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competencia perfecta

Antes de hablar de la competencia perfecta debemos saber que es una


competencia perfecta.

La competencia perfecta en un mercado significa que ninguno de los agentes


puede influir en el precio del bien o servicio, es decir, tanto los vendedores como
compradores son precio-aceptantes.

Se trata de un mercado en el que existen una gran cantidad de productores de


una mercancía muy homogénea, en donde la curva de demanda es perfectamente
elástica y el precio de mercado (o de equilibrio) surge de la ley de oferta y
demanda.

Cuando hablamos de competencia perfecta nos referimos a una situación


económica casi ideal y poco probable en la realidad.

No obstante, este modelo es muy útil en el estudio de ciertos mercados que


pueden acercarse a la competencia perfecta. Así, hay pocos sectores que puedan
considerarse total o perfectamente competitivos.

Podemos encontrar algunos mercados parecidos a la competencia perfecta en el


sector agrícola, en el mundo de las subastas o, en menor grado, en el mercado de
materias primas.

Tipos de competencia imperfecta

Por tanto, los principales tipos de competencia imperfecta son los siguientes:

 Monopolio: Es una estructura de mercado en la que existe un único


oferente de un cierto bien o servicio, es decir, una sola empresa domina
todo el mercado de oferta.
 Oligopolio: Es una estructura de mercado en la que existen pocos
competidores relevantes y cada uno de ellos tiene cierta capacidad de
influir en el precio y cantidad de equilibrio.
 Competencia monopolística: En esta, existe un alto número de
vendedores en el mercado que tienen un cierto poder para influir en el
precio de su producto.
 Monopsonio: Es una estructura de mercado en el que existe un único
demandante o comprador. Mientras que pueden existir uno o varios
oferentes.
 Oligopsonio: Es un tipo de mercado en el que hay pocos demandantes,
aunque sí puede existir una gran cantidad de oferentes. Por tanto, el control
y el poder sobre los precios y las condiciones de transacción reside en los
compradores.
Análisis de competencia perfecta en Guatemala

En el plano institucional, y por un lado, ejerciendo la obligación del Estado de


promover la economía de mercado, es necesario crear una institución que
administre una ley de competencia, lo cual se ampara en las disposiciones
constitucionales pues ésta favorece la libertad de comercio y obliga al Estado a
impedir las prácticas que conlleven a una concentración de bienes en perjuicio de
los consumidores; asimismo, prohíbe los monopolios y los privilegios. Una
normativa de competencia tendría que desarrollar estas disposiciones puesto que
la actividad monopólica no es prohibitiva sino su ejercicio, por ejemplo. En este
sentido tanto la política como la ley de competencia deberían crear una instancia
que tenga las facultades para defender y promover la competencia efectiva.

Por otra parte, garantizando el ejercicio del derecho de defensa y atendiendo el


debido proceso, los agentes económicos sujetos a las disposiciones de una
normativa de competencia, y principalmente los grupos de presión en países con
características como el nuestro, con escasa o nula institucionalidad, han buscado
el favor de los gobiernos para mantener ciertos privilegios, procurando la captura
del regulador. De esa cuenta es que se han conocido casos muy relevantes, en
países con mayor tradición competitiva, como el que se presenta a continuación.

La apertura comercial de la economía ha propiciado desafíos competitivos y el


país en su marco constitucional tiene la obligación de promover una economía de
mercado y dentro de esta dinámica de mercado, la competencia se constituye en
un principio rector, así como se adopta un modelo de organización económica
social que se manifiesta en el ejercicio de la libre empresa e industria tal y como
reza la constitución política de la república.

El diseño institucional en materia de competencia, implica corregir los fallos de


mercado que se manifiestan en conductas y o prácticas que restringen la
competencia. Con ese propósito se pretende instalar una instancia que promueva
y defienda la competencia, que incluye la liberalización de los precios, el
abandono de las subvenciones, las prácticas monopólicas y la liberalización del
comercio. En ese sentido, la liberalización de los mercados implica un proceso
competitivo más intenso; de ahí que sea necesario generar mayor productividad
para adquirir y sostener una competitividad para elevar los estándares en
generación de riqueza en el país

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