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La competencia perfecta se refiere a un mercado con muchos compradores y vendedores que ofrecen productos homogéneos y son precio-aceptantes, lo que significa que ningún agente puede influir en el precio. Este modelo es poco probable en la realidad, pero es útil para estudiar mercados cercanos como los agrícolas o de subastas. Guatemala necesita una ley de competencia que promueva la libre competencia y prevenga prácticas monopólicas.
La competencia perfecta se refiere a un mercado con muchos compradores y vendedores que ofrecen productos homogéneos y son precio-aceptantes, lo que significa que ningún agente puede influir en el precio. Este modelo es poco probable en la realidad, pero es útil para estudiar mercados cercanos como los agrícolas o de subastas. Guatemala necesita una ley de competencia que promueva la libre competencia y prevenga prácticas monopólicas.
La competencia perfecta se refiere a un mercado con muchos compradores y vendedores que ofrecen productos homogéneos y son precio-aceptantes, lo que significa que ningún agente puede influir en el precio. Este modelo es poco probable en la realidad, pero es útil para estudiar mercados cercanos como los agrícolas o de subastas. Guatemala necesita una ley de competencia que promueva la libre competencia y prevenga prácticas monopólicas.
Antes de hablar de la competencia perfecta debemos saber que es una
competencia perfecta.
La competencia perfecta en un mercado significa que ninguno de los agentes
puede influir en el precio del bien o servicio, es decir, tanto los vendedores como compradores son precio-aceptantes.
Se trata de un mercado en el que existen una gran cantidad de productores de
una mercancía muy homogénea, en donde la curva de demanda es perfectamente elástica y el precio de mercado (o de equilibrio) surge de la ley de oferta y demanda.
Cuando hablamos de competencia perfecta nos referimos a una situación
económica casi ideal y poco probable en la realidad.
No obstante, este modelo es muy útil en el estudio de ciertos mercados que
pueden acercarse a la competencia perfecta. Así, hay pocos sectores que puedan considerarse total o perfectamente competitivos.
Podemos encontrar algunos mercados parecidos a la competencia perfecta en el
sector agrícola, en el mundo de las subastas o, en menor grado, en el mercado de materias primas.
Tipos de competencia imperfecta
Por tanto, los principales tipos de competencia imperfecta son los siguientes:
Monopolio: Es una estructura de mercado en la que existe un único
oferente de un cierto bien o servicio, es decir, una sola empresa domina todo el mercado de oferta. Oligopolio: Es una estructura de mercado en la que existen pocos competidores relevantes y cada uno de ellos tiene cierta capacidad de influir en el precio y cantidad de equilibrio. Competencia monopolística: En esta, existe un alto número de vendedores en el mercado que tienen un cierto poder para influir en el precio de su producto. Monopsonio: Es una estructura de mercado en el que existe un único demandante o comprador. Mientras que pueden existir uno o varios oferentes. Oligopsonio: Es un tipo de mercado en el que hay pocos demandantes, aunque sí puede existir una gran cantidad de oferentes. Por tanto, el control y el poder sobre los precios y las condiciones de transacción reside en los compradores. Análisis de competencia perfecta en Guatemala
En el plano institucional, y por un lado, ejerciendo la obligación del Estado de
promover la economía de mercado, es necesario crear una institución que administre una ley de competencia, lo cual se ampara en las disposiciones constitucionales pues ésta favorece la libertad de comercio y obliga al Estado a impedir las prácticas que conlleven a una concentración de bienes en perjuicio de los consumidores; asimismo, prohíbe los monopolios y los privilegios. Una normativa de competencia tendría que desarrollar estas disposiciones puesto que la actividad monopólica no es prohibitiva sino su ejercicio, por ejemplo. En este sentido tanto la política como la ley de competencia deberían crear una instancia que tenga las facultades para defender y promover la competencia efectiva.
Por otra parte, garantizando el ejercicio del derecho de defensa y atendiendo el
debido proceso, los agentes económicos sujetos a las disposiciones de una normativa de competencia, y principalmente los grupos de presión en países con características como el nuestro, con escasa o nula institucionalidad, han buscado el favor de los gobiernos para mantener ciertos privilegios, procurando la captura del regulador. De esa cuenta es que se han conocido casos muy relevantes, en países con mayor tradición competitiva, como el que se presenta a continuación.
La apertura comercial de la economía ha propiciado desafíos competitivos y el
país en su marco constitucional tiene la obligación de promover una economía de mercado y dentro de esta dinámica de mercado, la competencia se constituye en un principio rector, así como se adopta un modelo de organización económica social que se manifiesta en el ejercicio de la libre empresa e industria tal y como reza la constitución política de la república.
El diseño institucional en materia de competencia, implica corregir los fallos de
mercado que se manifiestan en conductas y o prácticas que restringen la competencia. Con ese propósito se pretende instalar una instancia que promueva y defienda la competencia, que incluye la liberalización de los precios, el abandono de las subvenciones, las prácticas monopólicas y la liberalización del comercio. En ese sentido, la liberalización de los mercados implica un proceso competitivo más intenso; de ahí que sea necesario generar mayor productividad para adquirir y sostener una competitividad para elevar los estándares en generación de riqueza en el país