, las fuentes permiten hacerse una idea aproximada de
de los siglos XV-XVI (Navarro 1992 y 1999). Es decir, la historia las dimensiones que tuvo el gremio de velluters en el contex-
económica fue primero y después vino el análisis de la insti- to de Valencia. Esta ciudad contaba hacia 1489 con casi 9.000
tución inmersa en el negocio sedero (Navarro, 1996, 2000b, hogares contribuyentes de población fiscal, lo que significaría,
2011a y 2011b). Una historia económica entendida no como teniendo en cuenta además la población flotante y marginal,
simple historia de los hechos económicos sino como historia un volumen demográfico total en torno a los 70.000 habitan-
de los sistemas económicos y de su evolución en relación con tes (Navarro, Igual y Aparici, 1999: 172-173). Teniendo presen-
la organización político-institucional del territorio. Dicho de te esa cifra hipotética de los 70.000 habitantes de Valencia, el
otra forma, el estudio sistémico que aborda el funcionamiento gremio de velluters reunía entre 200 y 500 maestros y oficiales
económico de una sociedad, combinando la riqueza del mi- inscritos en la corporación, con mayor peso específico de los
croanálisis con una perspectiva macro que valora el papel de primeros según se desprende del cuadro adjunto con los da-

AREAS 34 26
Cuadro 1. Evolución general del gremio de velluters de Valencia, 1479-1497

Años Maestros Deudores Exámenes Oficiales Deudores Nuevos


1479-80 148 20 13
1480-81 177 20 81 27
1481-82 175 42 4 69 21
1482-83 121 7 79 20
1485-86 254 56 17 92 15
1487-88 293 63 20 113 39
1488-89 259 53 12 124 15
1489-90 229 51 14 117 14
1490-91 228 33 37 171 3 58
1491-92 213 23 47 230 5 69
1494-95 205 20 25 122 5 32
1496-97 195 22 111 66

Fuente: libros de ingresos y gastos de 1479-1497 (Navarro, 1992: 72).

tos disponibles para el siglo XV. Entre 1479 y 1497 se realizaron reunidos en la casa del genovés Lazzaro Negro, sita en la calle
hasta 225 exámenes de acceso al magisterio e ingresaron 323 de las Barcas de Valencia, firmaron ante el notario Bernat Sant
oficiales nuevos. Si estas cifras las proyectamos desde 1479 Feliu el acta de fundación de la Lloable Confraria o Almoina de
hasta 1524 se registran un total de 511 exámenes y 851 obre- l’Ofici de Velluters bajo la advocación de san Jerónimo. Entre
ros y aprendices nuevos en el gremio (Navarro, 1996: 44). ellos había como mínimo otra docena de genoveses. El docu-
El número de sederos en la ciudad en el tránsito del siglo mento recoge las primeras ordenanzas del gremio, todavía no
XV al XVI era superior al millar de familias. El estudio proso- aprobadas por los poderes públicos, y se localiza en uno de los
pográfico realizado con fuentes heterogéneas reúne más de libros de ese notario depositados en el Archivo de Protocolos
2.500 artesanos de la seda de diversos oficios durante 1450- del Colegio del Patriarca de Valencia con la signatura nº 1.020.
1525, de los cuales unos 2.000 eran velluters y más del 40 % Esa primitiva cofradía del oficio de velluters celebraba las mi-
extranjeros del reino (Navarro, 1999). La maquinaria que fun- sas de la fiesta patronal en la iglesia del convento de San Agus-
cionaba se cuantifica según la documentación gremial en 172 tín de Valencia hasta que en 1483 firmó una concordia con los
telares de terciopelos, satenes y damascos, que eran propie- frailes del monasterio de San Jerónimo de Cotalba en Gandía
dad de 96 maestros en el año 1479, además de 200 tornos de para realizarlo allí. En el primer capítulo de esas ordenanzas
seda que apuntan las actas municipales. Sin duda, uno de los de 1477 se dice que la fiesta se venía celebrando también en
factores que hizo posible el despegue de la industria sedera la iglesia de San Jerónimo que estaba en el camino de San Vi-
fue la diversidad extrema de movimientos de población que cente. La cofradía fue la precursora del futuro gremio como su-
generó un activo mercado de mano de obra procedente pre- cedió en la mayoría de ejemplos conocidos (Navarro, 2014b).
ferentemente del mundo rural para abastecer de trabajadores Al comparar el acta notarial de 1477 que cuenta con 22
a las manufacturas urbanas en expansión. En ese escenario capítulos con el texto de las ordenanzas municipales de 1479
tuvo lugar una inmigración internacional con al menos 377 ar- que tiene 26 se observan algunas modificaciones de interés.
tesanos genoveses de la seda identificados en Valencia entre Para empezar, el motivo por el que se fundaba la cofradía era
1450 y 1525. Genoveses que trajeron consigo una cuantiosa la gran multitud de artesanos que cada día aumentaba más en
transferencia tecnológica de tornos, telares y tejidos para la el oficio y los abusos que ya se estaban cometiendo entonces.
promoción de la moda del terciopelo de color negro, con la Entre esos abusos se apuntaba que algunos maestros enrique-
fuerza de un oficio altamente cualificado para asumir entre sus cidos tenían muchos telares en su casa y estaban acaparando
competencias todas las fases de elaboración de los nuevos pa- el negocio entre ellos poniendo en peligro a los demás. Por
ños lujosos de seda: el oficio de velluter o terciopelero. Una cir- ese motivo se estableció la norma de que no pudieran tener
culación de maestría técnica que trasladó la experiencia de las más de cuatro telares en propiedad, aunque en las ordenanzas
ciudades italianas en esa tecnología puntera y en las formas de municipales de 1479 se aumentó a cinco telares el límite. Por
organización del trabajo corporativo, con el máximo activismo otra parte, en 1479 no están los estatutos de 1477 en que se
político de los artesanos que supuso la institución del arte o establecían los diferentes lucros o beneficios en sueldos y di-
gremio moderno de velluters, embrión del futuro Colegio del neros valencianos que se pagarían a los obreros contratados
Arte Mayor de la Seda de Valencia. por cada vara de tejido confeccionada, ni tampoco las tasas
El proceso de constitución del gremio comenzó el 18 de establecidas para cada tipo de urdimbre. De igual manera,
octubre de 1477 cuando cincuenta y seis maestros velluters, en 1477 no figura la solicitud que aparece dos años después

27
para que los velluters sean considerados arte y no oficio. En interesantes es que las primeras ordenanzas aprobadas por las
suma, la iniciativa privada de ese medio centenar de maestros autoridades municipales de Valencia y por el rey Fernando el
fundadores fue aprobada con enmiendas y novedades impor- Católico en el mismo año 1479 tenían como base los capítu-
tantes mediante un privilegio real de ese mismo año 1479 por los notariales firmados más de un año antes por los maestros
parte del rey Fernando II de Aragón, confirmando las primeras fundadores de la cofradía del oficio. El itinerario del texto de-
ordenanzas municipales y concediendo el título de arte que finitivo comenzó con el acta notarial, revisada después y pu-
solicitaba el gremio. blicada en forma de ordenanzas municipales, hasta llegar al
El arte de la seda ya contaba en Valencia con otros oficios privilegio real que también dejó por el camino ciertos matices
de tradición medieval antes de la fundación de la cofradía de y diferencias en la redacción. Para culminar el trayecto con la
los velluters en 1477 por parte de maestros valencianos y ge- ejecución de un libro en el que se copiaron juntas todas ellas
noveses. Siglo y medio antes, en 1316 se aprobaron unas or- para uso interno de los mayorales, es decir, el manuscrito de
denanzas municipales que ponían de manifiesto la perviven- Nueva York. En cuanto al contenido de esas primeras ordenan-
cia de la vieja tradición musulmana de la artesanía sedera en zas, se alude a la celebración de la fiesta patronal, la manera
época cristiana. Se referían a algunos hombres y mujeres que de elegir clavario, mayorales y veedores de la junta rectora, las
usaban el oficio de fabricar correas y algunas obras de seda y cuotas que debían pagar los maestros por estar inscritos o, de
filadiz, de hilo de oro y de plata, a veces con mezclas de hilo de manera especial, la tipología de tejidos, la prueba de examen,
algodón y otras fibras perjudiciales para los compradores de etc. Aspectos todos ellos relacionados con la estructura admi-
estos productos. Constituían, sin duda, el embrión de la futura nistrativa de la entidad y con el afán de monopolio de la mano
sedería valenciana cuya oferta fundamental eran obras finas de obra y del mercado locales.
de seda, pasamanería y mezclas de algodón. En el tránsito del Las segundas ordenanzas fueron aprobadas por el muni-
siglo XIV al XV se ha identificado a más de cincuenta sederos cipio al año siguiente en 1480 y consistían en adiciones a las
y tejedores judeoconversos especializados. Este colectivo fue primeras o incluso correcciones. Se eliminó por ejemplo la tasa
en progresivo aumento con el paso del tiempo. Para los años anual de 4 sueldos y 4 dineros que debían pagar los maestros
1474-1530, entre la documentación notarial de la ciudad y las por cada telar que tuviesen en propiedad y se insistió en vigi-
nóminas de procesados por el tribunal de la Inquisición se co- lar el uso de fibras impuras para la confección de los tejidos.
nocen más de 120 personas trabajando en el sector. Otros temas importantes tratados fueron las sanciones por
Las ordenanzas fundacionales del oficio de tejedores de inobediencia y fraudes en la producción o en la contratación
seda o veleros de Valencia, la mayoría de ellos de origen ju- de mano de obra. En 1483, unas terceras ordenanzas muni-
deoconverso, asumieron entre 1465-1470 competencias sobre cipales del gremio ponían de manifiesto cómo la principal
la fabricación de velos finos con mezclas de seda y algodón. preocupación de los mayorales del arte en esos momentos era
En el año 1499 unos estatutos municipales de estos tejedores la injerencia de los comerciantes en la industria local, y más en
admitieron asimismo como oferta propia los rodeos de algo- concreto los paños de seda falsos que vendían los mercade-
dón y seda granadinos, destinados a la confección de cofias res genoveses. Los citados mercaderes utilizaban tramas falsas
y esclavinas típicas de la indumentaria femenina, aparte de con mezcla de fibras de diferentes calidades para abaratar los
otros tejidos tradicionales (lienzos de París, tercianelas para costes de producción, contratando además artesanos asalaria-
estandartes o adornos de instrumentos musicales, delanteras, dos que trabajan a destajo en sus casas, saltándose todas las
muñequeras, listas pintadas). Además, en 1516 se promulga- normas corporativas del arte en materia de mano de obra y
ron las primeras ordenanzas municipales del gremio de pasa- mercado. Por otro lado, los mayorales hacían constar su deseo
maneros valencianos. Por último, en 1519 se fundó otro oficio de usar la prerrogativa que les concedía el privilegio real de
implicado en este colectivo de artesanos de la obra blanca en arte para poder reunirse libremente sin el control de las autori-
Valencia. Era la propuesta de ordenanzas para los tradicionales dades municipales, sólo con la presencia de guardianes reales.
fabricantes de parches y listas de seda, independizados ahora A partir de ese año 1483 se consiguió cierta autonomía de
como gremio respecto a tejedores y pasamaneros. los velluters para dictar sus propias ordenanzas sin vigilancia
Gracias a un manuscrito de los siglos XV-XVI hallado en- de la ciudad, suspendida por un tiempo la publicación de las
tre los fondos de The Hispanic Society of America en Nueva mismas en las actas municipales, de manera que éstas sólo se
York se ha recuperado el libro de las ordenanzas antiguas del hicieron eco de algunos asuntos relacionados con el gremio.
gremio de velluters de Valencia, que como tal no se conser- Por ejemplo, la solicitud del oficial Pere Adrover para que se le
vaba en el archivo gremial (Navarro, 2011a y 2011b). Cuando reconociera como maestro acusando a los examinadores de
en 1990 comencé a investigar los orígenes medievales de la perjudicarle (1486); el juicio de diferentes artesanos sobre una
sedería valenciana, la tarea de recopilar todas las ordenanzas tela falsa (1487); la confiscación del dinero de la caja gremial a
dispersas de los oficios implicados en este sector fue ardua los mayorales por parte de las autoridades municipales obli-
a falta de disponer de ese compendio de las mismas. El libro gándoles a realizar una procesión (1493); la reducción a la mi-
debió sustraerse y desaparecer del archivo para acabar en tad de la tasa de examen por decreto municipal con la protesta
manos de algún anticuario que lo terminaría por vender con inmediata de los mayorales que derivó en el reconocimiento
destino a los Estados Unidos. Entonces ya me extrañó que no municipal como maestros a favor de dos genoveses (1495); la
hubiese un libro de estatutos propios cuando se conservaba reforma de un capítulo de las ordenanzas sobre la confección
toda una serie de volúmenes de ingresos y gastos de forma de damascos (1501); o la intervención municipal en un plei-
ininterrumpida desde 1479 hasta el siglo XIX. En todo caso, lo to contra los tintoreros de seda (1510). En suma, a pesar del

AREAS 34 28
autogobierno de L’Art de Velluters por privilegio real, el mu-
nicipio valenciano seguía sirviendo de instancia de apelación La cifra de maestros registrada en el gremio de velluters
contra los supuestos abusos cometidos por los mayorales, a durante el reinado de Felipe II (1556-1598) superó el medio
la vez que intervenía todo lo que podía en sus decisiones. El millar, experimentando una tendencia claramente ascendente
enfrentamiento con el poder municipal marcaba la coyuntura. hasta 1575-1576, e invirtiéndose la evolución en las dos déca-
Que los mayorales seguían ejecutando su autogobierno lo das posteriores. Por el contrario, la cifra de oficiales se redujo
certifican las cuartas ordenanzas de 1491 y otras posteriores progresivamente durante todo el período, aunque existiendo
que contaron sólo con la autorización del gobernador del rei- una cierta estabilidad en las décadas de 1560 y 1570. Y a fi-
no. Las reproduce el manuscrito de Nueva York y no están en nales del siglo XVI la sedería valenciana seguía muy abierta a
las actas municipales. Se trata de un estatuto de 1495 sobre lo las influencias externas, sobre todo a los artesanos genoveses
que debían de pagar quienes se examinaran como maestros. que predominaban abrumadoramente entre los maestros
Tema que volvió a tratarse en 1501 con alusión a la manera en extranjeros inscritos. Pero lo más importante de todo es que
que debían tejerse los damascos. Otra ordenanza de 1510 alu- según las fuentes fiscales el volumen de exportación de te-
de a la elección de mayorales, oidores de cuentas o veedores y jidos de seda también se había disparado hasta cotas nunca
a la obligatoriedad de que los aprendices acabasen el tiempo alcanzadas: 96.000 varas en 1529, 297.000 varas en 1598, entre
de contrato que tenían establecido con los maestros. Hasta 130.000 y 135.000 varas anuales en 1600-1601 (Franch, 2012:
1511 no volvió a reflejarse en las actas municipales ordenanza 51-79).
alguna del gremio. En este año se promulgó en exclusiva sobre Salta a la vista que, frente a las 42.000 varas de 1512, la
la tintura y los pintes. Finalmente, en 1514 el gremio renunció producción declarada después de las Germanías doblaba
a su capacidad de autogobierno para dictar ordenanzas debi- en exceso el volumen de principios de siglo. La posible crisis
do a la presión ejercida por las autoridades municipales. Inclu- experimentada por la sedería valenciana a raíz de la revuelta
so se aprobaron unos capítulos de 1518 completando norma- agermanada que señalan otras fuentes deberá ser reconside-
tivas anteriores con el visto bueno de la ciudad. rada por tanto a la luz de estos datos contundentes. Quizás
A través de las actas municipales de Valencia se sabe que sólo fue en el siglo XVII cuando se produjo la degradación defi-
antes de la revuelta ciudadana de las Germanías (1519-1523) nitiva de la producción sedera valenciana, especializándose en
el número ascendente de telares de seda alcanzó los 1.200 y la elaboración de tafetanes, tendencia iniciada ya a lo largo del
el número de tornos se situó entre 250 y 300. Sin embargo, siglo XVI con la confección de tejidos más baratos y de menor
tras los años de la revuelta, la cifra de telares se redujo a una calidad que los de finales del siglo XV. Al respecto, tal situa-
tercera parte con 400 en 1532. Según la versión oficial de las ción sería muy similar a la que experimentó paralelamente la
autoridades municipales, entre los motivos del declive se con- industria genovesa de aquella época (Franch, 2012: 81-96). El
jugaron el fraude contra las normas técnicas de los gremios a aumento de la producción estuvo ligado a la iniciativa y com-
cargo de los mercaderes y del artesanado libre, y la dispersión petencia técnica extranjera, a especialistas italianos cuyos des-
de los productores por diversas partes del reino de Valencia. A plazamientos y redes de relaciones constituyen un fenómeno
ello habría que añadir la competencia de la sedería de Toledo y clave en la historia europea del trabajo y en la historia de las
la entrada de seda procedente de América, así como la implan- transferencias tecnológicas a través del Mediterráneo. En ese
tación de un nuevo impuesto que gravaba la exportación de contexto, además, predomina la imitación de prácticas y de
seda del reino en madeja desde 1552. Está claro que cuando estrategias económicas. La trayectoria particular del gremio
terminó la represión contra los sublevados en las Germanías, de velluters de Valencia confirma así la imagen de una corpo-
entre los cuales hubo muchos artesanos de la seda, el descen- ración muy permeable a rica dinámica demográfica y laboral.
so numérico general del colectivo debió ser una realidad, fruto Una entidad muy activa políticamente que vio menguada su
de fugas y muertes. Pero luego se recuperó a tenor de los da- autonomía por parte del poder municipal. Y aunque contara
tos que ofrecen los libros gremiales de la segunda mitad del con el beneplácito del rey para su experiencia de autogobier-
siglo XVI. Antes de 1520 el número de maestros nunca superó no al más puro estilo de las artes italianas acabó por ceder es-
los 300, sin embargo, en las últimas décadas del Quinientos pacio ante las autoridades locales.
esa cifra se llegó a duplicar con tendencia a marcar un claro En verdad, la renuncia del gremio al privilegio de autogo-
desequilibrio respecto al número paralelo de oficiales (Franch, bierno que le había otorgado esa categoría política de Art dels
2012: 61): Velluters derivaba también de la ingobernabilidad del mismo
a tenor de la conflictividad desatada en su seno. Un pleito in-
terno de 1516 dice que el gremio fue creado cuarenta años
Años Maestros Oficiales antes por sederos genoveses y que con el paso de los años se
había convertido en la corporación más importante y con ma-
1555-56 558 185 yor número de maestros de la ciudad de Valencia. Sin embar-
1565-66 588 144 go, algunos mayorales guiados por sus intereses personales
1575-76 627 145 abusaban de las ordenanzas apropiándose del gobierno del
gremio, de manera que unas quince personas habían estado
1585-86 566 122 monopolizando los cargos durante más de veinte años por en-
1595-96 523 94 cima del colectivo de cuatrocientos maestros inscritos. Los de-
nunciantes de esta situación confesaban que el gremio estaba

29
dividido en dos brazos enfrentados, es decir, una verdadera nella Lombardia tardomedievale. Ipotesi di ricerca” en Studi di Storia
lucha interna de bandos (García, 1981: 220-223). Medioevale e Diplomatica, 14, pp. 55-89.
Las prosopografías de los maestros que fueron mayora- EPSTEIN, S. R. (1998): “Craft Guilds, Apprenticeship, and Technological
les durante el primer cuarto del siglo XVI identifican con cla- Change in Preindustrial Europe”, The Journal of Economic History, 58,
pp. 684-713.
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31
Querellas corporativas en el comercio con Europa desde el Cantábrico oriental durante
la primera mitad del siglo XVI, según un pleito de 1547
José Damián González Arce
Universidad de Murcia
Ricardo Hernández García
Universidad de Valladolid

CORPORATE QUARRELS IN THE EUROPEAN TRADE FROM THE


EASTERN CANTABRIAN SEA DURING THE FIRST HALF OF THE
16TH CENTURY, ACCORDING TO A LAWSUIT IN 1547

Resumen Abstract

¿Resulta conveniente que un único gremio controle una de las Is it desirable that a single guild controls the main economic
principales actividades económicas de un país? Esta es la pre- activity of a country? This is the question underlying the con-
gunta que subyacía en el secular enfrentamiento entre la Uni- flict on wool exports to Northern Europe between the guild of
versidad de mercaderes de Burgos y su rival, la Universidad de Burgos merchants and its rival, the guild of captains of boat
capitanes, maestres de nao y mercaderes de Bilbao, por la ex- and merchants of Bilbao between 1450 and 1550. To this ques-
portación de lana hacia la Europa del Norte y el comercio con tion were forced to answer merchants and shippers of both
ésta vinculado, entre 1450 y 1550. A ella debieron contestar los sites when they appealed to the rulers. The question was also
protagonistas, comerciantes y navieros de ambas localidades addressed to political authorities and monarchs, so that they
cuando apelaron en su ayuda a los gobernantes. También se la legislated about it. Moreover, the question was made to wit-
plantearon las autoridades políticas, sobre todo los monarcas, nesses in lawsuits held by both associations. Finally, the histo-
cuando legislaron al respecto. Fue hecha a los testigos presen- riography must answer today to this question.
tados en los pleitos que sostuvieron ambas asociaciones, fuen-
te empleada para el presente trabajo. Y, finalmente, es a la que
hoy día debe responder la historiografía.

Palabras clave Key Words

Comercio, lana, gremios, Burgos, Bilbao, Europa Trade, wool, guilds, Burgos, Bilbao, Europe

Códigos JEL: N70, N73, N80, N83 JEL codes: N70, N73, N80, N83

Fecha de recepción del original: 23 de septiembre de 2014; versión definitiva: 25 de marzo de 2015

José Damián González Arce,


Profesor Titular del Departamento de Economía Aplicada, Área de Historia e Instituciones Económicas
Facultad de Economía y Empresa, Universidad de Murcia
Campus de Espinardo, 30100 Murcia, España
Teléfono: 868888752, correo electrónico: josedam@um.es

Ricardo Hernández García


Profesor Titular del Departamento de Fundamentos del Análisis Económico e Historia e Instituciones Económicas
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales; Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación, Campus de Segovia
Universidad de Valladolid, Avda. Valle Esgueva, 6, España
Teléfono: 983423354, e-mail: rhgarcia75@gmail.com

AREAS
Revista Internacional de Ciencias Sociales, 34/ 2015
Gremios y corporaciones laborales en la transición del feudalismo al capitalismo.
Siglos XIII-XIX
(pp. 33-45) 33
Querellas corporativas en el comercio con Europa desde el Cantábrico oriental durante
la primera mitad del siglo XVI, según un pleito de 1547
José Damián González Arce
Universidad de Murcia
Ricardo Hernández García
Universidad de Valladolid

1. Introducción mencionado desarrollo económico y, por tanto, si aceleraron o


retrasaron la industrialización en su ámbito territorial. Surgie-
En los recientes debates historiográficos y obras colectivas ron así dos visiones sobre el corporativismo. En primer lugar la
sobre el papel desempeñado por los gremios y corporaciones peyorativa, que arranca de Adam Smith, quien definió a dichas
de oficio europeos de la etapa preindustrial y en la transición instituciones como retrógradas, retardatarias y ajenas a la li-
hacia el capitalismo ha habito una notable ausencia regional, bertad de mercado, de manera que en él se inspiraron los bur-
la de la Península Ibérica. Principalmente por dos motivos, la gueses de las revoluciones liberales del siglo XIX cuando pro-
escasez de historiadores españoles e hispanistas que se de- mulgaron las leyes que abolieron los gremios europeos. Frente
diquen a este ámbito de la investigación, sobre todo para la a ella, recientemente se ha desarrollado una corriente rehabi-
Edad Moderna, y la poca repercusión internacional de los tra- litadora, encabezada por S. R. Epstein, quien ha sostenido que
bajos que han sido publicados recientemente. dichas asociaciones contribuyeron al cambio tecnológico y al
El desinterés de la historiografía hispana por la cuestión desarrollo. Postura contestada desde los trabajos de S. Ogilvie,
gremial arranca de los años 50 del siglo XX, cuando uno de quien refutó las tres supuestas ventajas de los gremios, caso
sus más ilustres historiadores, J. Vicens Vives, desafortunada- de su capacidad para resolver asimetrías de información entre
mente sostuvo que en la Castilla medieval no habían existido productores, comerciantes y consumidores relativas a la cali-
los gremios. A esta cuestionable afirmación se añadió la mani- dad del producto, lo que habría favorecido los intercambios;
pulación que por entonces estaban realizando los ideólogos que fuesen instituciones eficaces para solucionar las imperfec-
del régimen franquista de lo que habría supuesto el sistema ciones de los mercados de innovación tecnológica y de mano
corporativo medieval en el ámbito laboral, para identificarlo de obra cualificada, lo que habría incentivado la innovación y
con el sindicalismo vertical que estaban diseñando; dentro de la productividad; o, por último, que constituyeran redes que
una más larga tradición historiográfica que arrancó a finales generasen beneficios sociales por el mantenimiento de nor-
del siglo XIX, en la que algunos autores ultra católicos y fascis- mas compartidas. Las réplicas y contrarréplicas, así como las
tas reivindicaban dicho sistema, falsamente armónico, frente obras colectivas subsiguientes, han alimentado un debate
al capitalismo insolidario y al marxismo alienante. De esta for- que, a pesar de la muerte de uno de sus protagonistas, el ci-
ma, ya en la Transición, los historiadores españoles repitieron tado profesor Epstein, está lejos de haberse agotado y del que
como un mantra las teorías de Vicens Vives o se apartaron de España continúa ausente2.
un tema de investigación que les recordaba al más rancio fran- Una de las hipótesis de dicho investigador en favor de los
quismo, lo que explica la falta de trabajos sobre un aspecto de gremios fue que si perduraron en el tiempo a través de los si-
la Historia Económica y Social que en los últimos años se está glos tenía que haber sido porque eran instituciones más be-
demostrando como capital para la explicación del desarrollo neficiosas que perjudiciales. Es un pobre argumento, pues la
económico y el fenómeno de la industrialización. Esta situa- Historia está preñada de ejemplos de formaciones claramente
ción ha cambiado en las dos últimas décadas gracias a los cada retardatarias de la evolución de la sociedad humana que han
vez más numerosos estudios que empiezan a desvelar la gran pervivido gracias al ejercicio de la fuerza o a su dominio del
relevancia que alcanzaron los gremios en la Castilla medieval, estatus quo. Con arreglo a las corporaciones laborales sería
de modo que ya nadie sostiene su inexistencia, pero todavía mejor decir que su éxito y mantenimiento en la larga duración,
son pocos los investigadores interesados y se echan en falta desde su origen en torno al siglo XI hasta su abolición en el XIX,
más obras de conjunto1. se debió a la inexistencia de alternativas. Ocuparon un nicho
El aludido debate historiográfico europeo, uno más de los de actividad que ninguna otra institución supo cubrir, funda-
habidos sobre las corporaciones laborales en más de un siglo, mentalmente en dos aspectos, la supervisión de la calidad de
se centra en si los gremios favorecieron o entorpecieron el
2 Sobre el aludido debate, Epstein, 1998 y 2008; Ogilvie, 2004 y 2008. Para un estado
1 Para algunas obras sobre el gremialismo castellano, Monsalvo Antón, 1996, 2001, y de la cuestión véase la recensión de González Arce (2010b). Otras obras de referencia,
2002; González Arce, 2000 y 2009a; Hernández García, 2007. Epstein y Prak, 2008; Ogilvie, 2011; Lucassen y otros (2008).

AREAS 34 34
la producción y las cuestiones jurídicas y judiciales relativas a de Europa, y pretendieron hacer lo propio con el de otros artí-
su profesión, en parte relacionadas con lo anterior. Los Estados culos a ella asociados, como el hierro y los retornos de paños
preindustriales, por su estructura precaria y raquítica, fueron y grano, para lo que se valieron de su organización corporati-
incapaces de arbitrar las instituciones precisas para garantizar va y de la excusa de que, gracias a dicho monopolio, se podía
la calidad de los artículos puestos a la venta o de los servicios sostener una poderosa flota de barcos de gran tamaño que
prestados, algunos de importancia vital como los alimentos o no solo habían evitado los asaltos a los convoyes laneros por
los cuidados sanitarios, de manera que dejaron a las propias parte de piratas y corsarios, sino que también eran la base de
organizaciones laborales, que dominaban las cuestiones téc- las armadas reales de las que los monarcas castellanos podían
nicas de su especialidad, que se ocupasen de ello. También hacer uso en tiempos de guerra.
les cedieron, entre otras competencias, la capacidad de juzgar Hacia mediados del siglo XVI Burgos, Bilbao y sus respecti-
y supervisar sus profesiones, tanto en aspectos relativos a la vas universidades y consulados mercantiles se enfrentaron por
producción, venta y consumo, como de contratación de mano el control de los antedichos flujos comerciales, los primeros
de obra, horarios, etc. Todo ello porque los municipios care- sostuvieron las ventajas de una organización corporativa que
cían de técnicos suficientemente formados para controlar el hasta entonces se había demostrado eficaz en su propósito de
mercado y porque los jueces tampoco contaban con peritos colocar las materias primas en los mercados europeos con los
especialistas. De modo que cuando en el siglo XIX los Estados menores costes de transacción y riesgos, los segundos apela-
modernos asumieron estas competencias los gremios se re- ron a la libertad de mercado para acabar con una situación de
velaron como las instituciones caducas y de otra época que monopolio que solo beneficiaba a unos cuantos a costa de en-
eran. Si bien algunos han pervivido hasta nuestros días, como carecer los precios y del bien general.
los colegios de notarios, abogados, médicos y otros, pues en ¿Quién llevaba la razón? Para intentar responder a este in-
ellos resulta más eficaz la autorregulación deontológica en los terrogante sobre qué era más conveniente en ese momento,
casos de faltas a la ética profesional que la supervisión externa si un gremio mercantil monopolista o la libertad de empresa,
de los agentes estatales. No obstante, estamos viendo cómo veamos cómo se desarrollaron los hechos y los argumentos de
estas últimas corporaciones también están perdiendo parte cada una de las partes.
de sus atribuciones en aras de la liberalización de los servicios.
Por tanto, no debemos pensar en la trasmisión de cono-
cimientos y en el avance tecnológico como las principales 2. Los hechos y sus protagonistas
virtudes de los gremios que les permitieron sobrevivir al paso
del tiempo, pues éstos aspectos beneficiosos también se die- La instalación masiva de mercaderes burgaleses en Brujas
ron allí donde no hubo corporaciones laborales, gracias a otra desató a mediados del siglo XV una serie de enfrentamientos
institución no siempre bien ponderada, la del aprendizaje. Es con los navieros y comerciantes vascos, sobre todo bilbaínos,
más, precisamente el empleo de aprendices mediante contra- que habían llegado con anterioridad, lo que dio lugar a la se-
tos escritos en los que se estipulaba taxativamente la enseñan- paración en dos de la nación castellana de la ciudad, así como
za y trasmisión de las técnicas profesionales fue más necesaria a la división de su consulado. Posteriormente, estas luchas por
y frecuente allí donde no había gremios, pues muchas veces la supremacía comercial entre Burgos y Bilbao se desarrolla-
éstos recogían entre sus estatutos limitaciones a dicha prácti- ron también en la Península Ibérica, y parte de ellas fueron la
ca o la forma de realizarla, de manera que no abundaban los creación de las universidades de mercaderes de ambas loca-
contratos escritos y, por tanto, la continuidad de los conoci- lidades, como gremios comerciales llamados a defender los
mientos estaba menos asegurada. intereses de sus socios, que dieron luego paso a la fundación
Quedan así por analizar los aspectos más negativos de de sus respectivos consulados, o tribunales mercantiles de-
las corporaciones, que son los que las llevaron a su extinción, pendientes de las preexistentes universidades, primero el de
caso de la falta de concurrencia en el mercado, la limitación a Burgos, en 1494, y luego el de Bilbao, en 1511. Tras una serie
la libre empresa, la exclusión profesional de los no gremiales, de concordatos a los que las partes llegaron en 1499-1500 y
la desconfianza en las novedades, la falta de adaptación a la 1513, las luchas abiertas cesaron un tiempo, durante el cual
demanda, la inelasticidad de la oferta, etc. los burgaleses protagonizaron y organizaron el flujo de lana
Algunos de ellos son los que planteamos en el presente con los puertos de la Europa del Norte, desde los embarcade-
trabajo relativo a la universidad de mercaderes de la ciudad ros cantábricos, y dejaron a los bilbaínos un papel secundario,
de Burgos, gremio mercantil que se formó por la agrupación como gestores del tráfico del hierro3.
espontánea de los principales comerciantes locales y que en Esta posición subalterna no gustó a los vascos, quienes
1494 se convirtió en un Consulado, al que los Reyes Católicos durante la primera mitad del siglo XVI respetaron con desga-
dotaron de jurisdicción en toda la Corona para conocer las na los acuerdos con los castellanos. Más en la teoría que en
querellas en su ámbito de actuación, así como para legislar al la práctica, pues exportaron subrepticiamente lana al margen
respecto, entre otras competencias. Pese a la oposición de Bil- de la Universidad-Consulado de Burgos, sobre todo por surgi-
bao, que junto a las tierras al norte del Ebro escapó a dicha ju- deros guipuzcoanos; al tiempo que pusieron sus barcos a dis-
risdicción y luego obtuvo su propio Consulado de Mar. Gracias posición de mercaderes aragoneses, navarros o riojanos, que
a su posición preponderante en el comercio interior y exterior
y a las facultades dadas por la monarquía, los burgaleses mo-
nopolizaron el negocio de exportación de lana hacia el norte 3 González Arce (2009b) y (2010a).

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pretendían escapar al monopolio exportador burgalés. Éstos Al mes siguiente, agosto de 1547, el alcalde Zabala, de
y otros desencuentros desataron un nuevo conflicto en 1547, Bilbao, obligó a regresar a la villa a un factor del importante
justo un siglo más tarde de que empezasen las rivalidades en comerciante burgalés Diego de Bernuy, Juan de Quijano, que
Flandes4. llevaba 50 cargas de pastel en un batel a Portugalete. Éste
En julio de ese año llegó al puerto de Portugalete una flota pretendía remitirlo a Antón Pérez de Coscojales, huésped de
de procedencia flamenca, fletada por el consulado castellano Bernuy en Portugalete, y este otro, a su vez, a la ciudad de Bur-
de Brujas. Allí aguardaba el comisionado por la Universidad de gos, pero fue retenido por el alcalde. Quijano elevó una queja
Burgos para recibir al convoy, Juan Alonso del Castillo, que de- ante el concejo y, para que el pastel no se mojase, lo volvió a
bía hacer descargar las naves y entregar a cada mercader pro- almacenar en su lonja. Posteriormente, pudo enviar a Portuga-
pietario, a sus huéspedes o a sus encomenderos los fardos de lete las 50 cargas iniciales y otras 190, pero no más. Meses des-
ropa (paños), según las marcas de las compañías comerciales pués, en octubre, el consistorio bilbaíno, con el beneplácito
que los identificaban en su exterior. Sin embargo, no pudo rea- del citado alcalde, no consintió a García de Salamanca, uno de
lizarlo porque una turbamulta procedente de Bilbao, incluidos los mayores mercaderes burgaleses, llevar 60 sacas de lana a
un teniente del corregidor de Vizcaya, Martín de Burgo, por- Portugalete y cargarlas en las naos fletadas por la Universidad
tador de la vara de la justicia, y algunos alguaciles, obligó, en de Burgos rumbo a Flandes. Cuando pudo hacerlo, la flota ya
nombre del concejo bilbaíno, al capitán de la flota, Francisco había partido. Las excusas que se dieron en ambos casos fue-
de Artieta, y a los restantes maestres, a entregarle la cargazón ron las ordenanzas locales que obligaban a que las mercancías
que, junto a Artieta preso por haberse resistido, se llevaron en que saliesen de Bilbao lo hiciesen en barcos de vecinos de la
barcas y bateles rumbo a dicha villa. La explicación que dieron villa y a que, como ésta se sostenía gracias a los productos de
ciertos testigos fue que los maestres tenían instrucciones de acarreo, ningún recuero que pasase por ella de vacío pudiese
descargar en Bilbao y entregar allí el cargamento a los hués- sacar carga alguna, para que así siempre introdujesen sumi-
pedes locales, según constaba en sus libros de carga (que de- nistros.
nominan como de saborne, del francés seaborne, marítimo o La respuesta de la Universidad de Burgos de ese mismo
transportado por mar), pero los portugalujos, y entre ellos su mes de octubre fue enviar a un juez de Portugalete, acompa-
regidor, Antón Pérez de Coscojales, el viejo, que también fue ñado de otra muchedumbre, a embargar una flota de barcos
apresado, trataron de impedirlo. bilbaínos que pretendían salir de ese amarradero rumbo a
Sin embargo, las órdenes que traía la flota, dadas por Flandes cargados con la lana de ciertos mercaderes riojanos,
los cónsules castellanos de Brujas y ratificadas por la Univer- vitorianos y sus consortes (socios), embarcada por sus hués-
sidad de Burgos de la que dependían, según el maestre de pedes de Bilbao, Martín de Bertendona y otros, junto con las
Portugalete y testigo Pedro Ortiz de Iguereda, cuya nave for- sacas de otros comerciantes de dicha villa (tabla 1). Tras serles
maba parte de ella, eran que descargasen en la barra de dicho requisados parte del género y algunos aparejos de las naves,
amarradero tanto las embarcaciones residentes en él como las sus dueños ofrecieron fianzas en dinero para que la flota pu-
de Bilbao y Deva; mientras que las otras debían desembarcar diese partir, que no les fueron aceptadas por la justicia local
en Laredo y Santander. Otro testigo, Martín Alonso de Salinas, hasta que no intervino de su lado el corregidor de Vizcaya.
quien compatibilizó su cargo de regidor en el concejo de Bur- Pero cuando salieron, una vez que ya había zarpado la flota
gos con su actividad de comerciante de la Universidad, tam- burgalesa, era demasiado tarde y el mal tiempo les hizo perder
bién resultó afectado por la aprehensión del convoy, pues en mástiles y aparejos, así como poner en riesgo sus vidas. De ma-
él iban ciertas mercancías suyas a cargo de un consignatario, nera que retornaron a puerto “pidiendo a Dios misericordia” y
su factor Juan de Albero. la partida definitiva no ocurrió hasta el mes de mayo del año
Este secuestro se hizo no solo para reivindicar el embar- siguiente, tras pasar los 6 buques cargados el invierno en di-
cadero bilbaíno del canal del Nervión frente al surgidero de cho embarcadero.
Portugalete, sito a solo dos leguas, en la desembocadura de la La razón esgrimida para la aprehensión fueron los acuer-
ría, y aprovechar la riqueza que generaba en la economía local, dos arriba mencionados que consagraban a la ciudad caste-
sino también para hacerlo con los derechos de carga y descar- llana en exclusiva el flete de la lana; de forma que nadie podía
ga, los de lonja, las tasas por contar y pagar allí las averías y exportarla al margen de las naves designadas por la Universi-
los fletes del viaje, así como las correspondientes exacciones dad de la Contratación de Burgos. A este pleito, luego apela-
fiscales, caso del prebostazgo y las donaciones a instituciones do ante la Real Chancillería de Valladolid y el Consejo Real, se
eclesiásticas5. sumó más tarde la Universidad de la contratación de Bilbao,
con su fiel de los maestres, capitanes y mercaderes del año
4 Según Casado Alonso (2005), quien ignora las abundantes evidencias que mues- 1547, Juan Martínez de Ceberio, junto a los diputados (cón-
tran lo contrario, los enfrentamientos de los mercaderes vascos contra los castellanos sules) Lope de Zaldívar y Lope de Barrondo, sustituidos el 25
no fueron si no meras “tradiciones vascas”, de raíz regionalista y nacionalista, inventa- de julio de 1548 por Pedro de Arizmendi, Sancho de Larrauri
das por una historiografía romántica decimonónica.
5 No han quedado apenas referencias a las tasas portuarias de la época para los puer-
y Juan de Otaola; a ellos se unió el concejo de la villa. Mien-
tos cantábricos, de los que el mejor conocido es el de San Sebastián, cuyos derechos
tras que por parte de la Universidad de Burgos actuaron en
fueron similares a los de otros surgideros cercanos, como el de Bilbao (González y Gil, el proceso su prior en 1547, Gómez de Quintanadueñas, más
2011: 93-100). Hacia 1489 comenzó un enfrentamiento entre los prebostes de Por- los cónsules, Bernardino de Salamanca y Francisco de Gauña;
tugalete y Bilbao por el prebostazgo, canon que cobraban a las naves que cargaban
o descargaban en los embarcaderos y que solamente se podía demandar una vez
en unión de los mencionados mercaderes Diego de Bernuy,
(González Arce, 2010a: 183-184). regidor de la ciudad, y García de Salamanca. En 1548, el nuevo

AREAS 34 36
Cuadro 1. Mercaderes y maestres embargados en 1547 por exportar lana al margen de la
Universidad de Burgos, las sacas enviadas aparecen entre paréntesis, además cuando se trata de
a
fardeles, costales y cajas así se indica (señalados con * los principales encausados en el pleito)

Localidad Mercaderes
Rodrigo de Soria* y Domingo de Yanguas* (1.061) Luis de Sesma (62)
Antonio de Yanguas* y Alonso Ruiz* (476 y 2 costales) Pedro de Enciso (451)
Logroño Juan de Bazán Martínez (295) Juan de Montenegro (25)
Francisco de Faices (138) Francisco de Tejada (135)
Andrés Gallego y Juan de Cabezón (500)
Juan y Diego de Angüiano (201 y 29 costales) Diego de Angüiano (26)
Santo Domingo de la Diego de Ozo Francisco de Ozo (216)
Calzada Martín de Ozo (454) Pedro de Ozo (99)
Juan Díez de Gamarra (162) Diego de Villanueva (10)
Torrecilla de los Cameros Diego González (307) Hernán González (304)
Nájera Juan Martínez de Nájera
Antón y Juan de Santander (123) Juan Fernández (162)
Navarrete
Pedro Fernández (106)
Juan de Doipa y Francisco de Heali (241) Pedro de Insunza (183)
Vitoria
Francisco de Hechábarri y Martín de la Puebla (192) Juan Ruiz de Vergara (96)
Sancho de Larrauri* Bartolomé de Catelinaga*
Alonso de Vitoria Juan de Zuazo
Martín Ortiz de Orozco Juan de Laya*
Bilbao
Pedro Ortiz de Líbano* (2 cajas) Juan de Sojo*
Pedro López de Arbolancha* Martín Pérez
Jacobe de Agurto Juan de Quijano* (452)
Sigüenza Hernando Conde Valdivieso Francisco de Valdivieso (40)
Ágreda Martín González de Castejón (463)
Segovia Isabel de Ávila (61), mujer de Pedro de Peñaranda
Burgos Diego de Gamarra, hermano de Juan Díez (47)
Francisco de Santiago (21 fardeles) Juan Ruiz de Vergaza (102)
Juan Gutiérrez, platero (14) Santiago de Gamarra (6)
Pedro de Aranda (10 fardeles) Martín de la Sierra (4)
Gonzalo de Naveda (20 y 3 costales de peletería) Martín Sainz de Castro (5)
Esteban de Burgos (15 costales) Gonzalo de Nabelgada (104)
Indeterminada Juan Ruiz de Anza y los herederos de Holabe (247) Juan Pérez de Aranda (47)
Diego de Nájera y Juan Criado (36 fardeles) Francisco Cheyos (2 cajas)
Alonso de Medina González (3 cajas de terciopelo) Pedro de Villanueva (2)
Alonso de Muelo (16 fardeles) Martín Sanz de Castro (18)
Pedro de Aranda Madrid (10 fardeles) Guillén de Zaporta (362)
Hernán González de San Juan (34 costales)
Maestres y naves
Galeón de Juan Martínez de Ceberio
Galeón de Juan de Baracaldo y Juan de Zornoza*
Nao de Juan de Catelinaga*
Nao de Pedro de Bermeo
Nao de Mateo de la Haya
Bilbao Nao de San Juan de Amezaga* (204 y 4 fardeles) y Domingo Larrauri
Nao de Juan Martínez de Recalde y Martín de Zarbazán
Galeón de Vagaza y Martín Jiménez de Bertendona
Lope de Zaldívar
Juan Ruiz de Goiri
Bartolomé de Miranda

Fuente: libros de ingresos y gastos de 1479-1497 (Navarro, 1992: 72).


_______________________________________________________________________________________________________
a Una saca es un costal muy grande de tela fuerte, más largo que ancho. Las sacas de lana alcanzaban las 8 arrobas de capacidad o los 2 quintales
de peso (92kg). Un fardel es un saco o talega. Mientras que un fardo es un lío grande de ropa u otras cosas, muy apretado, para poder llevarlo
de una parte a otra, que se hacían con las mercancías a transportar, cubriéndolas con arpillera o lienzo embreado o encerado, para que no se
estropeasen.

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prior fue Juan de Castro de Londres, y los cónsules, Jerónimo Burgos, con los buques de su elección, tanto bilbaínos como
Pardo y Nicolás de Astudillo. otros, y que ellos fijarían el precio de los fletes de la lana. El de
Fue el inicio de un extenso proceso judicial que generó los del hierro, a cargar asimismo en dicho convoy, sería puesto
miles de páginas, del cual ya han sido extraídos valiosos da- por el fiel de la Universidad de Bilbao. En 1502, Burgos consi-
tos para mejor conocer el intercambio mercantil de Castilla guió de los Reyes Católicos poder despachar en adelante dos
con Flandes, Francia e Inglaterra6. Algunos de ellos, como los flotas anuales, una en marzo y otra en octubre, y que nadie
contratos de fletamento que aportó como prueba la Universi- exportase sus mercaderías en barcos no incluidos en ellas. Una
dad de Bilbao, eran totalmente desconocidos, en un ámbito de las ventajas de estas grandes armadas, según los testigos
fundamental como este del comercio en la primera mitad del favorables a Burgos, era que la arribada de convoyes de tal ta-
siglo XVI, del que apenas se conservan noticias, por haber des- maño y tonelaje suponía un elemento de negociación con las
aparecido la documentación de base, y, por tanto, escasean los autoridades locales, que otorgaron más ventajas a la nación
estudios de detalle7. española, que así se convirtió en la colonia extranjera más im-
De manera que mucha de la información que nos propor- portante de Brujas.
ciona esta fuente, que dista todavía mucho de haberse agota- Para aprestar las flotas se llamaba anualmente, hasta dos
do, era totalmente ignorada, tal y como se puede comprobar a veces, a los maestres de Bilbao, Portugalete, Deusto, Baracal-
continuación cuando veamos cómo se desarrolló la actividad do, Bermeo, Placencia, Lequeitio, Castro Urdiales, Laredo, San-
comercial en estos primeros años de la Edad Moderna, a partir tander y otros surgideros, desde donde iban a Burgos. Allí, el
de lo declarado por los muy numerosos testigos interrogados prior y cónsules escogían aquellas naves más idóneas y con
en dicho pleito (¡más de 110!), muchos de ellos los más impor- mejores aparejos, procurando mantener cierta proporción en-
tantes comerciantes y navegantes del momento. tre las diferentes procedencias y por lo menos el mínimo de
gruesas o de gran calado. Como era muy crecido el número de
navieros que acudían a ofrecer sus embarcaciones, más de las
3. La actividad comercial que se necesitaban, rogaban a los rectores de la Universidad,
con los que se reunían en la sede del Consulado para nego-
Según los testimonios del citado proceso judicial y las ciar las condiciones de los fletamentos, que fuesen ellos los
noticias que nos han llegado por otras fuentes, durante esta seleccionados, les daban cartas de recomendación y les ofre-
primera mitad del siglo XVI los cónsules y mercaderes de la cían fiadores que garantizasen la entrega de las mercancías
Universidad de Burgos, junto a sus factores y encomenderos, según lo contratado. Como sabemos, los convoyes rumbo a
acostumbraban a utilizar los puertos que les parecía mejor, Europa se despachaban en primavera y otoño, de modo que
gracias a unas ordenanzas por ellos redactadas en 1511, alen- era en enero y junio cuando los que querían ofrecer sus bu-
tadas y confirmadas por Fernando el Católico y luego ratifica- ques acudían a dicha ciudad, tras ser convocados por Pedro
das por su hija, la reina Juana I8. En ellas se dispone que, con la González de Escalante u otros enviados que iban de puerto
excusa de evitar que se empleasen naves de pequeño calado, en puerto. Los que resultaban escogidos, porque sus barcos
desde La Coruña hasta Fuenterrabía nadie pudiese embarcar eran mejores para la defensa frente a posibles asaltos, o sim-
sacas de lana para Francia o Flandes si no fuesen fletadas por plemente porque gozaban de amistad o influencias cerca de
dicha asociación. Al menos la mitad de la cargazón debía ir los dirigentes del gremio mercantil, no podían suscribir nue-
en naves de un mínimo de 200 toneles, y desde ahí hacia arri- vos acuerdos con otros mercaderes hasta que no eran despe-
ba, mientras para la otra mitad quedaba al arbitrio del prior didos por el prior y cónsules burgaleses o por los de Brujas, en
y cónsules qué barcos emplear. Para ello organizaban flotas su nombre; y estaban obligados a volver con los retornos que
conjuntas desde Bilbao, Portugalete, Castro Urdiales, Laredo les encomendasen en los puertos de arribada, a no ser que los
y Santander. Además, en la concordia firmada entre burgale- cónsules de Brujas o los de Burgos les diesen permiso para ac-
ses y bilbaínos en 1499, se dispuso que únicamente se envia- tuar de otra manera. Aparte de los contratos con las condicio-
ría una flota anual a Flandes fletada por el prior y cónsules de nes generales, como el precio de los fletes y averías, que solía
ser moderado dada la contratación en masa, firmados por el
prior y cónsules con los navieros, a veces en la propia Burgos
6 Archivo General de Simancas (AGS), Consejo Real de Castilla, 204, 3-4 y 205, 1. La
se suscribían ante escribanos locales las cartas de fletamento
información que aporta dicho documento es la base del presente trabajo, de manera
que para no ser reiterativos prescindiremos en adelante de nuevas citas documen- individuales entre el maestre del barco y los mercaderes, copia
tales que remitan al mismo. Esta valiosa fuente no ha sido empleada en las obras de las cuales se llevaba luego ante un notario del puerto de
clásicas sobre los consulados de Burgos (Basas, 1994) y Bilbao (Guiard, 1913). De partida. Si tales documentos no eran mostrados a los huéspe-
manera que, autores como Hilario Casado (1995 y 2003), que apenas se ha ocupa-
do de la actividad corporativa de ambas formaciones, habla de la supuesta armonía des o encomenderos de dichos puertos, éstos no embarcaban
y colaboración que hubo entre ellas, cuando pleitos como el presente demuestran mercancía alguna en las naves. En otros casos, era allí donde
todo lo contrario.
7 Los trabajos relativos al comercio con Europa desde los puertos cantábricos en la
se escrituraban los contratos de flete ante un notario del lugar,
baja Edad Media y principios de la Moderna se basan en fuentes indirectas y aportan
generalmente uno que se estaba especializando en esta fun-
una información en exceso general, falta del detalle que sí encontramos en éste y ción como notario de marina.
otros procesos judiciales. González y Hernández (2011). Gil, González y Hernández Los contraventores de las ordenanzas de 1511 eran multa-
(2013). Sobre la extrema escasez documental, Bilbao y Lanza (2009). Azpiazu Elorza
(1990). Barkham (2003). Bilbao (2003). García Fernández (2005). Huxley (1987). Priotti
dos con 2 doblas de oro por saca de lana exportada al margen
(2003) y (2005). VV. AA. (1994). de la Universidad de Burgos, sanción por ella ejecutada, mien-
8 AGS, Registro General del Sello, noviembre-1511. tras que era la de Bilbao la que penaba a los maestres de las

AREAS 34 38
naos. La ventaja que obtenían, al margen de fijar sus propias la Universidad para costear sus gastos, como éste de remitir
condiciones en los fletes (ruta, precio, averías, armamento, re- diputados para despachar las flotas. De otro lado, estaban las
tornos...), era que al llegar a Flandes, Ruan, Nantes... días antes averías-flete, que eran repartidas por dichos delegados entre
que la flota conjunta vendían en mejores condiciones sus la- los maestres de las naves en presencia de los huéspedes de
nas. Caso del barco de Pedro de Larrauri, vecino de Baracaldo, los comerciantes propietarios. Las comunes, en Burgos servían
que unos 25 años antes fue contratado por los burgaleses Pe- para equipar cada barco con los aparejos que precisase, mien-
dro de Covarrubias, Diego López Gallego (dos de los testigos tras que las gruesas se destinaban a reforzarlos con artillería
del interrogatorio, según ellos mismos reconocieron), el luego y gentes de armas; aunque las ordenanzas del Consulado de
prior, Jerónimo Pardo, el licenciado Gallo, Íñigo del Hospital y Bilbao, de 1517 y 1737, especifican que las comunes eran para
Juan de Castro de Múgica, vecino y regidor de Castrogeriz. Por los gastos menudos de las embarcaciones (pilotajes de costas
su parte, Sancho Gallo, de Palenzuela, había cargado en Lare- y puertos, o lemanes, atoajes, gabarras, etc.), mientras que las
do, unos 18 años atrás, lana en un barco que traía fruta de Má- gruesas podían ser, entre otras, el resultado de los daños infli-
laga, por lo que fue multado por los cónsules de Brujas. Mien- gidos a un navío (en cordajes, velas, mástiles, etc.) o a su carga
tras que Lope García del Hoyo embarcó en Laredo lana en un (que podía ser arrojada, para librarlo de un naufragio)9.
buque procedente de Andalucía al margen de la Universidad, De este modo, según los de Bilbao, los diputados de Bur-
junto a otros de la localidad, los cuales fueron sancionados por gos demandaban averías gremiales abusivas y, no sólo a sus
ésta, excepto el antedicho gracias a los contactos que tenía en miembros, sino también a aquellos otros a los que obligaban
ella. Hechos similares son relatados para el puerto de Santan- a formar parte de sus flotas. Motivo por el que, según algu-
der y otros. Por su parte, los maestres de las naves implicadas nos testimonios, y a pesar de que los conciertos de 1499-1500
debían pedir perdón a la asociación si querían volver a ser con- y 1513 establecían que se hiciese de forma conjunta, nunca
tratados por ella. De forma que unos y otros se sometían a la toleraron que las contasen en su puerto, labor que correspon-
autoridad del prior y cónsules como si éstos fuesen los dueños día en exclusiva a la Universidad bilbaína. Una forma más de
de sus embarcaciones y de las mercancías que transportaban. favorecer el embarque en dicho surgidero de los mercaderes
Los que no conseguían carga marchaban, tras obtener li- descontentos con Burgos o con las altas tasas de sus flotas. El
cencia de la Universidad, a ofrecer sus servicios a Flandes, don- testigo Juan de Zornoza manifestó que por este concepto la
de se ponían a disposición del Consulado castellano en Brujas, asociación burgalesa llegaba a ingresar unos 15.000 ducados
dependiente del burgalés, al que pertenecían los factores de anuales de media. También arguyeron que, tal y como lo hacía
los mercaderes de la capital castellana, que no podía enton- la Universidad burgalesa, igualmente los mercaderes riojanos
ces dejar de contratarlos. También transportaban mercancías y alaveses enviaban delegados para despachar sus propias flo-
desde, o hacia, puertos gallegos, portugueses, andaluces e ita- tas.
lianos, pero ya a su aventura, como lana (desde Sevilla y Cádiz En los acuerdos entre burgaleses y bilbaínos subyacía un
hacia Florencia, al margen de la Universidad, aunque a veces aspecto ambiguo, que permitió a ciertos mercaderes no ob-
podía ser de mercaderes de la misma), hierro (sobre todo hacia servar su cumplimiento y fue la excusa para transgredir el flete
Inglaterra), vino, madera...; o hacían viajes rumbo a la América de lana exclusivo que pretendían los primeros. Esta situación
española y Terranova. recuerda a la del navío de permiso del tratado de Utrecht de
Todos los maestres, incluidos los bilbaínos, iban con sus 1713, gracias al cual Inglaterra pudo establecer un contra-
embarcaciones a tomar la cargazón a los amarraderos donde bando encubierto con Argentina y acabar con el monopolio
el prior y cónsules burgaleses les mandaban. Allí, para verificar comercial español con sus colonias. Se trató de la jurisdicción
que los embarques se hacían conforme a los contratos genera- territorial. Tras la fundación del Consulado de Burgos, en 1494,
les signados con los armadores, los susodichos enviaban a uno y de las subsiguientes protestas formuladas por los vascos,
o dos diputados con el cometido de despachar la flota ante un que expusieron a los Reyes Católicos que la nueva institución
escribano local, cargar las mercancías y visitar las naves para invadía sus usos y costumbres tradicionales sobe el flete de
ver si llevaban las gentes, armas, artillería y munición que de- sus navíos, los monarcas, al año siguiente, 1495, limitaron la
bían, así como para contar las averías y otras cosas necesarias. jurisdicción del nuevo Consulado al territorio situado al sur del
Procuraban que los barcos no fuesen excesivamente cargados río Ebro, mientras que la zona allende Ebro quedaba bajo la
y, si no iban bien abastecidos, obligaban a los maestres a ad- de la Universidad de Bilbao y, a partir de 1511, de su Consula-
quirir las provisiones necesarias para el viaje. Caso de lo rela- do. Como acabamos de decir, cuando burgaleses y bilbaínos
tado por uno de los testigos, en cuya nave llevaba ballestas, firmaron sus concordias de 1499-1500 y 1513, Bilbao renun-
versos (cañones), rodelas (escudos), saetas, pólvora, dardos, ció a organizar la exportación de lana, que dejó en exclusiva
plomo para hacer balas para los versos y gente de armas, pero a Burgos, que hizo lo propio con el hierro; pero ¿qué pasó en-
los enviados le hicieron contratar más soldados. tonces con las localidades situadas en la margen izquierda del
En su alegato del pleito, los armadores bilbaínos esgrimie- Ebro, ajenas a la jurisdicción de Burgos, que no eran la villa de
ron un argumento de peso, el de las averías. Arguyeron que, Bilbao?, ¿resultaron concernidas por estos acuerdos que en
con la excusa de enviar a sus diputados a despachar las flotas principio había firmado ésta en nombre propio pero no de las
para ver si iban bien avitualladas, lo que pretendían los burga- restantes?
leses era cobrar las averías a todos los mercaderes. Las hubo
de dos tipos. Las gremiales, una tasa sobre las mercancías em-
barcadas que, en principio, solo debían satisfacer los socios de 9 González Arce (2009b: 88-89). González y Hernández (2011).

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En primer lugar, queda claro que Navarra y Aragón, y sus de cualesquier mercancías, incluida lana, para Flandes, Francia,
mercaderes, por ser reinos diferentes a Castilla, permanecie- Inglaterra, Andalucía, Levante y otras partes, desde hacía más
ron fuera de los tratados y podían exportar libremente lana. de 100 años. Otra pregunta aseveraba que si las ordenanzas de
No obstante, no por ello Burgos dejó de tomar represalias, 1511 fueron ratificadas por la Corona fue por desconocimien-
como no volver a contratar las naves de los armadores que lle- to y porque en aquel tiempo los únicos mercaderes con gran
vaban dicha carga, tal y como relata algún testigo. Por lo que volumen de negocio eran los burgaleses; pero a mediados de
respecta a Vitoria y su provincia de Álava, parece ser, según siglo ya era mayor el trato de las otras localidades que no el
otros testimonios, que sus comerciantes gozaban de cierta de Burgos, pues de las flotas que venían de Flandes, Francia o
provisión o permiso real en el mismo sentido. De manera que Inglaterra, de 1.000 fardeles 400-500 eran ajenos a su Univer-
habían sido, junto a Bilbao, las tres excepciones al embarque sidad.
monopolista de lana por la Universidad de Burgos, y durante Conjugar los intereses de comerciantes de lana de unas re-
esos 50 años enviaron esta materia prima desde los puertos giones tan vastas como Castilla, País Vasco y Navarra era tarea
guipuzcoanos, Deva, San Sebastián y Pasajes, al margen de las dificultosa. Por un lado estaban los que conseguían la materia
flotas conjuntas, tal y como se recoge en los testimonios y en prima de forma temprana, los vitorianos, riojanos y sorianos,
los contratos de fletamento conservados. En cuanto a La Rioja, pues la adquirían de rebaños estantes, de corta trashumancia
algunos insistieron en que dicha excepción no se extendía a o cuyas rutas mesteñas terminaban en sus tierras, cercanas a
los logroñeses ni a otros comerciantes, con los que la Universi- los puertos de partida. De manera que hacia los meses centra-
dad de Burgos había suscrito acuerdos por los que quedaban les de primavera, abril-mayo, ya podía iniciarse el esquileo y la
concernidos por los embarques conjuntos. Algo que ya hubo compra de esta lana precoz, que era embarcada en las flotas
de especificarse en la concordia de 1499, porque tanto Logro- de finales de primavera y alcanzaba mayor precio en destino
ño, como Nájera o Santo Domingo de la Calzada, quedaban por ser la primera en llegar. Sin embargo, los mercaderes bur-
junto a la ribera sur del Ebro, por lo que, tradicionalmente, galeses y del interior de Castilla adquirían sus fibras en torno
estaban comprendidas en la citada jurisdicción, al igual que a julio-agosto, cuando los ganados de larga trashumancia pro-
Valladolid, Segovia, Medina de Rioseco u otras del interior de cedentes de la Meseta sur, Andalucía y Murcia, donde inverna-
Castilla donde se hacía la contratación de la lana para la ex- ban, llegaban a pasar el estío. Esta materia prima era embar-
portación10. cada en las flotas otoñales, mucho más voluminosas que las
Los testigos favorables a la parte bilbaína, entre ellos el primaverales. De manera que bastaba a los burgaleses no fle-
fiel y cónsules de la Universidad de Bilbao, si bien reconocie- tar armadas en primavera-verano, en las que no tendrían de-
ron que la de Burgos organizaba los fletes anuales en exclu- masiado interés, alegando escasez de género, para neutralizar
siva para los mercaderes castellanos y bilbaínos, arguyeron la competencia de la más apreciada lana temprana. A lo que el
que solo lo hacía con la lana y no con otros artículos y que, prior de Burgos, Castro, contestó que cuando lo solicitaban, los
en todo caso, tal facultad les venía no de las ordenanzas de riojanos sí tenían sus flotas para sus lanas adelantadas11.
1511, sino de los convenios de 1499-1500 y 1513, que, una vez Como uno de tantos ejemplos de fletes de lana precoz
finalizados, la dejaban sin tal potestad. Mientras a su control que los riojanos organizaron al margen de Burgos, el maestre
escapaban los mercaderes de Logroño, Santo Domingo, Náje- bilbaíno Lope García de Isasi dijo haber llevado desde dicha
ra, Vitoria, Navarra y Aragón (algunos testigos hablan incluso villa a Flanes, unos 23 años atrás, las sacas que le dio Martín
de Soria, Segovia y Medina del Campo), que cargaban lana Jiménez de Bertendona, el viejo, de Bilbao, pertenecientes a
temprana para Flandes, con el conocimiento de Burgos, pues vecinos de Logroño de la compañía de Hernando de Soria, y
allí iban a contratar los seguros del viaje, por lo que si tuvie- de Hernando, Rodrigo y Pedro de Yanguas, y Pedro de Enciso,
sen que esperar a las flotas conjuntas recibirían mucho daño, en su nave que zarpó en el mes de julio sin que lo impidiera la
ya que los burgaleses no fletaban las naves hasta que estaban Universidad burgalesa, y allí volvió con los retornos.
listas sus propias sacas. También alegaron que en el canal y ría Las concordias entre Burgos y Bilbao de comienzos del si-
del Nervión sí se embarcaba dicha materia prima al margen glo XVI expiraban, tras haber sido prorrogadas, en 1547, por lo
de la Universidad de Burgos, desde unos 40 años atrás, por que entre enero y febrero de ese año se dieron nuevas nego-
parte de los susodichos y, en cuanto a la organización de sus ciaciones. Sin embargo, según el interrogatorio bilbaíno, ante
flotas y fletes, actuaban de la misma forma que dicha institu- la falta de acuerdo, los de Burgos escribieron a Flandes, Ingla-
ción, pero independientemente de ella. Algún compareciente terra, Francia y otras partes donde estaban sus factores para
declaró haber visto ejecutorias reales, seguramente para que que las mercancías que cargasen para Castilla no las enviasen
fuesen cumplidas las sentencias de algunos pleitos, en las que a Bilbao sino a Portugalete, y así se perdiese la contratación
se disponía que los del condado de Vizcaya y las provincias de en el surgidero rival; los asentados en Flandes acordaron san-
Guipúzcoa y Álava pudiesen despachar lanas y otros artículos cionar a los que embarcasen sus productos en naves bilbaínas
en las naves que quisiesen. Mientras que varias preguntas de con una libra de gruesos (1.200mrs.) por fardel. Al mismo tiem-
los interrogatorios bilbaínos afirmaban que los maestres de po, Burgos capitulaba con Portugalete convertir su puerto en
Bilbao, Vizcaya y Guipúzcoa tenían costumbre de recibir en sus su surgidero preferente, no despachar mercancías en Bilbao,
naves, mayores o menores, y sin licencia de Burgos, los fletes ni fletar sus navíos, e intentaba que a este boicot se sumasen

10 González Arce (2009b: 83-88). González y Hernández (2011). Gil, González y Her-
nández (2013). 11 Sobre la contratación de lanas, Basas Fernández (1961).

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otras plazas comerciales castellanas, a las que envió mensaje- como maestre, contramaestre, pilotos y despensero, mientras
ros. Hasta ese momento, los fletes, averías comunes y el dinero que transportaban más carga.
de Dios de los barcos de la ría del Nervión eran gestionados Al ir dotadas con mucha gente y artillería, en esos 50 años
por el fiel y cónsules de Bilbao, incluidos los portugalujos, pero ningún convoy burgalés había sufrido abordajes ni daños,
tras la ruptura los de este amarradero se negaron a que así pues bastaba que uno de sus barcos lazase algunos cañonazos
fuese. Además, para entorpecer la fallida expedición bilbaína para que los restantes acudiesen a socorrerlo. Y ello a pesar de
de ese año, los portugalujos quitaron unas balizas que los bil- los muchos enfrentamientos con flotas reales y corsarias ex-
baínos y su Consulado habían puesto en el canal años atrás tranjeras, algunos de los cuales son relatados por los testigos,
para señalar unos escollos, por lo que algunas embarcaciones, que en muchos casos, al ver la potencia de las armadas caste-
como la nao de Mateo de la Haya, encallaron y costó mucho llanas, ni siquiera se atrevían a atacar o emprendían la huida.
trabajo reflotarlas. Como no lograron con esta acción abortar En tiempo de guerra era cuando llevaban más sobresalientes
su salida, fue cuando hicieron embargar algunos buques al o gentes de armas, aunque en los de paz también partían sufi-
juez de Portugalete y lo requisado lo subieron al campanario cientemente abastecidas de pólvora y artillería. Al mando iba
de la torre de la iglesia de la localidad, lejos del alcance de sus un capitán nombrado por la Universidad, pero con autoridad
dueños, lo que aprovechó la flota Burgalesa, que también es- militar conferida por el rey, el cual tenía también potestad po-
taba en dicho fondeadero, para zarpar en primer lugar, llegar licial y judicial entre los embarcados, para lo que designaba
antes a Flandes y obtener mejores precios por sus lanas. Para alguaciles y conocía en cuestiones civiles y criminales, sin que
mayor presión, a partir de entonces los burgaleses no quisie- ni siquiera las autoridades locales flamencas interfiriesen en
ron contratar pólizas de seguros marítimos a los vecinos de su labor.
Bilbao (algunos testigos declararon que no se hicieron para la Por el contrario, otras naos cargadas por particulares en
lana pero sí a naves que partieron hacia Terranova), o efectuar Galicia, Andalucía o Canarias habían sido abordadas y roba-
con ellos operaciones mediante letras de cambio, boicot que das al ir solas, lo que demostraría la utilidad de las ordenanzas.
se extendió, asimismo, a los mercaderes que se pusieron del Ciertos testigos manifestaron haber visto cómo muchas de
lado de los bilbaínos, para lo que dieron instrucciones a sus ellas fueron asaltadas por no ir suficientemente provistas de
factores del extranjero. la munición, armamento y soldados que sí llevaban las gran-
He aquí el origen de la disputa judicial desatada ese citado des flotas burgalesas. Se citan ejemplos como el del navío de
año, que reavivó el conflicto gremial latente que enfrentaba a Sancho de Sabaza, de Portugalete, que fue abordado cuando
las partes por el control del comercio europeo12. transportaba alumbre y sardinas a Galicia, y el de San Juan de
Bermeo, de Bilbao, que llevaba alumbre.
Los armadores y maestres interrogados favorables a la
4. La querella gremial causa burgalesa se mostraron, en general, de acuerdo con la
bondad de las ordenanzas de 1511 y la actuación de su Uni-
Además del monopolio corporativo, sobre el que ahora versidad en pro de las naves de gran calado y de las flotas
volveremos, la otra ventaja con la que contaba Burgos era la de conjuntas. Todo lo contrario que lo expuesto por los testigos
la seguridad de las flotas conjuntas, en parte relacionada con pro bilbaínos. Caso del fiel de la Universidad de Bilbao y de
la anterior. En sus dos interrogatorios se insiste sobre los be- otros que consideraron tales extremos muy perjudiciales, en
neficios bélicos que para el reino se derivaban de la actividad especial para los puertos de Vizcaya, Guipúzcoa y Galicia, y
de su Universidad. En especial la fabricación de grandes naves que se construían menos naves gruesas porque últimamen-
y la potencia de los convoyes. Argumentos que justificaban, te los burgaleses no querían contratarlas, sino que preferían
por sí solos, su papel protagónico en el comercio europeo a las pequeñas por más asequibles y manejables, y únicamente
lo largo de los años. Algunas preguntas incluso contenían jui- alquilaban las de los maestres amigos, mientras que otras bil-
cios de valor, pues se pedía a los comparecientes que opinasen baínas de mayor calado y aptas para la defensa las dejaban al
si de la observancia de las ordenanzas de 1511 y de las flotas margen; como ocurrió con una de San Juan de Amézaga, de
conjuntas se había derivado gran servicio al rey, y sus rentas, y 400 toneles y solo 2 años. Incluso los armadores de las embar-
gran utilidad a la república, por la construcción de naos grue- caciones de gran tonelaje habían interpuesto querellas contra
sas; pues, de lo contrario, cada uno cargaría en las naves que Burgos, pues ellas, según las pragmáticas reales, tenían prefe-
quisiera, que, generalmente, eran pequeñas, porque las gran- rencia de embarque sobre las menores. Por todo ello, el año
des solamente se adaptaban a abultados volúmenes de carga, anterior, 1547, como la Universidad de Burgos no contó con las
como los de la lana embarcada al unísono. Gracias a ello se ha- embarcaciones bilbaínas, éstas fueron arrendadas por los mer-
bían construido en todos los puertos muchos navíos de gran caderes de Bilbao, Vitoria y La Rioja relacionados en el pleito.
calado que servían para su defensa y para hacer armadas rea- También manifestaron que los riojanos, navarros, vitorianos, e
les; que, sin la Universidad y las citadas flotas conjuntas, no se incluso los bilbaínos, habían cargado tradicionalmente naves
podrían conservar y se volvería a los pequeños, como antigua- con lana y otras mercancías rumbo a Francia, Flandes e Ingla-
mente. Otra ventaja de estas voluminosas embarcaciones era terra, al margen de Brugos, en Deva, San Sebastián y Pasajes,
que llevaban igual cantidad de personal fijo que las menores, así como en la ría del Nervión, sin ser prendados; muchas de
ellas de gran tonelaje y a mejores precios que las de las flo-
12 Las obras clásicas sobre los consulados de Burgos y Bilbao, ni otras posteriores, tas burgalesas. Sobre todo desde que hacía unos 18 años que
nada recogen de dicho conflicto. Basas Fernández (1994). Guiard y Larrauri (1913). había expirado la vigencia de las concordias más arriba vistas

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(si bien, como sabemos, luego fueron prorrogadas). Del mis- có la Universidad desde el siglo XV, cuando las competencias
mo modo que, sin tener autoridad para ello, la Universidad de de la reparación de la vía que unía Burgos con Laredo corres-
Burgos había fletado hierro con destino a Inglaterra. Además, pondían a la cofradía de mulateros y recueros de la merindad
si en las flotas conjuntas iban tantas naos gruesas era porque de Castilla Vieja, aunque aquélla, además de contribuir con
los comerciantes bilbaínos solamente podían arrendar buques fondos, también supervisaba la labor de esta otra asociación
locales, y éstos eran, en su mayor parte, grandes. de transportistas13. Por ello, alguno de los testigos manifestó
Las últimas preguntas de los dos interrogatorios burgaleses que había sido la Universidad la que había acondicionado el
se centran en la secular lucha entre las dos asociaciones mer- camino hasta Laredo para que por él pudiesen circular carros
cantiles por el control del comercio con la Europa del Norte. En y carretas. Dinero bien invertido, pues aparte de reducir cos-
esta disputa, los burgaleses supieron sacar grandes ventajas tes sirvió para cambiar el punto de embarque cuando otras
de la organización corporativa que la monarquía había diseña- localidades, como hemos visto con Bilbao, que no fue la única,
do desde finales del siglo XV y que había dejado descansar en ponían trabas para al paso de sus mercancías. Esta respuesta
su Universidad, a la que convirtió en un tribunal público con fue motivada porque Bilbao, en su interrogatorio, había mani-
jurisdicción judicial, policial y legislativa, en el ámbito de toda festado que los burgaleses habían procurado hacer caminos
la Corona, al transformarla en Consulado. De manera que los nuevos por tierras despobladas y montañosas (valles de Ayala,
bilbaínos, si bien lo hicieron a través de su propia Universidad, Oquendo, Salcedo y tierra de Baracaldo) para que sus carros y
pugnaron en sentido contrario y por conseguir un comercio recuas no cruzasen por ella, a pesar de que el coste era mayor.
libre ajeno a las limitaciones gremiales, o al menos por escapar Como también lo era el de enviar las mercancías burgalesas
al control que sobre ellos ejercía la asociación rival. Se trató de por Portugalete y no por Bilbao, o desde allí a las ferias caste-
dos posturas encontradas, una que se beneficiaba de fórmulas llanas las que arribaban desde Europa del Norte.
feudales, tradicionales e intervencionistas, de estilo corporati- En 1547, la Universidad de Burgos fletó 40 navíos en dife-
vista, y otra que buscaba explorar nuevos caminos hacia una rentes puertos con rumbo a Flandes, con conocimiento de los
incipiente libre empresa. infractores luego demandados, que, no obstante, contrataron
Los interrogados fueron cuestionados sobre el “mucho por su cuenta otros 10. Motivo por el que los dueños de la lana
odio y enemistad” que el concejo de Bilbao había demostra- fueron requeridos por escrito y mediante mensajeros enviados
do desde hacía un año contra la Universidad de Burgos, por por el prior y cónsules de Burgos a las diferentes localidades,
lo que procuró acabar con los fletes generales a través de una para que respetasen las ordenanzas y cargasen su género en
liga y monipodio con los mercaderes riojanos, vitorianos y su flota. A pesar de ello, perseveraron y realizaron el embar-
otros para que no llevasen sus mercancías a Francia ni Flandes que por su cuenta, contra la voluntad de los susodichos. Por su
en las flotas burgalesas. Motivo por el cual se puso al frente parte, los bilbaínos interpretaron este requerimiento como un
del pleito contra ella y tomó la voz de los restantes litigantes intento de boicot por los burgaleses para que los comercian-
a los que prometió que no se verían afectados por las multas tes de otras partes no contratasen sus barcos.
por exportar lana al margen de ésta, si bien les demandó el 2% Como se deduce de las preguntas antedichas, y se corro-
de las mercancías que embarcasen para los gastos procesales, bora a través de las respuestas de los testigos, el concejo de
según algunos testigos. Además, dicho consistorio maltrataba Bilbao pretendió asestar un golpe mortal al embarque exclusi-
y encarcela sin motivo a los recueros y mulateros que llevan vo de lana por Burgos concertando a los mercaderes descon-
las mercancías burgalesas a Portugalete, mientras que la gente tentos de distintas localidades, a los que invitó a unirse para
común del pueblo intentaba impedir el paso de carros y ca- realizar a comienzos del otoño de dicho año 1547 el embarque
rretas. Prueba de la inquina hacia Burgos fue que cuando, por de sus lanas en buques bilbaínos, que saldrían desde el pro-
error, se introdujo entre las sacas de lana de los mercaderes pio Bilbao y Portugalete. Su desafío llegó tan lejos como para
logroñeses una del burgalés Pedro de Covarrubias, los bilbaí- mandar a Medina del Campo, lugar de la principal feria del rei-
nos la colgaron y quemaron en la picota pública, según otro no, y población de residencia de los más conspicuos mercade-
testimonio. res o sede de sus negocios, a dos enviados con el cometido de
Para prevenir la dependencia de un solo embarcadero que ponerlos de su parte contra la Universidad de Burgos, y conse-
le exigiese condiciones abusivas, la Universidad de Burgos ha- guir que no llevasen sus mercaderías en sus flotas, sino que lo
bía diversificado los amarraderos de partida de sus flotas, que hiciesen en otras dos alternativas que anualmente Bilbao pon-
eran básicamente 6, de oeste a este: Santander, Laredo, Castro dría a su disposición ente Castilla y Flandes, en viajes de ida y
Urdiales, Portugalete y Bilbao, y, más raramente, Deva. Lo cual vuelta. Además, ofreció a estos hombres de negocios de Medi-
le reportaba otras ventajas, aparte de evitar exigencias exce- na del Campo, junto a los de Medina de Rioseco y de Vallado-
sivas o incluso algún boicot, caso de la mayor proximidad de lid, las otras dos villas con importantes ferias, la posibilidad de
uno u otro puerto a los diferentes lugares donde se contrataba reducirles el prebostazgo, que sabemos era un impuesto local
la lana, de manera que al variar anualmente el punto de parti- cobrado sobre el embarque de mercancías, desde el 2,5% en
da, o al usar simultáneamente varios de ellos, los socios no ten- el que estaba fijado a solo el 0,5%. La Universidad de Burgos,
drían quejas de que quedasen demasiado alejados de su área sabedora del complot intentó prevenirlo y envió entre mayo
de negocio y de los costes de transporte que ello implicaba. y octubre a los comerciantes y localidades insumisos a sus re-
Sin embargo, esta diversificación suponía también algún in-
conveniente, como el gasto de acondicionar los caminos para
reducir dichos costes de movilidad, asunto en el que se impli- 13 González Arce (2010a: 165).

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presentantes, para que les recordasen y mostrasen las orde- cruce de caminos, estaba más cercana a los puertos cantábri-
nanzas y acuerdos que les obligaban a seguir sus dictados, lo cos, equidistante de Vitoria, Pamplona y la propia Burgos (las
que fue constatado ante escribano público; algunos de ellos dos primeras eran las capitales de las zonas exportadoras al
no tuvieron inconveniente en reconocer en dichas actas nota- margen de la tercera); y, para más ventajas, se encontraba en
riales entregadas a la asociación gremial que estaban sujetos la ribera del Ebro, río en parte navegable en barca, que no solo
a su autoridad. E incluso, más adelante, volvió a requerir a los la conectaba con el interior del País Vasco y Navarra, sino tam-
dueños de las sacas ya embarcadas a través de un comisiona- bién con la Corona de Aragón y el Mediterráneo. No debe sor-
do, Bernabé de Galdanes, para que se atuvieran a la normativa. prender entonces que, tal y como dice un testigo presencial,
No obstante, los mercaderes y navieros levantiscos siguie- los contratos de fletamento de la flota alternativa se firmasen
ron adelante con sus intenciones, en lo que era un desafío en Logroño, ante un escribano local, antes de ser remitidos a
abierto hacia dicha institución, y rechazaron participar en la Bilbao a otro notario, Pedro de Aranda, quien junto con Martín
flota burgalesa que por entonces, septiembre-octubre, se es- de Bertendona fueron los que acudieron a contar las averías a
taba también preparando en los puertos de Portugalete y San- Portugalete, en presencia de algunos de los mercaderes pro-
tander, cuyas naves se reunieron en el de Laredo para partir pietarios de la lana, cuando las naves iban a zarpar.
juntamente. Ésta estuvo compuesta solamente por 28 embar- Los protagonistas bilbaínos de esta rebelión fueron en
caciones, y no 40 como se afirma en los interrogatorios, que parte algunos de los huéspedes de los mercaderes burgaleses,
casi ascienden a esa cifra si a las del otoño sumamos las 9 que como Martín de Arbolancha y Bartolomé de Catelinaga, que, a
ya habían partido en primavera, mayo-junio, desde Portuga- veces, también eran armadores, como San Juan de Amezaga,
lete y Deva. En total, la Universidad de Burgos despachó ese Juan de Zornoza y Martín de Bertendona, al que hemos vis-
año rumbo a Flandes unas 29.000 sacas en 37 barcos, mientras to actuar asimismo como huésped de los riojanos y alaveses,
que los insubordinados pretendían remitir unas 8.200 (tabla mientras que Juan de Quijano, factor de Diego de Bernuy, pa-
1), sin contar los fardeles ni las cargas, en unas 10 naves, esto rece que cambió de bando y no solo prestó testimonio de for-
es, un 28% de lo mandado por los burgaleses y los mercaderes ma muy militante del lado de Bilbao, sino que fue uno de los
de otras localidades a ellos subordinados14. Como ambas flo- exportadores de lana más activos de entre los denunciados en
tas iban a zarpar al mismo tiempo, Burgos evitó lo que podría 1547. Se infiere con ello que algunos de los rebeldes bilbaínos
haberse interpretado como una clara derrota en su pulso con que habían visto florecer sus negocios gracias a ser represen-
Bilbao y una pérdida de autoridad gracias al embargo de los tantes locales de uno o varios mercaderes burgaleses, recep-
barcos bilbaínos, que no pudieron partir hasta pasado medio tores o emisores de sus mercaderías (huéspedes), o incluso
año. como empleados y agentes de sus compañías (factores), deci-
Se trató, por tanto, de un volumen muy considerable de dieron, llegado el momento, tomar el protagonismo y ponerse
lana que los castellanos no querían dejar escapar, pues ponía al frente de la exportación lanera de manera independiente.
en cuestión no solo su control sobre el más floreciente nego- En último lugar de los dos interrogatorios burgaleses se
cio del reino, sino que podía haber acabado con la supremacía preguntó-afirmó que en todo el reino no había otra universi-
burgalesa o incluso con la propia existencia de Burgos como dad que la del prior y cónsules de Burgos, y que la de Bilbao no
emporio comercial. Pues esta ciudad no contaba ya, en pleno tenía prior ni cónsules, sino fiel y diputados, según lo dispues-
siglo XVI, con ninguna ventaja comparativa que le permitiera to por provisiones reales de Fernando el Católico. Este asunto
seguir ostentando dicha condición, que podía perder en fa- de la denominación de los cargos rectores de las universidades
vor de otras localidades mejor ubicadas. Para empezar, no era no era baladí, pues implicaba, en función de sus apelativos, un
puerto de mar, de manera que no tuvo mucho sentido que allí mayor reconocimiento para las asociaciones de mercaderes,
se instalase el que al principio fue el único consulado maríti- del que se derivaba la preeminencia de una sobre la otra y, por
mo de Castilla, fundado como sabemos en 1494, a más de 150 tanto, la prevalencia sobre el comercio internacional. Cuando
km de la costa. En este aspecto siempre sufrió la competencia las repúblicas italianas fundaron las primeras asociaciones
de Bilbao, que disponía de uno de los mejores fondeaderos mercantiles del Mediterráneo situaron a su frente a varios cón-
cantábricos y una de las mejores flotas del reino, por lo que sules, en recuerdo de los gobernantes de la antigua Roma, y
pronto contó con su propio consulado15. En segundo lugar, denominaron al principal de ellos como prior, de manera que
Burgos, por no tener, no tenía ni siquiera lana, en su entorno estas instituciones fueron conocidas como consulados. Las
no se producían grandes cantidades de esta materia prima, posteriores asociaciones siguieron este formato. En la concor-
que además, en parte, se empleaba en la industria textil local. dia de 1513, en la que los burgaleses se impusieron a los bilbaí-
De ahí el miedo a que Logroño escapase a su autoridad, pues nos, los primeros exigieron a los segundos que los rectores de
la ciudad riojana estaba en la cabecera de 3 de las principales su Universidad ya no se denominasen en adelante como prior
cañadas de la Mesta, y por tanto disponía de gran cantidad de y cónsules, pues no tenían título para ello; a pesar de que sí era
lana de buena calidad; mientras que su ubicación geográfica así, pues la reina Juana I, cuando fundó su Consulado, en 1511,
era mejor que la de la capital castellana, porque además de lo hizo con la misma estructura que el dado por sus padres, los
Reyes Católicos, a Burgos, en 1494, que, como sabemos, esta-
14 González y Hernández (2011). Un testigo declaró que ese año los huéspedes de
ba presidido por tales órganos unipersonales. De manera que
Bilbao habían recibido en total unas doce o trece mil sacas de lana de mercaderes no
los bilbaínos hubieron de pedir a la soberana que, mediante
burgaleses, mientras que las de éstos solían ser unas siete u ocho mil anuales. una sentencia aclaratoria, modificase la pragmática de funda-
15 González Arce (2009b: pp. 78-79). ción de su Consulado para que, en adelante, sus regidores se

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denominasen como fiel y diputados. Una disputa nominalista ¿Qué fue más conveniente para la Castilla de la primera
similar a ésta se había vivido previamente en Brujas, entre la mitad del siglo XVI, el monopolio burgalés o el libre comercio
nación de Castilla-Burgos y la de Bilbao-Vizcaya, resuelta igual- pretendido por los bilbaínos?
mente en favor de los primeros16. Está claro que el primero llevó al reino a la supremacía mer-
De esta forma, los testigos del lado de Burgos afirmaron cantil europea en el Golfo de Vizcaya y Mar del Norte. Fue la
que en el reino no existían otro prior y cónsules que los burga- nación más importante en Flandes y sus emporios mercanti-
leses, como forma de reafirmar sus competencias corporativas les de Brujas y Amberes, gracias a la lana que la Universidad
sobre el comercio internacional. Sin embargo, los bilbaínos de Burgos, que contaba con el más poderoso, respetado y fa-
no se mostraron dispuestos a soportar por mucho tiempo tal vorecido consulado local, colocaba en sus mercados, y a las
humillación y posición subalterna, de manera que cuando ex- mercancías que desde allí importaba en forma de retornos,
piraron los concordatos entre las partes 18-20 años atrás, los sobre todo paños, lienzos y tapices. De forma similar actuó en
rectores de su Consulado-Universidad volvieron a denominar- algunos puertos franceses, también con la lana, aunque allí el
se como cónsules, si bien mantuvieron el apelativo de fiel, tal protagonismo de los mercaderes y navieros vascos parece que
y como dejaron bien claro en los interrogatorios; en los que fue mayor, sobre todo en el trato con hierro y los retornos de
la parte contraria, los testigos pro burgaleses, los seguían lla- cereal; como también lo fue, sin duda, en Inglaterra con ambos
mando diputados. Los testigos pro bilbaínos afirmaron, ade- artículos.
más, que la aparición de sus fieles era anterior en el tiempo a El citado monopolio exportador lanero, solo hasta cierto
la de los priores y cónsules bilbaínos, y al trato comercial de los punto respetado por los comerciantes alaveses, riojanos y
burgaleses con Flandes. navarros, hizo posible que la citada Universidad contase con
En ese mismo sentido versaron algunas de las primeras la capacidad de organizar grandes flotas conjuntas que par-
preguntas del interrogatorio bilbaíno, como la que afirmaba tían anualmente, hasta en dos ocasiones, primavera y otoño,
que el “juzgado de su fiel y cónsules de capitanes, maestres de a los lugares de destino. Sus ventajas eran principalmente
naos y mercaderes” era previo al burgalés y contaba al menos dos: Una comercial, pues la llegada de estos impresionantes
con 100 años. El cual, desde tiempo inmemorial, conocía las convoyes semestrales, y la importancia vital de su cargamen-
diferencias entre navegantes y mercaderes locales sobre las to de materia prima para la industria del lugar, predispusieron
naves y mercaderías embarcadas y descargadas en su puer- a las autoridades locales a dar un trato de favor al comercio
to, al tiempo que se encargaba de organizar los fletes y contar castellano. Pero la gran virtud de los embarques conjuntos era
las averías. Además, lo estimaban más conveniente y necesa- de tipo militar. Estas impresionantes flotas iban perfectamen-
rio para las costas de España que el de Burgos, pues atendía a te equipadas, tal y como solo podía imponer una asociación
mareantes flamencos, franceses, ingleses, cantábricos (desde monopolista, que obligaba a la salida simultánea de buques
Fuenterrabía a Galicia), portugueses y andaluces que iban a con suficiente artillería y gente de armas como para que en
su amarradero, al estar compuesto por nautas experimenta- esos convulsos 50 años, en los que fueron habituales las gue-
dos, mientras que el de Burgos solo aprovechaba a los propios rras internacionales, ninguna de las frecuentes expediciones
miembros de su Universidad, y no a los marinos, por no resi- resultase abordada por los numerosos enemigos de la Corona
dir en la costa ni tener experiencia en la navegación. También Española y de los intereses económicos del país, caso de las
atendía asuntos de gentes de fuera que a él acudían, relativos armadas extrajeras, corsarios y piratas que infestaban el Atlán-
a cuestiones náuticas, de seguros y otras. Por ello pregunta- tico Norte.
ron-afirmaron que por ser más expertos los vascos el Consula- Para conseguir tales éxitos, el gremio mercantil burgalés
do de Mar se había ubicado en Bilbao, y que de él dependían exigió que sus socios y subordinados contratasen barcos de
los cónsules vizcaínos de diversos lugares (se citan Flandes, gran tonelaje. Aspecto éste controvertido, pues cuando les
Bretaña, Inglaterra, Italia, Nápoles, Palermo, Mesina, Trapani, vino bien obviaron las pragmáticas reales que obligaban a
Gaeta, Génova, Barcelona, Valencia y Mallorca); como dando emplear los navíos de mayor calado, lo que en ocasiones no
a entender que tras la fundación del Consulado de Burgos no hicieron pues suponía descargar las naves ya arrendadas para
hubo más remedio que crear el de Bilbao porque los burgale- traspasar la carga a otras mayores, con el sobrecoste que ello
ses nada sabían de navegación marítima. implicaba. Esta exigencia, si bien pudo resultar en parte per-
judicial, porque los grandes buques no siempre se adaptaban
a los volúmenes de carga de las otras mercancías, al comercio
5. Conclusión de cabotaje o a los embarcaderos sitos en rías de poca pro-
fundidad, como la propia Bilbao, en general sí se demostró
No se puede afirmar que las partes no nos hayan aporta- beneficiosa para el reino, pues aparte de que tales navíos eran
do argumentos de peso como para que no podamos colegir más difíciles de abordar cuando viajaban solos, fueron la base
cuál de ellas llevaba razón. No obstante, no resulta fácil dar un de las poderosas flotas conjuntas y de las ocasionales armadas
veredicto concluyente. Intentemos, pues, responder a la prin- reales que contaban con ellos cuando eran necesarios en tiem-
cipal pregunta que subyace en el trascendental conflicto que po de guerra o para transportar numerario, tropas o personas
hemos visto en las páginas precedentes. reales entre España y sus territorios ultramarinos, sobre todo
con Flandes.
Parecería, por tanto, que un gremio monopolista trajo a
16 González Arce (2010a: 164-166, 179) y (2009b: 81, 92-93). Castilla la prosperidad que la situó como una de las primeras

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potencias mercantiles y navales de la época. Sin embargo, no GARCÍA FERNÁNDEZ, E. (ed.) (2005): Bilbao, Vitoria y San Sebastián: Espa-
podemos olvidar que a dicha posición también contribuyeron cios para mercaderes, clérigos y Gobernantes, Bilbao, Universidad del
en gran medida, e incluso puede que más que Burgos y su País Vasco.
lana, las restantes localidades y artículos comerciales de la Co- GIL SÁEZ, J.; GONZÁLEZ ARCE, J. D. y HERNÁNDEZ GARCÍA, R. (2013): “El
comercio de los puertos vascos en la primera mitad del siglo XVI a par-
rona, en especial el intercambio con la América española a tra-
tir de los contratos de fletamento”, Investigaciones históricas. Época
vés de Sevilla, pero también con Canarias, el Mediterráneo, etc.
Moderna y Contemporánea, 33, pp. 37-62.
Además, qué decir entonces de la decadencia comercial GONZÁLEZ ARCE, J. D. (2000): Gremios, producción artesanal y mercado.
del propio Consulado-Universidad de Burgos hacia finales del Murcia, siglos XIV y XV, Murcia, Universidad de Murcia.
siglo XVI, en favor de Bilbao, Sevilla y otros como los de San GONZÁLEZ ARCE, J.D. (2009a): Gremios y cofradías en los reinos medieva-
Sebastián o Santander aparecidos con posterioridad. La nece- les de León y Castilla. Siglos XII-XV, Palencia, Región Editorial.
sidad de fundar nuevos consulados mercantiles pone de mani- GONZÁLEZ ARCE, J. D. (2009b): “La ventaja de llegar primero. Estrategias
fiesto que el beneficio inicial del monopolio corporativo no se en la pugna por la supremacía mercantil durante los inicios de los con-
pudo mantener en el largo plazo, pues abortaba la libre inicia- sulados de Burgos y Bilbao (1450-1515)”, Miscelánea Medieval Murcia-
tiva de plazas con más ventajas comparativas, derivadas de su na, 33, pp.77-97.
mejor ubicación geográfica o del mayor espíritu emprendedor GONZÁLEZ ARCE, J. D. (2010a): “La universidad de mercaderes de Burgos
y el consulado castellano en Brujas durante el siglo XV”, En la España
de sus hombres de negocios locales, que a la postre se reve-
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45
Los gremios de Madrid durante la Edad Moderna: una revisión
José Antolín Nieto Sánchez
Juan Carlos Zofío Llorente
Universidad Autónoma de Madrid

THE CRAFT GUILDS IN EARLY MODERN MADRID: A RE-


EXAMINATION

Resumen Abstract

Este artículo se propone calibrar el comportamiento de los This paper analyses the behaviour of Madrid artisan guilds
gremios artesanos de Madrid a la luz de las últimas investi- in the early modern period, taking into account the latest
gaciones continentales. En una primera parte se desmontan continental findings in this field. The first part of this paper is
ciertos tópicos sobre los gremios como el esquematismo de devoted to debunk some clichés commonly held about the
su organización productiva, la persecución de un ideal meso- guild system, such as their schematic production organization,
crático o la excesiva importancia concedida a la normativa. their aspiration to a middling social position and their excessive
En la segunda parte se cuestiona la endogamia profesional attachment to ordinances. In the second part, we question the
como fórmula universal de los oficios para enfrentarse al cam- alleged professional inbreeding of trade guilds as a universal
bio histórico. Para ello ha sido fundamental la recopilación de formula to face up historical change. To this purpose, we
información procedente de las cartas de aprendizaje (más de have gathered evidence from over 2,600 indenture contracts
2.600) y examen (casi 10.000) de los siglos XVII y XVIII. Gracias together with nearly 10,000 mastership charts of the 17th and
al contraste de estos datos con los procedentes de las orde- 18th centuries. Contrasting these data with guild regulations
nanzas gremiales o los emanados de la tributación, hemos po- and tax rolls, a rich and a dynamic view of urban economics
dido ofrecer una imagen más rica y dinámica de la economía is provided, quite far from the parasitical role attributed by
urbana, muy alejada del parasitismo al que había quedado re- former historiography to the capital of the Spanish monarchy.
legado la ciudad que albergaba la Corte española.

Palabras clave Keywords

Trabajo, gremios, artesanos, cualificación Work, guilds, artisans, qualification

Códigos JEL: N01 N33 N63 JEL codes: N01 N33 N63

Fecha de recepción del original: 11 de diciembre de 2014; versión definitiva: 5 de mayo de 2015

José Antolín Nieto Sánchez


Juan Carlos Zofío Llorente
Grupo Taller de Historia Social, Departamento de Historia Moderna, Universidad Autónoma de Madrid,
Avenida de Tomás y Valiente, 1
28049 Madrid
E-mail: jose.nieto@uam.es; juancarloszofio@historiasocial.org

AREAS
Revista Internacional de Ciencias Sociales, 34/ 2015
Gremios y corporaciones laborales en la transición del feudalismo al capitalismo.
Siglos XIII-XIX
(pp. 47-61) 47
Los gremios de Madrid durante la Edad Moderna: una revisión*
José Antolín Nieto Sánchez
Juan Carlos Zofío Llorente
Universidad Autónoma de Madrid

1. Introducción corporativa sea vista como obstáculo al crecimiento o como


reguladora de perversos efectos del mercado es una cuestión
de valoraciones que han de ser resueltas, si cabe el caso, cuan-
do nuestro conocimiento sea más profundo. Por ahora, baste
En las tres últimas décadas, la historiografía europea ha con subrayar el carácter equilibrado y global que ha tomado
generado un espacio de gran interés sobre la función de los este “retorno gremial” en el debate historiográfico2, lo que,
gremios en la economía preindustrial integrándolos en la des- sin duda, ha ayudado a comprender más ajustadamente la
cripción e interpretación de los procesos históricos fundamen- dinámica interna de la economía preindustrial (Lucassen, De
tales de la transición al capitalismo en sus múltiples vertientes Moor y van Zanden, 2009). Esta revisión descansa en una me-
(Duplessis, 2001; Van Zanden, 2009a). Lejos de la visión rígida todología con múltiples caras, que ha jugado un papel crucial
y retardataria que se tenía de ellos, esta historiografía ha resca- a la hora de abordar el análisis de estas instituciones sociales
tado a los gremios para el quehacer histórico y ha puesto sobre y económicas, y también políticas y culturales, que quedaban
la mesa su capacidad de resistencia, flexibilidad y diversidad fuera de las apetencias de una historiografía enraizada en una
(Farr, 2000). Los vasos comunicantes entre metanarraciones e única idea de progreso.
investigaciones de base han sido muchos y variados. Mientras Y ¿en España? En los años 70 y 80 del siglo XX, y pasada la
que algunas explicaciones sobre divergencias económicas a fiebre de los estudios de ciudades de diferentes ámbitos geo-
nivel mundial o factores explicativos clave sobre la revolución gráficos que tocaban de soslayo la institución gremial, el estu-
industrial han promovido investigaciones encaminadas a refu- dio de los gremios se dejó de lado. Si se aludía a ellos era solo
tar o validar hipótesis de trabajo, como por ejemplo, el papel para repetir hasta la saciedad el trauma indudable que habían
gremial en la salvaguarda del capital humano y la difusión de significado para el crecimiento económico y material; de los
los avances técnicos –baste mencionar la catarata de traba- gremios lo único que interesaba conocer era cómo los agen-
jos sobre el aprendizaje–, no han sido menos los estudios de tes económicos habían evitado su presencia en la dinámica
base que han acumulado un conocimiento empírico notable productiva. De ese mismo hecho ya se sacaban algunas con-
y cuestionan los lugares comunes en que estaban asentadas clusiones: el marco gremial quedaba relegado a un elemen-
muchas de las asunciones aceptadas sobre los gremios y el to poco consistente a fuerza de ver cómo era rebasado una y
progreso económico (Guenzi, Massa, Moioli, 1999; De Munck, otra vez, ya fuera porque la producción industrial escapaba al
Kaplan, Soly, 2007; Wallis, 2008; Wallis, Webb and Minns, 2010; ámbito de su jurisdicción, ya porque se omitía ejercer esa ju-
Van Zanden, 2009b). risdicción de forma sesuda y permanente. Es obvio que aún no
Multitud de temas han sido revisados sobre la función de había llegado el momento de analizar los gremios desde una
los gremios en la economía preindustrial1. Que la normativa óptica contextual, dentro de un esquema de trabajo que los
incluyese en una lógica histórica y alejase de la crítica ilustrada
del progreso que demonizó –con mucho sentido, sin duda– la
* Este trabajo se inserta en los proyectos de investigación HAR2011-27898-C02-02 función económica gremial, pero que la extendió, sin dema-
(Permanencias y cambios en la sociedad del Antiguo Régimen, ss. XVI-XIX. Una pers-
pectiva desde Madrid) y –proyecto coordinado– HAR2011-27898-C02-00 (Cambios siada reflexión histórica, a todos los oficios, lugares y tiempos.
y resistencias sociales en la edad moderna: un análisis comparativo entre el centro y
la periferia mediterránea de la monarquía hispánica), ambos del Plan Nacional I+D+i
(MICINN), 2011-2014. 2 Equilibrado, en tanto que no procura dar pautas rígidas; global, dado que aspira
1 La discusión de una primera etapa revisionista se puede situar en el duodécimo a abandonar el eurocentrismo en aras a estudiar la existencia de gremios en otras
congreso internacional de historia económica celebrado en España (Núñez, 1998). partes del planeta.

AREAS 34 48
La situación ha cambiado en las dos últimas décadas, pe- gremios y por añadidura en la historia económica y social de
ríodo en el que ha sido notable el avance en el conocimiento la España Moderna5.
de nuestros gremios y, aun así, no se ha progresado lo suficien- Nuestra propuesta trata de ofrecer una visión mesurada
te para equilibrar este particular “intercambio desigual” (Zofío, pero firme sobre las posibilidades metodológicas y analíti-
en prensa). También la recepción del “retorno gremial” ha sido cas que la historiografía actual sobre los gremios aporta a la
tardía. Algunos estudios que estaban en marcha a mediados comprensión de la economía preindustrial dentro del proceso
de los noventa solo pudieron recoger parcialmente esta línea histórico de larga duración que supuso la implantación de la
de trabajo e incorporarla con pocas expectativas a las investi- economía de mercado y el capitalismo. Entre nuestros objeti-
gaciones en curso (Nieto, 1999; Zofío, 2002; Nombela, 2003). vos no entra emitir un juicio histórico sobre estas instituciones,
Se partía de asunciones extremadamente maximalistas para sino ofrecer un marco de análisis que ayude a descifrar y enten-
que una investigación sobre la economía preindustrial pudiera der unos comportamientos que, si bien desde la óptica lineal
conjugar una práctica económica a ras de suelo con la teoría de la idea de progreso que ha dominado la historia económica
explicitada en las ordenanzas de los oficios. Es más, convivían pueden parecer caducos, incluso contrarios al desarrollo y be-
dos tradiciones separadas no sólo por un corte cronológico neficio general, toman su sentido en los diferentes contextos
entre medievo y modernidad que implicaba diferencias de históricos en los que se inscriben. Es evidente que la larga an-
método, análisis y uso de fuentes3. dadura realizada por los gremios – es lógicamente parte de la
A día de hoy, la historiografía española sobre los gremios naturaleza de las instituciones nacer con la vocación de per-
y la economía preindustrial presenta una situación paradóji- manencia– no es argumento de calado para explicar su éxito o
ca. Por un lado, se ha hecho un gran esfuerzo para actualizar fracaso. Sin embargo, sí que merece una explicación la capaci-
la forma de abordar las investigaciones sobre la economía y dad de adaptación de los gremios, en nuestro caso de Castilla,
el trabajo en el período preindustrial, pero, por otro, no ha a diferentes circunstancias históricas en las que se inscribieron:
encontrado demasiado eco en el contexto historiográfico in- auge y crisis de la economía castellana, nacimiento y desarro-
ternacional. Por ello, el momento actual parece una ocasión llo de instituciones políticas absolutistas, y decadencia y ocaso
propicia para valorar los logros conseguidos y también el re- de otras de carácter local; lenta pero inexorable penetración
corrido que queda por hacer para contribuir desde la óptica en la industria del capital mercantil, paulatina sustitución de
mediterránea a los debates generados por la corriente del “re- unos criterios estamentales y funcionales para estratificar la
torno gremial”4. La manera de hacer efectiva esta contribución sociedad por otros capitalistas y materiales. La peculiaridad de
no sería tanto ofrecer un utillaje teórico y metodológico que las investigaciones sobre el mundo del trabajo madrileño de
facilite investigaciones de base, algo por lo demás bastante la Edad Moderna frente a otras ha residido en poner su aten-
difícil de hacer en un campo que se ha mostrado muy abierto ción tanto en la práctica económica como en la institucional y
a experiencias no siempre coincidentes, sino la de valorar las tratar de integrar gremios y actores en los procesos históricos.
posibilidades que a nuestro juicio tiene esta corriente renova- En suma, permítasenos el juego de palabras, se ha pasado de
dora sobre los gremios. También conviene tener presente al- investigaciones que iban de la práctica frente a la norma y de
gunos peligros que entraña la recepción de este acercamiento las instituciones frente a los individuos, a estudios que van a
a los gremios y la economía preindustrial, entre otros aplicar la práctica de la norma y el análisis de las instituciones con los
dicotomías excluyentes y juicios de valor demasiado apresura- individuos.
dos cuando las investigaciones realizadas bajo estos supues- En lo que sigue, trataremos de demostrar sobre la base
tos aún no son concluyentes sobre el papel de los gremios en de investigaciones ya realizadas y otras que están en curso
el crecimiento económico occidental, en general, y español, en las posibilidades que puede aportar a la comprensión de la
particular. Hacia esta línea parecen dirigirse algunas contribu- economía de la Edad Moderna una lectura más abierta y con-
ciones recientes que repiten, esta vez “españolizado”, el debate textual de los gremios. Nos abstendremos de generalizar las
sobre los gremios y la economía preindustrial, personalizado conclusiones que hemos sacado para Madrid a otros lugares
en la controversia Epstein-Ogilvie (Epstein, 1998, 2008; Ogil- de la Península. Se aportará una visión escorada hacia las pos-
vie, 2004, 2008). Todo ello conlleva una dificultad más a la hora turas que apoyan una visión más flexible a la hora de analizar
de establecer unas fructíferas perspectivas en la historia de los los gremios en la economía preindustrial, si bien somos cons-
cientes que dejamos arrinconado de nuestra argumentación
el lado que se ha visto como más negativo de los gremios, por
3 Las IX Jornades dÉstudis Històrics Locals (Barceló, 1991) intentaron superar cortes ejemplo, la defensa de intereses particularistas y los obstácu-
cronológicos artificiales. Las aportaciones recientes de los medievalistas han sido los que pusieron a la implantación de una economía de mer-
importantes (Córdoba, 1990; Navarro, 1999; González, 2000). Monografías recientes cado (Ogilvie, 2004).
sobre la industria en la Edad Moderna (Deyá, 1998; Desportes, 1999; Franch, 2000;
Miralles, 2002; Nombela, 2003; Hernández, 2007). Se pretende, en una primera parte, desmontar algunos
4 Quizás la escasa receptividad no sea achacable solamente a la historiografía espa- de los tópicos más extendidos sobre los gremios como son el
ñola. Hace dos décadas ya se recopilaron algunas investigaciones españolas y ex-
tranjeras de lo que se denominó la nueva historia del trabajo (López y Nieto, 1996;
González, 1998; Torras, 2007). En cambio, ha sido muy escasa la atención prestada 5 Hace algún tiempo Yun (2001) expresó su opinión moderadamente negativa sobre
por los principales polos historiográficos, tanto europeos como norteamericanos, la corriente revisionista. Una evaluación de la economía preindustrial española a raíz
a las investigaciones españolas. En pocos libros de conjunto hay contribuciones de de las revisiones de las explicaciones de los procesos de crecimiento de la economía
autores españoles. El único caso que escapa a esta regla es Casado (2004); si bien europea frente a la mundial de Allen, en de Vries y van Zanden (Llopis, 2004). Para
plantea cuestiones de interés sobre la relación de la tecnología y la industria, no se investigaciones que defienden el obstruccionismo de los gremios en el desarrollo
enmarca en la historiografía renovada sobre la economía preindustrial y los gremios. económico (González, 2010).

49
esquematismo de su organización productiva, la persecución conformaban una demanda elástica que se incorporó al con-
del ideal mesocrático consecuente con sus criterios econó- sumo de productos salidos de los talleres madrileños (López,
micos de reducción de la oferta, la excesiva importancia que 1998; Zofío, 2005; Nieto, 2006).
concedían a la normativa, el comportamiento monolítico de Pero ¿quién mostró interés en invertir en industria? Los ca-
los oficios a la hora de enfrentarse al contexto histórico. La se- pitales inyectados en la industria madrileña no procedieron ni
gunda parte avanza algunos resultados de las investigaciones de los grandes asentistas de la Corona ni de los capitales mer-
que se están llevando a cabo sobre la reproducción social de cantiles extranjeros que comenzaron a menudear en el siglo
los oficios y, en concreto, se cuestiona la endogamia profesio- XVII, con excepciones significativas como la Imprenta Real di-
nal como fórmula universal de los oficios para enfrentarse al rigida por los Junti. Las inversiones correspondieron a merca-
cambio histórico. Para ello ha sido fundamental la recopilación deres y fabricantes atraídos por las ventajas comparativas de
de información en las cartas de aprendizaje y examen de los localización que pudiera ofrecer la gran demanda madrileña.
protocolos madrileños. Ha sido especialmente concienzudo Ya en la segunda mitad del siglo XVI, se constatan intentos de
el esfuerzo que se ha realizado para obtener información del implantar manufacturas centralizadas mediante una política
siglo XVIII. Mediante un vaciado sistemático de todos los pro- de estímulo central y municipal (Zofío, 2005; 165-176), en oca-
tocolos del primer año de cada década se han podido tabular siones aprovechando la fuerza de trabajo más vulnerable de
hasta ahora más de 9.300 cartas de examen y más de 1.600 niñas y niños recluidos en instituciones benéfico-asistenciales,
escrituras de aprendizaje, lo que ha permitido un análisis más recurso que se extenderá durante la segunda mitad del siglo
profundo del aportado en un primer avance (Nieto, 2013a). XVIII siguiendo los criterios de la reforma industrial ilustrada
(López, en prensa; Agua, 2012: 21-36). Durante el siglo XVII,
estas protofábricas se extendieron al entorno rural madrileño
y ya en el XVIII se generalizaron con los rasgos típicos de este
2. Gremios madrileños: de la idealización a la realidad histórica tipo de manufacturas (Nieto, 2006: 257-260). También algunos
mercaderes y tratantes aprovecharon las ocasiones que se les
presentaron para poner su dinero en unas actividades indus-
triales que no requirieron de grandes inversiones en bienes
Dentro de las investigaciones sobre las artesanas, los ar- de equipo y que, por tanto, podía ser retirado fácilmente. Mu-
tesanos y los gremios, Madrid destaca por la cantidad de es- chas veces estas inversiones, desde mediados del siglo XVII en
tudios que ha merecido. Es cierto, sin embargo, que no todos adelante, fueron producto de las necesidades militares, por lo
estos numerosos trabajos han tenido idénticos objetivos, lo cual formaban parte de la red de favores y contraprestaciones
cual se comprueba fehacientemente por las diferencias me- tejida entre Corona y capital financiero (Torres, 2000: 95-131;
todológicas existentes (Moral, 1998; Puñal, 2000; Zofío, 2005; Nieto, 2006: 209-216; Alloza y Zofío, 2013).
Nieto, 2006; López, 2009). A la par, estudios de amplio alcance Fueron, con todo, los artesanos los que mantuvieron viva
explicativo que entran de lleno en los debates más interesan- la actividad industrial madrileña mediante unos negocios que
tes planteados en la historia económica, se han fijado en el tenían, en muchas ocasiones, sólo la apariencia de pequeñas
caso madrileño y, aunque la imagen de un Madrid parasita- unidades de producción familiares independientes ajenas a
rio no ha dejado de planear sobre ellos, han superado las tesis los vaivenes del mercado. Ciertamente, la estructura industrial
maximalistas de Ringrose (1985) sobre la maligna influencia madrileña orientada a la producción de bienes de consumo,
de la ciudad cortesana sobre la economía de Castilla (López, en muchos casos de lujo y que tenía en la pericia de los la-
1998; Nieto, 1999; Llopis y García, 2011; Andrés y Lanza, 2013). borantes su mayor valor añadido, condicionó la penetración
Así las cosas, el cuadro inacabado, si bien suficientemente deli- del capital mercantil y la emergencia de relaciones de trabajo
mitado, que emerge de la industria madrileña del período mo- asalariado. No obstante, el margen que dejó esta industria ali-
derno, se perfila notablemente complejo y variado, pese a las mentada de orfebres y confeccionistas a nuevas experiencias
limitaciones que a priori tenía una industria en las que no se organizativas o laborales no fue tan pequeño como cabría
incluía el textil, el sector más puntero e innovador de la época. pensar6. La especialización, conexión y complementariedad
entre talleres se convirtieron en la base de una estructura in-
dustrial adaptada a las condiciones particulares de una ciudad
cortesana que tuvo su mayor valor en la flexibilidad de las uni-
2.1. Madrid, gremios y actividad industrial dades de producción en la que tenía cabida la subcontratación
del factor trabajo. El “gran taller urbano” que emergió de este
cuadro se sustentó en unas relaciones laborales complejas,
Efectivamente, la decisión filipina de fijar la corte en Ma- donde confluían formas de trabajo cada vez más mercantili-
drid desde 1561 alentó el desarrollo de un sector secundario zadas atadas a otras más tradicionales, muy arraigadas en la
basado en los oficios de la construcción, el lujo y el acabado, lo mentalidad de independencia y solidaridad artesanal (Zofío,
que en otra ocasión hemos denominado la Triada capitalina. 2005: 116-182; 2012). La contradicción resultante entre tra-
Esta economía se sustentaba en una demanda local condicio- dición y mercado se resolvió en una práctica diaria en la que
nada por una estructura social en la que estaban sobrerrepre-
sentados cortesanos, burócratas, rentistas, clérigos y comer- 6 El sector de la confección fue testigo de experiencias unidas al rápido y extenso
ciantes. Al mismo tiempo, criados y familias de trabajadores aumento de la demanda (López y Nieto, 2010; 2011: 118-136).

AREAS 34 50
convivían relaciones plenamente salariales con el núcleo duro consecuencia, el señuelo, oportunidades para el medro, pero
de una fuerza laboral incardinada en las unidades familiares. también su contraparte, desigualdad, dependencia laboral y la
Paradójicamente, desde la perspectiva del encuadramien- salarización (o la hegemonía del trabajo a cambio de un salario
to gremial, Madrid pasó de ser una villa atrasada a mediados monetario).
del siglo XVI a ser referente un siglo más tarde. La tardía pero
rápida incorporación de los oficios a la organización gremial
vino promovida tanto por la acción colectiva de los artesanos 2.2. El cuestionamiento de la desigualdad limitada
como por la acción persuasiva de la Corona. Bien es verdad
que hubo que esperar al siglo XVII y a que la Corte se fijara
definitivamente en la ciudad para que fraguase una organi- Varias han sido las vías desde las que se ha cuestionado
zación gremial en Madrid. La Corona fue consciente entonces la solvencia de las regulaciones gremiales que trataban de
de la necesidad de controlar la mano de obra, en general, y preservar la igualdad entre sus miembros. Como en tantas
la artesana, en particular. Y para ello no dudó en apoyar la otras materias que trataba la normativa gremial, la regulación
constitución de un “sistema corporativo estatal”, que tuvo en sobre aspectos que influían en minorar la competencia entre
los gremios artesanos de la ciudad un bastión a la hora de dis- los talleres urbanos fue haciéndose cada vez más prolija con el
tribuir impuestos –alcabalas, cientos, donativos, repartos del transcurrir de los años, pero no por ello más decisiva. Normas
soldado…– , así como de filtrar el flujo de emigrantes que lle- como las restricciones a la libertad de localizar la tienda o ta-
gaban a la ciudad y su acceso a los grados del entramado cor- ller, la distribución igualitaria de la materia prima, la limitación
porativo. Esta estructura gremial estaba compuesta por unos en el número de aprendices y oficiales por taller o las barreras
36 gremios en 1625, 56 en 1699 y 62 en 1757, de los que 49 al ingreso en la maestría, intentaban preservar el nivel de vida
eran artesanales y 13 mercantiles, incluidos los Cinco Gremios de las familias artesanales a través del control de la oferta. Sin
Mayores (Nieto, 2006: 131 y ss.). embargo, esta reglamentación era una y otra vez cuestionada
En la mayoría de los casos el proceso de agremiación sur- en la práctica.
gió desde los propios oficios, que no siempre desde sus ba- La visión tradicional de unos talleres agrupados por zonas,
ses. Vista la utilidad que la formalización institucional de los con el consiguiente control jurisdiccional del oficio a cargo de
trabajadores otorgaba al sistema político y social tardo-feudal, las autoridades cortesanas y municipales y de los veedores, y
los gremios terminaron por definirse como corporaciones se- con el no menos efectivo control social de los mismos artesa-
miautónomas, con un ideario mesocrático que no llegaba a nos, parece que fue dejando de ser lo habitual en el Madrid
cumplirse fielmente en la práctica, con amplios poderes en lo Moderno. Por supuesto que había áreas donde se concentra-
económico, pero usados con mesura y flexibilidad en función ban en términos relativos talleres del mismo oficio. Los plate-
de la coyuntura. Acabaron por convertirse en referentes prin- ros lo hicieron en la Platería y los oficios de la seda en Lavapiés.
cipales de la identidad social de los artesanos, mientras que Los curtidores dejaron el centro de la villa a principios del siglo
en lo político quedaron fuertemente vinculados a la suerte de XVI para ocupar una zona lindando con la cerca y próxima al
la monarquía absoluta (Zofío, 2004: 781-791; Nieto, 2006: 195- matadero, más adecuada para mitigar los problemas de insa-
205)7. lubridad aparejados a su actividad. Las profesiones asociadas
El cierre gremial, simbolizado en el conservadurismo social al curtido se ubicaban no lejos de las tenerías, hacia el sur de
y los obstáculos a la libertad económica, no fue, sin embargo, la ciudad, orientadas al río Manzanares. La Manzana, en los
tan claro como en un principio se pudiera suponer, máxime si aledaños de la Plaza Mayor estaba colmatada de pequeños
nos fijamos más allá del momento en que los gremios fueron puestos de remendones. Los sastres, pese a disponer de una
diana de los dardos lanzados, primero, por el reformismo ilus- localización relativamente dispersa, tendieron a ubicarse en
trado y, luego, por el incipiente estado liberal, por suponer un un centro urbano que facilitaba un contacto directo con su
impedimento en la regeneración y modernización del país. El potencial clientela8. Pero, a la larga, el crecimiento de la ciu-
concepto de “industria popular” era más complementario que dad, producto de la notable emigración que la alimentaba, en-
excluyente con la práctica industrial vigente, y la actitud de los sanchó las zonas de producción artesanal y las mezcló, como
gremios en el proceso de reforma de la manufactura encabe- muestra la multiplicidad de profesiones existente en las ex-
zado por las Reales Sociedades de Amigos del País, la Matriten- pansivas parroquias de San Martín y San Sebastián, que daban
se en particular, no fue tan negativa como se pudiera pensar cobijo al ensanche norte y sur de la ciudad (Nieto, 2006: 93-96,
(Moral, 1998: 229-293; Nieto, 2006: 359-378). El mayor choque 123 y 330-332; García, 2010: 96-109).
se produjo ante la imposibilidad del atomizado universo gre- La dispersión de los talleres y la clandestinidad de algunos
mial por aceptar la pérdida de unos privilegios jurisdiccionales dificultaron el control de las autoridades gremiales. Tampoco
que eran vistos como salvaguarda de su independencia eco- los gremios presentaron una permanente actitud de descon-
nómica frente a lo ofrecido por el liberalismo económico, que fianza hacia la práctica de la profesión y los veedores solamen-
fiaba al mercado la competitividad de la industria, y traía como te actuaron en casos puntuales, fundamentalmente vigilan-
do la entrada de mercancía exterior contraria a la normativa.
Dado el escaso peso de la industria textil, las prohibiciones a
7 La pérdida de protagonismo artesanal en el gobierno directo de los concejos cas-
tellanos y el fracaso del “corporativismo integral” es defendido por Monsalvo (1996;
2001; 2002). Matizaciones a las prohibiciones medievales sobre los gremios en Gon-
zález (2008). 8 La localización industrial madrileña debe mucho a la Edad Media. Nieto (2013b).

51
la entrada de productos a la ciudad no eran tan importantes de oficiales, mancebos o meseros, personal asalariado depen-
en Madrid como en otros lugares de la geografía peninsular. diente de su contratación por los maestros, tanto en el cen-
De hecho, en todos los sectores industriales, salvo quizás en so de 1757 como en el de 1797 era de un oficial y medio por
el del cuero, se requería de materia prima llegada del exterior. maestro (Cuadro 1).
Por lo menos hasta mediados del siglo XVII, las ordenanzas No consta en estos censos el reparto de estos oficiales por
de los oficios prestaban poca atención a la distribución de la taller, pero seguramente estaría cercano a la desigual distri-
materia prima entre sus miembros. El caso más significativo, bución de oficiales por maestro que arrojaba el Donativo que
el del curtido, tuvo desde la Edad Media, como en otras tantas se hizo en 1625 para los sastres, donde la media de oficiales y
localidades de la Península y de Europa, un complejo sistema mancebos no llegaba a uno por maestro y, sin embargo, el 40
institucionalizado de distribución de corambres. La salida de % de esta mano de obra dependiente trabajaba para cuatro
cueros de la ciudad quedaba taxativamente prohibida y la sastres. Entre los sombrereros las diferencias eran aún mayo-
compra en los mataderos municipales y de corte se hacía de res: 17 maestros daban trabajo a 41 oficiales y mancebos. Al-
forma regulada, repartiéndose según un estricto protocolo gunos de estos obradores superaban sobradamente la media
entre los maestros del oficio. Tan apabullante normativa que- de casi tres dependientes por taller, y de hecho, un maestro
daba sin embargo desnaturalizada por las compras en el mer- se hacía con los servicios de nueve y otro con cinco. Entre los
cado libre del Rastro, en los pequeños mataderos privilegiados curtidores madrileños existía una clara jerarquía que iba más
y en los de las localidades limítrofes. Además, todo un sistema allá de la categoría gremial y dejaron de ser excepcionales las
de compras y ventas de los cupos las redistribuía de forma más oportunidades para el medro económico y el ascenso social
acorde con las posibilidades reales de producción de cada cur- (Zofío, 2005: 493 y 525-528; 2006; 2011a). Pero no sólo se cons-
tidor o curtidora (Zofío, 2002: 522-573). tatan diferencias dentro de los colectivos profesionales, tam-
Igualmente, las cortapisas a la producción por taller, fun- bién las desigualdades son comunes entre los distintos oficios
damentalmente reduciendo el número de trabajadores por aún dentro del mismo sector. Tanto el Donativo de 1625 como
unidad de producción, no eran tan decisivas como los propios los repartos del soldado de 1652 y 1676 reflejan claramente
límites que tenían que ver con la naturaleza de unas activida- este hecho (Zofío, 2005: 528-531; Zofío, 2011b: 94-95; Nieto,
des que tenían en el taller tradicional su principal referencia. 2006: 152-157). La comparación de las cantidades repartidas a
De hecho, una de las claves de la adaptación de la manufac- curtidores, sastres y oficios artísticos de la madera (ebanistas,
tura madrileña a la ampliación y transformaciones de la de- entalladores y ensambladores) es ilustrativa de las diferencias
manda no se encontraba tanto en el tamaño de las unidades de riqueza entre profesiones y también de las desigualdades
productivas como en la flexibilidad de las relaciones laborales. que había internamente en los colectivos (Gráfico 1).
Frente a lo que ocurría en otros núcleos urbanos, la normati- Estas circunstancias que caminaban en dirección contraria
va madrileña incidía especialmente en la atención dedicada a a los planteamientos gremiales más conservadores orientados
las relaciones de trabajo. Ya los preámbulos y capítulos de las a controlar la oferta de las manufacturas se reflejan en la ri-
ordenanzas de los siglos XVI y XVII dejan adivinar una mayor queza de las familias artesanas. En esta línea, los inventarios
complejidad en la fuerza laboral que la que se trataba de co- y los repartos del soldado de 1640-1720 indican la existencia
dificar y sancionar. Y hasta el primer tercio del siglo XVII no se de una creciente estratificación en el interior de los integran-
consiguió sistematizar y fijar el escalafón gremial tradicional, tes de las actividades industriales madrileñas (Zofío, 2005:
justo en el momento en que el contexto económico lo había 461-464). Los 107 inventarios de artesanos pertenecientes a la
puesto en entredicho con unas situaciones laborales diversas segunda mitad del siglo XVI indican que el grupo de artesa-
y una jerarquía laboral desvirtuada. nos no era demasiado igualitario. Uno de cada dos inventarios
Cuantitativamente el número de personal dependiente, analizados estadísticamente se sitúa por debajo de 370.000
tanto de aprendices como de oficiales, nunca fue elevado. Los maravedís mientras que la media está por encima de 810.000
pocos recuentos existentes sobre este punto son taxativos al maravedís. Esta notable asimetría en el valor de los inventarios
respecto. El Censo de Artes y Oficios de 1757 ofrece una ratio y la existencia de bastantes valores atípicos demuestran una
de un aprendiz por cada dos maestros mientras que la media desigualdad notable entre los artesanos (Gráfico 2).

Cuadro 1. Evolución de la jerarquía artesanal madrileña, 1757-1797

Maestros Oficiales Aprendices Otros Total


Año Casos % Casos % Casos % Casos % Casos %
1757 3.114 31,9 4.809 49,3 1.592 16,3 230 2,3 9.745 100
1797 5.696 32,9 8.726 50,9 2.716 15,8 No consta 17.138 100

Fuente: (A)rchivo (H)istórico (N)acional, Fondos Contemporáneos, Ministerio de Hacienda, lib. 7.463 bis y Censo
de Godoy.

AREAS 34 52
Gráfico 1. Contribución al reparto del soldado, 1652 noría que aprovechó la ocasión para medrar, lo cual hizo que la
Sastres, oficios de la madera y curtidores desigualdad social creciera (Nieto, 2006: 226-233).
Con el cambio de siglo, los oficios agremiados tuvieron
problemas para adaptarse a las nuevas condiciones que iba
imponiendo una economía reactivada y cada vez más volcada
al mercado. Aunque los maestros nunca habían logrado pin-
gües beneficios –excepto los especialistas de la confección y
el lujo– el sistema gremial les había proporcionado seguridad.
La intromisión de la competencia, representada por comer-
ciantes-fabricantes y productores ilegales, trastocó el orden
tradicional del mundo laboral. Uno de sus efectos fue que los
pequeños maestros sucumbieron a la presión y su posición se
acabó derrumbando. La instantánea que proporciona el Censo
de Artes y Oficios de 1757 revela que los 3.114 maestros agre-
miados estaban muy divididos: había los que trabajaban por
cuenta propia y vendían su producción, e incluso la ajena, en
una tienda (41,7 %); los que siendo dueños de un taller, depen-
dían del trabajo encargado por el público, otros miembros del
oficio o los comerciantes urbanos (43); por último, los que de-
pendían del trabajo asalariado en un taller o una tienda (15,3)
Fuente: (A)rchivo de la (V)illa de (M)adrid, Secretaría, 3-428-1, reparto (Soubeyroux, 1980: 45).
de soldados de 1652.
Desde 1750 aumentó la concentración del poder econó-
mico en una minoría de artesanos. Pese a que muchas orde-
nanzas seguían fieles a los ideales corporativos y pretendían
Estas condiciones favorecieron que a lo largo de la Edad
evitar que unos pocos agremiados retuviesen en sus manos
Moderna hubiera ejemplos de movilidad social de todo tipo
toda la producción, estas restricciones comenzaron a ser pa-
entre los artesanos, si bien se ha ilustrado más este punto con
pel mojado. El igualitarismo propugnado por los gremios co-
carreras ascendentes que con las descendentes, que fueron las
lisionaba con las posibilidades de acumulación de capital que
que más abundaron. Este proceso de estratificación que rom-
proporcionaba la coyuntura alcista, y el enriquecimiento de
pe el ideal mesocrático de los oficios se dio, paradójicamente,
ciertos maestros acabó por ensanchar su diferenciación inter-
en un contexto de crisis como fue el siglo XVII. En medio de
na. El tamaño de las “empresas” artesanas permite calibrar la
una durísima contracción económica, más aún que en otros
concentración de capital y producción, y por ende el enrique-
sectores de la economía castellana, en el industrial se dieron
cimiento de ciertos maestros. A mediados del siglo, de un total
trayectorias muy distintas entre una amplia mayoría que sufrió
de 49 “dueños” de talleres de pasamanería, sólo tres aglutina-
la crisis -y con ella un descenso en su nivel de vida- y una mi-
ban más del 31% de sus 131 oficiales, así como el 17,2% de
Boxplot de los cuerpos de hacienda
de artesanos. Madrid 1550-1600.
Gráfico 2. Distribución de la riqueza entre maestros, 1557-1601

0 1000000 2000000 3000000 4000000 5000000


maravedís

Fuente: Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. 107 escrituras de artesanos, desde 1557 a 1601.

53
los telares9. Y lo mismo ocurría en 1808 con los cerrajeros: los Muchos planteamientos del mundo artesanal son ahora mejor
72 maestros conservaban a 152 oficiales y 69 aprendices, pero comprendidos cuando nos enfrentamos a la barbarie neolibe-
sólo 4 talleres acogían al 28,5% de la oficialía. La fuerte pola- ral. Sus gremios antaño tildados de retrógrados e inmovilistas
rización de estos oficios rompe con la imagen de estabilidad son considerados modernos y flexibles si se considera su ca-
que proporcionan las medias aritméticas, y que en este caso pacidad para controlar los excesos de la mano invisible y dar
asignan a cada maestro dos oficiales y un aprendiz. Es más, un marco de estabilidad y certidumbre para el desarrollo de la
uno de cada cinco maestros no tenía oficiales, sólo 7 ocupaban actividad económica. Así, cierta línea de la teoría económica
a aprendices y el 12,5% trabajaban solos. Por último, también considera al aprendizaje, no como una pieza arcaica en la pre-
había maestros proletarizados que trabajaban como oficiales paración profesional, sino como un marco imprescindible en
(8) e incluso como aprendices (2)10. Podríamos seguir con im- la formación de un capital humano que se entiende decisivo
presores, plateros, sastres, ebanistas…, pero el cuadro es claro. para el crecimiento del mundo occidental. Algunas prácticas
Los oficios estaban inmersos en un proceso de polarización gremiales, por ejemplo, la distribución de materia prima o la
interna que amenazaba el ideario gremial de la desigualdad utilización conjunta de los medios de producción, que habían
limitada. sido consideradas involucionistas por salvaguardar lo colecti-
vo frente a lo individual, se podrían equiparar a usos y costum-
bres que ahora han sido reivindicadas como consecuentes y
3. La reproducción de los oficios: el cuestionamiento de la en- eficientes por la economía del procomún. Lo que sigue es un
dogamia gremial avance de una investigación sobre la reproducción social de
los oficios madrileños, de los mecanismos y respuestas arte-
sanas ante las cambiantes coyunturas atravesadas a lo largo
La endogamia emerge como una de las constantes del de la Edad Moderna, que servirá para modular algunas de las
ideario gremial. La asunción de esta afirmación no ha nece- críticas hacia los gremios más difundidas por los ilustrados.
sitado de una excesiva demostración empírica ni argumental.
Posiblemente fuese la distancia que el mundo artesanal tomó
frente a la proletarización del trabajo en los procesos de indus- 3.1 El aprendizaje artesano
trialización del siglo XIX la que creó una imagen excesivamen-
te idealizada de la situación de los artesanos en épocas preté-
ritas, imagen que se potenció con la mirada romántica que la El sistema de aprendizaje característico de los oficios prein-
actualidad dedica a unas labores salidas de la sensibilidad y la dustriales no fue ajeno al énfasis que pusieron los ilustrados en
destreza de personas independientes. Si la sacudimos de ex- la educación como vehículo de implantación de su ideario de
cesos, esta visión, no por estereotipada, está falta de sentido. progreso. La crítica al aprendizaje artesanal se dirigió más a la
En el siglo XIX, los artesanos se vieron obligados a sobrevivir forma que al fondo; más a los excesos de un sistema que había
en un mundo en que las decisiones que les afectaban fueron derivado en abusos de poder por parte de los maestros, que a
tomadas por elementos ajenos a aquel. El desmontaje del edi- las virtudes anejas a un ejercicio equilibrado de la enseñanza
ficio gremial, más político y legal que económico y social, puso del oficio. El sistema de aprendizaje, tal y como cristalizó a tra-
a prueba la capacidad de adaptación y supervivencia de las vés de un acuerdo entre partes, tuvo una larga proyección his-
familias artesanas. Las respuestas no fueron uniformes pero tórica. Su existencia, íntimamente ligada a la especialización
muchas demostraron una racionalidad y visión estratégica productiva nacida en el período medieval, fue más allá de la
que nos pueden sorprender cuando pensamos en el mundo disolución legal del sistema gremial. En Castilla hubo apren-
inmóvil que nos habían pintado de los artesanos frente al in- dizajes antes de que los oficios estuviesen agremiados y tam-
novador y dinámico modelo que ofrecía las relaciones labo- bién después de su desaparición. Por lo menos, así se constata
rales salidas del mundo fabril (Romero, 2005; Briesen, 2013). en el caso madrileño (Nieto y Zofío, 2013). Al contrario que en
Pero no es que el conservadurismo en el que, según los ilus- Inglaterra, donde la duración y rasgos de los aprendizajes se
trados, vivía instalado el artesanado preindustrial solamente resolvieron en una ley general, en Castilla la legislación sobre
reaccionara bajo la presión de su desaparición. Al contrario, aprendizaje existió pero, si destacó por algo, lo fue por su ti-
los trabajadores preindustriales nunca fueron agentes pasivos bieza11.
de los procesos históricos, y su capacidad de reacción, adap- Como se ha recalcado en otro lugar, el aprendizaje se de-
tación y respuesta debe ser valorada en su justa dimensión. finía en el contexto de una economía preindustrial corporati-

9 El recurso a los aprendices era casi residual (33 talleres prescindían de ellos, 14 utili- 11 Buchbinder (1991: 33-34) señala que en el primer proyecto de ordenanzas ge-
zaban a un aprendiz y dos a un par) y está relacionado con el peso del trabajo feme- nerales de Castilla de 1495 se estableció una correlación entre edad de entrada y
nino en estas actividades y el escaso capital de los propietarios. Con todo, la mano duración para que todos los aprendices de la industria pañera saliesen con una edad
de obra infantil estaba en el punto de mira de los maestros, pues a las ordenanzas de 18 años. La Pragmática de Paños de 1511 fijó un mínimo de dos años. Algo que
de 1758 -unas simples reglas técnicas- se añadieron en 1776 tres capítulos que regu- se cumple, sobradamente, en la industria pañera palentina, donde la duración de los
laban el aprendizaje. AGS, Consejos Suprimidos de Hacienda, Junta de Comercio y contratos oscila entre los tres y los cuatro años, si bien la práctica contractual al esta-
Moneda, leg. 330, exp. 30 y Larruga (1788: 103-121 y 159-161). blecer la edad mínima de acceso al aprendizaje no guarda relación con los 14 años
10 El número de oficiales cerrajeros había crecido desde 1757 (de 95 a 152), mientras de edad mínima que establecía la pragmática (Hernández, 2007: 71-73). En Zaragoza
que los maestros y aprendices se habían estancado: los 69 maestros y 70 aprendices en el siglo XVI, los aprendices se concentran en más de 90% entre los 14 y los 20 años
de la primera fecha eran 72 y 69 en 1808. AHN, Fondos Contemporáneos, Ministerio de edad, frente a lo que ocurre en Madrid donde este porcentaje se sitúa en un 70,36
de Hacienda, lib. 7.463 bis. (Desportes, 1999: 111-113).

AREAS 34 54
Gráfico 3. Edad de entrada y salida –hipotética- al aprendizaje, 1540-1800

Fuente: AHPM, cartas de examen y escrituras de aprendizaje

va, pero se precisaba en el marco del derecho privado, en un Cuadro 2. Ritmo de reproducción de los oficios, 1700-1830*
acuerdo entre partes, a veces delante del notario, aunque no
siempre. Este carácter privado y negociado permitió al apren- Nuevos maestros Aprendices
dizaje adaptarse a las coyunturas económicas a pesar de las
Año Con parentesco
rigideces que se achacan al sistema gremial a la hora de or- Total
ganizar el mercado de trabajo (De Munck, 2010). Los apren- Total % Total
dizajes raramente se regulaban en la normativa particular de 1700 56 7 12,5 62
los gremios. Cuando se hacía era más consecuencia del final 1710 63 3 4,7 26
de una negociación que el deseo de los oficios por contro-
1720 79 10 12,6 45
lar la cantera de nuevos aspirantes. Más aún, se observa una
distancia notable entre los períodos mínimos de aprendizaje 1730 76 5 6,5 26
fijados en las ordenanzas y el tiempo de duración acordado 1740 80 6 7,5 37
entre maestros y representantes del aprendiz en las escrituras 1750 88 19 21,5 30
formalizadas ante los escribanos. Las coincidencias son prác-
1760 103 15 14,5 50
ticamente nulas pero, a mayor abundamiento, la duración del
aprendizaje marcada en la normativa era casi siempre inferior 1770 73 10 13,6 43
a la media establecida en los contratos. 1780 102 14 13,7 32
Este vacío normativo y la laxitud de su aplicación hicie- 1790 130 23 17,6 49
ron del contrato de aprendizaje una pieza acomodada a las
1800 102 14 13,7 8
necesidades del mercado laboral madrileño. Cada oficio tuvo
un margen de maniobra importante para modelar sus nece- 1815 84 10 11,9 16
sidades de mano de obra y su reproducción. El trabajo, aún 1830 125 13 10,4 4
inconcluso, sobre las variables que influyen en la contratación
de menores y el manejo de éstas por los diferentes oficios, lo *La tabla recoge solo la información del año 0 de cada década. Hemos
parece indicar, según lo que ocurría en la segunda mitad del escogido también 1815 por no haberse expedido cartas de examen en
1810 y 1820.
siglo XVI. También, en general, ya en la Edad Moderna parece Fuente: AHPM, cartas de examen y escrituras de aprendizaje
que los aprendices formaron un mercado de trabajo dada la
sorprendente adecuación de las edades de inicio del aprendi-
zaje a la coyuntura económica (Gráfico 3). Sin embargo, los gremios tenían otros instrumentos más
eficaces que el aprendizaje para permitir u obstaculizar la en-

55
Cuadro 3. Evolución de la entrada a la maestría en seis gremios madrileños, 1700-1836 (totales por décadas)

Décadas Sastres Carpinteros Cereros Cerrajeros Caldereros Pasamaneros


1700 33 51 17
1710 124 55 10 10 15
1720 101 70 20 15 39
1730 182 21 40 10 27
1740 231 88 26 31 17 25
1750 152 17 38 22
1760 155 97 28 26 29
1770 225 85 17 24 31
1780 323 99 18 32 25 17
1790 360 127 17 51 10 14
1800 317 129 37
1810 131 119 22
1820 87 106 19 48 10
1830 75 83 10 37 9
Fuente: AHPM, cartas de examen de los oficios respectivos.

trada de nuevos miembros en sus filas, es decir, de controlar gar un avance significativo en el número de incorporaciones
la reproducción del oficio. Para ello, como se verá, el examen (solo frenado por la importante caída de nuevos maestros sas-
resultaba mucho más eficaz, si bien, por lo menos en Madrid, tres de 1770). La cifra máxima de incorporaciones lograda en
y de forma general, la estrategia de reproducción gremial no 1790 -130- marcó los límites del crecimiento gremial. El des-
puede tacharse de obstruccionista. censo posterior de 1815 debe tener en cuenta los efectos de
Pasemos a las cifras del siglo XVIII. ¿A cuántas personas aco- la guerra y de los decretos de Cádiz. Sorprende mucho el alza
gían entonces los gremios como maestros, oficiales y aprendi- posterior de 1830 hasta el punto de cuestionar lo escrito sobre
ces? Los datos más fiables aparecen a partir de mediados del la mala salud de los gremios en fecha tan tardía. La tasa bruta
siglo. En 1757 Madrid tenía 15.963 artesanos varones (incluido de reposición para todo el período alcanza al 0,61% entre 1700
un número pequeño de “maestras” viudas), de los que el 60% y 1836, período en el que la población de la ciudad creció a
pertenecía a oficios con estructura gremial, es decir, 9.745 per- un ritmo del 0,42. Al pasar a los gremios concretos se cons-
sonas (6,4% de la ciudad). Estos porcentajes cambiaron poco tata que las corporaciones solamente acogieron una porción
con relación a otras fechas del siglo. Como ya vimos, en 1757 de la población trabajadora urbana, la más cualificada, pero su
los maestros eran 3.114 y en 1797, 5.696. Para llegar a estas crecimiento fue manifiesto durante el siglo, e incluso fue muy
cifras, los gremios incorporaron a 56 nuevos maestros en 1700, notable entre sastres y carpinteros (Cuadro 3).
a 88 en 1750, 130 en 1790 y 125 en 1830, de modo que es po- ¿Cómo evolucionó en ese lapso de tiempo el teórico mer-
sible sostener, que a lo largo del siglo XVIII los gremios pro- cado interior de mano de obra artesano que era el aprendi-
porcionaron la ocasión de trabajar con un título reconocido a zaje? Existe un problema para analizar este punto. Mientras
unos 10.000 nuevos maestros (Cuadro 2)12. los oficiales tenían que pasar por el preceptivo examen para
Aunque la entrada de maestros a los gremios de Madrid obtener la carta de maestría, no todos los gremios obligaban a
creció constantemente durante el siglo XVIII, el aumento fue regular la situación del aprendiz mediante un contrato escrito.
menor en su primera mitad, mientras que desde 1750 tuvo lu- Pese a esta salvedad, podemos afirmar que esta cantera arte-
sana presentó un comportamiento errático que no garantizó
12 Debemos advertir que en materia de reproducción la investigación se encuentra la reposición de los cuadros menestrales. Los 62 nuevos apren-
en una fase preliminar. Tenemos prácticamente concluida la tasa bruta de reposición dizajes escriturados de 1700 se redujeron a 50 en 1760 y 8 en
por décadas de los oficios agremiados de Madrid, pero tenemos muchos problemas 1800. Estos datos se reafirman cuando acudimos a las fuen-
para encontrar la tasa neta de reproducción. Para hallarla se necesitan datos de de-
funciones de maestros que solo existen parcialmente para finales del siglo XVIII en tes seriadas disponibles para el siglo XVIII: según el Censo de
la contabilidad del gremio de sastres, mientras que para el resto de corporaciones se Artes y Oficios de 1757 la ciudad tenía 3.114 maestros, 4.809
hace imprescindible la consulta de la contabilidad de las cofradías de cada gremio. oficiales, 69 meseros, 161 mancebos y 1.592 aprendices. Que
Aun así, auguramos que siempre habrá lagunas procedentes de los maestros que
dejaron Madrid y de los que quebraron. En el Cuadro falta la representación del arte hubiese casi dos maestros por aprendiz significa que los apor-
de plateros, la única corporación de la que sabemos hay un buen archivo propio, por tes de los aprendices ya establecidos no bastaban para cubrir
desgracia cerrado a los investigadores.

AREAS 34 56
las vacantes de la oficialía que pasaba a la maestría. No todos Las regulaciones que la normativa ponía en manos de las
los aprendices llegarían a esta meta. La tasa anual acumulativa corporaciones artesanales no dejaron de aumentar y depurar-
de los artesanos creció a un ritmo del 1,43 anual, apoyándose se a lo largo de la Edad Moderna. De ordenanzas poco siste-
en el fuerte incremento de maestros (1,52) y oficiales (1,50), matizadas e incompletas se pasó en el siglo XVII a la cristaliza-
mientras que se vio penalizada por la de los aprendices que se ción de un modelo normativo que abarcaba un espectro muy
quedó en 1,34. Así, aunque las cifras totales aumentaron, las amplio de competencias que el estado absoluto y los concejos
relativas variaron poco a fines de siglo de modo que la brecha locales dejaron en sus manos, no sin antes haberse ganado la
entre número de aprendices, por un lado, y maestros y oficia- voluntad de los cuadros artesanales como instrumentos de su
les, por otro, se hizo mayor (Cuadro 1). dinámica política y social. Del ejercicio de estas competencias,
Y si los aprendices no solucionaban las bajas que se pro- de la aplicación de la normativa, más laxa o más rígida, depen-
ducían entre los maestros, tampoco las familias de artesanos día parte de la trayectoria de una actividad. En el contexto ma-
proporcionaban un número suficiente de maestros para ase- drileño hay elementos, algunos que ya se han señalado, que
gurar la reposición de los oficios. En la muestra de cartas de permiten atisbar una flexibilidad notable de las instituciones
maestría del siglo XVIII el porcentaje de parientes de maestros gremiales para dar respuesta a las condiciones económicas.
que alcanzaron la maestría nunca superó el 22%13. La cantidad La adaptación de la edad de acceso a los aprendizajes es un
y la calidad, es decir el número de aprendices y el alto índice de ejemplo del amplio margen con que funcionaban los oficios.
fracaso del período de aprendizaje, fueron decisivos para que Quizás, Madrid se tenga que tratar como “ciudad abierta” en
la industria madrileña tuviera que servirse de mano de obra este sentido. La larga etapa de crecimiento que se extendió
formada en otros lugares. A lo largo de la Edad Moderna, o por desde 1561 a 1630 y que luego se retomó desde la década de
lo menos desde mediados del siglo XVI, cuando se asentó la 1710 hasta finales del siglo XVIII, en ocasiones ajena a los vai-
Corte, los artesanos nacidos fuera de Madrid fueron la base venes del resto de Castilla, confirió a la corte de la Monarquía
del reclutamiento de los maestros examinados. Así la necesi- una seña de identidad intransferible a otras localidades. Este
dad de los oficios de acudir a la inmigración para renovarse fue un aspecto relevante para considerar el Madrid de la in-
bien desde sus bases, a través del aprendizaje, o bien desde migración, si bien hubo otros factores que jugaban a favor de
el escalón superior, a través de la maestría, permaneció como la apertura de los gremios a la entrada de savia nueva llegada
una constante. Que los hijos de los maestros no necesitaran de fuera de su territorio más inmediato: el “efecto ciudad ce-
inscribirse como aprendices y que buena parte de los apren- menterio” y el tardío acceso al matrimonio característico de las
dizajes se resolviesen de forma oral, solamente podría matizar ciudades y, parece que más aún de los artesanos, se relacio-
esta conclusión, tal y como demuestra el análisis cuantitativo na íntimamente con la consecución de una maestría a la que
de la procedencia de los maestros14. como término medio se llegaba, ciertamente con diferencias,
a una edad que rondaba los 30 años.
Sin embargo, en lo que respecta a la inmigración laboral, lo
3.2. El peso de la inmigración en los oficios madrileños agre- que ocurrió en la primera etapa de asentamiento cortesano en
miados Madrid, de 1561 a 1601, no apoya esta hipótesis. En una mues-
tra, aunque aún insuficiente, de 150 cartas de examen solo
una cuarta parte de los nuevos maestros nacieron fuera de la
Quizás la excesiva primacía que se ha concedido a las or- provincia de Madrid, en su mayoría en las ciudades castellanas
denanzas en el análisis de la economía preindustrial haya más próximas. Un escaso porcentaje para una villa que de la
llevado a tener una visión descontextualizada de los gremios noche a la mañana pasó a albergar la corte de una monarquía
en la práctica económica y laboral. Apartar a los gremios del que necesitaba mano de obra en abundancia para satisfacer
relato histórico permite ver una realidad más compleja de las una creciente demanda. Puede que en este primer envite cor-
relaciones que se daban entre los actores económicos que la tesano no se registrasen todos los maestros foráneos debido a
proporcionada por la sola mirada a la normativa, pero deja de que muchos oficios no estaban constituidos en gremio y que
lado el papel de unas instituciones que influían decisivamente la incertidumbre sobre la permanencia de la corte aún fuera
en la actividad industrial. El quid de la cuestión está en analizar demasiado elevada para servir de reclamo a la inmigración la-
todas las potencialidades de que disponían las corporaciones boral cualificada (Zofío, 2005: 328-331).
artesanales en un contexto histórico determinado y, por tanto, Si fue predominante un modelo de reproducción de los
atender al estudio de la coyuntura y el largo plazo, como ha oficios industriales cerrado y de corta distancia en la primera
puesto de relieve Franch (2014) al seguir las respuestas del co- etapa cortesana –algo que tendría que verificarse después de
legio sedero valenciano ante fases de contracción y expansión un análisis más profundo–, lo cierto es que avanzado el tiem-
de la actividad manufacturera. po cambió completamente. A mediados del siglo XVII los da-
tos que arroja el análisis de 600 exámenes concentrados entre
1643-49, revelan que los maestros que llegaban de fuera de
13 Las cartas de examen del siglo XVIII suelen ser bastante generosas en este punto Madrid superaban a los maestros de origen madrileño (Cuadro
al incorporar el oficio paterno –o el del abuelo-, lo que permite conocer la endoga- 3). Todo indica que, aún en momento de parón vegetativo de
mia o no de cada ocupación.
14 Pese a que en Madrid hubo oficios muy abiertos a la incorporación de mano de
la ciudad, el flujo de inmigrantes de la corona de Castilla ayudó
obra extragremial, también los hubo al contrario, como el caso del arte de pasama-
a compensar la pérdida de efectivos de los oficios capitalinos.
neros (Nieto, 2014a). Además de esta continua necesidad de aportes para mantener

57
Cuadro 4. Procedencia de los nuevos maestros artesanos examinados en Madrid, 1643-1649 y 1700-1836

1643-1649 1700-1749 1750-1799 1800-1836 1700-1836


Procedencia
Total % Total % Total % Total % Total %
Madrid 190 31,8 722 25,1 981 29,0 1.055 34,1 2.758 29,5
Provincia 22 3,6 260 9,0 304 9,0 256 8,3 813 8,7
Resto España 319 53,4 1.035 36,0 1.775 52,6 1.613 52,2 4.423 47,4
Extranjeros 38 6,6 170 5,9 173 5,1 132 4,2 475 5,1
No consta 28 4,6 683 23,7 140 4,1 34 1,1 857 9,1
Total 597 100,0 2.870 100 3.373 100,0 3.088 100,0 9.331 100,0

Fuente: AHPM, cartas de examen.

el número de pobladores, se hace nítida otra constante de la Ya en la primera mitad del siglo XVIII se aprecia que la ciu-
demografía madrileña de la Edad Moderna: el predominio de dad atrae a un importante número de nuevos maestros de
la inmigración de la Cornisa Cantábrica y de la Meseta Norte. procedencia nacional no madrileña (36%, u once puntos más
Al margen del influjo madrileño queda Andalucía, los reinos si descontamos los casos sin procedencia). Y este grupo aún
de la Corona de Aragón y la inmigración extranjera, incluyen- subirá su representación en la segunda mitad del siglo hasta
do la de los reinos y territorios extrapeninsulares que configu- llegar al 52%, para no sufrir variaciones en las primeras déca-
raban la Monarquía Hispánica. Lógicamente las zonas rurales das del siglo XIX. Las cifras de las aportaciones de los nuevos
aportaban más efectivos a los oficios madrileños que las urba- maestros de procedencia madrileña y de su provincia crecerán
nas, aunque en términos relativos, la proporción era favorable a lo largo del período estudiado, pero nunca en conjunto su-
a los segundos, sobre todo por la notable aportación de los in- perarán el 50% del total. Por su parte, la población extranje-
migrantes urbanos castellanos de la Meseta Norte donde casi ra disminuyó su aportación de nuevos maestros, pasando de
llegaban a estar en paridad frente a los rurales (Zofío, 2005: casi el 6% en 1700-1749 a alcanzar su mínimo en la última fase
322-328)15. Este modelo de migración laboral circunscrito a (4,2%). Podemos concluir que al igual que el resto de gremios
maestros artesanos no hace sino reforzar las pautas demográ- europeos, los madrileños se renovaron por una inyección re-
ficas que Carbajo Isla (1987: 118-119, cuadro 5.2) detectó al gular de entradas exógenas18.
analizar la inmigración en ciertas parroquias madrileñas16. Lo expuesto hasta aquí indica que no se puede calificar
La muestra con la que trabajamos para el período 1700- como cerrado un mercado de trabajo, como fue el madrileño,
1836 se compone de 9.331 casos de nuevos maestros y la que ofreció unas tasas de inmigración mayor del 50% durante
hemos dividido en tres tramos cronológicos –1700-1749, el siglo XVIII. Los datos globales del período 1700-1836 revelan
1750-1799, 1800-1835– en aras a ver la evolución de los flujos que casi dos de cada tres nuevos maestros no habían nacido
migratorios (Cuadro 4). Estos tienen en cuenta a los naturales en Madrid, pero sí en una localidad española (56,1%). Es cierto
de la propia ciudad, los procedentes de corta distancia (“pro- que la capital tendía a convertirse en una cámara de registro
vincia”), los de media y larga distancia (“resto de España”) y los de exámenes o el referente de la obtención de la cualificación
internacionales (“extranjeros”)17. Los datos tienen una consis- formal para muchos artesanos del resto del país. Pero el ofi-
tencia menor en la primera mitad del siglo XVIII dado que en cial migrante que venía a sacarse el título a Madrid en aras a
casi una cuarta parte de las cartas de examen los escribanos ejercer su oficio en sus localidades de origen se concentraba
no consignaron la naturaleza del nuevo maestro y gana en fia- en un número limitado de pequeños oficios –tejedores de
bilidad con el tiempo hasta a llegar a ser prácticamente insig- lienzo, esparteros- siendo imperceptible esta práctica en los
nificante el rubro “no consta” en el último período (1800-1835). oficios más grandes y representativos de Madrid. La situación
cambió poco en el XIX, cuando las condiciones de la guerra y
la consiguiente retracción económica afectaron levemente a
15 Como se señaló en su momento si la muestra se reduce a las cartas de examen de este trasiego de aspirantes a la maestría: en las cuatro prime-
los años 1643-47, cuando se recogió con mayor precisión el origen de los aspirantes, ras décadas creció el peso de los madrileños –hasta el 34,1%–,
el porcentaje de los foráneos asciende a casi el 70%. Mientras que un 30% de los nue-
vos maestros venían de la franja cantábrica –incluyendo Galicia, Asturias, Cantabria
mientras los aportes del resto del país permanecieron sin cam-
y País Vasco– y León. bios. Las cercanías de Madrid parece que sufrieron más con
16 Los varones de la parroquia de Santa Cruz que se casaron en 1650 procedían en las alteraciones del cambio de siglo, aunque tampoco fue un
un 75,3% de fuera de Madrid. cambio notable (Nieto, 2014b).
17 Este estudio está todavía en fase de elaboración. En un futuro el rubro “resto de
España” será dividido por agregados provinciales, lo que mostrará más claramente
los flujos de larga distancia del territorio nacional. 18 Un estudio pionero en este sentido es el de Shephard (1996).

AREAS 34 58
4. Conclusiones analizado sin apriorismos la reproducción social de los oficios
industriales para concluir cuestionando la universalidad de la
endogamia y el cierre corporativo de los oficios industriales.
En este artículo se han ido desgranando algunas de las El “retorno” ha tenido la virtualidad de devolver a los gre-
aportaciones que se han hecho durante los últimos años a la mios al debate histórico y, como consecuencia, ha dotado
historia del trabajo del Madrid de la Edad Moderna. Muchas de mayor riqueza y complejidad a las explicaciones ofrecidas
de ellas entroncan con una línea de investigación que se abrió sobre el crecimiento de la economía a escala mundial que se
hace más de dos décadas y que tuvo como referente una his- veían supeditadas a dar respuesta a pares contrapuestos como
toriografía occidental, europea y norteamericana, que estaba retraso-progreso, rigidez-flexibilidad, involución-moderni-
transformando radicalmente la manera de acercarse al mundo zación que excluían otros acercamientos más contextuales e
del trabajo preindustrial y el modo de entender sus institucio- historicistas. Pero si esta nueva mirada a los gremios ha facilita-
nes y actores, gremios y trabajadoras y trabajadores, en el de- do herramientas útiles para el análisis histórico, queda mucho
venir histórico. Con más o menos fortuna, las investigaciones por hacer, con o sin retorno, para construir una historia social
sobre la historia del trabajo centradas en Madrid, no tan desli- y económica del trabajo precapitalista. El peso y papel de la
gadas del panorama internacional como pudiera parecer por mujer en la economía preindustrial; las formas de retribución
la escasa repercusión que han tenido allende nuestras fronte- y su relación con la formación de capital humano; el lugar de
ras, han producido un amplio, y pensamos que consistente, trabajo como marco de análisis de unas relaciones laborales
conjunto de resultados sobre los que poder valorar la revisión que van desde el consentimiento a la negociación o el con-
crítica sobre el papel de los gremios desde la óptica local ma- flicto; el estudio de casos sobre la reproducción social de los
drileña. Hemos sido cautos a la hora de no extrapolar la “expe- oficios en diferentes actividades y territorios en el largo plazo;
riencia madrileña” al resto del territorio español ni siquiera cas- la relación entre la técnica, la tecnología y los gremios; la tensa
tellano, donde la dinámica puede haber sido diferente, pero convivencia de los gremios con los focos de poder, municipal
igualmente pensamos que la vía de investigación adoptada y estatal, o el papel del trabajo libre en el contexto de la eco-
resulta válida, por no decir extremadamente provechosa, para nomía preindustrial, son algunos de los temas que, sin ánimo
el análisis y comprensión de la economía preindustrial tanto de exhaustividad, ampliarán el conocimiento de la economía
por la perspectiva adoptada como por los interrogantes plan- preindustrial y ayudarán a comprender mejor el contexto his-
teados, la metodología aplicada y el uso de las fuentes. tórico donde la economía aún disputaba con otras institucio-
Desde esta óptica se han podido analizar algunos proce- nes la preeminencia a la hora de vertebrar la sociedad.
sos que preocupan a la historia de la economía y la historia
social preindustrial como el encaje de la economía local en
las nuevas dinámicas que lentamente iban a configurar una
sociedad consumidora, la construcción de un mercado de tra-
bajo adaptado a una situación económica más compleja que
buscaba destensar las relaciones entre mercado y tradición, la
postura particular pero no monolítica de los gremios frente a
la paulatina implantación del capitalismo, la aplicación flexible
del ideario corporativo sancionado en las ordenanzas, la adap-
tabilidad, y por ello, la capacidad de las instituciones y actores
económicos madrileños para diseñar estrategias de alcance
para influir en la economía desde una perspectiva colectiva.
Una línea de investigación y unos análisis que contribuyen,
desde el caso madrileño, a matizar y enriquecer algunos de
los debates que más preocupan a la historiografía actual como
son la contribución de los gremios a la formación del capital
humano o el establecimiento de un entorno legal beneficioso
para el crecimiento económico.
Creemos haber demostrado la inconsistencia de algunas de
las ideas previas existentes sobre la relación entre los gremios
y la economía. Así, lejos del esquematismo que proporciona la
lectura de las ordenanzas gremiales, la economía madrileña,
no por circunscribirse a un ámbito eminentemente local y a las
actividades del acabado de bienes de consumo, dejó de ofre-
cer respuestas a los retos de un mercado en expansión. Se ha
abordado desde una perspectiva crítica el alcance de la des-
igualdad limitada preconizada por el ideario gremialista que
se enfrentó a finales del siglo XVIII con la economía política
sustentada por el liberalismo ilustrado. A partir de la informa-
ción proporcionada por las fuentes notariales y fiscales se ha

59
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61
El aprendiz de gremio en la Barcelona del siglo XVIII
Belén Moreno Claverías
Universidad Autónoma de Madrid

THE GUILD APPRENTICE IN THE 18TH CENTURY-BARCELONA

Resumen Abstract

El objetivo de este trabajo, resultado de la primera fase de una The objective of this paper, which is the result of the first
investigación en curso, es hacer una aproximación a la figura phase of an ongoing research, is to make an approach to
del aprendiz en la segunda mitad del siglo XVIII, una época en apprenticeship in the second half of the 18th century. At this
la que el sistema gremial, tan vigoroso y estable durante los time the guild system, so strong and stable during previous
siglos anteriores, empezaba a vivir síntomas de decadencia. centuries, began to show signs of decline. The information
Las fuentes utilizadas son, básicamente, los libros de asientos sources used are basically “books of apprentices” generated by
de aprendices generados por las corporaciones y otras fuen- corporations and other supplementary sources from the Junta
tes complementarias procedentes de la Junta de Comercio de de Comercio de Barcelona and the Hospital de la Misericordia.
Barcelona y el Hospital de la Misericordia. Se examinarán, en First, we will examine some of these signs of decline and their
primer lugar, algunos de estos síntomas y sus efectos sobre el effects on apprenticeship, the basic regulations relating to
aprendizaje, la normativa básica relativa al mismo reflejada en apprenticeship that were reflected in guild ordinances and
las ordenanzas gremiales y sus implicaciones en la formación their implications for human capital formation. Second, some
del capital humano. A continuación se analizarán algunos da- data on apprentices (place of origin, father’s occupation, age)
tos relativos a los aprendices (lugar de procedencia, profesión of two corporations (silk twisters and masons) will be analyzed,
del padre, edad) de dos corporaciones barcelonesas de la se- as well the relationship between orphanhood, poverty and
gunda mitad del siglo XVIII (torcedores de seda y albañiles), apprenticeship. The paper ends with some notes on the living
así como la relación entre orfandad, pobreza y aprendizaje. El conditions of apprentices based on some contemporary texts.
trabajo finaliza con unas notas sobre las condiciones de vida
de los aprendices a partir de algunos textos de la época

Palabras clave Keywords

Gremios, aprendizaje, oficios, siglo XVIII, Barcelona Guilds, apprenticeship, trades, eighteenth century, Barcelona

Códigos JEL: N33, N4, N63 JEL codes: N33, N4, N63
Fecha de recepción del original: 17 de noviembre de 2014; versión definitiva: 23 de noviembre de 2015

Belén Moreno Claverías


Universidad Autónoma de Madrid, Facultad de Ciencias Económicas
C/ Francisco Tomás y Valiente, 5, Campus de Cantoblanco,28031 Madrid
Tel. 914972893, e-mail: belen.moreno@uam.es

AREAS
Revista Internacional de Ciencias Sociales, 34/ 2015
Gremios y corporaciones laborales en la transición del feudalismo al capitalismo.
Siglos XIII-XIX
(pp. 63-75)
63
El aprendiz de gremio en la Barcelona del siglo XVIII*
Belén Moreno Claverías
Universidad Autónoma de Madrid

1. Los gremios en la segunda mitad del siglo XVIII: el principio rencias gremiales, así como la libertad de contratar mujeres y
del fin niños (Molas, 1970: 19).
La nueva legislación había establecido novedades impor-
tantes que afectaban al ordenamiento gremial: el hecho de ser
hijo ilegítimo, por ejemplo, no habría de ser un impedimento
En el siglo XVIII empiezan a percibirse cambios significati- para ejercer las artes y oficios (1784); las mujeres y mucha-
vos en el mundo gremial que se van acentuando a medida que chas podrían aprender y trabajar en las artes y manufacturas
avanza la centuria y comienza la siguiente1. Algunos gremios “propias de su sexo” y vender los productos resultantes (1779-
comienzan a decaer de forma paulatina pero constante, otros 1784); las viudas podrían conservar los talleres y tiendas de
simplemente desaparecen mientras que alguna corporación, sus maridos aunque volviesen a casarse con hombres de otros
de manera excepcional, sigue mostrando signos de vitalidad. oficios (1790); cualquier artesano podría ahora trabajar en su
La industrialización y la difusión del liberalismo económico oficio sin la obligación de examinarse (1790) y, en cambio, sí
acabarían comportando la agonía primero y la muerte des- podrían examinarse todos aquéllos que deseasen hacerlo sin
pués de esta institución con un papel tan destacado en la eco- la obligatoriedad de haber sido previamente aprendiz y oficial
nomía del Antiguo Régimen. Tanto el Estado como la naciente de gremio (1798). Estas dos últimas medidas equivaldrían, en
burguesía industrial y comercial consideraron que la abolición caso de aplicarse efectivamente, a la pérdida de sentido del
de los gremios favorecería la prosperidad económica. Había gremio, cuya piedra angular era el aprendizaje.2
que eliminar cualquier “estorbo” para el libre mercado, y los El análisis de la documentación de la Junta de Comercio de
gremios, con sus reglamentaciones sobre la producción, sus Barcelona relativa a los gremios en las últimas décadas del si-
normas relativas a los aprendices, oficiales y maestros, sus fun- glo XVIII ofrece pistas valiosas sobre lo que estaba ocurriendo.
ciones de mutua para los agremiados y reglas contrarias a la Una atención especial dedicaron sus miembros al real decreto
competencia, eran vistos como rémoras del pasado obstaculi- de 1789 que reconocía la libertad en la fabricación textil y que
zadoras del crecimiento económico nuevo. supuso un duro golpe para este importante sector gremial.
En el último tercio del siglo XVIII los grandes comerciantes La Junta pidió que se aplicase a todos los fabricantes textiles
e industriales, agrupados en la Junta de Comercio de Barcelo- barceloneses con el fin de evitar “los perjuicios e inconvenien-
na –institución encargada de impulsar el crecimiento indus- tes que las Ordenanzas gremiales causan a los progresos de
trial y comercial en Cataluña-, procuraron reducir a los gremios las Artes e Industria”. Y, dentro de las ordenanzas, las normas
al estricto terreno de actividad artesanal local y despojarles más denostadas eran precisamente las que hacían referencia
de sus atribuciones y privilegios. Apoyados por el reformismo al aprendizaje. Había que eliminar “de una vez para siempre
de la Administración central, defendieron, entre otras cosas, el los estorbos que padece la industria por las trabas que contie-
derecho de instalar empresas “libres” y al trabajo sin interfe- ne, no sólo acerca de la limitación del número de aprendices,
tiempo y condiciones que señalan para el aprendizaje, exáme-
*Este trabajo está vinculado al proyecto de investigación “Ciudades, gentes e in- nes, maestrías, prohibición de reunir varios Oficios, y aún par-
tercambios en la Monarquía Hispánica: política económica, cambio institucional tes de ellos en un propio sugeto, y de enseñarlos a un mismo
y desarrollo de los mercados”, Ministerio de Educación y Ciencia (Ref: HAR2012- individuo (…) e igualmente que por otros puntos no menos
39034-C03-02.). Agradezco a Juanjo Romero y José A. Nieto sus valiosos comentarios. esenciales, que coartan el exercicio de las maniobras, embotan
Los errores que pueda contener el texto son responsabilidad exclusiva de su autora.
1 Sobre aprendices y gremios en los siglos XVII y XVIII véase, por ejemplo, Morant
(1976), García Fernández (1996), Gómez Carrasco (2005), Villas (1980), Puig (1992),
López y Nieto (1996), Laudani (2006), Hernández López (2013). 2 En este sentido, véase F. Díez (1990).

AREAS 34 64
el ingenio, y las felices disposiciones que para adelantar más inercia provocaba la creación de gremios en los sectores que
que otros se hallan en muchos de los que se dedican a ellas, e prometían beneficios importantes: nuevos oficios textiles re-
imposibilitan la propagación y prosperidad de las Manufactu- lacionados con la industria del algodón -“cotaires”, 1780-1786-
ras, donde quiera que subsisten tales impedimentos”3. o la construcción -ladrilleros, 1802- (Molas, 1970: 128). Otras
Pero, ¿habían sido efectivamente los gremios ineficientes corporaciones vivieron tardíamente su esplendor como la de
en su tarea de organizar el trabajo manufacturero y transmitir chocolateros –producto de consumo de moda desde media-
el conocimiento? Esta pregunta ha generado un intenso deba- dos del siglo XVIII- y toneleros –a causa de la especialización
te historiográfico que no es posible abordar aquí en profun- vitícola de algunas áreas catalanas-. Los cambios en las pautas
didad. La visión historiográfica tradicional, coincidente con la de consumo debían afectar necesariamente a la multiplica-
opinión de algunos expertos en economía del siglo XVIII, ha ción de los artesanos y talleres de ciertos oficios. Por ejemplo,
considerado a los gremios como instituciones cerradas, inefi- en 1784, el Barón de Maldá escribía que en Barcelona había
caces y conservadoras y, por tanto, obstaculizadoras del cre- “algunas tiendas de relojeros, que cada día se van extendiendo
cimiento4. Sin embargo, desde la publicación de los trabajos porque casi todos llevan reloj en la faltriquera; de quincalle-
de Epstein, esta visión tan “negativa” está siendo puesta en ros, cofieras, modistas, peluqueros y chocolateros, que van au-
duda por diversos investigadores en el denominado “retorno mentado cada día (...); por el gran consumo que hay de choco-
gremial”5. Para este autor, si los gremios prosperaron durante late ha pasado a ser gremio de chocolateros” (Maldà, 1994: 87).
casi cinco siglos fue porque sostuvieron mercados interregio- El análisis de los libros donde los gremios registraban la
nales de trabajo especializados y contribuyeron a crear y di- entrada de aprendices -la principal base documental de este
fundir innovaciones técnicas por medio de la emigración de la trabajo-, confirma la forma desigual en que las corporaciones
mano de obra. Su principal competidora, la industria rural, era vivieron esta etapa de transición hacia un mundo nuevo regi-
más consumidora que generadora de innovación técnica. Asi- do por el sistema de fábrica. Mientras que en algunas corpora-
mismo, su principal propósito –llevado a cabo con éxito- fue ciones el ingreso de nuevos miembros fue disminuyendo pau-
proveer de las habilidades necesarias a los nuevos integran- latinamente hasta desaparecer, en otros, como el de “velers”
tes de cada oficio a través del aprendizaje formal. Epstein, en (fabricantes de velos de seda), nada parecía indicar el proceso
suma, apuesta por una interpretación política y acaba negan- agónico que estaba viviendo la institución en general. Desde
do que la desaparición de los gremios se debiera a su incapaci- 1788 a 1828 entraron a este gremio un total de 862 aprendices,
dad de adaptación sino a su abolición por decreto por parte de con una media similar de entrada al año exceptuando el perío-
los Estados6. Pere Molas, por su parte, en su conocido estudio do comprendido entre 1808 y 1814, en el que no se produjo
sobre los gremios barceloneses del siglo XVIII, se pregunta si ninguna entrada debido a la guerra7. En este sentido, según
fue la presión estatal y la de los nuevos capitalistas, ilustrados Molas, las convulsiones políticas afectaron profundamente al
y liberales, la causa única de su agonía. Y concluye que ésta proceso de disolución de las corporaciones, en muchos casos,
se debió principalmente a una “crisis de agotamiento” de la acelerándolo (Molas, 1970: 550). Sin embargo, los altos valores
propia institución (Molas, 1970: 547). Sus rígidas reglamenta- de ingresos de aprendices en los años posteriores a la guerra
ciones, que constituían su misma esencia, dificultarían la adap- no parecen indicar ningún signo de decadencia en esta cor-
tación a los nuevos tiempos y la mayoría de las corporaciones poración en particular, en línea con lo sucedido en otras en las
se apegaron aún más a ellas como mecanismo de defensa ante primeras décadas del siglo. Podría decirse, incluso, en algunos
las graves amenazas a las que tuvieron que enfrentarse. Mu- casos, que el aprendizaje sobrevivió al gremio. En efecto, tras
chos pleitearon para defenderse, lo que acabó precipitando su la legislación que pretendía acabar con los gremios definiti-
ruina y disolución. vamente en 1834, algunos oficios siguieron confiando en el
Es preciso remarcar, sin embargo, que no todos los gremios aprendizaje tradicional como forma de controlar el recluta-
vivieron de igual forma este proceso. Mientras que algunos se miento de la mano de obra y de garantizar la supervivencia
disolvieron por sí mismos de manera natural (en el caso barce- de los mismos8.
lonés, el de estañeros, tejedores de lana, pelaires, mancebos Por otra parte, algunas corporaciones tuvieron más posibi-
hortelanos) o llegaron al siglo XIX en un grave estado de des- lidades de sobrevivir que otras. ¿Cuáles? Según Molas, aquéllas
composición (manteros, bordadores, freneros, armeros), algu- que estaban mejor dotadas y que podían verse menos afec-
nos de ellos conservaron buena parte de su salud a lo largo tadas por la industrialización. Factores a los que habría que
de todo el proceso e incluso intentaron adaptarse, con más añadir el grado de permeabilidad a los cambios, una mayor
o menos éxito, a los nuevos tiempos. Por otra parte, mientras adaptabilidad. Por ejemplo, el autor considera que el gremio
unas corporaciones morían, otras acababan de nacer o nace- de “velers” era una de las corporaciones más “progresistas”, ya
rían incluso en los primeros años del siglo XIX. En efecto, la que desde mediados del siglo XVIII los maestros más dinámi-
cos implantaron, junto con socios capitalistas, fábricas y talle-
3 Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona (AHCB). “Relacions de viles i ciutats de Ca-
talunya i d’ordenances dels seus gremis enviades, per la seva revisió, a la Junta de 7 AHCB, “Llibre dels aprenents. 1788” (2B-42-5).
Comerç”. (Junta de Comerç, Vol. 1, folis 24-82).
8 Juanjo Romero señala que los maestros mantuvieron el aprendizaje como salva-
4 Algunos autores siguen siendo partidarios de esta visión. Véase, por ejemplo, Ogil-
vie (2004) y (2008). guarda de su mundo y como base del reclutamiento de la mano de obra, lo que
5 Un estado de la cuestión en Nieto y Zofío (2014b) y Nieto (2013). ilustra con el caso, entre otros, de los artesanos curtidores. Aún en 1855 éstos or-
denaban la inscripción de todos los aprendices del oficio y el reconocimiento de su
6 Véase Epstein (1998) y (2008), así como Epstein y Prak (eds.) (2008). antigüedad. Romero Martín (2005: 91).

65
res en los que producían nuevos productos (indianas, blondas, 1. El aprendizaje duraba un número determinado de años
medias, pañuelos, etc.). Dado que éstos no estaban previstos (de 3 a 6, en función del grado de dificultad que entrañaba
en las ordenanzas gremiales, los fabricantes se pudieron mo- el dominio de las técnicas de cada oficio).
ver libremente, sin las restricciones que imponían las regula- 2. Durante este período el aprendiz debía hacer “continua
ciones (Molas, 1970: 17). Fue el caso también de los gremios de residencia” en casa del maestro, que se encargaría de ali-
“botiguers de teles” y “paraires”, en los que maestros-fabrican- mentarlo y de vestirlo.
tes que actuaban ya como verdaderos burgueses introdujeron 3. No podía abandonar la casa del maestro sin su consen-
formas capitalistas. Para Juanjo Romero, los sectores artesanos timiento para continuar su aprendizaje en casa de otro
que gozaron de mejor situación en el nuevo modelo económi- maestro. (Y, por tanto, ningún maestro podía admitir en su
co fueron los que tuvieron una demanda creciente gracias a casa a un aprendiz que estuviese en casa de otro).
la industrialización, como carpinteros y herreros-cerrajeros, a 4. El aprendiz tenía que satisfacer una cantidad en metá-
causa de su implicación en la construcción de maquinaria para lico en concepto de entrada a la corporación (que podía
las nuevas fábricas (Romero, 2005: 117). oscilar, en la Barcelona del siglo XVIII, entre 1 libra de los
panaderos y las 12 de los “velers”) y otra menor para pagar
al notario por la redacción del contrato11.
5. El aprendiz cobraría una pequeña cantidad a cambio de
2. El aprendizaje en el gremio y sus implicaciones en la forma- su trabajo al finalizar el período de aprendizaje, momento
ción de capital humano en el cual recibiría su “certificación de aprendiz” (necesaria
para ser oficial).
6. El aprendiz que pretendiese ser oficial debía entregar al
clavario de la corporación una cantidad para fondos del
En todo caso, lo que parece claro es que se estaba impo- gremio (entre 5 y 6 libras a finales de siglo).
niendo otra forma de entender el trabajo, las relaciones labo- 7. Aquellos oficiales que aspirasen a ser maestros deberían
rales y, en definitiva, las relaciones con el mercado. Una nueva pasar un año en casa de un maestro (sin ejercer otro oficio
organización del trabajo industrial –el sistema fabril- estaba ni asentarse en otra corporación como aprendiz) y, antes
transformando la vida social y económica de los núcleos ma- del examen, depositar una cantidad (entre las 30 y las 100
nufactureros y estaba revolucionando las formas de acceso al libras) para poder examinarse.
trabajo y el aprendizaje. En el caso catalán, este proceso vino
de la mano de la expansión de la industria algodonera. Nacida Hay que señalar, sin embargo, que lo estipulado en las or-
a partir de 1740, en la década de 1780 el alcance de la con- denanzas no se cumplía siempre en la práctica. José Antolín
centración de manufacturas en la ciudad de Barcelona era ex- Nieto y Juan Carlos Zofío señalan que, en el caso de Madrid,
cepcional. J. Thomson apunta que solo la ciudad de Barcelona las escrituras de aprendizaje firmadas ante notario muestran
agrupaba tantas empresas como las que tenían las economías que maestros y aprendices acordaban contratos adaptados a
europeas más dinámicas9. En los primeros años del siglo XIX sus intereses, haciendo caso omiso de la norma. Esto era parti-
la industria algodonera ocupaba en Cataluña a unas cien mil cularmente claro en lo tocante a la duración del aprendizaje12.
personas, lo cual convertía a la fabricación de estampados en Por otra parte, las mismas ordenanzas fueron modificadas con
la primera industria del Principado y a Barcelona en una de las el tiempo y muchas corporaciones las hicieron más flexibles
ciudades europeas con mayor cantidad de obreros10. para intentar integrar el nuevo espíritu liberalizador. Por ejem-
No es sorprendente, por tanto, que en la ciudad condal, plo, en 1790 las nuevas ordenanzas del gremio de mancebos
casi un 18,5% de los niños varones trabajase ya, en la década menestrales de la ciudad de Tarragona apuntaban que las an-
de 1780, en las modernas fábricas de indianas (Iturralde Valls, tiguas –existentes desde 1697- ya no servían porque “la varie-
2012: 5) ¿Habrían estos niños accedido al aprendizaje en un dad de los tiempos ha variado algunas circunstancias que tal
gremio si no hubiese existido la posibilidad de trabajar en la vez no serían adaptables en la estación actual”13. Y en las orde-
fábrica? ¿O fue la fábrica una alternativa para aquéllos que no nanzas de los maestros toneleros de Lérida de 1806 se estable-
podían acceder a los gremios por las obligaciones –también ce que “sea facultativo a los maestros convenir con el aprendiz
numerarias- que éstos exigían? o persona que le represente los años de aprendizaje”, ya que
El aprendizaje realizado en el marco gremial estaba per-
fectamente regulado en la normativa de cada corporación. Las
11 En algunas corporaciones los hijos de maestros estaban exentos del pago de en-
normas básicas, que aparecían en todas las ordenanzas del si-
trada. Por ejemplo, en las ordenanzas de la corporación de menestrales de Torredem-
glo XVIII, eran las siguientes: barra de 1777 se apunta: “Es obligación del aprendiz pagar de entrada veinte reales
(a excepción de los hijos de maestros del presente gremio que no deberán pagar
entrada alguna) y si es forastero, cuarenta reales, teniendo éstos un año de tiempo
9 Un estudio llevado a cabo por la Iglesia en la década de 1780, con el fin de asegurar para satisfacer las respectivas entradas”. G. Magriñà (1998: 47). La cantidad a pagar
que los niños que trabajaban en las manufacturas de indianas recibiesen instrucción por el aprendiz en concepto de entrada a la corporación solía ser muy superior a la
religiosa, revela la existencia de 100 manufacturas (sin tener en cuenta a las micro- que debía pagar un oficial que quisiera agremiarse. Por ejemplo, en las ordenanzas
manufacturas) que daban trabajo a 2.151 niños. Thomson (1990: 79-89). Véase del de los “botiguers” de La Bisbal de 1805 –calcadas de las del mismo gremio de Girona
mismo autor (1994). Los datos de Thomson fueron discutidos por otros autores como de 1798- se apunta que los aprendices debían pagar diez libras y tres libras los oficia-
Nadal (1992) y Sánchez (1992). les. P. Molas (1995: 203).
10 Molas (1985: 238-246). Véase también Vilar (1987). Sobre los inicios del sistema 12 Nieto Sánchez y Zofío Llorente (2014a).

fabril en la industria algodonera catalana, por ejemplo, Sánchez (2000). 13 AHCB. Junta de Comerç, Vol. IV, 1790 folio 9.

AREAS 34 66
así lo había dispuesto la Junta de Comercio el 25 de octubre de de su oficio. Un aprendiz artesano debía alcanzar unas metas
180014. Muy posiblemente, estas modificaciones no eran más técnicas específicas y adquirir ciertas habilidades de gestión
que una adaptación o reconocimiento de la práctica habitual. y actitudes sociales con el fin de acabar convirtiéndose en
¿Qué beneficios comportaba el aprendizaje para el gremio, un trabajador independiente. Esta misma finalidad hacía que
el maestro y el propio aprendiz? Podría decirse que el aprendi- muchos tuvieran que saber leer y escribir, otro elemento dife-
zaje era, prácticamente, la razón de ser del gremio. Garantiza- renciador respecto al trabajador de fábrica, mayoritariamente
ba la supervivencia del oficio y la transmisión del conocimien- analfabeto. Todas estas diferencias generaban concepciones
to, controlaba el reclutamiento de la mano de obra, regulaba del trabajo completamente distintas (Romero, 2001: 206). El
la competencia futura entre miembros del mismo oficio (las artesano se definía a sí mismo por su profesión, por su “oficio”,
ordenanzas determinaban el número de aprendices que cada en el que había logrado desenvolverse con seguridad tras mu-
corporación –y maestro- podían admitir al año). Mediante el chos años de formación, de trabajo y de relacionarse con el en-
aprendizaje, el maestro perpetuaba su manera de practicar el torno adecuado de la manera adecuada. Los trabajadores de
oficio, contribuía a la supervivencia del mismo, era reconocido fábrica, en cambio, excepto los más especializados, más que
por los demás maestros y conseguía una mano de obra barata “profesión” tenían ocupación (menos estable y peor pagada
y versátil ya que los aprendices solían ocuparse de todo tipo que la de los artesanos). Era quizá por estos y otros motivos
de tareas, no sólo de aquéllas relacionadas con el oficio que por los que valía la pena dedicar tanto tiempo y esfuerzo a rea-
estaban aprendiendo. Además, con el concurso de los apren- lizar el aprendizaje tradicional en un taller bajo la supervisión
dices, los maestros lograban mantener a la baja las retribucio- –y a veces la explotación- de un maestro. El sueño de llegar
nes de los oficiales. Por su parte, el aprendiz obtenía una for- a ser un trabajador independiente, de abrir un taller propio,
mación importante, una cualificación reconocida socialmente, debía resultar un estímulo importante.
que le permitiría -si podía acceder a la maestría- convertirse A pesar de las diferencias existentes entre el mundo artesa-
en un trabajador independiente con taller propio. No era esto nal gremial y el sistema de fábrica, hay que señalar que ambos
poco en un mundo donde el trabajador cualificado escaseaba coexistieron durante un tiempo y que el primero debió influir
y donde el sistema fabril, que empezaba a imponerse, creaba necesariamente sobre el segundo. En determinadas circuns-
un tipo de trabajador nuevo que no requería, en la mayoría de tancias, la industria moderna tuvo que inspirarse en formas de
los casos, ningún tipo de formación. organización propias del artesanado para poder resolver algu-
Para algunos especialistas, los efectos del aprendizaje so- nos problemas productivos y, en algunos casos, dependió de
brepasaban el marco estrictamente gremial. Por ejemplo, S. una fuerza de trabajo que mantuvo una identidad de oficio15.
Kaplan –en su estudio de los gremios parisinos del siglo XVIII-
considera que el aprendizaje funcionaba como vehículo de so-
ciabilización y era clave para la reproducción del mundo de las
artes y oficios (Kaplan, 2001). Para J. Farr el aprendizaje no era 3. Origen social y geográfico de los aprendices: torcedores de
solo la iniciación al mundo del oficio sino un instrumento de seda y albañiles
socialización moral y política. Fue uno de los principales me-
dios para disciplinar la mano de obra, mantener una distinción
clara entre los distintos “rangos” sociales y, por tanto, el orden Todas las corporaciones disponían de “libros de aprendi-
y la jerarquía tradicionales. (Farr, 2000 y 2001). ces” que recopilaban la información relativa a los jóvenes que
Las diferencias entre el aprendiz de gremio y el nuevo entraban anualmente en el gremio. Algunos de estos libros,
aprendiz de fábrica son ilustrativas de las implicaciones que sin embargo, son más completos que otros. Mientras que en
tenía el aprendizaje tradicional en la formación del capital hu- algunos sólo se apuntaban los nombres del aprendiz y del
mano. La vida del aprendiz gremial estaba regulada por la nor- maestro, la fecha de inicio del aprendizaje y la cantidad paga-
mativa corporativa –aunque, como se ha visto, se encontraban da al gremio y al notario por escriturar el contrato, otros apor-
formas de moldearla y adaptarla a necesidades específicas- y tan más información, como el nombre y oficio del padre y de
podría decirse que durante su período de adiestramiento per- la madre, si estaban vivos o no, el lugar de residencia y, en muy
día buena parte de su libertad. Juanjo Romero, que ha analiza- pocos casos, la edad de incorporación al gremio. Veamos un
do estas diferencias, apunta que el propio concepto de apren- ejemplo tipo, extraído en este caso del gremio de panaderos
dizaje era bastante distinto para unos y otros. En las nuevas del año 1769:
fábricas textiles, el aprendizaje estaba limitado a la produc-
ción y al horario de trabajo. Una vez acabada la jornada, los “Pau Juliá, hijo legítimo y natural de Miquel Juliá, tejedor
aprendices de fábrica (que pasan a denominarse simplemente de la villa de Terrassa, y de Bárbara, cónyuges vivientes; por
“ayudantes”) regresaban a sus casas y vivían su tiempo no pro- tiempo de tres años, que comenzaron a correr el primero
ductivo. El aprendiz artesano, en cambio, no distinguía entre de noviembre de 1769, se asienta por aprendiz con Carlos
“tiempo productivo” y “tiempo extraproductivo”, ya que solía Setsa, cofrade, y éste le acepta. Y ha pagado 4 sueldos al
ocuparse de hacer los recados de la familia con la que vivía y notario y a Miguel Asborná, clavario, 1 libra”16.
de otras tareas domésticas no relacionadas con el aprendizaje
15 En este sentido, véanse los trabajos de Garcia Balañà (2004) y Vicente (2000)
16 AHCB, Gremis. Gremi de flequers i forners, Libro de los aprendices – 1791, (Sig.
14 AHCB. Junta de Comerç. Vol. III, folios 5-9 6-25), f. 106.

67
Cuadro 1. Origen socioprofesional de los aprendices del gremio
de torcedores de seda de Barcelona. 1762-1792

Profesión del padre N %


Torcedor de seda 22 13,0
Otros oficios textiles 46 27,2
Profesiones agrarias 42 24,9
Otros oficios artesanos 39 23,1
Otros 13 7,7
Comerciantes 7 4,1
Total 169 100

Fuente: AHCB. Gremis. Torcedors de seda. “Llibre dels Aprenents y fadrins del gremi dels retorsedors de seda.
Any 1762 (-1792)”. Sig. 22-2.

Algunas corporaciones insistían en la necesidad del apren- “El 18 de febrero de 1787 se ha puesto por aprendiz con
diz de cumplir con sus obligaciones en el momento de regis- Pere Joan Vergés la persona de Joan Bautista Serra y Es-
trar su entrada al gremio. He aquí un ejemplo extraído del re- peig, hijo de Joan Serra y Jordi, payés, y de Josepha Serra
gistro de los torcedores de seda de 1762: y Espeig, cónyuges, todos de la villa de Tremp, Obispado
de Urgell. Consta ser bautizado en las fuentes bautismales
“Lluís Bordoy, hijo legítimo y natural de Salvador Bordoy, de la Colegiata Iglesia de dicha villa el 24 de septiembre
curtidor ciudadano de Barcelona, difunto, y de Maria, cón- de 1765. Por tiempo de tres años y medio, contadores el
yuges, viva, por tiempo de cuatro años que comenzarán a día 29 de enero pasado en adelante; prometiendo que du-
contar el día (...) se asienta por aprendiz torcedor de seda rante dicho tiempo no se irá de casa de su amo, y en caso
con Andreu Vila, cofrade de dicha Cofradía, con promesa de irse promete comenzar con él mismo; que lo obedece-
de cumplir todas las obligaciones, estilos y consuetudes de rá en todo lo que sea lícito y honesto haciendo continua
Aprendices de la presente ciudad, práctica y estilo de ella, residencia en su casa, comiendo y durmiendo en ella sin
con todas las obligaciones y renuncias acostumbradas, exigir soldada ni salario. Y promete pagar su florín cuando
que por el notario de la presente Cofradía se le han hecho haya acabado. Y ha pagado dicho su amo por asentarlo 6
presentes. Y el dicho Andreu Vila con todas las sobredichas libras”19.
obligaciones lo acepta como su aprendiz y ha pagado 4
sueldos al notario y a Salvador Prunes, clavario, 3 libras”17. A continuación se analizará la procedencia social y geográ-
fica de los aprendices en dos casos concretos, el de los torce-
En algunos pocos casos se anota también la edad del dores de seda y el de los albañiles, análisis que se extenderá
aprendiz (e incluso la de los padres). Esto es así en el libro de a otras corporaciones en fases sucesivas de la investigación.
aprendices de colchoneros y manteros, pero sólo a partir de La información sobre los aprendices de torcedores de seda
los años 30 del siglo XIX. Por ejemplo: corresponde al período 1762-1792. Este gremio fue disuelto
en 1793, de igual modo, según Pere Molas, que otras corpora-
“El Sr. Don Anton Rusiñol, maestro colchonero y mantero ciones que fueron consideradas nocivas para el desarrollo in-
se ha encargado por aprendiz a Gonzalo Guillot, de edad dustrial (Molas, 1970: 29). En los últimos años de su existencia
de 14 años, natural de Caen, hijo de Don Anton Guillot, ca- empleó sus fondos -y los que no tenía- en pleitos para evitar la
pitán de edad de 55 años, natural de Barcelona y de Isidora importación de seda torcida procedente de “Reynos estraños”,
Blasco, edad 36 años, natural de Cartagena; satisfaciendo que los fabricantes de tejidos de seda adquirían por ser más
el derecho gremial, 3 libras. 21 de marzo de 1836”18. barata. Esto estaba causando que los torcedores se estuviesen
“quedando sin ocupación (…) y pereciendo de miseria mu-
Por último, en otros libros de aprendices, como el de los chos trabajadores que antes se mantenían con alguna como-
albañiles, consta también la fecha de bautismo, ya que ser didad empleados en las labores del torcido”20.
católico era requisito obligado para ingresar en el gremio. En Durante los años 1762-1792 ingresaron en esta corpora-
estos casos, por tanto, será posible calcular la edad con la que ción como aprendices un total de 186 jóvenes, de los cuales
se inició el aprendizaje. Por ejemplo: se dispone de la siguiente información: nombre, año de inicio
y fin del aprendizaje, nombre del maestro o maestros con los

17 AHCB. Gremis. Torcedors de seda. “Llibre dels Aprenents y fadrins del gremi dels 19 AHCB. Gremis. Mestres de cases. “Llibres en que se asentan los Aprenents”, 39/38,
retorsedors de seda. Any 1762”. Sig. 22-2. f. 9.
18 AHCB. Gremis. 46-10. 20 AHCB, Gremis, 22-4, “Documents diversos”.

AREAS 34 68
Cuadro 2. Lugar de procedencia de los aprendices del gremio de torcedores de
seda de Barcelona, 1762-1792

Lugar de procedencia N %
Barcelona ciudad 38 26,0
Otras localidades de la provincia de Barcelona 30 20,6
Manresa (Barcelona) 29 19,9
Mataró (Barcelona) 15 10,3
Reus (Tarragona) 12 8,2
Localidades cercanas a Barcelona (actualmente ciudad de Bcn) 11 7,5
Otras localidades provincia de Tarragona 3 2,0
Localidades provincia de Gerona 3 2,0
Localidades provincia de Lérida 2 1,4
Otras provincias de España 2 1,4
Fuera de España 1 0,7
Total 146 100

Fuente: AHCB. Gremis. Torcedors de seda. “Llibre dels Aprenents y fadrins del gremi dels retorsedors de seda.
Any 1762 (-1792)”. Sig. 22-2.

que hizo el aprendizaje, nombre del padre y de la madre, si es- mios estaban abiertos a los hijos de todo tipo de profesionales
taban vivos o habían fallecido y lugar de origen del aprendiz. y eran una puerta de entrada a la ciudad para la mano de obra
La cantidad a abonar por el ingreso era de 3 libras al clavario sobrante del mundo agrario. La mayoría de los aprendices de
más 4 sueldos al notario por escriturar el contrato de aprendi- este oficio procedentes del campo eran hijos de jornaleros y
zaje. Éste era uno de los gremios “baratos”, si se puede deno- braceros de las zonas de agricultura pobre. La urbe se convirtió
minar así a aquellas corporaciones que ingresaban menos de en un foco de atracción para los desocupados agrarios y para
4 libras por entrada. Los aprendices a zapateros de los mismos aquéllos que buscaban mejores oportunidades en un amplio
años pagaban 6 libras, cantidad que aumentó a 9 libras desde movimiento migratorio que caracterizó al siglo XVIII catalán.
1827. Los zurradores de mediados de siglo XVIII debían satis- De hecho, entre 1779 y 1824 el 50-60% de los residentes de
facer 11 libras. La cuota de entrada de los aprendices albañiles Barcelona no había nacido en la ciudad (López Guallar, 2011).
era de 6 libras, y 11 libras y 4 sueldos la de los “velers” hasta En el Cuadro 2 se muestra la procedencia de los aprendices
1795, fecha en que se rebajó a 6 libras. del gremio de torcedores (la cual se anota en 146 de los 186
¿Cuál era el origen socioprofesional de los aprendices tor- asientos de aprendices).
cedores de seda? En el Cuadro 1 se muestra la profesión del El 74% de los aprendices de torcedores de seda eran “fo-
padre, información que aparece en 169 de los 186 contratos rasteros”, es decir, de fuera de la ciudad de Barcelona. Sólo el
de aprendizaje (es decir, en el 91%). 26% eran originarios de la ciudad, aunque el 7,5% venían de
El 40,2% de los aprendices del gremio de torcedores de poblaciones circundantes –principalmente de Sarrià- que ac-
seda eran hijos de profesionales del sector textil: el 13% eran tualmente forman parte de la capital de Principado. El 30,3%
hijos de torcedores de seda y el 27,2% restante lo eran de procedían de importantes centros textiles: cerca del 20% eran
otros oficios textiles (tejedores de lana y lino, pelaires, “velers”, originarios de Manresa (situada a 65 km de Barcelona) y el
tundidores, terciopeleros, percheros…). Constituía, sin duda, 10,3% de Mataró (a 35 km). En cuarto lugar, algo más del 8%
el grupo mayoritario. En segundo lugar, cerca del 25% de los procedía de la ciudad tarraconense de Reus. El resto, en por-
aprendices eran hijos de padres de oficios agrarios (“pagès”, centajes siempre pequeños, eran originarios de localidades de
hortelano, jornalero, bracero, “treballador”), seguidos de cerca, Gerona (el 2%), Tarragona (2%), Lérida (1,4%) y otros lugares
en tercer lugar, por los hijos de otros oficios artesanos (curti- de España como Ávila y Madrid (el 1,4%). De uno de los apren-
dores, zapateros, albañiles, alpargateros, cerrajeros, etc.) con el dices sólo se dice que su padre residía en las Indias.
23,1%. Por último, el 7,7% eran hijos de padres de otros oficios Los resultados de Manuel Arranz y Ramón Grau al analizar
(marinero, veterinario, arriero, maestro de primeras letras, etc.) el origen de los aprendices de gremio en tres corporaciones
y el 4,1% lo eran de comerciantes (“botiguers de teles”, nego- barcelonesas (albañiles, panaderos, carpinteros) en la década
ciantes, revendedores). Estos datos desmienten la “endogamia de 1761-1770 son similares a los obtenidos para los torcedo-
gremial” que se ha solido atribuir a las corporaciones21. Los gre- res de seda. El 74,7% de los 828 aprendices contratados en los
tres gremios eran forasteros (el 74,3% en los albañiles, el 76,1%
21 Por ejemplo, Hohenberg (1995: 144) sostuvo que los maestros “trabajando dentro
de la estructura gremial (…) prácticamente habían cerrado el acceso al oficio a todo el mundo excepto a sus hijos”. En Nieto Sánchez (2013: 98).

69
en los panaderos y el 73,7% en los carpinteros). Los gremios, Cuadro 3. Origen socioprofesional de los aprendices del gremio
como sostienen ambos autores, jugaron un papel fundamen- de “mestres de cases” de Barcelona. 1786-1820
tal en el proceso de integración de la gran corriente inmigrato-
ria –que fue exclusivamente catalana- en la ciudad22. Profesión del padre N
Para analizar las características de los aprendices albañi- “Mestre de cases” 9
les se han examinado los datos de aquéllos que empezaron
su formación con 11 “mestres de cases” entre 1786 y 1820; un “Jove mestre de cases” 8
total de 56 casos. El aprendizaje duraba, en teoría, tres años Profesiones agrarias 24
y medio y la cantidad a pagar en concepto de entrada era de Otros oficios artesanos 6
6 libras. En este caso, dado que tenían que llevar el acta de
Otros 1
bautismo el día de la firma con el notario, es posible conocer
la edad de entrada en el gremio. En primer lugar, destaca que No consta 8
la edad media de ingreso a esta corporación era significativa- Total 56
mente alta: 22,2 años. Los aprendices más jóvenes tenían 15
años (tres casos) y el mayor de ellos tenía 47, aunque la moda Fuente: AHCB. “Llibre en que se notan los aprenents”, Mestres
de cases, Gremis, 39-38.
era de 17 años23. Posiblemente, el aprendiz de albañil debía
tener bastante fuerza física, más de la que pudiera tener un
joven de alrededor de 15 años, que algunos estudios estable- Respecto a su origen socioprofesional, en el Cuadro 3 se
cen como la edad media de la mayor parte de los aprendices aprecia que 17 aprendices eran hijos de “mestres de cases”
artesanos en esta época24. Por otro lado, el paso por la casa (maestros albañiles) o “joves mestres de cases” (oficiales alba-
de un maestro albañil podía ser una oportunidad para adul- ñiles), 24 eran hijos de profesionales agrarios (18 “pagesos”,
tos desocupados: en 10 de los 56 casos los aprendices tenían 3 “treballadors” y 2 braceros), 6 eran hijos de otros artesanos
más de 25 años, y en cinco casos se superaba de largo la trein- (tejedores de lino, alpargatero, pelaire, etc.) y uno era hijo de
tena (37, 38, 39, 42 y 47 años). Hay que tener en cuenta que “maestro de niños”. Es decir, todo indica que era una profesión
convertirse en aprendiz de albañil suponía incorporarse a uno de más fácil acceso para aquéllos que procedían del mundo
de los grupos de artesanos mejor pagados de la ciudad en un agrario.
momento de fuerte demanda de estos profesionales a causa La información sobre el lugar de origen confirma esta hi-
del crecimiento urbanístico. De hecho, Manuel Arranz sostiene pótesis. Sólo 10 de los 56 aprendices eran de la ciudad de Bar-
que desde la década de 1740 los maestros utilizaban la contra- celona. Todos los demás procedían de distintas poblaciones
tación de aprendices para frenar el alza salarial de los oficiales catalanas, destacando los que venían de la comarca del Urgell.
albañiles. Aunque en los asientos y contratos se establecía que Los estudios de Manuel Arranz muestran que, a lo largo del
los aprendices no debían reclamar salario alguno, en realidad siglo XVIII, el 78,1% de los aprendices de albañiles y moleros
muchos de ellos cobraban una cantidad anual (entre 10 y 12 procedían de fuera de la ciudad de Barcelona y eran, en su ma-
libras), mucho menor, por supuesto, que la que hubiese teni- yoría, hijos de profesionales agrarios. En cambio, los aprendi-
do que cobrar un oficial por el mismo trabajo (Arranz, 2001: ces barceloneses eran normalmente hijos de oficiales albañiles
115-116). ¿Explicaría eso la edad elevada de muchos aprendi- y moleros. Éstos también solían comenzar su aprendizaje an-
ces de albañil? Eran adultos procedentes de las zonas rurales, tes, entre los 14 y los 18 años (Arranz, 2001: 115).
muchos de ellos con experiencia en tareas relacionadas con En las entradas recogidas en el libro de aprendices de alba-
la construcción (los campesinos a menudo se encargaban de ñiles se apuntaba que “por tiempo de tres años y medio (…),
ampliar las dependencias de sus casas y construían o ayuda- prometiendo que durante dicho tiempo no se irá de casa de
ban a construir las cuadras, bodegas, etc.). Este hecho, unido al su amo. Y en el caso de irse promete volver a comenzar con
menor nivel de cualificación requerido por este oficio en com- él mismo”. Esta fórmula, que no se ha localizado en otras cor-
paración con otros de la ciudad, convertiría al aprendizaje en poraciones, permitía que el aprendiz se marchase sin ser pe-
el gremio en una eficiente vía de integración de los emigrantes nalizado y que pudiera retomar su aprendizaje con el mismo
en el entorno urbano. maestro. Quizá era necesaria esta cierta flexibilidad para los
miembros de un gremio que tenían más movilidad que los de-
más. En efecto, los datos relativos a cada aprendiz anotados en
los libros mientras duraba su formación constatan dos cosas:
1)- Muchos abandonaban antes de finalizar la etapa formal de
22 Véase Arranz Herrero y Grau Fernández (1970: 73-74). aprendizaje (algunos incluso pasados sólo uno o dos meses),
23 Manuel Arranz , en su estudio sobre los gremios de la construcción en la Barcelona y 2)- muchos prolongaban su formación a seis, siete o incluso
del siglo XVIII, apunta que entre 1701 y 1808 el 71,8% de los aprendices de albañiles ocho años. El cambio de maestro era bastante habitual y tam-
y moleros (un total de 2.794) tenía más de 18 años, y que el porcentaje de jóvenes de
hasta 17 años era realmente bajo: el 28,1%. Arranz (2001: 117).
bién los conflictos con los mismos. Por ejemplo, en el caso del
24 J. Antolín Nieto y J. C. Zofío (2014: 10-11) recogen la información aportada por aprendiz Joan Urllés se apunta lo siguiente: “El 27 de agosto
diversos estudios tanto en España como en el extranjero. Los aprendices de París en de 1797 se ha puesto como aprendiz con el maestro Cayetano
el siglo XVIII entraban en el aprendizaje, por ejemplo, con una media de 15,2 años. En Provens la persona de Joan Urllés para continuar el aprendiza-
Bilbao la media era de cerca de 15 años, en Valladolid estaba entre 12 y 16, en Málaga
era de 14,9, en Albacete ingresaban en el oficio poco antes de los 15 años y en Madrid
je que había comenzado con el maestro Josep Renart (…), por
lo hacían entre los 14 y los 16 años. el resto del tiempo que le falta para acabar, que son 10 meses y

AREAS 34 70
22 días (…). Y promete pagar su florín luego de haber acabado Cuadro 4. La orfandad de los aprendices del gremio de
(…). El 17 de mayo de 1798 denuncia dicho maestro que el día torcedores de seda de Barcelona, 1762 y 1792
13 del corriente mes lo despidió por desobediente y le abonó
el tiempo”25.
Nº de % de
Algunos aprendices eran despedidos y luego acogidos de Estado de los padres
aprendices aprendices
nuevo por el mismo maestro. Por ejemplo, el albañil Gervasi
Giralt empezó su aprendizaje con el maestro Josep Mestres Ambos vivos 72 38,7
en abril de 1790 con 16 años de edad. Fue despedido en abril Padre o madre fallecidos 77 41,4
del año siguiente, volviendo a casa del maestro en febrero de Padre y madre fallecidos 28 15,1
1794, ya con 20 años, y acabó su aprendizaje en septiembre
“Padres incógnitos” 6 3,2
de 179526.
En realidad, menos de la mitad (22) de los 56 aprendices al- No consta 3 1,6
bañiles de la muestra acabaron su aprendizaje (o fueron “aflo- Total 186 100
rinados”, es decir, cobraron su florín). Además, la mayoría de los
que lo acabaron emplearon un tiempo bastante superior a los Fuente: AHCB. Gremis. Torcedors de seda. “Llibre dels Aprenents y
fadrins del gremi dels retorsedors de seda. Any 1762 (-1792)”. Sig.
tres años y medio establecidos en las ordenanzas. Dieciocho 22-2.
se fueron de la casa del maestro sin haber acabado su apren-
dizaje (dos de ellos “para hacerse soldados”); 6 fueron despe- Los aprendices que tenían a ambos padres vivos al iniciar
didos por mal comportamiento y 5 cambiaron de maestro y su aprendizaje no llegaban al 40%. Esto no es extraño si se
se desconoce si finalizaron o no su aprendizaje. En estudios tiene en cuenta la elevada tasa de mortalidad de la época y
posteriores se intentará averiguar si esta gran movilidad de los la corta esperanza de vida. Juanjo Romero utiliza la informa-
aprendices y la falta de compromiso con su aprendizaje eran ción aportada por Figuerola en su Estadística de Barcelona de
características de esta corporación en particular o un fenóme- 1849 para demostrar que muchos oficiales no llegaban nunca
no más general. En el estado actual de esta investigación sólo a ser maestros, entre otras razones, porque morían antes de
es posible afirmar que mientras que los aprendices de torce- poder hacerlo. La esperanza de vida de los varones artesanos
dores de seda solían acabar su aprendizaje en el tiempo esta- de Barcelona era de 48,08 años, lo que explica, por tanto, que
blecido (aunque a menudo también cambiaban de maestro y muchos falleciesen siendo oficiales (Romero, 2005: 105).
no faltaban los conflictos), era raro que esto sucediese entre El grupo mayoritario era el de los aprendices que habían
los albañiles27. perdido a uno de los dos progenitores (el 41,4%) y algo más del
Manuel Arranz y Ramón Grau se preguntan qué número 15% habían perdido a los dos. ¿Era la proporción de huérfanos
de aprendices acababan integrándose en los oficios una vez superior entre los aprendices de gremio que en el conjunto
terminado su período de aprendizaje. Para el caso de los pa- de la sociedad? La falta de estudios al respecto impide por el
naderos, sólo se colocaron como oficiales el 47,4%, proporción momento responder a esta cuestión, aunque la comparación
sensiblemente más alta para los hijos de profesionales de la de nuestros datos con los obtenidos por Josep Maria Benaul
panadería (el 60%)28. Y es que, como se verá posteriormente, y Lidia Torra para las parejas que contrajeron matrimonio en
ser hijo de maestro facilitaba mucho la promoción profesional. Sabadell entre los años 1751 y 1810, parece indicar que el por-
centaje de huérfanos de ambos padres entre los aprendices
de torcedores de seda era bastante alto. Teniendo en cuenta
4. Orfandad, pobreza y aprendizaje que la edad de matrimonio era más avanzada que la edad de
los aprendices, el 5,7% de las parejas de Sabadell tenían a los
padres difuntos en el momento de firmar los capítulos matri-
Era habitual que muchos de los aprendices de los gremios moniales frente al 15% de nuestros aprendices (Benaul y Torra,
barceloneses de la segunda mitad del siglo XVIII fueran huér- 2009: 29). Se ha observado, por otra parte, que eran muchos
fanos de padre o madre. En la siguiente tabla se muestran los los niños huérfanos y abandonados entre los aprendices de
datos relativos a esta cuestión para los aprendices que entra- Albacete de los siglos XVII y XVIII (Hernández López, 2013: 7
ron en el gremio de torcedores de seda de Barcelona entre y 17).
1762 y 1792. Si no puede afirmarse que el aprendizaje fuese el destino
natural de los huérfanos, sí puede decirse que era una salida
que les ofrecía dos cosas importantes: el aprendizaje de un
25 AHCB, Gremis, 39-38, “Llibre en que se notan los aprenents”, f.13.
oficio y, aunque fuese temporalmente, una familia con la que
26 AHCB, Gremis, 39-38, “Llibre en que se notan los aprenents”, f. 19.
vivir. Esto era así especialmente para los que procedían de
27 Por ejemplo, en una nota suelta del libro de aprendices de torcedores de seda,
instituciones asistenciales como el Hospital de la Misericordia
datada el 28 de abril de 1772, el maestro Manuel Pujadas apuntó lo siguiente: “Cer-
de Barcelona. En efecto, se apunta en algunos casos que los
tifico que estando en mi casa como aprendiz Francisco Casals durante dos años y aprendices de torcedores de seda no pagaron las tres libras en
dos meses, en este tiempo ha huido ocho veces, estando fuera de mi casa cuatro concepto de entrada al gremio “en atención de ser del Santo
meses y diez días, y queda a favor de su aprendizaje un año nueve meses veinte días.”
“Llibre dels Aprenents y fadrins del gremi dels retorsedors de seda. Any 1762” (i fins
Hospital de la Misericordia, como consta en el certificado dado
el 1792). Sig. 22-2. por el Padre de dicho Hospital”. Los jóvenes hijos de “padres
28 Arranz Herrero y Grau Fernández (1970: 77). incógnitos” solían proceder también del Hospital, por lo que

71
estaban exentos del pago, así como también algunos chicos ociosidad, madre de todo delito”. El aprendizaje en los gremios
huérfanos de padre. Un total de 20 aprendices (el 10,8% del era pues una salida óptima para los jóvenes varones del Hospi-
total) no pagaron cuota alguna. tal de la Misericordia, a los que había que separar de las niñas
De hecho, algunos defensores del sistema gremial –como y muchachas que, en cambio, trabajaban en las manufacturas
el Ayuntamiento de Barcelona en la segunda mitad del siglo textiles organizadas en el propio Hospital.
XVIII- ensalzaban las virtudes que tenía el aprendizaje tradi- Los administradores de dicha institución, para demostrar
cional para los muchachos pobres: “De estas consideraciones la gran oportunidad que esta práctica ofrecía a los jóvenes
se puede concluhir sin violencia que siendo por lo común la desamparados, acompañaron su expediente de un listado de
pobreza la que destina a muchos mozos al exercicio de las ar- aprendices, oficiales y maestros que habían salido del Hospi-
tes mecánicas, serían muy pocos los que se aplicasen a ellas tal: un maestro pintor, un maestro y un oficial dagueros, un
si no tuviesen el recurso de pasar como aprendices el tiempo oficial cerrajero, dos aprendices carpinteros, dos aprendices
que prescriben las ordenaciones de los oficios que, por peno- tejedores de lino, un aprendiz de medias de telar, un apren-
so y prolijo que les parezca, tal vez no sería término suficiente diz albañil, además de “algunos maestros y mancebos en otros
para aprender los rudimentos menos complicados: sus padres oficios, y en particular, en el de Hortelanos de la puerta de San
pobres se verían imposibilitados a mantener en su compa- Antonio”30.
ñía sus hijos por tan largo tiempo; y muchos jóvenes de esta Un documento de la Real Audiencia del 4 de febrero de
clase ahuyentados de la casa paterna tomarían el partido de 1757 determinó que no había lugar a la exención del pago tal
mendigar”29. Así, el aprendizaje artesano era percibido como y como solicitaban los administradores del Hospital, pero es
una salida digna para los hijos de aquellos padres que no po- evidente –como muestra la documentación generada por el
dían mantenerlos en casa. gremio de torcedores de seda- que esta práctica fue muy habi-
En el archivo del Hospital de la Misericordia de Barcelona tual hasta finales del siglo XVIII.
hay información de interés sobre los aprendices. Tradicional-
mente, los muchachos recogidos en el Hospital que tenían la
edad de iniciar el aprendizaje en un oficio entraban en algún
gremio, pero de manera distinta al resto de los aprendices. 5. Algunas notas sobre las condiciones de vida de los apren-
Para empezar, “no pagaban cosa alguna de lo impuesto por dices.
dichos gremios por la entrada de aprendices” y, en segundo
lugar, “por causa de ser tan pobres y desamparados, el Hos-
pital los mantiene de ropa y cuyda de su limpieza durante el A la hora de abordar el tema de las condiciones de vida
tiempo de su aprendizaje”. El problema se produjo cuando, de los aprendices es necesario hacer una primera distinción
en 1756, la corporación de zurradores –una de las más “caras” entre los hijos de maestros de gremio y los demás. Los hijos
de la ciudad- se rebeló contra esta diferencia de trato de los de maestros que se quedaban en su casa para aprender el ofi-
aprendices procedentes de la institución asistencial y empezó cio nada tenían que ver con otros cuatro colectivos: los hijos
a exigir el pago de entrada a los maestros que los habían aco- de maestros que se colocaban con otros maestros del mismo
gido: “Dos muchachos del mencionado Hospital estaban por oficio, los hijos de maestros contratados por maestros de otros
aprendizes, el uno en casa de Francisco Casas y el otro en la de oficios, los jóvenes hijos de oficiales y, por último, los que pro-
Joseph Oliu, zurradores, y pretendieron los Prohombres de di- cedían de un mundo ajeno al gremial. Cabe suponer que el
cho Gremio que dicho Casas pagase 11 libras por su aprendiz y grado de desprotección frente al maestro era mayor en cada
pasaron a apremiarle por no haverlas satisfecho, notificándole una de estas categorías.
que en continente despachase el aprendiz si quería relevarse El hecho de ser hijo de maestro y continuar con el oficio fa-
del apremio”. Los administradores del Hospital recomendaron miliar tenía muchas ventajas: se aprendía en casa (normalmen-
al maestro no pagar las 11 libras “por no introducir exemplares te sólo uno de los hijos, ya que así se perpetuaba el oficio fami-
perniciosos”, es decir, por no crear un antecedente peligroso. liar al mismo tiempo que se diversificaban riesgos), se evitaba
Esto sería contrario a la tradición y a la ley, ya que un privilegio el año de trabajo como oficial en un taller tras el aprendizaje,
real permitía “poner los muchachos aprendizes con la condi- se pagaba una cantidad mucho menor que el resto de oficiales
ción de no pagar nada”. El pago de la entrada supondría graves para acceder a la maestría y en muchas corporaciones no se
perjuicios económicos para el Hospital, y algo peor: “la falta de debía hacer la parte práctica del examen. Estos derechos se ex-
medios obligaría a despedir los muchachos del Hospital sien- tendían a menudo a los oficiales que estuviesen casados con
do grandes y capazes para ponerlos en oficios, respecto de que hijas de maestros. En el gremio de “velers” de Barcelona, por
no es conveniente que abiten en él, a causa de las muchísimas ejemplo, esta diferencia llegó a ser enorme a finales del siglo
doncellas que están allí recogidas; pues aunque los dos sexos XVIII. En 1792, mientras que los hijos de maestros debían satis-
estén totalmente separados, en algunas ocasiones no pueden facer 12 libras y 1 sueldo para hacer el examen que les conver-
dejar de tratarse por el trabajo en distinctas oficinas; de que tiría en maestros, el resto de oficiales debía pagar 100 libras.
resultaría malograda la enseñanza y educación que se les da
en el Hospital, en beneficio del Público y abierta la puerta de la
30 Arxiu de la Fundació Casa de Misericòrdia de Barcelona. Sèrie Treball de les Asi-
lades. Subsèrie expedients, lligalls i documents solts. 1-Govern de la Casa. Notícies.
29 AHCB. Ayuntamiento, Representaciones, 1776, fols. 60-106. Citado por Arranz y Entrada de nois d’aprenents a diferents gremis. 1756-1772. Signatura: AM02-PE01,
Grau (1970: 77-78). CP02A, 08.

AREAS 34 72
Esta cifra máxima se fue reduciendo en los años siguientes y la que la cerrazón de los gremios en cuanto al aprendizaje y
la diferencia entre unos aspirantes y otros fue disminuyendo, sus características explicaría la tendencia de los inmigrantes
aunque ni mucho menos desapareció. En los años 20 del siglo campesinos llegados a Barcelona a trabajar en las fábricas an-
XIX se distinguía entre tres tipos de maestrías del gremio de tes que pasar por la condición de aprendices en los talleres
fabricantes de velos: 1)- Las “maestrías de Jubileo”, que incluían de los maestros de gremio (Molas, 1970: 18). Sostiene el au-
las de hijos de maestros y las de los oficiales casados con hijas tor que, conociendo las condiciones de trabajo en las fábricas
de maestros (pagaban 6 libras por hacer el examen,) así como esto puede sorprender, pero hay que tener en cuenta que el
las de los “menores de edad” (25 años); 2)- las “maestrías de fa- trabajo en los talleres gremiales tampoco era fácil. Antonio de
drins” (oficiales), que satisfacían 30 libras, y 3), las “maestrías de Capmany, conocido defensor de los gremios, consideraba que
Ordenanza”, por las que se pagaban 50 libras31. la jornada de catorce horas era normal y los sueldos, aunque
Para algunos autores, esta política gremial a favor de los con una tendencia al alza en la segunda mitad del siglo XVIII,
hijos y yernos de maestros debe ser interpretada como una eran bajos34. Algunos de los detractores de los gremios, como
protección de la inversión hecha en formación profesional. Se- Colmeiro, denunciaban los “muchos abusos que bastarían por
gún Jaume Torras, los maestros agremiados no consideraban sí solos para condenar una institución propia de otros siglos”
el conocimiento del oficio como un atributo individual, sino (Molas, 1970: 25).
como un patrimonio de la familia dentro de la cual se apren- En 1781 la obra de teatro anónima Examen d’un mestre sa-
día y practicaba. Los maestros querían poder legar este patri- bater da noticias, por un buen conocedor del gremio de zapa-
monio y protegerlo de la desvalorización que podría derivarse teros, de las duras condiciones de vida y trabajo de los apren-
de la competencia de artesanos de otras localidades, de otras dices, a los que hacían trabajar de sol a sol. En unos versos de
regiones o de la multiplicación de talleres. De ahí que, a me- dicha obra –en catalán en el original- se dice: “Hasta ahora me
diados del siglo XVIII, los nuevos maestros que no eran hijos he muerto de hambre, mal común de los aprendices” (Vilallon-
o yernos de maestros tuviesen que pagar, por su admisión a ga, 2010: 72). El siguiente fragmento de la obra ilustra la dure-
examen, 16 veces más –como media- que los que sí lo eran za –no sabemos si exagerada o no- de las condiciones de vida
(Torras, 2006: 47-48). y trabajo de los aprendices zapateros:
Estas diferencias entre los hijos de maestros y el resto de
los aprendices se traducían también en su apariencia externa. No quiero estar más aquí,/que con cuatro años que he
El Barón de Maldá, en un escrito de la década de 1780 dedi- estado,/lo que he sufrido sólo Dios lo sabe.
cado a describir la forma de vestir y los adornos que usaban Trabajo hay que es un poder/como también hambre,
los catalanes, apuntó que los hijos de maestros de artesanos en tanto que/nunca me he visto harto de pan.
de “segundo rango” (“sastres, percheros, veleros, pasamane- Lo que más he conseguido/fue una tirada de vino/
ros, carpinteros, zapateros, carreteros, escultores, etc.”)32 y cuando iba como San Eloy/rodando estas calles,/hacién-
los oficiales de los mismos oficios iban a veces peinados de dome ir por los recados/y a veces incluso lloviendo/que
peluquero, aunque la mayoría de ellos llevaban redecillas en hacía reír a la gente viéndome tan amargado (Vilallonga,
sus cabezas y vestían medias de seda blanca, “cabriolés” en in- 2010: 100).
vierno y casaquillas lisas en verano. En cambio, los aprendices
corrientes llevaban cota, gorra y medias de hilo grueso (en vez No es posible saber, sin embargo, si el trato dado a los
de las de seda), como el de sus camisas. Mientras que éstos aprendices era sustancialmente distinto del que se daba al res-
llevaban botones de hilo o metal en los ojales de los puños to de trabajadores, tanto en el taller como en la fábrica.
de sus camisas y hebillas de estaño o de latón en los zapatos,
los oficiales de estos oficios y los hijos de maestros llevaban
hebillas de plata, camisas más finas que la de los aprendices y
botones también de plata o “de piedra brillante engastada en 6. Conclusiones
plata”33. Esta diferenciación en la apariencia externa no era rara
en una sociedad que, aunque en transformación, aún no había
dejado de ser del todo estamental y en la que, por lo tanto, En este texto se hace una aproximación a la figura del
el nacimiento aún tenía una importancia considerable en los aprendiz en una época en la que la institución que lo creó, el
signos de reconocimiento mutuo y en la distinción social. gremio, estaba siendo gravemente amenazada por la indus-
Existen múltiples noticias sobre las duras condiciones de trialización y la nueva interpretación de la realidad económica
vida de la gran mayoría de los aprendices. Los inventarios y social de ilustrados y liberales. Ahora bien, ni todas las corpo-
post-mortem muestran, por ejemplo, que solían dormir sobre raciones vivieron este proceso de la misma manera ni, por tan-
un jergón en el suelo del mismo taller y que no poseían más to, todos los aprendices. Por otra parte, la imagen plana que
ropa que la que llevaban puesta (Moreno, 2001). Molas seña- de ellos proporcionan las ordenanzas gremiales se desvanece
cuando se analiza quienes eran, de dónde venían, de quienes
31 AHCB. Gremis. Velers. “Llibre dels aprenents. 1788” (2B-42-5).
eran hijos… Es difícil hacer una tipificación de la figura del
32 Los artesanos “de primera clase” eran “los artesanos más acomodados, como son
marchantes, bordadores, tiradores de oro, plateros, relojeros, tenderos, oficiales de 34 Molas (1970: 122). Sin embargo, Manuel Arranz sostiene que Capmany fue mal
negocio y de tienda, etc.” D’Amat (1784/1994: 258). informado y que, en realidad, la jornada laboral era de unas 11 horas. Arranz (2001:
33 D’Amat (1784/1994: 258-259). 124).

73
aprendiz, dado que la realidad era mucho más compleja que Bibliografía
la que se pretendía aprehender en la normativa gremial.
El aprendizaje parecía ser, a tenor de algunos testimonios,
un proceso duro para los jóvenes que accedían a él: largas ARRANZ HERRERO, M. y GRAU FERNÁNDEZ, R. (1970): “Problemas de inmi-
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inalcanzables para muchos otros: una cualificación –que les BENAUL BERENGUER, J.M. y TORRA FERNÁNDEZ, L. (2009): “El gremi
posibilitaría incrementar sus rentas en el futuro-, una red so- de paraires i la vila pagesa i artesana”, en El Gremi de Fabricants de
cial y profesional, y un futuro independiente si podían acceder Sabadell, 1559-2009, Sabadell, Fundació Gremi de Fabricants de
Sabadell, pp. 28-71.
a la maestría. El aprendizaje en el gremio suponía también una
D’AMAT, R., Baró de Maldà (1784/1994): Viles i ciutats de Catalunya, edición
oportunidad para sectores desplazados del mundo agrario y a cargo de Margarida Aritzeta, Barcelona, Ed. Barcino.
una vía eficaz para su integración en la ciudad. DÍEZ, F (1990): Viles y Mecánicos. Trabajo y Sociedad en la Valencia Prein-
No obstante, los primeros resultados de esta investigación dustrial, Valencia, Edicions Alfons el Magnànim.
sugieren que el aprendiz de algunas corporaciones –como EPSTEIN, S. R. (1998): “Craft guilds, Apprenticeship, and Technological
Change in Preindustrial Europe”, Journal of Economic History, 58, pp.
la de torcedores de seda- poco tenía que ver con el de otras
73-102.
–como la de albañiles-. Mucho más joven el primero que el EPSTEIN, S. R. (2008): “Craft Guilds in the Pre-Modern Economy: A Discus-
segundo (y supuestamente, por tanto, más dócil), hijo, en mu- sion”, Economic History Review, 61-1, pp. 155-174.
chas ocasiones, de un artesano del sector textil, solía acabar EPSTEIN, S. R. y PRAK, M. (eds.) (2008): Guilds, Innovation and the European
su aprendizaje a tiempo. En un oficio, por otra parte, que ten- Economy, 1400-1800, Cambridge, Cambridge University Press.
dría un futuro muy poco halagüeño. El segundo, en cambio, FARR, J. (1997): “On the shop floor: guilds, artisans and the European mar-
ket economy”, 1350-1750, Journal of Early Modern History, (1997-1),
un joven de más edad, mayoritariamente procedente de las pp. 24-54.
zonas rurales, con más dificultades para aceptar la disciplina FARR, J. (2000): Artisans in Europe, 1300-1914, Cambridge, Cambridge Uni-
del maestro y que optaba a veces por el aprendizaje como una versity Press.
forma temporal de ganarse la vida antes de ejercer otra profe- GARCIA BALAÑÀ, A. (2004): La fabricació de la fàbrica. Treball i política a la
sión o hacerse soldado. Este oficio, sin embargo, tendría un fu- Catalunya cotonera (1784-1874), Barcelona, Publicacions de l’Abadia
de Montserrat.
turo más prometedor. Los torcedores de seda desaparecieron,
GARCÍA FERNÁNDEZ (1996): “Condiciones de vida de los aprendices de
mientras que los albañiles fueron cada vez más demandados los gremios vallisoletanos. Siglos XVII y XVIII” en Castillo, Santiago (co-
en una sociedad urbana en crecimiento. ord.), El trabajo a través de la historia, Madrid, UGT, Centro de Estudios
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hecho de ser aprendiz o el oficio al que había accedido? Po- GÓMEZ CARRASCO, C.J. (2005): “Maestros, oficiales y aprendices. Notas
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siblemente un aprendiz compartía más similitudes con un
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oficial del mismo gremio que con un aprendiz de otra corpo- HERNÁNDEZ LÓPEZ, C. (2013): “Trabajo y curso de vida. Los aprendices
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misma red social y una misma “categoría” dentro de la escala Congreso ADEH (Asociación Demografía Histórica), Albacete, 2013.
social urbana, aunque en escalones distintos. Como sostenía HOHENBER, P (1995): Manufacturas urbanas en la economía protoindus-
el Barón de Maldá, había artesanos de “primera” y de “segun- trial: ¿cultura contra comercio? En Berg, M. (ed): Mercados y Manufac-
turas en Europa, Barcelona, Crítica, pp. 133-49.
da” clase, distinción quizá más determinante que la que existía ITURRALDE VALLS, M. (2012): “El mercado de trabajo infantil en la Barcelo-
entre el aprendiz y el oficial de un mismo oficio. Lo que sí pare- na del setecientos”, Actas del XI Congreso de la Asociación de la Histo-
cía crear una diferencia fundamental con respecto al resto de ria Contemporánea, Granada, 12-15 de septiembre de 2012. (Online)
aprendices era ser hijo de maestro artesano, especialmente si KAPLAN, S.L. (2001): La Fin des Corporations, París, Fayard.
el aprendiz era el hijo que el padre-maestro había elegido para LAUDANI, S. (2006): “Apprenties ou jeunes salariées? Parcours de forma-
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perpetuar el oficio familiar.
15, pp. 13-25.
En definitiva, el trabajo llevado a cabo hasta aquí abre más LÓPEZ BARAHONA, V. y NIETO SÁNCHEZ, J.A. (eds.) (1996): El trabajo en la
interrogantes de los que cierra. Esperamos poder arrojar más encrucijada: los artesanos urbanos en la Europa de la Edad Moderna,
luz sobre estos y otros aspectos relacionados con la figura del Madrid, Grupo Taller de Historia Social, Los Libros de la Catarata.
aprendiz de gremio en fases posteriores de esta investigación. LÓPEZ GUALLAR, P. (2011): “La població de Barcelona, 1680-1830: fonts,
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Del aprendizaje a la maestría. El caso del gremio de velers de Barcelona, 1770-1834
Àngels Solà
Universitat de Barcelona
Yoshiko Yamamichi
Keio University, Tokio
FROM APPRENTICESHIP TO MASTERY. THE VELERS´S CRAFT
GUILD CASE OF BARCELONA, 1770-1834

Resumen Abstract

En este estudio se analizan las características vitales y labora- This article analyses the main features of the silk-weaver
les de los aprendices y maestros que entraron en el gremio de apprentices and masters within the Barcelona silk guild from
tejedores de seda de Barcelona entre 1770 y 1834. En este pe- 1770 to 1834. In this period, at least 1,482 adolescents learnt
riodo, como mínimo, en él hicieron el aprendizaje 1.482 ado- the skills to weave silk and 737 men reached the mastery. At the
lescentes y jóvenes y obtuvieron la maestría 737 hombres. La beginning most apprentices were peasants’ sons from different
mayoría de los aprendices primero fueron hijos de campesi- Catalan towns, but in the late 18th century sons of fathers
nos de distintas poblaciones catalanas, pero a finales del siglo in different trades and occupations who lived in Barcelona
XVIII los hijos de padres que tenían otros oficios y ocupaciones entered this guild. Masters were equally distributed among
y vivían en Barcelona los substituyeron en esta posición. Los guild masters’ sons and those who were not, although after
maestros se repartieron en una proporción casi igual entre los the War of Independence the weight of the former increased.
hijos de maestros del gremio y los que no lo eran, si bien tras Parents of new masters who had no previous connection with
la guerra de la Independencia el peso de los primeros se incre- the guild had different occupations in the productive and
mentó. Los padres de los maestros que no tenían una vincula- service sectors, and although before the War of Independence
ción previa con el gremio tenían diferentes ocupaciones repar- peasants constituted 23% of this very heterogeneous labour
tidas entre los distintos sectores productivos y de servicios, y si group, after it they lost this position in favour of artisans’
antes de la guerra de la Independencia los campesinos cons- and merchants’ sons, especially in Barcelona. Only 12.5% of
tituyeron el 23% de este grupo laboral tan heterogéneo, des- apprentices became masters, but many silk masters had begun
pués perdieron esta posición a favor de los hijos de artesanos as apprentices in a workshop. These features show that this
y comerciantes, sobre todo de Barcelona. Sólo el 12,5% de los guild was not closed and that the economic crisis between the
aprendices llegaron a ser maestros, pero bastantes maestros 18th and 19th century did not force it to become more closed.
empezaron como aprendices. Estas características muestran The current research enriches, therefore, the knowledge on
que este gremio no era cerrado y que apenas se cerró con la the character and development of the guilds in Spain we
crisis económica que se desarrolló a caballo de los siglos XVIII y had so far. It discusses whether they were open or closed an
XIX. Por lo tanto esta investigación enriquece el conocimiento approach that European historiography on the subject holds
que hasta ahora se tenía del carácter y desarrollo de los gre- from a long time ago.
mios en España, considerando si eran abiertos o cerrados, un
planteamiento que parte de la perspectiva del “retorno de los
gremios” sobre la que avanza desde hace tiempo la historio-
grafía europea sobre el tema.

Palabras clave Keywords

Maestros tejedores de seda, aprendices tejedores de seda, gre- Silk weaver masters, silk weavers apprentices, guilds, Barce-
mio, Barcelona, finales del Antiguo Régimen lona, final phase of Old Regime

Código JEL: N33, N43, N63 JEL codes: N33, N43, N63
Fecha de recepción del original: 9 de marzo de 2015; versión definitiva: 1 de diciembre de 2015

Àngels Solà, Universitat de Barcelona, Departament d’Història Contemporània, Facultat de Geografia i Història
Carrer Montalegre, 6-8, 08001 Barcelona. Email: angelssola@ub.edu
Yoshiko Yamamichi, Keio University, Tokyo, Faculty of Letters, Department of Humanities and Social Sciences,
Email: yoshikoy@z5.keio.jp

AREAS
Revista Internacional de Ciencias Sociales, 34/ 2015
Gremios y corporaciones laborales en la transición del feudalismo al capitalismo.
Siglos XIII-XIX
(pp. 77-91) 77
Contrato de aprendizaje de Joan Rosell, 1760
Del aprendizaje a la maestría. El caso del gremio de velers de Barcelona, 1770-1834*
Àngels Solà
Universitat de Barcelona
Yoshiko Yamamichi
Keio University, Tokio

El estudio de los gremios en la monarquía española en el siglo análisis globalizador del proyecto denominado “el retorno de los
XVIII cuenta ya con importantes aportaciones, algunas de las cua- gremios” incluyó también un estudio sobre la relación entre el tra-
les se han adscrito a la perspectiva de lo que en la historiografía bajo femenino y estas corporaciones de oficio para lo que Clare
europea se denomina “el retorno de los gremios”1. Este es el nom- Crowston (2008: 19-44) hizo una síntesis de las múltiples apor-
bre de un proyecto de investigación de diferentes expertos sobre taciones sobre el tema efectuadas por historiadoras europeas y
los gremios, desde la historia global, que dio como resultado una norteamericanas.
publicación con este título en 20082. Investigaciones anteriores Estos planteamientos están siendo introducidos en la Penín-
estaban detrás de esta iniciativa, las cuales habían ya renovado sula desde hace unos años por José A. Nieto y Juan C. Zofío, el pri-
la percepción de esta organización desde distintos ángulos. Uno mero de los cuales, junto con Victoria López Barahona, hace años
de ellos fue el análisis del aprendizaje tras confeccionar, a veces, hicieron lo posible para dar a conocer lo más novedoso de la lla-
largas listas con los datos de los chicos y jóvenes que pasaron por mada nueva historia del trabajo en el mundo gremial4. Otros au-
esta formación laboral3. tores destacan en este ámbito, en especial Fernando Díez (1990).
Esta revisión de los gremios señala, entre otras, dos cues- Dado lo reciente que es en España la difusión de las investigacio-
tiones muy importantes. Por un lado, S. R. Epstein hace ya años nes europeas mencionadas, en el imaginario colectivo y en el de
destacó la gran aportación de los gremios a la sociedad por su muchos investigadores de éstos aún domina la idea de que los
función como formadora de capital humano. Esto, junto con la gremios fueron una institución cerrada que reservaba el ingreso
migración temporal de los oficiales practicada en algunos países a la misma a los hijos de los que ya eran miembros. Sin embargo,
europeos (Alemania y Francia, sobre todo) fue la base del avance diversos estudios muestran como esta realidad no fue universal
tecnológico y de su difusión por Europa. Como dice Maarten Prak en la Península en el siglo XVIII5. Esta es una de las cuestiones que
en un recordatorio de las aportaciones del joven Epstein, falle- plantea esta nueva historiografía sobre los gremios en Europa en
cido prematuramente en el 2008, la innovación tecnológica fue la Edad Moderna y que también se tratará aquí.
menos el resultado de una búsqueda deliberada de la innovación Para el caso de Barcelona hay resultados contrapuestos sobre
que la consecuencia involuntaria de la movilidad de los trabaja- esta cuestión, expuestos hace ya bastantes años. Así, Pere Mo-
dores (Prak, 2008: 2). Por otro, estos estudios que renuevan la vi- las (1970: 365 y 442-443), sin hacer un estudio a fondo del tema,
sión sobre los gremios indican que estos eran más flexibles que lo señaló que al menos algunos gremios del sector de la seda de
que dan a entender sus estatutos, es decir que una cosa eran las Barcelona fueron abiertos y que permitían la obtención de la
reglas y otra la práctica del día a día. Por ello, ni los gremios eran maestría a hombres cuyo padre no pertenecía al gremio. En cam-
tan cerrados ni el aprendizaje era tan rígido como se suponía. En- bio, la investigación de Manuel Arranz sobre los artesanos de la
tre las aportaciones de esta nueva historia sobre los gremios des- construcción de Barcelona en el siglo XVIII mostró el grado de ce-
taca, por ser de gran interés para nosotras, el debate sobre si las rramiento del sector de los maestros de obras (constructores de
estructuras gremiales permitían la innovación, la emprendeduría edificios) y molers (explotaban las canteras de Montjuïc, tallando
y la seguridad social (Epstein, 1998, 2008; Ogilvie, 2004, 2008). El piezas de piedra con las que se edificaron los edificios nobles de
la ciudad durante siglos). De las 246 cartas de maestría concedi-
das entre 1752 y 1808 sólo el 22,7% de las mismas las obtuvie-
* Esta investigación se ha llevado a cabo dentro del proyecto HAR 2014/57187 “Crisis
ron los fadrins forros, es decir los que no eran hijos de maestros
y reconstrucciones de los mercados de trabajo en Cataluña (1760-1960). Ocupacio-
nes, culturas del trabajo y estrategias adaptativas”, financiado por el Ministerio de
Educación, Cultura y Deportes. 4 Nieto, 2013; Nieto y Zofío, 2014 y 2015. Participando del mismo interés que Nieto y
1 Otras síntesis de esta aportación historiogràfica en Nieto, 2013; Nieto y Zofío, 2014;
Zofio en las aportaciones de la historiografía entorno del “retorno gremial”, nosotras
Nieto y Zofío, 2015. ya hemos emprendido algunas investigaciones que están en prensa (Solà y Yamami-
2 Lucassen et al. (eds.), 2008. chi, 2015; Yamamichi, 2014).
3 Epstein, 1998; De Munk et al. (eds.) 2007; Wallis, 2008; Wallis et al., 2010. 5 Nieto, 2013; Nieto y Zofío, 2014; Yamamichi, 2014; Solà y Yamamichi, 2015.

AREAS 34 78
(Arranz, 2001:152). En este periodo, 1.600 jóvenes se asentaron El objetivo de este artículo es modesto y no es nuestra inten-
como aprendices a razón de 28 por año, mientras que sólo un ción entrar en el debate sobre la lógica, eficacia o perversidad
fadrí forro entraba como maestro en el gremio anualmente. Así, de los gremios. Simplemente, reconociendo la aportación de la
sólo el 5,3% de los que habían iniciado el aprendizaje llegaban a nueva historiografía europea sobre los gremio, tal como hacen
ser maestros. El porcentaje subía al 6,4% si se suman los oficiales José A. Nieto y Juan C. Zofío, presentamos el resultado de nues-
que obtuvieron la maestría mediante su matrimonio con la hija tra investigación sobre cuatro cuestiones. Así, podemos explicar
de un maestro. ciertas características socio-profesionales y geográficas de aque-
Para el caso de los gremios de otras ciudades peninsulares llos jóvenes y hombres que hicieron contratos de aprendizaje y
hay muestras más sólidas que sustentan la apertura de los gre- de los que obtuvieron la maestría en el gremio de los tejedores
mios a los forasteros nacionales en el siglo XVIII. Según Moral de seda (velers) de Barcelona en el periodo comprendido en las
Roncal (1998: 99), de 643 maestros documentados, pertenecien- fechas indicadas en el título, que incluye su etapa final. Con ello
tes a varios gremios madrileños, solo el 37,8% había nacido en queremos conocer: 1) El grado de apertura del gremio, respecto
esta ciudad o en pueblos de su actual provincia. Dicho de otra la procedencia socio-profesional de los aprendices y de los nue-
manera, en el siglo XVIII los gremios madrileños se alimentaban vos maestros, es decir en qué grado predominaban en una y otra
de oficiales y maestros pertenecientes a familias que no eran na- etapa laboral los hijos de maestros del mismo gremio. 2) El grado
turales de la ciudad. José A. Nieto y Juan C. Zofío recientemente de apertura del gremio ante los adolescentes y jóvenes nacidos
han reafirmado esta conclusión6. Nieto ha mostrado como los fuera de la ciudad Condal. ¿Hasta qué punto el gremio contribuyó
nuevos maestros carpinteros, caldereros y sombrereros hijos de a facilitar la movilidad geográfica? 3) Las características del apren-
maestro sólo sumaban el 19,7% en los tres casos, si bien en el de dizaje de los tejedores de seda de Barcelona (¿cómo eran los con-
los herreros y los pasamaneros el porcentaje subía al 34 y el 36,4 tratos?, ¿a qué obligaban a cada una de las partes contratantes?,
por ciento respectivamente. Por otro lado, muchos nuevos maes- ¿cuál era la edad al entrar en el oficio?, ¿cuánto tiempo duraba el
tros habían nacido fuera de Madrid. En el caso de los carpinteros, aprendizaje en realidad? 4) Las características de la maestría (per-
en 1720 el 42,9% de ellos no lo había hecho y en 1790 el 65,3% fil socio-profesional de quienes la obtenían, la cuota, otros gas-
tampoco. Se dio pues un cerramiento notable. En cambio, en el tos). En este trabajo se analiza con especial atención la relación
de los sastres el origen foráneo fue aplastante en todo el siglo. En que se estableció entre los que entraron de aprendices y los que
1720, sólo el 17% de los nuevos maestros había nacido en Madrid aprobaron la maestría en este gremio. Por lo tanto, señalaremos
y en 1790, el 13,1%7. En los gremios madrileños se dio pues una el porcentaje de los aprendices que llegaron a ser maestros, dato
situación contrapuesta. Mientras el de los sastres, que era muy que entre otros indicará el grado de movilidad social ascendente
abierto en las primeras décadas del siglo XVIII aún se abrió más que se pudo alcanzar mediante esta vía.
a finales de siglo, a pesar de la crisis, el de los carpinteros que a Toda esta información nos permitirá comparar las pautas del
principios del s. XVIII no era muy abierto, en los años 1790 se cerró acceso al aprendizaje y a la maestría de los tejedores de seda de
notablemente, aunque no del todo. Barcelona con las que marcaron la vida a artesanos de otros ofi-
En el caso de Valencia, Fernando Díez (1990) ha establecido cios y poblaciones.
que en la década de 1740 los nuevos maestros que se incorpo-
raban a los gremios y eran hijos de maestros no llegaban al 50%
pero veinte años después superaban el 66%. Sin embargo, en el 1. Fuentes y metodología
caso de los sederos, según Ricardo Franch (2014: 45), este cerra-
miento no fue lineal si se considera qué ocurrió desde una pers-
pectiva cronológica más larga. Este autor ha mostrado cómo con Nuestra investigación se basa en dos fuentes. Por un lado,
las crisis del siglo XVII y finales del XVIII se produjo este cierre del en la documentación notarial y, por otro, en la documentación
gremio. Así pues, parece que en la ciudad de Valencia hacia 1760 gremial. Así, hemos vaciado la información de todas las actas de
los gremios fueron más cerrados que los madrileños. aprendizaje de 1782 a 1824 y también de las cartas de maestría
Ante esta variedad de situaciones y desarrollos es necesario establecidas ante notario entre 1770 y 1834, según mandaban
estudiar la evolución de la estructura gremial de más ciudades y hacer las ordenanzas, y con ella hemos constituido una base
de más gremios considerando la coyuntura económica, el precio de datos. Sin embargo, esta fuente no nos ha proporcionado
de las cuotas de ingreso a los mismos, la política de las autori- información de las maestrías de 1774 a 1780 ni de las cartas de
dades locales o superiores, así como otras variables. Contribuir a aprendizaje que se hicieron antes de 17829. A pesar de que en la
esclarecer estas cuestiones es hacia donde apunta nuestra inves- documentación gremial existen listas de entradas de aprendices
tigación, teniendo en cuenta que ya sabemos que a nivel local y de obtención de maestrías de los componentes del gremio de
existían diferencias en cuanto al grado de cerramiento como han velers, hemos optado por recopilar la información notarial –con
mostrado para algunos gremios valencianos y madrileños, Fer- la inversión de mucho tiempo– porque es más rica que la que
nando Díaz, José A. Nieto y Juan C. Zofío8. proporcionan las listas de miembros hechas por el gremio. Este

6 Nieto, 2013: 97-107; Nieto y Zofío, 2014.


9 La información se encuentra en los protocolos de los notarios Jaume Sanjoan
7 Nieto, 2013: 101 y 103-104. El porcentaje de nuevos maestros sastres hijos de maes-
(1770-1771 y 1781-1803), Carlos Rondó (1772 y 1773), Joan Catá (1804-1820) y Ma-
tro es más incierto por culpa de la información. Sin embargo, con los escasos datos nuel Lafont (1824-1834). En los años en que carecemos de datos debió actuar algún
disponibles solo reunirían esta particularidad el 8% de los mismos (Ibídem: 101). otro notario que se encargó de hacer los registros que nos faltan, pero de momento
8 Díez, 1990; Nieto y Zofío, 2015. no hemos podido descubrir cual fue.

79
tipo de documentación, en el caso de Barcelona no es tan buena Analizando la información recopilada en la base de datos
como la que hay en Valencia y ha utilizado Ricardo Franch (2014) hemos podido conocer las características del origen socio-profe-
en sus investigaciones sobre los aprendices y maestros del sector sionales y geográfico de los aprendices y los maestros, el papel
sedero. de las cuotas de la maestría para entender la dimensión numéri-
Además, hemos vaciado también las listas de maestros y el ca del gremio que no era muy grande, las edades al entrar en el
registro del ingreso de los aprendices hechas por el gremio cosa aprendizaje y la maestría y el porcentaje de aprendices que llega-
que nos ha permitido cuatro cosas10. Primero, obtener la informa- ron a ser maestros. Con este quíntuple ejercicio hemos podido
ción sobre los nuevos maestros que ingresaron en el gremio en- calcular la tasa de apertura del gremio.
tre 1774 y 1780, con lo que hemos completado el listado de este
grupo gremial aunque no siempre con la misma riqueza informa-
tiva que encontramos en las actas notariales. Segundo, confron- 2. Notas sobre los gremios y la producción textil en Barcelona
tar las diversas listas obtenidas. Esto es, la lista de las actas de los
aprendices ante notario con la lista de aprendices hecha por el
gremio; la lista de los maestros según las dos fuentes documenta- A principios del siglo XVIII Barcelona contaba con unas 100
les y también la lista de maestros con la de aprendices11. Tercero, corporaciones de oficio y a lo largo del mismo se crearon algunas
conocer qué se pagaba por las cuotas de aprendizaje y de acceso más (aunque otras desaparecieron) hasta alcanzar las 106 (Molas,
a la maestría, información que sólo se consigna en esta fuente. 1970: 254-256). La mayoría se ocupaba en la producción de todo
Por último, las listas de maestros que confeccionó el gremio han tipo de objetos y otras ofrecían servicios. Entre ellas se contaban
servido para corregir la información sobre el estado civil de algún varias corporaciones de oficiales. Los gremios que sumaban más
nuevo maestro casado con la hija de un maestro, condición que miembros eran las de los sastres (275 miembros), carpinteros
no se había consignado a veces en la carta de maestría firmada (200), zapateros de nuevo (173), revendedores (149) y joyeros
ante notario. (117). La manufactura lanera había casi ya desaparecido de la
Así, hemos confeccionado una base de datos de 945 aprendi- ciudad en el siglo XVIII (16 maestros en 1770) (Molas, 1970: 256),
ces (y 1.122 cartas de aprendizaje)12 de 1782-1824 y de 622 nue- concentrándose la actividad en diversas poblaciones catalanas14.
vos maestros de 1770-1834. Los datos que hemos registrado son: La linera tampoco era importante (34 maestros en 1729) (Molas,
su procedencia geográfica, el nombre y la profesión del padre y si 1970: 256). Mientras, la algodonera se empezó a desarrollar des-
este había fallecido, el nombre y a menudo el apellido de la ma- de 1740 en la especialidad de la estampación de indianas, a la
dre, el nombre del maestro con quien se haría el aprendizaje y que más adelante se añadió la producción de tejidos y finalmen-
el nombre del fiador o del padrino, según se tratara del contrato te el hilado. En 1786 había 73 fábricas de indianas en la ciudad
de aprendizaje o la obtención de la maestría, y la duración del y 84 en 1791 que en este año ocupaban a 11.848 trabajadores,
contrato. La documentación también muestra si los aprendices y habiéndose llegado a constituir 113 empresas de estampación
maestros sabían escribir o no (al menos si sabían poner su nom- de indianas a lo largo del siglo15.
bre) e indica si los nuevos maestros estaban casados con la hija de El sector sedero estaba formado por siete gremios que al final
un maestro del gremio. Asimismo hemos podido anotar la cuota del primer tercio del siglo sumaban, oficialmente, 268 maestros.
que los maestros pagaban una vez aprobado el examen. Todos Según el Catastro, en 1729 había 86 tejedores de seda (velers), 53
estos datos los hemos podido recopilar en un porcentaje muy pasamaneros, 45 medieros y un número igual de terciopeleros;
alto. En cambio, hemos tenido problemas para conocer la edad constaban además 39 fabricantes de cintas y galones, 22 torcedo-
del inicio del aprendizaje y de la obtención de la maestría porque res y 15 tintoreros, aunque sabemos que esta cifra de agremiados
este dato sólo lo anotaron algunos notarios13. según este registro fiscal distaba de la realidad16. Los primeros no
sólo constituían el grupo más numeroso de los artesanos sede-
ros, sino que también eran los que reunían mayores capitales. Al-
10 Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona (AHCB). Gremis, CAMS (Colegio del Arte
gunos de sus maestros se introdujeron en la fabricación de india-
Mayor de la Seda). Velers. AMM–C-55, 04.02.311, “Llibre haon són continuats tots los
que són entrats per aprenent comensant lo any 1763”. Además, contiene la “Anotació nas en los años 1750-1760 como ocurrió en el caso, entre otros,
de les entrades de mestres”, de las que hemos vaciado las de los años 1770-1787. de Josep Canaleta, Miquel Vidiellas (también en la compañía de
Fons Gremial Especial, Velers, 2B-42-5, “Llibre ahon son continuats las entrades de Josep Canaleta, 1753), Miquel Formentí (con otros, en 1759), Isi-
aprenents, mestries y llogaters de les cases” (1788-1834).
11 La confrontación de las dos listas de aprendices ha creado algún problema puesto dre Català, Nicolau Sivilla (éste era también socio de la Cía. Cata-
que no hay una coincidencia total entre una y otra; las diferencias se pueden estable- là, 1762) y Manuel Armengol (1767)17. Según Pedro Molas (1970:
cer entorno al 10%. La mayor no coincidencia se dio en los registros de los años 1796 476), los velers (que en sentido estricto quiere decir fabricantes
(10 de los 43 aprendices registrados en el gremio no hicieron contrato ante notario) de velos) fueron el grupo más dinámico de la sociedad barcelo-
y 1804 (26 de los 34).
12 La diferencia entre el número de las cartas de aprendizaje y el número de aprendi- nesa entre 1760 y 1780. La producción de tejidos de seda no era
ces se debe a que algunos de estos jóvenes hicieron más de una carta de aprendizaje un sector de gran dimensión en la ciudad puesto que en 1796
porque efectuaron esta práctica con dos o más maestros (por defunción de este, o
bien por el hecho de cambiar de maestro por causas diversas que desconocemos:
incompatibilidad de caracteres,…). segregaron seguramente de los carpinteros).
13 Lo hicieron Jaume Sanjuan al registrar los aprendizajes en 1782 –solo este año– y 14 Molas, 1970: 243; Benaul, 1991, 89-90.
Manuel Lafont al escriturar las maestrías cuando se hizo cargo de hacer estos regis- 15 Thomson, 1992: 229-230 y 332; Sánchez, 2012: 17.
tros una vez abolida la experiencia liberal, en 1824. Otros notarios también consigna- 16 Molas, 1970: 254-256. Solà y Yamamichi, 2015; Yamamichi, 2014.
ron la fecha de nacimiento de los nuevos maestros al hacer la carta de maestría. Por
ejemplo, Josep Francesc Mas Vidal lo hizo en 1794 –y seguramente a lo largo de todo 17 Thomson, 1992: 148-160; Molas, 1970: 469-472, 522-527, 504 y 516-517; Grau y
su ejercicio como notario– al escriturar las de los “capsers” (los que hacían cajas y se López, 1974: 28-29, 38 y 48-57.

AREAS 34 80
contaba con 243 telares, aunque en este año esta manufactura ca que continuó a pesar de la abolición definitiva de los gremios
no pasaba por su mejor momento18. Estaba muy lejos de los 3.458 en este último año. Esta continuidad fue interrumpida por los
telares que había en Valencia en 1779 para hacer tejidos de seda, años de la guerra de la Independencia, en los que la ciudad siem-
242 de los cuales estaban fuera de la ciudad19. La industria sede- pre estuvo ocupada por los franceses que prohibieron cualquier
ra de Barcelona se caracterizaba sobre todo por producir tejidos tipo de reunión, y los del Trienio Liberal en que los gremios fueron
ligeros, como los pañuelos, y géneros pequeños (cintas, género temporalmente abolidos. El ritmo de las entradas fue muy irre-
de punto, galones y pasamanos), y de gozar de cierta flexibilidad gular aunque su análisis por quinquenios y períodos más largos
de cara al mercado. Según Molas (1970: 361), el capital mercantil neutraliza las diferencias. Entre 1782 y 1824, 945 jóvenes hicieron
se introdujo en la industria sedera pero no dice desde cuándo ni contratos de aprendizaje ante notario con una media de 22,5 in-
tampoco entra en más detalles. gresos anuales mientras que según el registro de aprendices del
Los estatutos del gremio de tejedores de seda de Barcelona gremio entre 1825 y 1834 lo hicieron otros 383 al ritmo de 38,3
no tenían establecido un número clausus de maestros ni de los cada año. Así pues, como mínimo hubo 1.428 aprendices de veler
ingresos anuales de aprendices y maestros20. En cambio manda- entre 1782 y 183421. Estos datos indican con claridad la supervi-
ban –como sucedía en las actas de aprendizajes de otros gremios vencia del gremio y de la producción de tejidos ligeros de seda en
barceloneses– (Moreno, 2015) que los aprendices vivieran en casa Barcelona, certeza refrendada por el número de contribuyentes
del maestro “durmiendo y comiendo en aquella (la casa del maes- que el sector tenía en los años 1820. En concreto eran 96 indivi-
tro) continuamente”. En ellos también se consignaba la duración duos, una cifra superior a la registrada en los catastros del siglo
del aprendizaje y de la oficialía, establecida respectivamente en XVIII22. Como ha dicho Belén Moreno (2015: 65), el aprendizaje
cuatro y tres años. Sin embargo, los que se casaban con la hija de sobrevivió al gremio en el caso de los tejedores de seda.
un maestro estaban exentos de hacer la oficialía. Por otro lado, los Antes de analizar con más detenimiento el ritmo de entrada
estatutos especificaban que los hijos de maestro no tenían que de aprendices, hay que hacer una aclaración. En los 37 años que
hacer ni el aprendizaje ni la oficialía. Según se establecía en las discurrieron entre 1788 y 1824 (de los que disponemos informa-
actas de aprendizaje ante notario, los aprendices estaban obliga- ción de las dos fuentes que manejamos –actas notariales y regis-
dos a obedecer en todo en la casa del maestro y no podía irse tros del gremio–), el gremio tuvo 148 aprendices registrados que
sin su permiso. El fiador, que también firmaba el acta, respondía no habían hecho su contrato ante notario. Pero, además, había
de los daños o robos que pudiera infligir el aprendiz. Además, en otros 126 que hicieron contrato ante notario y no estaban regis-
este documento se especificaba que si éste abandonaba el taller trados por el gremio. A parte, estaba la mayoría de estos jóvenes,
en el primer año, debería pagar la manutención. Ni los estatutos cuyo inicio en esta formación profesional se anotó en ambos re-
ni las actas de aprendizaje indican nada referente al pago de la gistros. No encontramos una explicación a esta incongruencia
manutención ni que se tuviera que retribuir a los aprendices con pero debemos suponer que el aprendizaje no estaba controlado
un salario u otra compensación, como vestido, calzado o pedazos del todo por el gremio. Como en 1796 una real orden dispuso
de tejido, en ningún momento. que para acceder a la maestría no era necesario haber cursado
En las cartas de maestría se especificaba que el nuevo maes- el aprendizaje formal, pensamos que con ello se quiso regular
tro sólo podía tener un aprendiz y un número indeterminado de una situación existente de la que nuestros datos sobre los apren-
oficiales. Con ello se dificultaba que los talleres pudieran ser gran- dizajes de los velers barceloneses son una muestra clara de este
des, puesto que con solo un aprendiz se limitaba la capacidad de “desorden”. Esta discordancia en el registro de los aprendices, de-
trabajo de los oficiales y maestros contratados que pudiera haber beríamos quizás entenderla como una muestra de la flexibilidad
ya que estos no contaban con esta ayuda, indispensable a veces, del gremio en lo concerniente al aprendizaje.
a no ser que se la proporcionaran otros oficiales que cubrían esta En nuestra investigación sólo analizamos los datos obtenidos
función. Hay que recordar que la contratación de oficiales o de en los contratos de aprendizaje ante notario entre 1782 y 1824,
maestros asalariados comportaba unos costes que no existían en que, como ya hemos dicho, fueron 94523. Los que se hicieron en
el caso de tener aprendices. los decenios posteriores se analizarán en otro estudio, dada la
particularidad del periodo.
La otorgación de cartas de aprendizaje ante notario pasó
3. Los aprendices de 33,69 por año en el periodo 1782-1794, a 19,43 en los años
1795-1808 y a 21,36 en los que transcurrieron entre 1814 y 1824
(Cuadro 1). El mayor número de cartas que se dio en el primer
La entrada de aprendices en el gremio de tejedores de seda periodo se debía en parte a que en los tres primeros años esta-
de Barcelona fue constante de 1782 –año a partir del cual tene-
mos información sobre esta cuestión– a 1834 (Cuadro 1), dinámi-
21 El cómputo de los nuevos aprendices que hubo entre 1824 y 1834 se ha hecho
sólo con los nombres y datos del registro del gremio por falta de tiempo. El vacia-
do del número de aprendices que hicieron contrato ante notario puede modificar el
18 A finales de siglo en la ciudad había 108 telares para las telas anchas y 135 para número de aprendices que hemos registrado hasta ahora. Esta cifra ahora sólo tiene
los velos. Además existían 1700 telares para hacer cintas y 1410 para tejer medias la función de mostrar la revitalización del aprendizaje en este gremio en los últimos
(Almanak, 1796: 383). años de vigencia del sistema gremial.
19 Franch, 1996: 211. Una síntesis del desarrollo del número de telares en Díez, 1990: 22 Estos datos se encuentran en la contribución extraordinaria de guerra de 1823.
70-71. La dimensión de la industria sedera en España en el siglo XVIII se ve en el Atlas AHCB. Cadastre VIII.5. Para las cifras del catastro: Molas, 1970: 254-256.
de la industrialización: 40-42. 23 El registro gremial sólo contiene el nombre de los aprendices y de sus maestros, la
20 Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona (AHCB), AMM-C-52, 01-02-11. fecha de inicio, la cuota pagada.

81
Cuadro 1. Dinámica de los aprendizajes (cartas de aprendizaje ante notario, 1782-
1824; registros del gremio, 1788-1834)

número de cartas de número de cartas de nuevos número de entradas de aprendices


Quinquenio
aprendizaje ante notario aprendices registradas por el gremio
1782-1784 (3 años) 192 173 --
1785-1789 207 149 57 *
1790-1794 151 116 122
1795-1799 129 109 118
1800-1804 132 118 140
1805-1808 (4 años) 56 45 38
1809-1813 0 0 0
1814-1818 139 127 78**
1819-1824 116 108 144
1825-1829 -- -- 178
1830-1834 -- -- 205
Total 1.122 945 1.080

Fuente: documentación notarial y gremial citada en las notas 10 y 11.


* la lista de entradas del gremio empieza el 1788
** no hubo registros en los años 1814 y 1815

rían incluidos un número desconocido de aprendices que habían otorgación de los contratos de aprendizaje puesto que en ambos
iniciado el aprendizaje unos años antes, pero que tuvieron que períodos no se firmó ninguno, mientras que en los años poste-
volver a hacer un contrato porque cambiaron de maestro. Esta riores se otorgaron más contratos de lo que había sido habitual
circunstancia ya no se da en los recuentos de los años posteriores anteriormente. La media que había sido de 32,88 cartas de apren-
porque estos casos los hemos eliminado24. A pesar de esta consi- dizaje anuales entre 1782 y 1797 (526 cartas en 16 años), bajó a
deración, que rebajaría algo el número de nuevos aprendices, se 21,36 (235 cartas en once años) en el oncenio 1814-1824. Tras res-
produjo una entrada de más de 25 jóvenes en el aprendizaje cada taurarse el absolutismo y la legalidad de los gremios, se produjo
año. Esta cifra relativamente elevada se debe a que la actividad una avalancha de nuevos contratos pero en conjunto el número
del gremio se encontraba aún, al menos en los primeros años de de aprendizajes bajó. Según el estatuto de los tejedores de velos,
este período, en una fase expansiva. El descenso se notó ya en los los hijos de maestro estaban exentos de hacer un contrato formal
años 1790-1794 con una disminución notable del número de los de aprendizaje, sin embargo tras la guerra de la Independencia
nuevos aprendices que culminó en 1805-1808 –sólo 45 contratos alguno lo hizo quizás porque su padre no tenía taller propio o
en cuatro años– en una coyuntura depresiva, marcada además bien había fallecido (al menos cuatro seguro que estaban en esta
por una grave crisis de subsistencia. En el tercer período, de 1814 situación).
a 1824, la media de contratos de nuevos aprendices se mantuvo, La procedencia geográfica de los aprendices se repartió casi
a pesar de las consecuencias de la guerra de la Independencia, al 50 por ciento entre los que habían nacido en la ciudad y los que
la pérdida de las colonias continentales de América, y de la abo- lo habían hecho en otras poblaciones catalanas si contemplamos
lición de los gremios durante el Trienio Liberal. Esta estabilidad todo el periodo en conjunto. Sin embargo, cabe señalar que hubo
queda confirmada al observar que el número de nuevos apren- una evolución que marca dos fases. En el periodo anterior a 1799,
dices que registró el gremio en este mismo período (de 1816-24, los nacidos en Barcelona constituyeron el 35,65% y los que lo
debido a la carencia de los datos del gremio de los años 1814 y habían hecho en otra localidad el 64,57%. Esta tendencia esta-
15) fue de 24,67 como media. Esta cifra aumentó considerable- ba claramente acentuada en el último quinquenio (1790-1794)
mente en el siguiente decenio con un ingreso anual de 38,3 jóve- con un 79,31% de nacidos en diversas poblaciones catalanas y
nes registrados como aprendices por el gremio. el 19,83% en Barcelona. Sólo dos de estos aprendices no habían
Desde el principio, la contratación de los aprendices se hizo nacido en Cataluña –uno en Zaragoza y otro en Oviedo. Cabe
con una dinámica irregular cuyo ritmo descendió a partir de mencionar que los componentes de un pequeño grupo de siete
1790, y de manera más notable desde 1798. Las guerras con In- nuevos aprendices habían nacido en seis poblaciones distintas
glaterra, la dificultad de comerciar con las colonias y el desarrollo de la Cerdaña francesa25.
de la industria algodonera explicarían este descenso que se regis- Los aprendices procedían de 146 poblaciones catalanas dis-
tra en la Cuadro 1. tintas (incluidas las de esta comarca francesa), dispersas por las
La guerra de la Independencia y la abolición de los gremios
durante el Trienio Liberal alteraron profundamente el ritmo de la 25 Ignoramos el lugar de origen de 49 aprendices (5,19%). Esta falta de información
se concentra en las escrituras de los dos últimos quinquenios (1814-1824) debido a
que el notario no fue sistemático a la hora de consignar este dato. Los aprendices
cerdanos franceses habían nacido en Saillagouse, Odelló (dos casos), Nahujá, Santa
24 En la Cuadro 1, la cifra de la primera columna incluye todas las cartas; en la segun- Leocadia y Enveig. Otro lo había hecho en Llívia, que es un enclave español en la
da, se han eliminado los casos de los que repetían el contrato de aprendizaje. Alta Cerdaña.

AREAS 34 82
Cuadro 2. Procedencia geográfica de los aprendices según las cartas de aprendizaje
(1782-1824, total: 945)
Barcelona ciudad Fuera de Barcelona (Cataluña) Fuera de Cataluña No sabemos
Quinquenio Total
Nº % Nº % Nº % Nº %
1782-1784 75 43,4 97 56,1 1 0,6 0 0,0 173
1785-1789 47 31,5 101 67,8 0 0,0 1 0,7 149
1790-1794 23 19,8 92 79,3 0 0,0 1 0,9 116
1795-1799 50 45,9 59 54,1 0 0,0 0 0,0 109
1800-1804 81 68,6 37 31,4 0 0,0 0 0,0 118
1805-1808 21 46,7 23 51,1 1 2,2 0 0,0 45
1814-1818 81 63,8 22 17,3 0 0,0 24 18,9 127
1819-1824 74 68,5 11 10,2 0 0,0 23 21,3 108
Total 452 47,8 442 46,8 2 0,2 49 5,2 945
Fuente: documentación notarial citada en la nota 10.

Cuadro 3. Actividad de los padres de los aprendices según las cartas de aprendizaje (1782-1824: total 945)

1782-84 1785-89 1790-94 1795-99 1800-04 1805-08 1814-18 1819-24 Total Total (%)
Maestro del mismo 1 9 5
0 0 0 0 0 15 1,59
gremio (2,2%) (7,1%) (4,6%)
21 17 9 24 26 7 18 10
Seda/otros sectores 132 13,97
(12,1%) (11,4%) (7,8%) (22,0%) (22,0%) (15,6%) (14,2%) (9,3%)
23 17 11 17 7 10 13
Textil y confección 11 (9,5%) 109 11,53
(13,3%) (11,4%) (10,1%) (14,4%) (15,6%) (7,9%) (12,0%)
Artesanado, 29 21 18 15 25 5 29 18
160 16,93
construcción (16,8%) (14,1%) (15,5%) (13,8%) (21,2%) (11,1%) (22,8%) (16,7%)

6 5 4 6 6 8 20
Comercio 9 (7,1%) 64 6,77
(3,5%) (3,4%) (3,5%) (5,50%) (5,1%) (17,8%) (18,5%)
10 3 3 3 5 2
Profesión liberal 1 (0,8%) 1 (0,9%) 28 2,96
(5,8%) (2,0%) (2,6%) (2,8%) (4,2%) (4,4%)
64 67 63 36 21 10 8 10
Agricultura 279 29,52
(37,0%) (45,0%) (54,3%) (33,0%) (17,8%) (22,2%) (6,3%) (9,3%)
16 17 8 14 17 5 17 17
Otros 111 11,75
(9,3%) (11,4%) (6,9%) (12,8%) (14,4%) (11,1%) (13,4%) (15,7%)
4 2 1 26 14
No sabemos 0 0 0 47 4,97
(2,3%) (1,3%) (0,9%) (20,5%) (13,0%)
Total 173 149 116 109 118 45 127 108 945 100
Fuente: documentación notarial citada en la nota 10.

diferentes provincias catalanas pero concentradas en las de Bar- donde procedían 24 aprendices. Sólo 26 aprendices (2,75% del
celona y Gerona, en las que radicaban la mayoría de poblaciones total) eran hijos de maestros tejedores de velos residentes fuera
textiles y mercantiles más importantes del Principado. Estos jó- de Barcelona26.
venes procedían tanto de comarcas muy alejadas y mal comu- La profesión de los padres era muy variada y el peso propor-
nicadas, por ejemplo la Cerdaña y el valle de Aran, como de las cional de los dos grupos más importantes, agricultores y arte-
limítrofes con Barcelona. Veintiocho aprendices procedían de los
siete pueblos del llano de Barcelona, desde Sant Joan d’Horta a
l’Hospitalet. Más de 110 aprendices llegaron de 18 poblaciones 26 Dos eran de Canet de Mar y otro de Cardona; dos eran de Reus y otros dos de Vic.
del Maresme, constituyendo el grupo más numeroso de los nue- Los hijos de tejedores de velos de Manresa eran 19. Ninguno procedía de Mataró, una
de las ciudades sederas catalanes, la más próxima y bien comunicada con la ciudad
vos aprendices según su origen geográfico –excluyendo a los Condal –aunque había un hijo de jove veler con esta procedencia. Esta población
que habían nacido en Barcelona y los pueblos del entorno; con- seguramente formó su propio mercado de trabajo que incluiría las poblaciones de la
formaban el 11,64% del total de aprendices. La mayoría de las ciu- sección norte del Maresme como Canet y Arenys, importantes núcleos mercantiles y
también manufactureros (encajes de bolillos y género de punto). No llegó ninguno
dades sederas importantes de Cataluña tenían jóvenes haciendo de Tortosa cuyo gremio sedero atravesó una grave crisis desde los años 1760 (Agra-
el aprendizaje en Barcelona, destacando el caso de Manresa de munt, 2013).

83
Cuadro 4. Dinámica de las maestrías según la lista que integra las cartas de maestría
ante notario y la lista de registrados del gremio (1770-1834, total: 737)

Casados con hija de Cartas ante


Hijos de maestro "Fadrins forros" Maestros agregados
Decenio Total maestro notario
Nº % Nº % Nº % Nº % Nº
1770-79 135 53 39,2 5 3,7 77 57,0 -- 0,0 46
1780-89 120 48 40,0 9 7,5 63 52,5 -- 0,0 111
1790-99 112 45 40,2 6 5,4 61 54,5 -- 0,0 109
1800-08 73 29 39,7 4 5,5 40 54,8 -- 0,0 73
1814-24 (11 años) 134 72 53,7 11 8,2 51 38,1 -- 0,0 121
1825-34 163 54 33,1 16 9,8 69 42,3 24 14,7 162
total 737 301 40,8 51 6,9 361 49,0 24 3,3 622

Fuente: documentación notarial y gremial citada en las notas 10 y 11.

sanos del sector textil, varió con el tiempo (Cuadro 3). Hasta el bió radicalmente. Empezaron a entrar más hijos de artesanos y
quinquenio 1795-1799, la agricultura fue la actividad en la que se comerciantes de Barcelona porque era una de las ramas manu-
ocupaban más padres, moviéndose el promedio entre el 54,31% factureras que sobrevivió a la crisis que padecieron otras según se
y el 33,03%, según el quinquenio, con un promedio del 42,05% observa en las cifras de maestros del catastro27. También porque
(230 casos, en el total de 547). En el periodo siguiente, entre 1800 la variedad de sus actividades y la estrecha relación que tenían
y 1809, el porcentaje de hijos de campesinos que entraron de algunos maestros con el comercio empezó a atraer a los hijos de
aprendices descendió al 19,02% (31, en el total de 163), tenden- artesanos y comerciantes de Barcelona como iniciación a un ofi-
cia que se confirmó en los quinquenios posteriores en los que el cio textil. Además, cabe tener en cuenta que el desarrollo del sec-
porcentaje se situó en el 6,30% (1814-1818) y en el 9,26% (1819- tor algodonero –estampación, hilado, tisaje plano, confección de
1824), si bien se desconoce la profesión del 20,47 y el 12,96 por género de punto al telar y de cintas con telar de cintas múltiples–
ciento de los padres en estos dos períodos, condicionante que no debería ofrecer mayores oportunidades de trabajo en ciertas
teníamos para el cómputo de los años anteriores. áreas rurales y poblaciones pequeñas. También el desarrollo de
Los aprendices cuyo padre trabajaba en el sector textil (que la indianería debería pesar en la orientación laboral de muchos
incluía los subsectores sederos, lanero, linero y la elaboración de jóvenes de Barcelona. En paralelo al aprendizaje en un gremio,
cuerdas) y de la confección sumaba entre el 18 y el 36 por ciento cada vez se abrían más oportunidades de aprendizaje fuera de él
según el período, con una media del 26,47% en los años com- gracias al desarrollo del sector algodonero, opción que presenta-
prendidos entre 1782 y 1804. El subsector sedero, constituido ba un cambio importante: en vez de pagar por el aprendizaje, se
por los gremios del ramo que no eran el de los tejedores de seda recibía un salario.
(medieros, fabricantes de cintas, tintoreros, torcedores, galoneros Entre 1783 y 1834, entraron once niños del Hospicio como
y pasamaneros) y los hijos de los oficiales veleros se movieron en- aprendices, una cifra insignificante. Ocho lo hicieron bajo contra-
tre el 7,76 y el 22,03 por ciento según el quinquenio, situándose to notarial y los otros tres sólo se anotaron en las listas del gre-
su promedio para todo el período en el 14,59%. Por lo tanto, su mio28.
peso no fue muy importante. Los otros sectores de ocupación
(artesanos diversos, profesiones liberales y comerciantes) junto
con los que hemos integrado en el epígrafe de “otros” (emplea- 4. Los maestros
dos, militares, pescadores, dibujantes…) completan el resto del
porcentaje. Muy pocos hijos de comerciantes y tenderos se inte-
resaron por el ejercicio de esta actividad, si bien entre 1819 y 1824 Entre 1770 y 1834 el gremio de tejedores de seda concedió
se incrementó su presencia. 737 maestrías, esto es una media de 11,34 maestrías por año
En resumen, si el perfil más común de los jóvenes aprendices (Cuadro 4). El análisis por periodos descubre tres fases. Entre 1770
de 1780 a 1794 era el de ser hijo de un campesino y haber nacido y 1790, la media se situó en 12,75 maestrías anuales, cifra que
fuera de la ciudad y su entorno más próximo, a partir de la se-
gunda mitad de los años 1790 en este estadio del ciclo de vida y 27 Según las cifras del catastro que da Molas, el gremio de velers era uno de los pocos
formativo predominaron los hijos de artesanos de Barcelona. ¿A del sector manufacturero que tenían un mayor número de agremiados y los man-
qué se debió el cambio? En los años 1780 y la primera mitad de tuvieron en la crisis de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Otro gremio en la
los 90, el sector sedero que estaba en fase de expansión absorbió misma situación fue el de los zapateros de nuevo (su número de maestros fue: 173,
en 1729; 228, en 1808 y 208 en 1814) (Molas, 2007: 254-256).
la mano de obra inmigrada de fuera que no llegó a la maestría ni 28 Se trata de Simó, Daniel y Joan Ventura, Pau Baguer, Pau Roura, Benet Dot, Josep
se quedó en el sector al finalizar el contrato de aprendizaje, si lo Espincell y Joan Serra, Ramon Comellas, Ignasi Calvet y Llorenç Calvet. Conocemos,
terminó. En cambio a finales de siglo, la situación del sector cam- excepcionalmente, la actividad de los difuntos padres de los tres últimos; eran co-
merciante, pagès y veler.

AREAS 34 84
Cuadro 5. Procedencia geográfica de los nuevos maestros según las cartas de maestría
ante notario (1770-1834, total: 622)

Barcelona ciudad Fuera de Barcelona (Cataluña) Fuera de Cataluña No sabemos


Quinquenio Total
Nº % Nº % Nº % Nº %
1770-79 29 63,0 17 37,0 0 0,0 0 0,0 46
1780-89 67 60,4 42 37,8 0 0,0 2 1,8 111
1790-99 61 56,0 47 43,1 0 0,0 1 0,9 109
1800-08 44 60,3 24 32,9 0 0,0 5 6,9 73
1814-24 96 79,3 16 13,2 1 0,8 8 6,6 121
1825-34 103 63,6 52 32,1 2 1,2 5 3,1 162
total 400 64,3 198 31,8 3 0,5 21 3,4 622

Fuente: documentación citada en la nota 10.

descendió a 9,25 en los veinte años siguientes marcados por las neses fue constante durante los 65 años analizados pero su por-
guerras internacionales, la pérdida de las colonias continentales centaje varió algo. En 1814-1819, alcanzaron el porcentaje más
de América, las crisis de subsistencia y la guerra de la Indepen- alto de todo el periodo (79,34%) debido a la entrada masiva de
dencia durantela que no se registró ninguna maestría. Tras esta los hijos de maestro tras los años de “paro” gremial por la ocu-
contienda, se abrió la etapa final del gremio, afectada por la inci- pación de la ciudad por los franceses. Su menor peso tuvo lugar
dencia de la abolición de estas corporaciones durante el Trienio en 1790-1799 (55,96%). El peso de los nacidos fuera de Barcelona
Liberal y por tanto el cese de todas sus actividades. Sin embargo, osciló entre el 43,12% y el 13,22%, teniendo lugar este porcenta-
tanto después de la guerra contra los franceses como del Trienio je en 1814-1824. Los maestros nacidos fuera de Barcelona pro-
se otorgaron muchas cartas de maestría, situación que explica cedían de 94 poblaciones de diversa dimensión esparcidas por
que la media anual de estas entre 1814 y 1834 alcanzara los 14,85 Cataluña, particularmente en las provincias de Barcelona y Giro-
maestros por año, y entre 1824 y 1834 los 16, cifras superiores in- na. La que aportó más nuevos miembros fue Manresa (28 casos,
cluso a la media del primer periodo en el que se incluían algunos 4,5%) en gran parte a consecuencia de la política de captación
años de expansión económica. que emprendió el gremio desde 1825 con las agregaciones de
La maestría la alcanzaron, de un modo muy equilibrado, tan- maestros velers que habían obtenido la maestría en alguna otra
to hijos de maestro como individuos que no reunían esta condi- población catalana. Le seguían las poblaciones de Sant Pere de
ción. En los 65 años que analizamos, el segundo grupo obtuvo el Premià y Sant Genís de Vilassar, pertenecientes a la cercana co-
48,98% de las maestría y el primero el 40,84%, mientras que los marca del Maresme –en su sección inferior, lindante con el llano
oficiales casados con la hija de maestro sumaron el 6,92% del to- de Barcelona– que fue la que aportó mayor número de nuevos
tal. Entre 1770 y 1810, los fadrins forros constituyeron casi el 55% maestros forasteros (5,5%). De los pueblos del llano de Barcelona
de los nuevos maestros, mientras que los hijos de maestro casi sólo procedieron seis nuevos miembros. La presencia de maes-
constituían el 40% (Cuadro 4). En el decenio posterior a la guerra, tros no catalanes, incluidos los extranjeros, fue insignificante30:
el porcentaje de maestrías en manos de estos subió al 53% pero uno procedente de Valencia, otro de Ávila y un tercero de Madrid
entre 1825 y 1834 se volvió a poner por detrás del de los fadrins (bautizado en la iglesia del Buen Retiro, en 1830).
forros (33,13%). En este último decenio, la distribución de los por- Casi el 50% de los nuevos maestros eran hijos de maestros
centajes se modificó respecto la regularidad que se mantuvo de del sector sedero (49,62%), especialmente velers (42,14%), mien-
1770 a 1824. Ello se debió en primer lugar a la agregación en el tras la procedencia de la otra mitad de maestros se repartía entre
gremio de velers de Barcelona de 23 maestros que habían obte- padres de diversos oficios y ocupaciones. Sólo un pequeño por-
nido la maestría en los gremios de velers de otras poblaciones centaje (7,46%) tenían padres que eran artesanos en otros sub-
catalanas29 y al incremento del número de oficiales que obtuvie- sectores sederos (torcedores de seda, medieros, pasamaneros,
ron la maestría por haberse casado con la hija de un maestro. Re- terciopeleros o fabricantes de cintas). De todos los otros ámbi-
sumiendo, el peso de los maestros que no eran hijos de maestro tos productivos y de servicios (textil no sedero, confección, co-
en el caso que estudiamos contradice la idea generalizada de que mercio, artesanado diverso, profesiones liberales, empleados…)
los hijos de maestro, como norma, copaban los ingresos en los procedieron un número muy bajo de maestros, repartidos entre
gremios. todos, con la excepción de la agricultura que aportó el 18,96% de
Los nuevos maestros habían nacido mayoritariamente en la ellos. Sin embargo, el peso de los maestros hijos de campesino
ciudad de Barcelona (64,31%) (Cuadro 5). El peso de los barcelo- varió bastante con el tiempo. Entre 1770 y 1808, estos cubrían el
27,73% y entre 1814 y 1834, el 8,27%, mientras los hijos de ve-
29 Se agregaron en total 22 maestros y un hijo de maestro. Veintiuno eran maes- lers mantenían un peso similar en los dos períodos (el 41,30% y
tros velers de Manresa y otro era hijo de un maestro de Manresa. Otro agregado era
maestro veler de Reus. Además de estos 23, se agregó también al gremio de velers de
Barcelona a un maestro terciopelero de esta ciudad. 30 Tres nacidos en la Cerdaña francesa están contabilizados como catalanes.

85
Cuadro 6. Procedencia socio-profesional de los nuevos maestros según las cartas de maestría
ante notario (1770-1834, total: 622)

1770-74 1780-89 1790-99 1800-08 1814-24 1825-34 Total Total (%)


Maestro del mismo 22 45 44 29 66 54
260 41,80
gremio (47,8%) (40,5%) (40,4%) (39,7%) (54,6%) (33,3%)
4 5 6 8 23
Seda/otros sectores 0 46 7,40
(3,6%) (4,6%) (8,2%) (6,6%) (14,2%)
2 10 2 6 5 10
Textil y confección 35 5,63
(4,4%) (9,0%) (1,8%) (8,2%) (4,1%) (6,2%)
Artesanado, 5 8 13 6 10 15
57 9,16
construcción (10,9%) (7,2%) (11,9%) (8,2%) (8,3%) (9,3%)

5 6 2 4 11
Comercio 0 28 4,50
(4,5%) (5,5%) (2,7%) (3,3%) (6,8%)
2 2 2 2
Profesión liberal 0 0 8 1,29
(1,8%) (1,8%) (2,7%) (1,2%)
15 29 33 17 14 9
Agricultura 117 18,81
(32,6%) (26,1%) (30,3%) (23,3%) (11,6%) (5,6%)
2 7 3 2 6 12
Otros 32 5,14
(4,4%) (6,3%) (2,8%) (2,7%) (5,0%) (7,4%)
1 1 3 8 26
No sabemos 0 39 6,27
(0,9%) (0,9%) (4,1%) (6,6%) (16,1%)
Total 46 111 109 73 121 162 622 100

Fuente: documentación notarial detallada en la nota 10.

el 43,16%, respectivamente). Por otro lado, los hijos de padres nuevos maestros debían pagar 60 libras, es decir de 679 reales,
ocupados en los otros oficios y trabajos se mantuvieron en una la misma cantidad que se pagaba en el gremio de terciopeleros
posición casi idéntica en los dos períodos, esto es: entre el 21,82% de Barcelona, según indicaba el artículo 5º de las ordenanzas de
y el 21,58%. La diferencia se sitúa en el mayor número de nuevos los velers31.
maestros de quienes no conocemos el oficio del padre (el 2,94% Esta cifra es realmente elevada comparada con lo que se
en el primer periodo y 8,63% en el segundo). pagaba en Madrid para entrar en los gremios. En la capital de la
En definitiva, a lo largo de todos estos años, aunque los hijos monarquía los sastres pagaban 108 reales por la maestría, cifra
de maestro fueron el grupo más numeroso de los nuevos maes- que en 1787 subió a 126 reales –habiéndose negado el Consejo
tros, ello no impidió que los nacido en el seno de familias que no de Castilla a que se elevaran las tasas de examen a 541 reales–,
tenían un contacto directo previo con la producción de tejidos de mientras los herreros tenían la cuota en 220 reales, rebajada a la
seda, también alcanzaran la maestría. En este grupo de maestros mitad para los hijos de maestro. Los cotilleros y emballenadores,
de origen profesional tan diverso, sólo los hijos de campesinos entre 1733 y 1756, tuvieron la tasa establecida en los 110 reales,
podían llegar a la ciudad conociendo el arte textil pero de los los prenderos en 95, desde 1750, los silleros en 264 reales y los
subsectores de la lana o el lino. Se dio pues una relación de equili- guarnicioneros en 396 reales (Nieto, 2013: 100). Esta comparación
brio casi perfecto entre los maestros que procedían del subsector nos lleva a concluir que con esta tasa elevada, o relativamente
sedero y los que lo hacían de un mundo productivo, mercantil y elevada, respecto a las de Madrid, el gremio de velers de Barcelo-
profesional muy diverso en el que la actividad agrícola era la más na impidió la existencia de multitud de talleres liliputienses –ca-
numerosa. racterística de muchos de diferentes oficios en Madrid– aunque
con ello no evitó la proletarización de algunos de sus miembros.

5. Las cuotas de entrada 31 “…los Prohombres y Oficiales junto con los elegidos por el mismo Gremio, vul-
garmente llamado de Ochena, puedan y deban admitir a exámenes a cualesquiera
mancebos, que harán la instancia, mientras presenten la fe del Bautismo, y la certi-
ficación de Maestro, o Maestros, de haber cumplido los tres años de mancebo: de
Las cuotas que pagaban los aprendices y los nuevos maestros manera, que cualesquiera mancebos que se presenten con dichos requisitos, y se
para entrar en el gremio en Barcelona son consideradas altas en hallen hábiles en los exámenes deban constituirse maestros, sin número determina-
do, deban empero pagar por los salarios de la Cofadría sesenta libras que es lo que se
comparación a las que se pagaban en los gremios de otras ciu- paga para las maestrías del Gremio de Terciopeleros de la misma ciudad, a causa de
dades española. Según las ordenanzas del gremio de 1736, los los notables atrasos y censales con que se halla gravada y cargada la Cofadría.” (AHCB,
CAMS; AMM-C-52, 01-01-11).

AREAS 34 86
La cuota establecida en 1687 para el ingreso al Colegio del 6. Las edades de entrada en el aprendizaje y en la obtención de
Arte Mayor de la Seda de Valencia de los nuevos maestros cuyo la maestría y el tiempo entre el aprendizaje y la maestría
padre no era maestro en parte era asimismo más reducida que en
Barcelona. Además tenía la particularidad de distinguir tres cla-
ses de cuota de ingreso según de dónde procedieran los nuevos A pesar de que tenemos pocos datos sobre la edad que te-
maestros. Si eran naturales del Reino de Valencia esta se estable- nían los nuevos aprendices y los nuevos maestros, podemos es-
cía en 36 libras, si habían nacido en otros puntos de España la tablecer unas cifra, quizás provisionales, sobre esta cuestión. Es
cuota subía a las 54, y si eran extranjeros esta alcanzaba las 72 importante conocer este dato porque saber si eran niños o ado-
libras. Antes de esta fecha las cuotas de ingreso estaban fijadas en lescentes permite entrever la función del aprendizaje en el ciclo
24, 36 y 48 libras, respectivamente (Franch, 2014: 46). formativo en estos segmentos de edad de la población (simples
A pesar de que las ordenanzas de los velers de Barcelona de rudimentos, o enseñanza técnica). Aún lo es más cuando sabe-
1736 establecían una cuota de 60 libras para obtener la maestría mos que en las fábricas de indianas de Barcelona había niños de
para los no hijos de maestro, en 1770 en realidad estos pagaban siete años trabajando33. Ante este hecho, cabe preguntarse qué
100 libras (más de mil reales) según el registro que hacía el gremio habían hecho los aprendices antes de iniciarse en un oficio. ¿Qué
del ingreso de nuevos maestros32. En cambio, los hijos y yernos de circunstancias explican que pudieran empezar esta formación la-
maestro sólo pagaban doce libras y un sueldo (algo más de 192 boral “tan tarde”, respecto a los niños de las fábricas de indianas?
reales) en concepto de gastos por el trabajo de los examinadores. Los hijos de campesinos seguramente trabajaron en el campo,
Esta situación se mantuvo hasta 1824. pero ¿y los que habían nacido en Barcelona y tenían padres que
En 1825 se aplicó una nueva cuota para los que no eran hijos eran maestros u oficiales de algún gremio?34 Seguramente fueron
de maestro, manteniéndose igual la de estos. El precio se redujo a la escuela dada la elevada tasa de alfabetización que hemos en-
de cien a cincuenta libras. Sin embargo, a lo largo de este periodo contrado entre los aprendices, salvo en el grupo de los que eran
se fueron introduciendo excepciones que comportaban pagar hijos de campesinos. La media para el período 1782-1824 supera
una cantidad menor a la establecida hasta entonces, al obtener el 70 por ciento (Cuadro 7).
la maestría. En 1789 se creó la categoría de “jubileu” –que no
sabemos a qué respondía– que exigía el pago de 75 libras por Cuadro 7. Aprendices que firmaban, 1782-1824
este concepto a los fadrins forros –es decir los que no eran hijos
Número
de maestros del gremio– y 6 libras y 1 sueldo a los hijos y yernos Quinquenio de nuevos
Los que
%
de maestro. Esta se aplicó a varios nuevos maestros. En 1825 se saben firmar
aprendices
modificaron las candidades a pagar, reduciéndose tanto la cuota
1782-1784 173 128 73,99
normal –o “de ordenanza¬”– como la de jubileo. La primera pasó
de 100 a 50 reales, y la segunda de 75 a 30. A partir de 1825 la cuo- 1785-1789 149 106 71,14
ta de jubileo pasó a ser la que pagaba la mayoría de los nuevos 1790-1794 116 79 68,10
maestros, pues en este periodo, mientras ingresaron 18 maestros 1795-1799 109 66 60,55
con la cuota de ordenanza (de 50 libras), lo hicieron 47 de jubi- 1800-1804 118 81 68,64
leo, es decir el 72,3% de los nuevos maestros. Además, en 1828
1805-1809 (1808) 45 33 73,33
se creó otra cuota especial para los que estaban con “falta de
práctica”, establecida en 57 libras y 10 sueldos, con la modalidad 1814-1818 127 94 74,02
añadida de que había quienes tenían jubileo con falta de práctica 1819-1824 108 88 81,48
que pagaban una cuota de 37 libras y 10 sueldos. Total 945 675 71,43
Así pues, entre 1770 y 1788 los nuevos maestros pagaron la
Fuente: documentación notarial citada en la nota 10.
cuota de ingreso establecida, y sólo en 1789 se empezaron a apli-
car reducciones en la misma. Este cambio indica la voluntad del
gremio a abrirse e integrar al mayor número posible de miem- Podemos conocer la edad que tenían los aprendices al firmar
bros en una época de cambio, y crisis en el mercado colonial, qui- la carta de aprendizaje gracias a dos tipos de datos. Por un lado,
zás impelidos por la necesidad de obtener mayores ingresos para con los que tenemos de los 50 adolescentes que firmaron este
afrontar las contribuciones y gastos extraordinarios. Todo ello ob- documento notarial en 1782. La documentación básicamente
viamente incidió en que hubiera un incremento del número de indica que la gran mayoría de los aprendices eran menores de
entradas en el gremio. 25 años, pero especifica la edad de nueve de ellos. Esta se movía
Esta intención de la corporación de los velers de captar más entre los 13 (un caso) y los 17 años (dos casos), siendo la edad de
miembros, se muestra también en la concesión de actas de 14 años la que tenían más nuevos aprendices (cuatro casos)35. La
aprendizaje. En 1770, al entrar de aprendiz se pagaban al gremio
once libras y seis sueldos, tasa que se redujo a seis libras en oc- 33 Iturralde, 2014: 197, 300-303 y 328-331. Estos niños empezaban a trabajar a los
tubre de 1795. Cabe decir que los niños del hospicio no tenían seis años como ayudantes en la sección de estampados, a los ocho en los tornos de
que pagar nada al iniciar el aprendizaje. Quizás por esto no hubo hilar y entre los nueve y los doce en los telares. Entre los 12 y los 14 años algunos
niños empezaban el aprendizaje de pintador (Ibídem, 302).
muchos casos. 34 Clare Crowston (2007: 46-62) da idea de lo que pudo haber sucedido, al explicar
el caso de Francia.
35 Los nuevos aprendizajes de 1782 a 1803 se registraron en los protocolos del no-
32 AHCB. Gremis, CAMS, AMM-C55 04.02.311. “Anotació de les entrades de mestres”. tario Sanjoan, pero sólo anotó la edad de algunos aprendices en 1782. En 1783 y

87
media se sitúa en los 14,89. Por otro lado, conocemos la edad que media de la obtención de la maestría de los hijos de maestro y no
tenían algunos aprendices cuando obtuvieron la maestría des- hijos de maestro apenas hay diferencia. Mientras la de los hijos
pués de 1824, como explicaremos después. Con esta información de maestros se situaba en 27,13 años (habiendo excluido a los
podemos saber la edad que tenían al firmar su primer contrato menores de trece años), la de los segundos lo hacía en los 26,66.
de aprendizaje porque conocemos cuántos años tardaron en El tiempo que los aprendices tardaron en llegar a ser maes-
pasar de aprendices a maestros. Se trata de 31 aprendices que tros se puede apuntar a partir de los 118 casos de los que tene-
empezaron su aprendizaje entre 1795 y 1824, en su gran mayoría mos tanto las cartas de aprendizaje (entre 1782 y 1824) como
(menos tres casos) después de 1814. Según nuestros cálculos, su las de maestría (antes de 1834). Si eliminamos los ocho casos en
edad media fue de 15,94 años. Los que tenían 16 eran el grupo los que hay demasiadas irregularidades o falta de información39,
más numeroso (diez casos), seguidos de los de quince años (seis el tiempo medio que tardaron estos 110 aprendices en hacerse
casos), los de 14 (cinco casos) y los 18 o 19 (tres casos de cada). Así maestros fue de 12,2 años. Si dividimos el período en dos etapas
que podemos decir que después de la guerra de la Independen- se percibe una diferencia destacada porque el tiempo medio
cia la edad más común al empezar el aprendizaje se situaba entre que tardaron los 60 casos que empezaron el aprendizaje antes
los 14 y los 19 años. En resumen, entre los nueve adolescentes de 1799 fue de 14,18 años y el de los que lo hicieron después de
que iniciaron el aprendizaje en 1782 y los 31 que lo hicieron en 1800, fue de 9,82 años. Mirando por décadas, los que se iniciaron
algún momento entre 1795 y 1824 (pero sobre todo entre 1814 en el oficio en los años 1790 tardaron más en conseguir la maes-
y 1824) hay la diferencia de un año. Observando las edades más tría (15,39 años: tiempo medio de los 23 casos) y un poco menos
comunes de entrada en el aprendizaje parece que los del primer los que empezaron en los años 1780 (13,43 años: 37 casos). Se
periodo empezaron antes (con 14 o 15 años, y después con 16). observa, además, que después de 1800 la tendencia de que el
Estos datos difieren en algunos puntos de los de los aprendices tiempo de tránsito de una categoría a otra se redujera continuó,
de los gremios valencianos que a veces iniciaron su edad laboral siendo 11,5 años el tiempo medio de los que empezaron entre
en un oficio a los ocho años (Díez, 1990: 78). En cambio entran 1800 y 1807 (14 casos), nueve años de los de 1814 y 1819 (28 ca-
en los parámetros establecidos para el caso de algunas ciudades sos) y 7,25 años de los de entre 1820 y 24 (ocho casos).
europeas. Así, por ejemplo, en Amberes se empezaba el aprendi- En definitiva, si suponemos que en los años 1780 la edad
zaje a los 15,6 años y en Viena los que elaboraban bolsas de seda, más corriente de empezar el aprendizaje fue la de 14 o 15 años, y
entre 1789 y 1857, lo hacían entre los 13 y los 15 años. Por otro después de 1814 fue de 16 años (como muestran nuestros datos
lado, entre 1580 y 1809, los londinenses lo hicieron a los 16,88 incompletos), podemos imaginar, por un lado, que estos artesa-
años, si bien a principios del siglo XIX iniciaban el aprendizaje a nos iniciaron el aprendizaje entre los 14 y los 15 años y fueron
los 15,5 años36. maestros, en los casos que pudieron llegar a serlo, entre los 28 y
La edad de los nuevos maestros sólo la conocemos para los los 29 años en el primer período. Por otro, que los que iniciaron
últimos once años de nuestro estudio (de 1824 a 1834), cuando el aprendizaje después de la guerra de la Independencia, lo hi-
un nuevo notario anotó la fecha y lugar del certificado de bautis- cieron alrededor de los 16 años, obteniendo la maestría a los 25
mo en las cartas de maestría. Se trata de 135 casos en unos años años, más o menos. Así pues la trayectoria que iba del inicio del
de cambios políticos y legislativos, y por esta razón consideramos aprendizaje a la obtención de la maestría, se acortó después de la
que el resultado no es representativo de los 65 años que estudia- ocupación francesa. Pero hay que tener en cuenta que siempre
mos. Obtuvieron la maestría como media a los 25,43 años, pero había más casos peculiares que corrientes de modo que debe-
las edades reales se repartían en una escala muy variada en la que mos tomar con mucha cautela los cálculos que hemos hecho
los que tenían alrededor de 25 años (entre 23 y 27 años) no cons-
tituían ni un tercio del total (42 casos, 31,11%). Treinta y siete nue-
vos maestros tenían entre 20 y 24 años y treinta y seis tenían entre
25 y 29, pero también había treinta y dos menores de 19 años 7. ¿Cuantos aprendices llegaron a ser maestros? ¿Qué perfil socio-
(con nueve casos de menores de edad, de 6 a 13 años) y veinti- profesional presentaban?
cinco mayores de 30 (con trece casos de mayores de 40 años, de
los que cinco tenían más de 50). Además, había los menores de
edad, una categoría creada por el gremio en 1827, que suman De los 945 aprendices que firmaron un contrato de aprendi-
siete casos en dos años37. Entre las edades irregulares, también zaje entre 1782 y 1824, sólo 118 llegaron a ser maestros40, es decir,
se encuentran casos de nuevos maestros muy mayores, como el 12,49% de estos jóvenes, más de seis puntos por encima del
el caso de un hijo de maestro de 58 años que expresaba que no promedio que se daba en el gremio de mestres de cases i molers
podía firmar su carta “per estar privat de la vista”38. Entre la edad estudiado por Manuel Arranz. En nuestro porcentaje, el 1,16% co-

1785 solo se indicaba, cada vez más ocasionalmente, que eran menores de 25 años. 39 Hemos eliminado dos casos cuyo contratos de aprendizaje, de 1782, duró menos
A partir de finales de 1785 ya no se anotó nada de la edad.
36 De Munck, 2007: 178; Steidl, 2007: 142; Wallis, Webb y Minns, 2010: 379. de cuatro años y que suponemos habían empezado el aprendizaje con anterioridad
con otros maestros; dos casos de 1814 que tardaron sólo dos años, que habrían em-
37 En 1827 se dio el título de maestro a dos menores (de 6 y 12 años) y en 1828 a pezado su aprendizaje durante la guerra, haciendo el contrato una vez esta concluyó;
otros cinco (uno de 10 años, otro de 11, a un tercero de 12 y a dos de 13 años). En es- dos casos de 1820 que obtuvieron la maestría en el mismo año y otro de 1824 en el
tos casos, los nuevos maestros hicieron el juramento al cumplir los 14 años. Aunque que ocurrió lo mismo. También hemos eliminado un caso en que se firmó el aprendi-
desconocemos el oficio del padre de dos de ellos, se supone que todos eran hijos de zaje en 1824 y se obtuvo la maestría en 1826.
maestros agremiados. 40 En realidad la lista de aprendices que llegaron a ser maestros suma 118 casos, pero
38 Fue el caso de Antón Tastás. AHPB, Manuel Lafont, 1227/12, año 1830, f. 168. hemos eliminado ocho por no tener datos claros sobre ellos.

AREAS 34 88
rrespondería a los que se casaron con hija de maestro, cifra prác- sión de conjunto acertada con los datos que tenemos, cabe se-
ticamente idéntica a la que Arranz (2001: 152) estableció para el ñalar que seis de ellos iniciaron su trayectoria en el oficio en el
caso de los jóvenes del sector de la construcción que estudió (el decenio que transcurrió entre 1814 y 1824, mientras que en los
1,1%). Cabe destacar también que nuestro porcentaje de apren- treinta y dos años anteriores sólo otros tres hijos de comerciantes
dices velers que llegaron a ser maestros se acerca mucho al de lo hicieron. Ello nos permite pensar que los comerciantes aumen-
los del Colegio de la Seda de Valencia, establecido por Fernando taron su interés por este oficio quizás por el valor instructivo que
Díez en el 13%, como máximo41. Recordemos que ninguno era tenía en una sociedad en la que estaba enraizando el subsector
hijo de un maestro del gremio, porque los que lo eran no seguían algodonero que parecía ofrecer grandes oportunidades de nego-
un aprendizaje formal. Aprendían el oficio en casa de sus padres cio y trabajo.
y para ser maestros no tenían que hacer los años de aprendizaje Los hijos de oficiales velers, ocho casos, todos de Barcelona,
ni de oficialía reglamentaria que se exigía a los que no eran hijos constituyen otro de los grupos mencionados. Es decir que la
de maestro. permanencia familiar en el oficio culminó con la obtención de
La procedencia profesional y geográfica de estos 118 maes- la maestría, produciéndose supuestamente un ascenso social al
tros, todos ellos nacidos en Cataluña (dos en la Cerdaña france- igual que ocurrió con los hijos de un oficial zapatero, otro teje-
sa), es muy variada (sólo desconocemos estos datos de cuatro de dor, otro mitger (hacía género de punto con telar, fundamental-
ellos). Sus padres trabajaron en 32 oficios o profesiones distintas, mente medias), otro cirujano y otro droguero44, y de tres hijos de
existiendo por lo tanto una gran dispersión en este punto. Tam- fadrí mestre de cases. Cuatro hijos de cerrajeros y tres hijos de
bién había una gran dispersión en el origen geográfico, si bien maestros sastres de Barcelona también cubrieron la trayectoria
el 51,69% había nacido en Barcelona. El resto de poblaciones de de pasar de aprendices a maestros velers, así como tres hijos de
origen se distribuía entre 38 puntos pertenecientes a las provin- carpinteros de tres poblaciones distintas (Barcelona, Granollers
cias de Barcelona y Gerona, existiendo sólo cierta concentración y Girona). Otros nuevos maestros fueron hijos de un tabernero,
en cuanto a los que procedían del Maresme (14,41%), siguiendo un candelero de cera, un carnicero, un tonelero, un marinero, un
al grupo de barceloneses en cuanto a porcentaje. calafate, un dorador, un espadero, un zapatero... Como ya hemos
Los hijos de campesinos formaron el número más numeroso dicho, hubo una gran dispersión en cuanto al origen profesional
(39 casos, 33,05%; en un caso el padre era campesino-negocian- de las familias de estos jóvenes (con la excepción de los hijos de
te). La gran mayoría de estos jóvenes siguieron uno de los dos campesinos), dispersión que también se refleja al analizar el ori-
procedimientos más normales para alcanzar la maestría, es decir gen de los maestros que hicieron la maestría. En definitiva, es un
completar el aprendizaje y la oficialía formal de cuatro y tres años cuadro humano que se corresponde con el que hemos trazado al
en casa de un maestro. Cabe decir también que dos de ellos eran analizar la procedencia de los aprendices.
sobrinos de maestros velers de Barcelona42. Sólo cinco de los nue-
vos maestros hijos de campesinos alcanzaron la maestría por ha-
berse casado con la hija de un maestro43. Habían nacido en 34 po-
blaciones distintas, dispersas por una geografía muy amplia que 8. Conclusiones
iba desde la Cerdaña, el Ripollés y el Empordá hasta el Anoia. Solo
hubo cierta concentración en dos pueblos de Maresme (sumaron
el 7,63% del total) –en cinco casos nacidos en Vilassar y cuatro en El gremio de tejedores de seda de Barcelona mantuvo, con
Premià–, en la sección comarcal más próxima a Barcelona que no altibajos intermedios, el número de maestros por lo menos entre
iba más al norte del pequeño pueblo de Cabrera, justo antes de 1729 y 1823 –con cierto incremento en esta última fecha–, si bien
llegar a Mataró. En Barcelona o en su entorno más inmediato sólo el número de habitantes aumentó mucho en este período. Tam-
nacieron tres nuevos maestros veleros hijos de campesinos (uno bién mantuvo la entrada de aprendices que se situó en una me-
en la ciudad, otro en Sant Gervasi y un tercero en Sarriá). dia de 27 nuevos aprendices entre 1782 y 1834, cifra que aumen-
Sólo hubo cuatro grupos más de afinidad según la profesión tó por lo menos hasta 38,3 en el oncenio final de este período.
del padre además del constituido por el de los hijos de campesi- El perfil socio-profesional de estos jóvenes se caracterizó, has-
nos. Por ser el grupo con más integrantes empezamos refirién- ta mediados los años 1790, por ser sobre todo hijos de campesi-
donos a los hijos de comerciantes. Nueve de ellos llegaron a ser nos catalanes procedentes de muchas poblaciones, algunas muy
maestros, aunque solo constituyeron 7,63% del total de los que lejanas. Posteriormente, los hijos de artesanos de Barcelona pa-
llegaron a ser maestros habiendo hecho el aprendizaje y la oficia- saron a tener más peso, mientras disminuían considerablemente
lía. Seis de estos padres eran comerciantes de Barcelona, mientras los hijos de campesinos los cuales en las guerras de fin de siglo
uno lo era de Santa Coloma de Queralt, otro de Sant Pere de Pre- quizás decidieron hacerse soldados. El desarrollo del sector algo-
miá y del último desconocemos su lugar de residencia. Aunque donero en distintos puntos de Cataluña a finales de siglo posible-
se trata de un grupo pequeño, y que resulta difícil hacer una vi- mente frenó la emigración de hijos de campesinos a Barcelona
para hacer el aprendizaje en el gremio de velers.
A lo largo de los 65 años estudiados, entraron en el gremio
41 Díez, 1990: 75; Franch, 2014: 65.
una media de 11,34 maestros cada año en una proporción bas-
42 Los hermanos Joan y Domingo Renom Rams, hijos de un campesino difunto de
Ripollet, entraron de aprendices en 1784, uno con Antic Renom y otro con Josep
Renom, presumiblemente sus tíos. Ambos obtuvieron la maestría en 1792. 44 Se trata de Ignasi Bruguera Vilaseca, Josep Prat, Manuel Puig, Tomàs Riera, Antoni
43 Los que obtuvieron la maestria vía matrimonial fueron Salvador Illa (1784), Fran- Soler, Isidre Taix y Felip Vallmitjana. Y de Josep Viura, Francisco Viura y Josep Torre-
cisco Julià (1790), Francisco Lliurat (1796), Esteve Riera (1803) y Pau Villà (1795). badella Farré.

89
tante equilibrada entre hijos de maestros y no hijos de maestros los otros padres tenían oficios y empleos muy diversos y mayo-
(48,98% y 40,84, respectivamente), mientras los yernos de maes- ritariamente vivían en Barcelona (51,69%), y el resto se repartía
tros sólo constituyeron el 6,92% del total. Esta proporción sólo va- por diversas poblaciones catalanas, sobre todo de las provincias
rió después de la guerra de la Independencia, cuando se produjo de Gerona y Barcelona. Algunos hijos de oficiales –de este gre-
una entrada superior de hijos de maestros (53,73% el período mio y otros– pudieron alcanzar la maestría, una muestra más de
1814-1824). la posibilidad de movilidad social ascendente que había a pesar
Prácticamente todos los nuevos maestros eran catalanes, de los gremios.
algunos procedentes de la Cerdaña francesa, la mayoría de los La dispersión geográfica y profesional de los aprendices y de
cuales había nacido en la ciudad de Barcelona (64,31), porcenta- un número respetable de maestros que caracterizaba el gremio,
je que subió casi al 80% en 1814-1834. Los que no eran hijos de puede ser matizada. Hubo dos pequeños grupos con rasgos pro-
maestros del gremio tenían padres ocupados en una gran diver- pios que tuvieron cierto peso en este conjunto humano. Por un
sidad de oficios y profesiones. Antes de la guerra de la Indepen- lado, el de quienes habían nacido en Manresa y, por otro, los que
dencia, más del 23% de los nuevos maestros eran hijos de campe- lo habían hecho en el Maresme que alimentaron las filas tanto de
sinos, bajando después el porcentaje al 11% y al 5%, en los años aprendices como de maestros.
1814-1834. Los padres que pertenecían a otros sectores sederos, En definitiva, las características que presentan los aprendices
como la elaboración de medias o cintas, o el teñido de hilos y teji- y los maestros del gremio de tejedores de seda de Barcelona in-
dos, no fueron muy numerosos, como tampoco lo fueron los que dican que este no era cerrado. Destaca que éste siempre controló
se dedicaban a la confección de trajes y complementos de vestir. que hubiera un equilibrio entre el número de los maestros hijos
En todo el período se tardó como media 12,2 años para pasar de maestro y el de los que no lo eran. Para muchos hijos de ar-
de aprendiz a maestro, si bien antes de 1799 esta trayectoria se tesanos y campesinos, el aprendizaje en el gremio fue una for-
hizo en 14,18 años y después en menos (9,82). En ello posible- mación laboral que le abrió unas posibilidades que no hubieran
mente incidió que el gremio rebajara la cuota de ingreso en el podido encontrar en su población de origen. Esta funcionalidad,
mismo al aprobar la maestría, en 1788 y 1825. Hemos podido cal- que de momento no podemos decir cuando adquirió una pers-
cular que el aprendizaje como media se iniciaba a los 14 o 15 años pectiva que no se restringía a aplicarla a la producción de tejidos
y se llegaba a maestro entre los 28 y 29 en la década de 1780. Más de seda, explica el alto número de aprendices que entraron en
tarde, esta trayectoria se acortó, puesto que se entraba de apren- el gremio entre 1814 y 1834 y continuaron haciéndolo después
diz a los 16 años y se alcanzaba la maestría a los 25, más o menos. durante un tiempo. Este punto de nuestras conclusiones coincide
Sólo el 12,49% de los aprendices llegaron a ser maestros. Los con el de S. R. Epstein que subraya la importancia de los gremios
que lo lograron, eran hijos de campesinos en un 33,05% mientras como formadores de capital social.

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Eficiencia, ¿qué eficiencia? Gremios y desarrollo urbano en Barcelona, 1814-1855
Juanjo Romero-Marín
Consortium for Advanced Studies in Barcelona

EFFICIENCY, WHAT KIND OF EFFICIENCY? CRAFT-GUILDS AND


URBAN DEVELOPMENT IN BARCELONA, 1814-1855

Resumen Abstract

En la víspera de prohibición de los gremios, hacia 1836, las cor- In the eve of craft-guilds prohibition, in 1836, Barcelona cor-
poraciones de Barcelona se encontraban en plena expansión. porations were expanding. Modern and traditional industries
Las nuevas industrias modernas se desarrollaban y la ciudad were developing and the city grew constantly. New and tra-
crecía de forma constante. Manufacturas nuevas y tradiciona- ditional manufactures lived together in the urban space and
les convivían en el espacio urbano y los artesanos continua- artisans kept their traditional ways of production where the
ban apegados a sus modos tradicionales de producir donde group interests, expressed by guilds, prevailed over the indi-
los intereses del grupo, expresados en los gremios, estaban vidual ones. Adaptative strategies carried out by artisans were
por encima de los individuales. Las estrategias adaptativas characterized by rationality but did not fit in the narrow defini-
menestrales estaban dotadas de racionalidad pero no encajan tion of efficiency applied by modern economic studies. There-
en la estrecha definición de eficiencia económica aplicada por fore, the current paper discusses the supposed inefficiency of
los estudios actuales. Por ello, este escrito pretende poner en guilds patterns. It analyzes artisan practices like the opening
cuestión la supuesta deficiencia del modelo gremial mediante up and the reproduction of trades. The paper aims at broade-
el análisis de las prácticas artesanas, particularmente las referi- ning the concept of efficiency beyond the workshop in order
das a la apertura y reproducción de los oficios, pero sobre todo to highlight the active and relevant role of the guilded artisans
intenta ampliar el concepto de eficiencia más allá del reducido in the general growth of the city.
marco del taller para destacar el importante y activo papel del
artesanado gremial en el desarrollo general de la ciudad.

Palabras clave Keywords

Gremios, Artesanos, Barcelona, siglo XIX, Desarrollo, Industria, Craft-guilds, Artisans, Barcelona, 19th century, Development,
Manufacturas, Inversión, Eficiencia Industry, Manufactures, Investment, Efficiency

Códigos JEL: O8, N33, N43, N63 JEL codes: O18, N33, N43, N63

Fecha de recepción del original: 15 de diciembre de 2014; versión definitiva: 22 de junio de 2015

Juanjo Romero-Marín
CASB – Consortium for Advanced Studies in Barcelona
c/ Balmes 132, 5º, 08008 Barcelona
E-mail: juanjo.romero@casbarcelona.org

AREAS
Revista Internacional de Ciencias Sociales, 34/ 2015
Gremios y corporaciones laborales en la transición del feudalismo al capitalismo.
Siglos XIII-XIX
(pp. 93-103) 93
Eficiencia, ¿qué eficiencia? Gremios y desarrollo urbano en Barcelona, 1814-1855*
Juanjo Romero-Marín
Consortium for Advanced Studies in Barcelona

Durante siglos los gremios crearon y transmitieron a sus Gremios y desarrollo económico
asociados una perspectiva propia y específica sobre la econo-
mía, la sociedad y las relaciones entre una y otra. Se asentaba
sobre una serie de prácticas y normas consuetudinarias que
alimentaban la cohesión del grupo; un patrón económico- En el siglo XVIII los gremios se convirtieron en objeto del
social que no estaba abiertamente enfrentado a la economía debate político. Tras más de ochocientos años de existencia,
de mercado, pero que tampoco participaba necesariamente su contribución a la generación de riqueza fue puesta en en-
de todas las concepciones capitalistas modernas. Este ethos, tredicho. Desde entonces, de manera recurrente, esta cuestión
o cultura artesana, plasmado en sus prácticas, nos permiti- ha ido ocupado los foros historiográficos. La discusión sobre
rá discutir de manera más abierta sobre las relaciones entre el papel gremial en la evolución de la economía europea se
instituciones gremiales y desarrollo económico. Por lo tanto, reduce a dos posturas; la de aquellos, herederos de las visio-
este escrito se centrará en aspectos tales como los patrones de nes nacidas en el XVIII, para quienes las asociaciones de oficio
inversión, las estrategias familiares y de movilidad profesional representaron un obstáculo para el desarrollo de la economía
artesanas en el cambiante contexto de Barcelona durante la moderna (Ogilvie, 2011), frente a los que estiman lo contra-
primera mitad del siglo XIX y, sobre todo, su relación con el rio (Epstein, 2008). Cabe decir que mientras la primera posi-
moderno concepto de eficiencia económica. ción apenas ha variado desde que fuera enunciada por Adam
Se entienden aquí los gremios como instituciones, es decir Smith, la segunda ha evolucionado continuamente viéndose
como organizaciones formales compuestas por un colectivo obligada a un mayor esfuerzo interpretativo y a una diversi-
de individuos, en concreto artesanos, con una serie de fun- dad más amplia de enfoques. La visión tradicionalista sobre los
ciones, derechos y responsabilidades de tipo político, social, y gremios, la nacida de la mano de los Ilustrados enfrentados
evidentemente económico, encargadas de regular la relación a las instituciones del Ancien Regime, ha centrado su análisis
interna del grupo así como de éste con la sociedad y otras insti- en un enfoque restringido de la economía basado, principal-
tuciones (González Arce, 2000: 23). El período y marco elegido, mente, en los textos institucionales emanados por los propias
la ciudad de Barcelona entre el fin de las guerras napoleónicas corporaciones (ordenanzas, reglamentos y leyes) o sus enemi-
y la mitad del siglo XIX, responde a dos razones; La primera gos (juntas de comercio, ayuntamientos, administración del
por tratarse de la ciudad donde tomó forma el primer impulso Estado, ilustrados, etc.); los segundos –revisionistas–, los que
industrializador en España, donde el mundo gremial convivió, cuestionan la inmovilidad y atraso gremial, han necesitado
al menos durante un tiempo, con la primera economía manu- recurrir a otras fuentes y perspectivas, rastreando más allá de
facturera moderna. Ello es de particular interés ya que plantea los documentos oficiales y de la visión económica tradicional,
la aparente contradicción entre una ciudad dotada de unas proporcionándonos una realidad más rica y diversa1.
organizaciones gremiales fuertes y bien estructuradas (Díez, La posición tradicionalista se asienta sobre la premisa de
2001: 173) que al mismo tiempo fue la cuna de la industria- que las corporaciones de oficio eran por definición monopo-
lización. La segunda razón atiende a la cronología: el período
elegido corresponde a la última etapa de vigencia gremial y a
* Este estudio forma parte del proyecto HAR2014-57187-P “Crisis y reconstrucción de
los años inmediatamente posteriores a la prohibición de las
los mercados de trabajo en Cataluña (1760-1960). Ocupaciones, culturas del trabajo
corporaciones (1834-36) lo cual permite observar el estado del y estrategias adaptativas.”
mundo artesano tanto bajo el amparo gremial como bajo el 1 Para poder apreciar la citada evolución de este debate basta comparar los trabajos
desamparo liberal. mencionados en la nota anterior con el clásico de Anthony Black, publicado hace
treinta años, donde se recogía un estado de la cuestión sobre el tema (Black, 1984:
10).

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lios cerrados capturadores –o acaparadores– de renta (Ogil- que se trata de estudios mucho más historiográficos pues han
vie, 2011: 42) y como tales ni promovieron el desarrollo (en el precisado recomponer y comprender las sociedades en su
sentido de generar riqueza que tarde o temprano revertiese entorno histórico concreto. Y, sin embargo, o tal vez por esta
en el conjunto de la sociedad) ni permitieron que otros, los razón, han avanzado más en el descubrimiento de la realidad
ajenos al grupo, lo generasen; antes al contrario, supusieron del mundo de las corporaciones preindustriales. Lo cual no
un peso muerto para la economía (Pounds, 1984: 342; Ogilvie, quiere decir, necesariamente, que hayan zanjado la discusión.
2011: 412). Esta crítica abarca todos los niveles de la realidad Además, en no pocas ocasiones han rozado el voluntarismo
económica; es decir, los gremios bloqueaban la innovación, utópico (Black, 1984: 10) por su exceso de celo en demostrar
impedían la creación de un mercado laboral, evitaban la libre las bondades del cosmos gremial.
distribución de materias primas y productos, imponían restric- Como se ha comentado anteriormente, el eje de este in-
ciones a la elaboración de manufacturas y así, un largo etcé- tenso debate se ha centrado en el concepto de eficiencia; para
tera (Black, 1984: 10). Y, a pesar de todos estos mecanismos unos, los tradicionalistas, los gremios eran instituciones defi-
de control, ni siquiera fueron capaces de crear capital social cientes, mientras que para los revisionistas no. Es difícil utili-
(Ogilvie, 2011: 432). En resumen, las asociaciones de oficio no zar como baremo para una institución que hunde sus raíces
aportaron nada el desarrollo ni en términos de progreso –pro- en lo más profundo de la Edad Media, en plena expansión
ductivo, organizativo o financiero– ni como generadores de feudal, una concepción moderna como es la eficiencia (sea
acumulación de capital necesario para un ulterior despegue económica, social o incluso política). Al objeto de determinar
económico. De este modo, el término con el que estos autores si los gremios fueron eficientes, o no, debería darse prioridad
definen la economía gremial es: deficiencia (del inglés inffe- a la perspectiva institucional pues se trataba de instituciones
ciency). Las corporaciones eran unas instituciones económi- encargadas de la gestión de una serie de recursos, con unos
camente deficientes y por ello acabaron despareciendo en la deberes institucionales hacia el resto de organizaciones con
vorágine del progreso general europeo (Ogilvie, 2011: 90). Sin las que convivían y se relacionaban y, por extensión, hacia la
entrar a discutir la prolija literatura sobre la deficiencia gremial sociedad en la que se insertaban. Es decir, es discutible aplicar
baste recordar un hecho que evidencia la compleja la relación el criterio de eficiencia económica a una institución poliédri-
entre gremios y progreso: allá donde las corporaciones de ofi- ca para la cual la economía era una de sus esferas de acción
cio fueron más precoces, numerosas y poderosas, es decir en el pero no la única. A mi modo de ver, los gremios serían unas
norte de Italia y en los Países Bajos (o con posterioridad la pro- organizaciones altamente eficientes si, por ejemplo, hubieran
pia ciudad de Barcelona), fue donde se inició más temprana- sido una de las pocas instituciones de las épocas Medieval
mente un sólido y sostenido desarrollo del capitalismo comer- y Moderna –junto con la iglesia– que hubieran permitido la
cial, financiero y manufacturero moderno. Lo anterior desafía movilidad social ascendente5, o que hubieran creado meca-
la versión tradicionalista que se nos presenta entonces como nismos políticos de participación relativamente abiertos. En
una perspectiva apriorística, doctrinal y descontextualizada2, el mismo sentido, cabría preguntarse sobre el papel jugado
que elude la comprensión de las sociedades preindustriales por los gremios en los procesos de inserción e integración de
asumiendo una serie de valores y mecanismos supuestamente las migraciones del campo a la ciudad, que caracterizaron la
perennes aplicables a cualquier contexto3. Edad Moderna, así como en la vertebración de las cambiantes
Mucho más difícil resulta valorar las aportaciones de la co- comunidades urbanas a través de sus cofradías, sus rituales
rriente revisionista. A diferencia de los anteriores, éstos se han religiosos y ciudadanos. En estos casos, al margen de consi-
esforzado en buscar argumentos en todos los ámbitos de la deraciones sólo centradas en el desarrollo económico estricto,
realidad y con ello han favorecido la diversidad y originalidad encontraríamos una eficiencia social que explicaría el éxito y
de enfoques, metodologías y casos. Tal variedad no sólo ha lle- duración de estas corporaciones.
vado a resultados en ocasiones contradictorios, sino que tam- Finalmente, quisiera retomar una sabia prevención hecha
bién ha complicado la síntesis de sus posiciones4. Es evidente por James Farr (1997: 26) quien nos recuerda que capitalismo y
economía de mercado no son una misma cosa y que si bien es
2 Una prueba de esta descontextualización es la consideración de las monarquías ab- cierto que el capitalismo necesita de los mercados, éstos pue-
solutas modernas como Estados imparciales y por tanto favorecedores del desarrollo den existir al margen de él, como sucedió desde el neolítico
(Ogilvie, 2011: 432). Contrástese con el análisis exhaustivo del Estado Absolutista hasta el siglo XVI. Del mismo modo Maxine Berg advirtió que,
realizado por Perry Anderson (1979) o con su categorización como “corporativismo
sin corporaciones” de Nuno Madureira (1997). Para la crítica a la descontextualización aun siendo distintos, economía moral y mercado no siempre
y uso de fuentes sobre los gremios puede consultarse Richardson, 2001 o, con una se encontraban en contradicción (Berg, 1987: 90). Estas apre-
mayor carga metodológica, el artículo de James Farr (1997). ciaciones resultan de interés pues buena parte del argumento
3 Vale la pena recordar también las observaciones de John Lagton, como ejemplo de
que guiará este escrito se asienta sobre la base de que los gre-
contextualización, quien recuerda que en las primeras fases de desarrollo industrial
europeo la demanda era enormemente variable y sobretodo impredecible, tanto por
razones estacionales como de flujos inestables de materias primas (Lagton, 2000: 33).
Esto ayuda a entender la viabilidad de modelos productivos como el gremial en ese y Thompson, 1989 y 1991). Ha habido otra serie de aportaciones desde la perspectiva
periodo germinal de despegue. social, escasamente valoradas, que han destacado el importante papel de los agre-
4 La visión revisionista ha hecho énfasis en aspectos tan diversos como las funciones miados en el desarrollo y configuración específicas de las economías y sociedades
del aprendizaje (Elbaum, 1989; Epstein, 1998), la innovación técnica (Belfanti, 2004; europeas contemporáneas: Blackbourn y Evans, 1993; Crossick y Haupt, 1995 o Gui-
Pfister, 2008; Trivellato, 2008), los modelos de gestión (Farr, 1997; Zofio, 2002; Lis, Soli, llaume, 1998.
2008), los aspectos políticos (Kaplan, 2002), sociales (Cerutti, 1987; Crossick, 1997; 5 Aquí tampoco quisiera caer en el “presentismo” y podríamos dejarlo en «movilidad
Applebaum, 1992; Sewell, 1992), de género (Hafter, 1995, 1997; Quataert, 1985; Ho- profesional», entendiendo los límites de tal concepto en sociedades estamentales
neyman y Goodman, 1991) e incluso de su eficiencia económica en general (Hickson caracterizadas por la estanqueidad relativa de sus estratos sociales.

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mios, y con ellos los artesanos que los componían, aceptaban siderar a las corporaciones de oficio como auténticos mono-
y participaban de la economía de mercado, de los intercam- polios. No obstante, hay que recordar que un privilegio, en la
bios, pero no necesariamente de una economía basada en la época en la que nos situamos, no significaba monopolio por
acumulación y el desarrollo ilimitado, conceptos muy vincula- lo tanto sería algo precipitado catalogar a los gremios de ta-
dos a la eficiencia económica. les (Richardson, 2004: 2; Hickson y Thompson, 1991: 128)6. Las
Este estudio, pues, concibe los gremios como instituciones corporaciones estaban lejos de ejercer un control absoluto
tal como se han definido anteriormente. Ordenaban y gestio- de la producción y distribución de los productos que les eran
naban recursos financieros, materias primas, bienes interme- privativos. Gozaban de muchos privilegios, así es, pero no ne-
dios, productos finales y, especialmente, recursos humanos. cesariamente de monopolios y éstos se debilitaban a medida
Eran instituciones de derecho público que, por delegación del que aumentaba la distancia a la ciudad.
Estado, se encargaban de la resolución de los conflictos gene- Hasta el siglo XVII, los artesanos habían vivido conforta-
rados en la esfera de la producción industrial así como de la su- blemente en una sociedad predominantemente agraria don-
pervisión de los bienes producidos. El análisis aquí expuesto se de los intercambios raramente superaban el marco local más
centrará en aquellos oficios dedicados a la producción o trans- próximo. En aquel período, los gremios eran instituciones fuer-
porte de bienes, pero no tratará de las corporaciones ocupa- temente imbricadas en el seno de los poderes locales. No con-
das en la distribución (los gremios de comerciantes) ya que en viene olvidar tampoco su utilidad como agentes recaudadores
la Barcelona de esta época sólo existían dos y agrupaban a los de impuestos en tiempos de escaso desarrollo administrativo.
comerciantes minoristas, los tenderos de viejo y los revende- Por lo tanto, pertenecer a una asociación de oficio implicaba la
dores. Como se argumentará, se parte del principio de que a lo participación en decisiones locales de toda índole. Así, al fuer-
largo de los siglos los gremios habían generado y transmitido te vínculo comercial del artesano con su ciudad se sumaba la
a sus asociados una visión y unas prácticas económico-socia- participación activa en los asuntos de su comunidad urbana7.
les específicas, que guiaban y ordenaban la actividad de los De este modo, la adscripción al gremio era mucho más que la
menestrales. Podríamos denominarla economía moral artesa- mera posesión de un oficio o arte.
na o cultura del trabajo artesano. En cualquier caso se trataba Todo cambió desde el siglo XVII; la mundialización de la
de un modelo económico-social que no estaba abiertamente economía europea, la creación de marcos políticos más am-
enfrentado a la economía de mercado, pero tampoco partici- plios y estructurados, la progresiva colonización de las áreas
paba necesariamente de todas las concepciones capitalistas. rurales por las ya poderosas ciudades –quizás el ejemplo más
claro sea el del Kaufsystem o Domestic System– quebraron el
plácido mundo menestral. La consolidación y expansión de
una clase mercantil de grandes comerciantes transformó los
La Economía Gremial equilibrios políticos en las ciudades. Los mercaderes vinieron
a ocupar el espacio de poder antaño reservado a los gremios.
Desde ese momento, las corporaciones de oficio pasaron a la
defensiva en casi todos los terrenos (membresía, innovación,
Como primera premisa, hay que admitir que los gremios distribución, etc.), redefiniendo su mundo en un intento de
fueron instituciones cambiantes. Dado su remoto origen, las adaptarse a ese nuevo entorno8. La posición gremial empeoró
corporaciones del siglo XVIII poco tenían que ver con las del si- aún más con la llegada de las ideas ilustradas. Efectivamente,
glo XIII o XIV. Sabido es que nacieron durante la Alta Edad Me- en la segunda mitad del siglo XVIII, bajo la influencia de las
dia europea, en las pujantes pero escasas urbes de la época, y nuevas concepciones de riqueza, y las políticas de las monar-
que en la antigua Roma existieron instituciones de naturaleza quías europeas, la actitud estatal hacia los gremios comenzó
similar denominadas collegia, si bien es difícil establecer una
continuidad entre ambas –incluso en el caso italiano. Lo que sí
6 Por traer esta discusión al caso de la Barcelona a inicios del siglo XIX recordar que a
está claro es que a medida que se consolidaron las ciudades,
pesar de la existencia de corporaciones en la ciudad, la corona permitió el estableci-
islas en un mar rural, proliferaron las corporaciones. Entonces miento de manufacturas de diversa índole mediante la concesión de privilegios que
quedaron definidas sus características que vendrían a ser las las excluían de las normativas gremiales. Un caso paradigmático, por la enconada
siguientes: membresía obligatoria de todos los productores oposición del gremio del sector, fue el de la fábrica de sombreros Biosca (Archivo
Histórico Municipal de Barcelona -AHMB: Fondo Corporativo-Gremial. Sección Junta
de un mismo arte, regulación oficial de los aspectos laborales de Comercio. Caja 16, leg.1.). Del mismo modo, el control de las corporaciones aca-
y productivos, delimitación espacial –local o regional– de sus baba justamente allá donde terminaban las murallas de Barcelona. No eran pocos los
competencias, adscripción a alguna práctica religiosa local, oficios barceloneses que protestaban de la venta extramuros de productos de sus
oficios (Ronquillo, 1851: 413 I), fenómeno que ya en la Inglaterra medieval es descrito
reconocimiento político (Pfister, 2008: 32-33), provisión y ges- por Richardson (2004: 3).
tión de recursos financieros, o de otra naturaleza, a favor de 7 En el caso de Barcelona, los gremios accedieron al poder político urbano en 1455
sus miembros (Epstein, 2008: 54). (Tinto, 1978: 13).
8 En Barcelona desde la mitad del siglo XVIII los menestrales reajustaron sus rela-
El carácter político de estas asociaciones, es decir, la par-
ciones internas, así como con su entorno y con su propio trabajo; a partir de ese
ticipación en organismos públicos locales o supralocales, así momento, tal como lo describió Manuel Arranz, el honor menestral, el dominio del
como la delegación de competencias reguladoras de la pro- oficio y la autosuficiencia laboral se constituyeron en ejes articuladores de la cultura
ducción manufacturera urbana y de las relaciones laborales artesana (Arranz, 2001: 74). Esta reorganización gremial afectó a práticamente todas
las ciudades españolas en diferentes grados; para el caso castellano véase Hohen-
por parte de la autoridad, se basaba en la concesión de privi- berg y Hollen (1989), para Aragón G. Redondo (1982) y F. Ramiro (2013), para Málaga
legios. Este concepto ha llevado a muchos estudiosos a con- S. Villas (1982), en Valencia F. Díez (1990), o para Madrid V. López (2015).

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a virar y con ello se inició la crisis final de las corporaciones de aquél que siguiera dichas normas, entrando como aprendiz,
oficio9. realizando sus años de oficialía después, podía alcanzar el gra-
Más allá de la evolución histórica descrita, los gremios po- do de maestro. Dicho esto, también hay que reconocer que se
seían una economía moral, por utilizar un término acuñado trataba de un patrón de inserción relativamente rígido pues
para las clases subalternas del siglo XVIII ampliamente recono- la capacidad de absorción de nuevos miembros era limitada y
cible. Se trataba de una concepción colectiva compartida de estaba sujeta a las coyunturas, como veremos posteriormente.
manera más o menos general por un grupo social relativamen- De acuerdo con las normas de todos los gremios, únicamen-
te homogéneo, en este caso los artesanos, y no necesariamen- te los maestros podían tener taller y tienda abiertos, es decir,
te articulado de manera doctrinal. No era una visión unidimen- constituirse en productores independientes, si bien es cierto
sional que afectase a un sólo ámbito de su realidad, pongamos que no podían disponer del taller a su antojo. Existían comple-
el trabajo o la propiedad, sino que esta cultura artesana o eco- jas y elaboradas normas sobre lo que se les permitía producir,
nomía moral incorporaba aspectos de tipo espiritual-ritual cómo hacerlo y con quién hacerlo. Esto último nos pone sobre
(la famosa adscripción religiosa de los gremios a cofradías o la pista de un elemento crucial en este mundo del trabajo: la
capillas), de gestión de las relaciones sociales (matrimonio, ri- relación con la propiedad. El productor independiente no era
tos), así como mecanismos de movilidad social (aprendizaje, tal por su posesión de los medios de producción (baste recor-
políticas matrimoniales y de herencia), de control y gestión del dar que los oficiales poseían sus propias herramientas) sino
propio grupo (jerarquías, maestrías). Obviamente, también por la categoría que le concedía la corporación: la maestría.
incluía las relaciones laborales, los vínculos con la autoridad Podría argüirse que esto era un impedimento para la expan-
(religiosa o política, nacional y local), o la gestión de recursos sión de la producción manufacturera, y en lo teórico es cierto.
económicos (capital, materias primas y préstamos). Toda esta Sin embargo, como se observa en el caso de la ciudad de Bar-
serie de ideas y valores podrían sintetizarse en una cultura ca- celona, los gremios fueron capaces de responder al aumento
racterizada por la definición de la comunidad sobre la base del de la demanda de los bienes que producían si bien sobre la
concepto de trabajo manual como eje vertebrador del propio base de la expansión de las maestrías en lugar del engrande-
grupo y de éste con su entorno. Es decir, aquello que tenían cimiento de los talleres existentes11. En cualquier caso, estas
en común todos los componentes del colectivo eran las tareas prácticas evidencian la primacía del consenso del grupo sobre
laborales que ejercían. los criterios de propiedad o riqueza. Es decir, en momentos de
En efecto, lo que definía al menestral era su vinculación crecimiento la comunidad artesana favorecía la expansión del
con el oficio, que no era otra cosa que una articulación muy número de negocios –o de agremiados en el caso de los oficia-
elaborada de una realidad laboral. Es evidente que, como les– en lugar de engrandecer los ya existentes, lo cual no era
cultura implicaba aspectos de toda índole y no es momen- otra cosa que repartir los beneficios de las coyunturas favora-
to de detallarlos todos (Palenzuela, 1995: 13). Por esta razón, bles entre los componentes del grupo de oficio en lugar de
me centraré en tres características de esta economía moral promover la proletarización o la diferenciación interna.
artesana que nos permitan discutir la eficiencia o deficiencia Valorar la eficiencia de este modelo de preeminencia del
gremial, sin olvidar que debemos hacerlo desde dos perspec- consenso del grupo, del oficio, por encima de la propiedad y
tivas: la comunidad artesana y la sociedad en su conjunto. En la acumulación es difícil. Desde luego, para la comunidad lo
concreto se tratarán: la relación entre trabajo y propiedad, las era, pues garantizaba la gestión de los recursos del grupo de
estrategias de inversión y, finalmente, las de reproducción y oficio, en particular el acceso al mercado local (el taller-tienda)
transmisión del oficio. y al laboral. Mucho más complejo es afirmar si era socialmente
En lo referido a la propiedad, desde su origen el gremio eficiente, que beneficiase a la sociedad en su conjunto. A prio-
se constituyó como una comunidad laboral que agrupaba a ri, se presenta como un modelo de gestión y disfrute de recur-
aquellos individuos dedicados a una determinada manufac- sos cerrado, restringido a los pertenecientes al gremio, algo no
tura o servicio; las ordenanzas y reglamentos de las corpora- muy lejano al monopolio descrito por los autores tradiciona-
ciones eran básicamente un compendio de regulaciones la- listas. Pero también es cierto que el acceso a esa comunidad
borales donde se estipulaba la forma de producir, la calidad –el gremio de oficio– no estaba cerrado de manera absoluta.
del producto y el acceso al oficio (comunidad laboral). En este Además, como observaremos al tratar sobre la reproducción
sentido, y a pesar de las rigideces descritas en los reglamen- de los oficios, las corporaciones de oficio barcelonesas tampo-
tos, la entrada en los oficios era relativamente libre10, es decir, co estaban compuestas de un bloque de familias monopoli-
zadoras, sino que se aprecia la permeabilidad de estas organi-
9 En el caso español, al amparo del reinado de Carlos III, se implementaron una serie
de políticas y reformas que irían debilitando la posición institucional de los gremios
(Díez, 2014: 89 y 2001: 171-172) hasta su extinción en el primer tercio del siglo XIX. de campesinos. AHMB. Fondo Corporativo-Gremial. Sección Gremial Particular. Libro
10 Una buena muestra de la inserción de ajenos al oficio, tanto por el detalle como 38/38; Libro 89/25; y Libro 6/26.
por la extensión, la ofrecen los registros de aprendices albañiles, herrero-cerrajeros, 11 El número de talleres artesanos paso de unos 1.200 en 1770 a 1.500 en 1823 y a
panaderos y de los oficios de la seda en los que constan las profesiones paternas de unos 2.200 en 1860 según los datos de P. Molas (1970), la Contribución extraordinaria
los muchachos. En el periodo que va de 1814 a 1836 se recogen en dichos tomos de guerra de 1823 y el Subsidio Industrial de 1860. Puesto en relación con la pobla-
un total de 915 anotaciones de aprendices con referencia clara a la profesión de su ción de la ciudad, en 1823 existía aproximadamente un taller artesano por cada 53
familia. Pues bien, sólo el 25 por ciento de esos muchachos eran hijos de artesanos habitantes y en 1860 uno por cada 84 habitantes, también de manera aproximada. La
de su propio oficio, es decir, únicamente la cuarta parte de ellos seguían los pasos comparación de estos últimos datos, hace dudar del hecho de que los gremios, hasta
profesionales de sus padres y estamos hablando de aprendices. Un 15 por ciento que existieron, bloquearon el acceso a la propiedad de talleres a los no agremiados
eran vástagos de otros oficios urbanos y la mayor parte, el 35,6 eran descendientes o a sus oficiales.

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zaciones a hombres procedentes de otros ámbitos, sectores y propio12. Es decir, al tiempo que se daba una tendencia a la
lugares. Algo que, por cierto, cambiará tras la abolición de las disgregación a través de la subcontratación o la descentrali-
corporaciones cuando el mundo de los oficios se volverá más zación, se producía una compensación gracias a mecanismos
endogámico. de reparto de trabajo, de abaratamiento de la producción o
No obstante, la incorporación de más trabajadores o la provisiones colectivas. Este delicado equilibrio abundaba en
concesión de un mayor número de maestrías, no era la úni- dos direcciones claras: la reducción de los costes para aquellos
ca forma que tenía el mundo corporativo para enfrentarse a artesanos pertenecientes a los gremios, aspecto que muestra
coyunturas económicas cambiantes. Desde el siglo XVIII el fe- eficiencia de gestión, y el control de las bolsas de pobreza en
nómeno de la subcontratación, la descentralización de tareas el seno de la comunidad de oficio, pero sin duda también mos-
productivas y la parcelación del trabajo en diferentes unidades traba flexibilidad económica ante los cambios.
productivas se había extendido (Farr, 1997: 32). Evidentemen- Evidentemente, todas estas normas y prácticas afectaban
te, afectó de manera diferente a los diversos oficios urbanos, seriamente la acumulación, o capitalización, de esta economía
pero en general podemos describir algunas pautas generales. artesana. El mundo de los talleres menestrales no se caracte-
En el caso de las manufacturas relacionadas con el textil y la rizó por el engrandecimiento de las unidades productivas al
confección (ropa, calzado y complementos) se observa un mo- estilo del factory system. Como se ha comentado con anterio-
delo de subcontratación, no sin conflictos, en el cual los maes- ridad, el incremento de la demanda de los bienes producidos
tros artesanos, severamente restringidos por los reglamentos, por los artesanos favoreció la proliferación de pequeños obra-
comenzaron a emplear mano de obra externa a los gremios dores, o a la subcontratación, pero no el crecimiento del ta-
trabajando a domicilio. En muchos casos se trataba de mujeres maño de los de talleres. Las razones de este comportamiento
que desde sus hogares finalizaban o remataban prendas (Ro- se encuentran no sólo en el consenso y control de la comuni-
mero, 2005: 135-157). En cuanto a la parcelación de las tareas, dad de oficio sobre sus asociados sino también a una lógica
los cerrajeros mecánicos fueron los más avanzados, tal vez por adaptativa al modelo de crecimiento industrial marcadamente
la naturaleza de sus productos; éstos diseñaban las máquinas sectorial que se estaba produciendo en Barcelona. En lo refe-
para luego encargar a diversos especialistas –en madera o me- rido al consenso del grupo, podríamos afirmar que la base de
tal– la elaboración de cada una de las piezas que finalmente la cultura artesana descansaba no sobre la idea de igualdad,
ellos ensamblaban. De semejante naturaleza eran los trabajos que es la que posteriormente caracterizará al mundo obrero,
de carga, descarga y distribución de los productos desembar- sino en la de desigual limitada. Dicho de otro modo, los ar-
cados en el puerto de la ciudad desempeñado por una pléya- tesanos aceptaban las desigualdad económica dentro de su
de de gremios muy específicos (Briesen, 2014). En estos casos, grupo, existían miembros del colectivo gremial más ricos que
se evidencia una avanzada división técnica del trabajo entre otros, sin embargo, imponían un límite a esta diferenciación;
diferentes oficios basada en la especialización de tareas, si de ahí las prácticas anteriormente citadas así como los límites
bien no bajo el mismo techo como acontece en las modernas a la gestión de los talleres impuestas a todos. Estos controles
factorías. Evidentemente, estos modelos de externalización de y limitaciones actuaban en una doble dirección: por un lado
la producción, rayando la legalidad corporativa, tendían a ten- evitar la acumulación de capital de manera individual o, me-
sar el sistema gremial –jerarquizando la comunidad de oficio, jor dicho, impedir que una posible acumulación por parte de
amenazando la independencia de muchos pequeños produc- un individuo revertiese en la producción y, por otro, eludir la
tores. No obstante, en la mayor parte de los casos, los gremios pobreza entre los miembros del grupo ya que ello tenía costes
disponían de mecanismos niveladores o compensadores que para la asociación gremial en forma de subsidios.
tendían a evitar la ruptura de la comunidad mediante los re- Obviamente, muchos maestros, desde finales del siglo
partos de materias primas o de trabajo. XVIII, habían disfrutado de una fase expansiva en sus negocios.
En la Barcelona del primer tercio del siglo XIX estas prác- En principio esto no entraba en contradicción con la cultura
ticas seguían vigentes y de entre ellas podríamos destacar las artesana, sin embargo, considerando las restricciones impues-
siguientes: monopolio del sebo sobrante del matadero mu- tas por la comunidad de oficio, tales beneficios no podían ser
nicipal a favor de los veleros (candelas de sebo) para el pos- invertidos en su totalidad en la mejora de la unidad produc-
terior reparto entre los maestros en función de su riqueza, tiva (en la introducción de maquinaria, contratación de más
repartos de vestuario estatal u otros encargos masivos entre aprendices, o el engrandecimiento de las instalaciones) por
sastres, sombrereros y zapateros que, de nuevo, beneficiaba
a los maestros con menos recursos. Al mismo tiempo, y en las 12 Existían otros ejemplos de estos mecanismos niveladores. La asociación de albañi-
mismas fechas, otros gremios ofrecían ventajas materiales a les picapedreros mantenía un sistema de turnos para conseguir el reparto de trabajo
sus asociados tales como unidades productivas comunes que entre los asociados evitando la creación de bolsas de desempleo en el oficio. Citado
permitían el abaratamiento de los costes como sucedía en el por Elorza (1972: 150). Los faquines que, además de descargar los buques repartían
las mercancías descargadas con sus carros, tenían pastos comunales pagados por
caso de los vidriero-latoneros; o como en el caso de los cur- el gremio para mantener las bestias de tiro. La cofradía de St. Telm, que agrupaba a
tidores que ponían a disposición de todos sus maestros una otra sección de los estibadores era la encargada de comprar las barcazas necesarias
para la carga y descarga de barcos. Los espartero-alpargateros se hacían con la ma-
tenería colectiva con puestos de venta adosados en el exterior yor parte del esparto desembarcado para distribuirlo luego entre sus miembros. Los
para aquellos maestros jóvenes que no dispusiesen de taller ladrilleros y torneros recibían su abastecimiento de madera del gremio evitando así
caer en la mercantilización de las materias primas. Llovet, 1971:.107. Y AHMB. Fondo
Corporativo-Gremial. Sección Junta de Comercio. Caja 27, leg.3; Caja 30, leg.3; Caja
38, leg.sn.; Caja 27, leg.1; Caja 35, leg.1; Caja 38, leg.sn.; y Caja 32, leg.2. Muchas de
estas prácticas continuaron tras 1836.

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lo tanto, buena parte de ellos se destinaban a inversiones ex- Otro aspecto relevante a considerar al tratar sobre la de-
traproductivas en particular, a la adquisición de propiedades ficiencia de este mundo artesano se refiere a los mecanismos
(principalmente urbanas), al crédito y, en menor medida, a la de reproducción de los oficios. A menudo, se ha caracterizado
inversión en modernas actividades (nuevas compañías indus- el mundo de los gremios como un cosmos cerrado asentado
triales o financieras)13. Así, la acumulación de capital realizada sobre la endogamia (Ehmer, 1986: 199) y, por lo tanto, como
por los menestrales no revertía en su sector sino que se des- un modelo de concentración de recursos en manos de unos
tinaba a otros sectores no vinculados con las manufacturas pocos. Pues bien, el caso de los menestrales barceloneses de
pero de importancia vital en la economía urbana. La estrategia finales del siglo XVIII y principios del XIX parece no ajustarse a
artesana se caracterizó, pues, por la dispersión de sus inversio- dicho paradigma (Ros, 2005: 181). La misma estrategia de dis-
nes en sectores no industriales. Aquí se encuentra la extendida persión descrita para el modelo de inversión de capital, puede
crítica a los gremios por la baja productividad de sus industrias ser detectada también en el ámbito de la reproducción de los
derivada de la carencia de innovaciones productivas y que ha oficios.
desviado el debate a la confrontación entre inversiones en tec- Tampoco se puede afirmar que se tratase de un mundo
nología e inversiones en capital humano14. taxativamente cerrado a la entrada de los extraños. Desde
Las razones de esta preferencia, más allá de los límites im- 1814, la ciudad disfrutó de un período de intensa emigración.
puestos por la comunidad, atienden estrategias inversoras Son miles los forasteros, por utilizar el vocablo empleado por
dotadas de racionalidad. En primer término, invertir en inmue- los gremios, que llegaban a la ciudad en busca de oportuni-
bles o préstamos permitía, por un lado, impulsar y aprovechar dades. Obviamente, los oficios caracterizados por una menor
el crecimiento urbano que la ciudad disfrutaba desde finales cualificación se vieron asaltados por esta avalancha de mano
del XVIII y, por otro, garantizar e incrementar el consumo ur- de obra. Albañiles, zapateros y carpinteros fueron las ocupa-
bano. Este modelo de diversificación del capital artesano tenía ciones más afectadas y, sin embargo, la actitud de sus gremios
sentido en el marco de las estrategias familiares y de supervi- fue la de absorber a los recién llegados integrándolos en su
vencia del grupo. Las inversiones en inmuebles y en pequeños asociación15. Es decir, es cierto que la estructura gremial tendía
préstamos ofrecían unos recursos para los momentos de difi- a la rigidez reglamentaria, pero ello no entraba en contradic-
cultad, tanto coyuntural como vital (retiro, enfermedad, viude- ción con la incorporación de trabajadores a los oficios y, sobre
dad, orfandad, etc.) al tiempo que facilitaban la diversificación todo, con la flexibilidad ante los cambios de coyuntura.
de las actividades de los descendientes de los maestros (con Como se deduce del caso anterior, no todos los miembros
posterioridad se explicarán los mecanismos de transmisión de un oficio determinado eran descendientes de familias del
del oficio). En momentos de crisis coyuntural de un sector, mismo oficio, ni oriundos de Barcelona. Es más, y este aspecto
muy frecuentes en una época en la que estaban cambiando conviene subrayarlo, muchos de los maestros artesanos no ha-
todas las formas de producir, la posesión de propiedades in- bían nacido en la ciudad16. Lo cual evidencia la apertura de la
muebles en una ciudad en auge o la participación en el peque- institución corporativa, no sólo a los no barceloneses sino tam-
ño crédito urbano, en un entorno de crecimiento demográfico, bién a los ajenos a las familias menestrales, es decir, el cuestio-
mostraban la racionalidad de las opciones económicas artesa- namiento de la endogamia asociada al modelo gremial.
nas. Así, los menestrales practicaron una política que podría- En este mismo sentido resultan interesantes las políticas
mos denominar antiacumulativa: rara vez invertían el total de relacionadas con la transmisión intergeneracional de la pro-
los beneficios obtenidos en la propia actividad industrial que fesión y con ella del taller –unidad productiva independien-
desarrollaban. Al contrario, preferían diversificar su inversión te. Podemos detectar aquí dos patrones generales; uno para
preferentemente hacia actividades no manufactureras pero aquellos sectores económicos estables o pujantes (sector del
fuertemente vinculadas al entorno urbano que habitaban. metal, la madera, la piel) otro para aquellas producciones en
Ello nos devuelve al significado de eficiencia de la econo- crisis (confección y textil, con la excepción del calzado). En am-
mía gremial (en el sentido que le da Ogilvie de beneficio a la bos casos las estrategias de las familias artesanas de la ciudad
sociedad en su conjunto). Parece que como productores, los se basaban en el mismo principio: la dispersión (como en el
artesanos –limitados por sus normas corporativas– no busca- caso de las inversiones). En el caso de los sectores productivos
ron la eficiencia productiva, pero como inversores contribuye- en auge, los maestros acostumbraban a transmitir el oficio, no
ron de manera significativa a dos procesos eficientes social- el taller como se explicará a continuación, a uno de sus hijos
mente hablando: el desarrollo urbano y el pequeño crédito. varones, colocando al resto en otros oficios, habitualmente afi-
Ambos garantizaban la pujanza de la demanda de bienes tan-
to artesanos como no artesanos.
15 AHMB. Fondo Corporativo-Gremial. Sección Junta de Comercio. Caja 3, leg.10.
(1818). AHMB. Fondo Corporativo-Gremial. Sección Junta de Comercio. Caja 3,
leg.4. AHMB. Fondo Corporativo-Gremial. Sección Junta de Comercio. Caja 48, leg.
sn. AHMB. Fondo Corporativo-Gremial. Sección Junta de Comercio. Caja 29, leg.35.
13 En el período 1823-1860 se han localizado unos 1.300 artesanos involucrados en AHMB. Fondo Corporativo-Gremial. Sección Junta de Comercio. Caja 40, leg.sn. En
el pequeño préstamo urbano, más de 500 como propietarios de inmuebles o tierras cuanto a los artesanos propietarios de taller, en términos generales si hacia 1820 los
fuera de la ciudad y poco más de 400 invirtiendo en compañías las más de las veces grupos familiares copaban algo menos del 20 por ciento de los talleres de la ciudad.
de corte financiero. Romero, 2005: 123. En 1838 y 1860 esos mismos grupos retenían más del 40 por ciento de los obradores
14 Estrategia de evitar reinversiones en el taller artesano descrita por Epstein (2008: abiertos, lo cual indicaría que en período plenamente gremial la endogamia profe-
66-67) y Pfister (2008: 195). Según estos autores, el aumento de la productividad, vía sional estaba menos extendida que en la época posterior. Datos obtenidos de los
tecnología, ponía en riesgo la viabilidad de los talleres artesanos. Esto contribuye a registros impositivos de 1823, 1838 y 1860.
entender la preferencia de los menestrales por inversiones extraproductivas. 16 Ver nota anterior.

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nes (por ejemplo, cerrajeros-herreros, curtidores-guanteros). como cabría esperar según las denuncias ilustradas y libera-
En el segundo modelo, el de los oficios en crisis, la política de les sobre el bloqueo artesano a la libre iniciativa. De hecho,
reproducción era similar con la salvedad de que ninguno de la ratio habitante/taller artesano de la ciudad aumentó, es
los hijos varones permanecía en el sector paterno, es decir, se decir, hacia 1860 había menos talleres por barcelonés que
perdía el oficio. En lo que se refiere a la descendencia femeni- treinta años antes. Cabe añadir, que las leyes de disolución de
na, particularmente si un maestro no tenía hijos varones, la po- las corporaciones permitían la supervivencia de las asociacio-
lítica era el matrimonio de las hijas con un oficial de la misma nes gremiales como entidades de ayuda mutua o cofradías, y
profesión y, en este caso, residir y trabajar en el taller paterno como tales continuaron la mayoría de ellas en la ciudad, con
(modelo patrilocal). Es evidente que este tipo de patrones de lo cual las prestaciones propias de las corporaciones continua-
transmisión del oficio eran un obstáculo para la construcción ron beneficiando a sus asociados. Lo mismo sucedió con los
de políticas endogámicas fuertes ya que la presencia de miem- aspectos rituales; las cofradías de origen gremial mantuvieron
bros de una misma familia en un gremio u oficio era limitada. las festividades rituales como lo habían hecho durante siglos.
Para finalizar esta reflexión, mencionar que la transmisión del Otros mecanismos de supervivencia de estos grupos median-
oficio a un hijo no acostumbraba a significar la transmisión de te cooperativas, uso de recursos colectivos y similares se pre-
la unidad productiva, lo cual incide de nuevo en la idea de una servaron. De este modo, la percepción de la mayor parte de
economía de acumulación de capital limitada. Efectivamente, los artesanos después de 1836 fue más de continuidad que
cuando los hijos de un maestro que seguían el oficio paterno de ruptura. Cierto es que los oficios se habían abierto a todo
alcanzaban la maestría –comúnmente asociada al matrimo- aquel que tuviese el capital suficiente para instalarse por su
nio– creaban su propio taller, al margen del paterno, lo cual cuenta, pero pocos lo hicieron y el resto de funciones y activi-
implicaba una cierta descapitalización del obrador familiar. dades gremiales se mantuvieron como en el pasado al menos
Esto era así por una razón evidente: el padre aún estaba en hasta finales del siglo XIX.
edad productiva, tal vez en su madurez como artesano. Por De este modo, el análisis de la evolución del artesanado en
ello, el hijo heredero de la profesión se veía obligado a crear su la primera mitad del siglo XIX pone de manifiesto no sólo que
nuevo taller-hogar separado del paterno (modelo neolocal). el mundo menestral era dinámico, como lo era la economía
Lo anterior, junto con la apertura a los forasteros en las coyun- de la ciudad, sino también que los gremios, poderosos y bien
turas expansivas pondría en duda la asunción del mundo gre- estructurados, no frenaron el desarrollo de las nuevas manu-
mial como un cosmos cerrado sobre un grupo monopolizador facturas algodoneras y sederas que estaban creciendo a su
o endogámico. lado. A modo de hipótesis de futuras investigaciones, cabría
Resumiendo, el caso de los gremios barceloneses pone preguntarse si la inexistencia de gremios en Barcelona hubie-
de manifiesto un modelo económico basado en la dispersión ra producido una dispersión tal de capitales mercantiles que
de recursos, tanto económicos como familiares, que eviden- hubiera imposibilitado el despegue del textil algodonero o de
temente no favorecía un proceso de capitalización o acumu- cualquier otro sector. El hecho de que todos los sectores in-
lación. Sin embargo, tampoco se puede tachar de deficiente dustriales de la ciudad, con excepción del algodón y la seda,
pues esta dispersión de recursos requirió de una mayor per- estuviesen regulados por los gremios, dirigió a los crecientes
meabilidad a individuos procedentes de ámbitos no gremiales capitales mercantiles acumulados hacia esas producciones no
facilitando la extensión de los recursos del oficio a personas reglamentadas, evitando su dispersión. Aquellos que han es-
nacidas fuera de ese entorno –no endogámico–, así como fa- tudiado las políticas proteccionistas son conscientes de que la
voreció el desarrollo de actividades económicas –inversión in- protección arancelaria de todos los sectores productivos lleva
mobiliaria y pequeño préstamo urbano– que contribuyeron al indefectiblemente al estancamiento de la economía, mientras
desarrollo de la ciudad y su mercado interno. que la protección de unos pocos sectores favorece la compe-
titividad y mejora de las producciones desprotegidas. Se trata
de una simple ecuación de distribución de recursos en un con-
texto cerrado.
Conclusión En cuanto a la eficiencia de la economía gremial, podría
afirmarse que tal vez no se trataba de eficiencia tal como la
entendemos en el siglo XXI pero que sin embargo adquiría
sentido en la Barcelona de finales del siglo XVIII y principios
Un fenómeno llamativo en lo que se refiere al desmante- del XIX. Es decir, las estrategias artesanas atendían a opcio-
lamiento de los gremios fue la continuidad en la titularidad nes racionales ante un contexto concreto: lo cual nos obliga
de los negocios artesanos barceloneses antes y después de su a cuestionarnos, entonces, la relación entre racionalidad y efi-
prohibición. Dicho de otro modo, la liberalización del sector ciencia económica. Tampoco podemos hablar taxativamente
manufacturero urbano no modificó sustancialmente la com- de un mundo cerrado, endogámico, limitado a unos grupos
posición del empresariado en esos sectores. Buena parte de familiares. El caso de Barcelona muestra la permeabilidad a
los individuos, o familias, que regentaban talleres antes de individuos procedentes de otros entornos y oficios así como
los decretos abolicionistas continuaron haciéndolo al menos un modelo de reproducción de los oficios abierto. Es evidente
durante una o dos generaciones más (los datos referidos an- que los artesanos no revolucionaron, en el sentido industrial
teriormente sobre la endogamia abundan en esta dirección). del término, sus modos de producir, pero su participación en
No se observa una invasión de nuevos empresarios-artesanos, el proceso general de modernización de la ciudad, ya a través

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de su actividad crediticia o inmobiliaria, fue innegable. Por
ello, deberíamos plantearnos el rango y amplitud del concep-
to de eficiencia económica en períodos y lugares diversos.
Así mismo, hay que insistir una vez más en lo erróneo de la
contraposición entre economía gremial y economía capitalis-
ta. Es evidente que no se trata de los mismos modelos econó-
micos, pero aun así no están en total oposición. Los gremios,
su modelo económico, podía subsistir en un contexto de in-
cremento de intercambios, e incluso de un mayor desarrollo,
como lo hicieron en Barcelona entre 1770 y 1836. Sin embar-
go, las corporaciones –no así los artesanos y su cultura– no
podían sobrevivir en un entorno de desregulación total de las
relaciones económicas y de crecimiento ilimitado y esto es lo
que empezó a cambiar desde el Despotismo Ilustrado. La pro-
gresiva erosión de sus competencias económicas provocada
por las nuevas políticas estatales redujo la capacidad de adap-
tación de la economía corporativa tradicional. Como institu-
ciones que eran, los gremios podían mantener la vigencia de
su modelo mientras fueran reconocidos como tales; una vez
perdida tal condición su patrón económico tarde o temprano
estaba condenado a derrumbarse.

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